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Difusión de la ciencia Año II. Vol. 3, julio - septiembre de 2014. Imagen de stock: Pixland. PX044073. La seguridad del paciente como política pública en México Security patient as public policy in Mexico Dra. Esther Mahuina Campos-Castolo* Dr. Luis Alberto Villanueva Egan** Resumen as políticas públicas son procesos de construcción colectiva de iniciativas, decisiones y acciones, respaldadas y legitimadas por el Estado para dar respuesta a problemas sociales reconocidos, en un contexto económico, político, social y cultural particular. La trascendencia epidemiológica, económica y social de la seguridad del paciente la colocan como un tema importante a desarrollar en las políticas públicas mexicanas, L que apenas comienzan a verse delineadas, por lo que representan una necesidad de certidumbre para los pacientes y profesionales de la salud, no sólo para los políticos y altos funcionarios. Palabras clave: Seguridad del paciente, calidad de la atención, políticas públicas. Summary Public policies are processes to build collective initiatives, decisions and actions, supported and legitimized by the Government, for response to recognized social problems, economic, political, *Subdirectora de Investigación. Comisión Nacional de Arbitraje Médico. **Director de Investigación. Comisión Nacional de Arbitraje Médico. 136 www.salud.chiapas.gob.mx Año II. Vol. 3, julio - septiembre de 2014. Difusión de la ciencia social and cultural particular. The epidemiological, economic and social importance of Patient Safety as an important issue to develop Mexican public policies, that nowadays are just beginning to be delineated, and thus represent a need for certainty for patients and health professionals topic, not only for politicians and high level government employees. Keywords: Patient safety, Quality of Healthcare, Public Policies, Aun cuando la atención clínica segura es un concepto tan antiguo que ya fue referido desde el Corpus hippocraticum1, y forma parte de los principios bioéticos básicos de la medicina en el conocido aforismo “Primum non nocere” (lo primero es no hacer daño), la seguridad se consideraba una cualidad inherente a los procedimientos diagnósticos, terapéuticos y de atención hospitalaria, así como a la calidad en la formación del personal de salud y la ética en la relación entre pacientes y personal de salud.2, 3 La capacidad de interacción y modificación de las funciones, de la estructura anatómica y aún de la información genética del ser humano es una de las maravillas de la medicina moderna, pero lleva aparejado el gran riesgo de que hoy, los sistemas de atención a la salud tienen el potencial de lastimar, sin intención, a los pacientes a quienes tratan de ayudar.2, 4 La medicina actual es compleja y lleva riesgos asociados, como la presentación de errores que pueden traducirse en daño a los pacientes, situación conocida como eventos adversos, de acuerdo con la Clasificación Internacional para la Seguridad del Paciente5, que constituyen el suceso central que permite medir la relevancia del tema. La seguridad fue descrita por Aguirre Gas, desde 1990, como una de las dimensiones de la calidad de la atención en salud y destacó el compromiso moral, social y legal que los profesionales y los servicios de salud adquieren para con el paciente al momento de iniciar el proceso de atención.6 Aun cuando autores como Varo7 le dieron una definición individualizada como el “balance positivo de la relación beneficios/riesgo”, en el contexto académico y gerencial de la salud se le consideró inmersa y dependiente de una atención médica de calidad. No fue sino hasta la publicación del libro Errar es humano8, en que se puso atención en el tema, ya que según el estudio elaborado por el Instituto de Medicina de Estados Unidos (IOM), se encontró www.salud.chiapas.gob.mx que las muertes relacionadas con errores médicos eran tan frecuentes que podrían considerarse incluso como un problema de salud, al superar en número a las muertes ocurridas en el mismo periodo por accidentes automovilísticos, cáncer de mama o sida. A partir de ese estudio, la Organización Mundial de la Salud (oms) creó una iniciativa internacional llamada “Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente”, que fue puesta en marcha por el Director General de la Organización Mundial de la Salud, en octubre de 2004.9 La Alianza fue creada con el propósito de coordinar, difundir y acelerar las mejoras en materia de seguridad del paciente en todo el mundo, como un medio y una guía para propiciar la colaboración internacional y la acción de los