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Parte III El silicon valley de la astronomía “Solo somos una raza avanzada de monos en un planeta menor de una estrella promedio. Pero podemos entender el universo. Eso nos hace muy especiales”. – Stephen Hawking. foto: Marcel Burkhard P latón consideraba al alma como la dimensión más importante del ser humano. Otros escritos griegos la definen como “aquello que nos permite alcanzar el conocimiento y la ciencia, nos acerca a los dioses y nos diferencia del resto de los seres, incluidos los animales”. Mientras que en la lengua española se le detalla como “vida humana” y en otra de sus acepciones, “sustancia o parte principal de cualquier cosa”. Sin embargo, y por mucho que se relacione en varios de sus significados divinos, filosóficos y de lenguaje, en el mundo astrofísico, alma significa Atacama Large Millimeter/submillimeter Array o simplemente ALMA, el telescopio terrestre más sofisticado de la historia. Se trata de uno de los computadores más poderosos del mundo, un correlacionador especializado con más de 134 millones de procesadores que efectúa hasta 17 mil billones de operaciones por segundo, que están comparando y combinando permanentemente débiles señales de cuerpos celestes capturadas por sus 66 antenas parabólicas –aún no están todas operativas– que están ubicadas en el Llano de Chajnantur, en la región de Atacama, a cinco mil metros de altura. Dicho en simple: “escuchamos con los dos oídos que tenemos, el cerebro hace una correlación de los datos y les da sentido. Así sé si soy hombre o mujer, si estoy enfrente o al lado. En el caso de ALMA, las antenas son los oídos y el correlacionador, el cerebro, cuya única función es producir datos que luego se pueden convertir en imágenes”, explica el astrónomo alemán y Comissioning Scientist de ALMA, Rainer Mauersberger. Este es el proyecto más colosal que se ha llevado a cabo hasta ahora, no solo por la potencia del correlacionador, la cantidad de antenas o la altura en la se ubica, sino porque no existe otro que reúna a 20 países en total. “Es lo más cercano a las Naciones Unidas en un proyecto científico. No hay ningún otro que involucre tantos países y tanta gente que tiene que trabajar bajo una misma bandera”, dice el astrónomo José Daza. Para Rainer Mauersberger “el número de socios es insólito” y explica que las caras visibles son Europa, Estados Unidos, Japón y Chile, pero que hay países como Brasil, Suiza y Francia, por nombrar algunos, que han aportado tecnología, planificación, construcción y dinero, entre otras colaboraciones. Chile cedió territorio y eso facilita cubrir una serie de aspectos como los caminos y accesos, además de asegurar que ahí no se pueden pedir concesiones mineras. “Ahora que tenemos ALMA, otros se enterraron de lo interesante que es el observatorio. Por ello se van a construir otros telescopios como uno de 30 metros de los americanos y varios pequeños de los japoneses. Podemos decir que Chajnantor es como el Silicon Valley de la astronomía. No hay nada semejante a lo del norte de Chile en el mundo”, confiesa Rainer Mauersberger. Nuestros orígenes Desde los comienzos de la vida en la tierra el hombre miró a los cielos y de a poco fue descubriendo los movimientos de los planetas y astros y de qué manera influían en todos los aspectos de su vida. Fue así como las diferentes [email protected] 59 documento “Cada átomo, cada molécula de nuestro cuerpo se formó o en las estrellas o en Big Bang, así que la próxima vez que observen el cielo y las estrellas, piensen en eso”. idea de que tal vez esas moléculas que formaron el océano primordial, parte de ese material vino de afuera, de muy lejos. De ahí que sea un reto para los astrónomos descubrir cómo se formó la vida en la Tierra y este, evidentemente es un gran paso. “A veces suponemos que la vida tiene mucho más que ver con el Universo de lo que se pensaba antes. Tiene que ver con nuestros orígenes en el cosmos. Antes se creía que las estrellas estaban solamente para nuestro placer y no es así. Cada átomo, cada molécula de nuestro cuerpo se formó o en las estrellas o en el Big Bang, así que la 60 muyinteresante.com.mx próxima vez que observen el cielo y las estrellas, piensen en eso”, advierte Mauersberger y revela que estrellas que murieron son verdaderas máquinas de producir carbono, oxígeno y que todo el hierro y calcio que existe en nuestros cuerpos viene de las estrellas. “Todo lo que se hace en ALMA tiene que ver con nuestra vida. Nosotros trabajamos a tres mil metros de altura, tenemos la mejor vista del Salar de Atacama, que tiene el 30% del litio existente en el Planeta. Y el litio viene del Big Bang. Siempre pienso en esas conexiones de la astronomía y nuestra vida cotidiana”, advierte. foto: getty images civilizaciones crearon sus calendarios, según sus necesidades y definieron las estaciones del año. Pero hoy la investigación apunta hacia otra dirección: descifrar cómo se formó la vida en la Tierra. Rainer Mauersberger manifiesta que “nuestro lema está en dirección de la búsqueda de nuestros orígenes a partir de nuestro sol, la tierra, las galaxias, y con este telescopio podemos observar con mucho más detalle que con los telescopios anteriores”. Esa gran diferencia la marca el hecho de que los otros telescopios son ópticos y en ALMA observan mediante radioondas. Además, y comparándolo con los otros radiotelescopios, este es hasta 100 veces más grande que