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Aprochar la proyectación arquitectónica del edificio que acogerá la ampliación del Centro
Humanistico de la ciudad de la Puebla de Alfindén para nosotros ha significado antes de todo
resolver las tematicas desde una escala más grande, aquella urbana.
Aquí la importancia del objeto arquitectónico, entendido en su manifestarse como elemento
emergente y único, pasa en segundo plan en favor de un más atento respecto del lugar, a través
de una intervención mesurada y discreta en el involucro exterior.
A la claridad y semplicidad de la intervención al exterior del edificio se contrapone una
grande riqueza y complejidad espacial en los espacios interiores.
La parcela sobre la cual se construirá el nuevo edificio es una esquina de una manzana aislada,
muy cerrada y compacta del tejido urbano de la ciudad.
Puebla de Alfindén, nacida alrededor de la Igesia de la Asunción de Nuestra Señora y de la torre
campanaria de estilo Mudéjar, tiene una estructura urbana fundada sobre el crecimiento por
succesivas sumas de singulas unidades inmobiliarias adosadas que, alineadas a lo largo de las
calles, forman el conjunto urbano.
Cada unidad presenta hacia la calle un frente público oficial y unitario donde se encuentran
los accesos y en la parte trasera, en los patios privados, un frente íntimo, más articulado y
totalmente desvinculado de qualsiquiera regla geométrica y adaptado a las necesidades de sus
habitantes.
Hemos empezado desde el estudio, el análisis de la construcción y formación de la ciudad,
para después proyectar el conjunto arquitectónico.
Para nosotros la primera tarea que el nuevo edificio tendrá, será aquella de volver a dar,
con la reconstrucción de la esquina de la manzana, calidad urbanistica al espacio exterior, aquello
público: realizar una conexion de una parte del tejido urbano.
Esto se explicita siguiendo las leyes de asentamiento del sistema al cual pertenece. Es un
manufacto que, alineado con los edificios confinantes, se asoma al cruce entre las Calles Mayor y
Fuertes desvelando solo el aspecto severo y fuerte del muro, de características casi
monumentales.
Cada elemento extetico o signo de diferenciación está ausente. La pared de los muros
homogénea en piedra calcárea, material con el cual el Centro toma forma, está interrumpida en
pocos puntos solo por pequeños abujeros-entradas y por raros cortes, estos atraen y invitan a ir
más allá del grueso muro y a participar así a la vida del Centro.
La segunda tarea será aquella de introyectar la forma del espacio público de la ciudad
dentro del espacio de la construcción deveniendo entonces resumen de aquel tejido urbano de
vivacidad espacial y social.
El conjunto está formado por tantas cajas funcionales puestas vecinas así como la Biblioteca, la
Sala de exposiciones, el Auditorio etc..que, como unidades inmobiliares de la ciudad, por un lado
están alineadas a la calle, definiendo así la forma del edificio, mientras por el otro lado avanzan o
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atrasan sea a nivel de suelo, sea en las elevaciones en corespondencia del gran patio cubierto, del
Vestíbulo, en base al espacio necesario al desarrollo de las actividades en sus espacios.
El Vestíbulo, gran y escenonografico vacío colocado al centro del edificio, está totalmente
escondido a la vista desde el exterior. Se identifica como el eje principal del espacio además de
ser funcional y punto de enlace. Este escavavando la piedra blanda con la fuerza de un río
subterráneo, ordena y conecta todas las actividades incluidas y escondidas al interior de las
sólidas cajas vacías
Como en una ambientación de teatro el usuario viene proyectado dentro de una mina para
la extracción de la piedra. Todo está echo con piedras: el pavimiento, las paredes verticales,
incluyendo la bóveda.
Grandes bloques como si estuvieran cortados por enormes sierras de diamantes, tienen todos
alturas distintas. El espacio se queda inmóvil, calmo, fuerte, la luz filtra seccionando la cobertura
desde los espacios entre las columnas del grande pórtico y desde muy pequeños y numerosos
abujeros concentrados en una parte de la pared hacia la Calle Fuertes que la transforman en un
cielo estrellado.
Se crea así un espacio labiríntico muy complejo que tiene su punto de salida y llegada en
el grande vacío del vestíbulo,
El usuario, desde el momento en el cual se mueve dentro de los espacios del edificio o sube a
través de escaleras escavadas en la piedra o como observadr deviene protagonista absoluto y el
espacio homogeneo y monocromatico adquiere color y dinamismo.
Es una arquitectura pesada donde la idea del tiempo que permanece es percibida desde el
primer momento en el cual se superan las puertas de las dos entradas. Estas dos, abujeros
oscuros en el grueso muro de piedra, llevan hacia la grande sala iluminada del Vestíbulo, de
importante anchura y corazón del entero conjunto, esculpido por profundos cortes de luz que
entran conducidas por los tragaluces de la cobertura y por los estrachos y largos espacios entre
los pilares del grande portico los cuales descomponen la visión de la torre Mudéjar en numerosos
recuadros.
La imponencia del edificio es confirmada también por la elección arquitetonica de
reinterpretar los muros en piedra natural como estructura portante; las gruesas lastras en piedra
calcárea, como si fuesen encofrados, contendrán la lechada de hormigón armado.
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