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El genio del idioma GENIO: o Índole o condición peculiar de algunas cosas. o Es una metáfora para designar “el alma de cuantos hablamos una lengua”. Decisiones colectivas que modifican un idioma. o “El genio del idioma ordenó las oraciones, creó las normas para la evolución de las palabras, dictó las leyes de los acentos, organizó las analogías, adoptó y adaptó vocablos ajenos… Estamos frente a un ser inexistente cuyos actos, paradójicamente, podemos reconstruir sin dificultad”. o Características del genio: Depende de todos los hablantes de una lengua y, sin embargo, de ninguno de ellos en específico. Es invisible. Es lento pero no perezoso. Es eterno: las palabras perduran aún cuando nuestra vida cambia. El genio del idioma tiene un reloj “Es fácil imaginarse al genio del idioma como alguien flexible y tolerante, dispuesto a admitir cualquier innovación (…) Sin embargo, el genio tiene un reloj en la mano y es alguien estricto”. o Tiene carácter estricto porque impone cambios fonéticos y prohíbe formaciones ajenas a su costumbre. Es decir, adapta las palabras que toma de otros idiomas. o “El genio del idioma tiene un reloj y no es lo mismo llegar antes que después”. Por ejemplo, usamos la palabra “fútbol” del inglés football a pesar de que también existe “balompié”. ¿Por qué? Porque balompié es posterior al anglicismo. Es un término que llegó tarde. El paso del tiempo le ha aconsejado admitir innovaciones pero todas ellas se han acomodado a una época concreta. o Por ejemplo, si bien en español tenemos verbos terminados en -ar, -er, -ir, últimamente sólo se usa la primera conjugación (linkear, chatear, googlear). Tres tipos de palabras que se produjeron en oleadas: o Palabras patrimoniales: se han trasmitido de boca en boca desde la época del latín hablado (ej. de filius tenemos “hijo”). o Palabras cultas: las que el español tomó del latín escrito (ej. Íntegro). o Palabras semicultas: más antiguas que las cultas pero menos que las patrimoniales. Se heredaron del latín por vía oral y se vieron influidas por la lengua de la iglesia o los tribunales (ej. De regula tenemos “regla”) El genio del idioma es lento Grijelmo presenta una breve evolución de la lengua española (ustedes pueden seguir la que Luis dio en clase). o Lo importante es demostrar que se trata de un proceso lento que dura muchísimos años. Una lengua no se conforma de un día para otro. En nuestro país, dice Grijelmo, está la creencia popular de que, cuando Colón llega a América, los españoles rápidamente imponen su lengua. Y eso, sostiene, no es así. El proceso fue lento y requirió una aceptación por parte de los nativos. o Prueba de ello es que el libro Vocabulario de Pedro Arenas, para enseñar el español a los indígenas, seguía vendiéndose 250 años después de la conquista con igual aceptación. El genio del idioma es analógico El genio del idioma ha sido coherente a lo largo de los siglos: adoptó ciertas reglas y las mantiene. La coherencia del idioma es analógica. o Por ejemplo, el genio le agregó una “s” a los nombres de algunos días de la semana. Nosotros decimos luneS, marteS, miércoleS, jueveS y vierneS. Pero, si el genio no hubiera heredado esa coherencia analógica estaríamos recitando “lune, martes, miércole, jueves y viernes” (porque así sería la traducción del latín). La analogía es de gran utilidad en lo que respecta a los verbos. Gracias a esta propiedad aprendemos desde niños los tiempos y las personas con mayor facilidad. Y también, como consecuencia de esta fuerza analógica, a veces se producen errores. o Por ejemplo, *hablasteS (hablas, hablarás, *hablasteS). El genio del idioma es ordenado El orden de las palabras determina el orden del pensamiento. Con las mismas palabras se pueden decir cosas distintas si se sitúan en orden diferente. o La frase desordenada altera la percepción psicológica y puede llegar a modificar el contenido entero. Empleado alto Alto empleado Esquema habitual del español: SUJETO, VERBO, PREDICADO. o Esta es una fórmula sintáctica y una manera de ordenar las ideas. Los signos de puntuación colaboran en la organización del discurso El valor de empezar: o En español, el sujeto ocupa el lugar principal en la oración: el primer lugar. Por eso, si colocamos cualquier otro elemento en ese lugar, le otorgamos el valor del sujeto; lo destacamos del resto. EJ. No pude hablar con ella ayer Ayer no pude hablar con ella Género y número: o Las concordancias de género y número son también parte del orden que el genio estableció. o Podemos ver que el genio sigue vivo porque, a medida que se las van necesitando, se van creando nuevas formaciones. EJ. La presidentA El genio del idioma es conservacionista Conserva todo; hasta lo que a veces no le gusta. Ejemplos: o Conservó los prefijos del latín y del griego o La letra “x”: la conserva a pesar de que mucha gente no logra pronunciarla de forma correcta. o La letra “ñ”: a fines de SXX, algunos fabricantes de computadora propusieron eliminar la letra “ñ”. Esto indignó a casi todos los pueblos que hablan nuestra lengua. El genio del idioma acude a lo que ya tenía