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ALAI, América Latina en Movimiento
2011-11-21
Clasificado en:
Disponible en:
Política: Politica,
Social: Social,
Economía: Economia,
Español
Notas sobre la coyuntura, el Foro Social Temático y la Río+20
Vamos a reinventar el mundo
GRAP-FSM
1. Estamos presenciando en este año 2011 un desenlace de luchas populares
mucho más original, esparcido y vigoroso que cualquier otro que hayamos vivido
en las últimas décadas, incluyendo la “batalla de Seattle” entre 1999-2001. Las
movilizaciones políticas ya barrieron el mundo árabe, ya derrocaron varios
gobiernos y permanecen en varios países. Movimientos de “indignados” se han
tomado las plazas en España y en otros países europeos. El movimiento Occupy
Wall Street se ha regado por todos los Estados Unidos y ha comenzado a alterar
el cuadro político de ese país; un sondeo realizado el 13 de octubre por el Times
muestra que el movimiento tiene el apoyo de 54% de los norteamericanos, contra
27% para el Tea Party. Y, en la región andina, las protestas y movilizaciones
indígenas que se han venido desarrollando hace más tiempo producen una gran
efervescencia en regiones de por sí ya tempestuosas, agobiando a los gobiernos
nacionalistas con sus demandas. Un nivel inusitado de actividad de los
movimientos de masas golpea también a países como Chile (con las protestas de
los estudiantes por la educación pública), Israel (manifestaciones por la justicia
social) y el conservador Japón (contra la energía nuclear). El 15 de octubre, día de
acción global, hubo manifestaciones en casi mil ciudades de 82 países,
evidenciando la fuerza y la capacidad de acción de este movimiento. La analogía
que nos viene a la mente de inmediato con dicha cobertura es el año 1968.
2. La indignación con las desigualdades e injusticias políticas y sociales parece ser
la marca común de la gran mayoría de estos movimientos formados alrededor de
demandas difusas que cuestionan el “sistema” o el “poder”, se confrontan con su
destructividad y rompen con la pasividad y la inercia de las décadas neoliberales.
Las políticas de austeridad prometen más miseria para los años venideros y esto
lleva a que los jóvenes se movilicen por su futuro. En todos los continentes, los
sectores que antes eran apáticos se colocan en movimiento de forma bastante
democrática y al mismo tiempo pluralista, unitaria y autónoma, con relación al
poder. La diversidad de las exigencias y de los puntos de vista es una de las
fuerzas de estos movimientos. A las protestas las marca una gran desconfianza de
las instituciones económicas y políticas (así como de los partidos); casi siempre
son impulsadas por jóvenes sin perspectivas que se rebelan contra el estado
actual de las cosas. Y los grandes medios de comunicación ya rotulan a estos
movimientos como anticapitalistas, aunque una definición de este tipo esté lejos
de compartirse por parte de todos sus integrantes. La difusión de las
movilizaciones acaba fortaleciendo todo tipo de dinámicas de protesta a partir de
las referencias específicas de cada región (como en el Japón o en Bolivia).
3. Estas movilizaciones y protestas ocurren en el marco de un cambio significativo
en la situación mundial, en la estela de la crisis del 2007/8, contribuyendo a
profundizar las alteraciones geopolíticas (más evidentes en el mundo árabe),
socio-económicas y, sobre todo, políticas. Son movimientos democráticos y
populares que nacen de las necesidades y aspiraciones del presente, después de
tres décadas de globalización neoliberal. Son movimientos que rompen de tajo con
el pasado, sus organizaciones y sus tradiciones; movimientos que rechazan las
divisiones o encasillamientos provenientes de tendencias de la izquierda
establecida. Son movimientos que se desarrollan a partir del uso de las
tecnologías de la información y de la comunicación, de las redes sociales y de las
prácticas digitales de las nuevas generaciones, lo que ayuda a entender su
conexión más amplia con el público, su sincronía mundial y su rápido
esparcimiento global. Son movimientos de jóvenes, de una nueva generación
política que no conoció el peso de las derrotas vividas por las generaciones más
viejas y que son afectadas por los ejemplos de experiencias -algunas vecesdistantes. Son movilizaciones portadoras de valores humanos esenciales,
perdidos en los años neoliberales, como la empatía por el sufrimiento ajeno, la
solidaridad, la defensa de la igualdad, la búsqueda de la justicia, el reconocimiento
de la diversidad, la crítica de la homogeneización mercantil del mundo, la
valoración de la naturaleza – esenciales para la reconstrucción de un proyecto
contra hegemónico. Y son movimientos que enredan todavía más las herencias
geopolíticas del mundo bipolar previo a 1991.
