Download Los hombres del faraón

Document related concepts

Walter Bryan Emery wikipedia , lookup

Ramsés XI wikipedia , lookup

Tercer periodo intermedio de Egipto wikipedia , lookup

Reino de Kush wikipedia , lookup

Imperio Nuevo de Egipto wikipedia , lookup

Transcript
José F. Alonso García
Los hombres del faraón
El ejército a finales del Reino Nuevo
en el Antiguo Egipto
Deusto
Publicaciones
Los hombres del faraón
El ejército a finales del Reino Nuevo
en el Antiguo Egipto
José F. Alonso García
Los hombres del faraón
El ejército a finales del Reino Nuevo
en el Antiguo Egipto
2009
Universidad de Deusto
Bilbao
A Lourdes, por su amor,
a mis padres, por su tiempo,
a mis amigos, por amigos
Serie Letras, vol. 46
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación
pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada
con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por
la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org <http://www.cedro.org>) si necesita
fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
Ilustración de portada: Jamba de tumba del príncipe Mentuherkhopshef (KV 19) donde se muestra el cargo de general del
ejército (foto del autor).
© Publicaciones de la Universidad de Deusto
Apartado 1 - 48080 Bilbao
e-mail: [email protected]
ISBN: 978-84-9830-835-8
Índice general
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
11
Capítulo 1. Enemigos y Fronteras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
I. La Prehistoria y las primeras dinastías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
II. EL Reino Antiguo y el Reino Medio (dinastías III-XVII) . . . . . .
III. El Reino Nuevo (dinastías XVIII-XX) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
19
21
23
31
Capítulo 2. Héroes recompensados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
I. Un enterramiento insólito. Los soldados de Mentuhotep . . . . .
1. Las excavaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2. Los ocupantes de la tumba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
II. Ahmose de Abana. Una familia de militares de la Dinastía XVIII.
III. Un general al poder. Horemheb y el inicio de la Dinastía XIX .
47
49
50
52
57
61
Capítulo 3. El Reino Nuevo. La dinastía XX. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
I. Los recursos medios de la guerra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
II. La protección de las fronteras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
1. La frontera oeste y los libios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
2. La frontera este y los “Caminos de Horus” . . . . . . . . . . . . . . 85
3. El sur y la frontera nubia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
III. La familia real y la estrategia del poder. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
1. Los hijos del rey. La posición en el poder . . . . . . . . . . . . . . . 92
2. El papel de las mujeres de la realeza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
3. Los hijos del rey en el culto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
4. Los hijos guerreros del rey. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
9
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
IV. Los oficiales del rey en el Delta (Bajo Egipto) . . . . . . . . . . . . .
V. El ejército del norte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
VI. Ejército y poblamiento en Egipto Medio. . . . . . . . . . . . . . . . . .
1. Generales en Heracleópolis y Asiut . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
VII. El poder en Tebas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
1. La familia de Bakenkhonsu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2. La familia de Ramsesnakht . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3. El ejército en Tebas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
4. Militares en las canteras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
VIII. Nubia: Los virreyes guerreros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
1. Las fortalezas nubias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2. La primera etapa: una familia del Delta en Nubia. . . . . . . . .
3. ¿Un virrey de transición? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
4. ¿Una familia tebana en Nubia? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5. El último virrey . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
6. Administración “colonial” y ejército . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
7. La administración en Nubia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
IX. Concesiones de tierras a militares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
112
124
135
143
147
149
153
160
172
173
173
183
187
188
190
195
???
199
Conclusiones: Militares en el poder . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
Anexo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
Créditos de las figuras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227
Abreviaturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233
Índice de personajes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261
10
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
Introducción
Abordar el estudio de un período de Egipto antiguo siempre representa un reto dado el volumen de información de que se dispone, tanto en fondos arqueológicos como por la sorprendente riqueza informativa que
aguarda ser investigada. Por otro lado, la constante presencia de nuevos
descubrimientos como las excavaciones en curso son un filón inagotable
de información que poco a poco va completando algunos de los “huecos
históricos” en tan amplio espacio temporal.
Al margen de la idoneidad de la documentación, que no siempre es la
deseada, dado el carácter aleatorio de la misma, es fundamental la aplicación de una metodología que nos permita reconstruir el pasado a partir de
los datos de que disponemos1.
El punto de partida para el análisis del período ramésida que comprenden las dinastías XIX y XX, es la monumental obra de K. Kitchen Ramesside Inscriptions, más popularmente conocida como KRI2. Corpus de inscripciones como fuente primaria; el dato puro arqueológico de carácter
epigráfico sobre el que se asienta la documentación relacionada con los
monarcas y personajes relevantes del Egipto ramésida, además de toda una
serie de referencias de carácter civil, religioso y militar. A todo ello, hay
que añadir las series de publicaciones de ámbito nacional e internacional
1
Respecto a fuentes primarias e historia, GOZZOLI, R., The Writing of History in Ancient
Egypt during the First Millenium BC (ca. 1070-180 BC). Trends and Perspectives, págs. 1-17.
