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33. POEMA DE POLO DE MEDINA INTRODUCCIÓN Salvador Jacinto Polo de Medina, murciano de 1603, y fallecido en 1676, hizo del humor, del buen humor, parte importante de su obra. Fue clérigo, secretario del obispo de Lugo, luego de Cartagena. Llegó a Rector del Seminario de San Fulgencio, en Murcia. Imprimió en Madrid lo mejor de su obra. En la capital del Reino, militó en la “Corte” de Lope de Vega; es decir, en contra de Góngora. Su obra comienza con Las Acadenias del Jardín, una recopilación de poemas suyos y de otros poetas con los que compartía una ática tertulia en Espinardo, en casa de los Marqueses de esa misma denominación. Uno de los poemas más celebrados es este de Los naranjos, comentado por Baquero Goyanes en la revista universitaria “Monteagudo” TEXTO Pomos de olor son al prado en el brasero del sol estos naranjos hermosos que ámbar exhala su flor. Perpetua esmeralda bella donde, en numerosa voz, mil parlerías nos cuenta el bachiller ruiseñor; entre cuyas tiernas hojas las flores que abril formó de estrellas breves de nieve racimos fragantes son. Metamorfoseos del tiempo que, en dulce transformación, hará topacios mañana los que son diamantes hoy; a cuyas libreas verdes dan vistosa guarnición ramilletes de cristal, fragantísimo candor. Rico mineral del valle, adonde franco nos dio, oro el enero encogido; plata, el mayo ostentador. SUGERENCIAS DIDÁCTICAS Este canto a unos naranjos es un riquísmo manatial de metáforas. A cada elemento vegetal le corresponde un elemento de piedra preciosa. Establecer la lista de tales correpondencias supone un ejercicio muy conveniente. El papel del tiempo en el poema también es importante