4. Existe una similitud entre lo que pasa en el terreno social y lo que pasa en la
relación entre los Estados, en el terreno geopolítico. La crisis de la economía
capitalista en los Estados Unidos de América, la Unión Europea y el Japón es
estructural; el mantenimiento de un cierto crecimiento de los países emergentes
parece indicar un declinar relativo del imperio norteamericano, al igual que un
protagonismo creciente - vertebrado por la China - de los países emergentes
BRIC. En los antiguos centros imperialistas, la austeridad alimenta el renacimiento
de la conflictividad social, y la decadencia libera fuerzas reaccionarias, racistas y
xenófobas. Pero, en general, el paso de la unilateralidad de George W. Bush y de
la globalización del mercado para una posición multilátera con diferentes matices
abre brechas para retomar los procesos de transformación social. El
mantenimiento de las viejas relaciones de poder imperial o de las relaciones de los
polos capitalistas se da – como ya pudimos ver en el mundo árabe – contra los
movimientos sociales y políticos progresistas. Pero también es incuestionable que,
en América del Sur, África y Asia, el poder de arrastre de la China aún da paso a
un cierto desarrollo apoyado, en general, en las exportaciones de productos
primarios. Aunque es profundamente depredador de la biosfera, el crecimiento
económico refuerza la legitimidad de varios de estos gobiernos junto a sus
poblaciones. Pero ningún país puede permanecer inmune a una ola mundial de
movilizaciones de esta magnitud y tarde o temprano el “aterrizaje” de la economía
china afectará el dinamismo de los países emergentes.
5. En el futuro cercano no hay nada que indique que el impulso de estos
movimientos vaya a ser estancado. Su raíz está en la crisis y en las respuestas
gubernamentales a la crisis, socializando los perjuicios del sistema financiero y
salvando a bancos y especuladores (políticas de austeridad, recortes en los
gastos estatales, etc). En el caso de los Estados Unidos, Occupy Wall Street
emerge también, objetivamente, como un contrapunto al Tea Party y tiende a ser
estimulado por la izquierda por el Partido Demócrata. Los movimientos de la
primavera árabe están apenas en el comienzo de sus luchas; algunas ya han
logrado objetivos importantes, otras están estancadas por violentas represiones de
poder, otras todavía degenerarán o tienden a derivar en guerras civiles y el
movimiento apenas si tocó la superficie de la sociedad saudita. Lo mismo puede
decirse de la lucha indígena en América del Sur: la demanda china por
commodities alimenta la invasión de los territorios de las poblaciones tradicionales,
la apropiación privada de bienes comunes y el saqueo de las riquezas naturales
de la región. Todo indica que estamos apenas en el inicio del primer tiempo de
una coyuntura en que, después de las décadas neoliberales, diferentes tendencias
sociales volverán a colocarse en movimiento.
6. No parece estar surgiendo ninguna respuesta efectiva de los poderes
establecidos. La crisis ambiental que se asoma, en especial en materia climática,
está siendo ignorada por la ONU y por los grandes poderes; no será solucionada
en Durban y arrastra a la humanidad hacia un panorama catastrófico, abriendo
camino a proyectos alucinantes de geoingeniería. La mercantilización de la vida y
la apropiación de una parcela creciente de la biomasa del planeta ejercen una
presión cada vez más destructiva sobre los diferentes ecosistemas y reducen
rápidamente la biodiversidad. El agravamiento de la crisis social en las economías
centrales y la indignación contra la desigualdad y la socialización de las pérdidas
del sistema financiero no encontraron ninguna respuesta sino más privatizaciones,
neoliberalismo, intervencionismo en favor de las finanzas y la defensa cerrada de
los privilegios por parte de los “señores del mundo”, cuyo aspecto más visible es la
ideología fachistizante del Tea Party. El avance del extractivismo en América del
Sur y África, así como la compra de tierras, con sus impactos sobre los territorios
de los pueblos indígenas y las poblaciones tradicionales, continuará alimentando
las luchas de resistencia que estos sectores traban en defensa de la naturaleza,
de los bienes comunes y de su modo de vida. Todo eso evidencia, para más
personas, cada vez, que hoy es imposible enfrentar estos asuntos separados de
una respuesta global para un sistema que también es global y cuya crisis golpea a
toda la humanidad. Los manifestantes en Copenhague, durante la frustrada
COP15, decían que se trata de “cambiar el sistema para no cambiar el clima”;
podemos decir que se trata de cambiar el sistema para defender 99% de la
humanidad del 1% de personas que quieren poner su crisis sobre las espaldas de
los demás.
7. Este parece ser un momento único para rescatar el sentido original del
altermundialismo y del Foro Social Mundial. Del mensaje del otro mundo posible,
focalizado en el contrapunto a las instituciones que gobiernan la globalización
neoliberal, avanzamos en Belén en 2009, para buscar alternativas para el
desarrollismo y el consumismo a partir del terreno socio ambiental (en buena
medida gracias a las contribuciones de los movimientos de las poblaciones
tradicionales de la Abya Yala). Pero, ahora la lucha está oxigenada y enriquecida
por el movimiento en búsqueda de autonomía y control del poder en el mundo
árabe (que reivindica ser la sede del FSM de 2013) y por las amplias expresiones
de indignación frente al capitalismo financiero y las corporaciones en los Estados
Unidos y en Europa. Si en 1968 se podía hablar de una revolución mundial –
finalmente frustrada, como convergencia de las luchas en los países centrales, en
los países dependientes y en las sociedades burocratizadas de Europa del Este,
ahora podemos decir que si otro mundo es posible, lo será a partir de la
convergencia de estos actores aparentemente dispares, estimulando el encuentro
de estos sujetos políticos, favoreciendo la creación de un sentido de propósito
común, identidad y visión de futuro – como prometía, más de lo que ofrecía - hace
más de una década, el altermundialismo.
