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DÉFICIT FISCAL 4 DÉFICIT FISCAL El crónico déficit fiscal de Argentina es posiblemente el desequilibrio macroceonómico más importante del país. Mientras la clase política dirigente no solucione este problema las crisis se seguirán repitiendo por más que las mismas se manifiestes de manera distinta. Este capítulo se divide en cuatro secciones. En la primera se discute cómo se financia el déficit fiscal. La sección que el sigue se hace referencia la “incómoda aritmética fiscal”, el déficit no puede crecer más rápido que la economía para no volverse insostenible. La tercer sección trata sobre del déficit fiscal desde la vuelta a la democracia. La última sección resalta que antes una situación de deterioro fiscal, el ajuste fiscal que no realiza el gobierno lo hace, de hecho el mercado con pérdida de empleo y caída de la actividad económica. 4.1 ¿CÓMO SE FINANCIA EL DÉFICIT FISCAL? El déficit fiscal es el gasto en exceso que el tesoro realiza por sobre los recursos impositivos a su disposición. Superávit es el exceso de recursos impositivos que le queda al Tesoro por sobre los gastos realizados. Dado que no hay certeza absoluta sobre el monto exacto de los gastos que el tesoro va a tener que afrontar ni de los recursos que va a tener a disposición se distingue entre el resultado fiscal de un año puntual del resultado fiscal estructural. Déficit estructural es cuando el tesoro se encuentra en déficit fiscal crónico más allá de las desviaciones que ocurran según lo proyectado para cada año. Superávit estructural es lo contrario. El problema de Argentina, como el de tantos otros países a lo largo de la historia, no es meramente de déficit fiscal, es de déficit fiscal estructural. Argentina es un país con déficit crónico. Página 44 of 71 DÉFICIT FISCAL Si D es déficit, M emisión monetaria, y B deuda (bonos del gobierno), entonces 𝐷 = 𝑇 + 𝐵. A un nivel de déficit dado, el déficit que no se financia con emisión monetaria se financiar con deuda. Un presupuesto estructuralmente equilibrado se encuentra balanceado en el mediano y largo plazo, de modo tal que la suma de todos los déficits futuros es cero. Si bien la emisión monetaria y la deuda son las principales fuentes de financiamiento del déficit, existen otros recursos que han sido utilizados en diversas ocasiones. Las fuentes de financiamiento del tesoro podrían resumirse en las siguientes: 1. Impuestos, 2. Deuda (interna o externa), 3. Emisión monetaria (monetización del déficit), 4. Ganancias de empresas públicas, 5. Venta de activos, 6. Expropiación de flujos de fondos. Un país con sus cuentas fiscales en orden debería, en principio, financiar los gastos del estado sólo con impuestos. Si el tesoro se encuentra con equilibrio estructural, entonces los impuestos alcanzan para cubrir los gastos, y la deuda pasa a ser un instrumento transitorio para cubrir los déficits accidentales que pueden ocurrir en años puntuales. Estos déficits accidentales se compensan con superávits accidentales, los cuales pueden ser utilizados para cancelar deuda de años pasados. En otras palabras, un estado que ve aumentar su deuda a mediano y largo plazo tiene un desequilibrio estructural en su presupuesto, no un error de estimación de gastos y recursos. Cuando un gobierno se encuentra en desequilibrio fiscal estructural, entonces eventualmente algún futuro contribuyente deberá hacerse cargo de la Página 45 of 71 DÉFICIT FISCAL deuda pública. 20 A su vez, todo peso que el estado toma en deuda es peso que el sector privado no puede invertir. Este efecto crowding out afecta al mercado doméstico si la deuda es interna y al mercado externo si al deuda es internacional. Alguien, en algún lugar, debe dejar de invertir cuando un estado emite deuda.21 La emisión monetaria ha sido una herramienta utilizada por los gobiernos a lo largo de la historia para financiar el gasto público. Desde el debasement del dinero mercancía (por ejemplo monedas de oro y plata) hasta la emisión de dinero fiat en nuestros días.22 El Tesoro puede hacerse de recursos tomando billetes del contribuyente vía impuestos o bien tomando poder adquisitivo de los mismos billetes sin quitárselo físicamente al contribuyente. Si una 20 Esto da origen a la Equivalencia Ricardiana, la cual sostiene que de darse de manera perfecta, un aumento de la deuda pública implica una disminución equivalente en el consumo dado que el contribuyente prevé que deberá afrontar mayores impuestos al momento de pagar la deuda. Por lo tanto, el gobierno no puede aumentar el consumo total vía emisión de deuda esperando que el nivel de consumo privado no caiga como sería el caso con aumento de impuestos. De allí el término “equivalencia.” 