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Análisis de Ciclo de Vida y sustentabilidad ambiental de los edificios.
Experiencias en Argentina.
Alejandro Pablo Arena.
Laboratorio de Ambiente Humano y Vivienda. Cricyt (Mendoza). Argentina
E-mail: [email protected]
1. RESUMEN
Los factores que tradicionalmente han guiado el diseño en el sector edilicio han sido de orden
económico, técnico, estético o sociocultural, mientras los aspectos ambientales no han sido
incluidos, al menos en modo sistemático y riguroso. A partir de las dos crisis energéticas en la
década del 70 se comenzó a dar más atención a los aspectos energéticos del sector, en un intento
por reducir el consumo de combustibles fósiles sobre todo en países de fuerte dependencia externa
para su aprovisionamiento de combustibles, y en países de climas rígidos. En los últimos años se
está verificando un cambio desde aquel objetivo de hacer un uso más eficiente de la energía hacia
uno más general de protección ambiental y de desarrollo sustentable.
Gran parte del consumo energético de un país es originado en el sector terciario y residencial,
dependiendo el orden de magnitud de las condiciones climáticas, socioculturales y económicas del
país al que se refiere. También la cantidad de deshechos producidos por el sector es muy
importante (impacto ambiental a escala local), teniendo en cuenta aquellos generados durante las
obras de construcción, durante la demolición y la rehabilitación. Esto produce un impacto negativo
sobre el ambiente, que va desde el agotamiento de los recursos naturales debido al consumo de
materia prima, las emisiones generadas que contribuyen con el calentamiento global, la lluvia
ácida, el smog, la acumulación de residuos, etc. Los actores del sector han comenzado así a
preocuparse por utilizar y elaborar productos que respeten el medio ambiente, considerando la
inclusión de los aspectos ambientales entre los criterios de selección de materiales y en el diseño
de los edificios. Para que estas acciones sean exitosas es necesario desarrollar información
confiable y comprensible sobre las características ambientales de los materiales de construcción,
además de una metodología que permita evaluar su impacto sobre el ambiente. El Análisis del
Ciclo de Vida es una herramienta válida para estos objetivos, ya que produce información objetiva,
de base científica, y considerando un punto de vista holístico que incluye todas las etapas del ciclo
de vida de los edificios.
Sin embargo, es necesario no perder de vista el aspecto económico en esta selección, y balancear
los beneficios ambientales con los costos económicos para que esto tenga probabilidades de éxito.
Una encuesta realizada en Estados Unidos sobre 3600 clientes en nueve áreas metropolitanas
demuestra que, mientras el 93 % de las personas se preocupan sobre el impacto ambiental de sus
hogares, sólo el 18 % está dispuesto a pagar más para reducirlo (Lippiatt, 1997). Por este motivo
las evaluaciones deben comprender este aspecto, y se debe intentar diseños que produzcan
beneficios ambientales y económicos.
En Argentina se están realizando evaluaciones de este tipo desde hace algún tiempo, y se han
obtenido resultados interesantes de distintos materiales, componentes y estrategias de diseño
edilicio, tales como los muros aislados térmicamente, cubiertas livianas o pesadas, vidrios simples
o dobles, iluminación natural o artificial, etc. Aunque hay mucho camino aún por recorrer, la
experiencia está dando sus frutos, y las evaluaciones comienzan a ser cada vez más frecuentes en
los ámbitos científicos nacionales relacionados con el tema. Sin embargo, en el ámbito profesional
aún no hay repercusiones concretas, y este es el desafío que se quiere afrontar próximamente.
2. INTRODUCCIÓN
Dentro de la compleja problemática involucrada por el desarrollo sustentable, en aspectos sociales,
económicos y ambientales, cobran particular relevancia aquellos que consideran las relaciones
entre el hábitat y la energía. En primer lugar, el desarrollo del hábitat, por su escala y permanencia,
representa el impacto físico más significativo sobre el ambiente natural. Por otra parte, la energía,
es un insumo esencial para la supervivencia de la sociedad actual. El eventual agotamiento de los
combustibles fósiles sumado a los impactos ambientales adversos que su uso masivo está
causando, plantean la necesidad impostergable de comenzar a implementar estrategias para
controlar y eventualmente revertir los procesos de deterioro que se están produciendo. Es evidente
que para ello resulta indispensable la profundización de los conocimientos por parte de los sectores
responsables de la producción y la gestión del hábitat y la energía.
El impacto del ambiente construido sobre los ecosistemas es probablemente el más significativo
entre todos los emprendimientos de la sociedad, lo que se acentúa progresivamente debido a las
crecientes tasas de urbanización. Según datos brindados por el Worldwatch Institute, la
construcción de edificios consume el 40 % de piedra, grava y arena, el 25 % de la madera virgen,
el 40 % de la energía y el 16 % del agua utilizadas globalmente por año en el mundo.
Algunos datos oficiales sobre el consumo energético en el sector doméstico urbano en Mendoza
(Argentina) muestran que la región no es ajena a la problemática, siendo el sector responsable del
29,1 % del total de la energía de uso final consumida en la provincia. Dentro de esta cantidad, la
participación de los usos domésticos se distribuye del siguiente modo: calefacción 41.1%, agua
caliente sanitaria 32.6%, cocción 11.3%, conservación de alimentos 6.1%, iluminación 1.7%,
enfriamiento y ventilación de espacios 0.5%, otros: 6.8 %. Se puede observar que la calefacción
junto con el calentamiento del agua caliente sanitaria suman el 73.7% del total, y representan el
90.0% del gas natural consumido por el sector (Fernández et al 2001).
De todas las fases del ciclo de vida de un edificio, claramente la fase de uso tiene la mayor
importancia, dada la gran duración de su vida útil y la magnitud de los consumos y emisiones que
se producen durante ella. En líneas generales, los factores que afectan los consumos energéticos de
un edificio durante su uso son:
• El efecto de la forma y la orientación del edificio sobre las cargas de calefacción y de
acondicionamiento;
• El papel de la envolvente del edificio sobre la luz solar, la ganancia de energía del sol y la
ventilación natural;
• La eficiencia energética de los equipos de climatización, iluminación y producción de agua
caliente sanitaria;
• El papel de los ocupantes en la estrategia de operación para el control climático del
edificio.
Sin embargo, si se tiene en cuenta la energía requerida para fabricar los materiales y componentes
con los que se construyen los edificios, y considerando la gran cantidad de materiales
involucrados, resulta que para disminuir la energía requerida por los edificios puede ser tan eficaz
diseñar para reducir los consumos energéticos durante el uso, por ejemplo a través de un diseño
bioclimático, como para disminuir la energía incorporada en sus materiales. La relación entre
energía consumida y energía incorporada en el edificio es variable según el clima, uso, tradición,
condición social, y es usual que las estrategias tendientes a disminuir la primera se logre a
expensas de una mayor inversión energética en materiales y componentes, lo que obliga a realizar
una evaluacion comprensiva de todas las etapas del ciclo de vida del edificio a fin de determinar la
bondad de las estrategias adoptadas.
La toma de conciencia de esta situación fundamental, por parte de todos los involucrados en la
producción del hábitat y en tareas que afectan, de una u otra forma al medio ambiente, debe
constituirse en la base indispensable para la construcción de un cuerpo de conocimientos y
capacidades que permitan comenzar a transitar, desde la reflexión y la acción, el camino hacia el
desarrollo sustentable.
Las energías renovables, particularmente la solar y la eólica, han experimentado un interesante
desarrollo tecnológico en el último cuarto de siglo y para muchos usos su viabilidad técnica y
económica es ya incuestionable. La energía solar presenta el beneficio de llegarnos uniformemente
distribuida, lo que representa importantes economías debido a la factibilidad de captación “in situ”,
prescindiendo de instalaciones concentradas de colectores y de redes de distribución. El sector
edilicio, dadas sus características morfológicas y su extensión sobre el territorio, es el que presenta
mayores beneficios potenciales en cuanto a captación local y utilización masiva del recurso para
distintos usos: acondicionamiento para el confort termolumínico de espacios, calentamiento de
agua y eventualmente generación fotovoltaica.
Desde una óptica ambiental abarcativa, un conjunto de estrategias, proyectuales y tecnológicas,
aplicables a la producción industrial, incluyendo la producción del hábitat, apunta a minimizar los
impactos de los procesos involucrados en la misma, sobre los ecosistemas naturales. Generalmente
conocido como “ecodiseño”, su objetivo fundamental es alcanzar máximas reducciones en la
intensidad material y los contenidos energéticos de materiales, componentes y operaciones
tecnológicas comprendidas. Esta suma de operaciones se inicia en los procesos extractivos desde
una cantera, incluye los flujos de materia y energía que requiere un determinado sistema urbano o
edilicio durante su ciclo operativo y concluye con la restitución de los residuos al ecosistema, al
término de dicho ciclo. Propone, en una escala progresiva de intervención, una serie de
posibilidades técnicas: reparación, reuso, remanufactura y reciclado. Las investigaciones,
relativamente, recientes, sobre esta problemática han generado ya un importante volumen de
conocimientos y modelos de evaluación específicos: análisis de ciclo de vida (LCA) y costos de
ciclo de vida (LCC), entre otros.
La suma de estrategias dirigidas a obtener óptimas condiciones de habitabilidad en los edificios
con consumos mínimos de energía convencional, que en conjunto conocemos como
“bioclimatología edilicia” o “diseño bioclimático”, podría considerarse incluida en el “ecodiseño”
ya que apunta solamente a minimizar la demanda de energía durante el ciclo operativo de los
edificios, es decir, se limita a un solo tramo dentro del ciclo de vida total considerado por aquel.