Y ese encuentro será más rico aún si se consigue también dialogar con la
experiencia de las generaciones políticas pasadas de la izquierda, en una
interacción horizontal, sin imposiciones ni prejuicios.
8. Caracterizamos a esta situación, a partir del FSM de Belén, como de
convergencia de crisis y crisis de civilización. No vamos a volver aquí a ese
debate. Sólo necesitamos destacar que parte importante de los movimientos
actuales llevan a la discusión nada menos que al sistema, a la globalización
neoliberal, a la organización capitalista de la economía, sociedad y poder. Y piden
no sólo la posibilidad abstracta de otro mundo, sino también la definición positiva
de sus características y de las estrategias de transición que pueden llevarnos a
ella, a partir de respuestas concretas e inmediatas a la crisis actual. En Europa,
varios movimientos de la ciudadanía global están hablando de desglobalización, o
sea, de una menor frente al mercado mundial, resistiendo a la deslocalización de
emprendimientos productivos para Asia. En todo caso, hay señales de un
crecimiento de proteccionismo, o por lo menos, de una reversión de las tendencias
liberalizantes. También existe una demanda generalizada entre los movimientos,
para desinflar las finanzas y volver a enmarcar el mercado y el poder de las
corporaciones por la política, con impuestos fuertes para los ricos y los poderosos.
También existe un sentimiento de desconfianza generalizada frente a la
representación política y a los partidos políticos en favor de la participación directa
de la base, de las prácticas horizontales, del uso de las nuevas tecnologías para
información y deliberación democrática. Aumenta la comprensión sobre los
cambios urgentes y que ellos deben ser sustentables, social y ambientalmente,
alterando la relación de la economía con la naturaleza: el capitalismo y la codicia
que le es inherente están devastando la naturaleza. Y crece también por varios
caminos, la idea de que la alternativa es una dinámica económica orientada hacia
adentro, nacional o regionalmente, que sólo se sustenta amparada en la
redistribución de la renta (hoy más concentrada que en cualquier otro momento de
la historia). Todo esto resulta insuficiente como alternativa de sociedad, pero es un
punto de partida práctico más que suficiente para los que ahora se ponen en
movimiento. Puede y debe ser enriquecido a partir del diálogo con las temáticas y
propuestas que se están debatiendo y acumulando en los últimos años, en el
proceso del FSM y en muchos otros espacios, hasta que finalmente se consolide
un nuevo lenguaje político, capaz de articular un nuevo proyecto de sociedad con
vocación hegemónica.
9. La Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sustentable (Río+20),
en junio de 2012, es un momento que ofrece una oportunidad única para que la
ciudadanía global visualice los dramas del mundo, en lo que tienen de
totalizadores y los coloca en el centro de la escena de la política mundial. Pero, no
debemos minimizar el horizonte de la sociedad civil en Río+20, trabajando sólo
con una visión de resistencia y denuncia.
El encuentro de la sociedad civil en ocasión del evento tendrá un resultado tanto
más eficaz si es alimentado por una aspiración utópica de cambio, capaz de
inspirar todos los movimientos. De este mensaje del grupo articulador de la
sociedad civil de Río+20 que convocó el seminario de junio, surgió de la idea
“Venga a reinventar el mundo en Río+20”. Debemos reforzar este apodo, construir
el encuentro de la sociedad civil en Río de Janeiro, en mayo y junio, como el
encuentro de l@s indignad@s, de los pueblos originarios y de los movimientos
antisistémicos de todos los enfoques, capaz de afirmar una salida para la crisis, y
sacar de allí directivas y campañas globales. Pero sabemos, después de más de
dos décadas de crisis general del socialismo, que esto sólo será efectivo si
conseguimos afirmar y transmitir un paradigma alternativo de sociedad, si
construimos un vocabulario común capaz de articular las demandas difundidas en
gran parte de las poblaciones.
Preparar esta reflexión más estratégica y programática para un Río+20 debe ser –
además de direcciones más tácticas -, la tarea del Foro Social Temático “Crisis
capitalista, justicia social y ambiental”, que se reunirá en Porto Alegre entre los
días 24 y 29 de enero de 2012.
10. Este proceso podría dejar a Brasil como país sede de estos procesos, un
legado concreto, si logramos combinar las demandas locales con las luchas y
demandas globales. La condición de anfitrión le impone al gobierno brasilero, si
quiere tener un protagonismo internacional en el mundo multipolar que se está
delineando, que cumpla con sus obligaciones en casa, abriendo más espacios en
los que las presiones de los movimientos y organizaciones sociales puedan dar
fruto – y este punto, no sería sólo en el caso brasilero, sino también para los
demás países de la región.