países miembros de la oms y de la comunidad internacional de expertos, usuarios y grupos de profesionales e industrias relacionadas con la atención en salud.10 Hoy, la oms ya cuenta con un área coordinadora en Ginebra, que lidera los esfuerzos conjuntos de los sistemas de salud alrededor del mundo. La participación internacional coordinada que se originó a partir de la Alianza, generó una rápida adhesión durante los siguientes meses, tanto por la comunidad académica como por los funcionarios de las diversas administraciones. México no fue la excepción. Pero, ¿por qué resultó tan eficiente dicho lanzamiento? ¿Cuál es la dimensión del asunto como problema público? En “Errar es humano” se detectaron entre 44,000 y 98,000 muertes relacionadas con errores médicos. En estudios subsecuentes se calculó que entre 8 y 12% de los pacientes hospitalizados sufren eventos adversos al recibir atención médica, alrededor del mundo, entre los que se encuentran infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (en torno al 25% de los efectos adversos); errores de medicación (35% del total), errores quirúrgicos, fallos técnicos, errores de diagnóstico y respuesta inadecuada a los resultados de las pruebas.8 Posteriores estudios mostraron que más bien se trata de un fenómeno mundial y no local11. Aunado al costo humano de la falta de seguridad del paciente, el tratamiento, la rehabilitación y muchas veces las secuelas de dichos eventos adversos y las demandas médico legales derivadas de los resultados insatisfactorios representan una carga económica de cerca de 10 billones de dólares al año12, 13, además de distraer la atención y los de por sí reducidos recursos, 137 Difusión de la ciencia Año II. Vol. 3, julio - septiembre de 2014. tanto humanos como materiales, destinados para la salud y generar no sólo insatisfacción con los servicios de salud recibidos, sino incluso desconfianza en los sistemas y en los profesionales mismos de la salud.14 Imagen: Brandx. bxp27572h. Ante esta crisis y con la intención de prevenir su agravamiento, los diversos actores de la salud (sistemas y profesionales de la salud, pacientes y sus familias) iniciaron propuestas conjuntas para generar cambios en la atención a la salud, en una coparticipación inédita, enfocada a reducir los errores prevenibles y ofrecer una atención médica más segura. Sin embargo, si bien es posible evitar muchos de los daños causados a los pacientes, las estrategias para conseguirlo se aplican de manera muy diferente entre los países.4, 15 Para comenzar este breve análisis sobre la inclusión de la Seguridad del Paciente como una política pública para el Estado mexicano en el nivel programático sectorial, desde la popularización del concepto en los últimos diez años, debemos comenzar con la defensa de los términos. Política. En español es una palabra que se refiere a tres vocablos anglosajones: polity, politics y policy. La primera alude al ámbito de gobierno y 138 sociedad humana; la segunda a la actividad de organización y lucha por el control del poder y la tercera al propósito y acción de un gobierno expresado en políticas y programas, es decir, en políticas públicas.16 Existen múltiples definiciones del concepto. Aguilar-Villanueva las define como “decisiones de gobierno que incorporan la opinión, la participación, la corresponsabilidad y el dinero de los privados, en su calidad de ciudadanos electores y contribuyentes”.17 El Grupo de Investigación en Gestión y Salud Pública de Colombia, por su parte, destaca su carácter colectivo: “procesos de construcción colectiva de iniciativas, decisiones y acciones, respaldadas y legitimadas por el Estado, para dar respuesta a problemas sociales reconocidos, en un contexto económico, político, social y cultural particular”.18 Ahora, no todos los temas o problemas percibidos por las personas o por las instituciones o analizados por las redes epistémicas son necesariamente fuente de una política pública. Para ello existe un proceso que inicia desde la problematización, es decir desde la definición del problema mismo. Problema público. Es una “situación que afecta negativamente al bienestar de la población”, que el individuo o los conglomerados no pueden resolver por sus propios medios, por lo que requieren la intervención del Estado para su resolución. Los problemas son procesos mediante los cuales una cuestión (problema, oportunidad o tendencia), ya aprobada y colocada en la agenda política pública es estudiada, explorada, organizada y posiblemente cuantificada por los interesados, quienes no raramente actúan en el marco de una definición de autoridad, aceptable provisionalmente