Sin embargo, razones de precedencia histórica y la vastedad de la problemática que aborda, le
confieren identidad y relevancia propias. Un importante cuerpo teórico, que comprende aspectos
de climatología, fisiología humana y termocinética, da sustento a un conjunto de estrategias que,
materializándose a través del diseño y la tecnología, permiten alcanzar los resultados buscados.
Las técnicas y métodos de cálculo y predicción no son menos importantes; su uso es ya
generalizado en el ámbito científico-tecnológico.
Todas estas estrategias que combinan el proyecto arquitectónico, la ingeniería y el conocimiento
ecológico para construir y renovar estructuras que no sólo son funcionales y agradables desde el
punto de vista estético, sino que son eficientes desde el punto de vista operativo, saludables para
sus habitantes y respetuosas del ambiente, han crecido rápidamente en los último años con
distintos nombres, tales como “green architecture” o arquitectura verde, Green buildings, etc.
Estos edificios incluyen, entre otras, consideraciones acerca de la selección del sitio de
emplazamiento, eficiencia y conservación energética, uso racional del agua, disminución de la
producción de residuos, uso adecuado de los materiales, selección de materiales de menor impacto
ambiental, uso de materiales reciclados, diseño adaptado al clima, etc. En un sentido estricto,
cuando a las estrategias apenas enunciadas se le agregan la dimensión social y económica, se tiene
lo que es conocido como “sustainable buildings” o edificios sustentables, ya que sin esa inclusión
difícilmente se alcance un producto “sustentable”.
La conciencia de que la consecución de la sustentabilidad es un imperativo esencial para asegurar
el desarrollo armonioso de la civilización humana hacia el futuro, está ya consolidada en muchos
sectores de la sociedad; se comprende además que el esfuerzo necesario para comenzar a transitar
el camino hacia esa meta es de tal magnitud y aliento que debe ser emprendido sin dilaciones. Está
claro también que las áreas interrelacionadas del hábitat y la energía ocupan una posición central
en la problemática del ambiente global y que, actuando sobre ellas pueden obtenerse los beneficios
más significativos en cortos plazos, al menos en cuanto a la reducción de los deterioros en avance.
Por otra parte, debe tenerse en cuenta la superlativa inercia que presenta el ambiente construido
para ser modificado en la escala necesaria y también que, las modificaciones y adiciones actuales
al mismo extenderán sus impactos específicos por lo menos durante medio siglo.
Finalmente, no puede ignorarse que un importante incremento en la eficiencia es indispensable
para lograr progresos mínimos y que el desarrollo tecnológico para la eficiencia energética de los
edificios continúa sin interrupción en los países centrales, llegando a niveles de altísima
sofisticación. Desde una perspectiva latinoamericana, sin embargo, es posible lograr significativos
beneficios energéticos y ambientales, optimizando el uso de los recursos tecnológicos disponibles,
incluyendo las tecnologías vernáculas, capacitando a los recursos humanos locales que intervienen
en todos los procesos de producción del ambiente construido, posibilitando la factibilidad
económica de la transformación y contribuyendo en la máxima medida posible a difundir
conocimientos y extender y consolidar la conciencia sobre la enorme responsabilidad que nos
cabe, en nuestro aporte hacia la consecución de un mundo sustentable para las generaciones
futuras. Todo esto debe realizarse sin perder de vista el aspecto económico en esta selección, y
balancear los beneficios ambientales con los costos económicos para que esto tenga probabilidades
de éxito. Una encuesta realizada en Estados Unidos sobre 3600 clientes en nueve áreas
metropolitanas demuestra que, mientras el 93 % de las personas se preocupan sobre el impacto
ambiental de sus hogares, sólo el 18 % está dispuesto a pagar más para reducirlo (Lippiatt, 1997).
En una realidad económica tan distinta como la de los países latinoamericanos, estas tendencias se
acentúan.
3. LA SITUACIÓN EN ARGENTINA
En Argentina distintos grupos de investigación están realizando trabajando sobre los temas
relacionados con la sustentabilidad ambiental de los edificios desde hace algunos años, y se han
obtenido resultados interesantes. Sin embargo, la mayoría de los estudios restringen el alcance
hasta la fase de uso, y no incorporan el concepto ni el método del Análisis del Ciclo de Vida. La
mayoría de los estudios de este tipo han sido realizados en Mendoza, en el Laboratorio de
Ambiente Humano y Vivienda (INCIHUSA-CONICET). A continuación se brinda una síntesis de
los estudios de ACV relacionados con los edificios llevados a cabo por el autor:
3.1.
Caso 1. aislantes térmicos en muros de escuelas rurales en
regiones áridas andinas (Arena, A.P., de Rosa, C. 1999).
3.1.1.
Resumen
La aplicación de materiales aislantes es un importante aliado para lograr la disminución de estos
consumos y emisiones, y un buen dimensionamiento de los espesores colocados brinda además un
beneficio económico. Esta operación traslada parte de los consumos y emisiones que se producen
durante la operación a la fase de construcción, con distintas características e intensidades. Para
hacer una correcta evaluación de los beneficios energéticos y ambientales producidos por la
aplicación de aislantes térmicos es necesario considerar el ciclo de vida completo del sistema
analizado. En este trabajo se analizan las consecuencias ambientales y energéticas de la aplicación
de distintos materiales aislantes sobre muros de edificios escolares en zonas áridas andinas de la
provincia de Mendoza (Argentina), utilizando como método el Análisis del Ciclo de Vida.
3.1.2.
El caso analizado
El método del análisis del ciclo de vida ha sido empleado en este trabajo para evaluar el impacto
energético y ambiental de la aplicación de aislantes térmicos en muros de edificios escolares para
obtener confort térmico con mínimo consumo de energía. La comparación se efectúa en muros
exteriores de aulas de la escuela que a continuación se describe y de otra completamente análoga
desde el punto de vista funcional, pero que no posee sus muros aislados (caso tradicional en el
medio). La definición de Unidad Funcional que se adopta para este estudio es: “el impacto
ambiental de la instalación de una capa de aislante térmico aplicado sobre los muros externos del
edificio y de los materiales adicionales que esto comporta, incluyendo cincuenta años de pérdidas
de calor reducidas”. Esta definición se adapta a los objetivos del estudio, pero los resultados no
serán comparables con otros realizados en otros edificios.
3.1.3.
Descripción
El objeto de este estudio es el edificio escolar Nº 4-041, «ALICIA MOREAU DE JUSTO»,
actualmente en construcción en la ciudad de Lavalle, en la provincia de Mendoza, cuyo proyecto
fue comisionado por la Dirección de Escuelas de la Provincia de Mendoza al LAHV-INCIHUSA,
unidad de investigación y desarrollo dependiente de CONICET. La localización geográfica es
32.75 lat. S, 68.07 long. oeste, alt. 600 msnm, y el clima se caracteriza por los siguientes
parámetros: 980 °Cdía/año de calefacción (base 16ºC), 270 °Cdía/año enfriamiento (base 23ºC),
radiación global horizontal media anual: 18,4 MJ/m2, iluminancia exterior horizontal media anual
al mediodía solar: 65800 lux. El objetivo del proyecto es obtener un máximo de confort térmico y
lumínico con un consumo mínimo de energía, utilizando para ello tecnología disponible en la
región, maximizando el empleo de mano de obra local capacitada y reduciendo costos donde ello
no altere la calidad constructiva y la durabilidad del producto (una descripción completa se
encuentra en Basso et al 1999). El sector aulas está constituido por dos hileras paralelas separadas
por un corredor cerrado, de modo que una hilera de aulas da al exterior a través de muros
orientados al norte, mientras la otra lo hace a través de muros orientados al sur y reciben ganancia
solar a través de ventanas superiores por diferencia de techos(ver Figura N° 5). La ventilación
cruzada de las aulas norte se efectiviza por ventanas superiores ubicadas en los techos. Para el
estudio se tomó un conjunto de dos aulas, una en cada una de las hileras descriptas, situadas en una
posición intermedia de modo que ambas confinen con ambientes calefaccionados al este y al oeste.
Los muros exteriores son dobles de mampostería de ladrillo con aislación térmica intermedia
(K=0,55 W/m2K). La Figura N° 5 muestra el muro exterior adoptado.
Ladrillón
Aislación
Mortero de asiento
Ladrillo común
Revoque interno
Figura N° 5. Izquierda: Esquema de muro aislado. Derecha: par de aulas estudiadas
3.1.4.
Aplicación
El objetivo del estudio es el de comparar objetivamente desde el punto de vista energéticoambiental muros aislados y sin aislar, para entender las relevancia de los materiales utilizados y de
los criterios de proyecto adoptados. La superficie de los muros aislados es de 50,4 m2. Se asume
que la decisión de construir un edificio en un determinado lugar está tomada, que los factores
asociados al transporte de las personas durante el uso del edificio no intervienen en el estudio y
que las pérdidas y/o ganancias a través de otros componentes no intervienen en el análisis.
Además, el interés no es el de analizar los procesos productivos de componentes, de sistemas de
transporte ni de la infraestructura sobre la que se apoya el sector. Como consecuencia de esta
elección, el análisis no tomará en cuenta los procesos secundarios intervinientes, excepto en el
caso de los flujos energéticos, los que serán analizados no sólo en la magnitud sino también en su
eficiencia de producción, conversión y transporte hasta el lugar de consumo. Por otro lado, la
evaluación de los muros exteriores se hace desde el punto de vista del confort térmico, por lo cual
el estudio se limitará a los efectos sobre el ambiente exterior, sin considerar efluentes de origen
humano ni aspectos relacionados a la seguridad o a la salud. Por último, dado que no existe en la
actualidad en la provincia de Mendoza una estructura organizada para la recuperación, reciclado
y/o reuso de los materiales provenientes de la demolición de edificios (ni para otros sectores
económicos), en general esta fase no será tenida en cuenta.