11. Nuestro desafío central hoy es fortalecer y ampliar la actividad de estos
nuevos actores que se ponen en movimientos, y esto sólo es efectivo dentro de un
proceso más amplio, abierto y unitario. La unidad se torna así esencial, y algo que
se comprende como un hecho que no elimina las diferencias. Pero, los otros
encuentros organizados por la izquierda tienen, en los últimos tiempos, - y al revés
de lo que pasa con los indignados - resultados estériles en casi todos los foros
internacionales. Tenemos que resistir a las tendencias centrífugas que pesan
sobre muchas organizaciones y movimientos. Tenemos que afirmar la centralidad
de la unidad con respecto a los puntos a partir de los cuales podemos marchar
juntos y desplazarnos hacia otra correlación social de fuerzas. Y si logramos un
movimiento totalmente renovado, masivo e inspirador, debemos cuidar que
avance y así, se tornará útil para todas las posiciones de izquierda – que buscarán
disputar la adhesión para sus posiciones particulares en los marcos de este
campo político mucho más amplio. Recordemos que los puntos de unidad son
mucho más importantes que aquellos que nos dividen – cuestiones sociales,
ambientales, de los derechos, de la política...etc. El punto de fragmentación que
hasta ahora surgió en las discusiones de este año, el tema de la economía verde,
ha sido objeto de diferencias, especialmente en América Latina. Este aspecto es
estratégico, pero en estos momentos, resulta incomprensible para buena parte de
los movimientos a los que debemos dirigirnos en esta coyuntura. Sin embargo, si
analizamos la coyuntura internacional, los puntos de unidad entre nosotros son
extremadamente más que nuestras divergencias. Y ellos son la base que permite
fortalecer un movimiento amplio de las sociedades. Sin dudas, Porto Alegre será
un momento para profundizar las discusiones y aclarar acuerdos y divergencias.
Durante el G20, se habrán realizado debates, impulsados y articulados lo mejor
posible, en Francia, así como en Durban, en el COP 17. Esperamos que Porto
Alegre y también Río+20 den la bienvenida a l@s indignad@s del mundo y sean
espacios para ampliar nuestras luchas comunes. Vamos a reinventar el mundo!
ALAI, América Latina en Movimiento
2011-11-21
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Política: Politica,
Social: Social,
Economía: Economia,
Español
Metodología del FST – Porto Alegre enero 2012
Foro Social Temático: Crisis Capitalista Justicia Social y Ambiental
GRAP-FSM, Comité Organizador Gaucho FSM
Foro Social Temático
Crisis Capitalista Justicia Social y Ambiental
Grande Porto Alegre, del 24 al 29 de enero de 2012
Preparatorio para la Cumbre de los Pueblos Río+20
La convergencia de crisis provoca una crisis de civilización
Río + 20 ¿una oportunidad? La escalada de la segunda fase de la crisis
económica capitalista –ahora, centrada en Europa aunque alcanza a todos los
países centrales- amplifica los efectos sociales perversos de la grave recesión que
eclosionó en 2008. Al mismo tiempo, el crecimiento sostenido en China y en los
demás países emergentes demanda cada día más recursos naturales. Los dos
procesos repercuten mucho sobre la crisis ambiental global y profundizan las
desigualdades sociales, provocando nuevas crisis humanitarias. Todas ellas
exigen respuestas urgentes que ningún gobierno es capaz de dar. Todas exigen
una modificación profunda del sistema económico, social, cultural y político vigente
–el capitalismo global y sus instituciones-. En su conjunto, se convierten en una
crisis de civilización que arrastra con ella el destino de miles de millones de seres
humanos.
Se visualiza muy cerca un encuentro mundial en el que estos temas podrían
debatirse y encontrar soluciones, si hubiera voluntad política por parte de los
líderes de las principales naciones. Se trata de la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20) que tendrá lugar en Río de Janeiro
entre el 26 de mayo y el 6 de junio del 2012. Este encuentro lleva a cuestas el
simbolismo de los veinte años desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Medio Ambiente y Desarrollo (Río 92) y del ciclo de conferencias posteriores,
ocasiones en las que surgió con fuerza el diagnóstico sobre que el mundo
acumula enormes problemas estructurales, y en las que se elaboraron propuestas
para enfrentarlos.
Sin embargo, los gobernantes del Norte y del Sur no supieron aprovechar esta
oportunidad. Estaban preocupados por mantener el mayor crecimiento posible y
también por la salud del capital especulativo, de los bancos y de los
especuladores. Las múltiples crisis en las que la sociedad global se está
ahogando –climática, alimenticia, de condiciones de vida, de política y de valores
éticos- entran dentro del cálculo de los políticos sólo de manera secundaria. No
podemos esperar nada de ellos ni de las fuerzas que los sustentan, cada vez más
insensibles frente al destino de la humanidad.
Seguramente habrá cambios, pero sólo se producirán si se vieran impulsados
desde abajo hacia arriba, a partir del protagonismo de la sociedad civil.
“Emergentes” y “desarrollados”: dinámicas y ritmos desiguales. En la actual
estructura de poder mundial, controlada por los intereses de las grandes
corporaciones, de los países “desarrollados” y de los “emergentes”, no existe la
real voluntad de poner en riesgo el “negocio del desarrollo”. Pero sí, hay un
enorme cambio en la geopolítica global. El capitalismo global funciona ahora en
dos velocidades y parece tener una desconexión entre la dinámica de
acumulación en los países centrales y en los llamados emergentes, planteando
entonces nuevos problemas para la transformación social.
