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Los Cristianos y las Cruzadas (HA)
Para los cruzados, las guerras religiosas fueron experiencias duras y costosas, aunque prometiesen
recompensas en la vida después de la muerte. Sin embargo, los cristianos europeos también
consiguieron numerosos beneficios de las Cruzadas.
El Impacto sobre los Cristianos como Grupo Los cruzados padecieron todos los terribles
efectos de una guerra. Muchos resultaron heridos o murieron en las batallas. Otros murieron a
causa de enfermedades y de las adversidades de los viajes.
El impacto de las Cruzadas fue tan amplio que afectó también a quienes no habían combatido en las
guerras. Las Cruzadas produjeron muchos cambios económicos [económicos : relacionadas
con el comercio o el dinero] en Europa. Los cruzados necesitaban una manera de pagar sus
provisiones. Esta necesidad hizo aumentar el uso del dinero en Europa. Algunos caballeros
comenzaron a realizar tareas bancarias, tales como brindar préstamos o hacer inversiones. Los
monarcas instituyeron sistemas de impuestos para recaudar fondos para las Cruzadas.
Además, las Cruzadas cambiaron la sociedad. Los monarcas se hacían más poderosos a
medida que los nobles y caballeros dejaban sus hogares para ir al combate en Medio Oriente.
El poder creciente de los monarcas debilitó el feudalismo.
El contacto con las culturas del Medio Oriente tuvo un impacto trascendental en la forma de
vida de los cristianos. En Tierra Santa, los cristianos conocieron nuevos alimentos y otros bienes
que desconocían. Se vistieron con ropa fabricada con muselina, una tela de algodón proveniente de
Persia. Desarrollaron una afición por los melones, los albaricoques, las semillas de ajonjolí y las
algarrobas. Usaron especias como la pimienta. Después de que los cruzados regresaron a casa y
llevaron estos productos, los comerciantes europeos obtuvieron enormes ganancias
comercializándolos.
Las Experiencias Individuales Ya has aprendido que Ricardo I de Inglaterra encabezó la Tercera
Cruzada. Ricardo se dedicaba a la causa cristiana y a los ideales caballerescos de valor y honor.
Para pagar a sus ejércitos, les impuso fuertes impuestos a sus súbditos. Tan despiadado como
valiente, Ricardo pasó la mayor parte de su reinado luchando en las Cruzadas.
Ana Comnena, la hija de un emperador bizantino, escribió sobre sus experiencias durante la Primera
Cruzada. Expresó sentimientos ambivalentes con respecto a los cruzados. Aunque los respetaba por
cristianos, se dio cuenta de que muchos de ellos eran peligrosos. Se preguntó también si todos los
cruzados combatían verdaderamente por devoción a Dios. Pensaba que algunos perseguían fortuna,
tierras o gloria en la batalla. Sus sospechas resultaron justificadas. Durante la Cuarta Cruzada, un
ejército de cruzados invadió y saqueó Constantinopla, que en ese momento se encontraba bajo
control cristiano.