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EL JUEGO Y LA MÚSICA EN EL CONSERVATORIO
1. INTRODUCCION
La música y el juego están estrechamente relacionados. Muchos son los juegos
infantiles que van acompañados de música, de canciones que también llamamos
infantiles porque su estructura rítmica y melódica es sencilla y de fácil entendimiento.
Está claro que música y diversión van cogidos de la mano, pero no solo en la etapa
infantil, sino también en la juvenil. La gran mayoría de los jóvenes son unos
enamorados de la música popular de su época, son fans del cantante de moda.
Utilizan y consumen la música como diversión.
Son muchos los jóvenes que intentan por sí solos hacer música imitando a su cantante
favorito y pasando muchas horas con una guitarra o un teclado hasta que consiguen
con más o menos éxito tocar una canción. En ese momento se convierten en músicos,
se sienten satisfechos y orgullosos de hacer algo para ellos original, y serán el
atractivo de su grupo de amigos y amigas sintiéndose sin duda importantes. Pero esto
no sería posible si el joven no encontrara algo de diversión en el tiempo empleado
para su objetivo.
Cuando hablamos de estudios de música, enseguida nos viene a la cabeza el
conservatorio, un centro de estudios donde se aprende a tocar un instrumento y
música en general. Pero el conservatorio se ve como algo muy serio, difícil, con mucho
trabajo por delante y quizás poco divertido. Yo aseguro que esto no tiene porqué ser
así.
Con este artículo intentaré explicar cómo son los estudios musicales de conservatorio
en sus comienzos para un niño o niña de ocho años y lo divertido que puede resultar
aprender algo que sin duda nos gusta a todos, el aprender a hacer música a través del
juego y utilizando un instrumento musical.
Hay muchos niños que quieren aprender música, o bien son sus padres los que son
unos enamorados de este arte y deciden llevar a su hijo o hija al conservatorio para
aprender a tocar un instrumento. La edad de comienzo de estudios en un
conservatorio es de ocho años, una edad en la que el niño o niña aún no sabe bien
qué es el mundo de la música y el tiempo que estos estudios necesitan, pero sí saben
que eso de coger un instrumento y hacerle sonar tiene que ser divertido.
Es cierto que los estudios de música en el conservatorio necesitan de gran dedicación,
pero no mucho más que la de aquel joven que con su guitarra y por su cuenta intenta
aprender a tocar esa canción que tanto le gusta, como dije anteriormente.
1 El joven alumno/a necesita entrar en el mundo musical de una forma divertida y
amena, de manera que el niño o niña aprenda música sin que el tiempo que es
necesario para ello sea un esfuerzo, sino un tiempo empleado en hacer algo divertido,
logrando así un aprendizaje donde el objetivo no solo sea el aprender a tocar un
instrumento, sino aprender y comprender el hecho musical.
La realidad es que el conservatorio proporciona unos estudios reglados y oficiales que
cuentan con profesores titulados y que ayudarán al niño/a a encontrar el aspecto
lúdico y divertido en su aprendizaje musical, pero sin olvidar que el objetivo principal
es la profesionalidad del alumno en el mundo de la música, obteniendo al final de los
estudios superiores de música, una titulación equivalente a todos los efectos a una
licenciatura.
1.
LA ELECCIÓN DEL INSTRUMENTO
Es importante que el joven músico elija un instrumento que realmente le guste, es
decir, que le guste su sonoridad, su timbre y hasta su aspecto, ya que ese instrumento
será con el que el niño/a pase todo su tiempo haciendo su música, jugando a ser
músico. Sería poco lógico pensar en hacer una música con un instrumento que suena
de una manera que no gusta y que no nos sentimos identificados con su sonoridad.
Esto sería poco motivador y el joven músico puede que acabara por abandonar el
instrumento.
Muchos padres piensan en ofrecerles a sus hijos el instrumento más fácil, y también,
como no, el más económico. Para ellos tengo que decir que no hay instrumentos
fáciles o difíciles de tocar, solamente las ganas de aprender, de hacerlo sonar y el
gusto por la música hará que sea más o menos difícil.
En la actualidad la mayoría de conservatorios, antes de la matriculación del alumno/a,
ofrecen una presentación de todos los instrumentos que es posible estudiar en ese
conservatorio. Esto se hace con una presentación de manera amena y divertida, de
modo que los futuros instrumentistas puedan escuchar como suena cada uno de los
instrumentos y además se le explica cuales son sus características más particulares.
