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© de la presente edición, GENERALITAT VALENCIANA
© Los autores
Prohibida la reproducción total o parcial de la presente publicación por
cualquier procedimiento mecánico o electrónico, incluyendo fotocopia, sin
la autorización expresa de la Generalitat Valenciana.
Edita: Generalitat Valenciana. Conselleria de Sanitat. EVES.
ISBN: 84-482-3936-9
Depósito legal: V-4956-2004
Imprime: Industrias Gráficas ECIR, S. A. - Teléfono 96 132 36 25
Pol. Ind. Fuente del Jarro - 46988 Paterna (Valencia)
Estudios para la salud
14
Administración de sangre y
hemoderivados.
Compendio de medicina
transfusional
Dirección y coordinación
Elias Aguilar Ligorit
ESCUELA VALENCIANA DE
ESTUDIOS DE LA SALUD
2004
PRESENTACIÓN
Es para mi un orgullo y una satisfacción el poder presentar el libro
“Administración de sangre y hemoderivados. Compendio de Medicina
Transfusional”; y lo es por un doble motivo. El primero de ellos se debe
a que todos sus autores desempeñan su actividad profesional en distintos
centros asistenciales de la Conselleria de Sanitat, siendo la segunda razón,
el que nuestra Comunidad haya sido pionera, en el territorio español, en
el desarrollo en los sistemas de Hemovigilancia.
Los avances científicos en el campo de la medicina y la creación de
nuevos centros hospitalarios, han supuesto un incremento significativo en
las necesidades de hemoderivados. Si a ello unimos el carácter altruista y
colaborador de los donantes de sangre, que son en definitiva los que permiten disponer de los mismos, podemos deducir, sin duda alguna, que nos
encontramos ante una situación de gran sensibilidad e impacto social en
donde hay que hacer compatible la solidaridad de las personas con la
seguridad. Por ello iniciativas que posibiliten adecuar y mejorar su uso, o
la utilización de distintas medidas alternativas, como vienen reflejadas en
este libro, deben ejercer su impacto sobre la calidad asistencial.
En la Consellería de Sanitat tenemos como uno de los principales objetivos irrenunciables el ofertar servicios sanitarios de calidad, es decir, la
mejor asistencia al mejor coste posible. En todo acto médico se unen por
un lado los conocimientos científicos y técnicos del profesional acerca del
estado de salud del paciente, y por otro las opciones terapéuticas disponibles; es entonces y tras el diálogo entre médico y paciente cuando se
acuerda la mejor alternativa posible de intervención. La sangre y los
hemoderivados son un recurso terapéutico valioso, ya que su administración depende del altruismo de los donantes de sangre, de su procesamiento en los Centros Regionales de Transfusión y de su adecuada utilización
por parte de los facultativos, al tratarse de un recurso escaso y con una
caducidad relativamente corta.
Toda acción encaminada a gestionar un uso racional y adecuado de la
sangre y sus derivados supondrá un impacto en la calidad asistencial y una
mejora del escaso recurso sanitario que representa.
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Quisiera, por último, felicitar a todos los profesionales que han participado en la elaboración de este libro por el magnifico trabajo que han
realizado, de la misma manera que nunca nos cansaremos de agradecer la
nobleza y generosidad de los que, verdaderamente, son los protagonistas
anónimos de esta actividad: los donantes de sangre de la Comunidad
Valenciana. A todos ellos quiero hacer llegar el agradecimiento sincero de
miles y miles de valencianos.
Vicente Rambla Monplet
Conseller de Sanitat
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PRÓLOGO
Es difícil una proyección de la imagen de la Conselleria de Sanidad de
la Generalitat Valenciana al resto de sistemas sanitarios, sin el compromiso de difundir los trabajos realizados por los profesionales del sistema de
salud valenciano; es por ello que a través de la Escuela Valenciana de
Estudios de la Salud se está realizando un gran esfuerzo en la publicación
y difusión de los mismos.
El libro “Administración de sangre y hemoderivados. Compendio de
Medicina Transfusional”, lo podemos dividir en cuatro grandes bloques
interrelacionados entre sí, pero con connotaciones diferentes. Una primera parte, aborda los pilares de la Medicina Transfusional actual, basados
en la Biología, Inmunología y Genética; para después pormenorizar los
métodos de obtención, procesamiento y fraccionamiento de la donación
de una unidad de sangre, con especial mención a los requisitos para ser
candidato a donar sangre, así como todas las pruebas a las que es sometida antes de poder ser utilizada y administrada a los pacientes subsidiarios
de la misma; mención especial merecen los capítulos dedicados a la descripción de los distintos tipos de hemoderivados, los estudios que se realizan para su completa compatibilidad con los receptores, y las normas de
su correcta administración, sin olvidar el apartado dedicado al consentimiento informado y las distintas consideraciones éticas sobre su utilización.
La segunda parte del libro trata de las indicaciones de los distintos
tipos de hemoderivados así como de sus diferentes normas de administración, y sus efectos tanto beneficiosos como adversos; con especial mención a la etapa neonatal y pediátrica con sus peculiaridades propias que la
hacen una subespecialidad dentro de la Hemoterapia.
Un tercer bloque lo representa el estudio sistemático de los distintos
efectos adversos y no deseables provocados por la administración de sangre y/o hemoderivados, tanto desde el punto de vista inmunológico, infeccioso, como por otros mecanismos más complejos, incluyendo los provocados por la administración masiva de hemoderivados ante situaciones
vitales provocadas por hemorragias masivas.
9
Finalmente una cuarta parte del libro aborda temas de especial interés
en la actualidad; desde la utilidad e indicaciones de la transfusión autóloga en sus distintas vertientes y modalidades, las distintas alternativas farmacológicas a la utilización de hemoderivados, los mecanismos de
Hemovigilancia para poder detectar los posibles efectos adversos debido
a su utilización, hasta las nuevas tecnologías que tienen como fin disminuir al máximo el potencial riesgo infeccioso, sin olvidar las indicaciones
para poder gestionar adecuadamente los productos sanguíneos almacenados.
Los apéndices tienen el mérito de aportar en escasas páginas un resumen muy conciso de las indicaciones de los hemoderivados, así como
recopilar toda la legislación vigente relativa a la Medicina transfusional
tanto a nivel nacional, como autonómico y Europeo.
En definitiva la obra que tienen en sus manos, es un enorme trabajo
promovido desde las instituciones sanitarias de la red pública de la
Comunidad Valenciana, cuyo objetivo se ha guiado únicamente por la
vocación de servicio a los profesionales de la salud y consecuentemente a
todos los ciudadanos que utilizan los servicios sanitarios.
Finalmente deseo expresar mi reconocimiento a todos y cada uno de
los autores de este libro conocedor de su dedicación, profesionalidad, y de
las muchas horas de trabajo que han robado a su vida familiar para que los
lectores tengan en su mano una valiosísima arma de trabajo en su quehacer cotidiano.
Rafael Peset Pérez
Director General de la Escuela
Valenciana de Estudios de la Salud
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DIRECCIÓN Y COORDINACIÓN:
Elías Aguilar Ligorit
Servicio de Hematología. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
AUTORES:
Elías Aguilar Ligorit
Servicio de Hematología. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Iluminada Ample Guillén
Centro de Transfusiones de la Comunidad Valenciana. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Juan Aragó Domingo
Servicio de Pediatría. Hospital La Fe. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Cristina Arbona Castaño
Servicio de Hematología y Oncología Médica. Hospital Clínico Universitario.
Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Alfonso Aranda Arrufat
Servicio de Hematología. Hospital Marina Alta. Denia. Alicante.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Guillermo Cañigral Ferrando
Servicio de Hematología. Hospital General de Castellón. Castellón.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Josefina Chirivella López
ATS-DUE. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Inmaculada García Navarro
Servicio de Hematología. Hospital de la Plana. Villarreal, Castellón.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Cecilia García-Peñuela Pons
ATS-DUE. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana
11
Fernando Gómez Pajares
Unidad de Medicina Preventiva. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
María Guinot Martínez
Servicio de Hematología. Hospital General de Castellón. Castellón.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
José Guix García
Unidad de Enfermedades Infecciosas. Hospital Clínico Universitario. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Cristina Hernández Solanot
ATS-DUE. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Miguel Juantegui Azpilizcueta
Servicio de Otorrinolaringología. Hospital General de Requena. Requena.
Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Begoña Laiz Marro
Servicio de Análisis Clínicos. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Antonia Llorens Ortells
ATS-DUE. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
María Antonia Marco Artal
Unidad de Inspección.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
José Luis Marco Garbayo
Servicio de Farmacia. Hospital General de Requena. Requena. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Dolores Mirabet García
Servicio de Hematología. Hospital de Vinaroz. Vinaroz. Castellón.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Mario Montagud Porta
Servicio de Hematología. Hospital de Vinaroz. Vinaroz. Castellón.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
12
José A. Montoro Alberola
Centro de Transfusiones de la Comunidad Valenciana. Valencia
Desamparados Moral Baltuille
FEA de Análisis Clínicos. Hospital de Sagunto. Sagunto. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Rafael Peset Pérez
Director General de la Escuela Valenciana de Estudios de la Salud.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Guillermo Pou Santonja
Servicio de Cirugía. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Roberto Roig Oltra
Director del Centro de Transfusiones de la Comunidad Valenciana. Valencia
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Eva Romero García
Servicio de Anestesia. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
José Sanchis Cervera
Servicio de Hematología. Hospital de la Plana. Villarreal, Castellón.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Juan Silla Criado
Servicio de Anestesia. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Carlos Tejerina Botella
Servicio de Cirugía Plástica y Reoaradora. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Eugenio Tejerina Botella
Servicio de Cirugía. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Raúl Varas Lerma
Servicio de Pediatría. Hospital La Fe. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Rafael Villamón Fort
Servicio de Urología. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
13
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ......................................................................................
17
CAPITULO 1. FUNDAMENTOS DE LA TRANSFUSIÓN
SANGUÍNEA ...............................................................................................
19
CAPITULO 2. LA DONACIÓN DE SANGRE .......................................
97
CAPITULO 3. HEMODERIVADOS. TIPOS. DESCRIPCIÓN.
INDICACIONES. CONTRAINDICACIONES. EFECTOS
SECUNDARIOS. ADMINISTRACIÓN. EFECTOS
TERAPÉUTICOS ....................................................................................... 147
CAPITULO 4. CONSENTIMIENTO INFORMADO. ETICA Y
TRANSFUSIÓN .......................................................................................... 213
CAPITULO 5. ESTUDIOS PRE-TRANSFUSIONALES ....................... 225
CAPITULO 6. ADMINISTRACIÓN DE HEMODERIVADOS ............ 267
CAPITULO 7. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE LOS
CONCENTRADOS DE HEMATÍES ........................................................ 309
CAPITULO 8. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE LOS
CONCENTRADOS DE PLAQUETAS ..................................................... 355
CAPITULO 9. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE LOS
CONCENTRADOS DE GRANULOCITOS ............................................ 377
CAPITULO 10. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DEL PLASMA
FRESCO CONGELADO ........................................................................... 385
CAPITULO 11. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE LOS
CRIOPRECIPITADOS .............................................................................. 399
CAPITULO 12. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE LA
ALBÚMINA HUMANA ............................................................................. 413
CAPITULO 13. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE LAS
INMUNOGLOBULINAS INTRAVENOSAS Y ANTI-Rh ..................... 423
CAPITULO 14. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE LOS
CONCENTRADOS FARMACÉUTICOS DE FACTORES DE
LA COAGULACION ................................................................................. 465
15
CAPITULO 15. MEDICINA TRANSFUSIONAL NEONATAL Y
PEDIATRICA .............................................................................................. 489
CAPITULO 16. REACCIONES TRANSFUSIONALES. CONCEPTO.
CLASIFICACION. SINTOMATOLOGÍA. NORMAS DE
ACTUACIÓN .............................................................................................. 575
CAPITULO 17. REACCIONES TRANSFUSIONALES
INMUNOLÓGICAS ................................................................................... 591
CAPITULO 18. REACCIONES TRANSFUSIONALES NO
INMUNOLÓGICAS ................................................................................... 639
CAPITULO 19. ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR LA
TRANSFUSIÓN DE SANGRE Y HEMODERIVADOS ......................... 667
CAPITULO 20. TRANSFUSIÓN MASIVA ............................................. 737
CAPITULO 21. TRANSFUSIÓN AUTOLOGA PROGRAMADA ....... 753
CAPITULO 22. ALTERNATIVAS FARMACOLÓGICAS A LA
TRANSFUSIÓN DE SANGRE Y HEMODERIVADOS ......................... 801
CAPITULO 23. SUPLENTES Y SUSTITUTOS DE LA SANGRE ...... 845
CAPITULO 24. REDUCCIÓN DEL RIESGO RESIDUAL
INFECCIOSO EN MEDICINA TRANSFUSIONAL .............................. 867
CAPITULO 25. HEMOVIGILANCIA ..................................................... 907
CAPTIULO 26. RESERVAS DE UNIDADES DE CONCENTRADO
DE HEMATÍES EN CIRUGÍA PROGRAMADA ................................... 927
APÉNDICE I. REVISIÓN RAPIDA DE LOS HEMODERIVADOS .... 939
APÉNDICE II. LEGISLACIÓN ACTUAL EN ESPAÑA SOBRE
TRANSFUSIÓN Y HEMODERIVADOS ................................................. 959
16
INTRODUCCIÓN
“Yo creo que para ser escritor basta con tener
algo que decir en frases propias o ajenas”.
Pío Baroja.
“Los que escriben con claridad tienen lectores, los
que escriben oscuramente tienen comentaristas”.
Albert Camus
Los avances científicos de las últimas décadas, han cambiado de forma radical las actitudes de los profesionales sanitarios en distintas especialidades tanto
médicas como quirúrgicas, así como en gran número de enfermedades. La
Medicina Transfusional, no ha sido ajena a ellos y se ha beneficiado en distintas
parcelas tales como: el fraccionamiento de la donación de sangre, la obtención de
los distintos productos sanguíneos lábiles y su mejor disponibilidad, la detección
precoz de enfermedades infecciosas potencialmente transmisibles en los donantes de sangre, y la aplicación de técnicas de inactivación de patógenos en los distintos productos sanguíneos. No obstante, la obtención de sangre humana para su
administración sigue dependiendo de la generosidad y altruismo de los donantes
de sangre, por lo que se tiene que ser muy estricto en su adecuada utilización ya
que no disponemos de “una fuente inagotable”. De ahí que todos los profesionales que cuidamos la salud y bienestar de nuestros enfermos, tengamos que realizar un esfuerzo en no sólo transfundir cuando es necesario, sino en transfundir
mejor y sólo aquel producto que se necesita.
Existen en la literatura médica excelentes y extensos tratados sobre la
Hemoterapia o Medicina Transfusional, que son “gigantes” ante este pequeño
manual; si bien más enfocados al médico especialista en Hematología y
Hemoterapia que al resto de facultativos; de ahí que el principal objetivo de este
libro haya sido acercar la Medicina Transfusional a las distintas especialidades
médicas y quirúrgicas.
Hemos tratado de poner al alcance de los profesionales sanitarios un manual
que sea sobre todo práctico, esquemático, didáctico, de fácil lectura y herramienta útil a la hora de tomar decisiones sobre la administración de productos sanguíneos; y son ellos los que tienen que valorar si los objetivos que nos marcamos han
sido alcanzados.
Finalmente agradecer a todos los autores, compañeros y amigos, el esfuerzo
realizado no sólo en aunar criterios, sino en las muchas horas dedicadas a este ilusionante proyecto.
Elías Aguilar Ligorit
Valencia, Junio 2004
17
1. FUNDAMENTOS DE LA TRANSFUSIÓN
SANGUINEA
Elías Aguilar Ligorit*, Begoña Laiz Marro#.
*Servicio de Hematología. #Servicio de Análisis Clínicos. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana
La Inmunohematología es la parte de la hematología que estudia los sistemas de los grupos sanguíneos, así como las complicaciones inmunológicas en las que se ven implicados. Uno de los aspectos más relevantes de
la inmunohematología, es el estudio y cuantificación de los llamados grupos sanguíneos eritrocitarios que poseen componentes antigénicos presentes en la superficie de los hematíes, y que están relacionados directamente con la terapia transfusional y la prevención de accidentes hemolíticos graves secundarios a la misma.
El conocimiento de los grupos sanguíneos ha sido de gran importancia no
sólo en el campo de la medicina transfusional, sino también en el conocimiento de la genética humana y de la fisiopatología de determinadas anemias hemolíticas producidas por anticuerpos dirigidos contra ciertos antígenos eritrocitarios. De enorme importancia ha sido el conocimiento de la
sensibilización feto-materna para la profilaxis de la anemia hemolítica del
recién nacido o eritroblastosis fetal. Las bases de la medicina transfusional actual radican en el conocimiento y desarrollo de la inmunología, la
genética y los grupos sanguíneos, que de forma muy esquemática describimos a continuación.
19
A. Conceptos básicos en Inmunología
La Inmunología es la ciencia biológica que estudia todos los mecanismos
fisiológicos de defensa de la integridad biológica del organismo. Dichos
mecanismos consisten esencialmente en la identificación de lo extraño y
su destrucción. La inmunología también estudia los factores inespecíficos
que coadyuvan a los anteriores en sus efectos finales. Existen una serie de
conceptos básicos, que nos van a permitir conocer las bases de la transfusión de sangre:
Afinidad: medida de la fuerza de intensidad de unión entre un determinante antigénico y su sitio de unión con el anticuerpo.
Aglutinación: forma de reacción antígeno-anticuerpo en la cual son necesarios anticuerpos solubles divalentes o polivalentes y antígenos celulares
o particulados.
Alérgeno: cualquier agente que provoca una reacción de hipersensibilidad mediada por la IgE.
Alergia: estado de reactividad inmune alterado, en un segundo contacto
con un antígeno. Usualmente se refiere a la hipersensibilidad tipo I.
Alogénico: relación genética de desigualdad entre dos individuos de la
misma especie. Usado para describir fenotipos genéticamente diferentes
presentes en individuos de la misma especie, como los antígenos de los
grupos sanguíneos o los alotipos de las inmunoglobulinas.
Anafilaxia: reacción de hipersensibilidad inmediata debida a la liberación
de mediadores desde mastocitos sensibilizados por la IgE.
Anergia: fracaso de la respuesta inmune tras la estimulación por parte de
un antígeno que posee la capacidad de provocar dicha respuesta.
Anticuerpo: son glucoproteínas que forma el organismo como respuesta
al contacto con un antígeno, y que reaccionan específicamente con él.
Antígeno: sustancia capaz de provocar una reacción o respuesta inmunitaria, tras su unión específica provoca una respuesta inmune.
Apoptosis: mecanismo de autodestrucción celular por fragmentación del
ADN en segmentos, debido a endonucleasas dependientes de calcio activadas por estímulos exógenos.
Atopia: manifestación clínica de una reacción de hipersensibilidad de
tipo I caracterizada por eczema, asma, rinitis y alergia.
20
Avidez: intensidad de la unión entre los componentes de una reacción
antígeno-anticuerpo.
Basófilo: pertenece a los leucocitos polimorfonucleares tiñéndose por los
llamados colorantes básicos, cuya función primordial radica en la respuesta inflamatoria.
β2-microglobulina: polipéptido que forma parte de diversas proteínas de
membrana y que se incluye en las moléculas CMH de clase II.
Célula de Langerhans: célula presentadora de antígenos situada en la
piel que cuando emigra a los ganglios linfáticos se denomina célula dendrítica; son muy activas en la presentación de antígenos a los linfocitos T.
Célula dendrítica: células presentes en tejidos que capturan antígenos y
migran a ganglios linfáticos y bazo donde son particularmente activas en
procesar y presentar antígenos a células T.
Célula inmunocompetente: poblaciones celulares que hacen posible la
acción del sistema inmune: son los linfocitos T, B, células K, NK, macrófagos y polimorfonucleares.
Célula K: célula responsable de la citotoxicidad mediada por células,
dependiente de anticuerpo, poseyendo receptores Fc.
Célula NK: es la célula de la contestación innata que reconoce y provoca la muerte de las células anormales (células infectadas o células tumorales, que carecen de moléculas clase I del CMH); constituyen las células
responsables de la citotoxicidad no HLA restringida.
Célula presentadora de antígenos: generalmente se refiere a células que
expresan moléculas HLA clase II en su superficie, que pueden procesar y
presentar antígenos a los linfocitos T colaboradores. Este término es poco
usado para describir células que presentan antígenos a células T citotóxicas.
Citocinas: proteínas producidas por las células en respuesta a una gran
variedad de estímulos y que son capaces de alterar de alguna manera el
comportamiento de otras células. La naturaleza de las células sobre las
que ejercen su efecto viene determinada por la presencia de receptores
específicos; éstos pueden localizarse en la superficie de las células que las
producen, de células vecinas o en otros órganos y tejidos (efecto semejante a las hormonas).
21
CMH: Complejo Mayor de Histocompatibilidad. Es un locus genético
muy polimórfico que determina la expresión de los antígenos de histocompatibilidad que participan en las interacciones celulares durante la
respuesta inmune.
CMH clase I: molécula constituida por una cadena polipeptídica polimórfica unida no covalentemente a la β2 microglobulina. Codificado por
HLA-A, B y C en humanos. Están expresadas en casi todas las células.
Estas moléculas presentan antígenos a linfocitos T CD8.
CMH clase II: moléculas compuestas por dos cadenas polipeptídicas (a y
b). Codificadas por HLA-DR, DQ y DP en humanos. Presente sólo en
algunos tipos celulares, relacionados con la presentación antigénica a linfocitos CD4.
CMH clase III: moléculas codificadas por genes situados dentro del
CMH, que no están involucradas en la presentación antigénica. Incluyen
algunos componentes del complemento.
Complemento: grupo de proteínas séricas involucradas en el control de la
inflamación, activación de fagocitos y ataque lítico a membranas celulares.
Determinante antigénico: estructura presente en la superficie molecular de
un antígeno, capaz de combinarse con una sola molécula del anticuerpo.
Epítopo: porción específica de un antígeno macromolecular al cual se une
un anticuerpo.
Fagocitosis: proceso mediante el cual una célula atrapa un material y lo
incluye en una vacuola dentro del citoplasma.
Fragmento Fab: fragmento de una molécula de inmunoglubulina que se
obtiene mediante la escisión con papaína. Se obtienen siempre dos fragmentos Fab idénticos, cada uno de los cuales posee un único sitio de unión
al antígeno; contienen el idiotipo.
Fragmento Fc: fragmento de una molécula de inmunoglubulina que se
obtiene mediante la escisión con papaína. En este fragmento residen las
propiedades biológicas de la inmunoglobulina; contiene el alotipo y determina la clase de cadena pesada.
Hapteno: sustancia química de pequeño tamaño capaz de unirse a un anticuerpo, pero que debe estar fijada a una macromolécula para estimular
una respuesta inmunitaria adaptativa a dicha sustancia química.
22
Hemaglutinación: aglutinicación eritrocitaria causada por anticuerpos.
HLA: complejo mayor de histocompatibilidad humano.
Inmunidad: conjunto de mecanismos de defensa de los seres vivos frente a agentes externos extraños. Se adquiere al nacer, y va madurando y
consolidándose durante los primeros años de vida.
Inmunidad celular: inmunidad en la cual es predominante la participación de linfocitos y macrófagos.
Inmunidad humoral: respuesta inmune mediada por anticuerpos y complemento.
Inmunocomplejos: productos de la reacción antígeno-anticuerpo que
además pueden contener componentes del sistema del complemento.
Inmunogenicidad: capacidad de una sustancia de suscitar una respuesta
inmunitaria.
Inmunoglobulinas: grupo de glicoproteínas estructuralmente relacionadas que son producidas por linfocitos B y células plasmáticas y que son
responsables de la inmunidad humoral.
Integrinas: diversas moléculas de adhesión a las superficies celulares.
Linfocito B1: son una población menor de linfocitos de B, que secretan
anticuerpos poliespecíficos de baja-afinidad de tipo IgM. La mayoría
expresa CD5 en su superficie celular y se encuentran en renovación constante.
Linfocito B2: constituyen la población principal de linfocitos de B, derivan de las células madre de la médula ósea, no expresan CD5, y secretan
anticuerpos muy específicos en los tejidos linfoides secundarios.
Linfocito T helper (colaborador): linfocito T (que normalmente expresa CD4) que secreta varias citocinas necesarias para la actividad funcional de otras células del sistema inmune.
Linfocito T citotóxico: linfocito T (que normalmente expresa CD8) que
es la célula designada para reconocer y destruir complejos de péptidos y
moléculas del CMH en la membrana celular.
Linfocito Th1: es un linfocito T-helper (colaborador) que secreta citocinas: interleukina-2 e interferon-γ (pero no interleukina-4, 5, o 6), inhibe el
tipo 2 de las células T-helper, y está principalmente involucrado en la
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inmunidad mediada por células (activación de macrófagos y de las células T citotóxicas).
Linfocito Th2: es un linfocito T-helper (colaborador) que secreta citocinas: interleukina-4, 5, 6, y 10 (pero no interleukina-2 e interferon-γ), inhibe el tipo 1 de las células T-helper, y está principalmente envuelto en la
inmunidad humoral (en la producción de anticuerpos por las células B).
Linfocito Th3: es un linfocito T-helper (colaborador) recientemente descubierto, que ejerce un mecanismo supresor de la respuesta inmune.
Macrófago: leucocito mononuclear que interviene en la captación, transformación y presentación del antígeno a los linfocitos inmunocompetentes y que posee capacidad fagocítica.
Mastocito: célula presente sobre todo en el tejido conectivo que posee en
su citoplasma histamina, serotonina y heparina. Tras la fijación de anticuerpos tipo IgE a la membrana y subsiguiente reacción con el antígeno
específico, liberan estas sustancias.
Memoria: capacidad de responder tras un primer contacto con un rápido
aumento en el título de anticuerpos o con una acelerada proliferación de
linfocitos sensibilizados un posterior contacto con el mismo antígeno.
Órganos linfoides primarios: órganos donde los linfocitos se diferencian
a partir de células madres linfoides y proliferan y maduran hacia células
con capacidad efectora. Son la médula ósea para linfocitos B y el timo
para los T.
Órganos linfoides secundarios: son aquellos donde se disponen los linfocitos ya maduros e inmunológicamente competentes y donde se producen las respuestas inmunitarias frente a los estímulos antigénicos.
Incluyen los ganglios linfáticos, el bazo y el tejido linfoide asociado a las
mucosas del tracto respiratorio y gastrointestinal (MALT o mucosal associated lymphoid tissue).
Reacción inmunitaria: actuación integrada de un gran número de mecanismos heterogéneos de defensa contra sustancias y agentes extraños. En
general, a las sustancias extrañas se las denomina como antígenos, y son
ellos los que desencadenan en el organismo una serie de eventos celulares
que provocan la producción de los mecanismos de defensa.
Respuesta primaria: respuesta inmune que se produce durante el primer
contacto con un antígeno.
24
Respuesta secundaria: respuesta que se produce durante el segundo contacto con un antígeno. Juega un importante papel la memoria inmunológica.
Tolerancia: condición en la cual clones de células responsivas han sido
eliminadas o inactivadas por un previo contacto con un antígeno dando
por resultado que no se produzca respuesta inmune cuando se administra
un antígeno.
Vía alternativa: vía de activación del complemento en la que intervienen
los factores C3, B, D, P, H, e I, originando una activación de C3.
Vía clásica: vía por la que el complejo antígeno-anticuerpo, activa el sistema del complemento de forma secuencial.
A.1. Componentes del sistema inmunitario
El sistema inmunitario se compone de una serie de órganos y tipos celulares diferentes, que han evolucionado para reconocer a los antígenos no
propios o extraños.
A.1.1. Células del sistema inmune
A.1.1.1. Sistema celular monocito-macrofago
Es un sistema celular que tiene su origen en la célula pluripotente de la
médula ósea. Los monocitos circulan por el torrente sanguíneo y emigran
a los tejidos o a las zonas inflamatorias; pueden emigrar hacia los tejidos
y diferenciarse en el sistema macrofágico. Los macrófagos se localizan en
todo el organismo, sobre todo en el hígado, bazo, ganglios linfáticos,
amígdalas, tejido linfoide gastrointestinal, y en los fluidos sinoviales,
peritoneales y pleurales.
Los macrófagos poseen varios receptores celulares en su superficie, entre
los que se encuentra un receptor para la porción Fc de las inmunoglobulinas, y un receptor para el componente C3b del sistema del complemento.
De ahí que participen activamente en la fagocitosis, la inflamación y en la
inmunidad natural o inespecífica.
Distinguimos los siguientes tipos celulares:
• Fagocitos mononucleares: Monocitos sanguíneos y macrófagos
tisulares. Los macrófagos pueden adoptar formar diversas, con citoplasma abundante y se encuentran en todos los órganos y tejidos
25
conectivos, llamándose de forma diferente según su localización
(células de microglía en el sistema nervioso central, Kupffer en el
hígado, macrófagos alveolares en los pulmones, osteoclastos en el
hueso, etc.). Son células presentadoras de antígenos, así como buenas células efectoras de la inmunidad innata y adaptativa, fagocitadoras de microorganismos y productoras de citocinas que activan
otras células inflamatorias.
• Células dendríticas: Desempeñan un importante papel en la inducción de las respuestas de los linfocitos T, y la mayoría pueden derivar de los fagocitos mononucleares, y poseen proyecciones citoplasmáticas. Las células dendríticas inmaduras se localizan en los epitelios de la piel (células de Langerhans) y de los sistemas gastrointestinal y respiratorio; capturan y transportan los antígenos a los ganglios linfáticos, donde se convierten en células presentadoras de antígenos.
• Células dendríticas foliculares: No derivan de las anteriores; están
presentes en los centros germinales de los folículos linfoides de los
ganglios linfáticos, bazo y sistema MALT; atrapan antígenos unidos
a anticuerpos, o a proteínas del complemento, y se los presentan a los
linfocitos B.
A.1.1.2. Linfocitos T
Los linfocitos T tienen su origen en la célula pluripotente de la médula
ósea, de donde ésta viaja al Timo para su maduración y diferenciación, y
posterior salida a la circulación sanguínea. Los linfocitos T representan el
75-80% de todos los linfocitos; se distinguen los siguientes tipos de linfocitos T:
• Linfocito T helper (colaborador): linfocito T (qué normalmente
expresa CD4) que secreta varias citocinas necesarias para la actividad funcional de otras células del sistema inmune. Existen varias
subclases:
✓ Linfocito Th1: es un linfocito T-helper (colaborador) que secreta
citocinas: interleukina-2 e interferon-γ (pero no interleukina-4, 5,
o 6), inhibe el tipo 2 de las células T-helper, y está principalmente
involucrado en la inmunidad mediada por células (activación de
macrófagos y de las células T citotóxicas).
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✓ Linfocito Th2: es un linfocito T-helper (colaborador) que secreta
citocinas: interleukina-4, 5, 6, y 10 (pero no interleukina-2 e interferon-γ), inhibe el tipo 1 de las células T-helper, y está principalmente envuelto en la inmunidad humoral (en la producción de
anticuerpos por las células B).
✓ Linfocito Th3: es un linfocito T-helper (colaborador) recientemente descubierto, que ejerce un mecanismo supresor de la respuesta
inmune.
• Linfocito T citotóxico: linfocito T (que normalmente expresa CD8)
que es la célula designada para reconocer y destruir complejos de
péptidos y moléculas del CMH en la membrana celular.
A.1.1.3. Linfocitos B
Producen anticuerpos. Deben el nombre a la “Bursa de Fabricius” de las
aves, donde se observó que maduraban. En mamíferos, la primera fase de
maduración lo hacen en la médula ósea. Cuando se activan, aumentan
mucho de tamaño, producen gran cantidad de anticuerpo y pasan a denominarse células plasmáticas. Se distinguen dos subclases de linfocitos B:
• Linfocito B1: son una población menor de linfocitos de B, que secretan anticuerpos poliesfecíficos de baja-afinidad de tipo IgM. La
mayoría expresa CD5 en su superficie celular y se encuentran en
renovación constante.
• Linfocito B2: constituyen la población principal de linfocitos de B,
derivan de las células madre de la médula ósea, no expresan CD5, y
secretan anticuerpos muy específicos en los tejidos linfoides secundarios.
A.1.1.4. Linfocitos NK
Los linfocitos NK (natural killer), carecen de especificidad y de memoria,
por lo que forman parte del sistema de la inmunidad natural o inespecífica. Representan el 15-20% de los linfocitos sanguíneos, y sus marcadores
distintivos son CD16 y CD57, y su maduración es extratímica. La mayoría son linfocitos granulares grandes, con una mayor proporción citoplasmática que los linfocitos T o B. Realizan dos tipos de funciones: acción
citotóxica, y acción reguladora del sistema inmune a través de las citocinas que producen.
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A.1.2. Órganos y tejidos del sistema linfoide
A.1.2.1. Órganos linfoides primarios
• Médula ósea: Es el lugar donde se generan todas las células sanguíneas circulantes del adulto, incluyendo a los linfocitos inmaduros, y
es el lugar de maduración de los linfocitos B; están constituidos por
islotes de células hematopoyéticas situados en el interior de los huesos. Las células que maduran salen a través de la densa red de senos
vasculares para acceder a la circulación vascular. En caso de lesión,
el hígado y el bazo podrían ser reclutados como sitios de hematopoyesis. Todas las células sanguíneas se originan a partir de una célula
madre común que se va diferenciando hacia estirpes celulares específicas (eritroide, megacariocítica, granulocítica, monocítica y linfocítica). La proliferación y maduración en la médula ósea de las células precursoras es estimulada por citocinas como las denominadas
factor estimulante de colonias.
• Timo: Es el sitio de maduración de los linfocitos T; es un órgano
bilobulado situado en el mediastino anterior. Cada lóbulo se divide
en múltiples lobulillos con septos fibrosos. Cada lobulillo consta
de una región cortical, adonde llegan los precursores de los linfocitos T (denominado Timocito), y una región medular con los linfocitos T ya maduros, que posteriormente pasarán a la sangre y a
órganos linfoides periféricos. También se encuentran dispersas,
células dendríticas y macrófagos procedentes de la médula ósea.
En la médula hay unas estructuras denominadas corpúsculos de
Hassall, espirales de células epiteliales que pueden ser restos de
células degeneradas.
A.1.2.2. Órganos linfoides secundarios o periféricos
• Bazo: Es el gran ganglio que drena los antígenos de la sangre. En un
adulto pesa unos 150 gramos. Está irrigado por la arteria esplénica
que acaba formando pequeñas arteriolas a las que se fijan folículos
linfoides. Se distinguen dos regiones: pulpa roja que participa en la
destrucción de eritrocitos deteriorados así como en su nueva generación y en la fagocitosis de ciertos microorganismos, y la pulpa blanca con el tejido linfoide y macrófagos que participan en la generación
de respuestas inmunes. La vena esplénica recoge la sangre y la lleva
desde el bazo hasta la circulación portal.
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• Sistema linfático y Ganglios linfáticos: Son los lugares en los que se
inician las respuestas inmunitarias frente a los antígenos transportados por la linfa. Son pequeños agregados nodulares de tejido rico en
linfocitos situados a lo largo de los conductos linfáticos distribuidos
por todo el cuerpo; está dividido en área cortical, con agregados de
células que constituyen los folículos, ricos en linfocitos B, área paracortical con los T, y médula central donde se producen todas las interacciones entre células inmunocompetentes maduras para activar la
respuesta inmune. Algunos folículos contienen áreas centrales llamadas centros germinales que se desarrollan en respuesta a antígenos y
que poseen alta densidad de células dendríticas. El líquido intersticial
absorbido, denominado linfa, fluye a través de los conductos linfáticos pasando por los diferentes ganglios, que actúan como filtros.
• Sistema MALT: Se asemejan a los ganglios linfoides, pero no están
encapsulados, y suelen desencadenar respuestas inmunes del tipo
IgA, que son anticuerpos que atraviesan la membrana mucosa y pueden impedir la entrada de microorganismos infecciosos. Ejemplos de
este tipo de tejido son las Placas de Peyer (intestino delgado) o las
amígdalas.
• Sistema inmunitario cutáneo: La piel es el órgano inmune mayor del
organismo. Las células de Langerhans epidérmicas constituyen el
entramado del sistema inmunitario cutáneo, constituyendo un entramado casi continuo que le permiten capturar prácticamente cualquier
antígeno y llevarlo a los ganglios linfáticos. También existen linfocitos intraepidérmicos que pueden reconocer específicamente al antígeno.
A.2. Antígeno
Se denomina así toda sustancia que, introducida en el organismo, se reconoce como no propia y es capaz, bajo condiciones apropiadas, de provocar una reacción o respuesta inmune específica. Esta respuesta o contestación inmune que es siempre específica frente al antígeno que la desencadena, puede ser de dos tipos:
• Reacción de tipo humoral consistente en la formación de anticuerpos (proteínas del grupo de las globulinas) que se unen específicamente al antígeno correspondiente. Es el tipo de inmunidad más frecuente en los procesos inmunohematológicos.
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• Reacción de tipo celular, caracterizada por la activación de linfocitos o células inmunocompetentes bajo la influencia de un antígeno.
Esta inmunidad, debido a que se acompaña, de liberación de substancias vasoactivas por las células, puede dar lugar a una reacción de
tipo inflamatorio.
Los antígenos se caracterizan por poseer un poder inmunógeno o capacidad de estimular la producción de anticuerpos y una estructura química
diferente según la naturaleza del antígeno que reacciona con el anticuerpo mediante un mecanismo de complementariedad química o estérica que
reacciona con el anticuerpo. La parte del antígeno que reacciona con el
anticuerpo se denomina determinante antigénico.
Los antígenos los podemos clasificar atendiendo a diversos parámetros en
los siguientes tipos:
• En función de su origen:
✓ Xenoantígeno: un antígeno perteneciente a una especie determinada, e introducido en otra especie distinta.
✓ Aloantígeno: antígeno de la misma especie, pero de individuos de distinto genotipo, por lo que es capaz de suscitar una
respuesta inmunitaria.
✓ Autoantígeno: antígeno presente normalmente en algunas células, y que es capaz de originar la formación de autoanticuerpos
al no ser reconocido como propio por el sistema inmune.
• En función de su estructura:
✓ Antígeno parcial: algunos antígenos están constituidos por
un mosaico de estructuras reactivas donde a cada una de ellas
le corresponde un anticuerpo específico. Cada una de dichas
estructuras, corresponde a un antígeno parcial.
✓ Antígeno compuesto: es el caso de que dos determinantes
antigénicos vecinos, pueden asociarse y provocar una nueva
estructura antigénica, reconocida por un “tercer” anticuerpo.
• En función de su localización:
✓ Antígeno de membrana: se localiza sobre una membrana
celular, y es directamente accesible al anticuerpo o a los linfocitos efectores,
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✓ Criptoantígeno: se localiza en la parte interna de una membrana celular y no directamente accesible por el anticuerpo.
✓ Antígeno soluble: no se localiza en ninguna parte celular.
✓ Antígeno ubicuo: es aquel que según los casos puede estar
presente en numerosas especies diferentes, o presente en
diversos tipos celulares dentro de una misma especie.
• En función de su frecuencia en una determinada especie:
✓ Antígeno público: es un antígeno presente en la practica totalidad de los sujetos de una misma especie.
✓ Antígeno privado: es un antígeno que rara vez está presente
en los sujetos de una misma especie.
A.3. Anticuerpos
Los anticuerpos son proteínas plasmáticas que se han generado en el organismo como respuesta a la entrada de un antígeno. Pertenecen al grupo de
las globulinas, se hallan situadas en la fracción denominada gamma y
debido a su relación directa con la inmunidad se conocen con el nombre
de Inmunoglobulinas (Igs). Estas Igs pueden diferenciarse en los humanos en base a: su tamaño, función biológica, propiedades bioquímicas, y
actividad serológica.
De forma estructural, las inmunoglobulinas están constituidas por cuatro
cadenas: dos de ellas llamadas ligeras (denominadas kappa y lambda) y
otras dos llamadas pesadas debido a su diferente peso molecular (denominadas gamma, alfa, mu, delta y epsilon); las cadenas pesadas y las ligeras están unidas entre sí mediante puentes disulfuro y cada cadena está
formada por una región constante (C) y otra variable (V). En la región
constante, la composición de aminoácidos es siempre la misma, mientras
que, en la región variable, el número o la disposición de los mismos puede
variar según la naturaleza del antígeno. La región constante no varía
mucho entre anticuerpos de la misma clase y subclase (constituye el isotipo y el alotipo). La región variable es diferente entre los diferentes anticuerpos (constituye el idiotipo).
Las 4 cadenas de las Igs se unen en forma de Y con una región central
bisagra. Con proteasas vegetales (pepsina, papaína) se liberan dos fragmentos proteicos:
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El tallo se denomina Fragmento cristalizable (Fc) y es la región constante por donde el anticuerpo puede unirse a la célula con un receptor específico, siendo la región que determina las propiedades biológicas de la Igs.
La parte bifurcada de la Y constituye el fragmento denominado
Fragmento de unión al antígeno (Fab: fragment antigen-binding). Es la
zona más variable y se une a cada determinante antigénico compatible.
Las inmunoglobulinas en general, tienen las siguientes propiedades:
✓ Capacidad de unirse con el antígeno. Esta unión se realiza a nivel
de las regiones variables de sus cadenas (ligeras y pesadas).
✓ Pueden unirse al complemento (C3) a nivel de una porción de las
cadenas pesadas.
✓ Las inmunoglobulinas IgG pueden atravesar la barrera placentaria.
Se distinguen los siguientes tipos de Igs:
• IgM.
Es la Igs más grande y su estructura es pentamérica (5 moléculas
unidas por puentes disulfuro y por una cadena J de unión); representa el 5-10% de las mismas y es la primera inmunoglobulina que sintetiza el neonato por sí mismo, y también es la primera en aparecer
durante la respuesta primaria. Debido a su gran tamaño está confinada en el torrente circulatorio por lo que no se extravasa a los tejidos
y al espacio extravascular.
Fija el complemento ya que para activar el componente C1q se
requieren dos moléculas de inmunoglobulinas cercanas, cosa que la
pentamérica IgM logra "por definición", y es mucho más eficaz que
la IgG en la activación del complemento y en la aglutinación. No
atraviesa la barrera placentaria.
Muchos anticuerpos de grupos sanguíneos son capaces de aglutinar
hematíes que poseen los antígenos correspondientes, si se realizan
pruebas de compatibilidad en salina a temperatura ambiente, y se
trata de anticuerpos IgM.
• IgG.
Es la Igs más abundante en el plasma, representando el 70-80% del
total de las mismas, y debido a su peso molecular muy pequeño
32
puede difundirse por los fluidos intersticiales. Existen cuatro subclases en humanos, que se diferencian estructuralmente entre sí por el
tamaño de la región bisagra y el número de puentes disulfuro entre
las cadenas pesadas, y funcionalmente por sus diversas actividades
biológicas (IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4). Las IgG1 e IgG3 funcionan
muy bien como opsoninas: se unen a receptores Fc de la superficie
de células fagocíticas (sobre todo macrófagos), ayudándolas a fagocitar y destruir el microorganismo. La IgG3 más que la IgG1 y más
que la IgG2 activan el complemento por la ruta clásica; cierto dominio de dos moléculas de IgG se une al componente C1q del complemento, para iniciar la activación de éste. La IgG1, IgG3 e IgG4 cruzan fácilmente la placenta, por lo que es la primera línea de defensa
en los primeros meses de vida.
La IgG es el anticuerpo predominante que se produce en la respuesta inmune secundaria, y por lo tanto es el de mayor importancia clínica en la medicina transfusional. La gran mayoría de los antígenos
de los distintos grupos sanguíneos pueden desencadenar la producción de anticuerpos de tipo IgG que poseen las siguientes características: se detectan mediante pruebas basadas en sus características
como reacción a 37º C, aglutinación indirecta y hemólisis; de ahí que
las pruebas cruzadas de compatibilidad tengan como principal objetivo detectar e identificar anticuerpos de tipo IgG.
• IgA.
Existen dos subclases de IgA: La IgA1 y la IgA2. Representa un 1015% del total de Igs circulantes (predominantemente la IgA1 en
forma de monómeros); pero en las secreciones seromucosas (saliva,
lágrimas, fluido nasal, tracto bronquial, tracto genitourinario, tracto
digestivo, leche materna y calostro) es muy abundante la IgA2, que
aparece como dímero, se produce en grandes cantidades y juega un
papel muy importante como línea de defensa en el tracto respiratorio, gastrointestinal y genito-urinario.
La IgA no atraviesa la barrera placentaria ni es capaz de fijar el complemento. En medicina transfusional tiene interés las personas con
déficit de IgA que pueden desarrollar anticuerpos anti-IgA que provocan reacciones transfusionales anafilácticas severas; por lo que en
éstos pacientes hay que administrar sangre y componentes carentes
de IgA.
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• IgE.
Es la menos abundante en suero (0.3 mg/mL). Es la mediadora de las
reacciones de hipersensibilidad inmediata (alergias), como la fiebre
del heno, asma extrínseco o el shock anafiláctico; para ello, las moléculas de IgE se unen a receptores específicos para Fc de IgE situados
en las membranas de los mastocitos tisulares y de los basófilos sanguíneos. Cuando dos moléculas de IgE unidas a sus respectivos
receptores en estas células se entrecruzan con el alergeno específico,
se produce la degranulación de los mismos, lo que libera mediadores
farmacológicamente activos, como histamina y ciertas citocinas.
También se provoca la síntesis de novo de prostaglandinas y leucotrienos. Todo ello colabora en los síntomas de alergia.
La IgE también juega un papel fisiológico, beneficioso: confiere protección local frente a ciertos patógenos grandes, como ciertos parásitos,
reclutando células plasmáticas y efectoras a través de una reacción de
inflamación aguda. Si el parásito ha logrado atravesar la barrera de las
mucosas y la de la sIgA, puede ser reconocido por moléculas de IgE
específicas previamente unidas a receptores de mastocitos; ello desencadena una reacción inflamatoria aguda en la que las aminas vasoactivas
(histamina) y diversos factores quimiotácticos atraen a polimorfonucleares neutrófilos; a continuación entran en el tejido moléculas de IgG, componentes del complemento, granulocitos y eosinófilos. Estos últimos
reconocen al parásito recubierto por IgG, y colaboran en su destrucción.
• IgD.
Representa menos del 1% de todas las Igs. Es fundamentalmente una
Ig de membrana celular, que se localiza sobre todo en la superficie
de los linfocitos B. No activa el complemento ni cruza la placenta.
Se conoce poco sobre su función, y no se han detectado anticuerpos
de su naturaleza frente a las células sanguíneas, por lo que carece de
interés transfusional.
A.4. Reacciones antígeno-anticuerpo
En el momento en el que un anticuerpo entra en contacto con un antígeno
contra el que está dirigido, ambos se unen formando el complejo antígeno-anticuerpo, cuya unión es no covalente, y por tanto reversible, pero da
lugar a la denominada reacción antígeno-anticuerpo de interés relevante
en inmunohematología.
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Las reacciones antígeno-anticuerpo (tanto “in vivo” e “in vitro”) están
sometidas a diversas condiciones del medio en que se realizan, destacando entre ellas las siguientes:
• Composición del medio: proteínas, fuerza iónica, pH.
• Temperatura. La intensidad de las reacciones antígeno-anticuerpo
varía en función de la temperatura. Debido a ello se distinguen dos
tipos de anticuerpos: calientes (que reaccionan principalmente a 37º
C) y fríos (activos a 4º C). Entre ambos existe una gama de anticuerpos que actúan a temperaturas intermedias.
• Proporción relativa de antígeno y anticuerpo. Es fundamental para
el desarrollo y visualización “in vitro” de toda reacción antígenoanticuerpo. Si en una serie de tubos se coloca una cantidad constante de anticuerpos y a cada uno de ellos se añaden cantidades crecientes de antígeno, al valorar en el sobrenadante y en el paquete de
hematíes la cantidad de complejos antígeno-anticuerpos formados,
observaremos una curva con características distintas en función del
exceso de antígeno o anticuerpo.
Las reacciones antígeno-anticuerpo eritrocitarias “in vitro”, pueden ser de
diferente tipo, de las cuales las más importantes son:
• Hemólisis. La unión del anticuerpo al antígeno produce la lisis eritrocitaria en presencia del complemento.
• Aglutinación. El anticuerpo al fijarse sobre los hematíes favorece su
aglutinación. Estos anticuerpos que reaccionan en medio salino se
conocen como anticuerpos "completos" o aglutinantes.
• Aglutinación en medio macromolecular. Son anticuerpos que sólo
producen aglutinación eritrocitaria cuando los hematíes se hallan suspendidos en una solución de macromoléculas (albúmina al 30%, dextrano u otras).
• Prueba de Coombs o antiglobulínica. Es un procedimiento útil para
poner de manifiesto la presencia de anticuerpos sensibilizantes o
incompletos, y consiste en enfrentar hematíes recubiertos de anticuerpos sensibilizantes con anticuerpos dirigidos contra los propios
anticuerpos sensibilizantes.
Las reacciones antígeno-anticuerpo eritrocitarios pueden presentar “in
vivo” tres consecuencias:
35
• Aglutinación eritrocitaria y destrucción intravascular de los hematíes aglutinados. En ocasiones, esta reacción es muy rápida e intensa
(hemólisis aguda).
• Hemólisis producida por la fijación del anticuerpo y acción posterior
del complemento.
• Unión del anticuerpo al hematíe, facilitando con ello la captación y
destrucción del mismo por las células del sistema mononuclear fagocítico.
A.5. Sistema del complemento
Se define el complemento como un sistema funcional de aproximadamente 30 proteínas séricas, que circulan en el plasma en su forma inactiva, y que interaccionan entre sí de modo regulado, formando una cascada enzimática, que permite una amplificación de la respuesta humoral. La activación y fijación del complemento a microorganismos constituye un importantísimo mecanismo efector del sistema inmune, facilitando la eliminación del antígeno y generando una respuesta inflamatoria.
Existen varios receptores específicos para los distintos componentes activados del complemento, y que se localizan en las distintas poblaciones de
leucocitos.
Las consecuencias de la activación y fijación del complemento incluyen:
• Lisis del microorganismo o célula diana (en medicina transfusional,
el hematíe).
• Opsonización, con la consiguiente mejora de la fagocitosis y destrucción.
• Los productos difusibles del complemento activado provocan un
incremento de la quimiotaxis sobre los fagocitos y actuan como anafilotoxinas en el control de la respuesta inflamatoria.
• Amplificación de la respuesta humoral específica.
• Eliminación de los inmunocomplejos.
Hasta hace muy poco se hablaba de dos rutas de activación del complemento (la clásica y la alternativa), pero recientemente se ha descubierto
una tercera vía, denominada vía de las lecitinas.
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• La vía clásica conecta con el sistema inmune adaptativo por medio de
su interacción con inmunocomplejos.
• La vía alternativa conecta con el sistema de inmunidad natural o inespecífica, interaccionando directamente con la superficie del microorganismo.
• La vía de las lecitinas es una especie de variante de la ruta clásica,
pero que se inicia sin necesidad de anticuerpos, y por lo tanto pertenece al sistema de inmunidad natural.
Las tres vías comparten las últimas fases, consistentes en el ensamblaje,
sobre la superficie del microorganismo, del denominado complejo de ataque a la membrana.
Los componentes de las primeras fases de las vías clásica y alternativa son
diferentes, pero su comparación muestra sus semejanzas estructurales y
funcionales. También existen semejanzas entre las proteínas C1 de la vía
clásica y las proteínas recién descubiertas de la vía de las lectinas. Parece
ser que las moléculas implicadas en cada vía debieron evolucionar por
duplicación génica y ulterior diversificación.
A.6. Respuesta inmune
Es la actuación integrada de un gran número de mecanismos heterogéneos de defensa contra sustancias y agentes extraños. Distinguimos dos tipos
de respuesta: la innata o inespecífica, y la adaptativa o específica.
A.6.1. Respuesta innata o inespecífica
Esta respuesta innata o inespecífica viene determinada por la primera
línea de defensa del organismo:
• Las barreras físicas que suponen la piel intacta y las membranas
mucosas.
• Ciertos factores fisiológicos como: el ácido clorhídrico en la cavidad
estomacal, el epitelio ciliado del tracto respiratorio, las grandes cantidades de ácidos grasos no saturados en la piel, sudor, lágrimas y
flora natural.
• Las células fagocíticas del sistema retículo-endotelial, capaces de
englobar y destruir organismos que han penetrado en el organismo.
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• La reacción inflamatoria del organismo a la lesión o injuria que se
caracteriza por: aumento del suministro de sangre al área afecta,
aumento de la permeabilidad capilar, y la migración leucocitaria al
tejido circundante a la lesión; todo ello provoca los síntomas del proceso inflamatorio: hinchazón, calor, dolor y rubor.
• La capa epitelial puede producir péptidos dotados de una función
antibiótica natural, así como existen linfocitos intraepiteliales que
son un nexo de unión con la inmunidad adaptativa.
• Otros componentes celulares son los neutrófilos (fagocitan y destruyen microorganismos), los macrófagos (igual que los neutrófilos y
secretan citocinas que estimulan la inflamación y presentan antígeno
para activar la respuesta adaptativa) y las células NK (lisis de células
infectadas y activación de macrófagos).
• Proteínas efectoras circulantes: Complemento (destrucción de microorganismos, opsonización, activación de leucocitos), Lectinas (activación del complemento), factores de coagulación (aislamiento de
los tejidos infectados).
• Citocinas: TNF, IL-1 (inflamación e inducción de fiebre), IFNa,
IFNb (resistencia a infecciones virales), IFNg (activación leucocitos), IL-10, TGFb (control de la inflamación).
A.6.2. Respuesta adaptativa o específica
La respuesta inmunitaria adaptativa o específica viene determinada por
la especificidad, el reconocimiento, la memoria, y la reacción específica:
• Presenta la habilidad de reconocer lo propio y lo extraño.
• La exposición a sustancias o materiales no propios y por lo tanto
extraños, provoca la generación de anticuerpos (inmunidad humoral)
y la activación celular de los linfocitos T (inmunidad celular).
• Existe un alto grado de interacción entre ambos sistemas (humoral y
celular).
• En inmunohematología, tiene un mayor interés y relevancia las causas y los efectos de la inmunidad humoral.
• Presenta las siguientes características:
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✓ Especificidad: antígenos distintos estimulan respuestas específicas distintas.
✓ Diversidad: respuesta frente a una gran variedad de antígenos.
✓ Memoria: exposiciones repetidas del mismo antígeno producen
respuestas aumentadas.
✓ Especialización: se producen respuestas óptimas frente a diferentes tipos de antígenos.
✓ Autolimitación: se regula el sistema inmunitario, llevándolo a un
estado de reposo después de eliminado el antígeno (homeostasis).
✓ Ausencia de autorreactividad: se impide la lesión del huésped
durante la respuesta a los antígenos.
A.6.3. Regulación de la respuesta inmune
La respuesta inmune tiene unos mecanismos muy complejos de regulación, pero sí estos fallan, se pueden producir una serie de alteraciones muy
diversas que oscilan entre: un exceso de respuesta, que puede producir un
proceso inflamatorio llamado hipersensibilidad, una deficiente regulación
de lo que son antígenos propios y extraños, que puede conducir a un proceso de autoinmunidad, y un defecto de activación de la vigilancia inmunológica, que puede conducir a un déficit inmunitario caracterizado por la
infección por gérmenes, aparición de tumores, etc.
En medicina transfusional, tienen interés sobre todo las dos primeras, y en
especial las denominadas reacciones de hipersensibilidad, ya que diversas
reacciones transfusionales se producen mediante un mecanismo de hipersensibilidad.
Las reacciones de hipersensibilidad se producen por una respuesta inmune excesiva frente a sustancias normalmente no infecciosas denominadas
alérgenos.
En todos los casos de hipersensibilidad, el primer contacto con el alérgeno no origina ningún tipo de reacción importante, pero se sensibilizan las
células de memoria para producir la sintomatología clínica tras una segunda exposición.
Según los componentes del sistema inmune que inician la respuesta y si
ésta se produce de una forma inmediata o de una forma "retardada", se
39
pueden distinguir cuatro tipos distintos de reacciones de hipersensibilidad,
siendo las dos primeras las que tienen más relevancia en medicina transfusional:
• Hipersensibilidad de tipo I: Es el caso más conocido de alergia
(polen, penicilina, picaduras de insecto, alergias alimentarias). Se
produce una respuesta de tipo IgE, que se une a los receptores Fc de
los mastocitos, sensibilizándolos. Una segunda exposición al antígeno activa a estas células liberándose mediadores fisiológicos como
histaminas, leucotrienos, heparina, etc. Se produce contracción del
músculo liso, vasodilatación, secreción de moco (anafilaxia). La
reacción puede ser sistémica, provocando graves trastornos (shock
circulatorio, muerte: penicilina, picaduras de insectos en casos extremos) o localizada (fiebre del heno: polen, ácaros del polvo doméstico; alergias alimentarias con los típicos "habones").
• Hipersensibilidad de tipo II: Es el caso donde el alérgeno es o se
une a una célula (reacción tras recibir una transfusión de sangre de
diferente grupo). Recibe el nombre de reacción citotóxica o citolítica, y está mediada por IgG o IgM que, tras unirse a la superficie celular, activan las rutas del complemento.
• Hipersensibilidad de tipo III: Implica la formación de inmunocomplejos (por IgG) que no son eliminados de forma normal, acaban acumulándose y produciendo daños en los vasos sanguíneos, riñón y/o
articulaciones.
• Hipersensibilidad de tipo IV: También se denomina hipersensibilidad de tipo retardada por ser más lenta que las demás (hasta varios
días). Está mediada por Linfocitos Th1. Se produce una activación
específica de estos linfocitos que conduce a un proceso de inflamación y daño tisular considerable.
B. Conceptos básicos en genética
La Genética es la ciencia que trata de la reproducción, herencia, variación
y del conjunto de fenómenos y problemas relativos a la descendencia;
desde el punto de vista clínico, estudia los factores genéticos que inciden
en la aparición de ciertas enfermedades.
Existen una serie de conceptos básicos dentro de la genética, que son
indispensables para entender las bases de la medicina transfusional:
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Ácidos nucléicos: moléculas formadas por macropolímeros de nucleótidos o polinucleótidos, que están presentes en todas las células, constituyendo la base material de la herencia transmisible.
ADN: abreviatura de ácido desoxirribonucleico. Es la molécula que
contiene y transmite la información genética de los organismos
excepto en algunos tipos de virus (retrovirus). Está formada por dos
cadenas complementarias de nucleótidos que se enrollan entre sí
formando una doble hélice que se mantiene unida por enlaces de
hidrógeno entre bases complementarias. Los cuatro nucleótidos que
forman el ADN contienen las bases adenina (A), guanina (G), citosina (C) y timina (T). Dado que en el ADN la adenina se empareja
sólo con la timina y la citosina sólo con la guanina, cada cadena del
ADN puede ser empleada como molde para fabricar su complementaria.
ARN: molécula formada por un poli-ribonucleótido de longitud variable que contiene Uracilo en vez de Timina. Hay cuatro tipos: ARN
mensajero (ARNm), ARN ribosómico (ARNr), ARN transferente
(ARNt) y un ARN heterogéneo nuclear (ARNHn).
Alelos: cada una de las variantes génicas que puede ocupar un locus
cromosómico y que controla el mismo carácter.
Cariotipo: dotación cromosómica completa de un individuo o una
especie, que puede observarse durante la mitosis. El término también
se refiere a la presentación gráfica de los cromosomas, ordenados en
pares de homólogos y que se puede describir conforme a una nomenclatura convencional.
Cromosoma: corpúsculo intracelular que se compone de ADN asociado a proteínas y que representa una serie lineal de unidades funcionales denominadas “genes”.
Delección: pérdida de un segmento de un cromosoma.
Dominante: rasgo fenotípico (y el alelo que lo determina) que se
expresa en un individuo heterocigoto. Los alelos dominantes se denominan con letras mayúsculas para diferenciarlos de los recesivos.
Fenotipo: conjunto de características observables de un organismo o
grupo, fruto de la interacción entre su genotipo y el ambiente en que
éste se expresa.
41
Gen: es la unidad elemental de ADN capaz de: reproducirse por replicación, transmitir un mensaje hereditario y poder sufrir modificaciones
(mutaciones); ocupa un “locus” definido en un cromosoma.
Gen dominante: aquel que solo necesita un alelo para expresarse,
enmascarando la presencia de su alelo recesivo.
Gen estructural: el que codifica la formación de un determinado producto.
Gen mutante: gen que ha experimentado un cambio en su secuencia
de bases como pérdida, ganancia o intercambio de material genético,
lo que afecta a la transmisión normal y a la expresión del carácter para
el que codifica. Estos genes pueden convertirse en inactivos o mostrar
actividad reducida, aumentada o antagonista.
Gen recesivo: gen que sólo se expresa si están presentes dos copias,
una de cada progenitor.
Gen supresor: unidad de información genética, capaz de invertir los
efectos de un tipo específico de mutación de otros genes.
Genoma: conjunto de todos los genes de un organismo.
Genotipo: conjunto de los alelos de un individuo en uno, varios o
todos sus loci.
Haplotipo: la porción del fenotipo determinada por genes íntimamente ligados de un solo cromosoma heredados en un sólo progenitor.
Herencia: proceso por el cual determinados rasgos o características se
transmiten de padres a hijos. Implica la separación y recombinación de
genes durante la meiosis y las posibles influencias posteriores sobre el
material genético durante la embriogénesis.
Herencia mendeliana: patrón de herencia monofactorial definido por
Mendel, puede ser autosómica (dominante o recesiva) o ligada al cromosoma X.
Herencia multifactorial: Patrón de herencia de los rasgos fenotípicos
que están determinados a la vez por factores genéticos (a menudo por
varios genes) y por factores ambientales.
Herencia dominante: patrón de herencia de un rasgo fenotípico que
solo precisa un alelo de un determinado gen para expresarse. Los ale42
los dominantes se denominan con letras mayúsculas para diferenciarlos de los recesivos.
Herencia recesiva: patrón de herencia de un rasgo fenotípico que precisa ambos alelos de un determinado gen para poder expresarse. Los
alelos recesivos se denominan con letras minúsculas para diferenciarlos de los dominantes.
Herencia co-dominante: patrón de herencia de un rasgo fenotípico que se
expresan los dos alelos de un determinado gen. Ninguno de los dos alelos
es dominante o recesivo, de modo que ambos influencian el fenotipo.
Heterocigoto: se denomina así a una célula que posee dos genes alelos diferentes en un locus determinado de dos cromosomas homólogos.
Homocigoto: se denomina así a una célula que posee dos genes alelos
idénticos en un locus determinado de dos cromosomas homólogos.
Idiotipo: un único determinante antigénico en la región variable de un
anticuerpo.
Isotipo: variaciones genéticas dentro de la familia de proteínas o péptidos.
Locus o “loci”: es el lugar de emplazamiento de un gen en un determinado cromosoma.
Mutación: cambios en la secuencia de bases en el material genético.
Recesivo: rasgo fenotípico (y los alelos que lo determinan) que sólo se
expresa en el estado homocigoto o hemicigoto. Los alelos recesivos se
denominan con letras minúsculas para diferenciarlos de los dominantes.
Replicación: proceso por el que una molécula de ADN o ARN origina otra idéntica a la preexistente.
Seudogen: gen inactivo.
Translocación: modificación estructural de cromosomas en la que un
segmento cromosómico cambia de posición bien en el propio cromosoma o en otro cromosoma.
C. Grupos sanguíneos eritrocitarios
Los denominados grupos sanguíneos son un conjunto de sustancias de
naturaleza proteíca compleja, que se localizan de forma fundamental, en la
43
membrana de los eritrocitos. Dichas sustancias, tienen un carácter antigénico, por lo que existen anticuerpos capaces de reaccionar con las mismas.
Los antígenos eritrocitarios se agrupan en sistemas (Tabla 1.1.), siendo la base
fundamental que define un sistema su independencia genética. Todos los antígenos pertenecientes a un mismo sistema se transmiten de forma conjunta,
pero son independientes entre sí y pueden estar asociados o presentar una relación inmunológica con antígenos pertenecientes a otros sistemas (Tabla 1.2.).
Algunos antígenos no han encontrado su lugar en ningún sistema concreto, motivo por el cual no han recibido la denominación de sistema, y se
agrupan en función de colecciones de grupos sanguíneos (Tabla 1.26.), y
de antígenos de baja (Tabla 1.27.) o alta frecuencia (Tabla 1.28.).
Los antígenos de grupo sanguíneo pueden ser producto directo de su gen
correspondiente (caso de los antígenos del sistema Rh) o productos indirectos (caso de los antígenos del sistema ABO), donde el gen determina la
producción de un enzima, que a su vez modifica una sustancia base para
dar lugar al antígeno eritrocitario correspondiente.
Los anticuerpos frente a los sistemas antigénicos eritrocitarios, suelen ser
del tipo IgG e IgM, y más raramente IgA; y pueden ser agrupados en base
a ciertas características:
• En función de su origen:
✓ Heteroanticuerpos: procedentes de otras especies animales o
vegetales.
✓ Aloanticuerpos: procedentes de la misma especie, pero de individuos de constitución antigénica diferente.
✓ Autoanticuerpos: dirigidos contra los propios hematíes del individuo.
• En función de su mecanismo de aparición:
✓ Naturales: existen sin estimulo previo demostrable.
✓ Inmunes: existe un estimulo antigénico evidente que determina
su aparición.
✓ Regulares: se hallan siempre presentes cuando el organismo
carece del antígeno correspondiente.
✓ Irregulares: no necesariamente existen en ausencia del antígeno
correspondiente.
44
• En función de su detección:
✓ Aglutinantes: también denominados “completos”, son aquellos
en los que no es necesario modificar el medio salino “in vitro”
para que se produzca la aglutinación.
✓ Sensibilizantes: también denominados “incompletos”, son aquellos
que necesitan una modificación previa del medio, capaz de variar el
potencial zeta eritrocitario para que se produzca la aglutinación.
Tabla 1.1. Principales sistemas de grupos sanguíneos, con sus respectivos
símbolos, genes y localización cromosómica
Número
Nombre del
Sistema
Símbolo del
Sistema
Nombre del gen
(o genes)
Localización
cromosómica
001
002
003
004
005
006
007
008
009
010
011
012
013
014
015
016
017
018
019
020
021
022
023
024
025
026
027
028
029
ABO
MNS
P
Rh
Lutheran
Kell
Lewis
Duffy
Kidd
Diego
Cartwright
Xg
Scianna
Dombrock
Colton
Landsteiner-Wiener
Chido/Rodgers
Hh
Kx
Gerbich
Cromer
Knops
Indian
Ok
Raph
John Milton Hagen
I
Globoside
GIL
ABO
MNS
P1
RH
LU
KEL
LE
FY
JK
DI
YT
XG
SC
DO
CO
LW
CH/RG
H
XK
GE
CROM
KN
IN
OK
RAPH
JMH
I
GLOB
GIL
ABO
GYPA,GYPB,GYPE
P1
RHD, RHCE
LU
KEL
FUT3
FY
SLC14A1
SLC4A1
ACHE
XG, MIC2
ERMAP
DO
AQP1
LW
C4A, C4B
FUT1
XK
GYPC
DAF
CR1
CD44
BSG
MER2
SEMA7A
CGNT2
B3GALT3
AQP3
9q34.1-q34.2
4q28-q31
22q11.2-qter
1p36.2-p34
19q13.2
7q33
19p13.3
1q22-q23
18q11.1-q11.2
17q21-q22
7q22
Xp22.32, Yp11.3
1p36.2-p22.1
12p13.2-p12.1
7p14
19p13.3
6p21.3
19q13
Xp21.1
2q14-q21
1q32
1q32
11p13
19pter-p13.2
11p15.5
15q23-q24
6p24
3q25
9p13
(Clasificación de la ISBT –International Society of Blood Transfusion–, Vancouver 2002).
45
Tabla 1.2. Principales antígenos de los sistemas de los grupos sanguíneos
Sistema
Número de Antígeno
001
002
003
004
005
006
007
008
009
010
001
ABO
A
B
A,B
A1
obs
002
MNS
M
N
S
s
U
He
Mia
Mc
Vw
Mur
003
P
P1
obs
obs
004
RH
D
C
E
c
e
f
Ce
Cw
Cx
V
LU
Lua
Lub
Lu3
Lu4
Lu5
Lu6
Lu7
Lu8
Lu9
obs
Kpb
Ku
Jsa
Jsb
obs
obs
Ula
Wu
Bpa
005
006
KEL
K
k
Kpa
007
LE
Lea
Leb
Leab
LebH ALeb BLeb
008
FY
Fya
Fyb
Fy3
Fy4
Fy5
Fy6
009
JK
Jka
Jkb
Jk3
010
DI
Dia
Dib
Wra
Wrb
Wda
Rba WARR ELO
011
YT
Yta
Ytb
012
XG
Xga
CD99
013
SC
Sc1
Sc2
Sc3
Rd
014
DO
Doa
Dob
Gya
Hy
Joa
015
CO
Coa
Cob
Co3
016
LW
obs
obs
obs
obs
LWa
LWab
LWb
017 CH/RG Ch1
Ch2
Ch3
Ch4
Ch5
Ch6
WH
018
H
H
019
XK
Kx
020
GE
obs
Ge2
Ge3
Ge4
Wb
Lsa
Ana
021 CROM
Cra
Tca
Tcb
Tcc
Dra
Esa
IFC
022
KN
Kna
Knb
McCa
Sl1
Yka
McCb
Sl2
023
IN
Ina
Inb
024
OK
Oka
025 RAPH MER2
026
JMH
JMH
027
I
I
028 GLOB
029
GIL
P
GIL
(Clasificación de la ISBT Vancouver, 2002).
46
Dha
WESa WESb UMC
Sl3
Tabla 1.2. (Cont.) Principales sistemas de los grupos sanguíneos
Sistema
Número de Antígeno
011
002
004
MNS
Mg
RH
Ew
005
LU
006
010
012
013
014
015
016
017
018
019
020
Vr
Me
Mta
Sta
Ria
Cla
Nya
Hut
Hil
Hr
hrS
VS
Aua
Aub
Lu20
K17
K18
K19
Km
Jna
KREP
Tra
Fra
027
028
029
030
Nob
Ena
ENKT
`N'
cE
hrH
Rh29
Goa
038
039
040
G
obs
obs
obs
obs
Hro
Lu11 Lu12 Lu13 Lu14
obs
Lu16 Lu17
KEL
K11
K12
K13
K14
obs
K16
DI
Moa
Hga
Vga
Swa BOW NFLD
017 CH/RG Rg1
Rg2
021 CROM GUTI
Sistema
Número de Antígeno
021
002
MNS
Mv
004
RH
CG
005
LU
Lu21
006
KEL
Kpc
DI
SW1
010
022
023
Far
sD
024
Mit
CE
Dw
obs
K22
K23
K24 VLAN TOU
Sistema
026
Dantu Hop
obs
c-like
RAZ
Número de Antígeno
031
032
033
002 MNS
Or
004
hrB
Rh32 Rh33
041
042
RH
025
034
035
DANE TSEN MINY MUT
HrB
Sistema
Rh35
036
037
SAT ERIK
Osa
ENEP ENEH
Bea
obs
Rh39
Tar
049
050
Evans
Número de Antígeno
043
044
045
046
047
048
Nou
Riv
Sec
Dav
JAL STEM FPTT
002 MNS HAG ENAV MARS
004
RH Rh41 Rh42 Crawford
Sistema
Número de Antígeno
051
004
RH
052
053
054
055
MAR BARC JAHK DAK LOCR
(Clasificación de la ISBT Vancouver, 2002).
47
C.1. Sistema ABO
El sistema ABO (número 001 en la clasificación de la ISBT) no solo fue
el primer sistema descrito (Landsteiner, 1900), sino el más importante en
Medicina Transfusional, ya que siempre existe una presencia sistemática
de anticuerpos regulares (activos a 37º C y fijadores de complemento)
dirigidos contra los antígenos de los que carece el individuo portador de
los mismos, lo que ocasiona reacciones hemolíticas graves en el caso de
una transfusión ABO incompatible.
C.1.1. Antígenos del sistema ABO
Los antígenos de los sistemas de grupos sanguíneos ABO, H, P, I, e Lewis,
se encuentran en moléculas de carbohidratos relacionadas. Los antígenos
resultan de la acción de glucosiltransferasas específicas, que añaden a las
moléculas glúcidos de forma secuencial en zonas de las cadenas cortas de
los carbohidratos (oligosacáridos). Estos oligosacáridos pueden unirse a
moléculas proteicas (glucoproteínas), esfingolípidicas (glucoesfingolípidos) o lipidícas (glucolípidos), determinando así los distintos antígenos
que componen dichos sistemas.
El gen ABO que codifica el sistema ABO se localizan en el cromosoma 9,
está relacionado con el del sistema Hh (FUT1) y con el (FUT2) del llamado sistema Secretor (Se/se, que no es propiamente un sistema de grupo
sanguíneo). Los individuos que exhiben el antígeno H y Se, son capaces
de sintetizar una enzima (glucosiltransferasa), que añade L-fucosa a una
sustancia precursora, determinando la formación de la llamada sustancia
H, que es a su vez la precursora de los antígenos A y B. La existencia del
gen A (del sistema ABO) codifica la síntesis de otra transferasa que añade
N-acetil-galactosamina a la sustancia H, transformándola en la sustancia
A; el gen B codifica la síntesis de otra transferasa que añade D-galactosa
a la sustancia H, con lo que la transforma en la sustancia B. El gen O no
codifica ninguna enzima funcional. En función de la sustancias H, A, y B
que están presentes en los hematíes, se determina el grupo sanguíneo
ABO, tal y como se describe en la Tabla 1.3.
Los antígenos del sistema ABO son dos: A y B, y se localizan en la porción
externa de la membrana eritrocitaria (estableciendo los cuatro grupos sanguíneos en función de su presencia o ausencia en los hematíes, Tabla 1.4);
existen variaciones antigénicas con especificidad A, de tal manera que el
80% presenta la A1, y el 20% la A2 (si bien hay descritas variantes más
48
débiles, A3, Ax, Am, Aend, Ael, y otras que representan menos del 1%); también existen variantes del antígeno B, si bien mucho menos comunes que
las del antígeno A (B3, Bx, y Bel).
Tabla 1.3. Sustancias ABH y grupo ABO
Sustancias en hematíes
Grupo ABO
H
HyA
HyB
H, A y B
O
A
B
AB
Tabla 1.4. Antígenos y anticuerpos del sistema ABO
Grupo
Fenotipo
sanguíneo
O
A
B
AB
O
A
A
B
AB
AB
Genotipo Subgrupo
OO
OA o AA
OA o AA
OB o BB
AB
AB
–
A1
A2
–
A1B
A2B
Antígenos
eritrocitarios
Anticuerpos
séricos
H(*)
A + A1
A
B
A + A1 + B
A+B
anti-A, anti-A1, anti-B
Anti-B
Anti-B, anti-A1(#)
Anti-A, anti-A1
ninguno
Anti-A1(#)
Con excepciones muy raras, los hematíes humanos expresan el antígeno H. La cantidad de antígeno
H está influenciada por el grupo ABO: O>A2>A2B>B>A1>A1B.
#Anti-A1 se encuentra en el 1-8% de los sujetos A2 y en el 25% de los A2B.
C.1.2. Anticuerpos del sistema ABO
Los anticuerpos frente a los antígenos del sistema ABO, aparecen en los
primeros 3-6 meses de vida, tras contacto con sustancias que muestran
una estructura similar a los antígenos ABH, y lo hacen de forma “natural”.
Generalmente son una combinación de moléculas IgM e IgG que fijan el
complemento.
El anti-A, anti-B y anti-A,B causan reacciones hemolíticas intravasculares severas (RHT), así como casos de enfermedad hemolítica del recién
nacido (EHRN). Unidades de sangre antígeno negativas deben seleccionarse para la transfusión. El anti-A1 (presente en un 8% de los individuos
49
A2, y en un tercio de los A2B) raramente está activo a 37° C, y no se le
considera clínicamente significativo (no ha causado cuadros de EHRN), si
bien unidades de sangre compatibles en fase de antiglobulina deben seleccionarse para su administración. Productos plasmáticos con altos títulos
de anticuerpos ABO, sólo deben administrarse a receptores de grupo O.
C.2. Sistemas asociados al sistema ABO
C.2.1. Sistema Hh
El sistema Hh (número 018 en la clasificación de la ISBT), se considera
que posee dos genes (H y h), siendo los antígenos H los que actúan como
precursores moleculares de los antígenos A y B, en tanto que el gen h se
considera amorfo. Los hematíes del grupo O carecen de antígenos A y B,
y su membrana expresa el antígeno H. Existen individuos con un fenotipo excepcional denominado “Bombay” (Oh), que carecen de antígenos H,
y desarrollan anti-A, anti-B y anti-H potentes.
Los anticuerpos Anti-H están siempre está presentes en el suero de individuos con fenotipo Oh (Bombay, –eritrocitos H-deficientes, no secretores-). Como el anti-A y anti-B; es probable que el anti-H cause una RHT
inmediata severa, por lo que unidades con el mismo fenotipo Oh
(Bombay) deben seleccionarse para la transfusión. El anti-H ha causado
ENRN severas.
Algunos fenotipos no secretores de grupo A o B tienen niveles muy bajos
de eritrocitos que exhiben el antígeno H (denominados fenotipos “paraBombay”, Ah o Bh). Estos individuos normalmente presentan un anti-H
sérico, aunque raramente en títulos altos. Existe escasa información sobre
la importancia clínica del anti-H en los sujetos Ah o Bh. Si están disponibles, unidades con fenotipo Oh (Bombay) deben seleccionarse para su
administración, en caso contrario unidades ABO compatibles (A para Ah,
y B para Bh) pueden utilizarse.
El anti-HI está presente en el suero de individuos con algunos fenotipos
“para Bombay” (eritrocitos H-deficientes, secretores) y se encuentra ocasionalmente en personas de grupo A1, A1B y B. El anti-HI no es normalmente activo a 37° C, y unidades de sangre ABO idénticas y compatibles
a 37° C, pueden utilizarse para la transfusión. Si el anticuerpo está activo
a 37° C, unidades ABO idénticas al paciente deben usarse, en tanto que
las unidades de grupo O y A2 están contraindicadas.
50
C.2.2. Sistema Lewis
El sistema Lewis (número 007 de la ISBT) es mucho más que un sistema
eritrocitario, ya que los antígenos que lo componen están también presentes en el plasma y en distintas secreciones corporales.
Los antígenos del sistema Lewis (Lea y Leb) se localizan en glucoesfingolípidos solubles que están presentes en la saliva y en el plasma, de
donde son posteriormente adsorbidos por la membrana eritrocitaria; derivan de las mismas sustancias precursoras de los antígenos ABH. Están
codificados por el gen Le (FUT3), y como en el caso de los antígenos A,
B y H, resultan de la acción de una fucosil-transferasa. Los individuos que
presentan los genes Le y Se, poseen hematíes que exhiben el antígeno Leb,
pero no el Lea; en cambio los que presentan el gen Le pero no el Se, expresan el Lea. Las frecuencias y los distintos fenotipos del sistema Lewis se
reflejan en la Tabla 1.5.
Tabla 1.5. Fenotipos y frecuencias del sistema Lewis
Fenotipo
Le(a+b-)
Le(a-b+)
Le(a-b-)
Le(a+b+)
Frecuencia del Fenotipo %
Blancos
Negros
22
72
6
Excepcional
23
55
22
Excepcional
Los anticuerpos frente a antígenos del sistema Lewis, de forma general no
son considerados clínicamente significativos; se producen de forma natural, suelen ser de tipo IgM y fijan el complemento. No obstante ante la
detección de un anti-Lea, anti-Leb y/o anti-Lea+b, unidades de concentrados de hematíes compatibles a 37° C en fase de antiglobulina, deben
seleccionarse para la transfusión. No se han implicado anticuerpos frente
al sistema Lewis en casos de EHRN, ya que son de especificidad IgM por
lo que no atraviesan la placenta, y además los antígenos de éste sistema
no están desarrollados completamente en el neonato, ya que sus niveles de
fucosil-transferasa son muy escasos.
El anti-Lea es un anticuerpo natural común en el suero de personas Le(ab-). La mayoría de los veces no tiene importancia clínica, si bien hay raros
casos que tiene actividad a 37º C y puede causar una RHT si se adminis51
tran hematíes Le(a+). Estos pacientes con anti-Lea activo a 37º C deben
transfundirse con unidades de sangre Le(a–).
El anti-Leb es un anticuerpo natural frecuentemente encontrado en personas negras entre las que la incidencia del fenotipo Le(a–b–) es más alta;
aunque el anticuerpo puede estar activo a 37º C, no causa RHT ni EHRN
por lo que debe ignorarse, sino presenta títulos muy altos.
El anti-Lex es un anticuerpo natural, muy raro, detectado en el suero de
algunas personas con el fenotipo Le(a-b-); la mayoría de los casos se trata
de un anticuerpo “benigno” y no tiene importancia clínica; si bien existen
infrecuentes casos en los que está activo a 37º C, y puede causar una RHT.
Se recomienda transfundir a los pacientes con anticuerpo activo a 37º C
con unidades de sangre Le(a-b-).
C.2.3. Sistema Ii
El sistema de grupo sanguíneo Ii (si bien en la actualidad, propiamente el
antígeno I forma parte del sistema de grupo sanguíneo 027 de la ISBT, y
el antígeno “i” se encuadra dentro de las colecciones de antígenos), está
relacionado con los sistemas ABO y Lewis por su estructura bioquímica;
si bien sus antígenos aparecen de un modo algo distinto al de los otros sistemas de grupos sanguíneos; de tal manera que en el recién nacido se
encuentra desarrollado el antígeno i pero apenas se detecta el antígeno I;
con posterioridad y durante el desarrollo va aumentando la intensidad del
antígeno I mientras que disminuye y tiende a desaparecer la actividad del
antígeno i. Dichos antígenos se localizan en las porciones subterminales
de los oligosacáridos que posteriormente se convierten en los antígenos H,
A o B.
La importancia del sistema Ii, si bien es escasa en medicina transfusional,
radica más en la patología humana ocasionada por sus implicaciones en
distintas enfermedades. Los antígenos I presentes en toda la población
adulta sana, en raras ocasiones sufren alteraciones en el sentido de disminuir la intensidad de su expresión; esta disminución, que muy frecuentemente se acompaña de un aumento del antígeno i (del que carecen los
adultos sanos), se observa en hemopatías malignas, anemias diseritropoyéticas, anemias hemolíticas, talasemias, post-transplante de médula ósea,
etc. Hay que tener en cuenta que los antígenos i solo se encuentran en los
recién nacidos y en uno de cada 10.000 adultos sanos (de forma aproximada), cuya reactividad es escasa o nula.
52
El anti-I siempre esta presente como un aloanticuerpo en el suero de individuos con el raro fenotipo del adulto I-i+, aunque se encuentra más normalmente como un auto-anticuerpo en pacientes con enfermedad de aglutininas
frías o con anemia hemolítica por anticuerpos de tipo IgM. Unidades de sangre I+ transfundidas a pacientes con un aloanti-I, han causado una destrucción aumentada de hematíes, por lo que unidades de sangre I-, deben administrarse si el anti-I es activo a 37° C. Unidades I-, generalmente no se requieren en los casos de autoanti-I. El anti-I no se ha implicado en casos de EHRN.
El anti-i es un raro anticuerpo frío de tipo IgM activo a bajas temperaturas, que a veces se encuentra en enfermedades del sistema del retículoendotelial, y en la mononucleosis infecciosa. En algunos pacientes puede
causar una anemia hemolítica autoinmune por anticuerpos fríos; en éstos
casos, si la transfusión es necesaria, las unidades deben calentarse a temperatura fisiológica (37º C) mediante dispositivos adecuados antes de su
administración. No ha causado cuadros de RHT ni EHRN.
C.2.4. Sistema P
El sistema P (número 003 en la clasificación de la ISBT), fue identificado
por Landsteiner y Levine en 1927, y aunque tiene escaso interés transfusional, su base estructural es similar a la descrita en los sistemas anteriores.
Los antígenos conocidos del sistema P son los antígenos P1, P, Pk y el producto del gen silencioso, “p” (ausencia con carácter excepcional de los
tres anteriores). La frecuencia del fenotipo P1 es del 75 %, y la del fenotipo P2, del 25 %, siendo la del resto excepcional (Tabla 1.6.). Si bien la
ISBT, sólo reconoce al antígeno P1 como componente de éste sistema
(siendo el P2, la ausencia del P1); el antígeno “P” forma parte en la actualidad del sistema Globosido, en tanto que el Pk y LKE forman parte de la
colección de antígenos Globosido.
Tabla 1.6. Sistema de grupo sanguíneo P
Fenotipo
Frecuencia
Antígenos eritrocitarios
Anticuerpos séricos
P1
75%
P1, P, Pk
Ninguno
P2
25%
P, Pk
Anti-P1
P1
k
Excepcional
P2k
Excepcional
Pk
Anti-P
p
Excepcional
Ninguno
Anti-P, -P1, -Pk
P1,
Pk
Anti-P
53
Los anticuerpos frente a antígenos del sistema P son en general aloanticuerpos, casi siempre naturales de tipo IgM (más raramente IgG), activos
a bajas temperaturas, si bien en ocasiones pueden ser activos a 37º C.
El anticuerpo producido por los raros individuos con fenotipo “p” (anti-P,
anti-P1, anti-Pk) también conocido como “anti-Tja”, es un anticuerpo de
naturaleza IgG, hemolítico y muy peligroso en transfusión sanguínea. Se
ha mencionado un aumento en la frecuencia de abortos espontáneos precoces en mujeres portadoras de dicho anticuerpo; así como se han descrito casos de EHRN.
Finalmente, cabe destacar por su interés en patología hematológica, la
especificidad autoanti-P del anticuerpo de naturaleza IgG, responsable de
la hemolisina bifásica de Donath-Landsteiner, causante de la hemoglobinuria paroxística a frigore.
C.3. Sistema Rh
Fue Levine en 1939 el primero que detectó un anticuerpo que aglutinaba
el 85% de las distintas sangre humanas, en el suero de un mujer, madre de
un niño afecto de EHRN; posteriormente en 1940 Landsteiner y Wiener,
a través de experimentos de inmunización en conejos y cobayas con
hematíes de monos Macacus rhesus aislaron un anticuerpo que, convenientemente diluido, aglutinaba también el 85% de las sangres humanas.
Los sujetos cuyos hematíes aglutinaban con el suero anti-rhesus fueron
denominados Rh-positivos, y el 15% restante, Rh-negativos; si bien
dichas denominaciones se refieren a la presencia o ausencia del antígeno
“D” en los hematíes. El sistema Rh es en realidad un sistema muy complejo, el segundo en importancia en Medicina Transfusional, y el que está
compuesto de un mayor número de antígenos.
C.3.1. Antígenos del sistema Rh
El grupo Rh comprende unos 55 antígenos individuales de los que rutinariamente, se identifican cinco: D, C, c, E, y e (Tabla 1.7), cuyas denominaciones varían en función de la nomenclatura elegida (ISBT, Fisher-Race,
Wiener). El primer antígeno del sistema Rh en ser definido fue el Rho, o
“D”. Este antígeno puede expresarse o estar ausente, dando lugar al llamado fenotipo Rh-positivo (D-positivo) y Rh-negativo (D-negativo), respectivamente; ningún antígeno antitético al D se ha documentado, sin embargo,
el símbolo “d” se usa comúnmente para denotar la ausencia del antígeno D.
54
Con posterioridad y durante la década de los años 40 se fueron identificando cuatro antígenos adicionales: C, E, c, y e. De tal manera que éstos antígenos junto al D, son los más importantes en medicina transfusional, ya que
se ven implicados en el 99% de los casos de situaciones clínicas relevantes.
La distinta presencia de unos u otros antígenos, determina los llamados
complejos génicos o haplotipos del sistema Rh (Tabla 1.8).
Tabla 1.7. Principales antígenos del sistema Rh
con sus respectivas nomenclaturas
ISBT
Fisher-Race
Wiener
Rosenfield
Frecuencia
001
D
Rho
Rh1
85%
002
C
rh'
Rh2
70%
003
E
rh''
Rh3
30%
004
c
hr'
Rh4
80%
005
e
hr''
Rh5
97%
006
f (ce)
hr
Rh6
64%
007
Ce
rh1
Rh7
69%
008
Cw
rhwl
Rh8
2%
009
Cx
rhx
Rh9
<0.01%
010
V (ces)
hrv
Rh10
1% (blancos)
011
Ew
rhw2
Rh11
<0.01%
012
G
RhG
Rh12
84% (blancos)
Tabla 1.8. Complejos génicos del sistema Rh
Fisher-Race
Wiener
Antígenes presentes
Frecuencia
CDe
R1
D, C, e
42%
cDE
R2
D, c, E
14%
CDE
Rz
D, C, E
<1%
cDe
Ro
D, c, e
4%
Cde
r'
C, e
2%
cdE
r"
c, E
1%
CdE
ry
C, E
<1%
cde
r
c, e
37%
Dos genes homólogos localizados en el cromosoma 1 codifican los polipéptidos no glicosilados que expresan los antígenos del sistema Rh. El
gen RhD, determina la presencia de una proteína que confiere la actividad
D en la membrana eritrocitaria, lo que hace que los hematíes sean Rh
55
“positivos”; en las personas Rh “negativas” éste gen está ausente. El gen
RhCE, determina los antígenos C, c, E, y e, mediante sus alelos correspondientes: RhCe, RhCE, RhcE, y Rhce.
El fenotipo del sistema Rh, se realiza determinando la presencia o
ausencia de los cinco antígenos principales: D, C, c, E, y e. Una vez
determinados se obtiene el fenotipo existente y el probable genotipo
(Tabla 1.9.).
Tabla 1.9. Fenotipos y Genotipos (*probables) del sistema Rh
Fisher-Race
Fisher-Race
Fisher-Race
Wiener
Frecuencia %
Antígenos
Fenotipo
Genotipo*
Genotipo*
(raza blanca)
DCe/dce
R1r
34,39
19,94
DCce
DCcee
DCe
DCCee
DCe/DCe
R1R1
DCcEe
DCcEe
DCe/DcE
R1R2
12,87
12,24
DcEe
DccEe
DcE/dce
R2r
DcE
DccEE
DcE/DcE
R2R2
0,95
0,02
0,01
DCEe
DCCEe
DCe/DCE
R1Rz
DCcE
DCcEE
DCE/DcE
R2Rz
2,32
Dce
Dccee
Dce/dce
R0r
DCE
DCCEE
DCE/DCE
RzRz
0,02
Cce
Ccee
dCe/dce
r'r
0,95
Ce
CCee
dCe/dCe
r'r'
0,01
cEe
ccEe
dcE/dce
r"r
0,42
cE
ccEE
dcE/dcE
r"r"
0,18
CcEe
CcEe
dCe/dcE
r'r"
0,02
ce
ccee
dce/dce
rr
15,40
Existen diversas variaciones antigénicas del antígeno D, debido a la ya
mencionada complejidad del sistema Rh, y en especial a su estructura de
“mosaico” con más de 35 componentes; de forma didáctica las más
importantes son:
• Antígeno DU.
El antígeno DU es un alelo débil del antígeno D, que se detecta con
anticuerpos anti-D más potentes que los habitualmente utilizados o
por medio de pruebas que facilitan la aglutinación de los hematíes
56
previamente sensibilizados. La importancia práctica del DU radica en
que puede sensibilizar a un receptor D negativo. Por consiguiente, es
necesaria la realización de técnicas más apropiadas para la detección
de individuos DU, al objeto de evitar la transfusión de sangre erróneamente clasificada como Rh negativa; por lo que a efectos transfusionales las unidades de sangre DU deben considerarse con Rh-positivas y transfundirse sólo a pacientes D-positivos; y los receptores
DU deben considerarse como Rh-negativos.
• Otros antígenos D “débiles”.
Pueden tener su origen en distintas circunstancias genéticas, o bien
por “efectos de posición”. En el primer caso el gen RhD codifica la
expresión débil del antígeno D, asociándose a determinados haplotipos (Dce en la raza negra, y Dce o DcE en la raza blanca). En el
segundo caso las alteraciones en las posiciones “cis” y “trans” de los
antígenos, provocan la debilidad en la expresión.
• Antígenos D “parciales”.
Son el resultado de la ausencia de algunos de los epítopes que constituyen el “mosaico” del antígeno D. Tienen importancia a la hora de
la administración de sangre, ya que receptores con antígenos D parciales, catalogados como D positivos, pueden desarrollar sensibilizaciones.
• Antígenos deprimidos o ausentes.
✓ Fenotipo D--.
Se debe a situaciones especiales en las que los genes no codifican
la actividad del material Rh en los puntos CcEe.
✓ Fenotipo D••.
Es muy similar al D--, pero la elevación o intensidad del antígeno
D es menor.
✓ Rhmod.
El fenotipo Rhmod, supone una supresión incompleta de la expresión génica del sistema Rh; el responsable sería un gen modificador recesivo denominado XQ. A diferencia de los hematíes del
fenotipo Rhnull, los hematíes Rhmod no carecen por completo de los
antígenos LW y Rh.
57
✓ Rhnull.
El fenotipo Rhnull se caracteriza por que los hematíes no expresan
antígenos del sistema Rh, así como tampoco los antígenos LW y
FY5, en tanto que la expresión de los antígenos U y s puede ser
débil. Los hematíes muestran signos de disfunción de membrana
con aumento de la fragilidad y hemólisis de grado variable.
✓ Síndrome de deficiencia Rh.
Se trata de la combinación de un fenotipo Rhmod o Rhnull con un
cuadro de anemia hemolítica debido a las alteraciones de los
hematíes secundarias a los mencionados fenotipos.
C.3.2. Anticuerpos del sistema Rh
Todos los anticuerpos frente a antígenos del sistema Rh deben ser considerados potencialmente capaces de causar RHT y EHRN. Cuando un anticuerpo frente al sistema Rh es reactivo fase de antiglobulina (la mayoría
de los mismos), unidades de sangre carentes del antígeno correspondiente deben seleccionarse y cruzarse, (si bien como veremos, el anti-Cw es
una excepción). Son habitualmente de clase IgG, y la mayoría no fijan el
complemento.
El anti-D puede causar RHT severas si se transfunden hematíes D-positivos, y EHRN severa en un feto D-positivo. Es el anticuerpo inmune más
común en el suero humano; el anti-D es generalmente una IgG y reacciona mejor en fase de antiglobulina y enzimática. Unidades de sangre Dnegativas se deben utilizar para la transfusión ante su presencia. Dado que
el antígeno D tiene una estructura de “mosaico” con más de 35 componentes, en raras ocasiones personas D+ pueden carecer de algún componente, y desarrollar un anti-D sólo frente a dicho componente, por lo que
deben ser transfundidas con unidades D-negativas.
Mientras que el anti-C aislado es infrecuente, se detecta con más frecuencia una mezcla de anti-C+D. Algunos anticuerpos anti-C causan la destrucción de eritrocitos transfundidos C-positivos, y unidades de sangre Cnegativas se deben utilizar para la transfusión. El anti-C+D es a veces responsable de EHRN severa.
El anti-Cw es un anticuerpo relativamente común; no hay ningún informe
de que el anti-Cw haya causado reacciones hemolíticas, y unidades de sangre compatibles en fase de antiglobulina pueden seleccionarse; se han
58
descrito casos de EHRN como resultado de anti-Cw; aproximadamente el
97% de donantes carecen del antígeno Cw.
El anti-E es un anticuerpo inmune bastante común que puede causar RHT
así como más raramente EHRN; ante su existencia unidades de sangre Enegativas deben seleccionarse para su administración.
El anti-c es uno de los anticuerpos inmunes más frecuentemente encontrado en individuos D-positivos. Puede causar RHT severas, así como
casos graves de EHRN; ante su existencia unidades de sangre c-negativas
deben seleccionarse para su administración.
El anti-e es un anticuerpo infrecuente, pero puede causar tanto RHT como
EHRN; ante su existencia unidades de sangre e-negativas deben seleccionarse para su administración; alrededor del 3% de los donantes son enegativos.
El anti-Ce (anti-rh1) puede causar tanto RHT como EHRN; ante su existencia unidades de sangre Ce-negativas deben seleccionarse para su administración.
El anti-f es un anticuerpo infrecuente que puede causar tanto RHT como
EHRN; ante su existencia unidades de sangre f-negativas deben seleccionarse para su administración.
El anti-G es un anticuerpo raro que puede causar tanto RHT como EHRN;
ante su existencia unidades de sangre G-negativas deben seleccionarse
para su administración; aproximadamente un 14% de donantes, son Gnegativos (todos ellos D-negativos).
El anti-V es un anticuerpo infrecuente que puede causar RHT, pero no se
han comunicado casos de EHRN; ante su existencia unidades de sangre Vnegativas deben seleccionarse para su administración; aproximadamente
un 25% de los donantes de raza negra y tan sólo el 0.01% de raza blanca,
son V-negativos.
El anti-Rh17 (anti-Hr0) es un anticuerpo raro que reacciona con un antígeno de alta incidencia. Se encuentra en el suero de los individuos inmunizados con fenotipo D--. Estas raras personas carecen de los antígenos
que se asocian a los componentes CcEe del sistema Rh. El anticuerpo es
generalmente potente y puede causar RHT severas y EHRN. Ante su existencia, sólo unidades con fenotipo Rhnull (que es sumamente raro), o fenotipo D-- (o relacionados) son convenientes, si bien tan solo lo presentan 1
de cada 50.000 donantes.
59
El anti-Rh29 es un anticuerpo característicamente desarrollado por individuos Rhnull; éstos carecen de todos los antígenos reconocibles del complejo Rh. El anticuerpo es generalmente potente y puede causar RHT y
EHRN; la transfusión ante su presencia es un problema importante, porque solamente la sangre con fenotipo Rhnull es compatible.
Otros anticuerpos frente a antígenos de alta frecuencia, incluyen el antiHr, anti-HrB, anti-Rh46 y anti-MAR (anti-Rh51); en éstos casos sólo unidades de fenotipo Rhnull o D--, serían convenientes, pero podría ser más
fácil obtener unidades carentes del antígeno específico.
El anti-hrS y anti-hrB se asemejan al anti-e y pueden encontrarse en
pacientes de origen africano. No se han descrito como clínicamente significativos (si bien en ocasiones pueden causar RHT), pero un caso particularmente potente podría causar problemas; en éste caso, hematíes
DcE/DcE (R2R2) deben de ser compatibles, pero el paciente puede estimularse para producir un anticuerpo frente a un antígeno de alta frecuencia (anti-Hr o anti-HrB, o anti-E). Unidades de sangre carentes de los antígenos hrS y hrB, sólo se obtienen de donantes de raza negra.
Se han encontrado anticuerpos contra los antígenos de baja incidencia del
sistema Rh: Cx, Ew, VS, Dw, hrH, Goa, Rh32, Rh33, Rh35, Bea, Evans, Tar,
Rh42, Rh43 (Crawford), Riv, JAL, STEM, BARC, FPTT, Rh42, y Rh43;
éstos antígenos se desarrollan bien en los eritrocitos de los recién nacidos
con el fenotipo positivo, y sus anticuerpos pueden ser una causa rara de
EHRN severa. Ante su presencia, la mayoría de donantes carecen de ellos,
y no hay dificultades en encontrar unidades de sangre compatibles para su
administración.
C.4. Otros sistemas de grupo eritrocitario
C.4.1. Sistema Kell
El sistema Kell (número 006 en la clasificación de la ISBT) fue descubierto por Mourant en 1946 al estudiar un caso de EHRN.
C.4.1.1. Antígenos del sistema Kell
Los antígenos del sistema Kell son muy inmunógenos, por lo que los anticuerpos correspondientes, causan tanto RHT como EHRN severas.
Existen dos antígenos antitéticos principales (K y k), y varios relacionados (Tabla 1.10.), si bien se han descrito 22 antígenos, en su mayoría de
60
alta frecuencia. El locus que controla los antígenos del sistema Kell, el
gen KEL se localiza en el cromosoma 7
Tabla 1.10. Principales antígenos del sistema Kell
Sistema de Antígenos Kell
Símbolo y Nombre
Original
Símbolo Alfanumérico
(ISBT)
Frecuencia
K (Kell)
K1
Baja (10%)
k (Cellano)
K2
Alta (99.8%)
Kpa (Penney)
K3
Baja (2%)
Kpb (Rautenberg)
K4
Alta (99%)
Jsa (Sutter)
K6
Baja (<1% en blancos)
Jsb (Matthews)
K7
Alta (99.9%)
Tabla 1.11. Fenotipos y frecuencias del sistema Kell
Fenotipo
Frecuencia del Fenotipo %
Blancos
Negros
K+k-
0.2
Raro
K+k+
8.8
2
K-k+
91
98
Kp(a+b-)
Raro
0
Kp(a+b+)
2.3
Raro
Kp(a-b+)
97.7
100
Js(a+b-)
0.0
1
Js(a+b+)
Raro
19
Js(a-b+)
100.0
80
Ko [K-,k-,Kp(a-b-),Js(a-b-)]
Sumamente raro
C.4.1.2. Anticuerpos del sistema Kell
Todos los anticuerpos frente a los antígenos del sistema Kell son potencialmente clínicamente significativos; y cuando están presentes, unidades
de sangre carentes del antígeno deben seleccionarse. Los anticuerpos frente a los antígenos del sistema Kell tienen potencial para causar una EHRN
severa.
61
El anti-K es clínicamente el anticuerpo más significativo dentro de este
sistema. El antígeno K es considerado como el segundo más inmunógeno
tras el antígeno D del sistema Rh; los individuos que carecen del antígeno K pueden desarrollar un anti-K después de tan sólo dos exposiciones a
eritrocitos alogénicos. No obstante, dado que el 90% de los donantes son
K-, es fácil encontrar unidades de sangre compatibles. El anti-K es de
naturaleza IgG, causa EHRN y RTH (tardía), y reacciona mejor en fase de
antiglobulina tras incubación a 37º C.
El anti-k ha causado RHT inmediatas severas, así como raros casos de
EHRN; unidades de sangre k-, deben seleccionarse para su administración; si bien dada su frecuencia (de aproximadamente el 0.2% en los
donantes) es en ocasiones difícil.
En raras ocasiones el anti-Kpa ha causado RHT moderada y EHRN.
Unidades de sangre Kp(a–) deben utilizarse para la transfusión, en caso de
que esté presente.
El anti-Kpb ha causado RHT retardadas, y más raramente cuadros de
EHRN; si está presente, unidades de sangre Kp(b-) deben seleccionarse
para su administración; si bien dada su frecuencia de aproximadamente el
0.01% en donantes habituales, es en muchas ocasiones bastante difícil.
El anti-Jsa puede ser causante de forma muy rara de cuadros de RHT y
EHRN; ante su presencia unidades de sangre Js(a–) sangre deben utilizarse para la transfusión.
El anti-Jsb ha causado RHT retardadas, y unidades de sangre Js(b-) deben
seleccionarse para su administración, si bien tal tipo de sangre es muy rara
en la población blanca.
El anti-Ku, es un anticuerpo producido por inmunización en individuos
con fenotipo K0 o Kmod, y puede causar una RHT severa; Si es posible,
deben seleccionarse unidades de sangre de fenotipo K0, que son muy
raras.
Otros anticuerpos frente a los antígenos del sistema Kell de alta frecuencia (K11, K12, K13, K14, K18, K19, K20, K22, y K26), son muy raros.
Ninguno se ha involucrado en casos de RHT, si bien se recomienda, en la
medida de lo posible, administrar unidades de sangre carentes del antígeno. En la mayoría de los casos, la única sangre antígeno negativa disponible será la de los individuos con fenotipo K0, pero sólo se debe reservar
a los casos en los que los títulos del anticuerpo son altos, y este tiene
62
importancia clínica. Se han comunicado casos de EHRN causada por:
anti-K11, anti-K14 y anti-K22.
De los anticuerpos frente a los antígenos del sistema Kell de frecuencia
más baja (K10, K17, K21, K23, K24 y K25), unidades de sangre carentes
del antígeno deben seleccionarse. Dado que no se han descrito casos en
los que hayan causado una RHT, la selección de unidades de sangre compatible en fase de antiglobulina es conveniente. En muy raras ocasiones
han causado cuadros de EHRN.
C.4.2. Sistema Duffy
El sistema Duffy descubierto en el año 1950 (número 008 en la clasificación de la ISBT) está constituido por dos alelos (Fya y Fyb).
C.4.2.1. Antígenos del sistema Duffy
Los antígenos del sistema Duffy: Fya y Fyb son un par de alelos co-dominantes que se localizan en el cromosoma 1. Los fenotipos Fy(a+b-),
Fy(a+b+), Fy(a-b+) son muy comunes entre la población blanca, siendo el
fenotipo Fy(a-b-) muy raro en la misma, pero bastante frecuente en la
población negra de los Estados Unidos (Tabla 1.12).
Bioquímicamente los antígenos del sistema Duffy son glicoproteínas
que tienen un enlace externo que puede ser destruido por enzimas tales
como ficina, papaina, y tripsina. Los antígenos Fya y Fyb poseen receptores para el parásito de la malaria (Plasmodium vivax), por lo que los
individuos que son fenotípicamente Fy(a-b-) tienen una resistencia natural a la malaria. Este fenotipo particular se encuentra cercano al 100%
en la población negra de Africa occidental y en el 68% de los negros
americanos.
Tabla 1.12. Fenotipos y frecuencias del sistema Duffy
Fenotipo
Frecuencia del Fenotipo %
Blancos
Negros
Fy(a+b-)
17
9
Fy(a+b+)
49
1
Fy(a-b+)
34
22
Fy(a-b-)
Muy raro
68-90
63
C.4.2.2. Anticuerpos del sistema Duffy
Los anticuerpos del sistema Duffy se observan más frecuentemente en
individuos de raza negra y en pacientes politransfundidos. El anti-Fya es
mucho más común que el anti-Fyb y más probablemente causa RHT y
EHRN; ambos son de tipo IgG, el anti-Fya puede causar EHRN y RHT
(tardía) y el anti-Fyb provoca RHT más apacibles y aunque ningún caso
de EHRN se ha informado, posiblemente podría ser causante de la misma;
reaccionan mejor en fase de antiglobulina tras incubación a 37º C y las
reacciones son destruidas por enzimas.
El anti-Fy3 es un raro anticuerpo frente a antígenos presentes en todos los
hematíes con excepción de los que presentan el fenotipo Fy(a-b-); ha causado RHT inmediatas y retardadas, y unidades de sangre Fy(a-b-) deben
seleccionarse para la transfusión.
El anti-Fy5 es un anticuerpo raro similar al anti-Fy3, pero no reacciona
con hematíes Fy(a-b-) o hematies Rhnull; ha causado RHT tardías; unidades de sangre Fy(a-b-) deben seleccionarse. El fenotipo Fy(a-b-) es
raro en la raza caucásica pero muy común en personas de origen africano. No se han implicado tanto al anti-Fy3 como al anti-Fy5 en EHRN
severas.
C.4.3. Sistema Kidd
El sistema Kidd (número 009 en la clasificación de la ISBT), se descubrió
en el año 1951 tras el estudio de una madre con un neonato afecto de
EHRN.
C.4.3.1. Antígenos del sistema Kidd
Se heredan los antígenos Jka y Jkb, en el cromosoma 18 (codificados por
el gen HUT11) donde se localizan los mecanismos de transporte de urea.
Las células que son Jk (a-b-) probablemente son lisadas en presencia de
concentraciones altas de urea. Estos antígenos son heredados por alelos
co-dominantes, y tanto el Jka como el Jkb, son antígenos de alta frecuencia (Tabla 1.13). Se piensa que los antígenos del sistema Kidd se agrupan
en racimos juntos en la membrana eritrocitaria, debido a dicha proximidad íntima cuando los anticuerpos se unen a los antígenos, el sistema del
complemento puede activarse, y la activación del complemento puede
causar reacciones transfusionales que son intravasculares.
64
Tabla 1.13. Fenotipos y frecuencias del sistema Kidd
Fenotipo
Frecuencia del Fenotipo %
Blancos
Negros
Jk(a+b-)
28
57
Jk(a+b+)
49
34
Jk(a-b+)
23
9
Jk(a-b-)
Extremadamente raro
C.4.3.2. Anticuerpos del sistema Kidd
Los anti-JKa y anti-Jkb son difíciles descubrir ya que son muy débiles y
se identifican principalmente en la fase de antiglobulina, por lo que se
consideran sumamente peligrosos. Estos anticuerpos son de título normalmente bajo por lo que dan reacciones débiles. Los anticuerpos desaparecen rápidamente de la circulación y también en el suero congelado
dado que su presencia, se refuerza si el complemento está presente. Las
principales características de los anti-Jka y anti-Jkb: son de tipo IgG, reaccionan mejor a 37º C y en fase de antiglobulina, pueden causar RHT que
son intravasculares agudas, o bien, pueden ocasionar reacciones tardías
(más frecuentemente), que se presentan después de que el sistema inmune del paciente es rápidamente reexpuesto al antígeno y las células memoria producen anticuerpos frente al mismo; dado que pueden activar el
complemento, en ocasiones como se ha mencionado, las RHT pueden
intravasculares.
El anti-Jk3 es un anticuerpo muy raro que reacciona con todos los hematíes, excepto con los que poseen el fenotipo Jk(a-b-); puede causar RHT
tanto aguda como retardada, por lo que unidades de sangre con fenotipo
Jk(a-b-) deben seleccionarse para la transfusión.
Si bien los anticuerpos frente a los antígenos del sistema Kidd normalmente no causan EHRN, hay descrito un caso de EHRN severa causada
por un anti-Jka.
C.4.4. Sistema Lutheran
C.4.4.1. Antígenos del sistema Lutheran
Los fenotipos del sistema Lutheran (Tabla 1.14.), vienen definidos por dos
antígenos antitéticos principales: Lua y Lub, codificados por un gen (LU)
65
localizado en el cromosoma 19, y por más de otros 20 antígenos, la mayoría de ellos de alta frecuencia. El fenotipo excepcional Lu(a-b-), puede
tener su origen mediante tres mecanismos genéticos distintos: un presunto gen Lu amorfo que se heredaría de ambos padres; un gen inhibidor de
segregación independiente, In(Lu) que impide la expresión normal de los
antígenos del sistema Lutheran (y de otros antígenos como P1, I, AnWj,
Ina, e Inb); y finalmente por un gen supresor recesivo perteneciente al
cromosoma X.
Tabla 1.14. Fenotipos y frecuencias del sistema Lutheran
Fenotipo
Frecuencia del Fenotipo %
Blancos
Negros
Lu(a+b-)
0.15
57
Lu(a+b+)
7.5
34
Lu(a-b+)
92.3
9
Lu(a-b-)
Extremadamente raro
C.4.4.2. Anticuerpos del sistema Lutheran
El anti-Lua no se ha implicado en casos de RHT, y sólo raramente ha
causado cuadros de EHRN moderada. Puede ignorarse su presencia
ante títulos débiles del anticuerpo, pero dado que el antígeno tiene una
frecuencia aproximadamente del 8% en los donantes, es aconsejable
administrar unidades de sangre carentes del mismo como medida de
precaución.
El anti-Lub reacciona con un antígeno de alta frecuencia; puede causar
RHT moderadas y también casos raros de EHRN. Unidades de sangre
Lu(b-) deben utilizarse para la transfusión; sólo aproximadamente 1 de
cada 500 donantes serán Lu(b-).
El anti-Lu3 es un anticuerpo muy raro producido por individuos inmunizados con el fenotipo recesivo Lunull (Lu(a-b-)). Unidades de sangre
con fenotipo Lunull deben seleccionarse cuando un anti-Lu3 está presente.
Los anticuerpos frente a los antígenos de alta frecuencia del sistema
Lutheran: Lu4, Lu5, Lu6, Lu7, Lu8, Lu11, Lu12, Lu13, Lu16, Lu17, y
66
Lu20; normalmente no causan RHT, y no se han informado casos de
EHRN, salvo con una excepción, el anti-Lu6 que provocó una RHT. Si
bien sus títulos no son altos, como precaución, unidades de sangre con
fenotipo Lunull deben seleccionarse para los pacientes con títulos altos de
anticuerpo.
El anti-Lu9 y el anti-Lu14, son anticuerpos frente a antígenos de baja frecuencia del sistema Lutheran; no se han implicado como una causa de
RHT, pero un caso de EHRN ocasionado por anti-Lu14 se ha descrito. La
mayoría de los donantes son antígeno negativos y no existen problemas en
encontrar unidades de sangre compatibles.
C.4.5. Sistema MNS
El sistema MNS (número 002 en la clasificación de la ISBT) fue tras el
sistema ABO, el segundo en descubrirse (1927), y es también tras el sistema Rh, el segundo que más antígenos presenta.
C.4.5.1. Antígenos del sistema MNS
Los antígenos M y N son alelos co-dominantes que se unen estrechamente a los antígenos S y s que también son co-dominantes, siendo el cromosoma 4 el que contiene estos genes (GYPA y GYPB). Estos antígenos unidos son heredados por un modelo complejo, similar al sistema Rh. El Ms
y la unión de Ns es más común que las uniones MS y NS. Todos estos
antígenos, sin embargo son bastante frecuentes en la población con unas
frecuencias globales siguientes: M 78%, N 72%, S 55%, s 89%, y U superior al 99% (Tabla 1.15).
El antígeno U es un antígeno de alta incidencia no observado en individuos que carecen de los antígenos S y s; a los individuos que les falta éste
antígeno (<1%) tienen una probabilidad alta de desarrollar un anti-U así
como un anti-S y anti-s.
Los antígenos M y N son sialoglicoproteínas que atraviesan la membrana
celular. El extremo carboxi-terminal se extiende en el interior de los
hematíes, y un segmento hidrófobo en la membrana bilipídica; el segmento amino-terminal se localiza en la zona externa del eritrocito, en el
medio extracelular. Los componentes externos de los antígenos son destruidos por las enzimas, como la ficina, tripsina y papaína.
67
Tabla 1.15. Fenotipos y frecuencias del sistema MNS
Fenotipo
Frecuencia del Fenotipo %
Blancos
Negros
M+N-
28
26
M+N+
50
44
M-N+
22
30
S+s-U+
11
3
S+s+U+
44
28
S-s+U+
45
69
S-s-U-
0
<1
C.4.5.2. Anticuerpos del sistema MNS
El anti-M es predominantemente IgM y puede ser un anticuerpo natural;
frecuentemente se detecta en medio salino y a temperatura ambiente. Hay
casos donde el anticuerpo es de naturaleza IgG. Los anti-M que reaccionan fuertemente a 37º C y/o en fase de Coombs, deben considerarse que
son clínicamente significativos de forma potencial; aunque raramente
causa EHRN, se han comunicado desde casos apacibles a casos severos.
Las pruebas cruzadas para un paciente que posee un anti-M, se deben realizar obligatoriamente a 37º C.
El anti-N es muy raro y tiene una reactividad similar al anti-M, actuando
como una crioaglutinina débil, y tiene escasa trascendencia clínica.
El anti-s, y anti-S, normalmente aparecen tras una inmunización eritrocitaria debida a transfusiones previas y/o embarazos; normalmente son de
tipo IgG y reaccionan mejor a 37º C y en fase de Coombs; todos son capaces de causar RHT retardadas y EHRN. El anti-S es normalmente destruido por las enzimas, pero el anti-s no lo es tanto.
El anti-U es raro, pero debe ser considerado en pacientes previamente
transfundidos o en mujeres negras embarazadas que tienen anticuerpos
frente a antígenos de alta frecuencia. El anti-U descubre un antígeno de
alta frecuencia y causa RHT inmediata y tardía, así como casos graves de
EHRN.
Se han encontrado anticuerpos contra los antígenos de baja incidencia del
sistema de grupo sanguíneo MNS, denominados: Cla, DANE, Dantu,
ERIK, Far, HAG, He, Hil, Hop, Hut, MARS, Mc, Me, Mg, Mia, MINY,
68
Mit, Mta, Mur, MUT, Mv, Nob, Nya, Or, Osa Ria, sD, SAT, Sta, TSEN, Vr,
Vw. Estos antígenos están bien desarrollados en los hematíes de los recién
nacidos, y cualquiera de ellos pueden ser una causa rara de EHRN. La
mayoría de los donantes carecen de los antígenos y no existe dificultad en
encontrar sangre compatible para la transfusión. Los anticuerpos frente a
estos antígenos de baja incidencia pueden ser IgG o IgM, y muchos de
ellos pueden aparecen de forma natural.
El anti-Ena es un anticuerpo inmune que reacciona con los antígenos de
alta frecuencia del sistema MNS, presentes en la glicoforina A, la principal sialoglicoproteína de la membrana eritrocitaria. Estos anticuerpos pueden causar tanto RHT como EHRN. Es muy difícil, si no imposible,
encontrar unidades de sangre compatibles. El anti-Ena es generalmente de
tipo IgG y se detecta mejor en fase de antiglobulina.
C.4.6. Otros sistemas con interés transfusional
C.4.6.1. Sistema Diego
El sistema Diego (número 010 de la ISBT), descubierto en el año 1956 en
Venezuela, involucrado en un caso de EHRN; se encuentra constituido por
dos pares de antígenos independientes: Dia/Dib y Wra/Wrb; que son de baja
frecuencia y con determinantes antigénicos de alta incidencia, que se ve
incrementado cada día por la aparición de nuevos antígenos (en la actualidad 21).
