Download Lectio Divina Koinonia 1 Adviento 2010

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1 de Adviento
Parroquia
Santa María Magdalena
Yacuanquer
La Palabra debe ser esperada y
escuchada
Con buena disposición interior
Oración al Espíritu Santo
Con Corazón limpio y humildad
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
(San Agustín)
Espíritu Santo, inspíranos, para
que pensemos santamente.
Espíritu Santo, incítanos,
para que obremos santamente.
Espíritu Santo, atráenos,
para que amemos las cosas santas.
Espíritu Santo, fortalécenos, para que
defendamos las cosas santas.
Espíritu Santo, ayúdanos, para que no
perdamos nunca las cosas santas.
Leer bien y sin prisa
Hay que leer dos o tres veces
Aprende a conocer el Corazón
de Dios en sus Palabras
Leer bien, es escuchar bien
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 24,37- 44
«"Como en los días de Noé, así será la venida
del Hijo del hombre. Porque como en los días
que precedieron al diluvio, comían, bebían,
tomaban mujer o marido, hasta el día en que
entró Noé en el arca, y no se dieron cuenta
hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos,
así será también la venida del Hijo del hombre.
Entonces, estarán dos en el campo: uno es
tomado, el otro dejado; dos mujeres moliendo
en el molino: una es tomada, la otra dejada.
"Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá
vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de
casa supiese a qué hora de la noche iba a venir
el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le
horadasen su casa. Por eso, también vosotros
estad preparados, porque en el momento que
no penséis, vendrá el Hijo del hombre.»
Composición general del
Evangelio de San Mateo
 1,1-
4,16:
Presentación de Jesús.
 4,17-16,20:
Misión de Jesús.
 16,21-28,20:
Pasión, muerte y
resurrección de Jesús.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 24,37- 44
«"Como en los días de Noé, así será la venida
del Hijo del hombre. Porque como en los días
que precedieron al diluvio, comían, bebían,
tomaban mujer o marido, hasta el día en que
entró Noé en el arca, y no se dieron cuenta
hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos,
así será también la venida del Hijo del hombre.
Entonces, estarán dos en el campo: uno es
tomado, el otro dejado; dos mujeres moliendo
en el molino: una es tomada, la otra dejada.
"Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá
vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de
casa supiese a qué hora de la noche iba a venir
el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le
horadasen su casa. Por eso, también vosotros
estad preparados, porque en el momento que
no penséis, vendrá el Hijo del hombre.»
En la niñez nos enseñaban que el
tiempo se organiza en tres
momentos: el pasado, el presente
y el futuro. En la vida de la Iglesia
se nos dice siempre que Cristo es
el mismo, ayer, hoy y siempre. Por
eso,
si
unimos
las
dos
afirmaciones
anteriores,
nos
encontramos que el tiempo es un
gran regalo de Dios y que
nosotros debemos dar gracias por
ese don que diariamente debemos
sentir y vivir, además, Cristo
estará presente en nuestro ayer,
hoy y siempre.
Hoy iniciamos un nuevo año
litúrgico y para simbolizarlo
hemos bendecido la corona de
Adviento en el templo y en
nuestras casas, para recordar a
través de la imagen circular de
la corona que el tiempo es de
Dios, y que Él nos lo regala
para que lo disfrutemos y
hagamos una construcción de
la historia desde el plan de
salvación que Dios nos regala.
Además, comenzamos el Adviento
tiempo de gracia y preparación a la
venida del Señor. El Evangelio de
Mateo, junto a las demás lecturas
del día nos coloca frente a la
llegada del Señor y nuestra manera
de estar dispuesto a recibirlo. En el
Evangelio, Jesús coloca dos
comparaciones para que sus
discípulos y la gente que lo
escuchan entiendan que el tiempo
es un gran regalo de Dios y que no
hay que desperdiciarlo y menos
vivir en él sin darnos cuenta de
que existe y nos sirve de mucho.
Jesús llama la atención a sus oyentes
sobre la manera instintiva en que se vive en
todas las generaciones. Estamos solo
preocupados por comer, beber, buscar el
placer, pero no más. Se nos olvida que Dios
está con nosotros, que Él quiere caminar en
la senda de nuestra vida. La segunda
comparación la presenta con la imagen del
ladrón que llega a la hora que menos
pensamos y nos roba nuestra tranquilidad y
nuestra verdadera atención. En esta
segunda imagen pensemos en las tantas
veces que nosotros nos dejamos robar el
tiempo, por preocupaciones que nos
inventamos, por el afán de protagonismo o
por el simple deseo de estar a la moda.
