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Ü
REGERENACIÓN, IGLESIA CATÓLICA Y EDUCACIÓN EN CARTAGENA, 1886-1899.
Resumen.
Jairo Alonso Meza Ávila1
La presente investigación muestra cómo, durante el período de la Regeneración, la iglesia católica con la ayuda del Estado colombiano reestableció su poder sobre la educación en la sociedad
cartagenera. Para tal fin, se crearon mecanismos de intervención que le permitieran a la iglesia y a
los dirigentes políticos consolidar el control social y la homogeneidad política y religiosa. En ese
sentido, se plantea la idea de que la educación durante este período no solo tenía una connotación
ético- religiosa, para establecer que en su esencia si no que, además se buscaba el adoctrinamiento
político.
Introducción
E
l presente análisis parte del escenario político religioso que durante el período de la Regeneración
vivió la ciudad de Cartagena. Esta investigación trabaja la Regeneración en Cartagena partiendo desde un entramado de relaciones entre la iglesia católica y el gobierno nacional y local, teniendo en cuenta
que tal relación facilitó la influencia y la implementación de herramientas ideológicas y morales, como
la educación, con fines políticos.
Durante la Regeneración la educación se convirtió en un mecanismo de orden, no solamente religioso
sino también social y político; el cual estaría íntimamente apoyado por el estado nacional colombiano.
Partiendo de la anterior afirmación, se considera pertinente destacar que la educación tiene un papel
fundamental porque a través de ella la iglesia y el estado se adentraron de manera significativa en la conciencia de la sociedad, en este caso del pueblo cartagenero. Un aspecto de importancia en este contexto
es que esta educación estaba íntimamente ligada a la religión; su enseñanza era expresada en un nivel
entrañablemente eclesiástico, ya que se pensaba que una religión en común generaría la unicidad de un
pueblo que se encontraba en una disgregación social.
Iglesia y el Estado por el restablecimiento, la unicidad y el orden social.
El presidente Rafael Núñez, oriundo de la ciudad de Cartagena, tenía un deseo y una visión especifica
primordial para la nación durante la época de la Regeneración: la unidad de la identidad nacional con
una connotación religiosa. El principio fundamental era crear, a través de la educación, discursos y/o
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Estudiante de VI Semestre de Historia. Universidad de Cartagena. Contacto: [email protected]
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sermones éticos y morales la instrucción de los ciudadanos como buenos cristianos y obedientes a los estatutos estipulados. Pero esto no solo tiene que ver con el aspecto religioso sino también político, porque
no solo se inculcaba al pueblo el respeto a Dios y a la iglesia, ya que además se tenía que reverenciar al
estado nacional y sus dirigentes. Así que la iglesia actuaba como el ente propicio para infundir al pueblo la pleitesía hacia los edictos espirituales y terrenales, lo cual es un componente fundamental para el
mantenimiento del orden social.
Pero no fue una iniciativa política llevada a cabo solamente por Núñez, hubo otros personajes que colaboraron. Una de las figuras más representativas fue Miguel Antonio Caro, quien “en la década del ochenta, dio forma con Rafael Núñez al partido nacional, que hizo posible el movimiento de la Regeneración
y que abrió el camino a la Constitución de 1886, inspirada por Núñez y redactada y defendida por Caro
en el Consejo Nacional de Delegatarios”2.En definitiva toda esa iniciativa Regeneradora tenía como finalidad la unicidad y la organización social basada en la religión Católica
Para mantener el orden social, la Iglesia Católica era la institución encargada de promoverlo. Ahora
bien, la Iglesia Católica no actuaria de forma individual, pues estaría apoyada por el Estado colombiano,
el cual a través del concordato de 1887 estableció ese acuerdo reciproco entre el estado y la iglesia que
tenía como objetivo mantener la unicidad y el orden benéfico de la nación. Quisiera afirmar que para el
mantenimiento de un orden social es menester un componente que hace que ese hecho se lleve a cabalidad, y ese elemento es el control ejercido en la misma sociedad. La aseveración es que para que haya
un orden social es necesario primeramente el control definitivo de esa misma sociedad; pues si no se
tiene un control determinado –en este caso de los ciudadanos cartageneros– ¿cómo se puede pretender
un orden social como producto final? Es por eso que quiero hacer hincapié de esta afirmación en esta
investigación, porque es parte esencial para los hechos que pretendía el estado y la iglesia católica. Un
ejemplo claro para ejercer ese control fue a través de la educación, la cual fue sustancialmente religiosa.