3.1.5.
Análisis energético y ambiental. Resultados obtenidos
Para el análisis de la influencia de la aplicación de aislantes térmicos en muros se han tenido en
cuenta solamente las diferencias constructivas entre los muros de aulas aislados y sin aislar, junto
con la diferencia de consumos energéticos que conducen a las mismas condiciones de confort
térmico en el interior. Por lo tanto, para la evaluación energética y ambiental de los muros aislados
se consideraron sólo los materiales que estos muros aislados presentan demás que las
convencionales (ladrillos, mortero, aislante, hierro de anclaje, etc.), mientras que para la
evaluación del muro convencional se tuvo en cuenta sólo la energía que los muros aislados ahorran
en las aulas durante su vida útil (50 años) con respecto a un aula convencional con muros sin
aislar.
Los cálculos relativos al ahorro energético han sido realizados según el método de Balcomb et al
(1983), y los resultados se representan en la Tabla 1. En esta se observa que el ahorro que se
obtiene a lo largo de toda la vida útil del edificio, estimada en 50 años, compensa con creces el
consumo de energía asociado a la fabricación de los materiales necesarios para aislar los muros
exteriores. Se indican algunos parámetros específicos, como energía ahorrada por unidad de
superficie de piso y energía ahorrada por unidad de muro aislado.
Ahorro obtenido en toda la vida útil
Total
Por m2 de piso Por m2
aislante
MJ
MJ/m2 piso
MJ/m2
aislado
Poliestireno 229804 2156,5
4560,5
Lana de
228718 2146,3
4538,9
vidrio
Consumo por construcción
Energía neta
Total por m2 muro % del ahorro ahorrada
MJ
MJ/m2
46324
45431
919,3
901,6
MJ
20,20%
19,90%
183480,01
183286,52
Tabla 1. Ahorro energético y consumo de energía asociados al uso y fabricación de los muros
aislados.
La Figura N° 6 representa el balance energético global de la aislación de los muros, teniendo en
cuenta los consumos evitados durante toda la vida útil del edificio y el gasto energético asociado a
la construcción del muro aislado.
250
200
150
100
50
Lana de vidrio
Poliestireno
0
Ahorro neto%
Consumo GJ
Ahorro neto GJ
Ahorro GJ
Figura 6. Balance energético de la aislación de los muros
En la Figura 7 se representan distintos perfiles ambientales correspondientes a los muros exteriores
del par de aulas analizadas.
AP
300000
GWP
250000
NP
35000
35000
200000
POCP
30000
30000
25000
25000
20000
20000
15000
15000
5000
0
0
Poliestireno
PT
5000
HT
10000
c
POCP
Rec
10000
NP
VE
AP
Sin aislante
Lana de vidrio
Poliestireno
0
GWP
RP
PT
50000
HT
EC
POCP
100000
NP
PT
GWP
150000
AP
HT
Sin aislante
Lana de vidrio
Figura 7. Izq.: perfiles ambientales (en µPeq) correspondientes a muros aislados con Poliestireno expandido, con Lana de vidrio y sin
aislar. Centro: Idem sin incluir Consumo de Recursos, producción de escorias y cenizas, de residuos peligrosos y volumen de efluentes.
Der.: Idem con hipótesis de cocción de ladrillos con GN.
Símbolos utilizados: AP:Acidificación, GWP:Efecto invernadero, NP :Eutrofización, POCP:Formación de ozono fotoquímico,
HT:Toxicidad humana, PT :Toxicidad permanente, EC:Escorias y Cenizas, RP:Residuo Peligroso, VE:Volumen de efluentes,
Rec:Consumo de Recursos
El método adoptado para normalizar es el de la Universidad de Copenhagen, que utiliza el
concepto de persona equivalente, que relaciona las emisiones de un determinado gas con el
promedio de las emisiones mundiales (o locales) por persona. Los resultados han sido expresados
en millonésimas de persona equivalente. En la figura de la izquierda se representan los perfiles
correspondientes a los muros aislados y sin aislar. La diferencia de consumo de recursos entre
estos dos casos es tan grande que no permite realizar comparaciones para otros impactos, por lo
que en la figura central se repiten los perfiles, esta vez sin incluir consumo de Recursos,
producción de escorias y cenizas, producción de residuos peligrosos y volumen de efluentes. Se
observa ahora que el perfil ambiental para el caso de muros sin aislar es peor que el de los muros
aislados prácticamente en todos los impactos analizados, con la excepción del potencial de
producción de ozono fotoquímico. Investigando el origen de este empeoramiento, se detectó que el
responsable es el proceso de fabricación de ladrillos. En muchas zonas de Mendoza, la fabricación
de ladrillos se realiza en forma artesanal, en condiciones laborales muy precarias y utilizando leña
para su cocción, lo que libera grandes cantidades de monóxido de carbono y favorece la formación
de ozono fotoquímico.
Como hipótesis alternativa, se investigó cuál sería la situación si en lugar de leña se utilizara gas
natural para la cocción, con los mismos rendimientos energéticos. Los resultados se observan en la
figura de la derecha, donde se puede apreciar que en la nueva situación el potencial de formación
de ozono fotoquímico es prácticamente nulo. Se observa además un efecto secundario, que es el
aumento del potencial de calentamiento global con respecto a la situación de cocción de ladrillos
con leña. Esto se debe a que durante la combustión de la leña se libera una cantidad de dióxido de
carbono equivalente a la que la planta de donde proviene almacenó durante la etapa de
crecimiento, con un balance global neto nulo. Por este motivo el potencial de calentamiento global
es menor cuando se usa leña. Esto es válido solamente cuando esta proviene de plantaciones
planificadas, en las cuales la tasa de talado es igual a la de reposición de nuevas plantas. Como es
imaginable, la producción artesanal de ladrillos en la provincia no siempre tiene este tipo de
consideraciones incluidas en sus procesos.
Con el objeto de establecer diferencias entre los dos tipos de muros aislados, se quitó el perfil
correspondiente a los muros sin aislar en la Figura N° 8. En la figura a se comparan los perfiles
correspondientes a los muros aislados con poliestireno y con lana de vidrio, expresados en
millonésimas de persona equivalente, cuando los ladrillos son cocidos con leña, mientras en la
figura b se analiza el caso de cocción con gas natural. Como antes, se observa el crecimiento del
potencial de calentamiento global y la disminución del potencial de formación de ozono
fotoquímico al cambiar el combustible. Se observa además que ambos muros tienen perfiles
similares, aunque con una ligera predominancia en casi todos los impactos representados del muro
aislado con poliestireno, excepto para el potencial de eutrofización y el de formación de ozono
fotoquímico.
350
5000
5000
300
1500
4000
4000
1000
3000
3000
2000
2000
1000
1000
50
0
0
0
Poliestireno
a
Lana de vidrio
Poliestireno
b
200
150
Lana de vidrio
Poliestireno
c
Poliestireno
Lana de vidrio
PT
HT
POCP
NP
GWP
AP
PT
HT
POCP
NP
100
GWP
AP
PT
HT
POCP
NP
AP
GWP
0
250
AP
500
PT
6000
HT
6000
2000
POCP
400
NP
7000
GWP
7000
2500
Lana de vidrio
d
Figura 8. Perfiles ambientales (en µPeq) de los muros aislados. a: cocción de ladrillos con leña. b:
cocción de ladrillos con gas natural. c: Perfiles ambientales (en µPeq) sólo de los materiales
aislantes. d: idem en una escala menor.
Para establecer diferencias entre los tipos de material aislante utilizados, en las Figura N° 8 c y d
se analizan sólo los efectos ambientales derivados de la producción del aislante utilizado,
excluyendo todos los demás materiales involucrados en la operación (ladrillos, morteros y hierro
de anclaje). En la Figura c se ha utilizado la misma escala que en la a, de modo que a través de la
comparación de estas dos figuras se pone en evidencia la escasa incidencia que tiene el material
aislante en relación al resto de los materiales utilizados para construir los muros aislados. Esto
significa que la diferencia entre los perfiles representados en las figuras a y c se debe a los
ladrillos, mortero y hierro utilizado en el anclaje. Entre estos, la mayor responsabilidad recae
naturalmente sobre los ladrillos del muro de protección, debido a su gran masa. Lógicamente, un
diseño diferente del muro aislado con una protección distinta podría modificar la importancia
relativa de los materiales aislantes utilizados.
La figura de la derecha utiliza una escala apropiada para la comparación de los materiales aislantes
entre sí, donde se aprecia con mayor claridad lo que ya fue apuntado en el análisis de las Figuras a
y b con relación al mayor impacto ambiental que se produce durante la producción del
poliestireno, con las excepciones apuntadas. Esto no significa que la lana de vidrio sea más
benigna desde el punto de vista ambiental que el poliestireno expandido, ya que la figura
representa sólo la etapa de producción de los materiales. Es bien sabido que durante el uso de los
mismos el poliestireno presenta mayores ventajas para la aislación de muros, debido a sus
características higroscópicas y de durabilidad. Por otra parte, la lana de vidrio requiere
precauciones de instalación para evitar el desprendimiento de polvillo, lo que puede acarrear
perjuicios para la salud.
