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CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA AÑO A COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS SUBCOMISIÓN EPISCOPAL PARA LA CATEQUESIS INDICE Presentación Introducción El domingo Esquema General del Año A ADVIENTO Introducción al Adviento Esquema de Adviento Primer domingo de Adviento Segundo domingo de Adviento Tercer domingo de Adviento Cuarto domingo de Adviento La Inmaculada Concepción NAVIDAD Introducción a la Navidad Esquema de Navidad Natividad del Señor: Misa de la Vigilia Natividad del Señor: Misa de Medianoche Natividad del Señor: Misa del día La Sagrada Familia Santa María, Madre de Dios Segundo domingo de Navidad Epifanía del Señor Bautismo del Señor Cuaresma Introducción a la Cuaresma y Pascua Esquema de Cuaresma Primer domingo de Cuaresma Segundo domingo de Cuaresma Tercer domingo de Cuaresma Cuarto domingo de Cuaresma Quinto domingo de Cuaresma Santo Triduo Pascual Esquema del Triduo Pascual Domingo de Ramos Jueves Santo Viernes Santo Sabado Santo Tiempo Pascual Esquema del Tiempo Pascual Domingo de Resurrección Segundo domingo de Pascua Tercer domingo de Pascua Cuarto domingo de Pascua Quinto domingo de Pascua Sexto domingo de Pascua Séptimo domingo de Pascua: La Ascensión Domingo de Pentecostés: Misa vespertina Domingo de Pentecostés: Misa del día Tiempo Ordinario Introducción al Tiempo Ordinario Cuadros del Tiempo Ordinario y Solemnidades Domingo II Domingo III Domingo IV Domingo V Domingo VI Domingo VII Domingo VIII Domingo IX Domingo X Domingo XI Domingo XII Domingo XIII Domingo XIV Domingo XV Domingo XVI Domingo XVII Domingo XVIII Domingo XIX Domingo XX Domingo XXI Domingo XXII Domingo XXIII Domingo XXIV Domingo XXV Domingo XXVI Domingo XXVII Domingo XXVIII Domingo XXIX Domingo XXX Domingo XXXI Domingo XXXII Domingo XXXIII Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo Solemnidades Esquema de las Solemnidades La Inmaculada Concepción San Jose Santísima Trinidad Corpus Christi San Pedro y San Pablo Santiago Apóstol Asunción de N.a S.a: Misa vespertina Asunción de N.a S.a: Misa del día Todos los Santos PRESENTACIÓN (inicio) Gozosamente los Obispos de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, particularmente los que tenemos encomendado el campo primordial de la Catequesis "Subcomisión Episcopal de Catequesis"_ ofrecemos este libro a los sacerdotes y a todos los que colaboran en la preparación de las liturgias dominicales en el servicio de las comunidades cristianas. Lo titulamos "Catecismo de la Iglesia Católica. Guía para su lectura litúrgica y la predicación". Corresponde al Año A, del ciclo litúrgico. Responde a un encargo que nos hicieron todos los Obispos, como un servicio a la renovación de la predicación, relacionado también con la recepción cordial y honda del Catecismo de la Iglesia Católica, que los Obispos deseamos sea una realidad cada día mas perceptible y operativa. La concepción de la presente Guía se explica amplia y claramente en la introducción. La obra se ha beneficiado de la experiencia adquirida a partir de la Guía para el Año C, que publicamos el pasado año. Hemos tenido presente asimismo los acontecimientos sociales y eclesiales que están afectando más intensamente a nuestra iglesia. En este sentido, procuramos estar muy a la escucha del llamamiento que el 10 de Noviembre de 1994 nos dirigió Juan Pablo II, con su Carta "Tertio Millennio Adveniente", convocándonos a una preparación espiritual en orden a disponernos para entrar en el umbral del tercer milenio del acontecimiento de la salvación en Jesucristo. Para Juan Pablo II, el año 1996 es considerado clave para una adecuada sensibilización que nos capacite para la etapa de tres años (1997- 1999) decisivamente preparatoria de la celebración del Gran Jubileo. Los Obispos agradecemos fraternalmente a quienes han echado sobre sí la carga de elaborar, generosamente, este instrumento pastoral. Mons. José María Eguaras, de la diócesis de Málaga; el P. José Antonio Goenaga S.J., de la Facultad de Deusto; Rafael Zornoza, rector del Seminario de Getafe; Luis García Gutiérrez, canónigo y profesor de Alcalá de Henares; Manuel del Campo Guilarte, profesor y Director del Secretariado Nacional de Catequesis han compuesto el equipo; la redacción principalmente ha estado encomendada a los dos últimos citados. A todos ellos nuestro agradecimiento. 14 de Septiembre de 1995 Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz José Manuel Estepa Llaurens Arzobispo Presidente de la Subcomisión Episcopal de Catequesis INTRODUCCIÓN (inicio) Al hacer la presentación de esta obra, puesta al servicio de la predicación, nada mejor que hacernos eco de algunos textos significativos del Magisterio de la Iglesia sobre la importancia del anuncio de la fe, para ofrecer el sentido y la finalidad de este libro que forma parte del plan de publicaciones de los tres años del ciclo litúrgico. El Papa Juan Pablo II en la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica afirma: * "Pido... a los pastores de la Iglesia y a los fieles, que reciban este Catecismo con un espíritu de comunión y lo utilicen constantemente cuando realizan su misión de anunciar la fe y llamar a la vida evangélica" (Const. Apost., Fidei Depositum, 4). Por su parte el Concilio Vaticano II hablando sobre la homilía en la celebración litúrgica expresa con palabras llenas de precisión y claridad lo siguiente: * "En la homilía se exponen durante el ciclo del año litúrgico, a partir de los textos sagrados, los misterios de la fe y las normas de la vida cristiana" (Sacrosantum Concilium, 52). Finalmente el Papa Juan Pablo II dirigiéndose a los sacerdotes como ministros de la Palabra expone las características de su misión y las responsabilidades propias de quien tiene la misión de anunciar el Evangelio a los fieles: * "El sacerdote debe ser el primero en tener una gran familiaridad personal con la Palabra de Dios; no le basta conocer su aspecto lingüístico o exegético, que es también necesario; necesita acercarse a la Palabra con una conexión dócil y orante, para que ella penetre a fondo en sus pensamientos y sentimientos, y engendrae dentro de sí una mentalidad nueva: la mente de Cristo (l Co 2,16), de modo que sus palabras, sus opciones y sus actitudes sean cada vez más una transparencia, un anuncio y un testimonio del Evangelio... El no es el dueño de esta Palabra: es su servidor. El no es el único poseedor de esta palabra: es deudor ante el Pueblo de Dios. El anuncia la Palabra en su calidad de ministro, partícipe de la autoridad profética de Cristo y de la Iglesia. Por esto, por tener en sí mismo y ofrecer a los fieles la garantía de que transmite el Evangelio en su integridad, el sacerdote ha de cultivar una sensibilidad, un amor y una disponibilidad particulares hacia la Tradición viva de la Iglesia y de su Magisterio, que no son extraños a la Palabra, sino que sirven para su recta interpretación y para custodiar su sentido auténtico" (Pastores dabo vobis, 26). Estos tres textos presentan el objetivo de esta obra. Se trata de una ayuda a los sacerdotes para la preparación de las homilías de los domingos y solemnidades. Pretende ser un instrumento útil para el anuncio de la fe y la llamada a la vida evangélica que se realiza en la homilía, lugar propio de la liturgia. Un auxilio que quiere ser garantía de un recto ejercicio del ministerio de la Palabra, ya que ofrece el Catecismo de la Iglesia Católica que "es una exposición de la fe de la Iglesia y de la doctrina católica, atestiguadas o iluminadas por la Sagrada Escritura, la Tradición apostólica y el Magisterio eclesiástico" (FD, 4). Por su parte, el Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española Para que el mundo crea (l994-l997) insiste en la necesidad de que la catequesis y la predicación sean considerados como dos de los sectores más importantes de la pastoral de evangelización propuesta por el Episcopado español para este trienio. A la vez se subraya en dicho Plan que tanto en la catequesis como en la predicación se "asuma cada vez más hondamente el Catecismo de la Iglesia Católica, tanto en sus contenidos como en sus criterios inspiradores, en todos los procesos de formación cristiana" (Para que el mundo crea, pág. 32). Ciertamente asumir el Catecismo de la Iglesia Católica posibilita y garantiza que la acción catequética y la predicación sean verdaderamente evangelizadoras y busquen "por encima de todo la verdadera conversión de las personas a Dios, a Jesucristo, a la vida cristiana en todas sus exigencias de seguimiento, vida espiritual, testimonio y responsabilidades apostólicas y sociales" (Ibidem, pág. 32). Con esta convicción ofrecemos este servicio pastoral. Creemos que es un buen instrumento para renovar y potenciar la predicación homilética, e "impulsar una predicación más adecuada a las exigencias actuales del servicio a la fe de nuestro pueblo y de una verdadera evangelización" (Ibidem, pág. 32). 1. Homilía y Catequesis La Exhortación Apostólica del Papa Juan Pablo II Catechesi Tradendae (n. 48) trata de la homilía como una realidad estrechamente vinculada a la catequesis y casi como una continuación de la misma en el sentido amplio del término: * "La homilía vuelve a recorrer el itinerario de fe propuesto por la catequesis y la conduce a su perfeccionamiento natural" * La catequesis se realiza en una comunidad cristiana en lugares y ámbitos distintos, y utiliza diversos métodos, pero siempre tiende a la celebración litúrgica. La homilía interviene fortaleciendo y potenciando el itinerario de fe que se viene recorriendo y también permite vincular la acción catequética con la liturgia que se celebra, porque señala la fuente y la plenitud del que hacer catequético, que es la Eucaristía. Y así podemos decir que la homilía postula la catequesis en sí misma y ésta, a su vez, se orienta objetivamente a la homilía, que es "el lugar privilegiado" del ministerio de la Palabra (cf DV, 24). * "La homilía impulsa a los discípulos del Señor a emprender cada día su itinerario espiritual en la verdad, en la adoración y en la acción de gracias. En este sentido, se puede decir que la pedagogía catequética encuentra, a su vez, su fuente y su plenitud en la Eucaristía dentro del horizonte completo del año litúrgico" Ahora bien, la homilía no es sólo un nexo para que la acción evangelizadora de la catequesis culmine en la liturgia, sino que lo es también para que la liturgia celebrada sea fuente de la vida cristiana. * "La predicación centrada en los textos bíblicos debe facilitar entonces, a su manera, que los fieles se familiaricen con el conjunto de los misterios de la fe y de las normas de la vida cristiana" La homilía es una forma de catequesis sistemática, en la medida en que sigue el año litúrgico y se desarrolla a partir de la Palabra de Dios proclamada en la celebración. Es una forma peculiar _litúrgica_ de educar en la fe. Su nota más sobresaliente es "que hace de ella un acto sacramental que pertenece por entero a la misma dinámica de la presencia de la Palabra de Dios en la liturgia. La homilía no cumple únicamente la función de anunciar a Cristo, explicar las Escrituras o instruir al pueblo, sino que hace todo esto en el ámbito propio del culto litúrgico y de los signos sacramentales" (Comisión Episcopal de Liturgia, Partir el pan de la palabra, no 10). Esta descripción de la función que tiene la homilía en la educación de la fe del pueblo cristiano queda iluminada por la experiencia histórica del Catecumenado. El Catecumenado para la iniciación cristiana fue en los primeros siglos de la Iglesia un tiempo de catequesis enmarcado en el año litúrgico. Ciertamente los hitos y las celebraciones litúrgicas incidían en el programa catequético, sin embargo no lo suplían, y la catequesis culminaba en celebración y así desde los primeros momentos de la Iglesia entre catequesis y liturgía se estableció una profunda y esencial relación. No podía ser de otra manera tratándose de la tarea de iniciar a la fe y a la vida cristiana como misión propia y básica de la Iglesia. De los cuatro caminos que componen el catecumenado: la catequesis o enseñanza, el ejercicio en la práctica de la vida cristiana, la liturgia y el aprendizaje en el apostolado, señala el Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos en sus observaciones previas: "Por una catequesis apropiada, dirigida por sacerdotes, diáconos o catequistas y otros seglares, dispuesta por grados, pero presentada íntegramente, acomodada al año litúrgico y basada en las celebraciones de la palabra, se va conduciendo a los catecúmenos no sólo el connveniente conocimiento de losdogmas y de los preceptos sino también del misterio de la salvación, cuya aplicación desean" (R.I.C.A., Observaciones previas, 19, 1). Esta obra, preparada por la Subcomisión Episcopal de Catequesis parte de la convicción de que catequesis y liturgia han de estar íntimamente relacionadas en la misión pastoral de la Iglesia, y que la homilía es la actividad principal del ministerio pastoral de los sacerdotes para establecer ese nexo. 2. Homilia y Catecismo Como es sabido el Catecismo Romano del Concilio de Trento constituyó un instrumento privilegiado para la catequización del pueblo y m s concretamente para la formación teológica de los parrocos en su misión de instruir al pueblo. En este sentido puede entenderse la intencionalidad del anexo a dicho Catecismo Romano que lleva como titulo: Practica del Catecismo, o sea, el Catecismo distribuido entre todas las dominicas del año, algunas ferias y fiestas del Señor, y acomodado a los evangelios. Hoy al encontrarnos con el Catecismo de la Iglesia Católica nos hemos de preguntar si es un catecismo destinado exclusivamente a los pastores o es necesario hacerle llegar tambien al pueblo cristiano. Es decir existe hoy la necesidad de hacer llegar a todos los católicos el Catecismo de la Iglesia Católica para que se eduquen en la fe?. Creemos que sí y son muchas las razones que lo avalan. El texto ya citado de la Constitución Fidei Depositum pone el Catecismo en manos de los pastores para que lo utilicen constantemente cuando realizan su misión de anunciar la fe y llamar a la vida evangelica, no sólo para su formación teológico-pastoral, ni sólo para elaborar otros catecismos menores. El anuncio de la fe y de la vocación cristiana debe llegar a todas las personas y en concreto a todos los bautizados. He aquí el objeto propio e irrenunciable del empeño evangelizador. En el marco de la liturgía, la homilía es una acción evangelizadora privilegiada. Habráemos de tener en cuenta que hoy estamos obligados, tal vez m s que en otros momentos, a cuidar este servicio de la homilia en favor de nuestro pueblo cristiano, una homilía que en España es escuchada semanalmente por casi un tercio de la población católica. 2.1. La Tradición viva en la Iglesia Las Constituciones del Concilio Vaticano II Dei Verbum y Sacrosantum Concilium nos sugieren el modo como podemos incorporar el Catecismo de la Iglesia Católica a la predicación homilética. Nos acercamos, pues, a las enseñanzas del Concilio Vaticano II. En la Constitución Sacrosantum Concilium se dice que la predicación homiletica ha de hacerse a partir de los textos sagrados (cf SC, 52), y conforme al Espíritu que inspiró los textos. A su vez en la Constitución Dei Verbum el Concilio señala tres criterios para una interpretación de la Sagrada Escritura conforme al Espíritu que la inspiró (cf DV, 12c). Así los recoge el Catecismo de la Iglesia Católica: * Prestar una gran atención al contenido y a la unidad de toda la Escritura. En efecto, por muy diferentes que sean los libros que la componen, la Escritura es una en razón de la unidad del designio de Dios, del que Cristo Jesús es el centro y el corazón, abierto desde su Pascua (112). * Leer la Escritura en la Tradición viva de toda la Iglesia. Según un adagio de los Padres..., la Sagrada Escritura est m s en el corazón de la Iglesia que en la materialidad de los libros escritos. En efecto, la Iglesia encierra en su Tradición la memoria viva de la Palabra de Dios, y el Espíritu Santo le da la interpretación espiritual de la Escritura (113). * Estar atento a la analogía de la fe. Por analogía de la fe entendemos la cohesión de las verdades de la fe entre sí y en el proyecto total de la Revelación (114). Muchos son los motivos por los que se ha considerado el Catecismo de la Iglesia Católica como un gran regalo para los sacerdotes; no es el menor el de servir para enraízar la homilía en la Tradición viva de la Iglesia y poder descubrir esta riqueza al Pueblo de Dios con el humilde servicio de la predicación. El Catecismo de la Iglesia Católica presenta fiel y organicamente la enseñanza de la Sagrada Escritura, de la Tradición viva en la Iglesia y del Magisterio entero, así como la herencia espiritual de los Padres, de los santos y santas de la Iglesia, para permitir conocer mejor el misterio cristiano y reavivar la fe del Pueblo de Dios...(Tiene en cuenta) las explicitaciones de la doctrina que el Espíritu Santo ha sugerido a la Iglesia a lo largo de los siglos... e iluminar con la luz de la fe las situaciones nuevas y los problemas que en el pasado aun no se habían planteado (FD, 3). En los esquemas homileticos que se proponen en esta obra, se ofrecen citas literales y referencias del Catecismo bajo el epígrafe: La fe de la Iglesia. Todo ello quiere ser una ayuda para comprender los textos sagrados recogidos en el Leccionario, en el Espíritu que los inspiró, y según los criterios señalados por la Constitución Dei Verbum del Concilio Vaticano II. Una orientación y guía (como dice su título) para hallar las sugerencias catequeticas propias de la homilía. 2.2. La confesión de la fe en lo sustancial Las Comisiones Episcopales para la Doctrina de la Fe y para la Catequesis han señalado en un documento reciente Algunos aspectos de la Catequesis hoy, relacionados con el tema de la revelación cristiana y su transmisión, las claves fundamentales de la catequesis que tambien pueden afirmarse de la predicación homiletica. Insistir en la catequesis como transmisión de la Sagrada Escritura y de los principales documentos de la Tradición y del Magisterio; insistir, asimismo... como memoria _en conexión vital con la anamnesis eucarística_ o en la fe como inserción y participación en la corriente viva de la Tradición y de su lenguaje; o insistir en la necesidad de unas expresiones inalterables que salvaguarden la unidad, homología (confesión) de la fe en lo sustancial, se compadece mal con una de las tendencias de la modernidad: la emancipación respecto de toda instancia ajena a la razón autónoma, de toda tradición, de todo lo dado... A partir de esta exigencia de reinventar la autentica fe y la comunidad cristiana, pues parece que no se est‚ seguro de que la larga tradición de la Iglesia no la haya corrompido, no es extraño, por un lado que el discurso catequetico se haya fragmentado y parcializado en bastantes casos, y por otro lado, haya perdido sustantividad, referencia a la realidad, y regla de la fe, y se haya convertido en instrumento para suscitar experiencias, actitudes y compromisos pretendidamente cristianos (cf 14-15). La preocupación, pues, por la unidad y la confesión de la fe en lo sustancial, que es una constante en la vida de la Iglesia a lo largo de todos los siglos es, si cabe, hoy m s necesaria. Los esquemas homileticos que ofrecemos expresan tambien esta preocupación. Para responder a ella se presentan algunos textos del Catecismo con objeto de que, de alguna manera, se formulen en la homilía con un lenguaje común al que se utiliza en otras actividades del ministerio de la Palabra. 2.3. Exposición organica Asimismo, el Catecismo de la Iglesia Católica, en cuanto exposición de la fe de la Iglesia de un modo organico constituye por lo mismo una valiosísima ayuda para superar la tendencia a la fragmentación. Este Catecismo esta concebido como una exposición organica de toda la fe católica. Es preciso, por tanto, leerlo como una unidad. Numerosas referencias en el interior del texto y el índice analítico al final del volumen permiten ver en cada tema su vinculación con el conjunto de la fe (18). Por su parte, la homilía, debe exhortar a celebrar, orar y vivir lo que la fe proclama, y debe relacionar armónicamente el primer anuncio (kerigma), la exposición sistematica (la catequesis), la exhortación a la perseverancia en la vida cristiana (parenesis), y la comunicación con el misterio de la presencia del Señor (mystagogia). La homilía est destinada preferentemente a aquellos que y an han sido llamados a la conversión y a la fe, que la suponen al mismo tiempo que la alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y obras (Comisión Episcopal de Liturgia, DC, 10). Si esta es la función de la homilía, habráíamos de saludar la oportunidad y aún la necesidad de un instrumento que relacione organicamente la fe profesada con la liturgia, la vida cristiana y la oración. Este instrumento, y ciertamente de toda garantía, es el Catecismo de la Iglesia Católica. En los esquemas homiléticos, se ofrece esta relación orgánica mediante citas literales y referencias del Catecismo. En el epígrafe: La fe, con referencias sobre todo a la primera y segunda parte del Catecismo; y en los epígrafes La respuesta y El testimonio cristiano con referencias también a la tercera y cuarta parte del mismo Catecismo, a fin de que se pueda establecer esa relación orgánica entre lo que creemos, celebramos, vivimos y oramos. En cada año litúrgico se contiene la sustancia viva del Evangelio y de las enseñanzas de la Iglesia. En el conjunto de los tres años litúrgicos se habrá recorrido extensivamente todo el Catecismo. 2.4. Adaptación necesaria Finalmente, no se debe olvidar que por su misma naturaleza este Catecismo no se propone dar una respuesta adaptada, tanto en el contenido como en el m‚todo, a las exigencias que dimanan de las diferentes culturas, de edades, de la vida espiritual, de situaciones sociales y eclesiales de aquellos a quienes se dirige la catequesis. Estas indispensables adaptaciones corresponden a Catecismos propios de cada lugar, y, m s aún, a aquellos que toman a su cargo instruir a los fieles (24). El Catecismo de la Iglesia Católica exige leerlo adaptado a los fieles por parte de los encargados en educarles en la fe. Esta exigencia es mayor cuando se utiliza en la predicación homilética. La predicación homilética que en las circunstancias actuales resulta no raras veces dificilísima, para que mejor mueva a las almas de los oyentes no debe exponer la Palabra de Dios sólo de modo general y abstracto, sino aplicar a las circunstancias concretas de la vida la verdad perenne del Evangelio (C. Vaticano II, Presbyterorum Ordinis, 4). La Palabra de Dios, leída y comentada en la Tradición viva de la Iglesia ha de realizar en el hoy-aquí-para nosotros lo que se proclama. Esta acción es obra del Espíritu Santo. El que predica colabora con El en cuanto traduce y aplica a la situación y vida concreta del oyente la Palabra de Dios proclamada. La Palabra de Dios proclamada y concretada por la Iglesia es la Luz que ilumina la vida personal y la comunidad humana social donde el creyente, en comunión con la Iglesia, peregrina hacia el encuentro con Dios. El Catecismo de la Iglesia Católica, convenientemente adaptado, es un buen instrumento para que los pastores puedan ofrecer a los fieles la mayor de las cualidades de una predicación: la sustancia viva de la fe de la Iglesia. El esfuerzo de adaptación a los oyentes concretos nadie puede suplirlo. Cada ministro de la predicación ha de preparar gozosa y concienzudamente la homilía. En estos esquemas se ofrecen algunas sugerencias, dentro de este estudio de la homilía, que hacen referencia a las situaciones humanas y a las posibles conexiones entre estas, los textos bíblicos y el Catecismo. La mejor preparación homilética, la m s concreta y adaptada a las circunstancias sociales y a los destinatarios es aquella que se gesta conducida por el Espíritu de Dios, tacitamente o a grandes gritos, pero siempre con fuerza, se nos pregunta ¨cre‚is verdaderamente en lo que anunciáis? ¨Vivís lo que cre‚is? ¨Predic is verdaderamente lo que vivís? Hoy m s que nunca el testimonio de vida se ha convertido en una condición esencial con vistas a una eficacia real de la predicación (Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, 76). EL DOMINGO (inicio) El Domingo sólo, sin m s adjetivos ni adiciones, es la celebración cristiana por excelencia. La fiesta primera en la historia del cristianismo y la primera también en la valoración que la fe y la teología hacen de las celebraciones cristianas. Por esto, debiera renovar y desarrollar constantemente nuestra vida en Cristo. Y tiene fuerza de gracia para ello. Por esto, el Domingo se ha de hacer presente en la homilía. Qué es el Domingo y Qué aporta a la homilía? El Domingo es el condensado de la creación y de la redención en el tiempo humano. El Catecismo de la Iglesia Católica desarrolla con profundidad esta verdad de la fe y la teología. En el Domingo se recogen, como los rayos del sol en una lente, las riquezas infinitas de la comunicación de Dios a la humanidad. Por un lado, el Sabbat [es] la culminación de la obra de los seis días (345), expresión literaria de la creación. Y Dios descansó en ese día, en versión humana, se sintió feliz, y lo santificó y bendijo, lo hizo su Día y lo llenó de sus dones, hasta de sí mismo, por esto, lo bendijo. Así se comprende que todo en la creación est hecho con miras al Sabbat y, por tanto, al culto y a la adoración de Dios (347), en definitiva al descanso y a la felicidad, a la contemplación del culto y a la adoración. Pero... ha surgido un nuevo día: el día de la resurrección de Cristo. El septimo día acaba la primera creación. Y el octavo día comienza la nueva creación. Así la obra de la creación culmina en otra todavía m s grande: la Redención. La primera creación encuentra su sentido y cumbre en la nueva creación en Cristo, cuyo esplendor sobrepasa a la primera (cf MR, Vigilia pascual 24, oración despues de la primera lectura) (349). Cómo prescindir del Domingo al explicar y aplicar la Palabra que hizo la creación y la nueva creación? El Domingo da a la homilía los acentos vivos y profundos en los que resuena toda la obra de Dios por nosotros. Cada perícopa evangélica est situada en el gran marco de la obra de Dios. Las verdades de la fe dejan de ser meras afirmaciones dogm ticas y los imperativos evangélicos meras exigencias, para convertirse en momentos de la inmensa armonía de la creación y de la nueva creación, cuyo primog‚nito es nuestro Señor Jesucristo, muerto por nosotros y resucitado para nosotros, inicio de la nueva creación. En dos páginas no se puede agotar el Domingo. Pero lo expuesto es la base que sustenta todo desarrollo de la fe y la teología del Día del Señor. Así, por ejemplo, la asamblea de la Iglesia reunida por todo el mundo (1167. 1343s. 2177ss) para la celebración de la Eucaristía dominical se explica desde el primer Domingo, el de la Resurrección, el Día Primero de la nueva creación, que se prolonga en los sucesivos Domingos, hasta que Cristo vuelva visiblemente. Condiciones para celebrar el Domingo Para que el Domingo cale en celebrantes y fieles, como para que cale en el pueblo cristiano la vida sacramental de la Iglesia, son imprescidibles: un elemental sentido de oración y un también elemental sentido simbólico. Quien no ora no puede entrar en el Domingo, lo soportar como una obligación. Cuando algunos fieles dicen que les aburre la Misa, y se les pregunta por el tiempo que dedican a orar en su vida, la respuesta bastante negativa explica que no entren, que no les diga nada, un acto que es oración. Quien no cae en la cuenta de los valores humanos decisivos de los símbolos, que son los sacramentos, podrá orar en Misa pero no orar la Misa. Los símbolos sacramentales son la aproximación a nosotros de los grandes valores de la vida, que superan lo cotidiano, y aun los momentos m s densos que se agotan en este mundo. Los símbolos sacramentales, y entre ellos el Domingo, nos acercan las realidades que ni el ojo vió ni el oído oyó ni humano entendimiento puede comprender lo que Dios ha preparado a los que le aman (1Co 2,9). Para una profundización de la fe y la teología sobre el Domingo, veanse Conferencia Episcopal Española, El domingo, fiesta primordial de los cristianos (1981) y Domingo y Sociedad (1995). ESQUEMA GENERAL DEL AÑO A (inicio) Tiempo litúrgico Enfoque Objetivo 1. ADVIENTO La esperanza se apoya en la fe. Preparar los caminos del Señor porque es fiel a sus promesas. 2. NAVIDAD Un Niño nos ha nacido (Navidad); un Hijo se nos ha dado (Maternidad de María); Dios se nos ha manifestado (Epifanía). El asombro ante el Misterio de la Palabra hecha carne no descarta la ternura ante un Niño. 3. CUARESMA Catecumenado para renovar nuestro Bautismo y sus exigencias. La Cruz ilumina el camino hacia la Pascua. 4. SANTO TRIDUO PASCUAL La entrega de Cristo en el amor, el Pan y la Cruz. Contemplar el Misterio de la Cruz y dejarse invadir por el Crucificado y el Resucitado. 5. TIEMPO PASCUAL El Resucitado, fundamento de nuestra Resurrección. Predicar a Jesús, vencedor de la Muerte para proclamar la vida de su Iglesia. 6. TIEMPO ORDINARIO El Reino de Dios y sus compromisos. Presentar el Reino de Dios: * En su dimensión salvadora. * Como raíz de la ‚tica cristiana. * Como espeanza de plenitud. INTRODUCCION AL ADVIENTO (inicio) Para ser del todo fieles al propósito de este trabajo, hemos de mirar al Adviento desde una doble perspectiva: la de la liturgia y la del pensamiento de la Iglesia expresado en el Catecismo. El contenido de los cuatro domingos previos a la Navidad es suficientemente explícito para que de ellos saquemos la conclusión de que la Iglesia nos invita a una espera y a una esperanza. A una espera porque se anuncia la venida al fin de los tiempos, algo así como una tensión permanente entre el ya y el todavía no. Eso se llama dar sentido verdaderamente escatológico a la vida cristiana. El ya nos convence de que Jesús ha venido ya, que est entre nosotros, que la Redención objetiva est ya realizada, pero que todavía no se ha consumado. Y por eso estamos a la espera. Pero este ya nos invita a algo m s. A que la presencia de Jesús en medio del mundo, muchas de cuyas estructuras aún est n alejadas del Evangelio, sea m s notoria por medio de sus testigos. Si el creyente est convencido de que el Reino de Dios ha venido, y que est en medio de nosotros, que la Iglesia es la verdadera portadora de los signos que lo anuncian y lo hacen presente, entonces est en tensión para descubrir los signos de los tiempos. Es precisamente en este punto donde se tocan la venida histórica de Cristo hace 20 siglos y el saber aguardar su presencia de salvación, hoy como ayer y como siempre. La primera no la repetimos, porque ya ha venido; la de hoy la actualizamos en una liturgia que nos invita a despertar de nuestro sueño, a estar en vela, a levantar la cabeza porque se acerca nuestra liberación. Y es que el anuncio de Cristo de que el Reino de Dios est cerca podráíamos entenderlo como que nos esta dando siempre alcance. Porque lo que así sucede ha llegado, pero no del todo. Anticipar la Parusía de Cristo (Domingo XXXIII y I Adviento) es descubrir entre nosotros las señales de salvación. Es sentir sobre nosotros el Juicio salvador, pero que nos hace mirar a lo íntimo de nuestras vidas, para descubrir en ellas los espacios aún vacíos de Dios, las esferas de nuestra existencia aún no inundadas por la conversión cristiana. La perenne actualidad de la salvación traida por Cristo nos es presentada precisamente así por la liturgia: Hoy sabr‚is que viene el Señor y mañana ver‚is su gloria (Vigilia de Navidad). Y todo teniendo por delante unas semanas inmediatamente previas a la Navidad. Es de temer que haya sido esto precisamente lo que en nuestro tiempo haya restado importancia al Adviento. La inminente Navidad y lo que lleva consigo tienen la suficiente fuerza como para oscurecer este tiempo. Sobre todo en España, donde no contamos con signos externos propios, como sucede, por ejemplo, en Alemania (el Adventskranz) con la Corona y las velas que son una forma muy pl stica de crear clima de espectación ante lo que se aproxima. La esperanza a la que se nos convoca tiene un horizonte m s amplio. Abarca realmente toda nuestra existencia; pero se hace m s patente en estas fechas. La esperanza, apoyada en la fe, afirma que el mismo Cristo, cuya venida en carne conmemoramos ahora, vendra a en Majestad al fin de los tiempos. Es como una invitación a mirar el presente desde el futuro de Dios. Es afirmar rotunda e incuestionablemente que el futuro es de El y no del hombre. Que es El el dueño de la historia. Pero que nos la ha entregado en nuestras manos para que nos salvemos desde ella pero no en ella. Porque la salvación plena no es ni est en este mundo. La salvación meramente intramundana, tan apreciada desde los filósofos de la sospecha, es, desde la óptica cristiana, una pretensión vana. Pero, lejos de nosotros cualquier desentendimiento de la realidad creada o cualquier genero de alienación, estamos llamados a trabajar, a esforzarnos, a hacer presente la gratuidad del Dios que nos envía a su Hijo en nuestra condición humana para participar de nuestra peripecia humana, pero para hacerla salvadora solamente por El y desde El. El creyente cristiano, la Iglesia entera, se esfuerza, evangeliza, promueve al hombre nuevo, desde la esperanza y por ella. Desde ella porque sabe que es misión encomendada y que Dios dar el incremento; por ella porque sólo ella puede impulsar y ayudar a superar las dificultades de un mundo para el que la venida de Cristo no es en gran medida noticia. Sentir hambre de Dios y advertir los vacíos que hay en la vida y que sólo Dios puede llenar, es precisamente la misión de quien vive de la esperanza. Nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica (524) que al celebrar anualmente la liturgia del Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida. Concisa y exacta manera de resumir cuanto venimos diciendo. Hay una serie de personajes, aludidos constantemente por la liturgia de estas semanas, y cuya cooperación a la venida del Salvador queda verdaderamente resaltada: Isaías, Juan Bautista y la Santísima Virgen. Cada uno con un papel distinto y todos llamados a preparar los caminos del Señor, m s de lejos o m s de cerca. Desde el anuncio, cuyo asombroso contenido habráía dejado verdaderamente atónito al Profeta de haber penetrado hasta su hondísima significación: La Virgen est en encinta y da a luz un hijo, y le pone por nombre Emmanuel (que significa Dios-con-nosotros), hasta la invitación del Precursor, a que se allanen los senderos, se eleven los valles y desciendan los montes y colinas para que toda carne vea la salvación de Dios, todo nos habla de un futuro interpretado y leído sólo desde Dios, autor de toda esperanza de salvación. Y la figura de María, recogiendo en sí misma toda la esperanza del pueblo de la Antigua Alianza, como parte del resto de Israel y del nuevo Pueblo de Dios, pronosticando la novedad en el canto del Magníficat. La solemnidad de la Inmaculada, actualización de la preparación por parte de Dios de la digna morada de su Hijo, y, sobre todo, los días de las antífonas O (desde el 17 de Diciembre), días marianos por excelencia en toda la liturgia anual, nos traen a la memoria el papel primordial de quien fue fiel a la Palabra y pronunció el fiat que abrió las puertas de nuestro mundo al Salvador de todos los pueblos. Como se dice en la Constitución Gaudium et Spes, 55: María sobresale entre los humildes y los pobres del Señor, que esperan de ‚l con confianza la salvación y la acogen. Finalmente con ella, excelsa hija de Sión, despues de la larga espera de la promesa, se cumple el plazo y se inaugura el nuevo plan de salvación (489). ESQUEMA DE ADVIENTO (inicio) Domingos y Solemnidades Lecturas Catecismo de la Iglesia Católica I Esperar al Señor y preparar sus caminos Is 2,1-5: El Señor reúne a todos los pueblos... Rm 13,11-14: Nuestra salvación est cerca Mt 24,33-44: Estad en vela para estar preparados Esperanza de los cielos nuevos y de la tierra nueva: 1042. 1044. 1045 Vigilancia ante el Reino: 1001. 2612 II El Señor nos llama a la conversión Is 11,1-10: Con equidad dar sentencia al pobre Rm 15,4-9: Cristo salvó a todos los hombres Mt 3,1-2: Se acerca el Reino de Dios Cada cristiano ejerce unas funciones: 1884. 1885 Preparativos de la venida de Cristo: 522. 523 III Nuestro futuro es de Dios Is 35,1-6.10: Dios vendra y nos salvar St 5,7-10: Manteneos firmes Mt 11,2-11: ¨Eres tú el que ha de venir...? La Transformación del mundo: 1047. 