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Renovación Carismática Católica en España
Material de Formación
LA PALABRA DE DIOS
PRENDE FUEGO EN EL CORAZÓN
o
Reconocer que la palabra de Dios es fuego
que penetra y transforma lo más profundo
del corazón humano.
___________________________________________
"No ardía nuestro corazón mientras nos
hablaba en el camino y nos explicaba
las Escrituras" (Lc 24, 32)
1.-PRENDER FUEGO CON SU PALABRA
Jesús ha venido a prender fuego en el mundo. ¿Qué
fuego? Un fuego de amor que nos invita a seguirle,
un fuego de amor, lleno de fe y la esperanza que no
hay que dejar apagar. Jesús nos invita a estar
vigilantes para que no nos suceda como a las
vírgenes necias que tenían sus lámparas vacías y
cuando llegó el novio no pudieron entrar a la fiesta
de las bodas, pues cuando volvieron de comprar el
aceite la puerta estaba cerrada y no se abrió.
o
Jesús viene a prender fuego en el mundo
porque la creación entera tiene necesidad de
ser transformada. Él trae un fuego que
genera en el hombre la voluntad y fidelidad a
su Palabra, que es "fuerza, sabiduría y
revelación", y nos acerca a la total plenitud y
comunión para ser un solo Cuerpo y un solo
Espíritu, como una es la esperanza a que
hemos sido llamados Ef 4,7
Ahora cada uno de nosotros ha de acoger el fuego
que Jesús ha prendido en nuestro corazón y que nos
invita a ser testigos del Evangelio, como les sucedió
a los discípulos de Emaús mientras les explicaba las
Escrituras: "No ardía nuestro corazón mientras nos
hablaba en el camino y nos explicaba las
Escrituras?" Lc 24,32. Recibieron un fuego que
prendió sus corazones y les hizo cambiar de
dirección:
El relato de los discípulos de Emaús nos presenta a
dos hombres que tras la muerte de Jesús abandonan
al grupo de sus seguidores, no tenía sentido para
seguir con ellos, decepcionados y disipada toda
esperanza, iban camino de Emaús decididos a vivir
en su casa, con su trabajo con su familia.
Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona
se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus
ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: ¿Qué
conversación es esa que traéis mientras vais de
camino? Respondieron: Lo de Jesús el Nazareno,
nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel,
pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día
desde que esto sucedió. Entonces él les dijo: ¡Qué
poco entendéis y qué lentos de corazón para creer
todo lo que anunciaron los profetas! Y les interpretó
lo que se decía de él en todas las Escrituras,
comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas.
Lc24, 13-25
LOS DOS CAMINOS
CAMINO A EMAÚS: "Nosotros esperábamos", así de
decepcionados caminaban los discípulos de Emaús
cuando el resucitado se une a ellos preguntando
“¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais
de camino? “, "Nosotros esperábamos que él iba a
liberar a Israel"
¿Quién de nosotros no está en algún momento
decepcionado en el seguimiento a Jesús? Pensamos
ser liberados de nuestras ataduras, dificultades, de
nuestros propios errores; del trato recibido entre
amigos, trabajo,
familiares, hermanos de
comunidad. Y desilusionados decimos: Yo creía que
esto no me iba a suceder y nuestro estado de ánimo
decae;
la fe comienza a tambalearse, y
preguntamos a Dios ¿dónde estabas cuando tuve
esta dificultad? ¿Cómo has permitido que me suceda
esta enfermedad, tal o cual cosa? Sin embargo Jesús
siempre está presente aunque nosotros no lo
reconozcamos, Él sale a nuestro encuentro
dispuesto a ayudarnos en nuestras necesidades y a
explicarnos las Escrituras como a los de Emaús.