21 Cuando el estado emite deuda, la demanda aumenta en el mercado de fondos prestables. Esto hace que la cantidad de ahorros aumente; sin embargo, los fondos disponibles al sector privado caen. Este es el efecto crowding out: incluso si la cantidad de ahorro aumenta, los recursos disponibles al sector privado disminuyen (salvo en el raro caso que la oferta de crédito sea perfectamente elástica –horizontal). 22 El término debasement (en inglés) viene, justamente, de quitar metal base (de-base) a las monedas en la época de dinero mercancía. Dado que a los ojos una moneda pura o una moneda debased se ven iguales, una manera de evaluar la pureza de una moneda es ponerla en una balanza junto a una moneda que se sabe es pura y ver si tiene el mismo peso. Históricamente la imagen de una balanza es asociada al mercado bancario. No es casualidad que en varios países de habla hispana el nombre de la moneda sea “peso”. La palabra “dólar”, en cambio, proviene de la palabra thaler que hacía referencia a las monedas de plata acuñadas en Joachminsthal en el siglo XVI. El dólar, el daler danés y noruego, y el rijksdaaler Holandés, por ejemplo, provienen de la palabra thaler. Página 46 of 71 DÉFICIT FISCAL persona posee 100$, su poder adquisitivo cae lo mismo si le quitan 10$ o si mantiene los 100$ en su poder pero el nivel de precios sube un 10% (el poder de compra cae un 10%). Es por este motivo que se habla de la inflación como un impuesto no legislado. No es casualidad que los bancos centrales se hayan originado por problemas fiscales y no por problemas de inestabilidad inherente al sistema financiero (V. C. Smith, 1936).23 Los puntos cuatro, cinco, y seis son aún más cuestionables como fuentes importantes de financiamiento del gasto público. Más allá de si es o no rol del estado administrar empresas públicas, las mismas no suelen ser superavitarias, lo cual implican una carga extra para el contribuyente. Si bien las empresas estatales petroleras pueden ser una excepción, no debe sorprender que sus ganancias sean utilizadas políticamente por el gobierno como en el caso de Venezuela. Por otro lado, la venta de activos no deja de ser una fuente transitoria de financiamiento dado que eventualmente no quedan más activos por vender. Las privatizaciones en los noventa (bien o mal hechas) contribuyeron en el corto plazo al Tesoro, quedando luego de cobrar la venta beneficios tributarios de las nuevas empresas privadas. La operación contraria consiste en expropiar activos que generen flujos de fondos. Un caso 23 Incluso casos donde se perciben problemas en el sistema financiero como en Estados Unidos con anterioridad a la Reserva Federal fundada en 1913, los mismos tienen origen en regulaciones y desequilibrios fiscales, no en una inestabilidad intrínseca al sistema financiero. La idea de que el sistema financiero es inherentemente inestable se puede rastrear al modelo de (Diamond & Dybvig, 1983). El problema fundamental de dicho modelo es que no es representación fiel de cómo funcionan los bancos en el mundo real. La inestabilidad teórica del modelo DD no es, por lo tanto, reflejo del sistema bancario. Ver (Dowd, 1992; White, 1999, Chapter 6). Página 47 of 71 DÉFICIT FISCAL claro es la estatización de las AFJP a fines del 2008. Esto transfiere al estado el stock de ahorros, así como el flujo de contribuciones para jubilaciones y pensiones. Si el estado mantiene un equilibrio estructural de sus cuentas fiscales, entonces no es necesario más que el primer punto para financiar al mismo. Esto, a su vez, se encuentra en sintonía con los principios republicanos que la Argentina dice seguir en su constitución dado que los impuestos son una concesión que el pueblo soberano otorga al estado vía sus representantes en el Congreso; en lugar de ser una imposición del estado sobre el pueblo.24 Resumidamente, en Argentina el resultado fiscal se estructura de la siguiente manera: Ingresos tributarios Gastos corrientes Recursos (ingresos) de capital Gastos de capital Los ingresos tributarios, además de comprender los ingresos por pago de impuestos y tasas abarcan también contribuciones a la seguridad social, venta de bienes y servicios de la administración pública, rentas de la propiedad y otros ingresos. Los gastos corrientes incluyen los gastos operativos del estado (sueldos, consumo de bienes y servicios, etc.), pago 24 Si bien la deuda pública debe ser también aprobada por el Congreso, no dejar de ser una sanción de impuestos sobre generaciones futuras no representadas hoy en el Congreso. Más allá de las cuestiones morales que esto puede presentar, la deuda pública no debería ser un problema con un equilibrio fiscal estructural dado que déficits y superávits tienden a cancelarse mutuamente. Página 48 of 71 DÉFICIT FISCAL de intereses, transferencias a destinatarios de la seguridad social, subsidios, el financiamiento del déficit de las empresas pública y otros gastos operativos. Los recursos y gastos de capital capturan flujos de fondos de inversión. Los ingresos tributarios más los recursos de capital menos los gastos corrientes y los gastos de capital dan como resultado el déficit financiero del gobierno nacional. El déficit financiero es el déficit total dado que incluye el pago de intereses de deuda, a diferencia del déficit primario que no incluye los servicios de deuda. 