El anti-Dia es un raro anticuerpo, que no se ha visto involucrado en casos
de RHT, si bien potencialmente es un anticuerpo hemolítico; en cambio si
se ha asociado a casos severos de EHRN.
El anti-Dib es un anticuerpo raro frente a un antígeno de alta frecuencia,
que no se ha visto involucrado en casos de RHT; en cambio si se ha implicado en casos de EHRN.
El anti-Wra es un anticuerpo relativamente frecuente frente a un antígeno
de muy baja frecuencia; se ha visto involucrado en casos de RHT, y en
casos severos de EHRN.
El anti-Wrb es un raro anticuerpo frente a un antígeno de alta frecuencia,
y no se han reportado casos de EHRN o RHT causados por el mismo.
Los anticuerpos contra los antígenos de baja incidencia del sistema Diego
(Wda, Rba, WARR, ELO, Wu, Bpa, Moa, Hga, Vga, Swa, BOW, NFLD, Jna,
69
KREP, Tra, Fra, y SWI), pueden ocasionar cuadros de EHRN ya que se
encuentra bien desarrollados en los recién nacidos. Casi todos donantes
serán compatibles y no hay dificultad para encontrar sangre adecuada para
la transfusión.
C.4.6.2. Sistema Cartwright
El sistema Cartwright (número 011 de la ISBT), descubierto en el año 1956,
está constituido por dos tipos de antígenos codificados en el cromosoma 7,
el Yta y el Ytb, cuya frecuencia y fenotipos se describen en la Tabla 1.16.
Tabla 1.16. Fenotipos y frecuencias del sistema Cartwright
Fenotipo
Frecuencia del Fenotipo %
Yt(a+b-)
91.9
Yt(a+b+)
7.9
Yt(a-b+)
0.2
El anti-Yta es un anticuerpo dirigido contra un antígeno de alta frecuencia
(99.7%), y no se ha visto involucrado en casos de EHRN, aunque sí en
raros casos de RHT.
El anti-Ytb es un anticuerpo dirigido frente a un antígeno con una frecuencia relativamente baja (8%), del que no se han comunicado casos en
los que sea responsable de EHRN o RHT.
C.4.6.3. Sistema Xg
El sistema Xg (número 012 de la ISBT) fue caracterizado en el año 1962,
al observarse anticuerpos que identificaban antígenos con una frecuencia
mayor en las mujeres que en los varones, dichos antígenos se denominaron Xga por su relación a su herencia ligada al cromosoma X. Los fenotipos del sistema Xg vienen expresados en la Tabla 1.17.
Tabla 1.17. Fenotipos y frecuencias del sistema Xg
Fenotipo
70
Frecuencia del Fenotipo %
Varones
Mujeres
Xg(a+)
65.6
88.7
Xg(a-)
34.4
1.3
Los anticuerpos anti-Xga, son poco frecuentes, se detectan mejor en fase
de antiglobulina y no se han visto involucrados en casos de EHRN o RHT.
Si están presentes, unidades de sangre compatibles en fase de antiglobulina deben administrarse.
C.4.6.4. Sistema Scianna
El sistema Scianna (número 013 de la ISBT) está compuesto por tres
antígenos: Sc1, Sc2 y Sc3; los antígenos Sc1 y Sc2 se comportan
como productos de genes alélicos, siendo el primero de alta frecuencia y el segundo de baja frecuencia, cuyos fenotipos vienen reseñados
en la Tabla 1.18. El Sc3 se cree que está presente en los hematíes de
todos los individuos que presentan tanto un Sc1 como un Sc2, excepto los individuos extremadamente raros que presentan un fenotipo
Sc1-, Sc2-.
Tabla 1.18. Fenotipos y frecuencias del sistema Scianna
Fenotipo
Frecuencia del Fenotipo %
Sc1+,Sc2-
99.7
Sc1+,Sc2+
0.3
Sc1-,Sc2+
Excepcional
Sc1-,Sc2-
Excepcional
Los anticuerpos anti-Sc1, detectan antígenos de muy alta frecuencia
(>99%) y no se han visto relacionados en casos de EHRN o RHT; se trata
de anticuerpos de tipo IgG usualmente potentes, pero con muy escasa
relevancia clínica.
Los anticuerpos anti-Sc2, detectan antígenos de muy baja frecuencia
(<0.3%) y no han causado casos de RHT, pero sí cuadros leves de EHRN.
C.4.6.5. Sistema Dombrock
El sistema Dombrock (número 014 de la ISBT) inicialmente estaba compuesto por dos antígenos (Doa y Dob), pero posteriormente se añadieron
tres antígenos de alta incidencia (Gya, Hy y Joa). Los antígenos se localizan en glicoproteínas de 46-58 Kd, cuya función es desconocida. Sus
fenotipos y frecuencias se señalan en la Tabla 1.19.
71
Tabla 1.19. Fenotipos y frecuencias del sistema Dombrock
Fenotipo
Frecuencia del Fenotipo %
Do(a+b-)
Do(a+b+)
Do(a-b+)
17.2
49.5
33.3
Los anticuerpos anti-Doa, son poco frecuentes pero causan tanto EHRN
como RHT y generalmente se acompañan de otros anticuerpos frente a
antígenos de otros sistemas.
Los anticuerpos anti-Dob, también son infrecuentes y en ocasiones se
acompañan de otros anticuerpos; no se han descrito casos de EHRN originados por los mismos, pero sí casos de RHT.
Los anticuerpos anti-Gya, anti-Hy y anti-Joa son bastante raros, frente a
antígenos de frecuencia muy alta. El anti-Gya puede causar una destrucción
de hematíes Gy(a+), y EHRN moderadas; por lo que unidades de sangre
Gy(a–) deben utilizarse para la transfusión, si está presente. El anti-Hy es
muy raro y reacciona con un antígeno de alta incidencia; puede causar RHT
y EHRN moderada, por lo que unidades de sangre Hy negativas deben utilizarse para la transfusión, en el caso que se detecte; el fenotipo de sangre
Hy-negativa es muy raro y sólo se ha encontrado en personas de raza negra.
El anti-Joa es un anticuerpo infrecuente que reacciona frente a un antígeno
de alta incidencia; puede causar destrucción de eritrocitos transfundidos
Jo(a+), pero no ha causado EHRN; ante su existencia unidades de sangre
Jo(a–) deben usarse para la transfusión, si bien el fenotipo Jo(a–) tiene una
incidencia de 1 cada 4000 donantes y todos ellos son de raza negra.
C.4.6.6. Sistema Colton
El sistema Colton (número 0015 de la ISBT) está formado por dos antígenos: el Coa que es de alta incidencia y el Cob de muy baja frecuencia,
ambos codificados por un gen (AQP1) en el cromosoma 7, que se localiza en las proteínas de membrana que actúan como transportadoras del
agua eritrocitaria (Tabla 1.20.).
Tabla 1.20. Fenotipos y frecuencias del sistema Colton
72
Fenotipo
Frecuencia del
Fenotipo %
Fenotipo
Frecuencia del
Fenotipo %
Co(a+b-)
Co(a+b+)
89.3
10.4
Co(a-b+)
Co(a-b-)
0.3
Excepcional
El anticuerpo anti-Coa, detecta antígenos de alta frecuencia (>99%) y es
responsable de cuadros de RHT retardadas y de cuadros severos de
EHRN.
El anticuerpo anti-Cob, es bastante raro y detecta antígenos con una frecuencia alrededor del 10%; no se ha visto implicado en casos de EHRN,
y sólo se ha reportado un caso de RHT no severa.
El anti-Co3 es un anticuerpo muy raro frente a un antígeno de muy alta
frecuencia, ha causado RHT moderada y EHRN. Con suerte, unidades de
sangre Co(a-b-) deben seleccionarse para las pruebas de compatibilidad,
pero ello es sumamente raro. Unidades de sangre serologicamente incompatibles pueden administrarse con mucha cautela.
C.4.6.7. Sistema Landsteiner-Wiener
El sistema Landsteiner-Wiener (número 016 de la ISBT) se compone de
antígenos codificados por el gen LW que se localiza en el cromosoma 19
(Tabla 1.21), y se segregan de forma independiente que los antígenos Rh,
con los que se relacionaron.
Tabla 1.21. Fenotipos y frecuencias del sistema Landsteiner-Wiener
Fenotipo
Frecuencia del Fenotipo %
LW(a+b-)
Excepcional
LW(a+b+)
<1
LW(a-b+)
> 99
LW(a-b-)
Excepcional
Los anticuerpos anti-LWa y anti-LWab detectan antígenos de frecuencia
muy alta. No Hay ningún informe de que hayan causado una RHT.
Unidades de sangre antígeno-negativas no se requieren para la transfusión, pero unidades de sangre con fenotipo D-, deben seleccionarse (a
menos que un anti-c este presente en un paciente que presente hematíes
R1R1 y Lwa-).
El anti-LWb detecta un antígeno de baja frecuencia y no se ha implicado
en casos de RHT. Unidades de sangre compatibles en fase de antiglobulina (la mayoría de los donantes) deben seleccionarse.
Ningún anticuerpo anti-LW se ha implicado en casos de EHRN.
73
C.4.6.8. Sistema Chido/Rodgers
El sistema Chido/Rodgers (número 017 de la ISBT) se compone de antígenos de alta incidencia: Ch (Chido) y Rg (Rodgers), que se localizan en
el componente C4 del complemento, no siendo propios de los hematíes,
sino adquiridos (Tabla 1.22).
Tabla 1.22. Fenotipos y frecuencias del sistema Chido/Rodgers
Fenotipo
Frecuencia del Fenotipo %
Ch+, Rg+
95
Ch-, Rg+
2
Ch+, Rg-
3
Ch-, Rg-
Excepcional
Los anticuerpos Chido/Rodgers detectan antígenos localizados en C4,
donde se unen a la superficie del eritrocito “in vivo”. Ningún anticuerpo
frente a los antígenos del sistema Chido/Rodgers ha causado una RHT, y
unidades de sangre carentes del antígeno no se requieren para la transfusión (se recomienda utilizar suero neutralizado con suero de grupo AB
para las pruebas de compatibilidad).
C.4.6.9. Sistema Kx
El sistema Kx (número 019 de la ISBT) está relacionado íntimamente con
el sistema Kell; y se compone del llamado antígeno Kx. Las llamadas proteínas Kx están codificadas por el gen Xk (cromosoma 21). En los hematíes que exhiben el fenotipo Kell, se detectan vestigios del antígeno Kx;
pero en los de fenotipo Ko, los niveles son elevados.
Los hematíes que carecen del antígeno Kx, presentan una disminución
importante de los antígenos del sistema Kell, un aumento de la permeabilidad al agua, acantolisis, y una disminución en la supervivencia. Todo
ello constituye el llamado “fenotipo McLeod”.
El anticuerpo anti-Kx es muy raro, y se ha detectado en el suero de individuos inmunizados con el “síndrome de McLeod”, y normalmente aparece junto con el anti-km. El anti-Kx + anti-km han causado RHT severas. Si es posible, unidades de sangre carentes del antígeno (“fenotipo
McLeod”) deben seleccionarse para su administración.
74
C.4.6.10. Sistema Gerbich
El sistema Gerbich (número 020 de la ISBT) está constituido por siete
tipos de antígenos: G2, G3, y G4, que son de alta incidencia, y Wb, Lsa,
Ana, y Dha, que lo son de baja frecuencia. Puede considerarse que todos
los anticuerpos frente a éstos antígenos carecen de importancia clínica, no
han causado RHT ni casos de EHRN.
El anti-Ge es un raro anticuerpo que reacciona con un antígeno de alta
incidencia; puede ser inmune o natural; mientras que en algunos casos,
éste anticuerpo ha causado destrucción de hematíes Ge+ transfundidos, en
otros este hecho no se ha producido; no ha causado cuadros de EHRN. Ya
que los donantes Ge-negativos son raros, es importante estudiar a los hermanos de los pacientes Ge-negativos para las pruebas de compatibilidad.
Por lo menos 3 fenotipos diferentes de individuos Gerbich-negativos son
conocidos: el fenotipo Yus (Ge:–2,3,4), el fenotipo Gerbich (Ge:–2,–3,4)
y el fenotipo Leach (Ge:–2,–3,–4).
Los anticuerpos frente a los antígenos de baja incidencia del sistema
Gerbich (Wb, Lsa, Ana, y Dha) no han causado EHRN. Los hematíes de
casi todos los donantes serán compatibles y no hay dificultad en encontrar
sangre compatible para la transfusión.
C.4.6.11. Sistema Cromer
El sistema Cromer (número 021 de la ISBT) se encuentra constituido por
diversos antígenos (Tabla 1.23.), de los cuales tres son de baja incidencia
y siete de alta.
Tabla 1.23. Antígenos del sistema Cromer
Antígeno
Incidencia %
Antígeno
Incidencia %
Cra
> 99
Esa
> 99
Tca
> 99
> 99
IFC
Tcb
<1
WESa
<1
Tcc
<1
WESb
> 99
Dra
> 99
UMC
> 99
Los anticuerpos frente a los antígenos del sistema Cromer, son excepcionales y están mediados inmunologicamente; se detectan en sueros de personas de raza negra, no provocan EHRN ni RHT, si bien se ha observa75
do que su presencia puede disminuir la vida media de los hematíes transfundidos.
El anti-Cra es un anticuerpo raro que reacciona con un antígeno de alta
incidencia; puede causar destrucción de hematíes Cr(a+) transfundidos, y
no se ha documentado ningún caso de EHRN; ante su presencia, unidades
de sangre Cr(a–) deben utilizarse para la transfusión.
Sobre los anticuerpos frente a una serie de antígenos de alta incidencia del
sistema Cromer: Tca, Dra, Esa, IFC WESb, y UMC, poco se conoce sobre
su importancia clínica, pero en algunos casos han causado la destrucción
de hematíes antígeno-positivos transfundidos; no se han implicado en
casos de EHRN.
Sobre los anticuerpos contra varios antígenos de baja incidencia del sistema Cromer: Tcb, Tcc, y WESa, la información clínica también es escasa,
pero casi todos los donantes serán adecuados y no habrán dificultades en
encontrar unidades de sangre compatibles para su administración. Podrían
ser una causa excepcional de EHRN.
C.4.6.12. Sistema Knops
El sistema Knops (número 022 de la ISBT) se encuentra constituido por
los antígenos: Kna, McCa, McCb,Sla, e Yka, que se localizan en los receptores del complemento de los hematíes C3b/C4b, cuya frecuencia se señala en la Tabla 1.24.
Tabla 1.24. Fenotipos y frecuencias del sistema Knops
Fenotipo
Frecuencia del Fenotipo %
Kn(a+), McC(a+)
97
Kn(a+), McC(a-)
2
Kn(a-), McC(a+)
1
Kn(a-), McC(a-)
Excepcional
Los anticuerpos anti-Kna, anti-McCa, anti-Sla, y anti-Yka, detectan antígenos de frecuencia relativamente alta; los anti-Knb, anti-McCb, y anti-Vil,
detectan antígenos de frecuencia relativamente baja. Puede considerarse
que todos los anticuerpos frente a éstos antígenos carecen de importancia
clínica ya que no han causado RHT ni casos de EHRN, y pueden ignorarse al seleccionar sangre para la transfusión. El empleo reducido de sangre
76
incompatible reduce el riesgo de enmascarar otros anticuerpos que pueden
ser clínicamente significativos. Ningún anticuerpo frente a antígenos del
sistema Knops ha causado EHRN.
C.4.6.13. Sistema Indian
El sistema Indian (número 023 de la ISBT) se compone de dos antígenos:
el Ina que es de baja incidencia, y el Inb que lo es de alta incidencia, que
se localizan en las CD44 (Tabla 1.25.).
Tabla 1.25. Fenotipos y frecuencias del sistema Indian
Fenotipo
In(a+b-)
Frecuencia del Fenotipo %
Excepcional
In(a+b+)
<1
In(a-b+)
> 99
El anticuerpo anti-Inb, es bastante raro, y reconoce a un antígeno de muy
alta frecuencia (>99%); se han comunicado casos de RHT severa y retardada provocada por él mismo, y ningún caso de EHRN.
El anticuerpo anti-Ina, es poco frecuente, puede ser natural o inmune y
reconoce a un antígeno que es bastante raro en las poblaciones de origen
europeo, pero que está presente con relativa frecuencia en indios y árabes.
Clínicamente no es un anticuerpo significativo, y no se han comunicado
casos de RHT ni de EHRN.
C.4.6.14. Sistema Ok
El sistema Ok (número 024 de la ISBT) está constituido por un solo tipo de
antígeno (Oka), que lo es de alta incidencia. Los escasos individuos que carecen de este antígeno (Ok-) son japoneses y no tienen antecedentes transfusionales. Solo se han detectado en estos individuos dos casos de anti-Oka. Estos
anticuerpos reaccionan en fase de antiglobulina y parecen tener importancia
en medicina transfusional ya que “in vitro” causan una destrucción rápida de
hematíes. El anti-Oka, no se ha implicado en ningún caso de RHT ni EHRN.
C.4.6.15. Sistema John Milton Hagen
El sistema John Milton Hagen (número 026 de la ISBT) se compone de
un antígeno (JMH) que se localiza en la membrana eritrocitaria (CD108)
77
y se trata de una glicoproteína (Semaphorin 7A) que no induce la producción de citocinas en los linfocitos B o T, sino que es un estimulador potente de los monocitos, induciendo la quimiotaxis y la producción de citocinas inflamatorias (IL-1β, TNF-α), IL-6 e IL-8.
El anti-JMH detecta un antígeno de alta frecuencia, y el JMH- normalmente es un fenotipo adquirido. Es un anticuerpo que no es considerado
clínicamente significativo, por lo que unidades de sangre serologicamente incompatibles pueden usarse para la transfusión. El anti-JMH no se ha
implicado en EHRN.
C.4.6.16. Sistema Raph
El sistema Raph (número 025 de la ISBT) consiste en un solo tipo de
antígeno (de alta frecuencia 92%), los denominados MER2, y fue el primer sistema de grupo sanguíneo descubierto a raíz del empleo de anticuerpos monoclonales. No se han descrito casos de RHT, y se desconoce si pueden ocasionar EHRN. Aunque el antígeno MER2 no forma
parte del sistema Lutheran, el gen inhibidor In(Lu) puede deprimir su
expresión.
C.4.6.17. Sistema Gil
El sistema GIL (número 029 de la ISBT) esta compuesto por el antígeno
GIL de alta incidencia que nunca fue numerado por la ISBT, ya que no
había sido demostrada su capacidad de ser heredado. En la actualidad
debido a su localización en la superficie eritrocitaria y de su relación
estructural con el gen AQP1, que codifica los antígenos del grupo sanguíneo Colton, se propuso que el gen AQP3 también codificara el antígeno del grupo sanguíneo GIL. Se ha documentado la ausencia de AQP3
en dos individuos que desarrollaron aloanticuerpos frente al antígeno
GIL.
C.4.6.18. Colecciones de grupos sanguíneos
Se trata de una serie de colecciones de antígenos que comparten ciertas
características genéticas, bioquímicas o serológicas, pero que no cumplen
los criterios establecidos por la ISBT, para considerarlos un sistema de
grupo sanguíneo. Las principales colecciones con sus respectivos antígenos vienen reflejadas en la Tabla 1.26.
78
Tabla 1.26. Colecciones de grupos de antígenos (ISBT)
Colección
Número
Nombre
Antígenos
Símbolo
205
Cost
COST
207
Ii
I
208
Er
ER
209
210
GLOB
Número
Símbolo
Incidencia %
205001
205002
207002
208001
208002
209002
209003
210001
210002
Csa
95
34
*
>99
<1
*
98
1
6
Csb
i
Era
Erb
Pk
LKE
Lec
Led
* pueden aparecer como antígenos de baja incidencia por pruebas serológicas normales.
Desde el punto de vista transfusional, de las colecciones de grupos sanguíneos tienen importancia:
Los anticuerpos anti-Era y anti-Erb son raros, los antígenos que detectan
son de frecuencia alta y baja, respectivamente. No hay ninguna evidencia
de que sean clínicamente significativos, pero dado que son anticuerpos
sumamente raros, los datos clínicos disponibles son escasos. En casos
necesarios, unidades de sangre serológicamente incompatibles pueden utilizarse con extraordinaria cautela. No se han implicado tanto el anti-Era
como el anti-Erb en casos de EHRN.
El anti-Csa detecta un antígeno de frecuencia relativamente alta; en tanto
que el anti-Csb lo hace frente al de una frecuencia relativamente baja.
Puede considerarse que carecen de importancia clínica, no han causado
RHT ni casos de EHRN, y pueden ignorarse al seleccionar unidades de
sangre para la transfusión.
El anticuerpo anti-LKE se enfrenta a un antígeno de alta frecuencia,
ausente en hematíes Pk y p. Los anticuerpos anti-LKE, generalmente son
activos a bajas temperaturas, y no hay ningún informe de una RHT.
Unidades de sangre serologicamente incompatibles pueden transfundirse.
C.4.6.19. Antígenos de baja frecuencia (serie 700 ISBT)
Se trata de una serie de antígenos independientes, no asignados a ningún
sistema o una colección de antígenos en la clasificación de la ISBT, y que
79
tienen una baja incidencia en la población, y generalmente se heredan de
forma dominante. Los principales antígenos de baja frecuencia vienen
reseñados en la Tabla 1.27.
Los anticuerpos contra estos antígenos de baja frecuencia pueden ser causantes tanto de cuadros de EHRN como de RHT, si bien con una escasísima incidencia, y su hallazgo suele ser casual; de tal manera que sólo se
han descritos casos de EHRN causada por: anti-JFV, anti-Kg, antiJONES, anti-HJK, y anti-REIT.
Tabla 1.27. Antígenos de baja frecuencia (Serie 700 ISBT)
Número
Nombre
Símbolo
Número
Nombre
Símbolo
700002
700003
700005
700006
700017
700018
700019
700021
700028
Batty
Christiansen
Biles
Box
Torkildsen
Peters
Reid
Jensen
Livesay
By
Chra
Bi
Bxa
Toa
Pta
Rea
Jea
Lia
700039
700040
700043
700044
700045
700047
700049
700050
700052
700054
Milne
Rasmussen
Oldeide
RASM
Katagiri
Jones
JFV
Kg
JONES
HJK
HOFM
SARA
REIT
C.4.6.20. Antígenos de alta frecuencia (serie 901 ISBT)
Se trata de una serie de antígenos independientes, no asignados a ningún sistema o una colección de antígenos en la clasificación de la ISBT, y que tienen una alta incidencia en la población. Los anticuerpos frente a estos antígenos son excepcionales, pero cuando aparecen es muy complicado encontrar unidades de sangre compatibles, ya que surgen de aloinmunizaciones.
Los principales antígenos de alta incidencia viene reflejados en la Tabla 1.28.
Tabla 1.28. Antígenos de alta frecuencia (Serie 901 ISBT)
Número Nombre Símbolo Incidencia % Número Nombre Símbolo Incidencia %
901001
901002
901003
901005
901008
80
Langereis
August
Vel
Lan
Ata
Jra
Emm
>99
>99
>99
>99
>99
901009
901012
901013
901014
901015
901016
Anton
Sid
Duclos
AnWj
Sda
PEL
ABTI
MAM
>99
91
>99
>99
>99
>99
Los antígenos de alta incidencia más significativos desde el punto de vista
transfusional son:
• Antígeno Vel: los anticuerpos anti-Vel se detectan en fase de
Coombs, pero pueden aparecer en fase salina. Surgen tras episodios
inmunizantes, y se trata de una IgM que no suele causar EHRN, pero
sí RHT aguda fijando el complemento.
• Antígeno Lan: El anti-Lan, ha causado al menos un caso de RHT
inmediata. Unidades de sangre Lan-, normalmente no se requieren
para la transfusión pero deben considerarse en casos en los que existan títulos altos de anticuerpo. No hay descrito ningún caso de antiLan en relación con EHRN.
• Antígeno Ata: El anti-Ata ha sido involucrado en casos de RHT.
Unidades de sangre At(a-) normalmente no se requieren para la
transfusión pero deben considerarse en casos en los que existan títulos altos de anticuerpo. Hay un caso descrito de anti-Ata que provocó una EHRN moderada.
• Antígeno Jra: hay escasa evidencia de que el anti-Jra ha causado
una RHT, y no hay ningún caso descrito de EHRN. Unidades de
sangre Jr(a-) normalmente no se requieren para la transfusión pero
deben considerarse en casos en los que existan títulos altos de anticuerpo.
• Antígeno Emm: solo se han descrito cinco casos de anti-Emm, y no
hay ninguna evidencia de su importancia clínica.
• Antígeno Sda: está presente en el 91%, pero en mujeres embarazadas
puede disminuir su expresión e incluso desaparecer. Si bien ha sido
involucrado en una ocasión como causa de RHT, se cree que en la
práctica clínica no tiene interés transfusional.
• Antígeno AnWj: el anticuerpo anti-AnWj ha causado severas RHT, y
en caso de detectarse hay que seleccionar unidades que carezcan del
antígeno.
• Antígeno PEL: sólo dos casos de anti-PEL y dos anti-PEL-like se
han descrito. Estudios “in vivo” sobre la supervivencia de los hematíes sugieren que los anti-PEL no causarían una RHT.
• Antígeno ABTI: sólo se conocen tres casos de anti-ABTI, y no hay
información suficiente sobre su importancia clínica.
81
• Antígeno MAM: cuatro casos conocidos de anti-MAM eran anticuerpos IgG potentes. Anti-MAM no ha causado RHT, pero sí causado EHRN severa.
D. Antígenos plaquetarios
Los antígenos plaquetarios podemos dividirlos en dos grandes categorías:
aquellos antígenos que son compartidos con otras estirpes celulares, y
aquellos que son específicos de las plaquetas.
Entre los antígenos que las plaquetas comparten con otras células se
encuentran: glicoproteínas de los sistemas ABO, Lewis, Ii y P; los antígenos clase I del sistema HLA, sobre todo los de los locus A y B, y en mucha
menor medida los del C.
Los aloantígenos plaquetarios “específicos” (Tabla 1.29.) vienen expresados por aloanticuerpos dirigidos contra determinadas variaciones moleculares genéticas de las proteínas o los carbohidratos de la membrana plaquetar. La mayoría de estos antígenos pertenecen a los receptores celulares de adhesión, integrinas, y moléculas involucradas en la matriz celular
e interacciones celulares. Los aloantígenos plaquetarios que residen en la
subunidad de la integrina β3 (GPIIIa) también se han detectado en las
células endoteliales, del músculo liso, y fibroblastos. Los antígenos asociados con la subunidad de la integrina α2 (GPIa) también se han encontrado en los linfocitos T activados y en las células endoteliales. El CD109
que lleva los epítopes de los antígenos HPA-15 también se expresa en las
células T-activadas, células endoteliales y varias células de diversas líneas tumorales. En contra, los aloantígenos localizados en la subunidad de
la integrina αIIb y en la subunidad GPIb, parecen ser específicos del linaje megacariocito/plaqueta.
Desde el punto de vista de la medicina transfusional, los sistemas antigénicos plaquetarios tienen interés (ver capítulos posteriores) en:
• Refractariedad a la transfusión de plaquetas.
• Púrpura post-transfusional.
• Trombocitopenia aloinmune neonatal.
82
Tabla 1.29. Sistemas antigénicos plaquetarios humanos
SISTEMA ANTÍGENOS
HPA-1
HPA-2
HPA-3
HPA-4
HPA-5
OTRAS
FRECUENCIA
GLICOPROTEINA
DENOMINACIONES ANTIGÉNICA
HPA-1a
Zwa, PlA1
97.9%
HPA-1b
Zwb,
28.8%
HPA-2a
PlA2
>99.9%
Kob
HPA-2b
Koa,
HPA-3a
Baka, Leka
80.95%
HPA-3b
Bakb
69.8%
HPA-4a
Yukb, Pena
>99.9%
HPA-4b
Yuka,
Penb
<0.1%
HPA-5a
Brb, Zavb
99.0%
HPA-5b
Bra,
Siba
Zava,
Hca
19.7%
GPIba
GPIIb
GPIIIα
GPIa
0.7%
GPIIIa
Mo
0.2%
GPIIIa
Sra
<0.01%
GPIIIa
HPA-9bw
Maxa
0.6%
GPIIb
HPA-10bw
Laa
<1.6%
GPIIIa
HPA-11bw
Groa
<0.25%
GPIIIa
HPA-12bw
Iya
0.4%
GPIbβ
HPA-13bw
Sita
0.25%
GPIa
HPA-14bw
Oea
<0.17%
GPIIIa
HPA-15a
Gova
60.2%
HPA-15b
Govb
80.5%
HPA-16bw
Duva
HPA-6w
HPA-6bw
Caa, Tua
HPA-7w
HPA-7bw
HPA-8w
HPA-8bw
HPA-9w
HPA-10w
HPA-15
13.2%
GPIIIa
CD109
<1%
GPIIIa
Vaa
<0.4%
GPIIb/IIIa
PlT
>99.9%
GPV
Vis
GPIV
Pea
GPIbα
38kD GP
Dya
Moua
26%
desconocido
83
Desde que las plaquetas juegan un papel importante en el desarrollo de la
enfermedad coronaria aguda y de enfermedades cerebro-vasculares, un
foco de interés creciente ha sido el impacto de los polimorfismos de las
glicoproteínas estructurales de las plaquetas sobre éstas enfermedades. El
primer informe de la asociación del alelo HPA-1b sobre la GPIIIa, ha
inducido a una serie de estudios ulteriores; de tal manera que el efecto del
alelo HPA-1b como factor genético de riesgo de enfermedad vascular
isquémica puesto en evidencia en algunos estudios, no se ha visto corroborado en otros análisis subsecuentes.
A pesar de la controversia que rodea éstas correlaciones clínicas, las
investigaciones actuales indican que el fenotipo HPA-1 tiene un efecto
sobre la función plaquetaria; de tal modo parece conferir un umbral más
bajo para las respuestas agonistas inducidas de las plaquetas y alterar las
funciones mediadas por las GPIIb/IIIa, como la adherencia y la retracción
del coágulo. En contraste, estudios amplios no han encontrado una asociación entre los polimorfismos del HPA-3 con la enfermedad coronaria,
infarto de miocardio, o estenosis o trombosis post by-pass. Por último, se
ha encontrado una relación entre el HPA-2 y un aumento del riesgo de
enfermedad coronaria y cerebro-vascular.
E. Antígenos granulocitarios
Los primeros antígenos granulocitarios se identificaron en 1966, y se trata
de unos antígenos específicos de los granulocitos localizados en su membrana, que han ido describiéndose a partir de la detección de anticuerpos
en diversas situaciones clínicas tales como: neutropenia neonatal aloinmune, neutropenias autoinmunes, y reacciones transfusionales febriles no
hemolíticas. Los principales sistemas antigénicos granulocitarios descritos en la actualidad vienen reseñados en la Tabla 1.30.
Desde el punto de vista de la medicina transfusional, los sistemas antigénicos granulocitarios tienen interés (ver capítulos posteriores) en:
• Reacciones transfusionales febriles no hemolíticas.
• Lesión pulmonar aguda asociada a transfusión.
• Neutropenia aloinmune post-transfusional.
• Neutropenia neonatal aloinmune.
84
Tabla 1.30. Sistemas antigénicos granulocitarios humanos
SISTEMA
FRECUENCIA
ANTÍGENO LOCALIZACIÓN ACRÓNIMO
ANTIGÉNICO
FENOTIPO %
HNA-1
HNA-2
HNA-1a
HNA-1b
HNA-1c
HNA-2a
HNA-3
HNA-4
HNA-5
HNA-3a
HNA-4a
HNA-5a
FcγRIIIb
FcγRIIIb
FcγRIIIb
gp50-64
gp45-56
FcγRIIIb
FcγRIIIb
FcγRIIIb
FcγRIIIb
gp70-95
CD11b
CD11a
-
NA-1
NA-2
NA-3 (SH)
NB1
NB2
NC
ND
NE
LAN
SAR
9
Five
5b
MART
OND
SL
46
88
5
97
32
91
98.5
23
>99
>99
58
99
99.1
>99
66
ALELOS
FCGR3B*01
FCGR3B*02
FCGR3B*03
CD177*01
NO DEFINIDO
CD11B*01
CD11A*01
F. Complejo mayor de histocompatibilidad. Sistema HLA
El Complejo Mayor de Histocompatibilidad (CMH) es una región multigénica, altamente polimórfica, ubicada en el ser humano en el brazo corto
del cromosoma 6. Se habla de Complejo, porque los genes están estrechamente unidos y se heredan en bloque, como una unidad, es decir, cómo
un “complejo supergénico” o haplotipo. La región cromosómica contiene
más de 40 genes y pseudogenes y ocupa un largo segmento de ADN, con
una extensión de 3.500–4000 kilobases. Los productos de estos genes se
expresan en la membrana celular cómo heterodímeros polipeptídicos de
tipo globulinas. Son moléculas integrales de los complejos reconocidos
por los linfocitos T.
En el hombre, el sistema lleva el nombre “HLA” (Human Leukocyte
Antigens), ya que se descubrió en los leucocitos. El complejo HLA es un
conjunto de genes que controlan la expresión de moléculas que juegan un
papel fundamental en la regulación de diversos aspectos de la respuesta
inmune.
A través de muchos estudios, se llego a la caracterización de los loci que
actualmente se conocen: Locus A, Locus B y Locus CW, cuyos produc85
tos se detectan por anticuerpos. La “w” después de “A” o “B” indica que
es una especificidad HLA “provisional” (aún no está claramente definida,
puede que se trate de un antígeno realmente, o de más de un antígeno, o
de una modificación de uno ya conocido).
A fines de los años 60 se describió otra región del sistema, cuyos productos no siempre se pueden detectar por anticuerpos y requiere de reacciones de linfocitos T (técnica conocida cómo cultivo mixto linfocitario), que
se conoció cómo región Ia-like, hasta que, en 1972, se identificó lo que
primero se consideró el locus D, el cual pronto se definió cómo una
región, que actualmente tiene por lo menos 3 loci conocidos: DR, DP y
DQ.
Tras muchos estudios, y actualmente gracias a la biología molecular, se
han identificado tres regiones diferentes dentro del CMH, que codifican
productos diferentes en cuanto a su estructura química, distribución y función:
• Clase I: corresponden a los loci A, B y C, (la biología molecular
recientemente ha permitido determinar además los loci G y E, cuya
función aún no está clara) los que codifican la expresión de los antígenos clase I, es decir, HLA-A, HLA-B y HLA-C. Los loci comprenden una extensión de aproximadamente 2000 Kb y están separados entre sí por largas fibras de ADN. El papel fisiológico de estos
antígenos es la restricción del reconocimiento antigénico por los linfocitos T CD8(+), citotóxico/supresor.
• Clase II: comprende los loci de la región D, que codifican los antígenos clase II, HLA-DR (α y β), DQ (α y β), y DP (α y β), Hay otros
loci que están aún menos estudiados. Los genes de la región D son
los llamados hasta hace poco “genes IR” (de respuesta inmune), responsables de los llamados “antígenos Ia”. Participan en la inducción
de repuesta de los linfocitos CD4(+) helper/inductor.
• Clase III: corresponden a genes contenidos dentro de la región, pero
cuyos productos no son estrictamente antígenos HLA. Originalmente
se definieron cómo genes para algunos componentes del complemento (C2, C4, BF). Actualmente se sabe que contiene una cantidad de
diversos genes, como el de la 21- hidroxilasa y otras enzimas involucradas en la síntesis de esteroides y otras sustancias. El hecho de que
estos genes estén dentro de la región cromosómica HLA no está aclarado todavía, pensándose en probables ventajas evolutivas.
86
F.1. Biosíntesis y expresión de los antígenos HLA
Al hablar de expresión de antígenos HLA, se entiende que esto se refiere
a la presencia de moléculas clase I o clase II en la membrana de las diferentes estirpes celulares.
Las antígenos del CMH son traducidos desde el ARNm en los ribosomas
unidos a la membrana, e insertados en la membrana. La trascripción de los
genes y la expresión de los antígenos está regulada coordinadamente. Hay
citocinas que modulan la expresión de las moléculas clase I y clase II en
diferentes tipos celulares.
• Antígenos clase I: se encuentran en todas las células nucleadas del
organismo. Su presencia es nula en el eritrocito. Su expresión es
intensa en las células linfoides, menos intensa en hígado, riñón y
pulmón; y escasa en cerebro, músculo esquelético y trofoblasto
velloso. Su expresión es coordinada: A, B y C se expresan al mismo
tiempo en la superficie celular.
• Antígenos clase II: su expresión es más limitada. Aparecen en las
células que participan en la respuesta inmune, en especial en el
monocito, macrófago, células de Langerhans y otras células presentadoras de antígenos, linfocitos B, células progenitoras hematopoyéticas y linfocitos T (en algunas etapas de su activación). Pueden
expresarse en las células endoteliales y epiteliales bajo la acción de
algunas citocinas, como el γ-interferón. También, al igual que los de
clase I, expresan siempre los productos de todos los loci D.
El sistema HLA desde el punto de vista genético es codominante: ambos alelos se expresan en el fenotipo. Tienden a heredarse en bloque y la recombinación intra-sistema HLA es poco frecuente. Por eso, se habla de herencia de
haplotipos y no de alelos. Al ser codominantes, en una progenie humana,
entre hermanos existe una probabilidad del 50% de compartir un haplotipo,
del 25% de compartir ambos y del 25% de no compartir ninguno.
F.2. Estructura de las moléculas del CMH
Clase I: Son heterodímeros formados por una cadena polipeptídica glicosilada, la cadena pesada o alfa, de 43 a 45 Kd, unida de forma no covalente a un péptido pequeño, no polimórfico (es igual en todos) de 11 a 12
Kd, la β-2-microglobulina que es la cadena liviana del antígeno HLA
clase I. La β-2 microglobulina circula libremente en el plasma y se une de
87
forma no covalente a alfa-3, el tercer dominio de la cadena pesada y no
penetra en la membrana. La cadena pesada tiene tres dominios globulares
alfa: 1,2 y 3, que protruyen hacia fuera de la membrana, una porción transmembrana que ancla a la molécula, y una pequeña cola intracitoplasmática en el extremo C-terminal.
Para analizar la estructura de la molécula se la puede considerar como si
estuviera formada por cuatro regiones:
• Región citoplasmática: corresponde al extremo C-terminal de la
cadena, con alrededor de 50 residuos aminoácidos, de los cuales la
mitad más o menos corresponde a aminoácidos polares, como la
serina y otros. Tendría un papel en la regulación de las interacciones
de la molécula de antígeno HLA con otras proteínas de membrana o
con proteínas del citoesqueleto.
• Región transmembrana: corresponde a unos 25 aminoácidos, que
forman una alfa-hélice. Se cree que pasa entre las porciones hidrofóbicas de los fosfolípidos, y ancla a la molécula en la membrana.
• Región extracelular inmunoglobulina: corresponde al dominio alfa3, formado por unos 90 residuos aminoácidos que van desde la región
transmembrana hasta el extremo C-terminal de alfa-2. Es un segmento altamente conservado (igual en todos), con una estructura similar a
las inmunoglobulinas. Forma un “loop” con puentes disulfuro. Aquí
se une la cadena beta del antígeno, es decir, la β-2-microglobulina.
• Región aminoterminal (sitio de unión a los péptidos): son las
regiones alfa-1 y alfa 2, que incluyen alrededor de 180 residuos. Las
dos regiones forman una verdadera plataforma en la que se contiene
el lugar donde se va a alojar el antígeno a presentar. Esta región de
la molécula es variable y en ella reside el polimorfismo.
Clase II: también son heterodímeros de cadenas glicoproteícas, pero a
diferencia de los de clase I, tanto la cadena pesada alfa como la liviana
beta tienen una porción transmembrana, y en ambas existe variación. No
hay una cadena constante como la β-2-microglobulina en los de clase I y
la diferencia de tamaño entre ambas cadenas es menor. La alfa pesa de 30
a 34 Kd y la beta de 26 a 32 Kd. En ambas se distinguen dominios alfa 1,
alfa 2, beta 1, y beta 2.
• Región citoplasmática y transmembrana: se sabe menos que en
los de clase I. La región C-terminal de las cadenas alfa y beta se
88
extiende a través de la membrana, con unos 25 residuos intracelulares. Se sabe que de alguna manera estas regiones determinan la
movilidad de estas moléculas y su interacción con otras proteínas
celulares.
• Región extracelular inmunoglobulina: ambas cadenas tienen
regiones que son homólogas a las inmunoglobulinas y contienen
enlaces S-S internos. Aunque hay poca variabilidad, pueden haber
diferencias entre los diferentes loci genéticos.
• Región amino terminal de unión al péptido: formada por unos 90
residuos, es altamente polimórfica y, a diferencia de los clase I,
ambas cadenas participan en la formación del bolsillo.
F.3. Papel fisiológico del CMH
Tiene especial interés en:
• Conservación de la especie: los antígenos de histocompatibilidad se
descubrieron por su participación en el rechazo de injertos. La capacidad de distinguir lo propio de lo extraño es una característica de todos
los organismos pluricelulares, cómo un mecanismo para mantener la
identidad de la especie. Es el mecanismo para destruir lo ajeno sin
dañar lo propio y lo fundamental para ello es el gran polimorfismo de
los sistemas genéticos, (lo que permite la alta variabilidad interindividual dentro de una misma especie) y lo que asegura un adecuado sistema de unidades de reconocimiento sobre las células propias.
• Ontogenia del Linfocito T: en la etapa de diferenciación intratímica, los linfocitos “aprenden” a reconocer los antígenos extraños en el
contexto de lo propio, según si van a ser CD4 ( Clase II) o CD8
(clase I). Ahí se produce la selección positiva, y el linfocito que no
tiene la capacidad de reconocer I o II va a la apoptosis.
• Inducción y regulación de la respuesta inmune: los antígenos del
CMH son indispensables para la inducción de la respuesta, ya que el
linfocito T no reconoce, o reconoce muy pobremente al antígeno que
llega en forma soluble, y requiere del contexto CMH en la membrana de la célula presentadora. Por ello, la expresión de estos antígenos regula en cierta forma la respuesta, ya que determina qué va a
ser reconocido y cómo.
89
• Presentación de antígeno y regulación de fase efectora de la citotoxicidad dependiente del linfocito T: a nivel intracelular, los antígenos del CMH en la célula presentadora, participan en el procesamiento del antígeno y, cómo ya se ha dicho, son críticos en la presentación antigénica.
• Funciones no inmunológicas: se ha asociado al CMH con fenómenos tales como el peso corporal en los ratones, la capacidad de poner
huevos en las gallinas y otros hechos que están bajo control hormonal, no descartándose que puedan participar de alguna manera en los
receptores para hormonas.
F.4. Sistema HLA y transfusión
Los antígenos HLA del donante que no son idénticos a los expresados por
el receptor pueden ser reconocidos como no propios, y activar los linfocitos T, que inician una cascada de acontecimientos que pueden llevar a las
destrucción de las células del donante.
Los aloanticuerpos frente al sistema HLA son responsables de algunas de
las complicaciones clínicas serias de la transfusión de sangre, incluyéndo
reacciones febriles no hemolíticas, la lesión pulmonar aguda asociada a
transfusión (TRALI) y la refractariedad inmunologógica a las transfusiones de concentrados de plaquetas.
Por otro lado, las células inmunocompetentes presentes en los productos
sanguíneos, pueden reaccionar con los antígenos de las células del donante y ocasionar un cuadro grave de enfermedad del injerto contra el huésped asociada a transfusión; así mismo, pueden ser responsables del llamado “efecto inmunomodulador” de la transfusión de sangre.
90
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95
2. LA DONACIÓN DE SANGRE
Iluminada Ample Guillén*, Elías Aguilar Ligorit#.
*Centro Regional de Transfusión de la Comunidad Valenciana. Valencia. #Servicio de Hematología.
Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana
La donación altruista de sangre y/o componentes es, hoy por hoy, el único
mecanismo posible para la obtención de estos agentes terapéuticos. La
necesidad de la transfusión es un hecho permanente y aun creciente dentro
de las nuevas medidas terapéuticas aplicadas a la actividad asistencial; de
hecho la Hemoterapia constituye hoy en día el soporte fundamental sobre
el que se basan los tratamientos intensivos con quimioterapia, los transplantes de órganos y una diversidad de procedimientos diagnósticos y terapéuticos que no podrían utilizarse sin la presencia de los hemoderivados.
El altruismo y la voluntariedad de los donantes son la mejor garantía de
calidad y seguridad para el donante y para el receptor, hecho que ha quedado especialmente patente tras el conocimiento de nuevas enfermedades
virales que pueden ser transmitidas por la sangre transfundida, y que ha
llevado a reforzar y potenciar las políticas de autosuficiencia nacional y
europea basadas en donaciones altruistas desde instituciones supranacionales, como la O.M.S., C.E.E. y el Consejo de Europa.
Las garantías de calidad y seguridad de la Hemoterapia en nuestros días
se fundamentan básicamente en: la adecuada selección de los donantes,
los controles realizados sobre el producto de la donación que repercuten
97
beneficiosamente tanto sobre el receptor como el propio donante, la eliminación o inactivación de los posibles agentes infecciosos, y el uso
racional de la sangre y sus derivados.
A. Selección de donantes de sangre
Podrán ser donantes de sangre las personas que reúnan los requisitos
siguientes: edad comprendida entre los dieciocho y sesenta y cinco años (en
casos excepcionales, y a juicio del médico responsable de la unidad de
extracción, podrán donar sangre personas con edad superior al límite establecido), y superar satisfactoriamente un reconocimiento médico y analítico.
Los candidatos a donantes de sangre recibirán información previa, por
escrito y en lenguaje comprensible, acerca de las condiciones y actividades que excluyen de la donación y sobre la importancia de no dar sangre
si le son aplicables alguna de ellas.
Asimismo, inmediatamente antes de cada extracción serán sometidos a un
reconocimiento, realizado por personal adecuadamente entrenado para
ello, que consistirá en:
• Un interrogatorio orientado especialmente a descartar la existencia
de afecciones, que contraindiquen la extracción de sangre, y de enfermedades transmisibles por la sangre.
• Un examen físico que comprenderá principalmente la apreciación del
estado general, la medida de la presión arterial y del pulso y la determinación de los niveles de hemoglobina o hematocrito.
Una vez finalizado el reconocimiento, el donante deberá firmar un documento en el que deje constancia clara de que ha comprendido los motivos
que excluyen de donar y de que estos no le afectan, así como su conformidad para efectuar la donación.
Cada Banco de sangre o Centro Regional de Transfusiones deberá contar
con un protocolo detallado de los criterios y condiciones de exclusión
siguiendo las recomendaciones establecidas al efecto por las autoridades
sanitarias.
A.1. Examen físico
Comprenderá principalmente la apreciación del estado general, la medida
de la presión arterial y el pulso, así como la determinación del peso, tem98
peratura corporal, y los valores de hemoglobina y/o hematocrito. Se atenderá de forma especial a las siguientes circunstancias:
A.1.1. Inspección del aspecto del donante
Debe prestarse especial atención, y en su caso quedarán excluidos: A la
plétora, a un estado físico precario, al debilitamiento, a la desnutrición,
anemia, ictericia, cianosis, dísnea, inestabilidad mental y a la intoxicación
producida por alcohol, drogas u otros productos.
A.1.2. Pulso y tensión sanguínea
Se recomienda que se comprueben de forma rutinaria el pulso y la tensión
arterial. El pulso debe ser regular y como norma general oscilar entre 50
y 110 pulsaciones por minuto. Se reconoce que el registro de la tensión
arterial puede estar sujeto a muchas variables, pero a modo de guía la tensión sanguínea sistólica no debe sobrepasar los 180 milímetros de mercurio y la diastólica 100 milímetros/Hg.
A.1.3. Temperatura corporal
La temperatura corporal, no debe sobrepasar los 37º C. La detección de
febrícula puede indicar un proceso infeccioso en su fase incipiente.
A.1.4. Peso corporal
Debe ser superior a los 50 Kg. En cualquier caso, el volumen extraído no
puede sobrepasar el 13% de la volemia del donante.
A.1.5. Ingesta de alimentos
No es aconsejable realizar donaciones estando el donante en ayunas, en
especial si se trata de donantes que donan por primera vez. Es conveniente que la donación se realice a las dos-tres horas, después de una ingesta
abundante.
A.1.6. Valores de hemoglobina (o hematocrito)
Mujeres donantes: 125 gramos/litro (mínimo Hto: 0,38). Hombres donantes: 135 gramos/litro (mínimo Hto:0,40). Las donaciones pueden ser acep99
tadas por debajo de estos niveles, bajo la responsabilidad del médico responsable de la Unidad de Extracción.
A.2. El interrogatorio
Constará en una historia clínica y un cuestionario de preguntas; se formularán las preguntas necesarias para averiguar si el candidato a donante está
en buen estado de salud y no padece o ha padecido alguna enfermedad
importante. Serán criterios y condiciones de exclusión a tener en cuenta
en las donaciones, las enfermedades o antecedentes de los siguientes apartados.
A.2.1. Ocupación
En profesiones o aficiones peligrosas se deberá esperar un intervalo no
menor de doce horas entre donación y vuelta al trabajo o práctica de la
afición.
Tales ocupaciones incluyen por ejemplo, pilotos, conductores de autobús
o de tren, operadores de grúas, escaladores, escafandristas, patinadores,
montañeros y buceadores.
A.2.2. Alergia
Los donantes potenciales con alergia al polen deberán ser excluidos de la
donación durante la época de polinización. Aquellos que reciban vacunas
desensibilizantes no donarán hasta pasadas setenta y dos horas después de
la última inyección. Los donantes con un eccema local en el sitio de venopunción serán excluidos de forma temporal. Los individuos que padecen
asma en forma leve o asintomática y que requieran únicamente el uso de
aerosoles esporádicamente pueden ser aceptados. Alergia a los medicamentos, en particular la penicilina: Exclusión de un año después de la
última exposición.
Los individuos con historia documentada de anafilaxis, no deben ser aceptados como donantes.
A.2.3. Beta-talasemia
Los portadores heterocigóticos de la enfermedad pueden donar sangre
siempre que tengan buena salud y niveles aceptables de hemoglobina.
100
A.2.4. Bronquitis
No deberán ser aceptados como donantes personas con síntomas de bronquitis crónica grave.
A.2.5. Cirugía
A.2.5.1. Cirugía mayor
La cirugía mayor tiene generalmente un periodo de cuarentena de seis
meses.
A.2.5.2. Cirugía menor
Pacientes que hayan requerido examen endoscópico.
Pacientes que hayan requerido implantación de catéteres intravasculares.
Perforación de piel y mucosas con material no estéril.
En estas tres condiciones, exclusión durante un año.
A.2.6. Diabetes
Exclusión definitiva si está en tratamiento con insulina.
A.2.7. Embarazo
Las mujeres embarazadas no deben aceptarse como donantes, a menos
que sea en circunstancias excepcionales y a discreción del médico que las
trata durante su embarazo. Después del embarazo, el periodo de cuarentena debe durar tantos meses como haya durado el embarazo, o por lo
menos durante todo el tiempo que dure la lactancia.
A.2.8. Enfermedad autoinmune
Son causa de rechazo siempre que haya más de un órgano afectado.
A.2.9. Enfermedad cardíaca y vascular
Las personas con antecedentes de enfermedad cardiaca, especialmente
coronaria, angina de pecho, arritmia cardiaca grave, historia de enfermedades cerebrovasculares, trombosis arterial o trombosis venosa recurrente, deben quedar excluidas.
101
A.2.10. Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
Todos los individuos tratados con extracto de glándula pituitaria de origen
humano, han sido receptores de duramadre o de un injerto de córnea, o los
que tengan una historia familiar de enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
deben ser excluidos como donantes.
A.2.11. Epilepsia
Las personas que la padezcan serán excluidas de forma definitiva, estén o
no sometidas a tratamiento.
A.2.12. Fiebre reumática
Una persona con antecedente de fiebre reumática debe quedar excluida
durante dos años y a continuación ser examinada para descartar posibles
secuelas cardíacas crónicas. Esta última complicación es causa de exclusión definitiva.
A.2.13. Fiebre superior a 38º C, enfermedades similares al sindrome
gripal
Las personas afectadas deberán cumplir una cuarentena mínima de dos
semanas tras la desaparición de los síntomas.
A.2.14. Hipertensión
Las personas con diagnóstico confirmado de hipertensión, no deben ser
aceptadas como donantes. Todas las situaciones que no se ajusten de
forma clara a ello, serán valoradas individualmente por el médico responsable de la Unidad de Extracción.
A.2.15. Ictericia y hepatitis
Los donantes deben ser informados de las actividades de riesgo que pueden estar asociadas con la transmisión de hepatitis, de forma que tengan
la posibilidad de autoexcluirse.
Los individuos con antecedentes de ictericia o hepatitis pueden ser aceptados como donantes, a criterio del médico responsable de la Unidad de
Extracción.
102
Convivencia con un enfermo de hepatitis B o C: Exclusión durante un
año.
Las personas que han tenido relación directa con un caso de hepatitis o
han recibido una transfusión de sangre o productos hemoderivados
deben someterse a un período de cuarentena de doce meses. Lo mismo
es aplicable en los casos de acupuntura (a excepción de la realizada
bajo estricto control médico), tatuajes y perforación del lóbulo de la
oreja.
El personal hospitalario que esté en contacto directo con pacientes de
hepatitis será aceptado a discreción del médico responsable de la unidad de extracción de sangre, siempre que no haya sufrido un pinchazo
o inoculación accidental con un paciente infectado en los últimos doce
meses.
Los donantes sin marcadores demostrables de hepatitis, que hayan donado sangre a dos pacientes con fuerte sospecha de haber sido inoculados
por una transfusión sanguínea, deben quedar excluidos. En el caso de un
único donante de sangre utilizado en una transfusión cuyo receptor desarrolla una hepatitis, debe ser así mismo excluido.
A.2.16. Enfermedades infecciosas
Generalmente conviene respetar una cuarentena mínima de dos semanas
tras la desaparición de los síntomas y una semana en el caso de resfriado
común. Las enfermedades y situaciones que se refieren a continuación
tendrán las consecuencias que se exponen:
A.2.16.1. Babesiosis
Exclusión definitiva.
A.2.16.2. Brucelosis confirmada
Exclusión mínima de dos años tras recuperación completa.
A.2.16.3. Leishmaniosis
(Kala-Azar): exclusión definitiva.
A.2.16.4. Toxoplasmosis
Exclusión de dos años tras recuperación, siempre que no haya anticuerpos
tipo IgM.
103
A.2.16.5. Tuberculosis
Puede ser considerado apto dos años después de haber sido declarado
curado.
A.2.16.6. Contacto con enfermedades infecciosas
Período de cuarentena similar al periodo de incubación, o en el caso de ser
este último desconocido, el médico responsable de la Unidad de Extracción
establecerá la naturaleza de la exposición y el tiempo de rechazo.
A.2.16.7. Mononucleosis infecciosa
Exclusión seis meses tras recuperación total.
A.2.17. Inmunizaciones
Inoculaciones, vacunas
Periodo de cuarentena
Vacunas con bacterias y virus atenuados:
BCG, varicela, fiebre amarilla, rubéola,
sarampión, poliomielitis (oral).
4 semanas.
Vacunas con bacterias muertas:
Cólera, fiebre tifoidea (TAB).
48 horas.
Vacunas con virus inactivados:
Poliomielitis (inyección), gripe.
48 horas.
Toxoides, difteria, tétanos.
48 horas.
Otras vacunas:
Hepatitis A
48 horas.
Hepatitis B.
48 horas.
Rabia (un año tras exposición).
48 horas.
Sueros de origen animal.
3 meses.
A.2.18. Infección por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y
síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)
Todos los donantes de sangre deberán recibir información precisa y actualizada sobre el SIDA y sobre prácticas sexuales inseguras u otros com104
portamientos de riesgo que pueden exponerlos a fuentes potenciales de
infección, transmisibles por la donación. Todos los donantes que resulten
positivos y sean confirmados como tales, deberán ser informados de que
no deben realizar más donaciones.
A.2.19. Intoxicación por alcohol o por drogas
Las personas que se encuentran bajo una clara influencia del alcohol
deben rechazarse hasta que estén sobrias. En caso de que reconozca o
haya sospecha de consumo de drogas, y en particular de drogas intravenosas, debe descartarse la donación.
A.2.20. Enfermedades malignas
Los individuos con una enfermedad maligna, o antecedentes de la misma,
son habitualmente excluidos, de forma permanente. El médico responsable de la unidad de extracción puede hacer excepciones a esta norma en
algunos casos concretos.
A.2.21. Medicación
La administración de una medicación puede ser indicio de una enfermedad subyacente capaz de descalificar al donante. Se recomienda que se
ponga a disposición del personal que atiende a los donantes una lista de
los medicamentos de uso común, con normas para la aceptación de donantes que ya han sido aprobadas por los médicos responsables del Banco de
Sangre. Los donantes en tratamiento bajo prescripción facultativa deben
de ser excluidos por el período determinado por la farmacocinética de la
droga administrada.
Los donantes tratados con Finasterida (Proscar®), o Isotretinoina
(Roactuan®) serán excluidos durante un mes tras la última dosis. Los
donantes que hayan recibido tratamiento con Eterinato (Tigason®), serán
excluidas definitivamente. La ingesta de ácido acetil-salicílico en los
cinco días previos a la extracción, lo excluye para la donación de plaquetas.
A.2.22. Osteomielitis
Su padecimiento acarrea la exclusión durante dos años tras la curación.
105
A.2.23. Peso corporal
La pérdida no explicada de peso corporal debe ser investigada previamente a la donación. Una perdida superior al 10% del peso corporal en un
mes sin causa justificada, puede ser indicio de alguna enfermedad sin
diagnosticar, por lo que debe ser valorada médicamente.
A.2.24. Policitemia vera
Acarrea la exclusión definitiva.
A.2.25. Enfermedad renal
Glomerulonefritis aguda: Cinco años de cuarentena postrecuperación
completa.
Nefritis crónica y Pielonefritis: Exclusión definitiva.
A.2.26. Transfusiones
Los donantes a los que se haya transfundido sangre o hemoderivados
deben quedar excluidos durante un año.
A.2.27. Enfermedades tropicales
A.2.27.1. Malaria
Serán excluidos como donantes:
Durante tres años: Las personas que hayan padecido paludismo, que estén
asintomáticos y libres de tratamiento. Tras este período, serán aceptados
solamente como donantes de plasma. Posteriormente pueden ser donantes
de hematíes si las pruebas inmunológicas del paludismo son negativas.
Las personas que han nacido en zonas de endemia palúdica y han permanecido en ella cinco años o más.
Durante seis meses: Las personas que hayan estado en zona de endemia
palúdica, si no han tenido en ese periodo de permanencia episodios febriles. Si los han tenido será necesario llevar a cabo una prueba inmunológica y que ésta sea negativa. Si no se dispone de la prueba, exclusión por
tres años.
106
Las pruebas inmunológicas pueden omitirse si el donante es exclusivamente de plasma.
Con objeto de conocer los países con endemia palúdica, es conveniente
disponer de un mapa adecuado en cada Centro de Donación.
A.2.27.2. Enfermedad de Chagas
Exclusión de seis meses a las personas que visiten áreas tropicales donde
la enfermedad es endémica, y si no han padecido fiebre o enfermedad no
aclarada. La permanencia en zonas endémicas recomienda la donación
exclusivamente de plasma.
De forma esquemática en la Tabla 2.1. vienen reflejadas las distintas situaciones más comunes del donante, y el período de exclusión que originan.
CONDICION
PERIODO DE EXCLUSION
ESTADO GENERAL Y NIVEL DE CONSCIENCIA
INFLUENCIA DEL ALCOHOL O DROGAS (EN PARTICULAR INTRAVENOSAS)
AQUELLOS QUE NO PAREZCAN RESPONDER DE
MANERA FIABLE A LAS PREGUNTAS QUE SE
FORMULAN
DESCARTAR LA DONACION
SIDA/INFECCIÓN POR VIH
MARCADOR POSITIVO
PERMANENTE
PAREJA SEXUAL ACTUAL DE VIH+
PERMANENTE
PAREJA SEXUAL ANTERIOR DE VIH+
ADMITIDAS TRAS UN AÑO
DESPUÉS DE LA ÚLTIMA RELACIÓN SEXUAL
GRUPOS DE POBLACIÓN DE ELEVADO RIESGO
PERMANENTE
PORTADORES DE VHC Y VHB
ANTECEDENTE DE HEPATITIS B Y/O C CLÍNICA Y
CON DEMOSTRACIÓN ANALÍTICA
PERMANENTE
MARCADOR POSITIVO HBSAG+,ANTIVHC+ O
AGVHC+
PERMANENTE
PAREJAS SEXUALES ACTUALES DE PERSONAS
CON VHB
PERMANENTE (SALVO DEMOSTRACIÓN DE QUE SON INMUNES)
PAREJAS SEXUALES ANTERIORES DE VHB+
ADMITIDAS TRAS UN AÑO
DESPUÉS DE LA ÚLTIMA RELACIÓN SEXUAL
107
PAREJAS SEXUALES ANTERIORES DE VHB+
CONVIVENCIA CON UN ENFERMO DE VHB O
VHC SIEMPRE QUE HAYA RIESGO DE CONTACTO
CON SANGRE O FLUIDOS EN MUCOSAS
PERSONAL SANITARIO EN CONTACTO CON
ENFERMOS DE VHB Y VHC
DONANTES SIN MARCADORES DEMOSTRABLES
DE HEPATITIS QUE HAYAN DONADO A DOS
PACIENTES CON FUERTE SOSPECHA DE TRANSMISIÓN DE HEPATITIS POR TRANSFUSIÓN
ADMITIDAS TRAS UN AÑO
DESPUÉS DE LA ÚLTIMA RELACIÓN SEXUAL
1 AÑO
A CRIERTIO MEDICO (SALVO
PINCHAZO ACCIDENTAL QUE ES
DE 1 AÑO)
PERMANENTE
DONANTE ÚNICO DE UN RECEPTOR QUE HAYA
DESARROLLADO HEPATITIS POSTRANSFUSIÓN
PERMANENTE
ANTECEDENTE DE ICTERICIA O HEPATITIS NO
FILIADA (O HEPATITIS A )
ADMITIDOS TRAS EL PERIODO
AGUDO DE LA ENFERMEDAD
PACIENTES TRANSFUNDIDOS CON SANGRE O
HEMODERIVADOS O FACTORES COMERCIALES
DE COAGULACIÓN NO RECOMBINANTE
1 AÑO
PACIENTES QUE HAYAN REQUERIDO EXAMEN
ENDOSCÓPICO
1 AÑO
PACIENTES QUE HAYAN REQUERIDO IMPLANTACIÓN DE CATÉTERES INTRAVASCULARES
1 AÑO
PERFORACIÓN DE PIEL Y MUCOSAS CON MATERIAL NO ESTÉRIL
1 AÑO
ENFERMEDAD DE CREUTZFELD-JACOB
ENFERMOS DE FORMA CLÁSICA Y VARIANTE
PERMANENTE
HISTORIA FAMILIAR DE CJ
PERMANENTE
TRATADOS CON EXTRACTOS DE GLÁNDULA
PITUITARIA HUMANA
PERMANENTE
IMPLANTES DE DURAMADRE
PERMANENTE
TRANSPLANTE DE CÓRNEA
PERMANENTE
RESIDENTES MÁS DE UN AÑO EN REINO UNIDO
(INGLATERRA, ESCOCIA, PAÍS DE GALES, IRLANDA DEL NORTE, ISLA DE MAN E ISLAS DEL
CANAL) DE FORMA ACUMULADA ENTRE 1980 Y
1996
PERMANENTE
108
PERSONAS SOMETIDAS A PROCEDIMIENTOS
NEUROQUIRÚRGICOS INTRACRANEALES
PERMANENTE
ENFERMEDADES INFECCIOSAS
BABESIOSIS
PERMANENTE
BRUCELOSIS (CONFIRMADA)
2 AÑOS TRAS RECUPERACIÓN
COMPLETA
LEISHMANIOSIS (KALA-AZAR)
PERMANENTE
SÍFILIS
PERMANENTE
OTRAS ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN
SEXUAL
1 AÑO TRAS CURACIÓN COMPLETA
TOXOPLASMOSIS
2 AÑOS TRAS RECUPERACIÓN,
SIEMPRE QUE NO HAYA ANTICUERPOS TIPO IGM (EL CONSEJO
DE EUROPA RECOMIENDA 6
MESES TRAS RECUPERACIÓN
COMPLETA )
TUBERCULOSIS
2 AÑOS TRAS CURACIÓN COMPLETA
INFECCCIÓN POR VIRUS HTLV I / II
PERMANENTE
ENFERMEDAD DE CHAGAS
– ANTECEDENTE DE ENFERMEDAD
PERMANENTE
– PERMANENCIA EN ÁREA ENDÉMICA
SÓLO PRODUCTOS PLASMÁTICOS
– VIAJE A ZONA ENDÉMICA
6 MESES
PALUDISMO ( MALARIA )
– PALUDISMO SINTOMÁTICO
3 AÑOS TRAS CURACIÓN Y TEST
NEGATIVO
– MÁS DE 5 AÑOS DE PERMANENCIA EN ZONA
ENDÉMICA O QUE HAYAN NACIDO EN ELLAS
3 AÑOS
– ESTANCIA EN ZONA ENDÉMICA SIN FIEBRE
6 MESES
– ESTANCIA EN ZONA ENDÉMICA CON FIEBRE
6 MESES SI TEST NEGATIVO, SI
NO 3 AÑOS
FIEBRE Q
PERMANENTE
FIEBRE REUMÁTICA
2 AÑOS (PERMANENTE SI SECUELAS CARDIACAS)
FIEBRE > 38ºC
2 SEMANAS
MONONUCLEOSIS INFECCIOSA
6 SEMANAS TRAS TOTAL RECUPERACION
109
RESFRIADO COMÚN
1 SEMANA
OSTEOMIELITIS
2 AÑOS TRAS RECUPERCIÓN
COMPLETA
CONTACTO CON ENFERMEDAD INFECCIOSA
EL PERIODO DE INCUBACIÓN DE
LA MISMA O 4 SEMANAS SI SE
DESCONOCE
ENFERMEDADES ALERGICAS
ASMA BRONQUIAL
PERMANENTE
ALERGIA AL POLEN/POLVO
HASTA FINALIZAR EL EPISODIO
ALERGIAS MEDICAMENTOSAS
1 AÑO TRAS ULTIMA EXPOSICIÓN
VACUNAS DESENSIBILIZANTES
72 HORAS TRAS LA ULTIMA DOSIS
ECZEMA LOCAL EN EL PUNTO DE PUNCION
TEMPORAL HASTA SU CURACION
ENFERMEDADES AUTOINMUNES
PERMANENTE SI AFECTAN A
MAS DE 1 ORGANO
BETA-TALASEMIA
SOLO HETEROCIGOTOS
BUENA HB
ENFERMEDAD
CRONICA
PULMONAR
OBSTRUCTIVA
ENFERMEDADES NEOPLASICAS
CON
PERMANENTE
PERMANENTE (SALVO CA. CERVIZ LOCALIZADO Y TRAS
RESECCION COMPLETA)
CIRUGÍA PREVIA
MAYOR
6 MESES
MENOR (EXTRACCIÓN DENTARIA)
7 DIAS SI NO HAY COMPLICACIONES
RESECCION GASTRICA
PERMANENTE
DIABETES MELLITUS
INSULINO DEPENDIENTE Y/0 COMPLICADA
PERMANENTE
NO INSULINO DEPENDIENTE Y/O NO COMPLICADA
ACEPTADO, TRAS 3 HORAS DE
LA TOMA DE AO
ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES
CARDIOPATIAS CONGENITAS
PERMANENTE
ENFERMEDAD CORONARIA
PERMANENTE
110
ANGINA DE PECHO
PERMANENTE
ARRITMIA CARDIACA GRAVE
PERMANENTE
ENFERMEDAD CEREBROVASCULAR
PERMANENTE
TROMBOSIS ARTERIAL
PERMANENTE
TROMBOSIS VENOSA RECURRENTE
PERMANENTE
HIPERTENSIÓN ARTERIAL CONFIRMADA
PERMANENTE
HIPERTENSIÓN ARTERIAL NO DIAGNOSTICADA
TEMPORAL HASTA DIAGNOSTICO
ENFERMEDADES RENALES
GLOMERULONEFRITIS AGUDA
5 AÑOS TRAS CURACIÓN COMPLETA
NEFRITIS CRÓNICA Y PIELONEFRITIS
PERMANENTE
OTRAS PATOLOGÍAS RENALES BANALES
2 SEMANAS TRAS DESAPARICION DE SINTOMAS
EPILEPSIA
PERMANENTE
POLIGLOBULIAS
POLICITEMIA VERA
PERMANENTE
POLIGLOBULIA DE ETIOLOGÍA NO FILIADA
TEMPORAL HASTA DIAGNOSTICO
VACUNACIONES
VACUNAS CON BACTERIAS Y VIRUS ATENUADOS
– BCG (TUBERCULOSIS)
– FIEBRE AMARILLA
– RUBEOLA
– SARAMPIÓN
4 SEMANAS
– POLIOMIELITIS ORAL
– VARICELA
– PAPERAS
– VACUNA ATENUADA ACTIVA FRENTE FIEBRE TIFOIDEA
VACUNAS CON BACTERIAS MUERTAS
– CÓLERA
– FIEBRE TIFOIDEA
– VACUNA CAPSULAR DE POLISACÁRIDOS
PARA LA FIEBRE TIFOIDEA
48 HORAS (EL CONSEJO DE
EUROPA LOS ACEPTA SI ESTA EN
BUENAS CONDICIONES)
111
VACUNAS CON VIRUS INACTIVADOS
– POLIOMIELITIS INYECCIÓN
– GRIPE
TOXOIDES
– DIFTERIA
– TÉTANOS
OTRAS VACUNAS
– HEPATITIS A
– HEPATITIS B
– RABIA
– ENCEFALITIS PROPAGADA POR GARRAPATAS
48 HORAS (EL CONSEJO DE
EUROPA LOS ACEPTA SI ESTA EN
BUENAS CONDICIONES)
48 HORAS (EL CONSEJO DE
EUROPA LOS ACEPTA SI ESTA EN
BUENAS CONDICIONES)
48 HORAS (EL CONSEJO DE
EUROPA LOS ACEPTA SI ESTA EN
BUENAS CONDICIONES)
EN CASOS DE EXPOSICIÓN A
RABIA: 1 AÑO
SUEROS DE ORIGEN ANIMAL
3 MESES
INMUNOGLOBULINA ANTI-HEPATITIS B
1 AÑO
FÁRMACOS Y MEDICACION
ISORETINOICO (ACCUTANE®, ROACUTAN®)
30 DIAS
FINASTERIDA (PROSCAR®, PROPECIA®)
30 DIAS
ETETRINATO (TIGASON®)
PERMANENTE
Tabla 2.1. Principales situaciones del donante y criterios de exclusión
a la donación
B. Técnica de extracción al donante
B.1. Locales
Se debe distinguir fundamentalmente entre dos tipos de locales para realizar la donación de sangre: los locales ubicados de forma permanente en los
Centros Regionales de Transfusión o en los Bancos de sangre Hospitalarios,
y los locales utilizados por las unidades móviles de los mismos, que se desplazan a diversas localidades que carecen de locales hospitalarios para realizar la donación, con el fin de incrementar el número de donantes.
• El tamaño y emplazamiento de los locales donde se realice la donación en un Banco de sangre o Centro de Transfusión, serán adecuados para facilitar su uso, limpieza y conservación correcta conforme
a las normas de higiene, y dispondrán de espacio, iluminación y ventilación suficiente para ejercer las siguientes actividades:
112
✓ Examen de las personas para determinar su idoneidad como
donantes de sangre o de componentes de la misma.
✓ Espacio que salvaguarde la confidencialidad de la entrevista.
✓ Extracción de sangre de los donantes y cuando proceda, reinfusión
de los componentes.
✓ Asistencia a los donantes y administración del tratamiento si lo
necesitarán por sufrir algún tipo de reacción adversa.
• En los casos en los que se utilicen unidades móviles para la extracción de sangre, la instalación deberá reunir las condiciones idóneas
de higiene, espacio y ventilación, para la asistencia a los donantes y
administración del tratamiento, si lo necesitarán, por sufrir algún tipo
de reacción adversa, y para evitar riesgos tanto para la sangre o los
componentes extraídos, como para el equipo encargado de la extracción. Como mínimo deben requerir espacio suficiente para garantizar
de forma adecuada:
✓ Examen de las personas para determinar su idoneidad como
donantes de sangre o de componentes de la misma.
✓ Espacio que salvaguarde la confidencialidad de la entrevista.
✓ Extracción de sangre de los donantes y cuando proceda, reinfusión
de los componentes.
✓ Asistencia a los donantes y administración del tratamiento si lo
necesitarán por sufrir algún tipo de reacción adversa.
B.2. Material e instrumental
El material e instrumental empleado en la extracción, preparación, conservación y distribución de la sangre y sus componentes, guardarán permanentemente condiciones de limpieza y será sometido periódicamente a
las operaciones de mantenimiento y de control de calidad que correspondan. Todo el material propio para la extracción deberá ser desechable y
de un solo uso. Serán de aplicación las normas contenidas en el Real
Decreto 908/1978, de 14 de abril, sobre control sanitario y homologación
de material e instrumental médico, terapéutico y correctivo, así como los
contenidos en la Orden de 13 de junio de 1983, que regula el material instrumental médico-quirúrgico estéril, para utilizar una sola vez.
113
Si se utilizará el procedimiento de esterilización, su eficacia no será inferior a la que se logra con una temperatura de 121,5° C, mantenida durante veinte minutos con vapor saturado a una presión de 103 la. (1.05 kg
1/cm) o con una temperatura en atmósfera seca de 170° C durante dos
horas.
B.3. Recipientes
Todo el material propio para la extracción deberá ser desechable y de un
solo uso. Las bolsas de extracción no deberán presentar signos de alteración, ni haber sido previamente manipuladas. Se debe realizar una inspección de las bolsas y tubulares del equipo de extracción para detectar
alguna anomalía o defecto, así como la fecha de caducidad del mismo.
Las bolsas de sangre actuales se fabrican en PVC de alta transparencia y
resistencia y con diseños que permiten una cómoda separación de los
componentes; disponen de una aguja estéril de 16 G, generalmente tribiselada y siliconada que garantice una cómoda e indolora punción. Se dispone de diversos tipos de bolsas de extracción, en función del ulterior
fraccionamiento al que van a ser sometidas; las más comúnmente utilizadas en nuestro medio son:
• Bolsas simples CPD-A.
Son bolsas con una capacidad entre 450-500 mL de sangre con 63-70
mL de solución anticoagulante CPD-A y un tubo colector integral con
aguja de 16G. Se utiliza fundamentalmente para la obtención de sangre completa en los programas de Transfusión Autóloga con predepósito, así como para las flebotomías terapéuticas.
• Bolsas dobles CPD-A.
Una bolsa primaria con una capacidad entre 450-500 mL de sangre
con 63-70 mL de solución anticoagulante CPD-A conectada un tubo
colector integral con aguja de 16G, y conectada mediante otro túbulo a otra bolsa con una capacidad mínima de 300 mL. Se utilizan en
los programas de Transfusión Autóloga con predepósito, en los que se
realiza una separación de componentes, obteniéndose plasma fresco.
• Bolsas triples CPD-A.
Una bolsa primaria con una capacidad entre 450-500 mL de sangre
con 63-70 mL de solución anticoagulante CPD-A conectada un tubo
114
colector integral con aguja de 16G, y conectada mediante otros dos
túbulos a otras bolsas con una capacidad mínima de 300 mL, una de
ellas para el mantenimiento de plaquetas por espacio de tres a cinco
días. En la actualidad apenas se utilizan.
• Bolsas triples CPD+SAG-MANITOL.
Una bolsa primaria para recolectar la sangre con una capacidad entre
450-500 mL de sangre con 63-70 mL de solución anticoagulante CPD
conectada un tubo colector integral con aguja de 16G, y conectada
mediante otros dos túbulos a otras dos bolsas con una capacidad
mínima de 300 mL, una de las cuales contiene 100 mL de SAG-M
conservadora de hematíes, y la otra con plástico especial, se utiliza
para el mantenimiento de plaquetas por espacio de tres a cinco días.
• Bolsas cuádruples CPD-A.
Una bolsa primaria para recolectar la sangre con una capacidad entre
450-500 mL de sangre con 63-70 mL de solución anticoagulante CPD
conectada un tubo colector integral con aguja de 16G, y conectada
mediante otros tres túbulos a otras tres bolsas con una capacidad
mínima de 300 mL, una de las cuales se utiliza para el mantenimiento de plaquetas por espacio de tres a cinco días, y las otras dos para
conservación de hematíes y plasma pobre en plaquetas. Su uso es
escaso en la actualidad.
• Bolsas cuádruples CPD+SAG-MANITOL.
Una bolsa primaria para recolectar la sangre con una capacidad entre
450-500 mL de sangre con 63-70 mL de solución anticoagulante CPD
conectada un tubo colector integral con aguja de 16G, y conectada
mediante otros tres túbulos a otras tres bolsas trasnfer con una capacidad mínima de 300 mL, una de las cuales contiene 100 mL de SAGM conservadora de hematíes, otra se utiliza para el mantenimiento de
plaquetas por espacio de tres a cinco días, y la tercera para contener
plasma pobre en plaquetas y preparación de crioprecipitado. Se utilizan en las donaciones habituales de sangre para facilitar su posterior
fraccionamiento.
• Bolsas cuádruples CPD+SAG-M BUFFY-COAT.
Una bolsa primaria para recolectar la sangre con una capacidad entre
450-500 mL de sangre con 63-70 mL de solución anticoagulante CPD
115
conectada un tubo colector integral con aguja de 16G, y conectada
mediante otros tres túbulos a otras tres bolsas transfer con una capacidad mínima de 300 mL, una de las cuales contiene 100 mL de SAGM conservadora de hematíes, otra denominada buffy-coat se utiliza
para preparar concentrado de plaquetas obtenido del buffy-coat, y la
tercera bolsa transfer vacía para contener plasma pobre en plaquetas.
Se utilizan en las donaciones habituales de sangre para facilitar su
posterior fraccionamiento.
• Bolsas cuádruples CPD+SAG-M con sistema de FILTRACIÓN
incorporado.
Se trata de sistemas de bolsas para extracción de sangre que llevan
incorporado uno o dos filtros para realizar “in line” la leucodeplección mediante el sistema de hemofiltración. Existen diversos
modelos en función del hemocomponente que resulta leucoreducido
(concentrado de hematíes, concentrado de plaquetas, plasma), y del
momento en el que se realiza la hemofiltración (antes del fraccionamiento de la sangre total, durante la separación de los componentes,
o tras el fraccionamiento de los componentes).
Generalmente constan de una bolsa primaria para recolectar la sangre
con una capacidad entre 450-500 mL de sangre con 63-70 mL de
solución anticoagulante CPD conectada un tubo colector integral con
aguja de 16G, y conectada por un tubular que contiene uno o dos filtros a otras tres bolsas trasnfer con una capacidad mínima de 300 mL,
una de las cuales contiene 100 mL de SAG-M conservadora de hematíes, otra se utiliza para el mantenimiento de plaquetas por espacio de
tres a cinco días, y la tercera para contener plasma pobre en plaquetas y preparación de crioprecipitado. Se utilizan en las donaciones
habituales de sangre para facilitar su posterior fraccionamiento y
obtener componentes sanguíneos y hemoderivados leucoreducidos
por hemofiltración. En la actualidad son los tipos de bolsas de
extracción más utilizados.
Actualmente se utilizan Bolsas triples y cuádruples disponibles con sistema en Y para la toma de muestras (los primeros 15 mL, con lo que se
reducen los riesgos de contaminación bacteriana por parte de la flora
cutánea).
116
B.4. Soluciones anticoagulantes-conservantes
Se utilizarán recipientes con anticoagulantes y conservantes adecuados
autorizados por la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios,
según Orden de 13 de junio de 1983, por la que se regula el material e instrumental médico-quirúrgico estéril, para utilizar una sola vez.
Las soluciones anticoagulantes-conservantes más utilizadas en nuestro
medio son:
CPDA-1
• Se utiliza fundamentalmente para la obtención de sangre completa en
los programas de transfusión autóloga preoperatoria.
• Volumen de la solución: 63 mL
• Composición de la solución por cada 100 mL:
✓ Citrato trisódico:
2.63 g.
✓ Dextrosa:
3.19 g.
✓ Acido cítrico:
0.299 g.
✓ Fosfato monosódico: 0.222 g.
✓ Adenina:
27.5 mg.
✓ Agua para inyección: csp 100 mL
• Caducidad de los hematíes: 35 días tras su obtención.
CPD-SAG MANITOL
• Se utiliza para la obtención de de sangre completa y su posterior fraccionamiento en los diversos componentes y hemoderivados.
• Volumen de la solución anticoagulante (CPD): 63 mL.
• Composición de la solución anticoagulante (CPD) por cada 100 mL:
✓ Citrato trisódico:
2.63 g.
✓ Glucosa:
2.55 g.
✓ Acido cítrico:
0.327 g.
✓ Fosfato monosódico: 0.251 g.
✓ Agua para inyección: csp 100 mL
117
• Volumen de la solución conservante (SAG-M): 100 mL.
• Composición de la solución conservante (SAG-M) por cada 100 mL:
✓ Glucosa:
0.900 g.
✓ Adenina:
16.9 mg.
✓ Manitol:
0.525 g.
✓ Cloruro sódico:
0.877 g.
✓ Agua para inyección: csp 100 mL.
• Caducidad de los hematíes: 35 días tras su obtención
B.5. Identificación de la unidad de sangre a donar
Tanto los recipientes, como los tubos de muestras de sangre para las determinaciones, deben rotularse INMEDIATAMENTE antes de la extracción
y deben permitir una perfecta identificación del producto hemoterapeútico y del donante. Por ello, y una vez se ha instalado cómodamente al
donante para iniciar la extracción, se procederá a comprobar su identidad
y a asegurarse que los datos de la ficha de donación y la numeración asignada a la donación se corresponden con los del donante; procediendo a
continuación a etiquetar las bolsas y los tubos para las determinaciones
analíticas, los cuales deben de permanecer junto a las bolsas de sangre utilizadas, durante todo el proceso de extracción.
B.6. Punción venosa
En el momento de la extracción, el donante deberá encontrarse en una
posición cómoda. Se procurará: darle conversación amena, tranquilizarle,
aconsejar conducta postdonación (líquidos, trabajo, etc.), y tomar medidas
ante reacciones adversas.
Es muy importante en esta fase proteger tanto al donante como al futuro
receptor, realizando un proceso de limpieza de la zona anterocubital en la
que se va a realizar la punción venosa.
En primer lugar se debe proceder a una observación de la zona dérmica en
la que vamos a actuar, para detectar posibles lesiones dérmicas; a continuación y para conseguir un buen acceso venoso, se coloca un manguito
de presión por encima de la zona en donde se va a realizar la punción, ins118
peccionando visualmente y por tacto la vena ingurgitada a través de la
cual vamos a obtener la sangre. El manguito de presión no debe presionar
en exceso el antebrazo (no más de 60 mmHg), ya que puede verse comprometida la obtención de plaquetas funcionales y la recuperación del
Factor VIII en el proceso de fraccionamiento ulterior.
La desinfección de la zona debe comprender dos etapas: una inicial para
limpiar y desengrasar la piel, mediante una solución jabonosa, y una ulterior con soluciones germicidas (solución de yodo y/o similares, investigando previamente al donante sobre posibles alergias a los productos
yodados). Una vez tratada la piel con soluciones antisépticas se debe esperar unos treinta segundos antes de proceder a la inserción de la aguja, no
volviendo a palpar la zona desinfectada.
Canalizar el vaso elegido tras desprender la aguja estéril de su capucha
protectora, sin enhebrar la vena ya que se producirá un hematoma; debe
ser canalizada al primer intento y comprobar como fluye la sangre de
manera constante a través del tubular (en el caso de realizar una segunda
punción, se utilizará un nuevo equipo); entonces, debe ser fijada a la piel
con esparadrapo para evitar su movilización y extravasación de la vía puncionada (es aconsejable preguntar con anterioridad al donante la existencia de posibles alergias cutáneas al esparadrapo, y en caso afirmativo utilizar materiales hipoalergénicos).
Durante el proceso de extracción y llenado de la bolsa, el flujo sanguíneo
debe ser constante así como su homogenización apropiada con el anticoagulante, para ello hay que prestar atención a los detalles siguientes:
• Cuando la sangre comience a fluir debe entrar inmediatamente en
contacto son la solución anticoagulante, procediéndose a una agitación suave (manual o mediante balanzas automáticas) y constante de
la bolsa, que nos garantice una adecuada mezcla y evite la formación
de coágulos.
• El flujo sanguíneo debe ser constante, suficiente e ininterrumpido
(ello se consigue mejor con la utilización de métodos mecánicos de
extracción, ya que se puede controlar la cantidad prefijada de sangre
que se quiere extraer). La donación de una unidad de sangre entera
no debería durar más de 12 minutos, ya que un tiempo de extracción
más prolongado afecta negativamente a la calidad de los hemoderivados que se obtienen tras el fraccionamiento de la unidad (sobre
todo para preparar unidades de plaquetas), y puede causar reacciones
119
adversas en el donante. Es aconsejable que el donante realice cada
10-15 segundos y de forma suave, no violenta, movimientos de flexión y extensión de la mano para favorecer el flujo constante de la
sangre.
• Cuando se utiliza el método manual para mezclar la bolsa de sangre,
ésta debe ser invertida cada 30-45 segundos, para asegurar la máxima homogenización.
Finalizada la extracción, se obtienen las muestras piloto (adecuadamente
identificadas) para realizar los estudios inmunohematológicos y las determinaciones serológicas encaminadas a detectar posibles enfermedades
transmisibles.
Desinflar el manguito de presión y retirar de forma rápida y limpia la
aguja, colocando de forma inmediata un apósito sobre la zona de punción,
presionándolo hasta que se consiga una hemostasia eficaz, y no aparezcan
complicaciones locales.
La aguja debe desecharse en un recipiente especial adecuado con el fin de
prevenir posibles riesgos de pinchazos accidentales al personal sanitario.
Durante todo el tiempo de la extracción deberá estar presente personal
sanitario cualificado y con experiencia en la donación para atender con
diligencia cualquier eventualidad que se pueda presentar.
La conservación de las unidades de sangre recién extraídas destinadas a
fraccionamiento se realiza en recipientes adecuados que permitan mantener las condiciones correctas de temperatura según tipo de componente.
Si no van a ser fraccionadas, deberán ser colocadas a la temperatura de
conservación (1-6° C) antes de transcurridas ocho horas.
C. Determinaciones analíticas de la donación de sangre
C.1. Determinaciones inmunohematológicas
La seguridad transfusional tiene uno de sus aspectos más importantes en
la correcta realización de las determinaciones inmunohematológicas en
cada unidad de sangre donada. El estudio que asegura la compatibilidad
transfusional, comienza en el mismo momento de la extracción al donante siguiendo unas normas muy estrictas e imprescindibles: la utilización
de reactivos aprobados por los organismos competentes, la correcta iden120
tificación de todo tipo de muestra y la realización de los controles adecuados para asegurar la validez de las determinaciones.
C.1.1. Determinación del grupo ABO
Se efectuará en cada donación la determinación del grupo ABO, enfrentando los hematíes de la muestra con reactivos conocidos (determinación
directa o globular) y el suero o plasma de la muestra con hematíes A1 y B
conocidos (determinación inversa o sérica). Cada unidad de sangre se clasificara con arreglo a los grupos sanguíneos A, B, AB y O.
En caso de discrepancia entre la prueba globular y sérica, hay que realizar
controles de los hematíes del donante con suero AB inerte y del suero del
donante con los propios hematíes y con hematíes de grupo O.
En los donantes conocidos deberá coincidir la determinación actual realizada, con los registros previos existentes en su ficha de donante; si existiese alguna discrepancia, se determinará nuevamente el grupo ABO con
una muestra obtenida de un segmento de la bolsa. (Ver capítulo 5
“Estudios pretransfusionales”, en donde se detalla la metodología y técnica de su determinación).
C.1.2. Determinación del sistema RH (D)
Se efectuará en cada donación la determinación del antígeno D del sistema Rh. Es aconsejable realizar la determinación utilizando dos sueros
anti-D de distinta procedencia y que sean capaces de reconocer los D
débiles y las distintas variedades de D. Si el resultado inicial es negativo,
se descartará la presencia de D débil (utilizando una prueba de antiglobulina indirecta para detectar posibles variantes débiles de D) y se etiquetará la unidad como Rh NEGATIVO, cuando ambas determinaciones resulten negativas. Si el resultado inicial con cualquiera de los dos sueros antiD es positivo, se etiquetará la unidad como Rh POSITIVO.
En el caso de donantes conocidos, se compararán los resultados obtenidos
con los que figuran en los registros previos y sólo si coinciden, podrán
darse como válidos. En caso de discrepancia se determinará nuevamente
el grupo Rh (D) en un segmento de la bolsa.
Es conveniente determinar el fenotipo del sistema Rh en todas las unidades Rh NEGATIVAS, con el fin de disminuir posibles aloinmunizaciones
y poder disponer de unidades compatibles con el fenotipo de posibles
121
receptores. (Ver capítulo 5 “Estudios pretransfusionales”, en donde se
detalla la metodología y técnica de su determinación).
C.1.3. Investigación de anticuerpos irregulares
Solo en los donantes con historia de transfusiones previas, y en mujeres
donantes con historia de embarazo, se realiza de forma obligatoria un
escrutinio de anticuerpos irregulares. Sin embargo, en la práctica totalidad
de los Bancos de sangre se realizan en toda unidad donada.
Se realiza enfrentando el suero del donante frente a dos o tres células de
composición antigénica conocida, con el fin de detectar la posible existencia de anticuerpos clínicamente significativos, utilizando técnicas válidas para poder detectar inequívocamente títulos bajos de dichos anticuerpos así como su identificación. (Ver capítulo 5 “Estudios pretransfusionales”, en donde se detalla la metodología y técnica de su determinación).
C.1.4. Investigación de aglutininas inmunes
En la actualidad, y con la transfusión isogrupo y la escasa o nula utilización de sangre completa, no es preceptiva la realización de la detección
de anticuerpos IgG hemolíticos (hemolisinas) en los donantes de grupo O.
No obstante muchos Bancos de sangre y Centros de Transfusión realizan
su determinación, y etiquetan las unidades reflejando el resultado del
estudio.
Los concentrados de hematíes, plaquetas y plasma fresco congelado de
donantes de grupo O con títulos altos de anti-A, anti-B y/o anti-AB, pueden provocar reacciones transfusionales hemolíticas cuando se administran a receptores con grupo sanguíneo distinto al O; a tales donantes, se
les conoce como “donantes peligrosos de grupo O”. Estas reacciones
transfusionales hemolíticas suelen ocurrir con más probabilidad si:
• El título de aglutininas anti-A, anti-B y/o anti-AB en el componente
sanguíneo o hemoderivado es alto.
• El volumen de plasma del hemocomponente transfundido es elevado.
• El volumen circulante del receptor es pequeño.
Hay que tener en cuenta que títulos bajos de aglutininas anti-A, anti-B y/o
anti-AB, de un donante de grupo O, pueden causar reacciones hemolíticas
en receptores no isogrupo, si el volumen transfundido es elevado.
122
C.2. Determinaciones serológicas
Las técnicas utilizadas en estas pruebas deberán tener, en cada momento,
un nivel óptimo de sensibilidad y especificidad, y los reactivos empleados
en ellas cumplirán la normativa sanitaria nacional. Se eliminará todas las
unidades en las que haya resultado positiva alguna de esas pruebas. Se
procederá, con respecto al donante, según se indica en el apartado de
resultados de las pruebas serológicas.
C.2.1. Determinación de ALT
La Alanina amino transferasa (ALT, GPT) es una enzima presente en las
células de muchos tejidos, pero sobre todo en los hepatocitos; su determinación no es obligatoria en la legislación actual, pero de hecho se sigue
determinando en todas las donaciones. Se comenzó a utilizar como un
marcador sustitutivo para las hepatitis no A no B, en los años 80, hasta el
descubrimiento del virus C de la hepatitis y la disponibilidad de las pruebas de detección del mismo. Tiene una especificidad escasa, pero se sigue
utilizando como un marcador inespecífico frente a nuevos agentes infecciosos con tropismo hepático.
C.2.2. Antigeno de superficie del virus B de la hepatitis
La detección del antígeno de superficie del virus B de la hepatitis (HbsAg)
se inició en la década de los años 70 para descubrir donantes capaces de
transmitir el virus B de la hepatitis.
La técnica más empleada en los Bancos de Sangre y Centros de
Transfusión en la actualidad para su detección es el enzimoinmunoanálisis (ELISA) fundamentalmente por: ser una técnica fácilmente automatizable, poseer una buena reproducibilidad, tener un coste accesible, tener
una larga caducidad de los reactivos, y una excelente sensibilidad con una
especificidad aceptable. Los ensayos de ELISA de tercera generación, que
han introducido en los reactivos anticuerpos monoclonales y proteínas
obtenidas mediante técnicas de biología molecular, proporcionan niveles
de sensibilidad y especificidad altamente seguros.
En determinados países se incluye como determinación obligatoria el
anticuerpo contra el antígeno “core” del virus B de la hepatitis (anti-Hbc),
como un intento de disminuir la infección del virus B mediante la transfusión, si bien su especificidad es muy escasa para evitar su transmisión.
123
C.2.3. Anticuerpos contra los virus de la inmenodeficiencia humana
La detección de anticuerpos contra el virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH) se implanto tras la eclosión del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), identificar su agente causal y mecanismos de contagio, y disponer de técnicas serológicas para su identificación.
La técnica más empleada en los Bancos de Sangre y Centros de
Transfusión para su detección en la actualidad es el ELISA fundamentalmente por: ser una técnica fácilmente automatizable, poseer una
buena reproducibilidad, tener un coste accesible, tener una larga caducidad de los reactivos, y una excelente sensibilidad con una especificidad aceptable. Los ensayos de ELISA de tercera generación, que han
introducido en los reactivos anticuerpos monoclonales y proteínas
obtenidas mediante técnicas de biología molecular, proporcionan niveles de sensibilidad y especificidad altamente seguros. Debe detectar los
anticuerpos tanto frente al VIH-TIPO 1, como frente al VIH-TIPO-2,
indistintamente.
En determinados países se incluye como determinación obligatoria el
antígeno p24 frente al VIH-TIPO-1, como una prueba adicional para
prevenir la transmisión del VIH en donantes que se encuentran en las
fases iniciales de la infección y que no han desarrollado anticuerpos
detectables.
C.2.4. Anticuerpos contra el virus C de la hepatitis
La detección de anticuerpos frente al virus C de la hepatitis (anti-VCH)
se realiza desde el inicio de la década de los años 90, cuando tras la identificación del VCH fueron disponibles las técnicas para su detección,
con el fin de eliminar las llamadas hepatitis no-A-no-B postransfusionales.
La técnica más empleada en los Bancos de Sangre y Centros de
Transfusión para su detección en la actualidad es el ELISA fundamentalmente por: ser una técnica fácilmente automatizable, poseer una buena
reproducibilidad, tener un coste accesible, tener una larga caducidad de
los reactivos, y una excelente sensibilidad con una especificidad aceptable. Los ensayos de ELISA de tercera generación, que han introducido en
los reactivos anticuerpos monoclonales y proteínas obtenidas mediante
124
técnicas de biología molecular, proporcionan niveles de sensibilidad y
especificidad altamente seguros.
C.2.5. Serología de la sífilis
Aunque en la sangre almacenada, la supervivencia del Treponema pallidum agente causante de la sífilis es de tan sólo 96 horas, se sigue manteniendo la hipotética detección de donantes portadores de la enfermedad
mediante la realización de un estudio de serología luética, que se inicio a
aplicar en los años 40.
La técnica más empleada en los Bancos de Sangre y Centros de
Transfusión para su detección en la actualidad es la prueba de reagina
plasmática rápida (RPR) que detecta anticuerpos frente a las cardiolipinas
que desarrollan las personas afectas de sífilis no tratatada.
C.2.6. Otros estudios serológicos
En determinados países es obligatoria la detección de posibles agentes
infecciosos en los donantes, como el análisis de anticuerpos frente a los
virus humanos T-linfotrópicos HTLV-I y HTLV-II o frente al Tripanosoma
cruzzi o a Plasmodium. Ello guarda relación con la incidencia de dichas
infecciones en determinadas zonas geográficas. No obstante hay que tener
en cuenta que la inclusión de pruebas adicionales de estudios serológicos
de marcadores de agentes infecciosos, debe ser ante todo una decisión
mediata y basada en estudios y datos epidemiológicos contrastados y no
en presiones políticas o comerciales.
C.2.7. Nuevas tecnologías en los estudios serológicos
Con los avances científicos y tecnológicos se dispone actualmente de
metodologías más sensibles en la detección de agentes virales en el llamado período “ventana” de la infección, en el que por las técnicas habituales no se observa ni comprueba su existencia.
Los ensayos que detectan ácidos nucleicos virales (NAT) del VHC y VIH
has conseguido disminuir el llamado período “ventana” de la infección en
60 días en el caso del VHC y 11 días en el caso del VIH. Dicha tecnología ya se aplica de forma obligatoria en determinados países en el estudio
serológico de las donaciones de sangre, aplicándose en España para el
VHC a partir del 1 Enero del 2003.
125
D. Atención al donante
D.1. Atención durante la donación
Mientras dura el proceso de extracción de la unidad de sangre, personal
sanitario cualificado y familiarizado con la donación de sangre, atenderá
al donante procurando en todo momento:
• Darle una conversación amena en la que participe el donante, con el
fin de distraer su atención del proceso de la extracción de sangre propiamente dicha. Muchas lipotimias se deben más a factores psicógenos que a la disminución del volumen circulante.
• Detectar la posible aparición de algún síntoma de reacción adversa,
con el fin de tranquilizar al donante y tomar las medidas oportunas
para su cese o progresión hacia sintomatología más severa.
D.2. Cuidados post-donación
D.2.1. Cuidados post-donación inmediatos
Una vez finalizada la extracción, el donante deberá permanecer vigilado
un mínimo de 15 minutos, preferiblemente en la sala de recuperación. Una
vez colocado el apósito sobre la zona de punción, previamente esterilizada de nuevo, el responsable de la extracción debe controlar la existencia
de una hemostasia adecuada, y que el donante presente un buen estado
general.
Es conveniente que el donante repose en posición semi-tumbada durante
unos minutos, vigilando la posible aparición de cualquier signo de reacción adversa a la donación. Una vez transcurrido el tiempo de reposo, que
es variable en cada donante, es aconsejable que permanezca sentando
unos minutos e iniciar la ingesta de bebidas no alcohólicas para reponer la
volemia así como algún alimento sólido.
Mientras el donante permanezca en las instalaciones donde ha realizado la
donación, debe controlarse la aparición de cualquier signo inicial de una
reacción adversa. En el caso de que se haya producido un hematoma en la
zona de punción, se le deben dar recomendaciones en cuanto a su control
y evolución, así como a los cuidados que debe realizar.
126
D.2.2. Cuidados post-donación generales
Antes de abandonar las instalaciones del Banco de sangre o de local en
donde se ha realizado la donación, y tras agradecerle la misma, es conveniente darle al donante una serie de consejos o cuidados a realizar en las
próximas horas. Entre los mismos cabe destacar los siguientes:
• Evitar la ingesta de bebidas alcohólicas y el tabaco en las dos horas
posteriores a la donación.
• Aumentar la ingesta de líquidos (agua, refrescos) durante los tres días
siguientes a la donación, para ayudar a reponer el volumen perdido
en la donación. Es especialmente importante la ingesta de líquidos
abundante en las 4-6 horas postdonación.
• Retirar el apósito colocado en el sitio de la punción pasadas cuatro
horas desde la donación; si observara presencia de sangrado, realizar
una presión durante cinco minutos y colocar un nuevo apósito.
• Evitar durante las doce horas siguientes a la donación el ejercicio físico intenso (deportes, trabajo, etc.).
• Esperar 30 minutos tras la donación para conducir cualquier vehículo.
• En el caso de encontrarse mareado o con signos de debilidad, tranquilícese y acuéstese con las piernas elevadas o siéntese reposando la
cabeza sobre sus rodillas; generalmente estoas síntomas guardan más
relación con estados emocionales que con reacciones adversas a la
donación.
• Si pasada una hora tras la donación no presenta ninguna anomalía,
puede reanudar su trabajo habitual, siempre que éste no requiera un
desgaste físico importante.
D.3. Frecuencia de las donaciones
El intervalo mínimo entre dos extracciones consecutivas de sangre total,
salvo circunstancias excepcionales, no podrá ser inferior a dos meses. El
número máximo de extracciones anuales no podrá superar el número de
cuatro para los hombres y de tres para las mujeres. La cantidad de sangre
extraída en cada ocasión deberá tener en cuenta el peso del donante, no
deberá superar el 13 % del volumen sanguíneo teórico del donante.
127
D.4. Resultados de las pruebas serológicas
En el caso de detectarse alguna anomalía en los estudios analíticos realizados, deberá ser comprobada en una nueva muestra, notificándose al
donante la anormalidad observada para que la ponga en conocimiento de
su médico si se estima oportuno. A efectos de exclusión se reflejará esta
circunstancia en el registro del banco de sangre.
La utilización de algoritmos destinados a estandarizar la interpretación de
los resultados de las pruebas biológicas utilizadas en la detección de
enfermedades transmisibles por la transfusión sanguínea es uno de los
requisitos primarios para garantizar la correcta aceptación de donantes y
donaciones. El algoritmo tiene como objetivo fundamental asegurar la
adecuada actuación en las distintas fases del proceso:
• Que solo se acepten aquellas donaciones y donantes con resultados
inequívocamente negativos en las pruebas realizadas sobre muestra
de sangre individuales.
• Que se realicen repeticiones por duplicado con la misma muestra de
sangre (o procedente de la misma extracción) en aquellos casos en los
que los resultados iniciales no sean negativos.
• Que, mediante la toma de una segunda muestra, se adopten las
siguientes medidas: se realicen las pruebas básicas y de confirmación; se acepte al donante, si todos los resultados son negativos; en el
caso de que el resultado sea positivo, se informe y se excluya al
donante y, en le caso de que los resultados no sean concluyentes, y
por tanto, el resultado se indeterminado, se informe y excluya temporalmente al donante.
Para ello se establecen los siguientes criterios:
• Primera muestra de sangre:
✓ Cuando el resultado de la prueba de cribado sea negativo: Se aceptará al donante y la donación.
✓ Cuando el resultado de la prueba de cribado se positivo o dudoso:
Se procederá a la repetición por duplicado con idéntico lote de reactivos al empleado en la prueba, usando la misma muestra de sangre.
1. Si el resultado es negativo en las dos repeticiones de la prueba:
Se aceptará al donante y la donación.
128
2. Si el resultado es positivo en las dos repeticiones de la prueba:
Se eliminará la unidad.
3. Cuando una de las repeticiones de un resultado positivo y la
otra un resultado dudoso: Se eliminará la unidad.
4. En el caso de que una de las repeticiones de un resultado positivo o dudoso y la otra un resultado negativo: Se eliminará la
unidad.
5. En los casos 2, 3, Y 4: Se efectuarán las pruebas de confirmación con técnicas de distinto principio biológico a la que se
aplicó en la prueba de cribado, utilizando la misma muestra de
sangre:
➢ Cuando todos los resultados sean negativos: Se podrán realizar pruebas suplementarias y se aceptará al donante.
➢ En caso de resultado positivo:
– Se informará lo antes posible, y siempre antes de transcurridos siete días, a los centros que hayan recibido los componentes de donaciones anteriores del mismo donante,
para la recuperación y retirada de los componentes no utilizados.
– Se informará lo antes posible, y siempre antes de transcurridos siete días, al centro de tratamiento del plasma
sobre donaciones anteriores del mismo donante, para la
recuperación y retirada de los componentes no utilizados.
– Se obtendrá una segunda muestra de sangre del donante,
para confirmación.
➢ En el caso de que el resultado sea indeterminado:
– Se informará lo antes posible, y siempre antes de transcurridos siete días a los centros que hayan recibido los componentes de donaciones anteriores del mismo donante,
para la recuperación y retirada de los componentes no utilizados.
– Se obtendrá una segunda muestra de sangre del donante,
para confirmación.
129
• Segunda muestra de sangre del donante:
Realizar prueba de cribado y de confirmación.
✓ Si todos los resultados son negativos: Se aceptará al donante.
✓ En caso de que el resultado sea positivo:
➢ Se informará lo antes posible, y siempre antes de transcurridos siete días, a los centros que hayan recibido los componentes de donaciones anteriores del mismo donante, para la
recuperación y retirada de los componentes no utilizados.
➢ Se excluirá de forma permanente y se informará al donante.
➢ Se procederá a la localización, notificación y al estudio de
los receptores pertinentes de las donaciones anteriores.
✓ Si el resultado es indeterminado:
➢ Se excluirá temporalmente y se informará al donante.
➢ Se realizarán estudios adicionales.
E. Efectos desfavorables en los donantes
En la sala de extracción deberá existir material y productos farmacológicos suficientes para tratar las posibles complicaciones de la donación,
tales como:
• Recipiente de plástico para emesis.
• Toallas.
• Agujas estériles de distintos calibres.
• Gasas estériles.
• Jeringas estériles de diversos volúmenes (1, 2, 5 y 10 ml).
• Equipos de infusión para líquidos y sangre.
• Suero fisiológico.
• Gluconato cálcico en ampollas.
• Depresores de lengua, acolchados y recubiertos de cinta.
• Tubos para aireación oro-faringea.
130
• Oxigeno y mascarillas.
• Hielo y compresas frías
• Bolsas de plástico.
E.1. Efectos fisiológicos
La donación de una unidad de sangre (aproximadamente 450 mL) no
representa consecuencias importantes sobre el volumen sanguíneo circulante merced a los mecanismos reguladores que el organismo pone en
marcha para mantener un adecuado equilibrio hemodinámico.
La pérdida de los otros componentes de la sangre (plasma, leucocitos y
plaquetas) no tiene relevancia alguna, en cambio la pérdida de hematíes
derivada de la donación provoca un descenso de alrededor de 1 gr/dl de
hemoglobina, que se normaliza y vuelve a sus valores previos al cabo de
tres semanas.
Junto con la pérdida de hematíes derivada de la donación, se produce una
disminución ligera de la concentración plasmática de hierro, así como de
sus depósitos, que en condiciones normales se recupera y no precisa tratamiento (cada donación supone aproximadamente una pérdida de 200 mg
de gierro); no obstante, en donantes habituales que realizan de tres a cuatro donaciones/año, es aconsejable realizar una suplementación profiláctica con sales ferrosas.
E.2. Reacciones adversas en los donantes
E.2.1. Reacciones adversas locales
Las reacciones adversas locales vienen determinadas fundamentalmente
por una mala realización de la flebotomía, no teniendo gran trascendencia
clínica. Estas complicaciones que se pueden presentar son:
• Hematoma local.
Se produce en el lugar de la punción venosa y puede provocar dolor
y molestias en la zona, que deben ser tratadas con una adecuada y cuidadosa limpieza aséptica, un vendaje compresivo empapado de solución antiséptica, y mediante la aplicación de pomadas que contienen
α-quimiotripsina.
131
• Lesión nerviosa.
Es excepcional, pero durante el acto de la flebotomía se puede dañar
alguna ramificación nerviosa próxima a la vena. Se caracteriza por
sensación de comezón, irradiación del dolor y en ocasiones déficit
muscular. Conviene remitir al donante para estudio neurológico ulterior.
• Punción arterial.
Es una complicación local de la donación de sangre relativamente
importante e infrecuente, pero que requiere un tratamiento urgente e
inmediato, retirando inmediatamente la aguja y realizando un vendaje compresivo intenso, manteniendo el brazo del donante alzado
durante unos minutos; el donante no debe abandonar la sala de
extracción-recuperación hasta que se haya comprobado una correcta
hemostasia de la zona y ausencia total de sangrado.
• Reacciones alérgicas.
Son debidas a una hipersensibilidad local, bien a los apósitos, a la
sustancia desinfectante, o al esparadrapo; se traduce por un cuadro
eczematoso, que puede acompañarse de prurito y que en general no
precisa un tratamiento sistémico, realizando tan sólo un tratamiento
local.
E.2.2. Reacciones adversas generales
En general las reacciones adversas se dan frecuentemente en personas
nerviosas, aprensivas, los que donan por primera vez y los que se encuentran en ayunas. No suelen ser reacciones por hipovolemia, sino más bien
reacciones vaso-vagales. Las reacciones adversas de los donantes se pueden clasificar en ligeras, moderadas y severas.
• Reacciones ligeras.
✓ Aumento del nerviosismo.
✓ Taquipnea.
✓ Taquicardia.
✓ Disminución de la Tensión arterial
✓ Palidez.
132
✓ Sudoración.
✓ Nauseas y/o vómitos.
• Reacciones moderadas (Unidas o no a las ligeras).
✓ Bradicardia.
✓ Disminución de la TA <60 mmHg.
✓ Perdida ligera de conciencia.
• Reacciones severas (Se añaden a las anteriores).
✓ Movimientos involuntarios.
✓ Perdida profunda de la conciencia.
✓ Tetania.
✓ Contracciones musculares.
✓ Respiración estertorosa.
Las medidas a tomar en caso de aparición de estas reacciones adversas
van a depender de la categoría e intensidad de las misas. De forma general podemos actuar de la siguiente manera:
Ante REACCIONES LIGERAS: detener la donación, si es posible trasladar al donante a una zona reservada y colocarlo en posición de
Trendelemburg; tranquilizarlo y aconsejarle una respiración lenta y profunda; darle placebo (agua con azúcar).
Ante DEBILIDAD Y MAREO: colocar al enfermo en Trendelemburg,
holgar los vestidos apretados, aplicar compresas frías, controlar pulso y
TA así como la respiración; si se prolonga la hipotensión administrar
líquidos iv, si bien en la mayoría de los casos se resuelven espontáneamente.
Ante NAUSEAS Y VOMITOS: colocar al donante en posición cómoda,
de lado, aconsejarle que respire lenta y profundamente; aplicar compresas
frías en la frente y nuca y dar agua para que se enjuague la boca.
Ante REACCIONES MODERADAS Y SEVERAS CON HIPOTENSION, BRADICARDIA Y/O CONVULSIONES: hay que tomar las mismas medidas anteriores, llamar al médico responsable, vigilar la permeabilidad de las vías respiratorias y evitar lesiones por mordedura y posibles
caídas al suelo en caso de convulsiones.
133
Ante CONTRACCIONES Y ESPASMOS MUSCULARES: estos suelen
asociarse con ligera perdida de la conciencia y presentar de forma breve
débiles movimientos convulsivos de una o varias extremidades. Donantes
extremadamente nerviosos pueden hiperventilar y desencadenar estos
cuadros ó tetanias con espasmos musculares en manos y cara. Hay que
prevenirlos en donantes nerviosos y si aparecen hacerlos respirar en bolsas de plástico el aire espirado, no administrando nunca Oxigeno. Si es
necesario, administrar Gluconato cálcico al 10% 1 ampolla.
F. Donaciones especiales: Aferesis
La Aféresis consiste en un procedimiento especial de la donación,
mediante el que se obtiene un componente determinado de la sangre (plaquetas, plasma, granulocitos, hematíes), merced a una máquina que separa, colecciona y retiene por un procedimiento de centrifugación, los distintos elementos celulares y/o el plasma preseleccionados, reintegrando el
resto de componentes de la sangre al donante.
Es procedimiento que precisa entre 1-2 horas para su realización, durante
las cuales el donante es conectado a través de una o dos vías venosas a la
máquina de aféresis, y obtener el componente sanguíneo deseado.
Existen fundamentalmente dos tipos de máquinas de aféresis en función
de cómo retornan los componentes no separados y seleccionados al
donante: de flujo continuo (Baxter CS-3000®, Baxter CS-3000 Plus®,
Cobe® Spectra™), y de flujo discontinuo (Haemonetics H-30®,
Haemonetics H-30S®, Haemonetics V-50®, Cobe® Trima™), pudiendo
trabajar ambos tipos de flujo con una o dos vías venosas.
Los programas de aféresis pueden usarse para obtener componentes sanguíneos de donante o del propio paciente (autodonación); así como utilizarse de forma terapéutica en determinadas patologías.
F.1. Tipos de Aféresis
En función del componente sanguíneo a obtener mediante el procedimiento de aféresis, podemos hablar de:
• Plasmaféresis.
Consiste en la obtención de plasma de donante para obtener plasma
fresco congelado, crioprecipitados o para su fraccionamiento industrial.
134
Existe la variante de Plasmaféresis terapéutica que se realiza en
pacientes con determinadas patologías
• Aféresis de plaquetas.
Consiste en la obtención de plaquetas de donante único que puede ser
o no HLA-compatible compatible con el receptor.
Así mismo se utiliza la aféresis de plaquetas como procedimiento
terapéutico en pacientes con trombocitosis importante y criterios clínicos para su rápida disminución
• Aféresis de hematíes.
Consiste en la obtención de hematíes en donantes, con grupos sanguíneos raros en los que es difícil encontrar unidades de concentrado
de hematíes compatibles (bien por procedimientos quirúrgicos programados, o para su criopreservación en previsión de futuras necesidades), en programas de erirtroaféresis autológa programada (ver
capítulo 21 “Transfusión Autóloga Programada”), y en donantes
seleccionados para obtener “neocitos” y su posterior transfusión a
pacientes con enfermedades hematológicas congénitas que requieren
de un soporte transfusional periódico, con el fin de espaciar en la
medida de lo posible la transfusión de concentrados de hematíes.
Así mismo, se utiliza la aféresis de eritrocitos como procedimiento
terapéutico, en pacientes con hiperglobulias sintomáticas, y en
pacientes con anemias sintomáticas secundarias a alteraciones en los
hematíes (anemia de células falciformes, talasemias).
• Aféresis de granulocitos.
Consiste en la obtención de granulocitos para obtener concentrados
de los mismos e infundirlos en pacientes neutropénicos con infecciones severas que no responden a la terapia antibiótica y antifúngica
administrada.
Así mismo, se utiliza la aféresis de leucocitos (en general) como procedimiento terapéutico con el fin de disminuir rápidamente la cifra
circulante elevada de glóbulos blancos (superior a 100x109/L) en el
caso de leucemias agudas antes de iniciar el tratamiento quimioterápico (con el fin de disminuir la severidad del síndrome de lisis tumoral), o en el caso de leucemias crónicas hiperleucocitósicas (para evitar los riesgos de la leucostasis cerebral o pulmonar).
135
• Aféresis de células progenitoras.
Consiste en la separación y obtención de las células mononucleares
de la sangre periférica (células CD-34+) que tienen la capacidad de
diferenciarse y regenerar la médula ósea de un paciente sometido a un
proceso de quimio-radioterapia ablativa. Aunque se pueden obtener
de donante, es más frecuente su obtención del propio paciente al que
con posterioridad se le realiza un autotransplante de células progeneritoras.
F.2. Selección de los donantes de Aféresis
En la selección de donantes de plasmaféresis y los distintos tipos de citaféresis, además de la vigencia de los criterios señalados en la selección de
donantes de sangre (Apartado A del presente capítulo), deberá prestarse
especial atención a todas aquellas situaciones en que la administración de
medicación previa o el propio procedimiento pueda suponer un peligro
para el donante. Antes de recabar su consentimiento escrito, el donante
debe ser informado del procedimiento y de los riesgos potenciales del
mismo, por el médico del Banco de Sangre o Centro de Transfusión responsable de la unidad de aféresis.
Entre las consideraciones especiales en la selección de donantes de los
tipos de aféresis, hay que destacar.
• Para todo tipo de Aféresis.
Historia Médica que incluya especial interés en:
✓ Episodios de sangrado anormal.
✓ Historia sugestiva de retención hídrica, sobre todo si se van a utilizar esteroides o expansores de plasma.
✓ No haber tomado ácido acetilsalicílico u otros fármacos que interfieran en la agregación plaquetaria en los cinco días anteriores a
una plaquetoaféresis.
✓ Historia de molestias gastrointestinales cuando se vayan a utilizar
esteroides.
✓ Reacciones adversas a donaciones previas.
• Donantes de plasma.
136
En la primera plasmaféresis se practicará un hemograma y una dosificación de las proteínas séricas. Asimismo, se comprobará que no
existen anomalías en las fracciones globulínicas. Estas determinaciones analíticas se repetirán a intervalos regulares, que no deberán
exceder de las seis donaciones consecutivas. Se suspenderá temporalmente el programa de plasmaféresis si la cifra de proteínas séricas
totales es inferior a 60 gr/l, o en el caso de una reducción en más del
10 % en la tasa de proteínas o globulinas.
En donantes habituales de plasma (una vez cada dos semanas) se
determinará de forma anual un proteinograma con determinación de
albúmina y valores de Inmunoglobulinas, es especial de IgG.