en términos de sus probables causas, componentes y consecuencias.18 En contraste, los problemas públicos son complejos, no tienen una solución fácil y en muchas ocasiones, tampoco una solución única que sea aceptable por los interesados. Existe un nivel superior de problemas públicos, que son abordados por un tipo especial de políticas públicas, llamado política de Estado. Las políticas de Estado, como menciona Covarrubias son reconocidas por gobiernos, partidos políticos, organismos, instituciones académicas y grupos sociales, como la mejor opción para atender las grandes cuestiones sociales, que requieren una respuesta colectiva, de fondo, y coordinada18. Tienen la particularidad de imponer a los gobiernos, incluso a varios gobiernos en www.salud.chiapas.gob.mx Año II. Vol. 3, julio - septiembre de 2014. Difusión de la ciencia conjunto, una perspectiva transversal, intersectorial, anticíclica y global, acerca de asuntos multifactoriales, intergubernamentales, interconectados y complejos. Las políticas de Estado representan soluciones generales, financieramente viables, construidas social y democráticamente, que están dirigidas a resolver o modificar los factores tanto generales como focalizados que intervienen en el problema en cuestión. Entonces, el problema de la seguridad del paciente, ¿ya existe en la agenda pública? La respuesta categórica es: Sí. Ingresó casi al mismo tiempo a la agenda pública y a la agenda de gobierno “por la puerta -gubernamental y académica- grande”. Las redes de políticas públicas nacionales y los tomadores de decisiones caminaron prácticamente de la mano, guiados por las redes epistémicas internacionales con mayor autoridad moral y capacidad de influencia en el ámbito médico: la Organización Mundial de la Salud (oms), basada en estudios realizados por el Instituto de Medicina de Estados Unidos (iom) y con el respaldo y liderazgo del Servicio Nacional de Salud (nhs) inglés. Así, la seguridad del paciente se convirtió en una política de Estado. La primera directriz fue entonces de índole internacional, a través de la publicación el 18 de enero de 2002 de la Resolución del Consejo Ejecutivo de la oms eb109.r161, titulada: “Calidad de la atención: seguridad del paciente”, cuyas conclusiones fueron las siguientes: ...La incidencia de los eventos adversos está poniendo en peligro la calidad de la atención, además de ser una causa importante y evitable de sufrimiento humano y de entrañar un elevado coste en pérdidas financieras y en costos de oportunidad para los servicios de salud; observando que puede mejorarse notablemente el desempeño de los sistemas de salud en los Estados Miembros evitando los eventos adversos y, en general, mejorando la seguridad del paciente y la calidad de la atención de salud; reconociendo que la promoción de la seguridad del paciente es uno de los principios fundamentales de los sistemas de salud… Por lo anterior, el Consejo Ejecutivo instó a los Países Miembros a reconocer la seguridad del paciente como un problema grave de salud pública, y recomendó a la 55ª Asamblea Mundial de la Salud y a los Estados Miembros de la misma, implementar las siguientes acciones: www.salud.chiapas.gob.mx 1) Elaborar “normas, estándares y directrices mundiales que permitan definir, medir y notificar los eventos adversos de la atención de salud, producidos o que se haya logrado evitar” y proporcionar “apoyo a los países para el desarrollo de sistemas de notificación, la adopción de medidas preventivas y la aplicación de medidas de reducción de los riesgos”; 2) Promover la “formulación de políticas fundamentadas en pruebas científicas, con inclusión de normas mundiales que mejoren la atención al paciente, dedicando especial atención a aspectos tales como la inocuidad de los productos, la inocuidad de las prácticas clínicas con arreglo a las directrices apropiadas y la utilización inocua de productos e instrumentos médicos”, para crear y fortalecer “una cultura de la seguridad en el seno de las organizaciones de atención sanitaria”. 