4.2 UNA INCÓMODA ARITMÉTICA FISCAL Y EL SESGO KEYNESIANO AL DÉFICIT (Sargent & Wallace, 1981) notan incómodos resultados aritméticos de un déficit fiscal crónico. Según Sargent and Wallace, de haber déficit fiscal el mismo debe financiarse con emisión de deuda, con emisión monetaria, o con una combinación de ambas. El problema es que la emisión de deuda puede eventualmente llevar a ubicar la tasa que paga de la deuda pública por encima de la tasa de crecimiento de la economía. Ceteris paribus, un aumento en la demanda de crédito lleva a un aumento en la tasa de interés (el precio del crédito.) Cruzado este punto, se pierde control sobre el déficit fiscal dado que la economía no genera suficientes recursos para cubrir el déficit. El tesoro, por lo tanto, debe recurrir a emisión monetaria para financiar el déficit fiscal. Salir de esta situación requiere de una reforma fiscal (baja del gasto público o aumento de impuestos.) Sargent y Wallace asumen que la deuda está nominada en la misma moneda que se usa en el país con déficit; por ejemplo Estados Unidos cuando emite deuda en dólares. Las conclusiones pueden ajustarse para países que tienen deuda nominada en una moneda distinta a la del país. La emisión de deuda Argentina en los noventa fue en dólares, llegado el Página 49 of 71 DÉFICIT FISCAL punto donde financiar el déficit con deuda ya no era posible. El resultado fue el default del 2001 dado que Argentina no puede emitir dólares para pagar su deuda y déficit público y la clase política rechazó la opción de una reforma fiscal. Luego del default, el limitado acceso al mercado de crédito internacional llevo a Argentina a rápidamente tener que recurrir a emisión monetaria cuando el superávit fiscal comienza a deteriorarse transformándose en déficit (incluyendo servicios financieros) en el 2009. Los déficits fiscales estructurales llevan eventualmente a defaults o a altas tasas de inflación. Estudiar los problemas derivados de los déficits fiscales estructurales es una cuestión distinta a por qué dichos déficits persisten. Al respecto (Buchanan & Wagner, 1977) argumentan que la economía como disciplina conlleva parte de la responsabilidad. El legado Keynesiano no sólo dejó nuevas teorías económicas, sino que cambió el punto de vista respecto a la administración del presupuesto público. Gracias a las ideas Keynesianas, en el ideario político predomina la concepción de que el gasto público es algo bueno para la economía independientemente de que haya o no déficit fiscal. Las cuentas fiscales ya no son vistas de modo similar a las cuentas financieras de una familia, donde un déficit estructural puede terminar en el remate de la propiedad para saldar las deudas. Según la teoría Keynesiana, el gasto público puede reanimar y vitalizar la economía, especialmente en un contexto de crisis con capacidad ociosa. El presupuesto pasó a ser una herramienta de política económica y no el resultado fiscal de la administración de la cosa pública. La disciplina económica brindó la justificación teórica para que los políticos utilizasen el gasto público como herramienta política para ganar votos. Página 50 of 71 DÉFICIT FISCAL Adicionalmente, Buchanan advierte que la política debe estudiarse “sin romance”, es decir, asumiendo que los políticos y funcionarios públicos son individuos con intereses propios que responden a los incentivos de las instituciones que los gobiernan, y no asumir que son ángeles incapaces de operar en sentido contrario al bien público. Que la teoría Keynesiana requiera un comportamiento óptimo por parte de la clase política no quiere decir que la dirigencia política se comporte de dicha manera ni que tenga los incentivos para actuar de acuerdo al modelo Keynesiano. El aumento de la deuda pública en diversos países desde la publicación de Buchanan y Wagner se alinea con las predicciones de su libro. Argentina no es la excepción, pero sí es un país que ha llevado a límites extremos la justificación Keynesiana para expandir el gasto público vía deuda que deberá afrontar un próximo gobierno. Si el alto gasto público y el déficit fiscal estructural fuesen buenos para la economía, Argentina sería potencia económica mundial. 