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A María Santísima
Así como la aurora
es el fin de la noche,
así el nacimiento de
María es el fin de
nuestros dolores
y el comienzo de
nuestro consuelo.
(R.Deutz)
A Jesús siempre
se va
y se "vuelve"
por María.
(San Josemaría
Escrivá de Balaguer)
A María, nuestra Madre,
le demostraremos nuestro amor
trabajando por su Hijo Jesús,
con Él y para Él.
(Beata Madre Teresa de Calcuta)
«A quien
Dios quiere hacer
muy santo,
lo hace muy devoto
de la Virgen María»
(San Luis María Grignon
de Monfort)
Acuérdate, acuérdate,
dulce, escogida Reina,
que tienes de nosotros,
los hombres pecadores,
toda tu dignidad.
¿Cómo te llamarías
Madre de la gracia
y la misericordia a no ser
por nuestra miseria que
necesita de gracia
y de misericordia.
(Miguel de Unamuno)
Amad, honrad,
servid a María.
Procurad hacerla conocer,
amar y honrar por los
demás.
No sólo no perecerá un
hijo que haya honrado a
esta madre,
sino que podrá aspirar
también a una gran
corona en el cielo.
(San Juan Bosco)
Amor, ternura,
abnegación, sacrificio,
todo esto es madre.
Y todo esto es para
nosotros María.
(Mn. Josep Comerma)
Antes de morir Jesús
ofrece al apóstol Juan
aquello más precioso
que posee:
su Madre, María,
quien
«a los pies de la Cruz,
en Juan, acoge en su
corazón a toda la
humanidad».
(San Juan Pablo II)
Así como las
grandes catedrales
dedicadas a nuestra
Señora son
tabernáculos del
Santísimo
Sacramento,
así brilla María en
la Iglesia como su
custodia.
(Zundel)
Así como cuando vivía
Jesús iba usted,
¡Oh Madre!,
con el cántaro sobre la
cabeza a sacar agua de
la fuente,
venga ahora a tomar
agua de la gracia y
tráigala, por favor,
para nosotros que tanto
la necesitamos.
(San Alberto Hurtado Cruchaga, S.J)
¡Cantar, María quisiera
por que te amo!
Por que tu dulce
nombre me hace saltar
de gozo el corazón.
Y por que el
pensamiento de tu suma
grandeza a mi alma no
podría inspirarle temor.
(Santa Teresa del Niño Jesús)
Comparar su dolor.
Nada hay que se le asemeje.
Es su único Hijo, muerto,
destrozado por los
pecadores. Y a la vista del
cuerpo ensangrentado de su
Dios, de las lágrimas de su
Madre María,
aprendamos a sufrir
resignados, aprendamos a
consolar a la Ssma. Virgen,
llorando nuestros pecados.
(Santa Teresa de los Andes)
Con la
obediencia de
María
conquistamos
nuestra libertad
de cristianos.
(Miguel de Unamuno)
Contemplando a su buena Madre,
el enamorado san Bernardo le dice
con ternura:
"¡Oh excelsa, oh piadosa, oh digna
de toda alabanza Santísima Virgen
María, tu nombre es tan dulce
y amable que no se puede nombrar
sin que el que lo nombra no se
inflame de amor a ti y a Dios;
y sólo con pensar en él,
los que te aman se sienten más
consolados y más inflamados en
ansias de amarte!"
Glorias de María, San Alfonso María de Ligorio
Cuando el Espíritu
Santo encuentra a
María en un alma,
se siente atraído
irresistiblemente
hacia ella y en ella
hace su morada.
(San Luis María Grignión de
Montfort)
Dios os salve, María,
Madre de Dios.
En Vos está y estuvo
todo la plenitud de
la gracia y todo
bien.
(San Francisco de Asís)
El amor a nuestra
Madre será soplo que
encienda en lumbre
viva las brasas de
virtudes que están
ocultas en el rescoldo
de tu tibieza.
(San Josemaría Escrivá de
Balaguer)
EL nombre de
María es la alegría
para el corazón,
miel para los labios
y la melodía para el
oído de sus
devotos.
(San Antonio de Padua )
En la Sagrada Escritura
encontramos pocas palabras
de la Virgen,
pero son como granos de
oro puro:
si los fundimos con el fuego
de una amorosa
contemplación,
serán suficientes para irradiar
sobre toda nuestra vida el
esplendor luminoso de las
virtudes de María.
