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Disponible en el sitio: http://cvc.cervantes.es/lengua/aeter/comunicaciones/florian.htm
Evolución de la terminología del Marketing de Ciudades
M. Loreto Florián y Gema Sanz. Universidad de Alcalá
A mediados de los años 60 los teóricos de la comercialización e investigación de mercados
(marketing) de los Estados Unidos comenzaron a discutir su aplicación al ámbito no empresarial.
Surgió así el término «marketing no lucrativo», que convive con el de «marketing no empresarial»,
para referirse al «conjunto de actividades de intercambio, básicamente de servicios e ideas, que son
llevadas a cabo fundamentalmente por instituciones sin ánimo de lucro, bien sean privadas o
públicas». (Santesmases 1996).
El reconocimiento de las ideas junto a bienes y servicios como objeto de intercambio está recogido de
modo explícito en la definición oficial demarketing dada por la American Marketing Association (AMA)
en 1985: «marketing es el proceso de planificación y ejecución de la concepción, fijación del precio,
promoción y distribución de ideas, bienes y servicios, para crear intercambios que satisfagan los
objetivos de los individuos y de las organizaciones» (Santesmases 1996:535). No obstante, en la
década de los sesenta, se producen las primeras definiciones en este sentido: en 1965 el
Departamento de Marketing de la Universidad de Ohio concibe el marketingbajo la concepción de
‘proceso social’; más tarde, Kotler y Levy (1969: 10-15)afirman que el concepto de marketing debe
dar cabida a organizaciones distintas a la empresa, y dos años más tarde, Kotler y Zaltman (1971: 312)introducen y definen el concepto de «marketing social», cuya finalidad es «influir en la aceptación
de las ideas sociales», de ahí que lo denominen también como «marketing de las causas
sociales» y «marketing de las ideas».
El marketing es aún una disciplina joven, con un desarrollo científico muy reciente. Desde su
implantación y desarrollo, su breve historia se ha caracterizado por innumerables intentos de
definición y de determinación de su naturaleza y alcance, ocasionando múltiples controversias
académicas. Este fenómeno puede apreciarse incluso en el término marketing, de origen anglosajón,
que empezó a utilizarse en Estados Unidos a principios del siglo XX (1910). Este término se ha
consolidado en España frente a
las propuestas de traducción como mercadotecnia,
mercadología o mercadeo, que sí han triunfado en Hispanoamérica, y también frente a la más
recientecomercialización, denominación oficial que recibe en las universidades españolas. Actualmente
el término marketing es utilizado para designar esta disciplina tanto en el ámbito académico como
profesional, con un amplio reconocimiento internacional. De hecho, su utilización plantea menos
problemas semánticos que los anteriores términos citados. Algunos autores, como Lambin (1995: 5),
defienden el uso de los términos mercadeo ymercática, afirmando que el término marketing significa
literalmente ‘el proceso de puesta en el mercado’, y por tanto el uso de este término resulta
insuficiente porque no expresa la dualidad existente en la gestión demarketing (análisis y acción)
favoreciendo la dimensión de acción de esta disciplina, en detrimento de la dimensión de análisis.
Como en la práctica estos términos no se utilizan, se han acuñado los términos marketing
estratégico y marketing operacional u operativo que designan las dos dimensiones que integran la
disciplina de marketing, análisis y acción respectivamente.
Así pues, el lenguaje especializado del marketing se caracteriza por ser un lenguaje en curso de
elaboración, que aún está sometido a un proceso de evaluación que caracteriza su uso por parte de
los hablantes que comparten este lenguaje. Los múltiples intentos de definición de términos y las
múltiples controversias académicas se explican por el proceso de elaboración en el que se encuentra
esta disciplina, que aún no cuenta con un siglo de antigüedad y que, además, se está desarrollando en
nuevos contextos de aplicación diferentes a la tradicional área económico-empresarial, generando
nuevos términos y ampliaciones semánticas.
La denominación de «marketing no empresarial» incluye un conjunto de actividades de intercambio de
servicios e ideas protagonizadas por organizaciones que no persiguen fines de lucro. «No supone
simplemente un traslado de conceptos, métodos y técnicas del marketing empresarial, sino que
requiere un análisis de las necesidades sociales, así como de las actividades llevadas a cabo por estas
organizaciones y de sus características diferenciales» (Santesmases 1992: 798).