4.3 DÉFICIT FISCAL DESDE LA VUELTA A LA DEMOCRACIA La vuelta a la democracia a principios de la década del ochenta es un punto de inflexión en la política Argentina. Pero la vuelta a la democracia no estuvo ausente de serios problemas económicos. La presidencia de Alfonsín terminó en hiperinflación, el gobierno de Menem desembocó en la crisis y default del 2001. La gestión Kirchnerista termina con estanflación. Estas tres grandes etapas, Alfonsinismo, Menemismo, y Kirchnerismo culminan sus gobiernos con problemas económicos distintos pero que comparten el mismo problema de origen: déficit fiscal. Página 51 of 71 DÉFICIT FISCAL Hay dos medidas económicas importantes que se toman en 1982. Se subsidian tasas de interés que, al ubicarse por debajo de la tasa de inflación, permitió al sector industrial liquidar pasivos. Por otro lado, el estado se hizo cargo de la deuda privada. Esto no es otra cosa que pasarle el costo de la deuda privada al contribuyente vía inflación y mayor deuda pública. Este pasaje de deuda del sector privado al gobierno resultó en la crisis de la deuda de 1982. Este es el contexto económico con el cual se encuentra el país en la vuelta a la democracia en 1983.25 Los déficits fiscales eran recurrentes para cuando Alfonsín asume la presidencia. Este fundamental desequilibrio no fue corregido durante su presidencia. Debido a la crisis de 1982 (cuyos efectos se extendieron hasta 1993), el acceso al mercado financiero se encontraba limitado. 26 Argentina incumplís su acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con quien se llegó a un nuevo acuerdo en julio de 1987 para colapsar en marzo de 1988.27 Esto llevó a diseñar el Plan Primavera en agosto de 1988 (luego del fracaso del Plan Austral de 1985), el cual no solucionó el problema de fondo. El Plan Primavera duró unos breves seis meses. Sin acceso a créditos, el déficit pasó a financiarse exclusivamente con emisión monetaria. El resultado fue una hiperinflación a fines de la década del ochenta 25 Para una exposición más detallada incluyendo un u plazo histórico más amplio ver (Cortés Conde, 2008; della Paolera & Taylor, 2001; Gerchunoff, Rocchi, & Rossi, 2008; Hanke, 2003). En 1984, Brazil, Colombia, Venezuela y Estados Unidos ofrecieron una limitada ayuda financiera al país. No fue hasta septiembre de 1984 que el gobierno de Alfonsín logra un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo ya en 1986 Argentina demora el pago de su deuda por varios meses. 27 La tasa anual de inflación entre 1983 y 1988 de 343.8% (1983), 626.7% (1984), 672.2% (1985), 90.1% 26 (1986), 131.3% (1987), y 343.0% (1988). Página 52 of 71 DÉFICIT FISCAL que, junto a otras tensiones sociales y políticas, llevaron al adelantamiento de la entrega de la presidencia en julio de 1989. Una vez más, otro proyecto político vio su fin gracias al déficit fiscal producido por el mismo proyecto. Luego de la crisis de 1989, la década del noventa vuelve a mostrar serios desequilibrios fiscales. En esta ocasión la financiación del déficit con emisión monetaria ya no era una alternativa viable debido a la Ley de Convertibilidad. Argentina había destruido el Austral, que fue reemplazado por el Peso Convertible en 1992. De no haber sido por el Plan Brady a fines de los ochenta (que puso final a la crisis de deuda de 1982), Argentina se hubiese encontrado con el mercado de deuda pública cerrado y con una moneda devaluada, es decir, sin las dos principales fuentes de financiamiento del déficit fiscal.28 Se podría decir que fue necesidad, no convicción, lo que llevó al gobierno de Menem a llevar adelante reformas algunas de las cuales fueron pro libre mercado. La privatización de empresas públicas e ineficientes fue una de ellas. La destrucción del Austral llevó a cambiar la denominación monetaria a Peso Convertible y la sanción de una Ley de Convertibilidad. En los hechos, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) se transformó en una heterodoxa caja de conversión.29 28 El objetivo del Plan Brady fue facilitar para países emergentes altamente endeudados un canje de deuda ofreciendo una quita de deuda. El Plan Brady tuvo dos rondas. Argentina participó de la primera ronda junto a Brasil, Bulgaria, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Méjico, Marruecos, Nigeria, Filipinas, Polonia, Uruguay, y Venezuela. 29 Ver (N. Cachanosky & Ravier, 2015; Hanke, 2008). Página 53 of 71 DÉFICIT FISCAL Gracias a la Ley de Convertibilidad y al Plan Brady, ahora el déficit pasó a financiarse con deuda pública en lugar de emisión monetaria. Así como la década del ochenta terminó con hiperinflación, la década del noventa terminó con un default de la deuda pública. El peso de la deuda se suele representar en términos relativos al PBI. El ratio de deuda sobre PBI, sin embargo, no es del todo apropiado dado que es un ratio de stock (deuda) sobre (flujo). Es como hacer un ratio de su hipoteca sobre sus ingresos anuales. Un aumento de la deuda sobre el PBI muestra que la deuda crece más rápido que al economía, pero el nivel de ese ratio es menos importante que su tendencia. No obstante, dado lo difundido de este indicador, la Figura 8. Deuda pública del Gobierno Nacional en % del PBI (externa y doméstica) muestra la evolución de la deuda pública (doméstica y externa) del gobierno nacional en porcentaje del PBI.30 En 1993 la deuda del gobierno nacional alcanzaba un 29.4% del PBI, en el 2001 se ubicaba en el 53.7% del PBI mostrando una clara tendencia ascendente. 