• Donantes de plaquetas.
Además de reunir todos los requisitos exigidos para los posibles
donantes de sangre total, los donantes para citaféresis deben presentar el día de la extracción, una concentración absoluta de plaquetas no
inferior a 150 x 109/L.
A los donantes de citaféresis que donen para un paciente determinado, se les realizarán las pruebas obligatorias en la primera citaféresis
y al menos cada 10 días si vuelve a donar.
• Donantes de granulocitos.
Además de reunir todos los requisitos exigidos para los posibles
donantes de sangre total, los donantes para citaféresis deben presentar el día de la extracción, una concentración absoluta de granulocitos no inferior a 5 x 109/L.
A los donantes de citaféresis que donen para un paciente determinado, se les realizarán las pruebas obligatorias en la primera citaféresis
y al menos cada 10 días si vuelve a donar.
• Donantes de hematíes.
El donante de eritroaféresis de más de una unidad debe tener un
volumen sanguíneo estimado superior a 5 litros. La hemoglobina previa a la donación debe ser al menos de 140 g/L y no debería ser menor
de 110 g/L después de la donación. La eritroaféresis de donantes
autólogos puede realizarse bajo criterio médico con valores inferiores
de hemoglobina.
137
• Donantes de células progenitoras.
La validez de los estudios serológicos es de treinta días. Además se
realizarán determinaciones encaminadas a valorar la idoneidad y
compatibilidad del donante con el posible receptor.
E.3. Frecuencia y volumen de la donación de Aféresis
F.3.1. Plasmaféresis
• La frecuencia máxima será de una donación cada dos semanas. En
circunstancias excepcionales, y siempre bajo criterio médico, este
tiempo podrá acortarse teniendo en cuenta las siguientes consideraciones: el volumen extraído no debe sobrepasar 600 ml por sesión,
1.000 ml a la semana y 15 litros anuales.
• En caso de que a un donante de plasmaféresis no sea posible retornarle sus hematíes, o se extraiga una unidad de hematíes adicional,
será excluido del programa de plasmaféresis durante 2 meses.
• El intervalo entre una donación de plasmaféresis y una donación de
sangre total convencional, debe ser al menos de 48 horas.
F.3.2. Citaféresis
• Para las donaciones de plaquetas se respetará un intervalo mínimo de
dos semanas. En casos especiales, el intervalo entre donaciones
puede reducirse bajo criterio médico.
• Cuando por citaféresis sucesivas las perdidas acumuladas de hematíes superen los 200 ml, o se extraiga una unidad de concentrado de
hematíes adicional, deberá dejarse transcurrir un plazo de al menos
dos meses antes de realizar otra citaféresis, salvo en circunstancias
excepcionales.
• El volumen extracorporeo, en cualquier momento del proceso, no
debe exceder el 13% del volumen sanguíneo estimado.
• El intervalo entre la donación de sangre total y donación de dos unidades de eritrocitos debe ser de al menos tres meses.
• El intervalo entre la donación de dos unidades de eritrocitos por aféresis y una unidad de sangre total o una nueva eritroaféresis de dos
unidades, debe ser al menos de seis meses.
138
• La pérdida de eritrocitos por año no debe exceder a la aceptada para
los donantes de sangre total.
F.4. Procedimiento de Aféresis
• Se asegurará la reinfusión de los hematíes autólogos, en aquellos procedimientos en los que no se prevea obtener hematíes.
• Todo el sistema debe ser estéril, libre de pirógenos, no tóxico. Se tendrán precauciones para evitar el embolismo aéreo.
• Antes de que la bolsa sea retirada del donante será identificada usando un solo número de identificación para cada unidad y componentes, así como para los tubos con las muestras para los análisis preceptivos. Este número debe permanecer inalterable.
• Deben existir protocolos escritos para todos los procesos. Incluirán
criterios para las dosis de los agentes usados, e instrucciones para la
prevención y tratamiento de las reacciones adversas.
• En cada proceso debe registrarse la siguiente información:
✓ Identificación del donante.
✓ Resultados analíticos.
✓ Anticoagulante usado.
✓ Duración del proceso.
✓ Volumen del componente.
✓ Medicación.
✓ Reacciones adversas y su tratamiento.
F.5. Efectos adversos del procedimiento de Aféresis
Las complicaciones y efectos secundarios en los donantes/pacientes de aféresis son poco frecuentes, sobre todo con el uso de máquinas más modernas,
en donde se infunde un volumen mucho menor de anticoagulante y el volumen extracorpóreo se ha reducido notablemente. No obstante, se estima que
se puede presentar algún tipo de reacción adversa entre un 8-9 % de los procedimientos, bien por problemas relacionados con el donante o por problemas relacionados con la máquina (incluyendo errores en el operador de la
misma). Los principales efectos adversos que se pueden presentar son:
139
• Reacciones vaso-vagales.
Al igual que en todo proceso de donación, las reacciones vaso-vagales son relativamente frecuentes como en los programas de aféresis.
Con frecuencia se manifiestan por: palidez, vértigo, sudoración profusa, hiperventilación, bradicardia e hipotensión transitoria. En ocasiones se puede producir una pérdida de la conciencia acompañada o
no de espasmos musculares. Estas reacciones vaso-vagales ocurren
durante el proceso de aféresis o inmediatamente después del mismo
entre un 1-2% de todos los pacientes, precisando generalmente un tratamiento sintomático.
• Toxicidad por citrato.
Casi todos los procedimientos de aféresis utilizan el CDA como anticoagulante, que tiene las ventajas sobre otros anticoagulantes como la
heparina de no alterar los parámetros de la coagulación y no producir
reacciones alérgicas. La toxicidad por citrato en los procesos de aféresis guarda relación con la disminución del calcio ionizado que pede
causar sintomatología leve del tipo de parestesias peribucales y alteraciones gustativas, a síntomas más severos como parestesias importantes, náuseas y vómitos y calambres abdominales, que pueden evolucionar hacia calambres musculares intensos, pérdida de conciencia,
hipotensión e incluso arritmias cardíacas.
• Hipotermia.
El donante puede presentar sensación importante de frío acompañada
de escalofríos y temblores debido a la disminución de la temperatura
de la sangre durante su procesamiento extracorpóreo, y posteriormente ser retornada al organismo sin alcanzar la temperatura corporal. No es una complicación importante y basta con abrigar bien al
donante (mantas) y subir la temperatura ambiental del cuarto donde
se realiza el proceso de aféresis.
En procesos de aféresis terapéuticos, existe un grupo de pacientes en
donde la hipotermia es mucho más frecuente y severa, pudiendo
incrementar los problemas derivados de la hipocalcemia. Este grupo
de pacientes lo forman aquellos que presentan: enfermedad de células falciformes, paraproteinemias, crioglobulinemia, enfermedad por
aglutinininas frías, y pacientes pediátricos. En todos ellos es conveniente la utilización de calentadores de sangre tanto para el retorno de
los componentes sanguíneos como de los líquidos de reemplazo.
140
• Hipovolemia.
Es un efecto adverso bastante infrecuente, ya que si el procedimiento de aféresis está siendo controlado adecuadamente el volumen
extracorpóreo no debe exceder del 15% de la volemia. Se suele presentar con más frecuencia en los equipos de flujo discontínuo.
En los procedimientos de aféresis terapéuticos la hipovolemia se
observa con más frecuencia en pacientes pediátricos y en pacientes
que sufren reemplazo plasmático.
• Embolia gaseosa.
Muchos equipos de aféresis incorporan detectores de aire en la línea
de infusión con el fin de evitar su entrada al torrente circulatorio, no
obstante es un efecto adverso que muy ocasionalmente puede presentarse en los procedimientos de aféresis por entrada de aire en el circuito.
• Hemólisis.
Aunque es un hecho raro, puede presentarse sobre todo si el equipo
desechable de aféresis no se ha instalado adecuadamente, o bien por
el uso de anticoagulante no adecuados. Es conveniente vigilar continuamente la línea de retorno venoso con el fin de detectar coloraciones anormales del plasma (color rosado) que sugieran la presencia de
hemólisis. En caso de detectarse signos de hemólisis, el proceso debe
ser interrumpido y no realizar el retorno del plasma hemolizado ya
que puede provocar episodios de reacción hemolítica mínima o cuadros de coagulación intravascular diseminada.
• Hipotensión.
Se han descrito cuadros hipotensivos acompañados de vasodilatación
y bradicardia en donantes que están recibiendo tratamiento con inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA),
secundaria a los niveles elevados de bradiquinina generados durante
el procedimiento de aféresis.
• Reacciones alérgicas.
Se han descrito reacciones alérgicas en donantes con alergia a los
residuos del óxido de etileno presente en los equipos, y utilizado para
su esterilización. Son más frecuentes las reacciones alérgicas en
141
pacientes con procedimientos de recambio plasmático, debido a las
soluciones de reemplazo.
G. Etiquetado de las unidades obtenidas con la donación de
sangre
Las etiquetas adheridas a las distintas unidades procedentes del fraccionamiento de una unidad de sangre donada, con independencia de ser indelebles y resistir agentes físicos y térmicos, deben recoger de forma clara y
explícita, como mínimo:
• Número o símbolo que identifique la unidad, que deberá coincidir
con el número o símbolo originalmente asignado a la misma antes de
la extracción al donante y que permita la identificación y el seguimiento de cualquier unidad de sangre o de sus componentes desde la
obtención hasta su disposición final. En caso de intercambios de unidades entre Bancos de sangre o Centros de Transfusión, se tomarán
las precauciones precisas para asegurar la identificación de la unidad
hasta su destino final.
• Nombre y volumen aproximado del producto que contiene.
• Grupo del sistema ABO.
• Rh positivo o negativo.
• Si se ha realizado, el resultado y la interpretación, si procede, de las
pruebas de escrutinio de anticuerpos irregulares.
• Resultado de las pruebas de detección de agentes infecciosos.
• Fecha de extracción.
• Fecha de caducidad.
• Temperatura requerida o precauciones a tomar para su conservación.
• Tipo y cantidad de anticoagulante-conservante.
• Rotulado especial si ha sometido a algún proceso adicional (irradiación, leucodeplección, CMV-negativo, etc.).
• Nombre del Banco de sangre o Centro de Transfusión.
142
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146
3. HEMODERIVADOS. TIPOS. DESCRIPCIÓN.
INDICACIONES. CONTRAINDICACIONES.
EFECTOS SECUNDARIOS. ADMINISTRACIÓN.
EFECTOS TERAPÉUTICOS
Elías Aguilar Ligorit*, Begoña Laiz Marro#.
*Servicio de Hematología. #Servicio de Análisis Clínicos. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana
La transfusión de la sangre ha sido llevada a cabo con éxito desde hace
más de 70 años, pero en este periodo de tiempo se ha visto inmersa en los
cambios tecnológicos, en el mejor conocimiento de la inmunología, biología y criobiología celular, lo que ha proporcionado que la práctica transfusional del siglo XXI suponga un reto para los Centros de Transfusiones
en el campo de la extracción, fraccionamiento y conservación de los diferentes tipos de hemoderivados con un triple objetivo: mantener la viabilidad y funcionalidad de los diversos componentes sanguíneos, disminuir
las alteraciones físico-químicas dañinas para los mismos y reducir al mínimo los efectos indeseables de su administración.
De modo genérico denominamos hemoderivado a todo producto obtenido
por diversas tecnologías a partir de la donación de una unidad de sangre,
si bien hay que distinguir entre componentes sanguíneos y derivados plasmáticos con relación a su proceso de fraccionamiento y posterior utilización por la industria farmacéutica. De tal manera se debe denominar:
147
• componente sanguíneo: es el preparado terapéutico de la sangre
(hematíes, leucocitos, plaquetas y plasma) que puede obtenerse
mediante centrifugado, filtración o congelación utilizando la metodología convencional de los bancos de sangre.
• producto sanguíneo: cualquier preparado terapéutico derivado de
donaciones de sangre total o plasma humanos. Esta definición incluye tanto los componentes sanguíneos lábiles como los derivados
plasmáticos estables.
A lo largo de la historia han existido y existen una gran cantidad de hemoderivados. El objeto del presente capítulo es analizar y describir los que
se encuentran actualmente en uso y disponibles en la gran mayoría de
Bancos de Sangre, teniendo en cuenta las distintas denominaciones que de
forma esquemática reproducimos:
• sangre total: es el componente sanguíneo obtenido a partir de un
donante sano, mezclada con anticoagulante, conservada en un contenedor estéril y que no se ha fraccionado. Su principal uso es como
producto inicial para la preparación de otros componentes sanguíneos.
• concentrado de hematíes: es el componente sanguíneo obtenido al
separar el plasma de la sangre total por centrifugación o sedimentación en cualquier momento antes de la fecha de caducidad.
• concentrado de hematíes sin capa leucoplaquetaria: es el componente sanguíneo obtenido al retirar de la sangre total la capa leucoplaquetar y la mayor parte del plasma.
• concentrado de hematíes en solucion aditiva: es el componente
sanguíneo preparado por centrifugación de la sangre total, retirando
la mayor parte del plasma y añadiendo a los hematíes una solución
nutritiva apropiada.
• concentrado de hematíes sin capa leucoplaquetaria en solucion
aditiva: es el componente sanguíneo preparado por centrifugación de
la sangre total, retirando la mayor parte del plasma y de la capa leucoplaquetaria y añadiendo a los hematíes una solución nutritiva apropiada.
• concentrado de hematíes leucorreducido: es el componente sanguíneo obtenido tras la eliminación de la mayor parte de los leucocitos del concentrado de hematíes por filtración.
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• concentrado de hematíes lavado: es un concentrado de hematíes
lavado con solución isotónica para eliminar prácticamente todo el
plasma y la mayor parte de las proteínas que contiene.
• concentrado de hematíes congelado: es aquel concentrado de
hematíes que se congela añadiendo un agente crioprotector, que
deberá eliminarse antes de la transfusión. La congelación debe realizarse preferentemente antes de los siete días postextracción y estos
concentrados serán almacenados a temperatura inferior a –65º C.
• concentrado de hematíes obtenido por aféresis: hace referencia al
método de extracción del concentrado de hematíes y sus características dependerán de las soluciones aditivas, del anticoagulante o de los
métodos de procesamiento que se usen.
• plasma: parte líquida de la sangre en la cual se encuentran suspendidos los elementos celulares. El plasma puede separarse de la parte
celular de la sangre para su utilización terapéutica como plasma congelado, o para su tratamiento ulterior, a fin de obtener crioprecipitado y plasma pobre en crioprecipitado para transfusión. Puede utilizarse para la fabricación de medicamentos derivados de la sangre y
del plasma humanos, o bien para la preparación de plaquetas unitarias o en pool, leucodeplecionadas o no. Asimismo, puede ser utilizado para la resuspensión de componentes eritrocitarios para exanguinotransfusión o la transfusión perinatal.
• plasma fresco congelado: componente sanguíneo obtenido de
donante único a partir de una unidad de sangre total o mediante aféresis, tras la separación de los hematíes; debe congelarse en un periodo de tiempo y a una temperatura que aseguren un correcto mantenimiento de los factores lábiles de coagulación.
• crioprecipitado: componente sanguíneo obtenido a partir del plasma
fresco congelado por descongelación y que contiene la fracción crioglobulínica del plasma.
• plasma sobrenadante de crioprecipitado: componente sanguíneo
obtenido tras la separación del crioprecipitado del plasma; tiene reducidos los factores V, VIII y fibrinógeno.
• derivado plasmático: proteína de plasma humano altamente depurada
preparada con procedimientos estándar de la industria farmacéutica.
149
• concentrado de plaquetas unitario: componente sanguíneo que
contiene la mayor parte de las plaquetas de una unidad de sangre suspendidas en plasma u otras soluciones conservantes, pueden obtenerse a partir de plasma rico en plaquetas o de capa leucoplaquetar.
• concentrado de plaquetas de varias unidades: concentrado de plaquetas preparado a partir de plaquetas unitarias o capas leucoplaquetarias procedentes de varias unidades de sangre total; en este caso el
componente final cumplirá los requisitos mínimos correspondientes
al número de unidades que integren la mezcla.
• concentrado de plaquetas obtenido por aféresis: componente sanguíneo que contiene plaquetas suspendidas en plasma u otra solución
conservante, obtenido a partir de donante único mediante un equipo
de separación celular.
• concentrado de plaquetas criopreservadas: es el concentrado de
plaquetas que se congela añadiendo un agente crioprotector; la congelación debe realizarse en las 24 horas postextracción; la temperatura de almacenamiento será de –80º C o inferior.
• concentrado de granulocitos obtenido por aféresis: es el componente sanguíneo que contiene granulocitos en concentración elevada,
suspendidos en plasma y obtenido mediante un equipo de separación
celular.
A. Componentes eritrocitarios
A.1. Sangre completa
• Descripción y Preparación
Una unidad de sangre completa (SC) contiene aproximadamente 450
mL de sangre entera y 63 ml de anticoagulante CPDA-1, con un hematocrito que varía entre 34-44% (en función del donante). Contiene
plasma, eritrocitos, glóbulos blancos, plaquetas y proteínas plasmáticas.
• Suministro
En la actualidad la SC no está disponible en los Centros Regionales de
Transfusión, y se utiliza para las donaciones autólogas en los programas de autotransfusión de los Bancos de Sangre Hospitalarios.
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• Almacenamiento y caducidad
En refrigeradores de los Bancos de Sangre, que tienen adaptados sistemas de vigilancia gráficos y sonoros, para advertir las fluctuaciones de
la temperatura, que debe estar comprendida entre 1 y 6º C. La caducidad es de 35 días tras su obtención.
• Indicaciones
✓ Restaurar la capacidad de transportar él oxigeno a los tejidos, al
aumentar el número de hematíes circulantes, además de proporcionar proteínas y factores de la coagulación.
✓ Esta indicado en pacientes hipovolémicos con anemia sintomática.
Se ha comprobado que pacientes sin complicaciones hemorrágicas
pueden tolerar hemoglobinas de hasta 7 g/dL sin complicaciones;
no obstante pacientes con insuficiencia cardiaca y/o respiratoria,
grandes quemados, pueden necesitar soporte transfusional por
debajo de 10 g/dL de hemoglobina o 30% de hematocrito.
✓ En los programas de autotransfusión en cirugía programada, previo depósito
• Contraindicaciones.
✓ Anemias que pueden ser tratadas farmacologicamente, mediante la
administración de hierro, vitamina B12, ácido fólico y/o eritropoyetina.
✓ Anemias sin tratamiento específico, pero asintomáticas.
✓ Hipovolemias sin déficit de masa globular eritrocitaria, que pueden ser corregidas con soluciones coloides o cristaloides.
• Efectos secundarios y Riesgos.
✓ Reacciones hemolíticas transfusionales agudas y retardadas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Aloinmunización del receptor.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Embolia gaseosa.
✓ Sobrecarga circulatoria.
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✓ Sobrecarga férrica.
✓ Complicaciones metabólicas.
✓ Sepsis por contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorporado (entre 170-260 micras) que impida el paso de fibrina, proteínas
coaguladas y posibles detritus celulares producidos durante su almacenamiento.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de SC aumenta el hematocrito en
un 3% y/o la hemoglobina en 1 g/dL, en un adulto de 70 Kg que no
presenta nuevas perdidas sanguíneas.
A.2. Concentrado de Hematies
• Descripción y Preparación
Una unidad de concentrado de hematíes (CH) contiene aproximadamente unos 180 ml (rango entre 150-210 ml) de eritrocitos, 100 ml de
solución preservativa-aditiva del tipo: AS-5 (Optisol®), CPDA-1 o
SAG-MANITOL y aproximadamente 30 ml (rango entre 10-50 ml) de
plasma, en el que pueden encontrarse entre un 0.9-2.5 x1010 de linfocitos y granulocitos, que si bien no son funcionales, pueden inmunizar
a los pacientes y provocar reacciones transfusionales. El promedio del
volumen total de una unidad de CH es de 310 ml (rango entre 270-350
ml). Su hematocrito varía entre 52-80%.
Una unidad de CH se obtiene de la donación de una unidad de sangre,
que es sometida a centrifugación y/o sedimentación, posterior separación del anticoagulante, de la capa lecuo-plaquetaria y plasmática, y
resuspendida en soluciones aditivas como AS-1 (Adsol®), AS-3
(Nutricel®) o AS-5 (Optisol®), que contienen sodio, dextrosa, adenina y manitol, que favorecen la supervivencia del eritrocito, y que prolongan su caducidad hasta 42 días, conservados entre 1º y 6º C.
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En nuestro medio se utiliza, CDP-SAGM como agente anticoagulanteconservante que proporciona una caducidad de 35 días.
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones.
• Almacenamiento y caducidad
En refrigeradores de los Bancos de Sangre, que tienen adaptados sistemas de vigilancia gráficos y sonoros, para advertir las fluctuaciones de
la temperatura, que debe estar comprendida entre 1 y 6º C.
La caducidad viene determinada por la solución anticoagulante-aditiva
utilizada, variando entre 21 y 42 días. En nuestro medio la caducidad
es de 35 días tras su extracción.
• Indicaciones
✓ Restaurar la capacidad de transportar él oxigeno a los tejidos, al
aumentar el número de hematíes circulantes.
✓ Esta indicado en pacientes hipovolémicos o normovolémicos con
anemia sintomática. Se ha comprobado que pacientes sin complicaciones hemorrágicas pueden tolerar hemoglobinas de hasta 7
g/dL sin complicaciones; no obstante pacientes con insuficiencia
cardiaca y/o respiratoria, grandes quemados, pueden necesitar
soporte transfusional por debajo de 10 g/dL de hemoglobina o
30% de hematocrito.
• Contraindicaciones
✓ Anemias que pueden ser tratadas farmacológicamente, mediante la
administración de hierro, vitamina B12, ácido fólico y/o eritropoyetina.
✓ Anemias sin tratamiento específico, pero asintomáticas.
✓ Hipovolemias sin déficit de masa globular eritrocitaria, que pueden ser corregidas con soluciones coloides o cristaloides.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas transfusionales agudas y retardadas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Aloinmunización del receptor.
153
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Embolia gaseosa.
✓ Sobrecarga circulatoria.
✓ Sobrecarga férrica.
✓ Complicaciones metabólicas.
✓ Sepsis por contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorporado (entre 170-260 micras) que impida el paso de fibrina, proteínas
coaguladas y posibles detritus celulares producidos durante su almacenamiento.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 1 ml/Kg/hora
(5-10 mL/minuto) durante los primeros 15 minutos, con el fin de supervisar la aparición de cualquier reacción transfusional; pasados éstos, se
puede incrementar el ritmo de la misma, teniendo en cuenta que una
unidad de CH debe ser administrada en un plazo inferior a 4 horas.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de CH aumenta el hematocrito en
un 3% y/o la hemoglobina en 1 g/dL, en un adulto de 70 Kg que no
presenta nuevas perdidas sanguíneas.
A.3. Concentrado de hematies leucoreducido por filtracion
• Descripción y Preparación
Una unidad de concentrado de hematíes leucoreducido por filtración
(CHLF) contiene aproximadamente entre 240 y 340 ml, con un hematocrito del 80%. Una unidad de CHLF se obtiene de la donación de
una unidad de sangre, que es sometida a centrifugación y/o sedimentación, posterior separación del anticoagulante, de la capa lecuo-plaquetaria y plasmática, y sometida a leucoreducción por filtración. Tras la
filtración el producto contiene menos de 5 x 106 leucocitos por unidad
154
y un 85% o más de los hematíes originales que se encontraban presentes en la bolsa de donación.
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones. En la actualidad el Centro Regional
de Transfusiones de La Comunidad Valenciana, suministra la totalidad
de los CH sometidos a leucoreducción por filtración.
• Almacenamiento y caducidad
En refrigeradores de los Bancos de Sangre, que tienen adaptados sistemas de vigilancia gráficos y sonoros, para advertir las fluctuaciones de
la temperatura, que debe estar comprendida entre 1 y 6º C.
La caducidad viene determinada por el conservante, en nuestro medio
se emplea CPD-SAGM, cuya caducidad es de 35 días.
• Indicaciones
✓ Restaurar la capacidad de transportar él oxigeno a los tejidos, al
aumentar el número de hematíes circulantes.
✓ Esta indicado en pacientes hipovolémicos o normovolémicos con
anemia sintomática. Se ha comprobado que pacientes sin complicaciones hemorrágicas pueden tolerar hemoglobinas de hasta 7
g/dL sin complicaciones; no obstante pacientes con insuficiencia
cardiaca y/o respiratoria, grandes quemados, pueden necesitar
soporte transfusional por debajo de 10 g/dL de hemoglobina o
30% de hematocrito.
✓ Están expresamente indicados en aquellos pacientes que han presentado dos o más reacciones transfusionales febriles no hemolíticas. Así mismo, son eficaces en la prevención de la transmisión de
Citomegalovirus y de la aloinmunización HLA.
• Contraindicaciones
✓ Anemias que pueden ser tratadas farmacologicamente, mediante la
administración de hierro, vitamina B12, ácido fólico y/o eritropoyetina.
✓ Anemias sin tratamiento específico, pero asintomáticas.
✓ Hipovolemias sin déficit de masa globular eritrocitaria, que pueden ser corregidas con soluciones coloides o cristaloides.
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• Efectos secundarios y Riesgos.
✓ Reacciones hemolíticas transfusionales agudas y retardadas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Aloinmunización del receptor.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Embolia gaseosa.
✓ Sobrecarga circulatoria.
✓ Sobrecarga férrica.
✓ Complicaciones metabólicas.
✓ Sepsis por contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
Pese a todos ellos, hay que destacar que una unida de CHLF, reduce
considerablemente la incidencia de reacciones alérgicas, reacciones
metabólicas, y sobrecarga circulatoria, ya que al reducir la cantidad de
plasma, reducimos gran cantidad de proteínas y anticuerpos, no obstante, permanece invariable el riesgo de transmisión de enfermedad
infecciosa.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorporado (entre 170-260 micras) que impida el paso de fibrina, proteínas
coaguladas y posibles detritus celulares producidos durante su almacenamiento.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 1 ml/Kg/hora
(5-10 mL/minuto) durante los primeros 15 minutos, con el fin de supervisar la aparición de cualquier reacción transfusional; pasados éstos, se
puede incrementar el ritmo de la misma, teniendo en cuenta que una
unidad de CHLF debe ser administrada en un plazo inferior a 4 horas.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de CHLF aumenta el hematocrito en un 3% y/o la hemoglobina en 1 g/dL, en un adulto de 70 Kg que
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no presenta nuevas perdidas sanguíneas, si bien la perdida de hematíes en el proceso, puede disminuir dichos efectos.
A.4. Concentrado de hematies lavados
• Descripción y Preparación
Una unidad de concentrado de hematíes lavados (CHL) es el componente obtenido tras retirar el plasma de una unidad de CH mediante
lavados con solución isotónica, que tiene un volumen entre 170-300
mL, con un hematocrito del 80-85%. El lavado de los hematíes no es un
método eficaz para eliminar leucocitos, si bien consigue eliminar gran
parte del plasma, así como microagregados y proteínas plasmáticas.
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones. Con posterioridad se realiza el lavado en los Bancos de Sangre Hospitalarios, previa petición expresa.
• Almacenamiento y caducidad
En refrigeradores de los Bancos de Sangre, que tienen adaptados sistemas de vigilancia gráficos y sonoros, para advertir las fluctuaciones de
la temperatura, que debe estar comprendida entre 1 y 6º C. La caducidad es de 24 horas tras su preparación.
• Indicaciones
✓ Restaurar la capacidad de transportar él oxigeno a los tejidos, al
aumentar el número de hematíes circulantes.
✓ Esta indicado en paciente hipovolémicos o normovolémicos con anemia sintomática. Se ha comprobado que pacientes sin complicaciones hemorrágicas pueden tolerar hemoglobinas de hasta 7 g/dL sin
complicaciones; no obstante pacientes con insuficiencia cardiaca y/o
respiratoria, grandes quemados, pueden necesitar soporte transfusional por debajo de 10 g/dL de hemoglobina o 30% de hematocrito.
✓ Expresamente se indica para: pacientes con anticuerpos anti-proteínas plasmáticas, pacientes con anemias hemolíticas autoinmunes, pacientes con hemoglobinuria paroxística nocturna y pacientes con reacciones previas y reiteradas de hipersensibilidad. Así
mismo, reduce la incidencia de intensidad de las reacciones transfusionales en pacientes con déficit de IgA.
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• Contraindicaciones
✓ Anemias que pueden ser tratadas farmacologicamente, mediante la
administración de hierro, vitamina B12, ácido fólico y/o eritropoyetina.
✓ Anemias sin tratamiento específico, pero asintomáticas.
✓ Hipovolemias sin déficit de masa globular eritrocitaria, que pueden ser corregidas con soluciones coloides o cristaloides.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas transfusionales agudas y retardadas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Aloinmunización del receptor.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Embolia gaseosa.
✓ Sobrecarga circulatoria y/o férrica.
✓ Complicaciones metabólicas.
✓ Sepsis por contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
Pese a todos ellos, hay que destacar que una unida de CHL, reduce
considerablemente la incidencia de reacciones alérgicas, reacciones
metabólicas, sobrecarga circulatoria, y la aloinmunización a HLA o
antígenos plaquetarios, no obstante, permanece invariable el riesgo de
transmisión de enfermedad infecciosa.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorporado (entre 170-200 micras) que impida el paso de fibrina, proteínas
coaguladas y posibles detritus celulares producidos durante su almacenamiento.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 1 ml/Kg/hora
(5-10 mL/minuto) durante los primeros 15 minutos, con el fin de
supervisar la aparición de cualquier reacción transfusional; pasados
158
éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma, teniendo en cuenta
que una unidad de CHL debe ser administrada en un plazo inferior a 4
horas, dentro de las 24 horas siguientes a su preparación.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de CHL aumenta el hematocrito
en un 3% y/o la hemoglobina en 1 g/dL, en un adulto de 70 Kg que no
presenta nuevas perdidas sanguíneas, si bien la perdida de hematíes en
el proceso, puede disminuir dichos efectos.
A.5. Concentrado de hematíes congelados
• Descripción y Preparación
Una unidad de concentrado de hematíes (CHC) contiene aproximadamente unos 180 ml (rango entre 150-210 ml) de eritrocitos, que junto
con el agente crioprotector glicerol, han sido sometidos a un proceso
de congelación a temperaturas sumamente bajas y conservados a temperaturas de –60º C. Antes de su administración, deben descongelarse
y eliminar el glicerol; este proceso se realiza mediante lavados con
suero salino, que aparte de eliminar el glicerol, elimina restos de plasma, leucocitos y plaquetas residuales. Finalmente los hematíes son
resuspendidos en suero salino fisiológico con o sin pequeñas cantidades de dextrosa.
Una unidad de CHC una vez descongelados y resuspendidos, posee un
volumen que oscila entre 180-250 mL, con un hematocrito entre 80-85 %,
0.2x109 de leucocitos residuales (casi todos linfocitos) y pequeñas cantidades de glicerol e incluso de hemoglobina libre. El porcentaje de hematíes recuperados de la unidad original previa a la congelación es del 75%.
El tiempo necesario para proceder a la descongelación y preparación
de una unidad de CHC para su administración es aproximadamente de
2 horas.
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena congelado a una temperatura inferior a –60º C, con una
caducidad superior a los 10 años.
159
Una vez descongelado, en neveras de los Bancos de Sangre, que tienen
adaptadas sistemas de vigilancia gráficos y sonoros, para advertir las
fluctuaciones de la temperatura, que debe estar comprendida entre 1 y
6º C. Su caducidad es de 24 horas y debe ser infundido como máximo
en 6 horas.
• Indicaciones
✓ Restaurar la capacidad de transportar él oxigeno a los tejidos, al
aumentar el número de hematíes circulantes.
✓ Esta indicado en paciente hipovolémicos o normovolémicos con
anemia sintomática. Se ha comprobado que pacientes sin complicaciones hemorrágicas pueden tolerar hemoglobinas de hasta 7
g/dL sin complicaciones; no obstante pacientes con insuficiencia
cardiaca y/o respiratoria, grandes quemados, pueden necesitar
soporte transfusional por debajo de 10 g/dL de hemoglobina o
30% de hematocrito.
✓ Expresamente se indica para: pacientes con aloanticuerpos frente
a un antígeno de alta frecuencia, en pacientes con aloanticuerpos
múltiples (congelando sus propios hematíes para transfusiones
futuras), en pacientes con sistemas antigénicos raros.
• Contraindicaciones
✓ Anemias que pueden ser tratadas farmacologicamente, mediante la
administración de hierro, vitamina B12, ácido fólico y/o eritropoyetina.
✓ Anemias sin tratamiento específico, pero asintomáticas.
✓ Hipovolemias sin déficit de masa globular eritrocitaria, que pueden ser corregidas con soluciones coloides o cristaloides.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas transfusionales agudas y retardadas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Aloinmunización del receptor.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Embolia gaseosa.
160
✓ Sobrecarga circulatoria.
✓ Sobrecarga férrica.
✓ Complicaciones metabólicas.
✓ Sepsis por contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
✓ Un riesgo adicional lo constituye la hemólisis intravascular si el
glicerol no ha sido totalmente eliminado.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorporado (entre 170-260 micras) que impida el paso de fibrina, proteínas
coaguladas y posibles detritus celulares producidos durante su almacenamiento.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 1 ml/Kg/hora
(5-10 mL/minuto) durante los primeros 15 minutos, con el fin de
supervisar la aparición de cualquier reacción transfusional; pasados
éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma, teniendo en cuenta
que una unidad de CHC debe ser administrada en un plazo inferior a
4 horas.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de CHC aumenta el hematocrito
en un 3% y/o la hemoglobina en 1 g/dL, en un adulto de 70 Kg que no
presenta nuevas perdidas sanguíneas, si bien la perdida de hematíes en
el proceso, puede disminuir dichos efectos.
B. Componentes plaqetarios
B.1. Concentrados de plaquetas
• Descripción y Preparación
Una unidad de concentrado de plaquetas (CP) se obtiene tras centrifugación suave de una unidad de donación de sangre, para separar los
hematíes del plasma rico en plaquetas; una segunda centrifugación a
mayor número de revoluciones se utiliza para concentrar las plaquetas
161
y resuspenderlas en unos 60 mL de plasma, manteniendo un pH sobre
6 a lo largo de su almacenamiento.
Cada unidad de CP contiene aproximadamente 5.5x1010 plaquetas,
entre 0.1-0.4x109 linfocitos, y cantidades pequeñas de hematíes y granulocitos en función de la técnica utilizada.
Normalmente las unidades de CP se agrupan en “pool” de 4 o 6 unidades procurando que sean del mismo grupo sanguíneo y factor Rh,
indicando la fecha de agrupación y la de caducidad.
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena en agitación suave y continua a temperatura ambiente 2024º C, con una caducidad de cinco días después de su preparaciónobtención. No deben salir del Banco de Sangre hasta el momento de su
administración.
• Indicaciones
✓ Pacientes con sangrado activo que presentan trombocitopenia y/o
alteraciones funcionales de las plaquetas.
✓ Como profilaxis en pacientes con aplasia medular primaria ó
secundaria a la quimioterapia, que presentan cifras de plaquetas
inferiores a 20.000µL.
• Contraindicaciones
✓ En situaciones clínicas rutinarias donde la función plaquetar es
normal, y estas se encuentran por encima de 100.000µL.
✓ En pacientes con destrucción rápida de plaquetas (Púrpura trombopénica idiopática, Púrpura trombótica trombocitopénica,
Coagulación intravascular diseminada), a no ser que el cuadro
hemorrágico sea grave y ponga en peligro la vida del paciente.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Aloinmunización del receptor.
➢ Antígenos HLA.
162
➢ Antígenos plaquetarios.
➢ Antígenos eritrocitarios.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Reacciones hemolíticas.
✓ Sepsis por contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorporado (entre 170-260 micras) que impida el paso de fibrina, proteínas
coaguladas y posibles detritus celulares producidos durante su almacenamiento. Es aconsejable utilizar un filtro de leucocitos con el fin de
disminuir las reacciones febriles, la sensibilización HLA y la transmisión de Citomegalovirus. No está indicado el uso de filtro de microagregados. En algunos pacientes está indicada la irradiación del producto previa a su administración (pacientes onco-hematológicos).
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 1 ml/Kg/hora
(5-10 mL/minuto) durante los primeros 15 minutos, con el fin de
supervisar la aparición de cualquier reacción transfusional; pasados
éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma e infundirse rápidamente.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de CP aumenta la cifra de plaquetas en 5.000-7.000/mL en un adulto de 70 Kg. El efecto terapéutico de la transfusión de plaquetas es pasajero entre 1 y 3 días y su duración va a depender de distintos factores como la presencia de infección, fiebre, esplenomegalia, aloinmunización previa, etc.
B.2. Concentrado de plaquetas de donante unico (Aféresis)
• Descripción y Preparación
Una unidad de concentrado de plaquetas de aféresis (CPQA) es un
componente obtenido de un solo donante, a través de un proceso de
dos a tres horas de duración, mediante un separador de células auto163
mático, en el que se separan las plaquetas del resto de los componentes celulares sanguíneos por centrifugación, siendo recogidas en una
bolsa con plasma del donante y devolviendo al mismo los demás componentes sanguíneos.
Una unidad de CPQA contiene normalmente mas de 3x1011 plaquetas,
en un volumen que varía entre 200-400 mL; con aproximadamente
entre 1-3x109 linfocitos y escasos hematíes.
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones y Bancos de Sangre Hospitalarios
que disponen de máquinas de aféresis.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena en agitación suave y continua a temperatura ambiente 2024º C, con una caducidad de cinco días después de su preparaciónobtención. No deben salir del Banco de Sangre hasta el momento de su
administración.
• Indicaciones
➢ Pacientes con sangrado activo que presentan trombocitopenia y/o alteraciones funcionales de las plaquetas.
➢ Como profilaxis en pacientes con aplasia medular primaria
ó secundaria a la quimioterapia, que presentan cifras de plaquetas inferiores a 20.000µL.
➢ El CPQA esta formalmente indicado en pacientes refractarios a las transfusiones de plaquetas, sobre todo si el donante es HLA compatible.
• Contraindicaciones
✓ En situaciones clínicas rutinarias donde la función plaquetar es
normal, y estas se encuentran por encima de 100.000µL.
✓ En pacientes con destrucción rápida de plaquetas (Púrpura trombopénica idiopática, Púrpura trombótica trombocitopénica,
Coagulación intravascular diseminada), a no ser que el cuadro
hemorrágico sea grave y ponga en peligro la vida del paciente.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
164
✓ Aloinmunización del receptor.
➢ Antígenos HLA.
➢ Antígenos plaquetarios.
➢ Antígenos eritrocitarios.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Reacciones hemolíticas.
✓ Sepsis por contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro
incorporado (entre 170-260 micras) que impida el paso de fibrina,
proteínas coaguladas y posibles detritus celulares producidos durante su almacenamiento. Es aconsejable utilizar un filtro de leucocitos
con el fin de disminuir las reacciones febriles, la sensibilización
HLA y la transmisión de Citomegalovirus. No está indicado el uso de
filtro de microagregados. En algunos pacientes está indicada la irradiación del producto previa a su administración (pacientes oncohematológicos).
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 1
ml/Kg/hora (5-10 mL/minuto) durante los primeros 15 minutos, con
el fin de supervisar la aparición de cualquier reacción transfusional;
pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma e infundirse rápidamente siempre y cuando sea perfectamente tolerado por el
paciente.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de CPQA aumenta la cifra de
plaquetas en 30.000-50.000/mL en un adulto de 70 Kg. El efecto
terapéutico de la transfusión de plaquetas es pasajero entre 1 y 3
días y su duración va a depender de distintos factores como la presencia de infección, fiebre, esplenomegalia, aloinmunización previa, etc.
165
C. Componentes granulocitarios
C.1. Concentrado de granulocitos de donante unico (Aféresis)
• Descripción y Preparación
Una unidad de concentrado de granulocitos de aféresis (CGA) es un
componente obtenido de un solo donante, a través de un proceso de
dos a tres horas de duración, mediante un separador de células automático, en el que se separan los granulocitos del resto de los componentes celulares sanguíneos por centrifugación, siendo recogidos en
una bolsa con anticoagulante y plasma del donante, devolviendo al
mismo los demás componentes sanguíneos.
Una unidad de CGA contiene normalmente entre 0.6-1.6x1010 granulocitos, en un volumen que varía entre 400-600 mL; con aproximadamente entre 1-3x109 linfocitos, 2x1011 de plaquetas y entre 20-50 mL de
hematíes; de ahí que se recomiende que los CGA sean ABO compatibles.
En ocasiones los donantes son estimulados (corticoides o G-CSF) para
obtener un mayor número de granulocitos.
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones Y Bancos de Sangre Hospitalarios
que disponen de máquinas de aféresis.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura ambiente 20-24º C, con una caducidad de
veinticuatro horas como máximo después de su preparación-obtención. No deben salir del Banco de Sangre hasta el momento de su
administración que debe ser casi inmediato a su preparación para conservar la integridad funcional celular.
• Indicaciones
✓ Pacientes neutropénicos (neutrófilos <500/mL) en los que se han
documentado procesos infecciosos graves (especialmente causados
por bacterias gram-negativas y hongos) que no han respondido a
tratamiento antibiótico y/o antimicótico previamente administrado.
✓ Su efectividad está hoy en día en discusión, pero se está de acuerdo en que una vez iniciada la transfusión de CGA, esta debe con166
tinuar un mínimo de 4 días para observar efectos beneficiosos y
debe continuar hasta que se objetiva una recuperación medular o
desaparece el proceso infeccioso.
✓ También puede estar indicado en sepsis neonatales y en pacientes
con defectos funcionales de los neutrófilos con procesos infecciosos graves.
• Contraindicaciones
✓ Como profilaxis de procesos infecciosos en pacientes neutrópenicos.
✓ En pacientes neutrópenicos en los que no se espere recuperación
medular.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Aloinmunización del receptor.
➢ Antígenos HLA.
➢ Antígenos plaquetarios.
➢ Antígenos eritrocitarios.
✓ Reacciones febriles y alérgicas (frecuentemente).
✓ Complicaciones pulmonares.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorporado (entre 170-260 micras). No están indicados el uso de filtro de
microagregados y/o de leucocitos.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 2-3 mL/minuto durante los primeros 15 minutos, con el fin de supervisar la aparición de cualquier reacción transfusional, siendo muy frecuentes las
reacciones febriles; pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la
misma e infundirse rápidamente, nunca en un plazo superior a las 4 horas.
167
Dado que la gran mayoría de los pacientes susceptibles de recibir una
transfusión de CGA se encuentran en un estado de inmunodepresión,
se recomienda irradiar las unidades de CGA para prevenir enfermedad
del injerto frente al huésped.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de CGA no proporciona un
aumento de la cifra de granulocitos. Los granulocitos administrados
emigran hacia el foco inflamatorio con el fin de fagocitar el germen
causante del proceso, no hay que olvidar que existe una relación cuantitativa entre el número de neutrófilos y la severidad del cuadro infeccioso en los pacientes neutrópenicos.
D. Hemoderivados plasmáticos
D.1. Plasma fresco congelado
• Descripción y Preparación
Una unidad de plasma fresco congelado (PFC) se obtiene tras la centrifugación y separación de los hematíes de una unidad de sangre
donada, y posteriormente una nueva centrifugación separa las plaquetas del plasma, siendo éste depositado en una bolsa para su congelación, que debe realizarse dentro de las 6-8 horas posteriores a su donación.
Una unidad de PFC contiene todos los factores de la coagulación estables
y lábiles a razón de 1 UI por cada mL y proteínas presentes en el plasma
original. No contiene ni hematíes, ni plaquetas ni leucocitos. Su volumen
aproximado es de 225 mL (180-320 mL). Debe ser ABO compatible con
los hematíes del receptor, no importando la compatibilidad Rh. La vida
media de los factores de la coagulación contenidos en el PFC es:
Fibrinógeno
Factor II
Factor V
Factor VII
Factor VIII
Factor IX
Factor X
168
72-120 horas
72 horas
12 horas
2-5 horas
8-12 horas
24 horas
24-40 horas
FactorXI
FactorXII
Factor XIII
Antitrombina III
Proteína S
Proteína C
Fibronectina
60-80 horas
40-50 horas
16-24 horas
45-60 horas
12-22 horas
10-12 horas
24-72 horas
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura superior a –18º C, con una caducidad de un
año después de su preparación-obtención. Una vez descongelado, debe
administrarse rápidamente (dentro de las 6 horas post-descongelación)
para obtener los mayores efectos; no obstante puede almacenarse
durante un máximo de 24 horas entre 1-6º C.
• Indicaciones
✓ Pacientes con sangrado activo, secundario a déficit de algún factor
de la coagulación que no se encuentra disponible en forma de concentrado para administrarlo.
✓ Pacientes con déficit documentado de algún factor de la coagulación (no disponible en forma de concentrado) y que presentan INR
> 1.6 y van a ser sometidos a procedimientos quirúrgicos invasivos mayores.
✓ Pacientes que reciben una transfusión masiva, para prevenir los
posibles trastornos de la coagulación.
✓ Pacientes anticoagulados con dicumarínicos, para revertir los efectos de una sobredosificación, o adecuar los niveles hemostásicos
ante cirugía urgente.
✓ En el tratamiento de la Púrpura Trombótica Trombocitopénica y el
Síndrome Hemolítico Urémico, como agente de intercambio plasmático en los procesos de plasmaféresis.
✓ Pacientes con déficit de colinesterasa, especialmente cuando se
producen problemas asociados con el empleo de ciertos anestésicos.
✓ Púrpura fulminante y exsanguinotransfusión en el recién nacido.
• Contraindicaciones y Usos inapropiados
✓ Pacientes con sangrado activo, secundario a déficit de algún factor de
la coagulación que se encuentra disponible en forma de concentrado.
✓ Como expansor de volumen o para la recuperación y mantenimiento de la presión arterial y/u oncótica.
169
✓ Como aporte nutricional en la alimentación parenteral prolongada.
✓ Como aporte nutricional, y/o de proteínas, y/o de Inmunoglobulinas,
y/o de factores del Complemento.
✓ Como parte integrante de esquemas de reposición predeterminados (1 unidad de PFC por cada 3 unidades de CH).
✓ Prevención de la hemorragia intraventricular del recién nacido.
✓ Uso profiláctico en pacientes con hepatopatías crónicas y alteraciones en las pruebas de coagulación, que van a ser sometidos a
procedimientos invasivos menores.
✓ En pacientes con hepatopatía crónica e insuficiencia hepato-celular avanzada en fase terminal.
✓ Tratamiento de las diátesis hemorrágicas no documentadas.
✓ Como corrector del efecto anticoagulante de la heparina.
✓ Como reposición de volumen en las sangrías del recién nacido con
poliglobulia.
✓ Como ajuste del hematocrito de los CH que van a ser transfundidos a los recién nacidos.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas (muy raras).
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Sobrecarga circulatoria.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Complicaciones metabólicas (transfusión masiva).
✓ Daño pulmonar asociado a transfusión (TRALI).
• Administración
Una unidad de PFC se descongela en un baño de agua controlado a
temperatura constante de 37º C en un periodo de 30 minutos en el
Banco de Sangre.
170
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorporado (entre 170-200 micras). No está indicado el uso de filtro de
microagregados.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 2-3 mL/minuto durante los primeros minutos, con el fin de supervisar la aparición
de cualquier reacción transfusional, siendo frecuentes las reacciones
alérgicas; pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma, a
10 mL/minuto e infundirse rápidamente, nunca en un plazo superior a
las 4 horas.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales un mL de PFC por Kg del paciente, aumentará los niveles de los factores de la coagulación en un 1%. De tal
manera, hay que esperar que una dosis de PFC de 10-20 mL/Kg de
peso, aumente los niveles de los factores de la coagulación en un 2530% inmediatamente tras su infusión. No obstante, la cantidad de PFC
necesaria para obtener los efectos terapéuticos deseados va a depender
de varios factores como el nivel del factor o factores de base, la existencia o no de sangrado activo y del volumen sanguíneo del paciente.
Se recomienda monitorizar los efectos terapéuticos del PFC mediante
determinaciones analíticas (Tiempo de protrombina y Tiempo de
Tromboplastina parcial activada).
D.2. Crioprecipitados
• Descripción y Preparación
Una unidad de crioprecipitado (CRI) se obtiene tras la descongelación
de una unidad de PFC a 1-6º C y su posterior centrifugación a la
misma temperatura, para obtener entre 10-15 mL de sobrenadante de
precipitado insoluble, en una bolsa satélite, y congelarlo a una temperatura inferior a –18º C en un plazo de una hora.
Una unidad de CRI tiene un volumen entre 10-15 mL y contiene
aproximadamente: 180-250 mg de fibrinógeno, 80-160 UI de Factor
VIII (VIII:C), entre un 40-70% del Factor Von Willebrand del plasma
original del donante, entre un 20-30% del Factor XIII del plasma original del donante, más fibronectina. Es el único hemoderivado plasmático que proporciona fibrinógeno concentrado.
171
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura superior a –18º C, con una caducidad de un
año después de su preparación-obtención. Una vez descongelado, debe
administrarse rápidamente (dentro de las 4 horas post-descongelación)
para obtener los mayores efectos; no obstante puede almacenarse
durante un máximo de 24 horas entre 1-6º C.
• Indicaciones
✓ Pacientes con Hemofilia A o enfermedad de Von Willebrand, como
terapia de segunda línea cuando no se dispone de ningún concentrado de Factor VIII y VIII:C.
✓ Pacientes diagnosticados de hipofibrinogenemia congénita o adquirida, con niveles de fibrinógeno <100 mg/dL, y que presentan problemas
hemorrágicos, o van a ser sometidos a procesos quirúrgicos invasivos.
✓ Pacientes con uremia y sangrado activo, insensibles a otros tratamientos incluyendo la diálisis, estrógenos y desmopresina.
✓ Síndrome de Kasabach-Merritt asociado con coagulación intravascular diseminada.
• Contraindicaciones
✓ Pacientes con Hemofilia A o enfermedad de Von Willebrand, déficit de Factor XIII y/o fibronectina, cuando se dispone de los concentrados de dichos Factores adecuados.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas (muy raras).
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Contaminación bacteriana.
• Administración
Una unidad de CRI se descongela en un baño de agua controlado a
temperatura constante de 37º C en un periodo de 10 minutos en el
172
Banco de Sangre. Aunque no es necesario, se prefiere que las unidades
sean ABO compatibles, no importando la compatibilidad Rh. Es aconsejable resuspender las unidades de CRI con 10-15 mL de suero salino
fisiológico, para asegurar la total administración del producto. Pueden
administrarse de unidad en unidad, o realizar un “pool” de las mismas.
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorporado (entre 170-200 micras). No está indicado el uso de filtro de
microagregados.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 2-3 mL/minuto
durante los primeros minutos, con el fin de supervisar la aparición de cualquier reacción transfusional, siendo frecuentes las reacciones alérgicas;
pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma, a 10 mL/minuto e infundirse rápidamente, nunca en un plazo superior a las 2 horas.
• Efectos terapéuticos
Van a depender de la cantidad de unidades administradas y de la utilidad que pretendemos alcanzar con su administración.
Si se utilizó con fuente de fibrinógeno, 10 unidades deben de aumentarlo en 60-70 mg/dL, en un paciente de 70 Kg.
Si se utilizó como aporte de Factor VIII, hay que evaluar el aumento
deseado del nivel del factor en función del peso del paciente, de la
severidad de la deficiencia y la magnitud del problema hemorrágico.
D.3. Albúmina humana
• Descripción y Preparación
La albúmina humana (ALBH) es una proteína plasmática con un peso
molelucar de 69.000 daltons, cuyo volumen total en el organismo es
entre 4-5 gr/Kg de peso. Un tercio circula en el espacio intravascular,
en tanto que dos terceras partes se encuentra en el compartimiento
extravascular. Realiza funciones coloidosmóticas que permiten el
mantenimiento del volumen sanguíneo y de la presión osmótica en la
circulación periférica, y funciones de transporte de hormonas, enzimas, diferentes medicaciones y toxinas. La síntesis diaria de ALBH en
un adulto normal es de 16 gr aproximadamente. En tanto que la cantidad total de albúmina en un una persona de 70 Kg se estima de 350 gr,
siendo su vida media de 15 a 20 días.
173
Se obtiene del plasma humano procedente de donantes sanos por compañías farmacéuticas empleando técnicas de fraccionamiento de Cohn
junto con la pasteurización e inactivación vírica.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Albúmina Humana Grifols®,
Albúmina Humana Behring®, Albúmina Humana Berna®. Las formas
de presentación son soluciones al 20% o al 5%, en envases de 10 mL,
50 mL y 100 mL.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C, con una caducidad de 5 años
tras su fabricación.
• Indicaciones
✓ Reposición en pacientes con perdida importante de albúmina.
➢ Shock hipovolémico por hemorragia masiva.
➢ Cirrosis hepática aguda.
➢ Grandes quemados.
✓ Material de sustitución en aféresis terapéuticas.
✓ Síndrome nefrótico infantil con grandes edemas.
✓ Síndrome pierde-albúmina con grandes edemas.
• Contraindicaciones y Usos inapropiados
✓ Pacientes con historia de reacciones alérgicas a los preparados de
ALBH.
✓ En pacientes con anemia severa.
✓ En pacientes que presentan condiciones de riesgo para desarrollar
una situación de hipervolemia (insuficiencia cardiaca congestiva,
hipertensión, edema pulmonar).
✓ En pacientes con anuria renal y post-renal.
✓ Pacientes con varices esofágicas.
✓ Como aporte energético en las deficiencias nutricionales.
174
✓ En pacientes con procesos hepáticos crónicos, cuyas anomalías en
la producción de albúmina, no se corrigen con su administración.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas (muy raras).
✓ La ALBH en soluciones al 20%, aumenta rápidamente la presión
oncótica intravascular, extrayendo de los tejidos grandes cantidades de agua que pasan al espacio vascular y pueden provocar cuadros de sobrecarga circulatoria y/o deshidratación intersticial.
✓ Las transfusiones masivas de ALBH (sobre los 150 gr/día) disminuyen la síntesis de alfa, beta y gamma globulinas, así como del
fibrinógeno y otros factores de la coagulación.
✓ Reacciones alérgicas: urticaria y prurito.
✓ Reacción febril, náuseas y vómitos, aumento de la salivación.
✓ Alteraciones en la regulación de la tensión arterial.
✓ Posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas de agentes desconocidos en la actualidad.
• Administración
Por vía intravenosa. No administrar ALBH si la coloración del producto es turbia o existen precipitados o partículas. Una vez abierto el
frasco, la administración debe realizarse inmediatamente o en 4 horas
como máximo. No precisa filtro para su administración. La velocidad
de infusión recomendada es de 2-4 mL/minuto para las soluciones el
5%, y de 1 mL/minuto para las soluciones al 20%.
• Efectos terapéuticos
Van a estar en función del objetivo del tratamiento; en caso de situaciones de hipovolemia éstos van a ser objetivados con la respuesta clínica;
en el caso de situaciones de hipoalbuminemia se requiere una monitorización tanto clínica como analítica para determinar sus efectos.
D.4. Concentrados de factor VII
• Descripción y Preparación
Los concentrados de Factor VII activado de origen recombinante
(eptacog alfa), aumentan la formación de factores IX activado, X acti175
vado y trombina, por acción directa sobre el factor X activado, que es
necesario para la conversión de protrombina en trombina, y posterior
activación del fibrinógeno para formar fibrina y desarrollar el trombo.
Se obtienen por ingeniería genética, y estructuralmente son similares
al Factor VII activado derivado del plasma humano.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Novoseven®, en presentaciones de
60, 120 y 240 KUI.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Tratamiento de los fenómenos hemorrágicos en pacientes afectos de
Hemofilia congénita o adquirida, que presentan inhibidores a los factores de la coagulación VII o IX en valores superiores a 10 Unidades
Bethesda (UB), o tienen valores inferiores a 10 UB pero se espera que
no tenga respuesta alta a la administración de Factores VIII y/o IX.
✓ Profilaxis en intervenciones quirúrgicas en pacientes afectos de
Hemofilia congénita o adquirida, que presentan inhibidores a los
factores de la coagulación VII o IX en valores superiores a 10 UB,
o tienen valores inferiores a 10 UB pero se espera que no tenga
respuesta alta a la administración de Factores VIII y/o IX.
• Contraindicaciones
✓ Pacientes con problemas alérgicos a las proteínas bovinas o de los
ratones hámsters.
✓ Pacientes con enfermedad arterioesclerótica avanzada, con síndrome de coagulación intravascular diseminada, y/o con síndrome
traumático por aplastamiento, por el riesgo de desarrollar un efecto trombogénico.
✓ No administrar conjuntamente con concentrados de factores del
complejo protrombínico, al potenciarse y aumentar el riesgo de
aparición de fenómenos trombóticos.
176
• Efectos secundarios y Riesgos
En general son excepcionales con una incidencia inferior al 1% de los
casos, y consisten fundamentalmente en:
✓ Reacciones cutáneas adversas (erupción, prurito).
✓ Náuseas, cefaleas y malestar general.
✓ Alteraciones de la tensión arterial.
✓ Cuadros de shock, fallo renal, alteraciones cerebrovasculares y
arritmias. Son extremadamente raros (<0.0056%).
✓ Posibilidad muy remota de desarrollar anticuerpos frente al Factor
VII (1 caso en 8.000 administraciones).
• Administración
El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corporal antes de
su administración que es exclusivamente intravenosa, mediante inyección directa en bolo, sin mezclar con otras soluciones, entre los 2 y 5
minutos tras su reconstitución.
• Efectos terapéuticos
La dosis estimada entre 35-120 mgr/Kg de peso, y el intervalo de la
administración debe ser ajustado en función de la severidad del cuadro
hemorrágico y el grado de hemostasis alcanzado con la administración
inicial, que es de 90 mgr/Kg de peso.
D.5. Concentrados de factor VIII purificados
• Descripción y Preparación
El Factor VIII es una proteína de la coagulación que interviene como
cofactor enzimático en el proceso de la coagulación sanguínea. En condiciones normales, el Factor VIII circula en el plasma unido de forma
no covalente, al Factor de von Willebrand (vWF). El Factor VIII activado por la trombina pierde su capacidad de unión con el vWF y se une
a fosfolípidos y al Factor IX activado, provocando la activación del
Factor X que es responsable de convertir la protrombina en trombina.
Los concentrados de Factor VIII purificados se obtienen a partir de
plasma humano de donantes sanos, mediante diversas técnicas de fraccionamiento (cromatografía por intercambio iónico, cromatografía por
177
afinidad por heparina, purificación por anticuerpos monoclonales,
etc.). Los distintos preparados comerciales difieren en términos de
pureza de proteína y en el método que se sigue para la inactivación
viral, catalogándose como de pureza intermedia y de alta pureza.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Fandhi®, Haemate-P®, BeriateP®, Hemofil-M®, Monoclate-P®, en presentaciones de 250 UI, 500
UI y 1.000 UI.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
Concentrados que sólo poseen Factor VIII (Fandhi®, Monoclate P®,
Beriate-P®, Hemofil-M®):
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de Hemofilia A.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de déficit adquirido del Factor VIII.
✓ Tratamiento y profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacientes
con Hemofilia A y con título bajo de anticuerpos contra el Factor VIII
(inferiores a 10 UB), si siguen respondiendo al tratamiento.
Concentrados que poseen Factor VIII y Factor von Willebrand
(Haemate-P®):
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de Hemofilia A y enfermedad de Von
Willebrand.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de déficit adquirido del Factor VIII.
✓ Tratamiento y profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacientes con Hemofilia A y enfermedad de von Willebrand con título
bajo de anticuerpos contra el Factor VIII (inferiores a 10 UB), si
siguen respondiendo al tratamiento.
178
• Contraindicaciones
✓ Pacientes con historia de reacciones alérgicas a los componentes
de la preparación.
✓ Pacientes con anticuerpos inhibidores del Factor VIII, superiores a
10 UB.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas en pacientes con grupos sanguíneos A, B
y AB.
✓ Reacciones alérgicas
✓ Reacción de hipersensibilidad
✓ Desarrollo de anticuerpos frente al Factor VIII.
✓ Posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas de agentes desconocidos en la actualidad.
• Administración
El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corporal antes de su
administración que es exclusivamente intravenosa. Una vez reconstituido
debe utilizarse en un plazo máximo de 3 horas. La velocidad de infusión
no debe sobrepasar los 10 mL/minuto para evitar reacciones vasomotoras,
utilizando el equipo de perfusión y el filtro que se proporciona con el vial.
• Efectos terapéuticos
La actividad de 1 UI de Factor VIII es equivalente a la actividad del
Factor VIII contenido en 1 mL de plasma citratado. Empíricamente se
estima que 1 UI de Factor VIII por Kg peso corporal, eleva la actividad
plasmática del Factor VIII entre un 1.5-2%. La dosis a administrar va a
depender de: la alteración de la función hemostásica, de la localización
e importancia de la hemorragia, y del cuadro clínico del paciente.
D.6. Concentrados de factor VIII recombinantes
• Descripción y Preparación
El Factor VIII activado actúa como cofactor del Factor IX activado,
acelerando la conversión del Factor X en Factor X activado, que a su
vez convierte la protrombina en trombina, lo cual hace que el fibrinógeno se transforme en fibrina y se forme el coágulo.
179
El Factor VIII de la coagulación recombinante (octocog alfa) posee
unas características estructurales y funcionales, similares al Factor
VIII humano. Es una glucoproteína secretada por células de hámster
sometidas a ingeniería genética.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Kogenate®, Helixate®,
Recombinante®, ReFacto®, en presentaciones de 250 UI, 500 UI y
1.000 UI.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de Hemofilia A, tanto en pacientes previamente tratados como en los no tratados.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de déficit adquirido del Factor VIII, tanto en
pacientes previamente tratados como en los no tratados.
✓ Tratamiento y profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacientes con Hemofilia A y con título bajo de anticuerpos inhibidores
contra el Factor VIII (inferiores a 10 UB), si siguen respondiendo
al tratamiento.
• Contraindicaciones
✓ Pacientes con historia de reacciones alérgicas a los componentes
de la preparación.
✓ Pacientes con hipersensibilidad conocida a las proteínas de ratón,
o de hámster.
✓ Pacientes con enfermedad de von Willebrand.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones cutáneas adversas (erupción, prurito).
✓ Náuseas, cefaleas y malestar general.
180
✓ Alteraciones de la tensión arterial.
✓ Desarrollo de anticuerpos frente al Factor VIII.
• Administración
El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corporal antes de
su administración que es exclusivamente intravenosa. Una vez reconstituido debe utilizarse en un plazo máximo de 4 horas. La velocidad de
infusión no debe sobrepasar los 1-2 mL/minuto para evitar reacciones
vasomotoras, utilizando el equipo de perfusión y el filtro que se proporciona con el vial.
• Efectos terapéuticos
La actividad de 1 UI de Factor VIII recombinante es equivalente a la
actividad del Factor VIII contenido en 1 mL de plasma citratado.
Empíricamente se estima que 1 UI de Factor VIII recombinante por Kg
peso corporal, eleva la actividad plasmática del Factor VIII en un 2%.
La dosis a administrar va a depender de: la alteración de la función
hemostásica, de la localización e importancia de la hemorragia, y del
cuadro clínico del paciente.
D.7. Concentrados de complejos coagulantes antiinhibidor
• Descripción y Preparación
El complejo coagulante inhibidor esta formado por un conjunto de factores de la coagulación obtenidos de plasma humano de donantes sanos
mediante técnicas de purificación. Presentan una actividad FEIBA
(actividad superadora de la acción del inhibidor del Factor VIII) estandarizada. Contiene Factor VII en su forma activada, trombina, Factor X
activado y Factor XI activado, en pequeñas cantidades; y Factores II,
VII y X en concentraciones de promedio de 1 unidad por unidad de actividad FEIBA, y Factor VIII:C en proporción de 0.1 unidad.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: FEIBA Immuno TIM 4®, en presentaciones de 250 UF, 500 UF y 1.000 UF.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
181
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de Hemofilia A, con inhibidores adquiridos del
Factor VIII.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de déficit adquirido del Factor VIII, con inhibidores adquiridos del Factor VIII.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de Hemofilia B, con inhibidores adquiridos del
Factor IX.
✓ Se ha descrito su uso en pacientes no hemofílicos con inhibidores
adquiridos a factores XI y XII, y en pacientes con enfermedad de
von Willebrand e inhibidores a dicho factor.
• Contraindicaciones
✓ Pacientes con historia de reacciones alérgicas a los componentes
de la preparación.
✓ Pacientes con un mecanismo normal de la coagulación.
✓ Pacientes con cuadros de coagulación intravascular diseminada.
✓ Pacientes con trombopenia severa.
✓ No administrar conjuntamente con antifibrinolíticos.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Se recomienda determinar la cifra de plaquetas previa a la administración.
✓ Reacciones cutáneas adversas (erupción, prurito).
✓ Náuseas, cefaleas y malestar general.
✓ Alteraciones de la tensión arterial.
✓ Posibilidad de riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ En algunos casos se puede observar un aumento del título del inhibidor.
182
✓ Pueden aparecer datos biológicos de coagulación intravascular
diseminada.
✓ Riesgo de trombosis (venosa, embolismo pulmonar, infarto de
miocardio), especialmente en pacientes con factores de riesgo
trombogénicos.
• Administración
El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corporal antes de
su administración que es exclusivamente intravenosa. Una vez reconstituido debe utilizarse rápidamente. La velocidad de infusión no debe
sobrepasar las 2 UF/Kg/minuto para evitar reacciones, utilizando el
equipo de perfusión y el filtro que se proporciona con el vial.
• Efectos terapéuticos
Una solución que contiene 1 U FEIBA/mL acorta el tiempo de tromboplastina parcial activada de un plasma con inhibidor del Factor VIII
en un 50% del valor obtenido, cuando se utilizan volúmenes iguales de
solución FEIBA y de plasma inhibidor. La dosis a administrar varía en
función del paciente y de los valores previos del tiempo de tromboplastina parcial activada.
D.8. Concentrados de factor IX purificados
• Descripción y Preparación
El Factor IX de la coagulación, sintetizado en el hígado dependiente de
la vitamina K, es una glicoproteína de cadena única con un peso molecular de 56.000 daltons, y que presenta en condiciones normales una
concentración plasmática de 3-5 µg/mL. El Factor IX puede activarse
por el factor XI activado (vía intrínseca) o por un complejo constituido
por Factor VII activado, factor tisular y iones de calcio (vía extrínseca).
Los concentrados de Factor IX purificados, obtenidos de plasma humano procedente de donantes sanos, mediante diversas técnicas de purificación e inactivación vírica, contienen pequeñas cantidades de otros factores de la coagulación con apenas actividad tras su administración.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Mononine®, Immune Stim Plus®,
Factor IX Grifols®; en presentaciones de 250 UI, 500 UI y 1.000 UI
183
(Mononine®), de 600 UI y 1.200 UI (Immune Stim Plus®) y de 250,
500, 1.000 y 1.500 UI (Factor IX Grifols ®).
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Tratamiento de las complicaciones hemorrágicas en pacientes con
déficit de Factor IX, Hemofilia B o enfermedad de Christmas.
✓ Profilaxis de las complicaciones hemorrágicas en pacientes con
déficit de Factor IX, Hemofilia B o enfermedad de Christmas.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de déficit adquirido del Factor IX.
• Contraindicaciones
✓ Pacientes con hipersensibilidad conocida a las proteínas de ratón u
otros constituyentes del preparado.
✓ Pacientes con alto riesgo de trombosis y/o coagulación intravascular diseminada.
✓ Pacientes con cuadros de hiperfibrinolisis.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones alérgicas cutáneas (habones, picores).
✓ Reacciones de hipersensibilidad (angioedema, urticaria generalizada, cefalea, hipotensión) en raros casos se han descrito casos de
shock anafiláctico.
✓ Cuadros febriles.
✓ Desarrollo de anticuerpos frente al Factor IX.
✓ Riesgo de trombosis (venosa, embolismo pulmonar, infarto de
miocardio) o cuadros de coagulación intravascular diseminada,
especialmente en pacientes con hepatopatías crónicas, en el postoperatorio y en personas con factores de riesgo trombogénicos.
✓ Posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas de agentes desconocidos en la actualidad.
184
• Administración
La preparación debe llevarse a temperatura ambiente o corporal previamente a su administración. Se realiza por vía endovenosa a una
velocidad de infusión de 2 mL/minuto (225 UI/minuto) que proporciona una buena tolerancia, no debiendo mezclarse con otras soluciones o administrarse gota a gota. Se recomienda no administrar más de
100 UI/Kg de peso corporal.
• Efectos terapéuticos
La actividad de 1 unidad de Factor IX es equivalente a la cantidad de
Factor IX contenida en 1 mL de plasma humano, por lo que se estima
que 1 UI de Factor IX por Kg de peso corporal, eleva la actividad plasmática de Factor IX en un 1% sobre el valor normal. La dosis y duración de la terapia sustitutiva dependen de la alteración de la función
hemostásica, de la localización e importancia de la hemorragia, y del
cuadro clínico del paciente.
D.9. Concentrados de factor IX recombinantes
• Descripción y Preparación
El Factor IX de la coagulación recombínate (Nonancog alfa) posee unas
características estructurales y funcionales similares al Factor IX endógeno sintetizado en el hígado. Nonacog alfa es una glicoproteína de
cadena única con un peso molecular de 55.000 daltons obtenida por
ingeniería genética. El Factor IX es activado en condiciones normales
por el complejo Factor VII/Factor tisular en la vía extrínseca, así como
por el Factor XI activado en la vía intrínseca de la coagulación. Los
Factores IX y VIII activados, activan a su vez el Factor X, dando como
resultado final la conversión de protrombina en trombina, la cual convierte el fibrinógeno en fibrina, facilitándose la formación del coágulo.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Benefix®, en presentaciones de
250 UI, 500 UI y 1.000 UI.
• Almacenamiento y caducidad.
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
185
una vez reconstituido. Debe administrarse dentro de las tres horas
siguientes a su reconstitución. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Tratamiento y prevención de los episodios hemorrágicos en
pacientes diagnosticados de Hemofilia B.
✓ Tratamiento y prevención de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de Hemofilia B con presencia de niveles de inhibidor del Factor IX inferiores a 5 UB, si el paciente continua respondiendo clínicamente con un aumento del Factor IX circulante.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de déficit adquirido del Factor IX.
• Contraindicaciones
✓ Hipersensibilidad a las proteínas del hámster.
✓ Pacientes con anticuerpos inhibidores al Factor IX con títulos
superiores a 5 UB.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Posibilidad de desarrollo de anticuerpos inhibidores del Factor IX.
✓ Reacciones alérgicas (angioedema, escalofríos, urticaria generalizada, opresión torácica, parestesias, vómitos).
✓ Reacción de hipersensibilidad.
✓ Riesgo de trombosis (venosa, embolismo pulmonar, infarto de
miocardio) o cuadros de coagulación intravascular diseminada,
especialmente en pacientes con hepatopatías crónicas, en el
postoperatorio y en personas con factores de riesgo trombogénicos.
• Administración
La preparación debe llevarse a temperatura ambiente o corporal previamente a su administración. Debe utilizarse inmediatamente o
como mucho dentro de las tres horas siguientes a su reconstitución.
Se realiza por vía endovenosa a una velocidad de infusión de 4
mL/minuto, no debiendo mezclarse con otras soluciones o administrarse gota a gota.
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• Efectos terapéuticos
La actividad de 1 unidad de Factor IX es equivalente a la cantidad de
Factor IX contenida en 1 mL de plasma humano, por lo que se estima
que 1 UI de Factor IX por Kg de peso corporal, eleva la actividad plasmática de Factor IX en un 1% sobre el valor normal. La dosificación y
la duración del tratamiento depende del grado de deficiencia del Factor
IX, de la localización y grado de la hemorragia, del estado clínico del
paciente, de su edad y de la recuperación funcional del Factor IX.
D.10. Concentrados de factor IX-X purificados
• Descripción y Preparación
El Factor IX de la coagulación, sintetizado en el hígado dependiente de la
vitamina K, es una glicoproteína de cadena única con un peso molecular
de 56.000 daltons, y que presenta en condiciones normales una concentración plasmática de 3-5 µg/mL. El Factor IX puede activarse por el factor XI activado (vía intrínseca) o por un complejo constituido por Factor
VII activado, factor tisular y iones de calcio (vía extrínseca).
El Factor X de la coagulación, sintetizado en el hígado dependiente de
la vitamina K, es una glicoproteína de cadena única con un peso molecular de 59.000 daltons, y que presenta en condiciones normales una
concentración plasmática de 0.8-1 mg/mL. El Factor X es el punto de
convergencia de la vía extrínseca e intrínseca de la coagulación, y su
forma activada es la enzima responsable de la activación de la protrombina.
Los concentrados de Factor IX-X purificados, obtenidos de plasma
humano, contienen pequeñas cantidades de otros factores de la coagulación con apenas actividad, así como heparina y Antitrombina-III.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Factores IX-X P Behring® en presentaciones de 600 UI y 1.200 UI.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
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• Indicaciones
✓ Tratamiento de las complicaciones hemorrágicas en pacientes con
déficit congénito de Factor IX: Hemofilia B o enfermedad de
Christmas, y en pacientes con déficit adquirido del Factor IX.
✓ Profilaxis de las complicaciones hemorrágicas en pacientes con
déficit congénito de Factor IX: Hemofilia B o enfermedad de
Christmas, y en pacientes con déficit adquirido del Factor IX.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de déficit adquirido del Factor X.
• Contraindicacioness
✓ Pacientes con hipersensibilidad conocida a las proteínas plasmáticas.
✓ Pacientes con infarto de miocardio o trombosis recientes.
✓ Pacientes con historia alérgica a la heparina que han presentado
cuadros de trombocitopenia.
✓ Pacientes con alto riesgo de trombosis y/o coagulación intravascular diseminada.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones alérgicas cutáneas (habones, picores).
✓ Reacciones de hipersensibilidad (angioedema, urticaria generalizada, cefalea, hipotensión) en raros casos se han descrito casos de
shock anafiláctico.
✓ Cuadros febriles.
✓ Desarrollo de una trombocitopenia de origen alérgico por hipersensibilidad a la heparina existente en el preparado.
✓ Desarrollo de anticuerpos frente al Factor IX y/o X.
✓ Riesgo de trombosis (venosa, embolismo pulmonar, infarto de
miocardio) o cuadros de coagulación intravascular diseminada,
especialmente en pacientes con hepatopatías crónicas, en el postoperatorio y en personas con factores de riesgo trombogénicos.
✓ Raramente se han descrito cuadros de hipervolemia tras la administración de dosis muy elevadas.
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✓ Posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas de agentes desconocidos en la actualidad.
• Administración
La preparación debe llevarse a temperatura ambiente o corporal
previamente a su administración. El preparado debe administrarse
inmediatamente después de su reconstitución. Se realiza por vía
endovenosa a una velocidad de infusión lenta de 4 mL/minuto utilizando el equipo de perfusión y el filtro que se proporciona con el
vial.
• Efectos terapéuticos
La actividad de 1 unidad de Factor IX es equivalente a la cantidad de
Factor IX contenida en 1 mL de plasma humano, por lo que se estima
que 1 UI de Factor IX por Kg de peso corporal, eleva la actividad plasmática de Factor IX en un 0.8% sobre el valor normal. La dosis y duración de la terapia sustitutiva dependen de la alteración de la función
hemostásica, de la localización e importancia de la hemorragia, y del
cuadro clínico del paciente.
D.11. Concentrados de factores del complejo protombínico
• Descripción y Preparación
El complejo del protrombínico es una combinación de los factores de
la coagulación dependientes de la vitamina K, que se encuentran en el
plasma normal. Contiene Factor IX, Factor II, Factor VII y Factor X.
Se obtienen del plasma humano mediante fraccionamiento y purificación utilizando diversas tecnologías.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Prothromplex Immuno TIM4®,
que contiene 600 UI de Factor IX y diversas cantidades de factores del
complejo protrombínico.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
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• Indicaciones
✓ Graves accidentes hemorrágicos en pacientes con deficiencias
congénitas de los factores que contiene el producto, en especial
déficit de Factor IX, Factor VII y Factor X.
✓ Profilaxis de fenómenos hemorrágicos en pacientes con deficiencias congénitas de los factores que contiene el producto, en especial déficit de Factor IX, Factor VII y Factor X, y que van a ser
sometidos a intervenciones quirúrgicas.
✓ Reversión inmediata del efecto de los anticoagulantes orales (dicumarínicos) cuando existe una hemorragia severa con riesgo vital
inminente o como profilaxis ante una intervención quirúrgica
inmediata, o en casos de pacientes con grave sobrecarga circulatoria en las situaciones anteriores.
✓ En pacientes con deficiencia de vitamina K, donde pueden encontrarse niveles bajos de Factores II, VII, IX y X, ante cuadros hemorrágicos o como profilaxis en intervenciones quirúrgicas.
• Contraindicaciones
✓ En pacientes con signos de fibrinolisis o coagulación intravascular
diseminada.
✓ En pacientes con alto riesgo de trombosis, angor pectoris e infarto
agudo de miocardio.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas en pacientes con grupos sanguíneos A, B
y AB.
✓ Reacciones alérgicas (fiebre, exantema urticariforme, náuseas y
vómitos).
✓ Reacción de hipersensibilidad.
✓ Desarrollo de inhibidores anti-Factor IX, X y VII circulantes.
✓ Riesgo de trombosis (venosa, embolismo pulmonar, infarto de
miocardio) o cuadros de coagulación intravascular diseminada,
especialmente en pacientes con hepatopatías crónicas, en el
postoperatorio y en personas con factores de riesgo trombogénicos.
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✓ Posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas de agentes desconocidos en la actualidad.
• Administración
La preparación debe llevarse a temperatura ambiente o corporal previamente a su administración. Debe realizarse con el equipo de perfusión, el filtro y la aguja, que se adjunta con el vial. Se administra por
vía intravenosa, lentamente a una velocidad máxima de infusión de 3
mL/minuto, y en plazo máximo de tres horas tras la reconstitución.
• Efectos terapéuticos
La administración de 1 unidad equivale a la actividad encontrada en 1
mL de plasma fresco normal, por lo que se estima que 1 UI de Factor
IX por Kg de peso corporal, eleva la actividad plasmática de Factor IX
en un 1% sobre el valor normal. La vida media del Factor IX administrado es de 16 horas, por lo que hay que administrar las dosis cada 812 horas. Si su uso está encaminado al reemplazo de otros factores u
otras situaciones clínicas, se deberán realizar controles clínico-analíticos para determinar su efectividad.
D.12. Concentrados de factor XIII
• Descripción y Preparación
El Factor XIII es el responsable de la estabilización del coágulo formado, ya que es el factor que estabiliza la fibrina, se trata de una transglutaminasa que forma puentes entre los monómeros de fibrina, tras
ser activada por la trombina. Los concentrados de Factor XIII se obtienen por fraccionamiento industrial del plasma humano.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Actualmente en
España se trata de medicación extranjera. Se dispone de los siguientes
preparados comerciales: Fibrogammin® P, que se presentan en viales
con 250 UI o 1.250 UI.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido, y debe utilizarse dentro de las ocho horas
siguientes. La caducidad viene indicada en el vial.
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• Indicaciones
✓ Tratamiento de las complicaciones hemorrágicas en pacientes con
déficit congénito o adquirido, de Factor XIII.
✓ Profilaxis de las complicaciones hemorrágicas en caso de déficit
congénito o adquirido de Factor XIII cuando concurren factores
desencadenantes (cirugía, fracturas).
• Contraindicaciones
✓ Historia de reacciones alérgicas a los componentes de la preparación.
✓ Administración a pacientes que han presentado recientemente episodios de trombosis.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones alérgicas y anafilácticas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas por agentes desconocidos en la actualidad.
✓ Posibilidad de desarrollar inhibidores al Factor XIII.
• Administración
Se administra lentamente por vía endovenosa con una velocidad
que no debe superar los 0.8 mL/Kg/minuto. En los casos de profilaxis hemorrágica se administran 10 UI/Kg con un intervalo de 4
semanas; ante una intervención quirúrgica la dosis a administrar es
de 35 UI/Kg antes de la intervención y 10 UI/Kg cada 5 días hasta
la resolución del proceso. En los casos de hemorragias graves se
administrar 10-20 UI/Kg diariamente hasta el cese del cuadro
hemorrágico.
• Efectos terapéuticos
La administración de 1 unidad equivale a la actividad encontrada en 1
mL de plasma fresco normal, por lo que se estima que 1 UI de Factor
XIII por Kg de peso corporal, eleva la actividad plasmática de Factor
XIII en un 1% sobre el valor normal. La vida media del Factor XIII es
de 10 a 20 días. Es aconsejable monitorizar clínica y analíticamente los
efectos terapéuticos para ajustar la cantidad y frecuencia de las dosis
a administrar.
192
D.13. Concentrados de fibrinógeno
• Descripción y Preparación
El Fibrinógeno es una glucoproteína presente en el plasma con un peso
molecular de 340.000 daltons, sintetizada por las células hepáticas y
que participa en la hemostasia estabilizando la agregación plaquetaria
y a través de la formación del coágulo de fibrina. Es una proteína soluble que se transforma en fibrina (insoluble) por acción de la trombina.
Los concentrados de fibrinógeno se obtienen por fraccionamiento
industrial del plasma humano.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Actualmente en
España se trata de medicación extranjera. Se dispone de los siguientes
preparados comerciales: Haemocomplettan P®, Fibrinogen Immuno®,
Clottagen®, que se presentan en viales que contienen 1 gr. y 1.5 gr.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Tratamiento y profilaxis de las complicaciones hemorrágicas en
pacientes con déficit congénito de Fibrinógeno y disfibrinogenemia (sólo en aquellos casos con hemorragia documentada).
✓ Tratamiento de las complicaciones hemorrágicas secundarias a la
disminución del fibrinógeno en distintas situaciones médicas (coagulación intravascular diseminada).
• Contraindicaciones
✓ Historia de reacciones alérgicas a los componentes de la preparación.
✓ Debe usarse con precaución en pacientes con riesgo de trombosis
(enfermedad hepática, enfermedad coronaria, embarazo y tratamiento con estrógenos).
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
193
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas por agentes desconocidos en la actualidad.
✓ Riesgo potencial de desencadenar fenómenos tromboembólicos.
✓ Posibilidad de desarrollar inhibidores.
• Administración
Se administra por vía intravenosa, muy lentamente a un ritmo de infusión no superior a los 5 mL/minuto sin mezclarlo con otros productos,
e inmediatamente tras su reconstitución.
• Efectos terapéuticos
Es imprescindible monitorizar clínica y analíticamente los efectos terapéuticos del fibrinógeno administrado para ajustar la cantidad y frecuencia de las dosis a infundir. Para su administración inicial hay que
conocer el Volumen Plasmático del paciente y los niveles de fibrinógeno iniciales, de tal manera que la dosis de fibrinógeno a administrar
en mg, viene determinada por la siguiente fórmula:
Volumen plasmático x (Fibrinógeno deseado mg/mL – Fibrinógeno
actual mg/mL).
D.14. Concentrados de antitrombina III
• Descripción y Preparación
La antitrombina III (AT-III) es una glicoproteína (a-2 globulina) de peso
molecular de 65.000 daltons que es el principal inhibidor de la coagulación sanguínea. La acción inhibidora se basa en la formación de un enlace covalente entre la AT-III y el centro activo de las serinproteasas. Estos
complejos enzimáticos inhibidores son eliminados por el sistema retículoendotelial. Los factores más intensamente inhibidos son la trombina y el
Factor Xa, sí como las formas activadas de los Factores IX, XI y XII de la
coagulación. La heparina actúa como catalizador, acelerando la reacción.
La concentración normal de la AT-III es de un 80-120% en adultos, en
tanto que en los recién nacidos esta actividad es aproximadamente la
mitad.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
194
siguientes preparados comerciales: Anbin®, Anbinex® y Kybernin®,
que se presentan en viales con 500 UI o 1.000 UI.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Tratamiento de las complicaciones tromboembólicas en pacientes
con déficit congénito de AT-III.
✓ Profilaxis de las complicaciones tromboembólicas en caso de déficit congénito de AT-III cuando concurren factores desencadenantes (cirugía, fracturas, embarazo a término, encamamiento prolongado).
✓ Tratamiento de déficit adquiridos de AT-III: insuficiencia hepática aguda con coagulación intravascular diseminada, hemodiálisis,
cirugía cardiaca con circulación extracorpórea de larga duración.
✓ En pacientes con síndrome nefrótico y perdida de AT-III, en casos
de cirugía mayor grandes hemorragias y fenómenos trombóticos
agudo, siempre que los niveles de AT-III sean inferiores al 70%.
✓ Tratamiento de la coagulación intravascular diseminada (CID) en
las siguientes situaciones:
➢ Parámetros biológicos de CID y AT-III <75%.
➢ CID severas con AT-III <50%, se debe administrar cada
8 horas previa determinación de niveles plasmáticos para
mantener una actividad entre el 70-100%.
➢ La administración concomitante de heparina sólo se realizará cuando los niveles de AT-III sean >80% y no este producida o acompañada de síndrome traumático severo.
• Contraindicaciones
✓ Historia de reacciones alérgicas a los componentes de la preparación.
✓ Asociado a la administración simultánea de heparina, pueden presentarse complicaciones hemorrrágicas.
195
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Acción vasodilatadora moderada.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas por agentes desconocidos en la actualidad.
• Administración
Se administra lentamente por vía endovenosa con una velocidad que
no debe superar los 0.8 mL/Kg/minuto. Una vez reconstituida, debe ser
administrada inmediatamente en un plazo inferior a los 15 minutos.
La dosis a administrar depende del nivel plasmático de AT-III. Para
obtener niveles plasmáticos del 100% de AT-III puede usarse la
siguiente fórmula: 100 - concentración plasmática de AT-III (%) =
UI/kg peso a administrar.
✓ Para el tratamiento de las complicaciones tromboembólicas en
pacientes con déficit congénito de AT-III la dosis recomendada es
de: 50-60 UI/Kg, con una dosis de mantenimiento de 6-8 UI/Kg
cada 6 horas, en tanto persistan las manifestaciones clínicas trombóticas y en todo caso no menos de 7 días, así como debe asociarse a un tratamiento antitrombótico adecuado.
✓ Para la profilaxis se administran las unidades necesarias para mantener unos niveles de actividad de AT-III >75%.
• Efectos terapéuticos
La administración de 1 UI/Kg de peso corporal provoca un aumento de
la actividad de AT-III en un 1%. Es aconsejable monitorizar clínica y
analíticamente los efectos terapéuticos para ajustar la cantidad y frecuencia de las dosis a administrar.
D.15. Concentrados de proteína C
• Descripción y Preparación
La Proteína C es una glicoproteína anticoagulante vitamina K dependiente que se sintetiza en el hígado; a través del complejo
trombina/trombomodulina se convierte en Proteína C activada, que es
una proteasa sérica con un potente efecto anticoagulante, inactivando
las formas activadas de los factores V y VIII lo que provoca un descenso en la formación de trombina. Los concentrados de Proteína C se
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obtienen por fraccionamiento industrial del plasma humano, purificado con anticuerpos monoclonales de ratón.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Actualmente en
España se trata de medicación extranjera. Se dispone de los siguientes
preparados comerciales: Ceprotin® , que se presentan en viales con
500 UI o 1.000 UI.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido, y debe utilizarse dentro de las ocho horas
siguientes. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Púrpura fulminante y necrosis cutánea inducida por los dicumarínicos en pacientes con déficit congénito grave de la Proteína C.
✓ Profilaxis en caso de déficit congénito grave de Proteína C ante las
siguientes situaciones: cirugía o terapia invasiva inminente, al inicio del tratamiento con dicumarínicos, cuando la terapia dicumarínica no es suficiente o posible.
• Contraindicaciones
✓ Historia de reacciones alérgicas a los componentes de la preparación, salvo que en encontremos ante complicaciones trombóticas
de riesgo vital.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones alérgicas y anafilácticas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas por agentes desconocidos en la actualidad.
✓ Posibilidad de desarrollar inhibidores frente a la Proteína C.
• Administración
Se administra lentamente por vía endovenosa con una velocidad que
no debe superar los 2 mL/minuto, salvo en niños con peso inferior a 10
kg, en los que la velocidad no debe superar los 0.2 mL/minuto. Su
197
administración provoca un aumento inmediato pero temporal de los
niveles de Proteína C, siendo su vida media de 5-16 horas, si bien
influyen factores tales como la presencia de trombosis que reduce la
vida media y el aumento en los niveles plasmáticos.
La dosis inicial debe conseguir una actividad de proteína C del 100%,
actividad que debe mantenerse por encima del 25% a lo largo del tratamiento. Se aconseja una dosis inicial de 60-80 UI/Kg.
• Efectos terapéuticos
La administración de 1 UI equivale a la actividad encontrada en 1 mL
de plasma fresco normal, por lo que se estima que 1 UI de Proteína C
por Kg de peso corporal, eleva la actividad plasmática Proteína C en
un 1% sobre el valor normal. La vida media de la Proteína C es de 5 a
16 horas. Es aconsejable monitorizar clínica y analíticamente los efectos terapéuticos a las 6 horas de su administración, para ajustar la cantidad y frecuencia de las dosis a administrar.
D.16. Concentrados de proteína C recombinante
• Descripción y Preparación
El concentrado de proteína C recombinante activada (drotrecogin alfa
activado) es una forma recombinante de la proteína activada C humana, obtenida por métodos de ingeniería genética utilizando una línea
celular de origen mamario a la que se acopla ADN complementario de
la proteína C humana.
El drotrecogin alfa activado es un proteasa de la serina con misma del
secuencia de aminoácidos que la forma activada de la proteína C derivada del plasma humano. Es una glicoproteína del peso molecular de
aproximadamente 55 Kd, constituida por una cadena pesada y una
ligera unidas por un enlace de disulfuro, que tiene los mismos sitios del
glicosilación, aunque existen algunas diferencias en las estructuras glicosiladas.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone del
siguiente preparado comercial (de momento no disponible en
España, pero aprobado por la CEE): Xigris®, en presentaciones de
5 mg y 20 mg.
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• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. Debe guardarse protegido de la luz. Es aconsejable administrarlo dentro de las tres horas siguientes a su reconstitución. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Tratamiento y prevención de los episodios hemorrágicos en
pacientes diagnosticados de sepsis y fallo multiorgánico, y que
reciben tratamiento intensivo de soporte vital junto con la adecuada antibioterapia, y tienen una expectativa de vida razonable (sin
enfermedades de base irrecuperables).
✓ Todos los pacientes candidatos a recibir proteína C recombinante
activada, deben presentar todos los siguientes criterios:
➢ Expectativa de vida razonable tras el episodio séptico.
➢ Más de tres criterios del síndrome de respuesta inflamatoria
sistémica (Tª >38º C o <36º C; taquicardia superior a 90
pmm; Taquipnea superior a 20 respiraciones/minuto; leucocitos <4.000 µL o >12.000 µL, o presencia de más de un
10% de cayados).
➢ Evidencia de fallo orgánico originado por la sepsis en dos o
más sistemas durante 24 horas (cardiovascular, renal, respiratorio, hematológico o metabólico).
➢ Evidencia inequívoca de infección.
• Contraindicaciones
✓ En pacientes con sepsis moderada sin evidencia de fallo orgánico;
en pacientes moribundos o con muerte inminente; pacientes con
alteraciones de la coagulación no tratables; y en los pacientes en
los que tanto familiares como médicos acuerdan no adoptar medidas terapéuticas agresivas.
✓ Hemorragia interna activa.
✓ Accidente vascular hemorrágico reciente (<3 meses).
✓ Cirugía craneal o de columna reciente (<2 meses).
199
✓ Traumatismo craneo-encefálico reciente (<2 meses).
✓ Traumatismo severo con riesgo evidente de hemorragia grave.
✓ Catéter epidural reciente.
✓ Neoplasia intracraneal o lesión ocupante de espacio, o evidencia
de posibilidad de hernia cerebral.
✓ Debe usarse con precaución en pacientes con: trombopenia
(<30.000 µL), INR elevado (>3), hemorragia gastrointestinal reciente
(<6 semanas), reciente uso de anticoagulantes (terapia concurrente
con heparina (>15 U/Kg/hora), empleo de trombolíticos en los últimos tres días, tratamiento con inhibidores de la glicoproteina IIb/IIIa
en los últimos 7 días, anticoagulantes orales en los últimos 7 días,
inhibidores plaquetarios en los últimos 7 días), accidente vascular
cerebral reciente (<3 meses), malformación arteriovenosa cerebral,
diatésis hemorrágica conocida, y enfermedad hepática crónica severa.
• Efectos secundarios y Riesgo.
✓ Posibilidad de desarrollo de cuadros hemorrágicos, sobre todo
relacionados con procedimientos diagnósticos o terapéuticos.
✓ La presencia de hemorragia severa, obliga a interrumpir el tratamiento hasta que se resuelva la misma.
✓ Si un paciente en tratamiento con proteína C recombinante activada, precisa de cirugía urgente o procedimiento invasivo, la infusión debe detenerse al menos dos horas antes de la misma y reinstaurarse tras doce horas de cirugía mayor o inmediatamente en
procedimientos invasivos menores no complicados.
• Administración
La preparación debe llevarse a temperatura ambiente o corporal previamente a su administración. Debe utilizarse inmediatamente o como
mucho dentro de las tres horas siguientes a su reconstitución. Se debe
administrar por vía intravenosa a un ritmo de infusión de 24 µg/kg/hr
para una duración total de la infusión de 96 horas.
• Efectos terapéuticos
Los efectos terapéuticos deben monitorizarse dentro del cuadro general del estado de sepsis del paciente.
200
D.17. Concentrados de inmunoglobulinas IV
• Descripción y Preparación
Los concentrados intravenosos de inmunoglobulinas (IVIG) son soluciones de Inmunoglobulina G (IgG) de alta pureza y amplio espectro
de anticuerpos frente a agentes infecciosos, con niveles muy bajos de
IgM e IgA. Se obtiene del plasma humano a partir de un pool de no
menos de 2.500 donantes mediante fraccionamiento industrial, proporcionando una solución que contiene más del 90% de las subclases de
IgG.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Flebogama®, Gammagard®,
Endobulin®. Las formas de presentación son soluciones al 5% y al
10% de IVIG que contienen 500, 2.500, 5.000 y 10.000 mgr.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La solución debe ser administrada dentro de las
24 horas tras su apertura. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
Las indicaciones para la administración de IVIG pueden dividirse en
dos grandes grupos:
Como sustitución de anticuerpos (efecto anti-infeccioso):
✓ Tratamiento sustitutivo en pacientes afectos de diversos síndromes
de inmunodeficiencia primaria, en especial: agammaglobulinemia
congénita, hipogammaglobulinemia congénita, inmunodeficiencia
común variable, síndrome de Wiskott-Aldrich, inmunodeficiencia
combinada severa.
✓ Tratamiento sustitutivo en niños con SIDA congénito e infecciones
bacterianas de repetición.
✓ En pacientes sometidos a Transplante de médula ósea para prevenir infecciones bacterianas y la enfermedad del injerto contra el
huésped.
201
✓ Profilaxis de las infecciones bacterianas en pacientes con
Leucemia Linfática crónica (LLC), Mieloma múltiple, e
Hipogammaglobulinemia.
Como modulador del sistema inmune:
✓ Púrpura trombocitopénica idiopática.
✓ Púrpura post-transfusional.
✓ Embarazo complicado por trombopenia aloinmune neonatal.
✓ Enfermedad de Kawasaki.
✓ Polineuropatía crónica desmielinizante.
✓ Miopatías inflamatorias (Dermatomiosistis y Polimiositis).
✓ Miastenia gravis.
✓ Esclerosis múltiple.
✓ Síndrome de Guillain-Barré.
✓ Pénfigo bulloso.
✓ Anemia hemolítica autoinmune IgG con anemia sintomática.
✓ Aplasia de célula roja por infección de Parbovirus B19 y anemia
severa.
• Contraindicaciones
✓ Historia de alergia a las inmunoglobulinas homólogas.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones de intolerancia, sobre todo en pacientes con déficit de
IgA, por la formación de anticuerpos anti-IgA, que provocan:
cefaleas, dolor torácico y en espalda, náuseas, calambres en piernas, fiebre, rubefacción, taquicardia e hipotensión.
✓ Cuadros hipotensivos y reacciones seudoanafilácticas en relación
directa con la velocidad de infusión.
✓ Posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas de agentes desconocidos en la actualidad.
• Administración
202
Los pacientes que reciben por primera vez IVIG presentan una mayor
frecuencia de reacciones adversas leves, que los que mantienen una
terapia regular, y generalmente relacionadas con la velocidad de infusión. De ahí que se deba vigilar estrechamente al paciente durante los
primeros 30 minutos de infusión.
Los concentrados de IVIG deben administrarse por vía endovenosa a
una velocidad de infusión de 0.01-0.02 mL/Kg/minuto durante los primeros treinta minutos; si el paciente no experimenta ningún efecto
secundario o sensación de malestar, puede aumentarse el ritmo de infusión a 0.04 mL/Kg/minuto; en caso de que aparezca sintomatología
adversa, deberá reducirse el ritmo de infusión a niveles tolerables por
el paciente.
• Efectos terapéuticos
Una vez administrada, las IVIG están completamente biodisponibles
en la circulación del paciente, se distribuyen con relativa rapidez entre
el plasma y el líquido extravascular, alcanzándose a los 3-5 días un
equilibrio entre los espacios intra y extravascular. La vida media se
sitúa entre 35-65 días, pudiendo variar en cada paciente, en especial en
los que presentan inmunodeficiencias primarias.
Las dosis a administrar van a depender en función de realizar un tratamiento sustitutivo o un tratamiento inmunomodulador. En el primer
caso se debe monitorizar el nivel sérico de la IgG pre y post tratamiento. Si se realiza un tratamiento inmunomodulador se deben evaluar los niveles de respuesta en la enfermedad de base sobre la que se
realiza el tratamiento.
D.18. Inmunoglobina anti-D (Rh)
• Descripción y Preparación
Una unidad de Inmunoglobulina Anti-D (RhIG) es una solución estéril de la fracción globulina gamma purificada obtenida de plasma de
donantes sanos con elevado contenido en anticuerpos Rho.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Gamma anti-D Grifols®,
Rhesogamma®, Inmunoglob humana anti-D® Resuman Berna® y
203
Globulina Llorens anti-Rh®. Las formas de presentación son viales de
250 mgr, 300 mgr y 500 mgr conteniendo 1.250 UI, 1.500 UI y 2.500
UI respectivamente.
Existe un preparado intravenoso, WinRho SDF™, que es una gammaglobulina estéril extraída del plasma humano y liofilizada, que contiene anticuerpos Rho (D). Se presenta en viales que contienen polvo liofilizado para reconstituir a solución inyectable, equivalente a 1500 UI
(300 µg) y a 600 UI (120 µg) de Inmunoglobulina Rho (D). De
momento no está disponible en España.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La solución debe ser administrada inmediatamente. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Profilaxis de la inmunización contra el antígeno D (Rho) en mujeres Rh negativas y mujeres Du positivas.
✓ Profilaxis de la inmunización al factor D (Rho) en personas Rh
negativas tras recibir transfusiones incompatibles que contengan
concentrados de hematíes Rh positivos.
✓ Tratamiento de la Púrpura trombopénica idiopática en pacientes
Rh positivos a los que no se les ha realizado una esplenectomía.
• Contraindicaciones
✓ Historia de alergia a las inmunoglobulinas homólogas.
✓ Pacientes con déficit de IgA que tengan anticuerpos anti-IgA.
✓ No administrar por vía intravascular (riesgo de shock).
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Dolor y sensibilidad local en el lugar de inyección.
✓ Cuadros alérgicos: fiebre, reacciones cutáneas y escalofríos.
✓ Cuadros anafilácticos: náuseas, vómitos, urticaria generalizada,
cefalea, hipotensión, en raros casos se han descrito casos de shock
anafiláctico por administración intravascular.
204
✓ Posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas de agentes desconocidos en la actualidad.
• Administración
La RhIG debe administrase por vía intramuscular y muy lentamente. En
caso de pacientes con trombopenia o trastornos de la coagulación en los
que está contraindicada la administración intramuscular, puede utilizarse la vía subcutánea con posterior presión. En caso de ser necesaria la
administración de dosis elevadas (más de 5 mL), se aconseja la administración en dosis fraccionadas y en distintas regiones anatómicas.
• Efectos terapéuticos
La administración de RhIG suprime la formación activa de anticuerpos
Rh en pacientes Rh negativos expuestos al antígeno Rh. Se estima que
una dosis estándar de 300 mgr contrarresta la acción inmunógena de
15 mL de hematíes Rh positivos.
E. Componentes somtidos a procedimientos especiales
E.1. Hemoderivados irradiados
La enfermedad del injerto contra el huésped asociada a la transfusión
(EICH-AT) es una complicación rara pero fatal de la administración de
componentes sanguíneos, y su prevención es esencial sobre todo en
pacientes con factores de riesgo para desarrollarla. La irradiación de los
hemoderivados y componentes sanguíneos es la única medida eficaz para
destruir los linfocitos T del donante presentes en los mismos y evitar el
desarrollo del cuadro inmunológico, ya que la leucoreducción por el uso
de filtros, no se ha mostrado como una alternativa eficaz frente a la irradiación para disminuir el riesgo de EICH-AT.
• Descripción y Preparación
La dosis recomendada de irradiación gamma se sitúa entre los 25-30
Gy y es aplicable a todos los componentes sanguíneos celulares, por lo
que el PFC y CRI no precisan de la irradiación, si bien ciertos autores
la recomiendan.
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones Y Bancos de Sangre Hospitalarios
que disponen de servicio de irradiación de componentes sanguíneos.
205
• Almacenamiento y caducidad
En refrigeradores de los Bancos de Sangre, que tienen adaptados sistemas de vigilancia gráficos y sonoros, para advertir las fluctuaciones de
la temperatura, que debe estar comprendida entre 1 y 6º C.
Si la fecha de caducidad del componente sanguíneo es superior a los
28 días en el momento de la irradiación, esta caducidad pasa a ser de
28 días tras la irradiación. Si la caducidad del componente era inferior
a los 28 días, después de la irradiación, permanece inalterable.
• Indicaciones
Se deben irradiar los componentes y hemoderivados sanguíneos ante
las siguientes situaciones:
Indicaciones generalmente aceptadas.
✓ Receptores de transplantes de médula ósea.
✓ Pacientes con síndrome de inmunodeficiencia celular congénita.
✓ Receptores de transfusión intrauterina.
✓ Recién nacidos prematuros (peso < 1200 gr).
✓ Exsanguinotransfusión neonatal.
✓ Receptores de transfusión de granulocitos.
✓ Pacientes con enfermedad de Hodgkin.
✓ Pacientes con ciertos tumores sólidos (glioblastoma, neruoblastoma, rabdomiosarcoma y sarcoma inmunoblástico) o que
reciben tratamiento con fludarabina, cladrivina y 2-deoxicoformicina.
✓ Pacientes que reciben componentes HLA-emparentados.
✓ Pacientes que reciben componentes de parientes biológicos
directos.
Indicaciones generalmente apropiadas, bajo revisión.
✓ Pacientes con hemopatías malignas (leucemias).
✓ Pacientes con linfomas no Hodgkin.
✓ Receptores de transfusiones de plaquetas HLA-compatibles.
206
• Contraindicaciones
✓ Receptores de transplantes de órganos.
✓ Pacientes con SIDA.
✓ Receptores de quimioterapia no ablativa.
✓ Pacientes con anemia aplásica (excepto si se realiza TMO).
✓ Pacientes con inmunodeficiencias humorales.
✓ Pacientes en tratamiento con fármacos inmunosupresores.
• Efectos secundarios y Riesgos
La irradiación de los componentes eritrocitarios puede causar una
ruptura de la membrana celular de los hematíes, por lo que los CH
irradiados pueden presentar un aumento de los niveles de potasio en
el plasma sobrenadante que acompaña a los hematíes. De ahí que se
recomiende reducir la cantidad de plasma sobrenadante en los CH
irradiados con el fin de disminuir el riesgo de hiperpotasemia en los
receptores.
Los demás riesgos y efectos secundarios, son los mismos que los señalados para el componente sanguíneo no irradiado.
• Administración
Los protocolos de administración para los componentes sanguíneos
irradiados son los mismos que para los componentes no irradiados, y
descritos anteriormente para cada uno de los mismos.
• Efectos terapéuticos
La irradiación destruye de la capacidad funcional de los linfocitos
transfundidos por lo que previene la EICH-AT en los pacientes susceptibles al desarrollo de la misma, no alterando la funcionabilidad y
viabilidad de los hematíes, granulocitos y plaquetas. Los pacientes con
un sistema inmunológico funcional, destruirán los linfocitos administrados, por lo que la irradiación de los componentes sanguíneos es
innecesaria.
Los efectos terapéuticos de los componentes sanguíneos irradiados,
son los mismos que los componentes sanguíneos no irradiados y descritos con anterioridad.
207
E.2. Hemoderivados citomegalovirus negativos
El Citomegalovirus (CMV) es un virus de la familia herpes virus, que
reside en los leucocitos de las personas que han sido previamente infectadas, por lo que puede transmitirse a través de la transfusión de sangre.
Se estima que en la actualidad entre un 40-70 % de los donantes de sangre son CMV seropositivos. La transmisión de CMV a los pacientes susceptibles se puede prevenir eficazmente por el uso de componentes celulares sanguíneos sometidos a leucoreducción o por la obtención de tales
componentes de donantes seronegativos para el CMV. El PFC y CRI son
hemoderivados libres de células y no se han implicado en la transmisión
de CMV.
• Descripción y Preparación
Se emplean los mismos métodos y técnicas que para los componentes
sanguíneos originales, salvo que en este caso se realiza una prueba serológica para seleccionar a los donantes seronegativos frente al CMV.
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones Y Bancos de Sangre Hospitalarios.
• Almacenamiento y caducidad
Es la misma que para los componentes sanguíneos originales.
• Indicaciones
Los componentes sanguíneos CMV seronegativos están indicados en
los receptores con grave riesgo de infección severa por CMV. Las indicaciones son pacientes CMV negativos en las siguientes circunstancias:
✓ Recién nacidos prematuros y de menos de 4 semanas de edad.
✓ Pacientes que necesitan una transfusión intrauterina.
✓ Destinatarios de transplante de médula ósea o de órganos (si la
médula o el órgano del donante también es seronegativo para el
CMV).
✓ Candidatos a transplante de órganos.
✓ Pacientes con inmunodeficiencias congénitas.
✓ Pacientes infectados por VIH o con SIDA desarrollado.
208
✓ Mujeres embarazadas.
✓ Pacientes sometidos a esplenectomía.
• Contraindicaciones
Pacientes seropositivos para el CMV y en general las mismas que para
los componentes originales.
• Efectos secundarios y Riesgos
Las mismos que para los componentes originales.
• Administración
Los protocolos de administración para los componentes sanguíneos
CMV negativos son los mismos que para los componentes originales,
y descritos anteriormente.
• Efectos terapéuticos
Los efectos terapéuticos de los componentes sanguíneos CMV negativos, son los mismos que los componentes sanguíneos originales y descritos con anterioridad.
209
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212
4. CONSENTIMIENTO INFORMADO.
ETICA Y TRANSFUSIÓN
Rafael Peset Perez*, Elías Aguilar Ligorit#.
*Director general del EVES. #Servicio de Hematología. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Generalitat Valenciana. Consellería de Sanitat.
A. Consentimiento informado
* Texto editado por la asociación española de Hematologia y
Hemoterapia. 2ª Edición. Octubre 2001.
El consentimiento informado consiste en la explicación, a un paciente
atento y mentalmente competente, de la naturaleza de su enfermedad,
así como del balance entre los efectos de la misma y los riesgos y beneficios de los procedimientos diagnósticos y terapéuticos recomendados,
para a continuación solicitarle su aprobación para ser sometido a esos
procedimientos. La presentación de la información al paciente debe ser
comprensible y no sesgada; la colaboración del paciente debe ser conseguida sin coerción; el médico no debe sacar partido de su dominio psicológico sobre el paciente. La información que se da al paciente y/o
familiares ha de ser sencilla, concreta y comprensible, sin exceso de
datos, cifras, o conceptos, que den lugar a que no entienda lo fundamental. Ha de darse de manera progresiva y desde el momento inicial en
el que se establece la relación médico-enfermo. Ha de ser siempre personalizada, atendiendo a criterios como la edad, educación, nivel sociocultural y otros aspectos que puedan condicionar la manera de dar la
213
información. Debe proporcionarse siempre con actitudes dialogantes,
participativas y no coercitivas.
Hay algunas excepciones en las que el médico no está obligado a pedir el
consentimiento y éstas son:
• Situaciones en que la no intervención suponga un grave peligro para
la salud pública.
• Situaciones de urgencia con riesgo de muerte o de lesiones irreversibles.
• Cuando se considera que el paciente es incompetente para entender
la información y/o para tomar una decisión.
• En circunstancias en las que haya un imperativo legal.
• Por rechazo explícito a recibir información por parte del paciente.
• Por privilegio terapéutico.
La Ley General de Sanidad recoge solamente los cuatro primeros supuestos. Cuando el paciente se niega a recibir la información se debe preguntar si desea que se le de a otra persona, por ejemplo a los familiares. El
privilegio terapéutico se refiere a aquellos casos en los que el médico
considera que la información puede producir en el enfermo una amenaza
para su integridad psicológica, aunque estos casos deben ser solamente
excepcionales y rigurosamente justificados al igual que todos los anteriores.
A.1. Características y contenido del consentimiento informado
Para conseguir el objetivo del consentimiento informado, se deben dar
una serie de circunstancias o características para que el enfermo reciba la
información de la manera adecuada, la comprenda, la valore y acepte o no
los procedimientos que se le ofrecen. Éstas son:
• Voluntariedad: el paciente debe recibir la información sin elementos
persuasivos, coactivos y sin manipulación.
• La cantidad de información ha de ser la adecuada, aunque en ocasiones resulta muy difícil saber cuanta es la información que se debe dar
o el enfermo quiere recibir. El proceso de información debe incluir al
menos los siguientes aspectos:
✓ Descripción del procedimiento diagnóstico o terapéutico propuesto.
214
✓ Riesgos y posibles efectos secundarios, especialmente los más
importantes, así como, los infrecuentes pero no excepcionales.
✓ Riesgos personalizados relacionados con las circunstancias individuales del paciente.
✓ Beneficios esperados (objetivo: para qué se hace) y efectos previsibles en el caso de no realizarse el procedimiento.
✓ Posibles alternativas diagnósticas o terapéuticas, con explicación
de sus correspondientes beneficios y riesgos, así como los argumentos por los que el médico elige una de éstas.
✓ Ofrecimiento del médico para ampliar la información en cualquier
momento.
✓ Libertad del enfermo para reconsiderar su decisión, así como de
renunciar a lo que se le ofrece, en cualquier momento posterior.
• La calidad de la información debe también adecuarse a cada paciente. Debe informarse “en términos comprensibles” (según la Ley
General de Sanidad) de forma clara y sencilla, ya que existe una dificultad objetiva en relación con la terminología científica que utiliza
el médico y una dificultad subjetiva, en función de la capacidad de
comprensión del paciente.
• La competencia, entendida como la capacidad del paciente para comprender la información y tomar una decisión, también es difícil de valorar en ciertas ocasiones. Cuando el médico considera que el paciente es
incompetente para recibir la información y decidir, ha de informar a sus
familiares o personas allegadas, según la Ley General de Sanidad.
A.2. Redacción de documentos de consentimiento informado
Este documento, aunque es único, se compone de dos apartados bien diferenciados: una primera parte de información y una segunda parte de declaraciones y firmas (consentimiento). Los documentos “generales” son éticamente injustificables y, probablemente, legalmente inválidos. Deben ser
específicos para cada enfermedad, procedimiento diagnóstico o terapéutico; no obstante, en algún caso, pueden diseñarse documentos “intermedios” entre generales y específicos. El documento debe entregarse al
enfermo, siempre que sea posible, algún tiempo antes de que sea sometido al procedimiento para el que se le informa, dándole tiempo a leerlo,
215
comprenderlo, discutirlo con su familia si lo desea y plantear dudas si las
tiene. El responsable de la información y quien debe hacerla es el médico
que vaya a realizar la técnica al paciente; no puede delegar en personal no
facultativo ni administrativo. Puede ser válido que sea un médico distinto
el que informa y el que realiza la técnica.
Normas sencillas para la redacción de documentos de consentimiento
informado: Escribir con frases cortas y directas procurando evitar puntos
y comas. Usar palabras cortas como las que se utilizan en lenguaje coloquial. Someterlos a las críticas de otros médicos o personal sanitario, pero
también de enfermos y personas sanas no sanitarias. Incluir el mínimo
posible de terminología técnica.
En el apartado de declaraciones y firmas debe incluirse lo siguiente:
• Identificación del hospital y servicio responsable de la realización de
la técnica.
• Identificación completa (nombre, apellidos y D.N.I. o número de seguridad social) del enfermo y del médico responsable que da la información, así como de los familiares o personas que reciben la información,
en el caso de incompetencia del paciente. Excepcionalmente puede
considerarse necesaria la identificación y firma de un testigo.
• Declaración explícita del médico, de haber informado convenientemente al enfermo.
• Declaración explícita del enfermo de haber entendido la información
que se la ha dado y de su consentimiento para la realización del procedimiento.
• Si el enfermo no quiere recibir la información y además prohibe que
se le dé a sus familiares o allegados, debe quedar constancia escrita
en el documento con la firma del médico y algún testigo.
• Firmas de las personas que intervienen: enfermo, médico, familiares,
personas allegadas o testigo si es necesario.
B. Etica y transfusion
La filosofía moral aplica sus dos principios fundamentales en la relación
médico/paciente: el respeto a la vida humana, y después, el respeto a la
libertad informada del paciente, que debe estar subordinado. El médico
nunca debe provocar intencionadamente la muerte de ningún paciente, ya
216
sea por acción o por omisión, ni siquiera en caso de petición expresa por
parte de este último. La transfusión de sangre y hemoderivados puede ser
la principal o única terapéutica disponible para mantener la vida, motivo
por el que no es deontológico usar procedimientos que garanticen una
menor supervivencia. El profesional de la salud sólo está obligado, por
ética profesional, a utilizar prácticas validadas; mientras no haya otra
opción mejor y probada, habrá que informar al paciente para que éste acepte la transfusión, recurra a otro profesional, o manifiestamente la deniegue.
La International Society of Blood Transfusión (ISBT) adoptó en Viena en
el año 2000 un “Código ético para la donación y transfusión de sangre”
elaborado con el soporte de la Organización Mundial de la Salud (publicado en Vox Sanguinis 2002;82:165-166), cuya trascripción reproducimos
a continuación.
El objetivo de éste código es definir los principios éticos y las reglas que
se deben observar en el campo de la Medicina Transfusional:
• La donación de sangre, incluida la de la médula ósea o células pluripotentes (para transplantes), debe ser, en cualquier circunstancia,
voluntaria y no remunerada; no se debe ejercer ninguna coerción
sobre el donante. El donante debe dar su consentimiento para la donación de sangre o de sus componentes, y subsecuentemente de su uso
legítimo por los Servicios de Transfusión.
• Los pacientes deben ser informados tanto de los beneficios como de
los riesgos conocidos de la administración de sangre, así como de las
posibles alternativas a la misma; y tienen derecho de aceptar o rechazar la misma. Cualquier decisión válida tomada, debe ser respetada.
• En el caso de que el paciente no sea capaz de proporcionar su consentimiento informado, la base del tratamiento mediante la administración de
sangre, debe proporcionar el mayor beneficio para el paciente.
• El interés económico no de ser la base sobre la que se establece y gestiona un Servicio de Medicina Transfusional.
• El donante debe ser advertido previamente de los posibles riesgos que
comporta la donación de sangre; la salud del donante y su seguridad
deben ser protegidas. Cualquier procedimiento relacionado con la
administración de sustancias a un donante para aumentar la producción o concentración de un componente sanguíneo debe estar de
acuerdo con los estándares internacionalmente aceptados.
217
• Debe asegurarse el anonimato entre el donante y el receptor, excepto
en circunstancias especiales, así como la confidencialidad del donante.
• El donante debe entender y conocer los riesgos que implican para
otros, la donación de sangre infectada, así como su responsabilidad
ética con el receptor.
• La donación de sangre debe basarse en criterios médicos de selección,
revisados periódicamente, y que no entrañen discriminación alguna de
ningún tipo, incluyendo género, raza, nacionalidad y religión. Ningún
donante ni potencial receptor tiene derecho a que se le practique ningún tipo de discriminación.
• La donación y recolección de sangre se realizará bajo la total responsabilidad de un médico correctamente cualificado y autorizado.
• Todos los aspectos relacionados con la donación de sangre y los procedimientos de aféresis, deben realizarse y estar de acuerdo y ser apropiados con los estándares definidos y aceptados internacionalmente.
• Tanto los donantes como los receptores deben ser informados si han
sufrido algún efecto adverso.
• La administración de sangre y hemoderivados debe ser realizada bajo
la total responsabilidad de un facultativo acreditado para la misma.
