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Pautas para el manejo de la sobrecarga férrica
Los síndromes mielodisplásicos son un grupo de enfermedades que se caracterizan
por la incapacidad de la médula ósea de producir células sanas, lo que motiva una
formación defectuosa de los glóbulos rojos, los glóbulos blancos, así como de las
plaquetas, y constituyen una de las enfermedades hematológicas más comunes en
adultos mayores de 60 años. La anemia es el síntoma más frecuente, de forma que en
el 80% de los casos se presenta esta manifestación en el momento del diagnóstico, y
más del 95% la desarrollarán durante su evolución. A este respecto, se estima que es
necesario realizar transfusiones sanguíneas frecuentes en más del 90% de los casos en
un momento u otro de su evolución.
El único tratamiento farmacológico eficaz para eliminar el exceso de hierro en las
anemias transfusionales es administrar un quelante del hierro. En él, un agente se
une al hierro del organismo y de los tejidos, después lo elimina a través de la orina
y/o de las heces.
‘El ser humano- explica el doctor Remacha -no dispone de un mecanismo fisiológico
de pérdida de hierro, fuera de la hemorragia, con lo que cada molécula de hierro
que penetra en el torrente sanguíneo se queda en el organismo. Por tanto, el
tratamiento quelante del hierro debe iniciarse tan pronto como se detecte la
existencia de sobrecarga de hierro moderada, y debe administrarse mientras
persista este exceso de hierro y el paciente continúe precisando trasfusiones
sanguíneas’.
Aunque hay pacientes con síndrome mielodisplásico que antes de iniciar las
transfusiones ya presentan unos depósitos altos de hierro debido a anomalías
genéticas u otras causas, es a partir de aproximadamente la décima transfusión
cuando es evidente una concentración alta de hierro. ‘Por ello, es necesario
controlar periódicamente en estos pacientes el nivel de sobrecarga férrica. Lo
habitual es realizar cada tres meses un análisis en el que se determina la
concentración de ferritina sérica en el organismo, un marcador que aumenta o
disminuye de manera similar al almacenamiento de hierro. Así, en un pacientes con
SMD que recibe transfusiones si la concentración de ferritina sérica es superior a
1.000 ng/ml y siempre que sus expectativas de vida superen los 6 meses-1 año se
debería administrar un tratamiento quelante’, indica el doctor Remacha.
En función de la situación de los pacientes el objetivo del tratamiento quelante
varía. En el caso de los pacientes con niveles de ferritina muy alta, por ejemplo de
3.000 ng/ml o más, hay que conseguir reducir y mantener el nivel alrededor de
1.000 ng/ml. Mientras que en los pacientes que ya tienen un nivel de ferritina en
torno a 1.000 ng/ml. sólo hay que mantener la cifra. En cualquier caso. Siempre que
la ferritina baje de 1.000 ng/ml. hay que disminuir o suspender el tratamiento.
‘No obstante, -concluye el doctor- todos estos criterios, así como la respuesta a
preguntas como qué pacientes con síndrome mielodisplásico deberían recibir
tratamiento quelante o cuándo habría que iniciarlo están desde hace unos meses en
la Guía Clínica de Quelación del Paciente con Síndrome Mielodisplásico que
establece unas pautas comunes para los profesionales sanitarios implicados en el
abordaje y diagnóstico de la sobrecarga férrica en los pacientes con síndromes
mielodisplásicos y así favorecer el correcto manejo y tratamiento de estos pacientes
y, con ello, una menor morbilidad y mortalidad del paciente’, afirma el doctor Ángel
F. Remacha.
La Guía, elaborada por varios expertos contó con el patrocinio de Novartis
Farmacéutica y el aval de la Asociación Española de Hematología y Hemoterapia
(AEHH) y la Fundación Española de Hematología y Hemoterapia (FEHH), establece
la necesidad de controlar los niveles de ferritina en pacientes con SMD, cada 6 meses
si el paciente no recibe transfusión sanguínea y cada 3 meses en los casos en los que
sí se utilice esta terapia, con el fin de conocer si existe la sobrecarga de hierro, y de
tratar con un quelante de hierro, en líneas generales, a aquellos pacientes con SMD
de bajo riesgo con anemia dependiente de transfusión y nivel de ferritinina sérica
superior a 1.000ng/ml.