Download denis - Bolsa de Noticias
Document related concepts
Transcript
Obispo recordó superar la “Noche oscura” La católica Granada emocionada celebró la beatificación de Juan Pablo II Granada.- Esta ciudad conservadora bajo un severo sol de mayo celebró el momento más esperado por el pueblo católico nicaragüense: La beatificación de Juan Pablo II, el décimo Papa de la historia de la Iglesia Católica. Al igual que en la principal basílica de Roma, Italia, que descubrieron un tapiz con el retrato del papa polaco Karol Wojtyla, tras la proclamación de su beatificación, en catedral de la Gran Sultana colocaron una gigante imagen del Papa que, según Benedicto XVI, “devolvió a la fe a la esperanza robada por el marxismo y reorientó a la sociedad hacia Dios”. También en esta ciudad colonial y turística muchos católicos y peregrinos venidos del extranjero gritaron “Santo súbito” (Santo ya). El obispo de Granada Jorge Solórzano, lleno de profundo gozo y sin ocultar su emoción, afirmó a este enviado que la beatificación de Juan Pablo II es “un orgullo para el pueblo de Nicaragua y para la Iglesia Católica y todos los católicos”. El obispo Solórzano, amablemente nos dio un momento para hablar con Bolsa de Noticias justamente cuando el pueblo granadino lo rodeaba para saludarlo y pedirle su bendición. El prelado aseguró que “siente un gran gozo porque Juan Pablo es algo cercano a nosotros y sentimos un gran orgullo por este acontecimiento de elevar a los altares al beato Papa”. En Roma, el Papa Benedicto XVI proclamó este domingo beato a su antecesor en el trono de San Pedro, el Papa Juan Pablo II, hecho histórico y sin precedente que también fue celebrado entusiastamente por el pueblo católico con una vigilia el sábado y misas oficiadas ayer domingo, en todas las parroquias católicas de Nicaragua. El Papa Benedicto ofició la misa junto a 100 cardenales, entre los que se encontraba el cardenal Miguel Obando y Bravo, muy querido por el Santo Padre, y ungido cardenal por el fallecido Papa Juan Pablo II durante la década del ochenta. El Papa estuvo en Nicaragua primeramente el 4 de marzo de 1983 y la segunda vez el siete de febrero de 1996. El obispo de Granada, al oficiar la misa junto a todo su clero, evocó las palabras pronunciadas por el Papa Juan Pablo II en su primera visita a Nicaragua, en la que insistió en la “unidad” de la Iglesia y del “género humano” en aquella época turbulenta de la década del ochenta, que el país estaba sumido en una guerra civil y la familia nicaragüense dividida. El obispo Solórzano lamentó que todavía el país continúe dividido y dijo que esa división, que calificó de pecado, es consecuencia de “guerra, odio y conflicto de toda clase”. Recordó que Cristo vino al Mundo a construir la unidad perdida. El religioso afirmó que cuando en su segundo viaje a Nicaragua, el siete de febrero de 1996, el Santo Padre pronunció en su homilía un mensaje profundo de cristianismo, pidiendo al pueblo nicaragüense que “no vuelva el pasado” y evocó también aquellas palabras del Papa que aseguraba que Nicaragua y Centro América, envueltos en guerras fratricidas, se habían “convertido en polígonos de las superpotencias”. En ese sentido, pidió que las “tinieblas” de aquella época “no sigan cubriendo” a Nicaragua. El obispo Solórzano agradeció también al Papa Juan Pablo II por visitar por dos veces este pequeño país centroamericano. Tras oficiar la misa, el obispo Solórzano y los sacerdotes granadinos veneraron el atuendo usado por el Papa Juan Pablo II cuando visitó Nicaragua. “Esa ropa que él usaba tiene todavía el sudor del Papa”, subrayó, tras agregar que “entremos en contacto con su sudor para que el pueblo sea firme en la fe como él siempre lo fue”. El pueblo granadino recordó a “nuestro amado Juan Pablo II” por su beatificación considerada la más rápida de la edad moderna. En efecto, según los especiales, elevarlos a beato le tomó apenas 6 años y 29 días después de su muerte, prácticamente desbancando de su podio a Teresa de Calcuta por dos semanas. En el parque y los lugares adyacentes de la tarima donde estaba el obispo de Granada con todo su clero, se repartía gratis retratos del santo padre, pero también otros vendían un periódico con la portada de Juan Pablo II, escapularios, folletos, fotografías y otras reliquias. La señora Emma Vallecillo afirmó a Bolsa de Noticias que ella asistió a la misa muy emocionada porque Juan Pablo II “se merecía ser elevado a Santo. El era un papa maravilloso. Yo tenía mucha fe en él.“ Entretanto, la joven universitaria Greta Cruz indicó que el Papa Juan Pablo II era un “hombre que lucha por la unidad de los hombres en la tierra y por tanto él se merecía ser elevado a Santo”. Un peregrino nicaragüense residente en Costa Rica, con los ojos húmedos, estuvo en la ceremonia. Dijo que cuando el Papa Juan Pablo vino por segunda vez a Nicaragua, en 1996, él estuvo en Nicaragua para asistir a esa famosa misa que pronunció a campo abierto. El Papa Juan Pablo II fue beatificado luego que se certificara el milagro de curar a la monja francesa Sor Marie Simon Pierre por su enfermedad del mal de Parkinson, que también adolecía el santo padre. Benedicto XVI no ha ocultado la alegría por la beatificación del papa polaco, el hombre que le trajo a Roma y que, según sus palabras, le hizo frente al muro marxista y le devolvió la fe al cristianismo. Unos valores que según Ratzinger justifican su entrada en los altares, ya que "su olor de santidad ondeaba en el aire".