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Economía global La lucha contra el agua Algunos de los problemas intrínsecos de la agricultura israelí se mantienen a pesar de los cambios ocurridos. La escasez de agua es un hecho que siempre ha azotado la vida diaria en Israel. Debido a ello, el país de Oriente Medio es líder en reciclaje de sus aguas residuales con un porcentaje del 75% del total, seguido de España, con un 12%. Debido a ello, Israel ha desarrollado una agricultura que pretende ahorrar lo máximo posible y maximizar sus recursos. «Crecer más con menos» es su lema. Si bien la agricultura en el país siempre ha tenido este problema, sus cifras indican la fuerza de su sector: un 55% de los ingresos agrícolas provienen de la exportación. Debido FOTOS: EYAL IZHAR Invernaderos del moshah Hatzeva, en pleno desierto del Nagev La revolución llega al kibutz POR JAVIER TAHIRI E l paso del tiempo arrasa todo lo que encuentra a su paso. Más en un país en profundo cambio económico, identitario y geográfico como Israel. Ni siquiera los símbolos fundacionales de una nación resisten el signo de los tiempos, tal y como es el caso de los kibutz. De comunas de inspiración socialista a multinacionales alimentarias que cotizan en Bolsa. Más de cien años después de la fundación del primer kibutz estas estructuras agrícolas simbolizan mejor que ninguna la transformación del país desde su fundación a finales de los años 40. El cambio ha sido progresivo pero evidente. A principios del siglo XX, los primeros kibutz nacieron como comunas agrícolas inspiradas en teorías del llamado socialismo sionista, que creía en la construcción del estado de Israel mediante la lucha de clases: a través de la creación de asentamientos agrícolas en los núcleos rurales y la formación de un proletariado en las ciudades. Así nacieron los kibutz, con medios de producción colectivos en los que cada miembro solo contaba con algunos enseres privados primando la propiedad común y la vida en comunidad. Desde la creación del estado de Is- rael, los kibutz tuvieron ayudas desde el Gobierno. Por un lado, encarnaban un modelo económico alternativo, basado en la propiedad colectiva y la economía solidaria que aseguraban las exportaciones agrícolas de Israel. Por el otro, eran un elemento clave en la repoblación geográfica del territorio. Incluso en el árido desierto del Negev al sur del país, donde el primer ministro israelí Ben Gurion se retiró a pasar sus últimos años en un kibutz. «Repoblar el desierto, ese es el futuro de Israel», recuerdan aún como lema del político laborista en el moshah de Hatzeva, en pleno desierto, rememorando el apoyo que el político les dio para construir su asentamiento entre arenas. La influencia del particular estilo de vida de los kibutz también caló en la clase política israelí. Nombres como el del exministro de Defensa Moshe Dayan o el actual presidente del país, Simon Peres, son algunos de los políticos que se han criado en estos asentamientos. «El kibutz es la creación más importante del pueblo judío en el siglo XX», llegó a afirmar el expresidente Isaac Navón. Pero la crisis no entiende de símbolos. Ante las dificultades económicas que sufrió el país a finales de los 80, a ello, el año que viene se celebrará la decimoctava edición de una de las mayores ferias internacional agrícola Agritech Israel en Tel Aviv, entre el 15 y el 17 de mayo de 2012. L a d i ve r s i f i c a c i ó n d e l o s cultivos y la tecnología son algunos de los pilares de los kibutz modernos los kibutz comenzaron su transformación. En los últimos años, muchos han sido adquiridos por multinacionales y fondos de inversión. Ahora generan miles de millones de dólares y cotizan en bolsas como la de Londres o Tokio. Es el caso del kibutz Naan, el más grande de Israel fundado en 1930 y propiedad de la empresa israelí Naan Irrigation que desde 2001 se fusionó con el kibutz Dan. Ahora ambos están integrados en una sociedad conjunta (NaanDanJain) cuyo 50,001% es propiedad de la multinacional india Jain Irrigation Systems, que tiene un valor bursátil por encima de los 800 millones de dólares y cotiza en las bolsas de India, Singapur y Luxemburgo. NaanDanJain cuenta con cinco plantas internacionales y una gran red de oficinas de representación en todo el mundo. Entre ellas, España, país en el que los kibutz Naan y Dan ya estaban presentes desde los años 70, y donde la firma tiene su principal oficina europea en Almería. Y nuestro país sigue suscitando un gran interés para NaanDanJain, tal y como confiesa su director Ammon Ofen. «Hemos invertido 10 millones de euros en España», afirma Ofen, que señala que el 20% de su volumen de negocio procede de nuestro país. En él, destaca la tecnología de irrigación, instrumentos fundamentales en la agricultura israelí, país líder en el reciclaje de agua ante su paisaje árido. Y que les permite exportar sus técnicas a países de todo el mundo como China, India o México. «Desde los años 80, muchos de los kibutz se transformaron en empresas de tecnología agrícola», señala la ministra de agricultura israelí Orit Noked. Hace años que el sueño colectivo de los kibutz acabó. Algunos asentamientos mantienen algunas de sus señas fundacionales, pero el capitalismo, y no el desierto como se temía, ha absorbido finalmente a los kibutz.