3.2. Evaluación ambiental comparativa de materiales mampuestos
aplicados en muros de viviendas en regiones áridas andinas (Arena,
A.P., Mitchell, J. (2001).
3.2.1.
Resumen
En este estudio se utiliza el método del análisis del ciclo de vida para la selección de materiales
con menor impacto ambiental. Se desea conocer cuáles son las ventajas y desventajas del uso de
ladrillos de arena-cemento en lugar de ladrillos tradicionales para la construcción de muros en
viviendas ubicadas en la localidad de Medrano, en el departamento de Junín, provincia de
Mendoza. Este tipo de ladrillos alternativos poseen la característica de no requerir cocción, y son
producidos directamente en el lugar de construcción, sin requerir energía. Poseen en cambio
cemento en su composición, lo que implica una serie de consecuencias ambientales por el proceso
de producción del clinker y posteriormente del cemento, a partir de la materia prima (caliza, yeso,
esquisto, óxido de hierro), para lo cual se consume una gran cantidad de energía térmica y
eléctrica. Se pretende determinar cuál de las dos alternativas es más benigna desde el punto de
vista ambiental.
3.2.2. DESCRIPCIÓN
Los componentes que se analizan en el trabajo, corresponden al proyecto de las viviendas de un
asentamiento rural, al que se le incorporaron pautas de diseño bioclimático, como resultado de
talleres de diseño participativos. Se trata del conjunto de viviendas "Calle Caballero" en un
enclave rural del oasis norte de Mendoza. La particularidad del proyecto consiste en el diseño con
la gente (Mitchell, 1996 al 1999), lo que posibilitó la recuperación de una tipología de vivienda
rural de adobe, que se adecua a sus modos de vida, incorporándose innovaciones en el diseño y en
su tecnología constructiva con el aval de sus futuros usuarios. La vivienda se organiza en un
esquema "U" que rodea al espacio semicubierto (parral o galería) y orientada al norte. Posee pleno
asoleamiento y los espacios ubicados al sur recibe radiación solar a través de ventanas altas por
diferencia de techos.
La vivienda posee los siguientes espacios cubiertos: estar, cocina comedor, tres dormitorios, baños
y lavandería-depósito. En la Figura N° 9 se representa una vista en planta de la vivienda, así como
su la fachada norte y su corte.
0 ,0 0
GALERÍA - PARRAL
0 ,1 5
ESTAR
DORMITORIO
0,3 0
0,1 5
LAVANDERÍA
DESPENSA
0,0 0
COCINA
COMEDOR
BAÑO
DORMITORIO
DORMITORIO
BAÑO
0 ,00
FACHADA NORTE
Figura N° 9. Vivienda analizada: Planta, corte y Fachada Norte.
Sobre este esquema de vivienda se considerarán cuatro casos alternativos de construcción de
muros perimetrales: dos con ladrillos tradicionales y dos con ladrillos de arena-cemento, en un
caso sin aislamiento y en otro con aislamiento. Una representación esquemática de los cuatro
muros analizados se presenta en la Figura N° 10
Muro 1
Muro 2
Muro 4
Muro 3
1
1
1
2
2
2
3
5
1
2
6
3
4
4
6
3
0,3 m
0,28 m
REFERENCIAS
1 - Revoque
2 - Mezcla asiento
0,3 m
3 - Ladrillón
4 - Poliestireno exp.
0,3m
5 - Ladrillo a/c a=25cm
6 - Ladrillo a/c a=10/15cm
Figura N° 10. Esquema de los cuatro muros analizados
3.2.3. La definición del sistema
La definición del sistema es la primera etapa del Análisis del Ciclo de Vida, y determina
fuertemente los resultados obtenidos cuando se comparan proyectos alternativos. La Unidad
Funcional que se utiliza en este estudio se define como el impacto ambiental producido por la
construcción de los muros de un edificio, de superficie 88 m² destinado a uso vivienda, incluyendo
sus áreas de servicio, de duración útil 50 años, comprendiendo las pérdidas de energía para
calefacción de las viviendas durante el período invernal que se producen durante su vida útil. El
análisis se efectúa, siguiendo esta definición, para los cuatro casos enunciados. De esta definición
se deduce que no se incluirán en el análisis todos los demás componentes de las viviendas
(fundaciones, techos, carpinterías, pisos, etc.), ya que son idénticas en los dos casos comparados.
Esta definición se adapta por lo tanto a los objetivos del estudio, pero los resultados no serán
utilizables para comparación con otros edificios que posean una definición de unidad funcional
diferente. De acuerdo con el objetivo del estudio, no se pretende analizar los procesos productivos
de la infraestructura sobre la que se apoya el sector, por lo que no se tomarán en cuenta los
procesos secundarios (por ejemplo materiales y procesos utilizados para la construcción de los
aparatos productivos que soportan la elaboración del cemento, el hierro, etc.), excepto en el caso
de los flujos energéticos, los que serán analizados no sólo en la magnitud sino también en su
eficiencia de producción, conversión y transporte hasta el lugar de consumo. Por último, dado que
no existe en la actualidad en la Provincia de Mendoza una estructura organizada para la
recuperación, reciclado y/o reuso de los materiales provenientes de la demolición de edificios (ni
para otros sectores económicos), esta fase no será tenida en cuenta.
Los casos considerados poseen las mismas características funcionales (superficie habitable, nivel
de confort higrotérmico y lumínico), duración, uso y ubicación. Esto último determina que no se
incluyan en el análisis la producción de contaminantes debido al transporte de las personas,
materiales y residuos domésticos durante la fase de uso de las viviendas.
Para el cálculo del consumo energético por calefacción asociado a cada uno de los casos se utilizó
el método SLR del LANL (Balcomb et al 1983), utilizando los datos climáticos correspondientes
al lugar de emplazamiento (1450 GD base 18).
3.2.4. Resultados obtenidos
Los resultados obtenidos de la etapa de Inventario del análisis constituyen una gran masa de datos
sobre materiales y energía consumida y efluentes producidos, cuya magnitud hace difícil la
interpretación. Por este motivo se han elaborados esos resultados, expresándolos en unidades
comparables, para lo cual se ha adoptado el método de normalización de la persona equivalente,
que relaciona un determinado impacto ambiental con el valor promedio de ese impacto a nivel
mundial (o local) por cada habitante (Wenzel et al. 1997). Dado que no existen datos sobre
emisiones por habitante para la Argentina, se han utilizado factores de normalización
correspondientes a la situación europea. Los resultados han sido expresados en millonésimas de
persona equivalente. Esto forma parte de la etapa de Evaluación de Impactos del método del
Análisis del Ciclo de Vida.
En la Figura N° 11 se representan los perfiles ambientales correspondientes a 1 m2 de muro, para
las distintas configuraciones consideradas. La comparación se realiza entre pares equivalentes, es
decir muro simple de ladrillón tradicional (1) con muro simple de ladrillo de arena-cemento (2) y
muro compuesto de ladrillón tradicional (3) con muro compuesto de ladrillo de arena-cemento (3).
Se observa que el perfil ambiental de los muros construidos con ladrillos de arena-cemento es
notablemente mejor que el de correspondiente a los muros constituidos con ladrillos tradicionales
prácticamente en todos los impactos analizados, siendo el impacto de los muros de ladrillones
tradicionales varios veces superior al de los de arena-cemento, con la excepción del potencial de
producción de efecto invernadero. Esto se debe a que se ha supuesto que la leña con la que se
provee la energía térmica para la cocción de los ladrillones tradicionales proviene de plantaciones
planificadas, por lo que producen una emisión neta de CO2 neta nula durante su ciclo de vida
crecimiento-tala-combustión. Sin embargo esto no es cierto en la mayoría de los casos, ya que se
utiliza leña de algarrobo local sin reposición, lo que contribuye al fenómeno de desertificación,
obviamente un problema grave en una zona árida como la analizada.
2
2
Comparación efectos normalizados para 1m
de muros.Caso de ladrillones cocidos con GN
Comparación efectos normalizados para 1m
de muros Caso de ladrillones cocidos con leña
Toxicidad
permanente (PT)
Toxicidad permanente
(PT)
Toxicidad humana
(HT)
Toxicidad humana
(HT)
Formación de ozono
fotoquímico (POCP)
Formación de ozono
fotoquímico (POCP)
Eutrofización (NP)
Eutrofización (NP)
Efecto invernadero
(GW P)
Efecto invernadero
(GWP)
Acidificación (AP)
Acidificación (AP)
(µPE)
0
10
Muro 1
20
30
40
50
Muro 2
60
70
Muro 3
80
90
(µPE)
0
Muro 4
50
Muro 1 c/GN
100
Muro 2
150
200
250
Muro 3 c/GN
Muro 4
Figura N° 11. Izq. Perfiles ambientales (en µPeq) correspondientes a 1 m2 de muros. Der.:
Idem con hipótesis de cocción de ladrillones con GN. Símbolos utilizados: AP: Acidificación,
GWP: Efecto invernadero, NP :Eutrofización, POCP: Formación de ozono fotoquímico, HT:
Toxicidad humana, PT :Toxicidad permanente
Con el propósito de comparación, atendiendo a los crecientes esfuerzos de los municipios para
erradicar la producción de ladrillos en modo artesanal (esfuerzos resistidos por los actuales actores
de esta industria que ven peligrar su fuente de trabajo), se investigó cuál sería la situación si en
lugar de leña se utilizara gas natural para la cocción, con los mismos rendimientos energéticos.