2
KITCHEN, K., Ramesside Inscriptions. Historical and Biographical. 8 vols. (1975-1986) y
Ramesside Inscriptions. Translated and Annotated, 4 vols. (1993-2003). Conocidas como Kitchen’s
Ramesside Inscriptions (KRI) .
11
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
vinculadas a la labor de investigación y documentación del Egipto faraónico.
Dos obras sumamente interesantes para entender las interrelaciones
entre la arqueología, la antropología y su interpretación son la de Barry
Kemp Egipto Antiguo. Anatomía de una civilización y la más reciente,
dirigida por Judith Lustig, Anthropology and Egyptology. A Developing
Dialogue. Son referencias fundamentales para conocer la dirección que
está tomando la investigación histórica actual.
Por otro lado, conceptos como “elite”, “política” o “clase dirigente”
proceden de los estudios sociológicos. Teniendo en cuenta la complejidad
de los fenómenos políticos, al igual que M. Weber, consideramos que la
realidad no puede ser aprehendida de manera global, siendo las verdades
siempre parciales3. Éstas, junto al empleo de otras expresiones, tales como
“religión”, “política”, “faraón” o “rey”, son utilizadas como recursos que
nos permiten, de alguna forma, analizar y tratar de comprender la sociedad de esta época ante la inexistencia de este tipo de vocabulario en el
Egipto faraónico. De igual forma nos hemos visto obligados a “adaptar”
los cargos y títulos que poseían los personajes vinculados a la administración, el culto y el ejército a un lenguaje contemporáneo.
El denominado “componente ideológico”, como su evolución dentro
de los principales grupos del poder, incluyendo tanto a la familia real
como las elites regionales, se fundamenta en el análisis e interpretación de
las fuentes conservadas tomando como referencia el concepto de ideología. Ideología que, en sentido general, se refiere a cualquier conjunto de
creencias sin tener en cuenta su causalidad social, su veracidad o su falsedad4, siendo un referente fundamental para analizar, entre otros, el fenómeno religioso partiendo de los modelos de representación. De ahí que los
estudios de N. Abercrombie sobre la “ideología dominante” sean sumamente interesantes de aplicar, puesto que la ideología aparece plasmada en
la propia documentación arqueológica5. Por otro lado, sorprende que, dada
la riqueza del panteón egipcio, tan sólo hayan sobrevivido aquellos mode3
En realidad el concepto de elite es de V. Pareto, que lo asociaba a los mejores de la sociedad.
Para R. Aaron, en las elites no tienen cabida los “reyes del hampa”. En nuestro caso, en su expresión más amplia, de una minoría poderosa (militar, religiosa como administrativa) situada junto al
monarca con amplios poderes y capacidad de decisión. ARON, R., Estudios sociológicos, Madrid,
1989, págs. 194-195. En cuanto a problemas lexicográficos, ver por ejemplo GOELET, O.,
“«Town» and «Country» in Ancient Egypt”, PMB 7-II (1999), págs. 65-117.
4
LENK, K., El concepto de ideología, Buenos Aires, 1982.
5
Respecto a la ideología, el papel de la religión como elemento de coerción y su amplio
empleo a modo de propaganda real. ABERCROMBIE, N., Clase, estructura y conocimiento, Barcelona, 1982.
12
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
los religiosos que aparecen vinculados al poder. La probable existencia de
culturas de carácter local con sus propios sistemas de creencias han pasado inadvertida (o sucumbieron) precisamente por la capacidad del poder
dirigente (los llamados “dioses nacionales”) para ocultarlas y adaptarlas,
bajo un modelo vinculado a los intereses del poder real6.
En el contexto arqueológico, aún dentro del propio grupo dirigente
encontramos dos sistemas diferenciados en el tratamiento de las fuentes.
Por un lado se encuentra la documentación de carácter real, y por otro, la
asociada al resto de las elites. Las representaciones en templos y tumbas
de la monarquía difieren notablemente de los enterramientos de los altos
cargos del poder en las temáticas empleadas7.
En el mundo funerario, la aparición de determinados textos, elementos
decorativos y objetos de carácter “real” en tumbas comunes son indicadores de la pérdida paulatina del control del Estado (personificado en el
monarca) al desaparecer la exclusividad de los mismos. Pero este fenómeno no es aislado; viene acompañado de otra serie de factores, especialmente de carácter económico vinculado al reparto de cargos, tierras y beneficios resultado de la gestión administrativa.
Los cambios tanto en las proporciones como en el uso del color dentro de las tumbas son factores a tener en cuenta; basta observar la drástica
evolución que experimentaron los modelos decorativos en el interior de
las tumbas del período “Amarna”, frente a las tumbas construidas posteriormente, tras la llegada al poder del general Horemheb. No es casualidad
que tanto el estilo como la temática y el empleo de determinados colores
sufrieran un cambio radical, puesto que los programas decorativos forman
parte del amplio espectro del poder que aparece representado tanto en los
grandes templos como en los objetos de uso diario. No deja de sorprender
que una de las señas de identidad en la sociedad egipcia sea la diferencia
entre lo público y lo privado8.
6
BAINES, J., YOFEE, N., “Order, Legitimacy, and Wealth: Setting the Terms” en VAN
BUREN, M., RICHARDS, J. (eds.), “Order, Legitimacy and Wealth in Ancient States”, NDA,
Cambridge, 2000.
