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¿Prestaremos atención a las lecciones del pasado? (22 a 28 de
mayo)
“Estas cosas [...] fueron escritas para amonestación de nosotros a quienes los fines de los
sistemas de cosas han llegado” (Primera a los Corintios 10: 11).
Canciones: 11, 61
[Recuadro:] ¿Qué aprendemos de los errores de estos reyes?
Asá y Jehosafat
Ezequías
Josías [Fin de Recuadro.]
1,2. ¿Por qué vamos a analizar lo que hicieron cuatro reyes de Judá?
1 Si viéramos a alguien resbalarse y caer, ¿verdad que tendríamos cuidado al pasar por ese mismo
lugar? Analizar los errores de otros nos ayuda a no cometerlos. Lo mismo ocurre en nuestro servicio a
Dios. Podemos aprender mucho de las equivocaciones de los demás, como las que encontramos en la
Biblia.
2 Los cuatro reyes de Judá de los que hablamos en el artículo anterior sirvieron a Jehová con todo el
corazón. Aun así, cometieron errores graves. ¿Qué podemos aprender de su experiencia? ¿Cómo
evitaremos sus mismas equivocaciones? Meditar en su ejemplo nos ayudará a aprovechar las cosas
escritas en el pasado para nuestra instrucción (lea Romanos 15: 4).
[Texto para leer.] Romanos 15: 4 “Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo
pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y
mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza”. [Final de Texto para leer.]
Confiar en la sabiduría humana lleva al fracaso
3 a 5. a) Aunque Asá sirvió a Jehová con corazón completo, ¿qué problema tuvo?
b) ¿Cuáles pudieron ser los motivos por los que Asá confió en hombres ante la amenaza
de Baasá?
3 Hablemos primero de Asá y veamos cómo puede influir la Palabra de Dios en nuestra vida. Este rey
confió en Jehová cuando un ejército de un millón de etíopes atacó Judá, pero no lo hizo cuando Baasá, el
rey de Israel, comenzó a fortificar la ciudad fronteriza de Ramá (Segundo de las Crónicas 16: 1 a 3). Asá
se apoyó en su inteligencia y sobornó al rey de Siria, Ben-hadad, para que atacara a Baasá. ¿Funcionó
esa táctica? Según el relato, “tan pronto como Baasá tuvo noticia de ello, inmediatamente dejó de
edificar a Ramá y suspendió su obra” (Segundo de las Crónicas 16: 5). Así que su estrategia funcionó, al
menos a primera vista.
4 Pero ¿qué opinaba Jehová? Envió a Hananí, su portavoz, para reprender a Asá por no haber confiado
en Dios (lea 2 Crónicas 16: 7 a 9). El profeta le dijo: “Desde ahora en adelante existirán guerras contra
ti”. Baasá se retiró, pero Judá tuvo muchas guerras durante el resto del reinado de Asá.
5 Como vimos en el artículo anterior, Jehová examinó el corazón de Asá y determinó que era completo
para con él (Primero de los Reyes 15: 14). Consideró que la lealtad de Asá cumplía en esencia con sus
requisitos, que era inquebrantable. De todos modos, el rey tendría que cosechar los resultados de su
imprudencia. Ante la amenaza de Baasá, ¿por qué confió en los hombres —en Ben-hadad y en sí
mismo— y no en Jehová? ¿Pensó que la diplomacia o las estrategias militares tendrían mejores
resultados que pedirle ayuda a Dios? ¿Razonó así porque le dieron malos consejos?
[Texto para leer.] 2 Crónicas 16: 7 a 9 “Y en aquel tiempo Hananí el vidente vino a Asá el rey
de Judá y entonces le dijo: “Porque te apoyaste en el rey de Siria y no te apoyaste en
Jehová tu Dios, por esa razón la fuerza militar del rey de Siria se ha escapado de tu mano.
¿Acaso los etíopes y los libios mismos no constituían una inmensa fuerza militar en
multitud, en carros y en hombres de a caballo?; y, porque te apoyaste en Jehová, ¿no los
dio él en tu mano? Pues, en cuanto a Jehová, sus ojos están discurriendo por toda la tierra
para mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es completo para con él. Has
actuado tontamente respecto a esto, pues desde ahora en adelante existirán guerras
contra ti””. [Final de Texto para leer.]
6. ¿Qué podemos aprender del error de Asá? Ponga un ejemplo.