1048 Dios tiene casa entre nosotros: 1044 IV Las grandes maravillas de la salvación sólo pueden venir de Dios Is 7,10-14: La Virgen concebir Rm 1,1-7: Jesucristo, de la estirpe de David... Mt 1,18-24: Jesús nacer de la casa de David Estamos llamados a la santidad: 2012. 2013 María, siempre Virgen: 499. 450 INMACULADA CONCEPCIóN !Salve! Llena de gracia, el Señor est contigo Gn 3,9-15.20: Establezco hostilidades entre ti y la mujer Ef 1,3-6.11-12: Dios nos eligió en la persona de Cristo Lc 1,26-38: Al‚grate, llena de gracia La Inmaculada Concepción: 590-593 Anunciación: 494 Lucha contra el pecado: 40 DOMINGO I DE ADVIENTO (inicio) Esperar al que viene a hacer nuevas todas las cosas es empezar a sentirse renovado I. LA PALABRA DE DIOS * Is 2,1-15: El Señor reúne a todos los pueblos en la paz eterna del Reino de Dios * Sal 121,1-2.3-4a(4b-5.6-7).8-9: Vamos a la casa del Señor * Rm 13,11-14: Nuestra salvación est cerca * Mt 24,37-44: Estad en vela para estar preparados II. APUNTE BIBLICO-LITÚRGICO * Isaías contempla desde Sión la ciudad santa abriendo una nueva esperanza por la próxima intervención salvadora de Yav‚. * Dios ser el centro de atención de todos los pueblos, centro de instrucción sobre la Ley. * Yav‚ inaugura una nueva etapa de salvación. * Lo viejo est pasado; lo nuevo se nos echa encima. La vigilancia cristiana _actitud tan destacada en la lectura evangélica_ no es mirar en todas direcciones adivinando dónde pueda estar el enemigo, sino mantenerse alerta para descubrir los signos del Reino de Dios en el mundo. III. SITUACION HUMANA * Lo cristiano no es esperar a que nos den hecha la historia. Cuando el creyente se compromete con ella est haciendo presente la salvación de Dios, no la que ‚l fabrique. Lo alienante es quedarse quieto; lo evangélico es trabajar por el Reino de Dios. Cuando alguien sabe que el Reino de Dios viene de •l, no est afirmando lo obvio: est dando muestras de no inventarse el Reino de Dios. No nos faltan ocasiones para tomar el pulso a la realidad circundante. Pero el reto cristiano es que ahí precisamente se hace la salvación por Dios y su Reino. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _La esperanza de los cielos nuevos y de la tierra nueva: Al fin de los tiempos el Reino de Dios llegar a su plenitud. Despues del juicio final, los justos reinar n para siempre con Cristo, glorificados en cuerpo y alma, y el mismo universo ser renovado (1042). En este ``universo nuevo'' (Ap 21,5), la Jerusal‚n celestial, Dios tendra su morada entre los hombres. ``Y enjugar toda l grima de su ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado'' (Ap 21,4) (1044; cf 1045). _ El juicio suceder cuando vuelva Cristo glorioso. Sólo el Padre conoce el día y la hora en que tendra lugar, sólo •l decidir su advenimiento. Entonces, •l pronunciar por medio de su Hijo Jesucristo, su palabra definitiva sobre toda la historia (1040; cf 1038. 1039. 1040). * La respuesta _ La vigilancia ante el Reino de Dios: Mirado positivamente, el combate contra el yo posesivo y dominador consiste en la vigilancia. Cuando Jesús insiste en la vigilancia, es siempre en relación a •l, a su Venida, al último día y al ``hoy''. El esposo viene en mitad de la noche; la luz que no debe apagarse es la de la fe: ``Dice de ti mi corazón: busca su rostro'' (Sal 27,8) (2730; cf 1001). * El testimonio cristiano _ La espera de una tierra nueva no debe amortiguar sino m s bien avivar la preocupación de perfeccionar esta tierra, donde crece el cuerpo de la nueva familia humana, el cual puede de alguna manera anticipar un vislumbre del siglo nuevo. Por ello, aunque hay que distinguir cuidadosamente progreso temporal y crecimiento del Reino de Cristo, sin embargo, el primero en cuanto puede contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, interesa en gran medida al Reino de Dios (GS 39) (1049). Vivir el Adviento es vivir de y para la esperanza. De ella en cuanto apoyo; para ella en cuanto preparación de los caminos del Señor. DOMINGO II DE ADVIENTO (inicio) El que viene a cambiar todo, nos llama a convertirnos a El I. LA PALABRA DE DIOS * Is 11,1-10: Con equidad dar sentencia al pobre * Sal 71,2.7-8.12-13.17: Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente * Rm 15,4-9: Cristo salvó a todos los hombres * Mt 3,1-12: Haced penitencia, porque se acerca el Reino de Dios II. APUNTE BIBLICO-LITÚRGICO * La situación del pueblo de Israel no condiciona para nada los proyectos de salvación de Dios. Por encima de todo brotar un renuevo del tronco de Jes‚, un v stago florecer de su raíz. * Las im genes pastoriles son la prueba de que hasta del realismo m s contundente Dios hace nacer la utopía. * ¨Y que son todas esas promesas comparadas con la fidelidad de Dios en Cristo que se hizo servidor de los judíos precisamente para probarla? * Dos reproches de Juan a los fariseos: que son inaccesibles al juicio de Dios y que viven de la seguridad que les proporciona el ser hijos de Abraham. El juicio va a llegar ya, y lo que desde ahora cuenta es la actitud de conversión ante el Reino que nos est dando alcance. III. SITUACIÓN HUMANA * La decepción ante lo que tenía que cambiar y sigue igual es propia de quienes hacen poco por la novedad. La novedad en sí misma no es nada. La novedad es siempre obra de hombres nuevos. El Hombre-Nuevo por excelencia, Jesucristo, es el primer renovador. * Los que sueñen con un mundo renovado con la sola fuerza de la propia inmanencia del hombre, tienen aquí una gran oportunidad de reconocer su error. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Dios entrega a cada cristiano las funciones que es capaz de ejercer: Dios no ha querido retener para ‚l solo el ejercicio de todos los poderes. Entrega a cada criatura las funciones que es capaz de ejercer, según las capacidades de su naturaleza. Este modo de gobierno debe ser imitado en la vida social (1884; cf 1885. 1888). _ El sacramento de la Penitencia como anticipo del Juicio Final: 1470. _ Preparativos de la venida de Cristo al mundo: Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda venida. Celebrando la natividad y el martirio del Precursor, la Iglesia se une al deseo de ‚ste: ``Es preciso que •l crezca y que yo disminuya'' (Jn 3,30) (524; cf 522. 523). * La respuesta _ El Reino de Dios est cerca; convertíos: Jesús llama a la conversión. Esta llamada es una parte esencial del anuncio del Reino: ``El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios est cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva'' (Mc 1,15) (1427; cf 1428). * El testimonio cristiano _ La Iglesia ... sólo llegar a su perfección en la gloria del cielo ... cuando llegue el tiempo de la restauración universal y cuando, con la humanidad, también el universo entero, que est íntimamente unido al hombre y que alcanza su meta a trav‚s del hombre, quede perfectamente renovado en Cristo (LG 48) (1042). _ No hay cosa a Dios m s contraria que el corazón que bien se parece porque no tiene vaso en que Dios eche las riquezas de su misericordia, y Quédase en su propia bajeza y sequedad por no quererse abajar, para que corran en ‚l las aguas de la gracia de Dios (San Juan de µvila, Epist. 85). La conversión cristiana tiene como punto de partida al Señor que viene y como punto de llegada al Señor que resucitar . DOMINGO III DE ADVIENTO (inicio) Los que han puesto en Cristo su esperanza no conocen el miedo porque Cristo es la garantia de nuestro presente y de nuestro mañana I. LA PALABRA DE DIOS * Is 35,1-6a.10: Dios vendra y nos salvará * Sal 145,6-10: Ven, Señor, a salvarnos * St 5,7-10: Manteneos firmes porque la venida del Señor est cerca * Mt 11,2-11: ¨Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro? II. APUNTE BIBLICO-LITÚRGICO * Las calamidades y el dolor habían sumido a Israel en la pesadumbre y el des nimo. El Profeta anuncia que el poder de Yav‚ traer un nuevo estado de cosas. Mucho de lo que Isaías anuncia lo realizó Jesús. Pero lo que importaba entonces es que el ansia de un futuro nuevo mantuviera la ilusión del mañana. * Santiago ha afirmado: No sab‚is Qué ser vuestra vida mañana y va a fiar al si Dios quiere el futuro de los cristianos (única vez en toda la Biblia que se usa la fórmula tan popular entre nosotros, si Dios quiere). Y con el anuncio de que el Señor est cerca invitar a la esperanza y a la fortaleza a los que sufren. * Al elogiar a Juan, Jesús quiere dirigir su mirada m s lejos: a pesar de todo, el Bautista est en la antesala del Reino; los que creemos en Jesucristo estamos dentro del todo. Y por eso somos m s importantes. III. SITUACIÓN HUMANA * Nuestra sociedad puede ser calificada de lo inmediato, es decir, de lo que se tiene a mano, porque del futuro nadie se fía. * Vivir el día a día se opone a la mirada hacia el mañana, porque se le teme. No se sabe muy bien por Qué; pero se tiene miedo al futuro. Este miedo conoce muchas formas de ser combatido. Una de ellas es la creciente afición por el esoterismo y las ciencias ocultas. La vieja tentación del G‚nesis sigue en pie. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El destino del mundo es ser transformado: Así pues, el universo visible también est destinado a ser transformado, a fin de que el mundo mismo restaurado a su primitivo estado, ya sin ningún obst culo est‚ al servicio de los justos, participando en su glorificación en Jesucristo resucitado (1047; cf 1048. 1050). _ En este universo nuevo, Dios tendra su casa entre los hombres: 1044. 1045. * La respuesta _ Dios da a los suyos el tiempo de salvación para que se conviertan: El mensaje del Juicio final llama a la conversión mientras Dios da a los hombres todavía ``el tiempo favorable, el tiempo de salvación'' (2 Co 6,2). Inspira el santo temor de Dios. Compromete para la justicia del Reino de Dios. Anuncia la ``bienaventurada esperanza'' (Tt 2,13) de la vuelta del Señor que ``vendra para ser glorificado en sus santos y admirado en todos los que hayan creido'' (2 Ts 1,10) (1041; cf 2854). _ Conversión de la sociedad a la jerarquía de valores: 1886. 1887. 1888. 1889. * El testimonio cristiano _ Juan era en todo parecido a Cristo. La voz o la palabra es la representación de la idea. Juan representaba en todo a Cristo. Le anunciaron los ngeles, nació de una mujer est‚ril .... Así deben ser los predicadores cristianos. Libres de toda preocupación, han de predicar no sólo con su palabra, sino con su vida, luz del mundo y sal de la tierra (San Roberto Belarmino, Sermón sobre el Bautista). _ Líbranos de todos los males, Señor, y conc‚denos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo (Misal Romano, Embolismo) (2854). Cuando el hombre se cree dueño del futuro, este se vuelve contra ‚l; cuando la fe le convence de que es Dios, se convierte en salvación. DOMINGO IV DE ADVIENTO (inicio) “La maternidad virginal de María y la salvación sólo pueden venir de Dios” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 7,10-14: “La Virgen concebirá” * Sal 23,1-6: “Va a entrar el Señor; Él es el Rey de la Gloria” * Rm 1,1-7: “Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios” * Mt 1,18-24: “Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * La permanencia del pueblo de Dios está apoyada en la promesa de venida del Dios del pueblo. Una cosa es que Dios se haga historia con el hombre y otra que el hombre deshaga o destruya la historia de Dios con Él. * La virginal gravidez de la Virgen será signo de salvación porque de ella nacerá el “Dios-con-nosotros”. Como si hasta María, Dios fuera “simplemente” Dios, y desde María, “Dios-con-nosotros”. * San José es el ejemplo de quienes saben que hay situaciones vitales que exigen una decisión fundamental desde una “lectura” de fe; que no pueden ser tomadas desde la desnuda voluntad humana, sino desde la que se decide desde Dios. III. SITUACIÓN HUMANA * Las muestras de prepotencia de las que hace gala el hombre de hoy se ven muchas veces frenadas por la frustración. La sensación de fracaso no suele ser para muchos ocasión de buscar soluciones por otro camino, incluído el de la trascendencia, sino para insistir una y otra vez en la oferta de soluciones para la historia creyéndose salvadores de todo. * A veces ocurre que los grandes pensamientos o proyectos humanos son sometidos a prueba por el Evangelio, cuando es leído desde la fe; sin embargo ha de animarnos la convicción de que la fe, lejos de destruir la iniciativa del hombre, le ayuda a descubrir caminos nuevos e insospechados. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Cristo, concebido por obra del Espíritu Santo: “Los relatos evangélicos presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humanas: ``Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo'', dice el ángel a José a propósito de María, su desposada (Mt 1,20)” (497; cf 496). _ María, siempre Virgen: 499. 500. 501. 503. * La respuesta _ La oración en comunión con la Santa Madre de Dios: “A partir de esta cooperación singular de María a la acción del Espíritu Santo, las Iglesias han desarrollado la oración a la santa Madre de Dios, centrándola sobre la persona de Cristo manifestada en sus misterios. En los innumerables himnos y antífonas que expresan esta oración, se alternan habitualmente dos movimientos: uno ``engrandece'' al Señor por las ``maravillas'' que ha hecho en su humilde esclava, y por medio de ella, en todos los seres humanos; el segundo confía a la Madre de Jesús las súplicas y alabanzas de los hijos de Dios ya que ella conoce ahora la humanidad que en ella ha sido desposada por el Hijo de Dios” (2675; cf 2673. 2674). _ Todos los fieles estamos llamados a la santidad: 2012. 2013. * El testimonio cristiano _ “Merced a este vínculo especial que une a Cristo con la Iglesia, se aclara mejor el misterio de aquella mujer que, desde los primeros capítulos del libro del Génesis hasta el Apocalipsis, acompaña la revelación del designio salvífico de Dios respecto a la humanidad. Pues María, presente en la Iglesia como Madre del Redentor, participa maternalmente en aquella dura batalla contra el poder de las tinieblas que se desarrolla a lo largo de toda la historia humana” (Juan Pablo II, RM, 47). El creyente no puede “acostumbrarse” nunca a las maravillas de Dios. El asombro forma parte de la fe porque certifica que la salvación y sus manifestaciones sólo pueden tener a Dios por autor. LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA (inicio) (8 de Diciembre) “Salve, llena de gracia, el Señor está contigo” I. LA PALABRA DE DIOS * Gn 3,9-15.20: “Establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre su estirpe y la tuya” * Sal 97,1.2-3ab.3c-4: “Cantad al Señor una cántico nuevo, porque ha hecho maravillas” * Ef 1,3-6.11-12: “Dios nos eligió en la persona de Cristo antes de crear el mundo” * Lc 1,26-38: “Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El relato de la Anunciación a María pertenece al género “midráshico”, ya que S. Lucas confronta los textos antiguos con la propia venida de Cristo. Y vemos cómo la Virgen es la nueva Hija de Sión a la que Yavé renueva con su amor, según Sofonías; es la llena de gracia (Isaías); el resto que regresa de la cautividad y sobre el que ha brillado la luz divina (Isaías); el templo que rebosa de la gloria de Dios, según Ageo..... * Sin dejar de pensar en el Adviento, marco en el que se celebra esta gran festividad, hacemos notar que en María tiene lugar el gran encuentro de Dios con la humanidad. * Aunque la humanidad cometa el primer pecado, Dios no se olvida de su misericordia. Pero ya se plantea entonces una batalla contra el mal, en la que a María le tocan las primicias de la victoria. Por eso, el misterio de la Inmaculada nos anuncia que hay un plan de regeneración total, que ha comenzado en María. III. SITUACIÓN HUMANA * El hombre sabe de su propia grandeza. Pero, siendo consciente de lo que vale, no lo es tanto de sus limitaciones y le cuesta mucho reconocerlas. Y aunque sepa que es el autor de sus propios éxitos, no es tan consciente de sus fracasos. Y suele buscar un culpable. Y casi siempre acaba echando las culpas a quien le ha hecho grande. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ La Iglesia confiesa el dogma de la Inmaculada Concepción: “...La Bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha del pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano (Pío IX)” (491; cf 490. 492. 493). _ La Anunciación: “Hágase en mí....”: 494. * La respuesta _ Ella es nuestra Madre en el orden de la gracia: “Por su total adhesión a la voluntad del Padre, a la obra redentora de su Hijo, a toda moción del Espíritu Santo, la Virgen María es para la Iglesia el modelo de la fe y de la caridad. Por eso es ``miembro muy eminente y del todo singular de la Iglesia'', incluso constituye la figura (``typus'') de la Iglesia (LG 63)” (967; cf 968. 969. 970). _ El culto a la Santísima Virgen: 971. _ Lucha contra el pecado...un duro combate: 40. * El testimonio cristiano _ “Ella, en efecto, como dice san Ireneo, ``por su obediencia fue causa de la salvación propia y la del todo género humano''. Por eso, no pocos Padres antiguos, en su predicación, coincidieron con él en afirmar ``el nudo de la desobediencia de Eva lo desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen Eva por su falta de fe lo desató la Virgen María por su fe''. Comparándola con Eva, llaman a María ``Madre de los vivientes'' y afirman con mayor frecuencia: ``la muerte vino por Eva, la vida por María'' (LG 56)” (494). La Iglesia contempla y celebra gozosa a la Virgen Inmaculada porque ve en ella la imagen que Jesucristo quiere de ella misma: limpia, pura, sin mancha ni arruga, preparada para el Esposo que llega. INTRODUCCIÓN A LA NAVIDAD (inicio) El paso del Adviento a la Navidad es, desde el punto de vista litúrgico, tan extraordinariamente rápido, que apenas da tiempo a tomar conciencia de la situación totalmente distinta que se crea a la luz de los textos y del clima de las celebraciones. Acaso haya que decir que nos damos cuenta demasiado pronto. Se ha sobrepuesto el clima exterior de tal manera a la liturgia, que difícilmente podemos soslayarlo. No obstante, hemos de fijar perfectamente la frontera entre unas celebraciones y otras. Toda la liturgia de estos días gira en torno a la gran noticia: “La Palabra se ha hecho carne y ha puesto su tienda entre nosotros”. La misma noticia, pero más sobria y menos solemnemente enunciada es la del comienzo de la Carta a los Hebreos: “En estos días nos ha hablado por su Hijo”. Este primer núcleo encierra a su vez otros aspectos que las distintas fechas se encargan de subrayar: Hijo de Dios e Hijo del Hombre, Encarnado en el seno de María Virgen y manifestado al mundo. La condición humana, hermanada con la de Dios a través de Cristo, es la consecuencia que las Misas de la Navidad destacan, especialmente las de “Aurora” y del día de Navidad. Junto a eso, y como encadenado con lo anterior, la luz que ha irrumpido en el mundo rompiendo la tiniebla es otra noticia que invita a la alegría navideña (Ambas ideas se enlazan perfectamente en el Prefacio I de la Navidad). En el prólogo del IV Evangelio, San Juan usa el siguiente método: resalta la condición divina del Verbo, “por quien han sido hechas todas las cosas” y desciende luego haciéndole presente como Palabra que ha puesto su casa entre nosotros. La liturgia de Navidad procede de modo parecido. El gran Dios nacido en Belén es el Hijo del Hombre venido a través de María, Madre de Dios, mostrándonos a sí el amor del Padre enviando al Hijo “pereciéndose a nosotros en todo, menos en el pecado”. Que la Virgen Santísima aparezca venerada como Madre de Dios, y mediante la cual ha hecho su entrada en el mundo, es lo que provoca en el creyente otra sensación de estupefacción. Y conste que la liturgia, así vivida, nunca deja de surtir sus efectos, porque jamás aburre, por muy repetida que la hallemos. El misterio de la profunda vinculación entre la Madre y el Hijo y el profundo amor del Padre, que para salvar a la humanidad ha elegido a una Mujer de entre nosotros para traer la salvación por Jesucristo, hace de la Solemnidad de la Madre de Dios, la fiesta de la Encarnación en cuanto tal, es decir, el misterio de la Palabra hecha carne por medio de María. Si en la Navidad se celebraba fundamentalmente el nacimiento, el día 1 de Enero se actualiza la donación. No estaría mal recuperar, ahora en lengua vernácula para que sean entendidas por el pueblo, las palabras que en otro tiempo acompañaban a la adoración del Niño en nuestros templos tras las misas navideñas. En Navidad, “Christus natus est nobis, Venite adoremus”; y el día de la Maternidad, “Christus datus est nobis”. El tercero de los momentos señalados se encuentra en la Epifanía. Es la manifestación ostensible y pública, universal de Cristo a todas las naciones. España es uno de los pocos lugares que concede caracter festivo a este día, pero no por eso se destaca la condición que señalamos. Es este un día en que la predicación va por derroteros muy distintos de los que la gente vive. Es el día de los regalos y resulta difícil la celebración por falta de sintonía. Tal vez sea el final del ciclo, la fiesta del Bautismo del Señor, la ocasión de subrayar lo que no se haya podido en Epifanía. Queda, sin embargo, un dato de gran relevancia en estos días y de cuya trascendencia es preciso hacernos eco en nuestra predicación: El Nombre de Jesús y el Emmanuel “el-Dios-con-nosotros”. El Catecismo de la Iglesia Católica, entre los números 430 y 435, expone la doctrina acerca del mismo. Desde la apelación a la “salvación” como contenido fundamental de tal denominación, hasta la constante invocación en la oración de la Iglesia, el Catecismo va desgranando la gran riqueza de contenido de este “Nombre-sobre-todo-nombre”, ya que “no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos”. Tradicionalmente se ha celebrado el primero de Enero la fiesta del Emmanuel. Y, sin salirse para nada de la gran solemnidad de la Maternidad divina, es bueno poner de relieve este acercamiento de Dios hacia nosotros. Presentando la Navidad como la culminación de las promesas de Dios, mediante las que se iba haciendo presente en medio del pueblo elegido y prometía a la vez una presencia mayor y definitiva que sólo con la venida de Cristo el mundo ha entendido del todo, puede hacerse alusión a esta venida y esta presencia que deja verdaderamente pálidas las promesas, porque jamás podía mente humana imaginar semejante muestra de vecindad de Dios para con su pueblo: “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito”. ESQUEMA DE NAVIDAD NAVIDAD (inicio) Solemnidades y domingos Lecturas Catecismo de la Iglesia Católica NAVIDAD. (Vigilia) “Veréis la gloria del Señor” Is 62,1-5: ”El Señor te prefiere a ti” Hch 3,16-17.22-25: “Pablo da testimonio de Cristo” Mt 1,1-25: “Genealogía de Jesucristo, hijo de David” Consecuencias del pecado en el hombre: 402-406 Dios no abandona: 410. 441 NAVIDAD. (Misa de medianoche) “Hemos visto la Luz del Señor” Is 9,2-7: “Un Hijo se nos ha dado” Tit 2,11-14: “Ha aparecido la gracia de Dios” Lc 2,1-14: “Hoy os ha nacido un Salvador” El Misterio de la Navidad: 525. 526 Los cristianos hijos de la luz: 736 NAVIDAD. (Misa del día) La Palabra se ha hecho carne Is 52,7-10: “La tierra verá la victoria de Dios” “Hb 1,1-6: “Dios ha hablado por su Hijo” Jn 1,1-18: “La Palabra se ha hecho carne” Para qué se ha hecho carne el Verbo: 456-460 Hijos de Dios por la gracia: 1996 SAGRADA FAMILIA “La familia, obra de Dios” Eclo 3,3-7.14-17a: “El que teme al Señor honra a sus padres” Col 3,12-21: “La vida de familia vivida en el Señor” Mt 2,13-15.19-23: “Toma al Niño y a su Madre y huye a Egipto” La Familia en el plan de Dios: 2201-2203 La familia, célula original de la vida social: 2207 Familia y sociedad: 2209-2211 Solemnidades y domingos Lecturas Catecismo de la Iglesia Católica SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS !Salve, tú que diste a luz al Rey! Num 6,22-27: “Invocarán mi nombre... y los bendeciré” Gal 4,4-7: “Dios envió a su Hijo nacido de una Mujer” Lc 2,16-21: “... le pusieron por nombre Jesús” María, escogida para Madre de Dios: 488 Jesús, “Dios salva”: 430 DOMINGO II DE NAVIDAD Dios nos habla y nos salva por Jesucristo Eclo 24,1-4.12-16: “La sabiduría habita en el pueblo” Ef 1,3-6.15-18: “Nos predestinó a ser hijos de Dios” Jn 1,1-18: “La Palabra se ha hecho carne...” Jesucristo, Dios y Hombre: 464. 465 Jesucristo, manifestación de la verdad de Dios: 2466 EPIFANÍA DEL SEÑOR “Los pueblos caminan a la luz del Señor” Is 60,1-6: “La gloria del Señor amanece sobre tí” Ef 3,2a.5-6: “Los gentiles son también herederos” Mt 2,1-12: “Venimos de Oriente a adorar al Rey” Epifanía: 528 La salvación viene de Cristo por la Iglesia: 846 BAUTISMO DEL SEÑOR “Éste es mi Hijo muy amado. Escuchadlo” Is 42,1-4.6-7: “Mirad a mi Siervo a quien prefiero” Hech 10,34-48: “Dios ungió a Jesús mediante el Espíritu” Mt 3,13-17: “Apenas se bautizó Jesús, descendió el Espíritu” El Bautismo de Jesús: 535 La vida de Cristo, ofrenda al Padre: 606 El Bautismo, incorporación a la Iglesia: 1267 NATIVIDAD DEL SEÑOR (inicio) (Misa de la Vigilia) “Mañana veréis la gloria del Señor” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 62,1-5: “El Señor te prefiere a ti” * Sal 88,4-5.16-17.27.29: “Cantaré eternamente las misericordias del Señor” * Hch 13,16-17.22-25: “Pablo da testimonio de Cristo, Hijo de David” * Mt 1,1-25: “Genealogía de Jesucristo, Hijo de David” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Consciente el Profeta de que únicamente Dios puede ser quien imponga el nombre nuevo a Jerusalén, le deja a Él la iniciativa para los calificativos con que será conocida en adelante. Porque solamente será Él quien podráá renovar su Alianza y llamarla otra vez su Esposa. * Quiere San Mateo dejar bien sentado el linaje de Jesús desde David. Pero también de Abraham; y cambia el orden cronológico. Pero la atenta lectura de las genealogías nos hace ver la identificación de Cristo con lo más auténtico de la humanidad. En sus orígenes humanos, la mezcla de la luz y las tinieblas, el pecado y la fidelidad, le hacen ser como nosotros. Pero la palabra definitiva será suya: “Dios-con-nosotros” será lo que note y experimente la humanidad como intervención divina. III. SITUACIÓN HUMANA * Cuando el hombre mira a su alrededor y ve el resultado del pecado en medio de la humanidad, siente de un lado la vergüenza y de otro la incapacidad del remedio. La mirada de Dios es distinta y la única que devuelve a la esperanza. Lejos de apartar sus ojos de la miseria humana, la asume para vencerla desde Jesucristo. Los que sueñen con el remedio medicinal de sólo origen humano, alguna vez se sentirán desengañados. ¿Acabarán por aceptar la acción divina como la exclusivamente salvadora, cuando el hombre es capaz de secundar la iniciativa de Dios? IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Jesús, “Hijo de David”: “Numerosos judíos e incluso ciertos paganos que compartían su esperanza reconocieron en Jesús los rasgos fundamentales del mesiánico ``hijo de David'' prometido por Dios a Israel. Jesús aceptó el título de Mesías al cual tenía derecho, pero no sin reservas porque una parte de sus contemporáneos lo comprendían según una concepción demasiado humana, esencialmente política” (539; cf 457. 458. 469). * La respuesta _ Cristiano, reconoce tu dignidad: “Cristiano, reconoce tu dignidad. Puesto que ahora participas de la naturaleza divina, no degeneres volviendo a la bajeza de tu vida pasada. Recuerda a qué Cabeza perteneces y de qué Cuerpo eres miembro. Acuérdate de que has sido arrancado del poder de las tinieblas para ser trasladado a la luz del Reino de Dios” (1691). * El testimonio cristiano _ “Abre, Virgen dichosa, el corazón a la fe, los labios al consentimiento, las castas entrañas al Creador. Mira que el deseado de todas las gentes está llamando a la puerta. Si te demoras en abrirle, pasará adelante, y después volverá con dolor a buscar al amado de tu alma. Levántate, corre, abre. Levántate por la fe, corre por la devoción, abre por el consentimiento. Aquí está _dice la Virgen_ la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra”. (San Bernardo, Homilía 4 sobre la Virgen). _ “Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, el Hijo de Dios, Hijo del hombre: para que el hombre, al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios (S. Ireneo, Haer, 3,19)” (460). !Admirable grandeza la de un Dios que, al acercarse al hombre ha atravesado las sombras! Pero para destruirlas llenándolas de su luz. Y cuanto más cerca, más luz. Por eso brilla más la viginidad de María. NATIVIDAD DEL SEÑOR (Misa de Medianoche) (inicio) “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 9,2-7: “Un hijo se nos ha dado” * Sal 95,1-3.11-13: “Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor” * Tt 2,11-14: “Ha aparecido la gracia de Dios para los hombres” * Lc 2,1-14: “Hoy os ha nacido un Salvador” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El profeta pasa de la descripción de una ruina total del pueblo a la de la una ocasión de esperanza y restauración. Probablemente Isaías aprovecha una pieza de la liturgia de entronización real, no para decirnos nada de un rey histórico, sino para realzar la entrada del rey ideal, mesiánico. De otro modo, no se hubiera atrevido a usar la expresión “Dios guerrero” (Dios fuerte) atribuyéndosela al Rey que viene. * Como intentando separar el sentido del poder humano, y otorgar a Cristo el título de “Señor” puesto en boca de los ángeles, San Lucas comienza su relato llevando al lector al “mundo entero” primero; luego a Siria, después a Judea y Belén. El poder humano, tan amplio, tan extenso, ahora contrastado en el Mesías en el pesebre. * Todo el que recibe la luz de Cristo, se siente hijo de Dios y portador de esta luz. Y no solamente puede llenar de luz los caminos de los hombres, sino decirles dónde está la luz verdadera. La Iglesia es hoy la luz que alumbra a todo hombre, porque es el sacramento de Cristo ante el mundo. III. SITUACIÓN HUMANA * El hombre ha intentado conquistar siempre cotas de mayor bienestar. La historia está repleta de ejemplos de quienes han intentado _siempre con buena voluntad_ ganar en dignidad, en capacidad de convivencia, en afán de paz, en búsqueda de la justicia. Otra cosa es que hayan acertado en el método. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El Misterio de la Navidad: “Jesús nació en la humildad de un establo, de una familia pobre; unos sencillos pastores son los primeros testigos del acontecimiento. En esta pobreza se manifiesta la gloria del cielo. La Iglesia no se cansa de cantar la gloria de esta noche” (525; cf 526). _ Se encarnó para hacernos partícipes de su naturaleza divina: “Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: Para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se conviertiera en hijo de Dios. Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios” (460). * La respuesta _ “``Tened entre vosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo: el cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz'' (Flp 2,5-8)” (461). * El testimonio cristiano _ “O admirabile commercium! El Creador del género humano, tomando cuerpo y alma, nace de una Virgen, y hecho hombre sin concurso de varón, nos da parte en su divinidad (Liturgia de las Horas, antífona de la octava de Navidad)” (526). ¦m “Hoy los pastores le conocieron por medio de un ángel, y a los que presiden la grey del Señor se les enseñó la manera de anunciar la Buena Nueva, para que nosotros también digamos con el ejército de la milicia celeste: ``Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad''” (San León Magno, Sermón 22, 2.o de Navidad) Los llamados a ser portadores de la luz son los que más de cerca la reciben. El cristiano es luz porque lleva la de Cristo. NATIVIDAD DEL SEÑOR (Misa del día) (inicio) “La Palabra se ha hecho carne, y ha puesto su casa entre nosotros” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 52,7-10: “Los confines de la tierra verán la victoria de nuestro Dios” * Sal 97,1.2-6: “Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios” * Hb 1,1-6: “Dios nos ha hablado por su Hijo” * Jn 1,1-18: “La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * La alegría que se anunciaba al pueblo cuando era proclamado un nuevo rey en Sión, la usa ahora el Profeta para anunciar la inauguración de un nuevo reinado de Dios. La inminencia del retorno de los exiliados, y el anuncio de paz subsiguiente, serán los signos perceptibles de la acción divina. * La Palabra de Dios, que había hecho surgir el mundo y el hombre, acampa en el mundo y se hace hombre para dar a los hombres el poder ser y llamarse “hijos de Dios”. Percibida “en otro tiempo” (2.a Lect.) como una revelación del proyecto de Dios sobre el mundo y el hombre, acontece ahora entre nosotros como salvación. * La Palabra se ha hecho carne precisamente en este mundo. Que este mundo sea aceptado como es y no desdeñado como morada del Hijo, es un modo de convencer al hombre de que Dios, a pesar de todo, le sigue amando. III. SITUACIÓN HUMANA * La celebración meramente costumbrista de la Navidad la reduce. Cristianos y no cristianos, los que celebran de corazón y “los que se apuntan”, todos necesitamos abandonar cualquier vestigio de frivolidad en estos días. * La búsqueda de la paz y de la convivencia no son de ahora; han sido siempre señal de la permanente e incansable búsqueda de Dios y de sus signos. En el corazón del hombre y del mundo estaban escritas esas señales, que no le dejarán tranquilo hasta que no halle a Dios en medio de este mundo que, por ser casa de Dios, cuenta con que el Padre en su Hijo ha venido a compartir la historia. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El Verbo se hizo carne: “Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre” (456). “... para salvarnos reconciliándonos con Dios: ``Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados'' (1 Jn 4,10)” (457). “... para que nosotros conociésemos así el amor de Dios: ``En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él'' (1 Jn 4,9)” (458). “... para ser nuestro modelo de santidad: ``Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí...'' (Mt 11,29)” (459). “... para hacernos ``partícipes de la naturaleza divina'' (2 P 1,4)” (460). * La respuesta _ Creer es acoger y anunciar a Cristo: “``Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida _pues la Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, que estaba con el Padre y se nos manifestó_ lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo, Jesucristo. Os escribimos esto para que vuestro gozo sea completo'' (1 Jn 1,1-4)” (425). _ En el centro de la catequesis: Jesucristo: 426. 427. 428. 429. * El testimonio cristiano _ “Nuestra naturaleza enferma exigía ser sanada; desgarrada, ser restablecida; muerta, ser resucitada. Habíamos perdido la posesión del bien, era necesario que se nos devolviera. Encerrados en las tinieblas, hacía falta que nos llegara la luz; estando cautivos, esperábamos un salvador; prisioneros, un socorro; esclavos, un libertador... ¿No merecía conmover a Dios hasta el punto de hacerle bajar hasta nuestra naturaleza humana para visitarla, ya que la humanidad se encontraba en un estado tan miserable y tan desgraciado? (San Gregorio de Nisa, or. catech, 15)” (457). Si el amor del Padre se ha manifestado en que ha entregado a su Hijo al mundo, más patente queda cuando lo contemplamos viviendo entre quienes ha venido a salvar. DOMINGO DENTRO DE LA OCTAVA DE NAVIDAD LA SAGRADA FAMILIA (inicio) “El Hijo de Dios vive en una familia; la familia, idea y obra de Dios” I. LA PALABRA DE DIOS * Eclo 3,3-7.14-l7a: “El que teme al Señor honra a sus padres” * Sal 127,1-5: “!Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!” * Col 3,12-21: “La vida de familia vivida en el Señor” * Mt 2,13-15;19-23: “Coge al Niño y a su Madre y huye a Egipto” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Entre los muchos deberes que lleva consigo la fidelidad a Yavé, el Sirácida propone como de vital importancia el amor a los padres. * Las recomendaciones que San Pablo hace a los Colosenses acerca de la familia no pueden ser más sencillas ni más “corrientes”. Aquí la originalidad está en la motivación: “en el Señor” o “el gusto del Señor”. No cabe duda que quiere el Apóstol algo más que un comportamiento meramente moralista. * Otra vez nos encontramos en San Mateo con el género midrásico. Los exegetas piensan que Cristo aparece aquí como nuevo Moisés y nuevo Jacob. La vida de familia que Cristo experimenta desde el principio, lejos de la comodidad, conoce el destierro, el exilio, la amenaza ... Pero en todo esto estaba ya el proyecto del Padre. III. SITUACIÓN HUMANA * Se nota en muchos ambientes el creciente aumento del interés por la familia y el afán de muchos por revitalizar valores que se creían para siempre olvidados o relegados. Ya sabemos que todo esto obedece a muchos factores. Pero es un hecho que se nota en multitud de estadísticas y estudios sociológicos. Sin embargo, por otro lado, no deja de estar seriamente amenazada, y sigue siendo tenida por determinados sectores como algo meramente ocasional, de simple experiencia temporal o provisional. No obstante, la mirada hacia lo que indicamos al principio nos hace creer que hay cierta recuperación por este inmenso valor humano y por la realización individual y social del hombre. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ La familia en el plan de Dios: “La sumisión cotidiana de Jesús a José y a María anunciaba y anticipaba la sumisión del Jueves Santo: ``No se haga mi voluntad ...''(Lc 22,42). La obediencia de Cristo en lo cotidiano de la vida oculta inauguraba ya la obra de restauración de lo que la desobediencia de Adán había destruído” (532). “Al crear al hombre y a la mujer, Dios instituyó la familia humana y la dotó de su constitución fundamental. Sus miembros son personas iguales en dignidad... La familia implica una diversidad de responsabilidades, de derechos y de deberes” (2203; cf 2201-2206). * La respuesta _ Responsabilidades de la familia: “La familia debe vivir de manera que sus miembros aprendan el cuidado y la atención de los jóvenes y ancianos, de los enfermos o disminuidos, y de los pobres. Numerosas son las familias que en ciertos momentos no se hallan en condiciones de prestar esta ayuda” (2208; cf 2207-2211. 2214-2233). _ Familia, célula original de la vida social: 2207. _ Ayuda mutua entre los miembros de la familia: 2208. _ La familia y la sociedad: 2209. 2210. 2211. * El testimonio cristiano _ “Al afirmar que los esposos en cuanto padres son colaboradores de Dios Creador en la concepción y generación de un nuevo ser humano, no nos referimos sólo al aspecto biológico; queremos subrayar más bien que en la paternidad y maternidad humanas Dios mismo está presente de un modo diverso de como lo está en cualquier otra generación sobre la tierra” (Juan Pablo II, EV, 43). La opción de Cristo por la vida de familia es ante todo una opción por la vida. Nadie tiene derecho a destruir lo que Dios ha querido que fuera uno de los motivos de la Encarnación de su Hijo. SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS (1 de Enero) (inicio) “!Salve, Santa Madre de Dios, que diste a luz al Rey que dirige los destinos del cielo y de la tierra!” I. LA PALABRA DE DIOS * Nm 6,22-27: “Invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo les bendeciré” * Sal 66,2-3.5.6.8: “El Señor tenga piedad y nos bendiga” * Ga 4,4-7: “Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer” * Lc 2,16-21: “Encontraron a María y a José y al Niño. Al cumplirse los ocho días le pusieron por nombre Jesús” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * La plenitud de los tiempos no es un momento de madurez de la humanidad. La plenitud es obra de Dios. Pablo mira desde atrás, con la vista puesta en el único autor del futuro del hombre: Dios. “Sólo con ojos de redimido puede llamar plenitud de los tiempos” al momento de la Encarnación. El proyecto de Dios tiene un objetivo primordial: la liberación del hombre. Dios, fiel a sí mismo, hace al hombre libre. La primera es su Madre Santísima, primera entre los salvados y única en la obra de Dios. * Tal como lo había anunciado el ángel, al octavo día se impuso al niño el nombre de Jesús: “Dios ayuda”, “Dios salva”. La mentalidad bíblica destaca que el nombre lleva consigo una misión: “él salvará al pueblo de los pecados”, y quién puede darla. III. SITUACIÓN HUMANA * El hombre tiene ante sí el formidable reto de la historia. Se le da desde ella la ocasión de hacerla de manera que repercuta en beneficio propio y de los demás, de poner en juego multitud de iniciativas. Quien se desentienda de ella es en cierto modo desleal a su propia vocación humana. Los cristianos sabemos que es precisamente en esta historia en la que Cristo irrumpe, para que nada fuera ya igual. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ María, escogida para ser Madre del Hijo de Dios: “``Dios envió a su Hijo'' (Ga 4,4), pero para ``formarle un cuerpo'' (cf. Hb 10,5) quiso la libre cooperación de una criatura. Para eso desde toda la eternidad, Dios escogió para ser la Madre de su Hijo, a una hija de Israel, una joven judía de Nazaret en Galilea, a ``una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María''” (488). _ María, Madre de Dios: 495. _ Jesús, “Dios salva”: 430. 432. _ El nombre de Dios, presente en la Persona del Hijo: 432. * La respuesta _ El culto a la Santísima Virgen: “``Todas las generaciones me llamarán bienaventurada''(Lc 1, 48): ``La piedad de la Iglesia hacia la Santísima Virgen es un elemento intrínseco del culto cristiano''. La Santísima Virgen es ``honrada con razón por la Iglesia con un culto especial. Y, en efecto, desde los tiempos más antiguos, se venera a la Santísima Virgen con el título de ``Madre de Dios'', bajo cuya protección se acogen los fieles suplicantes en todos sus peligros y necesidades...” (971; cf 1172). * El testimonio cristiano _ “Más bienaventurada es María al recibir a Cristo por la fe que al concebir en su seno la carne de Cristo” (San Agustín, virg.,3). _ “Celebramos hoy el octavo día del nacimiento del Salvador. Y veneramos tus maravillas, Señor, pues la que ha dado a luz es Madre y Virgen, y el que ha nacido es Niño y Dios. Con razón ha hablado el cielo, y los ángeles han anunciado su gozo; los pastores se alegraron, los magos fueron conducidos al pesebre; los reyes temblaron y coronaron con glorioso martirio a los inocentes” (San Agustín, 21 Sermón de Navidad). Si Dios ha escogido a María como camino para encontrarse con la humanidad, la humanidad salvada por Cristo encontrará en la Virgen el camino para el encuentro con Dios. DOMINGO II DE NAVIDAD (inicio) “Eché raíces en un pueblo glorioso” I. LA PALABRA DE DIOS * Eclo 24,1-4;12-16: “La sabiduría habita en medio del pueblo elegido” * Sal 147,12-15.19-20: “La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros” * Ef 1,3-6;15-18: “Nos predestinó a ser hijos adoptivos suyos por Jesucristo” * Jn 1,1-18: “La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * No es aventurado pensar que S. Juan tuviera delante el texto del Eclesiástico a la hora de redactar el famoso Prólogo de su Evangelio. La Sabiduría desciende de Dios para hablar con su pueblo. Y se le atribuyen acciones que en otros textos bíblicos son exclusivas de Dios. * Hoy, al reflexionar de nuevo sobre este texto, podemos decir que S. Juan pretende una presentación global del misterio de Cristo. Cristo es Palabra que se oye, se ve; es Luz que vence a la tiniebla y alumbra a todos; es Vida que destruye nuestra muerte. Se trata de la Palabra Encarnada como un Proyecto de vida vivido...una Palabra que interpela. III. SITUACIÓN HUMANA * El hombre de hoy se siente permanentemente asediado por mensajes y palabras que pueden acabar convirtiéndose en “pura palabrería”. Y esto genera desconfianza. Más aún: a veces se le presentan palabras y mensajes que pretenden ser la última palabra, la definitiva y única sobre algo. Más que nunca se hace necesaria la capacidad crítica. * En la era de los medios de comunicación de masas, el hombre experimenta en muchas ocasiones una tremenda soledad, se siente profundamente incomunicado porque no acaba de comprender el lenguaje o porque los mensajes no le interesan o no le incumben, o se hace el desentendido. No es que esté solo. Es que está aislado en medio de la masa. Lo cual es peor. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre: “El acontecimiento único y totalmente singular de la Encarnación del Hijo de Dios no significa que Jesucristo sea en parte Dios y en parte hombre, ni que sea el resultado de una mezcla confusa entre lo divino y lo humano. Él se hizo verdaderamente hombre sin dejar de ser verdaderamente Dios. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. La Iglesia debió defender y aclarar esta verdad de fe durante los primeros siglos frente a unas herejías que la falseaban” (464; cf 465). _ Jesucristo, Señor del mundo y de la historia: 450. * La respuesta _ Jesucristo, manifestación plena de la verdad de Dios: “En Jesucristo la verdad de Dios se manifestó en plenitud. ``Lleno de gracia y de verdad'' (Jn 1,14), él es la ``luz del mundo'' (Jn 8,12), la Verdad. El que cree en Él, no permanece en las tinieblas. El discípulo de Jesús, ``permanece en su palabra'', para conocer ``la verdad que hace libre'' y que santifica. Seguir a Jesús es vivir del ``Espíritu de verdad'' (Jn 14,17) que el Padre envía en su nombre y que conduce ``a la verdad completa'' (Jn 16,13)” (2466). _ La Palabra de Dios, fuente de oración: 2653. 2654. * El testimonio cristiano _ “... Así como nuestro verbo, concebido en la mente es invisible, pero se hace sensible manifestándolo exteriormente con la voz, así también el Verbo de Dios existe invisiblemente en el corazón del Padre, según la generación eterna y por la Encarnación es sensible para nosotros” (Sto. Tomas, Summa contra Gent. 4,46). _ “¿Qué cosa más sabia y conveniente que realizar, para la perfección de todo el universo, la unión de lo primero y de lo último, esto es, del Verbo, Principio de todas las cosas y de la naturaleza humana, la última de todas las criaturas?” (San Buenaventura, Breviloquio, 41 parte). El misterio de la Palabra hecha carne quiere decir que la última palabra sobre el mundo y su salvación la tiene Dios por medio de Jesucristo. EPIFANÍA DEL SEÑOR (inicio) “Amanece el Señor, y los pueblos caminan a su luz” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 60,1-6: “La gloria del Señor amanece sobre ti” * Sal 71,2.7-8.10-13: “Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra” * Ef 3,2-3a; 5-6: “Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos” * Mt 2,1-12: “Venimos de Oriente para adorar al Rey” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * La intención de S. Mateo era dejar bien sentada la universalidad de la salvación de Cristo, y más teniendo en cuenta que los destinatarios principales de su evangelio eran judíos, marcados aún por el particularismo. En el momento de redactar su mensaje, la ruptura de fronteras y razas era ya una realidad. El encuentro de Jesús con culturas y personas supera aquel nacionalismo a ultranza. * Isaías ha previsto un universalismo centrado en torno a la ciudad de Jerusalén. Pero desde ahora, la referencia para el creyente no será una ciudad; será una Persona: Jesucristo. Noticia de que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo por el Evangelio, es la motivación principal de la misión de S. Pablo. III. SITUACIÓN HUMANA * La búsqueda de la verdad parece un “leit motiv” permanente en la vida humana. Pero en su lucha por encontrarla, se topa a veces con los manipuladores de la verdad. De otra parte, hay otro tipo de personas: aquellas para quienes la verdad ha de venir sin buscarla, o los que saben dónde está y no se molestan en hallarla. Al igual que aquellos notables del Templo ¿llamaríamos buscadores de la verdad a quienes no se molestan en recorrer el camino hacia el sitio que tan bien se creen conocer? IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Dios ha enviado a su Hijo para salvarnos: “``Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva'' (Ga 4, 4-5). He aquí ``la Buena Nueva de Jesucristo, Hijo de Dios'' (Mc 1,1): Dios ha visitado a su pueblo, ha cumplido las promesas hechas a Abraham y a su descendencia; lo ha hecho más allá de toda expectativa: Él ha enviado a su ``Hijo amado'' (Mc 1,11)” (422). _ La Epifanía, manifestación de Jesús al mundo: 528; cf 535. 555. _ La salvación viene de Cristo-Cabeza por la Iglesia: 846. 848. * La respuesta _ “La Iglesia, enviada por Dios a las gentes para ser ``sacramento universal de salvación'', por exigencia íntima de su misma catolicidad, obedeciendo al mandato de su Fundador, se esfuerza por anunciar el Evangelio a todos los hombres' (AG 1)” (849; cf 850). _ La fidelidad de los bautizados, condición primordial para la misión: “El mensaje de la salvación debe ser autentificado por el testimonio de vida de los cristianos. ``El mismo testimonio de la vida cristiana y las obras buenas realizadas con espíritu sobrenatural son eficaces para atraer a los hombres a la fe y a Dios''” (2044). * El testimonio cristiano _ “Para la evangelización del mundo hacen falta, sobre todo, evangelizadores. Por eso, todos, comenzando desde las familias cristianas, debemos sentir la responsabilidad de favorecer el surgir y madurar de vocaciones específicamente misioneras, ya sacerdotales y religiosas, ya laicales, recurriendo a todo medio oportuno, sin abandonar jamás el medio privilegiado de la oración, según las mismas palabras del Señor Jesús: ``La mies es mucha y los obreros pocos. Pues, !rogad al dueño de la mies que envie obreros a su míes!'' (Mt 9,37-38)” (Juan Pablo II, ChL 35). Los notables del Templo sabían dónde nacería Jesús. Pero no buscaron el sitio. Los Reyes no sabían el sitio, pero lo buscaron. Los caminos de Dios no se abren a los entendidos de este mundo, sino a los que se dejan iluminar por su estrella. FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR (inicio) “El hijo amado del Padre es el Hijo-siervo” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 42,1-4.6-7: “Mirad a mi siervo a quien prefiero” * Sal 28,1-4.9-10: “El Señor bendice a su pueblo con la paz” * Hch 10,34-38: “Dios ungió a Jesús con la fuerza del Espíritu Santo” * Mt 3,13-17: “Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu de Dios bajaba sobre él” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El “Siervo” es presentado por Isaías como alguien excepcional y desconcertante. Su misión de renovar a Israel, haciendo retornar a los exilados, es presentada por S. Mateo, tan amigo de citar el AT, como el que toma nuestras flaquezas y carga con nuestras enfermedades. * A las comunidades cristianas les preocupaba por qué Cristo se hizo bautizar. La razón de que “cumplamos así todo lo que Dios quiere”, parece expresar la plena solidaridad con la humanidad pecadora a la que había venido a salvar. La presentación como “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” invita a pensar así. La salvación la llevará a cabo como “siervo paciente de Dios”, según Isaías. III. SITUACIÓN HUMANA * La vida es un reto permanente para el que quiere tomársela en serio. Una cosa es dejar pasar los días y otra vivirlos. El hombre hace fructífera su existencia cuando afronta el afán de cada día. * Hay hombres que entienden su vida como una apuesta en beneficio de los demás, y pueden encontrarse en el camino con quienes han hecho lo mismo que ellos. * Jesús, al comienzo de su vida pública, tiene delante el proyecto salvador del Padre y le va a costar la vida. Pero esa es precisamente la razón de su vivir: “Dar la vida en rescate por muchos”. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El Bautismo de Jesús: “El bautismo de Jesús es, por su parte, la aceptación y la inauguración de su misión de Siervo doliente...anticipa ya el ``bautismo'' de su muerte sangrienta... por amor acepta el bautismo de muerte para la remisión de nuestros pecados. A esta aceptación responde la voz del Padre que pone toda su complacencia en su Hijo. El Espíritu que Jesús posee en plenitud desde su concepción viene a ``posarse'' sobre él. De él manará este Espíritu para toda la humanidad. En su bautismo, ``se abrieron los cielos'' (Mt 3,16) que el pecado de Adán había cerrado; y las aguas fueron santificadas por el descenso de Jesús y del Espíritu como preludio de la nueva creación” (536). _ El Bautismo en la economía de la salvación: 1224. 1225. * La respuesta _ Por el Bautismo, somos incorporados a la Iglesia y a su misión: “El Bautismo hace de nosotros miembros del Cuerpo de Cristo. El Bautismo incorpora a la Iglesia. De las fuentes bautismales nace el único pueblo de Dios de la Nueva Alianza que trasciende todos los límites naturales o humanos de las naciones, las culturas, las razas y los sexos: ``Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo'' (1 Co 12,13)” (1267; cf 1268-1270). _ El Bautismo, remisión de los pecados: 1263. 1264. * El testimonio cristiano _ “Enterrémonos con Cristo por el Bautismo, para resucitar con él; descendamos con él para ser ascendidos con él; ascendamos con él, para ser glorificados con él (San Gregorio Nacianceno, Or. 40,9)” (537). _ “Todo lo que aconteció en Cristo nos enseña que después del baño del agua, el Espíritu Santo desciende sobre nosotros desde lo alto del cielo y que, adoptados por la voz del Padre, llegaremos a ser hijos de Dios (San Hilario, Mat. 2)” (537). La escena del Jordán, manifestación trinitaria, nos muestra el amor íntimo de Dios revelándose en el Hijo amado a los hombres. INTRODUCCIÓN A LA CUARESMA Y LA PASCUA (inicio) Decir que la Pascua ha hecho la Cuaresma no es restar relieve a ésta; es dejar las cosas en su sitio. La Cuaresma tuvo _tiene_ entidad desde y para la Pascua. La Cuaresma nace en función de la Pascua. Cronológicamente fue así porque litúrgica y teológicamente no podía ser de otro modo. La Pascua semanal, _dies dominica_ el domingo, como memorial de la Resurrección del Señor empieza a celebrarse ya en los comienzos. Y, dentro de esos domingos, hay uno que va cobrando relieve: el Domingo, por excelencia, la Pascua de Resurrección. Más tarde se prolongará con el Triduo Sacro. Pero tan vinculado estaba éste con la Pascua que en tiempos de San León aún se leía la Pasión en la Vigilia Pascual. Más aún: la propia liturgia de la noche Pascual no insiste solamente en la Resurrección del Señor, sino en el “paso”, es decir, en todo el Misterio Pascual: la Muerte y Resurrección del Señor. Nada tiene por tanto de extraño que, desde el primer momento, la Iglesia haya vinculado la celebración y administración de los Sacramentos de la Iniciación Cristiana a la Pascua, a la Noche Pascual del Sábado Santo. Porque la inserción de los cristianos en Cristo muerto y resucitado podía expresarse mejor esa noche que en ningún otro momento del año litúrgico. Y al hacerlo delante de toda la comunidad, ésta tenía la oportunidad de renovar también sus compromisos sacramentales ante los catecúmenos. No por casualidad, el núcleo central de las lecturas bíblicas preparatorias al rito bautismal formaron el primer bloque de lecturas cuaresmales. La Cuaresma, como puede verse, nace desde la Pascua. De esto a la institucionalización del tiempo cuaresmal como etapa catecumenal hubo solamente un paso. Y aparece este tiempo con una serie de momentos estelares: recepción solemne de catecúmenos, catequesis bautismales, compromiso de toda la comunidad en la preparación, ritos de escrutinios, aprendizaje del Credo, etc., hasta la gran noche bautismal. Y ya estaba “hecha” la Cuaresma. La segunda “etapa” o momento de prolongación de este tiempo pre-pascual tiene lugar con la institución del “Ordo Poenitentium”. El primer ceremonial se describe ya en el “Sacramentarium Gelasianum”, que se remonta al siglo VII, si bien el uso habitual de sus prescripciones no aparece hasta finales del IX. Según el “Ordo”, los pecadores habían de comenzar su preparación el lunes de la semana posterior al miércoles de Ceniza, y permanecer en cierto modo “fuera de la comunión” de la Iglesia, y dedicados a la oración y a la penitencia, hasta el Jueves o Viernes Santo en que tenía lugar la “reconciliatio” ante el obispo, previa e indispensable para participar en el banquete pascual. Desde el momento de acogida por parte del diácono para que se presentaran ante el obispo (“Vosotros, que vais a reconciliaros, volved al seno de vuestra Madre la Iglesia”), hasta la absolución, pasando por varias oraciones, en todo momento se alude a la conversión y reconciliación. Tanta repetición no podía obedecer más que al empeño de la Iglesia por destacar la finalidad de aquel rito. Se plantea hoy cómo revitalizar o actualizar todo lo que hay de aprovechable en esta historia de la Cuaresma. La Liturgia de hoy se ha encargado de ello. Una Cuaresma-Pascua bien preparada ha de acentuar en cada momento, cada domingo, cada semana, aquellos aspectos que las propias lecturas ponen de relieve. Están pensadas desde el sentido “hacia la Pascua” que se ha señalado. Puede venir bien una mirada general a los grandes temas propuestos por el Leccionario para el ciclo A. Tal vez sea oportuno decir que es, de los tres, el más completo, porque propone las lecturas más ajustadas y en los momentos más convenientes. Teniendo en cuenta los grandes temas sobre Historia de la Salvación, señalamos lo siguiente: Domingo Pueblo elegido Cristo Nuevo Pueblo de Dios Domingo 1.o Creación del hombre; tentación y caída Cristo es el Hombre Nuevo que vence al tentador Vivimos de toda Palabra que sale de la boca de Dios Domingo 2.o Abraham llamado a la obediencia La Transfiguración, cumplimiento de las promesas Llamados a anunciar la novedad de Cristo Domingo 3.o Peregrino por el desierto Nuevo Templo del Padre Damos culto en espíritu y en verdad Domingo 4.o “Úngelo, porque éste es” “Untó los ojos al ciego y vió” Despierta tú que duermes y Cristo será tu luz Domingo 5.o El Pueblo, rescatado y redimido Él es la Resurrección y la Vida Quien vive y cree en Él, no morirá para siempre Además de este planteamiento, puede hacerse otro en torno a la Catequesis sobre el Misterio Pascual, con tres apartados: Pascua de la antigua alianza, Pascua de Cristo y Pascua de los cristianos. Domingo Pascua de la antigua alianza Pascua de Cristo Pascua cristiana Domingo 1.o Creación y caída Victoria sobre el mal” Por la obediencia de uno sólo todos serán constituidos justos” Domingo 2.o Vocación de Abraham Transfiguración, como anticipo de la Resurrección Llamados a anunciarlo cuando resucite Domingo 3.o El pueblo pide agua El que beba de su agua no tendraá más sed “Se convertirá dentro de él en surtidor que salta hasta vida eterna” Domingo 4.o “Úngelo, que éste es” “Untó los ojos al ciego” “Despierta tú que duermes y Cristo será tu luz” Domingo 5.o Restauración del Pueblo “Yo soy la Resurrección y la Vida” “El que está vivo y cree en Mí, no morirá para siempre” Pretendemos en el desarrollo que ofrecemos a continuación ayudar a estructurar la predicación de estos domingos; en cualquier caso, la referencia constante a lo que se propone en el esquema de cada uno de ellos, y la ineludible alusión a la fe y al pensamiento de la Iglesia, expuestas en el Catecismo de la Iglesia Católica, será lo verdaderamente útil. Al menos, así lo queremos. ESQUEMA DE CUARESMA CUARESMA (inicio) Domingos y Solemnidades Lecturas Catecismo de la Iglesia Católica I En el desierto comienza la victoria Gn 2,7-9;3,1-7: “Creación y pecado de nuestros padres” Rm 5,12-19: “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” Mt 4,1-11: “Jesús ayunó durante cuarenta días” Las tentaciones de Jesús: 538-540 Victoria sobre el pecado: 410. 2853 II Sólo desde la cruz se llega a la luz Gn 12,1-4a: “Vocación de Abraham” 2Tm 1,8b-10: “Dios llama y nos ilumina” Mt 17,1-9: “Su rostro resplandeció como el sol” La Transfiguración: 554-556 Subida a Jerusalén: 557-558 III El agua del Bautismo es torrente que salta a la vida eterna Ex 17,3-7: “Danos agua para beber” Rm 5,1-2.5-8: “El amor de Dios nos ha sido dado...” Jn 4,5-42: “El agua que salta hasta la vida eterna” El agua, símbolo del Espíritu: 694 El Bautismo en la economía de la salvación: 1217-1222 IV Iluminados por Cristo, no caminamos en tinieblas 1S 16,1b.6-7.10-13a: “David, rey de Israel” Ef 5,8-14: “Levántate y Cristo será tu luz” Jn 9,1-41: “Fue, se lavó y volvió con vista” Cristo, revelación del Padre: 516-517 Cristo, luz de los pueblos: 748 Ceguera e injusticia: 1740 V Morir al pecado es empezar a resucitar con Cristo Ez 37,12-14: “Os infundiré mi espíritu” Rm 8,8-11: “El Espíritu vive en vosotros” Jn 11,1-45: “Yo soy la resurrección y la vida” La fe en Jesús y la fe en la resurrección: 994 Creemos: 166 La conversión, principio de vida nueva: 1848-1888 SAN JOSÉ He aquí al siervo bueno y fiel 2S 7,4-5a.12-14a.16: “El Señor Dios le dará el trono de David, su padre” Rm 4,13.16-18.22: “Creyó contra toda esperanza” Mt 1,16.18-21.24a: “José hizo lo que le había mandado el Señor” José y el nacimiento de Jesús: 437 La Concepción Virginal de Jesús: 496 Sumisión a María y José: 532 DOMINGO I DE CUARESMA (inicio) “El desierto, escenario de la tentación y comienzo de la victoria de la Pascua” I. LA PALABRA DE DIOS * Gn 2,7-9;3,1-7: “Creación y pecado de los primeros padres” * Sal 50,3-6.12-14.17: “Misericordia, Señor, hemos pecado” * Rm 5,12-19: “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” * Mt 4,1-11: “Jesús ayuna durante cuarenta días y es tentado” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El yavista introduce a la serpiente como símbolo de un poder hostil al hombre. Eva es engañada. El pecado comienza siempre con un falseamiento de la verdad. * Tener pan, tener poder, tener a Dios a mano para utilizarlo; he aquí una trilogía de tentaciones con un solo vencedor: Jesucristo, porque eligió la libertad. El que “es”, siempre es libre; el que “tiene”, casi nunca. Frente a toda tentación que, para presentarse ante el hombre se disfraza de verdad, Cristo se ha llamado la “Verdad”, sin disfraces de ninguna clase. Así, la victoria sobre el pecado es segura. * El camino de Cristo hacia la Pascua comienza con el desierto. La Iglesia, configurándose con su Señor, inicia en este tiempo el largo itinerario cuaresmal con una convicción que la llena de ánimo: Cristo saldrá vencedor. De ello tiene un anticipo hoy. III. SITUACIÓN HUMANA * La postmodernidad nos ha traído la confirmación de un hombre prometéico con afán de considerarse único dios de sí mismo, porque antes ha “arrebatado” el poder a Dios. Pero la tentación es tan vieja como el hombre mismo. Y el fracaso del hombre será creerse medida de todas las cosas. * La libertad es hoy para el hombre un horizonte buscado y deseado. Inventa caminos, arbitra métodos, imagina maneras de alcanzarla. Y sin embargo acaba perdiéndose en ella. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Las tentaciones de Jesús: “Los evangelistas indican el sentido salvífico de este acontecimiento misterioso. Jesús es el nuevo Adán que permaneció fiel allí donde el primero sucumbió a la tentación. Jesús cumplió perfectamente la vocación de Israel: al contrario de los que anteriormente provocaron a Dios durante cuarenta años por el desierto, Cristo se revela como el Siervo de Dios totalmente obediente a la voluntad divina. En esto Jesús es vencedor del diablo; él ha ``atado al hombre fuerte'' para despojarle de lo que se había apropiado (Mc 3,27). La victoria de Jesús en el desierto sobre el Tentador es un anticipo de la victoria de la Pasión, suprema obediencia de su amor filial al Padre” (539; cf 538, 540). _ Victoria sobre el pecado (“No lo abandonaste al poder de la muerte”): 410. 2853. * La respuesta _ “No nos dejes caer en la tentación”: “Al decir: ``No nos dejes caer en la tentación'', pedimos a Dios que no nos permita tomar el camino que conduce al pecado. Esta petición implora el Espíritu de discernimiento y de fuerza; solicita la gracia de la vigilancia y la perseverancia final” (2863; cf 2846-2849). _ Formas de penitencia en la vida cristiana: 1438. 1439. * El testimonio cristiano _ “El alma que hubiera de vencer su fortaleza no podráá sin oración, ni sus engaños podráá entender sin mortificación y sin humildad. Que por eso dice S. Pablo avisando a los fieles estas palabras: ``Vestíos de las armas de Dios, para que podáis resistir contra las astucias del enemigo, porque esta lucha no es como contra la carne y sangre'' entendiendo por sangre el mundo, y por las armas de Dios, la oración y cruz de Cristo, en que está la humildad y mortificación que habemos dicho” (San Juan de la Cruz, Cántico Espiritual, 9). Cristo, al rechazar las tentaciones del enemigo nos enseñó a sofocar la fuerza del pecado; de este modo, celebrando con sinceridad el misterio de esta Pascua, podráemos pasar un día a la Pascua que no acaba. DOMINGO II DE CUARESMA (inicio) “Los que habían anunciado al Mesías ven su luz; los que tienen que anunciarlo verán antes su cruz” I. LA PALABRA DE DIOS * Gn 12,1-4a: “Vocación de Abraham, padre del pueblo de Dios” * Sal 32,4-5.18-20.22: “Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti” * 2Tm 1,8b-10: “Dios llama y nos ilumina” * Mt 17,1-9: “Su rostro resplandeció como el sol” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * La respuesta de Abraham a la iniciativa de Dios irrumpiendo en su historia, no puede ser otra que la fe. Es respuesta insegura, porque no sabe a dónde va; y segura porque Dios está con él. Luz y tinieblas mezcladas. * Situado junto a la predicción de la Pasión, el relato hace que veamos cómo los discípulos descubren la profundidad de lo que antes resultaba escandaloso. Y les gusta. Oyen voces y mensajes nada habituales ni corrientes. El destino de Jesús no puede ser sólo la muerte. * La cruz en el horizonte del cristiano, aunque como a los discípulos le dé miedo, no deja de ser identificación con el propio Cristo. A la luz del Tabor es sencillo sentirse cómodo; pero el de la luz no es el Cristo “completo”: falta el paso de la Cruz. III. SITUACIÓN HUMANA * El hombre tiene experiencia de que en la vida se dan alternativamente la luz y la tiniebla, el gozo y el dolor, la esperanza y el desánimo. La sorpresa se da cuando prevalece una de estas situaciones: O nos parece demasiada felicidad, o se nos antoja excesiva desgracia. El Concilio habla de “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres”, invitándonos a la solidaridad con nuestro tiempo. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ La Transfiguración, visión anticipada del Reino: “La Transfiguración de Cristo tiene por finalidad fortalecer la fe de los Apóstoles ante la proximidad de la Pasión: la subida a un ``monte alto'' prepara la subida al Calvario. Cristo, Cabeza de la Iglesia, manifiesta lo que su cuerpo contiene e irradia en los sacramentos: ``la esperanza de la gloria'' (Col 1,27)” (568; cf 554. 555. 556). _ En la Cruz Jesús nos mereció la salvación: 616. 617. 618. _ Subida de Jesús a Jerusalén: 557. 558. * La respuesta _ “Jesús ora antes de los momentos decisivos de su misión: antes de que el Padre dé testimonio de él en su Bautismo y de su Transfiguración... La oración de Jesús ante los acontecimientos de salvación que el Padre le pide es una entrega, humilde y confiada, de su voluntad humana a la voluntad amorosa del Padre” (2600). _ Invitación a transformar el mundo (Doctrina Social de la Iglesia): 2419-2425. * El testimonio cristiano _ “Para que los apóstoles concibiesen con toda su alma esta dichosa fortaleza, no temblasen ante la aspereza de la cruz, no se avergonzasen de la Pasión de Cristo y no tuviesen por denigrante el padecer .... subió con ellos solos a un monte elevado, les manifestó el resplandor de su gloria, porque, aunque creían en la majestad de Dios, sin embargo ignoraban el poder del cuerpo, bajo el que se ocultaba la divinidad... Con esa Transfiguración pretendía especialmente sustraer el corazón de sus discípulos del escándalo de la cruz y evitar que la voluntaria ignominia de su Pasión hiciese flaquear la fe de los mismos” (San León Magno, Serm 51 Témp. de Cuaresma). _ “Tú te has transfigurado en la montaña, y en la medida en que ellos eran capaces, tus discípulos han contemplado tu gloria, oh Cristo Dios, a fin de que cuando te vieran crucificado comprendiesen que tu Pasión era voluntaria y anunciasen al mundo que Tú eres verdaderamente irradiación del Padre (Liturgia bizantina, Kontakion de la Fiesta de la Transfiguración)” (555). La luz del Tabor no es para sentirse cómodamente instalados; hay que bajar al llano y anunciar la luz desde la Cruz. DOMINGO III DE CUARESMA (inicio) “Rescatados por el agua del bautismo, estamos llamados a beber del agua que salta hasta la vida eterna” I. LA PALABRA DE DIOS * Ex 17,3-7: “Danos agua para beber” * Sal 94,1-2.6-9: “Escucharemos tu voz, Señor” * Rm 5,1-2.5-8: “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado” * Jn 4,5-42: “Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Como en otro tiempo le ocurrió a Nicodemo, la samaritana se queda en la mera epidermis de lo que oye. No sólo porque no entienda, sino porque no sabe profundizar. Jesús intenta que descubra dentro de sí misma nuevas posibilidades: “Si conocieras el don de Dios...” Comprender y aceptar el “otro nivel”, el de Jesús, llevará a la mujer no sólo al cambio personal, sino al testimonio: “Ya no creemos por lo que tú dices, nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es en verdad el Salvador del mundo”. * Este es el primer domingo de catequesis de los catecúmenos inmediatamente antes de recibir el Bautismo. Jesucristo les era presentado como “agua viva” y el creyente como “el que bebe del agua que Él le dará y que se convertirá en surtidor de agua que salta hasta la vida eterna”. III. SITUACIÓN HUMANA * Atados al presente, esclavos del cada día, de lo que tenemos a mano nos falta imaginación para adivinar caminos nuevos, un futuro verdaderamente humano. Vivimos en una sociedad en la que cada día gana terreno lo frívolo, lo superficial. El mundo de hoy navega por encima sin bucear nunca en la hondura de la realidad. Y se empobrece. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El agua, símbolo del Espíritu Santo: “El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que, después de la invocación del Espíritu Santo, ésta se convierte en el signo sacramental eficaz del nuevo nacimiento: del mismo modo que la gestación de nuestro primer nacimiento se hace en el agua, así el agua bautismal significa realmente que nuestro nacimiento a la vida divina se nos da en el Espíritu Santo. Pero ``bautizados en un solo Espíritu'', también ``hemos bebido de un solo Espíritu'' (1 Co 12,13): el Espíritu es, pues, también personalmente el Agua viva que brota de Cristo crucificado como de su manantial y que en nosotros brota en vida eterna” (694). _ El Bautismo en la economía de la salvación: 1217. 1218. 1219. 1220. 1221. 