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UNIDAD
MENSAJE 20160618
Seguid la paz con todos
Lectura Hebreos 12: 14-17 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 15 Mirad
bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os
estorbe, y por ella muchos sean contaminados; 16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú,
que por una sola comida vendió su primogenitura. 17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar
la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.
Aprender Hebreos 12: 14
Hay quienes andan en discordias, y causándolas entre hermanos; viven practicando el pecado y no viven
de acuerdo a la palabra; hay quienes tienen resentimientos, y falta de perdón en su corazón en contra de
otros. Dios llama al arrepentimiento una y otra vez, para que se vuelvan de sus malos caminos. Dios ama la
unidad y la armonía. Lo que determina que te irás con el Señor si suena la trompeta, es tu vida en santidad,
es tu vida llena del temor de Dios, es tener una vida en comunión con Dios, y comunión con los hermanos;
es seguir la paz con todos y la santidad, que te ocupes de tu salvación, y que no te cargues de los afanes
de este siglo, y que arregles tu corazón delante de Dios.
Efesios 4: 3 “Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz.” (NVI)
No puedes estar en contienda. Hebreos 12: 14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie
verá al Señor. Tienes que seguir la paz con todos, sin la cual nadie verá al Señor. Debes procurar llevarte
bien, o estar en paz con los que te rodean. La paz con todos tiene que ver con unidad y la santidad. Nadie
puede decir que vive en unidad y santidad, si tiene problemas con su hermano; nadie puede decir que vive
en santidad, si no soporta a aquel que está cerca de él. No hay unidad y no hay santidad en alguien que no
esté en paz con todos. Si no se sigue la paz con todos, y la santidad, nadie verá al Señor.
Si quieres orar, no puedes estar en contienda con nadie. 1 Timoteo 2: 8 “Quiero, pues, que los hombres
oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda”. Para orar, Dios demanda que levantes
manos santas sin ira y sin contiendas. Hasta para orar es necesario estar en paz con los demás. Hay
que procurar estar en unidad. De esta manera podremos levantar manos santas, sin iras ni contiendas, y
podemos esperar la respuesta y el milagro que necesitamos. Nadien se puede llamar hijo de Dios, si todavía
guarda resentimientos, o está enojado contra alguien.
No puedes tener contienda en tu vida, Tienes que seguir la paz con todos para que puedas ver al Señor, o
si quieres oír el toque de trompeta para irte con él; debe haber unidad en tu casa, en tu entorno, donde
quiera que estés. Para poder ver a Dios debemos seguir la paz con todos, no sólo con algunos.
Proverbios 16: 7 “Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, Aun a sus enemigos
hace estar en paz con él”.
Raíz de amargura. Hebreos 12: 15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que
brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados. La raíz de amargura
brota cuando hay algo en el corazón en contra de otra persona. Cuando alguien tiene raíz de amargura es
porque no perdona, es porque guarda rencor en el corazón, es porque tiene resentimiento y no está en paz
con todos. La raíz de amargura es un impedimento para alcanzar la gracia de Dios. El que tiene raíz de
amargura no está en unidad, no está siguiendo la paz con todos como dice el Señor. La raíz de amargura
estorba en la vida con Dios, y muchos son contaminados; se contaminan al oír y ver las actitudes del que
está amargado. Hay que sacar la raíz amargura del corazón, hay que perdonar, hay que arreglar el corazón,
hay que estar en paz con todos. Efesios 4: 3 “Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el
vínculo de la paz.”
Si tienes una vida de oración, vivirás siguiendo la santidad, apartado del mal y de todo pecado; vivirás
siguiendo la paz con todos, no estarás en pleito ni en discordia con nadie; mantendrás tu vida llena del
Espíritu Santo; y cuando él vuelva podrás verle, podrás irte con él, y estarás con él para siempre.
Hoy el Señor está dando una oportunidad de que reflexiones, de que hagas un alto en tu vida, y te
arrepientas y te vuelvas a Dios, que sigas la paz con todos, que estés en unidad; y que sigas la santidad
sin la cual nadie verá al Señor.
