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Transcript
Reunión Preparatoria Subregional de México y Centroamérica para la X
Conferencia Regional sobre la Mujer en América Latina y el Caribe
Guatemala, 16 y 17 de mayo
Excelentísimo Señor Presidente de la República, Licenciado Oscar Berger Perdomo.
Excelentísimo Señor Vicepresidente Doctor Eduardo Etein Barillas
Señor Ministro de Relaciones Exteriores, Doctor Pert Rosenthal
Señora Sonia Montaño, Jefa de la Unidad Mujer y Desarrollo de la CEPAL
Señora Rocío García Gaytán, Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres y
Presidenta de la IX Conferencia sobre la Mujer de América Latina y el Caribe
Licenciada Teresa Zapeta, Defensora Nacional de la Mujer Indígena
Licenciada Sonia Escobedo, Subsecretaria de la Secretaría Presidencial de la Mujer
Señores y Sras. Ministros y Ministras, Secretarios y Secretarias de Estado, Comisionados
Presidenciales, Funcionarios de gobierno
Representantes del Cuerpo Diplomático acreditado en el país.
Representantes de organismos internacionales y de la cooperación en especial
Sra. Marcela Suazo, Directora para América Latina y el Caribe del Fondo de Población
de las Naciones Unidas
Sra. Marijke Velzeboer-Salcedo, Directora para América Latina y el Caribe de UNIFEM
Sra. Teresa Rodríguez, Directora Regional, UNIFEM para México, Centroamérica, Cuba
y R. Dominicana
Sras. Colegas del Consejo de Ministras de la Mujer de Centroamérica (COMMCA)
Señoras Delegadas de los países de México, Centro América y el Caribe
Representantes de organizaciones de mujeres de la sociedad civil del país y de Centro
América
Sras. y Sres. de los medios de comunicación
Invitados e invitadas especiales
Señoras y Señores
¡Muy buenos días!
Para las autoridades y el personal de la Secretaría Presidencial de la Mujer es muy grato
brindarles la más cordial bienvenida a esta Reunión subregional de México y Centro
América preparatoria para la X conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y
el Caribe, esperando quienes nos visitan durante estos dos días puedan sentirse en nuestro
país como en su propia casa.
Para Guatemala es un gran honor ser la sede de esta reunión subregional preparatoria,
sobre todo tomando en cuenta que los dos temas centrales que nos convocan en esta
oportunidad como son la participación política y paridad de género en los procesos de
adopción de decisiones a todos los niveles, así como la contribución de las mujeres a la
economía y la protección social, especialmente el trabajo no remunerado tienen una
relevancia significativa y trascendente para la vida de las mujeres y las sociedades de
toda la región latinoamericana y en particular la región centroamericana.
El objetivo principal de esta reunión será revisar, analizar y retroalimentar el documento
titulado “El aporte de las mujeres a la Igualdad en América Latina y el Caribe”, elaborado
por la Unidad de Mujer y Desarrollo de la CEPAL, con miras a facilitar el diálogo entre
los gobiernos y brindar las orientaciones y lineamientos para la formulación de políticas y
medidas específicas en cada uno de los países de la región. Este mismo ejercicio estará
siendo realizado en el transcurso de este mes en Antigua y Barbuda para la región del
Caribe y en Santiago de Chile para la región sudamericana, en preparación de la X
Conferencia a celebrarse en Quito, Ecuador en agosto del corriente año.
Sin duda, reconocer, visibilizar y valorar la contribución social y económica femenina
por medio del trabajo no remunerado que se realiza en el ámbito doméstico, constituye
uno de los más grandes desafíos de toda sociedad. Estamos convencidas que, una clave
invisible para que todos los días los trabajadores asalariados estén listos en sus lugares de
trabajo, para que se desarrollen capacidades en la primaria infancia, la niñez y la
juventud, para que las personas adultas mayores no caigan en la indigencia y para que los
enfermos y enfermas estén atendidos, lo constituye ese conjunto de actividades,
“multidisciplinarias”, realizadas por las mujeres diariamente sin aparente costo para el
Estado ni para el mercado, el cual ha sido definido en los últimos años como “economía
del cuidado”.
El término economía del cuidado se refiere, según documentos oficiales de la CEPAL, a
un espacio indefinido de bienes, servicios, actividades, relaciones y valores relativos a las
necesidades básicas y relevantes para la existencia y reproducción de las personas en las
sociedades en que viven. A este trabajo en el hogar, se agrega también el trabajo no
remunerado de las mujeres para la comunidad al igual que su participación en la
economía de subsistencia.
Es necesario señalar que todo este trabajo de cuidado realizado por las mujeres, no sólo
no es visibilizado en las cuentas nacionales, sino que además es socialmente
desvalorizado y ni siquiera se le considera trabajo, incluso por las propias mujeres
quienes, condicionadas por la cultura patriarcal, cuando se les pregunta en qué trabajan?
Suelen contestar: no trabajo: soy ama de casa, me dedico a los oficios de la casa. Por lo
general, se considera trabajo, solamente el que se paga, el que tiene valor monetario. No
existe conciencia de que ese trabajo peyorativamente llamado “doméstico”, está
sustentando la economía de mercado. En otras palabras, subsidiando a la fuerza de
trabajo remunerada productora de bienes y servicios.