• La situación clínica del receptor debe ser la única base para la terapia
transfusional.
• No debe existir ningún incentivo económico en la prescripción de la
transfusión de sangre y/o hemoderivados.
• La sangre es un recurso público y su acceso no debe ser restringido.
• Siempre que sea posible, el paciente debe recibir aquel componente
(hematíes, plaquetas, granulocitos, plasma o derivados plasmáticos)
que sean clínicamente apropiados y gocen de una seguridad óptima.
• El desperdicio de la sangre debe ser evitado con el fin de salvaguardar
los intereses de todos los posibles receptores, así como del donante.
• Las prácticas y políticas establecidas por los organismos nacionales e
internacionales de salud, y otras agencias competentes autorizadas,
deben de estar de acuerdo con éste código ético.
218
Bibliografía
Botkin JR. Ethical considerations in blood transfusions: informed consent and religious refusal. Spine 1991;5:7-15.
Clay MA. Ethical and legal implications of bloodless medicine and surgery. J Intensive Care Med 1999;14:34-40.
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Young IF. Medical ethics in relation to transfusion medicine. Transfus
Med Rev 1996;10:23-30.
220
HOSPITAL MALVA-ROSA
BANCO DE SANGRE
DOCUMENTO DE CONSENTIMIENTO INFORMADO
Apellidos......................................................................................................................... Nombre................................................................
Nº Historia clínica............................................................................................................Fecha....................................................................
TRANSFUSIÓN DE HEMODERIVADOS
Finalidad
Reponer componentes de la sangre vitales para la supervivencia del paciente (hematíes, plaquetas, plasma, etc.).
Descripción del proceso
• Todos los componentes sanguíneos se administran a través de una vena o un catéter venoso.
• Antes de toda transfusión el médico responsable del enfermo habrá valorado el riesgo y los beneficios de dicho tratamiento.
• Con la finalidad de prevenir posibles infecciones a través de una transfusión, la sangre y sus componentes se obtienen de donantes voluntarios y altruistas. Estos donantes responden a un cuestionario sobre su estado de salud y son sometidos a una exploración medica antes de donar. En todos los componentes sanguíneos obtenidos se efectúan análisis para descartar la existencia
de enfermedades que se contagian por la sangre.
• Finalmente, antes de la transfusión se comprueba que el derivado sanguíneo sea compatible con la sangre del enfermo.
Efectos secundarios
• A pesar de todas las precauciones mencionadas toda transfusión comporta un mínimo riesgo (inferior a 1 por cada 60.000 transfusiones) de contraer: virus de la hepatitis C, virus de la hepatitis B, virus de la inmunodeficiencia huma (SIDA) y otros virus
aún menos frecuente. Ello es debido a que existe una primera fase de la enfermedad infecciosa, llamada período ventana, durante la cual existen agentes infecciosos en la sangre que no son detectables y por tanto pueden transmitir la enfermedad.
• Reacciones transfusionales leves, relativamente frecuentes y fácilmente tratables (fiebre, escalofríos, etc.).
• Reacciones transfusionales graves, infrecuentes pero que suponen un gran riesgo para el paciente (hemólisis –destrucción de
glóbulos rojos-, edema agudo de pulmón, anafilaxia –reacción alérgica grave-, etc.).
Alternativas terapeuticas
• Dados los riesgos anteriormente mencionados nunca se prescribe una transfusión sin ser totalmente imprescindible. Su médico
habrá valorado si puede emplear otros recursos terapéuticos para evitar la transfusión (autotransfusión, terapia con hierro, expansores plasmáticos, etc.).
• La negativa a ser transfundido puede comprometer seriamente su vida en determinadas circunstancias.
Riesgos personalizados
.......................................................................................................................................................................................................................
.......................................................................................................................................................................................................................
DECLARACIONES Y FIRMAS
Declaración del enfermo:
• He sido informado por el médico después mencionado de:
✓ las ventajas e inconvenientes del procedimiento arriba indicado.
✓ las posibles alternativas al mismo.
✓ que en cualquier momento puedo revocar mi consentimiento.
• He comprendido la información recibida y podido formular todas las preguntas que he creído oportunas.
Nombre........................................................................................................ Firma.......................................................................................
Declaración del médico de que ha informado debidamente al paciente.
Nombre....................................................................................................... Firma........................................................................................
Declaración del familiar, persona allegada o representante legal en su caso, de que han recibido la información por incompetencia del paciente.
Nombre....................................................................................................... Firma.....................................................................................
221
HOSPITAL MALVA-ROSA
BANCO DE SANGRE
DOCUMENTO DE CONSENTIMIENTO INFORMADO
Apellidos......................................................................................................................... Nombre................................................................
Nº Historia clínica............................................................................................................Fecha....................................................................
AUTOTRANSFUSION
Finalidad
Donar la propia sangre para recibirla cuando se precise (generalmente con motivo de intervenciones quirúrgicas programadas), evitando el riesgo de adquisición de enfermedades infecciosas y reduciendo el de presentar otras complicaciones de la transfusión.
Descripción del proceso
• Antes de la obtención de la autotransfusión se realiza una visita con el responsable del Banco de Sangre, que valora si existen
contraindicaciones a realizar este programa.
• Se programa un calendario de las donaciones y se informa al paciente de la necesidad de realizar un tratamiento con hierro
durante este periodo y los efectos adversos que puede ocasionar, como estreñimiento, gastritis, diarrea.
• En caso de ser estimulado con Eritropoyetina, también se informará de los posibles efectos secundarios de su administración.
• Si las unidades donadas no son suficientes, el paciente tendrá que recibir una transfusión convencional
Efectos secundarios
• Son los mismos que se presentan en la donación de sangre: hematoma en la zona de punción, sensación de cansancio, debido a
la frecuencia de las extracciones, y en menor frecuencia, hipotensión, palidez, sudoración, perdida de conciencia.
• La perdida de las unidades extraídas si se pospone la intervención quirúrgica o no es necesaria la transfusión..
Riesgos personalizados
.......................................................................................................................................................................................................................
.......................................................................................................................................................................................................................
DECLARACIONES Y FIRMAS
Declaración del enfermo:
• He sido informado por el médico después mencionado de:
✓ las ventajas e inconvenientes del procedimiento arriba indicado.
✓ las posibles alternativas al mismo.
✓ que en cualquier momento puedo revocar mi consentimiento.
• He comprendido la información recibida y podido formular todas las preguntas que he creído oportunas.
Nombre........................................................................................................ Firma.......................................................................................
Declaración del médico de que ha informado debidamente al paciente.
Nombre....................................................................................................... Firma........................................................................................
Declaración del familiar, persona allegada o representante legal en su caso, de que han recibido la información por incompetencia del paciente.
Nombre....................................................................................................... Firma.....................................................................................
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HOSPITAL MALVA-ROSA
BANCO DE SANGRE
DOCUMENTO DE CONSENTIMIENTO INFORMADO
Apellidos......................................................................................................................... Nombre................................................................
Nº Historia clínica............................................................................................................Fecha....................................................................
ADMINISTRACIÓN DE ERITROPOYETINA
Finalidad
La eritropoyetina humana recombinante es una molécula de síntesis idéntica a la humana cuya finalidad es estimular la producción y
maduración de los glóbulos rojos en la médula ósea, con el fin de mejorar la anemia secundaria a distintas causas.
Descripción del proceso
• La administración de eritropoyetina se realiza por vía subcutánea en dosis variables según el grado de anemia y la causa de ésta.
El tratamiento puede realizarse en un centro sanitario o administrárselo el propio paciente, pero siempre bajo el control del médico especialista.
• Deben realizarse controles analíticos para valorar la respuesta al tratamiento.
• Siempre es necesario añadir tratamiento con hierro durante su administración.
Efectos secundarios
• Los efectos secundarios más frecuentes son leves como el dolor de cabeza, dolores en las articulaciones, sensación de debilidad,
mareo y cansancio.
• Debe controlarse la tensión arterial durante el tratamiento, ya que puede provocar un aumento en los valores de la tensión arterial.
• No está recomendada su administración durante el embarazo y la lactancia.
• Se han descrito reacciones alérgicas a este tratamiento que pueden ser leves, con molestias cutáneas, hasta reacciones alérgicas
graves.
• NO EXISTE NINGUN OTRO MEDICAMENTO CAPAZ DE ESTIMULAR LA PRODUCCIÓN DE LOS GLÓBULOS
ROJOS.
Riesgos personalizados
.......................................................................................................................................................................................................................
.......................................................................................................................................................................................................................
DECLARACIONES Y FIRMAS
Declaración del enfermo:
• He sido informado por el médico después mencionado de:
✓ las ventajas e inconvenientes del procedimiento arriba indicado.
✓ las posibles alternativas al mismo.
✓ que en cualquier momento puedo revocar mi consentimiento.
• He comprendido la información recibida y podido formular todas las preguntas que he creído oportunas.
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Declaración del médico de que ha informado debidamente al paciente.
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Declaración del familiar, persona allegada o representante legal en su caso, de que han recibido la información por incompetencia del paciente.
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5. ESTUDIOS PRETRANSFUSIONALES
Begoña Laiz Marro*, Elías Aguilar Ligorit#.
*Servicio de Análisis Clínicos. #Servicio de Hematología. Hospital Malva-rosa.
Generalitat Valenciana. Consellería de Sanitat.
Los estudios pretransfusionales se realizan con el fin de prevenir las
reacciones adversas de la transfusión debidas a una incompatibilidad
eritrocitaria entre el donante y el receptor, que pueden dar origen a reacciones transfusionales hemolíticas que en ocasiones pueden ser graves y
poner en peligro la vida del receptor de la transfusión. Hay que tener en
cuenta que los errores técnicos en la realización de los estudios pretransfusionales, bien por errores humanos o por la utilización de técnicas inapropiadas entrañan un grave riesgo para el receptor de una transfusión. Los objetivos de los estudios pretransfusionales se pueden resumir en los siguientes apartados:
• Identificación positiva e inequívoca del receptor de la transfusión.
• Identificación positiva e inequívoca de las muestras del receptor de la
transfusión.
• Comprobación de los resultados obtenidos de las muestras con los obtenidos previamente y registrados, en el caso de anteriores transfusiones.
• Determinación del grupo ABO y Rh en las muestras del receptor de
la transfusión.
• Descubrimiento de anticuerpos presentes en el suero del receptor de
la transfusión.
225
• Selección de los componentes sanguíneos apropiados para el receptor de la transfusión.
• Realización de las pruebas cruzadas de compatibilidad entre el
suero del receptor y los hematíes del donante.
• Etiquetado de los componentes sanguíneos con la información adecuada del receptor de la transfusión.
No obstante, hay que tener en cuenta sobre los estudios pretransfusionales las siguientes consideraciones:
• La transfusión de sangre y hemoderivados es normalmente un proceso beneficioso y seguro, pero en ocasiones pueden producirse
efectos adversos como:
✓ Destrucción acelerada de los hematíes del donante y en menos
ocasiones de los hematíes del receptor.
✓ La mayoría de las reacciones hemolíticas se producen como consecuencia de errores humanos en la identificación del paciente
y/o la muestra pretransfusional.
✓ Existe la posibilidad de no detectar algún anticuerpo de los grupos sanguíneos mediante las técnicas serológicas habitualmente
empleadas.
✓ Los estudios pretransfusionales no garantizan la supervivencia
normal de los hematíes transfundidos.
• Siempre que los estudios pretransfusionales se hayan realizado adecuadamente, hay que ser riguroso en los siguientes apartados:
✓ Asegurarse de que el paciente reciba los componentes especialmente preparados para él.
✓ Verificar que los componentes preparados son ABO y Rh compatibles.
✓ Descubrir anticuerpos inesperados con significación clínica.
La legislación actual española sobre los estudios pretransfusionales
hace referencia a los siguientes aspectos:
• Solicitud de transfusión
Las solicitudes de transfusión de sangre total o de sus componentes
contendrán información suficiente para la identificación del recep226
tor y del médico que la ha prescrito, así como las razones médicas
en las que se basa su indicación.
• Muestras de sangre
✓ El probable receptor y su muestra de sangre deberán estar claramente identificados. Existirá, asimismo, un mecanismo que permita la identificación de la persona que realizó la toma de la
muestra y la fecha de la misma.
✓ Antes de utilizar la muestra para tipificación y pruebas de compatibilidad, se comprobará que toda la información para la identificación de la solicitud esté de acuerdo con la información en el
rótulo de la muestra. En caso de discrepancia o duda se tomará
una nueva muestra.
• Pruebas en la sangre del receptor
✓ Tipificación ABO: se realizará de forma similar a la especificada
para los donantes de sangre.
✓ Tipificación Rh: es suficiente para el antígeno Rho (D). Es lo que
determinará si el receptor es Rh positivo o negativo.
✓ Sólo podrán omitirse la tipificación ABO y Rh en casos de extrema urgencia.
✓ Se realizarán pruebas de compatibilidad antes de la administración de
cualquier componente eritrocitario homólogo, excepto en los casos de
requerimiento urgente, entendiendo por tales los que un retraso en el
suministro de la sangre pueda comprometer la vida del paciente y así
sea indicado por escrito por el médico responsable del enfermo,
debiendo, en estos casos, proseguir las pruebas de compatibilidad
nada más sea entregada la sangre. Estas pruebas incluirán las técnicas
pertinentes para descartar la incompatibilidad ABO y la presencia de
anticuerpos eritrocitarios de importancia clínica. Estos métodos deberán incluir la prueba de antiglobulina humana (Coombs) indirecta, u
otra técnica de similar o superior sensibilidad.
✓ Cuando el receptor haya recibido una transfusión en los últimos tres
meses, o refiera embarazos previos, o cuando tal información sea
dudosa o imposible de obtener, para la realización de las pruebas de
compatibilidad deberá usarse una muestra del paciente obtenida
dentro de las cuarenta y ocho horas previas a la transfusión.
227
Los estudios pretransfusionales a realizar varían en función del tipo de
hemoderivado a administrar, de tal forma que según el hemoderivado en
cuestión se deben practicar los siguientes:
• Administración de concentrados de hematíes
✓ Obligatoriamente:
– Grupo sanguíneo ABO y Rh.
– Escrutinio de anticuerpos irregulares.
– Prueba de antiglobulina humana indirecta.
✓ Según los casos:
– Prueba cruzada de compatibilidad.
– Fenotipo Rh Kell.
– Fenotipo Rh completo.
• Administración de concentrados de plaquetas
✓ Obligatoriamente:
– Grupo sanguíneo ABO y Rh.
✓ Según los casos:
– Grupo HLA.
– Estudio de anticuerpos anti-HLA.
• Administración de concentrados de granulocitos
✓ Obligatoriamente:
– Grupo sanguíneo ABO y Rh.
– Escrutinio de anticuerpos irregulares.
✓ Según los casos:
– Grupo HLA.
– Estudio de anticuerpos anti-HLA.
• Administración de plasma fresco y crioprecipitados
✓ Obligatoriamente:
– Grupo sanguíneo ABO y Rh.
228
A. Muestras de sangre
A.1. Extracción e identificación
Las solicitudes de transfusión o de estudios pretransfusionales, deberán
contener información suficiente para la correcta identificación del destinatario de la misma (receptor), así como del facultativo que los ha prescrito, y las razones en las que basa su indicación. Así mismo existirá un
mecanismo que permita la identificación de la persona que realizó la toma
de las muestras y la fecha de la misma.
Antes de utilizar la muestra para su tipificación y pruebas de compatibilidad, se comprobará que toda la información para la identificación de la
solicitud, esté de acuerdo con la información que consta en las muestras.
En caso de duda o discrepancia se obtendrá una nueva muestra.
Todo paciente al que se solicita una transfusión o estudio pretransfusional, debe
de tener un número de identificación (número de historia clínica, de admisión
de urgencias, documento nacional de identidad), que junto con su nombre y
apellidos sirva para identificar inequívocamente las muestras de sangre.
A la hora de realizar la extracción de las muestras para los estudios pretransfusionales, hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones:
• Las pruebas de compatibilidad transfusional sólo son válidas si la extracción e identificación de las muestras se ha realizado correctamente.
• El personal sanitario encargado de realizar la toma de las muestras
pretransfusionales debe conocer las consecuencias de un posible
error en la identificación de las mismas.
• La identificación o etiquetado de los tubos de las muestras no debe
realizarse antes de la extracción de las mismas, sino inmediatamente después de su obtención y por parte de la persona que realiza la extracción.
A.2. Especímenes requeridos
A.2.1. Tipos de muestra
Para realizar los estudios pretransfusionales son necesarios los siguientes
tipos de muestra:
229
• Sangre recogida sobre EDTA 5 mL, para la determinación del grupo
ABO y Rh.
• Sangre recogida sobre tubo seco (sangre coagulada) 10 mL, para
obtener suero y determinar el escrutinio de anticuerpos irregulares
y la prueba cruzada. Aunque pueden realizarse sobre plasma, es
preferible el suero ya que el plasma puede contener grumos de
fibrina que pueden hacer difícil valorar la aglutinación, y porque el
plasma puede enmascarar anticuerpos demostrables sólo a través de
la activación del complemento. No deben utilizarse muestras hemolizadas
A.2.2. Validez de las muestras
La administración previa de hemoderivados, o el embarazo, puede provocar en los posibles receptores de una transfusión una respuesta inmunitaria primaria o secundaria, que puede ponerse de manifiesto en futuros
estudios pretransfusionales; en función de la historia transfusional del
paciente, y de la historia obstétrica en el caso de las mujeres, se aconseja
que la validez de las muestras sea:
• Pacientes que no han sido transfundidos con anterioridad, han sido
transfundidos hace más de seis meses, y mujeres no embarazadas en
los últimos seis meses: pueden utilizarse muestras extraídas una
semana antes del acto transfusional, si han sido debidamente
almacenadas y conservadas.
• Pacientes que han sido transfundidos en los últimos seis meses, o
mujeres con historia de embarazo previo en los últimos seis meses:
pueden utilizarse muestras extraídas dos días antes del acto
transfusional, si han sido debidamente almacenadas y conservadas.
• Pacientes que han sido transfundidos entre tres días antes y el último
mes: se deben utilizar muestras extraídas en las 24 horas previas
a la nueva transfusión.
• Pacientes que han sido transfundidos en las últimas 72 horas: pueden
utilizarse las mismas muestras obtenidas para la transfusión
anterior, siempre que no hallan presentado reacciones transfusionales.
230
Tabla 5.1.Tiempo de obtención de muestras para estudios de compatibilidad
en función de transfusiones previas
Pacientes transfundidos entre
Obtencion de las muestras
3-14 días
24 h antes de la transfusión
14-28 días
72 h antes de la transfusión
28 días hasta 3 meses
1 semana antes de la transfusión
A.2.3. Conservación de las muestras
Las muestras obtenidas para los estudios pretransfusionales deben almacenarse refrigeradas entre 1-6º C durante un corto período de tiempo
(una semana previa al acto transfusional y una semana posterior al
mismo); ya que su conservación en dichas condiciones ocasiona problemas del tipo de: lisis de los hematíes, perdida del complemento en el
suero, disminución de la potencia de los anticuerpos eritrocitarios, en
especial los de tipo IgM, y una posible contaminación bacteriana de las
mismas.
Es fundamental conservar las muestras pretransfusionales con segmentos de las bolsas transfundidas durante una semana tras la transfusión, para que en el caso de acontecer alguna incidencia transfusional,
poder realizar nuevamente y con las mismas muestras los estudios pertinentes.
Tabla 5.2.Tiempo sugerido de almacenamiento de las muestras para estudios pretransfusionales
18–25º C
4º C
-30º C
EDTA sangre completa
Hasta 48 h
Hasta 7 días
n/a
plasma/suero separados
n/a
Hasta 7 días
6 meses
n/a, no aplicable.
B. Determinación del grupo ABO y Rh
B.1. Determinación del grupo ABO
La determinación rutinaria del grupo ABO debe INCLUIR SIEMPRE la
prueba hemática y la sérica, sirviendo ambas de mutuo control. La reacción debe de realizarse a temperatura ambiente, ya que el calor la debili231
ta. Hay que tener en cuenta las características de los antisueros que se utilizan y seguir las instrucciones especiales que los fabricantes indican para
alguno de ellos. Rotular adecuadamente la placa, tubos, tarjeta, etc., y no
guiarse solamente por el color de los reactivos. Observar la aglutinación
con buena iluminación, pero NO en cajas calientes. Anotar los resultados
inmediatamente después de haberlos leído.
Hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones sobre la determinación del grupo ABO en todos los receptores de una transfusión:
• Los hematíes de los receptores deben ser analizados mediante sueros
monoclonales Anti-A y Anti-B.
• El suero o plasma del donante debe ser analizado mediante hematíes reactivos A1 y B.
B.1.1. Determinación del grupo ABO hematico
B.1.1.1. Determinación en placa o porta
• Rotular adecuadamente la placa para identificar el antisuero.
• Utilizar palillos independientes y limpios para mezclar la sangre.
• Colocar una gota de sangre en cada zona de la placa.
• Colocar una-dos gotas del antisuero correspondiente sobre cada gota.
• Mezclar suave y homogéneamente sobre una zona de 2 cm2 de diámetro.
• Agitando suavemente observar la producción o no de aglutinación,
durante unos dos minutos antes de decidir la positividad o negatividad de la reacción.
• No confundir los agregados periféricos por desecación con aglutinación.
• Si el grupo es A o AB, determinar el subgrupo con la lectina correspondiente.
B.1.1.2. Determinación en tubo
• Lavar una suspensión de hematíes tres veces en solución salina y suspender las células al 2%.
• Seleccionar dos tubos de ensayo limpios y rotularlos A y B.
• Colocar una gota de anti-A en el tubo A, y una gota de anti-B en B.
232
• Añadir una gota de la suspensión de hematíes y agitar.
• Centrifugar los tubos a 2000 rpm durante 2 minutos.
• Agitar el tubo sobre el lector.
• Anotar la presencia o ausencia de aglutinación.
B.1.1.3. Determinación en tarjeta (columna de gel)
El sistema de determinación en tarjeta (DIANAGEL, DIAMED-ID) está
basado en técnicas de aglutinación en gel o microplacas con reactivos predispensados; la calidad de los anticuerpos monoclonales y los reactivos de
antiglobulina humana que se utilizan confieren un excelente nivel de sensibilidad y especificidad a la técnica.
Las tarjetas se componen de un soporte de plástico con microtúbulos que
contienen gel en su interior; el tamaño de las partículas de gel es seleccionado cuidadosamente para establecer un tamiz que permita el paso de
los hematíes sueltos y retenga a los hematíes aglutinados.
Cada microtúbulo consta de una cámara de reacción y una columna de
gel. La cámara de reacción se sitúa sobre la columna de gel, y es donde se
dispensan las muestras y se producen las reacciones; la columna de gel
contiene una solución tamponada y los anticuerpos o antiglobulina humana en función del estudio a realizar.
Las tarjetas de GRUPO ABO contienen diversos micropocillos con gel y
reactivos monoclonales Anti-A, Anti-B, Anti-AB y otros con gel neutro
que sirven de control o para la realización del grupo sérico. La metodología es la siguiente:
• Rotular la tarjeta con el nombre del receptor.
• Depositar 30 ml de sedimento de hematíes en 1 mL de solución isotónica.
• Añadir 25 ml de la solución anterior en cada micropocillo en los que
se encuentra el Anti-A el Anti-B, el Anti-AB y el gel neutro de control.
• Centrifugar, leer y anotar los resultados.
B.1.2. Determinación del grupo serico
Esta prueba se efectúa utilizando el suero del individuo y suspensiones de
hematíes conocidos de los grupos A1 y B.
233
La preparación de las células en el laboratorio deber hacerse diariamente
con hematíes lavados tres veces y suspendidos en suero salino a una concentración del 2-5%.
B.1.2.1. Determinación en tubo
• Rotular 2 tubos de ensayo con las letras A y B.
• Colocar en cada tubo dos gotas del suero a estudiar.
• Añadir 1 gota de células A1 al tubo A, y una de células B al tubo B.
• Mezclar agitando suavemente. Para aumentar la aglutinación, dejar
incubar los tubos unos 5 minutos a temperatura ambiente.
• Centrifugar. Con iluminación adecuada observar el sobrenadante
para detectar hemólisis y agitando suavemente leer la presencia o
ausencia de aglutinación.
• Anotar inmediatamente los resultados.
• La presencia de complemento activo en el suero, puede dar como
resultado una hemólisis que daría una reacción de aglutinación falsa.
En este caso incubar el suero a baño de 56º C durante 10 minutos.
B.1.2.2. Determinación en tarjeta (columna gel)
• Rotular la tarjeta con el nombre del receptor.
• Rotular los micropocillos con gel neutro, una para A, otro para B, y
otro para el control.
• Añadir a cada micropocillo correspondiente 50 ml de una solución de
hematíes A1 y B al 0.8%, y de una solución isotónica al pocillo de
control.
• Añadir a cada micropocillo 50 ml de suero o plasma del receptor.
• Centrifugar, leer y anotar los resultados.
B.1.3. Discrepancias entre las pruebas globular y serica
Siempre que exista discrepancia en la determinación del tipaje ABO entre
prueba hemática y sérica hay que investigarla. No se decidirá sobre el
grupo del paciente o donante hasta que la discrepancia haya sido aclarada. Si la sangre es de un donante, la unidad NO SE PUEDE TRASFUNDIR hasta que se haya resulto el problema. Si la sangre es de un ENFER-
234
MO, a veces es necesario trasfundir antes de que la discordancia se haya
resuelto. En este caso OBTENER UNA NUEVA EXTRACCION antes
de la trasfusión y UTILIZAR SANGRE O, CON TITULOS BAJOS de
anti-A y Anti-B, hasta determinar el grupo definitivo.
B.1.3.1. Clasificacion de las discrepancias
Estas discordancias pueden ser debidas a: errores técnicos, problemas en
los hematíes, y problemas en el suero.
• Errores técnicos
✓ Tubos sucios, dan falsos positivos si se realiza la técnica en tubo.
✓ Concentración inadecuada de hematíes y suero.
✓ Si existe hemólisis y no se percibe, dará falsos positivos. Suele
hallarse en personas de grupo O (donantes "peligrosos" que tienen
aglutininas A ó B), cuando la determinación del grupo sanguíneo
se realiza sobre una muestra de sangre recién extraída. La mayoría
de las veces se trata de una hemolisina anti-A, que puede ocultar
en mayor o menor grado la aglutinina. Para evitar la hemólisis:
calentar el plasma y/o suero del paciente 10 minutos a 56º C y
repetir el grupo sérico.
✓ Supra o infracentrifugación, causa resultados falsos positivos y
negativos respectivamente.
✓ Falta de cuidado en la lectura, puede dar falsos positivos.
✓ Contaminación en los reactivos y/o muestras.
✓ Identificación incorrecta de la muestra, materiales.
✓ Incorrecta interpretación o escritura de los resultados.
✓ Calentar a 37º C la mezcla de suero y hematíes, que puede dar falsos negativos.
• Problemas en los hematíes
✓ Que el paciente tenga un anticuerpo adherido a los hematíes,
dando un Coombs directo positivo.
✓ El paciente puede haber sido trasfundido recientemente y presentar por ello una mezcla de hematíes (paciente A, B, ó AB, habiendo recibido sangre O).
235
✓ Subgrupos débiles de A, al estar muy débilmente expresados los
antígenos.
✓ Los hematíes pueden sufrir una anormalidad en la superficie de su
membrana (genética o adquirida) que les hace aglutinar con todos
los sueros humanos; es una PANAGLUTINABILIDAD.
• Problemas en el suero
✓ Altas concentraciones de fibrinógeno o proteínas anormales, pueden causar fenómenos de “rouleaux” (los hematíes se disponen en
forma de monedas apiladas al observarlos en el microscopio,
dando una falsa aglutinación).
✓ El paciente puede presentar una Inmunodeficiencia y faltar o tener
escasa representación de aglutininas naturales (Anti-A ó Anti-B)
debido a los niveles bajos de inmunoglobulinas. Esto se puede presentar en pacientes con Hipoproteinemia severa, agammaglobulinemia, ancianos, etc.
✓ Sangre de recién nacidos; si es de cordón lavar siempre 6 veces,
sino debido a la gelatina de Wharton pueden verse falsos positivos.
Los antígenos eritrocitarios están debilitados, por ello no realizar los
subgrupos A. Así mismo hay ausencia de aglutininas naturales, ya
que no se producen anticuerpos, como consecuencia, el grupo sérico no se realizará hasta los seis meses de vida. En caso de dificultad con sangre de cordón, repetirlo siempre con sangre de capilar.
✓ Existencia de un Anti-A1, en los sujetos A2 o A2B.
✓ Paciente al que se le esta administrando Dextrano u otros expansores del plasma, en el momento de hacer la extracción, ya que
puede causar aglutinación de los hematíes.
✓ Que el paciente tenga anticuerpos irregulares, que reaccionan con
los hematíes A y B usados en la prueba sérica; lo más frecuente en
este caso es que se trate de un Auto-Anti-I.
✓ El paciente tenga anticuerpos contra elementos usados en los preservativos ó medios de suspensión de los reactivos; (Ej. la albúmina habitualmente viene con caprilato y existen pacientes que tienen anticuerpos anti-caprilato); se sospechará cuando al realizar el
estudio de anticuerpos irregulares, sólo sea positiva la fase de
albúmina.
236
B.1.3.2. Modo de resolver las discordancias
Muchos problemas pueden resolverse repitiendo las pruebas y lavando
bien los hematíes antes de realizar las determinaciones. Obteniendo una
nueva muestra, se corrigen las dificultades por muestras contaminadas (la
muestra debe ser inferior de 7 días).
Las causas más frecuentes en caso de persistir la discordancia son:
• Fenómenos de rouleaux.
• Presencia de anticuerpos irregulares: Anti-Lea, Anti-P, M, N.
• Presencia de Auto-Anti-I
B.1.3.3. Pruebas a determinar en caso de discordancia
• Escrutinio de anticuerpos irregulares, e identificación.
• Determinar y averiguar los siguientes datos: edad, diagnóstico, medicación previa, trasfusiones previas y proteínas séricas.
• Realizar Coombs directo.
• Realizar siempre un AUTOCONTROL.
• Para diagnosticar un Anti-A1 se hará prueba sérica con hematíes B,
A1, A2 y O (no aglutinando con hematíes A2 y O).
• Para diagnosticar subgrupos débiles de A ó B se necesita:
✓ Hacer la prueba hemática con diferentes sueros Anti-A y Anti-B.
✓ La prueba hemática puede hacerse en placa con hematíes lavados
y diluidos en salina al 10%. O bien hacer la prueba hemática en
tubo incubado a 4º C durante 15 minutos.
✓ La demostración será siempre por estudios de absorción y de elución.
✓ Estudios en saliva para las sustancias H, A y B.
• Si se sospecha Poliaglutinidad:
✓ El AUTOCONTROL debe ser negativo.
✓ Aglutinarán los hematíes con todos los sueros adultos incluyendo
los del grupo AB.
✓ No aglutinaran los hematíes con suero de cordón.
237
B.2. Determinación del sistema Rh
Habitualmente solo se determinará el antígeno D, excepto que por motivos específicos, tales como identificación de anticuerpos irregulares, ó
necesidad de sangre con un determinado fenotipo, sea necesaria. Los reactivos anti-D utilizados para las pruebas en porta, tubo o tarjeta, contienen
macromoléculas que en determinadas circunstancias pueden dar lugar a
falsas reacciones positivas, especialmente en enfermos con problemas de
auto-inmunidad y en recién nacidos con enfermedad hemolítica.
La determinación del grupo Rh deberá realizarse en paralelo con una
determinación de control con un reactivo de idénticas características
macromoleculares pero sin contener anticuerpo.
Hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones sobre la determinación del sistema Rh en todos los receptores de una transfusión:
• Cada muestra debe ser analizada por duplicado con un antisuero
monoclonal IgM-Anti-D.
• El test de antiglobulina no debe utilizarse para determinar el Sistema Rh.
B.2.1. Determinación en porta
• Colocar sobre el porta 1 gota de reactivo anti-D.
• En un segundo porta colocar 1 gota de reactivo control.
• Añadir a cada porta 2 gotas de hematíes al 40-50%.
• Mezclar con un palillo suavemente sobre la superficie de 2x4 cm2.
• Colocar sobre un visualizador caliente (40-45º C) y balancear.
• Antes de trascurridos 2 minutos leer la presencia o no de aglutinación. No dejar transcurrir más tiempo por el problema de desecación
y formación de rouleaux que pueden confundirse con aglutinaciones.
• Anotar inmediatamente los resultados; para ser interpretado como
positivo el control debe ser siempre negativo.
B.2.2. Determinación en tubo
• Colocar en 1 tubo previamente identificado 1 gota de reactivo anti-D.
• En un segundo tubo colocar 1 gota de reactivo control.
238
• Añadir a cada tubo 2 gotas de hematíes al 2-5% en salino.
• Mezclar y centrifugar durante 30 segundos a 1000 rpm.
• Resuspender suavemente y observar si existe aglutinación.
• Anotar inmediatamente los resultados; para ser interpretado como
positivo el control debe ser siempre negativo.
B.2.3. Determinación en tarjeta (columna de gel)
Las tarjetas de SISTEMA Rh contienen diversos micropocillos con gel y
reactivos monoclonales Anti-D, Anti-C, Anti-E, Anti-CDE, Anti-c y Antie, y otro micropocillo con gel neutro.
• Rotular la tarjeta con el nombre del receptor.
• Depositar 30 ml de sedimento de hematíes en 1 mL de solución isotónica.
• Añadir 25 ml de la solución anterior en cada micropocillo en los que
se encuentra el Anti-D el Anti-C, el Anti-E, etc., y el gel neutro de
control.
• Centrifugar, leer y anotar los resultados.
B.2.4. Determinación del DU
• Colocar en tubo previamente identificado 1 gota de reactivo anti-DU.
• En un segundo tubo colocar 1 gota de reactivo control.
• Añadir a cada tubo 2 gotas de hematíes al 2-5% en salino.
• Incubar a 37º C durante treinta minutos.
• Lavar las suspensiones celulares 3 veces con salino.
• Añadir 1 gota de antiglobulina humana polivalente.
• Mezclar y centrifugar durante 30 segundos a 1000 rpm.
• Resuspender suavemente y observar si existe aglutinación.
• Anotar inmediatamente los resultados; para ser interpretado como
positivo el control debe ser siempre negativo.
239
B.2.5. Interpretación de resultados: grupo Rh
El reactivo anti-D está reforzado con un medio albuminoso y potenciador
de la aglutinación. La muestra de hematíes no debe clasificarse como Dpositivas ó Du-positivas, a menos que el control sea negativo. Las reacciones falsas pueden deberse a los reactivos, a factores presentes en el propio suero del paciente o a los hematíes.
B.2.5.1. Reacciones positivas falsas
• La existencia de inmunoglobulinas unidas a los hematíes ó factores
en suero del paciente, causa agregación que puede dar lugar a reacciones falsamente positivas con el reactivo inerte. Los factores séricos pueden ser eliminados empleando hematíes lavados. Si los factores alteradores están en los hematíes será necesario realizar un test
con anti-D salino.
• Incubaciones excesivamente prolongadas producen desecación.
• Presencia de pequeños coágulos de fibrina que se desarrollan en la
sangre no bien coagulada.
• Poliaglutinación de los hematíes frente a reactivos que contenga
suero humano.
• Autoaglutinación y presencia de proteínas anormales en el suero.
Este tipo de alteraciones se pueden detectar al realizar el grupo sérico ABO.
• Reactivos contaminados por bacterias u otras sustancias. Se previene
cuidando la técnica y no utilizando más de un reactivo a la vez.
• Equivocaciones en la utilización del reactivo o reactivos equivocados.
B.2.5.2. Reacciones negativas falsas
• Equivocaciones en la utilización del reactivo.
• Reactivos equivocados.
• No haber añadido suero al tubo. Técnicamente debe colocarse primero el reactivo, comprobar que está en todos los tubos y añadir
luego los hematíes.
• Variaciones en los antígenos.
• Mala conservación de los reactivos
240
C. Escrutinio de anticuerpos irregulares
El escrutinio de anticuerpos irregulares (EAI) pretende detectar en el
receptor la presencia de aloanticuerpos eritrocitarios inesperados (distintos de los anti-A y anti-B). Los aloanticuerpos eritrocitarios están presentes en un 0.3-2% de la población, y las principales causas de su aparición
son: embarazo, transfusiones previas, y desconocida.
Una vez detectado un aloanticuerpo, debe determinarse su especificidad,
titulación e importancia clínica, antes de proceder a la realización de las
pruebas de compatibilidad transfusional.
C.1. Requisitos de los hematíes utilizados
Son tres tipos de hematíes humanos en suspensión del 3-5% en medio
adecuado para su conservación durante un período limitado de tiempo
(fijarse siempre en la fecha de caducidad). Los antígenos que poseen los
hematíes del frasco I son diferentes a los del frasco II y estos a los del III
y vienen especificados claramente por el fabricante. En ocasiones se utilizan solamente dos tipos de hematíes en lugar de tres.
Para su identificación, existen unos paneles de hematíes conocidos con el
máximo de sistemas antigénicos identificados y según la casa comercial
el número de muestra de hematíes es variable. Todos son del grupo O y en
suspensión del 3-5% en un medio adecuado y seleccionados cuidadosamente para permitir la máxima posibilidad de analizar la especificidad de
anticuerpos desconocidos.
Las principales características deben poseer las células eritrocitarias que
se utilizan para el escrutinio de los anticuerpos irregulares son:
• Ser de grupo O, ya que se pretende detectar anticuerpos inesperados
(distintos al anti-A y anti-B).
• Su carga antigénica es conocida y se proporciona en paneles.
• Son positivas para los antígenos de los tipos de sangres más comunes
(generalmente aquellos con una frecuencia superior al 8%).
• Deben expresar los siguientes antígenos: C, c, D, E, e, K, k, Fya, Fyb,
Jka, Jkb, S, s, M, N, P1, Lea, Leb.
• Ser de donantes que son homocigotos de los genes que producen
antígenos que vamos a determinar (Rh, Kidd, Duffy, sitema MNS).
241
• En los laboratorios que se utilizan tres tipos de células, generalmente la tipo I es R1R1 (Cde/Cde), la tipo II es R2R2 (cDE/cDE) y la tipo
III es rr (cde/cde); normalmente sólo un tipo de las tres células es
positiva para el antígeno K.
C.2. Metodos de detección de anticuerpos
C.2.1. Pruebas en salina
Las pruebas en salina, descubren anticuerpos de tipo IgM y pueden realizarse a diferentes temperaturas (4º C, 15º C, 37º C, y temperatura ambiente). En general los anticuerpos de tipo IgM reaccionan mejor a temperatura de 4º C, si bien alguno de ellos lo hace a 37º C y es clínicamente significativo.
El método de la prueba en salina es muy simple, se colocan 4 gotas de
suero y una gota de la solución salina de hematíes al 3-5% y se realiza la
incubación durante 15-60 minutos en la temperatura deseada, para posteriormente leer el resultado macroscópica y microscópicamente.
Los anticuerpos detectados con ésta prueba son: anti-M, anti-N, anti-S (en
ocasiones), anti-Lea, anti-Leb, autoanti-I y anti-P1.
Las ventajas de esta prueba son su simplicidad y que es el mejor método
para detectar anticuerpos IgM; entre los inconvenientes que presenta están
el no detectar anticuerpos IgG y que si se realiza a temperaturas inferiores a 37º C los anticuerpos detectados son clínicamente insignificantes.
C.2.2. Pruebas en LISS
Consiste en utilizar una solución salina de una fuerza iónica baja (LISS)
en lugar de la solución salina normal, con lo que al disminuir la carga iónica de la solución se aumenta la sensibilidad para detectar los anticuerpos
clínicamente significativos más comunes.
El método de la prueba en LISS es muy simple, se colocan 4 gotas de
suero y una gota de la solución de LISS de hematíes al 3-5% (en caso de
que los hematíes estén suspendidos en solución salina normal, se añaden
2 gotas de solución LISS) y se realiza la incubación durante 15 minutos
en la temperatura deseada, para posteriormente leer el resultado macroscópica y microscópicamente.
242
Las ventajas de esta prueba son su simplicidad, disminuir el tiempo de
incubación y aumentar la sensibilidad para detectar los anticuerpos; entre
los inconvenientes que presenta está el aumentar la sensibilidad en detectar anticuerpos clinicicamente insignificantes.
Los anticuerpos detectados con ésta prueba son: anti-M, anti-N, anti-S (en
ocasiones), anti-Lea, anti-Leb, autoanti-I y anti-P1.
C.2.3. Pruebas en albúmina
Las pruebas con albúmina tienen como fin el descubrir anticuerpos de tipo
IgG que son demasiado pequeños para causar la aglutinación directa de
los hematíes suspendidos en solución salina. El mecanismo de acción de
la albúmina es incrementar la constante dieléctrica y disminuir el potencial zeta para favorecer la aglutinación.
El método de la prueba en albúmina es muy simple, se colocan 4 gotas de
suero y una gota de la solución de hematíes al 3-5%, y 2-3 gotas de albúmina bovina y se realiza la incubación a 37° C durante 15-60 minutos,
para posteriormente leer el resultado macroscópica y microscópicamente.
Los anticuerpos detectados en la fase de albúmina incluyen: los anticuerpos de tipo IgG del sistema Rh y cualquier anticuerpo de tipo IgM que
reaccione a 37° C.
Las ventajas de la prueba de albúmina son escasas, y entre sus inconvenientes se encuentran: ser un método relativamente insensible para los
anticuerpos de tipo IgG e IgM, añadir costes a la prueba, y realzar la presencia de algunos anticuerpos fríos clínicamente insignificantes.
C.2.4. Pruebas con enzimas proteoliticas
Las enzimas proteolíticas utilizadas en la detección de anticuerpos son: la
papaína, la ficina, la bromelina, y la tripsina; siendo la ficina y la papaína
las más sensibles y eficaces en la detección de anticuerpos de tipo IgG, al
realzar y potenciar la aglutinación de los mismos.
Las pruebas con enzimas se pueden realizar en una etapa o en dos etapas.
La prueba de una etapa consiste en incubar a 37° C durante 15 minutos, 2
gotas de suero con una gota de hematíes al 3-5% y dos gotas de la enzima
elegida, centrifugar y posteriormente leer el resultado macroscópica y
microscópicamente. En la de dos etapas, en una primera fase se incuban
243
los hematíes con la enzima durante 15 minutos; para en una segunda fase
lavar las células para quitar la enzima y ser incubadas solamente con el
suero de la forma descrita en la prueba de una etapa.
Los anticuerpos que se detectan mediante las pruebas enzimáticas son: los
anticuerpos IgG frente al sistema Rh, algunos anticuerpos fríos de tipo
IgM clínicamente significativos como anti-Lea, anti-Leb, autoanti-I y antiP1; y algunos anticuerpos frente al sistema Kidd, sobre todo si se realiza
paralelamente una prueba de antiglobulina.
Las ventajas de esta prueba se relacionan con ser el mejor método en la
detección de anticuerpos del sistema Rh, ser un método rápido, y ser eficaz en la detección de anticuerpos del sistema Kidd si además se realiza
un test de antiglobulina.
Entre sus inconvenientes se encuentran: si se realiza sólo la prueba de una
etapa, el método es relativamente insensible y una sobre-incubación
puede destruir el anticuerpo mediante las enzimas desnaturalizadas por lo
que no se pueden detectar los antígenos del sistema MNS, Fya, Fyb, Cha y
Rga; también las enzimas realzan la presencia de ciertos anticuerpos fríos
clínicamente insignificantes; y si se realiza la prueba de dos etapas, ésta
requiere un importante control de calidad.
En general las pruebas con enzimas proteolíticas tienen sobre todas las
siguientes aplicaciones:
• Ayudar a detectar e identificar anticuerpos débiles del sistema Rh y
sistema Kidd.
• Ayudar a detectar e identificar una mezcla de anticuerpos desnaturalizando sus correspondientes antígenos (en el caso de un paciente con
un anti-c y un anti-Fya, el suero del paciente daría positivo en todas las
células del panel en la fase de antiglobulina indirecta dificultando su
identificación, cosa que es posible mediante el estudio enzimático).
• Aumentar la eficacia de la autoabsorción de autoanticuerpos y poder
detectar posibles aloanticuerpos.
• Algunos tipos de antisueros del sistema Rh, requieren la adición de
enzimas para detectar anticuerpos.
C.2.5. Test de antiglobulina
El test o prueba de antiglobulina humana (AGH) inventado por Coombs
244
(de ahí que en muchas ocasiones se denomine Test o prueba de Coombs),
es por sí sola la prueba más importante que se realiza para detectar anticuerpos anti-eritrocitarios.
Dado que los anticuerpos son gammaglobulinas, un anticuerpo puede formar puentes de unión entre hematíes sensibilizados a dicho anticuerpo y una
gammaglobulina, y dar origen a una aglutinación de los hematíes. Dado que
la mayoría de anticuerpos son IgG, la AGH monoespecífica contiene antiIgG; pero como algún anticuerpo IgG y muchos IgM pueden hacer que el
factor 3 del complemento (C3) se adhiera a los hematíes y éstos aglutinen,
el suero poliespecífico de AGH, también contiene anti-C3. El tipo de suero
de AGH más utilizado en los Bancos de Sangre para los estudios pretransfusionales mediante la prueba de AGH-Indirecta es el monoespecífico, en
tanto que para la realización de la prueba de AGH-Directa se utiliza el
poliespecífico que contiene anti-IgG, anti-C3b y anti-C3d.
Existen dos modalidades de la prueba de Antiglobulina:
• Prueba de Antiglobulina indirecta (AGH-I)
La mayor parte de los Bancos de Sangre utilizan la AGH monoespecífica que contiene solo anti-IgG. Esta prueba se utiliza para detectar la
sensibilización in vitro de los hematíes.
La prueba de la AGH-I consiste en incubar 2-4 gotas de suero con 1
gota de solución de hematíes al 3-5%, a 37º C durante 15-60 minutos.
Después de lavar, se añaden 2 gotas de AGH y se procede a la centrifugación y lectura macroscópica en busca de aglutinación, y en caso de
ser negativa se realiza una lectura microscópica.
La prueba de AGH-I detecta anticuerpos IgG de los sistemas Rh, Kell,
Kidd y Duffy, así como el anti-S, anti-s, y a veces el anti-M. Si se utiliza suero poliespecífico también detecta anticuerpos IgM que ligan
C3, como anti-Lea, anti-Leb, autoanti-I, y anti P1. Se utiliza para detectar e identificar los anticuerpos en el escrutinio de anticuerpos irregulares, y para realizar la prueba cruzada de compatibilidad.
• Prueba de Antiglobulina directa (AGH-D)
Esta prueba solo detecta la sensibilización “in vivo” de los hematíes
por IgG o C3. El método consiste en lavar bien los hematíes del
paciente o receptor y agregar dos gotas de suero poliespecífico de
AGH, centrifugar y leer macroscópicamente en busca de aglutinación,
245
que en caso de ser negativa, se hace también microscópicamente. La
principal utilidad de la prueba de AGH-D es el estudio de: la enfermedad hemolítica neonatal, la anemia hemolítica autoinmune, las anemias hemolíticas relacionadas con fármacos, y el estudio de reacciones
transfusionales hemolíticas.
C.2.6. Otras pruebas con soluciones potenciadoras
Además de las pruebas anteriormente descritas que potencian la detección
de anticuerpos (LISS, Albúmina, Enzimas proteolíticas), existen otras técnicas cuyo fin es potenciar la reactividad de un anticuerpo para poder ser
detectado e identificado. Entre los medios o soluciones potenciadoras no
descritos anteriormente destacan:
• Polietilenglicol (PEG).
Es un polímero soluble en agua y no tóxico. Es una de las soluciones
potenciadoras más utilizadas en la actualidad en las reacciones antígeno-anticuerpo. Su acción consiste en la eliminación de agua, con lo que
concentra los anticuerpos aumentando la intensidad de su reacción.
Suele utilizarse como complemento de otras técnicas para la detección
de anticuerpos débiles, sobre todo los de tipo IgG.
• Polibreno.
Es un polímero catiónico, que produce la agregación reversible de los
hematíes, mediante la adición de citrato sódico. Si los hematíes están
recubiertos por anticuerpos, la agregación producida por el polibreno
no será revertida con la adición de citrato sódico. Su principal utilidad
es potenciar la reactividad antígeno-anticuerpo de algunos sistemas
como el Rh, pero no del sistema Kell.
C.3. Fases del estudio
El EAI se puede realizar en distintas fases con el fin de detectar el mayor
número posible de anticuerpos, a pesar de que no hay ningún sistema que
garantice al 100% la detección de todos los anticuerpos clínicamente significativos. Las fases más utilizadas en los Bancos de Sangre son:
• Fase salina o LISS a temperatura ambiente
Muchos Bancos de sangre omiten esta fase de estudio de EAI, ya que
se descubrirán anticuerpos de tipo IgM que son capaces de reaccionar
246
a temperatura ambiente, pero no a temperatura corporal. Estos anticuerpos que se detectan de tipo IgM son clínicamente insignificantes,
y se trata de: anti-M, anti-N, autoanti-I, anti-P1, anti-Lea, y anti-Leb.
• Fase salina o LISS a 4º C
Muchos Bancos de sangre omiten esta fase de estudio de EAI, ya que
se descubrirán anticuerpos de tipo IgM que reaccionan a muy baja temperatura, pero no a temperatura corporal. Estos anticuerpos que se
detectan son clínicamente insignificantes, y se trata de: anti-M, anti-N,
autoanti-I, anti-P1, anti-Lea, y anti-Leb.
• Fase salina o LISS a 37º C
En esta fase se detectan anticuerpos de tipo IgM que tienen un
rango de temperatura más alto y que son clínicamente significativos. Se trata de: anti-M, anti-N, autoanti-I, anti-P1, anti-Lea, y antiLeb, que reaccionan a temperatura corporal y pueden causar hemólisis.
• Fase enzimática a 37º C
En esta fase se utilizan enzimas proteolíticas como sustancia potenciadora para detectar anticuerpos IgG frente al sistema Rh, y algunos
anticuerpos fríos de tipo IgM clínicamente significativos como antiLea, anti-Leb, autoanti-I y anti-P1.
• Fase de antiglobulina a 37º C
En esta fase se pueden detectar anticuerpos de tipo IgG en los cuatro
sistemas principales (Rh, Kell, Kidd y Duffy) así como el anti-S, antis y a veces el anti-M (si es IgG); si usamos antiglobulina poliespecífica, también se pueden detectar anticuerpos de tipo IgM que se unen al
complemento, como el anti-Lea, anti-Leb, y anti-I.
• Fase de autocontrol
Consiste en enfrentar el suero del receptor con sus propios hematíes en
las mismas fases que hemos realizado el EAI. Muchos Bancos de sangre sólo realizan un autocontrol si el paciente presenta un anticuerpo
inesperado o irregular. Su utilidad radica en detectar aloanticuerpos
provocados por una transfusión reciente y que no se detectan en el
suero porque permanecen adsorbidos en los hematíes incompatibles
que todavía circulan por el paciente.
247
La gran mayoría de los Bancos de sangre realizan para el EAI tres fases
de las señaladas: salina o LISS a 37º C, Enzimática a 37º C, y antiglobulina a 37º C; incluyendo o no la fase de autocontrol.
C.4. Técnicas disponibles
Además de las técnicas clásicas en tubo o en placa, que se siguen realizando en algunos centros, en la actualidad se dispone de diversas técnicas
metodológicas para la realización del EAI. Las técnicas más utilizadas
son:
• Técnicas en Fase Sólida
Se incluyen las denominadas técnicas en microplaca. Se fundamentan
en la adherencia y capacidad que poseen algunos plásticos, en absorber proteínas, que en este caso se trata de antígenos o de anticuerpos.
La adherencia de la IgG al antígeno que previamente se ha fijado en
una superficie sólida es detectada por los hematíes revestidos de antiIgG.
Es una técnica que en la actualidad está completamente automatizada
y detecta los anticuerpos de tipo IgG, en un tiempo de incubación de
15 minutos, pero no elimina los lavados en la fase de AGH-I.
• Técnicas en Columnas de gel
Las técnicas de EAI en columnas de gel se basan en la exclusión por
tamaño de los hematíes aglutinados en una matriz inerte y se puede
realizar de forma automatizada. Es un de los métodos más empleados
en la actualidad en los Bancos de Sangre por su sencillez y fiabilidad.
El tiempo de incubación es de 15 minutos, y elimina el lavado en la
fase de AGH-I. Requiere un equipamiento sencillo pero especial
(SISTEMA DIANA®, GRIFOLS), en el que destaca la velocidad y
el tiempo de centrifugación que debe ser constante. Detecta tanto
anticuerpos de tipo IgG como de tipo IgM. Entres sus escasos inconvenientes, destaca su alta sensibilidad que puede dar lugar a falsos
positivos.
• Técnicas en Columnas de afinidad
Esta técnica se basa en la adherencia por afinidad que presentan los
hematíes recubiertos de IgG a una matriz de agarosa inmunológicamente activa (proteína G del Streptococus), que tiene una alta afinidad
248
para las IgG. Es una técnica de reciente introducción, que no precisa
lavados y cuyo tiempo de incubación es de 15 minutos; posee una
buena sensibilidad y especificidad, detectando sólo anticuerpos de tipo
IgG.
C.5. Análisis de los resultados
Nos podemos encontrar con los siguientes tipos de resultados tras un
escrutinio de anticuerpos irregulares:
• Todas las células del panel de anticuerpos son negativas
El receptor no tiene ningún anticuerpo perceptible, y se puede pasar a
realizar las pruebas cruzadas de compatibilidad.
• Una o más células del panel de anticuerpos es positiva
El receptor tiene uno o más anticuerpos inesperados. No pueden realizarse las pruebas cruzadas transfusionales hasta que al anticuerpo
sea identificado y cuantificado, y se encuentren unidades que carecen del antígeno correspondiente. Si la unidad de concentrado de
hematíes se requiere con urgencia, se realizará una prueba cruzada
de compatibilidad mediante fase de AGH-I, y en caso de ser ésta
negativa, podrá administrarse conociendo y valorando los posibles
riesgos.
• Todas las células del panel de anticuerpos son negativas, pero
la sangre del donante es positiva en la fase de antiglobulina
Esta es una posibilidad rara, y se debe a que el paciente tenga un
anticuerpo dirigido frente a un antígeno de muy baja frecuencia que
casualmente tiene el donante, y más raramente a que el donante y el
paciente tengan grupos sanguíneos ABO incompatibles debido a un
error en la identificación o rotulación de las muestras.
249
Tabla 5.3.Selección de unidades a cruzar en función del anticuerpo
detectado
Especialidad del anticuerpo
Anticuerpo del sistema Rh
(reactivos en fase de Coombs)
Significación clínica
SI
Selección de unidades
Antígeno-negativa
Anticuerpos del sistema Kell
SI
Antígeno-negativa
Anticuerpos del sistema Duffy
SI
Antígeno-negativa
Anticuerpos del sistema Kidd
SI
Antígeno-negativa
Anti-S, -s
Anti-A1, -P1, -N
SI
Raramente
Anti-M
Raramente
Antígeno-negativa
P. cruzada compatible a
37º C en fase de Coombs
P. cruzadas compatibles a
37º C en fase de Combs
Anti-M reactivo a 37º C
Ocasionalmente
Antígeno-negativa
Anti-Lea, Anti-Lea+b
Raramente
P. cruzadas compatibles a
37º C en fase de Combs
Anti-Leb
Alto título de Anicuerpos de baja
avidez (HTLA)
Anticuerpos contra antígenos de
baja-alta frecuencia
NO
Raramente
Sin significado
Contactar con el centro
de transfusiones
Contactar con el centro de
Transfusión
Depende la especificidad
Los anticuerpos detectados son clínicamente significativos, si son capaces
de provocar hemólisis in vivo en el receptor. Usando este criterio, se considera que los siguientes sistemas de anticuerpos son clínicamente significativos:
• Sistema ABO (anti-A, anti-B).
• Sistema Rh (anti-D, anti-C, anti-E, anti-c, anti-e, y la mayoría de los
otros anticuerpos).
• Sistema Kell (anti-K, anti-k, y la mayoría de los otros anticuerpos).
• Sistema Kidd (anti-Jka, anti-Jkb).
• Sistema Duffy (anti-Fya, anti-Fyb).
• Sistema MNSs (anti-S, anti-s).
Los anticuerpos que normalmente son clínicamente insignificantes incluyen la mayoría del resto de anticuerpos incluyendo: anti-M, anti-N, anti-P1,
250
anti-Lea y anti-Leb. Si bien esta relación es meramente orientativa, y cada
caso debe ser examinado individualmente dadas las características peculiares y condiciones clínicas de cada paciente. De forma orientativa podemos clasificar los anticuerpos en función de su importancia clínica en cuatro grandes grupos (Tabla 5.4.).
• Grupo I: Clínicamente significativos.
• Grupo II: Sin significación clínica.
• Grupo III: Clínicamente insignificantes salvo que reaccionen a 37º C.
• Grupo IV: Ocasionalmente con significación clínica.
Tabla 5.4. Significación clínica de los anticuerpos detectados
Grupo I
ABO
Rh (D, C, c, E, e)
Kell (K, k)
Duffy
(Fya,
fyb)
Grupo II
Chido/Rodgers
(Cha/Rga)
Xga
Grupo III
Lewis (Lea/Leb)
Grupo IV
Yta
M, N
Vel
Bg
P1
Ge
“HTLA”
Kidd (Jka, Jkb)
Csa
S, s
Kna
Lutheran
(Lua/Lub)
A1
Gya
Hy
Sda
McCa, YKa
JMH
D. Selección de unidades a cruzar
Antes de iniciar las pruebas de compatibilidad y una vez seleccionadas las
unidades a cruzar, se debe confirmar el grupo ABO y Rh de las unidades.
D.1. Compatibilidad ABO
Siempre que sea posible, todos los pacientes deben recibir unidades de
concentrado de hematíes ABO idénticos. Cuando ello no es posible, pueden seleccionarse componentes de grupos ABO compatibles, en función
de los antígenos presentes en los hematíes y de los anticuerpos existentes
en el plasma del receptor (Tabla 5.5.).
251
Las mismas exigencias se mantienen en cualquier otro componente distinto al concentrado de hematíes que contenga 2 mL o más de hematíes en
especial para los concentrados de plaquetas y de granulocitos.
Tabla 5.5. Antígenos eritrocitarios y anticuerpos presentes en el plasma de
importancia en la compatibilidad ABO
Tipo de sangre
Antígenos en los hematíes
Anticuerpos en Plasma/Suero
0
Ni A ni B
Anti A y Anti B
A
A
Anti B
B
B
Anti A
AB
AyB
Ni Anti A ni Anti B
D.2. Compatibilidad Rh
Los componentes sanguíneos Rh positivos deben destinarse a los
receptores D positivos, en tanto que las unidades Rh negativas, aunque sean compatibles con receptores D positivos, deben reservarse
para los receptores D negativos (ver capítulo 7: administración de
unidades O negativas).
En ocasiones y ante cuadros de urgencia y carencia de unidades Rh
negativas un receptor D negativo puede recibir unidades Rh positivas, siendo consciente de que se va a producir una inmunización,
valorando los riesgos y la posible administración ulterior de inmunoglobulina anti-Rh. En la Tabla 5.6. se muestra la compatibilidad
ABO y Rh de los hemoderivados.
D.3. Compatibilidad con otros sistemas de grupos sanguineos
No es necesario seleccionar unidades en base a los otros sistemas de grupo
sanguíneo a menos que el receptor tenga un anticuerpo inesperado clínicamente significativo. Si el anticuerpo es fuertemente reactivo habrá que
localizar unidades que carezcan del antígeno correspondiente y confirmarlo mediante estudios con antisueros específicos. Si el anticuerpo es
débil o no demostrable, se evaluarán las unidades con reactivos apropiados, antes de realizar las pruebas de compatibilidad. La guía para la selección de unidades de sangre ante la presencia de anticuerpos, viene expresada en la Tabla 5.7.
252
Tabla 5.6. Compatibilidad ABO y Rh de los hemoderivados eritrocitarios y
plasmáticos
COMPATIBILIDAD DE LOS HEMODERIVADOS
Grupo del paciente
Compatibilidad
Concentrado hematíes
Compatibilidad
Plasma Fresco
A
A
0
A
AB
B
B
0
B
AB
0
0
0
A
B
AB
AB
A
B
0
AB
AB
Rh Pos
Rh Pos
Rh Neg
Rh Pos
Rh Neg
Rh Neg
Rh Neg
Rh Neg
Rh Pos
Tabla 5.7. Guía para la selección de unidades de sangre en caso de
anticuerpos detectados
Unidades carentes de antígeno
Anti-A, -B, -A,B
Anti-M (activo a 37°C), -S, -s, -U
Anti-Rh Todos (excepto anti-Cw)
Anti-Lub, -Lu3
Anti-Kell (incluyendo anti-K, -k, -Kpb, -Jsa, -Jsb, -Ku; pero no anti-Kpa, -Ula y -K17)
Anti-Duffy (anti-Fya, -Fyb, -Fy3, -Fy5)
Anti-Kidd (anti-Jka, -Jkb, -Jk3)
Anti-Wrb
Anti-Sc1
Anti-Coa
Anti-H (en individuos Oh )
Anti-Kx
Aloanti-I (activo a 37°C)
Anti-P, -PP1Pk
Anti-Vel, -AnWj
i
i
f
i
i
ºC
253
Unidades compatibles en fase antiglobulina a 37º C
Anti-A1
Anti-N (activo a 37°C), -Ena, anticuerpos frente a antígenos MNS de baja frecuencia (anti-‘Mia’)
Anti-P1 (activo a 37°C)
Anti-Lua
Anti-Cw
Anti-Lea, -Leb, -Lea+b
Anti-Kpa, Ula, -K17
Anti-Wra
Anti-Ytb
Anti-Xga
Anti-Doa, -Dob
Anti-Dia
Anti-Cob
Anti-H/HI en para-Bombay, use ABO identico
Anti-HI (en pacientes con fenotipos ABO comunes)
Anti-Ina
Autoanti-I
Serologicamente incompatibles, pero antígeno negativas para títulos altos de
anticuerpo
Anticuerpos frente a otros (no anti-Lubor, -Lu3) antígenos del sistema Lutheran de alta frecuencia
Anti-Yta
Anti-Gya, -Hy, -Joa
Anticuerpos Cromer
Anti-Inb
Anti-Lan, -Ata, -Jra
Anti-Dib
ABO/D compatible, aunque serologicamente sean imcopatibles
Anti-Lwa, -Lwab (usar D–)
Anticuerpos Chido/Rodgers
Anticuerpos Gerbich
Anticuerpos Knops
Anti-JMH
Anti-Era
Anti-LKE
Anti-Emm, -PEL, -ABTI
Anti-Sda (evitar donantes Sd(a+++))
Anti-Sc3
Anti-Co3
Anti-Oka
Anti-MAM
D.4. Compatibilidad de los distintos componentes sanguineos
La compatibilidad y grados de elección de los distintos tipos de componentes sanguíneos vienen expresados en las Tablas 5.8., 5.9., y 5.10.
254
Tabla 5.8.Selección de unidades de Concentrado de hematíes
Concentrado de Hematíes
Paciente
1ª Elección
2ª Elección
3ª Elección
0
0 Pos
0 Neg
0 Neg
0 Neg
A Pos
A Pos
A Neg u 0 Pos
A Neg
A Neg
0 Neg
B Pos
B Pos
B Neg u 0 Pos
B Neg
B Neg
0 Neg
AB Pos
AB Pos o AB Neg
A Pos o B Pos
A Neg, B Neg u 0 Neg
AB Neg
AB Neg
A Neg o B Neg
0 Neg
0 Neg
0 Neg
Tabla 5.9. Selección de unidades de Concentrado de plaquetas
Concentrado de Plaquetas
Paciente
1ª Elección
2ª Elección
3ª Elección
Ultima elección
0
0
AoB
AB
A
A
AB
B (volumen reducido)
0 (volumen reducido)
B
B
AB
A (volumen reducido)
0 (volumen reducido)
AB
AB
A o B (volumen reducido)
0 (volumen reducido)
Tabla 5.10. Selección de unidades de Plasma y/o Crioprecipitados
Plasma fresco y/o Crioprecipitado
Paciente
1ª Elección
2ª Elección
3ª Elección
0
0
AoB
AB
A
A
AB
B
B
AB
AB
AB
255
E. Pruebas cruzadas de compatibilidad
Durante muchos años las pruebas cruzadas de compatibilidad eran
imprescindibles a la hora de realizar un estudio pretransfusional seguro y
completo. En el inicio de la década de los años 80, se comenzó a plantear
la importancia cínica de los anticuerpos detectados a temperatura ambiente o por debajo de la misma, así como la utilidad de la albúmina en el estudio y la utilización de la prueba de AGH-I en las pruebas cruzadas. De tal
manera la FDA y la AABB permitieron en 1985 anular la fase de AGH-I
en las pruebas cruzadas si el EAI era negativo, recomendando además
anular la fase de autocontrol como una parte de la comprobación rutinaria
de los estudios pretransfusionales.
No obstante en todo paciente que precisa una transfusión y en aquellos
que son sometidos a procedimientos quirúrgicos en donde es muy probable la administración de sangre, se deben realizar las pruebas cruzadas de
compatibilidad, que consisten en enfrentar el suero del receptor con los
hematíes del donante.
E.1. Fases del estudio
Consiste en realizar las mismas fases que se emplean en el EAI enfrentando el suero del receptor de la transfusión con los hematíes procedentes
de los tubúlos de la unidad de concentrado de hematíes en:
• Fase salina o LISS a 37º C.
• Fase enzimática a 37º C.
• Fase de antiglobulina a 37º C.
Según pautas actuales, cuando el EAI es negativo y no se detecta ningún
anticuerpo, la fase de AGH-I de las pruebas cruzadas puede eliminarse, ya
que raramente un anticuerpo es clínicamente significativo si en la fase de
AGH-I del EAI no se ha detectado. En cambio si se ha detectado algún
anticuerpo significativo en el EAI, la fase de AGH-I en las pruebas cruzadas es obligatoria.
No obstante deben realizarse siempre pruebas para demostrar una posible
incompatibilidad ABO entre el receptor y el donante; de ahí que con un
EAI negativo, la mayoría de los Bancos de Sangre y Centros de
Transfusión, realicen sólo la fase salina o LISS para garantizar la compatibilidad ABO como prueba cruzada de compatibilidad.
256
E.2. Técnicas disponibles
Aparte de las técnicas clásicas en tubo, se dispone en la actualidad de
diversos métodos para su realización que son básicamente los señalados
para el EAI, es decir: técnicas en fase sólida, técnicas en columnas de gel,
y técnicas en columnas de afinidad.
E.3. Análisis de los resultados
Nos podemos encontrar ante dos situaciones: pruebas cruzadas de compatibilidad negativas, por lo que se puede proceder al rotulado o etiquetado de las unidades para su administración inmediata o reserva; y que nos
encontremos ante una prueba cruzada de compatibilidad positiva, cuando
el EAI ha sido negativo. En éste último caso nos podemos encontrar ante
dos situaciones:
• EAI negativo y prueba cruzada incompatible en fase salina o
LISS.
Esta situación puede deberse a:
✓ Hematíes del donante ABO incompatibles por error en la selección
de la unidad, de la muestra del paciente o del rótulo de la unidad.
✓ Hematíes del donante ABO incompatibles por falta de detección
de antígenos de expresión débil.
✓ Existencia de un anti-A1 en el suero de un individuo A2 o A2B.
✓ Existencia de anticuerpos reactivos a temperatura ambiente (anti-M).
✓ Hematíes del donante poliaglutinables.
• EAI negativo y prueba cruzada incompatible en fase de antiglobulina.
Esta situación puede deberse a:
✓ Hematíes del donante con prueba de AGH-D positiva.
✓ Presencia de anticuerpos que sólo reaccionan con hematíes con
expresión antigénica acentuada.
✓ Presencia de anticuerpos que reaccionan con antígenos de baja
incidencia.
✓ Presencia de anticuerpos transmitidos en forma pasiva: niveles
significativos de anti-A o anti-B circulantes tras la administración
de plaquetas de grupo O a un receptor de otro grupo distinto al O.
257
F. Interpretación de los resultados de los estudios pretransfusionales
Una vez realizado el escrutinio de anticuerpos irregulares y las pruebas
cruzadas de compatibilidad transfusional, nos podemos encontrar ante las
siguientes situaciones:
• Escrutinio de anticuerpos negativos y prueba cruzada compatible
✓ La inmensa mayoría de las muestras estudiadas van a presentar
esta situación de negatividad en el escrutinio de anticuerpos y
compatibilidad con los hematíes del donante.
✓ Esta situación no garantiza la ausencia de un anticuerpo indectectable por la tecnología utilizada, así como un rendimiento transfusional de los hematíes inferior al esperado.
✓ En un escrutinio de anticuerpos irregulares simplemente se determina
la presencia o no de anticuerpos en el suero del receptor dirigidos contra los antígenos presentes en las células utilizadas; una prueba cruzada de compatibilidad, compatible debe interpretarse de forma similar;
es decir, que el suero del receptor, no posee anticuerpos dirigidos contra los antígenos de los hematíes de la unidad de sangre cruzada.
• Escrutinio de anticuerpos positivo y prueba cruzada incompatible
Puede ser debido a la presencia de aloanticuerpos, autoanticuerpos,
problemas con los reactivos, o a la formación de aglutinaciones anómalas (“rouleaux”).
✓ Hay que identificar el problema antes de la emisión de la unidad
para su transfusión, a menos que la necesidad de su administración
sea urgente y vital. Si no existe tiempo para realizar el estudio dada
la necesidad imperiosa de su administración:
– El médico responsable del Banco de Sangre debe notificar al
médico responsable del paciente los riesgos potenciales de
su administración.
– Hay que valorar el riesgo de muerte debido al transfundir
sangre incompatible con el riesgo de muerte del receptor al
no recibir la transfusión.
✓ La prueba cruzada incompatible, se debe normalmente a la presencia de un aloanticuerpo, máxime en este caso que el escrutinio
ha sido positivo:
258
– Hay que realizar un panel para identificar el tipo y especificidad del anticuerpo.
– Buscar dentro de las unidades de sangre ABO y Rh compatibles, aquellas que sean negativas para el antígeno contra el
que va dirigido el anticuerpo encontrado.
– Utilizar reactivos anti-antígeno determinados, para comprobar la ausencia del antígeno de las unidades seleccionadas.
– Realizar una nueva prueba cruzada de compatibilidad con las
unidades de sangre seleccionadas, libres del antígeno involucrado.
– Si se detecta la existencia de anticuerpos múltiples y no se
puede detectar todas las identidades de los mismos, habrá
que realizar un estudio en los Centros de Referencia.
✓ Si al realizar el estudio de anticuerpos se detecta una positividad
en el autocontrol, hay que verificar la historia del transfusional del
paciente:
– Si el paciente ha sido transfundido en los últimos 2-3 meses,
puede existir un aloanticuerpo que este reaccionando con las
células del donante transfundidas.
– Una aglutinación mixta es frecuentemente encontrada, pero
sólo las células del donante positivas para el antígeno, reaccionan con el anticuerpo.
– Hay que realizar un procedimiento de elución para eliminar
el anticuerpo fijado a las células para su identificación y
especificidad.
✓ Anticuerpos fríos potentes pueden causar problemas en el tipaje
ABO y Rh, así como en el escrutinio de anticuerpos irregulares y
en las pruebas cruzadas de compatibilidad:
– La especificidad más común es un Anti-I.
– Es importante determinar si los anticuerpos fríos pueden estar
enmascarando un aloanticuerpo clínicamente significante.
– Hay que utilizar todos los elementos (hematíes, suero, solución salina) previamente calentados.
– Hay que realizar una autoabsorción en frío con el fin de eliminar los anticuerpos fríos.
259
✓ Anticuerpos calientes raramente causan problemas con el tipaje
ABO, pero sí frecuentemente con la determinación del Sistema
Rh; en el escrutinio de anticuerpos irregulares y en la prueba cruzada de compatibilidad:
– Utilizar reactivos Anti-D bajos en proteínas con su adecuado
control.
– Los anticuerpos calientes son responsables de un escrutinio
positivo y de la incompatibilidad de la prueba cruzada.
✓ La formación de “rouleaux” es una alteración sérica que origina
una aglutinación celular tanto a temperatura ambiente como a 37º
C, si bien no afecta a la prueba de aglutinación directa.
✓ Problemas relacionados con los reactivos puedan estar ocasionados por una diversidad de fármacos y aditivos presentes en los
mismos y pueden dar resultados falsos positivos.
• Escrutinio de anticuerpos negativos y prueba cruzada incompatible
✓ La causa más común es que la unidad de sangre cruzada tenga una
Test de antiglobulina directo positivo. Siempre que el escrutinio de
anticuerpos irregulares sea negativo y la unidad cruzada sea
incompatible, hay que realizar un test de antiglobulina directo a la
unidad de sangre.
✓ Raramente las reacciones positivas en las pruebas cruzadas pueden ser
debidas a anticuerpos de muy baja incidencia, presentes en los hematíes del donante pero ausentes en las células del panel de escrutinio de
anticuerpos irregulares. Hay que realizar en primer lugar un test de
antiglobulina directo y en el caso que sea negativo, realizar un panel
más amplio para detectar el anticuerpo de baja frecuencia implicado.
✓ Repetir el grupo ABO en la muestra de los hematíes de la unidad
o del propio donante, por si han existido errores previos en la identificación del grupo ABO del hemocomponente.
✓ Las causas más frecuentes de que nos encontremos ante un estudio
de anticuerpos irregulares negativo y una prueba cruzada incompatible realizada a temperatura ambiente son:
– Hematíes del donante ABO incompatibles (repetir el grupo
ABO de los hematíes de la unidad).
– Presencia de un Anti-A1 en el suero de pacientes A2 o A2B.
260
– Presencia de aloanticuerpos reactivos a temperatura ambiente,
de muy baja incidencia (realizar una identificación con paneles más amplios, con incubación a temperatura ambiente).
✓ Si el escrutinio de anticuerpos irregulares es negativo y la prueba
cruzada es incompatible en la fase de Coombs únicamente, ello
puede ser debido a:
– Los hematíes de la unidad cruzada tienen un test de aglutinación directo positivo.
– El anticuerpo reacciona sólo con los hematíes que tienen una
alta expresión del antígeno, y las células empleadas en el
panel del escrutinio no poseen dicha expresión aumentada.
– El anticuerpo implicado reacciona con un antígeno de muy
baja frecuencia.
G. Etiquetado de las unidades
Una vez realizadas las pruebas cruzadas de compatibilidad transfusional se debe proceder al rotulado o etiquetado de las unidades en donde
deben de constar de forma clara y explícita los siguientes apartados:
• Número de la unidad.
• Grupo ABO y Rh de la unidad.
• Nombre y apellidos del receptor.
• Grupo ABO y Rh del receptor.
• Resultado de las pruebas de compatibilidad.
• Nombre de la persona que ha realizado las pruebas de compatibilidad.
• Fecha y hora de la realización de las pruebas de compatibilidad.
• Etiqueta especial si ha sido sometida a procedimientos especiales
(irradiación, negatividad frente a CMV, leucoreducción, etc.).
H. Administración de las unidades
Aunque las normas de la administración de las unidades de sangre
y hemoderivados, vienen detalladas en el capítulo 6, antes de emitir una unidad para su administración, el personal del Banco de
Sangre debe de comprobar las siguientes eventualidades:
261
• Inspección de la unidad
La inspección de la unidad debe realizarse en el propio Banco
de Sangre antes de su salida a la unidad de hospitalización para su
administración; y se debe realizar un chequeo de la unidad en busca
de:
✓ Comprobar la integridad de la bolsa, y que no existen fugas del
componente y se encuentran sellados correctamente los lugares de
conexión al equipo de infusión. Para ello invertir y aplicar una ligera presión a toda la unidad.
✓ Evidencia de hemólisis en el plasma o en la interfase del plasma
con los hematíes.
✓ Evidencia de coloración anormal del hemoderivado, o presencia de
turbidez, burbujas o grumos.
✓ Evidencia de grandes coágulos.
• Identificación de la unidad y del receptor
Este paso es esencial para prevenir los errores transfusionales humanos, que son los responsables de la mayor parte de las reacciones
adversas graves que acontecen en la transfusión de sangre y/o hemoderivados. Hay que prestar especial atención a los siguientes aspectos:
✓ Identificación del receptor
El receptor de la transfusión debe ser identificado inequívocamente
mediante su nombre, apellidos, número de historia, y/o pulsera o brazalete de identificación. Estos datos deben de coincidir con los de la
hoja-solicitud de transfusión y con los de la etiqueta adherida por el
Banco de Sangre a la unidad, relativa a la identificación del receptor.
✓ Identificación de la unidad
La unidad a infundir debe ser totalmente identificada, atendiendo a
los siguientes datos:
➢ Tipo de hemoderivado.
➢ Grupo ABO y Rh de la unidad.
➢ Fecha de extracción y caducidad de la unidad.
➢ Pruebas de serológicas realizadas y su resultado.
➢ Etiqueta, en su caso, de haber sido sometida a procedimientos especiales.
262
Es fundamental comprobar que los datos referentes a la unidad, coinciden con los que figuran en la hoja-solicitud de transfusión, y que
han sido rellenados por el Banco de Sangre.
✓ Identificación de la compatibilidad de la unidad
Una vez identificado inequívocamente tanto el receptor como la unidad de sangre y/o hemoderivado a infundir, se debe proceder a comprobar la compatibilidad de la unidad con el receptor, atendiendo a la
etiqueta adherida por el Banco de Sangre en la que constan:
➢ Nombre y apellidos del receptor.
➢ Grupo ABO y Rh del receptor.
➢ Resultado de las pruebas de compatibilidad.
➢ Número de la unidad.
Como comprobación final, antes de proceder al inicio de la transfusión, y en función del componente a infundir se deberá realizar un
último procedimiento consistente en:
➢ Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el
grupo ABO y Rh de la unidad, para verificar su compatibilidad.
263
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266
6. ADMINISTRACIÓN DE HEMODERIVADOS
Cristina Hernández Solanot*, Antonia Llorens Ortells*, Josefina Chirivella Lopez*,
Cecilia García-Peñuela Pons*, Elías Aguilar Ligorit#.
*ATS-DUE. #Servicio de Hematología. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Generalitat Valenciana. Consellería de Sanitat.
La seguridad transfusional y los beneficios terapéuticos deseados tras la
indicación de los hemoderivados, no solo depende de la elección del producto adecuado para cada paciente y de los estudios pre-transfusionales
realizados, sino también de su correcta administración.
La administración adecuada de sangre o hemoderivados obedece a unas
reglas generales y otras particulares, éstas últimas en función del paciente y de su estado clínico. Las reglas generales de la administración de los
hemoderivados, son ante todo unas reglas de seguridad, ya que la transfusión no es un acto anodino, y todo producto administrado es capaz de
engendrar una patología iatrogénica inmediata o futura al receptor.
Además, éstas reglas generales, buscan la eficacia y calidad transfusional,
es decir que todo producto administrado debe responder a un proceso de
obtención, procesamiento y almacenamiento correcto, y debe proporcionar los efectos terapéuticos deseados que justifican su administración.
El objeto del presente capítulo es describir las normas generales de la
correcta administración de los productos sanguíneos, que deben ser cono267
cidas por médicos y enfermeras que bien prescriben o administran los
mismos.
A. Acceso venoso
La sangre y los hemoderivados se administran por vía intravenosa (la
transfusión intra-arterial no se utiliza debido a los graves riesgos isquémicos e infecciosos) y se rige por las mismas pautas y reglas de todo tipo
de perfusión venosa en relación a idoneidad, calibre, desinfección y cuidados generales. Las principales vías de abordaje venoso para administrar
una transfusión son:
• Venas superficiales:
Se utilizan fundamentalmente para la administración de concentrados
de hematíes en pacientes con anemia crónica (que necesitan soporte
periódico o mensual), o en pacientes que van a recibir una única
transfusión. Las más utilizadas son:
✓ Venas superficiales de los miembros superiores.
✓ Vena radial superior y accesorias.
✓ Vena cubital superficial.
✓ Vena basílica.
✓ Vena cefálica
• Venas profundas o centrales:
Se utilizan en situaciones urgentes de shock hipovolémico, y en pacientes que requieren un soporte transfusional periódico y frecuente, debido a sus enfermedades de base (neoplasias, hemopatías malignas, transplantes, traumatismos, etc.). Las más frecuentemente utilizadas son:
✓ Vena yugular externa.
✓ Vena subclavia.
✓ Vena femoral.
• Catéteres y Reservorios:
En algunos pacientes se colocan catéteres o reservorios para administración continua de fármacos o soluciones parenterales
(Hickman®, Portacath®), a través de los cuales se puede realizar la
268
administración de una transfusión, siempre que la permeabilidad y las
condiciones de asepsia sean las adecuadas.
B. Agujas y catéteres
El tamaño de la aguja debe ser el adecuado para mantener la proporción
de flujo deseada para cada producto sanguíneo administrado, y va a
depender en gran medida del tamaño e integridad de la vía venosa escogida. Así mismo es importante que el tamaño de la aguja no produzca una
presión excesiva que pueda originar un cuadro de hemólisis, debido a su
estrechez. La medida recomendada para un adulto es utilizar agujas de
18G o 19G (que poseen un diámetro interno de 1.24 y 1.10 mm, respectivamente) que permiten un flujo adecuado de infusión. En pacientes con
buen acceso venoso periférico se pueden utilizar agujas de 15G o 16G
(con diámetros internos de 1.83 y 1.65 mm, respectivamente) que aseguran una buena infusión de la totalidad de los componentes sanguíneos.
C. Equipos de infusión
Todos los componentes sanguíneos y hemoderivados, deben administrarse a través de equipos o “sets” de infusión, especialmente diseñados y
fabricados para este fin, no siendo válida la utilización de cualquier equipo de infusión intravenosa estándar.
Como norma general los equipos de infusión de sangre y/o hemoderivados, deben reunir los siguientes requisitos:
• Estar elaborado con materiales plásticos o látex, flexibles, inertes y
libres de toxicidad, y debidamente esterilizados.
• El sistema tubular debe estar formado por las siguientes partes:
✓ Perforador o bayoneta en el extremo proximal del tubular que se
conecta a la unidad, con su respectivo protector que garantice su
esterilidad.
✓ Cámara de goteo, que debe ser flexible y transparente y herméticamente ensamblada en la línea tubular.
✓ Filtro estándar (170-260 µ) situado en el interior de la cámara de
goteo.
✓ Regulador de flujo, que permita controlar y ajustar la velocidad y
ritmo de la infusión.
269
✓ Conector de tipo Luer con su respectivo protector, en el extremo
distal del sistema tubular, que se conecta a la línea intravenosa
para la infusión del hemoderivado.
Existen diversos sistemas o tipos de equipos de infusión, en función de su
diseño, número de tubulares, número de filtros, y sistemas de conexión
y/o toma de aire.
La caducidad de los equipos de infusión viene determinada por el fabricante, no debiéndose utilizar ningún equipo caducado por el riesgo de
contaminación al concluir su esterilización.
Una vez conectados al componente sanguíneo o hemoderivado no deben
de ser utilizados durante más de 4 horas, debido a los riesgos de contaminación; así mismo, no deben ser empleados para administrar componentes distintos alternativamente pese a que no haya transcurrido dicho espacio de tiempo (ya que los restos retenidos y depositados en el filtro podrían impedir el paso de otros componentes, como por ejemplo las plaquetas
tras la infusión de un concentrado de hematíes).
D. Filtros
Toda unidad de sangre, concentrado de hematíes, y/o hemocomponente
debe ser administrado a través de un filtro que garantice la eliminación de
grumos, detritus celulares y acúmulos que se pueden formar durante el
proceso de almacenamiento de los hemoderivados.
La mayoría de los equipos de infusión de sangre y hemoderivados utilizados en nuestro medio llevan un filtro entre 170-260 micras que garantiza la eliminación de los mencionados productos y desechos celulares. Es
importante tener en cuenta que cada unidad de sangre, concentrado de
hematíes y/o hemoderivado, debe ser transfundida a través de un filtro
estéril y de un sólo uso, es decir, que un filtro sólo sirve para la administración de una o dos unidades del mismo componente, si la transfusión se
realiza en plazo inferior a las 4 horas.
D.1. Preparación del filtro
Antes de ser usado, el filtro debe rellenarse completamente con el componente sanguíneo, hemoderivado o suero salino, hasta que este completamente saturado, ya que así se garantiza su correcto funcionamiento.
270
D.2. Duración del filtro
Un filtro que se utiliza para la administración de sangre o cualquier otro
hemoderivado, no debe superar las 4 horas de utilización, debido a los
riesgos de contaminación bacteriana. La mayoría de los filtros están diseñados para filtrar de dos a cuatro unidades de sangre y/o hemoderivados,
pero nunca deben superar las cuatro horas de utilización, siendo aconsejable cambiarlos tras dos unidades aunque no haya transcurrido dicho
espacio de tiempo.
D.3. Tipos e indicaciones de filtros
D.3.1. Filtro estándar
El filtro estándar para la administración de sangre y/o hemoderivados se
encuentra incorporado en los equipos de infusión que los Bancos de
Sangre suministran junto con toda unidad que se entrega a las distintas
unidades hospitalarias, para su administración. Su tamaño se encuentra
entre 170-260 µ y se utiliza para la administración de sangre completa,
concentrados de hematíes, plaquetas, granulocitos y resto de hemoderivados plasmáticos.
D.3.2. Filtro de microagregados
Los filtros de microagregados tienen un tamaño de poro muy pequeño,
entre 20-40 µ, y se utilizan para evitar la infusión de restos celulares de
plaquetas, leucocitos, fibrina y coágulos microscópicos que se pueden
producir durante el almacenamiento de los componentes sanguíneos. Sólo
se utiliza para la administración de concentrado de hematíes y sangre
completa. La presencia de microagregados se ha implicado como una
posible causa de síndrome de distrés respiratorio en pacientes que reciben
múltiples unidades de concentrado de hematíes, pero su uso no ha disminuido la incidencia del mencionado síndrome. De hecho puede ser beneficioso su uso en los casos de transfusión masiva, pero debido a su calibre
puede disminuir la velocidad de infusión cuando la rapidez es esencial.
En la actualidad, parece ser aceptable su uso en los casos de transfusión de
concentrados de hematíes en cirugía cardiovascular durante las derivaciones
cardio-pulmonares. Está formalmente contraindicado su uso en las transfusiones de concentrados de plaquetas y concentrados de granulocitos.
271
D.3.3. Filtros leucoreductores
Los filtros leucoreductores tienen por objeto el reducir prácticamente el
99% de los leucocitos en las unidades de concentrado de hematíes y plaquetas, que no han sido sometidos previamente a leucoreducción por
hemofiltración tras el procesamiento de una unidad de sangre donada. No
está indicado su uso en la transfusión de concentrado de granulocitos.
Los filtros leucoreductores utilizan un sistema de fijación y absorción de
los leucocitos impidiendo su paso al torrente circulatorio; se componen de
capas múltiples de fibras sintéticas que retienen los leucocitos de forma
selectiva y permiten el paso tanto de los hematíes como de las plaquetas.
Su uso está indicado tanto en la transfusión de concentrado de hematíes
como de plaquetas en las siguientes situaciones:
• En pacientes que han experimentado dos o más reacciones febriles no
hemolíticas.
• Como un método para disminuir el riesgo de transmisión de CMV.
• Como un método para prevenir la aloinmunización plaquetaria.
El uso correcto de los filtros leucoreductores es esencial para asegurar su
efectividad y producir la reducción leucocitaria. Ciertos filtros requieren
un cebado completado previo con el componente a infundir, en tanto que
otros requieren el cebado con suero salino; en todo caso se deben seguir
cuidadosamente las instrucciones del fabricante al respecto, así como su
validez para el número de unidades que puede filtrar.
E. Bombas y dispositivos de infusión
Normalmente, no se usan bombas o dispositivos de infusión para la administración de sangre y/o hemoderivados, pero en determinadas circunstancias y en pacientes seleccionados, puede ser necesaria la administración de los hemoderivados con un control de flujo y proporción constante; sobre todo tiene su interés en pacientes neonatos y pediátricos, y en
adultos con graves problemas para el manejo del aumento de volumen circulante. No se deben emplear bombas estándar utilizadas para la infusión de cristaloides o coloides, ya que pueden provocar hemólisis en los
componentes eritrocitarios, en cambio no han mostrado efectos adversos
en la administración de concentrados de plaquetas, granulocitos y plasma
fresco congelado.
272
Fundamentalmente existen diversos tipos de bombas o dispositivos de
infusión para sangre y hemoderivados eritrocitarios:
• Bombas electromecánicas.
Están diseñadas espacialmente para infundir sangre y componentes
eritrocitarios a unas proporciones de flujo determinadas previamente
por la persona que realiza la transfusión. Sólo hay que utilizar bombas especialmente fabricadas para la administración de sangre y
siguiendo las instrucciones y normas de funcionamiento del fabricante, ya que de no ser así, se corre el riesgo de producir hemólisis.
• Dispositivos de presión externa.
Los dispositivos de presión externa hacen posible la administración
de una unidad de sangre o concentrado de hematíes en escasos minutos. Estos dispositivos sólo pueden usarse si la vía de administración
es de gran calibre y/o la aguja a través de la cual se administra tiene
un calibre importante (superior a 14G). Estos dispositivos aplican una
presión de forma uniforme sobre toda la unidad, que puede ser regulable, siendo aconsejable no superar los 300 mmHg de presión, por el
riesgo de hemólisis de los hematíes.
• Manguitos de presión.
Los manguitos de presión utilizados para la determinación de la tensión
arterial, no deben utilizarse como dispositivos de infusión, ya que no
ejercen una presión uniforme sobre toda la bolsa o unidad, pudiendo
provocar un trauma a los hematíes y su consiguiente destrucción.
F. Calentadores
Los dispositivos calentadores de sangre y hemoderivados para su infusión, sólo deben utilizarse bajo supervisión e indicación de los facultativos del Banco de Sangre y con aparatos o sistemas homologados.
Normalmente no se indica su uso para la transfusión rutinaria de sangre
y/o hemoderivados.
Las indicaciones específicas para su utilización son fundamentalmente:
• Pacientes con potentes aglutininas frías.
• Casos de Transfusión masiva.
• Infusión rápida de unidades a través de catéteres centrales.
273
• Exanginotransfusión en neonatos.
Según las normas de la AABB, el calentamiento de la sangre y hemoderivados debe realizarse mediante dispositivos que garanticen un proceso
homogéneo y controlado, con sistemas audio-visuales de alarmas en caso
de sobrepasar las temperaturas establecidas, ya que el calentamiento por
encima de los 42º C provoca hemólisis y alteraciones en los concentrados
de hematíes. Bajo ningún concepto se deben calentar los hemoderivados
con los siguientes procedimientos:
• Con agua caliente, o baños de agua.
• En hornos microondas.
• Radiadores de calefacción.
Existen dos tipos de sistemas homologados de calentadores de sangre para
la administración de los componentes sanguíneos:
• Calentamiento del producto a través del tubular del equipo de infusión.
Se trata de dispositivos con control térmico de la temperatura del
agua dentro de la cual se dispone gran parte del tubular del equipo de
infusión, para que la sangre o hemoderivado alcance la temperatura
adecuada y sea infundida al paciente.
• Calentamiento de toda la unidad.
Utilizan un calor seco mediante placas eléctricas que rodean a la unidad, alcanzando la temperatura deseada para su infusión.
G. Soluciones intravenosas
En condiciones normales, ninguna unidad de sangre o hemoderivado debe
administrarse concomitantemente con ninguna otra solución. En caso de
ser necesaria la administración simultánea de soluciones intravenosas, se
atenderá a las siguientes consideraciones:
• Soluciones compatibles.
✓ Salina o Suero fisiológico normal (Cloruro sódico al 0.9%).
✓ Soluciones electrolíticas isotónicas que no contengan calcio.
✓ Albúmina al 5%.
274
✓ Plasma fresco congelado.
• Soluciones incompatibles.
✓ Ringer-Lactato, u otras soluciones electrolíticas que contienen calcio; ya que forman grumos y coágulos con los hemoderivados eritrocitarios que contienen citrato como anticoagulante.
✓ Soluciones glucosadas; ya que pueden provocar agregados y
hemólisis de los hematíes.
✓ Soluciones hipotónicas e hipertónicas; ya que pueden provocar
hemólisis de los hematíes.
H. Medicación
Ningún tipo de medicación debe administrarse en el interior de la unidad
de sangre o hemoderivado a infundir, así como, tampoco se debe administrar ningún tipo de medicación a través del equipo de infusión y/o la
vía por la que se está infundiendo el producto sanguíneo.
Muchas de las medicaciones administradas tienen un pH ácido y pueden
causar hemólisis de los hematíes; en tanto que otras pueden provocar efectos secundarios que pueden dificultar el reconocimiento de una reacción
transfusional y/o enmascararla.
En el caso del que el paciente sólo tenga una vía de acceso venoso, y sea
imprescindible la administración de un fármaco mientras se está realizando una transfusión, hay que realizar los siguientes pasos:
• Detener momentáneamente la transfusión.
• Purgar un equipo de infusión con suero salino fisiológico.
• Lavar la vía venosa con suero salino fisiológico.
• Administrar el fármaco.
• Lavar la vía venosa con suero salino.
• Reanudar la transfusión.
En el caso que la orden facultativa de transfusión se acompañe de algún
tipo de medicación profiláctica previa, está se administrará unos 10 minutos antes de iniciar la transfusión, si es por vía intravenosa, o 30 minutos
antes si es por vía oral.
275
I. Flujo y ritmo de infusión
Todos los componentes sanguíneos y hemoderivados, deben infundirse
tan rápido como lo tolere el paciente, pero con cuidado para no provocar
una sobrecarga circulatoria.
Producto
Tipo y Tamaño del filtro
Tiempo usual
de Transfusión
Sangre Total
170 micras Suministrado
con el equipo de infusión
2-4 horas
Dentro de las 4 horas de
su salida del Banco de Sangre
Concentrado
de Hematíes
170 micras Suministrado
con el equipo de infusión
2-4 horas
Dentro de las 4 horas de
su salida del Banco de Sangre
Concentrado de
Plaquetas (pool)
170 micras Suministrado
con el equipo de infusión
30-60 minutos
Dentro de las 4 horas
de salida del Banco de Sangre
Concentrado
de plaquetas
(Aféresis)
170 micras Suministrado
con el equipo de infusión
30 minutos
Dentro de las 4 horas de
su salida del Banco de Sangre
Concentrado
de Granulocitos
170 micras Suministrado
con el equipo de infusión
30 minutos
Inmediatamente tras su salida
del Banco de Sangre
Plasma Fresco
Congelado (PFC)
170 micras Suministrado
con el equipo de infusión
30 minutos
Dentro de las 4 horas de
su salida del Banco de Sangre
Crioprecipitado
170 micras Suministrado
con el equipo de infusión
30 minutos
Dentro de las 4 horas de
su salida del Banco de Sangre
Concentrado de
Factor VII
Se filtra cuando
se prepara
IV en bolo
Concentrado de
Factor VIII
Se filtra cuando
se prepara
IV en bolo o
IV infusión continua x
5-7 días
Concentrado de
Factor IX
Se filtra cuando
se prepara
IV en bolo
Gammaglobulina IV
Se filtra cuando
se prepara
IV en infusión continua
Globulina Inmune
Anti-D
Ninguno
IM
Albúmina
170 micras Suministrado
con el equipo de infusión
IV en infusión continua
Tabla 6.1. Tipos de filtro y tamaño de los mismos, y duración
recomendada del tiempo de infusión de cada unidad de hemoderivado
276
Las proporciones de administración varían en función del volumen circulante del paciente, de su condición hemodinámica, y de su estado cardiocirculatorio. La mayoría de los productos sanguíneos y hemoderivados
deben ser administrados en un plazo de 2 horas, tiempo que puede
ampliarse en determinados pacientes hasta las 4 horas.
El tiempo de administración y la proporción de infusión va a depender por
un lado de la condición clínica del paciente, y por otro del hemocomponente a transfundir. En hemorragias agudas la rapidez y velocidad de la
infusión es vital, en tanto que en otras situaciones se puede administrar
más lentamente, pero no se obtiene ningún beneficio en prolongar una
transfusión en pacientes que la toleren perfectamente.
Básicamente se deben tomar las siguientes medidas en casos de administración no urgente y vital de sangre y hemoderivados:
• Concentrado de hematíes.
✓ Iniciar la infusión durante los primeros 10-15 minutos a un goteo
lento, 1-2 mL/minuto.
✓ Si no aparece ninguna sintomatología adversa, y no presenta
patología cardio-pulmonar, incrementar la infusión a 5-10
mL/minuto.
✓ En pacientes con riesgo de sobrecarga circulatoria administrar a 2
mL/Kg y hora.
✓ En pacientes con anemia severa (hematocrito < 15%) la proporción de la transfusión no debe exceder de 1 mL/Kg y hora.
✓ En ningún caso la duración de la administración de una unidad de
concentrado de hematíes debe superar las 4 horas.
✓ En el caso de que la unidad de concentrado de hematíes se infunda con lentitud no deseada hay que realizar: elevar la bolsa para
aumentar la presión hidrostática, comprobar la permeabilidad de
aguja o catéter, examinar el filtro en busca de desechos que obstruyan la salida, y si es posible agregar entre 50-100 mL de suero
salino fisiológico a la unidad con el fin de disminuir su viscosidad.
• Concentrado de plaquetas, plasma fresco y crioprecipitado.
✓ Iniciar la infusión durante los primeros 10-15 minutos a un goteo
lento, 1-2 mL/minuto.
277
✓ Si no aparece ninguna sintomatología adversa, y no presenta patología cardio-pulmonar, incrementar la infusión a 5-10 mL/minuto.
✓ En pacientes con riesgo de sobrecarga circulatoria administrar a 2
mL/Kg y hora.
✓ La duración de la administración de una unidad de éstos hemoderivados no debe exceder de las 4 horas, si bien lo recomendable es
administrarlos en un intervalo inferior a las 2 horas.
• Concentrado de granulocitos.
✓ Iniciar la infusión durante los primeros 10-15 minutos a un goteo
lento, 1-2 mL/minuto.
✓ Si no aparece ninguna sintomatología adversa, y no presenta patología cardio-pulmonar, incrementar la infusión a 5-10 mL/minuto.
✓ En pacientes con riesgo de sobrecarga circulatoria administrar a 2
mL/Kg y hora.
✓ La proporción de infusión va a depender en todo caso, del estado
de receptor en tolerar el volumen y de las reacciones adversas que
con frecuencia presenta la administración de granulocitos.
J. Valoración y preparación del receptor
Antes de iniciar la infusión de todo componente sanguíneo y/o hemoderivado se debe realizar una serie de medidas y acciones encaminadas a administrar el componente indicado en las mejores condiciones y previniendo
sus posibles efectos secundarios. Entre las acciones a tomar destacan:
• Valoración del estado del receptor.
La información al paciente que va a recibir una transfusión es una
parte importante del acto transfusional. Los receptores que conocen
los pasos que implica una transfusión experimentan menos ansiedad,
y reconocerán con mayor facilidad la aparición de cualquier síntoma
adverso.
Antes de solicitar al Banco de Sangre la unidad a transfundir, se
deben realizar los siguientes pasos:
✓ Revisar la historia clínica en busca de transfusiones anteriores e
incidencias en las mismas, así como historia de embarazos previos
278
en mujeres (ya que son más propensas en experimentar reacciones
adversas debido a sensibilizaciones previas).
✓ Revisar la historia clínica en busca de antecedentes de enfermedad
cardiaca o renal, que aconseje un ritmo de infusión más lento del
hemocomponente.
✓ Evaluar en la historia clínica el balance hidro-electrolítico del
paciente, así como su gráfica de diuresis.
• Preparación del receptor para la transfusión.
Una vez valorado el estado general del receptor, e informado del procedimiento de la transfusión; éste debe ser preparado para recibir el
producto sanguíneo tan pronto como se disponga de la unidad y se
hallan realizado todas las acciones encaminadas a garantizar la seguridad transfusional. Los pasos que hay que realizar para preparar al
receptor son:
✓ Comprobar que tiene una vía venosa canalizada y que el calibre de
aguja o catéter es adecuado para administrar el hemocomponente
en cuestión.
✓ Comprobar si en las órdenes médicas existe algún tipo de premedicación, y en el que caso de tener que administrar algún fármaco,
este se debe dar 30 minutos antes si es por vía oral, y 10 minutos
antes si es por vía endovenosa.
✓ Tomar y anotar las constantes vitales (temperatura, pulso, tensión
arterial). En caso de fiebre, consultar con el facultativo correspondiente antes de iniciar la transfusión.
✓ Durante la transfusión el receptor podrá beber agua y líquidos. No
es aconsejable que ingiera grandes cantidades de alimentos, si bien
puede tomar pequeñas cantidades de alimentación blanda, si no se
observa ningún problema en los primeros 15 minutos de administración y si su estado general se lo permite.
K. Documentación e inspección de las unidades
Toda unidad de sangre o hemoderivado, antes de administrarse a todo
receptor, debe de ser sometida a una serie de inspecciones visuales y
manuales, así como a una revisión exhaustiva de toda la documentación
administrativa que la acompaña, con el fin de reducir al mínimo los posi279
bles efectos adversos de su administración incorrecta a un receptor erróneo. De tal manera y antes de iniciar el acto transfusional en sí mismo, se
debe prestar especial atención a:
• Consentimiento informado.
El consentimiento informado para la transfusión de sangre y hemoderivados es un proceso mediante el cual el receptor de toda transfusión es informado por parte del facultativo que prescribe la transfusión, de las indicaciones médicas de la misma, de sus posibles riesgos y beneficios, así como de sus alternativas, y de las posibles consecuencias de su no administración.
Este consentimiento que debe ser aceptado y firmado tanto por el
receptor como por el facultativo que ordena la transfusión, debe
ser obtenido con la antelación suficiente y en los procedimientos
quirúrgicos se puede obtener simultáneamente con el de la propia
cirugía.
En los casos de inconsciencia o incapacidad del receptor, y en personas menores de edad, serán los responsables del mismo quienes reciban la información pertinente y firmen el consentimiento.
Salvo en los casos de “urgencia vital”, no se debe realizar la transfusión en ausencia del consentimiento informado.
• Prescripción y Solicitud de la Transfusión.
La prescripción de la transfusión debe ser realizada por un facultativo, rellenando la hoja-solicitud de transfusión, en donde debe constar
de forma clara:
✓ Tipo de componente sanguíneo o hemoderivado a administrar,
incluyendo si ha de ser sometido a algún procedimiento especial.
✓ Cantidad a administrar, o número de unidades.
✓ Duración de la transfusión (usualmente de 2-3 horas para una unidad de concentrado de hematíes, y de 30 minutos para una unidad
de concentrado de plaquetas o plasma fresco congelado).
✓ Instrucciones especiales de su administración (como medicación a
administrar previamente o durante la infusión).
280
• Inspección de la unidad.
La inspección de la unidad debe realizarse en el propio Banco de
Sangre antes de su salida a la unidad de hospitalización para su administración; no obstante y una vez recibida en la unidad hospitalaria en
donde se va a infundir, se debe realizar un chequeo de la misma en
busca de:
✓ Comprobar la integridad de la bolsa, y que no existen fugas del
componente y se encuentran sellados correctamente los lugares de
conexión al equipo de infusión. Para ello invertir y aplicar una
ligera presión a toda la unidad.
✓ Evidencia de hemólisis en el plasma o en la interfase del plasma
con los hematíes.
✓ Evidencia de coloración anormal del hemoderivado, o presencia
de turbidez, burbujas o grumos.
✓ Evidencia de grandes coágulos.
Ante la aparición de cualquier anormalidad de las mencionadas, la
unidad debe ser rápidamente devuelta al Banco de Sangre para su
ulterior valoración, no debiendo ser transfundida.
• Identificación de la unidad y del receptor.
Este paso es esencial para prevenir los errores transfusionales humanos, que son los responsables de la mayor parte de las reacciones
adversas graves que acontecen en la transfusión de sangre y/o hemoderivados. Hay que prestar especial atención a los siguientes aspectos:
✓ Identificación del receptor.
El receptor de la transfusión debe ser identificado inequívocamente
mediante su nombre, apellidos, número de historia, y/o pulsera o brazalete de identificación. Estos datos deben de coincidir con los de la
hoja-solicitud de transfusión y con los de la etiqueta adherida por el
Banco de Sangre a la unidad, relativa a la identificación del receptor.
✓ Identificación de la unidad.
La unidad a infundir debe ser totalmente identificada, atendiendo a
los siguientes datos:
➢ Tipo de hemoderivado.
281
➢ Grupo ABO y Rh de la unidad.
➢ Fecha de extracción y caducidad de la unidad.
➢ Pruebas de serólogicas realizadas y su resultado.
➢ Etiqueta, en su caso, de haber sido sometida a procedimientos especiales.
Es fundamental comprobar que los datos referentes a la unidad, coinciden con los que figuran en la hoja-solicitud de transfusión, y que
han sido rellenados por el Banco de Sangre.
✓ Identificación de la compatibilidad de la unidad.
Una vez identificado inequívocamente tanto el receptor como la unidad de sangre y/o hemoderivado a infundir, se debe proceder a comprobar la compatibilidad de la unidad con el receptor, atendiendo a la
etiqueta adherida por el Banco de Sangre en la que constan:
➢ Nombre y apellidos del receptor.
➢ Grupo ABO y Rh del receptor.
➢ Resultado de las pruebas de compatibilidad.
➢ Número de la unidad.
Como comprobación final, antes de proceder al inicio de la transfusión, y en función del componente a infundir se deberá realizar un
último procedimiento consistente en:
➢ Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el grupo
ABO y Rh de la unidad, para verificar su compatibilidad
L. Supervisión del receptor durante la transfusión
La persona que realiza el acto transfusional, debe permanecer junto al
receptor los primeros 15 minutos de administración del componente sanguíneo y/o hemoderivado con el fin de detectar cualquier reacción adversa. Pasado este tiempo el producto se puede infundir a la velocidad adecuada para cada paciente.
En la medida de lo posible, es aconsejable que la administración se efectúe
en zonas donde la inspección visual del paciente por parte del personal sanitario pueda ser continua para detectar alguna alteración del estado general.
282
Es conveniente tomar la temperatura y el pulso cada 30 minutos, y siempre tras el inicio y fin de cada unidad administrada tomar el conjunto de
constantes vitales.
En los pacientes inconscientes, donde es más difícil supervisar la aparición de reacciones adversas durante la transfusión, es conveniente controlar cada 15 minutos las constantes vitales y en especial la aparición de
cuadros hipotensivos o fenómenos hemorrágicos anormales.
Tras finalizar la transfusión, el receptor debe permanecer en observación,
por lo menos durante 1 hora, ya que existen efectos desfavorables tardíos
de la transfusión que se pueden presentar en dicho lapso de tiempo. Los
pacientes que reciben transfusiones ambulatorias o domiciliarias, deben
ser conocedores de cualquier efecto desfavorable de la transfusión para
ponerse en contacto el Banco de Sangre o Servicio de Transfusión en caso
de su aparición.
M. Procedimientos especiales
M.1. Administración de sangre completa
La administración de Sangre Completa en la actualidad se utiliza únicamente en los programas de Transfusión Autóloga. Los pasos que hay que
realizar para su correcta administración son:
1. Preparar al paciente para la transfusión.
• Explicarle el procedimiento al que va a ser sometido.
• Asegurarse de que el consentimiento informado ha sido documentado y se encuentra en la historia clínica o en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Asegurarse de que el paciente tiene una vía venosa canalizada y es
adecuada la aguja o el catéter de la misma para infundir la sangre
completa.
2. Solicitar la unidad al Banco de Sangre.
Llamar al Banco de Sangre para solicitar la unidad a infundir. Del
Banco de sangre sólo deben salir las unidades que van a ser infundidas inmediatamente, en caso de transfundir más de una unidad, se
irán solicitando de forma correlativa. El tiempo estimado en el que
283
una unidad de sangre completa puede estar fuera de la nevera termometrada del Banco de sangre es de 30 minutos, no pudiendo entonces
devolverse nuevamente a refrigeración, por lo que la infusión debe
comenzarse tan pronto la unidad se encuentre junto al receptor y se
hayan realizado todos los pasos de seguridad transfusional.
3. Inspeccionar la unidad.
Independientemente de la inspección de la unidad que se ha realizado en el propio Banco de Sangre, antes de su salida hacia la unidad
en donde se va a realizar la transfusión, se debe hacer una inspección
visual y manual de la unidad antes de su administración, en busca de:
• Grumos, burbujas, coloración anormal (distinta a un color rojo
oscuro).
• Laceraciones o fugas en el plástico de la bolsa.
Ante la aparición de alguna anormalidad, hay que verificar con el
Banco de Sangre la calidad de la unidad, antes de iniciar su administración.
4. Comprobar la etiqueta de la unidad.
Leer las instrucciones de la etiqueta adhesiva colocada tanto por el
Centro de Transfusiones, en donde figuran los datos del producto,
como la adherida por el Banco de Sangre, en donde figuran los datos
del paciente, los estudios de compatibilidad, e instrucciones especiales. Se deberá prestar atención especial a los siguientes datos:
• Tipo de hemoderivado: Debe ser Sangre completa.
• Grupo ABO y Rh de la sangre completa.
• Fecha de extracción y caducidad de la sangre completa.
• Pruebas de serológicas de la unidad de sangre completa.
• Etiqueta, en su caso, de haber sido sometida a procedimientos especiales.
• Nombre y apellidos del receptor.
• Grupo ABO y Rh del receptor.
• Resultado de las pruebas de compatibilidad.
• Etiqueta de AUTOTRANSFUSIÓN.
284
5. Tomar las constantes vitales.
Las constantes vitales del receptor: temperatura corporal, pulso arterial, tensión arterial y respiraciones por minuto; deben ser tomadas y
anotadas antes de iniciar la transfusión. Es conveniente repetirlas a
los 15 minutos de iniciar la misma, así como al final de la transfusión,
siendo debidamente anotadas en la historia clínica del paciente.
6. Comprobar la solicitud de transfusión y ordenes médicas.
Cuando se encuentre preparado y listo para iniciar la transfusión hay
que realizar el proceso de comprobación final para asegurarse que la
sangre completa correcta se va a administrar al receptor correcto; hay
que tener en cuenta que la mayoría de las reacciones hemolíticas graves ocurren como resultado de una incorrecta identificación positiva
del componente eritrocitario o del propio receptor. Este proceso de
comprobación final consiste en:
• Revisar las ordenes médicas para comprobar que se ha recibido la
unidad solicitada, si ha sido sometida a algún proceso adicional
requerido (irradiación, filtración, etc.), y si debe ser administrada
con un determinado tipo de filtro.
• Comparar el nombre del receptor con el nombre que consta en la
etiqueta de la unidad colocada por el Banco de sangre.
• Comparar que el número de la unidad que consta en la bolsa, coincide con el número de la unidad que consta en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Comprobar que el grupo ABO y Rh que consta en la unidad, coincide con el grupo ABO y Rh del receptor que consta en la etiqueta
y en la hoja-solicitud de transfusión.
• Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el grupo ABO
y Rh de la unidad, para verificar su coincidencia total y su compatibilidad.
7. Iniciar la transfusión.
Agitar suavemente la unidad para su homogenización; una vez conectada la unidad de sangre completa al equipo de infusión adecuado y
suministrado por el Banco de sangre, se adapta a la vía venosa y se
inicia la infusión con las siguientes normas:
285
• La transfusión de sangre completa se inicia lentamente, procurando
administrar los primeros 25 mL en un período de 15 minutos, permaneciendo junto al receptor con el fin de poder detectar la aparición de cualquier tipo de reacción adversa.
• Una vez transcurrido el período de tiempo inicial de 15 minutos, y
si el receptor tolera perfectamente la transfusión y no han aparecido
síntomas de reacción adversa transfusional, se puede incrementar el
ritmo de infusión de la sangre completa, en función del estado del
receptor (estado cardíaco, condición hemodinámica, volumen circulante) a 3-4 mL/Kg/hora en pacientes sin compromiso cardiocirculatorio, en tanto que no es aconsejable superar 1 mL/Kg/hora en
pacientes con la mencionada patología.
• La transfusión de una unidad de sangre completa no debe superar
las 4 horas.
8. Finalizar la transfusión.
Una vez ha finalizado la infusión de la unidad de sangre completa, la
bolsa y el equipo de infusión deben retirarse, dejando la vena con una
solución de suero salino fisiológico, realizando los siguientes pasos:
• Tomar nuevamente las constantes vitales y anotarlas en la historia
clínica.
• Anotar en la historia clínica, la hora inicial y final de la transfusión.
• Remitir al Banco de sangre la unidad infundida junto con el equipo
de infusión.
M.2. Administración de concentrados de hematíes
El concentrado de hematíes es el componente sanguíneo más utilizado, en
sus distintas variedades. Las normas para su correcta administración se
basan en los siguientes puntos:
1. Preparar al paciente para la transfusión.
• Explicarle el procedimiento al que va a ser sometido.
• Asegurarse de que el consentimiento informado ha sido documentado y se encuentra en la historia clínica o en la hoja-solicitud de
transfusión.
286
• Asegurarse de que el paciente tiene una vía venosa canalizada y es
adecuada la aguja o el catéter de la misma para infundir el concentrado de hematíes.
2. Solicitar la unidad al Banco de Sangre.
Llamar al Banco de Sangre para solicitar la unidad a infundir. Del
Banco de sangre sólo deben salir las unidades que van a ser infundidas inmediatamente, en caso de transfundir más de una unidad, se irán
solicitando de forma correlativa. El tiempo estimado en el que una
unidad de concentrado de hematíes puede estar fuera de la nevera termometrada del Banco de sangre es de 30 minutos, no pudiendo entonces devolverse nuevamente a refrigeración, por lo que la infusión
debe comenzarse tan pronto la unidad se encuentre junto al receptor y
se hayan realizado todos los pasos de seguridad transfusional.
3. Inspeccionar la unidad.
Independientemente de la inspección de la unidad que se ha realizado
en el propio Banco de Sangre, antes de su salida hacia la unidad en
donde se va a realizar la transfusión, se debe hacer una inspección
visual y manual de la unidad antes de su administración, en busca de:
• Grumos, burbujas, coloración anormal (distinta a un color rojo
oscuro).
• Laceraciones o fugas en el plástico de la bolsa.
Ante la aparición de alguna anormalidad, hay que verificar con el Banco
de Sangre la calidad de la unidad, antes de iniciar su administración.
4. Comprobar la etiqueta de la unidad.
Leer las instrucciones de la etiqueta adhesiva colocada tanto por el
Centro de Transfusiones, en donde figuran los datos del producto,
como la adherida por el Banco de Sangre, en donde figuran los datos
del paciente, los estudios de compatibilidad, e instrucciones especiales. Se deberá prestar atención especial a los siguientes datos:
• Tipo de hemoderivado: Debe ser Concentrado de hematíes.
• Grupo ABO y Rh de la unidad.
• Fecha de extracción y caducidad de unidad.
• Pruebas de serológicas de la unidad.
287
• Etiqueta, en su caso, de haber sido sometida a procedimientos especiales.
• Nombre y apellidos del receptor.
• Grupo ABO y Rh del receptor.
• Resultado de las pruebas de compatibilidad.
5. Tomar las constantes vitales.
Las constantes vitales del receptor: temperatura corporal, pulso arterial, tensión arterial y respiraciones por minuto; deben ser tomadas y
anotadas antes de iniciar la transfusión. Es conveniente repetirlas a
los 15 minutos de iniciar la misma, así como al final de la transfusión,
siendo debidamente anotadas en la historia clínica del paciente.
6. Comprobar la solicitud de transfusión y ordenes médicas.
Cuando se encuentre preparado y listo para iniciar la transfusión hay
que realizar el proceso de comprobación final para asegurarse que el
concentrado de hematíes correcto se va a administrar al receptor
correcto; hay que tener en cuenta que la mayoría de las reacciones
hemolíticas graves ocurren como resultado de una incorrecta identificación positiva del componente eritrocitario o del propio receptor.
Este proceso de comprobación final consiste en:
• Revisar las ordenes médicas para comprobar que se ha recibido la
unidad solicitada, si ha sido sometida a algún proceso adicional
requerido (irradiación, filtración, etc.), y si debe ser administrada
con un determinado tipo de filtro.
• Comparar el nombre del receptor con el nombre que consta en la
etiqueta de la unidad colocada por el Banco de sangre.
• Comparar que el número de la unidad que consta en la bolsa, coincide con el número de la unidad que consta en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Comprobar que el grupo ABO y Rh que consta en la unidad, coincide con el grupo ABO y Rh del receptor que consta en la etiqueta
y en la hoja-solicitud de transfusión.
• Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el grupo ABO
y Rh de la unidad, para verificar su compatibilidad.
6. Iniciar la transfusión.
288
Agitar suavemente la unidad para su homogenización antes de insertarla en el equipo de administración. Una vez conectada la unidad de
concentrado de hematíes al equipo de infusión adecuado y suministrado por el Banco de sangre, se adapta a la vía venosa y se inicia la
infusión con las siguientes normas:
• La transfusión de un concentrado de hematíes se inicia lentamente,
procurando administrar los primeros 25 mL en un período de 15
minutos, permaneciendo junto al receptor con el fin de poder detectar la aparición de cualquier tipo de reacción adversa.