UNIDAD
VISIÓN 20160616
Congregarse en unidad
Hebreos 10: 23-25 “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel
es el que prometió. 24Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas
obras; 25no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y
tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”
Una congregación es un conjunto de personas que se reúnen para adorar y alabar a Dios, para oír
su palabra, para orar, para estimularse al amor y a las buenas obras. Es delicioso reunirse con un
mismo propósito, estar juntos en armonía. Donde están reunidos en su nombre, allí está Dios en
medio; y ahí envía el Señor su bendición y también envía vida eterna. Congregarse es señal de que
hay unidad, un mismo propósito; todos los que se reúnen o congregan, tienen la misma finalidad.
Para que permanezcamos, para que haya firmeza en nuestra vida espiritual, para que haya
crecimiento, y estemos preparados para cuando el Señor venga por su iglesia, es necesario y es
importante congregarse y estar en unidad.
Deuteronomio 31: 12 “Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que
estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de
cumplir todas las palabras de esta ley;” Harás congregar al pueblo. Es la voluntad de Dios que haya
unidad en medio de su pueblo; que su pueblo, tanto varones, como mujeres, y niños, puedan reunirse
o congregarse con un mismo propósito. Que estén unidos para que oigan y aprendan la palabra de
Dios. Que tengan temor de Dios. La finalidad de congregarse es que su pueblo tema a Dios, y al
temerle se apartará de los malos caminos, tendrá temor y se apartará del pecado; tendrá temor de
Dios y se esforzará en hacer la voluntad de Dios y obedecer su palabra.
Mantengamos firmes sin fluctuar. Hebreos 10: 23 “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión
de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.” Dios nos ha dado grandes promesas, y para
alcanzar cada promesa es necesario mantenerse firme, no dudad de lo que él hará, sino creer y
esperar en él. Debemos mantener firme, sin fluctuar, lo que hemos recibido y creído acerca de
nuestro Señor. No podemos apartarnos de sus caminos ni a izquierda ni a derecha. Debemos tener
firmeza para que nada nos separe del Señor.
Considerémonos unos a otros. Hebreos 10: 24 “Y considerémonos unos a otros para estimularnos
al amor y a las buenas obras;” Podemos ver que la unidad es imprescindible, si queremos alcanzar
las promesas, si queremos alcanzar las bendiciones de nuestro Dios. EL Señor nos manda a que no
motivemos unos a otros; él quiere que nos alentemos a seguir adelante y a no desmayar. Debemos
considerarnos unos a otros, ya que habrán momentos donde alguno esté desanimado, alguno esté
desfalleciendo, o quizás esté menguando en el camino; pero el Señor nos manda a motivarnos,
alentarnos, y a levantarnos unos a otros.
No podemos dejar de congregarnos. Hebreos 10: 25 “no dejando de congregarnos, como algunos
tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”
Algunos tiene por costumbre dejar de congregarse, esto le traerá estancamiento, atraso en su
crecimiento en el Señor; dejar de congregarse es peligroso porque se entra en desánimos, se enfrían
y hasta se pueden apartar del camino de Dios. Pero cuando te congregas, no sólo eres exhortado,
sino que tú exhortarás a otros.
No podemos dejar de congregarnos en el templo, no podemos dejar de reunirnos en las
células. Recordemos que nos reunimos para adorar y alabar a Dios; también nos congregamos para
oír su palabra; nos reunimos en su nombre para orar; nos reunimos para tener comunión los unos
con los otros, y mantener la unidad; y nos congregamos para crecer y ser edificados en el Señor.
No podemos dejar de congregarnos, porque estamos viviendo tiempos peligrosos, y es en la iglesia,
donde nos estimulamos al amor y a las buenas obras, es donde tenemos comunión los unos con los
otros, es donde nos vamos a edificar. Es en la iglesia donde escucharemos su palabra. “La fe viene
por el oír la palabra del Señor”. No podemos dejar de congregarnos porque el día del Señor se acerca;
él está a la puerta, y debemos estar preparados.