7
Incluso dentro de estos grupos se puede determinar una gradación de poder partiendo de los
ajuares funerarios. GOZZOLI, R., op. cit., págs. 2-5. TYSON, S. “Intact Tombs of the Seventeenth and Eighteenth Dynasties from Thebes and the New Kingdom Burial Sistem”, MDAIK 48
(1992), págs. 193-233.
8
BAROCAS, C., L’Antico Egitto. Ideologia e Lavoro Nella Terra dei Faraoni, pág. 209.
Respecto al uso público y privado de los espacios, especialmente HUGHES, R., “The Role of
Streets in Ancient Egypt”, KMT 19-2 (2008), págs. 53-66.
13
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
A finales de la Dinastía XX observamos un ejemplo clarificador: en
una de las paredes del templo de Karnak, donde Ramses IX aparece junto
al primer profeta del culto de Amón, Amenofis, representados ambos al
mismo tamaño. Motivo impensable en tiempos precedentes (ver fig. 62).
En el Egipto del Reino Nuevo los templos aparecen como los motores
de la economía nacional en la medida que las tierras son explotadas por
éstos como institución, gestionando la producción agrícola, ganadera y la
explotación minera. Además de ser receptores de tasas, tasas que teóricamente controlaba la monarquía, se convertían en auténticos competidores
reales, puesto que las propias tierras de la corona estaban bajo el fisco de
personajes vinculados a ambos sectores.
No es casualidad que a lo largo de las tres dinastías (XVIII, XIX y XX)
el tamaño de los templos aumentara en consonancia con la importancia de
los propios cultos nacionales (Ptah, Ra y especialmente Amón), como
tampoco deja de sorprender que la expresión “casa” pr
se vincule tanto a la monarquía(
pr aA) como al templo (
pr Jmn) en su concepción global, al igual que a la familia, como centro9. Sin olvidar el papel
del comercio, aparentemente de carácter marginal, que en las últimas
investigaciones aporta nuevas interpretaciones a la tradicional visión de
una economía basada en el sistema de “redistribución”. El papel de los
artesanos y comerciantes y las relaciones de interdependencia ponen en
tela de juicio el papel que desempeñaron, puesto que disfrutaron de un
mayor y más amplio “margen de maniobra” del que tradicionalmente se le
ha venido asignando10.
Por otro lado, la importancia de los títulos y cargos de los oficiales que
forman parte de la llamada “pirámide del poder” es otro de los fundamentos del complicado entramado social y de las relaciones que se gestan entre
la familia gobernante y las minorías dirigentes. A la visión “sintética” (tradicional), donde el monarca ocupa la cúspide de la pirámide, seguido del
visir y los altos cargos del Estado, acompañados de un nutrido grupo de
9
Sumamente interesante en este aspecto la reflexión de J. Pérez Accino. Especialmente JANSSEN, J., “The Role of the Temple in the Egyptian Economy during the New Kingdom”, OLA 5-6
(1979), págs. 505-515. GASSE, A., Donnée Nouvelles Administratives et Sacerdotales sur l’Organisation de Domaine d’Amon XX-XXI Dynasties à la Lumière du Papyrus Prachov, BdE CIV/1
(1988), págs. 274+plts. PEREZ ACCINO, J., “Panorama desde lo Alto de la Pirámide (o al cielo
por la puerta de servicio)”, Gerión, vol. extra (2007), págs. 71-82.
10
A pesar de la existencia de un amplio numero de publicaciones, ver especialmente WARBURTON, D., “Work and Compensation in Ancient Egypt”, JEA 93 (2007), págs. 175-194.
14
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
funcionarios, sustentados todos ellos por una amplia base de campesinos
y artesanos, se opone el concepto de “esferas de influencia”11.
Se entiende por “esferas de influencia” los diversos grupos familiares
relacionados con la administración del Estado que, aun siendo de carácter
familiar y estando involucrados en los distintos sectores del poder, conforman “grupos de presión” a nivel regional o local con capacidad de influir
en el control y dirección de la gestión real, tejiendo auténticas redes de
complicidades territoriales que competían con la monarquía.
Familias que ocupaban y compartían los principales cargos de la administración civil y religiosa y por tanto el control económico de los recursos
de que disponía, en especial el templo de Amón. La política matrimonial y
de alianzas familiares a nivel regional complementaba los recursos de estos
grupos que rivalizaban con la monarquía. Cuando la capacidad coercitiva
de la monarquía desaparece por la pérdida del poder, estos grupos regionales, auténticas elites gobernantes, se adueñaron de los recursos12.
El análisis de los títulos y cargos13 que poseyeron todos estos “hombres
fuertes” asentados en la administración, el culto y el ejército, ayuda a
explicar las causas de los conflictos que se fraguaron. Con el paso del
tiempo, la meritocracia tiene el efecto de hacer a las elites más seguras que
nunca en sus privilegios, siendo interesante tener en cuenta que el concepto de elites se opone al de clase social; puesto que en la primera uno es elegido entre los mejores, mientras que en la segunda los mejores sólo son
tomados dentro del mismo sector; con ello queremos resaltar la importancia que tiene la oportunidad y capacidad de encumbramiento, utilizada
como una medida de “flexión” entre grupos de poder, con el fin de evitar
tensiones de “clases”14.