Comenzando desde la constitución de 1886 los regeneradores tenían como objetivo poner a la iglesia
católica en el ápice del pueblo de manera legal y legítima para que fuera ella el acicate del orden común
en los ciudadanos. Por tal razón el Estado colombiano le da un respaldo exuberante a la iglesia católica
y esa protección se puede ver evidentemente expresada en la propia constitución de 1886 en el artículo
38 que dice:
“La Religión Católica, Apostólica, Romana es la de la Nación; los poderes públicos la protegerán y harán
que sea respetada como esencial elemento del orden social. Se entiende que la Iglesia Católica no es ni
será oficial, y conservará su independencia”.3
Hay que tener en cuenta que el respaldo y posicionamiento de la Iglesia Católica se debió al Partido
Conservador, el cual pretendía preservar el tradicionalismo, y una de ellas era la religión Católica, la
cual durante la época de los radicales-liberales se había debilitado su poder en los aspectos de posesiones
territoriales y principalmente de la educación, pues se imponía ante todo una educación laica. Durante la
Regeneración se procuró dar un vuelco a ese aspecto, pues la Iglesia iba a retomar esa función importante
que era el adentramiento en los asuntos políticos y sociales, a través retomando así también del control
de la educación.
2
3
Jorge Páramo; Carlos Eduardo Valderrama, “Caro, Miguel Antonio”, Biografías en: Biblioteca virtual, Luis Ángel
Arango, http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/caromigu.htm.
Colombia. “Constitución de la república de Colombia”, Bogotá, Edición oficial Imprenta de vapor Zalamea HS. 1886.
p. 13.
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El trabajo del restablecimiento eclesiástico no iba a ser una tarea fácil especialmente en la zona de Cartagena, pues la provincia estaba –como afirmaban algunos dirigentes de la iglesia– en unas condiciones
de apartamiento espiritual y aquellos que eran instruidos en el sacerdocio se encontraban en un adoctrinamiento frívolo, además se afirmaba que Cartagena estaba sucumbida en el razonamiento carnal y concupiscible y que no había espiritualidad en ella. Esta característica ya antes mencionada se ve claramente
descrita en una carta que monseñor Vicente Arbeláez le envía a monseñor Eugenio Biffi el cual había
recibido para la fecha de 1882 el nombramiento de obispo de Cartagena. La carta decía lo consiguiente:
“no puedo hacerle mis felicitaciones, antes bien debo darle el pésame por su nombramiento de obispo de
esa sede, se le ha entregado un muerto para resucitarlo”4. Allí se denota la condición religiosa en que se
encontraba Cartagena y la gran responsabilidad y compromiso que recaía sobre los hombros de monseñor Eugenio Biffi.
Biffi fue ordenado sacerdote por el Seminario de las Misiones Extranjeras de Milán el 21 de mayo de
1853. Estaba practicándose como misionero en Birmania Oriental cuando fue llamado por el mismo Papa
a Roma, para dirigir la sede diocesana de Cartagena el 7 de febrero de 1882. Es consagrado en Milán el
19 de febrero y de allí parte al Nuevo Mundo, llegando a Cartagena el 1 de junio de 1882. Es el primer
obispo nombrado directamente por el papa desde Fray Rodríguez Basiliano. Murió en Barranquilla el
8 de noviembre de 1896 a los 66 años. En 1904 sus restos fueron trasladados a Cartagena5. Su compromiso sacerdotal con Cartagena era evidente pues lo expresaba a través de su actitud moral y las labores
que alcanzó a realizar. Una de esas labores fue el devolver a los jesuitas un colegio que se construyó
con muchas dificultades el cual se convertiría en una edificación significativa para la iglesia residente
en Cartagena, ese colegio es lo que se conoce hoy como la iglesia San Pedro Claver, que anteriormente
fue otro tramo de muralla que se constituyó en el apostolado de San Pedro Claver. “En 1861 el dictador
Tomas Cipriano de Mosquera desalojo a los religiosos, y el edificio, incluyendo el templo, paso a ser
cuartel del ejército. En 1884 lo recupero para la iglesia el obispado de Cartagena monseñor Eugenio Biffi
y lo devolvió a los jesuitas, quienes de nuevo tomaron posesión de el en 1896”6 esta fue una de las obras
significativas realizadas por Biffi a beneficio de la iglesia.