• Una vez transcurrido el período de tiempo inicial de 15 minutos, y
si el receptor tolera perfectamente la transfusión y no han aparecido
síntomas de reacción adversa transfusional, se puede incrementar el
ritmo de infusión del concentrado de hematíes, en función del estado del receptor (estado cardíaco, condición hemodinámica, volumen circulante) a 3-4 mL/Kg/hora en pacientes sin compromiso cardiocirculatorio, en tanto que no es aconsejable superar 1
mL/Kg/hora en pacientes con la mencionada patología.
• La transfusión de una unidad de concentrado de hematíes no debe
superar las 4 horas.
8. Finalizar la transfusión.
Una vez ha finalizado la infusión de la unidad de concentrado de
hematíes, la bolsa y el equipo de infusión deben retirarse, dejando la
vena con una solución de suero salino fisiológico, realizando los
siguientes pasos:
• Tomar nuevamente las constantes vitales y anotarlas en la historia
clínica.
• Anotar en la historia clínica, la hora inicial y final de la transfusión.
• Remitir al Banco de sangre la unidad infundida junto con el equipo
de infusión.
M.3. Administración de concentrados de plaquetas.
Los concentrados de plaquetas pueden obtenerse de donantes de sangre en
forma de “pool” de 4 ó 6 unidades, o de donante único mediante proceso
de aféresis. Los pasos a realizar para su adecuada administración son:
1. Preparar al paciente para la transfusión.
289
• Explicarle el procedimiento al que va a ser sometido.
• Asegurarse de que el consentimiento informado ha sido documentado y se encuentra en la historia clínica o en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Asegurarse de que el paciente tiene una vía venosa canalizada y es
adecuada la aguja o el catéter de la misma para infundir el concentrado de plaquetas.
2. Solicitar la unidad al Banco de Sangre.
Llamar al Banco de Sangre para solicitar la unidad a infundir. Del
Banco de sangre sólo deben salir las unidades que van a ser infundidas inmediatamente, en caso de transfundir más de una unidad, se
irán solicitando de forma correlativa. El tiempo estimado en el que
una unidad de concentrado de plaquetas puede estar fuera del Banco
de sangre es de 20 minutos, ya que debe estar en agitación suave y
continua, por lo que la infusión debe comenzarse tan pronto la unidad
se encuentre junto al receptor y se hayan realizado todos los pasos de
seguridad transfusional. Las unidades de concentrado de plaquetas
deben estar a temperatura ambiente NO SIENDO REFRIGERADAS EN LAS SALAS O UNIDADES DE HOSPITALIZACION.
3. Inspeccionar la unidad.
Independientemente de la inspección de la unidad que se ha realizado
en el propio Banco de Sangre, antes de su salida hacia la unidad en
donde se va a realizar la transfusión, se debe hacer una inspección
visual y manual de la unidad antes de su administración, en busca de:
• Grumos, burbujas, coloración anormal (distinta a un color amarillo
claro, o con tintes rosáceos).
• Laceraciones o fugas en el plástico de la bolsa.
Ante la aparición de alguna anormalidad, hay que verificar con el Banco
de Sangre la calidad de la unidad, antes de iniciar su administración.
4. Comprobar la etiqueta de la unidad.
Leer las instrucciones de la etiqueta adhesiva colocada tanto por el
Centro de Transfusiones, en donde figuran los datos del producto,
como la adherida por el Banco de Sangre, en donde figuran los datos
del paciente e instrucciones especiales. Se deberá prestar atención
290
especial a los siguientes datos:
• Tipo de hemoderivado: Debe ser concentrado de plaquetas.
• Grupo ABO y Rh del concentrado de plaquetas.
• Fecha de extracción y caducidad del concentrado de plaquetas.
• Pruebas de serológicas de la unidad del concentrado de plaquetas.
• Etiqueta, en su caso, de haber sido sometida a procedimientos especiales.
• Nombre y apellidos del receptor.
• Grupo ABO y Rh del receptor.
5. Tomar las constantes vitales.
Las constantes vitales del receptor: temperatura corporal, pulso arterial, tensión arterial y respiraciones por minuto; deben ser tomadas y
anotadas antes de iniciar la transfusión. Es conveniente repetirlas a
los 15 minutos de iniciar la misma, así como al final de la transfusión,
siendo debidamente anotadas en la historia clínica del paciente.
6. Comprobar la solicitud de transfusión y ordenes médicas.
Cuando se encuentre preparado y listo para iniciar la transfusión hay
que realizar el proceso de comprobación final para asegurarse que el
concentrado de plaquetas correcto se va a administrar al receptor
correcto; hay que tener en cuenta que la mayoría de las reacciones
hemolíticas graves ocurren como resultado de una incorrecta identificación positiva del componente o del propio receptor. Este proceso
de comprobación final consiste en:
• Revisar las ordenes médicas para comprobar que se ha recibido la
unidad solicitada, si ha sido sometida a algún proceso adicional
requerido (irradiación, filtración, etc.), y si debe ser administrada
con un determinado tipo de filtro.
• Comparar el nombre del receptor con el nombre que consta en la
etiqueta de la unidad colocada por el Banco de sangre.
• Comparar que el número de la unidad que consta en la bolsa, coincide con el número de la unidad que consta en la hoja-solicitud de
transfusión.
291
• Comprobar que el grupo ABO y Rh que consta en la unidad, coincide con el grupo ABO y Rh del receptor que consta en la etiqueta
y en la hoja-solicitud de transfusión.
• Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el grupo ABO
y Rh de la unidad, para verificar su compatibilidad, si bien en el
caso de los concentrados de plaquetas tiene interés la compatibilidad Rh.
7. Iniciar la transfusión.
Agitar suavemente la unidad para su homogenización antes de insertarla en el equipo de administración. Una vez conectada la unidad de
concentrado de plaquetas al equipo de infusión adecuado y suministrado por el Banco de sangre, se adapta a la vía venosa y se inicia la
infusión con las siguientes normas:
• La transfusión de un concentrado de plaquetas se inicia lentamente,
procurando administrar los primeros 25 mL en un período de 15
minutos, permaneciendo junto al receptor con el fin de poder detectar la aparición de cualquier tipo de reacción adversa.
• Una vez transcurrido el período de tiempo inicial de 15 minutos, y
si el receptor tolera perfectamente la transfusión y no han aparecido
síntomas de reacción adversa transfusional, se puede incrementar el
ritmo de infusión del concentrado de plaquetas, en función del estado del receptor (estado cardíaco, condición hemodinámica, volumen circulante) a 4-8 mL/Kg/hora en pacientes sin compromiso cardiocirculatorio, en tanto que no es aconsejable superar 1
mL/Kg/hora en pacientes con la mencionada patología.
• La transfusión de una unidad de concentrado de plaquetas no debe
superar las 4 horas.
8. Finalizar la transfusión.
Una vez ha finalizado la infusión de la unidad de concentrado de plaquetas, la bolsa y el equipo de infusión deben retirarse, dejando la
vena con una solución de suero salino fisiológico, realizando los
siguientes pasos:
• Tomar nuevamente las constantes vitales y anotarlas en la historia
clínica.
• Anotar en la historia clínica, la hora inicial y final de la transfusión.
292
• Remitir al Banco de sangre la unidad infundida junto con el equipo
de infusión.
M.4. Administración de concentrados de granulocitos.
Aunque la utilización de concentrado de granulocitos cada vez es más
infrecuente, las pautas para su correcta administración son:
1. Preparar al paciente para la transfusión.
• Explicarle el procedimiento al que va a ser sometido.
• Asegurarse de que el consentimiento informado ha sido documentado y se encuentra en la historia clínica o en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Asegurarse de que el paciente tiene una vía venosa canalizada y es
adecuada la aguja o el catéter para infundir el concentrado de granulocitos.
2. Solicitar la unidad al Banco de Sangre.
Llamar al Banco de Sangre para solicitar la unidad a infundir. Del
Banco de sangre sólo deben salir las unidades que van a ser infundidas inmediatamente, en caso de transfundir más de una unidad, se
irán solicitando de forma correlativa. El tiempo estimado en el que
una unidad de concentrado de granulocitos puede estar fuera del
Banco de sangre es de 4 horas, conservándose a temperatura ambiente, por lo que la infusión debe comenzarse tan pronto la unidad se
encuentre junto al receptor y se hayan realizado todos los pasos de
seguridad transfusional.
3. Inspeccionar la unidad.
Independientemente de la inspección de la unidad que se ha realizado
en el propio Banco de Sangre, antes de su salida hacia la unidad en
donde se va a realizar la transfusión, se debe hacer una inspección
visual y manual de la unidad antes de su administración, en busca de:
• Grumos, burbujas, coloración anormal (distinta a un color rosa
oscuro o rojo).
• Laceraciones o fugas en el plástico de la bolsa.
Ante la aparición de alguna anormalidad, hay que verificar con el Banco
de Sangre la calidad de la unidad, antes de iniciar su administración.
293
4. Comprobar la etiqueta de la unidad.
Leer las instrucciones de la etiqueta adhesiva colocada tanto por el
Centro de Transfusiones, en donde figuran los datos del producto,
como la adherida por el Banco de Sangre, en donde figuran los datos
del paciente e instrucciones especiales. Se deberá prestar atención
especial a los siguientes datos:
• Tipo de hemoderivado: Debe ser concentrado de granulocitos.
• Grupo ABO y Rh del concentrado de granulocitos.
• Fecha de obtención y caducidad del concentrado de granulocitos.
• Pruebas de serológicas de la unidad del concentrado de granulocitos.
• Etiqueta de haber sido IRRADIADO.
• Nombre y apellidos del receptor.
• Grupo ABO y Rh del receptor.
5. Tomar las constantes vitales.
Las constantes vitales del receptor: temperatura corporal, pulso arterial, tensión arterial y respiraciones por minuto; deben ser tomadas y
anotadas antes de iniciar la transfusión. Es conveniente repetirlas a
los 15 minutos de iniciar la misma, así como al final de la transfusión,
siendo debidamente anotadas en la historia clínica del paciente.
6. Comprobar la solicitud de transfusión y ordenes médicas.
Cuando se encuentre preparado y listo para iniciar la transfusión hay
que realizar el proceso de comprobación final para asegurarse que el
concentrado de plaquetas correcto se va a administrar al receptor
correcto; hay que tener en cuenta que la mayoría de las reacciones
hemolíticas graves ocurren como resultado de una incorrecta identificación positiva del componente o del propio receptor. Este proceso
de comprobación final consiste en:
• Revisar las ordenes médicas para comprobar que se ha recibido la
unidad solicitada, si ha sido sometida a algún proceso adicional
requerido (irradiación, filtración, etc.), y si debe ser administrada con
un determinado tipo de filtro (Nunca con filtro leucoreductor).
• Comparar el nombre del receptor con el nombre que consta en la
etiqueta de la unidad colocada por el Banco de sangre.
294
• Comparar que el número de la unidad que consta en la bolsa, coincide con el número de la unidad que consta en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Comprobar que el grupo ABO y Rh que consta en la unidad, coincide con el grupo ABO y Rh del receptor que consta en la etiqueta
y en la hoja-solicitud de transfusión.
• Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el grupo ABO
y Rh de la unidad, para verificar su compatibilidad, ya que los concentrados de granulocitos llevan una cantidad importante de hematíes.
7. Iniciar la transfusión.
Agitar suavemente la unidad para su homogenización antes de insertarla en el equipo de administración. Una vez conectada la unidad de
concentrado de granulocitos al equipo de infusión adecuado y suministrado por el Banco de sangre, se adapta a la vía venosa y se inicia
la infusión con las siguientes normas:
• La transfusión de un concentrado de granulocitos se inicia lentamente, procurando administrar los primeros 25 mL en un período de
15 minutos, permaneciendo junto al receptor con el fin de poder
detectar la aparición de cualquier tipo de reacción adversa.
• Una vez transcurrido el período de tiempo inicial de 15 minutos, y
si el receptor tolera perfectamente la transfusión y no han aparecido
síntomas de reacción adversa transfusional, se puede incrementar el
ritmo de infusión del concentrado de granulocitos, en función del
estado del receptor (estado cardíaco, condición hemodinámica,
volumen circulante) a 3-4 mL/Kg/hora en pacientes sin compromiso cardiocirculatorio, en tanto que no es aconsejable superar 1
mL/Kg/hora en pacientes con la mencionada patología.
• La transfusión de una unidad de concentrado de granulocitos debe
infundirse lo más pronto posible después de su obtención, ya que su
viabilidad disminuye con el tiempo, siendo aconsejable infundirla
por espacio de 1-2 horas.
• Si el paciente está recibiendo tratamiento con Anfotericina-B, debe
de existir un lapso de tiempo de al menos 1 hora entre su administración y la infusión del concentrado de granulocitos y viceversa.
295
• Las reacciones adversas a la trasnfusión de granulocitos son muy
frecuentes y consisten en fiebre y escalofríos apareciendo entre un
10-50% de los casos.
8. Finalizar la transfusión.
Una vez ha finalizado la infusión de la unidad de concentrado de granulocitos, la bolsa y el equipo de infusión deben retirarse, dejando la
vena con una solución de suero salino fisiológico, realizando los
siguientes pasos:
• Tomar nuevamente las constantes vitales y anotarlas en la historia
clínica.
• Anotar en la historia clínica, la hora inicial y final de la transfusión.
• Remitir al Banco de sangre la unidad infundida junto con el equipo
de infusión.
M.5. Administración de plasma fresco congelado.
El plasma fresco congelado tiene en la actualidad unas indicaciones muy
concretas, debido al desarrollo de la industria farmacéutica en el campo
de hemoderivados. Las normas para su correcta administración son:
1. Preparar al paciente para la transfusión.
• Explicarle el procedimiento al que va a ser sometido.
• Asegurarse de que el consentimiento informado ha sido documentado y se encuentra en la historia clínica o en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Asegurarse de que el paciente tiene una vía venosa canalizada y es
adecuada la aguja o el catéter para infundir el plasma fresco congelado.
2. Solicitar la unidad al Banco de Sangre.
Llamar al Banco de Sangre para solicitar la unidad a infundir. Del
Banco de sangre sólo deben salir las unidades que van a ser infundidas inmediatamente, en caso de transfundir más de una unidad, se
irán solicitando de forma correlativa. El tiempo estimado en el que
una unidad de plasma fresco congelado puede estar fuera de la nevera termometrada del Banco de sangre es de 30 minutos, no pudiendo
296
entonces devolverse nuevamente a refrigeración, por lo que la infusión debe comenzarse tan pronto la unidad se encuentre junto al
receptor y se hayan realizado todos los pasos de seguridad transfusional. Hay que tener en cuenta que hay que proceder en el Banco de
Sangre a la descongelación de la unidad, y que una vez descongelada
sólo puede ser utilizada en las 24 horas siguientes si se conserva a
temperatura entre 1-6º C.
3. Inspeccionar la unidad.
Independientemente de la inspección de la unidad que se ha realizado en el propio Banco de Sangre, antes de su salida hacia la unidad en donde se va a realizar la transfusión, se debe hacer una inspección visual y manual de la unidad antes de su administración, en
busca de:
• Grumos, burbujas, coloración anormal (distinta a un color que varia
del amarillo a verde naranja).
• Laceraciones o fugas en el plástico de la bolsa.
Ante la aparición de alguna anormalidad, hay que verificar con el
Banco de Sangre la calidad de la unidad, antes de iniciar su administración.
4. Comprobar la etiqueta de la unidad
Leer las instrucciones de la etiqueta adhesiva colocada tanto por el
Centro de Transfusiones, en donde figuran los datos del producto,
como la adherida por el Banco de Sangre, en donde figuran los datos
del paciente e instrucciones especiales. Se deberá prestar atención
especial a los siguientes datos:
• Tipo de hemoderivado: Debe ser plasma fresco congelado.
• Grupo ABO y Rh del plasma fresco congelado.
• Fecha de extracción y caducidad del plasma fresco congelado.
• Pruebas de serológicas de la unidad de plasma fresco congelado.
• Etiqueta, en su caso, de haber sido sometida a procedimientos especiales.
• Nombre y apellidos del receptor.
• Grupo ABO y Rh del receptor.
297
5. Tomar las constantes vitales.
Las constantes vitales del receptor: temperatura corporal, pulso arterial, tensión arterial y respiraciones por minuto; deben ser tomadas y
anotadas antes de iniciar la transfusión. Es conveniente repetirlas a
los 15 minutos de iniciar la misma, así como al final de la transfusión,
siendo debidamente anotadas en la historia clínica del paciente.
6. Comprobar la solicitud de transfusión y ordenes médicas.
Cuando se encuentre preparado y listo para iniciar la transfusión hay
que realizar el proceso de comprobación final para asegurarse que el
plasma fresco congelado correcto se va a administrar al receptor
correcto; hay que tener en cuenta que la mayoría de las reacciones
hemolíticas graves ocurren como resultado de una incorrecta identificación positiva del componente o del propio receptor. Este proceso
de comprobación final consiste en:
• Revisar las ordenes médicas para comprobar que se ha recibido la
unidad solicitada, si ha sido sometida a algún proceso adicional
requerido, y si debe ser administrada con un determinado tipo de
filtro.
• Comparar el nombre del receptor con el nombre que consta en la
etiqueta de la unidad colocada por el Banco de sangre.
• Comparar que el número de la unidad que consta en la bolsa, coincide con el número de la unidad que consta en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Comprobar que el grupo ABO y Rh que consta en la unidad, coincide con el grupo ABO y Rh del receptor que consta en la etiqueta
y en la hoja-solicitud de transfusión.
• Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el grupo ABO
y Rh de la unidad, para verificar su compatibilidad; en el caso del
plasma fresco congelado tiene relevancia la compatibilidad ABO y
ninguna la compatibilidad Rh.
7. Iniciar la transfusión.
Agitar suavemente la unidad para su homogenización antes de insertarla en el equipo de administración. Una vez conectada la unidad de
plasma fresco congelado al equipo de infusión adecuado y suminis298
trado por el Banco de sangre, se adapta a la vía venosa y se inicia la
infusión con las siguientes normas:
• La transfusión de una unidad de plasma fresco congelado se inicia
lentamente, procurando administrar los primeros 25 mL en un período de 15 minutos, permaneciendo junto al receptor con el fin de
poder detectar la aparición de cualquier tipo de reacción adversa.
• Una vez transcurrido el período de tiempo inicial de 15 minutos, y
si el receptor tolera perfectamente la transfusión y no han aparecido
síntomas de reacción adversa transfusional, se puede incrementar el
ritmo de infusión del plasma fresco congelado, en función del estado del receptor (estado cardíaco, condición hemodinámica, volumen circulante) a 4-8 mL/Kg/hora en pacientes sin compromiso cardiocirculatorio, en tanto que no es aconsejable superar 1
mL/Kg/hora en pacientes con la mencionada patología.
• La transfusión de una unidad de plasma fresco congelado no debe
superar las 4 horas.
8. Finalizar la transfusión.
Una vez ha finalizado la infusión de la unidad de plasma fresco congelado, la bolsa y el equipo de infusión deben retirarse, dejando la
vena con una solución de suero salino fisiológico, realizando los
siguientes pasos:
• Tomar nuevamente las constantes vitales y anotarlas en la historia
clínica.
• Anotar en la historia clínica, la hora inicial y final de la transfusión.
• Remitir al Banco de sangre la unidad infundida junto con el equipo
de infusión.
M.6. Administración de crioprecipitado.
La administración de crioprecipitados se puede realizar de unidad en
unidad, o bien el propio Banco de Sangre puede agrupar las unidades
solicitadas en una sola para facilitar su administración. Los pasos a
seguir son:
1. Preparar al paciente para la transfusión.
• Explicarle el procedimiento al que va a ser sometido.
299
• Asegurarse de que el consentimiento informado ha sido documentado y se encuentra en la historia clínica o en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Asegurarse de que el paciente tiene una vía venosa canalizada y es
adecuada la aguja o el catéter para infundir el criopecipitado.
2. Solicitar la unidad al Banco de Sangre.
Llamar al Banco de Sangre para solicitar la unidad a infundir. Del
Banco de sangre sólo deben salir las unidades que van a ser infundidas inmediatamente, en caso de transfundir más de una unidad, se
irán solicitando de forma correlativa. El tiempo estimado en el que
una unidad de crioprecipitado puede estar fuera de la nevera termometrada del Banco de sangre es de 30 minutos, no pudiendo entonces
devolverse nuevamente a refrigeración, por lo que la infusión debe
comenzarse tan pronto la unidad se encuentre junto al receptor y se
hayan realizado todos los pasos de seguridad transfusional. Hay que
tener en cuenta que hay que proceder en el Banco de Sangre a la descongelación de la unidad, y que una vez descongelada sólo puede ser
utilizada en las 24 horas siguientes si se conserva a temperatura entre
1-6º C.
3. Inspeccionar la unidad.
Independientemente de la inspección de la unidad que se ha realizado en el propio Banco de Sangre, antes de su salida hacia la unidad
en donde se va a realizar la transfusión, se debe hacer una inspección
visual y manual de la unidad antes de su administración, en busca de:
• Grumos, burbujas, coloración anormal (distinta a un color blanquecino, nublado).
• Laceraciones o fugas en el plástico de la bolsa.
Ante la aparición de alguna anormalidad, hay que verificar con el Banco
de Sangre la calidad de la unidad, antes de iniciar su administración.
4. Comprobar la etiqueta de la unidad.
Leer las instrucciones de la etiqueta adhesiva colocada tanto por el
Centro de Transfusiones, en donde figuran los datos del producto,
como la adherida por el Banco de Sangre, en donde figuran los datos
del paciente e instrucciones especiales. Se deberá prestar atención
especial a los siguientes datos:
300
• Tipo de hemoderivado: Debe ser “crioprecipitado”.
• Grupo ABO y Rh del crioprecipitado.
• Fecha de extracción y caducidad del crioprecipitado.
• Pruebas de serológicas de la unidad de crioprecipitado.
• Etiqueta, en su caso, de haber sido sometida a procedimientos especiales.
• Nombre y apellidos del receptor.
• Grupo ABO y Rh del receptor.
5. Tomar las constantes vitales.
Las constantes vitales del receptor: temperatura corporal, pulso arterial, tensión arterial y respiraciones por minuto; deben ser tomadas y
anotadas antes de iniciar la transfusión. Es conveniente repetirlas a
los 15 minutos de iniciar la misma, así como al final de la transfusión,
siendo debidamente anotadas en la historia clínica del paciente.
6. Comprobar la solicitud de transfusión y ordenes médicas.
Cuando se encuentre preparado y listo para iniciar la transfusión hay
que realizar el proceso de comprobación final para asegurarse que el
crioprecipitado correcto se va a administrar al receptor correcto; hay
que tener en cuenta que la mayoría de las reacciones hemolíticas graves ocurren como resultado de una incorrecta identificación positiva
del componente o del propio receptor. Este proceso de comprobación
final consiste en:
• Revisar las ordenes médicas para comprobar que se ha recibido la unidad solicitada, si ha sido sometida a algún proceso adicional requerido, y si debe ser administrada con un determinado tipo de filtro.
• Comparar el nombre del receptor con el nombre que consta en la
etiqueta de la unidad colocada por el Banco de sangre.
• Comparar que el número de la unidad que consta en la bolsa, coincide con el número de la unidad que consta en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Comprobar que el grupo ABO y Rh que consta en la unidad, coincide con el grupo ABO y Rh del receptor que consta en la etiqueta
y en la hoja-solicitud de transfusión.
301
• Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el grupo ABO
y Rh de la unidad, para verificar su compatibilidad, si bien en el
caso del crioprecipitado, no tiene interés la compatibilidad ABO y
Rh.
7. Iniciar la transfusión.
Agitar suavemente la unidad para su homogenización antes de insertarla en el equipo de administración. Una vez conectada la unidad de
crioprecipitado al equipo de infusión adecuado y suministrado por el
Banco de sangre, se adapta a la vía venosa y se inicia la infusión con
las siguientes normas:
• La transfusión de una unidad de crioprecipitado se inicia lentamente, en un período de 15 minutos, permaneciendo junto al receptor
con el fin de poder detectar la aparición de cualquier tipo de reacción adversa.
• Una vez transcurrido el período de tiempo inicial de 15 minutos, y
si el receptor tolera perfectamente la transfusión y no han aparecido
síntomas de reacción adversa transfusional, se puede incrementar el
ritmo de infusión del crioprecipitado, en función del estado del
receptor (estado cardíaco, condición hemodinámica, volumen circulante) a 4-8 mL/Kg/hora en pacientes sin compromiso cardiocirculatorio, en tanto que no es aconsejable superar 1 mL/Kg/hora en
pacientes con la mencionada patología.
• La transfusión de una unidad de crioprecipitado no debe superar las
4 horas.
8. Finalizar la transfusión.
Una vez ha finalizado la infusión de la unidad de crioprecipitado, la
unidad y el equipo de infusión deben retirarse, dejando la vena con
una solución de suero salino fisiológico, realizando los siguientes
pasos:
• Tomar nuevamente las constantes vitales y anotarlas en la historia
clínica.
• Anotar en la historia clínica, la hora inicial y final de la transfusión.
• Remitir al Banco de sangre la unidad infundida junto con el equipo
de infusión.
302
M.7. Administración de factores de la coagulación.
Los concentrados de factores de la coagulación son elaborados por la
industria farmacéutica a partir de plasma de donantes o por medio de ingeniería genética. Las normas para su correcta administración vienen dadas
por los propios fabricantes y fundamentalmente son::
1. Preparar al paciente para la transfusión.
• Explicarle el procedimiento al que va a ser sometido.
• Asegurarse de que el consentimiento informado ha sido documentado y se encuentra en la historia clínica o en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Asegurarse de que el paciente tiene una vía venosa canalizada y es
adecuada la aguja o el catéter para infundir el concentrado de factores (21G ó 23G).
2. Solicitar el concentrado de factor a Farmacia.
Llamar al Servicio de Farmacia para solicitar el producto a infundir.
La gran mayoría de los concentrados de factores se almacenan refrigerados y hay que llevarlos a temperatura ambiente antes de su constitución.
3. Inspeccionar y reconstituir el producto.
Inspeccionar la fecha de caducidad del producto. Llevarlo a temperatura ambiente (no superando los 37º C). Con medidas de asepsia
reconstituir el vial liofilizado con el diluyente suministrado y agitar
suavemente hasta que el polvo se encuentre perfectamente disuelto
debiendo ser examinado en busca de partículas o coloración anormal.
Una vez reconstituido debe administrase antes de las 3 horas. La
mayoría de los concentrados de factores deben filtrarse antes de su
administración, por lo que se proporciona una aguja con filtro con el
producto para ser sometido a la filtración.
4. Tomar las constantes vitales.
Las constantes vitales del receptor: temperatura corporal, pulso arterial, tensión arterial y respiraciones por minuto; deben ser tomadas y
anotadas antes de iniciar la infusión. Es conveniente repetirlas al final
de la administración, siendo debidamente anotadas en la historia clínica del paciente.
303
5. Comprobar la solicitud de administración y ordenes médicas.
Cuando se encuentre preparado y listo para iniciar la administración
hay que revisar las ordenes médicas para comprobar que se ha recibido el concentrado solicitado. Así mismo debe revisarse si su administración se debe realizar en “bolo” o mediante infusión continua por
un período de tiempo determinado; y la cantidad de UI del producto
a administrar.
6. Iniciar la administración.
Los concentrados de Factor VIII y los concentrados purificados o
recombinantes de Factor IX pueden administrarse en “bolo” rápidamente, y se administran a razón de 10 mL por minuto; si bien, también se pueden administrar en infusión continua en períodos de 6-12
horas.
Los concentrados no purificados de Factor IX, deben administrarse
muy lentamente, no superando las 100 UI/minuto, debido al alto riesgo de trombosis y complicaciones cardíacas derivadas de su rápida
administración.
Los concentrados de Factor VIII de origen porcino, deben ser administrados muy lentamente por espacio de 20-40 minutos.
Si cualquier tipo de concentrado de Factores se administra por vía
intravenosa en infusión continua, una vez finalizada su administración es conveniente administrar suero salino por el equipo de infusión
con el fin de garantizar de que el paciente reciba la dosis completa.
7. Finalizar la infusión.
Una vez ha finalizado la infusión de la la unidad de concentrado de
factor, el equipo de infusión debe retirarse, dejando la vena con una
solución de suero salino fisiológico, realizando los siguientes pasos:
• Tomar nuevamente las constantes vitales y anotarlas en la historia
clínica.
• Anotar en la historia clínica, la hora inicial y final de la infusión.
304
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308
7. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE LOS
CONCENTRADOS DE HEMATIES
Alfonso Aranda Arrufat*, Elías Aguilar Ligorit#.
Servicios de Hematología. *Hospital Marina Alta. Denia. Valencia. #Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana
A. Composición y efectos terapéuticos de una unidad
Una unidad de concentrado de hematíes (CH) contiene aproximadamente
unos 180 mL (rango entre 150-210 mL) de eritrocitos, 100 ml de solución
preservativa-aditiva del tipo: SAG-MANITOL o CPDA-1 y aproximadamente 30 mL (rango entre 10-50 mL) de plasma, en el que pueden encontrarse entre un 0.9-2.5 x1010 de linfocitos y granulocitos, que si bien no
son funcionales, pueden inmunizar a los pacientes y provocar reacciones
transfusionales. El promedio del volumen total de una unidad de CH es
de 310 mL (rango entre 270-350 mL). Su hematocrito varía entre 52-80%.
En condiciones normales una unidad de CH aumenta el hematocrito en un
3% y/o la hemoglobina en 1 g/dL, en un adulto de 70 Kg.
Existen diversos tipos de CH con sus indicaciones especiales para determinados pacientes, como CH lavados, CH desleucotizados, CH irradiados etc., si bien en la actualidad se utilizan los CH leucoreducidos por filtración como primera elección, salvo indicación clínica expresa.
309
B. La transfusión del concentrado de hematíes
La transfusión de CH tiene como objetivo primario el suplemento de
hematíes para proporcionar oxígeno suficiente a la circulación periférica
en pacientes que presentan cuadros anémicos agudos o crónicos. Para
lograr dicho resultado, la decisión de transfundir cada unidad de CH debe
estar basada en los mecanismos fisiológicos que pueden estar originando
dicho déficit de oxígeno tisular. La entrega o aporte de oxígeno a los tejidos depende tanto del rendimiento cardíaco como del volumen de oxígeno arterial, que a su vez depende de la saturación y la concentración de la
hemoglobina.
Los CH se administran para aumentar la capacidad de transporte del oxígeno a los tejidos y órganos en los casos de anemia severa o pérdida
importante de sangre, bien por hemorragias de origen médico o por hemorragias de origen quirúrgico. Como es difícil conocer la oxigenación tisular en un determinado momento de cualquier cuadro clínico, hay que valorar la presencia de signos y síntomas que pueda presentar el paciente y la
cifra de hemoglobina y/o hematocrito, para tener una acercamiento al
estado probable de oxigenación tisular, y tener así unos datos objetivos en
donde basar la indicación de la administración de CH.
Durante décadas pasadas una hemoglobina < 10 g/dL o un hematocrito <
30%, fueron los umbrales de indicación de la transfusión de CH, con independencia de otros factores clínicos. En la actualidad no existe un acuerdo general sobre que determinado valor de hemoglobina o hematocrito
debe ser el indicativo de una transfusión de CH, y si que existe un consenso general con relación a la indicación de transfusión de CH, que debe
basarse en la situación clínica del paciente, en sus patologías de base, en
los valores de la hemoglobina, los beneficios que se esperan obtener y los
posibles resultados adversos de su no administración.
En un esfuerzo por definir el uso apropiado de los CH, muchos estudios
han determinado la efectividad de su empleo, reduciendo los riesgos de
efectos adversos; de tal manera se considera que casi nunca está indicada
la transfusión de CH con valores de hemoglobina > 10 g/dL, y que generalmente su administración puede estar indicada en pacientes con valores
de hemoglobina < 7 g/dL. En pacientes que presentan valores de hemoglobina entre 7–10 g/dL hay que valorar condiciones clínicas tales como:
signos y síntomas de hipoxia, persistencia de sangrado o perdida de hematíes, alteraciones cardio-circulatorias y cerebrovasculares, y sobre todo
310
cuando los beneficios esperados de su administración prevengan o eliminen los riesgos potenciales de la situación anémica o disminuyan la morbosidad y mortalidad de la situación clínica. En la Tabla 7.1. vienen reflejadas las situaciones clínicas en función de los valores de la hemoglobina
y la estrategia general transfusional de los concentrados de hematíes.
Tabla 7.1.Pautas para evaluar el deterioro fisiológico del paciente anémico y
la estrategia de la transfusión de CH
Nivel de
Hemoglobina
(g/dL)
Probabilidad de
deterioro clínico
significativo
10 o más
Muy bajo
8 a 10
Bajo
Estrategia Transfusional
Evitarla
Normalmente puede evitarse si el
paciente permanece estable; sólo
deben administrarse transfusiones si
éstas producen una mejoría importante
7a8
Moderado
La transfusión puede indicarse
Menos de 7
Alto
La transfusión normalmente se indicará
si otras formas de tratamiento no
corrigen la anemia
C. Indicaciones transfusionales del CH
C.1. Indicaciones medicas
La anemia de origen no quirúrgico o traumático está causada por un gran
número de procesos y enfermedades médicas (Tabla 7.2.) entre las que
destacan las enfermedades hematológicas, las perdidas crónicas de origen
gastrointestinal y/o ginecológico, y los tratamientos con quimioterapia y
radioterapia. En muchas de ellas (sobre todo en los procesos hematológicos neoplásicos y congénitos) es necesario un soporte transfusional con la
administración periódica de CH para garantizar la oxigenación de los
principales órganos y sistemas, así como el adecuado desarrollo en
pacientes pediátricos y adolescentes.
Desde un punto de vista didáctico podemos distinguir distintos tipos de
situaciones anémicas de origen no quirúrgico o traumático, en las que los
criterios transfusionales de los CH pueden variar, no sólo por las características propias de cada paciente, sino también debido al origen de la
misma y sus mecanismos de producción.
311
Tabla 7.2. Principales causas de la anemia
Pérdida aumentada de los hematíes
• La pérdida de sangre aguda: hemorragia traumática o quirúrgica, hemorragia obstétrica, gastrointestinal, etc.
• La pérdida de sangre crónica, normalmente del tracto gastrointestinal, urinario o
ginecológico, por infestación parasitaria, neoplasias, desórdenes inflamatorios, etc.
Producción disminuida de los hematíes
• Deficiencias nutritivas: hierro, B12 y folatos, desnutrición, malabsorción.
• Infecciones virales: HIV, Parbovirus B19.
• Fracaso de la médula ósea: anemia aplásica, infiltración maligna de la médula
•
•
•
ósea, leucemias, síndromes mielodisplásicos.
Producción del eritropoyetina reducida: insuficiencia renal crónica.
Enfermedad crónicas sistémicas e inflamatorias.
Toxicidad de la médula ósea: fármacos (cloramfenicol), quimioterapia.
Destrucción aumentada de los hematíes (hemólisis).
• Infecciones: bacterianas, virales y parasitarias.
• Fármacos: dapsonas, alfa-metil dopa, penicilina, cefalosporinas.
• Enfermedades autoinmunes: anemias hemolíticas por anticuerpos fríos o calientes.
• Desórdenes hereditarios: anemia de células falciformes, talasemia, déficit de
•
•
G6PD, esferocitosis, etc.
Enfermedad Hemolítica del recién nacido (EHRN).
Otras alteraciones: coagulación intravascular diseminada, síndrome hemolítico urémico, púrpura trombótica trombocitopénica, hemoglobinuria paroxísitica nocturna.
Demanda fisiológica aumentada de hematíes y hierro.
• Embarazo.
• Lactancia.
• Crecimiento
C.1.1. Anemia crónica
C.1.1.1. Anemia crónica secundaria a perdida sanguíneas crónicas y/o
carencial
En estos casos lo principal es el diagnóstico del origen del cuadro anémico, su adecuado tratamiento, y su corrección mediante la administración
del factor o factores carenciales: hierro, vitamina B12 y folatos, evitando
la administración de unidades de CH.
312
Los pacientes con anemia crónica originada en una carencia tanto de hierro, vitamina B12 y/o folatos, son deficitarios en el número de hematíes
circulantes, pero presentan un volumen circulante normal e incluso elevado en determinadas situaciones, por lo que un aumento rápido de los niveles de hemoglobina mediante la administración de CH raramente es necesario.
Los criterios transfusionales de unidades de CH en pacientes con anemia crónica secundaria a perdidas crónicas de sangre o a estados carenciales de hierro, vitamina B12 y/o folatos, deben limitarse a las siguientes
situaciones:
• Valores de Hemoglobina < 7 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante cualquiera de las siguientes situaciones:
✓ Presencia de síntomas de intolerancia a la situación anémica, causados por la disminución de la hemoglobina:
➢ Taquicardia (> 100 ppm) en reposo.
➢ Cambios en el estado mental.
➢ Disnea de reposo.
➢ Cefaleas y vértigos.
➢ Angor pectoris.
➢ Cambios electrocardiográficos sugerentes de isquemia miocárdica.
✓ Cirugía urgente que no puede ser programada ni aplazada, y en la
que normalmente el Banco de Sangre reserva unidades de CH.
• Valores de Hemoglobina entre 7 y 9 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante cualquiera de las siguientes situaciones:
✓ Existencia de patología de base sintomática como:
➢ Enfermedad coronaria.
➢ Enfermedad pulmonar.
➢ Enfermedad cerebro-vascular.
313
✓ Cirugía urgente que no puede ser programada ni aplazada, y en la
que normalmente el Banco de Sangre reserva unidades de CH.
• Valores de Hemoglobina entre 9 y 10 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante cirugía urgente que no
puede ser programada ni aplazada, y en la que normalmente el Banco
de Sangre reserva unidades de CH, porque se esperan perdidas sanguíneas superiores a los 750 mL.
C.1.1.2. Anemia crónica secundaria a enfermedades hematológicas no
neoplásicas hereditarias
Comprende un conjunto de enfermedades hereditarias (talasemias, anemia
de células falciformes, enzimopatías, etc.) en las que existe una destrucción de los hematíes y una inadecuada respuesta medular a su fabricación.
Los criterios transfusionales de CH ante estas situaciones, varían en función de la intensidad del cuadro anémico y en la causa etiológica de los
mismos. De tal manera podemos distinguir distintas situaciones. No obstante, existen una serie de pautas comunes:
• Administrar siempre concentrados de hematíes fenotipados, lo más
similares posible a los del paciente (en especial de los sistemas Rh,
Kell, Kidd y Duffy), para evitar posible aloinmunizaciones.
• Realizar siempre y previamente a cada transfusión un escrutinio de
anticuerpos irregulares, junto a la prueba mayor de compatibilidad
transfusional.
• Utilizar siempre concentrados de hematíes desleucotizados (evitar
aloinmunización HLA), y los de menor tiempo de almacenamiento.
• Iniciar un tratamiento y medidas profilácticas para evitar la sobrecarga férrica.
A.1.1.2.1. Talasemias
La Talasemia consiste en una insuficiencia de síntesis de una de las cadenas de la hemoglobina, de origen genético; según la cadena afectada se
distinguen las α, las β, y las δ talasemias. En cuanto a las formas de la
enfermedad distinguimos entre la talasemia minor (se da en personas heterocigotas), la talasemia mayor o enfermedad de Cooley (en personas
homocigotas), y la denominada talasemia intermedia. Los criterios transfusionales en las talasemias varían en función del grado de la misma, la
314
edad del paciente y la disponibilidad de otras alternativas terapéuticas (en
especial el transplante de médula ósea, en los casos de talasemia major).
Sus principales características clínicas vienen reflejadas en la Tabla 7.3.
Tabla 7.3. Rasgos clínicos de los sindromes talasémicos
Talasemia Major
Complicaciones causadas por la anemia severa:
Palidez
Fatiga fácil
Retraso en el crecimiento
Inanición
Insuficiencia cardiaca congestiva
Susceptibilidad para infecciones
Complicaciones causadas por la hemólisis crónica:
Hepato-esplenomegalia
Ictericia
Enfermedad del tracto biliar (debida a cálculos de bilirrubina)
Crisis aplásicas (debidas a infección parvovirus)
Complicaciones causadas por la eritropoyesis ineficaz:
Deformidades óseas de crecimiento, incluyendo las alteraciones frontales y
maxilo-faciales características.
Complicaciones causadas por la sobrecarga férrica:
Alteraciones endocrinas (diabetes mellitus)
Cirrosis
Hemosiderosis cardiaca
Talasemia Intermedia
La anemia y las manifestaciones clínicas son variables; similares pero menos
severas que en la talasemia major:
Anemia
Microcitosis
Hepato-esplenomegalia
Deformidades óseas
Generalmente no requiere soporte transfusional periódico
Puede presentarse una sobrecarga férrica de origen no transfusional
Talasemia Minor
Anemia discreta similar a la anemia ferropénica
Microcitosis
Ninguna anormalidad física
Esplenomegalia
Aumento de la bilirubinemia indirecta
Elevación del hierro sérico
315
• Talasemia minor
Los pacientes presentan unas cifras de hemoglobina tolerables, y los
criterios transfusionales son prácticamente los mismos que para los
pacientes no talasémicos, en las diversas situaciones clínicas (anemia
crónica, aguda, quirúrgica, etc.).
• Talasemia mayor o Enfermedad de Cooley
Los pacientes presentan una producción espontánea de hemoglobina
muy baja, por lo que un tratamiento precoz (ya en época neonatal)
puede evitar las complicaciones de la enfermedad e incluso la muerte.
Los criterios transfusionales tienen dos objetivos: corregir los síntomas derivados del cuadro anémico, y suprimir la eritropoyesis del
paciente causante de las alteraciones asociadas (deformidades óseas,
esplenomegalia, etc.).
En niños y adolescentes se aconseja:
✓ Mantener la cifra de hemoglobina > 10 g/dL.
✓ Transfundir 15 mL/Kg cada tres semanas, o 20 mL/Kg cada cuatro semanas.
✓ Control estricto del rendimiento transfusional.
✓ Iniciar tratamiento con quelantes férricos.
✓ Valorar la posibilidad de esplenectomía ante esplenomegalia y
falta de rendimiento transfusional.
✓ Utilizar CH desleucotizados y con al menos el fenotipo Rh-Kell
idéntico.
En adultos:
✓ Mantener la cifra de hemoglobina > 8-9 g/dL.
✓ Transfundir los mL/Kg necesarios cada cuatro semanas.
✓ Control estricto del rendimiento transfusional.
✓ Continuar tratamiento con quelantes férricos.
✓ Valorar la posibilidad de esplenectomía ante esplenomegalia y
falta de rendimiento transfusional.
316
✓ Utilizar CH desleucotizados y con al menos el fenotipo Rh-Kell
idéntico.
• Talasemias homocigotas intermedias
Estos pacientes presentan una producción de hemoglobina entre los 7
y 10 g/dL, por lo que las indicaciones transfusionales se limitan a:
✓ Agravamiento de la anemia crónica (infección o eritroblastopenia).
✓ Presencia de signos de intolerancia al cuadro anémico: bajo rendimiento escolar o profesional, retraso en la pubertad, fatiga, etc.
✓ Durante el embarazo.
C.1.1.2.2. Anemia de celulas falcimormes
La anemia de células falciformes o Drepanocitosis, consiste en una anomalía de cadena µ de la hemoglobina cuyo resultado es la síntesis de una
hemoglobina anormal: la HbS. Existe la forma heterocigota donde hay un
60% de HbA y menos del 40% de HbS, que ocasiona escasos síntomas y
no requiere un soporte transfusional especial, y la forma homocigota
donde existe más de un 75% de HbS y que es sintomática desde la infancia; así mismo se presentan formas intermedias (HbSC) y formas asociadas a síndromes talasémicos (Tabla 7.4.).
Los criterios transfusionales en pacientes afectos de anemia de células falciformes, se basan en el aporte suficiente de hematíes para que la proporción de HbS sea inferior al 40%, y se corrijan las anomalías reológicas y
la formación de células falciformes; de ahí que se indique la transfusión
de CH ante las situaciones en donde se agudiza la anemia como en las crisis vaso-oclusivas, secuestración esplénica, crisis aplásicas, crisis hemolíticas e infecciosas (Tabla 7.5.).
• Tratamiento de la anemia
En la gran mayoría de los pacientes valores de hemoglobina de 8 ± 1
g/dL, les permite llevar un crecimiento y actividad normales, y no es
necesario transfundirles sobre la base de la cifra de hemoglobina. La
transfusión de CH se indica cuando el cuadro anémico se agrava
(hemoglobina < 6 g/dL) debido a:
✓ Crisis de eritroblastopenia.
✓ Secuestro agudo intra-esplénico, cuyo diagnóstico se basa en una
esplenomegalia importante progresiva y rápida, que debuta con
317
una anemia aguda, tratándose de una urgencia transfusional. En los
casos crónicos se puede valorar la esplenectomía.
Tabla 7.4. Rasgos clínicos de la anemia de células falciformes
Complicaciones causadas por la vaso-oclusión:
Crisis dolorosas
Cuadros vasculares cerebrales agudos.
Síndrome torácico agudo.
Priapismo
Hepatopatía
Síndrome doloroso del cuadrante superior derecho abdominal
Secuestro esplénico y “autoesplenectomía”
Insuficiencia placentaria y abortos espontáneos
Ulceras en miembros inferiores, Osteonecrosis
Retinopatía proliferativa
Glomerulopatía e insuficiencia renal
Complicaciones causadas por la hemólisis:
Anemia, Colelitiasis
Episodios de anemia aplásica por interrupción de la etritropoyesis
Complicaciones infecciosas:
Sepsis por Streptococcus pneumoniae (sepsis en la infancia)
Osteomielitis por Salmonella spp.
Infecciones urinarias y sepsis por Escherichia coli en adultos
Neumonías causadas por diferentes agentes infecciosos
• Prevención de las crisis vaso-oclusivas
Se deben administrar CH en todas aquellas circunstancias donde una
situación de hipoxia es más o menos previsible, y puede provocar una
crisis dolorosa vaso-oclusiva:
✓ Preparación a una intervención quirúrgica.
✓ Realización de estudios angiográficos.
✓ Embarazo de alto riesgo.
318
✓ Embarazo entre los meses quinto y noveno y hasta el momento del
parto, para mantener hemoglobinas entre 10 y 11 g/dL.
El objetivo es mantener los niveles de HbS por debajo del 20% en las
indicaciones quirúrgicas y por debajo del 35% en los últimos cinco
meses del embarazo.
• Tratamiento de las crisis vaso-oclusivas
Las crisis vaso-oclusivas se pueden presentar en cualquier territorio
vascular; de especial importancia tienen las que acontecen sobre la
circulación cerebral, renal y pulmonar, y de menor gravedad en otros
territorios (priapismo). No obstante, independientemente de su localización, éstas crisis suelen ceder cuando los niveles de HbS son inferiores al 40%, por lo que la rapidez de la intervención transfusional
es esencial.
En ocasiones hay que recurrir a otras medidas asociadas como exsanguino-transfusión parcial, e incluso intercambio total eritrocitario
(mediante técnicas de eritroaféresis).
Tabla 7.5.Criterios transfusionales en los pacientes con anemia
de células falciformes
Indicaciones
Definitivas
Episodios de secuestro esplénico sintomáticos
Crisis aplásticas sintomáticas
Anemia severa sintomática
Prevención de cuadros vasculo-cerebrales recurrentes
Indicaciones
Posibles
Cirugía complicada (cardiovascular o torácica)
Complicaciones obstétricas
Episodios torácicos agudos con hipoxemia
Síndrome doloroso del cuadrante superior derecho abdominal con
importante hiperbilirrubinemia
Ulceras refractarias en miembros inferiores
Cuadros dolorosos reiterados y refractarios al tratamiento
Priapismo aguda severo
No indicación
Alcanzar un determinado nivel de hemoglobina
Crisis dolorosa no complicada
Embarazo no complicado
Cirugía rutinaria
319
• Tratamiento de las complicaciones infecciosas
Los cuadros infecciosos severos (neumonías, sepsis, meningitis)
favorecen la producción de células falciformes, por lo que es conveniente la administración de CH con el fin de mantener los niveles de
HbS por debajo del 40%.
La infección por parvovirus B19, provoca un agravamiento del síndrome anémico en donde la reticulocitopenia conduce al diagnóstico,
y el soporte transfusional es necesario y fundamental.
Los CH a administrar, deben ser desleucocitados y es recomendable que
sean fenotipados para los antígenos de los sistemas Rh, Kell; Kidd, Duffy
y MNS, con el fin de disminuir al máximo las posibilidades de aloinmunización; así mismo se aconseja administrar CH almacenados durante el
menor tiempo posible, o crioconservados o conservados en medios que
mantienen una tasa alta de 2,3-DPG.
C.1.1.2.3. Otras anemias hemolíticas congénitas
Son un grupo heterogéneo de enfermedades, que podemos encuadrar en
tres grandes grupos:
• Anomalías de la membrana eritrocitaria.
• Anomalías de la molécula de la hemoglobina.
• Anomalías de los enzimas intra-eritrocitarios.
Prácticamente en todas ellas, la hiperdestrucción eritrocitaria se compensa con un aumento de la actividad medular, provocando un cierto equilibrio precario, que en ocasiones mejora al realizar una esplenectomía. Los
criterios transfusionales en estos tipos de anemias, se presentan cuando
dicho equilibrio se ve alterado, y ello ocurre generalmente en: crisis eritroblastopénicas, hiperhemólisis, embarazos y preparación ante intervenciones quirúrgicas. Entre dichas enfermedades hemolíticas congénitas,
destacamos por su mayor frecuencia:
✓ Esferocitosis hereditaria
También conocida con enfermedad de Minkowsky-Chauffard, es
la anemia hemolítica congénita más frecuente en nuestro medio,
cuyo tratamiento de elección es la esplenectomía (a partir de los 5
años de edad) en las formas severas de la enfermedad.
320
Las necesidades transfusionales se presentan a menudo en la infancia, previamente a la esplenectomía, procurando mantener cifras
de hemoglobina > 8 g/dL; y en aquellos pacientes adultos no esplenectomizados, que presentan una descompensación grave de su
cuadro anémico (litiasis biliar complicada, embarazo).
Tras la esplenectomía, las necesidades transfusionales son equiparables a los de cualquier individuo normal.
✓ Déficit en glucosa 6-fosfato deshidrogenasa
Es el déficit enzimático más frecuente, y se transmite con un
patrón de herencia ligado al sexo. Desde el punto de vista de la
medicina transfusional distinguimos dos situaciones:
– Hemólisis crónica.
Es la forma menos frecuente, se descubre en la infancia tras
estudio de un cuadro de hemólisis; la anemia en general es
bien tolerada y compensada y no requiere soporte transfusional.
– Hemólisis aguda
Es la forma más frecuente de presentación, y sobreviene en un
adulto sano que presenta un cuadro hemolítico agudo y severo caracterizado por: cefalea, ictericia, hemoglobinuria y síndrome febril, que puede llegar a la destrucción de más de la
mitad de los hematíes circulantes, y que ha sido desencadenado por cuadros infecciosos (lo más frecuente), ingesta de
habas, o diversos fármacos (sulfamidas, antipalúdicos, nitrofutantoína y ácido nalidixico). El soporte transfusional es vital
junto con la supresión del agente desencadenante, procurando
mantener niveles de hemoglobina superiores a 9 g/dL.
✓ Déficit de piruvato-cinasa
Se trata de una hemolítica congénita cuya intensidad es muy variable, si bien los casos severos se caracterizan por presentar crisis aplásicas muy importantes que requieren soporte transfusional periódico
C.1.1.3. Anemia crónica secundaria a enfermedad renal
El síndrome anémico es en muchas ocasiones una complicación inevitable de la insuficiencia renal crónica (IRC), y a menudo una de las com321
plicaciones más severas, presentándose en un 60-70% de los pacientes
con fracaso renal crónico. La anemia crónica secundaria a la IRC, es el
resultado de una serie de factores tales como:
• Síntesis disminuida en la producción de Eritropoyetina.
• Reducción de la vida media de los hematíes.
• Perdidas hemáticas asociadas a los procesos de hemodiálisis.
• Hemorragias espontáneas secundarias a los defectos plaquetarios.
• Hiperesplenismo asociado a la diálisis crónica en algunos pacientes.
El grado de anemia en los pacientes con IRC es a menudo muy severo y
limitante para desarrollar su actividad normal, sin embargo, estos pacientes toleran sorprendentemente bien, niveles muy bajos de hemoglobina
alrededor de los 5 g/dL.
El soporte principal del tratamiento de la anemia en los pacientes con
insuficiencia renal crónica es el empleo de eritropoyetina humana recombinante (r-Hu-EPO), que proporciona una respuesta excelente y reduce de
forma importante las necesidades transfusionales de CH.
Los criterios transfusionales de unidades de CH en pacientes con anemia
crónica secundaria a insuficiencia renal crónica, deben limitarse en la
actualidad con el empleo de r-Hu-EPO, a las siguientes situaciones:
• Anemia severa que ocasiona sintomatología, como en hemorragias asociadas con inestabilidad hemodinámica, y en pacientes
con angina inestable.
• Pacientes con resistencia al tratamiento con r-Hu-EPO, y perdidas
sanguíneas que hacen descender la hemoglobina a niveles críticos.
Hay que tener la precaución de no administrarles CH irradiados (debido
al riesgo de desarrollar cuadros de hiperpotasemia), y vigilar estrechamente una eventual sobrecarga circulatoria.
C.1.2. Anemia aguda
C.1.2.1. Anemia aguda hemorragica de origen médico
La existencia de un cuadro de anemia aguda de origen médico (no secundario a traumatismo y/o cirugía) tiene su causa más frecuente en la
Hemorragia Digestiva Alta (HDA) y con menos frecuencia en Hemorragias
322
Digestivas Bajas y en hemorragias agudas de origen ginecológico y/o urológico. La actitud transfusional de los CH va a depender de la severidad del
sangrado y de las condiciones clínicas subyacentes del paciente.
La administración de CH ante una anemia aguda de origen hemorrágico, debe realizarse en función del volumen de sangre perdido, del
volumen total circulante y de la aparición de sintomatología clínica
derivada de la perdida tanto de hematíes como de volumen circulante
(Tabla 7.6).
Tabla 7.6. Importancia de la perdida de sangre secundaria a hemorragias
agudas
Severidad del
sangrado
Rasgos clínicos
Infusión/Transfusión
1. Mínimo
Pulso y cifra de
hemoglobina dentro
de valores normales
Mantener el acceso
intravenoso hasta confirmar
el diagnósticos.
Asegurar que existe sangre
disponible solicitando
estudios pretransfusionales.
2. Moderado
Pulso > 100/ppm y/o
Hb < 10 g/dL
Remplazar fluidos.
Reservar y cruzar CH
(4 Uds.)
Mantener Hb >
9 g/dL
Presencia de shock
TA sistólica <100
mmHg.
Pulso > 100/ppm.
Remplazar fluidos rápidamente
Asegurar que la sangre está
disponible
Transfundir CH según la
valoración clínica y Hb/Htc
Mantener la diuresis
> 0.5
ml/kg/hora
Mantener la TA
sintólica > 100
Mantener la Hb > 9g/dL
3. Severo
Valores críticos
Los criterios transfusionales de CH ante una anemia aguda de origen
hemorrágico vienen determinados por la intensidad de la perdida
sanguínea:
• Perdidas de sangre < 20% del volumen circulante
✓ Pacientes sanos, sin enfermedad crónica:
El grado de perdida es mínimo, y raramente ocasiona sintomatología, por lo que es aconsejable reponer el volumen perdido mediante la administración de soluciones cristaloides.
323
✓ Pacientes con enfermedad coronaria, pulmonar o cerebro-vascular:
El grado de perdida es mínimo y raramente ocasiona sintomatología, por lo que es aconsejable reponer el volumen perdido mediante la administración de soluciones cristaloides.
En estos pacientes es conveniente monitorizar los diversos parámetros existentes para detectar algún síntoma de hipoxemia, y en
caso de estar presente, se indica la administración de CH.
• Perdidas de sangre > 20% e < 40% del volumen circulante
✓ Pacientes sanos, sin enfermedad crónica:
El grado de perdida es importante y va a ocasionar sintomatología
del tipo de taquicardia e hipotensión. Es aconsejable reponer el
volumen perdido mediante la administración de soluciones cristaloides o coloides, así como monitorizar los signos vitales y el
grado de oxigenación. Solo estaría indicada la administración de
unidades CH si:
➢ No desaparece la taquicardia e hipotensión con las soluciones cristaloides.
➢ La perdida de sangre > 1500 mL.
➢ El descenso de Hemoglobina > 5 g/dL.
➢ El descenso de Hematocrito > 15%.
✓ Pacientes con enfermedad coronaria, pulmonar o cerebro-vascular:
El grado de perdida es importante y va a ocasionar sintomatología
del tipo de taquicardia e hipotensión. Se debe iniciar la reposición
del volumen perdido con la administración de soluciones cristaloides y la administración conjunta de unidades de CH si se presenta
alguna de las siguientes condiciones:
➢ Perdida de sangre > 1000 mL.
➢ TA sistólica < 100 mmHg.
➢ Pulsaciones por minuto > 100.
➢ Hemoglobina disminuida > 3 g/dL.
➢ Hematocrito disminuido > 10%.
324
• Perdidas de sangre > 40% del volumen circulante
La repercusión sobre el organismo va a ser importante, independientemente de los antecedentes personales y la patología asociada. Los
signos más frecuentes son el sincope, disnea de reposo, taquicardia,
hipotensión e incluso pérdida de conciencia.
Se debe proceder a la transfusión de CH, rápidamente a la velocidad
de infusión máxima de 10-15 mL/minuto, teniendo en cuenta que este
ritmo rápido de administración puede verse limitado por: complicaciones hemodinámicas por sobrecarga circulatoria, hiperpotasemia e
hipotermia.
La cantidad de CH a infundir, debe garantizarnos la correcta oxigenación de los tejidos, procurando mantener cifras de hemoglobina > 9
g/dL, una vez se haya tratado correctamente la causa desencadenante
del cuadro hemorrágico agudo. Se deben monitorizar la cifra de plaquetas y el estado de la coagulación, para valorar la administración
tanto de unidades de plaquetas, como de plasma fresco congelado.
C.1.2.2. Anemia hemolítica adquirida aguda
Se trata de un grupo de enfermedades muy heterogéneo, que en muchos
casos se conoce la etiología de las mismas (inmune, tóxica, mecánica,
infecciosa) y en otras no se encuentra un agente causal (hemoglobinuria
paroxística). El conocimiento del mecanismo y la causa que determina el
cuadro hemolítico nos permite instaurar un tratamiento adecuado y la conducta transfusional a seguir.
Distinguimos tres situaciones especiales dentro de las anemias hemolíticas agudas, que tienen interés desde el punto de vista transfusional.
• Anemia hemolítica autoinmune (AHAI)
Los problemas transfusionales en el curso de una AHAI son fundamentalmente de orden inmunológico debido a: la especificidad del
conflicto antígeno-anticuerpo, la aloinmunización, la vida media de
los hematíes transfundidos y a la determinación en ocasiones dificultosa del fenotipo eritrocitario.
La transfusión de CH en las AHAI no supone ninguna terapia para
controlar el cuadro clínico, la cual debe basarse en el tratamiento etiológico (si se conoce), la hidratación y prevención del fracaso renal
325
agudo, y la administración de agentes inmunosupresores. No obstante, ante una AHAI aguda se debe tener prevista la transfusión de CH
después de que las medidas terapéuticas iniciales y sintomáticas se
muestren ineficaces para mantener una situación de oxigenación tisular estable y presenten complicaciones secundarias al cuadro anémico (angor, somnolencia, confusión mental); el objetivo es transfundir
la cantidad mínima de hematíes; estas situaciones generalmente se
observan en:
✓ AHAI severas antes que el tratamiento inmunosupresor haga su
efecto (generalmente en los primeros días).
✓ AHAI resistentes al tratamiento, y con hemólisis masiva.
✓ AHAI con fracaso del tratamiento inmunosupresor, y agravamiento progresivo del síndrome anémico.
Clínicamente se distinguen varios tipos de AHAI: aguda y crónica; y
en función del anticuerpo en: calientes y frías. Siendo la actitud transfusional variable en función del autoanticuerpo implicado.
Anemia hemolítica autoinmune por autoanticuerpos calientes.
Es la AHAI más frecuente, y generalmente se trata de autoanticuerpos de tipo IgG con poder aglutinante, cuya intensidad va a depender de factores tales como el título sérico y la propiedad de activar
el sistema del complemento.
Los criterios transfusionales ante una AHAI por autoanticuerpos
calientes, se deben limitar a aquellas situaciones en las que el síndrome anémico suponga una amenaza seria para la vida del
paciente, ya que puede agravar el grado anémico existente debido a:
✓ Cuadros graves de hemólisis inmediata debido a la presencia de
aloanticuerpos no detectados en el estudio.
✓ Cuadros hemolíticos retardados debidos a la reactivación de la
síntesis de aloanticuerpos no detectados.
✓ Estimulación del cuadro hemolítico inicial al incrementarse la
síntesis de autoanticuerpos.
✓ Modificación de la especificidad del autoanticuerpo.
En los casos necesarios de transfusión de CH, éstos deben de ser
ABO, Rh y Kell idénticos (si bien en ocasiones es difícil determinar
326
el fenotipo de los hematíes del paciente), y leucoreducidos. En caso
de conocer la especificidad del autoanticuerpo se buscaran unidades
carentes del antígeno correspondiente, y si existen aloanticuerpos
identificados, unidades que carezcan de los antígenos correspondientes.
Se debe administrar la cantidad mínima de hematíes que solucionen
la situación de amenaza vital, de forma muy lenta y con estricta vigilancia ante un agravamiento del cuadro hemolítico.
Anemia hemolítica autoinmune por autoanticuerpos fríos
Generalmente se trata de autoanticuerpos de tipo IgM, y el cuadro
hemolítico se produce por la activación del sistema del complemento, y suelen cursas con síndromes crónicos exacerbados por crisis
hemolíticas agudas.
Los criterios transfusionales ante una AHAI por autoanticuerpos
fríos, se deben limitar a aquellas situaciones en las que el cuadro
anémico suponga una amenaza seria para la vida del paciente, si
bien hay que tener en cuenta ciertas peculiaridades diferentes con
respecto a las AHAI por autoanticuerpos calientes:
✓ Existe en muchas ocasiones dificultad en la determinación del
grupo ABO y Rh del paciente, así como discrepancias entre la
prueba globular y sérica.
✓ En caso de ser necesaria la administración de CH, éstos deben
administrarse calentados a 37 ºC, mediante la utilización de bombas homologadas.
✓ Es bastante complicado encontrar unidades carentes del antígeno
en caso de conocer el autoanticuerpo (es muchas ocasiones se
trata de un anti-I).
✓ En situaciones en la que existe un alto título sérico del autoanticuerpo, además de las medidas farmacológicas, es necesario realizar recambios plasmáticos con el fin de disminuir la tasa de
autoanticuerpos.
• Hemoglobinuria paroxística nocturna (HPN)
También conocida como enfermedad de Marchiafava-Micheli, se
trata de una anemia hemolítica caracterizada por la sensibilidad pecu327
liar de una parte de los hematíes a la lisis por el sistema del complemento, debido a un déficit de proteínas que se fijan a través de los
grupos fosfatil-inositol. Las manifestaciones clínicas y la severidad
del cuadro anémico varían de unos pacientes a otros, pero para la
medicina transfusional se trata de un cuadro importante en el que hay
que corregir una crisis hemolítica con: el aporte inmediato de hematíes “normales”, y la disminución momentánea de la eritropoyesis
(para frenar la hemoglobinuria); y en otras ocasiones corregir el cuadro anémico en la fase aplásica de la enfermedad.
Las indicaciones para la administración de CH en pacientes con HPN
se dan en las siguientes circunstancias:
✓ Crisis hemolítica.
En esta situación es primordial frenar la hemólisis y aportar una cantidad suficiente de hematíes, por lo que hay transfundir rápidamente
y en cantidad suficiente para mantener la adecuada oxigenación de
los tejidos, manteniendo cifras de hemoglobina > 10 g/dL.
✓ Fase aplásica.
En esta situación la indicación de transfusión de CH se debe limitar
a corregir la sintomatología clínica derivada del cuadro anémico; es
decir, solo se administran hematíes en casos de anemias sintomáticas.
Se recomienda transfundir hematíes desleucocitados y desplasmatizados (CHL), ya que se reduce el aporte de complemento, las reacciones antígeno-anticuerpo y la aloinmunización HLA, que puede
desencadenar crisis hemolíticas post-transfusionales.
• Hemoglobinuria paroxística a frigore
También conocida como enfermedad de Donath-Landsteiner, se trata
de una anemia hemolítica causada por una hemolisina bifásica (se fija
al hematíe a 4 ºC y lo lisa a 37 ºC), que suele tener una especificidad
contra el antígeno P, provoca cuadros de hemólisis intravascular
mediada por el complemento, generalmente en la infancia, y aunque
existen formas idiopáticas, se asocia a menudo con cuadros infecciosos (sarampión, parotiditis, infección por micoplasma, bacterias) que
desencadenan el cuadro.
El tratamiento de elección es la administración de agentes inmunosupresores; pero en ocasiones si el cuadro anémico es severo, se deben
328
administrar unidades de CH para mantener cifras de hemoglobina
superiores a 8 g/dL, con la precaución de que las unidades sean antígeno P negativas.
C.1.3. Anemia en pacientes onco-hematólogicos
Los pacientes con neoplasias diversas que reciben tratamiento quimoterápico, y los pacientes con enfermedades hematológicas malignas, van a
presentar bien por el tratamiento o por la enfermedad en sí, un síndrome
anémico de intensidad y gravedad variable.
Los criterios transfusionales de CH en los pacientes onco-hematológicos deben guiarse por la severidad del cuadro anémico y por las condiciones clínicas de la situación del paciente, de tal manera:
• Valores de Hemoglobina < 8 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante todo paciente oncohematológico que presente valores inferiores a los 8 g/dL con
independencia de su situación clínica.
• Valores de Hemoglobina < 10 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante todo paciente oncohematológico que presente valores inferiores a los 10 g/dL, si presenta alguna de las siguientes condiciones:
✓ Infección severa o cuadro febril.
✓ Complicaciones pulmonares.
✓ Complicaciones cardiacas.
✓ Edad superior a 55 años y tratamiento intensivo quimioterápico.
C.1.4. Anemia en pacientes sometidos a transplantes de medula osea
El transplante de médula ósea (TMO), se utiliza para tratar un gran número de neoplasias tanto hematológicas como de otros órganos y sistemas.
Existen diversas modalidades de TMO: alogénico y autológo (con la propia médula ósea o con “stem-cell” obtenidas de sangre periférica); y
diversos regímenes de acondicionamiento. En todos los casos, el paciente
va a necesitar un soporte transfusional intenso hasta la regeneración
medular y puesta en marcha de la propia eritropoyesis.
329
Los criterios transfusionales de CH en los pacientes sometidos a TMO
deben guiarse por la severidad del cuadro anémico y por las condiciones
clínicas de la situación del paciente, de tal manera:
• Valores de Hemoglobina < 8 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante todo paciente transplantado que presente valores inferiores a los 8 g/dL con independencia de su situación clínica.
• Valores de Hemoglobina < 10 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante todo paciente transplantado que presente valores inferiores a los 10 g/dL, si presenta alguna de las siguientes condiciones:
✓ Infección severa o cuadro febril.
✓ Complicaciones pulmonares.
✓ Complicaciones cardiacas.
✓ Edad superior a 55 años.
Como norma general los CH administrados deben ser desleucocitados,
fenotipados al menos para los sistemas Rh y Kell, y generalmente irradiados así como CMV negativos.
Existen casos particulares de TMO alogénico, donde las reglas transfusionales deben tener en cuenta que el grupo eritrocitario del receptor
puede ser distinto al del donante, y plantearse problemas a la hora de elegir el tipo de grupo ABO y Rh a administrar al paciente, desde la fase de
acondicionamiento al implante efectivo (Tabla 7.7.)
Hablamos de incompatibilidad mayor, cuando las isohemaglutininas del
receptor están dirigidas contra los antígenos de los hematíes del donante de células hematopoyéticas; en la incompatibilidad menor, las isohemaglutininas del donante, se dirigen contra los antígenos eritrocitarios
del receptor; y por último en la incompatibilidad mayor y menor
(mixta), las isohemaglutininas tanto del donante como del receptor, se
dirigen contra los antígenos eritrocitarios del donante y receptor respectivamente.
330
Tabla 7.7. Grados de incompatibilidad ABO en TMO alogénico
y concentrados de hematíes a administrar
Grupo receptor
Grupo donante
CH a infundir
Incompatibilidad mayor
0
0
0
A
B
A
B
AB
AB
AB
0
0
0
A
B
0
0
0
A
B
0
0
0
A
B
B
A
0
0
Incompatibilidad menor
A
B
AB
AB
AB
Incompatibilidad mayor y menor
A
B
Las consecuencias de esta incompatibilidad ABO en el TMO alogénico
puede ocasionar si no existe un protocolo transfusional adecuado, cuadros
hemolíticos de intensidad variable:
✓ Hemólisis aguda
En la incompatibilidad mayor, debido a los hematíes contenidos en la
infusión de células hematopoyéticas.
En la incompatibilidad menor, debido a las isohemaglutininas contenidas en la infusión de células hematopoyéticas.
✓ Hemólisis retardada
En la incompatibilidad mayor, provocada por los hematíes de las
células hematopoyéticas transplantadas.
En la incompatibilidad menor, debida a la producción persistente de
isohemaglutininas por los linfocitos de las células hematopoyéticas
injertadas.
331
En el caso de administración de unidades de plaquetas y/o plasma fresco
congelado, en muchas ocasiones bastante frecuentes en estos pacientes,
hay que guiarse por lo referido en la Tabla 7.8.
Tabla 7.8. Grados de incompatibilidad ABO en TMO alogénico
y concentrados de plaquetas fresco a administrar. *De primera opción
Grupo receptor
Grupo donante
CP a infundir
PFC a infundir
0* / A
0* / A
0
A* / 0, AB
B* / 0, AB
A* /AB, B, 0
B* / AB, A, 0
AB
AB* / A, B
AB* / A, B
Incompatibilidad mayor
0
0
0
A
B
A
B
AB
AB
AB
Incompatibilidad menor
A
B
AB
AB
AB
0
0
0
A
B
A* / 0
B* / 0
0
A
B
A* / AB, B, 0
B* / AB, A, 0
AB
AB
AB
A* / B, 0
B* / A, 0
AB
AB
Incompatibilidad mayor y menor
A
B
B
A
C.1.5. Anemia en pacientes sometidos a transplantes de órganos
En la actualidad la cirugía del transplante de órganos sólidos es una actividad emergente en la clínica diaria, y en la que España se encuentra entre
las naciones que en mayor número la realizan, lo que supone un impacto
importante en la medicina transfusional actual.
La compatibilidad ABO se exige en todos los transplantes de órganos,
ya que el incumplimiento de dicha norma provoca un rechazo agudo del
órgano transplantado debido a una lesión endotelial. No obstante en
ocasiones se realizan transplantes de órganos con incompatibilidad
ABO entre el donante y el receptor, ante situaciones clínicas urgentes,
por lo que la medicina transfusional debe ser muy especializada en
estos casos.
332
Los aspectos transfusionales en los transplantes de órganos sólidos tienen
una doble vertiente: las necesidades transfusionales (y en consecuencia el
uso de componentes sanguíneos especializados), y el manejo transfusional ante incompatibilidad ABO.
• Necesidades transfusionales
Van a depender fundamentalmente del tipo de órgano transplantado,
siendo el transplante hepático el que requiere un mayor número de
unidades de CH (así como unidades de plaquetas y plasma fresco congelado), seguido del pulmonar doble, cardiaco, y cardio-pulmonar.
Las unidades de CH a administrar deben ser ABO y Rh idénticas (si
bien en ocasiones y ante la utilización de un número importante de
unidades no queden en el Banco de sangre unidades disponibles, por
lo que hay que administrar CH ABO y Rh compatibles). Dado que la
infección por citomegalovirus (CMV) es la complicación infecciosa
más frecuente en los pacientes receptores de transplante de órganos,
los CH administrados deben ser CMV-negativos en todos los pacientes CMV seronegativos. Así mismo deben administrar unidades de
CH leucoreducidas, con el fin de reducir al máximo la aloinmunización al sistema HLA.
Existe controversia en la administración de los CH irradiados con el
fin de prevenir la enfermedad del injerto contra el huésped (sólo se
han descrito 4 casos asociados con la administración de sangre), por
lo que en muchos centros no los administran irradiados.
Los criterios transfusionales de CH en los pacientes sometidos a
transplante de órganos sólidos deben guiarse por la severidad del
cuadro anémico y por las condiciones clínicas de la situación del
paciente, de tal manera:
✓ Valores de Hemoglobina < 8 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante todo paciente transplantado que presente valores inferiores a los 8 g/dL con independencia de su situación clínica.
✓ Valores de Hemoglobina < 10 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante todo paciente transplantado que presente valores inferiores a los 10 g/dL, si presenta alguna de las siguientes condiciones:
333
➢ Infección severa o cuadro febril.
➢ Complicaciones pulmonares.
➢ Complicaciones cardiacas.
➢Edad superior a 55 años.
• Incompatibilidad ABO
En los casos de incompatibilidad ABO menor (receptores de grupo A,
B, o AB, y órganos de grupo O), pueden presentarse cuadros de anemia hemolítica inmune mediante diversos mecanismos:
✓ Transmisión pasiva de linfocitos con el órgano transplantado que
generan anticuerpos y destruyen los hematíes del receptor (es el
más frecuente).
✓ Producción de anticuerpos por parte del tejido linfoide presente en
el receptor, pese al tratamiento inmunosupresor administrado.
✓ Los debidos al tratamiento inmunosupresor administrado con el
fin de evitar el rechazo del órgano transplantado, en especial lo
pacientes que reciben ciclosporina A.
En estos casos la actitud transfusional, debe ser corregir el cuadro
anémico si la hemólisis es importante y significativa; se deben administrar CH de grupo O irradiados y leucoreducidos.
C.1.6. Anemia en pacientes en unidades de cuidados intensivos
Los pacientes con enfermedades graves o críticas que se encuentran ingresados en unidades de cuidados intensivos (UCI) desarrollan con frecuencia cuadros anémicos, que se ven agravados por los siguientes factores:
toma frecuente de muestras sanguíneas, perdidas ocultas de sangre, producción deteriorada de eritropoyetina, y supresión medular directa por
citocinas provocadas por los cuadros infecciosos.
Los cuadros clínicos que presentan los pacientes ingresados en UCI tienen una etiología muy diversa, pero desde el punto de vista de la medicina transfusional podemos distinguir dos grandes grupos de pacientes:
• Pacientes sin patología cardio-coronaria
Presentan un grupo muy variado de enfermedades, y el objetivo transfusional es mantener un transporte de oxigeno adecuado a todos los
334
tejidos. No existe un acuerdo sobre la cifra de hemoglobina a partir
de la cual está indicada la administración de CH, ya que diversos
estudios no han mostrado diferencias significativas entre regímenes
estrictos (mantener hemoglobinas entre 7-9 g/dL), y regímenes más
liberales (mantener hemoglobina > 10 g/dL).
No obstante parece ser admitido por parte de facultativos intensivistas la indicación de administrar CH para mantener hemoglobinas > 8
g/dL, en aquellos pacientes que no presenten patologías asociadas
(infecciones severas, patologías pulmonares) que indiquen mantener
cifras de hemoglobina > 10 g/dL.
• Pacientes con patología cardio-coronaria
Dado que los mecanismos compensatorios del cuadro anémico representan un sobreesfuerzo cardiaco, en los pacientes ingresados en UCI con
patología cardiaca isquémica (infarto de miocardio, angina inestable),
insuficiencia cardiaca congestiva, o bajo tratamiento con β-bloqueantes,
se debe asegurar la correcta oxigenación tisular, manteniendo cifras de
hemoglobina más acordes con su patología de base.
La indicación de transfundir CH en estos pacientes se basa en mantener cifras de hemoglobina > 10 g/dL.
En la actualidad, se está valorando la administración de eritropoyetina
(r-Hu-EPO) en los pacientes ingresados en UCI, con el fin de disminuir la transfusión alógenica, si bien se dispone de pocos estudios controlados.
C.1.7. Anemia durante el embarazo
La anemia en el embarazo (hemoglobina < 11 g/dL), está presente en el
70% de las mujeres, sobre todo en el tercer trimestre, debido fundamentalmente a las modificaciones fisiológicas que supone la gestación (hemodilución); el cuadro anémico comienza generalmente a partir de la 8ª
semana de gestación, se estabiliza durante el segundo trimestre, y se acentúa en el tercer trimestre.
En la actualidad se realiza de forma genérica una prevención del cuadro
anémico en las embarazadas, consistente en la administración diaria profiláctica de: 120 mg de hierro elemental, 500 µg de folatos, junto con 50
mg de vitamina C (que favorece la absorción del hierro); dosis que se
335
deben de incrementar en el caso de aparición de anemia importante a 180
mg de hierro y 2 mg de folatos.
Los criterios transfusionales durante el embarazo no deben basarse en la
cifra de hemoglobina, si no en la situación clínica de la paciente, considerando las semanas de gestación, la existencia previa de patología cardíaca, la presencia de cuadro infeccioso grave, infección por VIH, y la coexistencia de cuadros anémicos constitucionales (talasemia, anemia de
células falciformes, anemias hemolíticas hereditarias).
Desde un punto de vista genérico e individualizando en los casos de mujeres embarazadas con cuadro anémico importante, se debe considerar la
administración de CH en las siguientes situaciones:
• Embarazo de menos de 36 semanas
✓ Hemoglobina < 5.0 g/dL incluso sin sintomatología clínica de
fallo cardíaco o hipoxia.
✓ Hemoglobina entre 5.0 y 7.0 g/dL y presencia de alguna de las
siguientes condiciones:
➢ Alteraciones cardíacas secundarias al cuadro anémico o evidencia clínica de hipoxia.
➢ Neumonía o cualquier otra infección bacteriana grave.
➢ Malaria.
➢ Existencia de enfermedad cardíaca, no secundaria a la
anemia.
• Embarazo de 36 semanas o más
✓ Hemoglobina < 6.0 g/dL.
✓ Hemoglobina entre 6.0 y 8.0 g/dL y presencia de alguna de las
siguientes condiciones:
➢ Alteraciones cardíacas secundarias al cuadro anémico o evidencia clínica de hipoxia.
➢ Neumonía o cualquier otra infección bacteriana grave.
➢ Malaria.
➢ Existencia de enfermedad cardiaca, no secundaria a la
anemia.
336
C.2. Indicaciones quirurgicas
C.2.1. Administración pre-operatoria
La existencia de un síndrome anémico preoperatorio no siempre requiere la
administración de unidades de CH para que el paciente pueda ser sometido
a una intervención quirúrgica. Se debe valorar la situación clínica del paciente, sus patologías de base, y la urgencia del procedimiento quirúrgico.
• Valores de Hemoglobina < 7 g/dl
Se deben transfundir unidades de CH ante cirugía urgente que
no puede ser programada ni aplazada, y concurre cualquiera de
las siguientes situaciones:
✓ Presencia de síntomas de intolerancia a la situación anémica,
causados por la disminución de la hemoglobina:
➢ Taquicardia (> 100 ppm) en reposo.
➢ Cambios en el estado mental.
➢ Disnea de reposo.
➢ Cefaleas y vértigos.
➢ Angor pectoris.
➢ Cambios electrocardiográficos sugerentes de isquemia miocárdica.
En caso de cirugía no urgente y que puede ser demorada, se debe
posponer la intervención e investigar la etiología del síndrome
anémico, para poder administrar el tratamiento adecuado.
• Valores de Hemoglobina entre 7 y 9 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante cirugía urgente que
no puede ser programada ni aplazada y concurre cualquiera de
las siguientes situaciones:
✓ Existencia de patología de base sintomática como:
➢ Enfermedad coronaria.
➢ Enfermedad pulmonar.
➢ Enfermedad cerebrovascular.
337
En caso de cirugía no urgente y que puede ser demorada, se
debe posponer la intervención e investigar la etiología del síndrome anémico, para poder administrar el tratamiento adecuado.
• Valores de Hemoglobina entre 9 y 10 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante cirugía urgente que no
puede ser programada ni aplazada, y en la que normalmente el
Banco de Sangre reserva unidades de CH, porque se esperan perdidas sanguíneas superiores a los 750 mL.
En caso de cirugía no urgente y que puede ser demorada, se
debe posponer la intervención e investigar la etiología del síndrome anémico, para poder administrar el tratamiento adecuado.
C.2.2. Administración intra-operatoria
La administración de CH intra-operatoria debe realizarse en función del
volumen de sangre perdido, del volumen total circulante y de la aparición
de sintomatología clínica derivada de la perdida tanto de hematíes como
de volumen circulante (Tabla 7.9.).
Tabla 7.9. Sintomatología en función de la importancia del volumen
sanguíneo perdido ante un cuadro hemorrágico agudo
% del volumen de sangre
perdido
Volumen perdido en un
adulto de 70 kg (mL)
Proporción del pulso
Grado I
< 15%
Grado II
15-30%
Grado III
30-40%
Grado IV
> 40%
< 750
750-1500
1500-2000
>2000
Normal
> 100ppm
> 120ppm
> 140ppm
TA sistólica
Normal
Normal
Disminuida
Muy baja
TA diastólica
Normal
Aumentada
Disminuida
Muy baja
Recoloración capilar
Normal
Prolongada
Prolongada
Ausente
Frecuencia respiratoria
Estado mental
Normal
Normal
20-30 rpm
Ansioso o
Agresivo
20-30
30-40 rpm
Confusión o
Ansiedad
5-20
> 45 rpm
Comatoso o
Inconsciente
<5
Dialisis (mL/hora)
338
> 30
Los criterios transfusionales de CH durante el acto quirúrgico vienen
determinados por la perdida sanguínea durante el mismo:
• Pérdidas de sangre < 20% del volumen circulante
✓ Pacientes sanos, sin enfermedad crónica:
El grado de perdida es mínimo, y raramente ocasiona sintomatología,
por lo que es aconsejable reponer el volumen perdido mediante la
administración de soluciones cristaloides.
✓ Pacientes con enfermedad coronaria, pulmonar o cerebro-vascular:
El grado de perdida es mínimo y raramente ocasiona sintomatología,
por lo que es aconsejable reponer el volumen perdido mediante la
administración de soluciones cristaloides.
En estos pacientes es conveniente monitorizar los diversos parámetros existentes para detectar algún síntoma de hipoxemia, y en caso
de estar presente, se indica la administración de CH.
• Pérdidas de sangre > 20% e < 40% del volumen circulante
✓ Pacientes sanos, sin enfermedad crónica:
El grado de perdida es importante y va a ocasionar sintomatología del
tipo de taquicardia e hipotensión. Es aconsejable reponer el volumen
perdido mediante la administración de soluciones cristaloides o
coloides, así como monitorizar los signos vitales y el grado de oxigenación. Solo estaría indicada la administración de unidades CH si:
➢ No desaparece la taquicardia e hipotensión con las soluciones cristaloides.
➢ La perdida de sangre > 1500 mL.
➢ El descenso de Hemoglobina > 5 g/dL.
➢ El descenso de Hematocrito > 15%.
✓ Pacientes con enfermedad coronaria, pulmonar o cerebro-vascular:
El grado de perdida es importante y va a ocasionar sintomatología del
tipo de taquicardia e hipotensión. Se debe iniciar la reposición del
volumen perdido con la administración de soluciones cristaloides y la
administración conjunta de unidades de CH si se presenta alguna de
las siguientes condiciones:
339
➢ Perdida de sangre > 1000 mL.
➢ TA sistólica < 100 mmHg.
➢ Pulsaciones por minuto > 100.
➢ Hemoglobina disminuida > 3 g/dL.
➢ Hematocrito disminuido > 10%.
• Pérdidas de sangre > 40% del volumen circulante
La repercusión sobre el organismo va a ser importante, independientemente de los antecedentes personales y la patología asociada. Los signos más frecuentes son el sincope, taquicardia, hipotensión, taquipnea y
caida de la diuresis horaria.
Se debe proceder a la transfusión de CH, rápidamente a la velocidad de
infusión máxima de 10-15 mL/minuto, teniendo en cuenta que este
ritmo rápido de administración puede verse limitado por: complicaciones hemodinámicas por sobrecarga circulatoria, hiperpotasemia e hipotermia; por lo que es conveniente monitorizar dichos parámetros.
La cantidad de CH a infundir, debe garantizarnos la correcta oxigenación de los tejidos, procurando mantener cifras de hemoglobina > 9
g/dL, una vez se haya tratado correctamente la causa desencadenante del
cuadro hemorrágico agudo. Se deben de monitorizar la cifra de plaquetas y el estado de la coagulación, para valorar la administración tanto de
unidades de plaquetas, como de plasma fresco congelado.
C.2.3. Administración post-operatoria
La administración post-operatoria de CH se debe de realizar en función de
los niveles de hemoglobina, la situación clínica del paciente, sus posibles
patologías crónicas concomitantes, y la persistencia de hemorragia por los
drenajes.
• Valores de Hemoglobina < 7 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH tras cirugía cuando concurren la presencia de síntomas de intolerancia a la situación anémica, causados por la disminución de la hemoglobina y cualquiera de
las siguientes situaciones:
➢ Taquicardia (> 100 ppm) en reposo.
➢ Cambios en el estado mental.
340
➢ Disnea de reposo.
➢ Cefaleas y vértigos.
➢ Angor pectoris.
➢ Cambios electrocardiográficos sugerentes de isquemia miocárdica.
➢ Perdida sanguínea por drenajes.
• Valores de Hemoglobina entre 7 y 10 g/dL.
Se deben transfundir unidades de CH tras cirugía cuando acontece
cualquiera de las siguientes situaciones:
➢ Enfermedad coronaria.
➢ Enfermedad pulmonar.
➢ Enfermedad cerebrovascular.
➢ Persistencia de hemorragia por drenajes.
• Valores de Hemoglobina > 10 g/dL
En estos casos no está indicada la administración de CH, salvo que la
situación clínica del paciente debido a su patología de base, requiera el
aporte de hematíes necesario para corregir una sintomatología evidente
y directamente relacionada con los valores de hemoglobina.
D. Contraindicaciones transfusionales del CH
En general la administración de CH está contraindicada en todas las siguientes situaciones:
• Anemias que pueden ser tratadas farmacológicamente, mediante la
administración de hierro, vitamina B12, ácido fólico y/o eritropoyetina.
• Anemias sin tratamiento específico, pero asintomáticas.
• Hipovolemias sin déficit de masa globular eritrocitaria, que pueden ser
corregidas con soluciones coloides o cristaloides.
E. Dosis y administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorporado (entre 170-260 micras) que impida el paso de fibrina, proteínas coa-
341
guladas y posibles detritus celulares producidos durante su almacenamiento.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 1 ml/Kg/hora (5-10
mL/minuto) durante los primeros 15 minutos, con el fin de supervisar la aparición de cualquier reacción transfusional; pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma, teniendo en cuenta que una unidad de CH debe
ser administrada en un plazo inferior a 4 horas.
F. Efectos adversos y secundarios
Los principales efectos adversos y secundarios de la administración de CH,
vienen reflejados en las Tablas 7.10. y 7.11., y se tratan con amplitud en los
capítulos 16, 17 y 18.
Tabla 7.10. Efectos adversos no infecciosos de la transfusión
de concentrados de hematís y su frecuencia
COMPLICACIÓN
ETIOLOGÍA MAS
FRECUENTE
INCIDENCIA
Hemolítica aguda
Incompatibilidad ABO
1 por 25.000 unidades
Hemolítica retardada
Hemólisis debida a
incompatibilidad menor de grupo
sanguíneo
1 por cada
2.500–9.000 unidades
Aloinmunización
eritrocitaria
Anticuerpo desarrollado en el
receptor frente a antígenos del
donante.
Sobre el 8% de
pacientes transfundidos
con CH.
Hemolítica no inmune
Degradación física o química de
los hematíes (calentamiento,
adición de fármacos o
soluciones)
Desconocida
Febril no hemolítica
Anticuerpos del receptor frente a
antígenos leucocitarios o
plaquetarios del donante, o
acumulación de citocinas en las
unidades durante su
almacenamiento.
1 por 100 unidades
Anafilaxis
Activación del complemento
1 por 20.000–50,000
unidades
Urticaria
Respuesta mediada por
anticuerpos frente a las proteínas
plasmáticas del donante
1 por 100–300
unidades
342
Lesión pulmonar aguda
asociada a transfusión
Edema pulmonar mediado por la
activación del complemento
Desconocida
Enfermedad del injerto
contra el huésped
Reacción inmunocompetente de
los linfocitos del donante en el
receptor
Desconocida
Púrpura posttransfusión
Anticuerpos desarrollados en el
receptor frente a las plaquetas del
donante.
Desconocida
Sobrecarga circulatoria
Aumento del volumen
intravascular
1% de los pacientes
transfundidos. Más
frecuente en sujetos
con patología cardiaca.
Hipotermia,
coagulopatía,
alteraciones del
equilibrio ácido-base,
hipocalcemia,
alteraciones
electrolíticas y
toxicidad por citrato
asociada a transfusión
masiva
Pérdida, consumo o dilución de
los componentes sanguíneos
Relacionada con el
volumen transfundido,
a partir de reemplazar
>1.5 del volumen
sanguíneo.
Sobrecarga férrica
Transfusión crónica de CH (cada
unidad contiene 200 mg de
hierro)
Variable, en relación
con el número de
unidades
transfundidas, por >20.
Tabla 7.11. Riesgos estimados de transmisión de enfermedad infecciosa por
la administración de sangre. *Con la introducción de técnicas de NAT
VIH
1/913000
VHB
1/63000 - 1/200000
VHC
1/ 125000 - 1/500000*
HTLV-I y II
1/641.000
VHG
1/50
VEB
1/200
CMV
1/7500
VTT
1/10-50
Infección bacteriana
1/30000-1000000
Malaria
1/100000-4000000
343
G. Utilización de unidades “O Rh negativo”
Con frecuencia, y ante situaciones de emergencia, se transfunden unidades de CH “O NEGATIVAS” a pacientes de distinto grupo y Rh, lo cual
hace disminuir la cantidad de unidades O NEGATIVAS que deben existir
en el almacén de los Bancos de Sangre. Las indicaciones para su utilización las podemos resumir en:
• Indicaciones absolutas.
✓ Pacientes O Rh negativo con anti-D.
✓ Mujeres O Rh negativo en edad fértil.
✓ En Urgencias en mujeres pre-menopaúsicas con Grupo y Rh desconocido.
• Indicaciones recomendadas.
✓ Pacientes O Rh negativo que van a recibir transfusiones periódicas,
por presentar cuadros de hemoglobinopatías, mielodisplasias, o anemia aplásica.
• Indicaciones aceptables.
✓ En situaciones de urgencia vital en pacientes cuyo grupo y Rh se
desconoce, hasta que sea determinado lo más pronto posible; por
lo que no se deben administrar más de 2 unidades, para continuar
con la administración posterior de unidades de su grupo y Rh.
✓ En niños menores de 1 año de edad si unidades específicas de su
grupo y Rh no están disponibles.
• Utilización de unidades O Rh POSITIVAS en pacientes O Rh NEGATIVOS.
✓ Unidades O Rh POSITIVAS pueden utilizarse en situaciones urgentes de administración masiva de sangre (más de 8 unidades) en
pacientes de grupo O y Rh Negativo, salvo en mujeres en edad gestante y en varones en los que no se detecta un anti-D.
✓ Unidades O Rh POSITIVAS pueden utilizarse en pacientes de grupo
O y Rh negativo, cuando no hay disponibilidad de unidades O
NEGATIVAS, salvo en mujeres en edad gestante y en varones en los
que no se detecta un anti-D.
H. Alternativas terapeuticas
En la actualidad no se dispone de alternativas terapéuticas a la administración de CH, existen diversos suplentes sanguíneos en fases de desarrollo y/o
ensayos clínicos que se analizan en el capítulo 22.
344
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354
8. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE
LOS CONCENTRADOS DE PLAQUETAS
José Sanchís Cervera*, Elías Aguilar Ligorit#.
Servicios de Hematología, *Hospital de la Plana, Villarreal, Castellón. #Hospital Malva-rosa, Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
A. Composición y efectos terapéuticos de una unidad
Cada unidad de concentrado de plaquetas (CP) contiene aproximadamente 5.5×1010 plaquetas, entre 0.1–0.4×109 linfocitos, y cantidades pequeñas
de hematíes y granulocitos en función de la técnica utilizada.
Normalmente las unidades de CP se agrupan en “pool” de 4 o 6 unidades
procurando que sean del mismo grupo sanguíneo y factor Rh. En condiciones normales una unidad de CP aumenta la cifra de plaquetas en 5.0007.000/µL en un adulto de 70 Kg.
Una unidad de concentrado de plaquetas de aféresis (CPQA) contiene
normalmente mas de 3×1011 plaquetas, en un volumen que varía entre
200-400 µL; con aproximadamente entre 1-3×109 linfocitos y escasos
hematíes. En condiciones normales una unidad de CPQA aumenta la cifra
de plaquetas en 30.000-50.000/µL en un adulto de 70 Kg.
El efecto terapéutico de la transfusión de plaquetas es pasajero entre 1 y 3
días y su duración va a depender de distintos factores como: la presencia
de infección, fiebre, esplenomegalia, aloinmunización previa, etc.
355
B. La transfusión de plaquetas
Las plaquetas son uno de los componentes celulares de la sangre que son
necesarios e imprescindibles para una correcta hemostasia. La transfusión
de concentrados de plaquetas se indica para la prevención y el tratamiento de fenómenos hemorrágicos en pacientes que presentan una trombocitopenia o defectos en la función plaquetaria. Su papel fundamental va a
depender de la causa subyacente que indica su administración, de tal
manera que se pueden transfundir una o dos veces para tratar una alteración puntual, o bien administrarse de forma regular durante cierto período de tiempo, lo que origina en muchos casos un estado de “refractariedad”, al desarrollar el paciente anticuerpos frente a antígenos plaquetarios
o frente a antígenos del sistema HLA.
Se estima que existe un riesgo de hemorragia grave y severa cuando la
cifra de plaquetas es inferior a 5.000 µL; entre 5.000-10.000 µL existe un
alto riesgo de hemorragia espontánea; y entre 10.000-50.000 µL existe un
riesgo aumentado de fenómenos hemorrágicos ante procedimientos invasivos, proceso séptico con o sin fiebre y otras alteraciones concomitantes
de la hemostasia.
El uso principal en la actualidad de la transfusión de plaquetas lo constituye la prevención de hemorragias en pacientes con neoplasias hematológicas (en especial las leucemias), y en pacientes con diversas neoplasias
en tratamiento con quimioterapia, que puede provocar una fracaso medular. Los criterios en los que se debe basar la indicación de la transfusión
de plaquetas varían ampliamente, pero siempre deben ser sopesados cuidadosamente: la condición individual del paciente, la presencia de sangrado activo o la tendencia hemorrágica y la cifra absoluta de plaquetas o
cualquier prueba de laboratorio que ponga de manifiesto una alteración en
su función.
La transfusión de concentrados de plaquetas debe monitorizarse para evaluar su efectividad, no sólo por los resultados clínicos obtenidos (cese del
fenómeno hemorrágico), sino también, determinando los recuentos plaquetarios tras su administración. Generalmente se determina la cifra de
plaquetas 1 hora después de finalizar su administración (en algunas instituciones lo realizan también a los 10 minutos), determinando así el denominado Incremento del Recuento Corregido (IRC) en donde se tiene en
cuenta el número de plaquetas infundidas y el volumen circulante del
receptor. Se calcula de la siguiente manera:
356
IRC = (Número de plaquetas postransfusional – Número de plaquetas pretransfusional) × Superficie corporal (m2), todo ello dividido por el número de plaquetas infundidas, expresado en múltiplos de 1011.
Un IRC superior a 5.000-75000 µL sugiere una respuesta adecuada a la transfusión de plaquetas, en tanto que la obtención de dos IRC consecutivos con
dichos valores o inferiores, en ausencia de fiebre, infección o esplenomegalia,
es muy sugerente de refractariedad a la transfusión plaquetaria, generalmente
asociada con aloinmunización anti-HLA o frente a antígenos plaquetarios.
Otra forma de valorar el rendimiento transfusional de la administración de
unidades de plaquetas, consiste en determinar el denominado “porcentaje
de recuperación” (PR) que se calcula de la siguiente manera:
PR = Volemia (mL) × incremento observado de las plaquetas (µL) x 1000;
dividido por el número de plaquetas transfundidas × 0.62. El resultado
obtenido se multiplica por 100.
Un PR superior al 20-30% a la primera hora, y superior al 20% a las 20
horas, se considera adecuado.
Con relación a las recomendaciones sobre la transfusión de unidades de
plaquetas ABO y Rh compatibles, hay que tener en cuenta las siguientes:
• Los concentrados de plaquetas de donante de grupo idéntico ABO al
del paciente, son los componentes de elección y deben utilizarse
siempre que se encuentren disponibles.
• Las transfusiones de unidades de plaquetas ABO no idénticas, se han
asociado con incrementos menores (IRC más bajos), pero generalmente no tiene importancia clínica en términos de eficacia hemostásica. La transfusión de unidades de plaquetas ABO incompatibles es una
práctica aceptable cuando no se dispone de unidades compatibles.
• Los concentrados de plaquetas de grupo O se deben utilizar solamente para pacientes de grupo A, B, o AB, si se ha comprobado que
contienen títulos bajos de aglutininas (anti-A y anti-B).
• La transfusión de concentrados de plaquetas ABO no idénticos, se
debe de considerar como una causa de refractariedad a la transfusión, en ausencia de otros factores.
• Los concentrados de plaquetas Rh negativos (D negativos), se deben
administrar siempre que estén disponibles a pacientes Rh negativos,
particularmente a las mujeres no menopaúsicas o en edad fértil.
357
• Si se administran plaquetas RH positivas (D positivas) a mujeres Rh
negativas en edad fértil, se debe administrar una dosis de gammaglobulina anti-D (250 UI), que debe ser suficiente para cubrir los
efectos de 5 transfusiones de concentrados de plaquetas durante un
período de seis semanas.
C. Indicaciones terapéuticas
Los criterios transfusionales de los CP y CPQA con fines terapéuticos
ANTE UN CUADRO HEMORRÁGICO secundario al déficit o alteración funcional plaquetar son los siguientes:
• En todo paciente con MANIFESTACIONES HEMORRÁGICAS
IMPORTANTES en el que se considera que la trombocitopenia
es un factor desencadenante o que contribuye a la misma, cuando la cifra de plaquetas es inferior a:
✓ 50.000 µL en el contexto de una hemorragia masiva y transfusión masiva.
✓ 50.000 µL en el contexto de un cuadro de coagulación intravascular diseminada.
✓ 50.000 µL en el contexto de una mielosupresión secundaria a
quimio-radioterapia o invasión tumoral.
✓ 100.000 µL en presencia de sangrado microvascular difuso.
• En todo paciente con MANIFESTACIONES HEMORRÁGICAS en
el que se considera que las alteraciones funcionales de las plaquetas
son un factor desencadenante o que contribuye a la misma, y que no
responden a tratamientos alternativos como Desmopresina, crioprecipitados, estrógenos y hemodiálisis.
D. Indicaciones profilácticas
Los criterios transfusionales de los CP y CPQA con fines profilácticos se
basan en las siguientes condiciones o situaciones clínicas:
• Fracaso medular para su fabricación por mielosupresión temporal
debido a quimio-radioterapia o invasión tumoral en pacientes con
recuentos de plaquetas inferiores a 10.000 µL, con o sin factores de
riesgo asociados (infección, fiebre, coagulopatía, y esplenomegalia); o con recuentos inferiores a 20.000 µL y presencia de alguno
358
de los mencionados factores de riesgo. En pacientes diagnosticados
de APLASIA MEDULAR o de SÍNDROME MIELODISPLASICO, se aconseja no administrar concentrados de plaquetas profilácticos a no ser que exista un sangrado menor o sintomático.
• En pacientes con recuentos plaquetares inferiores a 50.000 µL y
van a ser sometidos a cirugía general o procedimientos obstétricos, ginecológicos y/o invasivos.
• En pacientes con recuentos plaquetares inferiores a 100.000 µL
y van a precisar neurocirugía (incluyendo la cirugía ocular) o
procedimientos invasivos neuroquirúrgicos.
• En pacientes con alteraciones funcionales plaquetarias y van a
ser sometidos a cirugía general o procedimientos invasivos, que
no responden a tratamientos alternativos como Desmopresina,
crioprecipitados, estrógenos y hemodiálisis.
E. Contraindicaciones
La transfusión de concentrados de plaquetas esta formalmente contraindicada en las siguientes situaciones o condiciones médicas:
• En enfermedades en las que existe una destrucción inmune plaquetar como Púrpura trombocitopénica idiopática (PTI), Púrpura
trombopénica inducida por heparina, y por otros fármacos, salvo en
los casos que la hemorragia ponga en peligro la vida del paciente.
• Púrpura trombótica trombocitopénica (PTT), y Síndrome
Hemolítico urémico, salvo en los casos que la hemorragia ponga
en peligro la vida del paciente.
• Como tratamiento profiláctico en las situaciones de transfusión
masiva.
• Como tratamiento profiláctico en las intervenciones con derivación cardio-pulmonar.
• Alteración en la función extrínseca plaquetar en pacientes con
insuficiencia renal, enfermedad de von Willebrand, y estados de
hiperproteinemia.
• En general está contraindicada su administración con cifras de
plaquetas superiores a 100.000 µL, y en pacientes con pruebas de
funcionalismo plaquetario dentro de la normalidad.
359
F. Dosis y administración
La dosis usual para un adulto es de 4-10 unidades de CP, o una unidad de
CPQA. Esta variación en el número de unidades de CP, se observa según
los centros en donde se realiza la transfusión, de tal manera que en Europa
se utiliza un “pool” de 4-6 unidades, en tanto que en EE.UU., el “pool” es
de 6-10 unidades. En muchos centros se utilizan dosis de 1 unidad de CP
por cada 10 Kg de peso, o 1 unidad de CPQA.
Existen controversias entre la administración de dosis altas de concentrados plaquetares que proporcionarían un incremento mayor y un intervalo
de tiempo de administración más prolongado, frente a la administración
de dosis más pequeñas y frecuentes que se mostrarían más eficaces en el
control de los fenómenos hemorrágicos. No existen estudios que demuestren la ventaja de un régimen de administración sobre el otro, y sólo estudios futuros controlados pondrán de relevancia cual es más eficaz. No
obstante las dosis recomendadas vienen reflejadas en la tabla 8.1.
Tabla 8.1. Dosis de plaquetas recomendadas
Número de plaquetas
TRANSFUSIÓN DE PLAQUETAS
RECOMENDADA
Profilácticos
Terapéuticas
Dosis en adultos (>55 Kg)
> 4 x 1011
> 6 x 1011
Dosis en niños-adultos (15-55 Kg)
> 3 x 1011
> 3 x 1011
Dosis en niños (<15 Kg)
> 1 x 1011
5-10 mL/kg
Recuento mínimo a alcanzar
> 25.000 µL
> 40.000 µL
Se aconseja siempre que sea posible administrar concentrado de plaquetas ABO y Rh compatibles, con el fin de evitar sensibilizaciones debido a
la cantidad de hematíes que contienen.
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorporado (entre 170-260 micras). Es aconsejable utilizar un filtro de leucocitos con el fin de disminuir las reacciones febriles, la sensibilización HLA
y la transmisión de Citomegalovirus. No está indicado el uso de filtro de
microagregados. En algunos pacientes está indicada la irradiación del producto previamente a su administración (sobre todo en pacientes oncohematológicos), con el fin de prevenir la enfermedad del injerto frente al
huésped.
360
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 2-3 mL/minuto
durante los primeros 15 minutos, con el fin de supervisar la aparición de
cualquier reacción transfusional, siendo muy frecuentes las reacciones
febriles; pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma e infundirse rápidamente en un plazo de 30 minutos, y nunca en un plazo superior a las 4 horas.
G. Efectos adversos y secundarios
Los principales efectos adversos a la transfusión de concentrados de plaquetas, son básicamente los mismos que los de cualquier otro componente sanguíneo, sin embargo existen una serie de reacciones adversas a su
administración que tienen un interés relevante y que podemos clasificar
en:
• Sepsis por contaminación bacteriana.
La contaminación bacteriana de los concentrados de plaquetas es
relativamente frecuente ya que se almacenan a temperatura
ambiente, siendo el hemoderivado que presenta un mayor índice
de riesgo de crecimiento bacteriano. Los gérmenes más frecuentemente implicados son la flora superficial gram-positiva de la
piel.
• Aloinmunización a antígenos plaquetarios y HLA.
Los pacientes que precisan transfusiones múltiples de plaquetas pueden desarrollar con el paso del tiempo anticuerpos frente al sistema
HLA y frente a los antígenos plaquetarios.
• Aloinmunización a antígenos eritrocitarios.
Los concentrados de plaquetas contienen una cantidad pequeña de
hematíes que puede producir en caso de incompatibilidad con el
receptor una aloinmunización frente a antígenos eritrocitarios, siendo bastante frecuente la aloinmunización frente al antígeno D por
transfusión de concentrados de plaquetas no Rh compatibles.
• Reacciones febriles.
Son muy frecuentes en las transfusiones de concentrados de plaquetas y parece ser que guardan relación con ciertas citocinas, tales
como IL-1, IL-6, IL-8 y TNF, generadas por los leucocitos durante
su almacenamiento.
361
• Reacciones alérgicas y anafilácticas.
Las reacciones del tipo urticarial, son bastante frecuentes debido
sobre todo al plasma, y se presentan alrededor de 1-2% de los
pacientes. Mucho más raras son las de tipo anafiláctico.
• Cuadros hipotensivos.
Las reacciones hipotensivas asociadas a la transfusión de plaquetas
comenzaron a describirse hace relativamente poco tiempo (1993); se
presentan con más frecuencia en pacientes que reciben la transfusión
con filtros leucoreductores aplicados a la unidad en el momento de
su infusión, y en pacientes que están tomando tratamiento con inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA), lo que
sugiere que sea el resultado de la administración de bradiquinina que
se genera durante el proceso de filtración de la unidad.
• Refractariedad a la transfusión.
Podemos hablar de “refractariedad” a la transfusión de plaquetas
cuando por lo menos dos transfusiones de plaquetas ABO compatibles y con una dosis adecuada para el peso del paciente producen un
IRC bajo en ausencia de factores asociados como fiebre, infección e
hiperesplenismo. En estos casos hay que recurrir a la administración
de concentrados de plaquetas HLA-compatibles obtenidos mediante
aféresis de donantes seleccionados.
La mejor forma de prevenir la refractariedad es la utilización de plaquetas ABO y Rh compatibles, así como la administración de los
concentrados de plaquetas libres de leucocitos mediante leucoreducción previa, o con filtros en el momento de su administración.
H. Alternativas terapéuticas
En la actualidad se están desarrollando fármacos tanto estimulantes de la
trombopoyesis como substitutos de las plaquetas, que en un futuro próximo van a desempeñar un papel muy importante en el tratamiento del
paciente trombopénico (ver capítulos 22 y 23).
Entre los diversos productos disponibles en la actualidad para su empleo
destaca la La IL-11 recombinante humana (r-HuIL-11) denominada
Oprelvekin (NEUMEGA®, de momento no comercializada en España),
que es el primer factor de crecimiento aprobado por la FDA para el trata362
miento y profilaxis de la trombocitopenia, en pacientes que reciben quimioterapia citotóxica para el tratamiento de neoplasias no mieloides.
I. Refractariedad a la transfusión de unidades de plaquetas
El termino de refractariedad a la transfusión de plaquetas se refiere a la
situación en la que tras dos transfusiones de plaquetas ABO compatibles
y con una dosis adecuada para el peso del paciente, se produce un IRC
bajo en ausencia de factores asociados (fiebre, infección, hiperesplenismo, hemorragia activa).
Hay que distinguir entre los conceptos de “refractariedad” y “aloinmunización”. Se entiende por aloinmunización plaquetaria al desarrollo de anticuerpos anti-HLA Clase I o anti-antígenos plaquetarios, o frente a ambos; un
importante porcentaje de pacientes aloinmunizados, desarrolla una refractariedad a la transfusión plaquetaria. Estudios multicéntricos en pacientes con
leucemia aguda mieloide sometidos a transfusión periódica de plaquetas han
mostrado que la aloinmunización se produce en un 45%, la refractariedad en
un 16%, y la refractariedad secundaria a la aloinmunización en un 13%. No
obstante en los últimos años, se ha observado una disminución en los casos
de refractariedad plaquetaria, probablemente relacionada con la implantación de la leucoreducción de los concentrados de plaquetas.
I.1. Etiología
Entre las numerosas causas de refractariedad a la transfusión de plaquetas, podemos distinguir como relevantes, cuatro grandes grupos:
• Factores inmunológicos.
Guardan relación fundamental con los antígenos que expresan las
plaquetas, como antígenos de los sistemas ABO, Lewis, P e I; antígenos HLA de clase I; y antígenos específicos plaquetarios (sistema
HPA). Constituyen la causa principal de refractariedad, ya que provocan una destrucción de mecanismo inmune de las plaquetas transfundidas, mediada por anticuerpos de tipo IgG o IgM, o por la formación de inmunocomplejos. Entre las causas inmunes de refractariedad destacan:
✓ Anticuerpos frente al sistema ABO.
Los antígenos del sistema ABO, forman parte intrínseca de la
membrana de las plaquetas, si bien con muy poca expresión. No
363
obstante algunas personas exhiben grandes cantidades de dichos
antígenos que son absorbidos desde el plasma, por lo que la transfusión de concentrados de plaquetas que no son isogrupo, provoca una reducción en la supervivencia de las mismas por destrucción inmune de los complejos inmunitarios formados.
✓ Anticuerpos frente al sistema HLA Clase I.
La formación de anticuerpos de tipo IgG frente a antígenos del
sistema HLA Clase I, es la causa más frecuente de refractariedad
(si bien en la actualidad, su incidencia está disminuyendo de
forma considerable). Los anticuerpos HLA involucrados en la
refractariedad se dirigen frente a los antígenos de Clase I de los
locus A y B, que están expresados en las plaquetas, pero dado que
éstas carecen de antígenos de Clase II (indispensables para inducir la respuesta inmune), es necesaria la intervención de las células nucleadas del donante (que sí expresan los antígenos HLA de
Clase II) para que se produzca la respuesta inmune y por tanto la
aloinmunización (de ahí la importancia de la leucoreducción para
prevenir la aloinmunización frente a antígenos HLA).
Estos anticuerpos frente al sistema HLA Clase I, suelen ser
poliespecíficos (a diferencia de los inducidos por embarazos), por
lo que resulta en ocasiones muy difícil encontrar donantes compatibles.
✓ Anticuerpos frente a antígenos plaquetarios (Sistema HPA).
Los antígenos específicos plaquetarios (Sistema HPA) están asociados a las glicoproteínas de la membrana plaquetar, y en la
actualidad se distinguen 6 sistemas plenamente caracterizados
(amén de otros antígenos), que son bialélicos (con un alelo de alta
frecuencia y otro de baja; ver tabla 17.2.). En la actualidad se estima que son responsables del 3-8% de los casos de refractariedad
a la transfusión de plaquetas. Los anticuerpos más frecuentemente involucrados en estos casos de refractariedad, lo son frente a
los antígenos HPA-5b y HPA-1b.
✓ Inmunocomplejos circulantes.
La formación de complejos inmunes circulantes se produce en el
curso de diversas enfermedades de origen inmune e infeccioso;
dichos complejos, son capaces de unirse a los receptores FcγII de
364
las plaquetas, y ser con posterioridad destruidos en el sistema retículo-endotelial.
• Factores no-inmunológicos.
En general los factores no-inmunes, son responsables de refractariedad a la transfusión de plaquetas en mayor proporción que los inmunes anteriormente mencionados. En ocasiones claramente uno de
ellos es el responsable, pero en otras situaciones se presentan simultáneamente y es difícil valorar cuál de ellos ejerce un factor preponderante. Los más importantes son:
✓ Fiebre e infección.
La relación entre la presencia de un cuadro febril y/o infección concomitante con un consumo excesivo de plaquetas transfundidas ha
sido plenamente establecida, a pesar de que existan casos en los que
no se observe. En los cuadros infecciosos, se observa un aumento de
los niveles de IgG asociada a las plaquetas, lo que favorece su destrucción, disminuyendo su supervivencia. En los cuadros febriles de
origen no infeccioso, dicha relación no está claramente establecida.
✓ Esplenomegalia.
Debido a su papel de almacenamiento de las plaquetas producidas en condiciones normales por la médula ósea, así como de las
propias plaquetas administradas, el bazo puede albergar hasta un
tercio de las mismas; por lo que situaciones de esplenomegalia
y/o hiperesplenismo se asocian con un rendimiento más bajo en
el caso de transfusión plaquetaria.
✓ Hemorragia activa.
Se asocia más con la pérdida de las plaquetas administradas
secundarias a la propia hemorragia, que como un factor causante
de refractariedad en sí misma.
✓ Coagulación intravascular diseminada (CID).
La existencia de un cuadro de CID (provocado por cuadros infecciosos, sépticos, o tumorales) provoca de per se un aumento del
consumo plaquetar, que se traduce en un estado de mala respuesta a la transfusión más que en una causa de refractariedad.
Eliminando el cuadro de CID y la causa subyacente, suele desaparecer la mala respuesta a la transfusión.
365
✓ Administración de fármacos.
Existen numerosos fármacos capaces de provocar cuadros de
trombopenia y aumentar un estado de refractariedad a la transfusión de plaquetas, mediante diversos mecanismos (destrucción
plaquetar, toxicidad medular). En especial se trata de fármacos
que se utilizan de forma frecuente en pacientes con neoplasias
(penicilinas, vancomicina, anfotericina B); de todos ellos, la
administración de anfotericina B es el factor más frecuente en una
mala respuesta a la transfusión de plaquetas, contribuyendo a
incrementar el estado de refractariedad.
• Factores relacionados con el producto transfundido.
Sobre todo guardan relación con dos aspectos fundamentales: la
dosis administrada y el tiempo transcurrido desde su obtención hasta
su infusión, así como las posibles lesiones producidas en las mismas
durante su almacenamiento.
✓ Dosis de plaquetas infundidas.
El número de plaquetas transfundidas varía de forma sensible en
los diversos concentrados, así como varía en cada situación transfusional en la que puede verse envuelto cada paciente. Se aconseja que cada “pool” de concentrado de plaquetas, o una unidad
de aféresis, contenga entre 3-6×1011 de las mismas, para obtener
una respuesta adecuada y satisfactoria (ver tabla 8.1.).
✓ Conservación y antigüedad.
El tiempo transcurrido desde su obtención, almacenamiento y
ulterior administración es un factor importante para alcanzar un
buen rendimiento transfusional. Hay que tener en cuenta la
lesión por conservación, que no es más que una alteración metabólica y estructural de la plaqueta, que se traduce en una menor
resistencia y en un grado mayor de activación. Generalmente
estas alteraciones no tienen relevancia en muchos pacientes
(incluso al quinto día de su almacenamiento), pero en otros con
problemas clínicos añadidos como los mencionados en los factores no inmunes, la administración de plaquetas almacenadas
durante días, se acompaña de un menor rendimiento y supervivencia; cosa que no ocurre si se administran unidades “frescas”
de reciente extracción.
366
• Factores relacionados con el paciente y su enfermedad de base.
El fundamental es el estado inmunitario del receptor de las transfusiones de plaquetas; de tal modo que los pacientes inmunodeprimidos y los sometidos a quimioterapia intensiva, tienen una incidencia
menor de aloinmunización que los pacientes con sistema inmune
indemne o padecen una anemia aplásica.
Los pacientes previamente aloinmunizados (por embarazos o transfusiones previas), presentan una refractariedad mucho más precoz e
intensa que los no inmunizados.
I.2. Diagnóstico
El diagnóstico de un estado de refractariedad a la transfusión de plaquetas, debe establecerse cuando tras dos transfusiones de plaquetas ABO
compatibles de extracción reciente (menos de 48-72 horas) y con una
dosis adecuada para el peso del paciente, se produce un IRC bajo en
ausencia de factores asociados. Mucho más complejo y difícil es establecer un diagnóstico de la causa del estado de refractariedad, para poder así
aplicar un tratamiento adecuado. Se debe de realizar:
• Confirmar la aloinmunización mediante estudios serológicos (linfocitotoxicidad, test de detección de anticuerpos anti-HLA, antiplaquetares).
• En ausencia de anticuerpos: buscar otras causas de refractariedad no
inmunes presentes, existencia de autoanticuerpos plaquetarios, anticuerpos anti-plaquetarios inducidos por fármacos, etc.