30 La serie no presenta cambios importantes si se agrega la deuda de los gobiernos subnacionales. Página 54 of 71 DÉFICIT FISCAL Figura 8. Deuda pública del Gobierno Nacional en % del PBI (externa y doméstica) 60 53.7 50 45.0 43.0 37.6 40 35.7 33.8 34.5 31.3 29.4 30 20 10 0 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 Fuente: CEPAL Tanto la crisis de fines de la década del ochenta como la de fines del 2001 tienen el mismo origen de un descontrolado déficit fiscal. La diferencia se encuentra en el método de financiamiento del déficit, que lleva a que la crisis se manifieste de distinta manera, no a que la crisis fiscal no suceda. En los ochenta hubo alta inflación porque había alto déficit fiscal, en los noventa hubo endeudamiento público porque hubo alto déficit fiscal. El default del 2001 es el análogo a la hiperinflación de fines de los ochenta. Luego de la caída del gobierno de Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde es elegido para terminar el período presidencial de de la Rúa. Sin embargo, debido a violentas Página 55 of 71 DÉFICIT FISCAL manifestaciones sociales Duhalde convoca elecciones presidenciales y Néstor Kirchner asume en mayo del 2003 luego de que Menem abandonase competir en ballotage. El Kirchnerismo asume el gobierno con un default de la deuda pública (al momento de escribir estas líneas aún irresuelto) y sin empresas públicas que puedan ser privatizadas y obtener recursos para el tesoro. La política económica del Kirchnerismo, que podría considerarse una continuación de la de Lavagna cuando era ministro de economía en la presidencia de Duhalde, puede resumirse en congelar tarifas de servicios públicos y compensar a las empresas con subsidios, expandir el alcance de diversos planes sociales, el empleo público, y aprovechar los recursos tributarios derivados de altos precios de commodities, especialmente la soja. Uno de los efectos de las tarifas fue generar un faltante de utilidades, como energía, produciendo un déficit de producción en el sector. El delicado marco institucional ahuyentó en lugar de atraer inversiones, teniendo que importarse el déficit energético produciendo salida de reservas del BCRA como contrapartida.31 El Kirchnerismo, sin embargo, asume con un superávit fiscal, fruto de nuevos impuestos como el llamado “impuesto al cheque”, licuación del gasto público vía default y devaluación, que rápidamente comienza a transformar en déficit fiscal. Con el mercado de crédito internacional limitado dado el default de fines del 2001, el gobierno hizo uso de la confiscación de stocks y flujos de fondos del sector privado y de la emisión monetaria para financiar el déficit. Las expropiaciones de Repsol-YPF y las AFJP sean posiblemente los dos 31 Una discusión más detallada en el capítulo XXX. Página 56 of 71 DÉFICIT FISCAL casos más resonantes. La expropiación permite al gobierno tomar control del stock de recursos y flujos. El gobierno también saldó su deuda con el FMI en el 2010 y comenzó a endeudarse a tasas notablemente mayores con Venezuela. En la Error! Reference source not found. se puede apreciar el déficit fiscal de 1961 al 2013 junto a la crisis económica del Rodrigazo, cuatro crisis de deuda, y los principales presidentes y ministros de economía. Durante el Kirchnerismo, la financiación al tesoro por parte del BCRA y de la ANSES se encuentra contabilizada como “rentas de la propiedad” antes de calcular el déficit primario en lugar de ser fuentes de financiamiento a ser mencionadas luego del déficit. Este maquillaje contable no es menor, el resultado financiero del 2014 pasa de 109.720 millones de pesos a 230.482 millones de pesos; más del doble. Los datos del gráfico muestran el déficit descontando las transferencias del BCRA y ANSES. La serie del déficit fiscal de Argentina permite extraer varias lecturas. Página 57 of 71 DÉFICIT FISCAL Illia Gob. Militar 4% 2% Krieger Vasena P e r o n P e r o n Gob. Militar Ber Gelbard Martinez de Hoz Alfonsín Sourrouille Menem Cavallo R. Fernandez Duhalde 6% de la Rua Figura 9. Déficit financiero, 1961 – 2013, crisis económicas y principales presidentes y ministros de economía N. Kirchner Lavagna C. Kirchner Boudou 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 0% -2% -4% -6% -8% -10% -12% Rodrigazo -14% Defaults Fiscal deficit [Nation and Provinces] Fiscal deficit [Federal level] -16% Fuente: Elaboración propia en base al Ministerio de Economía. Página 58 of 71 DÉFICIT FISCAL En primer lugar, se ve que el déficit fiscal es un problema estructural en