para darle un nuevo uso: como un buen ecologista, recicla las palabras. o Ejemplos; Armario: antes designaba el lugar donde se guardaban las armas. Hoy, se usa para nombrar el lugar en el que se guardan los abrigos. Teclado: término que es anterior a la computadora y a la máquina de escribir. La palabra hacía alusión a la tecla del piano. El genio del idioma es melancólico Tiene capacidad para recuperar el pasado Y LE GUSTA HACERLO Es nostálgico pues se siente cómodo con lo que ya conoce y, por eso, a muchas innovaciones les aplica viejas recetas. o Por ejemplo, en el español arcaico era habitual omitir el verbo “decir” y actualmente es común escuchar un diálogo como el que sigue. - Voy a viajar a Barcelona. - ¿Qué? - (He dicho) Que voy a viajar a Barcelona. Una buena manera de engañar al genio es presentarle algo nuevo como si fuera viejo. Por ejemplo, “computadora” no le resulta ajeno pues lo relaciona con el verbo “computar”. El genio del idioma es sencillo Sencillez y precisión son los dos factores esenciales de la claridad. Por eso, el público aprecia los textos sencillos. La tendencia natural del idioma es la palabra llana. o No en vano, el 71 por ciento de las palabras en la lengua española son llanas o graves, mientras que sólo el 19 por ciento son agudas y muy pocas son esdrújulas o sobreesdrújulas. Al genio no le gustan las palabras largas. De hecho, el pueblo tiende a acortar los términos que le parecen excesivamente largos. Por ejemplo: foto (fotografía), tele (televisión), peli (película). El genio del idioma es preciso La precisión es una de las obsesiones del genio. o Le gusta la especialización de las palabras. o Huye de la ambigüedad de la voz pasiva Ej. Estos niños son descuidados (puede referirse a que carecen de orden; o bien a que sus padres no le dedican la debida atención). o El sistema verbal del español es uno de los factores de la precisión que ha desarrollado nuestro genio. Por ejemplo, mientras que en otros idiomas los hablantes usan el futuro del indicativo (ej. I hope my father will come to see me = Espero que mi padre vendrá a verme), nosotros usamos el subjuntivo (ej. Espero que mi padre venga a verme). El genio del idioma es tacaño Lo que muchas veces escuchamos como “ECONOMÍA DEL LENGUAJE”. “Si algo está, que sirva para algo”. o Cada palabra que se agrega debe tener una razón de existir. o Por eso, abomina los pleonasmos (figura retórica que consiste en emplear en la oración uno o más vocablos innecesarios; es una redundancia. Por ejemplo, totalmente gratis o difícil reto). Según Grijelmo, estas expresiones nadie las diría de modo natural si n las hubiera oído en los medios de comunicación. o También por eso, desapareció el género neutro. Los géneros del latín eran femenino, masculino y neutro. Pero como este último no tenía ninguna función concreta, se eliminó. La economía del genio ha alcanzado también a las repeticiones fonéticas. o Ejemplo: “ídolo” se junta con –latría (adoración) y no forma *idololatría sino idolatría. El genio del idioma es caprichoso No siempre podemos entender los motivos que llevan al genio a tomar ciertas decisiones. Algunas cosas son de determinada manera y punto. o Por ejemplo, cuando usamos un gerundio, el pronombre debe ser proclítico (ir delante del verbo) y no enclítico (ir detrás del verbo). Animándole a leer *Le animando a leer El genio del idioma tiene mucho oído Es este rasgo lo que nos permite identificar rápidamente a las palabras como propias o ajenas. o Por ejemplo, cualquier hispanohablante que oiga la palabra amro sabrá que no se trata de una voz del español. Esto se debe a que el genio ha elaborado ciertas leyes fonéticas. o Cualquier vocal puede constituir el sonido final de una palabra (a pesar de que algunas vocales aparecen menos que otras); sin embargo, sólo ocho consonantes pueden situarse al final de una palabra. Los acentos nos ayudan a saber cómo pronunciar una palabra. El genio del idioma es pacifista A lo largo de la historia hubo combates pero, según el autor, estos no se produjeron a causa de la lengua: “digamos que la lengua pasaba por allí y sufrió las consecuencias”. o Muchas veces, la lengua puede ser una excusa para encubrir el verdadero fin de quienes inician una guerra, que es el poder. Pero el genio del idioma es pacifista incluso en tiempos de guerra. Por ejemplo, hubo una acometida brutal contra los árabes, pero eso no nos impidió asimilar miles de palabras que procedían de ellos. El genio del idioma es genial Lo hacen genial su ironía, su humor y su doble sentido. Es creativo: constantemente crea palabras con hallazgos obtenidos en su propio acervo. o El fenómeno de Internet Genera un espacio para que el genio desarrolle su creatividad. Nuevos códigos. (Ej. Escribir con mayúsculas equivale a un grito.) Nueva taquigrafía (Ej. podemos leer en un mensaje de texto algo como “toy ak”). Nuevo caudal léxico (surgen palabras como googlear, chatear, etcétera). Grijelmo no cree que Internet vaya a permitir la creación de un idioma propio pero sí dará lugar a un vocabulario propio de quienes se manejan en esa área, como lo hay entre médicos o entre pintores.