Estos resultados han sido reportados en la figura (derecha). Se observa en este caso que el efecto
invernadero asociado a la cocción de los ladrillones asume un rol preponderante en confronto con
los demás impactos ambientales analizados, y que en esta situación el uso de ladrillos de arenacemento adquiere aún mayor atractivo desde la perspectiva ambiental, ya que no requieren energía
para su producción. El pequeño valor de producción de efecto invernadero asociado a los muros
construidos con estos ladrillos se debe a que en su composición poseen cemento, el cual requiere
cantidades de energía para su producción, lo cual trae aparejado la emisión de CO2.
Comparación efectos normalizados para
Vivienda. Caso de Ladrillones cocidos con leña
Comparación efectos normalizados para
viviendas. Caso de Ladrillones cocidos con GN
Toxicidad permanente
(PT)
Toxicidad
permanente (PT)
Toxicidad humana
(HT)
Toxicidad humana
(HT)
Formación de ozono
fotoquímico (POCP)
Formación de ozono
fotoquímico (POCP)
Eutrofización (NP)
Eutrofización (NP)
Efecto invernadero
(GWP)
Efecto invernadero
(GW P)
Acidificación (AP)
(µPE)
0
50000
Muro 1
100000
Muro 2
150000
Muro 3
200000
250000
Muro 4
Acidificación (AP)
(µPE)
0
50000
Muro 1 c/GN
100000
150000
Muro 2
200000
Muro 3 c/GN
250000
300000
Muro 4
Figura N° 12. Perfiles ambientales (en µPeq) muros de la vivienda considerada. Izquierda: cocción
de ladrillos con leña. Derecha: cocción de ladrillos con gas natural.
Los perfiles ambientales analizados hasta ahora representan únicamente los impactos asociados a
la fase de fabricación de 1 m2 de muro, considerando desde la extracción de la materia prima hasta
la erección del muro. En la Figura N° 12 se analiza el perfil ambiental correspondiente a la
definición de Unidad Funcional adoptada para este trabajo y explicitada anteriormente. Se
considera por lo tanto toda la superficie de los muros externos de la vivienda (127 m2), para los
cuatro casos considerados. Como en el análisis precedente, se muestran los resultados para dos
situaciones alternativas: cocción de ladrillones con leña y con gas natural, los cuales han sido
representados en la parte izquierda y derecha de la citada figura respectivamente. De la
comparación de estas figuras con las anteriores resulta obvio que la diferencia entre ambos
conjuntos no es sólo un factor de escala por la diferencia de superficie considerada en cada una de
ellas, sino que en la última figura interviene además la influencia ambiental correspondiente a las
pérdidas de energía por calefacción producida durante los períodos invernales de los 50 años de
vida útil considerados. De este modo se incorpora la fase de uso de la vivienda en el análisis. En la
figura de la izquierda se observa que existen ligeras ventajas ambientales para el caso de las
viviendas cuyos muros han sido construidos con ladrillos de arena-cemento, para todas las
categorías de impacto consideradas. La gran carga ambiental producida por el uso de energía de
origen fósil para calefacción hace que las importantes diferencias existentes entre los materiales
constitutivos de los muros pierdan el protagonismo inicial. En el caso de cocción de ladrillones
con gas natural se observa que aparecen diferencias importantes en el potencial de calentamiento
global, que alcanzan el 17 % para los muros simples y el 29 % para los compuestos. Diferencias
similares se encuentran en las restantes categorías ambientales. Se observan además, comparando
los perfiles de los casos 1 con 3 y 2 con 4, los importantes beneficios ambientales derivados de la
aislación de los muros externos de las viviendas, que superan el 100 % en todas las categorías
ambientales estudiadas.
Se observa que los ladrillos de arena-cemento descriptos en este trabajo representan una alternativa
a los ladrillos tradicionales que mayoritariamente componen los muros de las viviendas en la
región, que comporta un importante beneficio desde el punto de vista ambiental. Las diferencias
que presentan estos ladrillos en las categorías ambientales consideradas son muy importantes en
magnitud, al considerar el impacto de un m2 de muro construido con uno y otro tipo de ladrillo.
Cuando se incluye en el análisis la fase de uso del edificio cuyos muros están constituidos por
estos ladrillos las diferencias porcentuales se hacen menores, debido al gran peso del impacto
ambiental relativo a la energía consumida para la calefacción de los ambientes de la vivienda
considerada. Se debe tener en cuenta, sin embargo, que estas serían diferencias porcentuales
relativamente pequeñas pero sobre un número potencialmente muy grande de viviendas, por lo que
el impacto potencial sobre el ambiente en términos reales sería muy grande.
Otro aspecto a considerar es que la fabricación local de ladrillos es realizada en gran parte en
modo artesanal y precario, obteniendo la materia prima de zonas potencialmente cultivables y que
una vez agotadas se abandonan y son utilizadas como vaciaderos clandestinos de residuos. La
energía que se consume proviene de leña obtenida de los algarrobos naturales locales, los cuales
no son replantados con lo que se contribuye al fenómeno de la desertificación, problema por
demás grave en una zona árida como la analizada. La cocción de los ladrillos efectuada de este
modo produce una gran cantidad de elementos con malas características (ladrillos crudos), por lo
que se consume mayor cantidad de materia prima, de energía y de mano de obra para cada unidad
de ladrillo bien confeccionado. Estos aspectos no han sido cuantificados en el presente trabajo, ya
que los datos existentes sobre el sector son escasos y muy dispersos, y se requiere un trabajo
profundo de relevamiento para poder hacer estimaciones que tengan una buena relación con la
realidad.
Otro aspecto que surge del análisis realizado es que adoptando muros aislados en la vivienda
considerada se obtienen notables beneficios ambientales, al considerar todas las emisiones
reducidas durante su vida útil estimada.
3.3. Uso del Análisis del Ciclo de Vida en Edificios. Aplicación para el
caso
de
tecnologías
de
uso
solar
pasivo
en
Mendoza
-
Argentina.(Arena A.P. 1999)
3.3.1. RESUMEN
Durante la fase de utilización de los edificios se producen grandes consumos de energía, materia
prima y productos además de grandes cantidades de deshechos y emisiones. Existe en la actualidad
una tendencia a disminuir estos consumos, al costo de colocar nuevos y más materiales durante la
construcción de los edificios, por ejemplo utilizando ventanas de doble vidrio, paneles
fotovoltaicos y colectores solares, aislando los muros, etc. Esto traslada parte de los consumos y
emisiones que usualmente se producían durante la operación a la fase de construcción. Para hacer
una correcta evaluación de los beneficios reales que una tecnología aporta desde el punto de vista
energético y ambiental, es necesario considerar el ciclo de vida completo del sistema analizado, y
no sólo la fase de operación como es práctica habitual. En este trabajo se analizan de este modo
distintas tecnologías solares pasivas utilizadas en edificios escolares en zonas áridas andinas de la
provincia de Mendoza (Argentina), comparándolas con técnicas convencionales.
3.3.2.
Objetivos
El procedimiento descripto en el punto anterior ha sido empleado en este trabajo para comparar
distintas tecnologías constructivas utilizadas en edificios escolares para obtener confort térmico
con mínimo consumo de energía tradicional. La comparación se efectúa entre aulas de la escuela
descripta y de otra completamente análoga desde el punto de vista funcional, pero que utiliza las
tecnologías que normalmente se aplican en el medio.
3.3.3.
Descripción
El objeto de este estudio es el edificio escolar Nº 4-041, “ALICIA MOREAU DE JUSTO”,
actualmente en construcción en la ciudad de Lavalle, en la provincia de Mendoza, y cuya
descripción completa se encuentra en Basso et al 1999. El mismo forma parte de un conjunto de
proyectos energéticamente eficientes a construirse en diferentes localizaciones urbanas del norte
de la provincia de Mendoza, que han sido comisionados por la Dirección de Escuelas de la
Provincia de Mendoza al LAHV-INCIHUSA, unidad de investigación y desarrollo dependiente de
CONICET. La localización es en Lavalle, departamento ubicado en el norte de la provincia de
Mendoza (lat. 32.75 S, long. 68.07 oeste, alt. 600 msnm, cuyo clima se caracteriza por los
siguientes parámetros: 980 °Cdía/año de calefacción base 16ºC, 270 °Cdía/año enfriamiento base
23ºC, radiación global horizontal media anual: 18,4 MJ/m2, iluminancia exterior horizontal media
anual al mediodía solar: 65800 lux. El objetivo del proyecto es obtener un máximo de confort
térmico y lumínico con un consumo mínimo de energía convencional, utilizando para ello
tecnología disponible en la región, maximizando el empleo de mano de obra local capacitada y
reduciendo costos donde ello no altere la calidad constructiva y durabilidad del producto. Los
componentes constructivos principales son: techos en pendiente de chapa metálica y horizontales
de losa de hormigón, ambos con aislación térmica de poliestireno expandido, (K=0,50 W/m2K);
muros exteriores: dobles de mampostería de ladrillo con aislación térmica intermedia, (K=0,55
W/m2K); Fundaciones: convencionales sin aislación, (K=0,70 W/m2K); ventanas de chapa
doblada, simple contacto y burletes con doble vidrio transparente; (K=2,73 W/m2K). Aleros
exteriores fijos permiten asoleamiento pleno de las ventanas colectoras, desde el 06/05 hasta el
06/08 y plena sombra desde el 06/11 al 06/02. Elementos difusores interiores homogeneizan el
flujo luminoso y evitan la incidencia de radiación directa sobre el plano de trabajo.