Dentro del marketing no lucrativo (Ver figura 1), cabe distinguir el«marketing social», cuya finalidad
es el desarrollo de programas para animar o desanimar la aceptación de ideas o comportamientos
sociales, el«marketing de las instituciones no lucrativas», públicas o privadas1, que tiene por objeto la
captación de recursos financieros o la mejora de las prestaciones para operar en un mercado con una
fuerte competencia, o el«marketing político», desarrollado por los partidos políticos, sindicatos y
candidatos para conseguir el apoyo a sus ideas y programas y obtener el voto de los electores. Este
tipo
de
estrategias
incluye
el «marketing
electoral».
La
diferencia
radica
en
que
el «marketing político» es una actividad permanente, con objetivos a largo plazo, mientras que el
electoral es temporal y sus objetivos son a corto plazo.
El marketing de todos estos sectores se basa en las aportaciones del«marketing de relaciones»,
también denominado «marketing interactivo», que enfatiza la visión a largo plazo de las relaciones de
la organización con los diversos públicos-objetivo, de manera que queden satisfechos y permanezcan
leales a la organización. Así, una campaña debe adoptar un enfoque a largo plazo,
intentando fidelizar y retener al público objetivo.
En las últimas décadas hemos asistido a un cambio en los valores de la sociedad, que se muestra más
sensible hacia conceptos como la solidaridad, el desarrollo sostenible, el comercio justo, o la
conservación de los bienes naturales y artísticos, etc. Al mismo tiempo, el deseo de obtener los
mejores resultados en la gestión de cualquier servicio ha propiciado la aplicación de campañas
de marketing en ámbitos como la gestión sanitaria, la defensa del medio ambiente, el impulso del
turismo cultural o la competitividad de las ciudades. (Ver figura 2).
La ciudad, como centro económico, cultural, artístico y social, ha ocasionado nuevas necesidades
vinculadas a los nuevos valores existentes en las sociedades actuales. Los principales protagonistas de
las ciudades del sigloXXI, ciudadanos, nuevos residentes, inversores, empresas y turistas, plantean
nuevas demandas y desafíos que conducen a las ciudades a experimentar una situación de
competencia entre ellas, para lo que es necesario desarrollar una gestión eficaz de sus recursos con el
fin de lograr la consecución de sus objetivos con eficiencia, es decir, crear valor para sus ciudadanos
con el menor coste posible. Esta situación de competencia entre las metrópolis ha motivado la
utilización de diversas estrategias orientadas a lograr el éxito de la comunidad a la que sirven.
En este contexto ha surgido el «marketing de ciudades»2, definido como el «proceso de gestión de los
recursos de la ciudad cuyo objetivo es favorecer la aceptación de los elementos de valor que ésta
incorpora, atendiendo a las necesidades de los diferentes públicos-objetivo» (Gómez 2000:266). En
1992, Porter introduce el concepto de competitividad de las naciones a partir del ya
existente competitividad de la empresa y también amplía la ventaja competitiva, tradicionalmente
aplicada a la empresa, acuñando ventaja competitiva de las naciones. Surge entonces el «marketing
territorial» y dentro de él, el «marketing de ciudades» (1994), que en Hispanoamérica aparece
como «mercadotecnia de localidades».
Para Elizagarate (2003: 20-21), la aplicación del «marketing de ciudades» implica:
 1.- La incorporación de la filosofía del marketing en la planificación de
la ciudad, es decir, orientar dicha planificación al cliente, a las
exigencias de su público objetivo (ciudadanos, inversores, empresas,
potenciales residentes) de forma permanente, adaptando los servicios
de la ciudad a las necesidades de este público objetivo, fortaleciendo su
atractivo frente a otras ciudades y consecuentemente, mejorando
su posición competitiva frente a otras ciudades.

2.El
desarrollo
de
la
metodología
de
planificación
del marketingestratégico aplicado a las ciudades. De manera que se
desarrollen estrategias que permitan alcanzar los objetivos propuestos
con el menor coste en recursos para la ciudad. Esta metodología
permite
descubrir
nuevas oportunidades y
alcanzar
una
mayor rentabilidad social para sus ciudadanos, lo que proporciona a su
vez una ventaja competitiva para la ciudad.
 3.- La utilización de técnicas que permitan medir el impacto de las
actuaciones urbanas para analizar la percepción e imagen que los
ciudadanos tienen de sus barrios, o del conjunto de la ciudad,
utilizando los resultados obtenidos como guías para nuevas
actuaciones.