I.3. Tratamiento
En muchos casos es difícil precisar cual es el factor o factores que causan
la refractariedad plaquetaria, por lo que el tratamiento es complejo, y se
basa generalmente en una selección adecuada de los donantes, sobre todo
si se evidencia una aloinmunización.
• Administración de plaquetas HLA-Compatibles.
Si se descubren anticuerpos séricos anti-HLA inicialmente en los
pacientes que van a precisar soporte transfusional plaquetario,
deben usarse transfusiones de plaquetas HLA-compatibles (para
los HLA Clase I: A y B), con la gran dificultad que ello supone por
367
las combinaciones de los más de 70 caracteres conocidos de dichos
locus). El uso de transfusiones de plaquetas HLA-compatibles
también puede justificarse si no ha existido tiempo para llevar a
cabo los estudios serológicos que determinan anticuerpos antiHLA o si solo se ha incluido la lincocitotoxicidad, en particular
cuando la refractariedad plaquetaria se asocia con hemorragias. No
se indican transfusiones de plaquetas HLA-compatibles cuando los
estudios serológicos no han descubierto anticuerpos anti-HLA;
debe considerarse la presencia de factores clínicos no-inmunes, y si
ellos no están presentes, debe de realizarse un estudio de anticuerpos frente a antígenos del sistema HPA. Las transfusiones de plaquetas HLA-compatibles, deben administrarse siempre previamente irradiadas, con el fin de evitar la enfermedad del injerto contra el
huésped.
Hay que supervisar la respuesta a las transfusiones de plaquetas
HLA-compatibles mediante la determinación del IRC o PR a la hora
y a las 20-24 horas post-transfusión; si se observan incrementos adecuados, las transfusiones de plaquetas HLA-compatibles deben continuar siendo usadas para las transfusiones prolongadas o continuas.
Si hay respuestas pobres a las transfusiones de plaquetas HLA-compatibles, las causas deben ser investigadas incluso la incompatibilidad HLA que puede ocurrir en pacientes con tipos de HLA raros, con
consumo no-inmune, existencia de anticuerpos anti-HPA e incompatibilidad ABO. En función de los resultados de estas investigaciones,
la selección apropiada de unidades podría ser el uso de unidades
ABO-idénticas o HPA-compatibles, si la especificidad de los anticuerpos anti-HPA puede identificarse.
• Prueba cruzada de plaquetas compatibles.
El tratamiento de los pacientes con aloinmunización frente a HLA
y/o HPA sin donantes compatibles puede ser muy difícil. No existe
ninguna evidencia de que los pacientes aloinmunizados se beneficien
de transfusiones de plaquetas incompatibles, que no producen un
aumento en la cifra de plaquetas, por lo que el soporte de plaquetas
profiláctico debe interrumpirse. Si se presentan fenómenos hemorrágicos, las transfusiones de plaquetas de donantes al azar o donadores
emparentados, a pesar de ser incompatibles, pueden reducir la severidad de la hemorragia aunque pueden requerirse dosis de plaquetas
más elevadas.
368
No obstante, puede realizarse una “prueba cruzada” de compatibilidad, en la que se identifican donantes que tienen plaquetas no reactivas (carentes de antígeno) frente al suero del paciente refractario.
Esta “prueba cruzada” se realiza utilizando técnicas de adherencia en
medio sólido, enzimo-inmunoanálisis, inmuno-fluorescencia, que
son complejas; si bien, en la actualidad se dispone de kits comerciales que la realizan de una forma rápida y eficaz.
• Otras medidas.
Otras medidas adoptadas para tratar la refractariedad aloinmune
severa, han sido la administración de inmunoglobulinas a altas-dosis,
con el fin de bloquear el sistema retículo-endotelial o inmunoglobulina anti-D, pero no se han mostrado eficaces, así como la esplenectomía, y recambio plasmático.
La reducción de antígenos HLA de las plaquetas mediante tratamiento ácido, conlleva una perdida sustancial asociada de plaquetas,
y no resulta eficaz en caso de anticuerpos plaquetarios específicos.
El tratamiento de los pacientes con un consumo elevado de plaquetas de origen no-inmune es igualmente problemático. La práctica
usual es continuar con transfusiones de plaquetas diarias, así como
soporte profiláctico, pero no esta claro si estas medidas son eficaces,
o si deben distanciarse las transfusiones o administrarlas a dosis más
elevadas.
I.4. Medidas preventivas
El mejor tratamiento para un estado de refractariedad a la transfusión de
plaquetas es utilizar todos los mecanismos posibles para poder evitarla; de
ahí que tomar diversas medidas preventivas, sea fundamental no sólo para
su prevención, sino también para su posterior manejo en caso de aparición. Entre las diversas actitudes preventivas a adoptar destacan:
• Medidas encaminadas a disminuir la probabilidad hemorrágica en
pacientes trombopénicos (evitando la transfusión innecesaria de plaquetas):
✓ Diagnóstico y tratamiento rápido de las infecciones.
✓ Evitar procedimientos invasivos innecesarios.
✓ Evitar fármacos que interfieran la función plaquetaria.
369
✓ Administrar terapia hormonal en mujeres en edad de menstruación.
✓ Corregir posibles alteraciones de la coagulación.
✓ Administrar concentrados de hematíes para prevenir la anemia
severa.
✓ Evitar cuadros de insuficiencia renal.
✓ Reconocer y tratar aquellas situaciones asociadas con un alto riesgo de hemorragia (hiperleucocitosis en leucemias agudas, leucemia aguda promieolocítica, metástasis en sistema nervioso central
de melanoma) utilizando un umbral más alto para la transfusión
profiláctica.
✓ Utilizar agentes antifibrinolíticos en pacientes clínicamente
estables.
✓ Detección precoz de la aloinmunización, y utilización de donantes histocompatibles.
• Medidas encaminadas a disminuir la aloinmunización:
✓ Disminución o reducción del número de donantes a los que un
paciente que precisa transfusiones de plaquetas va a estar expuesto; ya que se ha observado que un aumento de la aloinmunización
guarda relación con el número de donantes distintos a los que se
expone al paciente.
✓ Utilización de concentrados de plaquetas desleucotizados. Tal
medida (adoptada de forma generalizada) consigue una reducción
importante de la aloinmunización, siempre y cuando la cifra total
de leucocitos administrados en cada unidad sea inferior a 1×106.
✓ Utilización de radiación ultravioleta B. Se ha observado que la
exposición de los concentrados de plaquetas a la radiación ultravioleta B, inhibe la capacidad de las células presentadoras de antígenos que juegan un papel importante en la aloinmunización.
370
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9. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE
LOS CONCENTRADOS DE GRANULOCITOS
José Sanchís Cervera*, Elías Aguilar Ligorit#.
Servicios de Hematología, *Hospital de la Plana, Villarreal, Castellón. #Hospital Malva-rosa, Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
A. Composición y efectos terapéuticos de una unidad
Una unidad de concentrado de granulocitos de aféresis (CGA) contiene
normalmente entre 0.6-1.6×1010 granulocitos, en un volumen que varía
entre 400-600 mL; con aproximadamente entre 1-3×109 linfocitos, 2×1011
de plaquetas y entre 20-50 mL de hematíes; de ahí que se recomiende que
los CGA sean ABO y Rh compatibles con el receptor.
En condiciones normales una unidad de CGA no proporciona un aumento
de la cifra de granulocitos. Los granulocitos administrados emigran hacia el
foco inflamatorio con el fin de fagocitar el germen causante del proceso, no
hay que olvidar que existe una relación cuantitativa entre el número de neutrófilos y la severidad del cuadro infeccioso en los pacientes neutrópenicos.
B. La transfusión de granulocitos
La transfusión de granulocitos despertó en años pasados un gran entusiasmo
en el tratamiento de las infecciones severas en pacientes neutropénicos que no
377
respondían a la terapia antibiótica administrada. Con el paso del tiempo y los
avances en el diseño de nuevos y efectivos antibióticos, el desarrollo de nuevos protocolos de quimioterapia que reducen y minimizan la severidad de la
neutropenia, y la utilización de factores de crecimiento recombinantes (G-CSF,
factor estimulante del crecimiento de colonias granulocitarias), la transfusión
de granulocitos en pacientes adultos es excepcional, si bien puede jugar un
papel importante en pacientes seleccionados con neutropenia severa y cuadros
sépticos graves que no responden al tratamiento convencional antibiótico.
La neutropenia sigue siendo la complicación más grave del tratamiento quimioterápico de distintas neoplasias, y una de las causas de mayor mortalidad
en los programas de transplante de médula ósea; ya que los neutrófilos ejercen un papel fundamental en los mecanismos de defensa frente a la infección
de bacterias, hongos y parásitos. De hecho la transfusión de granulocitos fue
durante muchos años utilizada como tratamiento de los cuadros infecciosos
severos en pacientes neutrópenicos, si bien no resultó muy eficaz (probablemente por no utilizar las dosis adecuadas), y comenzó a desecharse, máxime
con la disponibilidad de nuevos antibióticos y de factores estimulantes del
crecimiento de las células hematopoyéticas.
Sin embrago, en los últimos años se ha despertado de nuevo el interés
sobre la utilidad de las trasnfusiones de granulocitos, sobre todo en base a
poder aumentar el número de granulocitos funcionantes obtenidos en los
procesos de aféresis, tras estimular a los donantes con G-CSF y/o esteroides, y así suministrar a los pacientes la cantidad necesaria de granulocitos
que provoca una respuesta satisfactoria tanto clínica como analítica.
El objetivo de la transfusión de granulocitos debe estar definido antes de
iniciar su administración y como norma general, los pacientes deben reunir los siguientes requisitos:
• Neutropenia severa (granulocitos <500 µL).
• Fiebre de más de 24-48 horas de evolución sin respuesta al tratamiento antibiótico inicialmente administrado, o sepsis de origen bacteriano sin respuesta al tratamiento antibiótico u otros agentes.
• Hipoplasia mieloide.
• Posibilidad razonable de recuperación de la función medular.
• Los pacientes con enfermedades de la función de los neutrófilos
(enfermedad granulomatosa crónica), pueden desarrollar procesos
infecciosos severos y graves, que peden beneficiarse con la transfusión de granulocitos.
378
C. Indicaciones terapéuticas
C.1. Pacientes neonatales
La principal indicación para la transfusión de granulocitos en neonatos
la constituye la SEPSIS NEONATAL. Los niños recién nacidos son
más susceptibles a la infección severa debido a que presentan: una
ausencia de anticuerpos específicos frente a los agentes patógenos, una
inmunidad celular y humoral poco desarrollada, y un defecto cuantitativo y/o cualitativo en la función de los neutrófilos. De tal manera se indica la transfusión de concentrados de granulocitos en las siguientes circunstancias:
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico iniciado previamente y tras 24-48 horas, en niños con menos de dos semanas de vida, y con un recuento de neutrófilos inferior a 3.000 µL.
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico
iniciado previamente y tras 24-48 horas, en niños con más de
dos semanas de vida, y con un recuento de neutrófilos inferior a
500 µL.
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico iniciado previamente y tras 24-48 horas, en niños que presentan
alteraciones cualitativas en la función de los neutrófilos, independientemente del recuento de neutrófilos.
C.2. Pacientes adultos
La principal indicación para la transfusión de granulocitos en los adultos
la constituye la SEPSIS BACTERIANA o FUNGICA en pacientes neutrópenicos severos, en los que se espera una recuperación médular. De tal
manera las principales indicaciones de transfusión de concentrados de
granulocitos en pacientes adultos son:
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico
iniciado previamente y tras 48 horas, con un recuento de neutrófilos inferior a 500 µL, y con una regeneración medular
esperada.
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico iniciado previamente y tras 48 horas, en pacientes que presentan
alteraciones cualitativas en la función de los neutrófilos.
379
D. Contraindicaciones
La transfusión de concentrados de granulocitos está formalmente contraindicada en las siguientes circunstancias:
• Como profilaxis de procesos infecciosos en pacientes neutrópenicos.
• En procesos infecciosos localizados.
• Cuadros infecciosos no bacterianos o fúngicos.
• En pacientes neutrópenicos en los que no se espere una recuperación o regeneración medular.
E. Dosis y administración
La cantidad de granulocitos a administrar debe ser tan grande como sea
posible. Las recomendaciones son de administrar como mínimo 1×1010
granulocitos por unidad de concentrado (alrededor de 1×108/Kg). En neonatos es recomendable administrar 1×109/Kg y día en un volumen que no
debe ser superior a los 15 mL/Kg. Para aumentar el número de granulocitos por unidad obtenida de aféresis, se puede estimular al donante mediante la administración de corticoesteroides (60 mg. de prednisona o 8 mg. de
dexametasona) o de factores estimulantes de crecimiento granulocitario.
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorporado (entre 170-260 micras). No están indicados el uso de filtro de microagregados y/o de leucocitos.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 2-3 mL/minuto
durante los primeros 15 minutos, con el fin de supervisar la aparición de
cualquier reacción transfusional, siendo muy frecuentes las reacciones
febriles; pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma e infundirse rápidamente, nunca en un plazo superior a las 4 horas. En caso de
administrar Anfotericina B, esta se debe infundir cuatro horas antes o tras
el concentrado de granulocitos.
Dado que la gran mayoría de los pacientes susceptibles de recibir una
transfusión de CGA se encuentran en un estado de inmunodepresión, se
recomienda irradiar las unidades de CGA para prevenir la enfermedad
del injerto frente al huésped.
Hay que tener en cuenta que la unidad de CGA puede almacenarse durante 24 horas a temperatura ambiente, pero la infusión debe realizarse lo más
380
pronto posible y es aconsejable realizarla dentro de las 6 horas siguientes
a su obtención.
Una vez instaurado el tratamiento con transfusiones de CGA, se debe
administrar una unidad diaria, como mínimo durante 4 días, tras los que
se analiza su eficacia, y debe de continuar hasta la resolución del proceso
infeccioso y/o hasta que el paciente remonte la cifra de neutrófilos y supere los 1.000 µL durante tres días consecutivos.
F. Efectos adversos y secundarios
Las reacciones transfusionales adversas al concentrado de granulocitos, se observan frecuentemente, si bien éstas no suelen revestir gravedad. Se presentan en un 25-50% de las transfusiones, y se trata fundamentalmente de reacciones febriles no hemolíticas acompañadas de
escalofríos intensos, que requieren tratamiento con antipiréticos y corticoides si son severas. Además pueden presentarse reacciones adversas del tipo de:
• Reacciones hemolíticas.
• Transmisión de enfermedades infecciosas.
• Aloinmunización del receptor frente a:
✓ Antígenos HLA.
✓ Antígenos plaquetarios.
✓ Antígenos eritrocitarios.
• Complicaciones pulmonares.
• Inmunosupresión.
• Enfermedad del injerto contra el huésped.
G. Alternativas terapéuticas
La disponibilidad por parte de la industria farmacéutica de factores de
crecimiento hematopoyéticos, en especial del G-CSF (Factor estimulante
de colonias granulocitarias), y el desarrollo de nuevos antibióticos mucho
más eficaces y menos tóxicos, ha disminuido la utilización y las indicaciones de la transfusión del concentrado de granulocitos, sobre todo en
pacientes adultos. No obstante sigue siendo un terapia eficaz en determinadas situaciones, y que en la actualidad tiene sus indicaciones concretas.
381
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384
10. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DEL
PLASMA FRESCO CONGELADO
Guillermo Cañigral Ferrando*, Elías Aguilar Ligorit#.
Servicios de Hematología, *Hospital General de Castellón. Castellón. #Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
A. Composición y efectos terapéuticos de una unidad
Una unidad de plasma fresco congelado (PFC) contiene todos los factores de la coagulación estables y lábiles a razón de 1 UI por cada mL y proteínas presentes en el plasma original. No contiene ni hematíes, ni plaquetas ni leucocitos. Su volumen aproximado es de 225 mL (180-320
mL). Debe ser ABO compatible con los hematíes del receptor, no importando la compatibilidad Rh. La vida media de los factores de la coagulación contenidos en el PFC viene reflejada en la Tabla 10.1.
Tabla 10.1. Vida media de las factores de la coagulación presentes en las
unidades de plasma fresco congelado.
Fibrinógeno
Factor II
Factor V
Factor VII
Factor VIII
Factor IX
Factor X
72-120 horas
72 horas
12 horas
2-5 horas
8-12 horas
24 horas
24-40 horas
Factor XI
Factor XII
Factor XIII
Antitrombina III
Proteína S
Proteína C
Fibronectina
60-80 horas
40-50 horas
16-24 horas
45-60 horas
12-22 horas
10-12 horas
24-72 horas
385
Tabla 10.2. Concentraciones mínimas hemostásicas de los factores de la
coagulación presentes en las unidades de plasma fresco congelado
FACTOR DE LA
COAGULACIÓN
Fibrinógeno
CONCENTRACIÓN
VIDA MEDIA
PLASMÁTICA
POSTRASNFUSIÓN
HEMOSTÁSICA
100 mg/dL
4-6 días
CONCENTRADO
ESPECÍFICO
DISPONIBLE
SI
Factor II
0-4 UI/mL
2-3 días
NO
Factor V
0.1-0.15 UI/mL
12 horas
NO
Factor VII
0.05-0.1 UI/mL
2-6 horas
SI
Factor VIII
0.1-0.4 UI/mL
8-12 horas
SI
Factor IX
0.1-0.4 UI/mL
18-24 horas
SI
Factor X
0.1-0.15 UI/mL
2 días
SI
Factor XI
0.1-3 UI/mL
3 días
SI
2 horas
NO
0.01-0.05 UI/mL
6-10 días
SI
Factor XII
Factor XIII
En condiciones normales un mL de PFC por Kg del paciente, aumentará los
niveles de los factores de la coagulación en un 1%. De tal manera, hay que
esperar que una dosis de PFC de 10-20 mL/Kg de peso, aumente los niveles
de los factores de la coagulación en un 25-30% inmediatamente tras su infusión. No obstante, la cantidad de PFC necesaria para obtener los efectos terapéuticos deseados va a depender de diversas situaciones como, el nivel del
factor o factores de base, la existencia o no de sangrado activo y del volumen
sanguíneo del paciente. Se recomienda monitorizar los efectos terapéuticos
del PFC mediante determinaciones analíticas: Tiempo de protrombina (TP),
Tiempo de Tromboplastina parcial activada (TTPA), y fibrinógeno.
En la actualidad se dispone de diversos tipos de PFC, en función del proceso de fraccionamiento al que se le somete tras la donación, (si bien de
forma general se habla en éste capítulo de PFC):
• Plasma Fresco Congelado:
Es el componente preparado, bien a partir de una unidad de sangre
total procedente de una donación estándar, o procedente de una
donación de aféresis; que es congelado antes de transcurridas las 18
horas desde su obtención. Contiene los niveles normales de factores
de coagulación (F. VIII >70% del original), y su estabilidad depende
de las condiciones de almacenamiento (-30º C o inferior), de tal
386
manera que su caducidad es de 12 meses siempre y cuando se mantenga a dicha temperatura.
• Plasma Fresco Inactivado:
Es el componente preparado, bien a partir de una unidad de sangre
total procedente de una donación estándar, o procedente de una
donación de aféresis; que ha sido sometido a un proceso de inactivación viral (en nuestro país, se emplea un tratamiento fotodinámico
con azul de metileno y exposición a luz ultravioleta) y posteriormente congelado. En general el proceso supone una pérdida de alrededor del 25% del F. VIII presente en la unidad original. Su caducidad y almacenamiento es igual al plasma fresco congelado.
• Plasma Fresco sobrenadante de crioprecipitado:
Es el componente preparado tras la eliminación del cripoprecipitado,
bien a partir de una unidad de sangre total procedente de una donación
estándar, o procedente de una donación de aféresis. Se caracteriza por
ser deficiente en F. VIII, F. vW, fibrinógeno y fibronectina, pero posee
las mismas concentraciones del resto de factores que el plasma original.
Puede ser almacenado entre 2-6º C durante 14 días, o bien durante 12
meses si es congelado y conservado a temperaturas inferiores a –30º C.
• Plasma cuarentenado:
Es el componente preparado, bien a partir de una unidad de sangre total
procedente de una donación estándar, o procedente de una donación de
aféresis, y que es congelado antes de transcurridas las 18 horas desde
su obtención. Pero se mantiene “en cuarentena” durante un período
mínimo de 180 días, tras el cual, se repiten las distintas serologías víricas al donante, y en el caso de continuar siendo negativas, se distribuye para su administración. Su caducidad y almacenamiento es igual al
plasma fresco congelado. Tiene la ventaja de no existir la perdida de
factores asociada al proceso de inactivación viral eliminando el posible
riesgo infeccioso del llamado “período ventana”. Su principal indicación es el tratamiento de la púrpura trombótica trombocitopénica.
B. La transfusión de plasma fresco congelado
El PFC es la fuente primaria de los factores de la coagulación para los
pacientes con carencias de los mismos, siempre y cuando no se disponga de concentrados específicos de los factores deficitarios. La indi387
cación principal del PFC es la sustitución de un factor o factores de la
coagulación deficitarios, siempre y cuando se haya documentado
dicho déficit, y ante una situación hemorrágica o previamente a una
técnica invasiva. En la Tabla 10.2. vienen expresados las concentraciones mínimas hemostásicas de los factores de la coagulación, así
como su vida media post-transfusión y su disponibilidad en concentrados específicos.
C. Indicaciones terapéuticas
La administración de PFC se considera que está indicada en las siguientes condiciones o situaciones clínicas:
• Púrpura Trombótica Trombocitopénica.
• Síndrome Hemolítico Urémico.
• Púrpura fulminante del recién nacido, secundaria al déficit congénito de Proteína C o Proteína S, siempre y cuando no se disponga de
concentrados específicos de las mencionadas proteínas.
• Exsanguinotransfusión en neonatos, para reconstituir el concentrado
de hematíes cuando no se dispone de sangre total.
• PRESENCIA DE HEMORRAGIA GRAVE y alteraciones en las
pruebas de coagulación (TP > en 1.5 veces al punto medio del rango
normal, TTPA > 1.5 veces al límite superior del rango normal, fibrinógeno <100 mg/dL, e INR >1.7 en pacientes anticoagulados) en:
✓ Pacientes que reciben una transfusión masiva.
✓ Transplante hepático.
✓ Reposición de factores de coagulación, cuando no se dispone o no
existen concentrados de dichos factores deficientes.
✓ Situaciones clínicas en las que existe un déficit de vitamina K, y
no se puede esperar (por la hemorragia) a la administración intravenosa de vitamina K, o bien hay respuesta a la administración de
la misma.
✓ Neutralización inmediata de efecto de los anticoagulantes orales,
reservando la administración de factores del complejo protrombínico sólo estaría indicada en casos de hemorragia con riesgo vital
y cuando exista riesgo de sobrecarga circulatoria.
388
✓ Tras la administración de tratamientos trombolíticos, y persista la
hemorragia tras la suspensión de la perfusión del fármaco y tras
administrar un inhibidor específico de la fibrinolisis.
✓ Coagulación intravascular diseminada, una vez se ha instaurado
el tratamiento etiológico adecuado y específico.
✓ Cirugía cardiaca con circulación extracorpórea siempre y cuando
se hayan descartado otras etiologías de la hemorragia (insuficiente neutralización de heparina, trombocitopenia).
✓ Pacientes con insuficiencia hepatocelular grave, siempre que la
hemorragia sea microvascular y difusa, o bien suponga un riesgo
vital.
✓ Reposición de los factores de coagulación que han sido depleccionados durante un proceso de recambio plasmático en el que se
ha utilizado como componente de recambio la albúmina.
• En el edema angioneurótico hereditario resultante del déficit congénito del inhibidor de la C1 esterasa (proteína reguladora de la activación del complemento), cuando se produce un edema subglótico
grave.
• Pacientes con déficit congénito de proteína C o S, que se encuentran
bajo tratamiento con dicumarínicos orales y presentan cuadros de
necrosis cutánea y/o trombosis adicional, siempre y cuando no se
disponga de concentrados de Proteína C y/o S.
D. Indicaciones profilácticas
Entre las indicaciones profilácticas de la transfusión de PFC se encuentran las siguientes condiciones o situaciones clínicas:
• Prevención de la hemorragia microvascular difusa en pacientes que
han recibido una transfusión masiva y presenten alteraciones significativas en los estudios biológicos de la coagulación (TP > en 1.5
veces al punto medio del rango normal, TTPA > 1.5 veces al límite
superior del rango normal, fibrinógeno <100 mg/dL, e INR >1.7 en
pacientes anticoagulados), aunque no presenten manifestaciones
hemorrágicas.
• Prevención de manifestaciones hemorrágicas en pacientes con hepatopatías agudas o crónicas y transtornos importantes en las pruebas
389
de coagulación (TP > en 1.5 veces al punto medio del rango normal,
TTPA > 1.5 veces al límite superior del rango normal, fibrinógeno
<100 mg/dL, e INR >1.7 en pacientes anticoagulados), y que deban
ser tratados quirúrgicamente o sometidos a un procedimiento diagnóstico o terapéutico invasivo.
• En ausencia de manifestaciones hemorrágicas, pero con alteraciones
en los estudios de coagulación (TP > en 1.5 veces al punto medio del
rango normal, TTPA > 1.5 veces al límite superior del rango normal,
fibrinógeno <100 mg/dL, e INR >1.7 en pacientes anticoagulados)
en:
✓ Pacientes con déficit congénito de factores de la coagulación, en
los que no se disponga de concentrados de factores específicos,
ante la eventualidad de una actuación quirúrgica, extracción dental, biopsia, y otros procedimientos invasivos y/o traumáticos.
✓ Pacientes en tratamiento con anticoagulantes orales que precisen
cirugía urgente y no puedan esperar el tiempo necesario para la
corrección del efecto anticoagulante por otros métodos.
• En pacientes quemados de más del 30-40% de la superficie corporal,
que tras instaurar el tratamiento convencional, presentan grandes
edemas en zonas quemadas y no quemadas, junto con edema alveolar, y tras las 12 horas de evolución de las quemaduras.
E. Contraindicaciones y usos inapropiados
Las situaciones en las que se considera que el uso del PFC no está indicado y se está utilizando de forma inapropiada son:
• Pacientes con sangrado activo, secundario a déficit de algún factor
de la coagulación que se encuentra disponible en forma de concentrado, o que puede ser tratado adecuadamente con fármacos.
• Como expansor de volumen, para la recuperación y mantenimiento
de la presión arterial y/u oncótica, y para reponer la volemia.
• Como aporte nutricional en:
✓ La alimentación parenteral prolongada.
✓ Inespecíficamente en el paciente séptico.
✓ De proteínas en la hipoproteinemia.
390
✓ De Inmunoglobulinas.
✓ De factores del Complemento.
• Como parte integrante de esquemas de reposición predeterminados
(1 unidad de PFC por cada 3 unidades de CH).
• Prevención de la hemorragia intraventricular del recién nacido.
• Uso profiláctico en pacientes con hepatopatías crónicas y alteraciones en las pruebas de coagulación, que van a ser sometidos a procedimientos invasivos menores.
• En pacientes con hepatopatía crónica e insuficiencia hepato-celular
avanzada en fase terminal.
• Tratamiento de las diátesis hemorrágicas no documentadas.
• Como corrector del efecto anticoagulante de la heparina.
• Como reposición de volumen en las sangrías del recién nacido con
poliglobulia.
• Como ajuste del hematocrito de los CH que van a ser transfundidos
a los recién nacidos.
F. Dosis y administración
Se estima que 1 mL de PFC contiene 1 UI de factores de la coagulación,
por lo que la dosis inicial de administración de PFC es de 10-20 mL/Kg,
con lo que se espera un incremento de los niveles de los factores entre un
25-30%. La evaluación de los estudios de coagulación es esencial para
monitorizar la respuesta y efectividad de la transfusión inicial, y si hay
que continuar con transfusiones adicionales. Las unidades de PFC deben
ser ABO compatibles, recomendándose que además sean Rh compatibles
en niños y mujeres en edad fértil.
Una unidad de PFC se descongela en un baño de agua controlado a temperatura constante de 37º C en un periodo de 30 minutos en el Banco de
Sangre, para ser transfundido inmediatamente, si bien puede almacenarse
a temperatura de 1-6º C en nevera termometrada del Banco de Sangre
durante 24 horas, pasadas las cuales no puede utilizarse como fuente de
factores de coagulación. Hay que tener en cuenta que una unidad estándar
de PFC además contiene: sodio 170 mmol/L, potasio 40 mmol/L, glucosa 22 mmol/L, citrato 22 mmol/L, y lactato 30 mmol/L.
391
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorporado (entre 170-200 micras). No está indicado el uso de filtro de microagregados.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 2-3 mL/minuto
durante los primeros 15 minutos, con el fin de supervisar la aparición de
cualquier reacción adversa transfusional, siendo frecuentes las reacciones alérgicas; pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma,
a 10 mL/minuto e infundirse rápidamente, nunca en un plazo superior a
las 4 horas.
G. Efectos adversos y secundarios
Independientemente de los efectos adversos y secundarios, comunes a
todos los hemoderivados (ver Capítulos 16, 17, y 18) el PFC presenta
como efectos adversos más comunes que el resto de los hemoderivados
los siguientes:
• Reacciones alérgicas.
Es la reacción adversa más frecuente, presentándose en un 1-3% de
todos los pacientes. Pueden presentarse como un cuadro urticarial (lo
más frecuente) o como cuadros de anafilaxia con angioedema y
broncoespasmo. Se presentan con más frecuencia en pacientes con
déficit de IgA.
• Lesión pulmonar aguda relacionada con la Transfusión.
Es una complicación rara de la transfusión de PFC que se observa
cuando están presentes en el plasma del donante anticuerpos antileucocitarios, que reaccionan con los leucocitos del receptor, ocasionando un cuadro pulmonar grave con insuficiencia respiratoria que
requiere tratamiento urgente.
• Hemólisis.
Como consecuencia de administración de PFC ABO no compatible
que contiene potentes aglutininas anti-A o Anti-B, que pueden ocasionar hemólisis aguda en el receptor.
• Sobrecarga circulatoria.
Aparece como consecuencia de la administración de grandes cantidades de PFC, sobre todo en pacientes con dificultad en manejar el
aumento de volumen circulante.
392
• Toxicidad por citrato.
Cada unidad de PFC contiene aproximadamente 20 mmol/L de citrato, que puede provocar hipocalcemia en situaciones que se transfunde de forma rápida grandes cantidades de PFC.
• Transmisión de enfermedades infecciosas.
Es un riesgo presente debido sobre todo a los virus emergentes, si
bien ha sido sometido a inactivación viral. Al carecer de leucocitos,
el PFC no transmite las enfermedades infecciosas virales asociadas
a la infusión de leucocitos (CMV, Herpes virus, malaria).
H. Alternativas terapéuticas
Ante cualquier indicación para la administración de PFC, se debe de considerar la posibilidad de utilizar productos alternativos que nos garanticen
los efectos terapéuticos que pretendemos alcanzar utilizando el PFC (ver
capítulo 22). Estas alternativas al tratamiento con PFC son fundamentalmente:
• Soluciones coloides y cristaloides.
Estos productos elaborados por la industria farmacéutica, son los
productos de elección para la reposición inicial de la volemia. Como
se ha señalado con anterioridad, la administración sistemática y rutinaria de PFC por cada cierto número de unidades de CH infundidas,
además de constituir un uso inapropiado del PFC conlleva un incremento de riesgos para el receptor.
• Otros componentes plasmáticos.
En muchas de las indicaciones del PFC, éste puede ser sustituido por
otros componentes plasmáticos, como el caso de los crioprecipitados
a la hora de reponer fibrinógeno.
• Concentrados de Factores de la coagulación.
Siempre que la indicación del empleo de PFC sea la sustitución o
reemplazo de un factor o factores de coagulación deficitarios, y se
disponga de concentrados del factor o factores implicados, es preferible su utilización como primera línea de tratamiento o profilaxis,
antes que la administración de PFC. En la actualidad, se dispone de
los siguientes concentrados de factores, elaborados por la industria
farmacéutica:
393
✓ Fibrinógeno
✓ Factor X
✓ Factor XIII
✓ Factor VII
✓ Antitrombina III
✓ Factor VIII
✓ Proteína C
✓ Factor IX
✓ Factor XI
• Productos Farmacéuticos.
El empleo de ciertos fármacos hace posible en muchas ocasiones,
disminuir, controlar o evitar los fenómenos hemorrágicos sin necesidad de recurrir a los componentes plasmáticos. Entre los fármacos de
especial interés destacan:
✓ Aprotinina.
Se ha mostrado muy eficaz en la reducción del sangrado durante
y las tras la cirugía en pacientes a los que se somete a circulación
extracorpórea, transplante hepático o cardíaco, así como cirugía
ortopédica, obstétrica, ginecológica; así como en pacientes que
están bajo tratamiento con ácido acetil salicílico o presentan déficit no severo de factores de la coagulación. Se cree que el mecanismo por el cual éste fármaco minimiza el sangrado es por su
acción sobre la función plaquetar y fibrinolisis.
✓ Desmopresina.
Está indicada en la profilaxis hemorrágicas en pacientes con
Hemofilia A moderada y en algunos de los tipos de la enfermedad
de von Willebrand, así como en ciertas situaciones en las que
existe una insuficiencia renal o hepática en pacientes que van a
ser sometidos a cirugía menor o procedimientos invasivos.
✓ Acido tranexámico y Acido epsilon aminocaproico.
Ambos principios activos han mostrado su eficacia en el tratamiento de las manifestaciones hemorrágicas en las que existe una
activación de la fibrinolisis.
✓ Vitamina K.
Administrada por vía endovenosa, corrige en un plazo que oscila
entre las 6-8 horas, las deficiencias en los factores de la coagulación vitamina K dependientes.
394
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11. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE
LOS CRIOPRECIPITADOS
María Guinot Martínez*, Elías Aguilar Ligorit#.
Servicios de Hematología, *Hospital de Castellón, Castellón. #Hospital Malva-rosa, Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
A. Composición y efectos terapéuticos de una unidad
Una unidad de crioprecipitado (CRI) tiene un volumen entre 10-15 mL y
contiene aproximadamente: 180-250 mg de fibrinógeno, 80-160 UI de
Factor VIII (VIII:C), entre un 40-70% del Factor von Willebrand del plasma original del donante, entre un 20-30% del Factor XIII del plasma original del donante, más fibronectina. Es el único hemoderivado plasmático que proporciona fibrinógeno concentrado.
Los efectos terapéuticos van a depender de la cantidad de unidades administradas y de la utilidad que pretendemos alcanzar con su administración.
Si se utiliza con fuente de fibrinógeno, 10 unidades deben de aumentarlo
en 60-70 mg/dL, en un paciente de 70 Kg. Si se utiliza como aporte de
Factor VIII, hay que evaluar el aumento deseado del nivel del factor en
función del peso del paciente, de la severidad de la deficiencia y la magnitud del problema hemorrágico.
399
B. Indicaciones terapéuticas
En el pasado el CRI fue considerado como el tratamiento de elección para
la terapia sustitutiva en la Hemofilia A y en la enfermedad de von
Willebrand y en los déficit adquiridos del Factor VIII. El desarrollo de los
concentrados de factores y su seguridad viral, han reemplazado el papel
del CRI como terapia de primera opción para tratar dichas enfermedades.
Adicionalmente la industria farmacéutica ha presentado la disponibilidad
de concentrados de fibrinógeno liofilizados (Haemocomplettan®,
Fiibrinogen Inmuno®, y Clottagen®, en determinados países), con lo que
las indicaciones del CRI como terapia de primera línea son cada vez más
reducidas.
Actualmente las indicaciones terapéuticas y los criterios para el uso de
CRI se dan en las siguientes situaciones.
B.1. Hipofibrinogenemia
La deficiencia congénita de fibrinógeno (afibrinogenemia) y el descenso
en los niveles de fibrinógeno que puede obedecer a: disminución en la síntesis (enfermedades hepáticas), aumento del consumo (coagulación intravascular diseminada, abruptio placentae, embolismo de líquido amniótico, y otras complicaciones obstétricas), perdidas (hemorragia masiva), o a
una anomalía molecular del fibrinógeno que produce una alteración en la
formación del coágulo (Disfibrinogenemia), constituyen una indicación
terapéutica para transfundir CRI, siempre y cuando no se disponga de
concentrado de fibrinógeno.
Los criterios transfusionales de CRI en pacientes con hipo o disfibrinogenemia, y que presentan hemorragias activas e importantes
son:
• Cuadros hemorrágicos con niveles de fibrinógeno < 100 mg/dL.
• Cuadros hemorrágicos en pacientes con disfibrinogenemia.
La dosis a administrar es generalmente de 1 unidad de CRI por cada
10 Kg de peso del paciente en los casos de disminución de la síntesis,
en los casos de hemorragia masiva, y en los pacientes con
Disfibrinogenemia. El tratamiento debe ir encaminado a mantener una
concentración mínima de fibrinógeno entre 80-100 mg/dL y al cese del
fenómeno hemorrágico.
400
La dosis a administrar en los casos de hiperconsumo y perdida de fibrinógeno es generalmente de 1.5-2 unidades de CRI por cada 10 Kg de peso
del paciente, dosis que pueden repetir en caso necesario, por lo se deben
monitorizar los niveles de fibrinógeno hasta el cese del fenómeno hemorrágico.
Un modo e calcular la dosis de CRI necesaria para elevar los niveles de
fibrinógeno deseado se puede establecer mediante las siguientes fórmulas:
Volemia = Peso (Kg) × 70 mL.
Volumen plasmático = Volemia × (1 – Hematocrito).
Miligramos de Fibrinógeno requeridos = Nivel de fibrinógeno deseado en
mg/dL × Volumen plasmático en dL, dividido por 100.
Bolsas de CRI a administrar = mg de fibrinógeno requeridos dividido por
250 (ya que cada Bolsa contiene de forma aproximada dicha cantidad).
B.2. Déficit de Factor XIII
El déficit de Factor XIII es una rara enfermedad congénita (1 caso/3.000.000
de personas). El Factor XIII es un estabilizante de la fibrina que permite la
cohesión y solidez del coágulo ya formado, por lo que su déficit ocasiona la
ruptura del coágulo y posterior sangrado.
En algunos países se dispone de concentrados de Factor XIII
(Fibrogammin®P), pero en las situaciones que no esta disponible, el CRI
es el tratamiento de elección para los pacientes con déficit de Factor XIII
y síndrome hemorrágico.
Los criterios transfusionales de CRI en pacientes diagnosticados de
déficit de Factor XIII, y que presentan hemorragias activas e importantes son:
• No disponibilidad de concentrados de Factor XIII.
La dosis a administrar va a depender del nivel de Factor XIII que presenta el paciente y el incremento que deseamos obtener, teniendo en cuenta que cada unidad de CRI contiene entre 100-130 UI de Factor XIII,
generalmente se administran 2 unidades de CRI por cada 10 Kg de peso.
Hay que tener en cuenta que la vida media del Factor XIII es de 10 a 20
días, por lo que una nueva dosis solo será necesaria si continúan los fenómenos hemorrágicos pasados los mismos.
401
B.3. Hemofilia A
La Hemofilia A es una deficiencia de la actividad procoagulante del Factor
VIII. La primera opción de tratamiento para hemofílicos con niveles de
Factor >5%, es la desmopresina; en tanto que para hemofílicos que presentan niveles de factor <5%, el tratamiento de primera elección son los
concentrados de Factor VIII, ya que se consideran más seguros y se conoce la cantidad exacta de UI de Factor VIII que estamos administrando.
Los criterios transfusionales de CRI en pacientes diagnosticados de
Hemofilia A, o con déficit adquirido de Factor VIII, y que presentan
hemorragias activas e importantes son:
• No disponibilidad de concentrados de Factor VIII.
• Contraindicación del tratamiento con desmopresina y/o concentrados de F. VIII.
La dosis a administrar va a depender del nivel de Factor VIII que presenta el paciente y el incremento que deseamos obtener, teniendo en cuenta que cada unidad de CRI contiene como media de unas 80 UI de Factor
VIII, hay que calcular el número de unidades de CRI a administrar, aplicando las siguientes fórmulas:
UI F. VIII a administrar = Volumen plasmático × (%F. VIII deseado %F. VIII presente) dividido por 100.
Unidades de CRI a administrar = UI Factor VIII a administrar dividido
por 80.
Puede ser necesario repetir las dosis administradas a las 12 horas si los
fenómenos hemorrágicos no han cesado, o no se han alcanzado los niveles esperados de F. VIII.
B.4. Enfermedad de Von Willebrand
La enfermedad de von Willebrand comprende un grupo heterogéneo de
diátesis hemorrágicas en relación a: su transmisión genética, manifestaciones clínicas, expresión biológica y mecanismos patogénicos; siendo el
denominador común un trastorno cualitativo o cuantitativo del Factor von
Willebrand circulante. El tratamiento de elección en los pacientes con
enfermedad de von Willebrand leve o moderada (con excepción del tipo
IIb), es la desmopresina a dosis de 0.3 mg/Kg de peso, que desencadena
la descarga de Factor VIII y Factor von Willebrand de las células endote402
liales y macrófagos. En los casos severos de la enfermedad, el tratamiento de elección son concentrados de Factor VIII que además poseen Factor
von Willebrand (Haemate-P®).
Los criterios transfusionales de CRI en pacientes diagnosticados de
enfermedad de von Willebrand, y que presentan hemorragias activas
e importantes son:
• No disponibilidad de desmopresina para tratar los tipos I y IIa.
• No disponibilidad de concentrados de Factor von Willebrand.
• Contraindicación del tratamiento con desmopresina (tipo IIb), o
falta de respuesta a la misma en los otros tipos (I, IIa y III) y/o a los
concentrados que poseen F. von Willebrand.
La dosis a administrar va a depender del nivel del Factor von Willebrand
que presenta el paciente y el incremento que deseamos obtener, teniendo
en cuenta que cada unidad de CRI contiene como media de unas 80 UI de
Factor VIII, se asume que posee las mismas unidades de Factor von
Willebrand, hay que calcular el número de unidades de CRI a administrar,
aplicando la siguientes fórmulas:
UI F. vW a administrar = Volumen plasmático × (%F. vW deseado - %F.
vW presente) dividido por 100.
Unidades de CRI a administrar = UI Factor vW a administrar dividido
por 80.
Generalmente la dosis estándar es de 1-2 unidades por cada 10 Kg de peso
del paciente.
Puede ser necesario repetir las dosis administradas a las 12 horas si los
fenómenos hemorrágicos no han cesado, o no se han alcanzado los niveles esperados de F. vW.
B.5. Uremia
La hemorragia en los pacientes urémicos es una complicación importante
que se presenta con relativa frecuencia, diversa intensidad y gravedad,
como consecuencia de diversos factores tales como:
Factores relacionados con la pared vascular: disminución de la función de Factor von Willebrand, producción de óxido nítrico aumentada y aumento de prostaciclinas.
403
Factores relacionados con el funcionamiento plaquetar: movilización anormal del ión calcio plaquetar, activación defectuosa de los
receptores de la glicoproteínas IIb-IIIa, inhibición de la función plaquetaria por toxinas urémicas.
Factores relacionados con la sangre y plasma: anemia, la alteración
de intercambio eritrocitario del difosfato de adenosina, y las tóxinas
urémicas.
Los criterios transfusionales de CRI en pacientes urémicos con
hemorragias activas e importantes son:
• Pacientes urémicos en los que han fracasado las medidas terapéuticas de elección ante un cuadro hemorrágico, como son:
Hemodiálisis.
Tratamiento con desmopresina.
Tratamiento con estrógenos.
• Pacientes urémicos en los que las medidas terapéuticas con desmopresina están contraindicadas, o bien no responden a las mismas.
La dosis a administrar es generalmente de 1.5-2 unidades de CRI por
cada 10 Kg de peso del paciente (10-12 unidades), dosis que puede repetirse a las 12 horas si no han cesado los fenómenos hemorrágicos.
B.6. Síndrome de Kassabach-Merrit
El síndrome de Kassabach-Merrit, consiste en la asociación de hemangioma y trombocitopenia, que se presenta generalmente en niños, y que se
asocia con diversas complicaciones hemorrágicas.
Los criterios transfusionales de CRI en pacientes con síndrome de
Kassabach-Merrit son:
• Presencia de coagulación intravascular diseminada.
La dosis a administrar es generalmente de 1.5-2 unidades de CRI por
cada 10 Kg de peso del paciente, dosis que pueden repetir en caso necesario, por lo se deben monitorizar los niveles de fibrinógeno hasta el cese
del fenómeno hemorrágico.
404
C. Indicaciones profilácticas
C.1. Hipofibrinogenemia
En pacientes con hipofibrinogenemia por déficit congénito o adquirido
(enfermedades hepáticas) y con disfibrinogenemia, esta indicada la profilaxis de los fenómenos hemorrágicos en las dos siguientes circunstancias concurrentes ante la no disponibilidad de concentrado de fibrinógeno:
• Cirugía o procedimientos invasivos potencial sangrantes.
• Niveles de fibrinógeno inferiores a 115 mg/dL.
La dosis a administrar es generalmente de 1 unidad de CRI por cada
10 Kg de peso del paciente. El tratamiento debe ir encaminado a mantener una concentración mínima de fibrinógeno entre 80-100 mg/dL y evitar fenómenos hemorrágicos.
C.2. Déficit de Factor XIII
En los pacientes con déficit de Factor XIII el uso de CRI de forma profiláctica está indicando si no se dispone de concentrados de Factor XIII
en las dos siguientes circunstancias:
• Cirugía o procedimientos invasivos potencial sangrantes.
• Niveles de Factor XIII inferiores a 5%.
La dosis a administrar va a depender del nivel de Factor XIII que presenta el paciente y el incremento que deseamos obtener, teniendo en cuenta que cada unidad de CRI contiene entre 100-130 UI de Factor XIII,
generalmente se administran 1 unidad de CRI por cada 10 Kg de peso.
Hay que tener en cuenta que la vida media del Factor XIII es de 10 a 20
días.
C.3. Hemofilia A
La Hemofilia A es una deficiencia de la actividad procoagulante del Factor
VIII. La primera opción de tratamiento para hemofílicos con niveles de
Factor >5%, es la desmopresina; en tanto que para hemofílicos que presentan niveles de factor <5%, el tratamiento de primera elección son los
405
concentrados de Factor VIII, ya que se consideran más seguros y se conoce la cantidad exacta de UI de Factor VIII que estamos administrando.
Los criterios transfusionales de CRI en pacientes diagnosticados de
Hemofilia A, o con déficit adquirido de Factor VIII, y que precisan
una extracción dental o van a ser sometidos a procedimientos quirúrgicos son:
• No disponibilidad de concentrados de Factor VIII.
• Contraindicación del tratamiento con desmopresina y/o concentrados de F. VIII.
La dosis a administrar va a depender del nivel de Factor VIII que presenta el paciente y el incremento que deseamos obtener, teniendo en cuenta que cada unidad de CRI contiene como media de unas 80 UI de Factor
VIII, hay que calcular el número de unidades de CRI a administrar, aplicando las siguientes fórmulas:
UI F. VIII a administrar = Volumen plasmático × (%F. VIII deseado - %F.
VIII presente) dividido por 100.
Unidades de CRI a administrar = UI Factor VIII a administrar dividido
por 80.
C.4. Enfermedad de Von Willebrand
La enfermedad de von Willebrand comprende un grupo heterogéneo de
diátesis hemorrágicas en relación a: su transmisión genética, manifestaciones clínicas, expresión biológica y mecanismos patogénicos; siendo el
denominador común un trastorno cualitativo o cuantitativo del Factor von
Willebrand circulante.
El tratamiento de elección en los pacientes con enfermedad de von
Willebrand leve o moderada (con excepción del tipo IIb), es la desmopresina a dosis de 0.3 mg/Kg de peso, que desencadena la descarga de Factor VIII
y Factor von Willebrand de las células endoteliales y macrófagos. En los
casos severos de la enfermedad, el tratamiento de elección son concentrados
de Factor VIII que además poseen Factor von Willebrand (Haemate-P®).
Los criterios transfusionales de CRI en pacientes diagnosticados de
enfermedad de von Willebrand, y que precisan una extracción dental
o van a ser sometidos a procedimientos quirúrgicos son:
• No disponibilidad de desmopresina para tratar los tipos I y IIa.
406
• No disponibilidad de concentrados de Factor von Willebrand.
• Contraindicación del tratamiento con desmopresina (tipo IIb), o
falta de respuesta a la misma en los otros tipos (I, IIa y III) y/o a los
concentrados que poseen F. von Willebrand.
La dosis a administrar va a depender del nivel del Factor von Willebrand
que presenta el paciente y el incremento que deseamos obtener, teniendo
en cuenta que cada unidad de CRI contiene como media de unas 80 UI de
Factor VIII, se asume que posee las mismas unidades de Factor von
Willebrand, hay que calcular el número de unidades de CRI a administrar,
aplicando la siguientes fórmulas:
UI F. vW a administrar = Volumen plasmático × (%F. vW deseado - %F.
vW presente) dividido por 100.
Unidades de CRI a administrar = UI Factor vW a administrar dividido
por 80.
Generalmente la dosis estándar es de 1-2 unidades por cada 10 Kg de peso
del paciente.
D. Contraindicaciones
En el tratamiento y profilaxis de muchas enfermedades, el uso de CRI ha
sido reemplazado por los concentrados de factores disponibles. De tal
manera se considera que uso esta contraindicado en:
Déficit de Factor VIII.
Si existe disponibilidad de concentrados de Factor VIII de origen
humano o recombinante, éstos deben ser el tratamiento de primera
elección ante fenómenos hemorrágicos y en profilaxis ante intervenciones quirúrgicas. El CRI sólo debe ser utilizado como terapia
de segunda línea, ante situaciones urgentes y carencia de dichos
concentrados.
Enfermedad de von Willebrand.
El tratamiento de elección y de primera línea en los pacientes con
enfermedad de von Willebrand, lo constituye la Desmopresina y los
concentrados de Factor VIII con Factor von Willebrand (HaemateP®). En los casos de no disponibilidad de dichos factores, así como
en aquellos pacientes que no responden a los mismos, el CRI sigue
siendo la terapia de segunda línea de elección.
407
Déficit de Factor XIII.
Si existe disponibilidad de concentrado de Factor XIII pasteurizado
de origen humano, éste debe ser el tratamiento de primera elección
ante fenómenos hemorrágicos y en profilaxis ante intervenciones
quirúrgicas. El CRI sólo debe ser utilizado como terapia de segunda línea, ante situaciones urgentes y carencia de dichos concentrado.
Déficit de Fibronectina.
No existe ningún estudio que demuestre la utilidad del empleo de
CRI como aporte de fibronectina en pacientes con déficit de la
misma y con traumatismos importantes y/o estados de shock.
Déficit de Fibrinógeno.
Si existe disponibilidad de concentrado de Fibrinógeno pasteurizado
de origen humano, éste debe ser el tratamiento de primera elección
ante fenómenos hemorrágicos y en profilaxis ante intervenciones
quirúrgicas. El CRI sólo debe ser utilizado como terapia de segunda línea, ante situaciones urgentes y carencia de dichos concentrado.
E. Alternativas terapéuticas
En la actualidad se dispone de diversas alternativas a la administración de
CRI, siempre y cuando se encuentren disponibles. Entre las mismas destacan:
Concentrados de fibrinógeno.
Se dispone de los siguientes preparados comerciales: Haemocomplettan P®, Fibrinogen Immuno®, Clottagen®, que se presentan en
viales que contienen 1 gr. y 1.5 gr.
Concentrados de Factor XIII.
Se dispone del siguiente preparado comercial: Fibrogammin® P,
que se presentan en viales con 250 UI o 1.250 UI.
Concentrados de Factor VIII.
Se dispone de los siguientes preparados comercialesde Factor VIII
purificados: Fandhi®, Haemate-P®, Beriate-P®, Hemofil-M®,
Monoclate-P®, en presentaciones de 250 UI, 500 UI y 1.000 UI. De
Factor VIII recombinante se dispone de: Kogenate®, Helixate®,
Recombinante®, ReFacto®, en presentaciones de 250 UI, 500 UI y
1.000 UI.
408
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411
12. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE LA
ALBÚMINA HUMANA
José Sanchís Cervera*, Elías Aguilar Ligorit#.
Servicios de Hematología, *Hospital de la Plana, Villarreal, Castellón; #Hospital Malva-rosa,
Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana
La albúmina humana (ALBH) es una proteína plasmática con un peso
molelucar de 69.000 daltons, cuyo volumen total en el organismo es entre
4-5 gr/Kg de peso. Un tercio circula en el espacio intravascular, en tanto
que dos terceras partes se encuentra en el compartimiento extravascular.
Realiza funciones coloidosmóticas que permiten el mantenimiento del
volumen sanguíneo y de la presión osmótica en la circulación periférica, y
funciones de transporte de hormonas, enzimas, diferentes medicaciones y
toxinas. La síntesis diaria de ALBH en un adulto normal es de 16 gr aproximadamente. En tanto que la cantidad total de albúmina en un una persona de 70 Kg se estima de 350 gr, siendo su vida media de 15 a 20 días.
La ALBH se obtiene del plasma humano procedente de donantes sanos
por compañías farmacéuticas empleando técnicas de fraccionamiento de
Cohn junto con la pasteurización e inactivación vírica.
Fabricado por compañías farmacéuticas, se dispone de los siguientes preparados comerciales: Albúmina Humana Grifols®, Albúmina Humana
Behring®, Albúmina Humana Berna®. Las formas de presentación son
soluciones al 20% o al 5%, en envases de 10 mL, 50 mL y 100 mL.
413
A. Indicaciones terapéuticas y profilácticas
El uso clínico de las soluciones de albúmina humana, despertó gran entusiasmo en la comunidad médica, con la esperanza de que los receptores de
su administración se beneficiaran de los múltiples papeles fisiológicos
que realiza la misma en el organismo, con un nivel de seguridad vírica
bueno proporcionado por la pasteurización, y al tratarse de una proteína
humana, no provocaría las reacciones alérgicas causadas por los coloides.
Con el paso del tiempo, el abuso de su utilización, su empleo en situaciones en las que no estaba indicada su administración, y su coste elevado,
ha llevado a un planteamiento más eficaz de sus indicaciones y criterios
de administración.
Indicaciones para el tratamiento con Albúmina Humana
Usos Apropiados
Usos Ocasionales
Hipovolemia
Quemaduras severas
Cirugía cardiaca
Síndrome de distrés
respiratorio agudo
Fallo hepático agudo
Hipoproteinemia
Ascitis
Resuspension de CH
I. Renal aguda
Diálisis Renal
Desintoxicación
Usos Injustificados
Cirrosis hepática
I. Renal crónica
Malnutrición
Tabla 12.1. Indicaciones generales para la administración de albúmina.
Diversos estudios y revisiones sobre su utilización han puesto de manifiesto que su empleo y utilidad debe reservarse solamente a determinadas
condiciones clínicas o procesos patológicos, que de una manera esquemática podemos resumir en las siguientes situaciones:
• Shock Hemorrágico.
✓ Las soluciones Cristaloides deben ser consideradas como el fluido
inicial de primera elección en la reposición de volumen.
✓ Los coloides no proteicos pueden ser considerados como de
segunda elección cuando la administración de al menos 4 litros de
cristaloides no ha producido una respuesta satisfactoria al cabo de
2 horas en un paciente adulto.
✓ Cuando están contraindicados los coloides no proteicos, se puede
administrar albúmina al 5%.
414
✓ Los pacientes que experimentan síntomas del shock mientras se
realiza una hemodiálisis pueden ser incluidos en esta pauta.
• Shock no hemorrágico (Maldistribución).
✓ Los cristaloides deben ser considerados como terapia de primeralínea para el shock no hemorrágico. Los ensayos clínicos no han
mostrado que las soluciones coloides sean más eficaces para el tratamiento del shock que acompaña a la sepsis.
✓ En presencia de permeabilidad capilar con edema periférico y/o
pulmonar severo, la administración de hasta 4 litros de cristaloides
en adultos antes de usar coloides, se considera apropiada.
✓ Si se contraindican los coloides no proteicos, la albúmina humana
puede ser utilizada a concentraciones del 5%.
✓ La administración de coloides no proteicos y de albúmina, debe
realizarse con cautela en pacientes con cuadros de shock séptico.
• Resección Hepática.
✓ Los cristaloides deben ser considerados como terapia de primera
línea.
✓ Si los cristaloides no tienen efecto, y están presentes cuadros de
anemia o coagulopatía, o ambos, la administración de concentrados de hematíes y unidades de plasma fresco congelado, deben de
ser considerados antes que la infusión de albúmina.
✓ Administrar albúmina para mantener un volumen circulante eficaz durante la resección hepática mayor (> 40%) es apropiado.
✓ La Albúmina se indica cuando clínicamente se desarrolla un
edema importante secundario a la administración de cristaloides.
• Traumatismo térmico.
✓ Los cristaloides deben ser considerados como terapia de primera
línea.
✓ Si la administración de cristaloides excede de 4 litros en adultos,
en las 18 a 26 horas post-quemadura, y las quemaduras afectan a
más del 30% de la superficie corporal del paciente, los coloides no
proteicos pueden ser administrados.
✓ Si se contraindican los coloides no proteicos, la albúmina puede
administrarse.
415
• Mantenimiento de la presión de perfusion cerebral (PPC).
✓ Los cristaloides deben ser considerados como terapia de primera
línea, para mantener una adecuada PPC, en el tratamiento del
vasoespasmo asociado con hemorragia subaracnoidea, isquemia
cerebral, o traumamisto craneo-encefálico. Los pacientes con
hematocrito elevado deben recibir cristaloides primero para extender volumen del intravascular. El manitol debe ser utilizado para
reducir la hipertensión intracraneal.
✓ Si el edema cerebral es una preocupación, la albúmina debe usarse en forma concentrada (20%) como coloide para mantener una
adecuada PPC.
✓ Si el hematocrito es inferior al 30%, se recomienda el uso de concentrados de hematíes para aumentar el volumen intravascular y
mantener PPC. Si la terapia sólo de volumen es ineficaz, pueden
necesitarse fármacos vasopresores.
• Administración nutricional.
✓ La Albúmina de no debe usarse como una fuente suplementaria de
calorías proteicas en pacientes que requieran un aporte nutricional.
✓ Pacientes de que no pueden tolerar una alimentación enteral pueden beneficiarse de la administración de coloides no proteicos si
reúnen todas las siguientes condiciones: Albúmina sérica inferior
a 2 gr/dL, tracto gastrointestinal funcionante, y fracaso de la administración de fórmulas con péptidos de cadena corta.
• Cirugía Cardiaca.
✓ Los cristaloides deben ser considerados como el fluido de primera
opción para purgar las bombas de circulación extra-corpórea.
✓ El uso de coloides no proteicos además de los cristaloides puede
ser preferible en casos en los que es sumamente importante evitar
un shunt pulmonar.
✓ Para la expansión de volumen postoperatorio, los cristaloides
deben ser considerados como terapia de primera línea, seguida por
los coloides no proteicos, y finalmente por la albúmina.
• Hiperbilirrubinemia del recién nacido.
✓ La Albúmina no debe administrarse junto con fototerapia.
416
✓ La Albúmina puede ser una terapia adyuvante útil para la exsanguino-transfusión cuando se administra concurrentemente con la
transfusión de sangre, pero no debe usarse antes de la transfusión
de componentes eritrocitarios.
✓ Cristaloides y coloides no proteicos no contienen bilirrubina, por
lo que no deben ser considerados como alternativas a la albúmina.
• Cirrosis y Paracentesis.
✓ La administración de una dieta modificada (2 gr de restricción/día de sodio) junto con terapia diurética, debe de ser el tratamiento de primera línea, en pacientes adultos que tienen cirrosis con ascitis.
✓ Cuando éstos fracasan o no se toleran y se precisan paracentesis de
gran volumen (superior a 5 L), la albúmina (20% por: 6 a 8 gr por
litro extraído) o los coloides no proteicos deben ser considerados
la solución de elección.
✓ Las soluciones cristaloides deben ser consideradas como una terapia adyuvante en pacientes con cirrosis cuando se extraen menos
de 3 L y la repleción de volumen intravascular es importante.
✓ Utilizar la albúmina solo para tratar la ascitis, sin realizar paracentesis de gran volumen o tratar a los pacientes con hipertensión portal de origen no cirrótico debe evitarse.
• Síndrome Nefrótico.
✓ El tratamiento diurético es la terapia de elección.
✓ Si la terapia diurética fracasa, el uso a corto plazo de albúmina al
20% junto con tratamiento diurético, es apropiado para los pacientes con edema periférico severo o pulmonar agudo.
• Transplante de Hígado o Riñón.
✓ La efectividad de la albúmina y de los coloides no proteicos durante y tras la cirugía del transplante renal no ha sido demostrada de
forma concluyente.
✓ Debido a la pérdida de sangre excesiva, expansores de volumen
como los cristaloides pueden ser necesarios junto con hemoderivados eritrocitarios, coloides no proteicos, y albúmina intra-operatoriamente.
417
✓ La Albúmina y los coloides no proteicos pueden ser útiles para
controlar los episodios de ascitis, edema pulmonar o periférico
severo, en el post-operatorio de los receptores de trasplante hepático.
✓ La Albúmina puede usarse si se reúnen las condiciones siguientes:
albúmina sérica inferior a 2.5 g/dL, presión capilar pulmonar inferior a 12 mm Hg, y hematocrito superior al 30%.
• Plasmaferesis.
✓ El uso de albúmina en el intercambio plasmático de volúmenes
grandes (mayor que 20 mL/kg en una sesión, o mayor que 20
mL/kg/semana en sesiones repetidas) es adecuado.
✓ Pueden sustituirse los coloides no proteicos y los cristaloides por
la albúmina en procedimientos del plasmaféresis terapéuticas y
deben ser considerados como soluciones de intercambio rentables.
• Otros Usos considerados apropiados en base a la literatura
médica.
✓ Agente de sedimentación en Granulocitaféresis (coloides no proteicos): como la solución para la colección y suspensión de granulocitos y para la citoreducción aguda en leucemias con hiperleucocitosis sintomática.
✓ Agente de sedimentación en la obtención y separación de células
madre (coloides no proteicos) para transplantes de médula ósea
ABO-incompatible.
✓ Como solución criopreservante para el trasplante órganos sólidos
(albúmina o coloides no proteicos).
✓ Como solución criopreservante de células madre (coloides no proteicos): Como parte de las soluciones preservantes para el almacenamiento congelado de células madre hematopoyéticas.
✓ Pre-tratamiento de injertos de Dacron antes de la cirugía, con el fin
de disminuir la adhesión bacteriana.
✓ Hemodilución normovolémica aguda en cirugía (sólo se considera apropiados los coloides no proteicos).
418
• Otros usos considerados inapropiados en base a las conferencias
de consenso sobre su utilización.
✓ Hipoalbuminemia.
✓ Síndrome hepato-renal inminente.
✓ Aumentar la eficacia de ciertos fármacos.
✓ Pancreatitis aguda.
✓ Pancreatitis crónica.
✓ Expansión de volumen en neonatos, a menos que la expansión con
10 mL/kg de cristaloides sea infructuosa.
✓ Hemodilución normovolémica aguda en cirugía.
✓ Tratamiento de soporte para aumentar la tensión arterial intra-diálisis.
✓ Síndrome del hiperestimulación ovárica.
419
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421
13. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE
LAS INMUNOGLOBULINAS INTRAVENOSAS
Y ANTI-Rh
José Sanchís Cervera*, Elías Aguilar Ligorit#.
Servicios de Hematología, *Hospital de la Plana, Villarreal, Castellón. #Hospital Malva-rosa, Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
A. Inmuglobuilnas intravenosas (IVIG)
Los concentrados intravenosos de inmunoglobulinas (IVIG) son soluciones de Inmunoglobulina G (IgG) de alta pureza y amplio espectro de anticuerpos frente a diversos antígenos de agentes infecciosos, con niveles
muy bajos de IgM e IgA. Se obtienen del plasma humano a partir de un
pool de no menos de 2.500 donantes mediante fraccionamiento industrial,
proporcionando una solución que contiene más del 90% de las subclases
de IgG.
La IVIG está compuesta en el 95% por IgG monomérica, con pequeñas
cantidades de IgG dimérica o agregada, sin embargo, después de la infusión, algunos monómeros de IgG se convierten en dímeros o complejos
con antígenos circulantes encontrados en el paciente. Los monómeros se
unen frecuentemente a los receptores Fc-I (receptor para la fracción Fc de
las inmunoglobulinas), localizados en los monocitos, mientras que los
receptores Fc-II y Fc-III están en los monocitos, neutrófilos y otras célu423
las e interactúan con la IgG polimérica o los complejos inmunes. Si la
molécula de anticuerpo está unida al antígeno, se generan cambios de configuración en la fracción Fc (Fracción constante), que facilitan la unión al
receptor de Fc.
Las preparaciones concentradas de IVIG, contienen gran cantidad de anticuerpos capaces de reaccionar con miles de determinantes antigénicos y sus
idiotipos, debido a la experiencia inmunológica adquirida por los aproximadamente 10.000 donantes, de los que se fabrican los productos de IVIG.
Además de la IgG, las preparaciones de IVIG contienen otros “factores
contaminantes”: moléculas de membrana y receptores solubilizados
(CD4, CD5, receptor del complemento CR1), antígenos de histocompatibilidad: HLA clase I y II; anticuerpos específicos contra determinantes del
HLA y otras moléculas de superficie de los linfocitos (anti CD4, CD8),
anticuerpos contra citoquinas y sus receptores, anticuerpos contra superantígenos. Estas moléculas son importantes en la regulación de las respuestas inmunes inflamatorias y en las enfermedades autoinmunes.
Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los siguientes preparados comerciales: Flebogama®, Gammagard®, Endobulin®. Las formas de presentación son soluciones al 5% y al 10% de IVIG que contienen 500, 2.500, 5.000 y 10.000 mgr.
Los concentrados de IVIG deben administrarse por vía endovenosa a una
velocidad de infusión de 0.01-0.02 mL/Kg/minuto durante los primeros
treinta minutos; si el paciente no experimenta ningún efecto secundario o
sensación de malestar, puede aumentarse el ritmo de infusión a 0.04
mL/Kg/minuto; en caso de que aparezca sintomatología adversa, deberá
reducirse el ritmo de infusión a niveles tolerables por el paciente.
Una vez administrada, las IVIG están completamente biodisponibles en la
circulación del paciente, se distribuyen con relativa rapidez entre el plasma y el líquido extravascular, alcanzándose a los 3-5 días un equilibrio
entre los espacios intra y extravascular. La vida media se sitúa entre 3565 días, pudiendo variar en cada paciente, en especial en los que presentan inmunodeficiencias primarias.
Las dosis a administrar, van a depender en función de realizar un tratamiento sustitutivo o un tratamiento inmunomodulador. En el primer caso
se debe monitorizar el nivel sérico de la IgG pre y post tratamiento. Si se
realiza un tratamiento inmunomodulador se deben evaluar los niveles de
respuesta en la enfermedad de base sobre la que se realiza el tratamiento.
424
A.1. Mecanismos de acción de las IVIG
En la actualidad se conoce el efecto beneficioso de la administración de
IVIG en diversas enfermedades y situaciones clínicas, pero existen controversias entre los distintos mecanismos de acción de las mismas, de tal
manera que se han postulado como posibles los siguientes:
Inactivación de complemento.
Se ha demostrado tanto in vitro como en seres humanos que la IVIG se une
a compuestos del complemento (C3b) inactivando su cascada, así como favorece la solubilización de los complejos inmunes circulantes y depositados en
los tejidos. Lo anterior tendría una especial importancia en miopatías inflamatorias (dermatomiositis) y en neuropatías desmielinizantes como el SGB.
Acción sobre linfocitos T.
Se han demostrado cambios in vitro tanto en linfocitos CD4 como CD8,
con posible competencia en el reconocimiento de antígenos. Las IVIG
disminuyen la respuesta proliferativa de los linfocitos T (frente a estímulos con mitógenos y antígenos), e inhiben la activación de los mismos
mediada por superantígenos.
Acción sobre linfocitos B.
El exceso de Ig circulante provoca un bloqueo tanto anti-idiotipo como por
unión al receptor CD5 en la superficie de los linfocitos B, provocando una
regulación débil en la producción de Ig. Las IVIG inhiben la activación de
los linfocitos B, así como provocan un incremento de la apoptosis.
Bloqueo del receptor Fc e interferencia con la fagocitosis mediada por
receptor.
La porción Fc de las IVIG se une competitivamente a los receptores Fc
presentes en la superficie celular de las células fagocíticas, impidiendo la
acción de los autoanticuerpos. Además provoca una regulación débil e
inactivación de los receptores Fc que median la fagocitosis de las inmunoglobulinas, con lo cual al cortar su recirculación citoplasmática aumenta globalmente su catabolismo. Además provocan un aumento en los niveles de CD16 soluble.
Bloqueo anti-idiotipo de autoanticuerpos.
La IVIG reconoce y se une a la fracción Fab de la inmunoglobulina que
actúa como autoanticuerpo, inactivándola.
425
Acción sobre citoquinas.
La IVIG contiene anticuerpos de alta afinidad contra interleukina 1a,
interleukina 6 y contra el factor de necrosis tumoral, provocando su inactivación y una disminución en su producción. Además inhibe la producción y secreción por parte de los macrófagos y los linfocitos T, de sustancias tales como: IL-1, IL-2, IL-3, IL-4, IL-5, IL-6, IL-10, factor estimulante de colonias granulocito-macrofágicas, α-factor de necrosis tumoral,
e γ-interferón.
Provoca un aumento en la producción de IL-8, y del antagonista del receptor de la IL-1, y una disminución de la expresión del receptor de la IL-2.
A.2. Indicaciones de las IVIG
Entre las indicaciones para la administración de IVIG debemos distinguir
dos situaciones: como sustitución de anticuerpos (efecto anti-infeccioso)
y como modulador del sistema inmune; y entre las mismas, existen diversas entidades en las que se ha demostrado su indudable eficacia, y otras
en las que su administración parece controvertida aunque produzca resultados satisfactorios. De ahí, que se cataloguen sus indicaciones en cuatro
categorías:
Categoría I = Evidencia convincente de beneficio.
Categoría IIA = Evidencia inconclusa de beneficio (en el nivel más alto
de evidencia de beneficio).
Categoría IIB = Evidencia Inconclusa de beneficio (en el nivel más bajo
de evidencia de beneficio).
Categoría III = No existe evidencia convincente de ningún beneficio.
De tal manera podemos indicar la administración de IVIG en las siguientes situaciones en relación con distintas especialidades médicas.
A.2.1. Inmunología
• Categoría I.
✓ Inmunodeficiencias Primarias.
Inmunodeficiencias con defecto predominante de anticuerpos:
– Inmunodeficiencia común variable.
426
– Agammaglobulinemia ligada al cromosoma X (autosómica
y recesiva).
– Déficit de subclases de IgG.
– Déficit selectivo en la producción de anticuerpos con Igs
normales.
– Déficit de IgA.
– Hipogammaglobulinemia del lactante.
Inmunodeficiencias combinadas:
– Inmunodeficiencia combinada severa.
– Síndrome de hiper IgM.
– Déficit del complejo mayor de histocompatibilidad clase II.
– Otras inmunodeficiencias combinadas.
Síndromes de inmunodeficiencia bien definidos:
– Síndrome de Wiskott-Aldrich.
– Ataxia-Telangiectasia.
– Síndrome de DiGeorge.
La administración de IVIG se indica en cuadros de hipogammaglobulinemia (con IgG total disminuida o disminución de subclases de IgG) con
infecciones bacterianas recurrentes.
Las dosis recomendadas de mantenimiento son de 200-500 mg/kg cada 21
días, ajustando las dosis para mantener unos niveles de IgG >600 mg/dL
y buena respuesta clínica (ausencia de episodios infecciosos).
✓ Inmunodeficiciencias Secundarias.
Leucemia linfática crónica.
Mieloma múltiple.
SIDA pediátrico.
Transplante de médula ósea alogénico.
Estas entidades se analizan en sucesivos apartados.
427
A.2.2. Hematología
• Categoría I.
✓ Púrpura trombocitopénica idiopática (PTI).
PTI del adulto que presenta:
Hemorragia persistente o con riesgo de muerte, y recuentos de
plaquetas inferiores a 50.000 µL. PTI de la embarazada.
Para los pacientes sin hemorragia severa, la administración de
IVIG no se considera como tratamiento de primera línea. IVIG
se indica cuando el paciente no responde al tratamiento con corticosteroides y/o RhIG, o cuando estas terapias se contraindican.
Las dosis a utilizar son 1 gr/Kg/día durante dos días, o 400
mg/Kg/día durante cinco días.
PTI pediátrica en los siguientes casos:
PTI aguda: IVIG puede ser considerado como terapia inicial si
la cifra de plaquetas es < 20.000 µL, sobre todo cuando el
paciente tiene hemorragia severa o el riesgo de hemorragia es
vida-amenazante. IVIG no se indica si las manifestaciones de
sangrado son mínimas (petequias, cardenales o asintomático).
La dosis a utilizar es de 0.8-1 gr/Kg/día.
PTI crónica: IVIG esta indicada en pacientes de alto riesgo
con recuentos plaquetares bajos y asintomáticos; también se
indica tras el fracaso de otras terapias o cuando existe un alto
riesgo de sepsis post-esplenectomía (en niños < 5 años). La
dosis a utilizar es de 0.8-1 gr/Kg/día.
✓ Púrpura post-transfusional.
Descenso significativo del recuento de plaquetas (generalmente <
10.000 µL) acompañado de hemorragias importantes. La dosis a
utilizar es de 1 gr/Kg/día o 0.4 gr/Kg/día durante cinco días.
✓ Trombocitopenia asociada a infección por VIH.
Esta indicada ante cuadros hemorrágicos significantes acompañados de trombocitopenia, si el tratamiento con RhIG en pacientes Rh
positivos ha fracasado. El tratamiento con esteroides es controvertido. No existe una dosis concreta a administrar, se puede dar 1
gr/Kg/día durante dos días mensualmente, o 0.04 gr/kg/semanales.
428
✓ Enfermedad hemolítica del recién nacido (EHRN).
IVIG puede indicarse en niños con EHRN severa que no responde a la fototerapia para disminuir la necesidad de la exsanguinotransfusión. No existe una dosis determinada, y diversos estudios
señalan la administración de 0.5-1 gr/Kg.
✓ Leucemia linfoide crónica (LLC).
La administración de IVIG se indica en pacientes con LLC que
presentan: hipogammaglobulinemia (< 6.4 g/L) y al menos un
episodio de infección bacteriana severo en los seis meses previos.
La dosis a administrar es de 400 mg/kg cada 3-4 semanas, o 250
mg/Kg cada mes.
✓ Mieloma múltiple (MM).
La administración de IVIG se indica en pacientes con MM que
presentan: enfermedad estable, hipogammaglobulinemia (< 6.4
g/L) y al menos un episodio de infección bacteriana severo en los
seis meses previos. La dosis a administrar es de 400 mg/kg cada
3-4 semanas, o 250 mg/Kg cada mes.
• Categoría IIA.
✓ Transplante alogénico de médula ósea (TMO).
La administración de IVIG en pacientes sometidos a transplante
de médula ósea alogénico se indica en las siguientes situaciones:
Para la prevención de la enfermedad del injerto contra el huésped en pacientes que reciben TMO alogénico HLA emparentado y tienen más de 20 años. La dosis a utilizar es de 500
mg/Kg/semana durante 90 días, o 100 mg/kg/semana durante
10-12 meses post transplante.
Para la prevención de la infección por CMV; los mayores beneficios se obtienen en los pacientes de bajo riesgo (receptores seronegativos que reciben hemoderivados seronegativos y ninguna
transfusión de concentrado de granulocitos). Las dosis a emplear
son variables: 150-200 mg/kg dos dosis pre-transplante, seguidas
de una dosis semanal hasta los 70 días post-transplante.
✓ Autoanticuerpos frente al Factor VIII.
La administración de IVIG en pacientes con autoanticuerpos
frente al factor VIII, está indicada en: hemorragias severas vida429
amenazantes, y junto a otras medidas inmunosupresoras y administración de factores de la coagulación. La dosis recomendada es
de 0.4 gr/Kg/día durante cinco días junto con 1 mg/kg/día de
prednisona (o equivalente) y la administración adecuada de reemplazo de factores.
✓ Enfermedad adquirida de von Willebrand.
La administración de IVIG en pacientes con enfermedad adquirida de von Willebrand está indicada en: hemorragias severas vidaamenazantes, y siempre junto a otras modalidades terapéuticas
específicas. La dosis recomendada es de 0.4 gr/Kg/día durante
cinco días, o 1 gr/Kg/día durante 2-3 días.
✓ Síndrome de Evans.
La administración de IVIG no está indicada como primera línea
de tratamiento, pero puede formar parte en determinados casos,
de una combinación de agentes inmunosupresores, administrándose junto con: corticoesteroides y ciclofosfamida.
✓ Trombocitopenia aloinmune neonatal.
Esta indicada en recién nacidos con severa trombopenia de origen
aloinmune, cuando la administración de plaquetas lavadas e irradiadas de la madre no es factible, o no recomendable. La dosis a
administrar es de 1 gr/Kg en dosis única, que puede repetirse a las
24 horas si no existe una respuesta adecuada.
• Categoría IIB.
✓ Síndrome hemofagocítico asociado a infección vírica.
Generalmente ocasionado por V. Epstein-Barr. Las dosis recomendadas son de 0.4-1 gr/Kg/día durante cinco días, en combinación con otros tratamientos (altas dosis de esteroides, antivirales), y monitorizando la respuesta al mismo (recuentos sanguíneos, reticulocitos, necesidades trasnsfusionales).
✓ Neutropenia Autoinmune.
Siempre que exista: evidencia documentada de infecciones bacterianas recurrentes, fracaso o contraindicación de otras medidas
terapéuticas (antibioterapia profiláctica, corticoides), y se hayan
descartado cualquier otra causa de neutropenia (es preferible
demostrar la presencia de anticuerpos anti-neutrófilo). No existe
430
una dosis estándar, pudiéndose administrar 400 mg/Kg/día durante cinco días, o 1 gr/Kg/día hasta alcanzar cifras de neutrófilos
superiores a 1.000 µL.
✓ Anemia hemolítica autoinmune (AHAI).
Cuadro clínico de AHAI importante con Coombs positivo y
hemólisis, si ha fracasado el tratamiento convencional (o está
contraindicado), y los pacientes presentan hemoglobinas inferiores a 7 g/dL y hepato-esplenomegalia. No existe una dosis estándar y se administran 400 mg/Kg/día durante cinco días, en combinación con otras medidas terapéuticas.
✓ Aplasia de célula roja adquirida por infección de Parvovirus
B19.
Se requiere la detección del Parvovirus B19 por técnicas de PCR,
un estudio histológico de médula ósea que descarte otros procesos, la existencia de un cuadro anémico significativo o que precisa de soporte transfusional, y nula respuesta al tratamiento con
esteroides.
Las dosis recomendadas son 1 gr/Kg/día durante dos días, con
opción de nuevas dosis si existe una recaída. Como dosis de mantenimiento se sugiere 0.4 gr/Kg cada cuatro semanas.
✓ Reacción hemolítica transfusional.
Se indica la administración de IVIG si es necesaria una transfusión “incompatible” debido a la urgente necesidad de transporte
de oxígeno, más la existencia de aloanticuerpos múltiples o
hemólisis autoinmune. También está indicada en la reacción
transfusional hiperhemolítica en la anemia de células falciformes.
La dosis es el primer caso es de 400 mg/Kg dentro de las 24 horas
tras la infusión de sangre incompatible. Para el cuadro hemolítico de la anemia de células falciformes, se administran 400 mg/kg
día durante cinco días en combinación con metil-prednisolona
intravenosa.
• Categoría III.
✓ Transplante autólogo de médula ósea.
✓ Coagulación intravascular diseminada.
431
✓ Anemia aplásica / pancitopenia.
✓ Aplasia de célula roja adquirida por causa distinta a infección
de Parvovirus B19.
✓ Síndrome hemolítico urémico.
✓ Anemia de células falciformes.
✓ Anemia de Blackfan-Diamond.
A.2.3. Neurología
• Categoría I.
✓ Síndrome de Guillain-Barré (SGB), incluyendo la variante de
Miller Fisher y la polineuropatía panautonómica aguda.
El SGB se caracteriza por el desarrollo de debilidad aguda, generalmente, empezando en los pies y progresando para involucrar
los músculos del brazo y el tronco. Las formas severas del síndrome pueden llevar a un fracaso respiratorio y requerir la admisión en unidades de cuidados intensivos.
El recambio plasmático se ha mostrado muy eficaz y es actualmente el tratamiento de opción, junto con la administración de
IVIG. No obstante el tratamiento con IVIG debe reservarse para
los pacientes con SGB en los que no se puede realizar el intercambio de plasma. Se recomienda tratar sólo los casos severos
con debilidad significativa, dificultad respiratoria, trastornos
bulbares, polineuritis craneal, o pérdida inminente o real de la
habilidad para estar de pie o caminar, y en las dos primeras
semanas de la enfermedad. Las dosis a utilizar es de 2 gr/Kg de
2-5 días.
✓ Poliradiculoneuropatía crónica inflamatoria desmielinizante,
y la variante poliradiculoneuropatía multifocal adquirida
desmielinizante.
La Poliradiculoneuropatía crónica inflamatoria desmielinizante
es una forma crónica de Síndrome de Guillain-Barré que se diferencia de ella por su mayor duración y progresión de unas ocho
semanas, y por requerir un tratamiento de mantenimiento durante un período de tiempo mucho más largo.
432
El tratamiento de lección es la administración de IVIG, siendo los
esteroides, el recambio plasmático y la administración de agentes
inmunosupresores, alternativas de segunda línea.
La dosis a utilizar es un inicial de 2 gr/Kg de 2-5 días, seguida de
una dosis de mantenimiento variable de 0.4-1 gr/Kg cada 3-4
semanas.
✓ Miastenia gravis (MG), incluyendo el síndrome miasténico de
Eaton-Lambert.
La MG es un desorden autoinmune de la transmisión neuromuscular para el que se han mostrado eficaces los esteroides, otras
drogas e intercambio plasmático. El uso de IVIG debe limitarse a
los pacientes extremamente enfermos (MG autoinmune con graves manifestaciones oculares, crisis miasténica generalizada, o
situaciones vida-amenazantes) donde los tratamientos inmunosupresores no están disponibles o contraindicados.
Las IVIG no están indicadas en la MG transitoria, neonatal o
congénita. Las dosis a emplear es de 2 gr/Kg de 2-5 días, y administrándolas con cuidado en pacientes que reciben concomitantemente ciclosporina, sobre todo si tienen alterada la función
renal. La dosis de mantenimiento requerida es de 1 gr/Kg cada 4
semanas.
El síndrome Eaton-Lambert es una rara condición autoinmune
relacionada con ciertos cánceres que conduce a síntomas similares a los de la miastenia. La IVIG es una alternativa al intercambio plasmático si la debilidad es severa y no sensible a anticolinesterasas y 3-4 Diaminopiridina.
La dosis a utilizar es de 2 gr/Kg de 2-5 días, y los efectos beneficiosos pueden durar de 6-8 semanas.
✓ Neuropatía motora multifocal (con bloqueo de la conducción)
La neuropatía motora multifocal, es un desorden de mecanismo
inmune y progresivo que origina debilidad muscular asimétrica
que suele comenzar en extremidades superiores y afectación última de los miembros inferiores.
Algunos pacientes responden al tratamiento con agentes citotóxicos pero no a los esteroides o recambio plasmático. La IVIG es el
433
tratamiento de elección, siendo la ciclofosfamida un tratamiento
alternativo. La dosis inicial es de 2 gr/Kg de 2-5 días, y una dosis
de mantenimiento variable entre 0.4-1 gr/Kg cada 3-8 semanas.
• Categoría IIA.
✓ Síndrome Opsoclonus myoclonus.
Consiste en la aparición de movimientos oculares involuntarios,
caóticos, conjugados, de gran amplitud, asociados a mioclonias
focales. En los niños es típica la asociación a neuroblastoma, al
cual suele preceder. En un 50% de los casos de opsoclonus-mioclonus de la infancia se detecta la presencia de esta neoplasia. La
indicación del tratamiento con IVIG se reserva a aquellos casos
en los que hay una mala respuesta al tratamiento esteroideo o graves efectos secundarios al mismo. Al ser un proceso muy raro, no
existe una pauta establecida y se dan 2 gr/Kg de dosis inicial, y
de mantenimiento 1-2 gr/kg cada 4-6 semanas.
✓ Enfecalomielitis aguda diseminada.
Indicada solo en niños en los que el tratamiento con altas dosis de
esteroides no ha producido respuesta y los estudios radiológicos
muestran alteraciones en la sustancia blanca (TC, RMN). No existe una dosis estándar a administrar, y se sugiere una dosis única de
1-2 gr/Kg inicialmente junto con administración de esteroides.
• Categoría IIB.
✓ Epilepsia resistente al tratamiento en niños.
Se incluyen en este apartado otras situaciones similares como: síndrome de Rasmussuen, síndrome de Lennox-Gastaut, y cuadros
convulsivos asociados a déficits de subclases de IgA o IgG . La
indicación fundamental de las IVIG es aparte de los mencionados
síndromes, la epilepsia del niño resistente al tratamiento anticonvulsionante. La dosis óptima y el régimen de administración no ha
sido establecido, se recomienda una dosis inicial de 2 gr/Kg y una
dosis de mantenimiento de 1-2 gr/Kg cada 4-6 semanas.
✓ Autismo.
La administración de IVIG en cuadros de autismo, requiere un
diagnóstico de certeza (DSM-III criterios), y restringir su uso sólo
para los pacientes con alteraciones inmunológicas documentadas.
434
La dosis óptima y el régimen de administración no ha sido establecido, se han reportado casos de dosis de mantenimiento de 400
mg/Kg cada 4-6 semanas durante 6 meses.
✓ Alteraciones neuro-psiquiátricas autoinmunes pediátricas
asociadas con infección por Estreptococos.
Se presentan sobre todo en forma de ticks y de síntomas obsesivos y compulsivos tras infecciones por Streptococus beta-hemolíticos de grupo A. La indicación de las IVIG está en función de
la severidad de los síntomas. La dosis óptima y el régimen de
administración no ha sido establecido, se recomienda una dosis
inicial de 2 gr/Kg que se puede repetir cada 4-6 semanas si es
necesario.
✓ Neuropatía paraproteinemica.
La indicación de administrar IVIG se reduce a la falta de respuesta al tratamiento con recambio plasmático combinado con
agentes inmuno-supresores. La dosis óptima y el régimen de
administración no ha sido establecido, se recomienda una dosis
de 2 gr/Kg durante 2-5 días.
✓ Neuropatía proximal autoinmune diabética.
Se asemeja cínicamente a la polineuropatía inflamatoria crónica
desmielinizante, y se observa con más frecuencia en la Diabetes
Tipo I. El estudio muestra un aumento de las proteínas en líquido
céfalo-raquídeo y una inflamación peri-vascular en las biopsias
nerviosas junto con debilidad muscular. La administración de
IVIG no es una terapia de primera línea, pero se ha mostrado eficaz en determinados casos a dosis de 2 gr/Kg durante 3-5 días,
teniendo especial precaución con el riesgo de desarrollo de un
fracaso renal agudo (más frecuente en pacientes diabéticos).
✓ Síndrome de Stiff-Person.
Es una condición caracterizada por espasmos persistentes que
implican a múltiples músculos, sobre todo de los miembros y de
la parte baja del tronco. La enfermedad suele ocurrir en la cuarta
a sexta década de la vida, presentando espasmos intermitentes
que pueden llegan a ser continuos. Ciertos estímulos sensoriales
(como el ruido y la luz), pueden precipitar espasmos severos. Los
espasmos no se presentan durante el sueño y raramente implican
435
a los músculos craneales. La administración de IVIG se indica en
pacientes con diagnóstico establecido (presencia de anticuerpos
anti-GAD65), a dosis de 2 gr/Kg durante 2 días repitiendo las
dosis cada 4-6 semanas.
✓ Complicaciones del sistema nervioso central o periférico de
las vasculitis sistémicas.
La indicación de administrar IVIG se reduce a la falta de respuesta al tratamiento con corticoesteroides y ciclofosfamida, y
siempre que la enfermedad ponga en peligro la vida del paciente.
La dosis óptima y el régimen de administración no ha sido establecido, se recomienda una dosis de 2 gr/Kg durante 2-5 días.
• Categoría III.
✓ Esclerosis múltiple.
✓ Polineuropatía de enfermedades críticas.
✓ Adrenoleucodistrofia.
✓ Esclerosis lateral amiotrófica.
✓ Síndromes neurológicos paraneoplásicos.
✓ Mielopatía asociada a infección por HTLV-I.
✓ Miositis con cuerpos de inclusión.
✓ Síndrome de POEMS.
✓ Radiculoneuritis de Lyme.
✓ Degeneración cerebelosa paraneoplásica.
A.2.4. Reumatología
• Categoría I.
✓ Dermatomiositis.
Las indicaciones para la administración de IVIG en la
Dermatomiositis incluyen: en cualquier momento, enfermedad
agresiva que requiere hospitalización, por amenaza de muerte, o
manifestaciones que no responden a dosis altas de corticoesteroides, (complicaciones esofágicas o respiratorias vida-amenazantes,
o afectación de la musculatura de bulbar); y una falta de respuesta o contraindicación al tratamiento con corticoesteroides,
436
Metrotexate y/o Azatioprina. Las dosis a emplear es de 2 gr/Kg
durante 2 días, mensualmente durante tres meses. Hay que monitorizar la respuesta para valorar una segunda tanda de tratamiento.
✓ Enfermedad de Kawasaki.
La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis sistémica de etiología desconocida que afecta fundamentalmente a niños, y que se
caracteriza por cuadro febril de al menos 5 días de duración (que
no responde a antibioterapia), conjuntivitis bilateral no purulenta,
afectación de mucosas, adenopatías cervicales, rash cutáneo polimorfo y alteraciones en extremidades. El curso de la enfermedad
es de unas tres semanas sin tratamiento, pero pueden presentarse
complicaciones de tipo de aneurismas coronarios y de arterias
musculares.
El tratamiento de opción en el momento de diagnóstico es la
administración de IVIG. La dosis a administrar es única y de
2gr/Kg, y aproximadamente en un 10% de los casos, no se obtiene una respuesta satisfactoria por lo que una segunda dosis puede
darse para pacientes que no responden a la primera.
• Categoría IIA.
✓ Dermatomiositis juvenil.
La dermatomiositis juvenil es una vasculopatía inflamatoria de
origen desconocido, que afecta primariamente al músculo esquelético y a la piel, pero que en ocasiones pueden afectar al tracto
gastrointestinal y más raramente a otros órganos. La administración de IVIG no está indicada como terapia de primera línea,
pero es un tratamiento a considerar en pacientes que presentan
una falta de respuesta o contraindicación al tratamiento con corticosteroides, Metotrexate y/o Azatioprina. Las dosis recomendadas son 1-2 gr/Kg/día durante 1-3 días, cada mes, al menos
durante 6 meses.
• Categoría IIB.
✓ Enfermedad de Still del adulto.
La enfermedad de Still del adulto se caracteriza por ser un proceso sistémico e inflamatorio con episodios febriles, artritis,
rash cutáneo típico y leucocitosis neutrófila. La indicación de
437
tratamiento con IVIG sólo debe considerarse en pacientes con
enfermedad grave y refractaria al tratamiento con corticoides e
inmunosupresores, o cuando éstos, están formalmente contraindicados.
Las dosis a utilizar son de 1 gr/Kg/día durante dos días, mensualmente durante al menos tres meses, pudiendo administrar otro
nuevo ciclo de tres meses en función de los resultados obtenidos.
✓ Polimiositis.
La administración de IVIG no está indicada en la Polimiositis,
salvo en los casos refractarios al tratamiento con corticoides y/o
inmunosupresores y con severidad clínica. La dosis recomendada
es de 2 gr/Kg durante 3-5 días.
✓ Polimiositis asociada con enfermedad del tejido conjuntivo.
La administración de IVIG no está indicada en la Polimiositis
asociada con enfermedad del tejido conectivo, salvo en los casos
refractarios al tratamiento con corticoides y/o inmunosupresores
y con severidad clínica. La dosis recomendada es de 2 gr/Kg
durante 3-5 días.
✓ Nefropatía por IgA asociada a vasculitis sistémica.
No se ha establecido adecuadamente el beneficio potencial de tratar
la Nefropatía IgA con IVIG, al no disponer de estudios randomizados y controlados, no obstante la administración de 1 gr/Kg/día
durante dos días, de forma mensual durante tres meses, debe ser
evaluada para continuar con nuevos ciclos.
✓ Artritis idiopática juvenil.
La administración de IVIG no está indicada en la artritis idiopática juvenil, como tratamiento inicial y de primera línea, el
cual debe fundamentarse en la administración de anti-inflamatorios no esteroideos, y metrotexate o ciclosporina (como fármacos de segunda línea). Sólo se indica la administración de
IVIG en aquellos casos en los que se desarrolla una toxicidad
inaceptable a las mencionadas terapias. La dosis a administrar
es de 1.5-2 gr/Kg (máximo de 100 gr) dos veces al mes, durante dos meses, valorando la respuesta para una posible dosis de
mantenimiento.
438
✓ Artritis sistémica idiopática juvenil.
La administración de IVIG no está indicada en la poliartritis sistémica idiopática juvenil, como tratamiento inicial y de primera
línea, y sólo se ha utilizado para tratar casos resistentes a la terapia sistémica estándar, sin que exista una pauta de tratamiento
establecida.
• Categoría III.
✓ Lupus eritematoso sistémico.
✓ Vasculitis sistémicas no específicas.
✓ Síndrome de Behcet.
✓ Esclerodermia.
✓ Artritis Reumatoide.
A.2.5. Dermatología
• Categoría IIA.
✓ Pénfigo vulgar.
El pénfigo vulgar es la enfermedad más severa de las que se
caracterizan clínicamente por ampollas, e histológicamente por
un desprendimiento de las células intraepidérmicas e inmunológicamente por la existencia de anticuerpos contra los antígenos de
superficie de las células epiteliales escamosas.
La administración de IVIG no está indicada, salvo en los casos
refractarios al tratamiento con corticoides y/o inmunosupresores, o por los graves efectos secundarios a los mismos; junto
con un diagnóstico histológico y por inmunofluorescencia
directa inequívoco. Se administran junto con esteroides o fármacos inmusopresores a dosis de 0.4 mg/Kg/día durante cinco
días.
• Categoría IIB.
✓ Pénfigo foliáceo.
El pénfigo foliáceo es menos grave que el vulgar y menos frecuente, siendo las lesiones más superficiales, y por lo tanto más
fácil de controlar desde el punto de vista terapéutico.
439
La administración de IVIG no está indicada, salvo en los casos
refractarios al tratamiento con corticoides y/o inmunosupresores,
o por los graves efectos secundarios a los mismos; junto con un
diagnóstico histológico y por inmunofluorescencia directa inequívoco. Se administran junto con esteroides o fármacos inmusopresores a dosis de 2 gr/Kg por ciclo, fraccionado en tres dosis
diarias iguales.
✓ Penfigoide bulloso o ampolloso.
Es una enfermedad ampollosa crónica, que tras su ruptura cicatriza rápidamente; cursa de manera crónica, con remisiones y exacerbaciones espontáneas, y se asocia con otros procesos malignos
o enfermedades autoinmunes.
La administración de IVIG no está indicada, salvo en los casos
refractarios al tratamiento con corticoides y/o inmunosupresores,
o por los graves efectos secundarios a los mismos; junto con un
diagnóstico histológico y por inmunofluorescencia directa inequívoco. Se administran junto con esteroides o fármacos inmunosupresores a dosis de 0.4 gr/Kg/día durante cinco días, dosis
más bajas se han mostrado ineficaces.
✓ Necrólisis epidérmica tóxica.
Es un trastorno raro caracterizado por una aparición brusca de
necrosis y exfoliación de importantes zonas epidérmicas, que
producen amplias zonas erosivas cutáneas que pueden presentar
complicaciones similares a las quemaduras de segundo grado. La
causa más común es una reacción de hipersensibilidad a alguna
medicación. La administración de IVIG debe instaurase rápidamente (no esperando los resultados de la biopsia cutánea), basada en un diagnóstico clínico. La dosis recomendada es de 400750 mg/Kg/día durante 4 días.
✓ Epidermolisis ampollosa adquirida.
Es una enfermedad poco frecuente, caracterizada por una fragilidad cutánea, producción de ampollas ante traumatismos mínimos que tienden a dejar cicatrices y quistes, y que hoy en día se
considera una enfermedad autoinmune. La administración de
IVIG no está indicada, salvo en los casos refractarios al tratamiento con corticoides y/o inmunosupresores, o por los graves
440
efectos secundarios a los mismos; junto con un diagnóstico histológico y por inmunofluorescencia directa inequívoco. Se administran junto con esteroides o fármacos inmunosupresores a
dosis de 400 mg/kg/día durante 5 días, o bien 2 gr/Kg fraccionados en cuatro días.
✓ Dermatitis atópica.
La administración de IVIG no está indicada en el tratamiento de
dermatitis atópica, salvo en aquellos casos en los que existe una
falta de respuesta al tratamiento sistémico con agentes inmunosupresores o con luz ultravioleta, combinados con tratamientos
locales en las lesiones en pacientes en los que la enfermedad cutánea acarrea graves problemas sociales o laborales. Así mismo, se
pueden beneficiar aquellos pacientes que además presentan un
síndrome de Hiperinmunoglobulinemia E.
En ningún caso se indica para cuadros de dermatitis atópica asociada con otros estados de inmunodeficiencia.Las dosis a utilizar,
junto con un adecuado tratamiento local, son de 400 mg/Kg/día
durante 5 días, para un máximo de tres ciclos.
✓ Urticaria crónica idiopática.
La administración de IVIG no está indicada en el tratamiento de
la urticaria crónica idiopática, salvo en aquellos casos en los que
se ha demostrado la existencia de autoanticuerpos frente a IgE o
frente al receptor epsilonFcRI, y en pacientes en los que la enfermedad cutánea acarrea graves problemas sociales o laborales.
Las dosis a utilizar, son de 400 mg/Kg/día durante 5 días, para un
máximo de dos ciclos.
✓ Infección genital recurrente por virus herpes simplex.
La administración de IVIG no está indicada en el tratamiento de
la infección genital crónica y recurrente por herpes simples, salvo
en aquellos casos en los que existe una confirmación etiológica
(por detección de antígenos o cultivos), existe una falta de respuesta a un tratamiento correcto y diario con agentes antivirales,
y los episodios de recurrencia superan los 15 anuales.
Las dosis recomendada es de 400 mg/Kg cada 4 semanas durante 6 meses.
441
• Categoría III.
✓ Otros pénfigos o penfigoides.
✓ Lupus eritematoso crónico cutáneo.
✓ Erupción polimórfica por luz.
✓ Pyoderma gangrenosum.
✓ Enfermedad cutánea del injerto frente al huésped.
✓ Esclerodermia.
A.2.6. Obstetricia y ginecología
• Categoría IIA.
✓ Trombopenia fetal aloinmune.
La administración de IVIG está indicada en el tratamiento de la
trombopenia fetal autoinmune, para aquellos casos en los que
hubo una afectación en embarazos previos, y el padre es homocigoto para el antígeno plaquetar HPA-1, o la cordocentesis de las
20 semanas revela una plaquetas fetales <100.000 µL.
La dosis a administrar es de 1 gr/Kg/semana, monitorizando la
cifra de plaquetas fetales.
• Categoría IIB.
✓ Síndrome antifosfolípido por anticuerpos.
La administración de IVIG no está indicada en el tratamiento del
síndrome antifosfolípido por anticuerpos en mujeres embarazadas, y sólo se reserva para aquellos casos en los que existe una
resistencia o contraindicación al tratamiento estándar con bajas
dosis de ácido acetil-salicílico y heparina.
La dosis a administrar es de 1 gr/Kg cada 4 semanas, monitorizando el crecimiento fetal.
✓ Aborto recurrente secundario idiopático.
La administración de IVIG solo está indicada en el tratamiento de
los abortos recurrentes idiopáticos, si se han producido tres o más
abortos sin etiología explicable, y siempre y cuando se hayan
excluido factores genéticos, endocrinos, anatómicos y autoinmunes como posibles causas.
442
No existe en la actualidad una pauta de dosis establecida, y la
indicación se encuentra en estudios controlados.
• Categoría III.
✓ Aborto recurrente idiopático primario.
✓ Fertilización “in vitro” con fracasos reiterados e inexplicables.
A.2.7. Enfermedades infecciosas
• Categoría IIA.
✓ Síndrome de shock tóxico por Estafilococos.
La indicación de tratamiento con IVIG del shock tóxico por estafilococos radica en su papel adyuvante al tratamiento antibiótico,
ya que neutralizan los superantígenos estafilocócicos que inducen
la proliferación de las células T y la liberación de citoquinas.
La evidencia de inflamación sistémica e hipoperfusión de órganos con fiebre, taquicardia, taquipnea, oliguria e hipotensión,
pueden indicar la administración de una dosis de 400 mgr/Kg
durante seis horas.
✓ Fascitis y septicemia por Estreptococos invasivos de Grupo A.
Superantígenos estreptocócicos como las exotoxinas pirógenas
SPEA y SPEC, están implicadas en la patogenia de estos cuadros
con masiva activación linfocitaria y liberación masiva de citoquina poliinflamatorias.
La administración de IVIG en éstos cuadros, debe ser un tratamiento adyuvante, en aquellos casos en los que existe la evidencia de inflamación sistémica e hipoperfusión de órganos con fiebre, taquicardia, taquipnea, oliguria e hipotensión, conjuntamente con un adecuado tratamiento antibiótico. La dosis a administrar
es de 1-2 gr/kg durante seis horas.
• Categoría IIB.
✓ Profilaxis post-exposición a virus varicela-zoster (VVZ) en
pacientes severamente inmunodeprimidos.
La administración de IVIG sólo esta indicada en aquellos pacientes de alto riesgo con contacto evidente, y en los 4-10 días tras la
443
posible exposición, y no se disponga como alternativa de inmunglobulina intramuscular VVZ.
La dosis a administrar es única y de 400 mgr/Kg.
✓ Profilaxis de recurrencia de VHB en receptores VHB positivos de transplante de hígado.
La administración de IVIG sólo se debe considerar como una
alternativa a repetidas dosis de inmunoglobulina intramuscular
VHB. La dosis recomendada es de 1 gr/Kg mensual, durante seis
meses.
✓ Profilaxis de infecciones bacterianas en niños VIH positivos.
La administración de IVIG sólo se considera en aquellos pacientes con infecciones sintomáticas, presencia de VIH (cultivo o
antígeno p24 positivo), y que no reciben profilaxis para la neumonía por Pneumocystis carinii. Las dosis a utilizar son de 400
mg/Kg mensuales hasta alcanzar cifras de CD4 >400 mL.
✓ Tratamiento adyuvante en las sepsis severas en neonatos.
La indicación de IVIG es de tratamiento adyuvante en casos de
sepsis severas en: prematuros (<37 semanas), y recién nacidos de
bajo peso (<2 Kg), sobre todo si presentan neutropenia o poca
respuesta al tratamiento antibiótico.
Las dosis a utilizar son de 400 mgr/Kg/día durante cinco días.
• Categoría III.
✓ Profilaxis general de infecciones en pacientes receptores de
transplantes.
✓ Profilaxis de infecciones bacterianas en adultos VIH positivos.
✓ Profilaxis de infecciones y sepsis bacterianas en niños prematuros y en recién nacidos de alto riesgo.
✓ Profilaxis de neumonía y sepsis en pacientes críticos tras trauma múltiple o cirugía mayor.
✓ Profilaxis de enfermedad linfoproliferativa asociada a VEB
en pacientes transplantados.
✓ Tratamiento de la meningitis por Enterovirus en pacientes
con agammaglobulinemia ligada al cromosoma X.
444
✓ Tratamiento adyuvante en las sepsis severas en pacientes
críticos.
✓ Tratamiento de la infección severa y diseminada por
Enterovirus en neonatos.
A.3. Efectos adversos y secundarios de la IVIG
A.3.1. Reacciones adversas no infecciosas
A.3.1.1. Reacciones no graves
Las reacciones adversas más comunes y no graves, a la administración de
IVIG son aquéllas caracterizadas por síntomas sistémicos que incluyen
dolor de cabeza, dolor torácico o en región lumbar, dolor en musculatura
abdominal, mialgias, artralgias, escalofríos, rubefacción, taquicardia, náuseas, vómitos, fiebre, disnea, hipotensión, diaforesis, ansiedad, malestar,
prurito, rash cutáneo y dolor en el sitio de infusión.
El mecanismo de estos efectos adversos sistémicos no está bien aclarado.
Diversas hipótesis se han barajado como la formación de agregados de
IgG que causarían una activación de mediadores bioquímicos (complemento), la formación de inmunocomplejos en pacientes con altas cargas
antigénicas, inyección de sustancias vasoactivas y/o pirógenas (precalicreina), y por anticuerpos específicos (anti-HLA).
La incidencia de estas reacciones es del 3-15%. La reacción normalmente es de severidad ligera a moderada y auto-limitada, con una resolución
inmediata, si bien puede persistir de 1 a 2 días. Dichas reacciones normalmente ocurren durante los 30 a 60 minutos de infusión y son más
comunes con proporciones rápidas de infusión. Factores adicionales que
han sido asociados con un aumento en la incidencia de las mismas incluyen a los pacientes nuevos que reciben la infusión inicial, pacientes que
han tenido lapsos de tiempo entre los tratamientos o quién está empezando tratamiento con una IVIG alternada y presentan un proceso infeccioso
coexistente.
Las estrategias sugeridas para la prevención y el tratamiento de estos síntomas sistémicos incluyen:
• Inicio con una proporción de infusión lenta, aumentando la proporción en función de la tolerancia.
445
• Baja proporción de infusión cuando una reacción ocurre.
• Tratamiento con un antipirético y un antihistamínico.
• Premedicación con las mismas medicaciones en pacientes quién ha
tenido reacciones múltiples.
• Tratamiento o premedicación con esteroides.
• Cambiar de marca de IVIG, alternándola con otras soluciones.
A.3.1.2. Reacciones graves
Las reacciones adversas serias o graves a las IVIG son raras. Frecuentemente ocurren más en pacientes adultos con enfermedades autoinmunes
y pueden guardar relación con el empleo de dosis altas y con las condiciones de la enfermedad de base de los pacientes. Estas reacciones incluyen fracaso renal agudo, meningitis aséptica, anafilaxia y fenómenos
tromboembólicos.
• Fracaso Renal Agudo.
La FDA tiene informes recibidos de aproximadamente 120 casos de
fracaso renal agudo atribuido a IVIG. La edad media de los pacientes con fracaso renal era de 60 años (rango 3-91), 55% eran varones,
y las indicaciones para la terapia de IVIG eran hematológicas en un
46%, inmunológicas en un 23%, neurológicas en un 20%, e infecciosas en un 11%. Factores de riesgo documentados para el desarrollo de enfermedad renal estaban presentes en el 61% y con edades
>65 años, diabetes mellitus y antecedentes de fracaso renal. Otros
posibles factores de riesgo postulados para el fracaso renal son la
perdida de volumen, sepsis, administración de drogas del nefrotóxicas y existencia de paraproteinemia.
El mecanismo de producción de fracaso renal asociado a administración de IVIG, se ha relacionado en un 90% de los casos, con productos de IVIG que usaron sacarosa como estabilizador. La patología renal en muchos pacientes se caracterizó como “una nefrosis
osmótica” (hinchazón y vacuolización de los túbulos proximales)
similar a la observada históricamente con la infusión IV de sacarosa. Se cree que el mecanismo del fracaso renal está inducido más
por los hidratos de carbono, que un efecto directo de las inmunoglobulinas.
446
• Meningitis aséptica.
La meningitis aséptica se ha informado en pacientes con enfermedad neurológica y con PTI, pero sólo raramente en pacientes con
inmunodeficiencia primaria. Está asociada con dosis altas de IVIG
y puede repetirse en el mismo paciente con infusiones múltiples.
Un factor de riesgo, es una historia previa de migrañas. Los síntomas de la meningitis aséptica incluyen: dolor de cabeza severo,
rigidez de cuello, fiebre de bajo grado, nauseas y vómitos, fotofobia, movimiento ocular doloroso y adormecimiento o letargo. El
estudio del líquido cefalorraquídeo es estéril, y presenta un nivel
elevado de proteínas, y una pleocitosis con o sin eosinofilia. Los
primeros síntomas pueden ocurrir 24 a 48 horas post administración. Los síntomas se resuelven dentro de 3 a 5 días. El tratamiento es sintomático con narcóticos y antieméticos. Ninguna secuela
seria se ha informado.
• Shock Anafiláctico.
Un cuadro severo de anafilaxia puede ocurrir sobre todo en pacientes con déficit de IgA y con anti-IgA presente. Éste es un evento raro
y no hay ninguna necesidad especial al prescribir IVIG en pacientes
con déficit de IgA. Si semejante reacción ocurre, el tratamiento de
IVIG puede continuarse con un producto que contenga cantidades
escasas de IgA (Gammagard®).
• Fenómenos Tromboembólicos.
Otra complicación rara de la terapia con IVIG es un evento tromboembólico. Sólo 12 casos han sido informados y una asociación directa con la infusión de IVIG no ha sido demostrada. La indicación para
el tratamiento con IVIG en estos casos informados, era para enfermedades neurológicas o PTI, en las que existian otros factores que se
sumaban a los preexistentes de riesgo. Los cuadros tromboembólicos
específicos incluyeron infarto del miocardio, trombosis venosa profunda e isquemia de la médula espinal. Mecanismos postulados para
la reacción indeseable, incluyen la activación plaquetaria y/o el
aumento de la viscosidad plasmática.
• Lesión aguda pulmonar asociada a transfusión (TRALI).
Aunque solo se ha informado de un caso aislado, es una reacción
grave, que requiere un tratamiento urgente.
447
A.3.2. Reacciones adversas infecciosas
Puesto que las preparaciones de IVIG se obtienen de “pooles” de plasma
de múltiples donantes agrupados, existe un riesgo pequeño de transmisión
de enfermedad víricas con la terapia de IVIG. El estudio rutinario de las
donaciones de sangre para los anticuerpos contra VIH, y virus de hepatitis B y C se realiza ahora de forma ordinaria y obligatoria con lo que las
posibilidades de transmisión se han reducido considerablemente; aún más
si se utilizan técnicas de NAT para VIH, VHB y VHC, si bien dichas pruebas no están disponibles de momento para detectar VHA y Parvovirus
B19. Además, las unidades del plasma donadas permanecen “cuarentenadas” durante 60 días; por si durante dicho intervalo algún donante realiza
una seroconversión en alguno de los virus analizados, con el fin de desechar la unidad involucrada.
El proceso industrial (fraccionamiento de Cohn) se utiliza con el fin inactivar el virus B de la hepatitis y los virus VIH, no detectados en los estudios realizados en las donaciones de sangre. Estos procedimientos son
muy eficaces en los virus con envoltura lipídica (VIH, VHC y VHB) pero
no es totalmente eficaz contra los virus sin envoltura (VHA y Parvovirus
B19).
Según la literatura médica, no se han detectado casos de transmisión de
VHB ni VIH a través de IVIG. Incluso en el período de 1982 a 1985,
cuando no se disponía de pruebas para detectar el VIH y los procedimientos de inactivación viral no estaban disponibles; se cree que indudablemente, algunas partidas de IVIG que se infundieron durante dicho
intervalo procedían de unidades del plasma procedentes de donantes
infectados por VIH; es probable que el procedimiento del fraccionamiento de Cohn, fuera muy efectivo ya que se ha demostrado que este procedimiento elimina >1015 de dosis infecciosas de VIH/mL.
En contraste, ha habido muchos casos de transmisión de VHC por IVIG.
De 1981 a 1989, tres productos de IVIG europeos se implicaron en la
transmisión de VHC. En 1993 y 1994, un producto autorizado en EE.UU.
(Gammagard®), transmitió una infección por VHC a varios cientos
pacientes en todo el mundo. También han existido casos de transmisión de
VHA y Parvovirus B19.
Hay una preocupación teórica actual sobre la posible transmisión de los
agentes causantes (priones) de la enfermedad de Creutzfeldt Jakob o su
variante (nVCJD), a través de las IVIG. Aunque los tales agentes no han
448
sido documentados para ser transmitidos en humanos mediante la transfusión de sangre y/o hemoderivados, la preocupación ha surgido debido a
la falta de pruebas detectar los donadores infectados y la resistencia de
estos agentes a los procedimientos de inactivación viral. Mientras el riesgo de infecciones víricas transmitidas con preparaciones de IVIG es muy
bajo, es no obstante un factor importante para su consideración, antes de
iniciar el tratamiento, particularmente para condiciones o enfermedades,
en las que los beneficios del tratamiento no están claramente establecidos.
B. Inmunoglobulina Anti-D
Una unidad de Inmunoglobulina Anti-D (RhIG) es una solución estéril de
la fracción globulina gamma purificada obtenida de plasma de donantes
sanos con elevado contenido en anticuerpos Rho.
Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los siguientes preparados comerciales: Gamma anti-D Grifols®, Rhesogamma®,
Inmunoglob humana anti-D® Resuman Berna® y Globulina Llorens antiRh®. Las formas de presentación son viales de 250 µgr, 300 µgr y 500 µgr
conteniendo 1.250 UI, 1.500 UI y 2.500 UI respectivamente.
Existe un preparado intravenoso, WinRho SDF™, que es una gammaglobulina estéril extraída del plasma humano y liofilizada, que contiene anticuerpos Rho (D). Se presenta en viales que contienen polvo liofilizado
para reconstituir a solución inyectable, equivalente a 1500 UI (300 µg) y
a 600 UI (120 µg) de Inmunoglobulina Rho(D), de momento no está disponible en España.
Tabla 13.1. Indicaciones para la administración de RhIG
Durante el embarazo
(rutinaria a las 28 semanas)
Post-parto (el recién nacido
debe ser Rh-positivo)
Interrupción del embarazo
Embarazo ectópico
Amniocentesis
Punción percutánea
de sangre umbilical
Biopsia de vellosidades
coriónicas
Complicaciones obstétricas:
• Trauma abdominal
• Abruptio placenta
• Placenta previa
• Alumbramiento manual
• Amenaza de aborto
• Sangrando vaginal
pre-parto
• Muerte intrauterina
• Versión cefálica externa
• Enfermedad trofoblástica
o neoplásica
Ligadura tubárica
Púrpura
trombocitopénica
inmune
Transfusión de sangre
Rh-positiva
449
B.1. Indicaciones obstetricas
La principal indicación obstétrica de la administración de la RhIG, es la
prevención de la isoinmunización Rh, que es el proceso de producción de
anticuerpos por parte materna como respuesta a una activación antigénica
producida por el paso de eritrocitos fetales Rh positivos a la circulación
sanguínea de la madre gestante. En el 90% de los casos el antígeno causante de tal evento es el antígeno “D” del sistema Rh.
El antígeno D es una proteína de superficie localizada en la membrana del
eritrocito, aparece bien desarrollado a los 30 días de gestación y esta situada en la fracción lipídica de la membrana entre las semanas 8 y 9 de vida
intrauterina.
Frente a una carga de antígeno D suficiente, la respuesta inmune primaria
materna posterior a la primera exposición es lenta. Suele tardar unos 6
meses y esta mediada principalmente por inmunoglobulina M.
Esta dos características, la lentitud de la respuesta primaria y el hecho que
esta sea mediada por IgM con un peso molecular elevado (no atraviesa la
barrera placentaria) hacen que la isoinmunización Rh sea extremadamente
rara en mujeres durante su primer embarazo. En presencia de una nueva
exposición, las características de la respuesta inmunológica son diferentes,
la respuesta secundaria es más rápida, su intensidad es mayor, la avidez del
anticuerpo por el antígeno D es mayor y esta mediada por Inmunoglobulina
G. Característicamente los niveles de anticuerpos se elevan rápidamente, la
IgG atraviesa la placenta generando hemólisis fetal y todos los eventos que
en mayor o menor grado caracterizan la enfermedad Hemolítica fetal o
hemolítica perinatal. De tal manera que la magnitud de la respuesta inmune
en pacientes con isoinmunización Rh depende de tres factores:
• La carga antigenica.
• La frecuencia de exposición.
• La avidez de anticuerpo por el antígeno.
La utilización de inmunoglobulina Anti-D como profilaxis de la enfermedad
Hemolítica aloinmune se fundamenta en estos conceptos inmunológicos.
Como pauta general, y para realizar una profilaxis correcta, la RhIG se
debe administrar lo más pronto posible tras el evento sensibilizante, dentro de las 72 horas siguientes al mismo, y tomando siempre una muestra
sanguínea de la madre antes de su administración para determinar la inten450
sidad de la inmunización. Una dosis de RhIG administrada a los 9-10 días
del evento, puede proporcionar la protección necesaria, pero sin total
seguridad. Las principales indicaciones obstétricas para la administración
de RhIG vienen reflejadas en la tabla 13.2.
