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Base Bíblica:
2 Reyes 2:19-22
INTRODUCCIÓN
El milagro de la purificación de las aguas,
aunque fue literal y real, contiene un aspecto
simbólico.
“Muchas son las lecciones espirituales que se
desprenden de este relato de la purificación
de las aguas. La botija nueva, la sal, el
manantial, todas estas cosas de las cuales nos
hablan son altamente simbólicas”. (Patriarcas
y Profetas, página,173.)
De acuerdo al relato bíblico y al consejo del
espíritu de profecía, analicemos con la ayuda
de Dios, la ubicación de la ciudad donde se
desarrolló el milagro, los efectos desastrosos
que provocaban las aguas amargas, tanto en
las personas, como en la ganadería y la
agricultura. ¿Qué significado tienen, la botija,
la sal y el manantial?
I. LA PURIFICACIÓN DE LAS
AGUAS FUE EN JERICÓ.
2 Reyes 2:19
“En los tiempos patriarcales, el valle del Jordán “era
de riego … como el huerto de Jehová”. En ese
hermoso valle fue donde Lot decidió establecerse,
cuando fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma.
(Génesis 13:10-12.) pero al ser destruidas las
ciudades de la llanura, la región de en derredor se
transformó en un desierto desolado, y llegó a
formar parte del desierto de Judea.
Subsistió una parte de ese hermoso valle, con
sus manantiales y arroyos vivificantes, para
alegrar el corazón del hombre. En ese valle,
rico en campos de cereales y vergeles de
palmeras y otros frutales, las huestes de Israel
habían acampado después de cruzar el Jordán
y habían gozado por primera vez de los frutos
de la tierra prometida.
Delante de sí tenían las murallas de la
fortaleza pagana de Jericó, centro del culto de
Astarté, la más vil y degradante de todas las
formas cananeas de la idolatría. Pronto
fueron derribadas sus murallas y muertos sus
habitantes; y en ocasión de su caída, se hizo
en presencia de todo Israel esta solemne
declaración: ”Maldito delante de Jehová el
hombre que levante y reedificare esta ciudad
de Jericó. En su primogénito eche sus
cimientos, y en su menor asiente sus puertas
(Josué 6: 26).
Transcurrieron cinco siglos. El lugar seguía
desolado y maldecido por Dios. Aún los
manantiales que habían hecho tan deseable
la residencia en esa parte del valle, sufrieron
los efectos de la maldición. Pero los tiempos
de la apostasía de Acab, cuando el culto de
Astarté revivió por influencia de Jezabel,
Jericó, antigua sede de ese culto, fue
reedificada, si bien a un costo espantoso para
quién lo hizo…
No lejos de Jericó, en medio de vergeles
fructíferos, se hallaba una de las escuelas de
los profetas; y allí se dirigió Eliseo, después de
la ascensión de Elías. Mientras estaba entre
ellos, los hombres de la ciudad se acercaron al
profeta para decirle: “He aquí, el asiento de
esta ciudad es bueno, como mi señor ve; mas
las aguas son malas, y la tierra enferma.
El manantial que años anteriores había sido
puro y comunicaba vida, pues contribuía
mucho a abastecer de agua a la ciudad y la
región circundante, ya no podía usarse”.
Profetas y Reyes, página 172.
II. RESULTADOS DE LA
DESOBEDIENCIA Y LA APOSTASÍA
Las aguas malas o amargas eran el resultado de
dos cosas: De la desobediencia y la apostasía.
Desobediencia a la orden de Dios dada por
Josué, que Jericó no debía ser reconstruida
(Josué 6:26), y por la apostasía al adorar a
Astarté, una diosa pagana, dejando a Dios,
Creador del universo entero.
La maldición de Dios se reflejaba en el valle
del Jordán y en sus manantiales. El agua ya
no podía usarse, era mala. Afectó tres áreas
de la vida familiar:
Para el uso doméstico: No era propia ni
saludable para tomarla, no era recomendable
para bañarse, menos para la preparación del
alimento, o para la limpieza de trastos
utilizados.
Para el uso agrícola: La tierra estaba estéril.
Se había convertido en un desierto. Los
árboles no daban frutos, no había cosecha de
trigo ni de cebada. Faltaba el alimento.
Para el uso de la ganadería: Sin pastos y sin
agua no hay ganado, son dos cosas
indispensables. Para una persona que parte
de su economía es el ganado, si éste no se
reproduce o se muere, lo más seguro que
enfrentará la pobreza.
Hermanos, debemos dar gracias a Dios y vivir
muy agradecidos porque nosotros tenemos
agua apropiada para el uso doméstico,
agrícola y ganadero. Disfrutamos de las frutas
y las verduras que, gracias a Dios, al agua y al
trabajo de quienes se dedican a esa actividad,
las tenemos en nuestra mesa. Leamos lo que
David dijo en el Salmo 65:9-13. El reconoció
la abundancia divina.