Por una parte, los países ricos se ven golpeados por el estancamiento y la crisis,
pero las corporaciones acumulan caja, los especuladores aseguran sus
ganancias. Al mismo tiempo, la mayor parte de la población enfrenta políticas de
austeridad, enormes índices de desempleo, aumento de las desigualdades y
fortalecimiento de las corrientes y de las iniciativas políticas de derecha –como las
de los grupos racistas del Tea Party, de los Estados Unidos y de los xenófobos
europeos.
Por otro lado, los grandes países “emergentes” siguen expandiendo sus
economías dentro del marco del capitalismo global. La euforia por su crecimiento,
celebrada por casi tod@s, muestra una total inconsciencia frente a los problemas
que se presentan. La crisis de “creatividad financiera” del neoliberalismo estimuló
el renacimiento de desarrollismos. Millones de personas mejoran su condición de
vida en Asia y en América Latina, consumen un poco más que antes, aunque la
desigualdad social también aumenta de manera paralela y en todos los sectores.
La expansión económica se produce profundizando sus contradicciones:
desigualdad y concentración de la renta, súper explotación y precariedad del
trabajo, deterioro ambiental, estructura agraria concentrada, crecimiento de los
asentamientos pobres, servicios sociales precarios. Mientras tanto, el impacto de
estas pequeñas mejoras ha opacado la percepción de tales contradicciones, y la
lógica de que “todo está bien” dificulta la construcción de un proyecto contrahegemónico.
De esta manera, tres años después de la peor crisis económica mundial desde la
de 1929, tres años después de la enorme subida de precios de los commodities y
de los alimentos por la especulación realizada por los gigantes de las finanzas,
cuatro años después de que el Panel Intergubernamental sobre Cambios
Climáticos (IPCC) haya alertado sobre la urgencia de una transición hacia una
economía de bajo carbono, todos los problemas continúan sin perspectivas de
soluciones y con los poderes establecidos sólo preocupados en mantener el
negocio de siempre. No se aprendió ninguna lección, no se hizo ningún cambio
estructural y se han agravado los impasses que se acumulan en una lógica
suicida.
Ausencia de paradigmas alternativos y fragmentación. Frente a la ausencia de
otro paradigma de civilización que se le oponga, la máquina capitalista se mueve
con los mismos objetivos y dentro de la misma lógica de siempre: crecer más,
ampliar las exportaciones e importaciones, producir y consumir más bienes
industriales y crear e utilizar servicios cada vez más sofisticados y accesibles a
más personas –dentro de un sistema económico que entra en crisis cada vez que
no consigue crecer un 3% por año y garantizar la rentabilidad del capital-. En la
medida en que cientos de millones de personas entran en la sociedad de consumo
de masa y persiguen el modo de vida que el capitalismo estadounidense exportó
como ideal de felicidad, exigen una cantidad de bienes ostentosos, creados dentro
de la lógica del obsoletismo programado, uso privado, desperdicio y descarte. Y
consumen cada vez más recursos: energía, materias primas, alimentos y servicios
ambientales. Este crecimiento prepara nuevas y futuras crisis de combustibles, de
materias primas y alimentos, acelera las emisiones de gases del efecto
invernadero y del calentamiento global. Frente a estas crisis, el capital sólo puede
insinuar ilusorias promesas sobre las innovaciones tecnológicas como única
solución frente a todos los problemas. Y para garantizar que ninguna amenaza
contra el sistema pudiera florecer, la democracia se ve corrompida por el poder del
dinero y, de ser necesario, se suprime.
Ciudadanas y ciudadanos indignados se sublevan contra todo esto en diferentes
partes del mundo –en las plazas del mundo árabe de Europa, en los caminos de
Abya Yala, en las calles y en las selvas de Brasil-. Pero, la dinámica de las fuerzas
antisistémicas se halla aún muy fragmentada, heterogénea, desigual y
desarticulada entre los continentes, entre los países de una misma región. Aún no
se ha logrado la unión entre ellos, la articulación que reúne la diversidad en un
gran movimiento irreversible.
El Río+20 de los pueblos y el proceso Foro Social Mundial
El Encuentro de los Pueblos. El simbolismo que posee la Conferencia de Río+20
ofrece – a pesar de lo muy desmoralizadas que se hallen las negociaciones en el
marco de la ONU – la oportunidad a la sociedad civil de encontrarse, de presentar
sus propuestas y de organizar sus luchas. Y aún más: de presentar otro
paradigma de economía, de sociedad y de política dentro del cual los graves
problemas que se presentan en esta crisis de civilización puedan ser confrontados
y eventualmente superados. Un paradigma capaz de fortalecer los movimientos
que se oponen al sistema y que ellos se vean reforzados y desarrollados.