De este modo el alumno/a podrá elegir el instrumento que más le guste. Es curioso ver
como los niños y niñas eligen un instrumento con total seguridad y convencimiento de
ello, a veces los padres se quedan un poco sorprendidos al ver el instrumento que
eligen, no es el piano ni el violín ni tampoco la guitarra, es un instrumento que nunca
habían oído sonar o que nunca le habían prestado la suficiente atención. Es muy
posible que el instrumento elegido no les guste a los padres, pero a su hijo o hija sí.
2.
EL PRIMER CONTACTO CON EL INSTRUMENTO
Una vez que el niño/a tiene el nuevo instrumento en su poder, para él o ella es más un
nuevo juguete que un instrumento. Es importante que los adultos entiendan esto. Ya
sé que ese juguete puede ser un poco caro y hay que cuidar que no se rompa, pero de
igual manera que hay que cuidar el resto de juguetes o solamente con un poco más de
cuidado ya que la limpieza será importante.
Ahora el joven músico lo que quiere es hacerle sonar lo antes posible, y así será en su
primera clase con su profesor/a. Para mí es importante que el niño/a toque el
instrumento, es decir le haga sonar en su primera clase con el profesor/a.
2 Yo sé que la mayoría de los alumnos pueden pensar que es muy complicado hacerle
sonar a ese instrumento, un instrumento que desconocían su sonoridad y su
funcionamiento, como puede ser el oboe, el clarinete, el trombón, el fagot e incluso la
flauta travesera. Con los instrumentos de cuerda quizás estemos más familiarizados y
hemos oído en más ocasiones, pero os aseguro que ni los instrumentos de viento ni
los de cuerda son demasiado complicado de hacerles sonar, puesto que en su primera
clase, como he dicho antes, el alumno sale sabiendo hacerlo y lo que es más
importante con muchas ganas de llegar a casa para volver a coger el instrumento y
seguir practicando según las instrucciones de su profesor/a.
Pues bien, el joven músico ya sebe hacer sus primeros sonidos o mejor dicho sus
primeras notas. Probablemente no sea la escala musical completa, pero con tan solo
tres o cuatro notas es posible tocar una canción infantil, de esas que todos
conocemos, con lo cual en su segunda clase el alumno ya puede tocar una canción de
verdad y que a él o ella le suene bien. En este momento el niño/a va a pensar que este
nuevo juguete no es tan difícil como parecía, incluso los padres quedan sorprendidos
que su hijo/a en tan poco tiempo ya toque una canción. El niño/a repetirá esta canción
muchas veces, ya que es la única que se sabe, pero no será por practicar, sino por el
simple hecho de jugar. Con este juego el alumno/a va afianzando su contacto con el
instrumento y se va familiarizando cada vez más con su sonoridad y su particular
forma de producir los sonidos.
3.
EL JUEGO DE HACER MÚSICA
El niño/a durante el primer trimestre del curso en el conservatorio ha logrado
familiarizarse completamente con su nuevo juguete, el instrumento. Ya sabe tocar la
escala completa e incluso notas de diferente octava, con esto se puede hacer muchas
cosas, me refiero a que se puede hacer música de verdad, divertida e intentando que
la motivación del alumno/a al principio, que es el juego, no se pierda. Para ello
debemos hacer que el niño/a sienta que los nuevos aprendizajes son un juego, un
juego para el alumno pero la base de la técnica instrumental y de la interpretación
musical para el futuro músico profesional.
La técnica y la interpretación son dos conceptos de suma importancia en el
aprendizaje de un instrumento y de la música en general. La definición de técnica en el
diccionario es “conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o un
arte. Pericia para usar de esos procedimientos y recursos”. Esta definición aplicada al
instrumento sería la forma o pericia de dominar el instrumento, aquí entraría la
sonoridad, digitación, mecánica, fraseo, embocadura si es de viento y algunas cosas
más que no es necesario nombrar. La interpretación musical la podemos denominar
como el arte de hacer música con gusto, según el propio estilo y para el disfrute. Hay
que tener en cuenta que la técnica siempre estará al servicio de la interpretación.
Con estas definiciones llegamos a la conclusión de que la música es un arte
totalmente lúdico, pero que desde un punto de vista profesional, necesita del estudio
de la técnica, de manera que se adquiera gran destreza y dominio tanto del propio
instrumento musical como de los diferentes estilos y estéticas musicales. Pero para un
buen aprendizaje tanto de la técnica como de la interpretación, es necesaria una
buena enseñanza basada en eso que tiene la música, el aspecto lúdico, sobre todo si
pensamos que estos nuevos aprendizajes van dirigidos a niños y niñas de ocho o
nueve años.
3 3.1.
¿Qué juegos utilizar?