9
Visitas la tierra, y la riegas;
En gran manera la enriqueces;
Con el río de Dios, lleno de aguas,
Preparas el grano de ellos, cuando así la
dispones.
10
Haces que se empapen sus surcos,
Haces descender sus canales;
La ablandas con lluvias,
Bendices sus renuevos.
11
Tú coronas el año con tus bienes,
Y tus nubes destilan grosura.
12
Destilan sobre los pastizales del desierto,
Y los collados se ciñen de alegría.
13 Se
visten de manadas los llanos,
Y los valles se cubren de grano;
Dan voces de júbilo, y aun cantan.
III. LA GENTE DE JERICÓ PIDE
AYUDA AL PROFETA ELISEO
2 Reyes 2: 19: Y los hombres de la ciudad dijeron
a Eliseo: He aquí, el lugar en donde está
colocada esta ciudad es bueno, como mi señor
ve; mas las aguas son malas, y la tierra es
estéril.
Eliseo acepta ayudarles, pero les pide dos
cosas: “Traedme una vasija nueva y poned
en ella sal” (1 Reyes 2: 20).
“Habiendo recibido esto, salió él a los
manantiales de las aguas, echó dentro la
sal, y dijo: Así ha dicho Jehová: Yo sané
estas aguas, y no habrá más en ellas
muerte ni enfermedad” (2 Reyes 2:21).
“La purificación de las aguas de Jericó se
realizó, no por sabiduría humana, sino por la
intervención milagrosa de Dios. Los que
habían reedificado la ciudad no merecían el
favor del Cielo; y sin embargo el que “hace
que su sol salga sobre malvados y buenos, y
llueva sobre justos e injustos” (Mateo 5:45)
consideró propio revelar en este caso,
mediante ese acto de compasión, su buena
disposición para curar a Israel de sus
enfermedades espirituales…La purificación
fue permanente”. Profetas y Reyes, página
173
IV. DEL SIMBOLISMO A LA
REALIDAD
“El arroyo contaminado representa el alma
que está separada de Dios. El pecado no
solamente nos separa de Dios, sino que
destruye el alma humana tanto el deseo como
la capacidad de conocerle” (Isaías 59: 1-2).
Profetas y Reyes, página 175
“El veneno del pecado todavía obra en el
corazón humano. Manantiales de odio y
amargura inundan un mundo donde podría
haber amor y felicidad” Comentario Bíblico
Adventista, tomo 2, página 853.
La vasija nueva, representa el corazón
purificado por la gracia de Dios.
“Para el corazón que llega a purificarse, todo
cambia. La transformación del carácter es
para el mundo, es el testimonio de que Cristo
mora en el corazón. El Espíritu de Dios
produce nueva vida en el hombre y el hombre
interior queda renovado a la imagen de Dios”
(2ª. Corintios 5:17) Profetas y Reyes, página
175.
La sal representa a los hijos de Dios
transformados y convertidos en misioneros
activos.
“Cuando Dios compara a sus hijos con la sal,
quiere enseñarles que su propósito al hacerlos
súbditos de su gracia es que lleguen a ser
agentes para salvar a otros. La sal debe
mezclarse con la substancia a la cual se añade;
debe compenetrarla para conservarla. Así
también es por el trato personal como los
hombres son alcanzados por el poder salvador
del Evangelio”. Profetas y Reyes, página 175.
Hermanos, debemos dar gracias a Dios, porque
antes de conocer y aceptar a nuestro Señor
Jesucristo, como nuestro Salvador personal,
éramos como las aguas amargas de Jericó, que
no producían vida, menos bendición. Hoy por la
gracia infinita de Dios, somos vasijas nuevas y
transformadas por la sangre de Jesucristo.
Gracias a Dios, porque somos la sal que da sabor
y preserva a un mundo insípido y corrupto. Por
todo esto, expresemos nuestra gratitud a Dios y
digamos con el apóstol Pablo:” ¡Gracias a Dios,
por su don inefable!” (2ª. Corintios 9:15).
CONCLUSIÓN
El milagro de la purificación de las aguas malas en
Jericó, nos enseñan tres grandes lecciones. El
arroyo contaminado representa al alma separada
de Dios. La vasija nueva representa a cada hijo de
Dios transformado por la gracia de Dios. La sal
representa a cada cristiano transformando y activo
en la viña del Señor. Usted y yo hemos pasado por
esa experiencia gloriosa de ser vasijas
transformadas para un servicio activo en el servicio
a Dios. ¿Desea usted renovar ese compromiso con
Dios ahora? si lo desea, colóquese de pie.