Es en este sentido que el Comité Facilitador de la Sociedad Brasilera para Río+20
convoca a organizaciones de la sociedad civil y a movimientos sociales y
populares de todo el mundo a un proceso que culminará, en junio de 2012, en el
evento autónomo y plural, provisoriamente denominado Cumbre de los Pueblos de
Río+20 por la Justicia Social y Ambiental, paralelo a la Conferencia Oficial.
Como afirma su convocatoria “Venga a reinventar el mundo en Rio+20”:
El momento político propiciado por Río+20 constituye una oportunidad única para
“reinventar el mundo”, y apunta a salidas para el peligroso camino que estamos
transitando. Pero, y a juzgar por la acción de los actores hegemónicos del sistema
internacional y por la mediocridad de los acuerdos internacionales negociados en
los últimos años, sus falsas soluciones y la negligencia frente a principios que
fueran acordados en Río92, creemos que si bien no debemos dejar de influenciar
en su actuación, tampoco debemos hacernos ilusiones de que nuestro accionar
pudiera dar comienzo a un ciclo de negociaciones y de compromisos significativos
para enfrentar los graves problemas que la humanidad y la vida en el planeta
enfrentan.
Entendemos que la agenda necesaria para una gobernanza global democrática
presupone un fin a la condición actual de captura corporativa de los espacios
multilaterales. El cambio vendrá desde la acción de los más variados actores
sociales: diferentes redes y organizaciones no- gubernamentales y movimientos
sociales de distintas áreas de actuación, incluyendo a ambientalistas, trabajadores
rurales y urbanos, mujeres, juventud, movimientos populares, pueblos originarios,
etnias discriminadas, emprendedores de economía solidaria, etc. Necesitamos
construir un nuevo paradigma de organización social, económica y política que –
partiendo de las luchas reales de estos sectores y de la constatación de que ya
existen condiciones materiales y tecnológicas para que nuevas formas de
producción, consumo y organización política sean establecidas – potencialicen su
actuación.
Para los actores y actrices del FSM, esta es una oportunidad única para
profundizar el debate y la lucha por el otro mundo que buscamos construir, para
avanzar en la construcción de alternativas sustentables y populares. Este
encuentro podrá auxiliar a los actores y movimientos que resisten a la
globalización neoliberal a construir un horizonte de superación sistémica al orden
capitalista.
El papel del proceso FSM. El proceso del Foro Social Mundial debatió en Belén
en 2009, y nuevamente en Dakar en 2011, los grandes desafíos de una
civilización global en crisis (tanto en el sentido de crisis como de oportunidades)
con la cual confrontamos. Se discutió también y profundamente sobre elementos
de la nueva agenda política que los actores del proceso FSM enfatizaron a lo largo
del último período: la defensa de los bienes comunes y del libre acceso al
conocimiento y a la cultura, la centralidad de la sostenibilidad social y ambiental en
todo proyecto alternativo, la economía del bienestar y de lo gratuito, la búsqueda
del bienestar como propósito de vida, la organización del poder político en moldes
plurinacionales y basados en una democracia participativa, la relación entre
derechos y responsabilidades colectivas, el reordenamiento geopolítico mundial y
los problemas de gobernanza que ello trae, entre otros elementos que formaron
parte de una agenda abarcadora, aunque no exhaustiva, que fue acompañada por
innúmeros otros debates y diálogos entre las propuestas que se cruzan en esa
agenda.
Ahora – frente a la oportunidad presentada por la Cumbre de los Pueblos de
Río+20 por Justicia Social y Ambiental- consideramos que el proceso del FSM
debe ofrecer su contribución para impulsar su preparación y ayudar en la
consolidación de su agenda, organizando un Foro Social Temático en Porto
Alegre, entre el 24 y el 29 de enero de 2012. Un Foro que discuta la crisis y las
medidas emergentes que deben ser tomadas para asegurar la supervivencia y el
bienestar de cientos de millones de personas. Un Foro que analice los caminos
para la afirmación de paradigmas alternativos a la civilización industrial,
productivista y consumista y de la agenda de la transformación social que le
corresponde. Un Foro que profundice los lazos entre los actores y actrices
comprometidos con esta pauta, que los movilice para la acción, que estimule su
convergencia y ayude para su participación efectiva en la Cumbre de los Pueblos.
Consideramos esta iniciativa – en la secuencia de las protestas contra el G20 en
noviembre en París, y de las actividades programadas por la sociedad civil en
ocasión de la COP17, en Durban, África del sur, a fines de 2011- decisiva para
reunir fuerzas y reforzar la preparación de la Cumbre de los Pueblos de Río+20.
La metodología el Foro Temático
El grupo de Reflexión y de Apoyo al Proceso del Foro Social Mundial (GRAPFSM) e el Comité Gaucho Organizador del FST lanzan aquí una propuesta inicial
del proceso, que debe ser complementada en el Seminario Internacional del 22 al
23 de octubre, en diálogo con las redes que asuman la propuesta de su
realización.
