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Transcript
LOS DONES DEL
ESPÍRITU SANTO
LAS PASIONES Y LA
VIDA MORAL
GRACIA Y VIRTUDES 2
Dones del Espíritu Santo

Catecismo n.1831: Los siete dones del
Espíritu Santo son: sabiduría,
inteligencia, consejo, fortaleza,
ciencia, piedad y temor de Dios.

Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de
David (cf Is 11,1-2).

Completan y llevan a su perfección las
virtudes de quienes los reciben.

Hacen a los fieles dóciles para obedecer
con prontitud a las inspiraciones
divinas.
GRACIA Y VIRTUDES 3
Dones y frutos del Espíritu Santo

La vida moral de los cristianos está
sostenida por los dones del Espíritu
Santo.

Catecismo n.1832: Los frutos del
Espíritu son perfecciones que forma en
nosotros el Espíritu Santo como
primicias de la gloria eterna. La
tradición de la Iglesia enumera doce:
“caridad, gozo, paz, paciencia,
longanimidad, bondad, benignidad,
mansedumbre, fidelidad, modestia,
continencia, castidad” (Gál 5,22-23).
GRACIA Y VIRTUDES 4
VIDEO DE SAN
JOSEMARÍA
HABLANDO SOBRE EL
ESPÍRITU SANTO Y LA
VIDA ORDINARIA
GRACIA Y VIRTUDES 5
Oración de San Josemaría al Espíritu
Santo (abril 1934)
¡Ven, oh Santo Espíritu!: ilumina mi
entendimiento, para conocer tus mandatos:
fortalece mi corazón contra las insidias del
enemigo: inflama mi voluntad... He oído tu voz, y
no quiero endurecerme y resistir, diciendo:
después..., mañana. Nunc coepi! ¡Ahora!, no vaya
a ser que el mañana me falte.
¡Oh Espíritu de verdad y de sabiduría, Espíritu de
entendimiento y de consejo, Espíritu de gozo y de
paz!: quiero lo que quieras, quiero porque
quieres, quiero como quieras, quiero cuando
quieras...
Las pasiones y la vida moral
 Por
la estrecha unión de alma y cuerpo,
la actividad moral se encuentra bajo el
influjo de la sensibilidad.
GRACIA Y VIRTUDES 6
 Ese
influjo se manifiesta en las
pasiones, sentimientos o emociones:
impulsos de la sensibilidad que
inclinan a obrar o no obrar en razón
de lo que es sentido o imaginado como
bueno o como malo (CATECISMO, 1763).
Las pasiones y la vida moral
GRACIA Y VIRTUDES 7
 Las
pasiones son componentes
naturales del siquismo humano,
constituyen el lugar de paso y
aseguran el vínculo entre la vida
sensible y la vida del espíritu.
 Nuestro Señor señala al corazón del
hombre como la fuente de donde
brota el movimiento de las
pasiones (CATECISMO, 1764).
Las pasiones y la vida moral
 La
pasión más fundamental es el amor
despertado por la atracción del bien.
amor causa el deseo del bien
ausente y la esperanza de obtenerlo.
GRACIA Y VIRTUDES 8
 El
 Este
movimiento culmina en el placer
y el gozo del bien obtenido.
(CATECISMO, 1765)
Las pasiones y la vida moral
aprehensión del mal causa el odio,
la aversión y el temor ante el mal que
puede sobrevenir.
GRACIA Y VIRTUDES 9
 La
 Este
movimiento culmina en la tristeza
a causa del mal presente o en la ira que
se opone a él.
(CATECISMO, 1765)
Las pasiones y la vida moral
 Influyen
mucho en la vida moral.
sí mismas no son buenas ni
malas (CATECISMO, 1767).
GRACIA Y VIRTUDES 10
 En
 Son
moralmente buenas cuando
contribuyen a una acción buena, y
malas en el caso contrario
(CATECISMO, 1768).
La importancia del amor
Jesús mío, quiero corresponder a tu Amor, pero soy flojo.
—¡Con tu gracia, sabré! (San Josemaría, Forja, n. 383)

Te falta fe..., y te falta amor. Si no, acudirías inmediatamente y
con más frecuencia a Jesús, pidiéndole por esto y por lo otro.
—No esperes más, invócale, y oirás que Cristo te habla: “¿qué
quieres que te haga?”, como atendió a aquel cieguecito que, desde
la vera del camino, no se cansó de insistir (San Josemaría, Forja,
n. 386).
GRACIA Y VIRTUDES 11

Estás lleno de preocupación porque no amas como debes. Te
fastidia todo. Y el enemigo hace lo que puede para que tu mal
genio salga a relucir.
—Comprendo que estés muy humillado, y precisamente por esto
has de reaccionar con eficacia y sin demora (San Josemaría,
Forja, n. 392).

Las pasiones y la vida moral
 Pertenece
a la perfección humana el
que las pasiones estén reguladas a la
razón y dominadas por la voluntad.
GRACIA Y VIRTUDES 12
 Después
del pecado original, no están
sometidas y con frecuencia se inclinan
a lo que no es bueno.
 Para
encauzarlas habitualmente al bien,
se necesita la gracia (que sana las
heridas del pecado) y la lucha ascética.
Las pasiones y la vida moral
 La
voluntad, si es buena, utiliza las
pasiones ordenándolas al bien.
GRACIA Y VIRTUDES 13
 La
mala voluntad, que sigue al
egoísmo, sucumbe a las pasiones
desordenadas o las usa para el mal.
(CATECISMO, 1768)
GRACIA Y VIRTUDES 14
Las pasiones y la vida moral
Podemos decir, como San Agustín, que las
pasiones malas nos tiran de la ropa, para
abajo. Al mismo tiempo, notamos dentro del
corazón deseos grandes, nobles, limpios, y hay
una lucha.
—Si tú, con la gracia del Señor, pones los
medios ascéticos: la búsqueda de la presencia
de Dios, la mortificación —no te asustes: la
penitencia—, irás adelante, tendrás paz, y
alcanzarás la victoria (San Josemaría, Forja, n.
411).
Las pasiones y la vida moral
GRACIA Y VIRTUDES 15
 En
la vida cristiana, el Espíritu Santo
realiza su obra movilizando el ser entero
incluidos sus dolores, temores y
tristezas, como aparece en la agonía y la
pasión del Señor.
 Cuando se vive en Cristo, los
sentimientos humanos pueden alcanzar
su consumación en la caridad y la
bienaventuranza divina.
(CATECISMO, 1769)
GRACIA Y VIRTUDES 16
Las pasiones y la vida moral
La perfección moral consiste en que
el hombre no sea movido al bien
sólo por su voluntad sino también
por su apetito sensible según estas
palabras del salmo: “Mi corazón y
mi carne gritan de alegría hacia el
Dios vivo” (Sal 84,3).
(CATECISMO, 1770)
GRACIA Y VIRTUDES 17
La importancia de la Cruz
«Es necesario que te decidas voluntariamente a cargar
con la cruz. Si no, dirás con la lengua que imitas a
Cristo, pero tus hechos lo desmentirán; así no lograrás
tratar con intimidad al Maestro, ni lo amarás de veras.
No debe pasar una jornada sin que la hayas
condimentado con la gracia y la sal de la
mortificación. Y desecha esa idea de que estás,
entonces, reducido a ser un desgraciado. Pobre
felicidad será la tuya, si no aprendes a vencerte a ti
mismo, si te dejas aplastar y dominar por tus
pasiones y veleidades, en vez de tomar tu cruz
gallardamente»
(San Josemaría, Amigos de Dios, n. 129).