Argentina. En el último medio siglo sólo hubo cuatro años de superávit fiscal luego de la crisis del 2001. Esto no es un error de estimación al elaborar el presupuesto, esto es un claro signo de déficit estructural que, como Sargent y Wallace hacen notar, culminan en crisis de una u otra manera. En segundo lugar, nótese que las crisis ocurren con niveles cada vez menores de déficit fiscal. El Rodrigazo se da en torno a un déficit fiscal de 14 puntos del PBI, la crisis de 1982 con un déficit de 11 puntos sobre el PBI, la de 1989 con casi 8 puntos sobre el PBI, la del 2001 con un poco más de 6 puntos del PBI y el default del 2014 con un poco más de 4 puntos del PBI. Esto pone de manifiesto los efectos de largo plazo sobre la solidez de la economía de medio siglo de déficit estructural acompañado de crisis monetarias y de deuda. También es posible que la creciente participación del gasto público sobre el PBI así como la creciente presión fiscal lleve a que la economía sea cada vez menos resistente a la acumulación de déficits En tercer lugar, se aprecia que luego de cada crisis el déficit fiscal se contrae para, en el corto plazo, volver a crecer hasta que es una nueva crisis y no racionalidad política lo que le pone un límite al desequilibrio del tesoro. Este zigzagueo se advierte a lo largo de toda la serie. Sólo en el 2001, sin embargo, se percibe un breve período de superávit fiscal. En cuarto lugar, se advierte que durante la gestión de Martínez de Hoz el déficit fiscal vuelve a incrementarse aceleradamente. La gestión de Martínez de Hoz, por lo tanto, (1) incrementó el déficit fiscal, (2) impuso un control del tipo de cambio con (3) una inflación que no bajó del 100% anual. No puede calificarse la gestión de Martínez de Hoz como un experimento neoliberal o de libre mercado como suele hacerse en el debate político. De hecho, estos Página 59 of 71 DÉFICIT FISCAL puntos posee un paralelismo con el Kirchnerismo (especialmente a partir del 2007), que ha regulado el tipo de cambio con un ritmo de devaluación por detrás de la inflación a la par de un empeoramiento fiscal. En quinto lugar, se aprecia un deterioro fiscal durante gestión de Cavallo, con un breve intento de mejoría en la transición con Roque Fernandez en septiembre de 1996. El mismo período también muestra que el déficit fiscal comienza con el primer gobierno de Menem y no en el segundo. Es decir, en resultados fiscales, el segundo gobierno de Menem fue una continuación de su primer mandato. En séptimo lugar, se ve que en Gobierno de Fernando de la Rúa rápidamente empeora el cuadro heredado, entre otros motivos por la suba de impuestos que Machinea lleva adelante en el contexto de desaceleración económica en el que se encontraban. En octavo lugar, se ve que el Kirchnerismo hereda un superávit que parece ser accidental en una serie de medio siglo de déficits y que el mismo rápidamente comienza a deteriorarse. No se ve, por ejemplo, que el superávit se mantenga estable por un tiempo, sino que el deterioro es inmediato. Esto se contradice con la imagen de N. Kirchner como un presidente preocupado por mantener las cuentas fiscales en orden. Se ve también, que el deterioro comienza con Lavagna como ministro de economía, lo cual se contradice con la interpretación de que el deterioro económico comienza cuando es reemplazado por Felisa Miceli. De hecho, la política de control de tarifas comienza con la gestión de Lavagna. Si bien fueron sus sucesores quienes hicieron perdurar la política de control de precios, el modelo tiene sus orígenes durante la gestión de Lavagna. El gráfico también muestra que el déficit fiscal durante el gobierno de Cristina Kirchner es una continuación lineal del de N. Kirchner. Página 60 of 71 DÉFICIT FISCAL No se percibe en el gráfico una interrupción de la política fiscal de N. Kirchner ni es fácil argumentar que no hubiese tomado medidas similares a las de C. F. Kirchner (emisión monetaria, expropiaciones, cepo cambiario, etc.) cuando el déficit fiscal presionase por fuentes alternativas de financiamiento. Por último, es importante tener en cuenta que el déficit fiscal no es un suceso que accidentalmente cae sobre los países. El déficit fiscal estructural es el resultado deliberado de los sucesivos gobiernos y representantes en el Congreso al aprobar los presupuestos. La figura 9 muestra el resultado de medio siglo de una dirigencia política incapaz de controlar el déficit fiscal originado en clientelismo político y subsidios originados en la política de sustitución de importaciones. El crónico déficit fiscal no depende de gobiernos peronistas, radicales, o militares, ni de gestiones catalogadas de izquierda o derecha, de libre mercado o de economías reguladas. Todos los gobiernos, indistintamente de sus orientaciones, cometieron el mismo error. Es la clase política a quien le cae la responsabilidad mayúscula de los repetidos problemas económicos y sociales de Argentina. 