Nuestra vida no depende de si nos van bien o mal
las cosas. Él siempre está en el camino por donde
nosotros transitamos atento a explicarnos el sentido
de nuestra vida: Todo está reflejado en su Palabra,
en esa gran historia de amor escrita y revelada por
Dios a los hombres. "Dios es amor, y quien
permanece en el amor permanece en Dios y Dios en
La palabra de Dios prende fuego en el corazón
Objetivos
1
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él" 1 Jn 4, 16. ¿Si Dios con nosotros quien contra
nosotros? Rm 8,31, Él nos ayuda a entender que la
vida es un regalo, y que en el vivir de cada día se nos
dan todo tipo de situaciones: luchas, dificultades y
errores, que si sabemos apreciarlos serán motivo y
oportunidad en el cambio de dirección.
o
CAMINO HACIA JERUSALÉN: Ya habían
reconocido a Jesús al partir el pan: tomó el
pan y pronunció la bendición; luego lo partió y
se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se
abrieron y lo reconocieron, pero él había
desaparecido de su vista. En ese mismo
momento, se pusieron en camino y regresaron
a Jerusalén, mientras decían: No ardía nuestro
corazón mientras nos hablaba en el camino y
nos explicaba las escrituras?" Se volvieron a
Jerusalén y encontraron reunidos a los Once.
¡Ellos, por su parte, contaron lo que había
pasado en el camino y cómo le habían
conocido en la fracción del pan, dando
testimonio de este encuentro con el
Resucitado. Lc 24, 32-35 Él que ha hecho un
camino con Jesús, le cambia la vida,
La palabra de Dios prende fuego en el corazón
A partir del encuentro con Jesús vuelven a Jerusalén
con una comprensión
de la vida totalmente
renovada: Jesús les ha explicado las escrituras que
avivaba en ellos un deseo de volver a encontrarse
con los discípulos, de compartir la novedad, supuso
un cambio de dirección, , una mentalidad nueva
llena de esperanza, confianza y entrega. (“Los
discípulos superaron la duda inicial y se abrieron al
don de la fe, que les permite entender las cosas
escritas sobre Cristo "en la Ley de Moisés, en los
Profetas y en los Salmos". Meditación de SS
Benedicto XVI)
2
Esta es una experiencia que Jesús nos ofrece a todos
y cada uno de nosotros, Él nos ha llamado a ser sus
discípulos, a estar con Él, vivir con Él, a acompañarle
a todas partes. Si realmente respondemos a su
llamada, nuestra fe más y auténtica y profunda,
viviremos una experiencia que ya no tiene vuelta
atrás. Jesús está integrado de tal manera en nuestro
ser que ya no vuelve a ser la vida igual; y como de
la abundancia del corazón habla la boca, seremos
sus testigos diciendo: " hemos visto al Maestro",
como hicieron
los discípulos de Emaús, la
Samaritana, Zaqueo… y tantos santos y santas que
nos han precedido.
2.- PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA EN EL GRUPO
DE ORACIÓN
Exponer tus palabras es dar luz y abrir la inteligencia
de los sencillos. Salmo 119, 130.
Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la
pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin
reproche, y le será dada. St 1, 5
La Palabra es luz y sabiduría que abre nuestra
inteligencia, por tanto, es necesario que en el grupo
de oración se proclame la Palabra de Dios, se
comente, se ore; pues a través de ella, Dios nos da la
luz que nos guía hasta la vida eterna, así nos lo dice
san Juan: "Os anunciamos la vida eterna, que estaba
en el Padre y se nos manifestó: lo que hemos visto y
oído os lo anunciamos a vosotros, a fin de que viváis
también en comunión con nosotros, y esta comunión
nuestra sea con el Padre y con su Hijo Jesucristo" (1
Jn., 1,2-3).
LA PALABRA DE DIOS EN EL VATICANO II.
La Palabra de Dios, al igual que el Cuerpo de Cristo,
es el alimento del que la Iglesia, y cada uno de sus
miembros se nutre para vivir y crecer. La Palabra y la
Eucaristía son las dos columnas que sostienen las
comunidades cristianas.
o
Por esta razón, la Iglesia ha venerado siempre
las divinas Escrituras como venera también el
Cuerpo del Señor. No cesa de presentar a los
fieles el Pan de vida que se distribuye en la
mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de
Cristo (cf. DV 21).
o
En la sagrada Escritura, la Iglesia encuentra sin
cesar su alimento y su fuerza (cf. DV 24),
porque, en ella, no recibe solamente una
palabra humana, sino lo que es realmente: la
Palabra de Dios 1 Ts 2,13. «En los libros
sagrados, el Padre que está en el cielo sale
amorosamente al encuentro de sus hijos para
conversar con ellos» (DV 21).
La Palabra de Dios comprendida y asimilada, lleva a
una acogida más consciente y ferviente de la
Eucaristía. Sin Palabra no hay fe, así nos lo dice la
cara a los Romanos: Así, pues, la fe nace de una
proclamación, y lo que se proclama es el mensaje
cristiano. Rom 10,17, y sin fe no hay comunidad
cristiana.
