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GUION DE CUENTO FERNANDA SOFIA ZAVALA TREVIÑO NORMA ISABEL ESCAMILLA BUSTOS ANA DANIELA LEAL VILLARREAL CINTHYA ERIKA VILLARREAL NÚÑEZ IRINA ALEXANDRA RAZO MANDUJANO DESEOS & PRINCIPIOS Era una temporada de otoño el cielo se veía alegre con colores cálidos, las hojas de los arboles caían cuando el aire las golpeaba, era una mañana fría y la temperatura oscilaba entre los 23 a 33 centígrados. decidieron inmediatamente a conseguir la medicina necesaria. Mientras caminaban por el bosque en dirección a la farmacia iban cabizbajas y pensativas. En medio de un bosque lleno de pinos y árboles de todo tipo había una pequeña choza, un poco descuidada y maltratada donde vivía una familia conformada por 3 personas: el papá y dos hermanas. Pero el papá se veía diferente. - Hija 1: ¿Sabes que medicinas compraremos? - Hija 1: Papá, no te ves muy bien, ¿te sientes mal? - Papá: Si, últimamente me he sentido muy cansado, sin fuerzas. - Hija 2: Iremos a la farmacia, ahorita volvemos. -Papá: No hay suficiente dinero para eso, no se preocupen, ya se me pasará. - Hija 1: Si, papi, te queremos, está bien. Las hijas se miraron entre ellas y salieron de la habitación en silencio. Con la inquietud que sentían por la salud de su padre se decidieron inmediatamente a conseguir la medicina necesaria. Mientras caminaban por el bosque en dirección a la farmacia iban cabizbajas y pensativas. - Hija 2: Sí, no te preocupes yo la pido. - Hija 1: Espero que papá se recupere pronto. - Hija 2: Yo también, no me gusta verlo así. Cuando estaban en camino se encontraron con una estrella, estaba tirada en el suelo y sin brillo, de curiosas se acercaron para verla, pues estaban realmente sorprendidas y no podían creer lo que estaba frente a ellas. - Hija 1: ¡Mira! ¿Qué es eso? - Hija 2: ¡No lo puedo creer! Es, es… - Hija 1: ¡Una estrella! - Hija 2: Pero, ¿cómo pudo llegar hasta aquí? - Estrella: Hola, no me siento muy bien. - Hija 2: Que te pasa? - Estrella: Es que se me está acabando el brillo y lo necesito para poder regresar al cielo. - Hija 1: Que podemos hacer por ti? - Hija 2: Si, ¿que necesitas para brillar otra vez? - Estrella: Un foco, el más grande y brillante que encuentren. - Hija 1: No te preocupes, nosotras te lo conseguiremos. Ambas decididas a ayudar a la estrella caminaron durante horas en el bosque hasta llegar a una pequeña tienda donde encontraron el foco ideal. Muy contentas a haber conseguido lo necesario se pusieron en marcha de vuelta a donde se encontraba la estrella, olvidando las medicinas que su padre necesitaba. Pero con todo lo ocurrido perdieron la noción del tiempo y no notaron que estaba obscureciendo, cuando al fin se percataron de que era demasiado tarde y no habían conseguido el medicamento de su padre. - Hija 1: ¡FULANA! No compramos la medicina que nuestro papá necesita. - Hija 2: No puede ser, se nos olvidó por completo. - Hija 1: ¿Qué haremos? Ya nos acabamos el dinero que teníamos en el foco que necesitaba la estrella. Al escuchar la estrella lo que las niñas hablaban se sintió apenada por distraerlas y quitarles el tiempo y el dinero que necesitaban, dejándola pensativa en lo que ella podría hacer para ayudarlas. - Hija 2: Estrella, conseguimos el foco que necesitabas. - Hija 1: Pero hemos notado que ya es demasiado tarde y debemos volver a casa con nuestro padre - Estrella: Si no se preocupen, de verdad muchas gracias. ¡Me han salvado la vida! - Hija 2: No hay de que, ¡esperamos verte pronto!! Las niñas felices y a la vez tristes, sintiéndose algo culpables por olvidar la medicina de su padre, llegaron al fin a su casa. Cuando entraron su padre se encontraba dormido en el sofá, pues las había estado esperando, pero lo despertaron al abrir la puerta. Estando ellas apunto de dormirse en su recamara vieron una increíble y brillante estrella pasar por su ventana. Cuando escucharon una voz que le dijo: - Estrella: Pidan un deseo. Las dos al mismo tiempo desearon con todas sus fuerzas y dijeron: - Que mi papá se recupere. - Papá: ¿Dónde estaban?, las estaba esperando, me tenían muy preocupado. - Hija 2: Perdón papá, perdimos la noción del tiempo. - Hija 1: No lo volveremos a hacer. - Papá: Menos mal que ya están en casa, vayan a dormir, ya es muy tarde. Mañana será otro día. Ellas contentas al notar que era la estrella que habían ayudado corrieron a la habitación de su padre para ver cómo se encontraba, ellas decidieron quedarse dormidas a su lado. Al día siguiente su padre amaneció muy animado y recuperado, pasaron el día juntos, haciéndolo inolvidable y continuando con sus vidas felizmente.