Cualquier juego que utilicemos estará encaminado a desarrollar en el joven músico,
además de su destreza técnica e interpretativa, su capacidad creativa y aspectos tan
importantes como son la espontaneidad y el desarrollo de la memoria.
Para mí los juegos musicales más elementales deben hacerse de memoria, sin ser
necesario meter al joven músico en el terreno de la lectura musical, ya que cabe el
peligro de convertir el hecho de jugar haciendo música con una disciplina más estricta
y ensombreciendo la libertad y la espontaneidad del niño/a. También es conveniente
que el profesor/a participe en todos los juegos y canciones durante las primeras
clases, sirviendo su aportación de equilibrio rítmico y referente sonoro.
Con estas recomendaciones, propongo utilizar:

El juego de “el gato y el ratón”. Es un juego que resulta muy divertido para los
niños/as. Consiste en lo siguiente:
El profesor será el ratón que irá por delante del alumno/a que será el gato perseguidor.
El profesor tocará cuatro notas en figuración de negras a una velocidad moderada y
con una extensión de ocho compases. A continuación y sin perder el ritmo el alumno
las repetirá exactamente igual, con la misma dinámica y de memoria mientras que el
profesor permanece en silencio. Así habremos hecho dos compases por lo que
continuaremos de igual modo hasta completar los ocho compases del juego.
Como ejemplo puede servir el siguiente modelo:
Después se puede acelerar el ritmo poco a poco intensificándose la persecución y
también es recomendable jugar con la dinámica a capricho del profesor que será el
referente a imitar.

“Invéntate una canción”. Tal vez pueda parecer que eso de inventarse una
canción tan solo a unas semanas de iniciarse en la música con el manejo de un
instrumento sea algo precipitado, pero en realidad no se le va a pedir al alumno que
haga una composición seria, sino tocar unas notas siguiendo un ritmo y con un cierto
sentido. Con este juego se pretende estimular y potenciar la capacidad creativa del
alumno/a y sobre todo quitar el miedo a ser creativo, ya que lo normal es no hacerlo
por miedo a no saberlo hacer o al ridículo.
Como referencia en cuanto a la dificultad valga este ejemplo:
4 No es necesario que la letra de la canción sea inventada por el alumno/a, pero es
bueno que el profesor/a la ponga ya que así es más fácil de memorizar.

Tocar pequeñas canciones
El tocar canciones populares conocidas quizás sea el recurso didáctico más motivador
en el alumno/a, pero su elección debe ser cuidadosa. Las canciones elegidas deben
ser sencillas y que nunca superen el nivel de conocimientos del alumno/a, tanto en
cuanto al instrumento como al lenguaje musical. No es bueno someter al alumno/a a
una lectura complicada, lo importante es la autonomía auditiva y motriz.
Lo más recomendable es utilizar sencillos dúos profesor/a junto al alumno/a, con el fin
de aprender a escuchar otras voces al mismo tiempo que se toca la propia, además de
servir el profesor/a como referente rítmico y sonoro.
Las canciones utilizadas deben ser cortas y de estructura sencilla, bipartita o tripartita
y que permitan introducir en alumno/a los conceptos de motivo, frase y tema.
Es importante no hacer uso de notas de larga duración, ya que el alumno/a puede
perder con más facilidad la referencia del pulso. La armonía es preferible que sea
armónica y sin mucho movimiento de voces.
Pensando en la cercanía de la navidad pueden ser muy recomendables utilizar
villancicos en un principio.
4. INTERPRETACIÓN EN CONJUNTO
La anterior ley de educación L.O.G.S.E planteaba la obligatoriedad de desarrollar una
clase colectiva de una hora de duración a la semana como complemento a la clase
individual de instrumento. La actual Ley Orgánica de 2/2006, de 3 de mayo, de
Educación (LOE), y la Ley 17/2007, de 10 de diciembre, de Educación de Andalucía
(LEA), han modificado el currículo de las enseñanzas elementales de música en
conservatorios.
Los dos primeros cursos cuentan con dos horas semanales de clase de instrumento
para un grupo de tres alumnos/as. No se hace referencia a la práctica en conjunto,
pero esto no significa que el profesor/a no pueda utilizar parte del tiempo a tal fin.
La práctica en conjunto es un marco ideal para desarrollar en el joven músico aspectos
tan importantes como la afinación, el concepto de armonía, la importancia del pulso y
el ritmo, habituarse a escuchar otras voces o la socialización del alumno/a, intentando
eliminar cualquier afán de protagonismo que pueda surgir en el grupo, y todo esto
dentro de un ambiente de juego donde el niño/a se divierte haciendo música y
aprendiendo.
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