 4.- La creación de un conjunto de indicadores que permitan comparar
la evolución de las ciudades en ámbitos sociales, económicos y
ambientales, para realizar una evaluación competitiva con la que
detectar las posibles correcciones que garanticen el desarrollo
sosteniblede la ciudad.
 5.- El fomento del atractivo de la ciudad desde una perspectiva
integradora del comercio, ocio y turismo urbano, entendiendo la ciudad
como un espacio que ofrece a sus ciudadanos los elementos necesarios
para la relación social, comercial, cultural, de ocio y entretenimiento,
integrados de forma natural.
 6.- El desarrollo de variables que definan el marketing operativo de las
ciudades, analizando su valor, así como el ciclo de vida del producto
ciudad,favoreciendo la atracción de capitales y la implantación de
empresas internacionales de sectores financieros y de servicios, que
permitan a las ciudades convertirse en ciudades globales.
A lo que Gómez (2000: 290-291) añade:
 7.- El desarrollo de una política de distribución de la ciudad, basada en
actividades de comunicación interna y externa como parte del plan
estratégico de marketing, para difundir los mensajes y características
de la ciudad entre el público objetivo.
 8.- Finalmente, el diseño de unos mecanismos de control que permitan
realizar un seguimiento de los resultados obtenidos y de esta manera
compararlos con los objetivos previstos.
Desde la perspectiva del «marketing de ciudades» se hace necesario el desarrollo de una planificación
estratégica de la ciudad que permita la rápida adaptación de la ciudad a las situaciones cambiantes del
entorno, con la finalidad de responder positivamente ante las oportunidades y amenazas que se
generan en este entorno. Para ello es necesario desarrollar un sistema de información, planificación y
control que permita la adaptación y el progreso de la ciudad.
El proceso de planificación estratégica de una ciudad debe llevar a cabo el cumplimiento de las cuatro
etapas que tienen lugar en cualquier tipo de gestión de marketing: análisis, planificación y fijación de
objetivos y estrategias, ejecución de tareas encaminadas a la consecución de los objetivos
establecidos y control de los resultados obtenidos.
El análisis debe realizarse tanto a nivel interno como externo. El análisis interno permite obtener una
visión global de la ciudad que proporciona información sobre las fortalezas y debilidades de la ciudad
estudiada, es decir, aquellas características propias de la ciudad que logran atraer a los públicos
objetivos de la ciudad y aquellas características que sitúan a la ciudad en una posición de desventaja
frente a otras ciudades para competir en la atracción de los diferentes públicos objetivos de las
ciudades (ciudadanos, inversores, empresas, potenciales residentes y turistas). El análisis externo
permite obtener información sobre las oportunidades y amenazas a las que se enfrenta la ciudad. Este
análisis se basa en el estudio de las diferentes variables que conforman el macroentorno en el que se
desarrolla la ciudad (ambiente legal, económico, político, cultural y social, tecnológico…), variables
sobre las cuales la ciudad no puede ejercer ningún tipo de control, pero debe conocer la situación de
las mismas para poder prever los cambios y adaptarse con la suficiente antelación.
Una vez conocida la situación interna y externa de la ciudad, los gestores deben planificar unos
objetivos y diseñar unas estrategias que permitan la consecución de estos objetivos, nos encontramos
en la fase denominada como «marketing estratégico». Estas estrategias deben materializarse en unas
acciones concretas que permitan la consecución de objetivos planificados a corto, medio y largo plazo,
lo que nos sitúa en la fase del«marketing operativo». Los objetivos de la ciudad estarán orientados a
la satisfacción de las necesidades de los diferentes públicos objetivos de la ciudad, y para satisfacer
estas necesidades tendrá lugar el desarrollo de políticas de marketing a nivel interno y externo. (Ver
figura 3).
La comunidad científico-profesional que se dedica al marketing ocomercialización e investigación de
mercados ha visto cómo se ha diversificado esta disciplina en su aplicación a los nuevos sectores
sociales, dando lugar a la acuñación de términos nuevos o al enriquecimiento semántico de los ya
existentes y también incorporando términos procedentes de las lenguas de especialidad de la
economía, la sociología, la política, la ecología, la sanidad o el turismo, que guarda una relación muy
estrecha con el marketing de ciudades.