CRUZ-URIBE, E., “A Model for the Political Structure of Ancient Egypt”, SAOC 55 (1984),
págs. 45-53.
12
Sobre el concepto policéntrico del poder en LIVERANI, M., Guerra e Diplomazia dell’Antico Oriente, pág. 56: “Se deduce por las situaciones dadas que el grado de apoyo al sistema político es más coercitivo que voluntario…”. Será a partir del Reino Nuevo cuando se articule la
sociedad egipcia como una unidad cultural territorial uniforme. O’CONNOR, D., “Political
System and Archeological Data in Egypt: 2600-1700 a.C.” en World Archaeology 6 (1976), pág.
17. O’CONNOR, D., “The Geography of Settlement in Ancient Egypt“ en UCKO, P., TRINGHAM, R., DIMBLEBY, G.W. (eds.), Man, Settlement and Urbanism, págs. 688-689.
13
Diferenciamos los cargos de los títulos en la medida que los primeros suponen el desarrollo
de actividades relacionadas con los sectores o departamentos nombrados, sea el ejército, el culto
o la administración, es decir, que sean operativos. GOEDICKE, H., “Titles for Titles” en SCHAFIK ALLAM (ed.), Grund und Boden in Altägypten. Rechtliche und Sozio-Ökonomische Verhältnisse, pág. 227-235.
14
Interesante reflexión sobre el concepto de meritocracia. LASCH, Ch., The Revolt of the Elites and the Betrayal of the Democracy, págs. 41-43.
11
15
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
Las “facciones” dentro de los grupos de poder locales son difícilmente constatables por el silencio de las propias fuentes. Que un grupo familiar desaparezca del poder, en beneficio de un grupo rival, y que con la llegada de otro monarca cambien altos cargos, como el visir o el propio profeta de Amón, es significativo, al tiempo que es probable que el no aparecer en el registro arqueológico muchos de los personajes sea fruto de la
casualidad tanto como de la causalidad histórica, La presencia de una
“damnatio memoriae” pudiera ser, además de un recurso ampliamente
empleado, una forma de acabar con los rivales15.
Del punto de vista de la antropología de la guerra16 hay que tener en
cuenta los aspectos particulares del caso egipcio. Al margen de las diferentes escuelas conocidas (materialista-ecológica, biocultural o histórica), el
hecho cierto es que, en el territorio egipcio, el conflicto aparece en el
registro arqueológico desde sus comienzos17, mientras que en el período
histórico, como en toda sociedad estatal, la guerra forma parte de la propia estrategia del poder, representada en la figura del monarca. La subordinación de la organización militar, como el monopolio de decidir contra
quién y cuándo se produce el enfrentamiento es labor real, como la institucionalización de la figura del enemigo representada en los “9 arcos” y el
ave “rekhit”18 (ver figura 2).
El grado de integración que existe dentro de la sociedad es determinante en la creación y dirección de un ejército profesional como el egipcio. El despliegue de medios y recursos hacia el exterior (con lo que implica la “intendencia”, “logística” y tecnología de las tropas) supone un gran
esfuerzo organizativo, al mismo tiempo que permite enmascarar o ralentizar las tensiones internas, al mantener ocupadas en el combate a las facciones rivales, reforzando el liderazgo del monarca19.
15
Algunos ejemplos en DODSON, A., “Death after Death in the Valley of Kings” en OREN,
S. (ed.), Death and Taxes in the Ancient Near East, págs. 53-59; TYLDESLEY, J., Hatchepsut.
The Female Pharaoh, págs. 216. Un caso interesante sería el del oficial Mehy, cuya representación fue borrada por Ramses II, suplantando de esta forma su figura por la del monarca, junto a
Seti I en los relieves de Karnak. THE EPIGRAPHIC SURVEY, “The Batlle Reliefs of King Sety
I”, OIP 107 (1986), láms. 29-30. MURNANE, W., The Road to Kadesh, págs. 107-114.
16
La declaración de la UNESCO reconoce que la guerra no es intrínseca al ser humano, aunque el autor no comparta dicho criterio. DAWSON, D., The Origin of Western Warfare. Militarism and Morality in the Ancient World, pág. 20.
17
HAAS, J. (ed.), The Anthropology of War, Cambridge, 1993.
18
VALBELLE, D., Les Neuf Arcs, págs. 273-275.
19
TURNEY-HIGH, H., Primitive War. Its Practice and Concepts, Columbia, 1949. OTTERBEIN, K.F., The Evolution of War, California, 1989. Sumamente interesante es la obra de
McDERMOTT, B., La guerra en el Antiguo Egipto, Crítica, 2006.
16
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
Durante el Reino Nuevo, la familia real, por tradición, estuvo vinculada al ejército, y en el caso particular de los ramésidas, desde la llegada al
trono del primer Ramses, puesto que la guerra fue protagonista a lo largo
de las dos dinastías, estando los hijos del rey entre los representantes más
activos. El propio Ramses II acompañó a su padre Seti I (Dinastía XIX) en
las campañas realizadas en Asia, y le sucedieron sus hijos, al igual que los
de Ramses III, quienes aparecen junto a su padre luchando contra los
“pueblos del mar”.