El episcopado de monseñor Eugenio Biffi fue una etapa de considerable prosperidad apostólica, muchas
de las construcciones que habían sido expropiadas a la Iglesia por parte del gobierno radical les fueron
devueltas, se consiguió la reapertura del seminario bajo la dirección de los Padres Eudistas y las comunidades religiosas como los jesuitas que regresaron a la ciudad. Es reconocido como uno de los pastores
más emblemáticos de Cartagena por su testimonio de santidad, su compromiso apostólico en la reorganización de la diócesis después de un periodo de persecución por parte de los presidentes radicales, y por
el florecimiento de nuevas vocaciones7. Otro hecho relevante se ve cuando en 1885 “el presidente Rafael
Núñez entrega el templo y parte del edificio a monseñor Biffi, quien realiza algunas obras de reparación
y de enlucimiento de ambos edificios”8, todo esto era realizado para el avance del proyecto eclesiástico
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Pedro A Brioschi, “un apóstol de dos continentes; vida del Exmo. Sr. Eugenio Biffi de las misiones extranjeras de Milán”, Cartagena, Ed. Bolívar, 1940, p. 372.
Arquidiócesis de Cartagena, Colombia. Obispos. Disponible en: http://arquicartagenadeindias.org/wp/obispos/
Instituto “Carlos Arbeláez Camacho” para el patrimonio arquitectónico y urbano. “la conservación del claustro de San
Pedro Claver”; Cartagena de indias – Colombia. Disponible en: http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/revApuntesArq/article/download/9095/7398.P 137. En adelante lo citare sin el links.
Arquidiócesis de Cartagena, Colombia. Obispos. Disponible en: http://arquicartagenadeindias.org/wp/obispos.
Instituto “Carlos Arbeláez Camacho” para el patrimonio arquitectónico y urbano. “la conservación del claustro de San
Pedro Claver”; Cartagena de indias – Colombia, p. 141.
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en Cartagena que era el restablecimiento de la iglesia en la sociedad.
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En el periodo administrativo de Biffi llegaron a Cartagena las Hermanas Franciscanas de María Auxiliadora, cuya fundadora Santa María Bernarda Butler fue reconocida como Santa por la Iglesia Católica
y es la patrona de todo el presbiterio de la Arquidiócesis. En la actualidad el colegio de la comunidad
de las Hermanas Franciscanas de María Auxiliadora lleva el nombre de Monseñor Eugenio Biffi9. Estos
aspectos develan el esfuerzo que hacia la iglesia y sus servidores para reimplantarse estratégicamente
en la sociedad cartagenera, pues esa era una manera de llegar a más personas para que se cristianizaran.
La educación y la religión como instrumentos para el orden y la unidad social
Tomando la educación religiosa, que no solo iba a enfrascar su enseñanza en las escuelas, iglesias o
universidades, sino que también iba a trascender al campo familiar, ya que ese era el punto de referencia
para la estimulación de esos principios cristianos que se potenciarían aún más en esos lugares ya antes
mencionados.
Una de las estrategias fundamentales utilizadas por la Iglesia en Cartagena era la de incentivar a las familias y especialmente al cabeza de hogar a que instruyera a sus hijos y allegados al círculo familiar en
los principios cristianos para así fortalecer una mejor sociedad tolerada sobre las bases del cristianismo:
“Entre los deberes que a todo buen padre de familia incumben, hay uno cuya importancia supera la de todos, pues de
su cumplimiento depende el futuro bienestar de la sociedad. ¿Cuál es esa obligación sagrada de la cual se deriva tan
apetecible ventaja? Es la educación moral y cristiana de los hijos”10.