4.4 AJUSTE FISCAL VERSUS AJUSTE DE MERCADO El déficit fiscal, tarde o temprano, de una manera u otra, cae sobre los hombros del contribuyente. Ya sea vía inflación, o por deuda pública que se traduce en mayores tasas de interés o impuestos para afrontar la deuda que el estado contrae en nombre del contribuyente. Cuando el estado se niega a ajustar sus cuentas fiscales, el ajuste recae inevitablemente sobre el sector privado y los contribuyentes. Es erróneo, por lo tanto, plantear el problema del déficit fiscal como una elección entre ajuste versus no ajuste. El trade-off es entre ajuste fiscal y ajuste de mercado, no entre ajuste o no Página 61 of 71 DÉFICIT FISCAL ajuste. ¿Por qué debe ser el sector privado el que deba afrontar todo el costo del déficit fiscal? ¿Por qué debe ser el empleado en el sector privado quien deba perder su trabajo mientras que el empleado público parece ser intocable al mismo tiempo que su sueldo se origina en fondos del contribuyente? Hay dos maneras de realizar ajustes fiscales, incrementando los ingresos tributarios, o reduciendo el gasto público. Con el gobierno Kirchnerista Argentina llegó a records históricos y mundiales de presión tributaria. Del 2003 al 2013 la presión fiscal consolidada (nación, provincias, municipios, e impuesto inflacionario) pasó de un 26% a un 45% (Figura 10. Presión tributaria consolidada). Un déficit de alrededor de 4% del PBI con esta presión tributaria sugiere que el problema año es sólo que el problema no es sólo de ineficiencia del gasto, sino también del nivel de gasto. Antes esta presión tributaria es inevitable obviar una revisión del gasto. Si no se ignora el problema hasta que sea demasiado tarde, con una economía en crecimiento puede ser suficiente con reducir la velocidad a la que crece el gasto público, sin tener que reducirlo en términos absolutos, para equilibrar las cuentas fiscales de manera gradual. No es cierto, por lo tanto, que cuando se habla de ajuste fiscal se hable necesariamente de una reducción del gasto. Si un automóvil va en exceso de velocidad por la ruta, entonces necesita desacelerar para evitar un accidente, no es necesario frenar y poner reversa. Sin embargo, esta suave transición puede no ser una alternativa viable si se persiste demasiado tiempo con los desequilibrios fiscales. Página 62 of 71 DÉFICIT FISCAL Figura 10. Presión tributaria consolidada 50% 45% 40% 35% 30% 25% 20% 15% 10% 5% 0% 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 -5% Nación Provincias Muinicipios Impuesto Inflacionario Fuente: Cálculos propios en base al Ministerio de Economía, IARAF, INDEC, y BCRA. El temor a los ajustes fiscales es que el mismo produciría un empeoramiento del cuadro económico. Si el estado reduce el gasto público, entonces la demanda agregada se reduciría afectando negativamente al PBI y por lo tanto al empleo y volumen de actividad productiva. Los ajustes fiscales serían inevitablemente costosos. Si bien es cierto que una reducción del gasto público ha de provocar efectos en la economía (si la reducción del gasto es lo suficientemente importante), no es menos cierto que estos temores se encuentran sobredimensionados en el discurso político. Página 63 of 71 DÉFICIT FISCAL ¿Es posible reducir sensiblemente el gasto público sin llevar la economía a un colapso? Estados Unidos luego de la Segunda Guerra Mundial ofrece un caso histórico en concreto. En un lapso de cuatro años (1944 – 1948) el gobierno de Estados Unidos redujo en términos reales el gasto público (federal y estatal) en un 75%. La participación del gasto público se redujo 32 puntos, pasando de un 48% del PBI a un 16% del PBI (Figura 11.) ¿El resultado? El desempleo llegó a un pico de sólo 3.9% (Henderson, 2010). Figura 11. Estados Unidos, participación del gasto público y PBI real 2500 60% 50% 2000 40% 1500 30% 1000 20% 500 10% 0 0% 1940 1941 1942 1943 1944 1945 PBI real 1946 1947 1948 1949 1950 G/PBI Fuente: Bureau of Economic Analysis y St. Louis Federal Reserve FRED® Como se puede apreciar en el gráfico, si bien se ve una caída en el PBI real luego de la disminución del gasto público la misma no se condice con los temores asociados a los ajustes fiscales al observar el período con mayor detalle. La serie del PBI muestra una caída del 12% Página 64 of 71 DÉFICIT FISCAL del PBI en el año 1946 no por una caída del gasto público, sino por el efecto estadístico de liberar los precios, que hasta entonces se encontraban regulados. El cálculo de PBI asume precios de mercado libres (y en equilibrio), por lo que cálculos del PBI en base a precios regulados son imprecisos (Friedman & Schwartz, 1963, p. 558). Lo que la serie muestra es que el PBI estaba sobre-estimado en los años anteriores a 1946. Es decir, los índices de precios utilizados para calcular