los existentes, de ahí la necesidad de que colaboraran tantos países para poder llevar a cabo este megaproyecto. “Cuando se tiene un instrumento de esta potencia, es inevitable hacer descubrimientos muy importantes, inesperados. Por eso estamos casi seguros de que ALMA va a ser no solamente un éxito, que ya lo está siendo, porque se están haciendo observaciones de capacidad parcial. Ya es el radiotelescopio más potente del mundo para ondas milimétricas y va a ser mucho más”, precisa el astrónomo alemán. Pero ¿con qué se han encontrado hasta ahora? Mauersberger explica que mapearon una estrella joven que se parece mucho a nuestro sol hace cinco millones de años y descubrieron que en su órbita hay muchas moléculas de un tipo de azúcar que se llama glicolaldehído (HOCH2-CH=O). Lo interesante de este hallazgo es que este tipo de moléculas es necesario para producir ácido ribonucleico (ARN), fundamental para la vida. Aunque no es una prueba definitiva, es una Lugar de despegue Rainer Mauersberger bromea por el lema de ALMA. Dice que al comienzo pensaba que era una invención de los periodistas, sin embargo, hoy está convencido de que la frase “ir descubriendo los genes cósmicos” se ajusta totalmente al trabajo mancomunado y democrático que ahí realizan científicos de muchas partes del mundo. La forma para trabajar en la organización es bajo dos modalidades: como funcionario de planta o haciendo observaciones. Cualquier astrónomo del mundo puede solicitar proyectos para observación. Un proyecto de estas dimensiones se ve muy lejano y hasta poco comprensible, sin embargo, un año después de las observaciones cualquier persona puede descargar los datos y analizarlos hacer su propia publicación. “Tenemos un archivo y los datos están disponibles para todos y no hay que preguntar para utilizarlos, están para cualquier persona”, sugiere Rainer Mauersberger, y agrega que el software es gratuito aunque complicado para cualquier mortal, pero en un laptop lo puede correr y analizar los datos perfectamente. Democrático a toda prueba y por donde se le mire. Razón tiene José Maza cuando dice que “en Chile, los astrónomos somos privilegiados porque tenemos acceso a utilizar los mejores instrumentos, los mejores telescopios con tecnología de fotos: Science Division, Department of Environment and Conservation/ Australia La unión hace la fuerza La historia de ALMA y como llegó a ser el mega proyecto más importante que se ha realizado hatsa ahora en términos científicos en el mundo, tiene que ver con la asociación entre la Universidad de California en el Observatorio Hat Creek y el Instituto Tecnológico de California en el Radiobservatorio Owens Valley, hecho que demostró el poder aliado a una alta resolución angular para estudiar las fuentes encontradas con las antenas parabólicas individuales. Pero en Chile, comenzó en 1994, cuando se desechó la posibilidad de instalar el Millimeter Array (MMA) en sudoeste y en Hawaii por problemas climáticos . Ahí se volcaron los ojos hacia el norte de nuestro país, que según los expertos, presenta las condiciones óptimas para la observación astronómica. Se realizaron estudios en varios sitios que reunían los requerimientos hasta en 1996 se propuso formalmente la Llanura de Chajnantor, ubicada en la Región de Atacama, a cinco mil metros de altura. El 26 de junio de 1997 las dos partes involucradas hasta entonces en el colosal proyecto, ESO y NRAO firmaron una resolución a través de la cual acordaron seguir un proyecto común que fusionó el MMA con el Large Southern Array (LSA), el origen de Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, ALMA, unión que se oficializó dos años después . Después de muchas firmas, convenios y puestas a punto, el 25 de febrero de 2003 se legalizó la sociedad entre las partes norteamericana y europea para dar vida a ALMA. Luego, en 2004 se unió NAOJ , de Japón, mismo año en que se dictaron tres decretos emitidos por la República de Chile asegurando el uso del sitio elegido por 50 años. En el proceso se incluyó a la AUI con los mismos derechos y privilegios que ESO Fueron más de 14 organismos gubernamentales chilenos que estuvieron involucrados en las negociaciones que incluyeron un acuerdo con CONICYT para el fomento de la astronomía en Chile. última generación. Esto es como el cobre, deberíamos exportarlo, pero no como materia prima, sino como un producto”. ALMA es una instalación astronómica internacional -donde nuestro país es socio cooperador- que nace de la asociación del European Sourthern Observatory (ESO), por Europa; el National Radio Astronomy Observatory (NRAO), por Norteamérica; y el National Astronomical Observatory of Japan (NAOJ), por Asia del Este, además de la Associated Universities, Inc. (AUI). De este modo, se puede resumir que es un proyecto global, una fusión de ideas que se concretó después de haber realizado estudios en otros lugares como el volcán inactivo Mauna Kea en Hawaii, pero finalmente, y después de haber superado todas las pruebas, en 1996 se decidió que el lugar para este llevar a cabo este propósito colosal estaba nuestro país, específicamente en el Llano del Chajnantor, que en idioma kunza de los antiguos atacameños significa “lugar de partida o despegue”. Finalmente, cuando de ciencia de trata, nada es casualidad. Para saber más Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), www. almaobservatory.org. http://www.almascience.org/alma-data [email protected] 61