También es importante señalar la simbiosis que existe entre guerra y
economía. Ambos sostienen una relación muy estrecha, existiendo dos
conceptos sumamente interesantes como son la presencia de una “economía de guerra” y una “economía en la guerra”. ¿Se volcaron los recursos
para hacer la guerra, o los recursos que provenían de la propia guerra a través de las razias, tributos e impuestos20 revitalizaron al país? y ¿qué
influencia tuvo la pérdida del control egipcio en las tradicionales áreas de
Oriente y Nubia?21
El propio sistema económico egipcio se basaba en un modelo de redistribución y subsistencia que, junto a la presencia de un comercio incipiente, cohabitaba y evolucionó hacia un sistema basado en el “pago de
tasas”22. Sorprendentemente muchos militares “mutaron” a la administración, especialmente la templaria, dado el beneficio que reportaban determinados cargos religiosos, una vez que desaparecieron los conflictos exteriores.
Con la paulatina pérdida del monopolio del poder, el control de la gestión económica asociado a los templos sustituyó al éxito en el combate.
Datos fácilmente constatables al final de la Dinastía XX, cuando los hijos
del general y primer profeta de Amón (y luego autonombrado faraón)
20
WELLS, W., War in Ancient Egypt. UMI Dissertation Abstract, Michigan, 1996. FERGUSON, B., “Explaining War”, en HAAS, J., The Anthropology of War, págs. 226-55. ROLAND, M.,
“Economía de Guerra y Economía en la Guerra” en CORDELIER, S., DIDIOT, B. (dir.), El Estado del Mundo 1996, págs. 6-12.
21
SHAW, I., “Battle in Ancient Egypt: the Triumph of Horus or the Cutting Edge of the Temple Economy?”, en LLOYDS, A (ed.), Battle in Antiquity, págs. 239-269.
22
Entre otros, respecto a los modelos económicos, POLANYI, K., ARENSBERG, M., PEARSON, H., Comercio y mercado en los imperios antiguos. POLANYI, K., El sustento del hombre,
págs. 91-200. JANSSEN, J., “The Role of the Temple in the Egyptian Economy during the New
Kingdom”, OLA 5-6, Lovaina (1979), págs. 505-515. GENTET, D., MAUCOURANT, J., “Une
Étude Critique de la Hausse des Prix à L’ére Ramesside”, DHA 17 (1991), págs. 13-31. MAUCOURANT, J., “Une Analyse Économique de la Redistribution est-elle Possible? Elements de
Comparasson entre la «New Institutional Economics» et l’Approche Substantive”, Topoy 6
(1996), págs. 131-158. WARBURTON, D., “Economic Thinking in Egyptology”, SAK 26 (1998),
págs. 143-170.
17
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
Herihor, poseyeron cargos de carácter económico-templarios, a diferencia
de los hijos de Ramses III, que ocuparon, en su mayoría, cargos militares.
El período que abarca la presente obra se centra en la evolución de los
altos cargos del ejército y el lugar que ocuparon en la sociedad egipcia en
esta etapa final, tras las invasiones de los “pueblos del mar”, su influencia
en la sociedad del momento, siendo los responsables de la pérdida de
poder de los últimos monarcas ramésidas.
Para las transcripciones de los títulos de los personajes, se han seguido las referencias del Großes Handwörterbuch Ägyptisch-Deutsch23.
23
HANNIG, R., “Großes Handwörterbuch Ägyptisch-Deutsch”, Hanning-Lexica 1, Maguncia,
1995.
18
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
Capítulo 1. ENEMIGOS Y FRONTERAS
I. La Prehistoria y las primeras dinastías
II. El Reino Antiguo y el Reino Medio (dinastías III -XVII)
III. El Reino Nuevo (dinastías XVIII-XX)
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
Capítulo 1. Enemigos y fronteras
I. LA PREHISTORIA Y LAS PRIMERAS DINASTÍAS
Dado que el propio Estado es el organizador de la sociedad, su vertiente política –la sociedad política– representa el principio abstracto del
monopolio de la autoridad central bajo la dirección del faraón24. Su representación en el plano de lo concreto son los aspectos de la economía política que está vinculada al trabajo social y otras funciones, como las militares y religiosas: una sociedad donde el fenómeno de la guerra formó parte de la estructura del Estado25. De hecho, uno de los monopolios más
importantes es la capacidad de declarar y dirigir la guerra; papel que
corresponde al rey. El resultado de la falta de este liderazgo se puede
observar, incluso en la actualidad, en los países que no poseen una autoridad fuerte y centralizada.
Una de las primeras referencias que conocemos de enfrentamientos en
Egipto se remontan al Paleolítico Superior (17.000-15.000 a.C.) en la
región de Wadi Kubbaniya, en el Desierto Oeste, frente a Asuán, donde se
descubrieron diversos restos óseos que conservaban las huellas de la lucha
en forma de puntas de flecha incrustadas26.
KRADER, L, ROSSI, I., Antropología política, págs. 38-39.