Pensamos que la metodología de un Foro Social Temático (FST) capaz de dar
inicio al proceso preparatorio de las actividades de la sociedad civil en ocasión de
Río+20 debe ser diferente a los foros que se estructuraron sólo según actividades
auto-organizadas con una temática libre. Para ser efectivo en el cumplimiento del
papel que le fue propuesto, este Foro tendrá -sin menospreciar el lugar que
ostenta de expresión del pluralismo y de la diversidad de posiciones que luchan
contra la globalización neoliberal y por otro mundo- que focalizar de manera
especial en la agenda que puede ser disputada en Río+20 y en los objetivos
anunciados por la Cumbre de los Pueblos, y reforzar los procesos que se
desarrollan en ella.
Los tres ámbitos del FST. En este sentido, el Foro deberá dividirse en tres
ámbitos que comprendan actividades diversas: las actividades auto-organizadas,
libremente conducidas por las organizaciones que las promueven y con una
agenda que dialogue con el FST; las actividades auto-organizadas en torno a
grupos temáticos y cuestiones estratégicas, pero articuladas entre sí y con los
organizadores del Foro; y las actividades preparatorias con propuestas específicas
para la Cumbre de los Pueblos de Río+20.
Nuestro objetivo es aún –coherente con la Carta de Principios del FSM- establecer
un espacio de discusión autónomo frente a las instituciones internacionales,
corporaciones capitalistas y a los poderes estatales. Un marco plural que valorice
la diversidad de la sociedad civil global y que la transforme en fuerza política
relevante, estimulando convergencias y agendas comunes. Buscamos incorporar
en nuestro proceso la fuerza, la energía y la iniciativa de millares de
organizaciones y de movimientos. Para ello, el punto de partida es su experiencia
real, tanto en su actividad autónoma como en su capacidad de converger en otros
temas.
La metodología para las actividades libremente organizadas por los que las
proponen -primer ámbito del FST – ya es un patrimonio del proceso del FSM y
pueden darse en Porto Alegre en 2012, inscriptas a partir de los ejes establecidos
en ocasión del último FSM realizado en Dakar. Ellas se distribuirán en los
múltiples espacios donde tendrá lugar el FST 2012, a partir de la comunicación
entre territorios y temas pactada por el Comité Organizador Gaucho.
Pero, necesitaremos innovar con respecto al segundo y tercer ámbito:
Entonces, proponemos organizar Grupos temáticos movilizadores -en el segundo
ámbito del FST- un proceso capaz de recibir la multiplicidad de experiencias y de
contribuciones de los diversos sujetos sociales, pero ahora en torno a temas
abarcadores y movilizadores capaces de confederar a los actores y a las actrices
de los más variados movimientos.
Comenzaríamos a partir de este Seminario de Metodología la constitución de
grupos temáticos en relación a temas movilizadores vinculados a la “Crisis
capitalista, justicia social y justicia ambiental”, auto-organizados pero trabajando
de forma colectiva e inclusiva, en diálogo con los organizadores del FST.
Una precondición para la constitución de un grupo temático sería su relación con
la agenda de sostenibilidad y de justicia social y ambiental.
Una segunda precondición sería la existencia de una o más redes u
organizaciones en condiciones de facilitar política y operacionalmente los debates
de manera permanente, impulsar su ampliación y posteriormente ayudar a
sistematizar la discusión entablada en los foros electrónicos. La condición de
animador(a) del grupo temático de una organización o movimiento no implicaría
una posición especial en el debate, sino responsabilidad por calificación de su
trabajo.
Agenda común mínima de los grupos temáticos y cuestiones
transversales. Proponemos también que todo grupo temático trabaje sus temas
específicos dialogando con una agenda mínima que incluya:
- circunscribir su problemática en los desafíos propuestos por la coyuntura y por
Río+20;
- identificar las causas estructurales que afectan su problemática;
- evaluar los mecanismos de reproducción de las concepciones vigentes;
- presentar las alternativas existentes y su inserción en una agenda de transición;
- identificar, interpretar y potencializar campañas y propuestas de acción que
vayan en esa dirección;
- estimular diálogos y convergencias con otras temáticas y sujetos.
Más allá de lo expuesto, un Seminario de Metodología debería – buscando
sintonía con el Comité Facilitador de la Sociedad Civil para Río+20- ayudar a
construir algunas cuestiones estratégicas transversales, en forma de preguntas,
que animen las discusiones y las convergencias entre los grupos temáticos, dentro
de la perspectiva estratégica de la superación del actual modelo y afirmación de
un nuevo paradigma de civilización.
En el tercer ámbito, impulsar estrategias sobresalientes. La agenda de Río+20
lleva a cuestas el simbolismo de los veinte años de luchas por la preservación del
planeta y la garantía de derechos de pueblos y poblaciones. En la disputa de ideas
y de construcción de contra-hegemonía que entablamos, deberíamos buscar
sostener todo un abanico de actividades e iniciativas rumbo a la Cumbre de los
Pueblos y que contribuyan para este evento. Ellas pueden también, si
consiguiéramos desencadenar procesos del tipo “bola de nieve”, impactar las
negociaciones oficiales.
