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La Música como una experiencia multidimensional
La persona humana es un ser maravillosamente complejo, integrado por
muchas características que interactúan entre sí. Esto hace de cada quien un ser
irrepetible y único. La música, creación del hombre a su semejanza, manifiesta
o proyecta estos elementos humanos por medio de los sonidos organizándolos.
Hacer
música
o
escucharla
siempre
es
una
experiencia
total
o
multidimensional. El acercamiento a la música, sin duda, se da genuinamente
por la necesidad de proyectarnos y comunicarnos. Esta necesidad pone en
acción todas las habilidades humanas. Cada una influye sobre la otra y sobre el
todo.
El educador musical debe tener conciencia de la totalidad de la experiencia
musical y a la vez de los elementos que la integran. Le ofrece al niño una
experiencia espontánea y genuina, y se preocupa posteriormente en organizar la
vivencia de tal manera que a través de la acción y reflexión, el niño toma
conciencia de los elementos, los hace suyos, aprende. Dicho de otra manera: el
educador planea y facilita las oportunidades pertinentes para que el alumno
desarrolle las habilidades que interactúan en la vivencia musical.
El esquema muestra, aunque de manera incompleta, los elementos más
importantes de los cuales el maestro debe estar consciente. El o ella buscarán
los recursos pedagógicos implícitos en la misma vivencia musical, para que el
alumno conscientice y comprenda el elemento y su relación en el todo.
Inteligencia y creatividad
Cuando intentamos explicar el comportamiento humano tan maravillosamente
complejo, nos encontramos siempre con más dudas que certezas. Existen
muchos estudios y teorías sobre la relación entre la inteligencia y la creatividad.
Cada una de estas propuestas teóricas presenta supuestos y dudas.
Por ejemplo, Guilford establece que no hay correlación entre inteligencia y
creatividad; recomienda que el mundo de hoy requiere más el comportamiento
creativo que el inteligente. Piaget, en cambio, se refiere a la creatividad como
un potencial que es necesario desarrollar para el entendimiento lógico tanto de
las materias científicas, --matemáticas, física, biología--, como la música y el
arte. Entonces, el potencial de desarrollo del pensamiento lógico y creativo son
un requisito indispensable para la formación de la personalidad.
El maestro que trabaja en el salón observa que los niños se acercan a la
actividad explorando, usando elementos del proceso creativo, con actitud de
búsqueda y pensamiento dirigente. Pero inmediatamente, de manera natural,
entra en acción la necesidad de estructurar: asociar la vivencia con aprendizajes
anteriores, clasificar, ordenar, formas categorías, dar nombre, presentar
graficas. Los niños se acercan con una actitud activa-creativa y terminan
entendiendo, explicando y concluyendo mediante estrategias de pensamiento.
Es decir, convierten la vivencia en experiencia.
Por la tanto, el aprendizaje de la música se da cuando el alumno tiene la
oportunidad de vivirla, crearla y recrearla, reflexionar sobre sus fenómenos y
elementos y comprenderla dentro de un ambiente de aceptación y respeto hacia
su madurez.
A manera de propuesta, se exponen áreas o funciones del pensamiento que son
estimuladas por medio de la educación musical, cuando ésta sigue una
orientación integradora:
1.- Procesos auditivos
2.- Percepciones
3.- Sistema motor (coordinación, motor grueso y fino)
4.- Aparato fonoproductor
5.- Sistema espacial-temporal
6.- Sistema cognitivo
7.- Memoria verbal
8.- Concentración
9.- Matemáticas
10.- Razonamiento lógico general
11.- Estructuración del conocimiento
12.-Flexibilidad, creatividad
13.- Encontrar soluciones
14.- Conciencia de temas culturales
15.- Habilidad de resolver problemas
16.- Desempeño alto
17.- Integración de conocimiento
18.- Auto-disciplina
19.- Auto-estima
20.- Inteligencia emocional alta
21.- Tono afectivo alto
22.- Habilidades sociales altas
23.- Manejo general de la personalidad
24.- Manejo de estrés
25.- Sistema inmunológico
26.- Reducción de cansancio