Serie de conceptos basados sobre el control político y el prestigio que otorga (además de trofeos, dígase tributos de cualquier índole u otras ventajas). Se podría hablar de un proceso de
“socialización de la guerra”. OTTENBEIN, K.F., The Evolution of War, págs. 63-70 y 162.
HAAS, J., The Anthropology of War, pág. 41.
26
WENDORF, F., SCHILD, R., CLOSE, A., The Prehistory of Wadi Kuybbaniya. The Wadi
Kubbaniya skeleton: A Late Paleolithic Burial Southern Egypt, pág. 85.
24
25
21
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
Con la aparición del estado centralizado, las representaciones simbólicas de los conflictos aparecen en las fuentes egipcias “estandarizados”,
siendo las escenas de luchas junto a la presencia de prisioneros una constante en las fuentes incluso antes de la unificación del país. Entre las primeras referencias se encuentra, en forma de grabado, el enmangamiento
del cuchillo de Gebel el-Arak, como las pinturas de la denominada “Tumba 100” de Hieracómpolis (fig. 1) con una datación aproximada del 3500
a.C27, al igual que algunas “paletas predinásticas” (“de las dos gacelas” o
“de los buitres” entre otras)28. Las plaquetas de marfil halladas en los enterramientos del Período Tinita (3100-2700 a.C.) muestran escenas de lucha,
mientras que los registros de la paleta y la maza del rey Narmer aportan
los primeros prisioneros de la Historia. Por otro lado, la llamada “paleta
libia” probablemente narre la destrucción de ciudades conquistadas, aun-
Figura 1. Tumba 100 de Hierakompolis. En la parte inferior izquierda se puede observar
una escena de combate. Museo de El Cairo. Foto del autor.
HOFFMAN, M.A., Egypt Before the Pharaohs, págs. 340-344. HUMPREY, C., CROWFOOT, J.P., “Tomb 100: the Decorated Tomb at Hierakonpolis”, JEA 48 (1962), págs. 5-17. WHITEHOUSE, H., “A Decorated Knife-handle from the Main Deposit at Hierakonpolis”, MDAIK 58
(2002), págs. 425-446.
28
VANDIER, J., Manuel D’Archeologie Egyptienne, vol. I, págs. 561-595. MIDANT-REYNES, B., Préhistoire de L’Egypte, págs. 227-230. PETRIE, F., “Hierakonpolis. Part I”, ERA 4
(1901) y Prehistoric Egypt: Corpus of Prehistoric Pottery and Palettes, 1974.
27
22
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
que también pudiéramos interpretar las escenas como la fundación de las
mismas29.
Las alusiones a enfrentamientos con los pueblos vecinos también aparecen en una tablilla de marfil del rey Aha cuya lectura podría relacionarse con algunos hechos relevantes de su reinado, como son la fundación de
una ciudad, la lucha contra los nubios o la reunificación de las “Dos Tierras”. En otra, que pertenece al faraón Den, aparece éste agarrando por los
cabellos a un libio. Escena que se repetirá a partir de entonces como símbolo de poder real y sumisión del enemigo30.
En Gebel Sheikh Suleiman, cerca de la Segunda Catarata, se conserva
un grabado realizado durante el reinado del faraón Djer, en un perfil rocoso, que representa la primera victoria sobre los nubios que se conoce31.
Estas referencias tan tempranas ponen en evidencia el notable interés por
el control del espacio geográfico en los territorios nubios.
II. EL REINO ANTIGUO Y EL REINO MEDIO (DINSASTÍAS III-XVII)
Ya durante el Reino Antiguo (2700-2350 a.C.) las razias y las expediciones de castigo son una constante en las fuentes. Los acontecimientos
registrados en las llamadas “listas reales” de los diversos monarcas las
biografías de algunos personajes (el caso de Weni) reflejan la situación de
enfrentamiento que vivía el estado egipcio con las poblaciones vecinas.
No nos encontramos ante una sociedad guerrera, en la medida que las
necesidades del país no estaban volcadas en la lucha como estilo de vida,
pero es significativo que durante los reinados de los diversos faraones, y
desde sus orígenes, se tengan (es lo que se aprecia en los materiales conservados) noticias de enfrentamientos con poblaciones o grupos del entor-
29
SALEH, M., SOUROUZIAN, H., Egyptian Museum, Cairo. The Official Catalogue, ref. nº
7. REDFORD, D., Egypt, Cannaan and Israel in Ancient Times, pág. 26.
30
Una de las primeras referencias proviene de una placa de esquisto que muestra a un rey golpeando a un libio frente a un león. EMERY, W., Great Tombs of the First Dynasty, vol. I, pág. 60,
fig. 31. Portada de la obra de EMERY, W.B., Archaic Egypt, págs. 50-57. CLAYTON, P., Chronicle of the Pharaohs, pág. 24. SALEH, M., SOUROUZIAN, H., Egyptian Museum, Cairo. The
Official Catalogue, refs. nº 10 y nº 11.
31
ARKELL, A., “Varia Sudanica”, JEA 36 (1950), págs. 24-40. SÄVE-SÖDERBERGH, T.
(ed.), Temples and Tombs of Ancient Nubia, pág. 177.