3) Desarrollar “mecanismos que permitan reconocer las características de los dispensadores de atención de salud que ofrezcan un nivel de excelencia ejemplar en cuanto a la seguridad de los pacientes a nivel internacional” (mediante certificación y otros medios, por ejemplo); y 4) Alentar “las investigaciones conducentes a la seguridad de los pacientes”. Como en México las políticas públicas suelen ser cíclicas (sexenales), el Estado no la incluyó en el Plan Nacional de Desarrollo, en el Programa Sectorial de Salud ni en la Cruzada Nacional por la Calidad de la Atención, que fue el programa con más proyección sociopolítica de la administración pública en salud durante el periodo 2001-2006. En dicha cruzada se incluyó como indicador de efectividad “Atención efectiva, eficiente, ética y segura”, orientado a medir el grado de variación en el índice de calidad técnica entre organizaciones y regiones, con una meta de reducción de 50% en la variación existente al inicio de la Cruzada. No se hablaba aún de eventos adversos ni de su prevención, aunque el tema comenzó a permear entre las comunidades académicas, que empezaron a replicar el estudio “Errar es humano...” y a generar investigaciones colaborativas en el ámbito iberoamericano, lideradas por grupos españoles. (Aranaz, 2005; Ruelas-Barajas, 2006) En 2007 se publicó el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 y no se mencionó la seguridad del paciente, ya que las prioridades de este periodo en materia de salud fueron la cobertura finan139 Difusión de la ciencia Año II. Vol. 3, julio - septiembre de 2014. ciera y el acceso “universal” a los servicios de salud. La calidad de la atención médica, como metacualidad que incluye a la seguridad, fue tema central del “Objetivo 5: Brindar servicios de salud eficientes, con calidad, calidez y seguridad para el paciente”, dentro del eje 3 Igualdad de oportunidades. Se delegó el tema al Programa Nacional de Salud 2007-2012, que declaró inicialmente como objetivo 3 la prestación de servicios de salud con calidad y seguridad: “Para poder mejorar las condiciones de salud de una población es indispensable contar con servicios personales y de salud pública de calidad efectivos y seguros, que respondan a las expectativas de los usuarios y tomen en consideración su diversidad cultural”. “En esta materia el Programa Nacional de Salud 2007-2012 se planteó las siguientes metas: • Meta 3.1 Acreditar el 100% de las unidades de salud que ofrecen servicios al Sistema de Protección Social en Salud (spss). • Meta 3.2 Implantar medidas de prevención de eventos adversos, para garantizar la seguridad de los pacientes en 60% de las unidades del sector público. • Meta 3.3 Alcanzar y mantener una tasa anual de infecciones nosocomiales no mayor de 6 por 100 egresos en los hospitales públicos de segundo nivel.” Para lograr las metas descritas, se planteó la “Estrategia 3: Situar la calidad en la agenda permanente del Sistema Nacional de Salud”, con la premisa de que “para mejorar las condiciones de salud de la población es necesario contar con servicios de salud efectivos y que garanticen la seguridad del paciente”. Aún cuando se continuó utilizando el metaconcepto de calidad, la seguridad del paciente comenzó a desarrollarse como un tema individual relevante dentro de la misma, con acciones específicas: •“Acreditar las unidades de salud que prestan servicios al SPSS con criterios de capacidad, calidad y seguridad. La meta en esta materia es acreditar al 100% de las unidades que prestan servicios al SPSS”. •“Vincular a los hospitales públicos de mediana y alta complejidad con el Proyecto de Seguridad del Paciente, que incluya medidas que garanticen una atención limpia y prevengan la ocurrencia de eventos 140 adversos, errores en la medicación y cirugía insegura”. De manera paralela y complementaria, el pns 2007-2012 se enfocó en la identificación de riesgos sanitarios, en particular para “impulsar, en el marco de la política nacional de medicamentos, acciones que garanticen la seguridad, calidad y eficacia de los medicamentos e insumos para la salud y las buenas prácticas de manufactura en la industria”. Se menciona en el pns 2007-2012 que se escucharon de manera recurrente en los foros de consulta ciudadana que se llevaron a cabo en la primera mitad del 2007, dentro del tema “Experiencias de calidad y seguridad de los pacientes”, el interés por desarrollar una cultura de seguridad en el personal de salud y los usuarios e impulsar el modelo de seguridad del paciente basado en experiencias exitosas. Estas acciones se realizaron a través de diversas instancias, entre ellas la Subsecretaría de Innovación y Calidad, a través de su Dirección General de Calidad y Educación en Salud (dgces) y la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed). La Subsecretaría de Innovación y Calidad desarrolló el Programa de acción específico 2007-2012 Sistema Integral de Calidad en Salud Sicalidad y creó en la dgces la Dirección General Adjunta de Calidad y una dirección de área dedicada a desarrollar y coordinar las iniciativas sectoriales sobre la seguridad del paciente. La “calidad técnica” y seguridad del paciente se explicitaron como primera dimensión de la calidad, complementándose