el PBI con anterioridad a 1946 estaban sub-estimados, por lo que al pasar del PBI nominal al PBI real deflactando con los índices de precios se produce una sobre-estimación del PBI (problema similar al del cálculo del PBI real en Argentina con los subestimados datos de inflación a partir del 2007.) La otra manera de ver que la caída del PBI en 1946 es un efecto estadístico y no una real caída de la economía es notar que el desempleo permaneció en bajos niveles y que el consumo privado aumentó en lugar de caer. En otras palabras, el crecimiento del PBI que se percibe con el aumento del gasto público es una sobrestimación corregida con la liberación de precios al terminar la Segunda Guerra Mundial. Lo que sucedió, resumidamente, es que la reducción del estado fue acompañada a la par por una expansión del sector privado. Pero para que esto tenga efecto, la reducción del gasto público debe darse un contexto de confianza en un marco institucional que de lugar a actividades de mercado en lugar de atentar contra ellas. El temor al ajuste fiscal se encuentra, entonces, fuera de foco. El problema no es el ajuste fiscal per se, sino el cómo se corrigen los desequilibrios fiscales. La correcta pregunta es quién ajusta, no si hay o no ajuste económico en un contexto de desequilibrios económicos. Página 65 of 71 DÉFICIT FISCAL Hay tres efectos a tener en cuenta cuando Estados Unidos entra a la Segunda Guerra Mundial. En primer lugar, como se aprecia en el gráfico, un acelerado incremento del gasto público para financiar los costos bélicos. En segundo lugar, un nivel de desempleo artificialmente bajo dado la participación ciudadana en el servicio militar. En tercer lugar, Estados Unidos entró en una economía planificada con el fin de administrar los recursos productivos para hacer frente a las necesidades de la Segunda Guerra Mundial. Estas tres características, especialmente la tercera, se vieron desmanteladas al terminarse el conflicto bélico. La contradicción con las predicciones Keynesianas de un colapso en la economía ante significativa caída del gasto público no están libres de objeciones. En particular que la oferta laboral femenina que se había incrementado durante la Segunda Guerra Mundial se redujo a sus valores pre-bélicos. Es decir, las amas de casa dejaron sus puestos de trabajo para volver a los hogares. Que al terminar la guerra los soldados se inscribieron en la universidad en lugar de sumarse al mercado laboral. Y que el consumo aumenta en base a una disminución del ahorra. Como señala (Henderson, 2010), ninguna de estas explicaciones se ajusta a los hechos. La mujeres en el mercado laboral pasaron de unos 14.5 millones en 1941 a 19.4 millones en 1944 (un aumento de 4.9 millones.) En 1947 el número se había reducido a unos 16.9 millones (una caída de 2.5 millones.) Es decir que la mayoría de las mujeres que entraron al mercado laboral se quedaron en el mismo. Dado que los gastos de guerra se descontinuaron, los puestos de trabajo en el sector bélico debieron encontrar nuevas fuentes de trabajo a la par que los soldados volvían de la guerra. Página 66 of 71 DÉFICIT FISCAL Al inicio del año académico de 1946, unos 800,000 soldados entraron a diversos programas universitarios. Si estos soldados hubiesen entrado al mercado laboral y permanecido desempleados, la tasa de desempleo habría sido alrededor de un 1.4% superior. Diferencia que dista de justificar el bajo desempleo luego de la Segunda Guerra Mundial gracias a los programas de estudio para veteranos. De hecho, la mitad de la población desempleada en 1946 no eran veteranos de guerra. Por el otro lado, generosos subsidios de desempleo para veteranos contribuyeron a mantener una mayor tasa de desempleo. El ingreso promedio semanal del sector manufacturas se encontraba en unos 43 dólares, mientras que el subsidio alcanzaba los 20 dólares semanales; es decir, casi la mitad del ingreso promedio del sector manufacturero. Si bien es cierto que un aumento en la demanda luego de la guerra debido al consumo de ahorros es factible, lo que se observa es que la tasa de ahorro permanece permanece en valores positivos en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Esto quiere decir que disminuye la tasa a la que crecen los ahorros, no que se consumen ahorros para aumentar el consumo. Similar al milagro Alemán, Estados Unidos pudo salir de la Segunda Guerra Mundial con una importante disminución del gasto público sin contratiempos económicos gracias a la desregulación de los precios de mercado. Acompañar una reducción del gasto público con regulaciones de mercado puede tener el fin de evitar contratiempos económicos, pero el resultado puede ser el opuesto. No debe confundirse ignorar los potenciales costos de transición con interferir en el proceso de mercado causando los mismo males que intentan evitarse. Página 67 of 71