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Nació en Sallent, España,
el 23 de diciembre de 1807
Desde niño quiso ser sacerdote
Trabaja en el telar familiar. Lleva la
fabricación en la sangre
A los 17 años deja Sallent y marcha a
Barcelona: ¡hay un mundo nuevo que
explorar!
Trabaja de día. Estudia de noche.
Sueña convertirse en un gran
fabricante. Le hacen propuestas para
dirigir una empresa
Pero Dios tiene una “nueva”
propuesta para él
“En medio de esta barahúnda de
cosas, estando oyendo la santa Misa,
me acordé de haber leído desde muy
niño aquellas palabras del
Evangelio: ¿De qué le aprovecha al
hombre ganar todo el mundo si
finalmente pierde su alma? Esta
sentencia me causó una profunda
impresión. Fue para mí una saeta que
me hirió el corazón”.
¡Ha llegado “la hora” de la
decisión!
Se prepara para hacerse sacerdote en
el seminario de Vic, Cataluña, España
Es ordenado sacerdote el 13 de junio
de 1835 en Solsona
Después de un intento de ir a las misiones
extranjeras y de ingresar en la Compañía
de Jesús en Roma, se hace misionero
itinerante por los pueblos de Cataluña…
… y en las islas Canarias, donde lo
conocen como “El Padrito”
Siempre “pobre y a pie”, anunciando el
evangelio a los sencillos, al estilo de los
profetas y los apóstoles
El 16 de julio de 1849 funda la
Congregación de Misioneros Hijos
del Inmaculado Corazón de María
en esta pequeña celda del
seminario de Vic
Junto con otros cinco compañeros
“¡Oh Madre benditísima, mil
alabanzas os sean dadas por la
fineza de vuestro Inmaculado
Corazón y por habernos tomado
por hijos vuestros! Haced, Madre
mía, que correspondamos a tanta
bondad, que cada día seamos más
humildes, más fervorosos y más
celosos de la salvación de las
almas”.
El 4 de agosto de 1849 llega una noticia
sorprendente: el Papa Pío IX lo nombra
arzobispo de Santiago de Cuba
“Espantado del
nombramiento, no quise
aceptar por considerarme
indigno e incapaz de tan
grande dignidad, por no
tener ni la ciencia ni las
virtudes necesarias”.
1851-1857:
Arzobispo
de Santiago
de Cuba
En la isla combatió la injusticia, promovió a
los pobres, visitó y organizó la diócesis,
predicó el evangelio a todos
En 1855, junto con la Madre María Antonia
París, funda las Religiosas de María
Inmaculada (Misioneras Claretianas)
Sufrió atentados contra su vida, pero
amó intensamente al pueblo y se
entregó a él
1857-1868: Confesor de la Reina
Isabel II de España en Madrid
“Ya tenía unos cuantos días
de misión, cuando recibí
una Real Orden para que
pasara a Madrid, pues que
había muerto el Arzobispo
de Toledo, confesor que era
de Su Majestad, y me había
elegido a mí”.
1857-1868: En estos años
escribió muchos libros y
opúsculos
Junto a los Reyes, recorre toda España
predicando el evangelio
Intuye y promociona la vocación de los
seglares en la evangelización
“En estos últimos tiempos
parece que Dios quiere que los
seglares tengan una gran
parte en la salvación de las
almas”
Funda la Academia de San Miguel,
preside el Patronato del Monasterio de
El Escorial, busca la reforma de la
Iglesia.
En 1850 había publicado la obra “Hijas
del Santísimo e Inmaculado Corazón
de María”, base del actual instituto
secular “Filiación Cordimariana”
Su mente y su corazón se fueron
abriendo a una misión cada vez más
universal: “Mi espíritu es para todo el
mundo”
1868: Exilio en París
1870: Padre del Vaticano I
Defensor de la infalibilidad
pontificia
Exiliado en el monasterio
cisterciense de Fontfroide,
Francia
Murió el 24 de octubre de 1870
“Amé la justicia y odié la
iniquidad. Por eso muero en
el destierro”.
Desde 1897 su sepulcro se encuentra
en Vic, España
Fue canonizado por el Papa Pío XII
el 7 de mayo de 1950
“Yo me digo a mí mismo: Un Hijo
del Inmaculado Corazón de María
es un hombre que arde en caridad y
abrasa por donde pasa; que desea
eficazmente y procura por todos
los medios posibles encender a
todo el mundo en el fuego del
divino amor.
Nada le arredra; se goza
en las privaciones, aborda
los trabajos, abraza los
sacrificios; se complace en
las calumnias y se alegra
en los tormentos.
No piensa sino cómo
seguirá e imitará a
Jesucristo en trabajar y
sufrir y en procurar
siempre y únicamente la
mayor gloria de Dios y la
salvación de las almas”.
“Formado en la fragua de Vuestra
misericordia y amor”
“Alma grande, nacida como para
ensamblar contrastes.
Humilde de origen y glorioso a los
ojos del mundo.
Pequeño de cuerpo, pero gigante de espíritu; de
apariencia modesta, pero capaz de imponer
respeto incluso a los grandes de la tierra.
Fuerte de carácter, pero con la suave
dulzura de quien conoce el freno de la
austeridad y de la penitencia.
Siempre en la presencia de Dios, incluso en
medio de su prodigiosa actividad externa.
Calumniado y admirado,
ensalzado y perseguido.
Y, entre tantas maravillas, como una luz
suave que todo lo ilumina, su devoción a la
Madre de Dios” (Pío XII)
CHINA
Realizado por: Gonzalo Fernández Sanz, CMF