Los
primeros
resultados
de
nuestra
investigación
muestran
que
la
terminología
del marketing empresarial ha visto ampliada su significación al aplicarse al sector no lucrativo, y más
en concreto al impulso de las ciudades.
El término producto, definido como ‘cualquier bien material, servicio o idea que posea un valor para el
consumidor o usuario y que sea susceptible de satisfacer una necesidad’ (Santesmases 1996), debe
ampliarse ahora y surge así producto-ciudad, con guión o sin guión, definido como ‘el conjunto de las
características que proporcionan la satisfacción de las necesidades y deseos de los ciudadanos,
visitantes, inversores, empresas o nuevos residentes’ (Elizagarate, 2003: 34). Entre los atributos de
este producto están la calidad de vida residencial, el mercado de trabajo, los equipamientos
deportivos, las atracciones culturales, el patrimonio histórico, el suelo para usos terciarios, o los
incentivos fiscales.
Otro término que ya aparecía en los diccionarios de marketing es el de «ciclo de vida del producto»,
basado en la evolución de las ventas y de los beneficios. Junto a él, «ciclo de vida del producto
industrial» y «ciclo de vida del producto internacional». Y en nuestro campo, «ciclo de vida del
producto ciudad».
Muchos de los términos procedentes del marketing empresarial aparecen ahora con el
complemento «de la ciudad».
La imagen de la ciudad:
como representación mental de los públicos objetivos
(ciudadanos, inversores, empresas, potenciales residentes y
turistas) y la sociedad en general, del producto-ciudad o de la
marca-ciudad.
La identidad de la ciudad:
es distinta a la imagen de la ciudad. Mientras que la imagen
refleja las percepciones actuales, la identidad es la aspiración y
refleja las percepciones que deberán desarrollarse y reforzarse
para que ésta perdure.
La marca ciudad:
es el nombre, término, símbolo o diseño, o combinación de
ellos, que trata de identificar las características de la ciudad y
diferenciarla de otras ciudades.
El valor de la ciudad:
es la medida de la capacidad de la ciudad para la satisfacción
de necesidades. Una ciudad tiene valor si tiene utilidad, bien
funcional o simbólica.
El posicionamiento de la ciudad:
se refiere al lugar que ocupa la ciudad según las percepciones
de los diversos públicos objetivos, en relación a otras ciudades
competitivas o a una ciudad ideal.
La cultura de la ciudad:
es el conjunto de normas, valores y formas de pensar que
caracterizan el comportamiento de las personas que conviven y
comparten los servicios de la ciudad e influyen en la imagen de
esta proyectada al exterior.
El término misión de la empresa ha dado lugar a otro más preciso en nuestro ámbito de estudio,
la misión de la ciudad, que designa los propósitos y posiciones que se desean alcanzar y que depende
tanto de la visión de la ciudad, cómo desean los ciudadanos que sea la ciudad en la que les gustaría
vivir, como de la voluntad del equipo de gobierno.
Paralelo a la construcción del marketing empresarial las cuatro P3, surgen lascuatro AS: cuatro
aspectos fundamentales que han de ser considerados al planificar cualquier estrategia
de marketing relacionada con la ciudad. Estos aspectos son: el atractivo de la ciudad, la accesibilidad
a la ciudad, las amenidades y la acción.
El atractivo de la ciudad:
medida del potencial de beneficios de una ciudad, que se deriva
a partir de la valoración dada a diversos factores relacionados
con el nivel interno y externo de la ciudad.
La accesibilidad a la ciudad:
esta dimensión está relacionada con la calidad del servicio de la
ciudad, supone facilidad de acceso a los servicios ofrecidos y a
la reducción de tiempos de espera.
Las amenidades de la ciudad:
hace referencia a la animación de la ciudad, muy valorada por
los públicos objetivos. Las más destacadas son las exposiciones
culturales, museos, lugares de descanso, parques de ocio y
entretenimiento, ferias y congresos,…
La acción de la ciudad:
hace referencia a las acciones de dinamización e integración de
los recursos de la ciudad, para potenciar su atractivo,
accesibilidad y amenidades.
El término alianza estratégica, que designaba la asociación entre empresas cuyo fin es la consecución
de algún tipo de objetivo estratégico, a largo plazo, para mejorar su posición competitiva, aparece
aquí como alianza estratégica de ciudades, debido a que una alianza es un modo adecuado de
compartir y reducir riesgos en mercados globales. Estas alianzas adquieren la forma jurídica
de consorcios o de hermanamientos.