Experimentalmente, se ha instalado un sistema híbrido de enfriamiento terrestre para el
acondicionamiento estival de las tres aulas orientadas al norte. La escuela consta de distintos
bloques funcionales, de los cuales se ha tomado solamente el sector aulas para llevar a cabo este
trabajo, las cuales han sido proyectadas de modo que obtengan ganancia solar desde patios hacia
el norte de cada bloque y a través de ventanas superiores por diferencia de techos en las aulas
ubicadas al Sur de dicho bloque. La ventilación cruzada de las aulas norte se efectiviza por
ventanas superiores ubicadas en los techos. Para la comparación de tecnologías se han considerado
dos aulas intermedias del bloque, una del bloque norte y otra del bloque sur. Solamente las
tecnologías diseñadas para la reducción de los consumos de combustibles para calefacción han
sido consideradas, mientras que aquellas destinadas al aprovechamiento de la luz natural o al
enfriamiento pasivo no han sido incluidas. De acuerdo con este criterio, los pares tecnologías
eficientes-tecnologías convencionales elegidas para comparación son: muros exteriores eficientesmuros convencionales de ladrillón; ventanas convencionales de chapa doblada y vidrio simple ventanas de chapa doblada de contacto simple y burlete con doble vidrio.
3.3.4. Análisis energético y ambiental. Resultados obtenidos
Para el análisis se han tenido en cuenta solamente las diferencias constructivas y operativas entre
las aulas de las dos escuelas consideradas. Por lo tanto, para la evaluación energética y ambiental
de las aulas “Moreau” se consideraron sólo los componentes que estas aulas presentan demás que
las convencionales (vidrios, ladrillones, burletes, mortero, etc.), mientras que para la evaluación de
las aulas convencionales se tuvo en cuenta sólo el volumen de gas natural que las aulas “Moreau”
ahorran durante toda la vida útil estimada (50 años). Es importante recalcar que una de las
estrategias más importantes adoptadas en la escuela Moreau es el diseño y ubicación de ventanas
que actúan como áreas colectoras, las cuales no han sido incluidas en esta comparación debido a la
dificultad de establecer una situación de referencia convencional sobre este aspecto. En efecto,
mientras es claro que las escuelas convencionales de la zona no poseen vidrios dobles ni muros
aislados, al momento de la elaboración del presente trabajo no se poseían elementos que pudieran
establecer con igual claridad un criterio convencional de distribución de aberturas. Los cálculos
relativos al ahorro energético obtenido han sido realizados siguiendo el método propuesto en
Balcomb et al (1983), cuyos resultados se representan en la siguiente tabla:
Tab. 1 Ahorro anual y total obtenido por la adopción de las estrategias eficientes.
Ahorro anual de energía
Ahorrada durante el uso
5307,5
MJ/año
Específica ahorrada durante el uso
49,8
MJ/año m2
Gas envasado anual
2,5
Tubos de 45
kg/año
Gas natural anual
136,3
m3/año
Kerosene anual
164,7
litros/año
En toda la vida útil
Total ahorrada durante el uso
265374,5
MJ
Total específica ahorrada durante el uso 4980,7
MJ/m2
Gas envasado total
125,8
Tubos de 45 kg.
Gas natural total
6812,8
m3
Kerosene total
8236,3
litros
En la Figura N° 13 se representan las pérdidas en W/ºC para cada uno de los elementos
considerados para la escuela convencional y para la Moreau (izq.). La figura de la derecha muestra
el ahorro porcentual obtenido por tecnología.
Pérdidas
Ahorro porcentual por categoría
Infiltraciones
160
Infiltraciones
16%
Ventanas
Muros
140
120
100
W/ºC
80
60
Muros
40
Ventanas
24%
Ventanas
20
0
Muros
60%
Eficiente
Convencional
Infiltraciones
Fig. 13 Pérdidas en W/ºC por muros, ventanas e infiltraciones para los dos casos
considerados (izq.), y ahorro porcentual obtenido por la adopción de las estrategias
eficientes (der.).
En la figura de la izquierda se ve claramente la disminución que cada acción produce sobre las
pérdidas, a la vez que se observa el peso relativo de dichas pérdidas a través de cada elemento. En
la figura de la derecha se puede ver que el ahorro que se obtiene por adopción de muros eficientes
representa el 60 % del total, por vidriado doble se obtiene un 24 % y el 16 % restante se produce
por disminución de infiltraciones. Para conseguir estos ahorros es necesario fabricar y colocar más
vidrio, aislaciones, ladrillos, cemento, burletes, construir los componentes, etc. La siguiente tabla y
el gráfico adyacente resumen el ahorro obtenido por cada estrategia aplicada, los consumos
adicionales de energía debidos a la construcción de estas tecnologías eficientes, el ahorro neto
resultante y algunas figuras de mérito que derivan de relaciones entre los valores calculados. Antes
de analizar los resultados obtenidos, es necesario hacer algunas consideraciones sobre cuestiones
de metodología adoptadas para el cálculo de los consumos energéticos y los impactos ambientales
derivados de la fabricación de los materiales involucrados, a saber:
1. no se han considerado mayores consumos por procesos en la elaboración de marcos de
ventanas debidos a la inclusión de dos vidrios en lugar de uno, dada la pequeña modificación
introducida en el diseño por esta inclusión. Por lo tanto, la diferencia de consumos considerada
comprende solamente el contenido energético de una lámina adicional de vidrio. Para el cálculo de
este valor se tomó una media entre valores brindados por distintos autores en varias publicaciones
(Worrell et al ’94, Cole et al ’92, Goulding et al '92, Adalbert '97, Buchanan et al '94). El valor
promedio obtenido (19,92 MJ/kg) se encuentra en buen acuerdo con el valor medio publicado por
la Building Research Establishment, UK 1994, que da como valor mínimo 13 MJ/kg y como
máximo 31 MJ/kg (www.ecosite.co.uk), y cuya media corresponde a 22 MJ/kg.
2. para la reducción de las infiltraciones se ha tenido en cuenta la cantidad de energía necesaria
para la producción de SBR, y se han despreciado los consumos correspondientes al posterior
moldeado del burlete. El valor considerado como contenido energético para la producción de SBR
fue de 77,5 MJ/kg (Worrell et al ’94).
Fig. 14 Ahorro, consumo y ahorro neto relacionados
con la adopción de las estrategias eficientes. Relación
consumo/ahorro.
180
160
140
120
Infiltra Vent. Muro Total
c
s
A [GJ]
41,2 62,4 161,7265,4
CC [GJ]
0,7
3
45 48,7
AN [GJ]
40,5 59,5 116,7216,7
CC/A %
1,7 4,8 27,8 18,3
CC/CCTot % 1,5
6,1 92,4 100
AN/ANTot % 18,7 27,4 53,9 100
Leyenda:
100
80
60
Ahorro [GJ]
Ahorro neto [GJ]
40
20
Consumo adicional [GJ]
Muros
% consumo ad./ahorro
Ventanas
Infiltraciones
0
A Ahorro
CC Consumo construcción
AN Ahorro neto
Tab. 2 Ahorro, consumo y ahorro neto
por estrategia. Relación consumo
ahorro, consumo % y ahorro neto %
Del análisis de la tabla y de la Figura N° 14 precedentes se deduce que si bien los muros producen
el mayor ahorro, son también los que requieren mayor energía para hacerlos eficientes, tanto en
términos absolutos como porcentuales. No obstante ello, el ahorro neto que producen es el mayor
de todos. El control de las infiltraciones es el caso diametralmente opuesto, produciendo el mayor
ahorro por cada unidad de energía invertida. La Figura N° 15 muestra los resultados de la
comparación de los perfiles ambientales de los dos esquemas analizados, donde se puede observar
que prácticamente para todos los efectos considerados el diseño eficiente es más benigno que el
convencional. El único parámetro que escapa a esta regla es el de la formación de ozono
fotoquímico, lo cual se debe a que en la producción local de ladrillos se utiliza como fuente de
calor para la cocción la combustión incontrolada de biomasa, lo que libera monóxido de carbono
en grandes cantidades favoreciendo la generación de ozono fotoquímico. A título ilustrativo, se
comparó esta situación con una hipotética en la cual la cocción de ladrillos se hiciera con la misma
eficiencia que la considerada pero utilizando gas natural en lugar de biomasa. El perfil ambiental
comparativo correspondiente a esta situación ha sido representado en la Figura N° 16.
En la nueva situación todas las variables ambientales analizadas son mejores para las aulas de la
escuela Moreau que para la convencional. Se puede observar además, comparando las Figuras 15 y
16, que el potencial de calentamiento global (GWP) para las aulas “Moreau” al utilizar biomasa
como combustible de cocción de ladrillones es menor que utilizando gas natural. Esto se debe a
que durante la fase de crecimiento vegetal se incorpora CO2 a la biomasa en la misma cantidad
que se libera cuando es quemada para obtener energía, por lo que la combustión de biomasa no
produce emisión neta de CO21.
1
Esto es cierto únicamente cuando la biomasa proviene de plantaciones planificadas, en las cuales la tasa de talado es
igual a la de replantado.
40000
35000
(µPE)
30000
Moreau
Convencional
25000
20000
15000
10000
5000
Toxicidad
permanente
(PT)
Toxicidad
humana
(HT)
Formación
de ozono
fotoquímico
(POCP)
Eutrofización
(NP)
Efecto
invernadero
(GWP)
Acidificación
(AP)
0
Fig. 15 Comparación de efectos normalizados. Caso de cocción de ladrillos con biomasa.
No obstante el GWP de las aulas “Moreau” sea peor en el caso de la Fig. 16 que en la Fig. 15, su
valor es siempre notablemente inferior que en el caso convencional.