Si estuviera contabilizado, cuánto le costaría al Estado y al mercado, los servicios de
cuidado que las mujeres proveen en el ámbito del hogar? En ocasión del Día de la Madre,
el Instituto Salary.Com divulgó los resultados de una encuesta realizada entre 40 mil
mujeres, según la cual una madre estadounidense, si recibiera paga, ganaría un salario
anual de 138.095 dólares, equivalente, en Guatemala, a más de un millón de quetzales.
Este valor monetario puede ser considerado exorbitante, Qué sociedad puede asumir estos
costos del trabajo de cuidado realizado por las mujeres? Sin embargo, la importancia de
este ejercicio radica en evidenciar el aporte significativo de las mujeres a la economía del
cuidado y demostrar que es posible calcular en términos de valor monetario el monto del
subsidio que las mujeres aportamos. A la vez, este planteamiento se asocia también al
tema de la armonización entre las responsabilidades familiares y laborales y la necesidad
de compartir estas responsabilidades tanto por hombres como por mujeres, a fin de
limitar la responsabilidad exclusivamente en las mujeres.
En ese aspecto, es oportuno compartir con ustedes que en Guatemala se ha iniciado un
esfuerzo conjunto de la Secretaría Presidencial de la Mujer con la Universidad Rafael
Landívar dirigido a elaborar la cuenta satélite de género con la participación del Instituto
Nacional de Estadística y el Banco de Guatemala.
ES necesario destacar que el peso que representa el trabajo del cuidado, se ve agravado
por las condiciones de pobreza en que se desenvuelven la vida de la mayoría de familias
de nuestras sociedades, en las cuales, por ejemplo, se incluye la escasez de agua
entubada. Según los estudios, en nuestro país el 72.89% de las tareas de acarreo de agua
son realizadas por mujeres, mientras que los hombres la realizan en el restante 27.11%.
Cabe destacar que una de las repercusiones más visibles que tiene la carga del trabajo de
cuidado en la vida de las mujeres es que no les permite liberar tiempo para su
participación ciudadana y política. Así la división sexual del trabajo que ha confinado a
las mujeres a lo privado y a los hombres a lo público, se ha convertido - junto con la
violencia genérica y el predominio de la cultura patriarcal – en la mayor limitación de las
mujeres para el ejercicio de sus derechos cívicos y políticos y, de hecho las aísla y
margina de la toma de decisiones que como ciudadanas les compete. De esa cuenta, en
Guatemala, así como en otros países de Centroamérica son pocas las mujeres que, merced
a grandes esfuerzos, logran tener una activa participación ciudadana y política, logran
acceder a cargos de elección popular y de toma de decisiones en la administración
pública y privada.
Los espacios de participación política para las mujeres se han ido abriendo en los últimos
años, aunque no han sido todavía de manera suficiente, ni para todas por igual,
especialmente en el caso de las mujeres pobres, indígenas y rurales, ni al ritmo que sería
necesario para asegurar que sus intereses y necesidades se vean plenamente reflejados en
las plataformas políticas de los partidos políticos, los planes de gobierno y programas de
desarrollo, en las políticas públicas y en la legislación de manera generalizada.
La participación política de las mujeres no debería verse restringida por su condición de
mujer, sino por el contrario se deberían adoptar medidas afirmativas que la favorezcan,
como ha sido el sistema de cuotas. Guatemala, es uno de los países del continente con
más baja participación política de las mujeres tanto en la legislatura como en el poder
nacional y local. Una nueva forma de contrato social como es la paridad de hombres y
mujeres está siendo impulsada en diversos países del mundo, que va más allá del ámbito
político y abarca los ámbitos sociales, culturales y económicos. Sin duda la situación,
condición y posición de las mujeres en nuestras sociedades, demanda de nuestros
gobiernos, el compromiso de implementar políticas públicas que se orienten a crear las
condiciones que faciliten la participación plena e igualitaria de hombres y mujeres en
todos los niveles de la toma de decisiones. El Gobierno del Presidente Berger está
comprometido con la promoción y el desarrollo de las mujeres ladinas, indígenas, xincas
y garífunas y de los mecanismos para el avance de las mujeres en el país.
En ese aspecto, es oportuno destacar que el Consejo de Ministras de la Mujer de Centro
América, COMMCA, ha realizado un esfuerzo de análisis sobre los temas de la Décima
Conferencia Regional sobre la Mujer en América Latina y el Caribe, con el objetivo de
identificar líneas de política pública que deberían ser abordadas desde las instancias
regionales de la integración centroamericana.
Les invito a que nos aboquemos en estas jornadas de trabajo a renovar los compromisos
de nuestros gobiernos con los objetivos de la Décima Conferencia Regional sobre la
Mujer en América Latina y el Caribe, y aportar nuestro mejor esfuerzo en la búsqueda de
propuestas de políticas públicas que preparen las condiciones para que el equilibrio entre
trabajo remunerado y no remunerado, ciudadanía plena de las mujeres y vida familiar, sea
un objetivo democrático posible.
¡Muchas gracias!