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ESCUCHAR LA PALABRA
El autor de la carta a los hebreos acaba de
contemplar la revelación de Dios a través de los
profetas y de su propio Hijo (Heb 2, 1-4). Esta
palabra reveladora de Dios es ante todo promesa
de salvación y de "reposo" pero no la realiza sino
en la fe de quienes la escuchan. Este poder de la
Palabra es signo y salvación para todos los
hombres (Heb 1, 1-2).
o
o
Para que se haga realidad en nuestras vidas
solamente
hay una forma sensible de
escuchar la Palabra, y es tener una tierra
preparada que "escucha y acoge": Y la semilla
que cae en tierra buena son los que reciben la
palabra con un corazón noble y generoso, la
guardan y, perseverando, dan fruto. Por
tanto, fijaos bien en la manera como
escucháis. Lc 8,15
La tierra buena es aquel que posee un corazón
de "discípulo" que sigue y se fía del Maestro;
que recibe la Palabra en vistas a la oración
que suscita acogida y servicio… Jesús es el
verdadero maestro que habla no a nuestros
oídos sino a nuestro corazón.
A nosotros nos corresponde fomentar la cualidad de
escucha que es "docilidad" al Espíritu que busca lo
que la Palabra me dice a mí, porque le dejo
descender a mi corazón: Si oís hoy su voz, no
endurezcáis vuestros corazones. Hbr 3,15
COMPRENDER" LA PALABRA:
La comprensión a nivel de conocimiento del mensaje
de la Palabra, es algo sumamente apreciado, se trata
de la comprensión a que se refería el Señor al
afirmar: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la
tierra, porque, habiendo ocultado estas cosas a los
sabios y a los prudentes, las has revelado a los
pequeños.”…..”Vengan a mí todos los que están
afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Mt 11, 25-30
Por eso, ante ella tenemos que hacernos vulnerables,
pequeños, dóciles, disponibles, prestos a dejarnos
penetrar y caminar por ella.
o
Por
eso,
toda
Palabra
escuchada,
comprendida y aceptada con el corazón, lleva
de forma inevitable a la entrega de sí mismo,
para colaborar con la obra de Jesús, para
o
Aceptar la Palabra es, sobre todo, dejarse
cuestionar por ella; permitir que nos hiera
para sanarnos; que nos ponga frente a la
realidad de Dios que conoce nuestro interior y
nos ilumina para hacernos ver cuánto hay en
nosotros de mezquino, de estrecho, para
aceptar que sea para mí una espada de dos
filos que separa lo que es de Dios y lo que es
del mundo Hebr 4,12-13.
3.- VIVIR LA PALABRA
Es el punto "esencial": Si tomamos en serio la Palabra
ella nos "transformará" en Cristo. Si no, será como un
"címbalo que resuena" 1 Cor 13,1, Jesús ha tenido
cuidado de instruirnos sobre esto concierta
severidad:
o
Por eso les hablo en parábolas, porque miran,
y no ven; oyen, pero no escuchan ni
entienden. En ellos se verifica la profecía de
Isaías: Por más que oigan no entenderán, y
por más que miren no verán. Mt 13,13-14.
(Hablar en parábolas es un acto de Dios que,
mediante este procedimiento, juzga y
condena a aquellos que deciden no creerle,
no quieren escuchar su palabra y menos
ponerla en práctica.)
El apóstol Santiago, a su vez nos ilustra sobre el
modo adecuado de escuchar la Palabra: Poned por
obra lo que dice la Palabra y no os conforméis con
oírla, pues os engañaríais a vosotros mismos.
El que escucha la palabra y no la práctica
es como aquel hombre que se miraba en el
espejo, pero apenas se miraba, se iba y se
olvidaba de cómo era. Todo lo contrario el
que fija su atención en la ley perfecta de la
libertad y persevera en ella, no como
oyente olvidadizo, sino como activo
cumplidor; éste será dichoso al practicarla.
St 1,22-25.
Se impone, pues, esforzarse con la ayuda de la
gracia; y uno de los modos de reunirse, además del
grupo de oración el que habitualmente se asiste, es
en grupos más pequeños (5 ó 6 personas) para
compartir cómo ha vivido a Palabra o cómo han
dejado de vivirla. Una vez por semana basta. La
experiencia dice que, si se hace con seriedad y
constancia, es muy beneficioso.