Tabla 13.2. Principales indicaciones obstétricas y dosis de RhIG
Indicación
Vía de
administración
Dosis
Terminación de embarazo, < 12 semanas de gestación
IM
50 µgr
Aborto, embarazo ectópico, u otra complicación de
embarazo, >12 semanas de gestación
IM
300 µgr
Amniocentesis, biopsia de vellosidades coriónicas,
< 34 semanas de gestación
IM
300 µgr1
Amniocentesis, biopsia de vellosidades coriónicas, o
otra manipulación durante el embarazo >34 semanas
de gestación
IM
300 µgr2
Complicaciones obstétricas (abruptio placenta, placenta
previa, etc.)
IM
300 µgr
Profilaxis pre-parto, 28 semana de gestación
IM
300 µgr
Post-parto3
IM
300 µgr4
1Para
ser repetido cada tres semanas hasta el parto.
misma dosis debe administrarse si el procedimiento se repite más de 21 días después de la primera dosis.
3El recién nacido debe ser Rh-positivo.
4La dosis debe ajustarse para las hemorragias feto-maternales >15 mL.
2La
B.1.1. Administración durante el primer trimestre de embarazo
En toda mujer embarazada se debe de conocer el grupo sanguíneo ABO
y Rh, y el escrutinio de anticuerpos irregulares, antes de las 16 semanas
de gestación y repetidos a las 28 semanas.
La profilaxis de la isoinmunización Rh se basa en la administración pasiva de un alto título de anticuerpos anti-Rh en forma de concentrado de
gammaglobulina. En la actualidad se recomienda la administración de
RhIG durante el embarazo en los siguientes casos:
• En toda mujer Rh-negativa o Du negativa, no sensibilizada que
presentan alguna de las siguientes situaciones:
✓ Aborto.
✓ Aborto incompleto.
451
✓ Amenaza de aborto.
✓ Terminación médica o quirúrgica del embarazo.
✓ Embarazo ectópico.
✓ Legrado.
✓ Embarazo molar.
La dosis de RhIG a administrar es de 250 UI en una sola dosis, que proporciona protección necesaria.
B.1.2. Administración durante el segundo y tercer trimestre de embarazo
• En toda mujer Rh-negativa o Du negativa, no sensibilizada, a las
28 y 34 semanas de gestación, con una dosis de 500 UI cada vez.
Se ha observado que en el 92% de las embarazadas que desarrollan
anticuerpos anti-D, éstos aparecen a partir de la semana 28 de gestación.
• En toda mujer Rh-negativa o Du negativa, no sensibilizada en las
situaciones siguientes en las que existe un alto riesgo de sensibilización por hemorragia feto-maternal:
✓ Terminación quirúrgica o médica del embarazo.
✓ Muerte fetal intrautero.
✓ Legrado uterino.
✓ Amniocentesis.
✓ Biopsia de las vellosidades coriónicas.
✓ Cordocentesis.
✓ Versión cefálica externa.
✓ Traumatismo abdominal no penetrante.
✓ Placenta previa.
✓ Desprendimiento de placenta.
✓ Hemorragia vaginal pre-parto.
La dosis estándar de RhIG a administrar es de 1500 UI, si bien es conveniente determinar la cuantía de la hemorragia feto-maternal para adecuar
452
las dosis óptimas de RhIG, en función de la cantidad de hematíes fetales
presentes en la circulación materna.
B.1.3. Administración post-parto
• En toda mujer Rh-negativa o Du negativa, no sensibilizada siempre y cuando el recién nacido sea Rh-positivo, o Du positivo, o no
exista posibilidad de obtener sangre fetal.
La dosis estándar de RhIG a administrar es de 1250 UI, si bien es
conveniente determinar la cuantía de la hemorragia feto-maternal
para adecuar las dosis óptimas de RhIG, en función de la cantidad de
hematíes fetales presentes en la circulación materna.
B.2. Indicaciones hematológicas
Las principales indicaciones para la administración de RhIG en alteraciones hematológicas vienen reflejadas en la tabla 13.3., y básicamente se
reducen a la administración expresa o inadvertida de hematíes Rh-positivos a receptores Rh-negativos, y a su utilización en el tratamiento de la
púrpura trombopénica idiopática.
Tabla 13.3. Principales indicaciones hematológicas y dosis de RhIG
Indicación
Vía de administración
Dosis
Transfusión de hematíes Rh
positivos
IM o IV
20 µgr /mL de hematíes, o
18 µgr /mL de hematíes
IV
50 µgr /kg1 o 25-40 µgr /kg2
PTI
1Si
2Si
el nivel de hemoglobina del paciente es > 10 g/dL.
el nivel de hemoglobina del paciente es < 10g/dL.
B.2.1. Administración de hemoderivados Rh incompatibles
B.2.1.1. Administración de concentrados de plaquetas Rh incompatibles
El antígeno D no es detectable en las plaquetas, pero aún cuando la preparación de los concentrados de plaquetas se realiza de forma correcta,
éstos pueden contener una pequeña cantidad de hematíes (que oscila entre
los 0.5-5 mL) que si que los exhiben; por lo que receptores D negativos
453
podrían sufrir una aloinmunización frente al antígeno D en caso de recibir unidades de plaquetas D positivas.
Normalmente se transfunden unidades de plaquetas D negativas, a todos
los pacientes Rh negativos, pero en ocasiones, en función de la disponibilidad y también al corto período de tiempo de caducidad de las mismas, es necesario transfundir unidades de plaquetas D positivas a receptores D negativos; lo cual se debe evitar a toda costa, en mujeres en edad
fértil.
Ante estos casos se debe evaluar la administración profiláctica de RhIG,
que se debe realizar por vía subcutánea (debido al riesgo de hematoma por
la trombopenia), y a una dosis completa de 500 mgr, que es efectiva para
evitar la sensibilización de los hematíes contenidos en 30 unidades de plaquetas de donantes múltiples, o de 3 unidades obtenidas por aféresis.
B.2.1.2. Administración de concentrados de hematíes Rh incompatibles
La administración de unidades de concentrados de hematíes D positivos a
receptores D negativos (Rh incompatibles), se trata en muchas ocasiones
de un error transfusional (salvo que la carencia de unidades D negativas,
obligue a la administración consciente de hematíes Rh incompatibles, ante
una urgencia vital), y que requiere un tratamiento adecuado con la administración de RhIG u otras medidas terapéuticas, sobre todo en mujeres en
edad fértil. Las pautas recomendadas son:
• Cuando se han transfundido menos de 15 mL de hematíes se debe
administrar una dosis completa de RhIG (500 µgr).
• Si se han transfundido más de 15 mL de hematíes, se deben ajustar
las dosis, teniendo en cuenta que 20 µgr de RhIG suprimiran la
inmunización de cada mL de hematíes infundidos.
• En el caso de transfusión de una unidad o más de concentrados de
hematíes Rh imcompatibles, es preferible la utilización de RhIG
intravenosa si se está disponible; en caso de no disponer de la misma
se puede administrar muy lentamente (en una hora) los preparados
intramusculares, por vía intravenosa a razón de 5 µgr por mL de
hematíes infundidos, repitiendo la dosis a las 12 horas y a los tres
días (si se siguen detectando hematíes Rh positivos circulantes). Se
deben realizar controles a los 6 y 12 meses para valorar la eficacia y
ausencia de inmunización.
454
B.2.2. Púrpura trombopénica idiopática
La administración de RhIG en pacientes con púrpura trombopénica idiopática (PTI) tiene sus indicaciones en los siguientes casos:
• Pacientes adultos con PTI crónica, Rh-positivos que no han sufrido
esplenectomía.
• Niños con PTI aguda o crónica, Rh-positivos.
• Pacientes con PTI asociada a infección por VIH, Rh-positivos.
La eficacia de la RhIG es similar a la descrita para las IVIG, aunque de
acción un poco más retrasada (3-4 días), y su efecto también es más transitorio, y solamente utilizable es pacientes Rh-positivos.
La dosis recomendada es para los adultos es de 50 µgr (250 UI) por Kg,
y para los niños de 20-25 µgr (100-125 UI) por Kg, administrados en una
sola dosis, o divida en dos dosis fraccionadas, durante dos días consecutivos. Se administra por vía intravenosa lenta durante unos 15 minutos.
Entre los efectos secundarios cabe destacar, la inevitable aparición de una
anemia hemolítica extravascular, que suele ser la causa principal de la
limitación de su empleo (de ahí que no se deba administrar a pacientes con
cifras de hemoglobina inferiores a los 8 gr/dL). Más raramente se han descrito casos de anemia hemolítica intravascular, en ocasiones de curso
fatal, con grave insuficiencia renal. Con cierta frecuencia se han descrito
reacciones adversas menores del tipo de fiebre, rash, etc.
455
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463
14. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE LOS
CONCENTRADOS FARMACÉUTICOS DE
FACTORES DE LA COAGULACION.
José Sanchís Cervera*, Inmaculada García Navarro*, Elías Aguilar Ligorit#.
Servicios de Hematología, *Hospital de la Plana, Villarreal, Castellón; #Hospital Malva-rosa,
Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana
A. Concentrados de factor VIII
El Factor VIII es una proteína de la coagulación que interviene
como cofactor enzimático en el proceso de la coagulación sanguínea.
En condiciones normales, el Factor VIII circula en el plasma unido de
forma no covalente, al Factor de von Willebrand (FvW). El Factor VIII
activado por la trombina pierde su capacidad de unión con el FvW y se
une a fosfolípidos y al Factor IX activado, provocando la activación del
Factor X que es responsable de convertir la protrombina en trombina.
465
Tabla 14.1. Concentrados de factor VIII disponibles
Producto
Fuente del
Factor
Métodos de purificación
Atenuación Viral
Fandhi®
Plasma humano
Cromatografía de
afinidad a heparina.
Solvente y detergente, más
calor seco (80 °C-72 h)
Beriate P®
Helixate®
Plasma humano
Recombinante
Hemofil M® Plasma humano
Haemate-P® Plasma humano
Cromatografía de
intercambio iónico.
Pasteurización
(60 ºC-10 h)
Cromatografía de
Inmunoafinidad con
anticuerpos monoclonales
Cromatografía de
Inmunoafinidad con
anticuerpos monoclonales,
y solvente y detergente
Precipitación. Cromatografía
de intercambio iónico.
Pasteurización(60 °C-10 h)
Refacto®
Recombinante
Precipitación múltiple.
Solvente y detergente
Kogenate®
Recombinante
Cromatografía de
Inmunoafinidad con
anticuerpos monoclonales
Monoclate-P® Plasma humano
Recombinate® Recombinante
Cromatografía de
Inmunoafinidad con
anticuerpos monoclonales.
Pasteurización (60 °C-10 h)
Cromatografía de
Inmunoafinidad con
anticuerpos monoclonales
e intercambio iónico
Eliminación
del riesgo de
infección viral
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Los concentrados de Factor VIII purificados se obtienen a partir de plasma humano de donantes sanos, mediante diversas técnicas de fraccionamiento (cromatografía por intercambio iónico, cromatografía por afinidad
por heparina, purificación por anticuerpos monoclonales, etc.). Los dis466
tintos preparados comerciales difieren en términos de pureza de proteína
y en el método que se sigue para la inactivación viral, catalogándose como
de pureza intermedia y de alta pureza. El Factor VIII de la coagulación
recombinante (octocog alfa) posee unas características estructurales y
funcionales, similares al Factor VIII humano. Es una glucoproteína secretada por células de hámster sometidas a técnicas de ingeniería genética.
Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los siguientes preparados comerciales derivados del plasma humano: Fandhi®, HaemateP®, Beriate-P®, Hemofil-M®, Monoclate-P®, en presentaciones de 250
UI, 500 UI y 1.000 UI; y de origen recombinante: Kogenate®, Helixate®,
Recombinante®, ReFacto®, en presentaciones de 250 UI, 500 UI y 1.000
UI. Las características de los distintos productos, su origen y los métodos
utilizados para la inactivación viral vienen reflejados en la Tabla 14.1.
En función del grado de pureza del producto, se distinguen los siguientes
preparados:
• Concentrados de pureza intermedia: Haemate-P®.
• Concentrados de alta pureza: Beriate-P®, Fandhi®.
• Concentrados de muy alta pureza: Hemofil-M®, Monoclate®,
Kogenate®, Helixate®, Recombinante®, y ReFacto®.
A.1. Indicaciones terapeuticas
La elección del tipo de concentrado de F. VIII a utilizar, va a depender de
la disponibilidad de los mismos, siendo de elección los recombinantes,
sobre todo en pacientes no tratados.
Las principales indicaciones terapéuticas de los concentrados de F. VIII
disponibles son las siguientes:
• Concentrados que sólo poseen Factor VIII (Fandhi®, Monoclate P®,
Beriate-P®, Hemofil-M®, Kogenate®, Helixate®, Recombinante®,
ReFacto®):
✓ Tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de Hemofilia A.
✓ Tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de déficit adquirido del Factor VIII.
✓ Tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes con
467
Hemofilia A y con título bajo de anticuerpos contra el Factor VIII
(inferiores a 10 UB), si siguen respondiendo al tratamiento.
• Concentrados que poseen Factor VIII y Factor von Willebrand
(Haemate-P®):
✓ Tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de Hemofilia A y enfermedad de Von Willebrand.
✓ Tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de déficit adquirido del Factor VIII.
✓ Tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes con
Hemofilia A y enfermedad de von Willebrand con título bajo de
anticuerpos contra el Factor VIII (inferiores a 10 UB), si siguen
respondiendo al tratamiento.
Las dosis a utilizar, así como la duración de su administración, dependen
del tipo de cuadro hemorrágico a tratar, su localización y la severidad del
mismo.
La actividad de 1 unidad internacional (UI) de factor VIII es equivalente
a la actividad del factor VIII contenido en 1 mL de plasma humano citratado.
El cálculo de la dosis necesaria de factor VIII se basa en la observación
empírica de que 1 UI de factor VIII por Kg de peso corporal eleva la actividad plasmática de factor VIII de forma aproximada entre el 1.5-2 %.
De tal manera, la dosis inicial a administrar se determina mediante la
siguiente fórmula:
Unidades necesarias = peso corporal (Kg) x aumento deseado de F. VIII
(%) x 0.5.
La dosis y frecuencia de administración se establece siempre en función
de la eficacia clínica observada en cada casos; de forma orientativa en la
Tabla 14.2. se recogen los niveles mínimos deseados de F VIII en función
del tipo de hemorragia, así como la duración aconsejada en días del tratamiento.
468
Tabla 14.2. Dosis terapéutica de Factor VIII en el tratamiento de episodio
hemorrágico
Tipo de hemorragia
Nivel Hemostático
sérico deseado
(% del normal)
Duración de la
Terapia de reemplazo
(Días)
Factor VIII
Hemorragia grave con
riesgo vital:
Sistema nervioso central.
60-100
10-14
40-50
1a7
30
1-2
Gastrointestinal.
Intraabdominal.
Intratorácica.
Retroperitoneal.
Fracturas.
Cirugía mayor
Hemorragia grave:
Intramuscular.
Extracción dental.
Epistaxis.
Mucosa oral.
Cirugía menor.
Hemorragia leve:
Articular.
A.2. Indicaciones profilácticas
• Concentrados que sólo poseen Factor VIII (Fandhi®, Monoclate P®,
Beriate-P®, Hemofil-M®, Kogenate®, Helixate®, Recombinante®,
ReFacto®):
✓ Profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de Hemofilia A.
✓ Profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de déficit adquirido del Factor VIII.
✓ Profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacientes con
Hemofilia A y con título bajo de anticuerpos contra el Factor VIII
(inferiores a 10 UB), si siguen respondiendo al tratamiento.
469
• Concentrados que poseen Factor VIII y Factor von Willebrand
(Haemate-P®):
✓ Profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de Hemofilia A y enfermedad de Von Willebrand.
✓ Profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de déficit adquirido del Factor VIII.
✓ Profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacientes con
Hemofilia A y enfermedad de von Willebrand con título bajo de
anticuerpos contra el Factor VIII (inferiores a 10 UB), si siguen
respondiendo al tratamiento.
Estas indicaciones profilácticas se refieren fundamentalmente a la cirugía
(mayor o menor) y a las extracciones dentales. Las dosis a utilizar, así
como la duración de su administración, dependen del tipo de cirugía y su
agresividad.
De forma orientativa en la Tabla 14.3. se recogen los niveles mínimos
deseados de F VIII en función del tipo de cirugía, así como la duración
aconsejada en días del tratamiento sustitutivo.
Tabla 14.3. Dosis profilácticas de VIII ante intervenciones quirúrgicas
Administración de F. VIII
profilacticos
HEMOFILIA A
Cirugía mayor
Cirugía menor
Nivel deseado de F. VIII (%)
80-100
40-50
Dosis inicial (UI/Kg)
50-60
25-40
Dosis de mantenimiento (UI/Kg)
25-30
20-30
Nivel deseado de F. VIII (%)
40-60
30-50
Dosis de mantenimiento (UI/Kg)
20-40
15-20
Nivel deseado de F. VIII (%)
15-25
15-20
Dosis de mantenimiento (UI/Kg)
10-15
10-20
Día de la operación:
Días 2-7 postoperatorio:
Día 8 postoperatorio:
470
B. Concentrados de factor IX
El Factor IX de la coagulación, sintetizado en el hígado dependiente de la
vitamina K, es una glicoproteína de cadena única con un peso molecular de
56.000 daltons, y que presenta en condiciones normales una concentración
plasmática de 3-5 µg/mL. El Factor IX puede activarse por el factor XI
activado (vía intrínseca) o por un complejo constituido por Factor VII activado, factor tisular y iones de calcio (vía extrínseca). Los concentrados de
Factor IX purificados, obtenidos de plasma humano procedente de donantes sanos, mediante diversas técnicas de purificación e inactivación vírica,
contienen pequeñas cantidades de otros factores de la coagulación con apenas actividad tras su administración. El Factor IX de la coagulación recombínate (Nonancog alfa) posee unas características estructurales y funcionales similares al Factor IX endógeno sintetizado en el hígado. Nonacog alfa
es una glicoproteína de cadena única con un peso molecular de 55.000 daltons obtenida por ingeniería genética. El Factor IX es activado en condiciones normales por el complejo Factor VII/Factor tisular en la vía extrínseca, así como por el Factor XI activado en la vía intrínseca de la coagulación. Los Factores IX y VIII activados, activan a su vez el Factor X, dando
como resultado final la conversión de protrombina en trombina, la cual
convierte el fibrinógeno en fibrina, facilitándose la formación del coágulo.
Tabla 14.4. Concentrados de factor IX disponibles
Producto
Fuente
del Factor
Métodos de purificación
Atenuación Viral
Eliminación
del riesgo de
infección viral
Mononine P®
Plasma
humano
Cromatografía deInmunoafinidad
e intercambio iónico. Ultrafiltración.
Sí
Factor IX/X-P® Plasma
humano
Cromatografía de
Inmunoafinidad e intercambio iónico.
Ultra y diafiltración
Sí
Immune Stim
Plus®
Plasma
humano
Cromatografía de
intercambio iónico.
Pasteurización.
Sí
Factor IX
Grifols
Plasma
humano
Cromatografía por
afinidad metal.
Solvente/detergente. Nanofiltración.
Sí
Benefix
Recombinante Cromatografía de Inmunoafinidad
e intercambio iónico.
Ultra y diafiltración.
Sí
471
Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los siguientes preparados comerciales derivados de plasma humano: Mononine®, Immune
Stim Plus®, Factor IX Grifols®; en presentaciones de 250 UI, 500 UI y
1.000 UI (Mononine®), de 600 UI y 1.200 UI (Immune Stim Plus®), y de
250 UI, 500 UI, 1.000 UI y 1.500 UI (Factor IX Grifols®); y de origen
recombinante: Benefix®, en presentaciones de 250 UI, 500 UI y 1.000 UI.
(Tabla 14.4.).
B.1. Indicaciones terapeúticas
La elección del tipo de concentrado de F. IX a utilizar, va a depender de
la disponibilidad de los mismos, siendo de elección el recombinante,
sobre todo en pacientes no tratados.
Las principales indicaciones terapéuticas de los concentrados de F. IX disponibles son las siguientes:
• Tratamiento de las complicaciones hemorrágicas en pacientes con
déficit de Factor IX, Hemofilia B o enfermedad de Christmas.
• Tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de déficit adquirido del Factor IX.
Las dosis a utilizar, así como la duración de su administración, dependen
del tipo de cuadro hemorrágico a tratar, su localización y la severidad del
mismo.
La actividad de 1 unidad internacional (UI) de factor IX es equivalente a
la actividad del factor IX contenido en 1 mL de plasma humano normal.
El cálculo de la dosis necesaria de factor IX se basa en la observación
empírica de que 1 UI de factor IX por Kg de peso corporal eleva la actividad plasmática de factor IX en un 1 % sobre el valor normal.
De tal manera, la dosis inicial a administrar se determina mediante la
siguiente fórmula: Unidades necesarias = peso corporal (Kg) × aumento
deseado de F. IX (%) × 1.
La dosis y frecuencia de administración se establece siempre en función
de la eficacia clínica observada en cada caso; de forma orientativa en la
Tabla 14.5. se recogen los niveles mínimos deseados de F IX en función
del tipo de hemorragia, así como la duración aconsejada en días de tratamiento.
472
Tabla 14.5. Dosis terapeúticas de Factor IX en el tratamiento de episodios
hemorragícos
Tipo de hemorragia
Nivel Hemostático
sérico deseado
(% del normal)
Duración de la
Terapia de reemplazo
(Días)
Factor IX
Hemorragia grave con
riesgo vital:
Sistema nervioso central.
50-75
10-14
30-50
1a7
30
1-2
Gastrointestinal.
Intraabdominal.
Intratorácica.
Retroperitoneal.
Fracturas.
Cirugía mayor
Hemorragia grave:
Intramuscular.
Extracción dental.
Epistaxis.
Mucosa oral.
Cirugía menor.
Hemorragia leve:
Articular.
B.2. Indicaciones profilácticas
• Profilaxis de las complicaciones hemorrágicas en pacientes con déficit de Factor IX, Hemofilia B o enfermedad de Christmas.
• Profilaxis y de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de déficit adquirido del Factor IX.
Estas indicaciones profilácticas se refieren fundamentalmente a la cirugía
(mayor o menor) y a las extracciones dentales. Las dosis a utilizar, así
como la duración de su administración, dependen del tipo de cirugía y su
agresividad.
De forma orientativa en la Tabla 14.6. se recogen los niveles mínimos
deseados de F IX en función del tipo de cirugía, así como la duración
aconsejada en días del tratamiento sustitutivo.
473
Tabla 14.6. Dosis profilácticas de Factor IX ante intervenciones quirúrgicas
Administración de F. IX
profilácticos
HEMOFILIA B
Cirugía mayor
Cirugía menor
Nivel deseado de F. IX (%)
50-80
40-50
Dosis inicial (UI/Kg)
60-70
30-40
Dosis de mantenimiento (UI/Kg)
30-40
20-30
Nivel deseado de F. IX (%)
40-60
30-50
Dosis de mantenimiento (UI/Kg)
30-40
15-20
Día de la operación:
Días 2-7 postoperatorio:
C. Concentrados de factor VII
Los concentrados de Factor VII activado de origen recombinante (eptacog
alfa), aumentan la formación de factores IX activado, X activado y trombina, por acción directa sobre el factor X activado, que es necesario para
la conversión de protrombina en trombina, y posterior activación del fibrinógeno para formar fibrina y desarrollar el trombo.
Se obtienen por ingeniería genética, y estructuralmente son similares al
Factor VII activado derivado del plasma humano.
Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los siguientes preparados comerciales: Novoseven®, en presentaciones de 60, 120 y 240 KUI.
El mínimo nivel de F VII que se precisa para una hemostasia adecuada es
de 15-25% del normal.
La vida media del F VII es de 3-6 horas. El tratamiento sustitutivo se
administra generalmente a intervalos de 6-12h. Se ha utilizado el r-FVIIa
en algunos pacientes con deficiencia de F VII en hemorragias graves o
procedimientos quirúrgicos. La dosis fueron de 15 a 30µg/Kg cada 4-6
horas (orientadas por el TP) la eficacia fue del 95%. Estos pacientes tienen niveles basales de los restantes factores normales, en particular del F
VII y del F IX, lo que podría explicar la necesidad de dosis mucho menores que en hemofilia con inhibidores.
Las indicaciones terapéuticas descritas a continuación, no se contemplan
aprobadas en la actualidad (en general, debido a su elevado coste), si bien
474
se ha demostrado su eficacia en: reversión del exceso de anticoagulación
provocado por la administración de dicumarínicos, tratamiento de hemorragias graves en pacientes trombocitopénicos, trombocitopatías congénitas (Bernard Soulier) y adquiridas (Uremia y Síndromes mielodisplásicos), tratamiento del déficit de factor XI asociado con inhibidores secundarios, y pacientes con cirrosis hepática avanzada que van a ser sometidos
a biopsia hepática.
Tabla 14.7. Concentrados de factor VII disponibles
Producto
NovoSeven®
Fuente del
Factor
Métodos de purificación
Atenuación Viral
Recombinate
Cromatografía de
intercambio iónico.
Calor seco (80 °C-72 h)
Eliminación
del riesgo de
infección viral
Sí
Seguridad del tratamiento con FIBA recombinante (rFVIIa)
Estudios realizados hasta la actualidad parecen comprobar la seguridad
del producto, tanto desde el punto de vista viral, como de los materiales
biológicos para su fabricación. Diversos ensayos experimentales demuestran la ausencia de trombogenicidad del producto.
C.1. Indicaciones terapeúticas
Tratamiento de los fenómenos hemorrágicos en pacientes afectos de
Hemofilia congénita o adquirida, que presentan inhibidores a los factores
de la coagulación VII o IX en valores superiores a 10 Unidades Bethesda
(UB), o tienen valores inferiores a 10 UB pero se espera que no tenga respuesta alta a la administración de Factores VIII y/o IX.
Deficiencia congénita del FVII enfermedad autosomica recesiva, incidencia de 1 paciente cada 500000 personas; se trata de una diátesis hemorrágica con bastante heterogenicidad clínica, los pacientes sangran poco
comparado con los hemofílicos.
Algún tipo de defecto genético puede asociarse a una deficiencia de F VII
muy severa, incluso letal, tal como la delección del primer dominio EGF
del factor VII, su tratamiento se ha basado en administrar PFC, concentrados del complejo protombínico (CCP) o concentrados de F VII.
475
Recientemente (Febrero 2004) se ha aprobado su uso en pacientes con
Tromboastenia de Glanzmann que presentan refractariedad a la transfusión de plaquetas.
C.2. Indicaciones profilácticas
Profilaxis en intervenciones quirúrgicas en pacientes afectos de Hemofilia
congénita o adquirida, que presentan inhibidores a los factores de la coagulación VII o IX en valores superiores a 10 UB, o tienen valores inferiores a 10 UB pero se espera que no tenga respuesta alta a la administración de Factores VIII y/o IX.
D. Concentrados de factores del complejo protrombinico
El complejo del protrombínico es una combinación de los factores de la
coagulación dependientes de la vitamina K, que se encuentran en el plasma normal. Contiene Factor IX, Factor II, Factor VII y Factor X. Se
obtienen del plasma humano mediante fraccionamiento y purificación utilizando diversas tecnologías.
Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los siguientes preparados comerciales: Prothromplex Immuno TIM4®, que contiene 600 UI de
Factor IX y diversas cantidades de factores del complejo protrombínico.
Las indicaciones para su administración son:
• Graves accidentes hemorrágicos en pacientes con deficiencias congénitas de los factores que contiene el producto, en especial déficit de
Factor IX, Factor VII y Factor X.
• Profilaxis de fenómenos hemorrágicos en pacientes con deficiencias
congénitas de los factores que contiene el producto, en especial déficit de Factor IX, Factor VII y Factor X, y que van a ser sometidos a
intervenciones quirúrgicas.
• Reversión inmediata del efecto de los anticoagulantes orales (dicumarínicos) cuando existe una hemorragia severa con riesgo vital
inminente o como profilaxis ante una intervención quirúrgica inmediata, o en casos de pacientes con grave sobrecarga circulatoria en las
situaciones anteriores.
• En pacientes con deficiencia de vitamina K, donde pueden encontrarse niveles bajos de Factores II, VII, IX y X, ante cuadros hemo-
476
rrágicos o como profilaxis en intervenciones quirúrgicas.
La administración de 1 unidad equivale a la actividad encontrada en 1 mL
de plasma fresco normal, por lo que se estima que 1 UI de Factor IX por
Kg de peso corporal, eleva la actividad plasmática de Factor IX en un 1%
sobre el valor normal. La vida media del Factor IX administrado es de 16
horas, por lo que hay que administrar las dosis cada 8-12 horas. Si su uso
está encaminado al reemplazo de otros factores u otras situaciones clínicas, se deberán realizar controles clínico-analíticos para determinar su
efectividad.
Tabla 14.8. Concentrados de factores del complejo protobínico disponible
Producto
Fuente del
Factor
Prothromplex
Plasma humano
Immuno TIM4®
Métodos de purificación
Atenuación Viral
Cromatografía de
intercambio iónico.
Calor seco (80 °C-72 h)
Eliminación
del riesgo de
infección viral
Sí
E. Concentrados de complejos coagulantes antiinhibidor
El complejo coagulante inhibidor esta formado por un conjunto de factores de la coagulación obtenidos de plasma humano de donantes sanos
mediante técnicas de purificación. Presentan una actividad FEIBA (actividad superadora de la acción del inhibidor del Factor VIII) estandarizada. Contiene Factor VII en su forma activada, trombina, Factor X activado y Factor XI activado, en pequeñas cantidades; y Factores II, VII y X
en concentraciones de promedio de 1 unidad por unidad de actividad
FEIBA, y Factor VIII:C en proporción de 0.1 unidad.
Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los siguientes preparados comerciales: FEIBA Immuno TIM 4®, en presentaciones de 500
UF y 1.000 UF.
477
Tabla 14.9. Concentrados de complejos coagulante antiinhibidor disponibles
Producto
Fuente del
Factor
FEIBA Immuno Plasma humano
TIM4®
Métodos de purificación
Atenuación Viral
Pasteurización.
Solvente detergente.
Eliminación
del riesgo de
infección viral
Sí
Las indicaciones para su administración son:
• Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes
diagnosticados de Hemofilia A, con inhibidores adquiridos del Factor
VIII.
• Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes
diagnosticados de déficit adquirido del Factor VIII, con inhibidores
adquiridos del Factor VIII.
• Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes
diagnosticados de Hemofilia B, con inhibidores adquiridos del Factor
IX.
• Se ha descrito su uso en pacientes no hemofílicos con inhibidores
adquiridos a factores XI y XII, y en pacientes con enfermedad de von
Willebrand e inhibidores a dicho factor.
Una solución que contiene 1 U FEIBA/mL acorta el tiempo de tromboplastina parcial activada de un plasma con inhibidor del Factor VIII en un
50% del valor obtenido, cuando se utilizan volúmenes iguales de solución
FEIBA y de plasma inhibidor. La dosis a administrar varía en función del
paciente y de los valores previos del tiempo de tromboplastina parcial
activada.
F. Concentrados de Factor XIII
El Factor XIII es el responsable de la estabilización del coágulo formado,
ya que es el factor que estabiliza la fibrina, se trata de una transglutaminasa que forma puentes entre los monómeros de fibrina, tras ser activada
por la trombina. Los concentrados de Factor XIII se obtienen por fraccionamiento industrial del plasma humano.
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Actualmente en
España se trata de medicación extranjera. Se dispone de los siguientes
478
preparados comerciales: Fibrogammin® P, que se presentan en viales con
250 UI o 1.250 UI.
Tabla 14.10. Concentrados de factor XIII disponible
Producto
Fuente del
Factor
Fibrogammin®
Plasma humano
Métodos de purificación
Atenuación Viral
Pasteurización
(60º C - 10 h).
Eliminación
del riesgo de
infección viral
Sí
Las indicaciones para su administración son:
• Tratamiento de las complicaciones hemorrágicas en pacientes con
déficit congénito o adquirido, de Factor XIII.
• Profilaxis de las complicaciones hemorrágicas en caso de déficit
congénito o adquirido de Factor XIII cuando concurren factores
desencadenantes (cirugía, fracturas).
En los casos de profilaxis hemorrágica se administran 10 UI/Kg con un
intervalo de 4 semanas; ante una intervención quirúrgica la dosis a administrar es de 35 UI/Kg antes de la intervención y 10 UI/Kg cada 5 días hasta
la resolución del proceso. En los casos de hemorragias graves se administrar 10-20 UI/Kg diariamente hasta el cese del cuadro hemorrágico.
G. Concentrados atntitrombina III
La antitrombina III (AT-III) es una glicoproteína (α-2 globulina) de peso
molecular de 65.000 daltons que es el principal inhibidor de la coagulación sanguínea. La acción inhibidora se basa en la formación de un enlace covalente entre la AT-III y el centro activo de las serinproteasas. Estos
complejos enzimáticos inhibidores son eliminados por el sistema retículoendotelial. Los factores más intensamente inhibidos son la trombina y el
Factor Xa, sí como las formas activadas de los Factores IX, XI y XII de
la coagulación. La heparina actúa como catalizador, acelerando la reacción.
La concentración normal de la AT-III es de un 80-120% en adultos, en
tanto que en los recién nacidos esta actividad es aproximadamente la
mitad.
479
Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los siguientes preparados comerciales: Anbin®, Anbinex® y Kybernin®, que se presentan
en viales con 500 UI o 1.000 UI.
Tabla 14.11. Concentrados de Antitrobina III disponible
Producto
Fuente del
Factor
Métodos de purificación
Atenuación Viral
Eliminación
del riesgo de
infección viral
Anbin®
Anbinex®
Plasma humano
Cromatografía
Sí
Kybernin®
Plasma humano
Cromatografía
Sí
La dosis a administrar depende del nivel plasmático de AT-III. Para obtener
niveles plasmáticos del 100% de AT-III puede usarse la siguiente fórmula:
100 - concentración plasmática de AT-III (%) = UI/kg peso a administrar.
Para el tratamiento de las complicaciones tromboembólicas en
pacientes con déficit congénito de AT-III la dosis recomendada es
de: 50-60 UI/Kg, con una dosis de mantenimiento de 6-8 UI/Kg
cada 6 horas, en tanto persistan las manifestaciones clínicas trombóticas y en todo caso no menos de 7 días, así como debe asociarse a un tratamiento antitrombótico adecuado.
Para la profilaxis se administran las unidades necesarias para mantener unos niveles de actividad de AT-III >75%.
G.1. Indicaciones terapeúticas
• Tratamiento de las complicaciones tromboembólicas en pacientes
con déficit congénito de AT-III.
• Tratamiento de déficit adquiridos de AT-III: insuficiencia hepática
aguda con coagulación intravascular diseminada, hemodiálisis, cirugía cardiaca con circulación extracorpórea de larga duración.
• En pacientes con síndrome nefrótico y perdida de AT-III, en casos de
cirugía mayor grandes hemorragias y fenómenos trombóticos agudos, siempre que los niveles de AT-III sean inferiores al 70%.
• Tratamiento de la coagulación intravascular diseminada (CID) en las
siguientes situaciones:
480
✓ Parámetros biológicos de CID y AT-III <75%.
✓ CID severas con AT-III <50%, se debe administrar cada 8
horas previa determinación de niveles plasmáticos para mantener
una actividad entre el 70-100%.
✓ La administración concomitante de heparina sólo se realizará
cuando los niveles de AT-III sean >80% y no este producida o
acompañada de síndrome traumático severo.
G.2. Indicaciones profilácticas
• Profilaxis de las complicaciones tromboembólicas en caso de déficit
congénito de AT-III cuando concurren factores desencadenantes
(cirugía, fracturas, embarazo a término, encamamiento prolongado).
H. Concentrados de proteína C
La Proteína C es una glicoproteína anticoagulante vitamina K dependiente que se sintetiza en el hígado; a través del complejo trombina/trombomodulina se convierte en Proteína C activada, que es una proteasa sérica
con un potente efecto anticoagulante, inactivando las formas activadas de
los factores V y VIII lo que provoca un descenso en la formación de trombina. Los concentrados de Proteína C se obtienen por fraccionamiento
industrial del plasma humano, purificado con anticuerpos monoclonales
de ratón.
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Ceprotin®, que se presentan en viales
con 500 UI o 1.000 UI; y el concentrado de proteína C recombinante activada (drotrecogin alfa activado): Xigris®, en presentaciones de 5 mg y
20 mg.
Tabla 14.12. Concentrados de Proteína C disponibles
Producto
Fuente del
Factor
Métodos de purificación
Atenuación Viral
Eliminación
del riesgo de
infección viral
Ceprotín®
Plasma humano
Cromatografía con
anticuerpos monoclonales
Sí
Xigris®
Recombinante
Cromatografía
Sí
481
Las indicaciones para su administración son:
• Púrpura fulminante y necrosis cutánea inducida por los dicumarínicos en pacientes con déficit congénito grave de la Proteína C.
• Tratamiento y prevención de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosticados de sepsis y fallo multiorgánico, y que reciben tratamiento intensivo de soporte vital junto con la adecuada antibioterapia, y tienen una expectativa de vida razonable (sin enfermedades de
base irrecuperables).
• Todos los pacientes candidatos a recibir proteína C recombinante
activada, deben presentar todos los siguientes criterios:
✓ Expectativa de vida razonable tras el episodio séptico.
✓ Más de tres criterios del síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (Tª >38º C o <36º C; taquicardia superior a 90 pmm;
Taquipnea superior a 20 respiraciones/minuto; leucocitos <4.000
µL o >12.000 µL, o presencia de más de un 10% de cayados).
✓ Evidencia de fallo orgánico originado por la sepsis en dos o más
sistemas durante 24 horas (cardiovascular, renal, respiratorio,
hematológico o metabólico).
✓ Evidencia inequívoca de infección.
• Profilaxis en caso de déficit congénito grave de Proteína C ante las
siguientes situaciones: cirugía o terapia invasiva inminente, al inicio
del tratamiento con dicumarínicos, cuando la terapia dicumarínica no
es suficiente o posible.
Si se utiliza el concentrado de Proteina C procedente del plasma humano,
la administración de 1 UI equivale a la actividad encontrada en 1 mL de
plasma fresco normal, por lo que se estima que 1 UI de Proteína C por
Kg de peso corporal, eleva la actividad plasmática Proteína C en un 1%
sobre el valor normal. La vida media de la Proteína C es de 5 a 16 horas.
Es aconsejable monitorizar clínica y analíticamente los efectos terapéuticos a las 6 horas de su administración, para ajustar la cantidad y frecuencia de las dosis a administrar.
Se administra lentamente por vía endovenosa con una velocidad que no
debe superar los 2 mL/minuto, salvo en niños con peso inferior a 10 kg,
en los que la velocidad no debe superar los 0.2 mL/minuto. Su adminis-
482
tración provoca un aumento inmediato pero temporal de los niveles de
Proteína C, siendo su vida media de 5-16 horas, si bien influyen factores
tales como la presencia de trombosis que reduce la vida media y el aumento en los niveles plasmáticos.
La dosis inicial debe conseguir una actividad de proteína C del 100%,
actividad que debe mantenerse por encima del 25% a lo largo del tratamiento. Se aconseja una dosis inicial de 60-80 UI/Kg.
La Proteina C recombinante debe administrarse inmediatamente o como
mucho dentro de las tres horas siguientes a su reconstitución. Se debe
administrar por vía intravenosa a un ritmo de infusión de 24 µg/kg/hr para
una duración total de la infusión de 96 horas.
I. Concentrados de fibrinogeno
El Fibrinógeno es una glucoproteína presente en el plasma con un peso
molecular de 340.000 daltons, sintetizada por las células hepáticas y que
participa en la hemostasia estabilizando la agregación plaquetaria y a través de la formación del coágulo de fibrina. Es una proteína soluble que se
transforma en fibrina (insoluble) por acción de la trombina. Los concentrados de fibrinógeno se obtienen por fraccionamiento industrial del plasma humano.
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Actualmente en
España se trata de medicación extranjera. Se dispone de los siguientes
preparados comerciales: Haemocomplettan P®, Fibrinogen Immuno®,
Clottagen®, que se presentan en viales que contienen 1 gr. y 1.5 gr.
La dosis a administrar, por vía intravenosa muy lentamente a razón de
menos de 5 mL/min, se debe calcular en función de los siguientes parámetros:
Dosis a administrar en mg = Volumen plasmático (en mL) × (Fibrinógeno
deseado – Fibrinógeno actual) expresado en mg/mL.
Volumen plasmático = N × Peso (Kg) × (100-hematocrito)/100. Donde N
es una constante que tiene un valor de 62 mL/Kg en mujeres, y 68 mL/kg
en varones.
Es imperativo monitorizar los niveles de fibrinógeno durante el tratamiento. Como norma general, se administran de 1-2 gr como dosis inicial
de choque, la frecuencia y dosis de mantenimiento varía en función de los
483
valores séricos y la eficacia clínica, guiándose por las fórmulas mencionadas.
Tabla 14.13. Concentrados de Fibrinógeno disponibles
Producto
Fuente del
Factor
Haemocomplettan® Plasma humano
Fibrinogen®
Clottagen®
Plasma humano
Plasma humano
Métodos de purificación
Atenuación Viral
Eliminación
del riesgo de
infección viral
Precipitación múltiple.
Pasteurización.
Sí
Cromatografía
Calor seco
Cromatografía de
intercambio iónico.
Solvente detergente.
Sí
Sí
Las indicaciones para su administración son:
• Tratamiento y profilaxis de las complicaciones hemorrágicas en
pacientes con déficit congénito de fibrinógeno y disfibrinogenemia
(sólo en aquellos casos con hemorragia documentada).
• Tratamiento de las complicaciones hemorrágicas secundarias a la disminución del fibrinógeno en distintas situaciones médicas (coagulación intravascular diseminada, hepatopatías).
484
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487
15. MEDICINA TRANSFUSIONAL NEONATAL
Y PEDIATRICA
Juan Aragó Domingo*, Raúl Varas Lerma*, Elías Aguilar Ligorit#.
*Servicio de Pediatría, Hospital La FE, Valencia. #Servicio de Hematología, Hospital Malva-rosa.
Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana
La Medicina Transfusional en la edad pediátrica no tiene grandes diferencias en lo fundamental, con la que se practica en la edad adulta, salvo en el
periodo neonatal, ya que el recién nacido presenta unas peculiaridades propias transfusionales, distintas tanto del adulto como del niño y que podemos resumir en:
• Especial sensibilidad a la hipotermia, lo que origina una administración cuidadosa de los componentes sanguíneos refrigerados (en especial los concentrados de hematíes).
• Respuesta inferior a los estados de hipovolemia, lo que aumenta los
riesgos de anoxia tisular.
• Inmadurez del sistema metabólico, manifestadas por una mala conjugación de la bilirrubina y una dificultad en la excreción renal del potasio.
• Inmadurez del sistema inmunológico, ya que prácticamente la totalidad de los anticuerpos presentes son de origen materno, y un cierto
número de antígenos tanto solubles como de membrana de grupos
sanguíneos no están totalmente expresados y desarrollados.
489
• Una fisiología hematológica distinta y característica de esta etapa de
la vida (Tabla 15.1.), que se puede resumir en:
✓ Un volumen sanguíneo de ± 85 mL/Kg, que proporcionalmente a
su peso es superior al del adulto.
✓ Una cantidad de hematíes, que proporcionalmente, también es
superior a la del adulto, lo que ocasiona que presente valores de
hemoglobina entre 15-20 g/dL y un hematocrito entre 45-60%.
✓ Una “calidad” de la hemoglobina peor que la del adulto, en relación directa con la cantidad de hemoglobina Fetal que proporciona una alta afinidad por el oxígeno.
✓ Ciertos factores de la coagulación (II, VII, X, XI y XII) están de
forma fisiológica en valores mucho más bajos que en el adulto; en
tanto que otros (I, V, VIII y XIII) lo están en los mismos valores.
• Una patología inmunohematológica propia, representada por los problemas inmunológicos de compatibilidad feto-materna.
Todo ello conlleva en la práctica transfusional de la etapa neonatal, una
serie de actitudes importantes: las reglas inmunológicas pre-transfusionales propias del neonato, la elección del componente sanguíneo y del volumen del mismo, y considerar prácticamente toda administración de hematíes, como una “transfusión masiva”.
Parámetro
RN a Término
RN a Pretérmino
(< 37 semanas)
Adulto
Hemoglobina g/L
140-200
125-200
115-180
109/L
150-400
12-17
25-45
12-16
1.5-3.0
150-400
14-22
35-50
14-18
1.5-3.0
150-400
12-14
25-40
12-14
1.75-4.5
Plaquetas x
PT (seg)
APTT (seg)
TT (seg)
Fibrinógeno g/L
Tabla 15.1. Rangos normales de los principales parámetros hematológicos.
Las indicaciones para la transfusión de los componentes sanguíneos para
los lactantes mayores de 4 meses y niños, son similares a las de los adultos salvando las diferencias en los valores de hemoglobina edad-dependientes, la cifra de hematocrito, y la capacidad del organismo de tolerar la
pérdida de sangre y la volemia.
490
A. Normas generales de administración de hemoderivados en el
paciente pediátrico
A.1. Estudios pre-transfusionales
Durante los primeros 4 meses de vida los estudios pretransfusionales
difieren de los que se realizan en adultos y en niños mayores de 4 meses,
descritos anteriormente (Capítulo 5). Ello tiene su base en la inmadurez
del sistema inmunológico en el neonato, por lo que la aloinmunización
frente a antígenos eritrocitarios es excepcional; de ahí, y para evitar
extracciones sanguíneas reiteradas (que no hacen más que aumentar la
perdida de sangre) se sugiere realizar únicamente en el periodo neonatal
las siguientes determinaciones (preferiblemente de sangre periférica y no
de cordón umbilical):
• Grupo ABO y Rh.
• Escrutinio de anticuerpos irregulares.
• Prueba de antiglobulina directa.
Los estudios a realizar en la sangre de la madre incluyen:
• Grupo ABO y Rh.
• Escrutinio de anticuerpos irregulares.
Si ningún anticuerpo se detecta inicialmente, los concentrados de hematíes a transfundir deben ser ABO compatibles con el neonato y la madre, y
Rh negativos o Rh idénticos con el neonato; no siendo necesario repetir el
grupo sanguíneo y el escrutinio de anticuerpos irregulares, y no realizando pruebas cruzadas de compatibilidad.
Las pruebas cruzadas de compatibilidad se realizan con el suero de la
madre en los siguientes casos:
• Existencia de un anticuerpo en el suero del neonato o en el de la
madre.
• Presencia de un test de antiglobulina directo positivo en el neonato.
• El neonato va a recibir una transfusión incompatible con el suero
materno; en este caso las pruebas cruzadas deben realizarse con suero
del neonato, incluyendo la fase de antiglobulina.
491
A.2. Selección de componentes
La selección de los componentes a administrar no difiere en gran medida
a los señalados para el adulto, salvo en las etapas perinatal y neonatal, en
las que se requiere adoptar una serie de medidas especiales.
A.2.1. Sangre total
En la actualidad no se dispone de unidades de sangre total (ST), ya que
toda donación es fraccionada para obtener los diversos componentes
sanguíneos. Por tanto la utilización de ST se considera en la actualidad,
como un componente sanguíneo que debe de solicitarse antes de su
obtención de forma especial. Su administración puede ser apropiada en
las siguientes circunstancias: exanguinotransfusión por enfermedad
hemolítica del recién nacido o por hiperbilirrubinemia con riesgo de
kernicterus, después de circulación extracorpórea (bypass cardiopulmonar), en la transfusión masiva y en la oxigenación por membrana extracorpórea.
Si no se dispone de ST, se puede obtener una unidad reconstituyendo una
unidad de CH con una unidad compatible de PFC; si bien con ello lo único
que se consigue es exponer al neonato a un número mayor de donantes,
por lo que los beneficios potenciales de utilizar ST deben sopesarse frente a los riesgos de una mayor exposición a múltiples donantes.
A.2.2. Concentrados de hematíes
• Concentrados de hematíes para la transfusión intrauterina (TIU).
✓ Grupo sanguíneo O (con título bajo de hemolisinas) o ABO idéntico al del feto (si es conocido) y RhD negativo. Los hematíes Kell
negativos se recomiendan para reducir posibles riesgos adicionales de aloinmunización materna. En casos excepcionales, como
para la hemólisis debida a un anti-c materno, puede ser necesario
administrar concentrados RhD positivos, pero c negativos.
✓ Prueba cruzada compatible con el suero materno, siendo negativos
para el antígeno o antígenos pertinentes determinados por el escrutinio de anticuerpos materno.
✓ Lo más recientemente obtenidos (de 5 días o menos), y extraídos
utilizando CPD como anticoagulante.
492
✓ Seronegativos para el CMV.
✓ Con Hemoglobina S no detectable.
✓ Irradiados y transfundidos dentro de las 24 horas post-irradiación.
✓ Hematocrito inferior al 75%.
✓ Calentados a 37º C, inmediatamente antes de la transfusión.
• Concentrados de hematíes para la exanguinotransfusión (EXT).
✓ Grupo sanguíneo O, o ABO compatible con el de la madre y el
suero del neonato, RhD negativo (o RhD idéntico con el neonato).
✓ Negativo para cualquier tipo de antígeno eritrocitario determinado
mediante el escrutinio de anticuerpos en suero materno.
✓ Prueba cruzada compatible con el suero materno.
✓ Lo más recientemente obtenidos (de 5 días o menos), para asegurar una función óptima del eritrocito así como unos niveles bajos
de potasio en el sobrenadante, y extraídos utilizando CPD como
anticoagulante.
✓ Seronegativos para CMV.
✓ Con Hemoglobina S no detectable.
✓ Irradiados y transfundidos dentro de las 24 horas post-irradiación. La
irradiación es esencial si el neonato ha sido sometido a una TIU anterior y se recomienda en toda EXT; si bien la irradiación para EXT en
ausencia de TIU previa, no es esencial si ello provoca un retraso significativo en su realización y por tanto repercusión clínica.
✓ Hematocrito del 50-60%.
✓ Calentados a 37º C, inmediatamente antes de la transfusión.
• Concentrados de hematíes para la transfusión neonatal.
✓ Grupo sanguíneo O, o ABO compatible con el de la madre y el
neonato, RhD negativo o RhD idéntico con el neonato.
✓ Negativo para cualquier tipo de antígeno eritrocitario determinado
mediante el escrutinio de anticuerpos en suero materno.
✓ Prueba cruzada compatible con el suero materno, en los casos que
sea necesaria su realización.
493
✓ Lo más recientemente obtenidos (de 5 días o menos), para asegurar una función óptima del eritrocito así como unos niveles bajos
de potasio en el sobrenadante, y extraídos utilizando CPD como
anticoagulante.
✓ Calentados a 37º C, inmediatamente antes de la transfusión.
✓ Con Hemoglobina S no detectable.
✓ Serán CMV seronegativos y/o irradiados en aquellas situaciones
en las que se indica tal requerimiento.
A.2.3. Concentrados de plaquetas
• Concentrados de plaquetas para la transfusión intrauterina (TIU).
✓ Grupo sanguíneo O, RhD negativos (con título bajo de hemolisinas) o especifico y compatible tanto de grupo sanguíneo como de
aloantígenos plaquetares humanos (sistema HPA) con el anticuerpo materno.
✓ Deben ser concentrados de plaquetas “hiperconcentrados” (>
2000x109/L) obtenidos mediante proceso de aféresis con el objetivo de limitar el volumen de la transfusión al feto.
✓ Deben administrarse dentro de las 24 horas de su obtención por
aféresis.
✓ Deben ser seronegativos para el CMV.
✓ Deben ser irradiados y transfundidos dentro de las 24 horas postirradiación.
✓ Deben contener >120x109 plaquetas en 60 mL de plasma.
✓ Calentados a 37º C, inmediatamente antes de la transfusión.
✓ El ritmo de infusión no debe sobrepasar los 1-5 mL/minuto (debido a un posible éstasis circulatorio fetal y asistolia).
• Concentrados de plaquetas para la transfusión neonatal.
✓ Los concentrados deben carecer de anticuerpos irregulares clínicamente significativos, incluyendo los títulos altos de anti-A y/o
anti-B, y ser de grupo ABO idéntico o compatible, así como de
grupo RhD idéntico o compatible.
494
✓ Compatibles frente al sistema HPA en los casos de trombopenia
neonatal aloinmune.
✓ Deben ser seronegativos para el CMV.
✓ Deben ser irradiados en las circunstancias en las que está indicado, y en tal caso transfundidos dentro de las 24 horas post-irradiación.
✓ Los concentrados pueden obtenerse además de la donación de una
unidad de sangre, mediante procedimiento de aféresis (que generalmente se fracciona en 4 alícuotas utilizando un sistema cerrado).
✓ Deben contener >40x109/L de plaquetas en suficiente plasma para
mantener el pH entre 6.4 y 7.4.
A.2.4. Concentrados de granulocitos
✓ Deben ser ABO y Rh compatibles (debido a la contaminación eritrocitaria) y siempre Rh negativos en niñas Rh negativas.
✓ Deben contener entre 1-2x109/leucocitos/L de la donación.
✓ Deben administrarse dentro de las 24 horas de su obtención por
aféresis.
✓ Deben ser seronegativos para el CMV en los casos indicados.
✓ Deben ser irradiados y transfundidos dentro de las 24 horas postirradiación.
A.2.5. Características adicionales
A.2.5.1. Componentes CMV-negativos
Los componentes sanguíneos y hemoderivados de donantes CMV-seropositivos pueden contener leucocitos residuales que son potencialmente
infecciosos en neonatos y niños que son seronegativos frente al mencionado virus. Los componentes sanguíneos y hemoderivados CMV-seronegativos (mejor que los leucoreducidos, ya que se ha demostrado la transmisión de infección por CMV utilizando componentes leucoreducidos)
deben administrarse en las siguientes situaciones:
495
• Neonatos prematuros (<37 semanas de gestación).
• Neonatos con bajo peso <1200 gramos.
• Neonatos que reciben exanguinotransfusión.
• Neonatos con riesgo a desarrollar una infección por CMV (madres
seronegativas)
• Toda transfusión intrauterina.
A.2.5.2. Componentes irradiados
La enfermedad del injerto contra el huésped (EICH) se ha descrito en neonatos transfundidos con componentes sanguíneos celulares, si bien el riesgo de la misma en recién nacidos pre-término que han recibido una transfusión de concentrado de hematíes o plaquetas es desconocido. La irradiación de los componentes sanguíneos celulares con un mínimo de 2.500 rad
(25 Gy) debe practicarse y se recomienda en las siguientes situaciones:
• Transfusión intrauterina de concentrados de hematíes y/o de plaquetas.
• Neonatos con peso < 1500 gr.
• Neonatos con síndromes de inmunodeficiencia congénita conocidos
o sospechosos que afectan a la inmunidad celular.
• Neonatos que reciben transfusiones de granulocitos.
• Neonatos que reciben los componentes sanguíneos de donante emparentado.
• Niños que reciben tratamiento inmunosupresor o quimioterapia.
• Neonatos que precisan exanguinotransfusión.
A.2.5.3. Componentes leucoreducidos
En la actualidad en nuestro país, prácticamente todos los concentrados de
hematíes y plaquetas se administran leucoreducidos por filtración. Las
ventajas de la administración de componentes leucoreducidos se pueden
resumir en:
• Reducción en el número del total de reacciones transfusionales febriles.
496
• Reducción en la aloimmunización por HLA.
• Reducción o eliminación en el riesgo de transmisión de CMV, HTLVI-II, y otros virus asociados con los leucocitos como VEB, VHH-6, y
VHH-8.
• Posible reducción en: transmisión de parásitos (Toxoplasma gondii),
sepsis bacteriana en los CH, transmisión de priones, y lesión pulmonar aguda relacionada con la transfusión.
A.2.5.4. Reducción de volumen
Los neonatos no pueden tolerar muy a menudo, un volumen transfusional
grande debido a su limitada capacidad circulatoria. Por tanto, en muchas
ocasiones el volumen del componente a transfundir debe ser reducido. La
reducción de volumen en los componentes celulares se logra mediante
centrifugación y posterior extracción del sobrenadante; sin embargo, el
uso de técnicas de reducción de volumen para los concentrados de plaquetas puede provocar una pérdida de plaquetas y raramente es necesario,
porque la dosis usual de 5-10 mL/kg se tolera bastante bien.
A.3. Disminución de la exposición a múltiples donantes
La exposición infantil a sangre alogénica puede ser minimizada limitando
las transfusiones a las indicaciones estrictamente apropiadas en las que los
beneficios pesan más que los riesgos. No obstante, si una transfusión de
concentrado de hematíes es necesaria, siempre que sea posible y sobre
todo en casos en los que se sospeche la posibilidad de más transfusiones,
se debe procurar utilizar los componentes del menor número de donantes
distintos.
Utilizando unas bolsas de extracción cuádruples, una unidad de sangre
donada y recogida con CPD como anticoagulante, puede ser alicuotada
en cuatro subunidades (de unos 80 mL, con un contenido entre 45-50
mL de hematíes y el resto de plasma) utilizando un sistema cerrado.
Otros sistemas emplean bolsas satélites más pequeñas (20-60 mL), con
lo que el número de subunidades aumenta. Tienen una caducidad de 21
días, si bien siempre se aconseja su utilización antes del 7º día de almacenamiento; y pueden administrarse para un mismo o varios neonatos.
Debido al escaso número de estos componentes solicitados, se aconseja que únicamente se realice en donaciones de grupo O y Rh negativo,
497
con el fin de que puedan administrar a todos los neonatos e incluso utilizarlos para casos de TIU.
También pueden obtenerse alícuotas extrayendo en condiciones estériles
mediante una jeringa, la cantidad de mL necesarios de una unidad de concentrado de hematíes convencional, si bien una vez realizada la extracción, la unidad original tiene una caducidad de 24 horas, conservada entre
1-6º C; por lo que una nueva administración sólo se puede realizar durante dicho tiempo (catéter braquial epicutáneo).
A.4. Acceso vascular
El acceso vascular puede presentar dificultades en neonatos y niños
pequeños. Típicamente, el acceso más utilizado es el de catéteres intravenosos normales pequeños o agujas “de tipo mariposa”. Estos dispositivos
tienen un calibre generalmente de 21 a 27 g de medida y se han mostrado
eficaces no asociándose con hemólisis significativa. Sin embargo, con el
uso de estos dispositivos de calibre pequeño, la proporción de infusión y
la cantidad de presión de infusión que puede aplicarse, particularmente
con bombas de infusión electrónica, se ve limitada.
No deben usarse la vena umbilical u otras venas centrales para la transfusión rutinaria salvo en las exanguinotransfusiones, debido a la posibilidad
existente tanto de infección como trombosis. Sin embargo, en las unidades de cuidados intensivos neonatales, la vena umbilical es normalmente
cateterizada en neonatos graves dentro de las 48 horas del nacimiento. En
raras ocasiones, una vía venosa “central” puede utilizarse para lograr un
acceso vascular, particularmente en los niños en los que se prevé cuidados
intensivos a largo plazo.
A.5. Ritmos de infusión
La proporción de transfusión depende del componente, del volumen total
a ser infundido, de las características del acceso venoso y de la tolerancia
intravascular a la administración de fluidos.
Como regla general, las transfusiones pequeñas, inferiores a los 10 mL no
requieren una bomba y se pueden administrar mediante una jeringa por
bolos pequeños e intermitentes, teniendo en cuenta la tolerancia de volumen del niño. Las transfusiones de volúmenes superiores, deben ser
administradas mediante un dispositivo de infusión y normalmente deben
498
transfundirse en un plazo de dos a cuatro horas. Si el intervalo de la transfusión se prevé que pueda exceder de cuatro horas, el componente sanguíneo debe subdividirse y almacenarse en el Banco de Sangre hasta su
posterior administración.
Las proporciones de infusión normalmente utilizadas son:
• Concentrados de hematíes: 3-5 mL/kg/hora.
• Plasma fresco: en 30 minutos, si el volumen no excede 5-10 mL/kg.
• Concentrado de plaquetas: raramente es necesario reducir el volumen
de los concentrados de plaquetas si la dosis no excede 5-10 mL/kg;
para volúmenes superiores a 10 mL/kg, la unidad debe ser centrifugada para reducirla a unos 10-15 mL.
A.6. Filtros y equipos de infusión
Toda transfusión de concentrado de hematíes, de plaquetas y de plasma
fresco, debe administrarse tanto a los niños como a los adultos, a través de
un filtro apropiado, el filtro de sangre normal (80-260µ) o el de microagregados (20-40µ) que impide el paso de detritus celulares y grumos de
fibrina.
Pueden conectarse filtros pediátricos en la bolsa, para permitir cuantificar
la cantidad del componente filtrado en una jeringa. Algunos filtros pediátricos también ofrecen un dispositivo en la cámara para poder medir el
volumen transfundido.
Sólo deben administrarse transfusiones de Granulocitos a través de un filtro de sangre normal; un filtro de microagregados nunca debe usarse para
infundir los concentrados de granulocitos.
El uso de un juego de infusión de crioprecipitado puede minimizar la pérdida del componente debido al volumen más pequeño del mismo presente en el sistema tubular.
A.7. Bombas de infusión
Varios dispositivos de bomba de infusión mecánicos están disponibles y
permiten una infusión constante mediante una jeringa con una proporción
determinada y un volumen exacto y controlado. Las bombas de jeringa
son convenientes para volúmenes entre 10 y 50 mL. Si se realizan transfusiones de volúmenes más pequeños, normalmente de menos de 10 mL
499
por episodio, se puede utilizar la administración manual mediante una
jeringa que contiene el componente sanguíneo ya filtrado. Volúmenes más
grandes, que normalmente contienen 50 mL o más dentro de la bolsa, se
transfunden con una bomba de infusión calibrada o a través de un juego
de infusión con un depósito de cámara calibrado.
Los dispositivos de infusión electrónicos incluyen ventajas tales como la
supervisión del flujo, con una alarma para estados de baja o alta presión,
y las proporciones exactas de infusión. Las bombas de infusión requieren
una revisión periódica para determinar la exactitud de la proporción de
flujo y la existencia de una posible hemólisis.
B. Transfusión de concentrados de hematíes
B.1. Dosis y normas de administración
En neonatos, el cálculo del volumen a transfundir, se realiza mediante la
siguiente fórmula (con un volumen máximo de 15 mL/kg):
Volumen a infundir = Peso (kg) x (Hematocrito deseado – hematocrito
real).
La administración en lactantes de menos de cuatro meses de edad, de una
cantidad de 10 mL/kg, administrados en un plazo de 2-4 horas, eleva normalmente la hemoglobina en aproximadamente 2-3 g/L. Al transfundir
crónicamente a un neonato anémico con niveles de hemoglobina muy
bajos, una transfusión de un volumen pequeño de 2.5 mL/kg por episodio
transfusional puede evitar un deterioro del sistema cardiovascular. En
estos casos, se debe transfundir lentamente a unos 2 mL/kg/hora.
En pacientes pediátricos con edades superiores a los 4 meses, los volúmenes dependen del peso corporal, acercándose paulatinamente con la
edad a los de los adultos.
B.2. Indicaciones
B.2.1. Neonatos y lactantes menores de 4 meses
Las indicaciones para administrar concentrados de hematíes en neonatos
y lactantes de menos de 4 meses de edad, se dan en las siguientes circunstancias:
500
• Shock asociado a hemorragia feto materna o pérdida sanguínea por
anormalidades especificas del cordón umbilical o la placenta.
• Hemoglobina <13 g/dL (Hematocrito <40%) y cualquiera de las
siguientes condiciones:
✓ Enfermedad pulmonar severa.
✓ Cardiopatía congénita cianótica.
✓ Fallo cardíaco.
• Hemoglobina <10 g/dL (Hematocrito <30%) y cualquiera de las
siguientes condiciones:
✓ Oxígeno en carpa o incubadora <35%.
✓ Oxígeno en cánula nasal.
✓ Oxígeno en ventilación mecánica (o CPAP) con una presión media
en vía aérea <6 cm de H2O.
✓ Apnea o bradicardia significativa, en número de 6 o más episodios
en 12 horas, o dos episodios en 24 horas que requieren ventilación
o administración de metilxantinas.
✓ Taquicardia o taquipnea significativas: >165-180 pulsaciones por
minuto durante 24 horas, o >80 respiraciones por minuto durante
24 horas.
✓ Escasa ganancia de peso: <10 gr/día durante 4-7 días recibiendo
>100 Kcal/Kg/día.
✓ Cirugía mayor.
✓ Anemia sintomática durante la primera semana de vida.
✓ Letargia inexplicable.
• Pérdida aguda del 10% o más del volumen sanguíneo, o flebotomía
para pruebas de laboratorio cuando el volumen acumulativo excede
del 10% del volumen sanguíneo (>8.5 mL/kg) en un período de una
semana y la hemoglobina ha caído a menos de 13 g/dL.
• Hemoglobina <8 g/dL (Hematocrito <20%) ± recuento de reticulocitos < 100.000 µL y signos clínicos de anemia.
• Exanguinotransfusión para tratar la enfermedad hemolítica severa del
recién nacido.
501
B.2.2. Lactantes mayores de 4 meses, preescolares y escolares
Las indicaciones para administrar concentrados de hematíes en lactantes
de mas de 4 meses de edad, preescolares y escolares se dan en las siguientes circunstancias:
• Hemoglobina preoperatoria menor de 8 g/dL asintomática en casos
quirúrgicos de urgencia o en cirugía electiva cuando una terapia alternativa no está disponible o no es clínicamente apropiada.
• Hemoglobina postoperatoria <8 g/dL con signos o síntomas de anemia.
• Pérdida aguda igual o mayor del 15% del volumen sanguíneo, o signos y síntomas de hipovolemia que no responde a la administración
de fluidos.
• Pérdida intraoperatoria de más del 15% del volumen sanguíneo.
• Hemoglobina menor de 13 g/dL (Hematocrito <40%) y cualquiera de
las siguientes condiciones:
✓ Enfermedad cardiopulmonar severa (requieren oxígeno suplementario o ventilación asistida).
✓ Cardiopatia congénita cianógena, insuficiencia cardiaca congestiva, sometidos a circulación extracorpórea, o hemoglobinopatía
congénita.
• En niños que reciben tratamiento antineoplásico (quimioterapia y/o
radioterapia):
✓ En un niño asintomático y estable en recuperación de anemia
inducida por quimioterapia, la transfusión de concentrados de
hematíes solo se indica con hemoglobina <8 g/dL y un recuento de
reticulocitos bajo.
✓ Hemoglobina <8 g/dL en un niño que inicia un ciclo de inducción
o mantenimiento de quimioterapia .
✓ Hemoglobina de <10 g/dL en un niño sometido a radioterapia.
✓ Pérdida aguda de sangre estimada en más del 10% del volumen
sanguíneo del paciente o concentración de Hb de menos de 8 g/dL
en niño incapaz de producir glóbulos rojos (aplasia).
502
• Hemoglobina <8 g/dL en pacientes con anemia crónica sin respuesta
a tratamiento médico y con signos o síntomas de anemia (taquicardia,
cambios en el estado mental, signos y síntomas de isquemia, o falta
de crecimiento atribuible a la anemia).
• Hemoglobina <14 g/dL en un paciente con insuficiencia respiratoria
severa que no se corrige con oxígeno suplementario o soporte ventilatorio.
• Deficiencia severa de hierro con hemoglobina inferior a 5 g/dL.
• Complicaciones de la enfermedad de células falciformes:
✓ Accidente cerebro-vascular.
✓ Síndrome torácico agudo.
✓ Secuestro esplénico.
✓ Priapismo recurrente.
✓ Para preparación preoperatoria con anestesia general si la hemoglobina es <10 g/dL.
• Régimen de transfusión crónica para la talasemia mayor u otras alteraciones en la producción de glóbulos rojos, para prevenir las consecuencias de la anemia severa y la eritropoyesis ineficaz.
• Anemia crónica adquirida o congénita sin una expectativa satisfactoria de respuesta al tratamiento médico.
C. Transfusión de concentrados de plaquetas
La trombopenia se define en el neonato con una cifra de plaquetas inferior
a 150.000/µL, si bien en muchos recién nacidos sanos se detectan cifras
entre 100.000-150.000/µL. Cifras inferiores (<50.000/µL) sobre todo si
son persistentes, pueden producir cuadros hemorrágicos, por lo que
requieren su evaluación y diagnóstico, incluso en el neonato asintomático
y estable.
Las causas de trombopenia pueden ser clasificadas en base a su mecanismo en: incremento en su destrucción, disminución en su producción, o
dilucional; en medicina neonatal tiene especial interés el momento de su
aparición, ya que en función del mismo hay entidades clínicas con más
frecuencia (Tabla 15.2.).
503
ETIOLOGIA
FETAL
NEONATAL PRECOZ
(< 72 HORAS)
NEONATAL TARDIA
(> 72 HORAS)
ALOINMUNE
INFECCIÓN CONGENITA (CMV)
ALTERACIONES CROMOSOMICAS
AUTOINMUNE (PTI, LUPUS MATERNO)
ENFERMEDAD HEMOLÍTICA RH
CONGENITA (WISKOTT-ALDRICH)
INSUFICIENCIA PLACENTARIA
ASFIXIA PERINATAL
INFECCIÓN PERINATAL
COAGULACIÓN INTRAVASCULAR DISEMINADA
ALOINMUNE
AUTOINUNE
INFECCIÓN CONGENITA
ALTERACIONES CROMOSOMICAS
TROMBOSIS AORTICA O VENA RENAL
LEUCEMIA CONGENITA
SÍNDROME KASSABACH-MERRIT
ENFERMEDAD METABÓLICA
CONGENITA
SEPSIS NEONATAL
ENTEROCOLITIS NECROTIZANTE
INFECCIÓN CONGENITA
AUTOINMUNE
SÍNDROME KASSABACH-MERRIT
ENFERMEDAD METABÓLICA
CONGENITA
Tabla 15.2. Principales causas de trombopenia en el recién nacido.
(En subrayado las más frecuentes)
C.1. Dosis y normas de administración
La administración de 5-10 mL/kg de concentrado de plaquetas, que contenga aproximadamente 5.5x1010 plaquetas/unidad, debe elevar la cifra de
plaquetas en un neonato a término en 50.000-100.000/µL.
C.2. Indicaciones
C.2.1. Neonatos y lactantes menores de 4 meses
C.2.1.1. Transfusión terapéutica
504
• En todo neonato con manifestaciones hemorrágicas importantes en el
que se considera que la trombocitopenia es un factor desencadenante
o que contribuye a la misma, cuando la cifra de plaquetas es inferior
a 100.000/µL.
• En todo neonato con manifestaciones hemorrágicas en el que se
considera que las alteraciones funcionales de las plaquetas son un
factor desencadenante o que contribuye a la misma, y que no responden a tratamientos alternativos como Desmopresina, crioprecipitados.
C.2.1.2. Transfusión profiláctica
µL.
• Cifra de plaquetas <30.000/µ
✓ En el recién nacido a término.
µL.
• Cifra de plaquetas <50.000/µ
✓ En el prematuro estable (< 37 semanas).
✓ En el prematuro con factores de riesgo hemorrágico (anoxia perinatal, CID).
✓ En el prematuro inestable, con peso < 1.000 gr, y en la primera
semana de vida.
✓ En el recién nacido a término con historia previa de hemorragia
importante (intraventricular o pulmonar), presencia de petequias o
hemorragia en las zonas de punción venosa, datos analíticos de
existencia de coagulopatía, o antecedentes de cirugía y/o exanguinotransfusión.
✓ En el recién nacido a término al que se va a realizar alguna técnica diagnóstica quirúrgica menor, o una punción lumbar.
✓ En el recién nacido a término al que se le va a realizar (por otro
motivo distinto al de la trombopenia neonatal aloinmune) una
exanguinotransfusión.
✓ En el recién nacido a término con datos biológicos de CID.
µL.
• Cifra de plaquetas <100.000/µ
✓ En el recién nacido a término sometido a un procedimiento de
cirugía mayor.
✓ En el recién nacido a término con cuadro de sepsis neonatal.
505
C.2.1.3. Transfusión en la trombopenia neonatal aloinmune
µL.
• Cifra de plaquetas <30.000/µ
Transfundir en todos los casos con plaquetas HPA-compatibles.
µL.
• Cifra de plaquetas 30.000-50.000/µ
Transfundir ante cualquier manifestación hemorrágica mínima y con
plaquetas HPA-compatibles.
µL.
• Cifra de plaquetas 50.000-100.000/µ
Transfundir ante presencia de cuadro hemorrágico severo e importante y con plaquetas HPA-compatibles.
µL.
• Cifra de plaquetas >100.000/µ
No transfundir.
C.2.2. Lactantes mayores de 4 meses, preescolares y escolares
C.2.2.1. Transfusión terapéutica
• En todo paciente con manifestaciones hemorrágicas importantes en
el que se considera que la trombocitopenia es un factor desencadenante o que contribuye a la misma, cuando la cifra de plaquetas es
inferior a:
✓ 50.000/µL en el contexto de una hemorragia masiva y transfusión
masiva.
✓ 50.000/µL en el contexto de un cuadro de coagulación intravascular diseminada.
✓ 50.000/µL en el contexto de una mielosupresión secundaria a quimio-radioterapia o invasión tumoral.
✓ 100.000/µL en presencia de sangrado microvascular difuso.
• En todo paciente con manifestaciones hemorrágicas en el que se considera que las alteraciones funcionales de las plaquetas son un factor
desencadenante o que contribuye a la misma, y que no responden a
tratamientos alternativos como Desmopresina, crioprecipitados,
estrógenos y hemodiálisis.
506
C.2.2.2. Transfusión profiláctica
• Fracaso medular para su fabricación por mielosupresión temporal
debido a quimio-radioterapia o invasión tumoral en pacientes con
recuentos de plaquetas inferiores a 10.000 µL, con o sin factores de
riesgo asociados (infección, fiebre, coagulopatía, y esplenomegalia);
o con recuentos inferiores a 20.000/µL y presencia de alguno de los
mencionados factores de riesgo. En pacientes diagnosticados de
APLASIA MEDULAR, se aconseja no administrar concentrados de
plaquetas profilácticos a no ser que exista un sangrado menor o sintomático.
• En pacientes con recuentos plaquetares inferiores a 50.000/µL y que
van a ser sometidos a cirugía general o procedimientos invasivos.
• En pacientes con recuentos plaquetares inferiores a 100.000 µL y que
van a precisar neurocirugía (incluyendo la cirugía ocular) o procedimientos invasivos neuro-quirúrgicos.
• En pacientes con alteraciones funcionales plaquetarias y que van a
ser sometidos a cirugía general o procedimientos invasivos, que no
responden a tratamientos alternativos como Desmopresina, crioprecipitados, estrógenos y hemodiálisis.
D. Transfusión de plasma fresco congelado
Existen diferencias fisiológicas en el sistema hemostásico en el período
neonatal que deben conocerse a la hora de administrar tanto factores concentrados de la coagulación, como el plasma fresco congelado (PFC). Los
recién nacidos tienen unos niveles plasmáticos más bajos de muchos factores importantes tanto procoagulantes, como anticoagulantes. Los factores II, VII, IX, y X del complejo protrombínico están en niveles perceptiblemente más bajos que en los adultos; durante varias horas después del
nacimiento, los niveles del factor VIII son altos, incluso más altos que en
los adultos. El factor V y el fibrinógeno se encuentran en niveles bajos,
pero dentro de la normalidad con respecto a los del adulto. Los niveles de
antitrombina III, proteína C, y proteína S son bajos, si bien la actividad
de la última es alta; en contraste, la alfa-2-macroglobulina está elevada en
los recién nacidos.
Con todo, los recién nacidos sanos tienen una hemostasia excelente, y a
pesar de los niveles plasmáticos bajos de las proteínas hemostáticas y de
507
las funciones disminuidas de la plaquetas, que harían a un adulto propenso a cuadros hemorrágicos, los recién nacidos no presentan hematomas
espontáneos, ni fenómenos de sangrado si se les somete a cirugía; esta
“discrepancia” entre los resultados del laboratorio y las manifestaciones
clínicas es objeto de discusión en la actualidad.
D.1. Dosis y normas de administración
La dosis usual de PFC para la transfusión neonatal es 10-15 mL/Kg de
peso corporal. Esta cantidad de PFC debe elevar la actividad de los factores de coagulación alrededor del 20% en ausencia de una coagulopatía
concomitante.
El PFC no requiere prueba cruzada y debe ser ABO compatible con el
receptor. Debe infundirse dentro de las 4 horas tras el inicio de su administración. El plasma de grupo AB se usa a menudo para la transfusión
neonatal porque una sola unidad puede proporcionar varias alícuotas que
son compatibles con la administración de concentrados de hematíes en
receptores de cualquier grupo.
D.2. Indicaciones
D.2.1. Administración terapéutica
La administración en la etapa neonatal de PFC se considera que está indicada en las siguientes condiciones o situaciones clínicas:
• Púrpura fulminante del recién nacido, secundaria al déficit congénito
de Proteína C o Proteína S, siempre y cuando no se disponga de concentrados específicos de las mencionadas proteínas.
• Exanguinotransfusión en neonatos, cuando se quiere transfundir sangre total y no se dispone de la misma, para reconstituir el concentrado de hematíes.
• PRESENCIA DE HEMORRAGIA GRAVE y alteraciones en las
pruebas de coagulación teniendo en cuenta los valores de normalidad
para la edad neonatal en:
✓ Neonatos que reciben una transfusión masiva.
✓ Transplante hepático.
508
✓ Reposición de factores de coagulación, cuando no se dispone o no
existen concentrados de dichos factores deficientes. En la actualidad no se dispone de concentrados de F. V, y los de F. XI, están
solamente disponibles en algunos países y conllevan un alto riesgo de complicaciones trombo-embólicas, por lo que se desaconseja su administración.
• Déficit severo del Factor V (niveles plasmáticos < 5 U/100
ml): El nivel mínimo a alcanzar con la administración de
plasma es de 20 U/100 mL; debido a la corta vida media del
Factor V (12-15 h), la dosis de plasma de 20 mL/kg se debe
administrar en intervalos de 12 horas. En caso de hemorragia
severa, el intercambio plasmático pueda ser necesario para
alcanzar niveles hemostáticos del Factor V sin causar sobrecarga de volumen.
• Déficit severo del Factor XI y la deficiencia moderada del
factor XI, se han asociado a hemorragias severas; el nivel
mínimo a alcanzar con la administración de plasma es 20
U/100 mL en la deficiencia severa, debido a la vida media
larga del factor XI (cerca de 60 horas), 20 mL plasma/kg se
deben administrar diariamente. En la deficiencia moderada
del factor XI asociada a hemorragia severa, 20 mL plasma/kg
deben transfundirse si la administración previa de antifibrinolíticos y desmopresina han sido ineficaces para lograr una
hemostasia adecuada.
✓ Situaciones clínicas en las que existe un déficit de vitamina K, y
no se puede esperar (por la hemorragia) a la administración intravenosa de vitamina K, o bien no hay respuesta a la administración
de la misma.
✓ Coagulación intravascular diseminada, una vez se ha instaurado el
tratamiento etiológico adecuado y específico.
✓ Cirugía cardiaca con circulación extracorpórea, siempre y cuando
se hayan descartado otras causas de la hemorragia (insuficiente
neutralización de heparina, trombocitopenia).
✓ Reposición de los factores de coagulación que han sido depleccionados durante un proceso de recambio plasmático en el que se ha
utilizado como componente de recambio la albúmina.
509
D.2.2. Administración profiláctica
La administración profiláctica en la etapa neonatal de PFC se considera
que está indicada en las siguientes condiciones o situaciones clínicas:
• Prevención de la hemorragia microvascular difusa en neonatos que
han recibido una transfusión masiva y presentan alteraciones significativas en los estudios biológicos de la coagulación, aunque no presenten manifestaciones hemorrágicas.
• Prevención de manifestaciones hemorrágicas en neonatos con hepatopatías agudas o crónicas y transtornos importantes en las pruebas
de coagulación y que deban ser tratados quirúrgicamente o sometidos
a un procedimiento diagnóstico o terapéutico invasivo.
• En ausencia de manifestaciones hemorrágicas, pero con alteraciones
en los estudios de coagulación en: neonatos con déficit congénito de
factores de la coagulación, en los que no se disponga de concentrados de factores específicos, ante la eventualidad de una actuación
quirúrgica, biopsia, y otros procedimientos invasivos y/o traumáticos.
D.3. Contraindicaciones
Las situaciones en la etapa neonatal, en las que se considera que el uso del
PFC no está indicado y se está utilizando de forma inapropiada son:
• Pacientes con sangrado activo, secundario a déficit de algún factor de
la coagulación que se encuentra disponible en forma de concentrado,
o que puede ser tratado adecuadamente con fármacos.
• Prevención de la hemorragia intraventricular del recién nacido, en
ausencia de coagulopatía.
• Como reposición de volumen en las sangrías del recién nacido con
poliglobulia, a no ser que exista una coagulopatía concomitante.
• Como ajuste del hematocrito de los CH que van a ser transfundidos
a los recién nacidos.
• Como tratamiento adyuvante a la terapia antibiótica en infecciones
neonatales graves, en ausencia de CID.
• En cuadros de hipovolemia sin existencia concomitante de cuadro
hemorrágico y/o alteraciones hemostásicas.
510
E. Transfusión de crioprecipitados
El Crioprecipitado contiene los mismos niveles de F. VIII, F. XIII, fibrinógeno, F. vW, y fibronectina que el PFC, pero en un volumen mucho más
pequeño. Esta reducción de volumen (15 mL) permite un reemplazo más
rápido de estos factores específicos que una sola unidad de PFC (200 mL),
reduciendo el riesgo de sobrecarga de volumen; ésto es especialmente
importante en neonatos y prematuros de bajo peso. En los neonatos como
norma general una sola unidad de 10-15 mL es normalmente suficiente
para lograr una hemostasis normal.
E.1. Dosis y normas de administración
Las dosis a administrar vienen determinadas por el peso del neonato o lactante, de tal manera que con pesos < 2.5 Kg se administran 0.4 unidades
(6 mL); entre 2.5-5 Kg 1 unidad (15 mL); y entre 5-10 Kg entre 1-2 unidades (15-30 mL). A partir de los 10 Kg se sigue la misma pauta que en
el adulto. El CRI no requiere prueba cruzada y debe ser ABO compatible
con el receptor.
E.2. Indicaciones
• Hipofibrinogenemia (<100/mg/dL) o disfibrinogenemia con hemorragia activa.
• Hipofibrinogenemia (<100/mg/dL) o disfibrinogenemia en pacientes
pediátricos que van a ser sometidos a intervención quirúrgica o procedimientos diagnósticos invasivos.
• Hipofibrinogenemia (<120 mg/dL) en neonatos con oxigenación por
membrana extracorpórea.
• Déficit de Factor XIII, y hemorragia activa o realización de procedimientos quirúrgicos y/o diagnósticos invasivos, si no existe disponibilidad de concentrados de F. XIII.
• En casos de Hemofilia A, siempre y cuando no hayan sido tratados
previamente con unidades de F. VIII recombinante, y el crioprecipitado proceda de un mismo donante conocido testado.
• En la enfermedad de von Willebrand, en presencia de hemorragia
activa, o antes de un procedimiento quirúrgico o invasivo, en las
siguientes circunstancias:
511
✓ Cuando la Desmopresina esté contraindicada, no esté disponible o
sea infectiva.
✓ Cuando no esté disponible un concentrado de F. VIII que contenga F. wW.
F. Transfusión de concentrado de granulocitos
F.1. Dosis y normas de administración
No existe ningún protocolo general para la dosis y la duración del tratamiento iniciado mediante la transfusión de granulocitos. Sin embargo, la
dosis actualmente recomendada es de 1-2x109 de neutrófilos/kg de peso,
en un volumen de 15 mL/kg. Se recomienda que las transfusiones de granulocitos se continúen al menos durante 4 días para demostrar un beneficio clínico; la administración debe continuar con una transfusión diaria
hasta que la infección se resuelva, la cifra de neutrófilos aumente o hasta
que la decisión clínica por parte del facultativo responsable, suspenda el
tratamiento. Se deben administrar en las 12 horas siguientes a su obtención y tras su irradiación.
F.2. Indicaciones
La principal indicación para la transfusión de granulocitos en neonatos
la constituye la SEPSIS NEONATAL. Los niños recién nacidos son
más susceptibles a la infección severa debido a que presentan: una
ausencia de anticuerpos específicos frente a los agentes patógenos, una
inmunidad celular y humoral poco desarrollada, y un defecto cuantitativo y/o cualitativo en la función de los neutrófilos. De tal manera se
indica la transfusión de concentrados de granulocitos en las siguientes
circunstancias:
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico iniciado
previamente y tras 24-48 horas, en niños con menos de dos semanas
de vida, y con un recuento de neutrófilos inferior a 3.000/µL.
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico iniciado
previamente y tras 24-48 horas, en niños con más de dos semanas de
vida, y con un recuento de neutrófilos inferior a 500/µL.
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico iniciado
previamente y tras 24-48 horas, en niños que presentan alteraciones
512
cualitativas en la función de los neutrófilos, independientemente del
recuento de los mismos.
La principal indicación para la transfusión de granulocitos en niños preescolares y escolares, no difiere en gran medida con la de los adultos, y la
constituye la SEPSIS BACTERIANA o FUNGICA en niños neutrópenicos severos, en los que se espera una recuperación medular. De tal manera las principales indicaciones de transfusión de concentrados de granulocitos en niños son:
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico iniciado
previamente y tras 48 horas, con un recuento de neutrófilos inferior a
500/mL, y con una regeneración medular esperada.
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico iniciado
previamente y tras 48 horas, en pacientes que presentan alteraciones
cualitativas en la función de los neutrófilos.
G. Administración de hemoderivados plasmáticos
G.1. Albúmina
La transfusión de albúmina, obtenida por fraccionamiento industrial del
plasma humano, se indica cuando existe una necesidad de expansión de
volumen y un reemplazo por coloides. No hay ninguna evidencia que la
albúmina tenga un papel relevante como un suplemento nutritivo o como
corrector para la ascitis y el edema periférico secundario a hipertensión
portal. Existe además una preocupación en su administración, ya que
puede provocar un exudado alveolar en neonatos y causar un cuadro de
distrés respiratorio. Las principales indicaciones para la administración de
albúmina en neonatos y niños son:
• Hipotensión aguda en pacientes que presentan alguna de las siguientes condiciones:
✓ Fallo hepático agudo o crónico.
✓ Neonatos con sepsis y/o enfermedad de membranas hialinas.
• Para mantener el volumen sanguíneo en determinados pacientes
sometidos a:
✓ Exanguinotransfusión.
513
✓ Recambio para tratamiento de Policitemia.
• Para elevar las proteínas totales (si son <5.2 g/dL) y/o la albúmina (si
es <1.8 g/dL) en los siguientes casos:
✓ Pacientes quemados tras las primeras 24 horas.
✓ Shock no hemorrágico.
✓ Síndrome de distrés respiratorio agudo (en determinados pacientes).
✓ Edema periférico severo.
• Para inducir la diuresis en combinación con diuréticos en pacientes
con sobrecarga de fluidos en:
✓ Nefropatías o enteropatías con pérdidas proteicas.
✓ Fallo hepático agudo o crónico.
• Compromiso cardiovascular secundario a hipovolemia asociado a:
✓ Cirugía con circulación extracorpórea.
✓ Shock.
✓ Taquicardia hemodinámica.
G.2. Inmunoglobulinas intravenosas
Los concentrados intravenosos de inmunoglobulinas (IVIG) son soluciones de Inmunoglobulina G (IgG) de alta pureza y amplio espectro de anticuerpos frente a diversos antígenos de agentes infecciosos, con niveles
muy bajos de IgM e IgA. Se obtienen del plasma humano a partir de un
pool de no menos de 2.500 donantes mediante fraccionamiento industrial,
proporcionando una solución que contiene más del 90% de las subclases
de IgG. (Ver Capítulo 13).
En los niños la administración de IVIG se contempla en las siguientes
situaciones:
✓ Inmunodeficiciencias Primarias.
➢ Inmunodeficiencias con defecto predominante de anticuerpos:
- Inmunodeficiencia común variable.
514
- Agammaglobulinemia ligada al cromosoma X (autosómica
y recesiva).
- Déficit de subclases de IgG.
- Déficit selectivo en la producción de anticuerpos con Igs
normales.
- Déficit de IgA.
- Hipogammaglobulinemia del lactante.
➢ Inmunodeficiencias combinadas:
- Inmunodeficiencia combinada severa.
- Síndrome de hiper IgM.
- Déficit del complejo mayor de histocompatibilidad clase II.
- Otras inmunodeficiencias combinadas.
➢ Síndromes de inmunodeficiencia bien definidos:
- Síndrome de Wiskott-Aldrich.
- Ataxia-Telangiectasia.
- Síndrome de DiGeorge.
La administración de IVIG se indica en cuadros de hipogammaglobulinemia (con IgG total disminuida o disminución de subclases de IgG) con infecciones bacterianas recurrentes.
Las dosis recomendadas de mantenimiento son de 200-500 mg/kg
cada 21 días, ajustando las dosis para mantener unos niveles de
IgG >600 mg/dL y buena respuesta clínica (ausencia de episodios
infecciosos).
✓ Inmunodeficiciencias Secundarias.
➢ SIDA pediátrico.
La administración de IVIG sólo se considera en aquellos
pacientes con infecciones sintomáticas, presencia de VIH
(cultivo o antígeno p24 positivo), y que no reciben profilaxis
para la neumonía por Pneumocystis carinii. Las dosis a utilizar son de 400 mg/Kg mensuales hasta alcanzar cifras de
CD4 >400/mL.
515
➢ Transplante de médula ósea alogénico.
La administración de IVIG en pacientes sometidos a transplante de médula ósea alogénico se indica para la prevención
de la infección por CMV; los mayores beneficios se obtienen
en los pacientes de bajo riesgo (receptores seronegativos que
reciben hemoderivados seronegativos y ninguna transfusión
de concentrado de granulocitos). Las dosis a emplear son
variables: 150-200 mg/kg dos dosis pre-transplante, seguidas de una dosis semanal hasta los 70 días post-transplante.
✓ Púrpura Trombopénica Idiopática (PTI) en los siguientes casos:
➢ PTI aguda: IVIG puede ser considerado como terapia inicial
si la cifra de plaquetas es < 20.000 µL, sobre todo cuando el
paciente tiene hemorragia severa o el riesgo de hemorragia es
vida-amenazante. IVIG no se indica si las manifestaciones de
sangrado son mínimas (petequias, equimosis o hematomas, o
asintomático). La dosis a utilizar es de 0.8-1 gr/Kg/día.
➢ PTI crónica: IVIG esta indicada en pacientes de alto riesgo
con recuentos plaquetares bajos y asintomáticos; también se
indica tras el fracaso de otras terapias o cuando existe un alto
riesgo de sepsis post-esplenectomía (en niños < 5 años). La
dosis a utilizar es de 0.8-1 gr/Kg/día.
✓ Enfermedad hemolítica del recién nacido (EHRN).
IVIG puede indicarse en niños con EHRN severa que no responde a la fototerapia para disminuir la necesidad de la exanguinotransfusión. No existe una dosis determinada, y diversos
estudios señalan la administración de 0.5-1 gr/Kg.
✓ Trombocitopenia aloinmune neonatal.
Esta indicada en recién nacidos con severa trombopenia de origen aloinmune, cuando la administración de plaquetas lavadas
e irradiadas de la madre no es factible, o no recomendable. La
dosis a administrar es de 1 gr/Kg en dosis única, que puede
repetirse a las 24 horas si no existe una respuesta adecuada.
✓ Tratamiento adyuvante en las sepsis severas en neonatos.
La indicación de IVIG es de tratamiento adyuvante en casos de
sepsis severas en: prematuros (<37 semanas), y recién nacidos
516
de bajo peso (<2 Kg), sobre todo si presentan neutropenia o
poca respuesta al tratamiento antibiótico. Las dosis a utilizar
son de 400 mgr/Kg/día durante cinco días.
✓ Enfermedad de Kawasaki.
La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis sistémica de etiología desconocida que afecta fundamentalmente a niños, y que
se caracteriza por cuadro febril de al menos 5 días de duración
(que no responde a antibioterapia), conjuntivitis bilateral no
purulenta, afectación de mucosas, adenopatías cervicales, rash
cutáneo polimorfo y alteraciones en extremidades. El curso de
la enfermedad es de unas tres semanas sin tratamiento, pero
pueden presentarse complicaciones de tipo de aneurismas coronarios y de arterias musculares.
El tratamiento de opción en el momento de diagnóstico es la
administración de IVIG. La dosis a administrar es única y de
2gr/Kg, y aproximadamente en un 10% de los casos, no se
obtiene una respuesta satisfactoria por lo que una segunda
dosis puede darse para pacientes que no responden a la primera.
✓ Síndrome de Guillain-Barré (SGB), incluyendo la variante de
Miller Fisher y la polineuropatía panautonómica aguda.
El SGB se caracteriza por el desarrollo de debilidad aguda,
generalmente, empezando en los pies y progresando para involucrar los músculos del brazo y el tronco. Las formas severas
del síndrome pueden llevar a un fracaso respiratorio y requerir
la admisión en unidades de cuidados intensivos.
El recambio plasmático se ha mostrado muy eficaz y es actualmente el tratamiento de opción, junto con la administración de
IVIG. No obstante el tratamiento con IVIG debe reservarse para
los pacientes con SGB en los que no se puede realizar el intercambio de plasma. Se recomienda tratar sólo los casos severos
con debilidad significativa, dificultad respiratoria, trastornos
bulbares, polineuritis craneal, o pérdida inminente o real de la
habilidad para estar de pie o caminar, y en las dos primeras
semanas de la enfermedad. Las dosis a utilizar es de 400
mgr/Kg/día, 5 días.
517
G.3. Concentrados de factores de la coagulación
La administración de los concentrados de factores de la coagulación,
actualmente disponibles, son los productos a administrar de primera elección en todas las alteraciones hemostásicas tanto congénitas como adquiridas.
La mayoría de los problemas hemorrágicos considerados durante el período neonatal tienen su origen en alteraciones hemostáticas adquiridas. Sin
embargo, las enfermedades hereditarias de la coagulación pueden manifestarse en el período neonatal, incluso sin existencia de antecedentes
familiares que puedan sugerir el diagnóstico. Por lo que es fundamental
realizar un diagnóstico precoz del déficit de factor o factores implicados,
para administrar el concentrado disponible adecuado, sin olvidar que
cuando existe un cuadro hemorrágico en curso, clínicamente significativo
y se sospecha pero no se ha confirmado un déficit congénito de un determinado factor de la coagulación, el plasma fresco congelado (10-15
mL/kg) se puede administrar hasta disponer de los resultados de las investigaciones de laboratorio.
Más del 90% de todas las deficiencias congénitas de factores de la coagulación que se diagnostican durante la infancia son déficit de Factor VIII o
IX. Las deficiencias de Factor II, V, VII y XI son raras y se heredan con
carácter autosómico, mientras que las de F XII, no suelen producir hemorragias. Mención especial merece el déficit de Factor XIII, ya que se
manifiesta casi en el 80% de los casos en el período neonatal. Aunque la
enfermedad de von Willebrand es la más frecuente de las alteraciones congénitas de la coagulación, muy raramente se presenta en el período neonatal.
Los niveles del Factor VIII están dentro de los valores normales del
adulto tanto en los neonatos a término como prematuros, y por lo tanto
es posible confirmar un diagnóstico de hemofilia A en el período neonatal sin importar la severidad de la enfermedad y la edad gestacional.
Esto también se aplica a los déficits de fibrinógeno y de Factor V. El
déficit severo de Factor IX (<2 UI/dL) y moderado (2-5 UI/dL) en la
hemofilia B, también se pueden confirmar en el período neonatal; sin
embargo, la confirmación del déficit leve (>5 UI/dL) es problemática
debido a que se encuentra en los límites bajos de la normalidad, lo que
hace necesario la repetición del estudio aproximadamente a los 6
meses de edad.
518
La enfermedad de von Willebrand (EvW) está causada por defectos cuantitativos o cualitativos del factor von Willebrand (FvW). Este factor es una
proteína reactante de fase aguda y los aumentos fisiológicos de la misma,
hacen difícil el diagnóstico del tipo 1 de la EvW en el recién nacido. El
tipo 2, se puede sospechar por las discrepancias en los niveles plasmáticos del antígeno del FvW y la actividad del mismo, y algunos subtipos se
pueden confirmar por el análisis de los multímeros del FvW; la EvW del
tipo 3 se puede diagnosticar en los recién nacidos que tienen esencialmente una deficiencia total del FvW. El conocimiento del defecto molecular familiar particular tiene valor en los casos que el diagnóstico es
dudoso.
Las deficiencias homocigóticas de los Factores II, VII, X y XI se pueden
diagnosticar en el período neonatal, mientras que los déficits heterocigóticos pueden plantear más dificultad al encontrarse sus valores dentro de
la gama normal, lo que imposibilita la identificación en esta etapa. La
exclusión del déficit del factor XIII se debe realizar en los neonatos que
presentan patrones hemorrágicos característicos acompañados por estudios normales en las pruebas básicas de coagulación.
G.3.1. Concentrados de factor VIII
El déficit severo de F. VIII es la coagulopatía congénita más frecuente en
el período neonatal, si bien sólo el 10% de las mismas presentan sintomatología durante el mencionado período. Puede manifestarse por un sangrado excesivo o hematomas, ante un traumatismo mínimo (administración intramuscular de vitamina K, aspiración, venipunción, etc.); o bien
en relación con el parto: cefalohematoma por vacuextracción e incluso
hemorragia intra-craneal (HIC) que se presenta el 16% de los casos, sin
embargo, la presencia de un hemartros es muy rara.
Una vez el diagnóstico se ha realizado, los concentrados recombinantes
de F. VIII (Kogenate®, Helixate®, Recombinante®, ReFacto®), son el
tratamiento de primera elección debido a su alto margen de seguridad
viral. Si los concentrados recombinantes no están disponibles, un concentrado derivado del plasma humano inactivado y de alta pureza, debe
ser utilizado.
Un concentrado de Factor VIII de pureza intermedia que contiene los multímeros de alto peso molecular del factor von Willebrand sigue siendo el
tratamiento de elección, en neonatos con Enfermedad de von Willebrand.
519
G.3.2. Concentrados de factor IX
Una vez el diagnóstico se ha realizado, los concentrados recombinantes de
F. IX (Benefix®) son el tratamiento de primera elección debido a su alto
margen de seguridad viral. Si los concentrados recombinantes no están
disponibles, un concentrado derivado de plasma humano inactivado de
alta pureza, debe ser utilizado.
G.3.3. Concentrados de factor VII
El déficit de Factor VII, es raro (1 por 500.000), se transmite de forma
autosómica recesiva y guarda una relación pequeña entre el riesgo hemorrágico y la actividad del factor. En general, menos del 1% de actividad
produce hemorragia severa y más del 5% de la actividad produce hemorragias menores localizadas sobre todo en membranas mucosas. El tratamiento involucra el uso de factor del recombinante VIIa (Novoseven®) a
una dosis de 22 a 26 µg/kg (en contraste con una dosis de 90 µg/kg que
se administra en pacientes con hemofilia e inhibidores) para normalizar el
tiempo del protrombina.
Otra indicación recientemente aprobada, es la Tromboastenia de
Glanzmann refractaria a la transfusión de concentrados de plaquetas.
G.3.4. Concentrados de factor XIII
El F. XIII es el estabilizador de la fibrina; su déficit se trasmite con carácter autosómico recesivo, y se han descrito más de 25 neonatos con síndrome hemorrágico por deficiencia homocigota de F. XIII. A pesar de su
rareza, merece ser comentado porque el 80% de los pacientes con esta
deficiencia presentan hemorragia umbilical en la primera semana de vida,
que puede ser grave; no altera las pruebas de coagulación estándar (plaquetas, TP, TTPA, TT, fibrinógeno), por lo que el diagnóstico puede ser
difícil si no se sospecha.
Los recién nacidos con déficit homocigótico del F. XIII tienen un riesgo
significativo de HIC y se debe realizar una profilaxis rutinaria que consiga mantener los niveles del F. XIII plasmático por encima de 3 UI/dL. Los
regímenes actuales utilizan una dosis de 30 UI/kg administrados una vez
mensualmente. Si el concentrado del factor XIII no está disponible, se
debe utilizar crioprecipitados o PFC a dosis de 5-10 mL/kg.
520
G.3.5. Concentrados de proteína C
Los recién nacidos con déficit de la proteína C deben recibir concentrados
de proteína C en una dosis que comienza con 40 UI ⁄kg, las dosis subsecuentes se determinan en función de la monitorización de los niveles de
proteína C. Si el concentrado no está inmediatamente disponible, se debe
utilizar PFC 10-20 mL ⁄kg como medida temporal.
G.3.6. Concentrados de fibrinógeno
La afibrinogenemia congénita es un raro desorden autosómico recesivo en
el que hay una ausencia de fibrinógeno. Si bien, estos pacientes no tienen
manifestaciones hemorrágicas tan frecuentemente como los afectos de
hemofilia y raramente presentan hemartrosis.
Los pacientes afectados pueden presentar en el periodo neonatal hemorragia gastrointestinal o hematomas que siguen al parto vaginal. Los estudios de laboratorio demuestran una marcada prolongación del APTT, PT,
y tiempo de trombina. En ausencia de una coagulopatía de consumo, un
fibrinógeno ausente o indetectable es diagnóstico. Además de la deficiencia cuantitativa de fibrinógeno, se ha informado de varias alteraciones
funcionales del fibrinógeno (disfibrinogenemia).
Los concentrados de fibrinógeno, actualmente en España se tratan de
medicación extranjera. Se dispone de los siguientes preparados comerciales: Haemocomplettan P®, Fibrinogen Immuno®, Clottagen®, que
se presentan en viales que contienen 1 gr. y 1.5 gr. Son el producto de
elección a administrar. Dado que la vida media del fibrinógeno plasmático oscila entre 2-4 días, el tratamiento con PFC o crioprecipitados
también es eficaz (cuando no esta disponible un concentrado), teniendo
en cuenta que los niveles hemostásicos de fibrinógeno se sitúan sobre
los 60 mg/dL.
H. Situaciones especiales en medicina transfusional en la etapa
perinatal
H.1. Transfusión intrauterina
La transfusión intrauterina (TIU), solo debe realizarse en unidades especializadas y con una amplia experiencia en la misma debido a su alta morbilidad, con un riesgo de muerte perinatal del 1-3%.
521
H.1.1. Indicaciones
Las principales indicaciones de la TIU de concentrados de hematíes vienen determinadas para el tratamiento de:
• Anemias fetales severas debidas a aloinmunizaciones por antígenos
del sistema Rh u otros sistemas sanguíneos; el más frecuente es el
anti-D, seguido del anti-K1 y anti-c.
• Anemias fetales severas originadas por infecciones de Parvovirus
B19 o por hemorragias feto-maternas masivas y crónicas.
• Anemias fetales severas secundarias a trastornos eritrocitarios congénitos (alfa-talasemia, anemia diseritropoyética congénita), con el
fin de conseguir una supervivencia fetal y realizar otros tratamientos
(TMO) al nacimiento.
Las principal indicación de la TIU de concentrados de plaquetas es el tratamiento prenatal de los casos severos de Trombopenia neonatal aloinmune.
H.1.2. Técnica y vías de acceso
Teniendo en cuenta que el acceso intraperitoneal, que fue el primero utilizado, es una vía de acceso indirecto a la circulación fetal; los centros
norteamericanos prefieren utilizar la vena umbilical en el extremo de la
inserción del cordón con la placenta; mientras que en muchos centros
europeos se utiliza la canalización de los vasos intrahepáticos de la vena
umbilical. La vía cardíaca directa mediante punción dirigida, es otra posibilidad de acceso; sin embargo, se ha asociado con una proporción mucho
más alta de muerte fetal (8%); por lo que esta vía solo debe reservarse
para los casos extremos de “hydrops fetalis” y cuando no se puede acceder a los vasos del cordón umbilical o a los intrahepaticós. Las vías más
utilizadas son:
• Cordón umbilical.
La canalización del cordón umbilical debe realizarse cerca de la
inserción del mismo en la placenta. La vena umbilical es preferible a
las arterias umbilicales, ya que la perforación arterial se asocia con
una incidencia más alta de bradicardia fetal (21% versus 3%), probablemente debido al espasmo vascular.
522
• Venas umbilicales intrahepáticas.
La canalización del tramo intrahepático de la vena umbilical tiene
varias ventajas teóricas. Hay una incidencia más baja de bradicardia
fetal, probablemente debido a la ausencia de la arteria umbilical en
este nivel anatómico; adicionalmente, la pérdida de sangre en el sitio
de la perforación del cordón puede ser compensada a través de una
absorción subsecuente en cavidad peritoneal; sin embargo, puede
producir un grado mayor de dolor fetal, además de que el movimiento fetal hace más difícil el acceso.
• Intraperitoneal.
La vía intraperitoneal utiliza el principio de que los fluidos y las
células en la cavidad peritoneal libre, son absorbidas a través de los
linfáticos diafragmáticos. Sin embargo, en el feto hidrópico, un obstáculo funcional del sistema linfático está presente, lo que ocasiona
una absorción más pobre de hematíes. Sin embargo en fetos no
hidrópicos sigue siendo una opción viable cuando el acceso vascular
es difícil.
• Combinación de ambas.
La realización combinada (TIU intravascular seguida por TIU intraperitoneal) tiene la ventaja teórica de mantener unos hematocritos
fetales más estables entre los diversos procedimientos debido a la
absorción más lenta de los hematíes intraperitoneales, lo que ocasiona un intervalo más largo entre los mismos, y por lo tanto se precisan
menos TIU durante la gestación.
La TIU intravascular raramente tienen éxito antes de las 18 semanas de
gestación debido a la visualización limitada y al pequeño tamaño de las
estructuras anatómicas pertinentes. Tras las 35 semanas de gestación, una
TIU se considera generalmente más arriesgada que el parto prematuro
para el tratamiento neonatal de la anemia severa.
La mayoría de los centros prefiere realizar las TIU en quirófano, ya que
una complicación seria (bradicardia prolongada) puede hacer necesaria
una cesárea de urgencia si el feto tiene una edad gestacional viable.
H.1.3. Volumen a infundir y frecuencia
H.1.3.1. Concentrados de hematíes
523
Tras la primera TIU, puede esperarse un descenso del hematocrito
fetal, cifrado en un 1% diario; por lo que una segunda TIU debe realizarse en un plazo de 10-14 días. El intervalo entre TIU subsecuentes
generalmente se alarga entre 3-4 semanas, sobre todo por la supresión
de la eritropoyesis fetal. El volumen a infundir depende de la vía de
acceso.
H.1.3.1.1. TIU intravascular
El volumen de sangre para la TIU intravascular depende del hematocrito
fetal inicial, del tamaño del feto, del hematocrito del concentrado de
hematíes a infundir, y del hematocrito deseado a obtener.
Generalmente el hematocrito deseado a alcanzar es del 40-50%, debiendo
ser cautos en alcanzar valores que no son fisiológicos para la edad gestacional. Una fórmula para calcular la cantidad de sangre a ser transfundida
es:
Volumen a transfundir (mL) = Volumen fetoplacentario (mL) x
(Hematocrito tras TIU- Hematocrito previo TIU) / Hematocrito del CH
transfundido.
El volumen fetoplacentario se calcula mediante estimación ecográfica en
gramos, y se multiplica por un factor de corrección de 0.14.
H.1.3.1.2. TIU intraperitoneal
Para la TIU intraperitoneal, el volumen a infundir en mL, se calcula en
base a la edad gestacional, de tal manera:
Volumen a transfundir (mL) = (Semana de gestación-20) x 10 mL.
H.1.3.2. Concentrados de plaquetas
Como se ha mencionado antes, los concentrados de plaquetas para su
administración intrauterina, deben reunir unas características especiales.
El volumen de las mismas a transfundir se calcula por la siguiente fórmula:
Volumen a transfundir (mL) = Volumen fetoplacentario (mL) x (Plaquetas
tras TIU - Plaquetas previo TIU) x2 / Cifra de plaquetas del CP transfundido.
El volumen fetoplacentario se calcula mediante estimación ecográfica en
gramos, y se multiplica por un factor de corrección de 0.14.
524
Dado que la vida media de las plaquetas es aproximadamente tres días, la
cifra de plaquetas fetales a alcanzar es de 300.000-500.000/µL para lograr
una cifra de plaquetas en el momento del “nadir” y de la próxima transfusión de 30.000-50.000/µL.
Generalmente se recomienda comenzar las transfusiones de plaquetas a
partir de las 26 a 30 semanas de gestación, que es el período de mayor
riesgo de HIC. Las transfusiones se realizan una vez a la semana debido a
la vida media corta de las plaquetas.
H.1.4. Complicaciones
La TIU es una técnica compleja y difícil que conlleva una perdida fetal
cifrada en el 1-3% de los casos. La bradicardia fetal, que es la complicación más frecuente, es normalmente transitoria y desaparece enlenteciendo o deteniendo la transfusión, con la retirada de la aguja, con la administración de oxígeno a la madre, y colocando a la madre en decúbito lateral izquierdo. Si la bradicardia persiste más de 10 minutos a pesar de estas
medidas, una cesárea electiva de urgencia, si el feto es viable, puede ser
necesaria.
Se han descrito otros riesgos que son difíciles de cuantificar:
• El movimiento fetal puede ocasionar traumas en el cordón umbilical
o lesiones viscerales; que pueden minimizarse con administración de
fármacos.
• Hematomas en el cordón umbilical secundarios a hemorragias en el
lugar de la punción; generalmente se resuelven sin secuelas fetales,
pero si son grandes pueden comprimir los vasos umbilicales con
grave compromiso fetal.
• La aguja de inserción transplacental puede producir un sangrado fetal
significativo si lacera un vaso fetoplacentario grande.
• Una hemorragia feto-materna, también puede producirse, y potencialmente aumentar los títulos de aloanticuerpos, así como la severidad de la EHRN.
• Transmisión de agentes víricos o bacterianos bien por las agujas o
por la sangre administrada.
• Lesiones cerebrales, relacionadas con los cambios del volumen intravascular, los cambios hemodinámicos y/o la viscosidad.
525
H.2. Exanguinotransfusión
La exanguinotransfusión (EXT) es un técnica mediante la cual se retira
sangre de la circulación del neonato, sustituyéndola por la obtenida de un
donante y que reúne una serie de características determinadas, en función
de la enfermedad de base que presenta el neonato y que deseamos tratar;
generalmente es un procedimiento que se utiliza para tratar la anemia
severa neonatal, especialmente en presencia de insuficiencia cardiaca, y
para tratar la hiperbilirrubinemia asociada a la enfermedad hemolítica del
recién nacido (EHRN).
H.2.1. Indicaciones
Las principales indicaciones comúnmente aceptadas para la realización de
una EXT neonatal son:
• Enfermedad hemolítica del recién nacido.
• Hiperbilirrubinemia neonatal.
• Policitemia neonatal.
• Crisis hemolítica severa en la anemia de células falciformes.
Otras indicaciones más polémicas las constituyen una serie de circunstancias en donde su utilidad y eficacia es relativa y no existen estudios controlados:
• Coagulación intravascular diseminada.
• Efectos tóxicos de determinados fármacos.
• Alteraciones metabólicas graves.
• Malaria neonatal.
Los criterios que indican una EXT en la enfermedad hemolítica del recién
nacido y en la policitemia neonatal, se describen en otros apartados. En el
caso de neonatos sanos con hiperbilirrubinemia, vienen reflejados en la
Tabla 15.3.
H.2.2. Técnica y vías de acceso
Se realiza con bandejas de EXT desechables o de uso único. El cateterismo de la vena umbilical se efectúa en condiciones de asepsia quirúrgica;
el catéter se introduce hasta que la sangre fluye libremente, normalmente
526
esto sucede a los 7-8 cm en niños que pesan más de 2.000 gr, a los 6 cm
en los que pesan de 1.500-2.000 gr, y a los 5 cm en los de menos de 1.500
gr (existen unas gráficas que determinan la distancia óptima a la que debe
alojarse el catéter, en función de la distancia “hombro-ombligo”); es conveniente tomar y anotar la presión venosa central (entre 3-10 mmH2O, se
considera normal; si es >14 mmH2O, se debe retirar el catéter ligeramente, unos dos cm, y volver a determinarla pasados 15 minutos). El tamaño
del catéter será del 8 fr en los de más de 2.000 gr y del 5 fr en los de menos
de 2.000 gr.
µmol/L)
Bilirrubina total en mg/dL (µ
Edad (horas)
Considerar Fototerapia Exanguinotransfusión Exanguinotransfusión
Fototerapia† intensiva‡
si fracaso de
y Fototerapia
Fototerapia intensiva
intensiva
<24§
25-48
49-72
>72
...
>12 (210)
>15 (260)
>17 (290)
...
>15 (260)
>18 (310)
>20 (340)
...
>20 (340)
>25 (430)
>25 (430)
...
>25 (430)
>30 (510)
>30 (510)
Tabla 15.3. Tratamiento de la Hiperbilirrubinemia en recién nacidos sanos.
† La Fototerapia con los niveles señalados de Bilirrubina es una opción clínica disponible y utilizable bajo juicio clínico.
‡ La Fototerapia Intensiva debe reducir los niveles de Bilirrunina entre 1-2 mg/dL en 4 a 6 horas, y
debe continuar descendiendo y permanecer por debajo del nivel estimado para realizar una exanguinotransfusión. Si ello no ocurre, se puede considerar el fracaso de la Fototerapia intensiva.
§ Los recién nacidos de menos de 24 horas de vida que presentan una cuadro ictérico clínico, no
son considerados “sanos”, y se les aplica un protocolo distinto.
Alícuotas de 5 mL/kg, de la sangre del recién nacido se extraen y se substituyen por la misma cantidad de sangre calentada procedente de la unidad de sangre seleccionada (si bien en prematuros y neonatos graves, se
recomienda “emboladas” inferiores a los 10 mL). Cada ciclo de retiro y
reemplazo de sangre debe hacerse lentamente, durando unos tres minutos.
Se debe tomar precaución para mantener un hematocrito constante en la
sangre que se infunde; la inversión suave y frecuente de la bolsa de sangre procurara una homogenización adecuada de los hematíes; sin embargo, la bolsa no debe ser exprimida o agitada, ya que se pueden dañar gran
cantidad de hematíes,
Cuando se ha intercambiado la mitad del volumen previsto, se debe evaluar la necesidad de administrar 1 mL de gluconato cálcico al 10% (por
527
cada 100 mL de sangre extraída), el cual debe administrarse bien por la
arteria umbilical o por otra vía venosa periférica, y nunca por la vena
umbilical (nunca se debe administrar ante la presencia de arrtimias). El
tratamiento rutinario de la posible hipocalcemia es controvertido; sin
embargo, la hipocalcemia sintomática presente durante una EXT debe ser
tratada.
Entre los cuidados a tener en cuenta post-EXT, merecen destacarse:
• Los recién nacidos que reciben antibióticos o anticonvulsionantes
deben ser remedicados tras la EXT. La readministración de Digoxina
no se indica a menos que el estado cardiaco esté deteriorado o los
niveles de digoxina plasmáticos sean demasiado bajos.
• Aunque la infección es infrecuente después de este procedimiento, es
la complicación más frecuente del mismo, por lo que una profilaxis
antibiótica se debe considerar sobre una base individual. La ampicilina, gentamicina y vancomicina son los antibióticos más comúnmente utilizados tras la EXT.
• Si el recién nacido recibía fototerapia antes de la EXT, ésta debe ser
reanudada después del procedimiento, ya que un aumento de “rebote” en los niveles de bilirrubina se produce de dos a cuatro horas después de la transfusión.
• La determinación del hematocrito, hemoglobina y plaquetas se debe
realizar aproximadamente a las cuatro horas después del procedimiento.
• Muchos centros recomiendan que la alimentación sea retrasada (al
menos durante 4 horas) después de la EXT para reducir al mínimo, el
riesgo de enterocolitis necrotizante.
H.2.3. Selección de componentes sanguíneos
La selección del componente sanguíneo a utilizar en la EXT ya ha sido
expuesta con anterioridad, no obstante y en los casos de EHRN por antiD, se debe utilizar CH compatibles tal como se refleja en la Tabla 15.4.
En los casos de EHRN por incompatibilidad ABO, se utilizaran CH de
grupo O con Rh idéntico al neonato. En los demás casos de EHRN por
otros anticuerpos distintos al D, se utilizaran CH del mismo grupo y Rh
del neonato, pero carentes del antígeno implicado en la enfermedad.
528
MADRE
RECIEN NACIDO
DONANTE
O RhA RhB RhAB RhA RhO RhO Rh+
O Rh+
A Rh+
B Rh+
AB Rh+
O Rh+
A Rh+, o B Rh+
A Rh+, o B Rh+
O RhA Rh-, u O RhB Rh-, u O RhAB Rh-, u O RhO Rh-, o A RhO RhO Rh+
Tabla 15.4. Selección de Unidades de CH para la EXT en casos de EHRN
por incompatibilidad Rh (D).
H.2.4. Volumen a intercambiar y frecuencia
El volumen a intercambiar va a depender de la causa inicial que condiciona la EXT; en general para tratar los casos de EHRN e hiperbilirrubinemia, se utiliza un volumen que equivale a dos veces la volemia del neonato (140-180 mL/Kg en neonatos a termino, 170-220 mL/Kg en neonatos prematuros); en el resto de situaciones, el equivalente a la volemia
(70-90 mL/Kg en neonatos a termino, 85-110 mL/Kg en neonatos prematuros). Generalmente basta con una única EXT, no obstante la monitorización de los parámetros que han indicado la misma, pueden mostrar la
necesidad de procedimientos ulteriores.