Aquí se ve claramente cómo la Iglesia y el Estado pensaban estratégicamente en la creación de una sociedad cimentada firmemente en los principios morales y éticos que les instaba. No dejando a un lado el
papel de la mujer, se puede decir que ella también jugó un papel central en este asunto ya que “la Regeneración, encontró en la familia un eje central de construcción de esos valores, por lo tanto la mujer es la
que ejerce el papel central en la construcción de esa educación moral que debe impartir a sus hijos y del
papel que desempeña como esposa”11.
Al igual que en resto del país, en Cartagena se tomaron medidas estratégicas y “preventivas” para el mantenimiento del orden social; una de esas estrategias se vio reflejada en el aspecto educativo e ilustrativo,
por ejemplo:
“la filosofía y la literatura fueron los frentes intelectuales que ocuparon la atención de los regeneradores,
pues pensaban que sus expresiones modernas hacían daño entre la juventud. Aunque fueron argumentos en
los que se esgrimieron ideas filosóficas y artísticas vulgarizadas, no por ello dejaron de producir consecuencias”12.
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Arquidiócesis de Cartagena, Colombia. Obispos. Disponible en: http://arquicartagenadeindias.org/wp/obispos.
Archivo Eclesiástico de Cartagena. El Hebdomadario, Cartagena, 31 de Agosto de 1890. P 1. En adelante se citara como
A.E.C.
11 Joven Bonello y Ana María. “la prensa artesanal durante la regeneración u medio de expresión política, ideológica y
cultural”, Bogotá, Ed Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de ciencias sociales. 2009, p. 53. en línea:http://www.
javeriana.edu.co/biblos/tesis/csociales/tesis17.pdf.
12 Sergio Solano, “Política, Religión e Intelectuales en el Caribe Colombiano Durante la Regeneración 1886 – 1899”, en
Historia Caribe N°4, Barranquilla, Ministerio de Cultura, 1994, p. 51.
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Así pues, se empezó a prohibir todo aquello que supuestamente fuera perjudicial al mantenimiento del
orden social como textos o discursos de enseñanzas de tipo liberal que no traía más que desestabilización
y disgregación social según la opinión regeneradora.
La educación fue el elemento más significativo y utilizado por la iglesia que además contaba con los
medios necesarios proporcionados por el estado para llevar a cabo esos deseos regeneradores que beneficiarían tanto a la iglesia como al país según sus intereses. En Cartagena también se hicieron valer
esas políticas regeneradoras en el caso de la instrucción que sabemos tenía que ser eclesiástica y más
que todo tenía como principio crear ejemplares cristianos sumisos al gobierno y a la iglesia católica. La
preocupación fundamental era la formación de ciudadanos con fundamentos cristianos que obedecieran
los estatutos religiosos y políticos de la nación.
La religión católica se impuso de tal manera en la educación que en su prensa religiosa “El Hebdomadario”, el cual circulaba en Cartagena en gran manera durante la Regeneración, se afirmaba que:
“en las universidades y en los colegios, en las escuelas y en los demás centros de enseñanza, de educación e instrucción pública se organizara y dirigirá en conformidad con los dogmas y la moral de la religión católica. La enseñanza
religiosa será obligatoria en tales centros, y se observaran en ellos las prácticas piadosas de la religión católica”13.
Consiguientemente, la iglesia procuró crear hábitos religiosos que incitaran de manera pedagógica, por
decirlo así, el cristianismo. Desde allí, el ser humano o ciudadano empezaría a estructurar una identidad
asociada a la doctrina católica, y por consiguiente al partido conservador. Para comprender lo anterior
veamos lo que se asevera en el presente escrito de la misma prensa religiosa “El Hebdomadario”:
“En los colegios de niños y niñas no mayores de catorce años, habrá tres confesiones convenientemente distribuidas en
el año, en fiestas principales, y por mutuo acuerdo entre los Directores y los Párrocos. Los alumnos internos rezarán las
oraciones de la mañana, el rosario de cinco misterio antes del refresco de la noche, y antes de acostarse las oraciones
apropiadas”14.