23
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
La narración de Weni
“Cuando Su Majestad entró en acción contra los asiáticos «habitantes de las arenas», Su
Majestad me puso al frente de muchos miles del Alto Egipto: desde Yebu en el sur a
Medenyt en el norte; desde el Bajo Egipto: desde los dos Lados de la Casa (zona del Delta) y de Sedjer y Khen-sedjru; y desde la Nubia-Intjet, los nubios Medja, nubios Yam, los
nubios Wawat, los nubios-Kaa y de la tierra de Tjemeh. Su Majestad me envió a la cabeza de su ejército…”
“Este ejército volvió a salvo. Se había destruido la tierra de los habitantes de las arenas…/…Se habían cortado sus higueras y viñas…”
“Este ejército volvió a salvo. Se dio fuego a todas sus mansiones…”
“…Su Majestad me envió cinco veces más con el ejército para atacar los territorios de los
«habitantes de las arenas» porque se rebelaban con frecuencia…”
(ROCCATI, A., La Litterature historique sous l’Ancien Empire Egyptien,
1982, § 177-188.)
no geográfico más cercano. En realidad, la guerra fue un componente más
en la creación del estado egipcio32.
La expresión “los nueve arcos” no sólo responde a una realidad fronteriza del país: también a la problemática interna del mismo. El modelo de
sumisión del enemigo como primera referencia a los “nueve arcos” y el
ave “rekhit” representan el control real sobre el país y sus límites territoriales (fig. 2)33. Otro de estos motivos aparece en las tablillas de marfil y
madera del Período Tinita cuando se comienzan a delimitar las fronteras
estatales; son los “montículos territoriales” en los que se encuentran encerrados los prisioneros34.
Si nos atenemos a las fuentes de las primeras dinastías, los conflictos
que se sucedieron durante esta época ponen en evidencia una realidad: la
existencia de pobladores “periféricos” que entraron en conflicto con el
estado recién creado. Estos grupos, que se localizan tanto en las regiones
32
Respecto a la creación del estado y sus diversas teorías, son sumamente interesantes la obra
de Bruce Trigger mencionada en la introducción así como la obra de PÉREZ LARGACHA, A.,
El nacimiento del Estado en Egipto. LUPO, S., ”Territory and Territoriality in Ancient Egypt. An
Alternative Interpretation for the Early Dynastic and Old Kingdom Periods”, GM 214 (2007),
págs. 71-85.
33
La relación y significado del ave “rekhit” y las poblaciones del Delta egipcio: VANDERSLEYEN, C.: “The Rekhyt and the Delta”, DE Spe. 1 (1985), págs. 301-310. NIBBI, A., “The
rht.t People as Permanent Foreigners in Ancient Egypt”, DE 9 (1987), págs. 79-96.
34
KEMP, B. J., “Imperialism and Empire in New Kingdom Egypt”. en GARNSEY, P.D.A. Y
WHITTAKER, C.R., Imperialism in the Ancient World, pág. 11. SHAW, I., “Battle in Ancient
Egypt: The triumph of Horus or the Cutting Edge of the Temple Economy?” en LLOYD, A.B.
(eds.), Battle in Antiquity, pág. 241. QUIRKE, S., “Frontier or Border ? The North-West Delta in
Middle Kingdom Texts”, DE Spe. 1 (1985), págs 261-274.
24
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
Figura 2. Los “nueve arcos” y las aves “rekith” bajo los pies del faraón Djoser.
Museo Imhotep. Foto del autor.
vecinas al Delta (libios y asiáticos) como en Nubia y en los desiertos Occidental y Oriental, fueron quienes, a lo largo de todo el período histórico,
opusieron resistencia al poder representado en la figura del faraón. Todos
estos grupos de “indeseables” según los intereses estatales caerían bajo la
denominación de “hombres de los arcos”, “salvajes de Asia”, “los que
deambulan por las arenas” o el “vil Kush”, expresiones que entraron a formar parte de la iconografía tradicional de Egipto35.
Los motivos decorativos en los templos (relieves, estatuaria y pintura)
relacionados con la guerra (prisioneros, soldados, armamento…) se complementan con las referencias existentes en las tumbas privadas. Desde el
punto de vista arqueológico, las excavaciones que se realizan en el Delta
egipcio (y costa sirio-palestina) y en los territorios nubios ponen de relieve la existencia de procesos culturales complejos entre ambos grupos, dando a entender que existe una realidad diferente a la presentada en las fuentes oficiales36. Si hemos de tomar como ciertas las “Instrucciones de Merikare”, quien vivió durante la Dinastía X (Primer Período Intermedio) la
VALBELLE, D., Les Neuf Arcs, París, 1990.
MARKS, A., “Relationships between the Central Nile Valley and the Eastern Sudan in later
Prehistory”. DAVIES, W. (ed.), Egypt and Africa, pág. 37, SMITH, H., “The Development of the
«A-Group» Culture in Northern Lower Nubia” en DAVIES, W., Egypt and Africa, págs. 92-111.
35
36
25
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
situación tanto en los territorios fronterizos como en el interior del país era
realmente preocupante37.