H.2.5. Complicaciones
La EXT, como se ha indicado, no está exenta de riesgos y complicaciones,
incluso en centros especializados en donde se realizan de forma frecuente. Las principales complicaciones de la EXT pueden presentarse durante
la realización del procedimiento o con posterioridad al mismo, una vez
finalizado. Las más importantes son:
• Infecciosas: infección bacteriana (por el propio procedimiento), o por
otros agentes relacionados con la transfusión de hemoderivados
(hepatitis B y C, citomegalovirus, virus humano de la inmunodeficiencia, etc.).
• Vasculares: varían dependiendo del tipo y el lugar del acceso vascular (embolia por coágulos o gaseosa, arterioespasmo, trombosis,
infarto de órganos importantes).
• Metabólicas:
529
✓ Acidosis metabólica: por la sangre almacenada que tiene un pH
ácido; ocurre menos a menudo en la sangre conservada con dextrosa.
✓ Alcalosis metabólica: puede ocurrir debido al claro retraso en la
eliminación del citrato por el hígado.
✓ Hipoglucemia: la sangre conservada en CPD contiene 19 mmol/L
de glucosa, y puede producirse un cuadro de hipoglucemia de
“rebote”.
• Cardíacas:
✓ Arritmias: pueden presentarse por diversas causas, incluyendo los
trastornos electrolíticos, y degenerar en un paro cardíaco.
✓ Sobrecarga de volumen: con un cuadro de insuficiencia cardíaca.
• Coagulopatías: pueden ser debidas a la trombocitopenia dilucional
o a la disminución de los factores de la coagulación; las plaquetas
pueden disminuir más del 50% después de un intercambio doble de
volumen.
• Alteraciones electrolíticas:
✓ Hipercalemia, debido a los niveles altos de K+ que contiene la sangre almacenada con CPD.
✓ Hipocalcemia.
✓ Hipernatremia, ya que la sangre conservada en CPD contiene niveles altos de Na+.
✓ Hipomagnesemia.
• Enterocolitis necrotizante.
• Hipotermia.
H.3. Enfermedad hemolítica del recién nacido
La enfermedad hemolítica del recién nacido (EHRN) también conocida
como “eritroblastosis fetal” se presenta cuando existe un paso transplacentario de anticuerpos maternos activos contra los antígenos eritrocitarios
fetales. Ello origina un aumento de la destrucción eritrocitaria con aparición de anemia e hiperbilirrubinemia. Aunque se han identificado más de
530
60 antígenos eritrocitarios diferentes capaces de provocar una respuesta
inmune en un receptor adecuado, este trastorno se relaciona principalmente con el antígeno D del grupo Rh y con la incompatibilidad debida al sistema de grupo ABO. A pesar de las medidas preventivas de la isoinmunización materna por el antígeno D del sistema Rh, la EHRN sigue siendo
una causa importante de anemia e ictericia en el recién nacido.
La incompatibilidad ABO entre la madre y el feto produce un cuadro más
leve que la incompatibilidad Rh (D) y se conoce como enfermedad hemolítica ABO. Salvo rarísimas excepciones, la incompatibilidad se presenta
sólo en el caso de una gestante de grupo O con hijo A, B o AB. Esto es así
porque los individuos adultos producen de forma natural anticuerpos de
clase IgM contra el antígeno ABO del cual carecen, pero en el caso de individuos de grupo O, cierta cantidad del anticuerpo producido es de clase
IgG. Así pues, la IgG anti-A, o/y anti-B presente en el suero de una gestante de grupo O podrá cruzar la placenta y unirse a los hematíes fetales.
De una manera puramente didáctica y en un función de su gravedad descendente, podemos distinguir tres tipos distintos de EHRN:
• EHRN por incompatibilidad anti-D.
Es la forma más severa, y producida por imcompatibilidad frente al
antígeno D del sistema Rh, de forma aislada o en combinación con
los antígenos C y E.
• EHRN por incompatibilidad frente a antígenos de otros sistemas.
Puede variar de intensidad y gravedad; los principales antígenos
implicados vienen reseñados en las Tablas 15.5. y 15.6., siendo el
anti-c y el anti-K los encontrados más frecuentemente.
• EHRN por incompatibilidad ABO.
Es la forma más benigna y más frecuente; se observa en niños de grupo
sanguíneo A, B, o AB cuyas madres pertenecen al grupo O. No puede
diagnosticarse durante el embarazo y se detecta en el nacimiento.
H.3.1. Fisiopatología
Para que se desarrolle una EHRN, se deben dar una serie de circunstancias: el antígeno responsable debe ser inmunógeno; debe estar bien desarrollado en los hematíes fetales, y localizarse exclusivamente en la membrana eritrocitaria; el anticuerpo producido por la madre, debe de tener la
531
Sistemas
Anticuerpos
ABO
Anti-A, -B, -AB
Rh
Anti-D, -c, -C, -Cw, -Cx, -e, -E, -Ew, -ce, -Ces,
-Rh32, -Goa, -Bea, -Evans, -LW
Otros Sistemas
Anti-K, -k, -Ku, -Kpa, -Kpb, -Jsa, -Jsb, -Fya, -Fy3,
-Jka, -Jkb, -M, -N, -S, -s, - U, -Vw, -Far, -Mv, -Mit,
-Mta, -Mur, -Hil, -Hut, -Ena, -PP1,-Pk, -Lua, -Lub,
-Lu9, -Dia, -Dib, -Yta, -Ytb, -Doa, -Coa, -Wra
Antígenos de baja incidencia
Anti-Bi, -By, -Fra, -Good, -Rd, -Rea, -Zd
Antígenos de alta incidencia
Anti-Ata, -Jra, -Lan, -Ge
Tabla 15.5. Principales anticuerpos relacionados
con la enfermedad hemolítica del recién nacido.
Sistema de Grupo
sanguíneo
Antígenos relacionados con
enfermedad hemolítica
Severidad de la
enfermedad hemolítica
C
Leve a moderada
Rh
c
Leve a severa
(Excepto D)
E
Leve a severa
e
Leve a moderada
Kell
K
Leve a severa con hydrops fetal
k
Duffy
Kidd
MNSs
Leve a severa
Fy
a
No causa enfermedad hemolítica
Jk
a
Leve a severa
Jkb
Leve a severa
M
Leve a severa
N
Leve
S
Leve a severa
s
Lutheran
Diego
Leve a severa con hydrops fetal
Fyb
Leve a severa
Lua
Leve
Lub
Leve
Dia
Leve a severa
Dib
Leve a severa
Tabla 15.6. Intensidad de la EHRN en función de los principales antígenos
implicados (excepto anti-D y sistema ABO),
532
capacidad de atravesar la placenta (solo lo hacen los de naturaleza IgG,
dependiendo además de la subclase, de tal manera que los que lo hacen de
forma más intensa son IgG1>IgG3>IgG4>IgG2).
El proceso de la EHRN comienza intrauterinamente donde los hematíes
fetales son recubiertos por el anticuerpo materno y eliminados de la circulación fetal mediante su destrucción en el sistema mononuclear fagocítico. El síndrome anémico que es el resultado de la destrucción eritrocitaria, se asocia con una reducción en la capacidad de transportar oxígeno a
los tejidos, lo que ocasiona un aumento de la eritropoyesis fetal que se traduce en un incremento en el número de reticulocitos y eritroblastos.
H.3.2. Manifestaciones clínicas
Las manifestaciones clínicas de la EHRN son el resultado de la intensidad
de la hemólisis y de la eritropoyesis compensatoria fetal, y también van a
depender del anticuerpo implicado en la inmunización (Tabla 15.7.). En
general mientras más intensa es la reacción hemolítica, más graves son las
manifestaciones clínicas y mayor es el riesgo de daño neurológico ocasionado por la hiperbilirrubinemia. Dos son los principales síndromes clínicos: el ictérico y el anémico.
• Síndrome Ictérico.
La mayoría de los neonatos afectos de EHRN no presentan ictericia
importante en el momento del parto, ya que la bilirrubina fetal es eliminada en el hígado materno. La ictericia aparece generalmente dentro de las primeras 24 horas tras el nacimiento y alcanza su máximo
nivel entre el 3° y 4° día (en los neonatos no tratados). La aparición
de ictericia se debe a la incapacidad del recién nacido para excretar la
bilirrubina derivada de la lisis de los hematíes (hay que tener en cuenta que cada gramo de hemoglobina destruida y degradada se transforma aproximadamente en unos 35 mg de bilirrubina). Una vez
separado de la placenta, el recién nacido no es capaz de excretar una
carga excesiva de bilirrubina, ya que ésta lo hace en forma conjugada con el ácido glucurónico, proceso que se produce a nivel hepático
dependiendo de la enzima glucoroniltransferasa. En los recién nacidos y prematuros la actividad de esta enzima es baja; además el hígado fetal es deficiente en 2 proteínas de transporte, que son necesarias
para el transporte activo de la bilirrubina en los conductos biliares.
Concluyendo, la ictericia es el resultado del aumento en la produc533
ción de bilirrubina secundaria a la hemólisis y suele agravarse por la
inmadurez hepática.
La bilirrubina indirecta es liposoluble e insoluble en agua y circula en
plasma unida a la albúmina; cuando la capacidad de su unión con la
albúmina se ve superada, comienza a aumentar la bilirrubina libre
plasmática, la cual difunde hacia los tejidos; las membranas celulares
están compuestas por una capa bilipídica, que favorece su difusión,
pero al ser el contenido lipídico de las membranas del tejido nervioso superior al de otros órganos, existe una alta afinidad de la bilirrubina indirecta por éste, lo que ocasiona una serie de alteraciones en la
función mitocondrial neuronal que puede incluso desencadenar la
propia necrosis celular.
La acumulación de bilirrubina en el tejido nervioso da lugar al kernicterus. Los neonatos afectos manifiestan signos de disfunción cerebral como: letargo, hipotonía e hipertonicidad, adoptan una posición
de opistótonos, desaparece el reflejo de Moro, pueden presentarse
convulsiones y finalmente una arritmia, fallo respiratorio y muerte.
Alrededor del 10 % de los recién nacidos con signos y síntomas de
kernicterus no sobreviven, los que lo hacen, luego son niños con
retraso intelectual severo, parálisis cerebral, sordera, estrabismo, etc.
• Síndrome Anémico.
El grado de anemia va a depender de la capacidad de la médula ósea
para producir hematíes en respuesta al proceso hemolítico.
Al nacer, la mayoría de los neonatos están relativamente normales,
con anemia mínima y discreta hepato-esplenomegalia. Entre el 45 y
50% de los recién nacidos afectos no requieren tratamiento, y sus
cifras de hemoglobina de cordón umbilical oscilan entre 11 y 13
g/dL y las cifras séricas de bilirrubina indirecta (de cordón) no exceden los 340 µmol/L (20 mg/dL). Existe un 25-30% de los recién
nacidos donde la anemia es moderada y la eritropoyesis es insuficiente para mantener un adecuado nivel de hemoglobina fetal, la
ictericia es severa con riesgo de kernícterus (menos en los tratados
antes del nacimiento). Los fetos con afectación grave desarrollan
una anemia intensa (eritroblastosis fetal) con muerte fetal intraútero
o bien nacen con un hydrops fetalis (que puede ser diagnosticado
antes del parto mediante un examen ultrasonográfico). Estos neona534
tos son extremadamente pálidos y pueden presentar un intenso
edema generalizado, (incluyendo derrames pleurales y ascitis); el
hígado y bazo están aumentados de tamaño, a causa de la presencia
de hematopoyesis extramedular. Puede haber insuficiencia cardíaca;
debido a la anemia y la prematuridad, es más probable que se produzca una asfixia durante el parto, por lo que la cesárea suele estar
indicada. La prematuridad y la asfixia, junto con la hipoproteinemia,
predisponen a estos neonatos al síndrome de distrés respiratorio,
cuyos signos pueden ser difíciles de diferenciar de los de la insuficiencia cardíaca.
Características
Primer embarazo
Embarazos sucesivos
Aspectos
clínicos
Hydrops/recién nacido
muerto
Anemia severa
Ictericia
Hallazgos de
laboratorio
Anemia tardía
Prueba de Coombs
directa
Prueba de Coombs
indirecta
Esferocitosis
Rh
ABO
5%
50%
No hay aumento
de la severidad
Más severo
Frecuente
Raro
Frecuente
Moderada a
severa
Frecuente
Rara
Moderada
Positiva
Positiva débil
Positiva
Normalmente
positiva
Rara
Frecuente
Rara
Tabla 15.7. Características clínicas y biológicas
de la incompatibilidad Rh (D) y ABO
H.3.3. Complicaciones
Las dos complicaciones más importantes de la EHRN, son la encefalopatía bilirubínica (kernícterus) y anemia tardía de la infancia.
H.3.3.1. Encefalopatía bilirrubínica (Kernicterus)
Antes de la introducción de la EXT, el kernicterus (impregnación bilirrubínica de la sustancia de los núcleos grises cerebrales y medulares con
degeneración de las células nerviosas) afectaba a un 15% de neonatos
nacidos con EHRN; aproximadamente el 75% de estos neonatos fallecían
535
dentro de la 1ª semana de vida, mientras que un porcentaje muy pequeño
lo hacía durante el primer año de vida. Los supervivientes tenían secuelas
neurológicas permanentes, representando un 10% de todos los pacientes
con parálisis cerebral infantil.
El mecanismo por el que la bilirrubina no conjugada penetra en el cerebro
y produce el daño neuronal es incierto. La bilirrubina penetra en el cerebro en forma libre no unida a la albúmina debido a su afinidad lipídica,
(precipita en la membrana lipídica con pH bajo), o como un complejo bilirrubina-albúmina que transfiere bilirrubina al tejido por contacto directo
con la superficie celular. Una barrera hemato-encefálica dañada favorece
la entrada de todas las formas de bilirrubina en el cerebro, lo que es especialmente importante en neonatos prematuros con acidosis respiratoria y
lesión vascular.
La bilirrubina puede causar neurotoxicidad mediante cuatro mecanismos distintos: por la interrupción de la neurotransmisión normal (al
inhibir la fosforilación de ciertas enzimas necesarias para la neurotransmisión); por trastorno mitocondrial; por deterioro de la membrana
celular e intracelular (afecta el sistema iónico de la membrana y precipita los fosfolípidos mitocondriales en la membrana); y por la interferencia con actividades enzimáticas (bloqueo de receptores específicos
enzimáticos).
Los hallazgos patológicos incluyen la característica tinción amarilla y
necrosis neuronal de los ganglios basales, corteza del hipocampo, núcleos subtalámicos, y cerebelo. La mitad de estos neonatos también presentan lesiones extraneuronales, como necrosis renal tubular, en mucosa
intestinal y en células pancreáticas.
Las síntomas clínicos de la encefalopatía bilirrubínica evolucionan
típicamente en tres fases. Una fase inicial marcada por una succión
pobre, hipotonía, y depresión sensorial; posteriormente en una segunda fase aparece fiebre e hipertonía, y progresa al opistótonos; por
último una tercera fase se caracteriza por llanto agudo desagradable,
anormalidades visuales y auditivas, alimentación nula o escasa, y atetosis. Las secuelas a largo plazo incluyen coreo-atetosis, parálisis
cerebral, parálisis oculares, pérdidas sensitivas (audición), y a menudo retraso mental. En la actualidad, la proporción de mortalidad es del
50% en los recién nacidos a término, pero es casi universal en los prematuros.
536
H.3.3.2. Anemia tardía de la infancia
Los neonatos con EHRN importante a menudo desarrollan una anemia
tardía en los primeros meses de vida y frecuentemente requieren transfusión de CH. La etiología de la anemia parece ser una disminución en los
niveles de eritropoyetina y una producción disminuida de reticulocitos,
fruto de una disminución en el estímulo hipóxico provocado por la transfusión intrauterina y/o EXT de hematíes del adulto. La destrucción continuada de los hematíes neonatales por títulos altos de anticuerpos maternos
puede contribuir en la disminución del recuento de reticulocitos y por
tanto en el síndrome anémico; de ahí, que la administración de eritropoyetina recombinante humana se haya mostrado muy eficaz para minimizar las necesidades transfusionales de CH en estos pacientes.
H.3.4. Diagnóstico
H.3.4.1. Diagnóstico prenatal
Tiene importancia sobre todo en la EHRN por incompatibilidad anti-D, y
en menor medida frente a otros sistemas de grupo sanguíneo, excepto la
incompatibilidad ABO (la cual se diagnóstica tras el nacimiento). El diagnóstico de la enfermedad fetal (eritoblastosis) ocasionada por la isoinmunización Rh (anti-D) se basa en: identificar las gestantes Rh negativas, y
entre las mismas, las isoinmunizadas, y demostrar el grado de afectación
fetal, que nos permite establecer el pronóstico y el tratamiento adecuado.
Para lograr estos objetivos se deben realizar las siguientes estudios:
• Determinación en todas las gestantes (primigestas incluidas) del
grupo sanguíneo ABO y el sistema Rh durante el primer trimestre de
embarazo; en los casos de gestantes Rh negativas, determinar grupo
ABO y Rh del padre, ya que si éste es positivo existe riesgo de
incompatibilidad Rh.
• Realización de un cribado de anticuerpos irregulares en el primer trimestre de embarazo.
• Diagnóstico de la posible isoinmunización.
Ante un test de Coombs positivo, hay que realizar la prueba de ELAT
(enzyme-like antiglobulin technique), que cuantifica los anticuerpos (en
mg/mL o UI; una UI equivale a 5 mg) y determina la gravedad de la isoinmunización en tres grandes grupos: leve (<1 mg/mL), moderada (1-4
mg/mL) y grave (>4 mg/mL).
537
En gestantes inmunizadas (por gestaciones previas o por cualquier otra
causa) hay que determinar los anticuerpos en sangre materna cada 3-4
semanas, a partir de las 10-12 semanas mediante las pruebas de Coombs
y ELAT.
H.3.4.2. Diagnóstico post-natal
Se basa en las manifestaciones clínicas y en diversos estudios inmunohematológicos para demostrar no sólo el tipo de anticuerpo implicado sino
el grado de afectación neonatal.
• Manifestaciones clínicas.
Se puede encontrar palidez, ictericia, taquicardia y taquipnea debido
a la anemia, si bien esta última, puede tener su origen también en la
existencia de derrames pleurales o en una hipoplasia pulmonar; hepato-esplenomegalia tanto secundaria al fallo cardíaco como a la hemólisis extravascular y hematopoyesis extramedular; cuadros petequiales y purpúricos pueden estar presentes debido a la presencia de trombocitopenia, y además dependiendo del grado de severidad, pueden
constatarse signos neurológicos de encefalopatía bilirrubínica (letargo, hipotonía).
• Estudios inmunohematológicos.
En la madre se realiza el grupo ABO y Rh, que incluye una prueba de
determinación de variantes débiles del antígeno D (DU) pues pacientes DU pueden ser considerados Rh positivos y tratados como tal;
escrutinio de anticuerpos para determinar su especificidad e intensidad; prueba de Kleihauer-Betke, para cuantificar la cantidad de sangre fetal en la circulación materna y técnicas de citometría de flujo
para precisar si ocurrió o no una hemorragia feto-materna y cuantificarla.
En el recién nacido se realiza el grupo ABO y Rh; el test de
Coombs para demostrar la existencia de anticuerpos eritrocitarios;
hemoglobina y hematocrito de cordón, bilirrubina indirecta de cordón, recuento de reticulocitos; gasometría de sangre arterial, que
puede mostrar acidosis metabólica; una elución de anticuerpos de
los hematíes y la determinación de albúmina sérica y el cociente
albúmina/bilirrubina.
538
H.3.5. Pronóstico
Una vez diagnosticada la isoinmunización, es fundamental demostrar y
determinar el grado de afectación fetal. Ello se consigue mediante la utilización de diversas técnicas y procedimientos diagnósticos:
• Estudio del líquido amniótico. Se obtiene mediante amniocentesis a
partir de la semana 20-21 de gestación en los siguientes casos:
✓ Primigesta inmunizada, ante un Coombs positivo a 1/32 o un valor
ELAT 1.
✓ Antecedentes de gestaciones previas con feto vivo, pero afectado
de EHRN y con un Coombs 1/8 y ELAT 0.5.
✓ Antecedentes de fetos muertos consecuencia de incompatibilidad
Rh incluso ante una prueba de Coombs negativa.
El método de espectrofotometría, permite determinar la concentración de bilirrubina en el líquido amniótico, y por consiguiente, predice la severidad de la enfermedad sobre la base de la variación de la
densidad óptica a 450 nm (∆DO450). Este resultado se traslada a los
parámetros de Liley que lo relacionan con las semanas de gestación,
estableciéndose entonces el grado de la isoinmunización; de tal
forma que cuanto más alta es la situación del delta a los 450 nm más
grave es la afectación. Las zonas denominadas A, B, y C de Liley se
corresponden respectivamente, con los grados ligero, moderadograve y grave de isoinmunización.
• Obtención de sangre fetal. Se realiza cuando el estudio del líquido
amniótico sugiere la existencia de una inmunización; tiene la ventaja
añadida de mostrar el estado hematológico fetal (grupo ABO y Rh,
test de Coombs directo, hemoglobina, hematocrito y recuento de reticulocitos), y decidir el tratamiento más adecuado y conveniente. En
función del grado de anemia existente, se puede clasificar la afectación en grave (Hb <8 g/dL), moderada (Hb 8-11 g/dL), y escasa o
nula (Hb >11 g/dL).
• Estudios ultrasonográficos. Es un método no invasivo de inestimable valor, ya que permite evaluar la función cardíaca, así como el
tamaño cardíaco, hepático, esplénico, de la placenta, así como el
volumen del líquido amniótico, que se incrementa con la hematopoyesis extramedular y la anemia progresiva. El número como la fre539
cuencia de estas exploraciones, se realiza en función de la gravedad
de cada caso. Es importante determinar de forma segura la edad gestacional, el crecimiento fetal y establecer si existen o no, signos de
afectación fetal directos: ascitis, anasarca generalizada, derrame pericárdico, hepato-esplenomegalia, cardiomegalia, doble halo cefálico,
etc., y/o indirectos: polihidramnios, placentomegalia, incremento del
diámetro del cordón umbilical, etc.
H.3.6. Tratamiento
H.3.6.1. Tratamiento durante el embarazo
Con títulos de ELAT inferiores a 1 mg/mL y/o test de Coombs inferior a
1/32, suele ser suficiente una vigilancia periódica mediante determinaciones hematológicas (ELAT y test de Coombs), registros cardiotocográficos
y exploraciones ecográficas hasta el momento del parto; si los niveles de
ELAT son superiores a 1 mg/mL, debe efectuarse: un estudio de líquido
amniótico y la obtención de sangre fetal, para determinar el grado de afectación fetal e instaurar el tratamiento adecuado. En la actualidad se dispone de diversos esquemas terapéuticos en función del grado de severidad,
antecedentes obstétricos y etapa gestacional.
• Administración de Inmunoglobulinas (IVIG) con o sin plasmaféresis
Con la plasmaféresis los niveles de anticuerpos pueden ser eliminados hasta un 75%, pero a las 6 u 8 semanas los niveles de anticuerpos
tienden a aumentar, aún con plasmaféresis reiteradas. El plasma
extraído puede reponerse con albúmina o IVIG para reducir el efecto
rebote y mantener adecuados los niveles de albúmina e IgG. La plasmaféresis es un técnica incómoda y costosa, y no exenta de riesgos
para la madre, por lo que sólo debe reservarse para casos graves y
seleccionados.
La administración de IVIG a dosis de 400 mg/kg durante 5 días a
intervalos de 3 semanas o de 1 g/kg semanalmente, puede descender
las concentraciones del anticuerpo, y mejorar el cuadro. Los mecanismos de acción que ejercen las IVIG, son diversos, pero se cree que
son útiles en la EHRN por: la IgG podría causar una inmunomodulación de las células T y B maternas tanto en número o función y efectuar una supresión de la síntesis de anticuerpos; podría saturar los
receptores Fc de la placenta; la IgG podría atravesar la placenta y bloquear el sistema retículo-endotelial fetal; y finalmente podría haber
540
un mecanismo de feed-back negativo a través de un mecanismo antiidiotipo sobre la línea celular B que produce el anticuerpo.
Se realiza antes de las 28 semanas de gestación, y está indicada en
aquellas gestantes en las que las concentraciones del anticuerpo
son superiores a 1 mg/mL, presentan incrementos bruscos de la
concentración del mismo, antecedentes patológicos, y no existe
Hydrops fetalis. El tratamiento se inicia en función de estas condiciones:
✓ A las 12-14 semanas si hay antecedentes obstétricos graves (muerte fetal, Hydrops fetalis), o si un embarazo previo tuvo que interrumpirse antes de las 32 semanas.
✓ A las 20-22 semanas si hay antecedentes patológicos, con embarazos previos que fueron interrumpidos entre las 32-37 semanas.
✓ A las 26-28 semanas en caso de antecedentes de partos a término con fetos que requirieron TIU o neonatos que precisaron
EXT.
• Transfusión intrauterina.
La TIU está indicada ante un feto hidrópico en la primera exploración; inicio de un cuadro de hidropesía durante un tratamiento con
inmunoglobulinas; en los casos en los que existe una contraindicación para tratamiento con inmunoglubulinas; y ante un caso de una
inmunización grave (zona C de Liley). Así mismo, se indica si el feto
es menor de 32 semanas y el hematocrito sea <30%. Antes de analizar la sangre fetal, debe comprobarse su origen mediante la prueba de
Kleiauer-Betke, la cual nos asegurará que la sangre es fetal y no
materna.
La selección de unidades de sangre a transfundir, las vías de acceso,
el volumen y las posibles complicaciones se han descrito anteriormente.
En relación al intervalo entre las transfusiones: para los fetos no
hidrópicos es fija, relativamente de 9 a 12 días entre la primera y la
segunda transfusión, de 15 o más entre la segunda y las restantes; y
para los fetos hidrópicos, la TIU se puede anticipar si hay señales de
agravamiento.
541
H.3.6.2. Tratamiento post-natal
La EHRN leve se observa en el 50% de neonatos que presentan una prueba de Coombs positiva. La mayoría de estos neonatos no tienen anemia
(hemoglobina de cordón >14 g/dL) y la hemólisis es mínima (bilirrubina
de cordón <4 mg/dL). Aparte de la fototerapia temprana, no requieren ninguna transfusión. Sin embargo, estos neonatos corren el riesgo de desarrollar una anemia tardía severa con reticulocitos bajos a las 3-6 semanas
de vida; por lo que supervisar sus niveles de hemoglobina después del alta
hospitalaria es importante.
La EHRN moderada se da en un 25% de los neonatos afectados; se caracteriza por una anemia moderada y unos niveles de bilirrubina de cordón
aumentados. Estos neonatos no presentan una ictericia clínica al nacimiento pero desarrollan una hiperbilirrubinemia indirecta de manera rápida en las primeras 24 horas de vida. Los datos de laboratorio muestran una
disminución de hematíes, plaquetas, presencia de eritroblastos y en ocasiones muestra un número grande de granulocitos inmaduros; tienen con
frecuencia hepato-esplenomegalia y corren el riesgo de desarrollar una
encefalopatía bilirrubínica sin el tratamiento adecuado. La EXT temprana
junto con fototerapia intensiva se precisa normalmente. Estos neonatos
también tienen riesgo de desarrollar una anemia hiporegenerativa tardía
de la infancia a las 6 semanas de vida.
La EHRN severa se observa en un 25% de los neonatos aloinmunizados,
que han nacido muertos o presentan un Hydrops fetalis severo al nacimiento. La práctica totalidad de los casos que sobreviven al nacimiento
precisan de EXT precoz y cuidados intensivos.
H.3.6.2.1. Incompatibilidad Rh y otros sistemas (excepto ABO)
• Fototerapia
El objetivo del tratamiento mediante fototerapia de la EHRN es disminuir los niveles séricos de bilirrubina; ello se consigue mediante la
fotoxidación y la fotoisomerización de la misma, ya que la bilirrubina en solución es oxidada por la luz. Los equipos de fototerapia difieren ampliamente con respecto al tipo y al tamaño de las lámparas utilizadas. La eficacia de la fototerapia depende de: el espectro de la luz
emitida (siendo la región azul-verde de la luz visible la más eficaz);
la intensidad de la emisión (µW/cm2/nm); y el área de la superficie
expuesta del neonato.
542
La fototerapia ha reducido notablemente la necesidad de EXT en la
EHRN; sus indicaciones dependen de la edad y madurez del recién
nacido; de forma general debe aplicarse cuando los niveles de bilirrubina sérica están entre 250 y 300 µmol/L (Tabla 15.8.). Debe
tenerse presente que en el tratamiento con fototerapia puede haber un
factor de deshidratación, por lo que es fundamental cuidar el estado
de hidratación de estos niños.
La fototerapia no es efectiva cuando la hemólisis es severa y los niveles de bilirrubina se incrementan rápidamente.
Edad
Sangre de cordón
<12 horas
<18 horas
<24 horas
2-3 días
Bilirrubina sérica, mg/dL
>3.5
>10
>12
>14
>15
Tabla 15.8. Indicaciones de Fototerapia en neonatos a término con EHRN
• Administración de IVIG.
Aunque los resultados demuestran una reducción significativa en la
necesidad de EXT en los neonatos tratados con IVIG, la aplicabilidad
de estos resultados es limitada, debido al pequeño número de estudios
realizados y la cantidad de neonatos tratados. Si la madre ha sido tratada con IVIG durante el embarazo, se debe de continuar la administración en el neonato a dosis de 1 gr/Kg el primer día, y 0.5 gr/kg los
tres días siguientes.
• Exanguínotransfusión.
La realización de la EXT en el contexto de la EHRN tiene como finalidad los siguientes objetivos:
✓ Disminuir la tasa sanguínea de bilirrubina.
✓ Disminuir el número de hematíes sensibilizados por el anticuerpo
materno.
✓ Disminuir la concentración del anticuerpo materno responsable de
la enfermedad.
✓ Corregir la anemia mediante el aporte de hematíes no sensibilizados por el anticuerpo materno, por lo que deben de carecer del antígeno correspondiente.
543
Una vez se han determinado en sangre de cordón umbilical los parámetros que nos informan de la severidad de la EHRN, si el estado del
niño es estable, una EXT precoz eliminará los eritrocitos sensibilizados y los anticuerpos antes de que la hemólisis produzca grandes cantidades de bilirrubina, evitando las necesidades ulteriores de nuevas
EXT. Si la gravedad de la hemólisis es especialmente intensa, casi
con toda seguridad será necesaria una EXT para corregir la hiperbilirrubinemia.
Los criterios que indican la posible necesidad de una EXT precoz, pero
no urgente, son: un hematocrito <40%, un recuento de reticulocitos
>15% y una concentración de bilirrubina en sangre de cordón >5 mg/dl
(>86 µmol/L) en el momento del nacimiento; la información más útil
se obtiene observando la velocidad a la que se eleva la bilirrubina sérica a lo largo de varias horas. Si el nivel aumenta >1 mg/dL/h (>17
µmo/L/h), será muy probable que el neonato necesite una EXT, aunque
el tratamiento con fototerapia, puede reducir la velocidad de ascenso de
la bilirrubina y quizá prevenir la necesidad de la misma.
Cuando la EXT inmediata no está indicada, el RN puede controlarse
mediante determinaciones seriadas de bilirrubina sérica y hematocrito. El ascenso peligroso de los niveles de bilirrubina o el desarrollo
de una anemia importante indican la necesidad de la exanguinotransfusión (Tabla 15.9.).
PESO (gr)
<1250
1250-1499
1500-1999
2000-2499
>2500
RIESGO NORMAL
RIESGO ALTO*
RATIO
RATIO
NIVELES DE
NIVELES DE
BILIRRUBINA/
BILIRRUBINA/
BILIRRUBINA
BILIRRUBINA
ALBUMINA
ALBUMINA
13 mg/dL
5.2
10 mg/dL
4
15 mg/dL
6
13 mg/dL
5.2
17 mg/dL
6.8
15 mg/dL
6
18 mg/dL
7.2
17 mg/dL
6.8
20 mg/dL
8
18 mg/dL
7.2
Tabla 15.9. Indicaciones para la EXT en EHRN por incompatibilidad Rh
según niveles de bilirrubina y relación bilirrubina/albúmina
* El riesgo alto se establece según las siguientes características:
Apgar < 3 a los 5 minutos
Deterioro clínico o neurológico
PaO2 < 40 mm Hg después de 2 horas
Sepsis o Meningitis
pH < 7.15 después de 1 hora
Hipotermia con temperatura rectal < 35º C
Peso al nacer < 1000 g.
Hipoalbuminemia con cifra < 2.5 gr%
Hemólisis
544
H.3.6.2.2. Incompatibilidad ABO
La Fototerapia es el tratamiento de elección, debido a que la hemólisis
suele ser menos importante que en la incompatibilidad Rh; la fototerapia
evita la realización de muchas EXT; por ello tienden a evitarse las EXT
cuando la bilirrubina indirecta es inferior a los 18 mg/dL durante las primeras 24 horas de vida. Las indicaciones de la EXT en la EHRN debida
a una incompatibilidad ABO son:
• En los recién nacidos a término, con buen estado general, sin acidosis ni hipoglucemia, la EXT puede posponerse hasta que la bilirrubina indirecta llegue a los 20 mg/dL.
• En los recién nacidos a término, con estado general afectado, acidosis y/o hipoglucemia, se practicará la EXT al llegar la bilirrubina a los
18 mg/dL.
• Al no existir hemólisis importante en la incompatibilidad ABO en los
pretérminos, por la misma razón que no hay enfermedad fetal en esta
incompatibilidad, la indicación viene dada por las cifras de bilirrubina señaladas en la Tabla 15.9. teniendo en cuenta que la EXT, sobre
todo en los niños de menores de 1.000 g, conlleva un riesgo de
morbi-mortalidad muy alto, como el que puede derivarse de la presencia de una hemorragia intraventricular.
H.3.7. Profilaxis
La EHRN causada por incompatibilidad anti-D, es la única subsidiaria de
realizar una profilaxis y evitar su aparición; en toda mujer embarazada se
debe de conocer el grupo sanguíneo ABO y Rh, y el escrutinio de anticuerpos irregulares, antes de las 16 semanas de gestación y repetirlos a las
28 semanas.
La profilaxis de la isoinmunización Rh se basa en la administración pasiva de un alto título de anticuerpos anti-Rh en forma de concentrado de
gammaglobulina (RhIG). En la actualidad se recomienda la administración de RhIG durante el embarazo en los siguientes casos:
• En toda mujer Rh-negativa o Du negativa, no sensibilizada que
presenta alguna de las siguientes situaciones::
✓ Aborto.
✓ Aborto incompleto.
545
✓ Amenaza de aborto.
✓ Terminación médica o quirúrgica del embarazo.
✓ Embarazo ectópico.
✓ Legrado.
✓ Embarazo molar.
La dosis de RhIG a administrar es de 250 UI en una sola dosis, que
proporciona protección necesaria.
• En toda mujer Rh-negativa o Du negativa, no sensibilizada, a las
28 y 34 semanas de gestación, con una dosis de 500 UI cada vez.
Se ha observado que en el 92% de las embarazadas que desarrollan
anticuerpos anti-D, éstos aparecen a partir de la semana 28 de gestación.
• En toda mujer Rh-negativa o Du negativa, no sensibilizada en las
situaciones siguientes en las que existe un alto riesgo de sensibilización por hemorragia feto-maternal:
✓ Terminación quirúrgica o médica del embarazo.
✓ Muerte fetal intraútero.
✓ Legrado uterino.
✓ Amniocentesis.
✓ Biopsia de las vellosidades coriónicas.
✓ Cordocentesis.
✓ Versión cefálica externa.
✓ Traumatismo abdominal no penetrante.
✓ Placenta previa.
✓ Desprendimiento de placenta.
✓ Hemorragia vaginal pre-parto.
La dosis estándar de RhIG a administrar es de 1500 UI, si bien es
conveniente determinar la cuantía de la hemorragia feto-maternal
para adecuar las dosis óptimas de RhIG, en función de la cantidad de
hematíes fetales presentes en la circulación materna.
546
• En toda mujer Rh-negativa o Du negativa, no sensibilizada siempre y cuando el recién nacido sea Rh-positivo, o Du positivo, o no
exista posibilidad de obtener sangre fetal.
La dosis estándar de RhIG a administrar es de 1250 UI, si bien es
conveniente determinar la cuantía de la hemorragia feto-maternal
para adecuar las dosis óptimas de RhIG, en función de la cantidad de
hematíes fetales presentes en la circulación materna.
H.4. Trombopenia neonatal aloinmune
La trombopenia neonatal aloinmune (TNA) es la causa más frecuente de
trombopenia severa neonatal, y tiene su origen en una incompatibilidad
feto-materna frente a un aloantígeno plaquetar fetal heredado del padre
y ausente en la madre, que origina una aloinmunización materna con la
consecuente formación de anticuerpos de tipo IgG que pueden atravesar
la placenta y causar la trombopenia fetal. La mayoría de los casos se
diagnostican tras el nacimiento, sin embargo el proceso se inicia intraútero y el feto puede afectarse gravemente, de ahí que en la actualidad se
prefiera el término de Trombopenia fetomaternal aloinmune (TFMA).
Se sabe que los antígenos plaquetarios pueden ser expresados a las 16
semanas de gestación, y que a través de la placenta se pueden transferir
anticuerpos de tipo IgG a partir de las 14 semanas de embarazo, por lo
que la trombopenia fetal puede ocurrir en fases muy tempranas de la
gestación.
Se le suele considerar como el proceso equivalente a la EHRN por incompatibilidad Rh-D, si bien en contraste con la misma, la TFMA se presenta en un 60% de los casos en el primer embarazo; en embarazos subsecuentes el feto que porta el antígeno implicado será por lo menos tanto o
más afectado como el primer feto que desarrolló la enfermedad.
El antígeno más comúnmente asociado con TFMA en mujeres caucásicas,
informado en el 46-83% de los casos, es el HPA-1a, siendo el HPA-5b el
segundo más frecuente. En Japón el antígeno implicado con más frecuencia es el HPA-4b.
La incidencia de TFMA oscila entre 1-2 casos por 1000 nacidos vivos a
término, cifra muy baja considerando que el 2% de mujeres son HPA-1a
negativo y que el 98% de los hombres son HPA-1a positivo. Sin embargo, sólo aproximadamente un 10% de las mujeres HPA-1a negativas desarrollan un anti-HPA-1a; tal circunstancia se debe a que la respuesta inmu547
ne frente al antígeno HPA-1a se asocia con la presencia de un determinado haplotipo HLA-II.
H.4.1. Fisiopatología
La existencia de incompatibilidad entre la madre y las paquetas
fetales/paternas parece ser necesaria pero no suficiente para que la aloinmunización materna se desarrolle. Varios estudios han descrito una asociación entre haplotipos HLA-II específicos en la madre, y la aloinmunización contra los antígenos plaquetares específicos: el DRw52a y la aloinmunización contra el HPA-1a (concretamente el alelo HLA-DRB3*0101),
y el HLADRw6 contra el HPA-5b.
H.4.2. Manifestaciones clínicas
La sospecha de un cuadro de TFMA normalmente se realiza en base a
las manifestaciones clínicas, si bien en otras ocasiones la presencia de
una trombopenia aislada aún en ausencia de fenómenos hemorrágicos
debe plantear la posibilidad del cuadro. En el 81% de los recién nacidos
afectos se detectan petequias, púrpura o fenómenos hemorrágicos al
nacimiento. Hay evidencia de hemorragia del sistema nervioso central
en el 10-20% de los neonatos afectos. Los anticuerpos específicos asociados con síntomas más severos, incluso con hemorragia intracraneal
perinatal, son anti-HPA-1a, anti-HPA-4a, anti-HPA-3a, anti-HPA-1b, y
anti-HPA-5b.
La hemorragia intracraneal (HIC) que es la causa mayor de mortalidad y
morbilidad a largo plazo ocurre en el 10-20% de casos; aunque hay un
riesgo serio de hemorragia severa en el momento del parto, casi el 50% de
HIC acontecen intaútero, normalmente entre las 30 y 35 semanas de la
gestación, pero a veces incluso antes de las 20 semanas. Puede haber presentaciones más raras como hidrocefalia fetal aislada, anemia fetal inexplicable, abortos recurrentes, e incluso hydrops fetalis.
La TFMA tiene una mortalidad global de 1-14%. Aproximadamente una
cuarta parte de los que presentan HIC pueden presentar daño neurológico
persistente. El feto del segundo embarazo y los subsecuentes tienen a
menudo un pronóstico mejor debido a la identificación de la incompatibilidad plaquetaria durante el primer embarazo, y poder realizar un tratamiento prenatal.
548
H.4.3. Diagnóstico
El primer paso en el diagnóstico de TFMA es la confirmación de la trombopenia aislada, seguida por la exclusión de otras causas de trombopenia
neonatal, tales como infección (sepsis), coagulación intravascular diseminada, trombopenia autoimmune maternal y situaciones que alteran la
megacariopoyesis neonatal.
El estudio serológico es imprescindible para demostrar la existencia de un
aloanticuerpo frente a un antígeno del sistema HPA en el suero materno.
Se pueden emplear diversas tecnologías, todas ellas sofisticadas y no al
alcance de todos los laboratorios; desde técnicas de inmunofluorescencia,
técnicas en fase sólida basadas en enzimo-inmunoanálisis (ELISA), la técnica de MAIPA (monoclonal antibody immobilization platelet antigens),
a técnicas de biología molecular con análisis mediante PCR. Los criterios
diagnósticos incluyen: la demostración de la incompatibilidad fetomaterna para un antígeno plaquetar; la identificación de aloanticuerpos circulantes maternos que reaccionan con antígenos plaquetares del niño o del
padre, pero no con las plaquetas de la madre; la supervivencia normal de
las plaquetas transfundidas antígeno-negativas (compatibles) y la vida
media acortada de las plaquetas incompatibles; y la corrección espontánea
de la trombocitopenia en pocos días o semanas, poniendo de manifiesto la
desaparición de los anticuerpos IgG maternos adquiridos.
La demostración de anticuerpos en el suero de la madre es fundamental
para hacer el diagnóstico, aunque la no detección de los mismos, no excluye la etiología aloinmune de la trombocitopenia neonatal.
H.4.4. Tratamiento
H.4.4.1. Tratamiento prenatal
La repetición de cuadros de TFMA en embarazos sucesivos es muy alta
(>85%); el riesgo depende obviamente si el genotipo plaquetario del
padre es homocigótico (HPA-1a/1a) cuando la probabilidad de repetición
es prácticamente del 100%, o heterocigótico (HPA-1a/1b) cuando la probabilidad es del 50%. Si en un embarazo previo el feto o neonato ha presentado una HIC, el riesgo prenatal de la misma es alto en embarazos posteriores por lo que un tratamiento prenatal es imperativo; no existiendo
ninguna técnica no invasiva para predecir el riesgo de hemorragia.
549
El único método disponible en la actualidad por evaluar la cifra de plaqueta fetales, la determinación de las mismas es una muestra de sangre
fetal, permite establecer el diagnóstico y la severidad de TFMA intrauterina; sin olvidar que mediante esta técnica se puede realizar una transfusión de plaquetas en los casos indicados; se debe realizar alrededor de las
20-22 semanas de la gestación.
El propósito primario del diagnóstico y tratamiento prenatal es prevenir la HIC intrauterina que puede ocurrir en el 2-7% de los fetos con
TFMA. En la actualidad existen dos modalidades de tratamiento prenatal de la TFMA, sin que exista un consenso sobre cual de las mismas es
mejor, si bien la tendencia a utilizar la menos invasiva va imponiendo
su criterio. Las opciones terapéuticas incluyen la administración a la
madre de IVIG asociadas o no con corticoides, y las transfusiones de
plaquetas fetales; sin olvidar, como se ha mencionado que para ambas
modalidades de tratamiento se requiere la valoración inicial de la cifra
de plaquetas fetal, normalmente a las 20-22 semanas de gestación, tanto
para el diagnóstico como para posteriormente supervisar la efectividad
del tratamiento.
H.4.4.2. Tratamiento neonatal
El tratamiento de elección postnatal de la TFMA con fuerte sospecha en
clínica, es la transfusión de plaquetas compatibles lo más pronto posible,
ya que el retraso en su administración puede provocar en un aumento del
riesgo de hemorragia severa; no siendo necesario esperar la confirmación
por parte del laboratorio del diagnóstico de TFMA para su infusión.
La transfusión de concentrados de plaquetas negativas para los antígenos
HPA-1a y HPA-5b produce un menor retraso del tratamiento y será eficaz
en alrededor del 95% de casos de TFMA.
Si no hay ninguna respuesta a la transfusión de concentrados de plaquetas HPA-1a negativas, y HPA-5b negativas, o si la incompatibilidad frente a antígenos HPA es conocida y frente a otros antígenos distintos al
HPA-1a o HPA-5b, debe valorarse la administración de concentrados de
plaquetas obtenidos de la madre; en este caso el concentrado debe ser
irradiado y lavado con el fin de minimizar la transfusión de aloanticuerpos plaquetarios maternos que pueden por otra parte prolongar la trombopenia neonatal.
La transfusión “a ciegas” de plaquetas no tipificadas frente a antígenos del
sistema HPA es improbable que sea eficaz. Ha habido sólo un estudio del
550
uso de inmunoglobulinas intravenosas para tratamiento postnatal de
TFMA a altas dosis (1 g/Kg/día, durante dos días); la tasa de respuesta fue
del 75% y el aumento de la cifra de plaquetas se constató a las 24-48
horas, tiempo durante el cual se mantuvo el riesgo de hemorragia intracraneal; no obstante puede ser un tratamiento complementario eficaz, y en
ocasiones ante falta de plaquetas compatibles el único disponible sobre
todo en casos no severos.
Los criterios para la transfusión de plaquetas en los casos de TFMA vienen reflejados en la Tabla 15.10.
Cifra de plaquetas
<30.000/µL
Transfusión
En toda situación.
30.000-50.000/µL
Ante cualquier fenómeno hemorrágico.
50.000-100.000/µL
Ante hemorragia severa.
>100.000/µL
Contraindicada.
Tabla 15.10. Criterios trasfusionales de concentrados
de plaquetas en casos de TFMA neonatal
H.5. Neutropenia neonatal aloinmune
La Neutropenia Neonatal Aloinmune (NNA) es una condición clínica causada por una inmunización materna (generalmente de origen paterno)
frente a antígenos de los neutrófilos presentes en el feto y ausentes en la
madre. El anticuerpo es una inmunoglobulina G (IgG) que atraviesa la
placenta y destruye los granulocitos fetales proporcionando una ayuda a
la opsonización por parte de los macrófagos del bazo. La severidad de la
neutropenia, depende tanto del título del anticuerpo como de la subclase
de IgG involucrada. Los anticuerpos implicados con mayor frecuencia son
los de especificidad HNA-1a, HNA-1b, y HNA-1c; siendo los HNA-2a
los segundos en incidencia.
La patogenia es similar a la de la enfermedad hemolítica del recién nacido. Su incidencia es aproximadamente de 1 caso por 2.000 nacimientos,
si bien en ocasiones, se pasa por alto muy a menudo y es infradiagnosticada, probablemente debido a su benignidad clínica y a la dificultad en el
estudio granulocitario, lo que hace que en muchas ocasiones el proceso
no se detecte, no se diagnostique, o se atribuya a otras etiologías mucho
más frecuentes en el recién nacido.
551
Las manifestaciones clínicas de la NNA incluyen: infecciones cutáneas
(celulitis), otitis medias, mastoiditis, e infecciones del tracto respiratorio
superior; más raramente neumonía, enterocolitis necrotizante y sepsis.
Las infecciones del cordón umbilical son bastante frecuentes, así como un
retraso en la separación del mismo. El estudio de la médula ósea típicamente suele demostrar la existencia de un stop madurativo, con abundantes precursores mieloides y escaso número de neutrófilos segmentados y
formas en banda. Sin embargo, su ausencia, no invalida el diagnóstico de
NNA, pudiendo estar relacionado este hecho con el nivel madurativo en
el que se expresa el antígeno implicado.
Se debe sospechar la existencia de un proceso de NNA cuando se detecta
en un neonato una granulocitopenia aislada (neutrófilos <1.000/µL), en
presencia o no de cuadros infecciosos y con un recuento normal de granulocitos en la madre, y excluyendo las causas no inmunes de neutropenia. Los anticuerpos maternos desaparecen en el neonato al cabo de días
o de semanas, recuperándose la cifra de neutrófilos; ya que las infecciones intauterinas no representan un problema clínico importante, no se precisa un diagnóstico prenatal de la NNA (al contrario de otros conflictos
inmunológicos feto-maternales).
El diagnóstico de una NNA radica en la demostración de los anticuerpos
frente a los antígenos granulocitarios, en el suero materno, si bien en ocasiones su ausencia no excluye el diagnóstico.
Dado que la NNA es un proceso autolimitado, manteniéndose la neutropenia hasta la desaparición de los anticuerpos maternos, no existe un tratamiento específico para la entidad. En casos de cuadros infecciosos banales la administración de antibióticos incluso en regímenes profilácticos,
resuelve la totalidad de los casos. En ocasiones y en cuadros severos en
los que hay infecciones importantes, complicaciones postoperatorias o
enfermedades subyacentes graves es necesario tratar los casos de NNA
con IVIG a altas dosis (1 gr/Kg en dosis única, que puede repetirse a las
24 horas si no existe una respuesta adecuada), o mejor con la administración de factores de crecimiento mieloides (G-CSF) a dosis de 5 µg/kg/día.
La administración de concentrados de granulocitos está contraindicada.
H.6. Enfermedad hemorrágica del recién nacido
La enfermedad hemorrágica del recién nacido (EHRRN) es un trastorno
hemorrágico autolimitado que resulta de la deficiencia de los factores de la
552
coagulación vitamino K dependientes (II, VII, IX y X). En la actualidad es
preferible denominarla “Enfermedad hemorrágica secundaria al déficit de
Vitamina K” (EHVKD), ya que en ocasiones las manifestaciones hemorrágicas en el recién nacido no se deben a un déficit de vitamina K (VK).
H.6.1. Etiología
Distinguimos entre la EHVKD idiopática y secundaria. En la EHVKD
idiopática ninguna otra causa más que la lactancia materna exclusiva,
puede ser demostrada. La inmensa mayoría de los recién nacidos que reciben lactancia materna sin complementar, tienen un adecuado, aunque
escaso aporte de VK y no presentan manifestaciones hemorrágicas, aún
cuando no se haya administrado VK profiláctica. Probablemente existe un
factor de riesgo adicional para que los niveles de los factores VK-dependientes desciendan y causen manifestaciones hemorrágicas, pero si no
existe otra motivo más que la lactancia materna no complementada, se
considera que la EHVKD es idiopática.
H.6.2. Clasificación
Se distinguen tres tipos o variedades de EHVKD en función del tiempo
de aparición y de sus mecanismos fisiopatológicos diferentes:
• EHVKD Precoz.
Las manifestaciones clínicas antes de las 24 horas de vida son raras.
Es casi exclusivamente debida a la transferencia a través de la placenta de fármacos ingeridos por la madre que inhiben la actividad de
la VK en los recién nacidos. Los fármacos implicados incluyen anticonvulsionantes (carbamazepina, fenitoína, y barbitúricos, pero no el
ácido valproico), antibióticos (cefalosporinas), agentes tuberculostáticos (rifampicina, isoniazida) y antagonistas de la propia VK (acenocumarol, warfarina). La incidencia de EHVKD en neonatos de
madres que toman estas drogas sin profilaxis con VK varía del 6 al
12% de los casos.
• EHVKD Clásica.
Comienza en la primera semana de vida (excluyendo las primeras 24
horas), normalmente entre los días 3º y 5º y en bebés con alimentación
inadecuada o de comienzo tardío. Su incidencia en revisiones recientes
se sitúa alrededor 0-0.44%. El sangrado normalmente es por el ombli553
go, tracto gastrointestinal y perforaciones cutáneas (venipunción) y
puede causar una pérdida de sangre considerable. Procedimientos quirúrgicos como la circuncisión pueden desenmascarar casos subclínicos
de déficit de VK. La hemorragia intracraneal es rara pero puede causar
una morbilidad importante e incluso la muerte.
• EHVKD Tardía.
Comienza tras los 8 días de vida, a menudo entre las 2 y 8 semanas y
más raramente después de los 3 meses, si bien, se han informado
casos entre las 13 y 26 semanas de vida. Se presenta casi exclusivamente en niños alimentados mediante lactancia materna (siendo más
frecuente en varones); su incidencia varía ampliamente en función de
la diversidad racial (debido a la dieta materna), y los regímenes de
profilaxis con VK utilizados. Una hemorragia intracraneal grave ocurre en un 30-60% de los casos. Suelen presentarse a menudo con signos predisponentes a desarrollar la enfermedad, como ictericia prolongada, coluria, retraso en el crecimiento, y cuadros de malabsorción, antes de las manifestaciones hemorrágicas; en ocasiones hematomas espontáneos, cuadros de epistaxis, y exudados sanguinolentos
por el cordón umbilical, preceden al cuadro de hemorragia intracraneal. Un reconocimiento precoz de enfermedades que predisponen a
la EHVKD tardía junto con un diagnóstico y tratamiento inmediato
puede prevenir los cuadros graves neurológicos.
H.6.3. Manifestaciones clínicas
Las principales manifestaciones clínicas de la EHKVD las constituyen los
fenómenos hemorrágicos de distinta localización y severidad. En la
EHKVD precoz se localizan en orden de frecuencia en: cefalo-hematoma,
hemorragia umbilical, intracraneal, intraabdominal, intratorácica y gastrointestinal. En la EHKVD clásica lo hacen en forma de: hemorragia gastrointestinal, umbilical, nasal, en zonas de venipunción, peneana (en los
casos de circuncisión) e intracraneal. En tanto que la EHVKD tardía lo
son: hemorragia intracraneal (30-60%), cutánea, nasal, gastrointestinal, en
zonas de venipunción, umbilical, genito-urinaria e intratorácica.
H.6.4. Diagnóstico
Los criterios diagnósticos de la EHVKD se basen en la presencia de hemorragia y en las alteraciones de la coagulación debidas al déficit de VK.
554
La EHVKD incluye hemorragias en cualquier sitio, tanto espontáneas
como iatrogénicas. Las localizaciones espontáneas más frecuentes son
el sangrado en membranas mucosas, piel, ombligo, hemorragias intracraneales o retroperitoneales, y en los tractos urinario y gastrointestinal.
Las localizaciones iatrogénicas vienen determinadas por venipunción o
cirugía.
Existe un descenso de la actividad de los factores de coagulación VK
dependientes (II, VII, IX, X) mientras que el resto de factores no dependientes de la VK son normales para la edad. En la práctica, un tiempo de
protrombina claramente prolongado (INR >3.5, o I. Quick <20%) en presencia de una concentración normal de fibrinogéno y un recuento de plaquetas normal, es muy sugestivo de EHVKD. La normalización rápida (en
unos 30-120 minutos) de estos valores tras la administración de VK es
diagnóstica del cuadro.
Un tiempo de protrombina normal para la edad, excluye el diagnóstico de
EHVKD. Ante un tiempo de protrombina prolongado, deben excluirse
distintas coagulopatías debidas a déficits congénitos. Estados de deficiencia de VK pueden presentarse en las coagulopatías de consumo, que generalmente muestran no sólo un tiempo de protrombina prolongado, sino
también un descenso del fibrinógeno, Antitrombina III y cifra de plaquetas. Las deficiencias hereditarias sumamente raras de factores V, VII, o X
pueden necesitar ser excluidas mediante la determinación de los mencionados factores. En contraste con estas condiciones, sólo en la EHVKD la
administración de VK va seguida por una reducción significativa del tiempo de protrombina y el cese de la hemorragia.
H.6.5. Tratamiento
Cualquier recién nacido en el que se sospecha la presencia de EHVKD
debe recibir de forma inmediata vitamina K intravenosa en dosis estándar de 1 mg, que por lo general produce la corrección al cabo de unas
pocas horas. La vitamina K intravenosa puede provocar reacciones anafilácticas por lo que debe ser administrada muy lentamente; si el acceso
venoso es dificultoso o inaccesible, la administración se realiza subcutáneamente, la vía intramuscular no debe utilizarse en presencia de una
coagulopatía.
En los recién nacidos que presentan manifestaciones hemorrágicas.
Además de la vitamina K, debe administrarse Plasma Fresco Congelado
555
a dosis de 10-15 ml/Kg de peso; lo cual elevará en 10-20 UI los factores
de coagulación vitamino-K dependientes. El empleo de Concentrados del
complejo Protrombínico, debería considerarse en presencia de hemorragias vida amenazantes o en presencia de hemorragia intracraneal cuando
es necesario normalizar los niveles de los factores de coagulación disminuidos.
H.6.6. Profilaxis
El “individuo” normal recibe VK fundamentalmente a partir de la síntesis
de las bacterias intestinales; como el intestino del neonato es “estéril” al
nacimiento y no se coloniza hasta el inicio de la alimentación, existen
unos días en el que el RN será deficitario en VK, por lo que es fundamental y necesaria su administración en el momento del nacimiento.
Dado que la administración parenteral de Vitamina K, se ha mostrado eficaz en el neonato para prevenir la EHVKD, y los posibles riesgos cancerígenos de su administración no han sido demostrados, se recomienda en
todo recién nacido la administración de una dosis intramuscular de vitamina K entre 0.5-1 mg.
En la actualidad no existen estudios concluyentes sobre la eficacia, seguridad y bioavilidad de la administración oral de soluciones de vitamina K,
ni de la dosis de las mismas a administrar, para prevenir la EHVKD, sobre
todo en neonatos que son exclusivamente alimentados mediante la lactancia materna.
H.7. Poliglobulia neonatal
La poliglobulia o policitemia neonatal (PN) se define por la presencia de
un hematocrito venoso > 65%; este valor se corresponde con una cifra
venosa de hemoglobina igual o mayor a 22 g/dL, determinado al menos
dos horas post-parto. El principal problema de la PN es la posibilidad de
un síndrome de hiperviscosidad asociado, que puede comprometer el flujo
sanguíneo en determinados sistemas y órganos. Aunque no todos los neonatos con policitemia presentan alteraciones dinámicas en el flujo sanguíneo, un cuadro de hiperviscosidad puede presentarse en neonatos con
valores de hematocrito inferiores al 65%. La viscosidad de la sangre viene
determinada por múltiples factores. La viscosidad aumenta con incrementos del hematocrito; la cantidad de plasma, proteínas plasmáticas, plaquetas, y factores endoteliales también contribuyen al aumento de la misma.
556
Un factor propio del neonato que contribuye a un incremento de la viscosidad sanguínea es la disminución en la deformabilidad de los eritrocitos
fetales.
La incidencia de la poliglobuia y/o hiperviscosidad es del 1-5% en todos
los recién nacidos; del 2-4% en los recién nacidos a término que son adecuados para la edad gestacional, del 10-15% en los neonatos pequeños
para la edad gestacional, y del 6-8% en los recién nacidos que son grandes para la edad gestacional. Es muy rara en neonatos con menos de 34
semanas de gestación.
H.7.1. Etiología
En función de las causas que originan la PN, ésta se puede dividir en dos
categorías: PN activa y PN pasiva. La PN activa, tiene su origen en un
aumento en la producción celular de hematíes tras estimulación por la eritropoyetina como respuesta a situaciones de hipoxia. La PN pasiva se
debe a un aumento en el volumen sanguíneo fetal, resultado de una transfusión eritrocitaria inadvertida antes o durante el nacimiento. Muchos factores se pueden asociar a la PN activa, mientras que solamente muy pocos
lo hacen a la PN pasiva.
• Policitemia activa.
✓ Factores maternos.
➢ Edad avanzada.
➢ Enfermedad cardiaca, pulmonar o renal.
➢ Diabetes.
➢ Tabaquismo.
➢ Oligohidramnios.
➢ Administración de propanolol.
✓ Factores placentarios.
➢ Placentas grandes o pequeñas para la edad gestacional.
➢ Postmadurez fetal.
➢ Hipertensión gravídica.
➢ Infarto placentario.
557
➢ Placenta previa.
➢ Infecciones virales
✓ Factores fetales.
➢ Alteraciones cromosómicas (Trisomías 13, 18 y 21).
➢ Hiperplasia adrenal congénita.
➢ Hipertiroidismo.
➢ Hipotiroidismo.
➢ Síndrome de Beckwith-Wiedemann.
➢ Asfixia perinatal.
✓ Factores neonatales.
➢ Deshidratación.
• Policitemia pasiva.
✓ Camplaje retardado del cordón umbilical (más de tres minutos).
✓ Fuertes contracciones uterinas previas al clampaje del cordón
umbilical.
✓ Transfusión materno-fetal.
✓ Transfusión feto-fetal.
H.7.2. Manifestaciones clínicas
Las manifestaciones clínicas en la mayoría de los neonatos con PN, en
especial en los diagnosticados mediante un proceso rutinario de laboratorio, son nulas y éstos permanecen asintomáticos. Las manifestaciones clínicas de la PN son generalmente resultado del síndrome de hiperviscosidad asociado (tabla 15.11.). La PN puede producir una amplia gama de
síntomas, expresión de su repercusión sobre diversos sistemas orgánicos.
Aproximadamente un 50% de los neonatos con PN desarrolla uno o más
síntomas. Sin embargo, la mayoría de estos síntomas no son específicos y
pueden tener su origen en condiciones patológicas subyacentes, y no estar
relacionados con la propia poliglobulia.
El Sistema Nervioso central, es el sistema más comúnmente afectado; el
letargo, irritabilidad fácil y temblores son los síntomas más frecuentes.
558
Cuadros convulsivos y accidentes cerebro-vasculares son raros pero pueden presentarse, sobre todo en casos severos.
La hipoglucemia es el problema metabólico más frecuentemente asociado
con PN y ocurre en un 12-40% de neonatos afectos; puede ser debida a la
alteración subyacente (retraso en el crecimiento intrauterino, neonatos de
madres diabéticas) o secundaria a la propia policitemia. La hipocalcemia
es la segunda en frecuencia y se encuentra en el 1-11% de los casos; así
como se pueden observar situaciones de hipomagnesemia.
Las manifestaciones cardio-pulmonares en forma de taquipnea, taquicardia, cianosis, cardiomegalia e insuficiencia cardiaca congestiva están presentes en las formas severas acompañadas de hiperviscosidad en el 50%
de los casos. Se ha encontrado un aumento de la resistencia vascular pulmonar en pacientes con PN; en casos severos (hematocrito >75%) los neonatos aparecen más rubicundos que cianóticos debido a un relleno capilar
enlentecido.
El flujo disminuido de sangre al sistema gastrointestinal puede contribuir
a una intolerancia alimentaria, con distensión abdominal e incluso íleo; así
como al desarrollo de una enterocolitis necrotizante (EN) resultado de la
propia PN o secundaria a su tratamiento mediante exanguinotransfusión
parcial en la que se utilizan catéteres umbilicales.
Las manifestaciones renales incluyen una disminución de la tasa de filtración glomerular, con oliguria, hematuria, proteinuria, y posibilidad de
trombosis de la vena renal.
La hiperviscosidad provoca un enlentecimiento de la circulación microcapilar, que unida a la baja deformabilidad eritrocitaria, puede provocar
en algunos casos: cuadros de gangrena periférica, priapismo, infartos
testiculares, coagulación intravascular, trombopenia, y fenómenos trombóticos.
559
SISTEMA
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Aletargamiento.
NERVIOSO CENTRAL
Irritabilidad.
Hipotonía muscular.
Temblores.
Convulsiones.
METABÓLICO
Hipoglucemia (muy frecuente).
Hipocalcemia.
Hiperbilirubinemia.
Taquicardia.
CARDÍACO
Cianosis.
Insuficiencia cardiaca congestiva.
Taquipnea.
RESPIRATORIO
Aumento de la resistencia vascular pulmonar.
Derrame pleural.
Reticulocitosis.
Trombopenia.
HEMATOLÓGICO
Hepatoesplenomegalia.
Hiperbilirrubinemia.
Coagulación intravascular diseminada.
Oliguria.
Proteinuria.
RENAL
Hematuria.
Trombosis de la vena renal.
Fracaso renal agudo.
Rechazo del alimento.
GASTROINTESTINAL
Vómitos.
Enterocolitis necrotizante.
CUTÁNEO
Plétora.
Retraso en llenado capilar.
Tabla 15.11. Principales manifestaciones clínicas de la PN
y del Síndrome de hiperviscosidad asociado
560
H.7.3. Diagnóstico
La determinación del valor hematocrito en los neonatos no se recomienda
de forma generalizada, sino que debe hacerse en neonatos con riesgo para
desarrollar una PN. Éstos incluyen neonatos pequeños para la edad gestacional, neonatos de madres diabéticas, neonatos grandes para la edad gestacional, gemelos monocoriónicos sobre todo si hay diferencias de tamaño, y neonatos con rasgos morfológicos de presentar alteraciones en el
crecimiento. Se recomienda determinar el hematocrito en neonatos de
alto-riesgo a las 2 horas de vida, un valor normal (hematocrito < 65%) no
debe repetirse a menos que el neonato desarrolle síntomas. Hematocritos
>65% a las 2 horas de vida, deben ser repetidos a las 12 y 24 horas para
valorar su evolución. Se pueden utilizar muestras capilares para evaluar el
hematocrito, pero se deben confirmar con muestras venosas.
H.7.4. Tratamiento
El tratamiento de la PN es controvertido; como norma general, todos los
neonatos con PN deben ser controlados y vigilados estrechamente, en especial para detectar complicaciones bastante frecuentes como la hipoglucemia
y la hiperbilirrubinemia. Hay que distinguir las siguientes situaciones:
• Neonatos asintomáticos.
Neonatos con PN, hematocrito venosos del 60-70% y asintomáticos,
deben de ser hidratados adecuadamente bien por vía enteral o parenteral, asegurando la adecuada ingestión de glucosa, y vigilando el
peso corporal y la diuresis. El hematocrito se determina nuevamente
a las 12-24 horas; si permanece por debajo del 70% y el neonato permanece asintomático, se continua la hidratación 24 horas más y se
vuelve a determinar el hematocrito.
Si el hematocrito es >70% y el neonato permanece asintomático
muchos centros realizan una exanguinotransfusión parcial; sin
embargo continuar con una correcta hidratación y observación puede
ser también una medida apropiada.
• Neonatos sintomáticos.
Si el hematocrito es >65% y los síntomas son atribuibles a la hiperviscosidad, se debe realizar una exanguinotransfusión parcial con el
fin de disminuir el hematocrito. No obstante, en diversos centros se
realiza una hidratación intravenosa durante las primeras 24-48 horas,
561
a dosis de 100 mL/Kg/día que aporte glucosa de 6-8 mg/Kg/minuto,
en neonatos monitorizados; sólo realizándose la exanguinotransfusión parcial, si no mejoran los síntomas, persiste la hipoglucemia o
aparece distrés respiratorio.
La exanguinotransfusión parcial isovolumétrica reduce el hematocrito sin
causar hipovolemia. El procedimiento mejora la reducción del flujo de
sangre cerebral, el rendimiento cardíaco, y el transporte de oxígeno, atribuidos a la hiperviscosidad. La cantidad de volumen a intercambiar se calcula mediante la siguiente formula:
Volumen del intercambio (mL) = Volemia (mL) x Peso (Kg) x
(Hematocrito actual - Hematocrito deseado) / Hematocrito actual.
La volemia se calcula en base a 80-100 mL/Kg.
En general el volumen a intercambiar es de 15-20 mL/Kg. La solución
salina normal es el fluido de reemplazo de primera opción para las exanguinotransfusiones parciales, ya que es eficaz y barato. Alternativamente,
puede usarse albúmina al 5%, o plasma fresco congelado. Sin embargo,
ninguno de ellos es más eficaz que la solución salina normal.
La exanguinotransfusión parcial puede realizarse de tres maneras diferentes dependiendo del tipo de acceso vascular que está disponible:
• Si existe un solo catéter arterial o venoso umbilical, se usa la técnica de extracción de sangre en primer lugar, y posterior administración del liquido de reemplazo. No se debe extraer más del 5% del
volumen calculado de sangre total a retirar del paciente en cada procedimiento de extracción-infusión.
• Si existen dos catéteres umbilicales (uno venoso y otro arterial), la
sangre se extrae del catéter arterial mientras el fluido de reemplazo
se administra a través del catéter venoso.
• La opción final es usar un catéter umbilical (venoso o arterial) para
la retirada de la sangre, mientras se utiliza un catéter venoso periférico para administrar una infusión continua del liquido de reemplazo de forma simultánea.
Sin tener en cuenta el método usado, la cantidad de sangre retirada de la
circulación no debe exceder de los 5 mL/kg, y realizarse entre 2-3 minutos.
562
H.8. Reacciones adversas transfusionales de especial interés en
neonatología
Entre las diversas reacciones transfusionales (analizadas en capítulos posteriores) que pueden presentarse en todo paciente que recibe hemoderivados, existen unas con una especial importancia e interés en la medicina
transfusional neonatal, que podemos esquematizar en:
• Hipocalcemia.
Los neonatos tienen una mayor probabilidad de desarrollar una hipocalcemia (calcio sérico <1.5 mmol/L) que los adultos, si bien las consecuencias clínicas de la misma son menos pronunciadas. No obstante, desde el uso de CPD como anticoagulante en las bolsas de sangre
en lugar de ACD, su incidencia ha disminuido ostensiblemente.
• Toxicidad por citrato.
La toxicidad por citrato causa hipocalcemia, con contracturas musculares, ansiedad, o arritmias, dependiendo de la severidad de la reacción. Este problema es poco frecuente en niños y adultos, pero en los
recién nacidos, las transfusiones representan a menudo volúmenes
grandes en relación al peso corporal de los pacientes, por lo que hay
un mayor riesgo. El tratamiento es la administración del calcio.
• Hipoglucemia
La hipoglucemia de rebote es una situación que puede presentarse
debida a los niveles altos de glucosa que tienen los anticoagulantes de
los componentes sanguíneos administrados. De ahí que sea aconsejable monitorizar los niveles de glucosa en el neonato durante y tras
una transfusión.
• Enfermedad del injerto contra el huésped (EICH-AT).
Los neonatos tienen un sistema inmune tanto humoral como celular
inmaduro. En el nacimiento, cualquier inmunoglobulina presente en
la circulación es de origen materno que ha atravesado la placenta
durante la gestación. Debido a su respuesta inmunológica inmadura,
los neonatos presentan un riesgo de desarrollar EICH-AT. Sin embargo, este riesgo puede ser minimizado mediante la irradiación de los
componentes sanguíneos celulares antes de la transfusión.
La irradiación puede causar un aumento en los niveles de potasio de
los eritrocitos dañados por la exposición a la radiación; por lo que la
563
irradiación debe realizarse inmediatamente antes de la administración. Si se sospecha que los niveles de potasio son elevados, o ha
pasado mucho tiempo desde la irradiación, el concentrado de hematíes debe “lavarse” con solución salina fisiológica con el fin de eliminarlos.
• Infección por citomegalovirus.
La Infección por CMV en los neonatos presenta unas manifestaciones clínicas variables e inconstantes que oscilan desde la seroconversión asintomática a la infección letal. La infección por CMV en el
periodo neonatal puede ser adquirida por la lactancia materna, a través del proceso del nacimiento o más raramente mediante la transfusión de sangre y/o hemoderivados. El riesgo de adquirir una infección
por CMV se aumenta en neonatos prematuros, con bajo peso, y los
nacidos de madres seronegativas. De ahí que en estos grupos, se
recomiende la administración de componentes sanguíneos seronegativos para el CMV.
• Sobrecarga circulatoria.
Los neonatos son particularmente susceptibles, máxime si son prematuros y de bajo peso, a desarrollar una sobrecarga de volumen
cuando se les practica una transfusión de componentes sanguíneos;
de ahí que sea imperativo monitorizarlos adecuadamente durante el
acto transfusional, y que incluso en ocasiones sea necesaria la administración de fármacos diuréticos previamente a la transfusión.
• Reacción transfusional hemolítica en la enterocolitis necrotizante.
Los neonatos con enterocolitis necrotizante pueden en ocasiones, ser
infectados por organismos productores de neuraminidasa (como
Clostridium spp.); la neuraminidasa puede despojar el ácido siálico
de las sialoglicoproteinas de los hematíes que exhiben el criptoantígeno T; lo que ocasiona un estado normalmente conocido como la “Tactivación”; el término general “T-activación” fue utilizado originalmente para describir la exposición enzimática del neoantigeno de
Thomsen-Friedenreich (antígeno T) en la superficie eritrocitaria por
la neuraminidasa bacteriana que elimina los residuos específicos de
ácido siálico. En el plasma del adulto (pero no el plasma neonatal)
casi invariablemente existe un anticuerpo anti-T, de tipo IgM, que es
potencialmente hemolítico y de aglutinación, y que puede provocar
un síndrome hemolítico post-transfusional, de intensidad y gravedad
564
variable. Los protocolos de transfusión que se han postulado para los
pacientes con T-activación incluyen el uso de concentrados de hematíes lavados y desplasmatizados, los concentrados de plaquetas plasma reducidos, y el uso de plasma fresco y/o crioprecipitados con títulos bajos de anti-T, si la administración de estos últimos es esencial.
La transfusión lenta del componente con una evaluación estrecha
ante una posible hemólisis también se ha recomendado, con la determinación de hemoglobina, haptoglobina, bilirrubina total e indirecta,
y de hemoglobina en orina antes, durante y después de la transfusión.
565
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574
16. REACCIONES TRANSFUSIONALES. CONCEPTO.
CLASIFICACION. SINTOMATOLOGÍA.
NORMAS DE ACTUACIÓN
Roberto Roig Oltra*, Elías Aguilar Ligorit#.
*Centro de Transfusiones de la Comunidad Valenciana. Valencia. #Servicio de Hematología.
Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
La transfusión sanguínea (TS) es, actualmente, una terapia muy segura,
debido a las medidas en la selección de donantes, métodos de procesamiento e indicaciones estrictas a pacientes. No obstante, por su naturaleza de producto humano y posibilidad de transmisión de enfermedades, no
está exenta de efectos secundarios. Algunos están asociados al tipo de
componentes sanguíneo utilizado (hematíes, plaquetas, etc.) y otros son
específicos del estado del receptor (inmunosupresión, transfusión crónica, etc.).
Con objeto de cuantificar el número, tipo, gravedad e imputación de la TS
en las reacciones adversas, es muy importante disponer de protocolos que
contemplen la comunicación al banco de sangre, para su estudio, tratamiento y poder hacer un seguimiento general y una profilaxis adecuada.
Estos protocolos son una base muy importante de los programas de hemovigilancia.
575
A. Concepto
Se entiende por reacción transfusional (RT) a cualquier efecto desfavorable que se presenta durante la administración de hemoderivados, o posteriormente a la transfusión pero directamente relacionada con ella. Gran
parte de estos efectos derivan de la naturaleza del producto utilizado, de
las posibles alteraciones de los hemoderivados durante su proceso y almacenamiento y de las condiciones clínicas del paciente sometido a una
transfusión
Hay que destacar los importantes avances que se han desarrollado en el
campo de la obtención, manipulación, fraccionamiento y almacenamiento de la sangre, las pruebas a la que es sometida la misma, y por último
los estudios pre-transfusionales; pese a todo ello, la utilización de los
hemoderivados conlleva unos riesgos y unos efectos secundarios que
deben ser valorados antes de indicar su prescripción, asegurándose que
está plenamente justificada su administración, que los posibles beneficios
que se pretenden superan con creces a los riesgos mencionados y que no
existen alternativas farmacológicas a la misma.
B. Clasificación
Las reacciones adversas son de etiología diversas y pueden suceder durante el acto transfusional, inmediatamente después o posteriormente.
Existen varias clasificaciones de las RT atendiendo a diversos criterios
tales como a la rapidez de su presentación (aguda o retardada), al mecanismo productor (inmune o no inmunológico), a la gravedad potencial de
las mismas (mortales o intrascendentes). De una forma totalmente práctica las podemos clasificar en:
EFECTOS ADVERSOS INMEDIATOS.
• REACCIONES INMUNOLOGICAS ENTRE ANTIGENOS Y ANTICUERPOS DEL DONANTE Y RECEPTOR.
ANTIGENOS ERITROCITARIOS (REACCIONES HEMOLÍTICAS AGUDAS).
ANTIGENOS LEUCOCITARIOS.
ANTIGENOS PLAQUETARIOS (Refractariedad, Trombopenia
aloinmune).
ANTIGENOS PLASMATICOS (Grupos Gm, INv, etc.).
576
EDEMA PULMONAR NO CARDIOGENICO (TRALI).
• REACCIONES DE BASE MICROBIANA.
SHOCK ENDOTOXEMICO POR SANGRE CONTAMINADA.
REACCIONES POR PIROGENOS.
• REACCIONES DE BASE CIRCULATORIA.
SOBRECARGA CIRCULATORIA.
MICROEMBOLISMO POR ENTRADA DE COAGULOS Y/O
AIRE.
MICROEMBOLISMO PULMONAR POR INFUSION DE
AGREGADOS.
HIPOTERMIA POR INFUSION DE SANGRE FRIA.
• REACCIONES METABOLICAS.
HIPERPOTASEMIA.
HIPOCALCEMIA POR CITRATO.
HIPERAMONIEMIA.
HEMOGLOBINEMIA Y HEMOGLOBINURIA.
HEMOLISIS POR INFUSION DE SANGRE FRIA.
HEMOLISIS POR TRASFUSION JUNTO CON SOLUCIONES
GLUCOSADAS.
HEMOLISIS POR TRASFUSION DE HEMODERIVADOS
CON DEFICIT DE G-6-PD Y TRATAMIENTO CONCOMITANTE CON FARMACOS OXIDANTES.
ACIDOSIS EN PACIENTES CON HIPOTENSION.
• DEFECTOS FUNCIONALES.
HIPOCOAGULABILIDAD POR INFUSION MASIVA DE
SANGRE CONSERVADA.
TROMBOPENIA POR HEMODILUCION.
HIPOXIA POR ALTERACION FUNCIONAL DE LA HEMOGLOBINA.
577
EFECTOS ADVERSOS TARDIOS.
• ISOINMUNIZACION A:
ANTIGENOS ERITROCITARIOS (REACCION HEMOLÍTICA RETARDADA).
ANTIGENOS LEUCOCITARIOS.
ANTIGENOS PLAQUETARIOS (PÚRPURA POST-TRANSFUSIONAL).
PROTEINAS PLASMATICAS.
EICH RELACIONADA CON TRANSFUSION.
• TRASMISION DE ENFERMEDADES:
V. HEPATITIS A.
V. HEPATITIS B.
V. HEPATITIS C.
V. HEPATITIS G.
V. TT.
V. SEN.
HERPESVIRUS HUMANOS.
CITOMEGALOVIRUS.
V. EPSTEIN-BARR.
V. INMUNODEFICIENCIA HUMANA.
V. HTLV-I Y HTLV-II.
PARVOVIRUS B-19.
ENFERMEDAD DE CREUTZFELDT-JAKOB.
ENCEFALOPATIA BOVINA ESPONGIFORME.
VIRUS DE LA ENCEFALITIS DEL NILO.
SIFILIS.
BRUCELOSIS.
RICKETSIOSIS.
578
CONTAMINACION BACTERIANA.
PALUDISMO
TRYPANOSOMIASIS.
TOXOPLASMOSIS.
FILARIASIS.
• PRODUCCION DE HEMOCROMATOSIS-HEMOSIDEROSIS.
• EFECTO DE LA TS SOBRE LA HEMOPOYESIS.
• INMUNOMODULACION.
C. Sintomatología general de las reacciones transfusionales
Todas las personas relacionadas con el acto transfusional (personal del
Banco de Sangre, médicos que prescriben la transfusión, ATS-DUE de
las unidades hospitalarias en las que se administran los componentes sanguíneos, y en general, el personal sanitario encargado de la atención de
los pacientes) deben conocer y reconocer todos los signos y síntomas de
cualquier tipo de RT, con el fin de que ésta pueda detenerse y ofrecer al
paciente los cuidados inmediatos para minimizar los efectos secundarios
de las misma.
Los signos y síntomas que pueden indicar una reacción transfusional
incluyen:
• Fiebre (definida por aumento en 1-2º C sobre la temperatura basal).
• Escalofríos, acompañados o no de cuadro febril.
• Dolor en la zona de infusión o en el trayecto venoso de la misma.
• Dolor torácico, abdominal o en zona lumbar ó lumbo-sacra.
• Alteraciones respiratorias: disnea, taquipnea, broncoespasmo, sibilantes, edema laríngeo.
• Alteraciones del ritmo cardiaco: taquicardia.
• Alteraciones dermatológicas: urticaria, prurito, rash cutáneo, enrojecimiento, edema.
• Trastornos de la tensión arterial (cuadros hiper-hipotensivos).
• Nauseas y vómitos.
579
• Aumento del sangrado quirúrgico pese a correcta hemostasia.
• Hemoglobinemia, hemoglobinuria.
• Oliguria, en casos extremos anuria.
• Reacción anafiláctica.
• Anemia persistente pese al soporte transfusional.
• Shock séptico.
• Cuadro de coagulación intravascular diseminada.
• Sensación de gravedad y muerte inminente.
Para poder detectar precozmente cualquiera de los síntomas señalados, se
debe observar con frecuencia a todo paciente que recibe una transfusión.
En pacientes anestesiados que no pueden describir la sintomatología, el
sangrado difuso, las alteraciones en la tensión arterial, y el cambio de
color de la orina (hemoglobinuria) pueden ser las únicas manifestaciones
de una RT.
En las Tablas 16.1. y 16.2. se reseñan las principales reacciones transfusionales agudas y retardadas, así como su etiología y principales manifestaciones.
Tabla 16.1. Principales reacciones transfusionales agudas:
tipos, causas y sintomatología
TIPO DE
REACCIÓN
ETIOLOGÍA
SIGNOS Y SÍNTOMAS
HEMOLÍTICA
INMUNE
INCOMPATIBILIDAD
ERITROCITARIA
ESCALOFRIOS, FIEBRE,
DOLOR EN LA ZONA DE
INFUSIÓN, DOLOR OSEO,
HEMOGLOBINURIA,
FALLO RENAL AGUDO,
OLIGURIA,
COAGULACIÓN
INTRAVASCULAR
DISEMINADA
HEMOLÍTICA NO
INMUNE
DESTRUCCIÓN
ERITROCITARIA POR
AGENTES FISICOS O
QUÍMICOS
HEMOGLOBINURIA
580
HIPONTESIVA
INHIBICIÓN DEL
METABOLISMO DE LA
BRADICININA POR
INFUSIÓN DE
BRADICININA O
ACTIVADORES DE
PRECALICREINA
ENROJECIMIENTO
(FLUSHING) CON
HIPOTENSION
ACOMPAÑADA O NO DE
SINTOMATOLOGÍA
MODERADA
RESPIRATORIA
FEBRIL NO
HEMOLITICA
LEUCOAGLUTININAS,
ANTICUERPOS ANTIPLAQUETARIOS,
PIROGENOS
FIEBRE (GENERALMENTE
>1º C), CEFALEA,
ESCALOFRIOS, NAUSEAS,
VOMITOS, MALESTAR
GENERAL
ALERGICA
ALERGIA DEL PACIENTE
AL PRODUCTO SOLUBLE
EN PLASMA DEL
DONANTE
ERITEMA LOCAL,
COLMENAS, PRURITO,
COMEZÓN
ANAFILÁCTICA
ANTICUERPOS ANTI-IGA
EN PACIENTES CON
DÉFICIT DE IGA
TOS, BRONCOESPASMO,
CALAMBRES
ABDOMINALES,
VÓMITOS, DIARREA,
SHOCK, PÉRDIDA DE
CONCIENCIA.
SOBRECARGA
CIRCULATORIA
SOBRECARGA DE
VOLUMEN
TOS, CIANOSIS, DISNEA,
OPRESIÓN TORÁCICA,
CEFALEA
LESION PULMONAR
AGUDA
ANTICUERPOS ANTI-HLA
O ANTI-NEUTROFILOS EN
EL PLASMA DEL
DONANTE
DISTRES RESPIRATORIO
AGUDO CON O SIN
HIPOTENSION QUE
APARECE
GENERALMENTE ENTRE
1-2 HORAS POSTTRANSFUSION
HIPOCALCEMIA
TRANSFUSIÓN MASIVA
DE CH Y DISMINUCIÓN
DEL METABOLISMO DEL
CITRATO
PARESTESIAS, TETANIA,
ARRITMIAS
CONTAMINACIÓN
BACTERIANA
ADMINISTRACIÓN DE
HEMODERIVADOS
CONTAMINADOS POR
BACTERIAS
FIEBRE (GENERALMENTE
>40º C), TAQUICARDIA,
SHOCK, CID, NAUSEAS Y
VOMITOS, HIPOTENSION,
COLAPSO CIRCULATORIO
HIPOTERMIA
INFUSIÓN RAPIDA DE CH
FRIOS
ARRITMIA CARDIACA
581
HIPERKALEMIA
ADMINISTRACIÓN DE
VARIAS UNIDADES DE
CH CON NIVELES ALTOS
DE POTASIO
ARRITMIA CARDIACA
EMBOLIA GASEOSA
INTRODUCCIÓN DE AIRE
EN LA VIA VENOSA
HIPOTENSION, CIANOSIS,
COLAPSO CIRCULATORIO
Tabla 16.2. Principales reacciones transfusionales retardadas:
tipos, causas y sintomatología
TIPO DE
REACCIÓN
ETIOLOGÍA
SIGNOS Y SÍNTOMAS
HEMOLÍTICA
RESPUESTA
ANAMNESICA A
ANTIGENOS
ERITROCITARIOS
MALESTAR GENERAL,
INADECUADO AUMENTO
DE LOS NIVELES DE
HEMOGLOBINA,
ELEVACIÓN DE LA
BILIRRUBINA SERICA
ALOINMUNIZACION
RESPUESTA
INMUNE FRENTE A
ANTIGENOS DE LAS
CELULAS
SANGUÍNEAS
GENERALMENTE
NINGUNO, PERO PUEDE
DAR UN ESTADO DE
REFRACTARIEDAD A LA
TRANSFUSIÓN DE
PLAQUETAS, DIFICULTAD
PARA ENCONTRAR
UNIDADES DE CH
COMPATIBLES, Y
REACCIONES
HEMOLÍTICAS TARDIAS
ULTERIORES
ENFERMEDAD INJERTO ACCION DE LOS
LINFOCITOS
CONTRA HUESPED
FUNCIONALES
INFUNDIDOS SOBRE
EL SISTEMA
INMUNE
PÚRPURA POSTTRANSFUSIONAL
582
ANTICUERPOS
PLAQUETARES
ERITRODERMIA, RASH
MACULOPAPULAR,
ANOREXIA, NAUSEAS,
VOMITOS, DIAREA,
HEPATITIS, PANCITOPENIA,
FIEBRE
CUADRO PURPURICO,
HEMORRAGIA, A LOS 8-10
DIAS POST-TRANSFUSION
INMUNOMODULACION
INTERACCION DE
LOS LEUCOCITOS
DEL DONANTE CON
EL SISTEMA
INMUNE
SOBRECARGA FERRICA MULTIPLES
TRANSFUSIONES
DE CH EN
PACIENTES CON
NECESIDADES
REITERADAS
TRANSMISIÓN DE
ENFERMEDADES
AUMENTO DE
INFECCIONES POSTCIRUGIA, RECURRENCIA
DE NEOPLASIAS,
DISMINUCIÓN DE
RECHAZO EN
TRANSPLANTE DE
ORGANOS
TRANSTORNOS
ENDOCRINOS, ARRITMIAS,
MIOCARDIOPATIA, FALLO
HEPÁTICO Y PANCREATICO
LAS PROPIAS DE CADA
CONTAMINACIÓN
AGENTE PATÓGENO
POR AGENTES
PATÓGENOS DE LAS TRANSMITIDO
UNIDADES
ADMINISTRADAS
D. Normas generales de actuación
Cuando se produzca cualquier tipo de reacción trasfusional, aparte de las
medidas adecuadas para cada caso según su tipo, hay que realizar una
serie de actuaciones comunes:
• Interrumpir inmediatamente la trasfusión una vez asegurados que se
trata de una reacción IMPORTANTE (fiebre alta, disnea, escalofríos, dolor lumbar, reacción urticarial severa, naúseas/vómitos) y mantener la vena con suero fisiológico.
• Verificar la etiqueta colocada por el BANCO DE SANGRE en la
bolsa, en la que figuran los datos del paciente, comprobando que
corresponden a su destinatario.
• Confirmar que el grupo y Rh del paciente, que consta en la etiqueta
colocada por el Banco de Sangre en la unidad, coincide con el que
figura originariamente en la unidad y que es adherido a la misma por
el Centro Regional de Transfusión.
• AVISAR AL BANCO DE SANGRE. Recoger la bolsa con su equipo y rellenar todos los datos que figuran en la HOJA INFORME
DE REACCION TRANSFUSIONAL tanto por parte del ATS
como del médico responsable del paciente.
583
• Realizar POR OTRA VIA DISTINTA a la de la transfusión, la
extracción de 10 mL de sangre con EDTA y 10 mL de sangre coagulada.
• Recoger orina del paciente lo antes posible una vez producida la
reacción.
• Enviar al BANCO DE SANGRE la hoja de reacción transfusional,
la bolsa de sangre con su equipo de infusión y las muestras extraídas
(incluida la orina).
• Tomar las constantes vitales tal y como se indica en la hoja de recogida de datos y seguir la gráfica de diuresis durante 48 horas.
E. Estudios clínico-analíticos en las reacciones transfusionales
En todos los Bancos de Sangres, Servicios de Transfusión y unidades
de hospitalización en donde se administran componentes sanguíneos y
hemoderivados, debe existir un manual de procedimientos, en donde
se detallen todos los pasos a seguir ante una RT, encaminado a detectar cualquier tipo de reacción que se presente, diagnosticarla y determinar el tratamiento apropiado, así como prevenir posibles reacciones
futuras.
E.1. Asistencia clínica inmediata
Los ATS-DUE son generalmente los primeros en sospechar una reacción
transfusional y en tomar rápidas decisiones que pueden salvar la vida de
los pacientes, de ahí que la interrupción inmediata de la transfusión ante
cualquier síntoma sugerente de RT sea primordial y prioritario, con el fin
de administrar la menor cantidad del componente sanguíneo o hemoderivado que se está infundiendo.
El mantenimiento de la vía intravenosa con suero salino fisiológico o con
cualquier otra solución, es fundamental para poder administrar cualquier
tipo de medicación urgente o reiniciar la transfusión si se considera oportuno y necesario.
La revisión de la unidad, comprobando las etiquetas, nombre del paciente, grupo y Rh del paciente, grupo y Rh que consta originariamente en la
bolsa, resultado de las pruebas de compatibilidad, puede advertirnos de la
posibilidad de un error humano en la identificación del paciente y además
en caso de estar presente dicho error, avisar al Banco de Sangre, ya que
584
probablemente otro paciente vaya a recibir o este recibiendo una unidad
equivocada.
Ante cualquier signo o síntoma sugerente de una RT, el personal médico
responsable del paciente debe realizar una exploración clínica detallada y
describir la sintomatología rellenando un formulario de reacción transfusional en el que debe constar:
• Constantes vitales del paciente antes y después de la transfusión (frecuencia cardiaca, tensión arterial y temperatura).
• El tipo de reacción y la sintomatología acompañante.
• El tiempo que ha transcurrido desde el inicio de la transfusión hasta
la aparición de los primeros síntomas.
• El tiempo que llevaba el componente sanguíneo o hemoderivado,
siendo administrado.
• El volumen aproximado de componente sanguíneo o hemoderivado
administrado.
• El tipo de componente sanguíneo o hemoderivado administrado.
• La proporción o ritmo de infusión del producto transfundido.
• Si el componente sanguíneo o hemoderivado, ha sido previamente
calentado.
• Si el componente sanguíneo o hemoderivado ha sido sometido a presión con manguitos para acelerar su administración.
• El tamaño de la aguja a través de la que se administraba.
• El tipo de filtro utilizado para su administración.
• Cualquier fluidoterapia o medicación suministrada, inmediatamente
antes y/o con la administración del componente sanguíneo o hemoderivado.
Se deberá obtener, por otra vía distinta a la que se estaba administrando el
componente sanguíneo o hemoderivado, muestras de sangre para estudios
analíticos (10 mL de sangre con EDTA, 10 mL de sangre coagulada y 4
mL de sangre con citrato). Así mismo, se vigilará la emisión de orina para
remitir la primera muestra obtenida tras el incidente transfusional, vigilando la diuresis horaria.
585
E.2. Pruebas de laboratorio
E.2.1. Estudios inmediatos
• Comprobar toda la documentación administrativa, etiquetas, identificaciones en busca de posibles contradicciones o diferencias.
• Inspeccionar visualmente las muestras plasmáticas pre y post-transfusionales para detectar la presencia de hemólisis (color rosado) o
ictericia.
Si sólo aparece hemólisis o ictericia en la muestra post-transfusional, hay que descartar la posibilidad de una obtención traumática de
la misma, con una segunda muestra.
• Realizar una prueba de aglutinación directa (Test de Coombs) en
la muestra con EDTA pre y post-transfusional. Si la prueba es positiva en la muestra post-transfusional, hay que realizarla también en
la muestra pre-transfusional para compararla. En estos casos hay que
considerar la existencia de una hemólisis inmune, iniciar estudios
complementarios y avisar al personal médico encargado del paciente de la gravedad del caso.
E.2.2. Estudios adicionales
• Repetir la determinación de grupo ABO y Rh en las muestras pretransfusionales, post-transfusionales y en el componente o hemoderivado administrado. Si existe alguna discrepancia entre las tres
muestras, se ha cometido un error en la identificación de las muestras del paciente de la identidad del paciente o de la unidad, que ha
sido el causante de la RT.
Si el error en la identificación de la muestra del paciente o en los
datos de identidad del paciente, se ha detectado, probablemente otro
paciente pueda estar en riesgo de recibir una unidad equivocada, por
lo que hay que revisar todas las muestras recibidas.
Si el error se detecta en el etiquetado original de la unidad, se ha producido un error en la identificación del componente.
• Determinar el Escrutinio de anticuerpos irregulares en las muestras pre y post-transfusionales del paciente. Pueden ser negativos en
un principio por estar adsorbidos sobre los hematíes transfundidos.
586
En este caso hacer eluido si la PAD es positiva.
En caso de identificar anticuerpo en ambas muestras, se ha producido un error al realizar las pruebas cruzadas de compatibilidad.
Si se detecta el anticuerpo sólo en la muestra post-transfusional, hay
que considerar una respuesta inmunitaria a una sensibilización previa indetectable en la muestra pre-transfusional, o un traslado pasivo
del anticuerpo por parte de plasma del donante. Hay que realizar la
historia transfusional del paciente investigando: transfusiones anteriores, embarazos, transplantes de tejidos, etc., que puedan haber
producido una aloinmunización previa.
• Repetir las pruebas cruzadas con la muestra pre y post-transfusional. Debe incluirse la fase de Coombs en su realización.
La incompatibilidad con la muestra pre-transfusional indica un error
técnico o humano en la comprobación original.
La incompatibilidad con la muestra post-transfusional indica una
respuesta inmunitaria a una sensibilización previa indetectable, o la
posibilidad de un error en la identificación de la muestra pre-transfusional.
• Determinar la posible existencia de hemoglobina libre en la orina
del paciente emitida tras el incidente transfusional. Un resultado
positivo indica la presencia de hemólisis; el examen microscópico
del sedimento urinario mostrara la morfología de los hematíes de
gran valor para diferenciar hematurias traumáticas o de otros orígenes.
• Determinar la bilirrubina libre sérica en la muestra post-transfuional, y en otra muestra obtenida a las 5-7 horas de la reacción transfusional. La bilirrubina libre es un producto de la degradación de la
hemoglobina en el torrente circulatorio, que causa un cambio de
color característico en el suero.
• Determinar tras el incidente transfusional y periódicamente la cifra
de hemoglobina y hematocrito del paciente, para valorar descensos
inexplicables.
• Examinar la unidad devuelta junto con su equipo de infusión,
para valorar la existencia de hemólisis, daño físico, contaminación o
funcionamiento defectuoso.
587
Puede existir hemólisis de mecanismos no inmunes causados por
soluciones, medicaciones, funcionamiento defectuoso de los calentadores de sangre o dispositivos de infusión, que pueden ponerse en
evidencia tras el estudio de la unidad y el equipo de infusión.
• Realizar una tinción de Gram en una muestra de la unidad, así
como cultivos microbiológicos si están indicados. Sobre todo si el
examen visual de la unidad muestra una apariencia anormal con grumos, burbujas y/o cambios en la coloración normal del hemoderivado o componente.
• Determinar la haptoglobina sérica en la muestra pre y post-transfusional. Esto puede ser útil para diagnosticar una reacción hemolítica.
Una disminución de la haptoglobina se observa cuando existe hemoglobina libre en el plasma, ya que se une a la misma almacenándose
en el tejido retículo-endotelial.
• Determinar LDH e iones.
• Si se sospecha una RT anafiláctica, determinar la cifra de IgA.
588
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590
17. REACCIONES TRANSFUSIONALES
INMUNOLOGICAS.
Cristina Arbona Castaño*, Elías Aguilar Ligorit#. .
*Servicio de Hematología y Oncología Médica. Hospital Clínico Universitario. Valencia. #Servicio
de Hematología. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana
A. Reacciones inmunológicas agudas
A.1. Reacción transfusional hemolítica aguda
Las reacciones transfusionales hemolíticas agudas (RTHA), son las más
severas y graves, pudiendo causar el fallecimiento del paciente por la
activación rápida del complemento y lisis intravascular de los hematíes, provocando un fracaso renal agudo que puede acompañarse de un
cuadro de coagulación intravascular diseminada (CID); ocurre típicamente, cuando se transfunde a un paciente que tiene un anticuerpo significante, frente a uno de los antígenos de los hematíes del donante. La
gran mayoría de las RTHA se producen como consecuencia de una
incompatibilidad ABO entre el paciente y el donante durante la administración de CH.
591
El conflicto antígeno-anticuerpo puede conducir a una hemólisis por activación del complemento y destrucción de la membrana eritrocitaria produciendo una hemólisis intravascular que generalmente es aguda; o bien,
puede conducir a una hemólisis por secuestro y destrucción (hepática o
esplénica) de los hematíes con fagocitosis, produciéndose una hemólisis
extravascular o intratisular, que muy raramente es aguda.
• Incidencia
El riesgo estimado de una reacción hemolítica aguda es aproximadamente de 1 cada 6.000-33.000 transfusiones, en tanto que el de una
reacción hemolítica fatal lo es de 1 cada 250.000-600.000.
• Manifestaciones clínicas
Los síntomas de una RTHA aparecen normalmente dentro de los primeros 5-15 minutos de iniciar la transfusión, van a guardar una intensidad directamente relacionada con la cantidad de mL infundidos, la
velocidad de administración y el estado de las funciones renal, hepática y cardiaca del paciente, generalmente consisten en:
✓ Fiebre.
✓ Escalofríos.
✓ Dolor y quemazón en la zona de venopunción y trayecto venoso.
✓ Hipotensión.
✓ Dolor torácico, subesternal.
✓ Dolor en zona lumbar (fosas renales).
✓ Nauseas y vómitos.
✓ Disnea.
✓ Diaforesis.
✓ Ansiedad, sensación de muerte inminente.
✓ Hemoglobinuria.
✓ Aumento del sangrado quirúrgico y shock con hipotensión, pueden
ser las únicas manifestaciones en los pacientes anestesiados.
La detención inmediata de la transfusión y la instauración de un tratamiento urgente, pueden evitar en ocasiones, la evolución del cuadro
592
clínico hacia un fracaso renal agudo que puede acompañarse de una
coagulación intravascular diseminada.
• Etiología
Prácticamente el 80% de las RTHA son debidas a errores humanos,
bien en el rotulado de las muestras, bien en el proceso de pruebas cruzadas, o en el momento de la transfusión, al no identificar correctamente al paciente.
La mayoría de las veces se producen a través de una incompatibilidad
ABO entre el paciente y el donante, durante la administración de
hemoderivados que contienen hematíes; en otras ocasiones son anticuerpos eritrocitarios los causantes, siendo los más frecuentemente
implicados: anti-Kell, anti-Kidd (anti-Jka), y anti-Duffy (anti-Fya).
En raras ocasiones se presenta una RTHA con la administración de
hemoderivados que no contienen hematíes, como el PFC y unidades de
plaquetas. En esta situación se trata de PFC de grupo O transfundido a
pacientes de grupo A, B ó AB, que puede contener anticuerpos potentes contra los antígenos A ó B de los hematíes del destinatario, y provocar una RHTA.
• Fisiopatología
El elemento primario que va a desencadenar todas las alteraciones, es
la interacción antígeno-anticuerpo eritrocitario, que va a provocar la
activación del sistema del complemento y la liberación de sustancias
mediadoras inflamatorias, responsables de las alteraciones en diversos
órganos y tejidos que se van a presentar.
En el caso de una RHTA por incompatibilidad ABO, la hemólisis va a
ser intravascular y el anticuerpo de tipo IgM, va a reaccionar con los
antígenos de los hematíes transfundidos, produciéndose una activación
del complemento de C1 a C9 por su vía clásica en el propio torrente
circulatorio. Esta activación de la vía clásica del complemento lleva a
la formación de anafilotoxinas C3a y C5a, que ejercen una acción
directa sobre la musculatura lisa, actúan sobre las células del sistema
mononuclear-fagocítico y los neutrófilos reforzando la expresión de
los receptores C3b de las mismas, producen la liberación por parte de
los mastocitos y basófilos de mediadores de la respuesta inmune
humoral (histamina, TNF, IL-1, IL-3-4-5-6, leucotrienios y prostaglandinas). Además las células del sistema mononuclear-fagocítico son
593
activadas por la fagocitosis y por C5a con la secreción de nuevos
mediadores como el factor activador de neutrófilos e IL-8, que parece
ser que aumenta la liberación de tromboplastinas que activan los fenómenos de coagulación intravascular.
Los inmunocomplejos formados por la interacción antígeno-anticuerpo, producen la activación del Factor XII, el cual inicia la cascada de
la coagulación y activa el sistema de las calicreinas con producción de
bradiquinina que va a provocar, un aumento de la permeabilidad capilar, una activación del sistema nervioso simpático con liberación de
noradrenalina y otras catecolaminas, y una vasoconstricción de los
lechos pulmonares y renales.
La hemoglobina libre resultante de la destrucción de los hematíes se
fija a la albúmina y haptoglobina, pero una vez éstas están saturadas,
se elimina por el riñón apareciendo la hemoglobinuria.
La circulación posterior de los restos de los hematíes lisados unida a
la activación del Factor XII y a la liberación de tromboplastinas tisulares, va a iniciar la cascada de la coagulación, con formación de
microtrombos en la circulación que van a producir fenómenos de
isquemia tisular y un consumo de fibrinógeno, plaquetas y factores
lábiles de la coagulación, colocando al paciente en una situación
hemorrágica conocida como síndrome de coagulación intravascular
diseminada.
El órgano que va resultar más comprometido en el curso de una RTHA
es el riñón. La lesión renal es el resultado de múltiples factores como:
depósito glomerular de fibrina, disminución de la circulación renal
debida a la hipotensión, vasoconstricción, microtrombos y depósito de
inmunocomplejos, precipitación de la hemoglobina libre en los túbulos renales. Todo ello conduce a una isquemia renal con la consiguiente necrosis tubular e insuficiencia renal aguda.
La RHTA extravascular se produce por la acción de anticuerpos que no
son tan líticos y que no activan de forma completa el sistema del complemento, si no que lo activan de forma parcial hasta C3b, por lo que
las manifestaciones clínicas derivadas de la liberación de anafilotoxinas van a estar ausentes. La naturaleza del anticuerpo es de tipo IgG.
En el caso del anticuerpo IgG del anti-Duffy (anti-Fya), puede activar
totalmente el sistema del complemento y que la reacción hemolítica se
produzca tanto extra como intravascularmente.
594
• Normas de actuación
✓ Detener la transfusión.
✓ Tomar las constantes vitales, anotar y describir la sintomatología.
✓ Mantener la vía venosa con solución salina fisiológica.
✓ Confirmar que en la unidad que se está administrando, constan los
datos del paciente, y que éstos coinciden con la persona a la que se
está realizando la transfusión.
✓ Confirmar que el grupo y Rh del paciente, que consta en la etiqueta colocada por el Banco de Sangre en la unidad, coincide con
el que figura originariamente en la unidad y que es adherido a ella
por el Centro Regional de Transfusión.
✓ Notificar la incidencia al médico responsable del paciente para
valorar la intensidad de la reacción, el tratamiento oportuno y la
continuidad o no de la misma.
✓ Rellenar la hoja-informe de reacción transfusional, anotando y
describiendo todos sus apartados, remitiéndola al Banco de
Sangre.
✓ Obtener una muestra de sangre de otra vía distinta a la de la infusión
del hemoderivado o componente sanguíneo, para realizar estudios
analíticos (tubo seco, con EDTA y con citrato).
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial
La sintomatología inicial que puede presentarse en una RTHA, es la
señalada anteriormente, si bien el síntoma más frecuente y de aparición
más precoz, es un cuadro febril acompañado de escalofríos intensos
con tan solo 10-15 mL de hemoderivado transfundido. No hay que olvidar que en pacientes anestesiados las únicas manifestaciones pueden ser
un aumento del sangrado quirúrgico en el campo operatorio y/o en las
zonas de punción, shock con hipotensión, o la emisión de orina con
hemoglobinuria.
Esta sintomatología que se presenta en los pacientes no anestesiados, es
muy similar a otras reacciones transfusionales que no son tan potencialmente peligrosas, por ello es fundamental detener inmediatamente la
transfusión. Una forma rápida y eficaz de distinguirlas, es obtener una
muestra de sangre y realizar una centrifugación para valorar el color del
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plasma; si éste aparece normal y no se ha presentando ninguna sintomatología añadida, probablemente nos encontremos ante otro tipo de reacción transfusional; en cambio si el plasma presenta un color rosado o
rojo (debido a la hemólisis) es probable que nos encontremos ante una
RTHA, ya que basta la lisis de sólo 5 mL de hematíes para que exista
hemoglobinemia y proporcione el color característico al suero.
Ante un episodio sospechoso de RHTA, aparte de las medidas generales anteriormente señaladas y adoptadas se debe proceder a realizar
determinaciones analíticas encaminadas a confirmar la existencia de
una reacción hemolítica y en caso afirmativo, a detectar su etiología y
mecanismos implicados:
✓ Realizar una prueba de aglutinación directa (Test de Coombs)
en la muestra con EDTA pre y post-transfusional. Si la prueba es
positiva en la muestra post-transfusional, hay que realizarla también en la muestra pre-transfusional para compararla.
✓ Repetir la determinación de grupo ABO y Rh en las muestras
pre-transfusionales, post-transfusionales y en el componente o
hemoderivado administrado.
✓ Determinar el Escrutinio de anticuerpos irregulares en las
muestras pre y post-transfusionales del paciente.
✓ Repetir las pruebas cruzadas con la muestra pre y post-transfusional. Debe incluirse la fase de Coombs en su realización.
✓ Determinar la posible existencia de hemoglobina libre en la orina
del paciente emitida tras el incidente transfusional.
✓ Determinar la bilirrubina libre sérica en la muestra post-transfuional, y en otra muestra obtenida a las 5-7 horas de la reacción
transfusional. La bilirrubina libre es un producto de la degradación
de la hemoglobina en el torrente circulatorio, que causa un cambio
de color característico en el suero.
✓ Determinar tras el incidente transfusional y periódicamente la cifra
de hemoglobina y hematocrito del paciente, para valorar descensos inexplicables.
✓ Examinar la unidad devuelta junto con su equipo de infusión,
para valorar la existencia de hemólisis, daño físico, contaminación
o funcionamiento defectuoso.
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✓ Realizar una tinción de Gram en una muestra de la unidad, así
como cultivos microbiológicos si están indicados. Sobre todo si el
examen visual de la unidad muestra una apariencia anormal con
grumos, burbujas y/o cambios en la coloración normal del hemoderivado o componente.
✓ Determinar la haptoglobina sérica en la muestra pre y post-transfusional.
• Tratamiento
El objetivo fundamental del tratamiento de una RTHA es restaurar el
cuadro hipotensivo, manteniendo un flujo sanguíneo renal adecuado
que impida la aparición de un fracaso renal agudo de graves consecuencias, conservando las constantes vitales del paciente y previendo
la aparición de un cuadro de coagulación intravascular diseminada.
Generalmente se relaciona la severidad del cuadro clínico con la cantidad de mL de hematíes incompatibles administrados, si bien se han
documentado casos fatales con infusiones inferiores a los 30 mL; de
ahí, que un tratamiento enérgico y precoz sea fundamental para disminuir la gravedad y mortalidad del evento.
Las líneas básicas del tratamiento son:
✓ Obtener una buena vía venosa
Un catéter en una vía central (yugular o subclavia) nos va a permitir además de administrar fluidos y medicación, obtener la presión venosa central.
✓ Controlar el estado de shock y colapso vascular.
Manteniendo un volumen circulante adecuado y una Tensión
Arterial que nos garantice una correcta perfusión renal. Ello se
consigue con la administración de cristaloides (suero salino fisiológico 500-1.000 mL en 1-2 horas si lo permite el estado cardíaco),
supervisando el ECG del paciente, su presión venosa central y su
diuresis con el objetivo de mantener como mínimo una diuresis
horaria superior a los 100 mL/hora.
✓ Prevenir el fracaso renal agudo.
➢ Aunque no existe ninguna evidencia que la administración
de diuréticos pueda prevenir o revertir la existencia de un
fracaso renal agudo, se deben prescribir, sobre todo en la
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fase oligúrica agentes diuréticos del tipo de furosemida
(Seguril®) a dosis iniciales de 3 mg/Kg endovenoso, dosis
que puede repetirse a las 2-3 horas si no hay respuesta manifiesta en la diuresis horaria. La administración de manitol
100 mL al 20% en bolo y continuando a un ritmo de 10-15
mL/minuto hasta administrar 1000 mL, que es un diurético
osmótico, aumenta el volumen sanguíneo y mejora el flujo
renal, puede tener interés en estas situaciones aunque su
indicación es controvertida.
➢ Los agentes vasopresores que disminuyen el flujo sanguíneo
renal están formalmente contraindicados; no obstante la
administración de Dopamina a bajas dosis, (dosis β, 1-4
µg/Kg/minuto endovenosa) puede mejorar el flujo renal al
provocar una vasodilatación arteriolar renal.
✓ Controlar la aparición de una coagulación intravascular diseminada.
El cuadro de CID debe tratarse según los protocolos establecidos
en cada Centro. No obstante como norma general cabe distinguir
dos situaciones clínicas: la existencia de datos biológicos de CID
sin fenómenos hemorrágicos y la existencia de un cuadro de CID
con manifestaciones hemorrágicas. En ésta última situación está
indicada la administración de:
➢ Unidades de plaquetas: 1 unidad/10 kg peso cada 12 horas,
o hasta que cesen las manifestaciones hemorrágicas.
➢ PFC: 20 ml/Kg peso cada 24 horas, o hasta que cesen las
manifestaciones hemorrágicas.
➢ CRI: 1 unidad/10 kg de peso cada 24 horas, o hasta que
cesen las manifestaciones hemorrágicas.
➢ Concentrados de AT-III en las siguientes situaciones:
– Parámetros biológicos de CID y AT-III <75%.
– CID severas con AT-III <50%, se debe administrar cada 8
horas previa determinación de niveles plasmáticos para
mantener una actividad entre el 70-100%.
– La administración concomitante de heparina, sólo debe
realizarse cuando los niveles de AT-III sean >80%
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✓ Mantener la oxigenación tisular.
No hay que olvidar que si el paciente recibía una transfusión, fundamentalmente de CH cuando se desencadeno el episodio de RHTA,
ésta estaba justificada por la deficiente oxigenación de los órganos y
tejidos. Hay que contactar con el Banco de Sangre para que proporcione unidades de CH compatibles (que no posean los antígenos) tras
determinar el anticuerpo causante de la reacción, si bien en ocasiones
ello es difícil y complicado.
✓ Controlar el equilibrio hidro-electrolítico.
Sobre todo las alteraciones en el equilibrio ácido-base, administrando Bicarbonato en caso de acidosis (45 mEq en solución venosa).
Vigilar la cifra de potasio y el volumen de líquidos administrados en
caso de la diuresis horaria no sea la deseada.
Si pese a todas las medidas adoptadas se presenta un fracaso renal agudo,
con elevación de la urea y potasio, descenso del bicarbonato y aparición
de una acidosis metabólica y oligoanuria, es imperativo consultar con el
Servicio de Nefrología para instaurar medidas más enérgicas.
• Prevención
La identificación adecuada, correcta e inequívoca del paciente es la
medida fundamentalmente para prevenir las RHTA debidas a la
incompatibilidad ABO, ya que gran parte de las mismas tienen su origen en un error humano en la identificación del destinatario de la transfusión, bien en el momento de la administración o en la toma de muestras pretransfusionales para realizar las pruebas cruzadas; siendo
menos frecuentes los errores de laboratorio.
El inicio del acto transfusional es el momento crítico y último para evitar un error de identificación, por lo que la determinación del grupo
sanguíneo y Rh del destinatario inmediatamente antes de la administración del hemoderivado o componente sanguíneo, puede evitar
una reacción potencialmente fatal, en caso de no ser compatible ni
coincidir con el que figura en la unidad, pese a que en la etiqueta figure el nombre del destinatario.
No hay que olvidar que pese a todas las medidas adoptadas para garantizar la administración del hemoderivado adecuado al paciente para
quien se ha solicitado, se puede presentar una RTHA incluso cuando
las pruebas cruzadas han sido compatibles.
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A.2. Reacciones febriles no hemolíticas
Las reacciones transfusionales febriles no hemolíticas (RTFNH) se observan con frecuencia en pacientes politransfundidos y en mujeres con historia de embarazos previos. Se presentan de forma más frecuente en la
transfusión de unidades de plaquetas que en la de concentrados de hematíes; pero dado que su sintomatología inicial puede ser similar a la de una
RTHA, debe reconocerse y distinguirse de la misma, ya que no es potencialmente tan peligrosa.
• Incidencia
La RTFNH es el efecto indeseable más frecuente de la administración
de sangre y hemoderivados, se presenta aproximadamente en 1 de cada
200 unidades administradas, siendo mucho más frecuente, entre el 530% de los casos, si el componente administrado se trata de unidades
de plaquetas.
• Manifestaciones clínicas
Los síntomas de una RTFNH aparecen normalmente entre los primeros 30 minutos y las 2 horas de iniciar la transfusión, pero pueden
incluso manifestarse hasta las 2 horas de finalizar la misma.
Generalmente consisten en:
• Fiebre (de entre 1-2º C sobre la temperatura basal).
• Escalofríos y temblores.
• Cefalea.
• Náuseas y vómitos.
• Sensación de malestar general.
No obstante, en ocasiones puede estar ausente el síndrome febril si el
paciente ha recibido fármacos antipiréticos de forma profiláctica, pero
éstos no evitaran la sensación de incomodidad y los escalofríos.
• Etiología
Estas reacciones son causadas a menudo por anticuerpos citotóxicos o
aglutinantes, anti-leucocito del paciente, que reaccionan con antígenos
HLA de los leucocitos existentes en el componente sanguíneo administrado. En el caso de la transfusión de plaquetas, éstas reacciones
pueden ser causadas por citoquinas liberadas por los leucocitos pre600
sentes en el componente durante su proceso de almacenamiento. Existe
un riesgo menor de producción de RTFNH en la administración de
PFC, CRI y concentrados de factores, ya que éstos no poseen leucocitos, pero parece ser que las proteínas plasmáticas pueden jugar un
papel etiológico en el desarrollo de RTFNH.
• Fisiopatología
La interacción antígeno-anticuerpo va a provocar la estimulación de los
macrófagos y la descarga de pirógenos endógenos así como diversas
citoquinas que van a causar el cuadro febril (IL-1b, IL-6, IL-8 y TNF).
Se han propuesto tres posibles mecanismos para explicar la fisiopatología de las reacciones febriles no hemolíticas:
✓ Mecanismo clásico
Afecta por igual a los CH y concentrados de plaquetas. La fuente
de la citoquina responsable del cuadro sería el donante. El paciente
posee anticuerpos frente a antígenos leucocitarios (HLA) que reaccionan con los leucocitos del donante tras la administración del
hemoderivado. La leucoreducción de los componentes evitaría la
aparición del cuadro febril por este mecanismo.
✓ Inmunocomplejos
Es más frecuente en la administración de concentrados de plaquetas que en CH. La fuente de la citoquina responsable del cuadro se
encuentra en el paciente que recibe la unidad. El receptor posee
anticuerpos frente a las células o proteínas plasmáticas del donante, que forman complejos inmunes que desencadenan una activación inmunitaria con liberación de sustancias IL-1b,