6 ¿Nos moverá este relato a analizar nuestra manera de actuar? Cuando uno se enfrenta a problemas
que parecen insuperables, es fácil ver la necesidad de confiar en Jehová. Pero ¿y si son los pequeños
problemas de la vida diaria? ¿Intentamos solucionarlos a nuestra manera, confiando en nuestra propia
capacidad? ¿O tratamos de averiguar y poner en práctica los principios bíblicos, demostrando así
confianza en la guía de Dios para resolverlos? Puede que a veces nuestra familia se oponga a que
asistamos a las reuniones o a una asamblea, y le pidamos a Jehová que nos dirija y nos ayude a entender
cuál es la mejor manera de resolver el problema. O imaginemos que perdemos el trabajo y nos cuesta
encontrar otro. ¿Le diríamos a quien está pensando en contratarnos que asistiremos todas las semanas
a nuestras reuniones? No importa cuál sea el problema, hacemos bien en prestar atención a estas
palabras del salmista: “Haz rodar sobre Jehová tu camino, y fíate de él, y él mismo obrará” (Salmo 37: 5).
Las consecuencias de tener malas compañías
7,8. ¿Qué errores cometió Jehosafat, y cuáles fueron las consecuencias? (Vea el dibujo
del principio).
7 Hablemos ahora de Jehosafat, hijo de Asá, que tenía muchas cualidades buenas. Cuando se apoyó en
Dios, hizo mucho bien. Pero también tomó malas decisiones. Por ejemplo, formó una alianza
matrimonial con Acab, el malvado rey del reino del norte. Además, a pesar de la advertencia del profeta
Micaya, se alió con Acab en contra de los sirios. Jehosafat escapó con vida de la batalla por muy poco y
luego volvió a Jerusalén (Segundo de las Crónicas 18: 1 a 32). Entonces, el profeta Jehú le preguntó: “¿Es
a los inicuos a quienes se ha de dar ayuda, y es para los que odian a Jehová para quienes debes tener
amor?” (lea 2 Crónicas 19: 1 a 3).
8 ¿Aprendió Jehosafat la lección? Es cierto que siguió poniendo mucho empeño en agradar a Dios, pero
parece que no se benefició de la experiencia que vivió con Acab ni de la advertencia de Jehú. Volvió a
actuar con imprudencia y se alió con un enemigo de Dios, esta vez el malvado rey Ocozías, hijo de Acab.
Juntos construyeron una flota de barcos, pero nunca pudieron utilizarlos, porque quedaron destrozados
(Segundo de las Crónicas 20: 35 a 37).
[Texto para leer.] 2 Crónicas 19: 1 a 3 “Entonces Jehosafat el rey de Judá regresó en paz a su
propia casa en Jerusalén. Jehú hijo de Hananí el hombre de visiones salió ahora delante
de él y dijo al rey Jehosafat: “¿Es a los inicuos a quienes se ha de dar ayuda, y es para los
que odian a Jehová para quienes debes tener amor? Y por esto hay indignación contra ti
procedente de la persona de Jehová. No obstante, hay cosas buenas que se han hallado
contigo, porque has eliminado del país los postes sagrados y has preparado tu corazón
para buscar al Dios verdadero””. [Final de Texto para leer.]
9. ¿Qué nos pasará si tenemos malas compañías?
9 Leer lo que le pasó a Jehosafat debería impulsarnos a examinar nuestra vida. ¿Por qué? En general, fue
un buen rey, que hizo lo correcto y “buscó a Jehová con todo su corazón” (Segundo de las Crónicas 22:
9). Sin embargo, no fue inmune a los efectos de las malas compañías. No olvidemos este proverbio
inspirado: “El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con
los estúpidos le irá mal” (Proverbios 13: 20). Puede que estemos tratando de ayudar a una persona que
está interesada en conocer la verdad. Pero recordemos que, igual que a Jehosafat casi le cuesta la vida
relacionarse innecesariamente con Acab, es peligroso que tengamos trato innecesario con quienes
no sirven a Jehová.
10. a) ¿Qué lección podemos aprender de Jehosafat con relación al matrimonio? b) ¿Qué
debemos recordar con respecto a las malas compañías?
10 ¿Qué nos enseña la experiencia de Jehosafat? Un cristiano podría comenzar a enamorarse de una
persona que no ama a Jehová, pensando que en el pueblo de Dios no encontrará a nadie apropiado con
quien casarse. También podría ocurrir que sus familiares no Testigos lo presionaran para que se casara
“antes de que sea demasiado tarde”. Quizás algunos siervos de Dios sientan que están hechos “para
desear amor y compañía”, como dijo una hermana. ¿Qué hará el cristiano en estos casos? Podría
ayudarlo meditar en lo que le pasó a Jehosafat. Por lo general, buscó la guía de Dios (Segundo de las
Crónicas 18: 4 a 6). Pero ¿qué pasó cuando se alió con Acab, quien no amaba a Jehová? Tendría que
haber recordado que los ojos de Dios están pendientes de los que le sirven con corazón completo.