Todas esas veces el mal que se personifica
con el ladrón nos roba lo mejor que
tenemos nuestro tiempo y tranquilidad.
Para dar respuesta al cómo debemos
actuar ante estos dos males que nos
atacan: el vivir sin sentido e
instintivamente, Jesús nos dice que
hay que estar atentos y preparados. La
primera actitud: la vigilancia, nos
recuerda que debemos estar siempre
atentos a los cambios de época, y ser
capaces
de
asumir
con
responsabilidad nuestro estar en la
historia. No podemos dejar que sean
otros los que decidan por nosotros,
somos participes de la historia y solo
si estamos atentos y vigilantes
entenderemos lo que nos sucede en
nuestro alrededor.
La
segunda
actitud:
estar
preparados, nos exige estar
actualizando nuestra fe en el plan
de Dios y en el cómo aplicar su
proyecto en la historia de cada día.
Dios quiere caminar con nosotros
pero quiere que estemos cercanos
a Él, que lo conozcamos, que
amemos su plan de salvación y
que hagamos de cada día un
tiempo
oportuno
para
encontrarnos con Dios y con su
deseo de hacer de nuestra vida un
tiempo y espacio para la salvación.
En el Adviento que hemos
iniciado, el Señor Jesús, nos pide
estar atentos y preparados para su
pronta visita, no olvidemos que
ese encuentro nos colocará frente
a nuestro modo de vivir, de amar,
pensar y obrar correctamente, por
eso, aprovechemos este tiempo de
gracia para revisar y hacer un plan
de vida para este nuevo año que
iniciamos. Feliz nuevo año en el
Señor Jesús y que los propósitos
de fe que nos coloquemos los
hagamos realidad.
DESCUBRIR LOS “AFECTOS” QUE
LA PALABRA VA GENERANDO EN
MI CORAZÓN:
Alegría, compromiso, interrogantes,
nuevas posibilidades
Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene,
ahora, que ser leído con el corazón
Meditemos la Palabra con el Papa
«Por este motivo, el estribillo «Vayamos
jubilosos al encuentro del Señor» resulta
tan
adecuado.
Nosotros
podemos
encontrar a Dios, porque él ha venido a
nuestro encuentro. Lo ha hecho, como el
padre de la parábola del hijo pródigo (Lc
15, 11-32), porque es rico en misericordia,
y quiere salir a nuestro encuentro sin
importarle de qué parte venimos o a dónde
lleva nuestro camino. Dios viene a nuestro
encuentro, tanto si lo hemos buscado
como si lo hemos ignorado, e incluso si lo
hemos evitado. El sale el primero a nuestro
encuentro, con los brazos abiertos, como
un padre amoroso y misericordioso.
Si Dios se pone en movimiento para
salir a nuestro encuentro, ¿podremos
nosotros volverle la espalda? Pero no
podemos ir solos al encuentro con el
Padre. Debemos ir en compañía de
cuantos forman parte de «la familia de
Dios».
Para
preparamos
convenientemente al jubileo debemos
disponernos a acoger a todas las
personas.
Todos
son
nuestros
hermanos y hermanas, porque son
hijos del mismo Padre celestial».
Juan Pablo II. Homilía primer Domingo de Adviento, 29 de
noviembre de 1998.
Da gracias, intercede por los
hermanos, por las situaciones que
el texto te haya traído a la memoria.
Da curso libre a tus capacidades
creativas de sensibilidad en la
oración.
Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene,
ahora, que ser hablado con el corazón
Padre de bondad y de amor,
tú nos has prometido una
vida llena de felicidad.
Aumenta en nosotros la fe y
haz que animados por la
esperanza de recibir lo
prometido, sepamos
mantenernos siempre activos
y dispuestos a trabajar
contigo en el cumplimiento
de tus promesas. Nosotros te
lo pedimos por Jesús, hijo
tuyo, nuestro hermano y
maestro. Amén
Ponte en medio de la comunidad y
deja que rebose de tu interior la
paz y la bendición que has
recibido.
Actúa con ellos para volver a
reencarnar en la historia a
Jesucristo, la Palabra hecha carne.
Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene,
ahora, que ser practicado en la vida
Mi compromiso en esta semana será:
1. Desde hoy voy a comenzar a vivir y amar cada
instante de mi vida con alegría y aceptando que
en todo momento esta Dios?
2. Voy a realizar un proyecto de vida para el 2011,
donde este siempre presente Cristo y su Iglesia.
3. Encenderé el primer cirio de la corona de
Adviento pidiendo a Jesús que Él sea la luz de
mis decisiones personales en esta semana.
(Desde el Evangelio de San Mateo 24,37- 44)