1222. * La respuesta _ Dar a Dios culto en espíritu y en verdad: “El culto ``en espíritu y en verdad'' (Jn 4,24) de la Nueva Alianza no está ligado a un lugar exclusivo. Toda la tierra es santa y ha sido confiada a los hijos de los hombres. Cuando los fieles se reúnen en un mismo lugar, lo fundamental es que ellos son las ``piedras vivas'', reunidas para ``la edificación de un edificio espiritual'' (1 P 2,45). El Cuerpo de Cristo resucitado es el templo espiritual de donde brota la fuente de agua viva. Incorporados a Cristo por el Espíritu Santo, ``somos el templo de Dios vivo'' (2 Co 6,16)” (1179). _ Fuentes de la oración: 2652-2660. * El testimonio cristiano _ “... (Jesús) pide de beber y promete dar de beber; necesita como si hubiera de recibir, y mana como si hubiera de saciar. ``Si conocieras, dice, el don de Dios''. Este don de Dios es el Espíritu Santo, pero todavía está oculto a la mujer y poco a poco va entrando en su corazón. Quizás ya lo está presagiando. ¿Hay algo más suave y bello que estas palabras: Si conocieras...? Agua viva es la que corre de una fuente.... es la que había allí, ¿cómo, pues, promete lo que pide?” (San Agustín, De diversis, 12). El que se siente incorporado al Misterio Pascual de Cristo por el agua y el Espíritu, hace de su vida un acto permanente de culto al Padre en espíritu y en verdad. DOMINGO IV DE CUARESMA (inicio) “Los bautizados estamos iluminados por Cristo para no caminar ni a ciegas ni en tinieblas” I. LA PALABRA DE DIOS * 1S 16,lb.6-7; 10-13a: “David es ungido rey de Israel” * Sal 22,1-6: “El Señor es mi pastor, nada me falta” * Ef 5,8-14: “Levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz” * Jn 9,1-41: “Fue, se lavó, y volvió con vista” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El más pequeño de los hermanos, David, no contaba en los planes de nadie. Pero sí en los de Dios. Y fue elegido. No hemos buscado nosotros a Dios, es Él el que ha salido a nuestro encuentro. * Cuando los judíos expulsan al ciego de la sinagoga, Jesús le sale al encuentro. Y llega entonces la luz de la fe: “¿Crees tú en el Hijo del Hombre?... El que estás viendo...ese es”. El que es elegido no puede tener otra actitud que la de la incondicionalidad. Sale de la tiniebla se encuentra con la luz: Cristo. * Cristo se llama a sí mismo Luz del mundo. Pero esto no se limita a la curación de un ciego. En él estamos representados todos los que caminamos en medio de tinieblas, y necesitamos de su luz. De lo contrario, seríamos ciegos guiando a ciegos. III. SITUACIÓN HUMANA * Nuestro mundo de hoy valora extraordinariamente la imagen. Hoy preocupa ante todo que la apariencia exterior esté bien cuidada; que quien tenga que desempeñar una función, no fracase nunca por “cuestión de imagen”. Hay que mimar las apariencias, aunque lo profundo e íntimo se abandone. * Hoy preferimos encubrir los defectos antes que corregirlos, disimular más que remediarlos. Cuando irrumpe en la vida una luz que pueda arreglar situaciones, puede ocurrirnos como cuando salimos de un lugar oscuro y nos topamos con la luz: que nos duelen los ojos. Hoy, ¿acabará dañándonos cualquier luz profunda? IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Cristo, revelación del Padre y misterio de Redención: “Toda la vida de Cristo es Revelación del Padre: sus palabras y sus obras, sus silencios y sus sufrimientos, su manera de ser y de hablar. Jesús puede decir: ``Quien me ve a mí, ve al Padre'' (Jn 14,9), y el Padre: ``Este es mi Hijo amado; escuchadle'' (Lc 9,35)” (516). _ “Toda la vida de Cristo es Misterio de Redención. La Redención nos viene ante todo por la sangre de la cruz, pero este misterio está actuando en toda la vida de Cristo” (517; cf 528-530). _ Cristo, luz de los pueblos: 748. * La respuesta _ El Bautismo, baño de iluminación: “Este baño es llamado iluminación porque quienes reciben esta enseñanza (catequética) su espíritu es iluminado... Habiendo recibido en el Bautismo al Verbo, ``la luz verdadera que ilumina a todo hombre'' (Jn 1,9), el bautizado, ``tras haber sido iluminado'' (Hb 10,32), se convierte en ``hijo de la luz'' (1 Ts 5,5), y en ``luz'' él mismo (Ef 5,8)” (1216). _ Ceguera e injusticia: 1740. _ La duda en la fe puede llevar a la ceguera del espíritu: 2088. * El testimonio cristiano _ “Quedaremos iluminados, queridos hermanos, si tenemos el colirio de la fe. Porque fue necesaria la saliva de Cristo mezclada con tierra para ungir al ciego de nacimiento. También nosotros hemos nacido ciegos por causa de Adán, y necesitamos que el Señor nos ilumine... Piensa que también iluminó a los ciegos” (San Agustin, Ev. S. Juan, 34). Los que preguntan al ciego no están buscando respuestas; están descartando a Jesús como luz. Y así no puede ser reconocido. Sólo el que se deja orientar por su luz, llega a Él. DOMINGO QUINTO DE CUARESMA (inicio) “Morir al pecado es empezar a participar de la resurreccion de Cristo” I. LA PALABRA DE DIOS * Ez 37,12-14: “Os infundiré mi espíritu y viviréis” * Sal 129.1-4.6-8: “Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa” * Rm 8,8-11: “El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros” * Jn 11,1-45: “Yo soy la resurrección y la vida” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * “El que cree en El tiene la vida eterna” significa que Jesús es el único que da la vida y que quien la recibe, la tiene precisamente por creer. * Decir que “El es la resurrección y la vida” es lo suficientemente importante como para respaldarlo con una victoria sobre la muerte. Pero no sólo reservada para cuando la muerte ha vencido ya al hombre (caso de Lázaro), sino para que no domine del todo al hombre. * La amistad entre Jesús, Lázaro y sus hermanas era de sobra conocida. Pero no hace el milagro por eso, sino porque creían en El. La fe, más que carta de recomendación para el milagro, es requisito indispensable. III. SITUACIÓN HUMANA * Cuanto el hombre de hoy se afana por conseguir mayores cotas de libertad, de justicia y de bienestar se siente mejor consigo mismo y se convence de que sus posibilidades de futuro deben ser potenciadas al máximo. Las grandes conquistas en el campo científico y cultural le estimulan para seguir creyendo en el mañana. Si esto lo trasladamos al campo social, no cabe duda de que se han dado pasos importantísimos. Y siempre queda mucho por conquistar. Es una prueba de que el hombre mira hacia adelante. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ La fe en Jesús y la fe en la resurrección: “Jesús liga la fe en la resurrección a la fe en su propia persona: ``Yo soy la resurrección y la vida'' (Jn 11,25). Es el mismo Jesús el que resucitará en el último día a quienes hayan creído en él y hayan comido su cuerpo y bebido su sangre. En su vida pública ofrece ya un signo y una prenda de la resurrección devolviendo la vida a algunos muertos, anunciando así su propia Resurrección que, no obstante, será de otro orden” (994). _ Los signos del Reino de Dios: 547. 548. 549. 550. _ Libertad, necesidad y perseverancia en la fe: 160. 161. 162. * La respuesta _ La conversión del corazón, principio de una vida nueva: “``Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia'' (Rm 5,20). Pero para hacer su obra, la gracia debe descubrir el pecado para convertir nuestro corazón y conferirnos ``la justicia para vida eterna por Jesucristo nuestro Señor'' (Rm 5,20-21). Como un médico que descubre la herida antes de curarla, Dios, mediante su palabra y su espíritu, proyecta una luz viva sobre el pecado” (1848; cf 1888). _ La oración de Jesús: 2604. * El testimonio cristiano _ “La conversión exige el reconocimiento del pecado, y éste, siendo una verificación del Espíritu de la verdad en la intimidad del hombre, llega a ser al mismo tiempo el nuevo comienzo de la dádiva de la gracia y del amor: ``Recibid el Espíritu Santo''. Así pues, en este convencer en lo ``referente al pecado'', descubrimos una ``doble dádiva'': el don de la verdad de la conciencia y el don de la certeza de la redención. El Espíritu de la verdad es el Paráclito (Juan Pablo II, DeV 31)” (1848). La fe de Marta y la de quienes la acompañaban a ella no puede ser sólo en Lázaro en cuanto resucitado, sino porque Jesús es la Resurrección. Ha roto las ataduras de Lázaro, pero a nosotros nos libra de las ataduras del pecado y de la muerte. ESQUEMA SE LA SEMANA SANTA Y TRIDUO PASCUAL (inicio) Días Lecturas Catecismo de la Iglesia Católica DOMINGO DE RAMOS Aclamado como Rey, entregado como Siervo Bendición Ramos: Mt 21,1-11: “Bendito el que viene en nombre del Señor” Misa: Is 50,4-7: “No oculté el rostro a los insultos” Fil 2,6-11: “Se rebajó a sí mismo” Mt 26,14-27,66: “Jesús, dando un fuerte grito, expiró” Entrada en Jerusalén: 559. 560 Dios entrega a su Hijo por nosotros: 604. 605 El camino del cristiano pasa por la Cruz: 2015 JUEVES SANTO El amor de Jesucristo nos urge a la fraternidad Ex 12,1-18.11-14: “La cena de Pascua” 1Co 11,23-26: “Cada vez que coméis y bebéis, celebrais la muerte del Señor” Jn 13,1-15: “Los amó hasta el extremo” Institución de la Eucaristía: 1337-1340 Memorial que hay que continuar: 1341-1344 La comunión del Cuerpo y la Sangre: 1348-1390 VIERNES SANTO Sometido a la muerte y muerte de cruz Is 52,13-53,12: “Fue traspasado por nuestras rebeliones” Heb 4,4-16.5,7-9: “Obedeció y fue causa de salvación para todos” Jn 18,1-19,42: “Mirarán al que atravesaron” Muerto por nuestros pecados: 601 En la Cruz consuma su sacrificio: 616. 617 SÁBADO SANTO Cristo nos ha renovado por el Bautismo Gn 1,1-31.2,1-2: “Vio Dios que todo era muy bueno” Ex 14,15-15,1: “Cruzaron el mar a pie enjuto” Ez 36,16-28: “Derramaré sobre vosotros un agua pura” Rm 6,3-11: “Cristo, resucitado, ya no muere más” Mt 28,1-10: “Ha resucitado y va delante de vosotros a Galilea” Resucitó al tercer día de entre los muertos: 638 Los ritos de la celebración bautismal: 1234-1243 Creaturas nuevas: 1265 DOMINGO DE RAMOS (inicio) “Aclamamos a Cristo como Rey; nos sentimos redimidos por su entrega como siervo” I. LA PALABRA DE DIOS * Procesión de Ramos: Mt 21,1-11:: “Bendito el que viene en nombre del Señor” * Misa: Is 50,4-7: “No oculté el rostro a insultos... y sé que no quedaré avergonzado” * Sal 21,8-9.17-20.23-24: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” * Flp 2,6-11: “Se rebajó a sí mismo; por eso Dios lo levantó sobre todo” * Mt 26,14-27,66: “Jesús dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El relato de la Pasión destaca el vaciamiento total que arranca del poema del siervo en Isaías. Los colores que subraya S. Mateo (miedo o desengaño en los apóstoles; abandono del Padre, absoluta soledad) es la carga de la humanidad asumida por Cristo, que, desde la Cruz, reina como Señor de todo. * Típico de S. Mateo es llamar a Cristo repetidas veces con el título de “manso”; “manso y humilde” (11,29); o recoger aquella Bienaventuranza: “los mansos que poseerán la tierra”. Pues con esta actitud, propia del Siervo, “que no abrió su boca”, llegará a la cruz. III. SITUACIÓN HUMANA * Hoy suele apoyarse más la dignidad humana en el prestigio, “status” social, situación económica, etc., que en los valores profundos que la persona pueda albergar en su interior. La sociedad reconoce mejor como líderes a los que triunfan que a los que piensan. * Otra idea que recorre hoy muchos pensamientos, especialmente entre los jóvenes es la del mínimo esfuerzo. Difícilmente hoy puede entenderse un lenguaje que hable de sacrificio, de renuncia, etc. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén: “Es aclamado como hijo de David, el que trae la salvación (``Hosanna'' quiere decir ``!sálvanos!'', ``!Dános la salvación!''). Pues bien, el ``Rey de la Gloria'' (Sal 24,7-10) entra en su ciudad ``montado en un asno'' (Za 9,9): no conquista a la hija de Sión, figura de su Iglesia, ni por la astucia ni por la violencia, sino por la humildad que da testimonio de la Verdad” (559; cf 560, 570). _ La muerte redentora de Cristo en el designio de salvación: 599-603. _ Dios entrega a su Hijo por nuestros pecados: 604. 605. * La respuesta _ El camino cristiano pasa por la Cruz: “El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual. El progreso espiritual implica la ascesis y la mortificación que conducen gradualmente a vivir en la paz y el gozo de las bienaventuranzas” (2015). _ Necesidad de la humildad para la oración: 2559. _ Humilde adoración: 2628. * El testimonio cristiano _ “La Iglesia que no cesa de contemplar el misterio de Cristo, sabe con toda la certeza de la fe que la Redención llevada a cabo por medio de la Cruz, ha vuelto a dar definitivamente al hombre la dignidad y el sentido de su existencia en el mundo, sentido que había perdido en gran medida a causa del pecado. Por esta razón la Redención se ha cumplido en el Misterio Pascual que a través de la Cruz y la Muerte conduce a la Resurrección” (Juan Pablo II, RH, 1). _ El que asciende no deja nunca de ir de comienzo en comienzo, mediante comienzos que no tienen fin. Jamás el que asciende deja de desear lo que ya conoce (San Gregorio de Nisa, hom. in Cat. 8)” (2015). “Ibas como va el sol a un ocaso de gloria/ cantaban ya tu muerte al cantar tu victoria./ Pero Tú eres el Rey, Señor, el Dios fuerte/ la Vida que renace del fondo de la muerte”. (Del Himno de la Procesión de Ramos) JUEVES SANTO (inicio) El memorial de la Eucaristía es memoria del amor I. LA PALABRA DE DIOS * Ex 12,1-8.11-14: Prescripciones sobre la cena pascual * Sal 115,12-18: El c liz que bendecimos es la comunión de la sangre de Cristo * 1Co 11,23-26: Cada vez que com‚is el pan y beb‚is del c liz proclam is la muerte del Señor * Jn 13,1-15: Los amó hasta el extremo II. APUNTE BÖBLICO-LITéRGICO * La conmemoración de la Eucaristía no se puede separar hoy del contexto de la celebración. El comienzo del Triduo Sacro nos hace entrar en la din mica del Misterio Pascual. Es el paso del Señor. La muerte gloriosa de Cristo ya se insin£a: sabiendo Jes£s que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre..... * Este memorial no es un simple recuerdo; es presencia real de Aquel a quien recordamos. Presencia de quien se entrega en favor de la humanidad; entrega que brota de su lib‚rrima voluntad: Nadie me quita la vida, sino que la doy yo por mi mismo. * Comer el Cuerpo del Señor y beber su Sangre es anunciar la Muerte del Señor. Es imposible separar de la Eucaristía el amor fraterno. Si lo hacemos, vaciamos de sentido el sacramento. III. SITUACIÓN HUMANA * Afloran en nuestra sociedad gestos y actitudes de servicio a la comunidad que no dejan de enorgullecernos. Nada est perdido, mientras en el corazón del hombre nazca la b£squeda del bien para los dem s. Sin embargo, suelen provocar m s admiración que arrastre. * La esperanza de una humanidad nueva anima la celebración de la Pascua. El hombre sabe que tiene que construir un mundo distinto; el creyente sabe que eso sólo es posible desde el proyecto de Aquel que se da en comida por el futuro de la humanidad. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Jes£s anticipó en la cena la ofrenda libre de su vida: Jes£s expresó de forma suprema la ofrenda libre de sí mismo en la cena tomada con los Doce Apóstoles en ``la noche en que fue entregado'' (1 Co 11,23). En la víspera de su Pasión, estando todavía libre, Jes£s hizo de esta £ltima Cena con sus apóstoles el memorial de su ofrenda voluntaria al Padre, por la salvación de los hombres: ``Este es mi Cuerpo que va a ser entregado por vosotros'' (Lc 22,19). ``Esta es mi sangre de la Alianza que va a ser derramada por muchos para remisión de los pecados'' (Mt 26,28) (610; cf 611). _ Los signos del pan y del vino: 1333. 1334. 1335. 1336. _ Institución de la Eucaristía: 1337. 1338. 1339. 1340. _ Memorial que hay que continuar: 1341. 1342. 1343. 1344. * La respuesta _ La comunión del Cuerpo y la Sangre de Cristo: Cristo, que pasó de este mundo al Padre, nos da en la Eucaristía la prenda de la gloria que tendremos junto a la participación en el Santo Sacrificio nos identifica con su Corazón, sostiene nuestras fuerzas a lo largo del peregrinar de esta vida, nos hace desear la Vida eterna y nos une ya desde ahora a la Iglesia del cielo, a la Santa Virgen María y a todos los santos (1419; cf 1384-1390). _ Frutos de la comunión: 1391-1392. * El testimonio cristiano _ Cuando en las fiestas del Señor, los fieles reciben el Cuerpo del Hijo, proclaman unos a otros la Buena Nueva de que se dan las arras de la vida, como cuando el ngel dijo a María de Magdala: ``!Cristo ha resucitado!''. He aquí que ahora tambi‚n la vida y la resurrección son comunicadas a quien recibe a Cristo (Fanqith, Oficio Siríaco de Antioquía, vol I, Commun, 237 a-b) (1391). Al amor que Cristo ha manifestado anticipando su entrega total en la éltima Cena, sólo se corresponde con amor. El se entregó por todos para que todos nos entreguemos a todos. El lenguaje gestual del amor y servicio no conoce otra respuesta que los gestos de amor. VIERNES SANTO (inicio) “Cristo, por nosotros, se sometió a la muerte y una muerte de cruz” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 52,13-53,12: “El fue traspasado por nuestras rebeliones” * Sal 30,2.6.12-17.25: “Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu” * Hb 4,4-16;5,7-9: “Experimentó la obediencia, y se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen” * Jn 18,1-19,42: “Mirarán al que atravesaron” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * La gran catequesis del Viernes Santo está en el Canto del Siervo y su conexión con la Pasión de Juan, o al revés. Las características del dolor del Siervo de Yavé podemos resumirlas de este modo: 1) Perseguido por el mensaje de salvación que anuncia. 2) Recibe el castigo de los hombres, pero todo eso entra en el plan salvador de Dios. 3) La causa del dolor del Siervo es el pecado de los hombres. 4) La fidelidad del Siervo sufriente agrada a Dios y es causa de redención y de victoria sobre el pecado. * El Viernes Santo no es “preparación” para la Pascua. Es la misma Pascua del Señor. Así se recoge en la Oración que sigue a la postración inicial y a la Postcomunión. * El relato de la Pasión en Juan está hecho desde la fe postpascual. Esto le da un marcado carácter de triunfo en medio del dolor. III. SITUACIÓN HUMANA * Huimos del dolor por escandaloso e incómodo. Pero es inevitable cuando alguien hace de su vida una entrega por los demás, por pequeña que sea. El choque con las estructuras de pecado del mundo hacen díficil y costoso el camino. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Jesús entregado según el preciso designio de Dios: “La muerte violenta de Jesús no fue fruto del azar en una desgraciada constelación de circunstancias. Pertenece al misterio del designio de Dios, como lo explica S. Pedro a los judíos de Jerusalén ya en su primer discurso de Pentecostés: ``fue entregado según el determinado designio y previo conocimiento de Dios'' (Hch 2,23)” (599; cf 600). _ Muerto por nuestros pecados según las Escrituras: 601. _ La Muerte de Cristo es el sacrificio único y definitivo: 613. 614. * La respuesta _ Cumplir la voluntad de Dios: “Jesús dijo al entrar en el mundo: ``He aquí que yo vengo, oh Dios, a hacer tu voluntad'' (Hb 10,7; Sal 40,7). Sólo Jesús puede decir: ``Yo hago siempre lo que le agrada a él'' (Jn 8,29). En la oración de su agonía, acoge totalmente esta Voluntad: ``No se haga mi voluntad sino la tuya'' (Lc 22,42). He aquí por qué Jesús ``se entregó a sí mismo por nuestros pecados según la voluntad de Dios'' (Ga 1,4). ``Y en virtud de esta voluntad somos santificados, merced a la oblación de una vez para siempre del Cuerpo de Jesucristo'' (Hb 10,10)” (2824; cf 2605, 2825). * El testimonio cristiano _ “Cantemos la nobleza de esta guerra / el triunfo de la sangre y del madero;/ y un Redentor que, en trance de Cordero,/ sacrificado en cruz, salvó la tierra./ Tú sólo entre los árboles crecido/ para tender a Cristo en tu regazo/ tú, el arca que nos salva; tú, el abrazo/ de Dios con los verdugos del Ungido... (Liturgia de la Horas, Himno de Laudes del Viernes Santo). _ “La Vida desciende para hacerse matar; el Pan desciende para tener hambre; el Camino desciende para fatigarse andando; la Fuente desciende para sentir la sed; y tú, ¿vas a negarte a sufrir? (S. Agustín, serm. 78, 6)” (556). Aquel que “se sembró” en dolor para dar fruto ha arrebatado a la muerte la última palabra sobre el hombre. Aquel que se ha entregado en dolor y cruz nos invita a que apartemos de los hombros de nuestros hermanos la cruz y el dolor. SÁBADO SANTO (inicio) (Vigilia Pascual) “Ésta es la noche de la que estaba escrito: ``La noche brillará como el día''” I. LA PALABRA DE DIOS La Ley: Lecturas 1.a-3.a: La Creación, la promesa a Abraham y la liberación de Egipto. Los Profetas: Lecturas 4.a-7.a: La restauración del pueblo que pecó (Isaías, Baruc y Ezequiel). * Rm 6,3-11: “Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más” * Sal 117,1-2.16-17.22-23: “Aleluya, aleluya, aleluya” * Mt 28,1-10: “Ha resucitado y va por delante de vosotros a Galilea” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El relato del Génesis, parece intentar convencernos de que la Creación es un proceso en marcha, y que la Resurrección de Cristo, el Hombre Nuevo, es su culminación, aunque la definitiva será la Nueva Creación. Con el Bautismo ha comenzado ya en nosotros la Nueva Creación; somos ya “nuevas creaturas”. * El Paso del Mar Rojo es el acontecimiento cumbre de la historia liberadora de Dios en medio de su Pueblo elegido; a él habráán de referirse en adelante todas las demás “hazañas”. Como lo será la Pascua de Cristo para nosotros: de este Misterio partirán todos y en él todos confluirán. La liberación radical del pecado y de la muerte, como objetivos pascuales, se ha realizado en Cristo victorioso (Rm y Mt). III. SITUACIÓN HUMANA * A pesar de todo, la vida sigue ofreciendo al hombre grandes motivos de alegría. Aparecen signos de gozo en muchos lugares y para muchas personas. Se alumbra la vida y se canta por muchos y de muchas maneras. * Se albergan en muchos corazones proyectos de futuro de animar a muchos jóvenes a seguir apostando por el mañana. Se cree en la vida. Se canta a la vida. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ ...Al tercer día resucitó de entre los muertos: “``Os anunciamos la Buena Nueva de que la Promesa hecha a los padres Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús'' (Hch 13,32-33). La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, creída y vivida por la primera comunidad cristiana como verdad central, transmitida como fundamental por la Tradición, establecida en los documentos del Nuevo Testamento, predicada como parte esencial del Misterio Pascual al mismo tiempo que la Cruz” (638). _ La Resurrección como acontecimiento trascendente: 647. _ La Resurrección, confirmación de cuanto Cristo hizo y enseñó: 651-658. * La respuesta _ Prefiguraciones del Bautismo: “En la Liturgia de la Noche Pascual, cuando se bendice el agua bautismal, la Iglesia hace solemnemente memoria de los grandes acontecimientos de la historia de la salvación que prefiguraban ya el misterio del Bautismo” (1217; cf 1218-1222). _ Sentido de los ritos de la celebración bautismal: 1234-1243. _ “Criaturas nuevas”: 1265. 1266. * El testimonio cristiano _ “Considera dónde eres bautizado, de dónde viene el Bautismo: de la Cruz de Cristo, de la muerte de Cristo. Ahí está todo el misterio: El padeció por tí. En él eres rescatado, en él eres salvado (S. Ambrosio, sacr. 2,6)” (1225). _ “Por la unidad de la naturaleza divina que permanece presente en cada una de las dos partes del hombre, éstas se unen de nuevo. Así la muerte se produce por la separación del compuesto humano, y la Resurrección por la unión de las dos partes separadas (San Gregorio Niceno, res. 1)” (650). Los que por el Bautismo hemos sido incorporados a la Muerte y Resurrección de Cristo, somos criaturas nuevas. El, el “Hombre-Nuevo”, nos llama a una permanente novedad que, iniciada en el signo del agua y del Espíritu, ha de continuar y extenderse a toda la vida del cristiano. EAQUEMA DEL TIEMPO PASCUAL (inicio) Domingos y Solemnidades Lecturas Catecismo de la Iglesia Católica DOMINGO DE RESURRECCIÓN “No busquéis entre vosotros al que vive” Hch 10,14a-37.43: “Hemos comido y bebido con Él” Col 3,1-14: “Buscad los bienes de allá arriba” Jn 20,1-9: “El había de resucitar de entre los muertos” Sentido de la Resurrección: 652-655 El sepulcro vacío: 640 Testigos del Resucitado: 871. 888 II PASCUA Renacidos para una esperanza viva Hch 2,42-47: “Los creyentes vivían todos unidos” 1P 1,3-9: “Hemos nacido para una esperanza viva” Jn 20,19-31: “A los ocho días llegó Jesús” Las apariciones del Resucitado: 641-644 Misión de los Apóstoles: 858-860 III PASCUA “Nos enseña las Ecrituras y parte para nosotros el pan” Hch 2,14.22-28: “La muerte no le retendraá sobre su dominio” 1P 1,17-21: “Habéis sido redimidos por Cristo” Lc 24,13-35: “Le reconocieron al partir el pan” Catequesis pascual de Cristo: 1094 La participación en la Eucaristía: 1385. 1388 IV PASCUA La voz del Pastor nos enseña el camino de la vida Hch 2,14a.36-41: “Dios le ha constituido Señor y Mesías” 1P 2,20b-25: “Habéis vuelto al Pastor de vuestras vidas” Jn 10,1-10: “Yo soy la puerta de las ovejas” El “pequeño rebaño”, germen del Reino: 764 La Iglesia, redil cuya puerta es Jesús: 754 El Obispo, pastor: 886 V PASCUA Jesús, el Camino nos lleva a la Verdad y a la Vida Hch 6,1-7: “Escogieron siete hombres llenos del Espíritu” 1P 2,4-9: “Vosotros sois una raza elegida” Jn 14, 1-12: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” Jesús nos lleva a conocer al Padre: 516 Vivir en la verdad: 2465-2470 VI PASCUA El Espíritu vive y está en nuestro corazón Hch 8,5-8.14-17: “Les imponían las manos y recibían el Espíritu” 1P 3,15-18: “Volvió a la vida por el Espíritu” Jn 14,15-21: “Yo le pediré al Padre que os dará otro defensor” Promesa del Espíritu Santo: 729-730 La fe como adhesión personal: 150. 1098 Seguir a Cristo: 2053. 2054 ASCENSIÓN DEL SEÑOR Creer es también ser testigo de Cristo Hch 1,1-11: “Se elevó a la vista de ellos” Ef 1,17-23: “Lo sentó a su derecha en el cielo” Mt 28, 16-20: “Se me hado poder en el cielo y en la tierra” Subió a los cielos y está a la diestra de Dios: 659-664 Misión de la Iglesia en el mundo: 738. 849-852 PENTECOSTÉS (Vigilia) Vive en nosotros para que creamos; está en nosotros para que oremos Ez 37, 1-14: “Os infundiré mi Espíritu y viviréis” Rm 8,22-27: “El Espíritu ora en nosotros” Jn 7,37-39: “Manarán torrentes de agua viva” Dios nos ha dado su Espíritu por Jesús: 683-688 El Cristiano, criatura nueva por el Espíritu: 265-1266 PENTECOSTÉS (Solemnidad) Hemos nacido de un solo Espíritu Hch 2,1-11: “Se llenaron todos del Espíritu Santo” 1Co 12,3b-7.12-13: “Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu” Jn 20,19-23: “Recibid el Espíritu Santo” Símbolos del Espíritu Santo: 691-701 El Espíritu de Cristo en la plenitud de los tiempos: 717-730 SOLEMNIDADES DURANTE EL TIEMPO PASCUAL Domingos y Solemnidades Lecturas Catecismo de la Iglesia Católica SANTÍSIMA TRINIDAD Padre, Hijo y Espíritu Santo: Dios trino, Dios amor Ex 34,4b-6.8-9: “Señor, Dios compasivo y misericordioso” 2Co 3,11-13: “La gracia de Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo” Jn 3,16-18: “Dios mandó a su Hijo al mundo” En el nombre del Padre...: 232-237 Revelación del Dios trino: 238-248 CORPUS CHRISTI Un solo cuerpo porque comemos del mismo pan Dt 8,2-3.14b-16a: “Te alimentó con el maná” 1Co 10,16-17: “El pan es uno y nosotros formamos un solo cuerpo” Jn 6, 51-59: “Mi carne es verdadera comida...” La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida de la Iglesia: 1324-1327 Los signos del pan y del vino: 1333-1336 RESURRECCIÓN DEL SEÑOR (inicio) (Domingo de Pascua) “No busquéis entre los muertos al que vive” I. LA PALABRA DE DIOS * Hch 10,34a-37-43: “Nosotros hemos comido y bebido con él después de la Resurrección” * Sal 117,1-2.16-17.22-23: “Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo” * Col 3,1-4: “Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo” * Jn 20,1-9: “Él había de resucitar de entre los muertos” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * S. Lucas como lo hicieron S. Pedro y S. Pablo presenta en Hechos el núcleo central de la predicación cristiana, el kerigma, “la sustancia viva del Evangelio”. * “Morir con Cristo” tenía en San Pablo una resonancia especial: Al dejar constancia de que ``vuestra vida está oculta con Cristo en Dios'', invita a todos a una ruptura definitiva con cualquier actitud anterior, porque de ello depende ``aparecer con Cristo en la gloria''”. * Nuestra experiencia acerca de Jesús resucitado no es la misma que la de la comunidad primitiva, pero sí coincidimos entroncando nuestra fe en Él en cuanto vencedor de la muerte. Hoy y aquí, los cristianos, la Iglesia ha de anunciar a todos la Resurrección. Nosotros mismos somos testigos de que “hemos pasado de la muerte a la vida”. III. SITUACIÓN HUMANA * Ya se apuntaba en el esquema de la Noche Pascual cómo hay signos de apuesta por la vida. Pero también es verdad que se han instalado entre nosotros lo que el Papa llama “cultura de la muerte” (aborto, eutanasia, terrorismo, guerras, etc). No obstante, seguimos confiando en los muchos esfuerzos de la humanidad en la lucha contra las enfermedades, en la prevención de males, en la mejora de la calidad de vida, atenciones al mantenimiento de la salud... Pero nos preguntamos si todo esto puede alzarse más allá de horizonte puramente humano. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ La Resurrección: “La fe en la Resurrección tiene por objeto un acontecimiento a la vez históricamente atestiguado por los discípulos que se encontraron realmente con el Resucitado, y misteriosamente transcendente en cuanto entrada de la humanidad de Cristo en la gloria de Dios” (656). “Cristo, ``el primogénito de entre los muertos'' (Col 1,18), es el principio de nuestra propia resurrección” (658; cf 652-655). _ El sepulcro vacío y apariciones: 640-641. * La respuesta _ Resucitados con Cristo: “Unidos a Cristo por el Bautismo, los creyentes participan ya realmente en la vida celestial de Cristo resucitado, pero esta vida permanece ``escondida con Cristo en Dios'' (Col 3,3). ``Con Él nos ha resucitado y hecho sentar en los cielos con Cristo Jesús'' (Ef 2,6). Alimentados en la Eucaristía con su Cuerpo, nosotros pertenecemos ya al Cuerpo de Cristo. Cuando resucitemos en el último día también nos ``manifestaremos con Él llenos de gloria'' (Col 3,4)” (1003). _ La Iglesia anuncia el Evangelio de la Resurrección: 849-856. _ Testigos del Resucitado: 871. 888. 904. 905. * El testimonio cristiano _ “No me servirá nada de los atractivos del mundo ni de los reinos de este siglo. Es mejor para mi morir (para unirme) a Cristo Jesús que reinar hasta los confines de la tierra. Es a Él a quien busco, a quien murió por nosotros. A Él quiero, al que resucitó por nosotros. Mi nacimiento se acerca... (S. Ignacio de Antioquía, Rm 6,12)” (2474). _ “Cristo resucitó de entre los muertos. Con su muerte venció a la muerte. A los muertos ha dado la vida (Liturgia bizantina, Tropario de Pascua)” (638). Creer en el Resucitado es comenzar a vivir como resucitado. Los apóstoles dan testimonio de Aquel en quien han creído. Y viven como resucitados. DOMINGO II DE PASCUA (inicio) “Nacidos de nuevo para una esperanza viva” I. LA PALABRA DE DIOS * Hch 2,42-47: “Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común” * Sal 117,2-4.13-15.22-24: “Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia” * 1P 1,3-9: “Por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva” * Jn 20,19-31: “A los ocho días llegó Jesús” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Algo insólito está sucediendo en Jerusalén tras el anuncio de que “aquel a quien habían colgado de un madero, Dios lo había resucitado de entre los muertos. Vivían todos unidos y lo tenían todo en común”. He aquí un hecho verdaderamente novedoso. * “Constantes en la fracción del Pan y atentos a la enseñanza de los Apóstoles”, los primeros cristianos no celebran a un ausente, cuyo simple recuerdo les mantiene. Le hacen presente como a quien vive y está en medio de ellos de un modo nuevo. * El modo de vivir la Resurrección en las primeras comunidades es para nosotros un reto: vivir la experiencia de resucitados con Cristo a nadie puede dejar indiferente. ¿Somos hoy signo de Cristo victorioso? Como muchos de aquellos cristianos “no hemos visto a Jesús y lo amamos; no lo hemos visto y creemos en Él”. III. SITUACIÓN HUMANA * Hoy es frecuente la convicción de que no hay otro camino para avanzar que el de la unión, la solidaridad. Cualquier campo que miremos (la cultura, la ciencia, la política, etc) nos dan fe de ello. No cabe duda de que todo esto es exponente de un nuevo modo más humano de vivir. Porque lo humano es estar, vivir con otros. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Las apariciones del Resucitado: “Todo lo que sucedió en estas jornadas pascuales compromete a cada uno de los Apóstoles _y a Pedro en particular_ en la construcción de la era nueva que comenzó en la mañana de Pascua. Como testigos del Resucitado, los apóstoles son las piedras de fundación de su Iglesia. La fe de la primera comunidad de creyentes se funda en el testimonio de hombres concretos, conocidos de los cristianos y, para la mayoría, viviendo entre ellos todavía” (642; cf 641. 643. 644). _ La Iglesia, misterio de la unión de los hombres con Dios y de la unidad del género humano: 772. 773. 774. 775. 776. * La respuesta _ El día de la Resurrección: la nueva creación: “Jesús resucitó de entre los muertos ``el primer día de la semana'' (Mt 28,1). En cuanto ``primer día'', el día de la Resurrección de Cristo recuerda la primera creación. En cuanto ``octavo día'', que sigue al sábado, significa la nueva creación inaugurada con la resurrección de Cristo” (2174). _ Misión de los Apóstoles: 858. 859. 860. _ Comunión de bienes en la Iglesia y la solidaridad humana: “La fe de los fieles es la fe de la Iglesia recibida de los Apóstoles, tesoro de vida que se enriquece cuando se comparte” (949; cf 953. 1939-1942). * El testimonio cristiano _ “El pueblo de Dios, en efecto, no tiene aquí una ciudad permanente, sino que busca la futura. Por eso ... manifiesta mucho mejor a todos los creyentes los bienes del cielo, ya presentes en este mundo. También da testimonio de la vida nueva y eterna adquirida por la redención de Cristo y anuncia ya la resurrección futura y la gloria del Reino de los cielos (LG 44)” (933). El anuncio del Resucitado supone un modo de vida totalmente nuevo. No se trata de hacer lo que nadie hace; se trata de hacer lo que el Resucitado nos pide... Pero es que nos pide amar como nadie. DOMINGO III DE PASCUA (inicio) “Le reconocieron al partir el pan” I. LA PALABRA DE DIOS * Hch 2,14.22-28: “No era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio” * Sal 15,1-2.5.7-11: “Señor, me enseñarás el sendero de la vida” * 1P 1,17-21: “Habéis sido redimidos con la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto” * Lc 24, 13-35: “Le reconocieron al partir el pan” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El primero de los “discursos misioneros” de San Pedro tiene la estructura típica de S. Lucas: introducción para situar el discurso en el marco narrativo; acontecimientos esenciales del kerigma; llamamiento a la conversión. * Los cristianos comienzan proclamando valientemente su fe en Jesucristo: “No era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio”. Si el destino del hombre era la muerte, por Cristo la muerte ha sido destruida. * El desánimo de los que caminan hacia Emaús es la muestra de lo que les ocurría a todos los discípulos. Todos “esperaban”, “se habían sobresaltado”, oyeron a los que “habían venido diciendo” ... Se movían en otra onda distinta a la de Jesús. Antes habían oído pero no escuchado; habían visto signos, pero no habían creído. Ahora, “al partir el pan” le reconocen. Han empezado a mirar con los ojos de la fe; a escuchar la Palabra y no sólo a oirla. III. SITUACIÓN HUMANA * Venimos repitiendo la experiencia humana de buscar, de intentar por todos los medios caminos nuevos para el pensamiento, para la acción, para la vida. Pero también hay que dejar constancia de su desorientación. Encuentra, sí, caminos. Pero no son los adecuados. * Se nota también cierto desencanto en la sociedad. La sensación de que algo en lo que habían puesto toda su confianza les ha defraudado. Y hace extensiva la desconfianza a todo y a todos los demás. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El Banquete del Señor: “He aquí el mismo dinamismo del banquete pascual de Jesús resucitado con sus discípulos: en el camino les explicaba las Escrituras, luego, sentándose a la mesa con ellos, ``tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio''” (1347). “En este gesto (la fracción del pan) los discípulos lo reconocerán después de su resurrección (Lc 24,13-35), y con esta expresión los primeros cristianos designaron sus asambleas eucarísticas” (1329). _ Catequesis pascual de Cristo: 1094. _ Cristo y la Iglesia, caminos de salvación para el hombre: 846. * La respuesta _ La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida eclesial: “La Eucaristía es el corazón y la cumbre de la vida de la Iglesia, pues en ella Cristo asocia su Iglesia y todos sus miembros a su sacrificio de alabanza y acción de gracias ofrecido una vez por todas en la cruz a su Padre; por medio de este sacrificio derrama las gracias de la salvación sobre su Cuerpo, que es la Iglesia” (1407). _ Participación en la Eucaristía (Comunión): 1385. 1388. _ Compromiso del cristiano para con la sociedad: 1934. 1935. 1947. 1948. * El testimonio cristiano _ “Has gustado la sangre del Señor y no reconoces a tu hermano. Deshonras esta mesa, no juzgando digno de compartir tu alimento al que ha sido juzgado digno de participar en esta mesa. Dios te ha liberado de todos los pecados y te ha invitado a ella. Y tú, aún así, no te has hecho más misericordioso (S. Juan Crisóstomo, hom.in 1Co 27,4)” (1397). _ “Partimos un mismo pan que es remedio de inmortalidad, antídoto para no morir, sino para vivir en Jesucristo para siempre (San Ignacio de Antioquía, Eph 20,2)” (1405). Jesús es reconocido porque da el pan y se da él mismo. Los cristianos no damos el Pan, sino que lo compartimos. Pero al compartir el Pan y la entrega de nosotros mismos, también seremos reconocidos. DOMINGO IV DE PASCUA (inicio) “La del Buen Pastor es una voz distinta” I. LA PALABRA DE DIOS * Hch 2, l4a,36-41: “Dios lo ha constituido Señor y Mesías” * Sal 22,1-6: “El Señor es mi pastor, nada me falta” * 1P 2, 2ob-25: “Habéis vuelto al Pastor y guardían de vuestras vidas” * Jn 10,1-10: “Yo soy la puerta de las ovejas” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * La fe en la resurrección y la confesión de Cristo como Señor está recogido por S. Lucas en este discurso de S. Pedro. S. Lucas, como hace Pablo en Rm 10,1s, usa el “kyríos-panton'', Señor de todas las cosas, aunque acostumbra a designar a Jesús con estos mismos títulos en los hechos prepascuales. Vuelven a darse momentos clásicos en los discursos “misioneros”. En esta ocasión el contraste entre “vosotros crucificásteis” y “Dios lo ha constituido”, es una llamada de atención que surte efecto inmediato. * En la alegoría del Buen Pastor, Jesús retoma una imagen ya familiar en el AT. Se atribuye unas funciones que el pueblo tenía como exclusivamente divinas. * ¿Cómo suena a los oídos del hombre de hoy una voz que tenga “pretensiones” de tener valor universal? ¿Que alguien pretenda erigirse en único guía del mundo? La clave está en eso de “le ha constituido Señor y Mesías”. III. SITUACIÓN HUMANA * En medio de tantas voces, tantos ruídos, escuchamos la voz de Dios que, es por la gracia, fuente de nuestra propia identidad, porque el mismo Dios nos reconoce como suyos. No es fácil hoy distinguir unas voces de otras. Se requiere atención permanente para distinguir las distintas “longitudes de onda” en que se emiten las voces. Una cosa tenemos por cierta los creyentes: que la voz del Buen Pastor se emite en una onda que no es de este mundo. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El germen del Reino es el “pequeño rebaño”: “Este Reino se manifiesta a los hombres en las palabras, en las obras y en la presencia de Cristo. Acoger la palabra de Jesús es acoger ``el Reino''. El germen y el comienzo del Reino son el ``pequeño rebaño'' (Lc 12,32), de los que Jesús ha venido a convocar en torno suyo y de los que él mismo es el pastor. Constituyen la verdadera familia de Jesús. A los que reunió así en torno suyo, les enseñó no sólo una nueva ``manera de obrar'', sino también una oración propia” (764; cf 754). _ Los pastores de la Iglesia: 880-896; 935-939. * La respuesta _ La fe respuesta a la llamada de Dios: “Por su revelación, ``Dios invisible habla a los hombres como amigo, movido por su gran amor y mora con ellos para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía''. La respuesta adecuada a esta invitación es la fe” (142). _ “Por la fe, el hombre somete completamente su inteligencia y su voluntad a Dios. Con todo su ser, el hombre da su asentimiento a Dios que revela” (143). _ La adhesión y la obediencia a los pastores: 862. 882. 886. 891. _ La parroquia y su pastor: 2179. * El testimonio cristiano _ “Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra ... porque lo que hablaba antes en partes a los profetas ya lo ha hablado todo en Él, dándonos al Todo, que es su Hijo. Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo haría una necedad, sino haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra cosa alguna o novedad (San Juan de la Cruz, Carm. 2,22)” (65). Oyendo la voz del Buen Pastor sabemos dónde está el camino de la vida. Y nos llama a recorrerlo con Él. DOMINGO V DE PASCUA (inicio) “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” I. LA PALABRA DE DIOS * Hch 6, 1-7: “Escogieron a siete hombres llenos del Espíritu Santo” * Sal 32,1-2.4-5.18-19: “Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti” * 1P 2,4-9: “Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real” * Jn 14, 1-12: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * De aquellos a los que los Apóstoles eligen se dice que “les encargaremos de esta tarea”(servicio). Se advierte que en aquella Iglesia tan importante era atender a las viudas o necesitados como a la Palabra y a la oración. * Tomás es el prototipo de quienes quieren pisar siempre sobre terreno firme. No arriesga. La respuesta que Jesús le da suena más a propuesta: Si Él es el Camino, ya sabe por dónde hay que ir; si Él es la Verdad, ya sabe de quién ha de fiarse; si Él es la Vida, ya sabe por quién la entrega. Tomás y todos los demás discípulos, cuando se escribía ésto, ya habían comprobado que descubrir a Jesucristo no procede de planteamientos teóricos, sino porque había tenido lugar un encuentro personal y de adhesión incondicional. III. SITUACIÓN HUMANA * La sociedad pluralista pone en tela de juicio muchas seguridades. Lo que en otro tiempo para muchos eran verdades sin vuelta de hoja, ahora aparecen relativizadas, o sin fundamento. El hombre de hoy tiene miedo al riesgo, porque puede quedar frustrado. Hoy se arriesga poco o nada. Se tantea y prueba todo antes de dar cualquier paso. Y crece la desconfianza en que pueda haber “una verdad, un camino” por el que valga la pena arriesgarse. A santo Tomás le ocurrió algo así. Y Jesús no pudo ser más claro. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Creer en Jesucristo: “Para el cristiano, creer en Dios es inseparablemente creer en aquel que él ha enviado, ``su Hijo amado'', en quien ha puesto toda su complacencia (Mc 1,11). Dios nos ha dicho que le escuchemos. El Señor mismo dice a sus discípulos: ``Creed en Dios, creed también en mí'' (Jn 14,1)” (151). _ Cristo, nuestro modelo: “El Verbo se encarnó para ser nuestro modelo de santidad: ``Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí...'' (Mt 11,29). ``Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí'' (Jn 14,6)” (459; cf 516). * La respuesta _ Vivir en la verdad: “En Jesucristo la verdad de Dios se manifestó toda entera. ``Lleno de gracia y de verdad'' (Jn 1,14), Él es la ``luz del mundo'' (Jn 8,12), la Verdad. El que cree en Él, no permanece en las tinieblas. El discípulo de Jesús, ``permanece en su palabra'', para conocer ``la verdad que hace libre'' y que santifica” (2466. cf 2467. 2468. 2469. 2470). _ “El Antiguo Testamento lo proclama: Dios es fuente de toda verdad. Su Palabra es verdad. Su ley es verdad. ``Tu verdad, de edad en edad'' (Sal 119,90)” (2465). * El testimonio cristiano _ “Todos los hombres, conforme a su dignidad, por ser personas .... se ven impulsados, por su misma naturaleza, a buscar la verdad y, además, tienen la obligación moral de hacerlo con respecto a la verdad religiosa. Están obligados también a adherirse a la verdad una vez que la han conocido y a ordenar toda su vida según sus exigencias (DH 2)” (2467). Reconociendo a Jesús como “el Camino”, ¿habráá quien no encuentre la ruta hacia el Padre? Sabiendo que es “la Verdad”, ¿habráá quien la busque en otros o en las cosas? Teniéndolo como “la Vida”, ¿habráá quien deje a la muerte la última palabra? DOMINGO VI DE PASCUA (inicio) “El Espíritu vive con nosotros y está en nosotros” I. LA PALABRA DE DIOS * Hch 8,5-8.14-17: “Les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo” * Sal 65,1-7.16.20: “Aclama al Señor, tierra entera” * 1P 3,15-18: “Murió en la carne, pero volvió a la vida por el Espíritu” * Jn 14,15-21: “Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Ahora es aceptado incluso por quienes no habían sido admitidos por Israel. El Espíritu sólo se da, según San Lucas, a quienes están en comunión con los Doce. * Todo el discurso de la última Cena respira en Juan un clima de intimidad personal, propio de quien abre el corazón a sus amigos. En el versículo 15, pone Juan el amor como condición para cumplir con los preceptos: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos”; y en el versículo 21, exactamente al revés: “El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama”. Lo verdaderamente cristiano es la anulación de fronteras entre lo personal y lo preceptivo “Ama y haz lo que quieras”. * El amor no es condición para el decreto. La obediencia “guarda”, “observa”, “cumple”: el amor cristiano se hace actitud, seguimiento. La adhesión no suele hacer distinciones entre quien manda o lo que se manda. Ni es tampoco obediencia ciega, porque es fruto de la madurez y de la convicción. III. SITUACIÓN HUMANA * Hay importantes sectores de la sociedad que creen que las leyes oprimen, quitan libertad, que destruyen la creatividad humana. Se convierten así en algo insoportable, de lo que hay que liberarse cuanto antes. Los que creen en la ley como cauce de convivencia la cumplen sin agobios, sin conciencia gregaria, con la seguridad del bien común que de ese cumplimiento se sigue. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Promesa del Espíritu Santo: “Por fin llega la Hora de Jesús: Jesús entrega su espíritu en las manos del Padre en el momento en que por su Muerte es vencedor de la muerte, de modo que, ``resucitado de los muertos por la Gloria del Padre'' (Rm 6,4), enseguida da a sus discípulos el Espíritu Santo dirigiendo sobre ellos su aliento. A partir de esta hora, la misión de Cristo y del Espíritu se convierte en la misión de la Iglesia: ``Como el Padre me envió, también yo os envío''” (730; cf 729). _ La misión del Espíritu Santo en la Liturgia de la Iglesia: 1112. * La respuesta _ El Espíritu Santo, el principio de la vida de la Iglesia: “El Espíritu Santo es ``el principio de toda acción vital y verdaderamente saludable en todas las partes del cuerpo''. Actúa de múltiples maneras en la edificación de todo el Cuerpo en la caridad: por la Palabra de Dios, ``que tiene el poder de construir el edificio'' (Hch 20,32), por el Bautismo mediante el cual forma el Cuerpo de Cristo, por los sacramentos que hacen crecer y curan a los miembros de Cristo; por ``la gracia concedida a los apóstoles'' que ``entre estos dones destaca'', por las virtudes que hacen obrar según el bien, y por las múltiples gracias especiales [llamadas ``carismas''] mediante las cuales los fieles quedan ``preparados y dispuestos a asumir diversas tareas o ministerios que contribuyen a renovar y construir más y más la Iglesia''” (798). * El testimonio cristiano _ “En efecto, es a la misma Iglesia, a la que ha sido confiado el ``Don de Dios'' ...Es en ella donde se ha depositado la comunión con Cristo, es decir el Espíritu Santo, arras de la incorruptibilidad, confirmación de nuestra fe y escala de nuestra ascensión hacia Dios ...Porque allí donde está la Iglesia, allí está también el Espíritu de Dios; y allí donde está el Espíritu de Dios, está la Iglesia y toda gracia (San Ireneo, haer. 3, 24, 1)” (797). Cuando el seguimiento de Jesús, fruto de la fe en Él, fructifica, toda la vida del cristiano “transparenta” a Jesús. Y como seguir a Jesucristo no conoce límites ni fronteras, siempre nos exigirá más. DOMINGO VII DE PASCUA SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR (inicio) “Creer es también saberse enviado” I. LA PALABRA DE DIOS * Hch 1,1-11: “Se elevó a la vista de ellos” * Sal 46,2-3.6-9: “Dios asciende entre aclamaciones, el Señor, al son de trompetas” * Ef 1,17-23: “Lo sentó a su derecha en el cielo” * Mt 28,16-20: “Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Mientras San Lucas “hace caminar” a Jesús casi constantemente hacia Jerusalén para culminar allí su Pascua, San Mateo “hace salir” de allí a los discípulos para centrar en Galilea la misión que se les confía. Parece querer dejar atrás el giro en torno a la ciudad de David, para indicar que el Templo y la Ciudad habían perdido su significado y que sólo Jesús es el Nuevo Templo, y que el Resucitado era, es, el Centro de todo. * “¿Qué hacéis ahí mirando al cielo?” He aquí una forma de lucha de Cristo contra la tentación a la que parecían sentirse llamados los discípulos. Sumergirse en la realidad del mundo, anunciar su Reino, proclamarle a Él como resucitado: esa era la misión. Nadie tiene derecho a quitar a la fe su carácter de comunicable. Aunque resulte difícil el testimonio, nadie puede eludirlo. Creer en Jesucristo es tener conciencia de testigo enviado. La fe, al ser vivida, se hace testimonio. III. SITUACIÓN HUMANA * La mirada que dirigimos al mundo puede convertirse en llamamiento. Nuestro mundo de hoy es más proclive al lamento que al compromiso. Porque es más sencillo quejarse que remediar algo. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Jesús subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso: “``Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí'' (Jn 12,32). La elevación en la Cruz significa y anuncia la elevación en la Ascensión al cielo. Es su comienzo. Jesucristo, el único Sacerdote de la Alianza nueva y eterna, no ``penetró en un Santuario hecho por mano de hombre, ... sino en el mismo cielo, para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro'' (Hb 9,24)” (662; cf 659-664). * La respuesta _ Misión de los Apóstoles y de la Iglesia en el mundo: “Jesús es el enviado del Padre. Desde el comienzo de su ministerio, ``llamó a los que él quiso, y vinieron donde él. Instituyó Doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar'' (Mc 3,13-14). Desde entonces, serán sus ``enviados''. En ellos continúa su propia misión: ``Como el Padre me envió, también yo os envío'' (Jn 20,21)” (858, cf 859-860. 849-852). _ El testimonio de vida cristiana, exigencia para los bautizados: 2044. 2045. 2046. * El testimonio cristiano _ “La Iglesia, enriquecida por los dones de su Fundador y guardando fielmente sus mandamientos del amor, la humildad y la renuncia, recibe la misión de anunciar y establecer en todos los pueblos el Reino de Cristo y de Dios. Ella constituye el germen y el comienzo de este Reino en la tierra (LG 5)” (768). _ “(La Iglesia) continúa y desarrolla en el curso de la historia la misión del propio Cristo, que fue enviado a evangelizar a los pobres .... impulsada por el Espíritu Santo debe avanzar por el mismo camino por el que avanzó Cristo; esto es, el camino de la pobreza, la obediencia, el servicio y la inmolación de sí mismo hasta la muerte, de la que surgió victorioso por su resurrección (AG 5)” (852). Ante la tentación de quedarse extasiado (Tabor), ahora el mandato es apremiante: “Seréis mis testigos”, para que “en el cielo, en la tierra y el abismo, toda rodilla se doble y todo el mundo proclame que Jesús es el Señor para gloria de Dios Padre”. DOMINGO DE PENTECOSTÉS (inicio) (Misa vespertina de la Vigilia) “El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad” I. LA PALABRA DE DIOS * Ez 37,1-14: “!Huesos secos! Os infundiré espíritu y viviréis” * Sal 103,1-2a.24.27-28.29bc-30: “Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra” * Rm 8,22-27: “El Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables” * Jn 7,37-39: “Manarán torrentes de agua viva” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El cuadro que describe Ezequiel es verdaderamente aterrador. * La impresión de sentir la muerte alrededor es apocalíptica. * El profeta, que ha notado que la mano del Señor se había posado sobre él, no duda de que sea posible la resurrección: “Señor, tú lo sabes”. El profeta comunica al pueblo la esperanza de salvación simbolizada en aquella visión. * Tal vez a algunos cristianos les vendraía bien un empujón de esperanza para mirar a la Iglesia como algo más vivo que “un montón de huesos”. La fuerza desplegada por el Espíritu de Dios es la prueba de confianza que necesitamos todos. Y si Ezequiel podía confiar porque había notado la mano de Dios sobre él, nosotros hemos sentido el soplo de su Espíritu: “No dejes, Señor, de realizar hoy las maravillas que obraste en los comienzos de la predicación evangélica” (Misa del día de Pentecostés). III. SITUACIÓN HUMANA * Las interpretaciones catastrofistas que de vez en cuando surgen a nuestro alrededor, nos arrugan el corazón y nos tientan al “qué se le va a hacer”. Los malos augurios son frecuentemente lamentos que no cambian nada. Invitan más bien al “sálvese quien pueda”. Y eso es lo más contrario a la esperanza. El optimismo no es una ingenuidad cuando se apoya en las posiblidades del hombre. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo: “Nadie puede decir ``Jesús es el Señor'' sino por influjo del Espíritu Santo. ``Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama Abba, Padre''. Este conocimiento de fe no es posible sino en el Espíritu Santo. Para entrar en contacto con Cristo, es necesario primeramente haber sido atraído por el Espíritu Santo. Él es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. Mediante el Bautismo, primer sacramento de la fe, la Vida, que tiene su fuente en el Padre y se nos ofrece por el Hijo, se nos comunica íntima y personalmente por el Espíritu Santo en la Iglesia” (683; cf 689. 692. 1433). * La respuesta _ Efectos del Sacramento de la Confirmación: “Por este hecho, la Confirmación confiere crecimiento y profundidad a la gracia bautismal: nos introduce más profundamente en la filiación divina que nos hace decir ``Abbá Padre'' nos une más firmemente a Cristo; aumenta en nosotros los dones del Espíritu Santo; hace más perfecto nuestro vínculo con la Iglesia Católica; nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para difundir y defender la fe mediante la palabra y las obras como verdaderos testigos de Cristo, para confesar valientemente el nombre de Cristo y para no sentir vergüenza de la cruz” (1303). _ Dones y frutos del Espíritu Santo: 736. 1830-1832. _ El Cristiano, “criatura nueva” por el Espíritu Santo: 1265-1266. * El testimonio cristiano _ “El Bautismo nos da la gracia del nuevo nacimiento en Dios Padre por medio de su Hijo en el Espíritu Santo. Porque los que son portadores del Espíritu de Dios son conducidos al Verbo, es decir al Hijo; pero el Hijo los presenta al Padre, y el Padre les concede la incorruptibilidad. Por tanto, sin el Espíritu no es posible ver al Hijo de Dios y, sin el Hijo, nadie puede acercarse al Padre, porque el conocimiento del Padre es el Hijo, y el conocimiento del Hijo de Dios se logra por el Espíritu Santo (San Ireneo, dem. 7)” (683). Si el Espíritu “ora en nosotros con gemidos inenarrables”, es que vive en nosotros. Si el Espíritu hace que clamemos: “Abbá, Padre” es que hace que creamos. DOMINGO DE PENTECOSTÉS (inicio) (Misa del día) “Todos hemos bebido de un solo Espíritu” I. LA PALABRA DE DIOS * Hch 2,1-11: “Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar” * Sal 103,1ab.24.29bc-30.31.34: “Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra” * 1Co 12,3b-7.12-13: “Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo” * Jn 20,19-23: “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Recibid el Espíritu Santo” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El acontecimiento de Pentecostés debió resultar tan absolutamente único en la Iglesia que no tuvieron más remedio que transmitirlo en imágenes familiares (viento, fuego...). Es el Espíritu el que hace que aquellos que han vivido tan cerca de Jesús se transformen ahora en testigos del Resucitado, el mismo que “había comido y bebido con ellos”. * Hoy afirmamos que la Iglesia, comunidad de quienes han oído la Palabra, se siente comunidad de fe, que anuncia gozosa desde el Espíritu la Buena Nueva del Evangelio. Él, desde el principio, es su alma y su guía. * El envío del Espíritu dependía de la glorificación de Jesús, y de su retorno al Padre. Una vez llegado, Juan destaca la íntima conexión entre la Resurrección y la animación de la Iglesia por el Espíritu Santo, hasta recalcar en este párrafo el poder otorgado a la Iglesia para perdonar los pecados. III. SITUACIÓN HUMANA * La humanidad, sumida tantas veces en el desaliento y la apatía, es capaz con frecuencia de luchar por hallar una salida a estas situaciones. Con la conciencia de que no todo está perdido, trabaja por aquello que en otro momento le parecía inabordable por difícil, o para lo que se sentía sin fuerzas. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ La Pascua de Cristo se consuma con la efusión del Espíritu Santo: “El Espíritu Santo que Cristo, Cabeza, derrama sobre sus miembros, construye, anima y santifica a la Iglesia. Él es el sacramento de la Comunión de la Santísima Trinidad con los hombres” (747; cf 731. 732). _ El nombre, los apelativos y símbolos del Espíritu Santo: 691-701. _ El “Espíritu Santo preparó a María por su gracia”: 721-726. * La respuesta _ El Espíritu Santo nos hace miembros de la Iglesia: “Por el poder del Espíritu Santo participamos de la Pasión de Cristo, muriendo al pecado, y en su Resurrección, naciendo, a una vida nueva; somos miembros de su cuerpo que es la Iglesia, sarmientos unidos a la vid que es Él mismo. ``Por el Espíritu Santo participamos de Dios. Por la participación del Espíritu venimos a ser partícipes de la naturaleza divina...Por eso, aquellos en quienes habita el Espíritu están divizados'' (San Atanasio, ep Serap.1,24)” (1988). _ La gracia del Espíritu Santo tiene el poder de santificarnos: 1987. 1995. * El testimonio cristiano _ “Por la comunión con Él, el Espíritu Santo nos hace espirituales, nos restablece en el Paraíso, nos lleva al Reino de los cielos y a la adopción filial, nos da la confianza de llamar a Dios Padre y de participar en la gracia de Cristo, de ser llamados hijos de la luz y de tener parte en la gloria eterna (S. Basilio, Spr 15,36)” (736). “Si el Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros el que resucitó de entre los muertos a Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros” (Rm 8,10). INTRODUCCIÓN AL TIEMPO ORDINARIO (inicio) El tiempo ordinario, el más largo de todos los períodos litúrgicos recoge lo que llamaríamos de modo genérico “palabras y hechos del Señor” que no se han leído ni celebrado a lo largo del resto del año litúrgico. Es, por tanto, una etapa ordenada en función de la estructura de cada Evangelista y tratando de recoger en períodos cortos _de varios domingos_ los grandes temas evangélicos. Si queremos formularlo de otro modo, diremos que lo que durante estos 34 domingos se predica y celebra, no cabe en los tiempos fuertes, pero no por carecer de relieve, sino porque aquellos, dado su recio contenido, abundan en importancia por sí solos. Este año comprende la lectura del evangelista San Mateo. Los grandes temas del Reino de Dios, de sus exigencias, de los compromisos inherentes al que sigue a Jesucristo, las Bienaventuranzas, etc. desfilarán, ante el celebrante y el creyente, como ideas tal vez sobradamente conocidas pero nunca suficientemente celebradas ni vividas. Como puede apreciarse en el esquema que a continuación se presenta, hemos articulado el conjunto de los domingos del tiempo ordinario en torno a “unidades catequéticas” y así bajo títulos idénticos o relacionados se forman bloques tipográficos distintos (correspondientes a las denominadas “unidades homiléticas”) que en sí mismos son una unidad literaria, formada en torno a un centro teológico dominante. Dichas unidades se basan en: el texto del evangelio con el “aleluya”; el avance de aquél, que es la primera lectura con el salmo responsorial; y la selección litúrgica de las perícopas. Estos textos de la Escritura dan el tono de la liturgia de la Palabra y en ellos se descubre con facilidad el “centro teológico dominante”. En la brevedad del desarrollo de cada Domingo, con frecuencia se alude sólo o preferentemente al texto evangélico, que preside la liturgia de la Palabra. Las “unidades homiléticas” orientan al celebrante, le facilitan las sugerencias catequéticas propias de una homilía y presentan estructurada la liturgia de la Palabra del Tiempo Ordinario, aunque con la fluidez propia de la oración, que es la liturgia de la Iglesia, sin la rigidez de una construcción mental. En los esquemas y desarrollos sólo se da y se ofrece una breve orientación a modo de toque de atención sobre las unidades. No es posible más en el espacio disponible. Los títulos y temas básicos de las “unidades homiléticas” del Tiempo Ordinario, año A, son las siguientes: Domingos Unidades homiléticas II-III Manifestación del Mesías IV-IX Sermón del Monte X-XI Vocación (cristiana y de los Doce) XII-XIV Consignas para la misión XV-XVII Parábolas del Reino XVIII-XXII La fe (en sus distintas situaciones) XXII-XXIV El perdón (del pecado y al prójimo) XXV-XXVIII Parábolas del Reino XXIX-XXXI Consignas para la vida de la Iglesia XXXII-XXXIV La Segunda Venida y Cristo Rey CUADROS DEL TIEMPO ORDINARIO Y SOLEMNIDADES (inicio) Domingo y solemnidades Lecturas Catecismo de la Iglesia Católica II Manifestación del Mesías Is 49,3.5-6: “Te hago luz de las naciones” 1Co 1,1-3: “El Señor os dé su paz” Jn 1,29-34: “Este es el Cordero de Dios” La Iglesia manifestación del Mesías: 787-789. 793 III Manifestación del Mesías Is 8,23-9,4: “El pueblo vió una luz grande” 1Co 1,10-13.17: “No andéis divididos” Mt 4,12-13: “Se cumplió la profecía” Libertad y conversión al Mesías: 1734. 1740s. 1989 IV Sermón del Monte Sof 2,3;3,12-13: El “pueblo pobre y humilde” 1Co 1,26-31: “Dios ha escogido lo débil” Mt 5,1-12a: “Dichosos los pobres de espíritu” “Las Bienaventuranzas”: 1716-1723 V Sermón del Monte Is 58,7-10: “Nacerá tu luz como la aurora” 1Co 2,1-5: Os anuncio a Cristo crucificado Mt 5,13-16: “Vosotros sois luz del mundo” “Vida moral y testimonio misionero”: 2044. 735s. 1695 VI Sermón del Monte Eco 15,15-20: Dios no es autor del pecado 1Co 2,6-10: La Sabiduría divina vive por siempre Mt 5, 17-37: “Se os dijo pero yo os digo” Los Mandamientos en el NT: 2060. 2069. 2038s. 2063 VII Sermón del Monte Lev 19,1-2.17-18: “Amarás al prójimo como a ti mismo” 1Co 3,16-23: “Todo es vuestro...” Mt 5,38-48: “Amad a vuestros enemigos” El amor a los enemigos: 1825. 1822-1829. 1933. 2844. VIII Sermón del Monte Is 49,14-15: “Yo no te olvidaré” 1Cor 4,1-5: Dios descubre el corazón Mt 6,24-34: La Providencia de Dios La Providencia: 301-305 IX Sermón del Monte Dt 11,18.26-28: Os pongo ante el bien y el mal Rm 3,21-25a.8: “El hombres es justificado por la fe” Mt 7,21-27: La casa sobre roca o arena “Dios al encuentro del hombre”: 50-53 “La respuesta del hombre a Dios”: 143-144 X Vocación cristiana Os 6,3b-6: “Quiero misericordia” Rm 4,18-25: “Fue confortado en la fe” Mt 9,9-13: “He venido a llamar a los pecadores” El respeto a la persona: 1930 y la solidaridad: 1939-1942 XI Vocación cristiana Ex 19,2-6: “Seréis una nación santa” Rm 5,6-11: “Reconciliados con Dios por Cristo” Mt 9,36-10,8: “Llamó a los Doce” “La misión, exigencia de la catolicidad de la Iglesia”: 849-933; sobre todo: 851. 868. 912 XII Consignas para la misión Jr 20,10-13: “Libró la vida del pobre” Rm 5,12-15: La gracia supera al pecado Mt 10,26-33: “No tengáis miedo” La virtud de la fortaleza: 1808 El testimonio, también martirial: 2742s XIII Consignas para la misión 2R 4,8-11.14-16: El hombre de Dios vivirá Rm 6,3-4.8-11: “Sepultados con Él por el Bautismo” Mt 10,37-42: Tomar la cruz para ser dignos de Él Por el bautismo, una “criatura nueva” incorporada a la Iglesia: 126-5s. 1269 XIV Consignas para la misión Za 9,9-10: “Tu Rey viene pobre a tí” Rm 8,9.11-13: En el Espíritu viviremos Mt 11,25-30: “Soy manso y humilde de corazón” Pequeños y confiados ante Dios: 2778-2780. 2784s. 559. XV Parábola del Reino Is 55,10-11: La fuerza de la Palabra Rm 8,26-27: “Aguardando la manifestación de los hijos de Dios” Mt 13,1-23: “Salió el sembrador a sembrar” La Revelación: 50.79. La acogida de la Palabra: 2653s XVI Parábola del Reino Sb 12,13.16-19: “En el pecado das lugar al arrepentimiento” Rm 8,26-27: “El Espíritu intercede por nosotros” Mt 13,24-43: “Dejadlos crecer juntos hasta la siega” Al final, los “cielos nuevos y nueva tierra”: 1044-46 Antes, el perdón, la tolerancia y la liberación del mal: 2482-2485. 2850 XVII Parábola del Reino 1R 3,5.7-12: Dios le concedió “un corazón sabio” Rm 8,28-30: “Nos predestinó a ser imagen de su Hijo” Mt 13,44-52: “Vende todo lo que tienes” El hombre busca a Dios: 28-30 XVIII “Poca fe” y dones de Dios Is 35,1-3: “Daos prisa y comed” Rm 8,35.37-39: “Nadie podráá apartaros del amor de Dios” Mt 14,13-21: “Comieron todos hasta quedar satisfechos” Los signos del Reino: 547s La Eucaristía prefigurada: 1335; la Eucaristía avance del Reino: 1404s Fe y preparación para la Eucaristía: 1381-1390 XIX Fe vacilante y fe fuerte 1R 19,9a.11-13a: “Aguarda al Señor” Rm 9,1-5: La entrega por los hermanos Mt 14,22-33: “Mándame ir a tí” La llamada universal a la oración: 2567 El combate de la oración: 2725-2745 XX Fe grande Is 56,1.6-7: “Llamaré a los extranjeros” Rm 11,13-15.29-32: Dios llama a Israel Mt 15,21-28: “Mujer, qué grande es tu fe” La colaboración con la Providencia: 301-308. 1029. 1053. 2683 Orar constantemente: 2742-2745 XXI Fe que es gracia Is 22,19-23: Elección de Eliacín Rm 11,33-36: “Él es origen, guía y meta” Mt 16,13-20: “Tú eres Pedro...” Pedro y sus sucesores: 881s Espíritu filial y obediencia en la Iglesia: 2040 y 891s XXII “Poca fe” Jer 20,7-9: La cruz del profeta Rm 12,1-2: “Ofreceos como sacrificio” Mt 16,21-27: “El que quiera venirse conmigo que se niegue a sí mismo” La vocación de los bautizados a la perfección pascual: 2012-2015 Los consejos evangélicos: 1973s XXIII El perdón del pecado Ez 33,7-9: La denuncia profética Rm 13,8-10: “La plenitud de la ley es el amor” Mt 18,15-20: La conversión y el perdón de Dios Los nombres del sacramento de la penitencia: 1423s La conversión del corazón: 1425-1429 XXIV El perdón al prójimo Eco 27,33-28,9: Perdona y se te perdonará Rm 14, 7-9: “En la vida y en la muerte somos del Señor” Mt 18,21-35: Perdona siempre y se te perdonará “Perdona nuestras ofensas...”: 2838-2845 XXV Parábola del Reino Is 55,6-9: “Mis planes no son vuestros planes” Flp 1,20-24.27: “Para mi la vida es Cristo” Mt 20,1-16: Parábola de los contratados Llamada universal al Reino: 543-546 y al cumplimiento de la Ley Nueva: 1724 XXVI Parábola del Reino Ez 8,25-28: El proceder del Señor es justo Flp 2,1-11: “Tened los sentimientos de Cristo” Mt 21,28-32: Parábola de los dos hijos Llamada al Reino por las parábolas: 546 y por el Decálogo según el NT: 2056-2074 XXVII Parábola del Reino Is 55,1-7: “La viña es la casa del Señor” Flp 4, 6-9: “El Dios de la paz estará con vosotros” Mt 22,1-14: “Arrendará la viña a otros leñadores” Los autores de la Pasión de Cristo: 597s El Reino, la Resurrección y la Iglesia: 542 y 756 La comunión con los misterios de Cristo y la “vida nueva”: 519-521. 1691-1696 XXVIII Parábola del Reino Is 25, 6-9: “El Señor preparará un banquete” Flp 4,12-14.19-20: “Todo lo puedo en Cristo” Mt 22,1-14: Convidad a todos a la boda El cielo: 1023-1029 El juicio particular y el universal: 1021s. 1038-1041 Los cielos nuevos y la nueva tierra: 1042-1050 XXIX Consigna para la Iglesia Is 45,1.4-6: La Providencia sobre las naciones Ts 1,1-5b: “Recordamos vuestra fe” Mt 22,15-21: “Al César lo que es del César...” Las autoridades en la sociedad: 2234-2243 La comunidad política y la Iglesia: 2244-2246. 899 XXX Consigna para la Iglesia Ex 22, 21-27: Preceptos del Señor Ts 1,5c-10: “Abandonar los ídolos y esperar al Señor” Mt 22,34-40: “Amarás al Señor tu Dios” Amor-mandamientos: 1822-1829. 2052-2074 XXXI Consigna para la Iglesia Ml 1,14b-2,2b.8-10: Os apartasteis del camino” 1Ts 2,7b-9.13: La entrega del Evangelio y de uno mismo Mt 23,1-12: “No hacen lo que dicen” La jerarquía: 874-879. 1546-1571 Los laicos: 783-786. 871-873. 897-913 XXXII La segunda venida Sb 6,13-17: La búsqueda de la Sabiduría 1Ts 4,12-17: “A los que han muerto en Jesús, Dios los llevará con Él” Mt 25,1-13: “Llega el Esposo, salid a recibirlo” Volverá el Señor: 668-679. “Vigilad y orad: 2612. 2849 y 2699 XXXIII La segunda venida Pr 31,10-13.19-20.30-31: El trabajo humano 1Ts 5,1-6: “El Día del Señor llegará” Mt 25,14-30: Parábola de los talentos Juzgará a los vivos y a los muertos: 678s El camino a la vida: 1696 El avance del juicio en el tribunal del sacramento de la penitencia: 1470 XXXIV La segunda venida y Cristo Rey Ez 34,11-12: El juicio del Señor 1Co 15,20-26a.28: “Por Cristo todos volverán a la vida” Mt 25,31-46: Cristo Rey y el juicio final “Cristo reina ya mediante la Iglesia”: 668-679 “El amor a los pobres”: 2443-2449 SOLEMNIDADES DURANTE EL TIEMPO ORDINARIO Domingo y solemnidades Lecturas Catecismo de la Iglesia Católica SAN PEDRO Y SAN PABLO Apóstoles de Cristo, columnas de la Iglesia, testigos de la fe Hch 12, 1-11: “El Señor me ha librado de las manos de Herodes” 2Tm 4,6-8.17-18: “Me aguarda la corona merecida” Mt 16, 13-19: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” Pedro, piedra de la Iglesia: 881 El Papa, principio de unidad: 882 El Papa, Maestro Infalible: 891 SANTIAGO APÓSTOL Servidor de la Palabra, testigo del Reino Hch 4,33.5.12.27b-33: “Hizo decapitar a Santiago” 2Co 4,7-15: “Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús” Mt 20,20-28: “Mi cáliz lo beberé” La predicación apostólica: 75-76 La Iglesia es apostólica: 857-860 ASUNCIÓN DE LA VIRGEN (Vigilia) Elevada al cielo, reinas con Cristo 1Co 15,3-4.15-16;16,1-2: “Metieron el Arca de Dios en la tienda” 1Co 15,54-57: “Nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo” Lc 11, 27-28: “!Dichoso el vientre que te llevó!” Nuestra Madre por la gracia: 967-968 ASUNCIÓN DE LA VIRGEN (Solemnidad) Te llamarán bienaventurada todas las generaciones Apoc 11,19a; 12,1-6a.10b: “Una Mujer vestida del sol” 1Co 15,20-26: “Primero Cristo, luego todos los cristianos” Lc 1, 39-56: “El Poderoso ha hecho bras grandes por mí” María, imagen de la Iglesia: 972 Esperanza en los cielos nuevos: 1042-1043 TODOS LOS SANTOS Bienaventurado quien sigue al Señor Ap 7,2-4.9-14: “Vi una muchedumbre que nadie podía contar” 1Jn 3,1-3: “Veremos a Dios tal cual es” Mt 5,1-12a: “Vuestra recompensa será grande en el cielo” La Iglesia es santa: 823-825 La comunión de los santos: 946-947 La santidad cristiana: 2013 DOMINGO II ORDINARIO (inicio) “Llamados a ser testigos de Cristo Salvador” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 49,5-6: “Te hago luz de las naciones para que seas mi salvación” * Sal 39,2.4ab.7-8a.8b-9.10: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad” * 1Co 1,1-3: “Gracias y paz os dé Dios nuestro Padre, y Jesucristo, nuestro Señor” * Jn 1,29-34: “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El Bautista manifiesta que Jesucristo preexiste, que es el Hijo de Dios, el Ungido por el Espíritu, el que bautiza con el Espíritu. Proclama, sobre todo, que es “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, clara alusión a la Pasión (4.o Poema del Siervo de Yavé: Is 52,4). * El Siervo de Yavé, al que Dios hace luz de las naciones para salvarlas, (1.a Lect.) es Jesucristo. * La Iglesia se dirige hoy “a los santificados en Cristo-Jesús, llamados a ser santos”. (2.a Lect.) y nos invita a predicar, como S. Pablo, a Jesucristo y éste crucificado, que salva al hombre liberándolo del pecado. III. SITUACIÓN HUMANA * Para anunciarle a Jesucristo al hombre de nuestros días, a quien nada dicen ni las verdades abstractas ni los sucedáneos que puedan acompañar a la vida, han de estudiarse muy a fondo las necesidades y espectativas, los ideales y carencias de esta sociedad y las exigencias de nuestro mundo. * En medio de este mundo, los cristianos hemos de presentarnos limpios de pecado, llenos de Espíritu, servidores humildes de todos, para que la salvación alcance hasta el confín de la tierra. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ La Iglesia, comunión con Jesús. La Iglesia es el sacramento de Jesucristo, por la comunicación de su Espíritu a los hombres reunidos de todos los pueblos, los constituye místicamente en su Cuerpo: “A ellos les dio parte en su misión, en su alegría y en sus sufrimientos. Jesús habla de una comunión todavía más íntima entre Él y los que le sigan: ``Permaneced en mí como yo en vosotros... Yo soy la vid y vosotros los sarmientos''. Anuncia una comunión misteriosa y real entre su propio cuerpo y el nuestro: ``Quien come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él'' (Jn 6,56)” (789; cf 798). * La respuesta _ Cristo, Cabeza del Cuerpo de la Iglesia: “Él nos une a su Pascua: Todos los miembros tienen que esforzarse en asemejarse a él ``hasta que Cristo esté formado en ellos'' ``Por eso somos integrados en los misterios de su vida... nos unimos a sus sufrimientos como el cuerpo a su cabeza. Sufrimos con él para ser glorificados con él'' (LG 7)” (793). _ Él provee a nuestro crecimiento: “Para hacernos crecer hacia Él, nuestra Cabeza, Cristo distribuye los bienes y servicios...”: 794. * El testimonio cristiano _ “``Ay de mí si no anuncio el Evangelio'' Para esto me ha enviado el mismo Cristo. Debo predicar su nombre. Jesucristo es el Mesías, el Hijo de Dios vivo.... Él como nosotros y más que nosotros fue pequeño, pobre, humillado, sujeto al trabajo, oprimido, paciente... Él instituyó el nuevo Reino en el que los pobres son bienaventurados, en el que la paz es el principio de la convivencia, en el que los limpios de corazón y los que lloran son ensalzados y consolados, en el que los que tienen hambre y sed de justicia son saciados, en el que todos somos hermanos” (Pablo VI, Homilía en Manila, 29.10.70). En comunión con la Iglesia, abrazados a la Cruz de Cristo y haciéndonos entender por el mundo de hoy, hemos de proclamar, como el Bautista, que Jesucristo es el Salvador. DOMINGO III ORDINARIO (inicio) “Convertíos para ser libres” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 9,1-14: “En la Galilea de los gentiles el pueblo vio una luz grande” * Sal 26,1-4,13-14: “El Señor es mi luz y mi salvación” * 1Co 1,10-13,17: “Poneos de acuerdo y no andéis divididos” * Mt 4,12-23: “Vino a Cafarnaún para que se cumpliese lo que había dicho el profeta Isaías” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * En Jesucristo se cumple el anuncio de Isaías: “Es la luz que ilumina las tinieblas y libera a los que habitan en sombras de muerte” (1.a Lect. y Ev.). * En la “Galilea de los gentiles” llama a los pecadores y los incorpora a su intimidad y a su misión, que es iluminar y liberar proclamando el Evangelio del Reino. Enseñando y curando las enfermedades, Jesucristo realiza la acción iluminadora y liberadora. * Solamente exige una condición: “Convertíos, porque está cerca el Reino de los cielos” (Ev.). * “Convertíos”, predica también el apóstol Pablo para evitar las divisiones y las discordias para unirse en un mismo pensar y sentir; para abrazarse con la cruz y predicar la Buena Noticia de la salvación que por ella nos vino. III. SITUACIÓN HUMANA * La cultura cristiana, fundamento de Occidente, cuenta hoy para poca gente. La sociedad moderna presenta una peligrosa división social, una enorme distancia entre grupos en desarrollo, bienestar, etc. * Trabajar por una conversión de todos al amor a fin de transformar las actuales estructuras y lograr una sociedad más justa, es construir hoy el Reino de Dios. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Jesús llama a la conversión: “Esta llamada es una parte esencial del anuncio del Reino: ``El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva''. En la predicación de la Iglesia esta llamada se dirige primeramente a los que no conocen todavía a Cristo y su Evangelio” (1427). _ La conversión es el camino para la liberación: “La primera obra de la gracia del Espíritu Santo es la conversión, que obra la justificación según el anuncio de Jesús al comienzo del Evangelio: ``Convertíos, porque el Reino de los cielos está cerca''. Movido por la gracia, el hombre se vuelve a Dios y se aparta del pecado, acogiendo así el perdón y la justicia de lo alto” (1989). * La respuesta _ Libertad y responsabilidad: “La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo. La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza” (1731). _ El hombre, responsable de sus actos: “La libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida en que éstos son voluntarios. El progreso en la virtud, el conocimiento del bien, y la ascesis acrecientan el dominio de la voluntad sobre los propios actos” (1734). * El testimonio cristiano _ “El que asciende no deja nunca de ir de comienzo en comienzo mediante comienzos que no tienen fin. Jamás el que asciende deja de desear lo que ya conoce” (San Gregorio de Nisa, hom. in Cant. 8). Convertíos de corazón a Jesucristo. Él es la base de nuestra libertad. Hay que predicarla en un mundo desunido por falta de amor, y trabajar por transformar las estructuras sociales. DOMINGO IV ORDINARIO (inicio) “Cristo llama bienaventurados a los que el mundo desprecia” I. LA PALABRA DE DIOS * So 2,3;3,12-13: “Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde” * Sal 145,7-8.9-10: “Dichosos los pobres de espíritu...” * 1Co 1,1-12: “Dios ha escogido lo débil del mundo” * Mt 5,1-12: “Dichosos los pobres de espíritu” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Como Moisés en el Sinaí, Cristo en la montaña proclama el Código de la Nueva Alianza. * El Maestro que proclama las Bienaventuranzas, las ha realizado perfectamente en su vida. Son el resumen del Evangelio y de la vida misma de Jesús. Todas se reducen a la pobreza por la que uno sale de sí mismo para entregarse plenamente a Dios y a los demás. * Esa pobreza es la característica de la Antigua Alianza en la que Dios realiza su designio a través “de un pueblo pobre y humilde” (1.a Lect.). Es también la característica de la Iglesia en la que no hay muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas porque Dios ha escogido lo necio y lo débil del mundo (2.a Lect.). III. SITUACIÓN HUMANA * La tendencia del hombre es a absolutizar valores que son por sí mismos relativos. Y no es que primero los destaque y luego los use, sino que, al hacer imprescindible su uso, los absolutiza. * El pobre del Evangelio no es el inútil que, por no usar nada, desprecia todo. Es el que no pone nada por encima de Dios. Es el que espera a ver qué dice Dios acerca de algún valor para aceptarlo. Sabe que los valores que Cristo ha proclamado, son antes conducta del propio Cristo. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Las Bienaventuranzas: “Las bienaventuranzas están en el centro de la predicación de Jesús. Con ellas Jesús recoge las promesas hechas al pueblo elegido desde Abraham; pero las perfecciona ordenándolas no sólo a la posesión de una tierra, sino al Reino de los cielos...” (1716). _ Los que esperan de Dios la justicia: “El Pueblo de los ``pobres'', los humildes y los mansos, totalmente entregados a los designios misteriosos de Dios, los que esperan la justicia, no de los hombres sino del Mesías, todo esto es, finalmente, la gran obra de la Misión escondida del Espíritu Santo durante el tiempo de las promesas para preparar la venida de Cristo. Esta es la calidad de corazón del Pueblo, purificado e iluminado por el Espíritu, que se expresa en los Salmos. En estos pobres, el Espíritu prepara para el Señor ``un pueblo bien dispuesto''” (716). * La respuesta _ “La bienaventuranza prometida nos coloca ante opciones morales decisivas. Nos invita a purificar nuestro corazón de sus malvados instintos y a buscar el amor de Dios por encima de todo. Nos enseña que la verdadera dicha no reside ni en la riqueza o el bienestar, ni en la gloria humana o el poder, ni en ninguna obra humana, por útil que sea, como las ciencias, las técnicas, las artes, ni en ninguna criatura, sino sólo en Dios, fuente de todo bien y de todo amor” (1723). * El testimonio cristiano _ “``Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios''. Ciertamente, según su grandeza y su inexpresable gloria, ``nadie verá a Dios y seguirá viviendo'', porque el Padre es inasequible; pero su amor, su bondad hacia los hombres y su omnipotencia llegan hasta conceder a los que lo aman el privilegio de ver a Dios... porque lo que es imposible para los hombres es posible para Dios (San Ireneo, haer.4,20,5)” (1722). Las Bienaventuranzas nos conducen a reconocer nuestra insuficiencia, a identificarnos con Jesucristo, a construir un mundo nuevo con los valores del Reino y a conseguir la bienaventuranza de Dios. DOMINGO V ORDINARIO (inicio) “A todos ha de llegar la luz de Cristo para que todos den gloria al Padre” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 58,7-10: “Entonces nacerá tu luz como la aurora” * Sal 111,4-5.6-7.8-9: “El justo brilla en la tiniebla como una luz” * 1Co 2,1-5: “Os he anunciado a Cristo crucificado” * Mt 5,3-16: “Vosotros sois la luz del mundo” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El camino de los hombres para encontrarse con Dios y glorificarlo es el de las obras buenas de los discípulos de Jesús. Las obras buenas descubren a Dios como “amor”. Los discípulos de Jesús son para sus hermanos los hombres y para la tierra y el mundo luz y sal cuando, mediante las buenas obras, visibilizan y comunican el amor de Jesucristo (Ev.). * Esas buenas obras son: “parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que va desnudo”....Con ellas “romperá tu luz como la aurora, y detrás irá la gloria del Señor”. * San Pablo sufrió mucho y pasó “una gran aflicción” por la Iglesia de Corinto. Se presentó ante ella “débil y temeroso” “sin querer saber cosa alguna sino a Jesucristo y este crucificado” (2.a Lect.). * La cruz es la gran obra del amor. III. SITUACIÓN HUMANA * Ni el poder, ni la inteligencia, ni las riquezas son por sí mismas transformadoras de nada. Quien tenga algo de esto, sí, siempre que lo tome como un servicio al bien común y no en provecho propio. * Ser luz y sal es saber que nadie hay inútil, si sabe poner lo que tiene a disposición de todos. * Todos estamos saturados de palabras, de organizaciones, de reuniones. El alma de todo son las armas de la luz, que son: “la bondad, la justicia, la verdad”. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El Pueblo de Dios, sal de la tierra y luz del mundo: “Su misión (la del Pueblo de Dios) es ser la sal de la tierra y la luz del mundo. ``Es un germen muy seguro de unidad, de esperanza y de salvación para todo el género humano''” (782). _ La luz del mundo significada en el Bautismo: “La vestidura blanca simboliza que el bautizado se ha ``revestido de Cristo''; ha resucitado con Cristo. El cirio que se enciende en el cirio pascual significa que Cristo ha iluminado al neófito. En Cristo, los bautizados son ``la luz del mundo''” (1243). * La respuesta _ La fidelidad de los bautizados, fundamento de la evangelización: “La fidelidad de los bautizados es una condición primordial para el anuncio del Evangelio y para la misión de la Iglesia en el mundo. Para manifestar ante los hombres su fuerza de verdad y de irradiación, el mensaje de la salvación debe ser autentificado por el testimonio de vida de los cristianos. ``El mismo testimonio de vida cristiana y las obras buenas realizadas con espíritu sobrenatural son eficaces para atraer a los hombres a la fe y a Dios'' (AA 6)” (2044). _ “Todos los fieles cristianos, dondequiera que vivan, están obligados a manifestar con el ejemplo de su vida y el testimonio de su palabra al hombre nuevo de que se revistieron por el bautismo y la fuerza del Espíritu Santo que les ha fortalecido con la confirmación (AG 11)” (2472). * El testimonio cristiano _ “Por la comunión con él, el Espíritu Santo nos hace espirituales, nos restablece en el Paraíso, nos lleva al Reino de los Cielos y a la adopción filial, nos da la confianza de llamar a Dios Padre y de participar en la gracia de Cristo, de ser llamado hijo de la luz y de tener parte en la gloria eterna (San Basilio, Spir. 15, 36)” (736). Si te dejas iluminar por Cristo serás cristiano. Si por ti llega a otros su luz, serás testigo. DOMINGO VI ORDINARIO (inicio) “Los mandamientos, expresión de amor y senda de libertad” I. LA PALABRA DE DIOS * Ecclo 15,16-21: “No mandó pecar al hombre” * Sal 118,1-2.4-5.17-18.33-34: “Dichosos los que caminan en la voluntad del Señor” * 1Co 2,6-10: “Dios predestinó la sabiduría de los siglos para nuestra gloria” * Mt 5,17-37: “Se dijo a los antiguos, pero yo os digo” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Los mandamientos son la manifestación del amor de Dios que señala a sus hijos lo bueno y lo malo, para que nadie elija la muerte sino la vida. Jesucristo los ha cumplido y llevado a plenitud y les ha dado una nueva perfección (Ev.). * El discípulo de Cristo encuentra el equilibrio justo entre ley y libertad en la “sabiduría que no es de este mundo”, sino que “es divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria”, que Dios nos ha revelado por el Espíritu (2.a Lect.). * El hombre es libre; los ojos de Dios ven las acciones y conoce todas las obras del hombre (1.a Lect.), respeta la libertad del hombre, pero “es prudencia cumplir su voluntad”. III. SITUACIÓN HUMANA * Nuestra cultura, agnóstica y laicista, prescinde de los mandamientos y ha borrado la frontera entre el bien y el mal, haciéndola depender de los que el hombre arbitrariamente decide. * Algunos cristianos ven el Decálogo como retrógrado y represivo. Es que no han entendido la ley cristiana. Porque cuando se la entiende, se la descubre como lo que verdaderamente es: fuente de libertad. * La nueva historia se ha construir sobre la verdad, la que hace al hombre libre con la libertad con la que Cristo nos ha liberado. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Los Mandamientos, signos de la Alianza con el pueblo: “El don de los mandamientos de la ley forma parte de la Alianza sellada por Dios con los suyos. Según el libro del Éxodo, la revelación de las ``diez palabras'' es concedida entre la proposición de la Alianza y su ratificación, después que el pueblo se comprometió a ``hacer'' todo lo que el Señor había dicho y a ``obedecerlo''. El Decálogo no es transmitido sino tras el recuerdo de la Alianza (``el Señor, nuestro Dios, estableció con nosotros una alianza en Horeb'')” (2060). _ El Decálogo, revelación de Dios mismo: “Las ``diez palabras'' son pronunciadas por Dios dentro de una teofanía (``el Señor os habló cara a cara en la montaña, en medio del fuego''). Pertenecen a la revelación que Dios hace de sí mismo y de su gloria. El don de los mandamientos es don de Dios y de su santa voluntad. Dando a conocer su voluntad, Dios se revela a su pueblo” (2059; cf 2052-2070). * La respuesta _ Adecuación entre conciencia personal y ley moral: “La conciencia de cada cual en su juicio moral sobre sus actos personales, debe evitar encerrarse en una consideración individual. Con mayor empeño debe abrirse a la consideración del bien de todos según se expresa en la ley moral, natural y revelada, y consiguientemente en la ley de la Iglesia y en la enseñanza autorizada del Magisterio sobre las cuestiones morales. No se ha de oponer la conciencia personal y la razón a la ley moral o al Magisterio de la Iglesia” (2039). * El testimonio cristiano _ “El Señor prescribió el amor a Dios y enseñó la justicia para con el prójimo a fin de que el hombre no fuese ni injusto ni indigno de Dios. Así, por el Decálogo, Dios preparaba al hombre para ser su amigo y tener un solo corazón con su prójimo... Las palabras del Decálogo persisten también entre nosotros (cristianos) (S. Ireneo, haer. 4, 16,3-4)” (2063). El Decálogo es un don divino que manifiesta el amor de Dios y traza el camino de la libertad, del bien y de la felicidad. DOMINGO VII ORDINARIO (inicio) “Dios es amor y quien permanece en el amor permanece en Dios” I. LA PALABRA DE DIOS * Lv 19,1-2.17-18: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” * Sal 102,1-2.3-4,8 y 10.12-13: “El Señor es compasivo y misericordioso” * 1Co 3,16-23: “Todo es vuestro, vosotros de Cristo, Cristo de Dios” * Mt 5,38-48: “Amad a vuestros enemigos” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Ya en la antigua ley, la santidad de Dios se refleja mediante las actitudes con el prójimo, que han de ser no de odio ni rencor, ni de venganza, sino de amor. Eran actitudes sobre las que se apoyaba la normativa de la vida civil de Israel más quizá que en decisiones relacionadas directamente con Dios. El autor les da valor teológico (1.a Lect.). * En el Sermón de la Montaña, Jesucristo ofrece una dimensión más completa y perfecta del amor. Ha de extenderse a todos, incluso a “nuestros enemigos, a los que os aborrecen, a los que os persiguen y calumnian”. Rechaza la concepción utilitaria del amor; contrapone a ella la condición de hijos de Dios, porque estos no sólo no han de responder al mal con el mal, sino que deben hacer positivamente el bien a quien les haya hecho el mal. El amor del discípulo de Jesús a los hombres no tiene fronteras. Debe parecerse al amor de Dios (Ev.). III. SITUACIÓN HUMANA * Nuestra sociedad se siente herida por el odio, la violencia y el rechazo de unos por otros. Aceptamos al otro porque nos conviene, o no, sin otro criterio. * Cuando el amor de Dios busca asentarse en el hombre no encuentra el terreno precisamente abonado. Para que quepa el amor de Dios, hay que desmontar del corazón del hombre todo lo que se le opone. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El amor de Cristo, escuela del amor cristiano: “Cristo murió por nosotros cuando éramos todavía enemigos. El Señor nos pide que amemos como El hasta a nuestros enemigos; que nos hagamos prójimos del más lejano, que amemos a los niños y a los pobres como a Él mismo” (1825; cf 1822-1829). * La respuesta _ Respetar al prójimo como a uno mismo: “El respeto a la persona humana pasa por el respeto del principio: ``Que cada uno, sin ninguna excepción, debe considerar al prójimo como `otro yo', cuidando en primer lugar de su vida y de los medios necesarios para vivirla dignamente''. Ninguna legislación podráía por sí misma hacer desaparecer los temores, los prejuicios, las actitudes de soberbia, de egoísmo que obstaculizan el establecimiento de sociedades verdaderamente fraternas. Estos comportamientos sólo cesan con la caridad que ve en cada hombre un ``prójimo'', un hermano” (1931; cf 2844). _ Distinguir el mal de quien lo hace: “Este mismo deber se extiende a los que piensan y actúan diversamente de nosotros. La enseñanza de Cristo exige incluso el perdón de las ofensas. Extiende el mandamiento del amor que es el de la nueva ley a todos los enemigos. La liberación en el espíritu del Evangelio es incompatible con el odio al enemigo en cuanto persona, pero no con el odio al mal que hace en cuanto enemigo” (1933). * El testimonio cristiano _ “O nos apartamos del mal por temor del castigo y estamos en la disposición del esclavo, o buscamos el incentivo de la recompensa y nos parecemos a mercenarios, o finalmente obedecemos por el bien mismo del amor del que manda... y entonces estamos en la disposición de hijos (S.Basilio, reg. fus. prol. 3)” (1828). El amor a nuestros enemigos nos asemeja a Dios-Amor y a Jesucristo que murió perdonando a los que le crucificaron; y nos hace instrumentos de su paz. DOMINGO VIII ORDINARIO (inicio) “Los que buscan el Reino de Dios no olvidan las añadiduras, pero no viven de ellas” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 49,14-15: “Yo no te olvidaré” * Sal 61,2-3.6-7.8-9: “Descansa sólo en Dios, alma mía” * 1Cor 4,1-5: “El Señor manifestará los designios del corazón” * Mt 6,24-34: “No os angustiéis por el mañana” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El texto de Isaías nos invita a descubrir, a través de las imágenes de las “aves del cielo y los lirios del campo”, la ternura del amor de Dios, que tiene el signo más acabado en el amor de la madre a su hijo. * Preocuparse en exceso por lo material hasta inquietarse y perder el sosiego puede apartarnos de Dios. Jesucristo no rechaza el trabajo y el esfuerzo personal para realizarse y mejorar la vida social; no invita al desinterés y a la despreocupación, sino que orienta sobre el equilibrio de lo material y lo trascendente, pero dejando bien sentado que el Reino de Dios tiene valor absoluto (Ev.). III. SITUACIÓN HUMANA * Nuestra cultura ha eliminado cualquier valor trascendente y exagera todo lo material y terreno. Se antepone el “tener” al “ser”. Hoy se ofrecen al hombre de nuestro tiempo nuevos ídolos, que hacen que Dios quede arrinconado. * El reto que se nos presenta es el de comprobar si nuestra vida está debidamente equilibrada, reconciliada con todos los valores que el progreso pone a nuestro alcance, pero siempre que estén subordinados a los “bienes de arriba” y al amor de Dios. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El Padre cuida providencialmente de sus hijos: “Jesús pide un abandono filial en la providencia del Padre celestial que cuida de las más pequeñas necesidades de sus hijos: ``No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿qué vamos a comer?; ¿qué vamos a beber?...Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura''” (305). _ Dios realiza sus designios: “La creación tiene su bondad y su perfección propias, pero no salió plenamente acabada de las manos del Creador. Fue creada ``en estado de vía'' (``in statu viae'') hacia una perfección última todavía por alcanzar, a la que Dios la destinó. Llamamos divina providencia a las disposiciones por las que Dios conduce la obra de su creación hacia esa perfección: Dios guarda y gobierna por su Providencia todo lo que creó, ``alcanzando con fuerza de un extremo a otro del mundo y disponiéndolo todo con dulzura''. Porque ``todo está desnudo y patente a sus ojos'', incluso lo que la acción libre de las criaturas producirá (C. Vaticano I)” (302). * La respuesta _ La Providencia hace que pongamos la confianza en Dios: “El Señor se lamenta de los ricos porque encuentran su consuelo en la abundancia de bienes. El orgulloso busca el poder terreno, mientras el pobre en espíritu busca el Reino de los Cielos” (S. Agustín, serm. Dom 1,3). * El testimonio cristiano _ Confiar en Dios en cualquier circunstancia: “Es confiar en todas las circunstancias, incluso en la adversidad. Una oración de Santa Teresa de Jesús lo expresa admirablemente: ``Nada te turbe/ Nada te espante todo se pasa/ Dios no se muda la paciencia todo lo alcanza/ quien a Dios tiene nada le falta/ Sólo Dios basta (Poes. 30)''” (227). La fe exige anteponer a todo el Reino de Dios y sus valores, y subordinar al Reino cualquier otro valor. DOMINGO IX ORDINARIO (inicio) “Creyente puede ser quien sólo cree; cristiano, quien cree y vive lo creído” I. LA PALABRA DE DIOS * Dt 11,18.26-28: “Mirad, os pongo delante bendición y maldición” * Sal 30,2-3.3-4.17 y 25: “Sé la roca de mi refugio, Señor” * Rm 3,21-25.28: “El hombre es justificado por la fe, sin las obras de la ley” * Mt 7, 21-27: “La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena”. II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * “Meteos mis palabras en el corazón” (1.a Lect.). Se desprende del contexto que lo que se quiere decir es: “Escuchad la Palabra y hacedla amor y vida”. * Hombre sabio es el que escucha las palabras y las pone en práctica: edifica sobre roca. El que escucha las palabras y no las pone en práctica, es un necio que edifica sobre arena. Este se limita a decir: “Señor, Señor...” Aquél, además, “hace la voluntad del Padre”. Este último se salva; aquél no. * Las expresiones de San Pablo “por la fe en Jesucristo viene la justicia de Dios a todos los que creen”; “el hombre es justificado por la fe” (2.a Lect.) enseñan que la fe, es decir, la adhesión y conformidad con Jesús en su entrega a la voluntad del Padre es la que únicamente justifica. La santidad es la respuesta a la fe. III. SITUACIÓN HUMANA * No son los teólogos, ni los predicadores, ni los grandes organizadores, ni los cristianos rutinarios “de toda la vida”, los que cambiarán el mundo; serán los santos. * La vida misma del hombre avala la eficacia del obrar por encima del decir. Al hombre que actúa y lo hace de acuerdo con su pensar, se le admira, incluso sin compartir sus ideas. Al que cifra su vida en grandes palabras, solemnes discursos y nulas acciones, al principio se le escucha; poco después, ni eso. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El nombre de Dios, signo de fidelidad al hombre: “En el transcurso de los siglos, la fe de Israel pudo desarrollar y profundizar las riquezas contenidas en la revelación del Nombre divino. Dios es único: fuera de Él no hay dioses. Dios trasciende el mundo y la historia. Él es quien ha hecho el cielo y la tierra: ``Ellos perecen, mas tú quedas, todos ellos como la ropa se desgastan... pero tú siempre el mismo, no tienen fin tus años''. En él ``no hay cambios ni sombras de rotaciones''. Él es ``Él que es'', desde siempre y para siempre y por eso permanece siempre fiel a sí mismo y a sus promesas” (212; cf 213-224). * La respuesta _ La Ley nueva o ley evangélica: “La ley evangélica entraña la elección decisiva entre ``los dos caminos'' y la práctica de las palabras del Señor; está resumida en la regla de oro: ``Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros; porque esta es la Ley y los profetas''(Mt 7,12). Toda ley evangélica está contenida en el mandamiento de Jesús: amarnos los unos a los otros como él nos ha amado” (1970). _ La ley evangélica lleva a plenitud los mandamientos: 1970; cf 1965. 1966. 1967. * El testimonio cristiano _ “Toda la pretensión de quien comienza oración (y no se olvide esto, que importa mucho), ha de ser trabajar y determinarse y disponerse, con cuantas diligencias pueda a hacer su voluntad conformar con la de Dios; estad muy ciertas que en esto consiste toda la mayor perfección que se puede alcanzar en el camino espiritual” (Santa Teresa de Jesús, Mor. II.). _ “El que quiera meditar con piedad y perspicacia el Sermón que nuestro Señor pronunció en la montaña, según lo leemos en el Evangelio de San Mateo, encontrará en él sin duda alguna la carta perfecta de la vida cristiana...Este Sermón contiene todos los preceptos propios para guiar la vida cristiana (S. Agustín, serm. Dom. 1,I)” (1966). El verdadero discípulo de Jesús une su sí a Dios, al sí de Jesús a su Padre. DOMINGO X ORDINARIO (inicio) “Marginados o pecadores, todos tenemos sitio junto a Jesucristo” I. LA PALABRA DE DIOS * Os 6,3-6: “Quiero misericordia y no sacrificios” * Sal 49,1 y 8.12-13.14-15: “Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios” * Rm 4,18-15: “Fue confortado en la fe y en la gloria dada a Dios” * Mt 9,9-13: “No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * A Dios no le agrada un acto meramente cultual si no se da un verdadero acercamiento a Él por el amor. “Misericordia quiero y no sacrificios; conocimiento de Dios más que holocaustos” (1.a Lect.). * Jesucristo confirma la misma llamada a la conversión y a la misericordia. Busca a los marginados, “publicanos y pecadores”, come con ellos, invita a algunos a seguirle para incorporarlos al grupo de los íntimos, con el consiguiente escándalo de los que se tenían por justos. Los defiende, y proclama, además, que Él “no ha venido a llamar a los justos sino a los pecadores” y a dedicarse a la misericordia, al amor que libera a los oprimidos por el mal. III. SITUACIÓN HUMANA * Aunque crece la sensibilidad ante los marginados, drogadictos, enfermos de SIDA, los gitanos, continúan, sin embargo, las bolsas de pobreza en nuestras grandes ciudades. Constituyen una apremiante llamada a todos los hombres de buena voluntad y una magnífica ocasión para los creyentes de poner en práctica la solidaridad cristiana. * No podemos, sin embargo, dejar de aplaudir fervorosamente a esas organizaciones que se ocupan de acudir allí donde las necesidades de cualquier tipo se convierten en llamamiento para muchas conciencias. Nadie se puede detener a fijarse quién hace el bien. Cuando alguien sale beneficiado por la ayuda de otro, la bondad de Dios está allí. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El respeto a la persona deriva de su dignidad: “El respeto de la persona implica el de los derechos que se derivan de su dignidad de criatura. Estos derechos son anteriores a la sociedad y se imponen a ella. Fundan la legitimidad moral de toda autoridad; menospreciándolos o negándose a reconocerlos en su legislación positiva, una sociedad mina su propia legitimidad moral. Sin este respeto, una autoridad sólo puede apoyarse en la fuerza o en la violencia para obtener la obediencia de sus súbditos. Corresponde a la Iglesia recordar estos derechos a los hombres de buena voluntad y distinguirlos de reivindicaciones abusivas o falsas” (1930; cf 1932. 1938). * La respuesta _ La solidaridad, exigencia de la fraternidad: “El principio de solidaridad, expresado también con el nombre de ``amistad'' o ``caridad social'', es una exigencia directa de la fraternidad humana y cristiana” (1939). _ “Los problemas socio-económicos sólo pueden ser resueltos con la ayuda de todas las formas de solidaridad: solidaridad de los pobres entre sí, de los ricos y los pobres, de los trabajadores entre sí, de los empresarios y los empleados, solidaridad entre las naciones y entre los pueblos. La solidaridad internacional es una exigencia del orden moral. En buena medida, la paz del mundo depende de ella” (1941). * El testimonio cristiano _ “Desde hace dos mil años vive y persevera en el alma de la Iglesia ese sentimiento que ha impulsado e impulsa todavía a las almas hasta el heroísmo caritativo de los monjes agricultores, de los libertadores de esclavos, de los que atienden enfermos, de los mensajeros de fe, de civilización, de ciencia, a todas las generaciones y a todos los pueblos con el fin de crear condiciones sociales capaces de hacer posible a todos una vida digna del hombre y del cristiano (Pío XII, discurso de 1 de junio 1941)” (1942). Quiere el Señor que sus discípulos se solidaricen con los pobres, marginados y oprimidos haciendo misericordia con ellos. DOMINGO XI ORDINARIO (inicio) “Liberados, para ser liberadores” I. LA PALABRA DE DIOS * Ex 19,2-6: “Seréis para mí un reino y una nación santa” * Sal 99,2.3.5: “Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño” * Rm 5,6-11: “Si fuimos reconciliados con Dios con la muerte de su Hijo, con cuánta más razón seremos salvados por su vida”. * Mt 9,36-10,8: “Llamó a sus doce discípulos y los envió” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Dios libera de la esclavitud egipcia a los hijos de Israel para hacer de éstos su propiedad personal, “un reino de sacerdotes y una nación santa” para Él (1.a Lect.). * Jesucristo murió por amor para liberarnos y liberar a todos los hombres del pecado. Esta liberación estaba ya significada en la de Egipto y, como ésta, principio y camino de la futura salvación que se nos dará, si “nos gloriamos en nuestro Señor Jesucristo” (2.a Lect.). * Liberados por Jesucristo, estamos llamados a anunciar y a comunicar a todo hombre la misma libertad de los hijos de Dios. Cristo libera y llama a los ya liberados para que hagan a otros libres, sobre todo a los que “andan como ovejas sin pastor” (Ev.). III. SITUACIÓN HUMANA * Individual y socialmente, el hombre clama por su libertad. Sin embargo, el progreso ha propiciado nuevas esclavitudes, nuevas amenazas y nuevos temores. La injusta distribución de las riquezas ha generado inmensas muchedumbres privadas de los bienes esenciales para una vida digna y humana. No es culpa del progreso. Pero al hombre le ha preocupado más hacer crecer las cosas de su entorno que crecer él mismo. La deshumanización es obra del mismo hombre. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Liberación y salvación: “Por su cruz gloriosa, Cristo obtuvo la salvación para todos los hombres. Los rescató del pecado que los tenía sometidos a esclavitud. ``Para ser libres nos libertó Cristo''. En Él ``participamos de la verdad que nos hace libres''. El Espíritu Santo nos ha sido dado, y, como enseña el apóstol, ``donde está el Espíritu, allí está la libertad''. Ya desde ahora nos gloriamos de la ``libertad de los hijos de Dios''” (1741; cf 1739. 1740). * La respuesta _ Y líbranos del mal: “Al pedir ser liberados del Maligno, oramos igualmente para ser liberados de todos los males, presentes, pasados y futuros de los que él es autor o instigador. En esta última petición, la Iglesia presenta al Padre todas las desdichas del mundo. Con la liberación de todos los males que abruman a la humanidad, implora el don precioso de la paz y la gracia de la espera perseverante en el retorno de Cristo” (2854). _ La oración de la hora de Jesús: “Si en el Santo Nombre de Jesús nos ponemos a orar, podemos recibir en toda su hondura la oración que Él nos enseñó: ``Padre Nuestro''. La oración sacerdotal de Jesús inspira desde dentro las grandes peticiones del Padre Nuestro: la preocupación por el Nombre del Padre, el deseo de su Reino, el cumplimiento de la voluntad del Padre, de su Designio de salvación y la liberación del mal” (2750). * El testimonio cristiano _ “Todos nuestros pecados han sido borrados en el Bautismo, pero ¿acaso ha desaparecido la debilidad después de que la iniquidad ha sido destruída? Si aquella hubiera desaparecido, se viviría sin pecado en la tierra.....Mas, como nos ha quedado alguna debilidad, me atrevo a decir que, en la medida en que sirvamos a Dios, somos libres, mientras que en la medida en que sigamos la ley del pecado somos esclavos” (S. Agustín, In Ioh Ev. Tract.). Somos partícipes de la misión de Cristo para anunciar a todos los hombres la libertad de los hijos de Dios. DOMINGO XII ORDINARIO (inicio) “``No tengáis miedo'', dijo Jesús y repite el Papa” I. LA PALABRA DE DIOS * Jr 20,10-13: “Libró la vida del pobre de manos de los impíos” * Sal 68,8-10.14 y 17.33-35: “Que me escuche tu gran bondad, Señor” * Rm 5,12-15: “El don no se puede comparar con la caída” * Mt 10,26-33: “No tengáis miedo a los que pueden matar el cuerpo” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * En Jeremías, la audacia supera al temor. Pasa del “pavor en torno” a “el Señor está conmigo, mis enemigos tropezarán y no podráán conmigo” (1.a Lect.). * Gracias a un solo hombre, Jesucristo, “la benevolencia y el don de Dios desbordan sobre todos”. Merced a esa misericordia y don de Dios, la fuerza de Jesús está con los que creen en Él. * El discípulo de Jesús tiene que superar el miedo mediante la confianza porque: _ el Reino de Dios no es para guardarlo en el corazón, sino para anunciarlo y realizarlo; _ si sufre persecución, sus enemigos no podráán matar el alma, sino el cuerpo; _ Dios Padre cuida mucho más del hombre que de los pajarillos. * De tal modo ha de vencer el miedo que, si llega la ocasión, tiene que dar testimonio público de que su esfuerzo o valentía no son de él sino de Jesús. III. SITUACIÓN HUMANA * La sociedad humana, tantas veces hostil a principios irrenunciables para un cristiano, nos ofrece la oportunidad de defender gallardamente nuestra fe. No se trata de crearse enemigos ni de suscitar polémicas en vano para ejercer de héroes todos los días. Viviendo sencillamente nuestras verdades suscitaremos interrogantes en muchos, especialmente entre quienes creen estar muy seguros “de su propia verdad”. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ !Ánimo! Yo he vencido al mundo: “La fortaleza es la virtud moral que asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien. Reafirma la resolución de resistir a las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral. La virtud de la fortaleza hace capaz de vencer el temor, incluso hasta la muerte, y de hacer frente a las pruebas y a las persecuciones. Capacita para ir hasta la renuncia y el sacrificio de la propia vida por defender una causa justa. ``Mi fuerza y mi cántico es el Señor''. ``En el mundo tendraéis tribulación, pero !ánimo!, yo he vencido al mundo''” (1808). _ Dar testimonio de la verdad: “Ante Pilato, Cristo proclama que había ``venido al mundo a dar testimonio de la verdad''. El cristiano no debe ``avergonzarse de dar testimonio del Señor''. En las situaciones que exigen dar testimonio de la fe, el cristiano debe profesarla sin ambigüedad, a ejemplo de S. Pablo ante sus jueces. Debe guardar una ``conciencia limpia ante Dios y ante los hombres''” (2471). * La respuesta _ El cristiano, testigo del Evangelio: “Todos los fieles cristianos, dondequiera que vivan, están obligados a manifestar con el ejemplo de su vida y el testimonio de su palabra al hombre nuevo de que se revistieron por el bautismo y la fuerza del Espíritu Santo que les ha fortalecido con la confirmación (AG 11)” (2472). * El testimonio cristiano _ “No me servirá nada de los atractivos del mundo ni de los reinos de este siglo. Es mejor para mi morir (para unirme) a Cristo Jesús que reinar hasta los confines de la tierra. Es a Él a quien busco, a quien murió por nosotros. A Él quiero, al que resucitó por nosotros. Mi nacimiento se acerca... (S. Ignacio de Antioquía, Rom 6,12)” (2474). Estamos llamados a la valentía de Cristo, que vino al mundo para dar testimonio de la verdad. DOMINGO XIII ORDINARIO (inicio) “La radicalidad evangélica frente a la mediocridad” I. LA PALABRA DE DIOS * 2R 4,8-11.14-16: “Ese hombre de Dios es un santo, se quedará aquí” * Sal 88,2-3.16-17.18-19: “Cantaré eternamente las misericordias del Señor” * Rm 6,3-4.8-11: “Por el Bautismo fuimos sepultados con Él en la muerte para que andemos en una vida nueva” * Mt 10,37-42: “El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mi” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Gratuitamente, sin mérito alguno por nuestra parte, Dios nos ha hecho partícipes de su vida mediante el Bautismo por el que somos sepultados en la muerte con Cristo para caminar en la “vida nueva” como “muertos al pecado” (2.a Lect.). * La vida nueva ha de ser conducida por caminos nuevos. Por el “Camino” que es Jesucristo, de modo que nada ni nadie nos impida vivir en comunión con Él (ni familia, ni sufrimiento ni vida humana) y amar lo que Él ama (Ev.). * Dios visita al matrimonio de Sunam y, por medio de Eliseo, le concede el hijo que hasta entonces no habían logrado. Era el premio de la hospitalidad hacia el Profeta. Abrir la puerta al pobre es abrírsela a Dios, a su gracia, a la salvación (1.a Lect.). III. SITUACIÓN HUMANA * Los radicalismos no gozan de buena fama en nuestra sociedad. Casi siempre son identificados con la intransigencia y la intolerancia. El radicalismo cristiano, sin embargo, nada tiene que ver con todo eso. Es aceptar definitiva y plenamente el Evangelio, sin acomodaciones de conveniencia. Y ser siempre consciente de que hay más camino por recorrer, además del que se haya recorrido. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ La primera vocación del cristiano es seguir a Jesucristo: “... Es preciso convencerse de que la vocación primera del cristiano es seguir a Jesús. ``El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí''” (2232). _ Jesús, nuestro modelo: “Toda su vida, Jesús se muestra como nuestro modelo. Él es el hombre perfecto que nos invita a ser sus discípulos y a seguirle: con su anonadamiento, nos ha dado un ejemplo a imitar; con su oración atrae a la oración; con su pobreza a aceptar libremente la privación y las persecuciones” (520). * La respuesta _ Cristo, centro de toda vida cristiana: “Cristo es el centro de toda vida cristiana. El vínculo con Él ocupa el primer lugar entre todos los demás vínculos, familiares o sociales. Desde los comienzos de la Iglesia ha habido hombres y mujeres que han renunciado al gran bien del matrimonio para seguir al Cordero dondequiera que vaya, para ocuparse de las cosas del Señor, para tratar de agradarle, para ir al encuentro del Esposo que viene. Cristo mismo invitó a algunos a seguirle en este modo de vida del que Él es el modelo” (1618). * El testimonio cristiano _ “Os ruego que penséis que Jesucristo, Nuestro Señor, es vuestra verdadera Cabeza, y que vosotros sois uno de sus miembros. Él es con relación a vosotros lo que la cabeza es con relación a sus miembros; todo lo que es suyo es vuestro, su Espíritu, su corazón, su cuerpo, su alma y todas sus facultades, y debéis usar de ellas como de cosas que son vuestras, para servir, alabar, amar y glorificar a Dios” (1698). _ “El que somete su propio cuerpo y domina su alma, sin dejarse llevar por las pasiones es dueño de sí mismo; se puede llamar rey porque es capaz de gobernar su propia persona; es libre e independiente y no se deja cautivar por una esclavitud culpable (S. Ambrosio, Psal. 118,14,30: PL 1403A)” (908). La vida nueva recibida en el Bautismo exige seguir a Jesucristo esforzándonos en la radicalidad del Evangelio. DOMINGO XIV ORDINARIO (inicio) “Hacerse pequeño para recibir el Reino” I. LA PALABRA DE DIOS * Za 9,9-10: “Tu rey viene pobre a ti” * Sal 144,1-2.8-9.10-11.13-14: “Te ensalzaré, Dios mío, mi rey” * Rm 8,9.11-13: “Si con el Espíritu dais muerte a las obras del Espíritu, viviréis” * Mt 11,25-30: “Soy manso y humilde de corazón” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * En Jesucristo se cumple la profecía de Zacarías: “Mira a tu Rey” (1.a Lect.). En contraste con los jefes de Israel, políticos y religiosos, y de los Escribas que oprimían las conciencias con interpretaciones abusivas de la Ley, Jesucristo proclama que los valores del Reino se dan en los pequeños. Él mismo es el primero de ellos. La pequeñez, como la sencillez y la humildad, ocultan la grandeza de su condición regia”. El Rey pobre ofrece ayuda, consuelo y descanso a los que están agobiados, a los oprimidos por el poder y a los maestros de Israel (Ev.) * El que tiene el Espíritu de Cristo, con el Espíritu destruye la autosuficiencia, la soberbia, los egoísmos y ambiciones y mediante la acción del Espíritu es vivificado y asemejado a Jesús (2.a Lect.). III. SITUACIÓN HUMANA * Encontramos en la sociedad actual valores abiertamente enfrentados con el Evangelio. Lo pequeño, lo que no cuenta, es despreciado. Y esto no es una obviedad; es dar fe de algo que no ha cambiado nada. Lo que Jesús valoraba sigue sin estimarse. Lo que descalificaba, ocupa lugares de privilegio. ¿Hay modos de llegar a un lenguaje en el que podamos entendernos? ¿Es posible que llamemos valioso o relativo a lo mismo? El caso es que Cristo, con esos valores, (contravalores para el mundo), lo ha renovado en profundidad. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El Reino de Dios revelado a los pequeños: “Los evangelistas han conservado las dos oraciones más explícitas de Cristo durante su ministerio. Cada una de ellas comienza precisamente con la acción de gracias. En la primera, Jesús confiesa al Padre, le da gracias y lo bendice porque ha escondido los misterios del Reino a los que se creen doctos y lo ha revelado a los 'pequeños' (los pobres de las Bienaventuranzas)” (2603; cf 544. 2785). * La respuesta _ La oración confiada: “Este poder del Espíritu que nos introduce en la Oración del Señor se expresa en las liturgias de Oriente y Occidente con la bella palabra, típicamente cristiana ``parrhesía'', simplicidad sin desviación, conciencia filial, seguridad alegre, audacia humilde, certeza de ser amado” (2778). _ Un corazón humilde y confiado que nos hace volver a ser como niños; porque es a “los pequeños” a los que el Padre se revela (2785). _ “Antes de hacer nuestra la primera exclamación de la Oración del Señor, conviene purificar humildemente nuestro corazón de ciertas imágenes falsa de ``este mundo''. La humildad nos hace reconocer que ``nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar'', es decir, ``a los pequeños''” (2779). * El testimonio cristiano _ “Tú, hombre, no te atrevías a levantar tu cara hacia el cielo, tú bajabas los ojos hacia la tierra, y de repente has recibido la gracia de Cristo: todos tus pecados te han sido perdonados. De siervo malo te has convertido en buen hijo... Eleva pues, los ojos hacia el Padre que te ha rescatado por medio de su Hijo y di: Padre nuestro... Pero no reclames ningún privilegio. No es Padre, de manera especial, más que de Cristo, mientras que a nosotros nos ha creado. Dí entonces también por medio de la gracia: Padre nuestro, para merecer ser hijo suyo”. (S. Ambrosio, sacr. 5. 19) (2783). La no aceptación de Cristo, no supone solamente rechazar el Reino de Dios; supone además, despreciar una gran ocasión de encontrar valores verdaderamente humanos. DOMINGO XV ORDINARIO (inicio) “Si el sembrador siembra y la semilla es fecunda, ¿por qué no hay fruto?” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 55, 10-11: “La lluvia hace germinar la tierra” * Sal 64, 10.10-11.12-13: “La semilla cayó en tierra buena y dio fruto” * Rm 8, 18-23: “La creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios” * Mt 13, 1-23: “Salió el sembrador a sembrar” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * La palabra, como la semilla, en sí eficaz. La Palabra de Dios que anunciaba a Israel el fin de la cautividad de Babilonia se cumpliría: “hará mi voluntad, cumplirá mi encargo” (1.a Lect.). * La Palabra necesita de la cooperación humana como la semilla necesita de la tierra. Su eficacia está condicionada a la libre responsabilidad del hombre. Con la imagen de la tierra, el evangelista señala cuatro actitudes: 1) el corazón duro, orgulloso, autosuficiente; 2) los veleidosos, inconstantes, caprichosos; 3) los que están esclavizados por las riquezas, las comodidades, los honores, las vanidades, etc; 4) los que acogen la Palabra con buena voluntad (Ev.). * El Espíritu que habita en nosotros nos introduce en la Palabra para que produzca el fruto de la esperanza de la “libertad gloriosa de los hijos de Dios”. III. SITUACIÓN HUMANA * Ya se ha dicho en otro lugar que el hombre de hoy halla dificultades dentro y fuera de sí mismo para reflexionar, pensar, crear ideas... Siguen ocupando lugar de privilegio las lecturas que sólo entretienen y alienan, y son pocos los que se ocupan de lo serio y profundo. No es una mirada negativa sobre la realidad. Es un hecho que no solamente ofrece dificultades a la semilla evangélica. También para cualquier idea minimamente seria. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Cristo, Palabra única de la Sagrada Escritura: “En la Sagrada Escritura, la Iglesia encuentra sin cesar su alimento y su fuerza, porque en ella no se recibe solamente la palabra humana, sino lo que es realmente: la Palabra de Dios” (104). _ “Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre. En Él lo dice todo, no habráá otra Palabra más que ésta” (65). _ La fe cristiana es la religión de la Palabra: “Sin embargo la fe cristiana no es una ``religión del Libro''. El cristianismo es la religión de la Palabra de Dios, ``no de un verbo escrito y mudo, sino del Verbo encarnado y vivo'' (S. Bernardo, hom. mis.4.11). Para que las Escrituras no queden en letra muerta, es preciso que Cristo, Palabra eterna del Dios vivo, por el Espíritu Santo, nos abra el espíritu a la inteligencia de las mismas” (108). * La respuesta _ Fecundidad de la Palabra divina: “El Decálogo, el Sermón de la Montaña y la catequesis apostólica nos describen los caminos que conducen al Reino de los cielos. Por ello avanzamos paso a paso mediante los actos de cada día sostenidos por la gracia del Espíritu Santo. Fecundados por la Palabra de Cristo, damos lentamente frutos en la Iglesia para la gloria de Dios” (1724; cf 2654). * El testimonio cristiano _ “Porque en darnos, como nos dió a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra...porque lo que hablaba antes en partes a los profetas, ya lo ha hablado todo en Él, dándonos al Todo, que es su Hijo. Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo haría una necedad, sino haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra alguna cosa o novedad (S. Juan de la Cruz, Carm.2.22)” (65). Llamados a sembrar, arrojemos la semilla. Dios dará el incremento. No sembrar por miedo a la falta de fruto es denconfiar de Dios. DOMINGO XVI ORDINARIO (inicio) “Intransigentes con el pecado, tolerantes con el pecador” I. LA PALABRA DE DIOS * Sb 12,13.16-19: “En el pecado das lugar al arrepentimiento” * Sal 85,5-6.9-10-15-16: “Tú, Señor, eres bueno y clemente” * Rm 8, 26-27: “El Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables” * Mt 13, 24-43: “Dejadlos crecer juntos hasta la siega” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El origen del mal en el mundo no está en Dios, sino en el “enemigo que...es el diablo”, por él entró el pecado en el mundo y con él la muerte, el dolor, la violencia. Designio de Dios es la coexistencia en este mundo del bien y del mal, de los buenos y de los malos. La separación de buenos y malos se hará al final (Ev.). * Las expresiones de la primera Lectura: “Tú no juzgas injustamente”; “Tu soberanía universal te hace perdonar a todos”, enseñan que el juicio de Dios sobre el mundo y los hombres es, en esta vida, de misericordia y de tolerancia. * “El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad” (2.a Lect.). Por el amor que Dios nos tiene convierte nuestra debilidad egoísta en comprensión y acogida hacia todo hombre. III. SITUACIÓN HUMANA * El término tolerancia no adquiere en nuestro tiempo el verdadero sentido que encierra. A veces, la tolerancia se confunde con la pura y simple permisividad o el “a mí qué me importa”. Tampoco puede ser llamado tolerante el que acaba condescendiendo con el mal de manera que se hace cómplice. A veces, la tolerancia también es sinónimo de relativismo, es decir, de actitud meramente pasiva ante el ataque a una verdad. La tolerancia es una actitud propia de inteligentes, pero no de cobardes. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El pecado junto a la buena semilla hasta el fin de los tiempos: “``Mientras que Cristo, santo, inocente, sin mancha, no conoció el pecado, sino que vino solamente a expiar los pecados del pueblo, la Iglesia, abrazando en su seno a los pecadores, es a la vez santa y siempre necesitada de purificación y busca sin cesar la conversión y la renovación''. Todos los miembros de la Iglesia, incluso sus ministros, deben reconocerse pecadores. En todos, la cizaña del pecado todavía se encuentra mezclada con la buena semilla del Evangelio hasta el fin de los tiempos. La Iglesia, pues, congrega a pecadores alcanzados ya por la salvación de Cristo, pero aún en vías de santificación” (827). * La respuesta _ Líbranos del mal: “La última petición a nuestro Padre está también contenida en la oración de Jesús: ``No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno''. Esta petición concierne a cada uno individualmente, pero siempre quien ora es el ``nosotros'', en comunión con toda la Iglesia y para salvación de toda la familia humana. La Oración del Señor no cesa de abrirnos a las dimensiones de la Economía de la salvación. Nuestra interdependencia en el drama del pecado y de la muerte se vuelve solidaridad en el Cuerpo de Cristo, ``en comunión con los santos''” (2850). * El testimonio cristiano _ “La Iglesia es, pues, santa, aunque abarque en su seno pecadores; porque ella no goza de otra vida que de la vida de la gracia; sus miembros, ciertamente, si se alimentan de esta vida se santifican; si se apartan de ella, contraen pecados y manchas del alma, que impiden que la santidad de ella se difunda radiante (SPF 19)” (827). El que por su cuenta divide al mundo entre buenos y malos, siempre se coloca entre los mejores. DOMINGO XVII ORDINARIO (inicio) “De un tesoro nos podemos apoderar; pero el Reino de Dios se apodera de nosotros” I. LA PALABRA DE DIOS * 1R 3,5.7-12: “Pediste discernimiento” * Sal 118,57 y 72.76-77.127-128.129-130: “Cuánto amo tu voluntad, Señor” * Rm 8,28-30: “Nos predestinó a ser imagen de su Hijo” * Mt 13,44-52: “Vende todo lo que tienes y compra el campo” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El Reino de Dios es la mayor realidad de esta vida, el bien supremo para el hombre. El Reino de Dios es la Salvación, la Sabiduría, el Amor de Dios que se nos comunica por Jesucristo. * El Reino de Dios se nos da gratuitamente; el hombre se “lo encuentra”, después “va a vender todo lo que tiene”. El Reino de Dios necesita un esfuerzo positivo y un ejercicio constante de la libertad personal para seguir a Jesucristo en el día a día de nuestra vida. * La liturgia confirma la enseñanza primera de la parábola con la narración del gesto de Salomón que, por encima de todo, pide al Señor y logra de Él un “corazón sabio e inteligente” y no “vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos” (1.a Lect.). * El Reino de Dios es luz que ilumina al Dios escondido detrás de todos los acontecimientos cósmicos, humanos y sociales (2.a Lect.). III. SITUACIÓN HUMANA * Nuestra sociedad ha dejado de ser idólatra. Porque la idolatría es propia de grupos religiosos. Ha pasado a adorarse a sí misma en sus intereses. Hoy nadie se plantea sustituir a Dios. Se plantea prescindir de Él. Pero ¿qué es antes? ¿la corrupción del hombre que prescinde de Dios o el abandonar a Dios para que el corazón del hombre corra tras otros tesoros? La respuesta, por retórica, es inútil. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Los signos del Reino de Dios: “Los signos que lleva a cabo Jesús testimonian que el Padre le ha enviado. Invitan a creer en Jesús. Concede lo que le piden a los que acuden a Él con fe. Por tanto, los milagros fortalecen la fe en Aquel que hace las obras de su Padre: éstas testimonian que Él es el Hijo de Dios. Pero también pueden ser ``ocasión de escándalo''. No pretenden satisfacer la curiosidad ni los deseos mágicos. A pesar de tan evidentes milagros, Jesús es rechazado por algunos; incluso se le acusa de obrar movido por los demonios.” (548; cf 547. 549. 550). * La respuesta _ La oración cristiana centrada en la búsqueda del Reino: “La petición cristiana está centrada en el deseo y la búsqueda del Reino que viene, conforme a las enseñanzas de Jesús. Hay una jerarquía en las peticiones: primero el Reino, a continuación lo que es necesario para acogerlo y para cooperar a su venida. Esta cooperación con la misión de Cristo y del Espíritu Santo que es ahora la de la Iglesia, es objeto de la oración de la comunidad apostólica. Es la oración de Pablo, el apóstol por excelencia, que nos revela cómo la solicitud divina por todas las Iglesias debe animar la oración cristiana. Al orar, todo bautizado trabaja en la Venida del Reino” (2632). * El testimonio cristiano _ “Incluso aunque esta oración no nos hubiera mandado pedir el advenimiento del Reino habráíamos tenido que expresar esta petición, dirigiéndonos con premura a la meta de nuestras esperanzas. Las almas de los mártires, bajo el altar, invocan al Señor con grandes gritos: ¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, vas a estar sin hacer justicia por nuestra sangre a los habitantes de la tierra? En efecto, los mártires deben alcanzar la justicia al fin de los tiempos. Señor, !apresura, pues, la venida de tu Reino! (Tertuliano, or. 5)” (2817). El Evangelio nos está invitando siempre a revisar nuestra escala de valores. Y a que no pongamos ningún valor por encima del Reino de Dios. DOMINGO XVIII ORDINARIO (inicio) “La ``poca fe'' y los dones de Dios” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 55,1-3: “Daos prisa y comed” * Sal 144, 8s.15s.17s.: “Abres tú la mano, Señor, y nos sacias de favores” * Rm 8,35.37-39: “Ninguna criatura podráá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo” * Mt 14,13-21: “Comieron todos hasta quedar satisfechos” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Las personas: Jesús sintió “lástima” del gentío y multiplicó los panes (1.a Lect.). Sus gestos y oración son los de la institución de la Eucaristía: “tomando los cinco panes... pronunció la bendición, partió los panes y se los dio...”. Los discípulos tenían “poca fe”, aconsejaron despedir a la multitud, pero obedecieron al Maestro. El pueblo también tenía “poca fe”, buscaba ante todo el pan de la tierra (cf Jn 6,26s), pero recibieron el don de Dios. * El suceso: Destacan los contrastes entre “la multitud” y la escasez de recursos: cinco panes y dos peces; y entre estos recursos y el resultado: “quedaron satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras”. Desde los comienzos, ya en las catacumbas, la gran Tradición contempló en el suceso un anuncio del banquete mesiánico al fin de los tiempos. Y entre el prodigio evangélico y el fin, se sitúa la Eucaristía, avance del banquete del Reino. III. SITUACIÓN HUMANA * ¿Qué hacer para que nuestras celebraciones y comuniones sean más hondas? También la perícopa evoca hoy el pavoroso problema del hambre en el mundo y nuestras celebraciones eucarísticas. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ “La Iglesia sabe que, ya ahora, el Señor viene en su Eucaristía y que está ahí en medio de nosotros. Sin embargo, esta presencia está velada. Por eso celebramos... ``mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo''... De esta gran esperanza, la de los cielos nuevos y la nueva tierra... no tenemos prenda más segura, signo más manifiesto que la Eucaristía... remedio de inmortalidad, antídoto para no morir sino para vivir en Jesucristo para siempre (S. Ignacio de Antioquía...)” (1404-1405). _ Vinculación de la Eucaristía con el hambre en el mundo: “Para recibir en la verdad el Cuerpo y la Sangre de Cristo entregados por nosotros, debemos reconocer a Cristo en los más pobres, sus hermanos” (1397). * La respuesta _ Participar de la Eucaristía bien dispuestos, para gustar el Pan de Vida: “...``Quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual...'' (1 Co 11,27-29). Quien tiene conciencia de estar en pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar” (1385). _ Pero se requiere más, la humildad de corazón: “Ante la grandeza de este sacramento el fiel sólo puede repetir humildemente y con fe ardiente las palabras del Centurión...: ``Señor, no soy digno de que entres en mi casa''...” (1386). * El testimonio cristiano _ “... Yo, su cabeza, gobernaba en el cielo a la derecha de mi Padre, pero en la tierra mis miembros tenían hambre. Si hubiérais dado a mis miembros algo, eso habráía subido hasta la cabeza. Cuando coloqué a mis pequeñuelos en la tierra, los constituí comisionados vuestros para llevar vuestras buenas obras a mi tesoro: como no habéis depositado nada en sus manos, no poséis nada en Mí” (San Agustín, serm. 18, 4, 4). La Eucaristía: el gran don de Dios nos remite al Banquete del Reino, a la Otra Vida, la nueva creación. Para gustar la Eucaristía y ya ahora la Otra Vida, hay que acercarse a participar con el corazón bien dispuesto y la mano tendida. DOMINGO XIX ORDINARIO (inicio) “La ``poca fe'' y las vacilaciones del corazón” I. LA PALABRA DE DIOS * 1R 19,9a.11-13a: “Aguarda al Señor en el monte” * Sal 84,9ab-10.11s.13s.: “Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación” * Rm 9,1-5: “Quisiera ser un proscrito por el bien de mis hermanos” * Mt 14,22-33: “Mándame ir hacia ti andando sobre el agua” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Los evangelistas vinculan la multiplicación de los panes y la tempestad calmada. De la ambigua confesión en Jesús, como Mesías y Rey, que sigue a la multiplicación, se pasa a la confesión llena: “Realmente eres Hijo de Dios”. * Hay que destacar en la perícopa evangélica: 1) Jesús orante solitario en el monte. Su teofanía: “!Animo, soy Yo, no tengáis miedo!” (1.a Lect.). 2) La situación de los discípulos: llenos de miedo, sacudidos por las olas, en medio de la noche. 3) La sentencia del Maestro: “!Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?”. Y la confesión de fe de todos los discípulos, que cierra la perícopa. * En Mateo, el evangelista eclesiólogo, la barca zarandeada por las olas apunta a la Iglesia en sus difíciles comienzos (y siempre). Pedro ocupa un lugar relevante. Y Pedro y todos los ocupantes de la barca, confiesan al Hijo de Dios. Esta confesión, a la que aludimos por tercera vez, es el corazón de la Iglesia. III. SITUACIÓN HUMANA * Ante las obras, como la Iglesia, del Dios operante y oculto, dudamos. ¿Está Él entre tantos sucesos y tempestades? La fe vacilante de Pedro y los discípulos termina en confesión llena; pero volverá a vacilar en la Hora de la Pasión y a confesar de nuevo con vigor en la Hora de la Resurrección. ¿Qué hacer para madurar nuestra débil fe? IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ La fe en el Evangelio se plantea en diálogo con Jesús, como oración. Dios nos busca en Jesús: “Olvide el hombre a su Creador o se esconda lejos de su Faz, corra detrás de sus ídolos o acuse a la divinidad de haberle abandonado, el Dios vivo y verdadero llama incansablemente a cada persona al encuentro misterioso de la oración. Esta iniciativa del amor del Dios fiel es siempre lo primero en la oración, la iniciativa del hombre es siempre una respuesta. A medida que Dios se revela y revela al hombre a sí mismo, la oración aparece como un llamamiento recíproco, un hondo acontecimiento de Alianza. A través de palabras y acciones tiene lugar un trance que compromete el corazón humano...” (2567). * La respuesta _ El compromiso del hombre en el encuentro con Dios: “La oración es un don de la gracia y una respuesta decidida por nuestra parte. Supone siempre un esfuerzo. Los grandes orantes de la Antigua Alianza antes de Cristo, así como la Madre de Dios y los santos con Él nos enseñan que la oración es un combate. ¿Contra quién? Contra nosotros mismos y contra las astucias del Tentador que hace todo lo posible para separar al hombre de la oración, de la unión con su Dios. Se ora como se vive, porque se vive como se ora. El que no quiere actuar habitualmente según el Espíritu de Cristo, tampoco podráá habitualmente orar en su Nombre. El “combate espiritual” de la vida nueva del cristiano es inseparable del combate de la oración” (2725). * El testimonio cristiano _ “Es posible, incluso en el mercado o en un paseo solitario, hacer una frecuente y fervorosa oración. Sentados en vuestra tienda, comprando o vendiendo, o incluso haciendo la cocina” (S. Juan Crisóstomo, ecl. 2)” (2743). A pesar de los grandes dones de Dios, nuestra “poca fe” vacila. Sólo el contacto asiduo con el Maestro reaviva la fe, la hace grande. Esto requiere la firme decisión del corazón de buscar al que nos busca, de orar, de celebrar la Eucaristía. DOMINGO XX ORDINARIO (inicio) “La fe grande y victoriosa” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 56,1.6-7: “A los extranjeros los traeré a mi Monte Santo” * Sal 66,2s.5.6.8: “Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben” * Rm 11,13-15.29-32: “Los dones y la llamada de Dios son irrevocables para Israel” * Mt 15,21-28: “Mujer, qué grande es tu fe” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * La mujer cananea que comenzó orando a gritos: “Ten compasión...” y obtuvo el silencio por respuesta, “se postró ante él y le pidió de rodillas” (la voz hecha gesto): “Señor, socórreme”. Consiguió romper el silencio de Jesús y obtuvo la respuesta de que el pan es para los hijos. Pero la orante a gritos y postrada vuelve la comparación a su favor: “también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos”. Jesús ya no puede menos de romper distancias y exclama: “Mujer, qué grande es tu fe, que se cumpla lo que deseas”. La fe confiesa el poder de Dios y se confía a él a pesar de todo. Las acciones mesiánicas de Jesús a favor de Israel, que son los milagros, se extienden fuera de los confines del primer pueblo elegido. Comienza ya la llamada universal a la fe (1.a Lect.). III. SITUACIÓN HUMANA * No oramos u oramos mal por falta de fe. Esta falta “revela que no se ha alcanzado todavía la disposición propia de un corazón humilde: ``Sin mí, no podéis hacer nada'' (Jn 15,5)” (2732). Tenemos necesidad de la fe inquebrantable de la cananea y de la humilde oración de aquel padre que dijo gritando: “!Creo! Ayuda a mi falta de fe” (Mc 9,23). Orar creyendo es imprescindible para vivir seguros bajo la providencia y colaborar con ella. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Dios rige la vida de los humanos por su providencia: “Dios guarda y gobierna por su providencia todo lo que creó, ``alcanzando con fuerza de un extremo a otro del mundo y disponiéndolo todo con dulzura'' (Sb 8,1). Porque ``todo está desnudo y patente a sus ojos'' (Hb 4,13), incluso lo que la acción libre de las criaturas producirá” (302). _ Los hombres pueden cooperar con ella: “Los hombres cooperadores a menudo inconscientes de la voluntad divina, pueden entrar libremente en el plan divino no sólo por sus acciones y oraciones sino también por sus sufrimientos. Entonces llegan a ser plenamente ``colaboradores de Dios'' (1 Co 3,9) y de su Reino” (307). * La respuesta _ “``Orad constantemente'' (1 Ts 5,17), ``dando gracias continuamente y por todo a Dios Padre en nombre de Nuestro Señor Jesucristo'' (Ef 5,20); ``siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos'' (Ef 6,18). No nos ha sido prescrito trabajar, vigilar y ayunar constantemente; pero sí tenemos una ley que nos manda orar sin cesar. Este ardor incansable no puede venir más que del amor. Contra nuestra inercia y nuestra pereza, el combate de la oración es el combate del amor humilde, confiado y perseverante...” (2742). * El testimonio cristiano _ “No te aflijas si no recibes de Dios inmediatamente lo que pides: es él quien quiere hacerte más bien todavía mediante tu perseverancia en permanecer con él en oración. Él quiere que nuestro deseo sea probado en la oración. Así nos dispone para recibir lo que él está dispuesto a darnos (San Agustín, ep. 130, 8, 17)” (2737). Por un lado, la fe incansable de la cananea, por otro, nuestra “poca fe” que pronto duda y se cansa. “No mires nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia”. Dios nos invita a cooperar con su providencia que rige el mundo, para conducirlo a la felicidad que es Él “todo en todos”, la nueva creación. DOMINGO XXI ORDINARIO (inicio) “La fe de Pedro fundamento y centro de comunión de la Iglesia” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 22,19-23: “Colgaré de su hombro la llave del palacio de David” * Sal 137,1-2a.2bc-3.6.8bc: “Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos” * Rm 11,33-36: “Él es origen, guía y meta del universo” * Mt 16,13-20: “Tú eres Pedro y te daré las llaves del Reino de los cielos” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Himno petrino: Es correlativo a la confesión de fe. Porque “Pedro... dijo: Tú eres el Mesías...”, Jesús responde: “Tú eres Pedro...”. Pedro posee todo el poder del Reino, porque se le han dado “las llaves” (1.a Lect.). Por eso, es capaz de poner en sintonía las decisiones y el perdón que se otorgan en la Iglesia, aquí en la tierra, con los designios y la reconciliación de Dios en el cielo. La fe de Pedro, a una con la Palabra de Cristo o con Cristo, es el fundamento inamovible de la Iglesia, el centro de comunión entre la tierra y el cielo, la Iglesia de aquí y Dios. La Iglesia es el comienzo de la nueva creación en este mundo, a partir del Señor resucitado. * “Les mandó que no dijeran a nadie” quién era Él y el misterio de su vida, porque los hombres no estaban aún preparados para entender al Hijo del hombre y su obra la Iglesia, con la que Él se identifica. III. SITUACIÓN HUMANA * Es demasiado fuerte el contraste entre el lugar de Pedro en la Iglesia, según el Evangelio entendido por la Tradición viva de la misma Iglesia, y la actitud de algunos fieles católicos distanciados de Pedro y aun opuestos a él con frecuencia. ¿Qué hacer en esta crisis real que padece la Iglesia? IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ La lectura del Evangelio pertenece a la fe de la Iglesia: “El Señor hizo de Simón, al que dio el nombre de Pedro, y solamente de él, la piedra de su Iglesia. Le entregó las llaves de ella; lo instituyó pastor de todo el rebaño” (881). _ La fe de la Iglesia aplica el Evangelio a los tiempos siguientes: “El Papa, obispo de Roma y sucesor de San Pedro, ``es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de la muchedumbre de los fieles'' (LG 23)...” (882; cf 883). * La respuesta _ El Catecismo de la Iglesia Católica insiste en el desarrollo “entre los cristianos de un verdadero espíritu filial con respecto a la Iglesia. Es el desarrollo normal de la gracia bautismal, que nos engendraó en el seno de la Iglesia y nos hizo miembros del Cuerpo de Cristo...” (2040). _ Ese “espíritu filial” elimina el distanciamiento y hasta oposición al magisterio. Por otra parte, no se han de levantar con facilidad oposiciones insalvables entre la fe y la razón, la norma y la conciencia, pues “el mismo Dios que revela los misterios y comunica la fe ha hecho descender en el espíritu humano la luz de la razón... Por eso, la investigación metódica... según las normas morales, nunca estará realmente en oposición con la fe, porque... tiene su origen en el mismo Dios” (159). * El testimonio cristiano _ “``... Es a la misma Iglesia, a la que ha sido confiado el `Don de Dios'... Es en ella donde se ha depositado la comunión con Cristo, es decir, el Espíritu Santo... confirmación de nuestra fe y escala de nuestra ascensión hacia Dios... Porque allí donde está la Iglesia, allí está también el Espíritu de Dios; y allí donde está el Espíritu de Dios, está la Iglesia y toda gracia'' (San Ireneo, haer. 3, 24, 1)” (797). Por la fe se otorgan a Pedro la misión y los carismas que, según el Evangelio, lo colocan como fundamento de la Iglesia y centro de comunión en ella. Cada Eucaristía se celebra en comunión con la fe de Pedro. Nosotros hoy hemos de adherirnos sin titubeos a la fe del centro de unidad de la Iglesia. DOMINGO XXII ORDINARIO (inicio) “La fe y la cruz pascual” I. LA PALABRA DE DIOS * Jr 20,7-9: “La Palabra del Señor se volvió oprobio para mí” * Sal 62,2.3-4.5-6.8-9: “Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío” * Rm 12,1-2: “Ofreceos vosotros mismos como sacrificio vivo” * Mt 16,21-27: “El que quiera venirse conmigo que se niegue a sí mismo” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El camino de Jesús y la réplica humana: El anuncio evangélico del domingo pasado comenzaba con la pregunta: “¿Quién... es el Hijo del hombre?”. El de hoy descubre su destino y el de aquellos que le siguen: el Misterio Pascual. En el Evangelio del domingo pasado, Pedro profesó la fe en Jesús, motivado por la revelación del Padre: “Tú eres el Hijo del Dios vivo”. En el de hoy, Pedro habla según los puntos de vista humanos: “piensas como los hombres”, le reprocha Jesús. Allí, Jesús le otorgaba las mayores prerrogativas en la Iglesia. Aquí, le corrige con dureza: “Quítate de mi vista, Satanás”. Allí dominaban la fe y los dones de Dios para bien de su Iglesia. Aquí, en cambio, la “poca fe” y las reacciones humanas. * Entonces hizo a los discípulos el anuncio de la ley pascual: negarse a sí mismo, cargar con la cruz, para seguir hasta la muerte a Jesús, el resucitado; perder la vida “por mí”, para encontrarla (1.a Lect.). III. SITUACIÓN HUMANA * Pedro, olvidado de la revelación del Padre, es el prototipo de los humanos. No comprende la cruz. “Dios no lo permita... eso no puede ser”. Nosotros pedimos a Dios con frecuencia ser liberados de la cruz, sin añadir: “pero no se haga mi voluntad sino la tuya”. Hacemos todo lo posible para que “eso no pueda pasar...”. Somos hombres de “poca fe” pascual. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ “``Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad''(LG 40)” (2013). _ Este programa señala, también, el mismo camino a todos: “El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual. El progreso espiritual implica la ascesis y la mortificación que conducen gradualmente a vivir en la paz y el gozo de las bienaventuranzas” (2015). * La respuesta _ El cumplimiento de los mandamientos y la práctica de los consejos: “Más allá de sus preceptos, la Ley nueva contiene los consejos evangélicos... Los preceptos están destinados a apartar lo que es incompatible con la caridad. Los consejos tienen por fin apartar lo que, incluso sin serle contrario, puede constituir un impedimento al desarrollo de la caridad” (1973). _ No se puede ser consecuente con el gran don de Dios que es la iniciación cristiana, sin practicar los consejos; éstos ponen “en forma” al fiel de Cristo: “Los consejos evangélicos manifiestan la plenitud viva de una caridad que nunca se sacia... estimulan nuestra prontitud espiritual. La perfección de la Ley nueva consiste esencialmente en los preceptos del amor de Dios y del prójimo. Los consejos indican vías más directas, medios más apropiados...” (1974). * El testimonio cristiano _ “``(Dios) no quiere que cada uno observe todos los consejos, sino solamente los que son convenientes según la diversidad de las personas, los tiempos, las ocasiones y las fuerzas, como la caridad lo requiera. Porque es ésta la que, como reina de todas las virtudes, de todos los mandamientos, de todos los consejos, y en suma de todas las leyes y de todas las acciones cristianas, la que da a todos y a todas rango, orden, tiempo y valor'' (S. Francisco de Sales, amor 8, 6)” (1974). El centro de gravedad de Jesús es el Misterio Pascual, que Pedro en un momento de poca fe no acepta. El centro de gravedad de los seguidores de Jesús es también el Misterio Pascual del Maestro. La Eucaristía nos incorpora sacramental y existencialmente al Misterio Pascual. DOMINGO XXIII ORDINARIO (inicio) “El sacramento del perdón en la Iglesia” I. LA PALABRA DE DIOS * Ez 33,7-9: “Si no hablas al malvado, te pediré cuenta de su sangre” * Sal 94,1s.6s.8s.: “Ojalá escuchéis hoy su voz: ``No endurezcáis vuestro corazón''” * Rm 13,8-10: “La plenitud de la ley es el amor” * Mt 18,15-20: “Si te hace caso has salvado a tu hermano” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Las primeras Lecturas y los Evangelios de este Domingo y del siguiente giran en torno al perdón del pecado en la Iglesia. * En este Domingo nos centramos en los versículos del Evangelio más destacados a lo largo de la historia: “... todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo”. * Desde los comienzos, la Iglesia ha entendido en esa expresión lapidaria el poder que Cristo le ha concedido de perdonar el pecado. El Cristo perdonador del Evangelio se hace presente y sensible en el sacramento de la Penitencia y del perdón, para curar el corazón _por la penitencia_ y hacerlo nuevo _por su perdón creador_ (cf Sal 50,12). III. SITUACIÓN HUMANA * Aun cuando el hombre quiera desentenderse de Dios, el pecado pesa en su interior. Hay que sacarlo para sentirse liberado. * La situación de quien no “siente” el pecado es semejante a la del enfermo que ignora el cáncer que tiene dentro de sí. * El drama del hombre de hoy, compartido por no pocos cristianos, no es tanto no necesitar el perdón cuanto el no ser conscientes de su pecado. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El perdón del pecado se obtiene por el “... Sacramento de la Penitencia... [que] consagra un proceso personal y eclesial de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte del cristiano pecador... Sacramento del perdón porque, por la absolución sacramental del sacerdote, Dios concede al penitente ``el perdón y la paz''” (OP, fórmula de la absolución) (1423. 