También en nuestro tiempo, los ojos de Jehová “están discurriendo por toda la tierra” y él está listo
“para mostrar su fuerza” a favor nuestro (Segundo de las Crónicas 16: 9). Comprende nuestra situación y
nos ama. ¿Tiene usted fe en que Dios satisfará de la mejor manera su necesidad de amor y compañía?
Puede estar seguro de que lo hará en su momento.
Ilustración de la página 25: No iniciemos una relación con alguien que no sirve a
Jehová.
No dejemos que nuestro corazón se haga altivo
11,12. a) ¿Cómo se puso de manifiesto lo que había en el corazón de Ezequías? b) ¿Por
qué se libró Ezequías “de la indignación de Jehová”?
11 La lección que aprendemos de lo que hizo Ezequías está relacionada con lo que tenemos en el
corazón. En una ocasión, Jehová, que examina los corazones, sacó a la luz lo que había en el de Ezequías
(lea 2 Crónicas 32: 31). Cuando el rey se puso muy enfermo, Dios le dio una señal para que supiera que
se iba a recuperar: la sombra retrocedió en lugar de avanzar. Parece ser que los príncipes de Babilonia
enviaron representantes para preguntar por esa señal (Segundo de los Reyes 20: 8 a 13; Segundo de las
Crónicas 32: 24). Cuando Jehová “lo dejó” solo, Ezequías les enseñó “toda su casa del tesoro”. Esta
acción insensata puso de manifiesto “todo lo que había en su corazón”.
12 La Biblia no dice por qué el corazón de Ezequías se hizo altivo. ¿Fue tal vez por su victoria sobre los
asirios o porque Dios lo curó con un milagro? ¿O quizás por sus “riquezas y gloria en cantidad muy
grande”? En cualquier caso, como se hizo orgulloso, “no correspondió según el beneficio que se le había
hecho”. ¡Qué lástima! Él podía afirmar que había servido a Dios con corazón completo, pero por un
tiempo hizo cosas que le ofendieron a Jehová. Más adelante, “Ezequías se humilló”, y él y su pueblo se
libraron “de la indignación de Jehová” (Segundo de las Crónicas 32: 25 a 27; Salmo 138: 6).
[Texto para leer.] 2 Crónicas 32: 31 “Y así fue como, mediante los voceros de los príncipes de
Babilonia que fueron enviados a él para inquirir acerca del portento presagioso que había
sucedido en el país, el Dios verdadero lo dejó para ponerlo a prueba, para llegar a saber
todo lo que había en su corazón”. [Final de Texto para leer.]
13,14. a) ¿Cuándo podría dejarnos solos Jehová para ponernos a prueba? b) ¿Cómo
reaccionaremos cuando alguien alabe nuestros logros?
13 ¿Cómo nos beneficia leer esta historia y meditar en ella? Recordemos que la altivez de Ezequías se
hizo evidente poco después de que Jehová derrotara a Senaquerib y a él le curara su enfermedad
mortal. Pensemos en nuestro caso. Imaginemos que hemos conseguido algo importante. ¿Podría ser
que Jehová también nos dejara solos para ponernos a prueba y saber lo que hay en nuestro corazón?
Por ejemplo, un hermano que se prepara muy bien un discurso y lo presenta ante un gran auditorio
recibe muchos elogios. ¿Cuál será su reacción?
14 Cuando se nos elogia, hacemos bien en recordar estas palabras de Jesús: “Cuando hayan hecho todas
las cosas que se les hayan asignado, digan: ‘Somos esclavos que no servimos para nada. Lo que hemos
hecho es lo que deberíamos haber hecho’” (Lucas 17: 10). De nuevo nos es útil pensar en lo que le
ocurrió a Ezequías. Su orgullo se hizo evidente porque él “no correspondió según el beneficio que se le
había hecho”. Algo que nos ayudará a no tener una actitud que Jehová odia es meditar en todo lo que
ha hecho por nosotros y hablar con agradecimiento de ello. Él nos da las Sagradas Escrituras y nos apoya
con el espíritu santo.