con la calidad percibida y la institucionalización de la calidad, dimensiones a alcanzar “mediante la mejora continua, la reducción de eventos adversos, la medicina basada en la evidencia y la estandarización de cuidados de enfermería”. El programa sectorial Sicalidad, coordinado por la dgces, desglosó los compromisos nacionales en el tema de calidad y seguridad del paciente, establecidos por el pns 2007-2012, en metas y acciones específicas alineadas a las Metas Internacionales de Seguridad del Paciente lanzadas por la oms, tales como la acreditación de las unidades afiliadas al Seguro Popular y la vinculación de hospitales de alta y mediana complejidad al Programa de Seguridad del Paciente, en cuatro acciones: cirugía segura, atención limpia, identificación de pacientes y prevención de caídas, además de mantener las infecciones nosocomiales en una tasa anual no mayor a seis por ciento de los egresos. Se creó, www.salud.chiapas.gob.mx Año II. Vol. 3, julio - septiembre de 2014. Difusión de la ciencia al interior de cada unidad de salud, la figura de los gestores de calidad y los Comités de Calidad y Seguridad del Paciente, “para compartir hallazgos, aprender de los mejores y lograr el máximo de visibilidad en la preocupación de los directivos y profesionales en favor de la calidad”. Se establecieron once proyectos relacionados con la calidad técnica y la seguridad del paciente, y se publicaron diez acciones para la seguridad del paciente, que fueron ampliamente difundidas en todo el sector salud, lo mismo en las unidades médicas públicas, federales y estatales, como en las unidades médicas privadas. Conamed incorporó a su misión y visión el objetivo de contribuir con la mejora de la calidad en la atención y la seguridad del paciente, con investigaciones y proyectos que contribuyeran a desarrollar una cultura de identificación, análisis y comunicación de eventos adversos en salud. Se realizaron y publicaron diversas investigaciones sobre seguridad del paciente, se emitieron recomendaciones para mejorar la calidad y seguridad de la atención en salud, así como los Lineamientos para la Seguridad del Paciente Hospitalizado. También se desarrolló el Sistema de Registro Automatizado de Incidentes en Salud (Sirais). Otras áreas de la Secretaría de Salud, instituciones de salud, universidades y otras instancias académicas, realizaron acciones y proyectos sobre seguridad del paciente, tanto operativos como normativos, dirigidos a problemas como la aplicación de medicamentos, identificación del paciente, cirugía en sitio incorrecto, caída del paciente, comunicación adecuada con el paciente y con el equipo de salud, uso y apego a protocolos y guías diagnósticas, prevención de las infecciones nosocomiales, importancia del factor humano en los eventos adversos, cambio de cultura organizacional y corresponsabilidad del paciente en su atención. El interés del presente trabajo se centra en identificar cómo se fue incorporando el tema Seguridad del Paciente dentro de la agenda gubernamental. Los resultados de estas estrategias serán motivo de un análisis más detallado en un proyecto de investigación que se desarrollará durante 2014 entre académicos de la unam, Conamed y otras instituciones. Bueno, y ahora, ¿qué sigue? En el Plan Nacional de Desarrollo (pnd) 2013-2018 no aparece el tema Seguridad del Paciente, de manera explícita. Se establece como objetivo principal asegurar el acceso a los servicios de www.salud.chiapas.gob.mx salud, como derecho constitucional real y no solo programático, con integración funcional de todas las instituciones del sector y con una Secretaría de Salud fortalecida en su función rectora. Se habla de “reforzar la regulación de los establecimientos de atención médica, aplicar estándares de calidad rigurosos, privilegiar el enfoque de prevención y promoción de una vida saludable”, así como de “renovar la planeación y gestión de los recursos disponibles”. Foto: Instituto de Salud. Uno de los seis objetivos del Programa Sectorial de Salud (pss) 2013-2018, es “asegurar el acceso efectivo a servicios de salud con calidad”, con lo que se retoma la calidad como metaconcepto. Se preveen cinco estrategias para proteger la salud de los mexicanos: •“primera. Avanzar en la construcción de un sistema nacional de salud universal. •segunda. Hacer de las acciones de protección, promoción y prevención, un eje prioritario para el mejoramiento de la salud. •tercera. Elevar la atención de la salud, a la población en situación de vulnerabilidad. •cuarta. Asegurar el acceso efectivo a servicios de salud de calidad. 