Download Documento 1 - Educar Chile

Documento 1
El siguiente texto corresponde a la versión escrita de la entrevista concedida hace
algún tiempo en París por el prominente neurobiólogo chileno, Dr. Francisco Varela,
quien falleció en esa ciudad el 27 de mayo del año 2001, a los 54 años de edad, víctima
de un cáncer hepático.
Siga atentamente la video-grabación que muestra la entrevista, luego lea este texto y
destaque los conceptos relevantes. Discuta sus apreciaciones con los integrantes de su
grupo y seleccionen los principales conceptos aportados por este científico.
Video: Francisco Varela
¿Cómo ven ustedes televisión? Moverse, recordar algo, sentir olores, tomar agua, todo
al mismo tiempo. Esta es la pregunta que hasta Varela, nadie había podido resolver.
-Este es el problema de entender el entender, conocer el conocer, es como una
obsesión absolutamente “obsesional”. Yo no me acuerdo de no haberla tenido.
Resolver la antigua pregunta de cómo conoce el hombre, ha sido para el biólogo
chileno radicado en París, Francisco Varela, más que un trabajo, una pasión que lo ha
guiado toda su vida; especialmente desde los 13 años, cuando un amigo le explicó la
tabla periódica de los elementos.
-Esta verdadera revelación me cambió la vida, pasé a ser un absoluto obsesionado de
la ciencia, de la investigación y de ahí partió esta curiosidad.
Su carrera se inició con un brillante doctorado en la prestigiosa Universidad de
Harvard, donde con sus 23 años logró el récord – aún invicto – de ser el más joven en
terminar los estudios.
Sólo dos años después, ya de vuelta en Chile, Varela elaboró con el actual Premio
Nacional de Ciencias, el biólogo Humberto Maturana, la revolucionaria Teoría de la
Autopoyesis, según la cual el conocer es inseparable de la organización de los seres
vivos. Esta teoría, presentada en el libro El árbol del conocimiento, traducido a más de
25 idiomas, le dio a Varela ya a los 25 años una resonancia mundial, pero Varela no se
conformó con esto y su curiosidad y espíritu lo llevaron a investigar cómo es que se
coordina todo este conocimiento.
-Se hace una pregunta: ¿Cómo es que el sistema nervioso da origen, momento a
momento, a configuraciones internas que son de millones de neuronas? Y se arma ese
conjunto y luego desaparece, se arma uno nuevo y desaparece, es esa transitoriedad
de los estados mentales, que es un fenómeno, no solo desde el punto de vista
fisiológico, fascinante, sino también experiencial y sicológico de nuestra vida como
individuos, que está marcada por esas apariciones y desapariciones de momentos
mentales.
Tras 25 años de obsesión por esta pregunta Varela logró encontrar por primera vez en la
historia, una posible respuesta científica.
-Entonces hay una hipótesis sobre la cual hemos estado trabajando, que ha sido una
especie de descubrimiento simultáneo en tres o cuatro laboratorios, en distintas
partes del mundo, que es muy interesante, y que a mí me tiene en todo caso muy
entretenido, que es la siguiente:
La hipótesis es que estos grupos neuronales se forman o se reconocen sobre una
base que uno podría decir musical, es así que, cuando una neurona empieza a hacer
actividades, emite una frecuencia específica, que en el caso concreto de que estamos
hablando es una frecuencia eléctrica y que uno se la puede imaginar como una nota
musical pura, y que las neuronas se reconocen una a otras porque “cantan” en la
misma frecuencia o en la misma nota.
Los resultados de los experimentos han sido prometedores.
Lo que nosotros hemos estado haciendo, junto con otra gente de otros lados, es
justamente meter un microelectrodo o varios microelectrodos y escuchar este cantito
de las neuronas o literalmente mirar la frecuencia en la cual oscilan, y cómo en esta
frecuencia uno puede ver dos neuronas por ejemplo que están muy lejos una de otra,
que de pronto se meten a oscilar en conjunto con una precisión de una millonésima
de segundo.
Nosotros proponemos un modelo matemático, hacemos simulaciones en el
computador que nos permiten iluminar los datos que obtenemos de los experimentos,
porque sino uno se pierde y no sabe qué preguntas hacerle al experimento, ni
tampoco que es lo que el experimento nos está diciendo.
La hipótesis de Varela propone una mirada totalmente nueva sobre el ser humano.
El yo, el ser vivo, el ser consiente es una suerte de nube flotante como de glóbulos
que aparecen en un mar de un trasfondo de cosas, es como una visión caótica. De
hecho aparecen transitoriamente y desaparecen, aparecen y desaparecen. Por lo
tanto, ni soy yo, cuando digo yo Francisco, Francisco como tal es una suerte de
permanente aparición y desaparición.
Según Varela cada uno de estos instantes es una experiencia que puede ser vivida
intensamente o pasada por alto.
-Es la diferencia entre pasar al lado de la vida o estar en la vida, si hay sol o no hay sol,
si llueve o no llueve, la gaviota que se paró en un banco, y eso me da una calidad de
vida, una calidad de experiencia muy distinta.
Así, Varela estudia primero su propia experiencia. Amigo del Dalai Lama, Varela encontró en
la meditación budista, que practica diariamente, un método que le ha permitido ejercitarse en
desarrollar su experiencia.
Lo que intenta uno hacer es una cosa muy simple y es que la vida cotidiana adquiere
mucho mayor profundidad y volumen. Ahora eso desde el punto de vista de la calidad
de vida ya nos da mucho, nos ofrece revivir virtualmente la profundidad o la riqueza
de la experiencia anterior.
Desde el punto de vista del método de investigación que nos permite darnos cuenta
de ciertas cosas que son fundamentales para entender el funcionamiento de la mente,
por ejemplo el hecho del que hablábamos ayer, que la experiencia no es una línea
continua en el tiempo, la experiencia no es permanente, aparece y desaparece, hay
como discontinuidades en la vida temporal.