40000
35000
(µPE)
30000
Moreau
Convencional
25000
20000
15000
10000
5000
Toxicidad
permanente
(PT)
Toxicidad
humana
(HT)
Formación
de ozono
fotoquímico
(POCP)
Eutrofización
(NP)
Efecto
invernadero
(GWP)
Acidificación
(AP)
0
Fig. 16. Comparación de efectos normalizados. Caso de cocción de ladrillos con biomasa.
3.4. Impacto energético.ambiental de la iluminación artificial de aulas
en escuelas de uso diurno. Potenciales beneficios de iluminar con luz
natural (Pattini, A., Arena, A. 2004)
En este trabajo se aborda la problemática del consumo de energía eléctrica asociada a la
iluminación natural de escuelas públicas de uso diurno. Se compara los resultados de las
condiciones lumínicas, energéticas y ambientales entre una escuela que responde a la tipología
tradicional y otra que utiliza estrategias de iluminación solar pasiva, ambas construidas en
Mendoza, Argentina.
Los cálculos se realizaron en base a los siguientes datos
ƒ
Unidad primaria de análisis = aula tipo ( superficie promedio 49m2)
ƒ
N° de aulas (promedio) por edificio = 7 aulas
ƒ
Cantidad de edificios escolares en la provincia de Mendoza (estatales): 1.300 edificios
escolares.
Se consideró una iluminacia media (Em) sobre superficie horizontal (plano de trabajo a 0,8m) de
500 lux (Mínimo requerido para aulas por norma IRAM-AADL 20-04 y Criterios y Normativa
Básica de Arquitectura escolar,1998), a partir de tubos de 36 W, y balastos de 10 W. El factor
ocupacional de aulas determina una cantidad de 1472 hs anuales de luz encendida.
En función de los parámetros de cálculos establecidos en el apartado precedente, se determina un
consumo de energía eléctrica de un AULA durante un año escolar para edificios tradicionales de
1.083,392 kWh
A los fines del presente estudio se consideran edificios tradicionales a las dos tipologías de aulas
más construidas en Mendoza: tipología compacta y lineal con galería, ambas para su
funcionamiento diurno requieren el encendido de la luz artificial.
Fig. 1- Aula tipología lineal
Fig. 2 – Aula tipología compacta
Considerando que los edificios escolares de la provincia de Mendoza tienen en promedio 7 aulas
por edificio, la demanda de energía eléctrica para iluminación de sus aulas de 7.583,744 kWh por
edificio escolar. Dado que la provincia cuenta con 1300 edificios escolares, el consumo teórico de
energía eléctrica para iluminar las aulas de los edificios escolares de la provincia en un año escolar
es de 9.858.867,2 kWh.
El concepto de diseño de los edificios escolares bioclimáticos proyectados por nuestra UID, y
transferidos a la Provincia (construidos con el presupuesto oficial original para escuelas
tradicionales) tienen como particularidad el diseño y cálculo del aprovechamiento de la energía
solar para y calefaccionar e iluminar. Esto se logró con el cálculo de la superficie vidriada y su
correcta orientación, completando el diseño difusores interiores de luz solar directa para mejorar la
distribución uniformidad de la iluminación.
Fig. 1- Aula tipología lineal
Fig. 2 – Aula tipología compacta
En base a mediciones y simulaciones efectuados en aulas de los edificios escolares bioclimáticos
provinciales (considerando Em=500 lux ), se determinan los siguientes parámetros de cálculo:
•
Potencia eléctrica por aula de referencia = 0.736 kW
•
Necesidades de encendido de luminarias, debido a períodos de tiempo donde la luz natural
disponible en Mendoza, no alcanza para iluminar el interior del aula con una Em de 500 lux en
horas anuales, por lo hay que encender las luces 292 hs anuales (actualmente se está llevando a
cabo un proceso de educación para el apagado de luces no necesarias).
•
Consumos de energía eléctrica para iluminación en aula solar, en Mendoza, en un año
escolar: 214,912 kWh.
•
Consumos de energía eléctrica para iluminación en un edificio escolar solar, en Mendoza,
en un año: 1.502,284 kWh
•
Consumos de energía eléctrica para iluminación si se aplicaran los diseños de iluminación
natural en los 1300 edificios escolares de la provincia: 1.952.969,2 kWh
Los análisis efectuados muestran que la provincia posee una excelente oportunidad para promover,
aplicar y difundir el uso sustentable de la luz natural en el sector educación, y que junto con una
campaña educativa que apunte a arraigar hábitos de prendido y apagado de luces artificiales
durante el período diurno, pueden conducir a ahorros energéticos y a una disminución de los
impactos ambientales asociados del orden del 80 %.
3.5. Evaluación energetica y ambiental de la fabricación y uso de
ventanas de doble vidrio con capa intermedia de distintos gases
inertes de baja conductancia en Mendoza- Argentina. (Arena A. P.2005)
En este estudio se aborda el análisis del efecto energético, ambiental e económico asociado a la
adopción de ventanas de alta eficiencia, con doble vidriado hermético y gas inerte en su interior
para edificios residenciales ubicados en la ciuedad de Mendoza. Para ello se adopta la metodología
del ACV y del ACB. Los resultados muestran claras ventajas en el caso de las ventanas que
utilizan Argón en el espacio intercapas.
La elección de las ventanas como objeto de estudio se justifica porque a pesar de que su superficie
ocupa entre un 10-25% de las superficies de los muros exteriores de nuevas viviendas, son
responsables de hasta un 25 % de la carga de calefacción en climas fríos, y hasta el 50 % de la
carga de refrigeración en climas cálidos (EPA, Efficient Windows Collaborative –
www.Buildcentral.com/windows/about.asp). Existen distintos tecnologías para mejorar el
comportamiento térmico de las ventanas, tendientes en general a disminuir la velocidad del flujo
de calor que se establece a través de la ventana como consecuencia de la diferencia de temperatura
entre el interior y el exterior, medida por el coeficiente U, o bien la ganancia de energía solar,
medida por el coeficiente SHGC. Entre estos se encuentran las ventanas con doble o triple
vidriado, películas transparentes especiales con baja emitancia, gases aislantes situados entre las
capas de vidrio, marcos con ruptura de puente térmico o construidos con materiales de baja
conductibilidad térmica, barras espaciadoras aislantes, etc. La Figura Nº 1 esquematiza algunas de
estas estrategias. En este trabajo se estudiará el efecto de la disminución del coeficiente U
mediante la incorporación dos capas de vidrio con distintos gases entre capas.
New frame designs and
materials
Insulating spacers
Number
Number of
of panes
panes
Low conductance gas
Glass emissivity
Figura Nº 1
En la Argentina la práctica habitual es la de utilizar ventanas con vidrio simple, y solo en algunos
segmentos de alto poder adquisitivo se utilizan ventanas con doble vidrio con aire en su interior.
Estas últimas si bien poseen mejor comportamiento termico que las de vidrio simple, presentan el
inconveniente del establecimiento de corrientes convectivas del aire entre capas, las que favorecen
la transmisión del calor a su través. Utilizando en cambio un gas menos conductor, más viscoso o
más lento para moverse se minimizan estas corrientes convectivas, y se reduce la transferencia de
calor entre el interior y el exterior. De hecho, existen en la actualidad en el mercado ventanas de
alta performance que utilizan en el espacio entre vidrios gases inertes pesados como el Argón, el
Kriptón o el Xenón, cada uno de los cuales tiene mayor capacidad aislante que el aire. A medida
que aumenta el peso molecular del gas utilizado, la conductividad térmica baja bruscamente, y
disminuye el espesor de gas que es necesario utilizar, lo que permite fabricar ventanas de muy alta
performance térmica sin necesidad de construir marcos y hojas muy espesos y pesados. La
siguiente figura muestra el valor de U para una misma ventana que ha sido construida con aire, Ar,
Kr y Xe y con una cobertura de baja emisividad en ambos vidrios, con espesores de 20, 16, 12 y 8
mm respectivamente (Muneer et al 1995).
U W/m2 K
2
1,5
1
0,5
0
Air 20
mm
Air 20 mm
Ar 16
mm
Ar 16 mm
Kr 12
mm
Xe 8 mm
Kr 12 mm
Xe 8 mm
Figura 2. Valores de U para ventanas de vidrio doble con distintos gases en su interior
Los proveedores de ventanas aseguran que instalar ventanas de alta performance es una inversión
inteligente, ya que los ahorros que producen en los costos de climatización en una vivienda típica
pueden alcanzar tasas de retorno de la inversión muy superiores a la mayoría de las opciones de
inversión disponibles en el mercado. Además aumentan el confort, reducen la condensación en las
ventanas, transmiten menor cantidad de radiación UV que destiñe cortinas y alfombras, reducen la
transmisión de ruidos al interior de la vivienda, etc. Sin embargo, este análisis no tiene en cuenta
que para fabricar una ventana eficiente, es necesario producir nuevos materiales y componentes, lo
que exige nuevos consumos energéticos y libera nuevas emisiones nocivas. La obtención de gases
inertes de baja conductancia, por ejemplo, que son constituyentes naturales del aire, se realiza por
un proceso de separación que requiere gran cantidad de energía. La pregunta que surge es: es
mayor la cantidad de energía ahorrada durante el uso de la ventana, en las condiciones ambientales
de Mendoza, o la consumida para fabricarla?. ¿Cómo es el balance de CO2?. ¿Qué ocurre con
otros impactos ambientales? ¿Es tan buena la recuperación económica?. ¿Qué tipo de ventana
conviene instalar: con Aire, Ar, Kr o Xe?. Para responder a estas preguntas, es necesario conocer
los procesos involucrados durante la fabricación de los materiales y componentes involucrados,
para lo que se analizará una empresa ubicada en la ciudad de Mendoza. La información sobre los
procesos que se llevan a cabo en esta empresa es descripta más adelante en este trabajo.