141 Difusión de la ciencia Año II. Vol. 3, julio - septiembre de 2014. •quinta. Promover la cooperación internacional en salud.” El Programa Sectorial de Salud (pss) 2013-2018 incorpora de manera explícita e implícita la seguridad del paciente, en su binomio calidad técnica-seguridad, en la “Estrategia 2.2 Mejorar la calidad de los servicios de salud del Sistema Nacional de Salud”, que consta de las siguientes líneas de acción: 2.2.1. Impulsar acciones de coordinación encaminadas a mejorar la calidad y seguridad del paciente en las instituciones de salud. 2.2.2. Impulsar el cumplimiento de estándares de calidad técnica y seguridad del paciente en las instituciones de salud. 2.2.3. Incorporar el enfoque preventivo en los servicios de salud para todos los niveles de atención. 2.2.4. Consolidar el proceso de acreditación de establecimientos de salud para asegurar calidad, seguridad y capacidad resolutiva. 2.2.5. Actualizar mecanismos que permitan homologar la calidad técnica e interpersonal de los servicios de salud. 2.2.6. Fomentar el uso de las Normas Oficiales Mexicanas (nom), guías de práctica clínica, manuales y lineamientos para estandarizar la atención en salud. 2.2.7. Fortalecer la conciliación y el arbitraje médico para la resolución de las controversias entre usuarios y prestadores de servicios. 2.2.8. Consolidar los mecanismos de retroalimentación en el Sistema Nacional de Salud para el mejoramiento de la calidad. 2.2.9. Promover los procesos de certificación de programas y profesionales de la salud. 2.2.10. Establecer nuevas modalidades de concertación de citas y atención que reduzcan los tiempos de espera en todos los niveles. Adicionalmente se hace referencia a la calidad y seguridad en la atención por adicciones, así como en el uso de fármacos, insumos y dispositivos médicos. ¿Qué falta por hacer? Aun cuando Sicalidad logró la institucionalización de la seguridad del paciente como política pública sectorial, estimamos que como problema público cumple con los criterios para considerar su planteamiento como política de Estado, lo que al día de hoy aún no ha alcanzado. El primer paso para la transversalización de la Seguridad del Paciente como política de 142 Estado, podría darse mediante una colaboración intersectorial de las Secretarías de Salud y de Educación, implementando un programa de educación para la salud con acciones educativas focalizadas, breves pero repetidas a lo largo de la educación preescolar, básica y media, que permitan la adquisición y mantenimiento de una cultura del autocuidado y la prevención de riesgos, para que todos los pacientes, actuales y potenciales, puedan participar tanto de manera pública y organizada en las Redes de Pacientes por su Seguridad, como individual y privada en la toma de decisiones clínicas. Imagen: Corbis Vol 041. Medicine & Healthcare 2. MED2044. Sólo podemos identificar y evaluar aquello que conocemos, por lo cual deberemos educar al paciente y a su familiar en la identificación precoz de eventos adversos para la limitación de sus complicaciones derivadas e incluso, en la detección de cuasifallas (evento o circunstancia que podría haber ocasionado un daño innecesario a un paciente, pero que no alcanzó a dañarlo), que se complementaría con la ya iniciada inclusión de la Seguridad del Paciente como parte del currículo universitario en las profesiones de la salud. Es necesario cerrar filas entre todos los actores de la atención médica: profesionales de la salud, gerentes clínicos, pacientes y familiares, autoridades sanitarias, autoridades educativas, www.salud.chiapas.gob.mx Año II. Vol. 3, julio - septiembre de 2014. Difusión de la ciencia comunidad académica, industrias farmacéutica y de insumos para la salud, porque como dijo Sir Liam Donaldson (2004), presidente de la Alianza Mundial por la Seguridad del Paciente, durante el lanzamiento de la iniciativa: “Errar es humano, ocultar los errores es imperdonable, y no hay excusa para no aprender de ellos (To err is human, to cover up is unforgiveable, and to fail to learn is inexcusable)”. Referencias 1.Laín-Entralgo P. (2013) Medicina hipocrática. Libro electrónico. [2013-12-08] Disponible en: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/ la-medicina-hipocratica/html/eb4cdfa6-c5c011e1-b1fb-00163ebf5e63_2.html. 2.Acosta-Gio E. (2009) Seguridad del Paciente. Rev AAPAUNAM 2009;4(ene-mar):37-40. Disponible en: http://www.aapaunam.mx/Revista/Rev-A4Vol4-Ene-Mar/Ciencia_Seguridad_del_Paciente. pdf. 3.Santacruz-Varela J. (2010) El aseguramiento de la salud en México y sus tendencias. Del mito al hito. Rev CONAMED 2010; 15(4):195-203. 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