Entre los términos nuevos destacamos la serie formada por el sustantivociudad.
Ciudad-puerta:
sirve de acceso al territorio por lo que es importante mejorar
sus infraestructuras para hacerlas más accesibles y conectar
con redes para que puedan circular grandes volúmenes de
mercancías.
Ciudad emergente,
creada a imagen de país emergente y este de mercado
emergente. Son ciudades capaces de proporcionar nuevos
servicios y prestaciones.
El inventario de ciudades mundiales responde a la clasificación de ciudades que son consideradas los
principales centros de servicio en el mundo, por ser elegidas como centro de implantación de las
principales empresas de los sectores de banca, auditoria, publicidad y asesoría legal.
Ciudades alfa o ciudades globales,
o ciudades con liderazgo estratégico, es decir, centros de
servicios avanzados. Son ciudades que según el inventario de
ciudades mundiales se caracterizan por disponer de una alta
capacidad en la provisión de servicios avanzados, en las áreas
de auditoria, banca, publicidad y asesoría legal ya que cuentan
con la implantación de importantes sedes centrales de
empresas internacionales de los sectores financieros y de
servicios.
Ciudad beta:
según el inventario de ciudades mundiales, este tipo de
ciudades son consideradas de segundo nivel, ya que su
capacidad en la provisión de servicios avanzados, en las áreas
de auditoria, banca, publicidad y asesoría legal es mas
restringida que las de primer nivel o ciudades alfa, limitando su
actividad a los servicios principales.
Ciudad gamma:
el inventario de ciudades mundiales clasifica como ciudades
gamma a aquellas ciudades que su capacidad se ciñe a la
prestación de servicios secundarios.
Ciudad digital:
es el resultado de la creciente importancia de las nuevas
tecnologías en las sociedad actual. La ciudad digital es un
herramienta destacada del marketing de ciudades utilizada
para llegar a los diferentes públicos objetivos. Son
representaciones o modelos de la ciudad que existen en el
mundo real y que nos permiten acercarnos a los distintos
servicios ofrecidos por la ciudad mediante los sitios web.
Entre los términos que han visto ampliada su significación tenemos cliente,que en el marketing interno
ya sufre una ampliación, pasando a denominarclientes internos a los propios empleados, a los que la
empresa ofrece una actividad que espera que satisfaga sus necesidades profesionales y la desarrollen
de modo efectivo, de acuerdo con los objetivos de la organización. En el marketing de ciudades
aparecen como clientes internos los residentes de la ciudad y como clientes externos los visitantes,
los turistas, los inversores y las empresas.
También encontramos nuevas denominaciones para conceptos ya existentes. El antiguo centro
comercial se convierte en centro comercial cerrado para distinguirlo de la ciudad como centro
comercial abierto, modelo de ciudad que supone una concentración de ofertas comerciales con
esparcimiento, que trata de convertir la compra en una actividad agradable y divertida.
Como se puede observar, los términos del marketing proceden en su mayoría del inglés y se adaptan
al español a través de procesos de calco, con lo que abundan los compuestos sintagmáticos. Los
extranjerismos no naturalizados, no adaptados, aparecen también, pero no con gran frecuencia. Así,
hemos recogido junto al ya clásico marketing-mix, elbenchmarking, que ya en 1993 fue definido como
una «técnica de gestión empresarial por la que la organización compara sus niveles de eficiencia con
estándares externos para emular y corregir los posibles desfases existentes y, mediante planes de
actuación y de mejora continua, identificar oportunidades de innovación, realizar cambios efectivos en
el negocio, lograr posiciones de liderazgo, alcanzar niveles de excelencia y conseguir los resultados de
rentabilidad deseados» (Santesmases 1996).
Otra formación interesante son las metáforas, de las que destacamos dos: La locomotora es
en marketing la actividad que sirve de empuje a otras actividades asociadas a ella en la empresa. Más
concretamente, la locomotora del centro comercial (Davara 1998: 8), durante los 80 fue el
hipermercado, en los 90 las salas de cine y en la actualidad, lo son las actividades de ocio como una
pista artificial para esquiar durante todo el año.