3.5.1.
Objetivos del estudio
De los interrogantes planteados, se pretende responder en este trabajo a los siguientes.
1. Las consecuencias ambientales y energéticas asociadas a la fabricación y uso de cuatro
diferentes tipos de ventanas con doble vidriado con distintos gases en la capa intervidrios: aire,
argón, kriptón, xenón. La ventana analizada es construida con marco, hoja y separadores de
aluminio. Una vivienda ubicada en la ciudad de Mendoza será el escenario para el desarrollo del
caso de estudio. Únicamente se considerará el efecto del uso de las distintas ventanas sobre el
consumo energético de calefacción, dado que según estudios realizados, la energía consumida por
enfriamiento representa una pequeña porción en la región (Fernández et al 2001).
2. La conveniencia económica de los distintos tipos de ventana, planteando distintos escenarios
que incluyan distintas tasas de retorno y distintas tasas de proyección de aumento del costo de la
energía.
3.5.2.
Alcances y limitaciones del estudio
Los datos utilizados consideran, donde eso es possible, las tecnologías utilizadas actualmente en
Argentina. Cuando esos datos no estuvieron disponibles se utilizaron datos provenientes de otros
países, teniendo en cuenta el mix energético local para calcular los efectos ambientales asociados
con el consumo de energía. Se han utilizado datos promedio excepto cuando los datos de
proveedores específicos han estado disponibles. Los aspectos ambientales considerados incluyen
únicamente efectos externos. Se han realizado los cálculos de modo de obtener las mismas
condiciones de confort térmico con las distintas ventanas consideradas
Unidad funcional: el estudio se realizará refiriendo los resultados para el caso de una ventana de
1,2 m x 1,2 m, medida estándar del mercado local.
En el inventario se incluyó, de acuerdo con el alcance y objetivos, los distintos materiales con que
se fabrican las ventanas, y la distinta cantidad de energía requerida para calefaccionar el edificio
donde está ubicada la ventana para obtener condiciones de confort por la diferente capacidad
aislante que cada ventana posee. La evaluación es comparativa, por lo que se considera para el
inventario solamente aquellos materiales que son diferentes para cada caso considerado. Esto
determina que los únicos materiales a incluir sean los gases inertes y la energía de calefacción del
edificio. Los cálculos de balance energético del edificio y la evaluación de las pérdidas de calor a
través de la ventana se realizaron en modo convencional, con hojas de cálculo utilizando el método
Solar Load Ratio metodo de LANL (Balcomb 1983) para un período de 24 horas. La temperatura
de base fue de 18 ºC. Se supone que la ventana se encuentra en un muro exterior sin ganancia
solar.
3.5.3.
Resultados
El contenido energético para las distintas ventanas se puede observar en la siguiente figura
Energy content
20000
10000
0
Ar
Aluminium
Kr
Glass
Xe
Inert gas
Transport
Electricity
Cuando se incluyen las pérdidas a través de las ventanas durante los 50 años de vida útil estimada,
se obtienen los siguientes resultados.
Total energy
40000
20000
0
Air
Ar
Kr
Energy content
Xe
Energy for heating
Energy content of the window filled with different gases
Realizando un análisis comparativo entre las distintas ventanas consideradas (eliminando los
elementos comunes como marcos, hojas, espaciadores), se obtienen los siguietnes resultados para
las categorías de Potencial de Calentamiento Global y Potencial de Acidificación
1600
1400
1200
1000
800
600
400
200
0
Air
Ar
GWP (kg CO2 eq) Filling gas
Kr
GWP (kg CO2 eq) Use
Figura 5. GWP
Xe
3,5
3,0
2,5
2,0
1,5
1,0
0,5
0,0
Air
Ar
AP (kg SO2 eq) Filling gas
Kr
Xe
AP (kg SO2 eq) Use
Figura 6. AP
En las categorias consideradas, se observa que la alternativa preferible desde el punto de vista
ambiental es la ventana con Argón. Como las tres categorias brindan la misma información, no fue
necesario realizar etapas de ponderación y normalización.
La Tabla 1 muestra los resultados de los cálculos económicos en valores presentes, para cuatro
escenarios diferentes. El escenario 1 es un escenario desfavorable para la implementación de
tecnologías de ahorro energético, ya que considera que la energía no aumentará de costo en el
futuro. El escenario 2 es conservador, ya que supone que en los próximos 50 años la tendencia
alcista del costo de la energía seguirá la tendencia registrada en el pasado, es decir sin considerar
el agotamiento de los yacimientos. El escenario 4 considera un aumento en escalón al inicio, para
atender los reclamos de las concesionarias de los servicios públicos en Argentina que tras la
devaluación del peso argentino se han visto perjudicadas, y luego considra que la tendencia alcista
seguirá la tendencia del pasado. Estos tres escenarios utilizan como tasa de descuento real de los
ahorros futuros del 2 %. El escenario 3, considera una tasa de descuento nula, comparando los
ahorros futuros con las inversiones presentes en modo directo, favoreciendo las medidas de ahorro
energético. Sin embargo, supone que el precio de la energía aumentará como en el scenario 2, el
cual no es favorable a estas medidas.
Escenario 1
Project alternative
Initial cost
Air
0
Argon
20
Kripton
200
Xenon
801
Scenario 2
Project alternative
Initial cost
Air
0
Argon
20
Kripton
200
Xenon
801
Scenario 3
Project alternative
Initial cost
Air
0
Argon
20
Kripton
200
Xenon
801
Scenario 4
Project alternative
Initial cost
Air
0
LCC
33 (*)
47
223
819
LCC
68 (*)
76
247
838
LCC
121
120 (*)
285
867
LCC
79 (*)
Argon
Kripton
Xenon
20
200
801
85
255
844
Tabla 1. Costo del ciclo de vida de las cuatro alternatives evaluadas (* = CCV Mínimo)
Los escenarios 1, 2 y 4 muestran una preferencia hacia las ventanas con aire, lo que explica que
esta sea la ventana preferida en Mendoza. El escenario 3 en cambio favorece el uso de ventanas
con Argón. Se encontró además que con una tasa de descuento del 2 %, es necesario un aumento
del costo de la energía del 5,5 % para favorecer la adopción de las ventanas con Argón.
Los resultados muestran que aunque existen algunas ventajas energéticas y ambientales en el uso
de ventanas de doble vidrio con Argón entre capas, las barreras económicas impiden su
introducción en el mercado. Aún en el caso del escenario más favorable (escenario 3), con una tasa
de descuento nula, los resultados el Costo del Ciclo de Vida para la ventana con Aire y con Argón
son prácticamente idénticos, pero el costo de inversión inicial es mayor en el caso del Argón. Las
ventanas con Kriptón muestran pequeñas ventajas ambientales con respecto a las ventanas de aire,
pero su uso no es justificado desde el punto de vista ambiental. Las ventanas de Xenón son las
menos convenientes desde los puntos de vista energético, ambiental y económico, aunque sean las
más eficientes durante la fase de uso.
4. Conclusiones
A través de los ejemplos mostrados, se demuestra la potencialidad del método del análisis del ciclo
de vida para la evaluación energética y ambiental de alternativas proyectuales en el sector edilicio,
así como la potencialidad de su aplicación en países en vías de desarrollo. Los perfiles ambientales
que se obtienen del análisis son de inmediata aplicación para el proceso de toma de decisiones, en
particular en la etapa de diseño donde a menudo se realizan elecciones que son críticas para el
comportamiento ambiental de los siguientes 50 años, o cuanto dure el edificio. También son útiles
para ayudar a mejorar los componentes de los edificios desde el punto de vista ambiental.
Se observa cómo es posible poner en evidencia los impactos ambientales que cada elección
determina, y rastrear los materiales o procesos que los causan, cuantificando su influencia. Esto es
muy importante, ya que muchas veces se tienen nociones equivocadas acerca de lo que es más
benigno o más dañino para el ambiente, las que surgen de considerar sólo una parte del ciclo de
vida completo de los objetos analizados. Sin duda, lo que es más dañino para el ambiente es la
ignorancia acerca de las características ambientales de los sistemas, productos y servicios con los
que se interactúa.
Para llegar a obtener conclusiones válidas, que puedan dar indicaciones realistas que conduzcan a
esos efectos, es necesario utilizar métodos rigurosos y datos atendibles. Existe un gran esfuerzo
internacional para solucionar los problemas metodológicos y de disponibilidad de datos que
existen actualmente. La situación nacional y local presenta un atraso en este sentido, lo que
agudiza las dificultades que se encuentran al afrontar un estudio energético ambiental de un
edificio adoptando el punto de vista del ciclo de vida.
Las estimaciones que se han realizado hasta el momento en el LAHV tienen además como objetivo
el de establecer un piso de referencia: conocer cuál es el comportamiento ambiental de los
proyectos que normalmente se desarrollan, y cuáles son las consecuencias ambientales de cada una
de las estrategias que se siguen en el proceso de diseño. Esto se lleva a cabo combinando el estudio
del impacto ambiental de todos los materiales y componentes involucrados con el comportamiento
del edificio que constituyen durante su vida útil, a través de simuladores térmicos convencionales
y otros programas que permiten determinar los consumos energéticos necesarios para obtener
determinadas condiciones de confort.
Aunque hay mucho camino aún por recorrer, la experiencia está dando sus frutos. Sin embargo, en
el ámbito profesional aún no hay repercusiones concretas, y este es el desafío que se debe afrontar
próximamente.
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