En 1992, fueron lanzados y firmados tres convenciones internacionales, aquellas
sobre clima, biodiversidad y desertificación, además de la Agenda 21. El balance
de estas iniciativas estaba en un principio, en la pauta oficial de Río+20, pero fue
sacado porque la evaluación de su cumplimiento por los estados firmantes revela
un resultado errado y hasta desmoralizante. Es importante que la sociedad civil
realice su evaluación del significado e implementación de estas convenciones. Y
cabe recordar que en 1992, también se firmaron pactos entre ONGs, a los que
deberíamos volver.
Se están esbozando y levantando nuevas convenciones en los bastidores del
sistema ONU. Queremos que el FST y la Cumbre de los Pueblos sean espacios
donde ellas puedan ser abiertamente debatidas.
Se están preparando iniciativas específicas para Río+20 por los pueblos indígenas
y otros sectores, que deben poder utilizar el espacio del FST para reforzar su
organización.
De la misma manera, existen propuestas como la del Protocolo de la Tierra, que
retoman y desarrollan iniciativas anteriores, como la de la Carta de la Tierra.
También existen iniciativas que proponen la realización de días de acción global
durante Río+20 que pueden y deben ser articuladas en ocasión del Foro. Más allá
de esto, la organización de campañas abarcadoras que serán lanzadas durante
Río+20 debe encontrar en el FST el terreno propicio para su discusión y
preparación.
Debemos también concebir iniciativas capaces de movilizar a las comunidades
universitarias, a científicos, artistas y religiosos para que se impliquen en el
proceso de la sociedad civil en ocasión de Río+20.
Necesitamos finalmente, seleccionar a figuras reconocidas públicamente capaces
de transmitir de forma didáctica para el conjunto de l@s participantes del FST el
sentido general del debate que se entablará en los grupos temáticos y en las
iniciativas específicas.
En todos estos casos, debemos proyectar un cálculo estratégico capaz de
organizar un horizonte de algunos años, en la secuencia de Río+20, donde las
iniciativas que de allí surjan maduren y puedan ser retomadas en una nueva
correlación de fuerzas global.
Organización del proceso. Para que este proceso abarcador de discusión tenga
lugar a partir de octubre, los organizadores del FST deberán ofrecer una
plataforma electrónica de trabajo para los grupos temáticos y las iniciativas
específicas rumbo a Río+20, capaz de permitir la coordinación y el cruzamiento
transversal de todo debate hasta enero.
Las redes facilitadoras de los grupos temáticos y de las iniciativas específicas
rumbo a Río+20 que se conformaren deberían en octubre circular para tod @s
l@s participantes del proceso texto-base para animar a sus grupos.
Representantes de los grupos temáticos y de las iniciativas específicas que se
constituyan hasta mediados de octubre de 2011 se reunirían los días 22 y 23 de
octubre en un Seminario Internacional de Metodología, para pactar la metodología
definitiva del proceso.
Más allá de esto, este Seminario Internacional de Metodología, debería -siempre
en sintonía con el Comité Facilitador de la Sociedad Civil para Río+20- definir las
cuestiones estratégicas transversales que animarán las discusiones y
convergencias entre los grupos temáticos, en la perspectiva estratégica de
superación del actual modelo y afirmación de un nuevo paradigma de civilización.
El Seminario debería también definir la forma de sistematizar el trabajo después
de enero, rumbo al próximo encuentro en Río de Janeiro.
Creemos que el Foro Social Temático de enero puede así, ser una gran
oportunidad para que un gran número de movimientos y entidades hagan una
primera síntesis de su trabajo y se articulen para el gran encuentro de la sociedad
civil global que será realizado entre mayo y junio en Río Janeiro.
Pasos inmediatos. Con este documento abrimos el proceso del FST a través de
la organización inicial de Grupos Temáticos (el segundo ámbito debatido arriba).
Estos grupos deben tratar cuestiones vinculadas a la agenda del FST, sus
organizaciones proponentes deben tener la capacidad de facilitar y sustentar
operativo al debate en portugués, castellano, francés e inglés y los grupos deben
tener amplitud internacional. Las entidades y las redes que deseen presentar
propuestas, pueden hacerlo enviando un mail
a [email protected] con el tema, la relación de las organizaciones
que lanzan la propuesta, sus nombres y direcciones, e-mails y teléfonos (personas
y profesionales) de las personas encargadas de acompañar el proceso.
En estos primeros momentos, buscaremos ayudar a estos grupos y establecer una
dinámica de discusión y también, producirla, hasta el Seminario Internacional del
22 y 23 de octubre, una primera nota conceptual capaz de estructurar el debate y
la posterior ampliación de los grupos temáticos. Este debate deberá ser, a partir
del Seminario, accesible para l@s que se inscriban, en los cuatro idiomas del FST,
en los GTs a través de una plataforma electrónica y de una página wiki, para
construcción de documentos – en caso de que esta sea la herramienta elegida por
el grupo para el ordenamiento de las discusiones-.
Las entidades y redes que quieran articular iniciativas y propuestas en el tercer
ámbito debatido arriba también podrán inscribirlas utilizando el
mail [email protected], a partir de un envío con el nombre de la
organización y utilizar la plataforma electrónica para organizarlas. Nuestro
propósito es hacer una primera sistematización de estas propuestas en el
Seminario del 22 y 23 de octubre.
GRAP y Comité Organizador Gaucho
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