Más circunscrita al marketing de ciudades, pero muy relacionada con la economía, está la
forma banana, el eje de atracción de inversiones en un territorio dado (Elizagarate 2003:118). Así, la
ciudad de Córdoba, Argentina, está en la banana de MERCOSUR y Milán está en la banana4 azul
de UE.
Del lenguaje político proceden las metáforas arco atlántico y arco mediterráneo, para designar a los
países o las ciudades que poseen intereses comunes por su enclave geográfico.
Sin duda, la característica más acusada del marketing de ciudades es la presencia de términos
procedentes de otros lenguajes de especialidad.
Es frecuente en la bibliografía seleccionada la alusión a los parques empresariales y polígonos
industriales, así como parques tecnológicos y redes trasnacionales de transporte. De la gestión
urbanística aparecen oferta de suelo, suelo para usos terciarios, u ordenación del espacio
urbano. También elmarketing de ciudades está atento a la preocupación ecológica de los ciudadanos y
así aparecen desarrollo sostenible, degradación medioambiental ogestión de residuos sólidos urbanos.
Por último, muchos de los términos más empleados proceden del turismo, debido a la proximidad de
estas dos disciplinas, ya que ambas «tienen objetivos comunes, hacer más atractivo un destino
geográfico» (Gómez 2000: 270): turismo de ciudad, turismo de negocios, índice turístico, promoción
turística.
En resumen, la terminología del marketing está aún en proceso de elaboración y más concretamente,
el marketing de ciudades, por su reciente nacimiento, toma ese caudal terminológico y lo aplica a su
objeto de estudio con lo que son más abundantes las ampliaciones de significado de los términos ya
acuñados que la creación de nuevos términos. Dentro de ésta, el proceso más productivo es el calco
semántico, que da lugar a numerosos compuestos sintagmáticos, no siendo habituales los procesos de
prefijación o sufijación o las haplologías. Las siglas5, aunque abundantes, no son propiamente
del marketing de ciudades, sino que proceden de otras lenguas de especialidad, como la economía y el
turismo, que comparten muchos de sus términos con el marketing, por lo que puede concluirse que
los trasvases léxicos se dan en ambas direcciones.
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Pirámide.
15. SANTESMASES, M. (1996). Términos de marketing. Madrid: Pirámide.
NOTAS


(1) Entre las organizaciones no empresariales se distinguen aquellas que son de
propiedad pública de aquellas que son privada. Estas organizaciones se diferencian de las
empresas por la naturaleza de los productos que ofertan, por lo objetivos que persiguen, por la
forma de financiación o de obtención de recursos, por los públicos a los que atienden y por la
ausencia de presiones de mercado. El marketing no empresarial además desarrolla un tipo de
intercambio específico de servicios e ideas, que son más difíciles de definir, además los costes
incurridos por los usuarios no siempre suponen gastos monetarios, sino también la implicación
de otro tipo de recursos como el tiempo y el esfuerzo y dedicación humana (Santesmases 1992:
798).volver
(2) Aunque es mucho más frecuente en la bibliografía consultada la forma «marketingde
ciudades» para traducir el término acuñado en inglés city marketing, en algunos artículos
aparece «marketing urbano», que muestra más similitud formal con otros compuestos
de marketing + adjetivo. La bibliografía en francés muestra la formación marketing de villes. La



solución «marketing de localidades» parece más idónea pues en realidad el concepto se aplica a
núcleos de población que cuentan con menor número de habitantes que una ciudad. volver
(3) Producto, precio, publicidad y distribución. volver
(4)
«Europa cuenta con un continuo urbano denominado la «banana europea o banana azul» que se
configura como un arco y comprende las principales aglomeraciones urbanas europeas, como
son Londres, París, Milán y el núcleo de producción de Renania (con el triángulo formado
formado por las ciudades de Fráncfort, Stuttgart y Múnich). Estas ciudades se constituyen como
el eje principal por el que fluyen las mercancías que, procedentes del Mediterráneo, se
distribuyen por Europa» (Elizagarate 2003: 25).
volver
(5) Junto a formaciones siglares propias del marketing como análisis DAFO (SWOT),
aparecen
frecuentemente PGOU (Plan
General
de
Ordenación
Urbana), NTIC (Nuevas
Tecnologías de la Información y la Comunicación), FEDER (Fondos Europeos de Desarrollo
Regional), AFC (Análisis factorial de correspondencias), I+D (Investigación y Desarrollo). volver
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