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Julio R. Villanueva Sotomayor Lima, julio 2009 • Es vivir epidérmicamente, “a flor de piel”, vagamente, “sin brújula”. • La persona superficial es aquella que capta una parte muy pequeña de la vida, aquella que ve a primera vista, que, de repente, es la que le conviene solo mediáticamente; por ahora. • Es cultivar el ser íntimo, el alma en lo más recóndito de su sustancia. • Es cuidar la salud mental, “la guiadora en el camino de la fe, la verdad y la felicidad”. • Es verse a sí mismo, a los demás y al mundo con toda la riqueza que tiene la vida, en sus detalles más pequeños pero sin desconocer su totalidad. • Solo el que cultiva su interioridad vive con profundidad. --------------------------- -¿Por qué aquí es feliz todo el mundo, excepto yo? -Porque han aprendido a ver la bondad y la belleza en todas partes. -¿Y por qué no veo yo en todas partes la bondad y la belleza? - Por que no ves fuera de ti lo que no ves en tu interior. ----------------- • 1. Tener oídos para escuchar, prestos para el mundo interior y exterior. • 2. Conocerse a sí mismo, con su historia, sus sentimientos, virtudes y defectos. Hacerse siempre un auto examen. • 3. Educar al corazón para que sea capaz de orientarnos hacia la identificación con Cristo • Es reflexionar sobre algo con actitud receptiva y acogedora. • Enriquecerse continuamente con lo que nos ofrece la vida, los demás y Cristo. • Familiarizarse permanentemente con la Biblia, la palabra de Dios, a fin de entenderla y saber cómo ayudarse con ella en un momento concreto de la vida. • 1. Es el momento más importante de reflexión en la vida de un cristiano porque es la comprobación de que Dios habita en uno, en su yo más profundo. • 2. San Agustín: “Dios es más íntimo a la persona que la persona misma”. • 3. Santa Teresa de Jesús: “Es estar muchas veces a solas con quien sabemos que nos ama”. -¿Qué es lo que debo hacer para ser aceptable a Dios? - ¿Y cómo voy a saberlo yo? Tu Biblia dice que Abrahán practicaba la hospitalidad y que Dios estaba con él. Que a Elías le encantaba orar y que Dios estaba con él. Que David gobernaba un reino y que Dios también estaba con él. - ¿Y tengo yo alguna forma de saber cuál es la tarea que se me ha asignado a mí? - Sí. Trata de averiguar cuál es la más profunda inclinación de tu corazón. • ¿Por qué os alarmáis? ¿Por qué surgen dudas en vuestro interior” (Lc 24,38). • “Dichosos los que tienen un corazón limpio, porque ellos verán a Dios” (Mt 5,8). • “La boca dice lo que brota del corazón” (Mt 12,34). • “Hay que perdonar de corazón al hermano” (Mt 18,35). • “Donde está tu tesoro, allí también está tu corazón” (Mt 6,21).