La palabra de Dios prende fuego en el corazón
La palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante
que espada de doble filo, y penetra hasta donde se
dividen el alma y el espíritu, los huesos y los tuétanos,
haciendo un discernimiento de los deseos y los
pensamientos más íntimos. Hbr 4, 12-13
entregarle al Padre los hijos que han huido de
la casa paterna.
3
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Actitud para recibir la Palabra:
Aunque lo que sigue se refiera directamente a la
oración individual, se puede aplicar a la oración
comunitaria. "Retener, guardar la Palabra, es el
secreto para dejar que se realice en cada uno lo que
Dios quiere decir en el profeta Isaías:
Como baja la lluvia y la nieve de los cielos y no
vuelven allá sin haber empapado la tierra, sin
haberla fecundado y haberla hecho germinar, para
que dé la simiente para sembrar y el pan para comer,
así será la palabra que salga de mi boca. No volverá a
mí con las manos vacías sino después de haber hecho
lo que yo quería, y haber llevado a cabo lo que le
encargué. 55,10-11.
Esto confirma la actitud de María al recibir la Palabra
y nos conduce a lo que llamamos “lectio divina” (la
lectura orante de la Biblia).
Es necesario para eso entrar en la “habitación” y
encontrarse con su Padre en lo secreto a fin de dejar
actuar a su Palabra en nosotros. Es un camino muy
simple, accesible a todos. He aquí las etapas:
o
o
o
Ponerse en primer lugar, en presencia de Dios
y orar al Espíritu.
Después, elegir la Palabra: esta será quizás, la
recibida en la reunión o en la liturgia.
A continuación, escuchar en su corazón lo que
Dios nos ha dicho:
La palabra de Dios prende fuego en el corazón
"Saber escuchar el silencio”. Frecuentemente, no
sabemos orar porque queremos hablar primero,
como esas personas que inundan al Señor de
peticiones hasta el punto de no dejarlo hablar.
4
Dejar subir a nuestro corazón los movimientos de
alabanza, acción de gracias, intercesión, o
simplemente estar en presencia de Dios. Permanecer
entonces en silencio a los pies del Señor sin decir
nada, estar con Dios nuestro Padre por su Hijo Jesús
en el Espíritu. No decir nada, simplemente exponerse
al fuego de su amor.
Entonces la Palabra hace su camino y nos conduce a
la "comunión", a ese deseo intenso de no querer sino
lo que Dios quiere. Quien sigue este camino se deja
construir por la Palabra y esta Palabra prodiga su
acción a su gusto, aun en la noche. Entonces toda la
vida cotidiana se vive bajo la mirada de Dios.
Entonces la escuchamos y la ponemos en práctica y
no somos como los que dicen "Señor, Señor".
Al transmitir esta enseñanza es muy conveniente
acompañarse de María, la Madre de Dios y de los
Hombres. Estará muy bien hecho venerar su imagen
y pedir su intercesión.
PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN.
o
o
o
o
¿Arde nuestro corazón cuando leemos y
oramos con la Palabra del Señor?
¿Escuchas y acoges la Palabra de Dios en tu
corazón y en tu mente?
¿Cuánto tiempo dedicas a orar con la Palabra?
¿Pones en práctica la Palabra interiorizada,
orada?
PREGUNTAS PARA EL DIALOGO
o
o
o
Dialogar sobre la importancia de proclamar la
Palabra en el grupo de oración
¿Qué dice el Concilio Vaticano II sobre la
Palabra?
Comentar las citas que proponemos u otras
que hablen de la Palabra.
Lc 24, 13-25 / Isaías 55:11./ Sal. 119:105. / Lc. 8:11. /
1 P. 2:2. / Pr. 6:23./ Jer. 1:11-12.
APLICACIÓN
o
o
o
Responder a las propuestas de escuchar,
comprender
Aprender algún versículo. Llevarlo como tarea
para vivirlo durante la semana.
Libremente dar testimonio de la aplicación a
la vida
BIBLIOGRAFIA:
“Elementos de los Grupos de Oración" Benigno
Juanes, S.J.
Guía para la Renovación Carismática Católica
Mercaba. org