La protección de las rutas, la construcción de fortalezas y la disposición de tropas con el fin de evitar desórdenes y filtraciones en las fértiles
tierras del norte se convirtieron en una prioridad para la monarquía. Aunque algunos textos probablemente estén redactados en una etapa más tardía –Reino Medio– y existan dudas respecto a su valoración histórica, se
aceptan los hechos relatados como referentes históricos. Así, la presencia
de estos saqueadores está vinculada a grupos de libios y asiáticos que
aprovechaban la falta de control de la administración para crear un estado
de inseguridad general en las fronteras y en los territorios aledaños38.
A pesar de las dificultades de interpretación que plantean las fuentes
conservadas, los recientes descubrimientos arqueológicos en el Delta
muestran un aspecto poco conocido hasta ahora por la aparición de asentamientos asiáticos totalmente integrados en suelo egipcio. Lo demuestran
las excavaciones en curso en el yacimiento de Tell el-Daba, cuya cronología se remonta a la dinastía XI39. Estos territorios, y especialmente los
situados al este, son rutas obligadas de paso por la franja sirio-palestina
hacia Oriente, lo que explicaría, debido a las constantes filtraciones de elementos asiáticos, el establecimiento de grupos de origen semita dentro del
propio país. Si las fuentes literarias (Ipuwer, Merikare…) reflejan el miedo a los enemigos asiáticos, la presencia de un sustrato de procedencia
cananea en los asentamientos de Tell el-Daba y Qantir en el Delta egipcio
confirma la existencia de comunidades extranjeras integradas en la sociedad egipcia desde el Primer Período Intermedio40. La experiencia acumulada tras los conflictos entre heracleopolitanos y tebanos permitió la creación de un ejército ampliamente estructurado con soldados procedentes,
no sólo del propio país, sino también del exterior integrados como tropa
mercenaria.
37
El texto, también refleja la problemática del propio ejército en esta época, donde los mercenarios estaban también regulados. LICHTHEIM, M., Ancient Egyptian Literature, vol. I, págs. 97109. GOEDICKE, H., “The Rules of the Conduct for Egyptian Military”, WZKM 88 (1998), pág.
124.
38
“…los asiáticos son como los cocodrilos en la orilla. Atacan desde lugares solitarios, no se
acercan a las poblaciones…”. LICHTHEIM, M., op. cit., pág. 104.
39
SARETTA, P., Egyptian Perceptions of West Semites in Art and Literature during the Middle Kingdom (an Archaeological, Art Historical and Textual Survey). Tesis doctoral. COHEN, S.,
Canaanites, Chronology, and Connections: the Relations of Middle Bronze Age IIA. Canaan to
Middle Kingdom Egypt. Tesis doctoral.
40
FRANKFORT. H., “Egypt and Syria in the First Intermediate Period”, JEA 12 (1926), pág.
80-99. BIETAK, M., Avaris. The Capital of the Hicsos. Excavations at Tell el-Daba, págs. 9-14.
26
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8
Como resultado de la situación creada, los monarcas del Reino Medio
realizaron una política de protección y control tanto en los territorios del
Delta y Nubia como del interior del país41. Aunque existen referencias anteriores, los soldados nubios ya aparecen integrados en el ejército bajo el reinado de Sesostris III, y en la tumba de Mesehti (Din. XI) se descubrieron
una serie de reproducciones de soldados, egipcios y nubios (40 individuos
ordenados en 4 columnas, por cada grupo) en orden de marcha42.
La existencia de un sistema de levas durante el Reino Medio aparece
documentada en una estela grabada en el año 25 del reinado del Amenemet III, donde un escriba del ejército “viajaba al sur”, desde la antigua
capital –Lisht– para elegir a los reclutas –hwn nfr– del nomo de Abidos.
Algunos oficiales responsables del control fronterizo ostentaron el grado
de general –jmj-rA mza– (fig. 3) en los territorios del entorno sirio-cananeo,
Figura 3. Detalle del sarcófago de Sepi donde se muestra el cargo de “general”.
Hermópolis. Dinastía XII. Museo de El Cairo. Foto del autor.
41
Un ejemplo aparece reflejado en los trabajos en la tumba de Djehutyhotep, nomarca de Hare,
en Deir el Barsha (Din. XII), la antigua Bersheh, quien disfrutó del cargo de “Supervisor de las
tropas Medjai-nubios”, además de arquitecto y constructor. GRIFFITH, F., NEWBERRY, P., “El
Bersheh II”, ASE 4 (1985), págs. 17-26. WILLEMS, H., “Recent Investigations at Deir El-Barsha”, EA 25 (2004), págs. 10-12.
42
SCHULMAN, A., “The Battle Scenes of the Middle Kingdom”, JSSEA 12 (1982), págs. 165183. FISCHER, H., “The Nubian Mercenaries of Gebelein during the First Intermediate Period”,
Kush 9 (1961), págs. 44-80. EL-KHADRAGY, M., “The Northern Soldiers-Tomb at Assiut”, SAK
35 (2006), págs. 147-174. Un oficial al frente de tropas nubias en WILLEMS, H., “Recent Investigations at Deir El-Barsha”, EA 25 (2004), págs. 10-12.
27
© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-835-8