De esa manera desde la niñez se fueron creando costumbres benignas conforme a la enseñanza religiosa
que se les brindaba, era una manera eficaz de ir conservando esos manuales cristianos en la sociedad
cartagenera. Este aspecto es relevante porque cuando estos niños crecieran tendrían presente en sus
conciencias costumbres y/o hábitos religiosos ya antes enseñados que pondrían en práctica el resto de su
vida, o eso era lo que posiblemente se esperaba.
La iglesia se fue constituyendo cada vez más en el eje central de control y ordenamiento no solo de Cartagena, sino también de toda la nación, haciendo uso de dos componentes esenciales para la labor de la
conversión y la implantación del orden; “a partir de la actividad de dos de sus instituciones, como lo son
la educativa y la religiosa, impulsaría la acción de integración de individuos a su seno”15 y de esa manera
iban adquiriendo terreno en los ciudadanos y en sus cogniciones cada vez más.
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Jorge Villegas. “Colombia, Enfrentamiento iglesia-estado, 1819-1887”, 1981. p.182.
(A.E.C), El Hebdomadario, Cartagena, junio de 1888. P 7.
Restrepo, Nicolás. “La iglesia católica y el estado colombiano, construcción conjunta de una nacionalidad en el sur
del país”, en: Tabula Rasa, N°5, 2006, p. 155. Available from: <http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1794-24892006000200008&lng=en&nrm=iso>. ISSN 1794-2489.
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Conclusión
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Con este trabajo de investigación se ha querido mostrar el restablecimiento de la Iglesia Católica en la
ciudad de Cartagena, observando un poco los mecanismos que esta utilizaba para poderse reestablecer;
esos elementos esgrimidos son la educación y sin lugar a dudas por obviedad, la misma religión católica.
El principal objetivo ha sido comprender como a través de la educación, la iglesia y el Estado ejercieron
un proyecto que tenía como objetivo principal el crear ideales que llevaran a la reflexión de un orden
político y social. Para los regeneradores el orden y la unicidad social no se podrían lograr sin la intervención propicia de la iglesia católica; porque sería la religión católica aquel instrumento ideológico que se
establecía dentro de la conciencia humana, creando así un idealismo común que generaba una identidad,
cuya identidad tiene como sinónimo la unicidad social.
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BIBLIOGRAFÍA
Fuentes primarias
Archivo Eclesiástico de Cartagena. Prensa “El Hebdomadario”.
Arquidiócesis de Cartagena, Colombia. Obispos. Disponible en: http://arquicartagenadeindias.org/wp/
obispos.
Constitución de la república de Colombia. Edición oficial. Bogotá. Imprenta de vapor Zalamea HS. 1886.
Instituto “Carlos Arbeláez Camacho” para el patrimonio arquitectónico y urbano. “la conservación del
claustro de San Pedro Claver”; Cartagena de indias – Colombia. Disponible en: http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/revApuntesArq/article/download/9095/7398.
Fuentes secundarias
Joven Bonello, Ana María. “la prensa artesanal durante la regeneración u medio de expresión política,
ideológica y cultural”. Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de ciencias sociales. Bogotá D.C.
2009. P 53. [en línea]
URL: http://www.javeriana.edu.co/biblos/tesis/csociales/
tesis17.pdf
Jorge Páramo, Carlos Eduardo Valderrama, “Caro, Miguel Antonio”. Biografías, en: biblioteca Luis
Ángel Arango. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/caromigu.htm.
Restrepo, Nicolás. “La iglesia católica y el estado colombiano, construcción conjunta de una nacionalidad en el sur del país”. Tabula Rasa [online]. 2006, n.5 [pp. 151-166. Available from: <http://www.
scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1794-24892006000200008&lng=en&nrm=iso>.
ISSN 1794-2489.
Pedro A Brioschi, “un apóstol de dos continentes; vida del Exmo. Sr. Eugenio Biffi de las misiones extranjeras de Milán”, Cartagena, Ed. Bolívar. 1940.
Jorge Villegas. “Colombia, Enfrentamiento iglesia-estado, 1819-1887”. 1981.
Sergio Solano, “Política, Religión e Intelectuales en el Caribe Colombiano Durante la Regeneración
1886 – 1899”, en Historia Caribe N0 4, Barranquilla, Ministerio de Cultura, 1994.
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