(Santa Teresa Benedicta de la Cruz,
Edith Stein)
En Ti, de Ti, por Ti,
por tu medio,
¡oh María!,
restauró la bondadosa
mano del Omnipotente
todo cuanto había
perecido.
(San Bernardo)
Es casi imposible ir
hacia Jesús si no se
va por medio de
María.
(San Juan Bosco)
Estamos en este mundo
como en un mar
borrascoso,
como en un destierro,
en un valle de lágrimas.
María es la estrella del
mar, el consuelo de
nuestro destierro, la luz
que nos indica el camino
del cielo enjugando
nuestras lágrimas.
(San Juan Bosco)
La contemplación de
Cristo tiene en María su
modelo insuperable.
El rostro del Hijo le
pertenece de un modo
especial.
Ha sido de su vientre
donde se ha formado,
tomando de Ella una
semejanza humana, que
evoca una intimidad
espiritual más grande
todavía.
(San Juan Pablo II)
La devoción a la
Virgen es la llave
del Paraíso.
San Efrén
La devoción a
María es señal de
salvación eterna.
(San Bernardo)
La protección de
María
es más grande y
poderosa de lo que
podemos nosotros
entender.
(San Germán)
La Virgen guardaba
estas cosas en su
corazón.
Toda su vida se
puede resumir en
estas pocas palabras.
Vivía en su corazón,
a tal profundidad,
que la mirada
humana no la puede
seguir.
(Beata Isabel Trinidad)
La Virgen Santa María,
Madre del Amor
Hermoso, aquietará tu
corazón, cuando te
haga sentir que es de
carne, si acudes a Ella
con confianza.
(San Josemaría Escrivá de Balaguer)
María es para el
alma como el
oratorio del
corazón,
para hacer en él
todas las oraciones a
Dios.
(San Luis María Grignion de
Montfort)
María es nuestra
Madre,
la causa de nuestra
alegría.
Por ser Madre,
yo jamás he tenido
dificultad alguna en
hablar con María y en
sentirme muy cercana
a Ella.
(Beata Madre Teresa de Calcuta)
María no es el
centro,
pero esta en el
centro!
(San Luis María Grignion
de Monfort)
María no es una
mera ayudante.
Es cooperadora y
compañera.
Participa en el reino
exactamente igual a
como participó en
los sufrimientos del
Señor por el género
humano.
(San Alberto Magno)
Mundo de santos:
a eso estamos llamados.
Y esa ha sido siempre la
misión de María con Jesús,
tal vez por eso que su
presencia incluso sensible
en medio de nosotros se
hace cada vez mayor:
apariciones, milagros,
y ese milagro de ese mar
que se mueve bajo su
influjo a la invocación de
su nombre.
(San Alberto Hurtado Cruchaga,
S.J)
Oigamos a María
para que nos enseñe,
como hizo con su
Hijo Jesús,
a ser mansos y
humildes de
corazón,
y de esta manera
poder dar gloria a
nuestro Padre que
está en los cielos.
(Beata Madre Teresa de Calcuta)
Seamos
inmensamente
gratos a la Virgen.
¡Ella nos dio a
Jesús!
(San Pío de Pieltrecina)
Si se levanta la
tempestad de las
tentaciones,
si caes en el escollo
de las tristezas,
eleva tus ojos a la
estrella del Mar:
¡invoca a María!.
(San Bernardo)
Si ustedes desean asistir a la Sagrada Misa con
devoción y obtener frutos, piensen en la
Madre Dolorosa al pie del Calvario.
(San Pío de Pieltrecina)
Todo lo tenemos en
María.
Si somos hijos,
es Madre:
si débiles, es fuerte;
si ignorantes, es trono
de sabiduría;
si tristes, es causa de
nuestra alegría;
si necesitados,
es Madre de la gracia.
(Santa Francisca Chantal)
“ Verdaderamente,
ella fue fuerte y tierna,
dulce y firme a la vez,
olvidada de sí misma
y generosa con nosotros.
A Ella es a quien conviene amar
y reverenciar por encima de todas
las cosas,
después de la Trinidad Suprema”
(San Buenaventura)
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Y que permanezcamos unidos en el amor a Jesús.