Tengamos cuidado al tomar decisiones
15,16. ¿Por qué perdió Josías la protección de Jehová y la vida?
15 Por último, ¿qué lección aprendemos de lo que le pasó al rey Josías? Veamos lo que lo llevó a sufrir
una derrota y morir (lea 2 Crónicas 35: 20 a 22). Este buen rey salió a pelear contra Nekó, el rey de
Egipto, y eso que este le dijo que no tenía ningún conflicto con él. Según el relato, las palabras de Nekó
eran “procedentes de la boca de Dios”. Entonces, ¿por qué quiso Josías enfrentarse con él? La Biblia
no lo dice.
16 ¿Podía confirmar Josías que las palabras de Nekó venían de Jehová? Sí. Pudo haberle preguntado a
Jeremías, un profeta fiel (Segundo de las Crónicas 35: 23,25). Pero no hay registro de que lo hiciera. Por
otro lado, Nekó se dirigía a Carquemis para pelear “contra otra casa”, no contra Jerusalén. Además,
no se había burlado de Jehová ni de su pueblo, así que no se había manchado el nombre de Dios. Por lo
tanto, salir a luchar contra Nekó fue una mala decisión. ¿Captamos la lección? Cuando nos enfrentamos
a un problema, hacemos bien en investigar cuál es la voluntad de Jehová.
[Texto para leer.] 2 Crónicas 35: 20 a 22 “Después de todo esto, cuando Josías hubo
preparado la casa, Nekó el rey de Egipto subió para pelear en Carquemis junto al
Éufrates. Entonces Josías salió a un encuentro con él. Ante aquello, aquel le envió
mensajeros, diciendo: “¿Qué tengo yo que ver contigo, oh rey de Judá? No es contra ti
contra quien vengo hoy, sino que es contra otra casa contra la que tengo mi pelea, y a la
que Dios mismo dijo que causara perturbación. Guárdate de hacerlo por tu propio bien a
causa de Dios, que está conmigo, y no dejes que él te arruine”. Y Josías no apartó su
rostro de él; antes bien, para pelear contra él se disfrazó y no escuchó las palabras de
Nekó procedentes de la boca de Dios. De manera que vino a pelear en la llanura-valle de
Meguidó”. [Final de Texto para leer.]
17. Al enfrentarnos a un problema, ¿qué podemos hacer para no cometer un error como
el de Josías?
17 Ante un problema, debemos investigar los principios de la Biblia que están relacionados y ponerlos
en práctica con equilibrio. En algunos casos, tal vez veamos conveniente consultar con los ancianos.
Puede ser que ya hayamos pensado en lo que sabemos sobre el tema y hasta investigado lo que dicen
las publicaciones. Pero es posible que haya otros principios pertinentes que un anciano nos ayude a
analizar. Por ejemplo, una hermana sabe que tiene la responsabilidad de predicar las buenas nuevas
(Hechos 4: 20). Sin embargo, supongamos que un día que piensa salir a predicar, su esposo, que no es
Testigo, quiere que se quede en casa. Le dice que últimamente no han pasado mucho tiempo juntos y
que le gustaría que hicieran algo como pareja. Ella podría reflexionar en textos como los que hablan de
obedecer a Dios y del mandato de hacer discípulos (Mateo 28: 19,20; Hechos 5: 29). Pero también tiene
que pensar en que debe obedecer a su esposo y ser razonable (Efesios 5: 22 a 24; Filipenses 4: 5). ¿Se
opone frontalmente su esposo a que salga a predicar, o le está pidiendo que hagan algo diferente solo
ese día? Hacer la voluntad de Jehová con una buena conciencia requiere que seamos equilibrados.
Sirvamos a Jehová con corazón completo y seremos felices
18. ¿Cómo nos beneficia meditar en los relatos de los cuatro reyes mencionados en este
artículo?
18 Como somos imperfectos, a veces podríamos caer en alguno de los errores que cometieron los
cuatro reyes de los que hemos hablado. Podríamos 1) confiar en la sabiduría del hombre sin ni siquiera
darnos cuenta, 2) buscar malas compañías, 3) hacernos altivos o 4) tomar decisiones sin averiguar cuál
es la voluntad de Jehová. Él es muy considerado al ver en nosotros lo bueno, igual que hizo con los
cuatro reyes. También se da cuenta de lo mucho que lo amamos y de que de verdad queremos servirle.
Por eso, nos advierte por medio de estos ejemplos para que no cometamos errores graves. Meditemos
en estos relatos y démosle gracias a Jehová por ellos.