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Me estoy postulando como candidato porque amo a Illinois y
considero que este estado se puede convertir, una vez más, en
un lugar en donde podamos criar a nuestras familias y encontrar
oportunidades. Sin embargo, nuestro estado está en ruina y
debemos recomponerlo.
He sido testigo de las posibilidades y el potencial de este estado
de diversas maneras. No me puedo quedar con los brazos
cruzados al ver cómo el gobierno estatal obstaculiza nuestro
camino hacia lo que podemos lograr. Llegó la hora de restaurar
el Sueño americano para la gente de Illinois.
Durante toda mi vida, me he desempeñado en puestos de
liderazgo relativos al desarrollo económico, la generación de
empleos, la educación superior y la política progresista. He
trabajado en los sectores de agricultura, turismo, en ferias
comerciales, desarrollo inmobiliario y manufactura, y he visto
nuestra economía funcionar de muchas maneras a través de
múltiples empresas e industrias. Más compañías se han mudado a
Illinois para abrir oficinas en el Merchandise Mart que en
cualquier otro sitio del estado; sé cómo hacer que las empresas
vengan y crezcan una vez que llegan aquí.
Desde muy joven, mi familia me enseñó la importancia de las dos
grandes tradiciones con las que cuenta nuestro país: la
dedicación hacia el mercado libre y el compromiso con el bien
común.
Hace treinta años me mudé a Illinois, comprometido con el ideal
de servir a los demás. Ya para los 27 años estaba casado, me
había convertido en padre de familia y trabajaba en el
Merchandise Mart, además de servir como presidente del
Greater Chicago Food Depository, el banco de comida más
grande del país. En todos estos años que han transcurrido, he
ocupado puestos de liderazgo en docenas de organizaciones sin
fines de lucro y cívicas que trabajan para mejorar las vidas de los
ciudadanos marginados de Illinois y fortalecer las empresas de
este estado. Sé cómo funciona nuestra economía porque he
ayudado a impulsarla, pero también sé quiénes están siendo
excluidos, porque he servido a esas personas.
La promesa que nuestro país ofrece es la gran idea de que
cualquier persona puede salir adelante aquí, de que si trabajas
duro y obedeces las reglas de juego, América es una tierra de
oportunidades donde puedes pasar de la pobreza a la riqueza.
No obstante, hoy el 75% de los jóvenes que se gradúan de
nuestras escuelas preparatorias no están preparados para
trabajar. No están preparados para la universidad. No pueden ir a
la escuela y no encontrarán un trabajo con un buen sueldo que
les permita participar en el Sueño americano. La gente está
furiosa, temerosa -- y por buenos motivos.
Sé cómo solucionar estos problemas; puedo trabajar con
personas que no comparten mi ideología, cosa que he hecho
toda mi vida. Sé que negociar no significa rendirse.
Podemos rescatar el Sueño americano en el transcurso de una
sola generación. Illinois cuenta con la determinación, tenacidad,
humanidad y humildad para cumplir con dicha tarea. Sé que lo
podemos lograr, y lo lograremos con su ayuda. Pongámonos a
trabajar.