1424). _ La riqueza teológica de este sacramento se expresa en sus distintas denominaciones: 1423-1424. * La respuesta _ La conversión del corazón, obra de Dios en nosotros y de nosotros con Dios: “El corazón del hombre es rudo y endurecido. Es preciso que Dios dé al hombre un corazón nuevo (cf Ez 36,2627). La conversión es primeramente una obra de la gracia de Dios que hace volver a él nuestros corazones: ``conviértenos, Señor, y nos convertiremos...'' Dios es quien nos da la fuerza para comenzar de nuevo... El corazón humano se convierte mirando al que nuestros pecados traspasaron...” (1432). _ Para ahondar en la conversión: 1425-1429. _ La conversión es el comienzo de la nueva creación. * El testimonio cristiano _ La “... reconciliación con Dios tiene como consecuencia, por así decir, otras reconciliaciones que reparan las rupturas causadas por el pecado: el penitente perdonado se reconcilia consigo mismo en el fondo más íntimo de su propio ser, en el que recupera la propia verdad interior; se reconcilia con los hermanos, agredidos y lesionados por él de algún modo; se recocilia con la Iglesia, se reconcilia con toda la creación (RP 31)” (1469). La meditación del Evangelio por la Iglesia a lo largo de los siglos nos recuerda el gran sacramento de la Penitencia y del perdón en Mt 18, 18. Como todo sacramento, es gracia, gracia de conversión, y sintonía del bautizado con ese don de Dios. DOMINGO XXIV ORDINARIO (inicio) “Perdona y se te perdonará” I. LA PALABRA DE DIOS * Si 27,3-28, 9: “Perdona las ofensas a tu prójimo y se te perdonarán los pecados cuando lo pidas” * Sal 102,1s.3s.9s.11s.: “El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia” * Rm 14,7-9: “En la vida y en la muerte somos del Señor” * Mt 18,21-35: “No te digo que le perdones hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El sacramento de la Penitencia (Domingo pasado) induce a la conversión del corazón. Hoy el Evangelio ahonda en esa conversión: la conversión reclama perdón, amor al prójimo. * Perdonar “setenta veces siete” es perdonar siempre. Este perdonar se apoya en la insistencia del NT: En la oración, Jesús nos enseñó a decir: “perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos...”. La súplica se repite cada vez que celebramos la Eucaristía. En la moral, Jesús nos recuerda “la regla de oro”: “tratad a los demás como queréis que ellos os traten a vosotros” (cf Mt 7,12). Es que nuestra relación con Dios se regula según nuestras relaciones con el prójimo (1.a Lect.). III. SITUACIÓN HUMANA * El corazón que perdona y olvida es grande, vive en la paz y es amado de Dios y de los hombres. La mejor imagen de nosotros mismos es la de ser personas de gran corazón. * No suele aceptarse hoy con facilidad el perdón porque se consedira como un signo de debilidad. Sin embargo solamente los corazones fuertes tienen capacidad de convertirse y de perdonar. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ “Lo temible es que este desbordamiento de misericordia [Bautismo y Penitencia] no puede penetrar en nuestro corazón mientras no hayamos perdonado a los que nos han ofendido... Al negarse a perdonar... el corazón se cierra, su dureza lo hace impermeable al amor misericordioso del Padre...” (2840). _ “``Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial si no perdonáis cada uno de corazón a vuestro hermano''. Allí es, en efecto, en el fondo del ``corazón'' donde todo se ata y se desata. No está en nuestra mano no sentir ya la ofensa y olvidarla; pero el corazón que se ofrece al Espíritu Santo cambia la herida en compasión y purifica la memoria transformando la ofensa en intercesión” (2843; cf 2842-2844). * La respuesta _ “La oración cristiana llega hasta el perdón de los enemigos... Transfigura al discípulo configurándolo con su Maestro. El perdón es la cumbre de la oración cristiana; el don de la oración no puede recibirse más que en un corazón acorde con la compasión divina. Además, el perdón da testimonio de que, en nuestro mundo, el amor es más fuerte que el pecado” (2843). _ “No hay límite ni medida en este perdón, esencialmente divino...” (2845). _ “Perdona nuestras ofensas...”: “Nuestra petición se dirige al futuro, nuestra respuesta debe haberla precedido; una palabra las une: ``como''” (2838). * El testimonio cristiano _ “Dios no acepta el sacrificio de los que provocan la desunión, los despide del altar para que antes se reconcilien con sus hermanos: Dios quiere ser pacificado con oraciones de paz. La obligación más bella para Dios es nuestra paz, nuestra concordia, la unidad en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo con todo el pueblo fiel (San Cipriano)” (2845). El sacramento del Perdón de Dios puede quedar anulado o muy debilitado, según sea nuestro perdón al hermano, a todo hombre. Que hoy y cada Domingo, el gesto de la paz reavive en nosotros la centralidad absoluta de la caridad cristiana. DOMINGO XXV ORDINARIO (inicio) “El Reino de Dios oferta gratuita a todo hombre” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 55,6-9: “Mis planes no son vuestros planes” * Sal 144,2s.8s.17s.: “Cerca está el Señor de los que lo invocan” * Flp 1,20c-24.27a.: “Para mí la vida es Cristo” * Mt 20,1-16a: “¿Vas a tener tú envidia porque soy bueno?” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * A lo largo de cuatro Domingos, a partir de hoy, se nos anuncian cuatro parábolas sobre el Reino de Dios. * Hoy la parábola del pago del denario, a todos los trabajadores por igual, a los de primera hora y a los de última, destaca la “justicia de Dios” (cf 1987-1995). Esta es pura gratuidad, porque el hombre no tiene derechos ante Dios (cf 2007-2011) sino que todo lo recibe de él, “conforme a su gracia, de la que nos colmó en el Amado” (cf Ef 1,5b-6) a cada uno y a cada pueblo. Así, el nuevo pueblo de Dios es llamado al mismo Reino que continúa el antiguo y supera, a la vez, sus expectativas: “Mis planes no son vuestros planes” (1.a Lect.). III. SITUACIÓN HUMANA * Es tentación del hombre de todos los tiempos juzgar los planes de Dios, conforme a las propias categorías. Dios desborda nuestros pensamientos. Por eso, el hombre ante Dios ha de ser humilde y sencillo, confiado en su Amor a cada uno de nosotros, que ha llamado a la existencia y a su Reino. * En un mundo donde todo se cobra y todo se paga qué difícil es comprender, aceptar y vivir la gratuidad con los demás y con Dios. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ “Todos los hombres están llamados a entrar en el Reino. Anunciado en primer lugar a los hijos de Israel... este reino mesiánico está destinado a acoger a los hombres de todas las naciones... El Reino pertenece a los pobres y a los pequeños, es decir, a los que lo acogen con un corazón humilde... Jesús invita a los pecadores al banquete del Reino: ``No he venido a llamar a justos sino a pecadores''... pero exige también una elección radical para alcanzar el Reino, es necesario darlo todo...” (543-546). * La respuesta _ Andar en este mundo los caminos del Reino: “El Decálogo, el Sermón de la Montaña y la catequesis apostólica nos describen los caminos que conducen al Reino de los cielos. Por ellos avanzamos paso a paso mediante los actos de cada día sostenidos por la gracia del Espíritu Santo. Fecundados por la Palabra de Cristo, damos lentamente frutos en la Iglesia para la gloria de Dios” (1724; cf 1716-1723; la parábola del sembrador: Mt 13,3-23). * El testimonio cristiano _ El hombre se debate entre su pequeñez para entender a Dios, por un lado, y Dios mismo, su grandeza y bondad, por otro. Cuando vence la gracia, el hombre prorrumpe en la alabanza: “... Y el hombre, pequeña parte de tu creación, pretende alabarte, precisamente el hombre que, revestido de su condición mortal, lleva en sí el testimonio de su pecado y el testimonio de que tú resistes a los soberbios. A pesar de todo, el hombre, pequeña parte de tu creación, quiere alabarte... porque nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto mientras no descansa en ti (S. Agustín, Conf. 1, 1,1)” (30). Hemos de recibir con profundo agradecimiento (= Eucaristía) la llamada al Reino y su apertura a todos los hombres. Es preciso que andemos en este mundo los caminos del Reino, los caminos del Decálogo y del Sermón del Monte, del Misterio Pascual, que en los siguientes Domingos se concentran en Cristo. DOMINGO XXVI ORDINARIO (inicio) “Se entra en el Reino por la acogida y el seguimiento de Jesús” I. LA PALABRA DE DIOS * Ez 18,25-28: “Cuando el malvado se convierta de su maldad, salvará su vida” * Sal 24,4bc-5.6s.8s.: “Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna” * Flp 2,1-11: “Tened entre vosotros los sentimientos de una vida en Cristo Jesús” * Mt 21,28-32: “Los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * La segunda parábola del Reino (cf Domingo anterior) censura al que dice y no hace, y alaba, en cambio, al que se arrepiente de haber dicho que no a Dios y termina haciendo lo que Él quiere. Esto es: aceptar y seguir al Enviado, al Hijo. El pueblo antiguo en su mayoría tenía a Dios en los labios pero desechó al Enviado (cf Domingo siguiente). El pueblo nuevo, pecador, y “los publicanos y las prostitutas” del antiguo “os llevan la delantera [a los jefes del antiguo] en el camino del Reino de Dios”, porque aceptan al Enviado. * El mensaje de este Domingo invita a los cristianos a vivir conforme a su identidad en el seguimiento a Jesucristo. Alcanzar los sentimientos y las costumbres propias de la vida en Cristo. III. SITUACIÓN HUMANA * Decir y no hacer es lo que Jesús denuncia. “Del dicho al hecho va mucho trecho”, dice la sabiduría popular. Según el evangelio, ese largo trecho no puede salvarlo el hombre solo. Lo salva con Jesús. * No es la eficacia el supremo valor que exige el evangelio, a diferencia del pensamiento actual. Más bien se reclama del cristiano la coherencia del pensar y del vivir. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ En las parábolas se nos describen el Reino y sus caminos: “Jesús llama a entrar en el Reino a través de las parábolas, rasgo típico de su enseñanza... Por medio de ellas invita al banquete del Reino... las palabras no bastan hacen falta obras (cf Mt 21,28-32). Las parábolas son como un espejo para el hombre: ¿acoge la palabra como un suelo duro o como una buena tierra...? ¿Qué hace con los talentos recibidos...? Jesús y la presencia del Reino en este mundo están secretamente en el corazón de las parábolas. _ Es preciso entrar en el Reino, es decir, hacerse discípulo de Cristo para ``conocer los Misterios del Reino...'' ... Para los que están ``fuera''... la enseñanza de las parábolas es algo enigmático...” (546). * La respuesta _ “Maestro, ¿qué he de hacer yo de bueno para conseguir la vida eterna?... Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos...” “Cuando le hacen la pregunta ``¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?''... Jesús responde: ``Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón... El segundo es semjante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas''... El Decálogo debe ser interpretado a la luz de este doble y único mandamiento de la caridad, plenitud de la Ley...” (2055). _ Sobre el Decálogo: 2056-2068. * El testimonio cristiano _ “Como la caridad comprende dos preceptos en los que el Señor condensa toda la ley y los profetas... así los diez preceptos se dividen en dos tablas: tres están escritos en una tabla y siete en la otra (S. Agustín, serm 33, 2, 2)” (2067). _ “``Por el decálogo, Dios preparaba al hombre para ser amigo y tener un solo corazón con el prójimo'' (San Ireneo)” (2063). Decir y hacer es adherirse a Jesús y seguir el camino de los mandamientos, sintetizado en el doble precepto del amor. Este Amor es la Caridad, que el Espíritu Santo derrama en nuestros corazones (cf Rm 5,5) y se nutre de la Eucaristía. DOMINGO XXVII ORDINARIO (inicio) “El Reino comienza con la Muerte y Resurrección de Cristo” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 5,1-7: “La viña del Señor de los Ejércitos es la casa de Israel” * Sal 79,9 y 12.13s.15s.19s.: “La viña del Señor es la casa de Israel” * Flp 4,6-9: “El Dios de la paz estará con vosotros” * Mt 21,33-43: “Arrendará la viña a otros labradores” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El pueblo elegido es la viña predilecta del Señor: “¿Qué más cabía hacer por mi viña...?” (1.a Lect.). * El Evangelio anuncia la tercera parábola del Reino (cf los dos Domingos anteriores), que resume la historia salvífica: las predilecciones de Dios; los enviados, los profetas, para recoger los frutos de la viña, asesinados por los viñadores; el Hijo, Enviado por excelencia, a quien “mataron”; la desolación de Jerusalén... * Y el lado luminoso de la misma historia: el desenlace salvador, “la piedra que desecharon... es ahora la piedra angular...ha sido un milagro patente”. Consecuentemente el Reino pasa “a un pueblo que produzca sus frutos”, a la Iglesia, el pueblo del último tiempo de trabajo, del “atardecer” (cf Dom. XXV). III. SITUACIÓN HUMANA * La Historia de la Salvación, con las predilecciones de Dios y las ingratitudes y aun crueldades de los hombres, no sólo es historia bíblica sino historia de la humanidad y de cada hombre. * Acosados por el desmesurado aprecio de la pertenencia y propiedad de las cosas, puede resultar difícil entender que no somos propietarios del Reino de Dios, sino llamados a trabajar en lo que es propio de Dios (la “viña”) y a dar fruto. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ “``Lo que se perpetró en su pasión no puede ser imputado indistintamente a todos los judíos que vivían entonces ni a los judíos de hoy...'' ... La Iglesia en el magisterio de su fe y en el testimonio de sus santos no ha olvidado jamás que ``los pecadores mismos fueron los autores y como los instrumentos de todas las penas que soportó el divino Redentor''...” (597-598; cf 595-601). _ Pero el drama de la humanidad alcanza un desenlace inesperado: “... él realizará la venida de su Reino por medio del gran Misterio de su Pascua: su muerte en la Cruz y su Resurrección. ``Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí'' (Jn 12,32). A esta unión con Cristo están llamados todos los hombres (cf LG 3)” (542). “... El Señor mismo se comparó a la piedra que desecharon los constructores, pero que se convirtió en la piedra angular... Los apóstoles construyen la Iglesia sobre ese fundamento...” (756). * La respuesta _ La respuesta a la fe, cuyo centro se acaba de recordar es “la vida en Cristo”, “andar como Él anduvo” (1 Jn 2,6). _ “El Símbolo de la fe profesa la grandeza de los dones de Dios... Lo que confiesa la fe los sacramentos lo comunican... Los cristianos... son llamados a llevar en adelante una ``vida digna del Evangelio de Cristo'' (Flp 1,27)” (1692; cf 1691-1696). * El testimonio cristiano _ “Debemos continuar y cumplir en nosotros los estados y Misterios de Jesús, y pedirle con frecuencia que los realice y lleve a plenitud en nosotros y en toda su Iglesia... (S. Juan Eudes, regn.)” (521). Todos formamos parte del grupo de viñadores que mataron al Hijo. Pero el desenlace de la Cruz fue la Resurrección, con la nueva llamada al Reino, que comienza en la Iglesia, a todos los hombres. Los que acogen la llamada caminan como Él anduvo, reviviendo su vida, sus Misterios, por los sacramentos de la Iglesia. DOMINGO XXVIII ORDINARIO (inicio) “Después del juicio, la felicidad del Reino” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 25,6-10: “El Señor preparará un festín y enjugará las lágrimas de todos los rostros” * Sal 22,1-3a.3b-4.5.6: “Habitaré en la casa del Señor, por años sin término” * Flp 4,12-14.19s.: “Todo lo puedo en aquel que me conforta” * Mt 22,1-14: “A todos los que encontréis convidadlos a la boda” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * En la literatura bíblica se compara el Reino con el banquete de bodas de Dios con la humanidad (1.a Lect.). Es el banquete de la felicidad de Dios y del hombre. Este comparte la felicidad de Dios. * Además, la parábola destaca con fuerza otros rasgos del banquete de bodas del Reino: 1. Todos están invitados gratuitamente, “malos y buenos”. 2. Pero los primeros invitados no aceptan y son descorteses y aun crueles con los enviados de Dios (cf Domingo anterior). 3. Para sentarse a la mesa del banquete se requiere el vestido de boda. 4. Son más los llamados que los escogidos. 5. Acaba por ser secundario el banquete y destacar el anfitrión. III. SITUACIÓN HUMANA * De entre las experiencias más valiosas y apreciadas por todos nosotros destaca la realidad del encuentro festivo, de la reunión amistosa que conforta el ánimo. Hemos sido invitados a la casa y mesa del Señor. * A todo hombre se le plantea de una u otra forma el interrogante de su destino posmortal. Jesús elude la respuesta sobre el número de los salvados (cf Lc 13,23). Algunos intentan desvelar inútilmente el interrogante. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ “El cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones más profundas del hombre... Este misterio de comunión bienaventurada con Dios y con todos los que están en Cristo sobrepasa toda comprensión y toda representación. La Escritura nos habla de ella en imágenes: vida, luz, paz, banquete de bodas... ``Lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó...''” (1024. 1027; cf 1023-1029). _ Pero antes, preparamos el vestido nupcial o provocamos la pregunta: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestido de fiesta?”: “Frente a Cristo, que es la Verdad, será puesta al desnudo definitivamente la verdad de la relación de cada hombre con Dios...” (1039). _ Sobre el juicio particular y universal: 1021s. 1038-1041. * La respuesta _ La esperanza de los “cielos nuevos y tierra nueva”... “porque el mundo viejo ha pasado...” (cf 1043s). _ “De esta gran esperanza, la de los cielos nuevos y la tierra nueva... no tenemos prenda más segura... que la Eucaristía...” (1405). _ Para un mayor desarrollo de los cielos nuevos y de la nueva tierra: 1042-1050. _ A su vez, “el mensaje del juicio final llama a la conversión... inspira el santo temor de Dios. Compromete para la justicia del Reino de Dios...” (1041). * El testimonio cristiano _ “Espera, espera, que no sabes cuándo vendraá el día ni la hora. Vela con cuidado, que todo se pasa con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso, y el tiempo breve largo. Mira que cuanto más peleares, más mostrarás el amor que tienes a tu Dios... (S. Teresa de Jesús)” (1821). La parábola nos propone: compartir la felicidad de Dios, el banquete de bodas del Hijo con la humanidad, después de recibir el juicio que nosotros mismos hemos “instruido” durante la vida. La felicidad del Reino suscita una viva esperanza y el juicio la responsabilidad personal, apoyada en la confianza en Dios. DOMINGO XXIX ORDINARIO (inicio) “Independencia y colaboración entre la Iglesia y el Estado” I. LA PALABRA DE DIOS * Is 45,1.4-6: “Llevó de la mano a Ciro para doblegar ante él las naciones” * Sal 95,1 y 3.4s.7.9-10a y c: “Aclamad la gloria y el poder del Señor” * 1Ts 1,1-5b: “Recordamos vuestra fe, esperanza y caridad” * Mt 22,15-21: “Pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * En tres Domingos, a partir de hoy, el evangelio nos propone tres consignas para la vida de la Iglesia: hoy para las relaciones Iglesia-Estado. * La fórmula lapidaria “... al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” es un ejemplo de la comprensión de la Palabra por la Tradición viva de la Iglesia (cf DV 12c). El sentido literal no está claro. La fórmula es una síntesis de las relaciones Iglesia-Estado: independencia y colaboración para bien del hombre. III. SITUACIÓN HUMANA * Los ciudadanos y las sociedades intermedias necesitan del Estado. Y éste cae con frecuencia en la tentación de invadir campos que no son de su competencia, también en las sociedades democráticas, sobre todo, a través de los medios de comunicación. La Iglesia ha de promover la actitud de colaboración y de libertad entre los ciudadanos y el Estado, entre ella misma y el Estado. * Tal vez tengamos tendencia a subrayar excesivamente las respectivas competencias y campos del César y de Dios. Sin embargo ¿no habráemos de primar el cuidado del hombre tan sometido a dominación y degradación, y aun de la misma sociedad? * Si ocurre tal degradación es que el campo de la sociedad ha invadido el de Dios, porque la causa del hombre es de Dios. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ “Los que ejercen una autoridad deben ejercerla como un servicio... [que] ha de manifestar una justa jerarquía de valores...” Para una ampliación de las relaciones ciudadanos-Estado: 2234-2243. _ Puesto que “toda institución se inspira, al menos implícitamente, en una visión del hombre y de su destino... la Iglesia invita a las autoridades civiles a juzgar y decidir a la luz de la Verdad sobre Dios y sobre el hombre... Pertenece a la misión de la Iglesia ``emitir un juicio moral incluso sobre cosas que afectan al orden político cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas...''” (2244). _ “La Iglesia, que por razón de su misión y de su competencia no se confunde en modo alguno con la comunidad política, es a la vez signo y salvaguarda del carácter trascendente de la persona humana” (2245). _ Para la comunidad política y la Iglesia: 2244-2246. * La respuesta _ Cumplir los deberes ciudadanos: “... el pago de los impuestos, el ejercicio del derecho al voto, la defensa del país...” (2240). _ “La actividad política... la organización de la vida social... forma parte de la vocación de los fieles laicos... deberá atender siempre al bien común y ajustarse al mensaje evangélico y a la enseñanza de la Iglesia” (2442). * El testimonio cristiano _ “Los fieles laicos se encuentran en la línea más avanzada de la vida de la Iglesia; por ellos la Iglesia es el principio vital de la sociedad... (Pío XII)” (899). _ “Tan noble es el puesto que Dios les ha asigado que no les está permitido desertar (Epístola a Diogneto...)” (2240). La “fórmula lapidaria” regula las relaciones Iglesia-Estado. Pide de los Estados el cumplimiento de su misión por el bien común, sin sobrepasar sus límites. Y de la Iglesia la colaboración para elevar la escala de valores de la sociedad. Los fieles han de cumplir sus deberes ciudadanos y evangelizar la política y la cultura. Así se va haciendo la nueva creación. DOMINGO XXX ORDINARIO (inicio) “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos” I. LA PALABRA DE DIOS * Ex 22,21-27: “Si explotáis a viudas y huérfanos se encenderá mi ira contra vosotros” * Sal 17,2-3a.3bc-4.47 y 51ab: “Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza” * 1Ts 1,5c-10: “Abandonasteis los ídolos para servir a Dios y esperar la vuelta de su Hijo” * Mt 22,34-40: “Amarás al Señor tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Segunda consigna (véase Domingo anterior) para la vida de la Iglesia: el amor a Dios y al prójimo, que “sostienen la Ley entera y los profetas”. * Por un lado, “el que ama ha cumplido la Ley” (Rm 13,10b). Por otro lado, “en esto conocemos que amamos a Dios, en que cumplimos sus mandamientos” (1 Jn 5,3). La caridad cristiana es la moral fundamental del bautizado. Y la caridad cristiana ama según Dios, que conoce al hombre y los caminos de su felicidad. * La gran diferencia entre los mandamientos de la ley antigua y los mismos trasladados a la Ley Nueva está en Jesucristo que los ha convertido en vida y en modo de ser. Son más exigentes, pero tenemos por delante un guía y un amigo. III. SITUACIÓN HUMANA * En el centro del ser humano, el corazón hecho para amar. Los interrogantes se agolpan cuando se elige el amor: a quién o a quiénes amo, cómo amo ¿y cuando no satisface la expriencia del amor? Cristo ofrece hoy a los hombres el Amor, que en cristiano se llama Caridad, sin mezcla de egoísmo, y por eso con las mejores garantías. * Cuanto más amor hay en el corazón del hombre, mejor refleja la imagen de Dios que hay en él. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El amor a Dios y al prójimo y los mandamientos: “Los diez mandamientos enuncian las exigencias del amor de Dios y del prójimo. Los tres primeros se refieren más al amor de Dios y los otros siete más al amor del prójimo... Los diez mandamientos están grabados por Dios en el corazón del ser humano” (2067; cf 2072). _ Para la relación amor-mandamientos: 1822-1829. 2052-2074. * La respuesta _ Primero la esperanza de que la gracia convierte el corazón: “... ``Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto...'' El fruto evocado en estas palabras es la santidad de una vida hecha fecunda por la unión con Cristo... el Salvador mismo ama en nosotros a su Padre y a sus hermanos... Su persona viene a ser, por obra del Espíritu, la norma viva e interior de nuestro obrar...” (2074). _ Segundo, nuestra cooperación al impulso de la caridad. Nos lo recuerda S. Pablo, que entiende los mandamientos como Jesús en el Sermón del Monte, como “la ley en su plenitud”: “no adulterarás, no matarás, no robarás, no codiciarás y todos los demás preceptos se resumen en esta fórmula: amarás a tu prójimo como a ti mismo. La caridad no hace mal al prójimo. La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud...” (2196). * El testimonio cristiano _ “La culminación de todas nuestras obras es el amor. Ese es el fin; para conseguirlo, corremos; hacia él corremos; una vez llegados, en él reposamos (S. Agustín)” (1829). _ “O nos apartamos del mal por temor del castigo y estamos en la disposición del esclavo, o buscamos el incentivo de la recompensa y nos parecemos a mercenarios, o finalmente obedecemos por el bien mismo del amor del que manda...y entonces estamos en la disposición de hijos (S. Basilio, reg. fus. prol.3)” (1828). Para que el amor sea auténtico ha de lograrse con la práctica de los mandamientos, camino de Dios que conoce el corazón humano, hecho “a su imagen y semejanza”. Para ello hay que esperar con seguridad en que el Amor de Dios se nos da como gracia, no es fruto espontáneo del corazón humano, y hay que dejarse llevar de su impulso divino. DOMINGO XXXI ORDINARIO (inicio) “En la Iglesia ante todo, la fraternidad” I. LA PALABRA DE DIOS * Ml 1,14b-2.2b.8-10: “Os apartasteis del camino y habéis hecho tropezar a muchos en la ley” * Sal 130,1.2.3.: “Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor” * 1Ts 2,7b-9.13: “Deseábamos no sólo entregaros el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas” * Mt 23,1-12: “No hacen lo que dicen” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * La tercera consigna para la Iglesia (cf los dos Domingos anteriores) es la fraternidad y el servicio, contrapuestos a la incoherencia y la vanidad de los que mandan (cf 1.a Lect.). A los elegidos para establecer la Iglesia, Jesús dice que no alardeen de sus puestos, porque “uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos... el primero entre vosotros será vuestro servidor”. * En nuestro tiempo, como en los primeros, tiene también lugar la tentación correlativa: la ambición de los primeros puestos, por parte de los que no los detentan (cf Mt 20,24-28). * Por fin, la crítica a los títulos de “maestro... padre... jefes” no se entiende literalmente, pues el mismo NT utiliza esos términos. III. SITUACIÓN HUMANA * La sencillez, la fraternidad, el servicio... son virtudes subrayadas en nuestro tiempo. Proporcionan paz en este mundo tan competitivo. Bella oración la del salmo responsorial: “Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor,... no pretendo grandezas...” IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ “... Nadie se puede dar a sí mismo el mandato ni la misión de anunciar el Evangelio... Eso supone ministros de la gracia, autorizados y habilitados por parte de Cristo” (875). _ Para una mayor profundización en la constitución jerárquica de la Iglesia: 874-879. 1536. 1546-1571. * La respuesta _ Por parte de la jerarquía, fidelidad al ministerio: “Ante la grandeza de la gracia y del oficio sacerdotales, los santos doctores sintieron la urgente llamada a la conversión con el fin de correponder... a aquel de quien el sacramento los constituye ministros...” (1589). Y actitud de servicio: “El carácter de servicio del ministerio eclesial está intrínsecamente ligado a la naturaleza sacramental... dependiente de Cristo que da misión y autoridad, los ministros son verdaderamente esclavos de Cristo... [y] esclavos de todos” (876). _ Para el desarrollo del ministerio: 888-896. _ Por parte de los fieles: No encerrarse en sí oponiendo “la conciencia personal y la razón a la ley moral o al Magisterio de la Iglesia. Así puede desarrollarse entre los cristianos un verdadero espíritu filial con respecto a la Iglesia. Es el desarrollo normal de la gracia bautismal que nos engendraó en el seno de la Iglesia y nos hizo miembros del Cuerpo de Cristo” (2039-2040). _ Sobre la personalidad cristiana de los laicos: 783-786. 871-873. 897-913. * El testimonio cristiano _ Los laicos “tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestarla a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe... la reverencia hacia los pastores...(CIC can. 212, 3)” (907). A la jerarquía se le pide fidelidad y actitud de servicio fraternal en el cumplimiento de su misión. A los fieles se les pide espíritu de comunión eclesial. DOMINGO XXXII ORDINARIO (inicio) “Volverá el Señor para abrir y cerrar la puerta del banquete de bodas” I. LA PALABRA DE DIOS * Sb 6,13-17: “Encuentran la sabiduría los que la buscan” * Sal 63,2.3s.5s.7s.: “Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío” * 1Ts 4,12-18: “A los que han muerto en Jesús, Dios los llevará con Él” * Mt 25,1-13: “Que llega el esposo, salid a recibirlo”. II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Los tres últimos Domingos de todos los ciclos miran fijamente al futuro definitivo. La esperanza de la salvación definitiva impregna todo el quehacer humano de sentido. * En la parábola de las vírgenes se contraponen la sabiduría (la sensatez) y la necedad. Por la primera nos identificamos con la manera que Dios tiene de ver al hombre y al mundo. Por eso, la 1.a Lect. y el Salmo giran en torno a la búsqueda de la Sabiduría de Dios y de Dios mismo. Por la segunda, el hombre se deja conducir de sus propios puntos de vista. A la primera se le abren las puertas del banquete de bodas de Dios con la humanidad, a la segunda se le cierran. * Las virgenes sensatas no manifiestan tanto un sentimiento de egoísmo, cuanto de reproche a sus compañeras por no haberse tomado en serio la espera del esposo. III. SITUACIÓN HUMANA * Quien vive con un poco de sensatez, de sentido común, se interesa por acertar en la vida, en la valoración de los sucesos, en la visión de la realidad, en el desenlace final... Esto es lo que suele decirse tener una filosofía de la vida. El Evangelio nos da una teología de la vida. La diferencia estriba en que en el primer caso, el sujeto pensante es el hombre, y en el segundo, Dios para el hombre. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Vivimos el entretiempo que media de la primera a la segunda venida del Señor. “El tiempo presente, según el Señor, es el tiempo del Espíritu y del testimonio... pero es también un tiempo marcado todavía por la ``tristeza''... y la prueba del mal... que afecta también a la Iglesia... e inaugura los combates de los últimos días... Es un tiempo de espera y de vigilia...” (672; cf 668-675). * La respuesta _ La espera en vigilia: “Vigilia” es un término clásico del lenguaje cristiano para designar un tiempo largo dedicado a la oración en las horas de la noche. Tiempo de silencio exterior y de riqueza interior, porque es espera del Señor y todo se mira desde su próxima venida (sabiduría). Tiempo simbólico que remite a la venida del Señor en la muerte de cada uno y al fin de los tiempos: “En Jesús, ``el Reino de Dios está próximo'', llama a la... vigilancia. En la oración, el discípulo espera atento a Aquel que ``es y que viene'', en el recuerdo de su primera venida en la humildad de la carne, y en la esperanza de su segundo advenimiento en la gloria... En comunión con su Maestro, la oración de sus discípulos es un combate, y velando en la oración es como no se cae en la tentación...” (2612; cf 2849. 2699). * El testimonio cristiano _ “Como no sabemos el día ni la hora es necesario, según el consejo del Señor, estar continuamente en vela. Así, terminada la única carrera que es nuestra vida en la tierra, mereceremos entrar con Él en la boda” (1036). _ La parábola de “``la viuda importuna'' (cf Lc 18,1-8), está centrada en una de las cualidades de la oración: es necesario orar siempre, sin cansarse, con la paciencia de la fe. ``Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará fe sobre la tierra?''” (2613). El retorno del Señor es gozoso: se compara a un banquete de bodas y, al mismo tiempo, abre un gran interrogante: decide la suerte eterna que cada uno se ha labrado durante la propia vida. El entretiempo actual es tiempo de oración vigilante. En su centro, la Plegaria eucarística y la comunión, vueltas a la venida del Señor. DOMINGO XXXIII ORDINARIO (inicio) “Volverá el Señor y retribuirá a cada uno ``según sus obras''” I. LA PALABRA DE DIOS * Pr 31,10-13.19s.30s.: “Trabaja con la destreza de sus manos” * Sal 127,1s.3.4s.: “Dichoso el que teme al Señor” * 1Ts 5,1-6: “El día del Señor llegará como un ladrón en la noche” * Mt 25,14-30: “Como has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu Señor” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * La segunda parábola sobre el retorno del Señor destaca el presente como garantía del futuro, de la eternidad. El presente es productivo, como el dinero colocado a interés, porque en el retorno del Señor, se dobla el capital para la eternidad. O se recibe la sentencia de condenación, si no se ha colocado el capital, grande o pequeño, que es la vida de cada uno. * La segunda Lectura destaca la imprevisión del retorno de Cristo para unos, para los “asegurados” en este mundo de “tinieblas”, donde no se ve. Y el deseo cumplido de la venida del Señor para otros, para “los hijos de la luz”, que viven despiertos, vigilantes. * Si bien es cierto que la vida es ir recibiendo dones del Reino de Dios, hoy se nos dice que al final el don es Dios. III. SITUACIÓN HUMANA * Al hilo de la segunda Lectura, toda persona sensata no puede menos de experimentar que las seguridades de este mundo se quiebran. Por eso, la llamada de atención para el fin de esta vida, que es comienzo de la otra, no puede desatenderse. Lo único sensato es vivir vigilante, continuar quizá buscando, mejor deseando el futuro. * Grande es la confianza de Dios en el hombre, a pesar de todo, porque le sigue otorgando talentos para transformar y mejorar todo. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ “... El Hijo no ha venido para juzgar sino para salvar... y para dar la vida que hay en él... Es por el rechazo de la gracia en esta vida por lo que cada uno se juzga ya a sí mismo... es retribuído según sus obras... y puede incluso condenarse eternamente al rechazar el Espíritu de amor...” (679). * La respuesta _ Preparemos el juicio eligiendo ahora el camino de Cristo: “El camino de Cristo ``lleva a la vida'', un camino contrario ``lleva a la perdición''... La parábola evangélica de los dos caminos está siempre presente en la catequesis de la Iglesia. Significa la importancia de las decisiones morales para nuestra salvación. ``Hay dos caminos, el uno de la vida, el otro de la muerte; pero entre los dos, una gran diferencia'' (Didajé, 1, 1)” (1696). _ Adelantemos el juicio definitivo en el tribunal de misericordia de la Iglesia: En el sacramento de la Penitencia, “el pecador, confiándose al juicio misericordioso de Dios, anticipa... el juicio al que será sometido al fin de esta vida terrena. Porque es ahora, en esta vida, cuando nos es ofrecida la elección entre la vida y la muerte, y sólo por el camino de la conversión podemos entrar en el Reino del que el pecado grave nos aparta... Convirtiéndose a Cristo por la penitencia y la fe, el pecador pasa de la muerte a la vida ``y no incurre en juicio''...” (1470). * El testimonio cristiano _ “Todos estos frutos buenos de nuestra naturaleza y de nuestra inteligencia, tras haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y según su mandato, los encontramos después de nuevo, limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados cuando Cristo entregue al Padre el reino eterno y universal. Dios será entonces ``todo en todos'' (GS 39)” (1050). _ “Quiso Dios ``dejar al hombre en manos de su propia decisión'' (Si 15,14), de modo que busque a su Creador sin coacciones y, adhiriéndose a Él, llegue libremente a la plena y feliz perfección (GS 17)” (1730). El juicio de Dios se prepara (se instruye) en este mundo. El juicio de Dios se adelanta en el juicio de misericordia del sacramento de la Penitencia. SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO (inicio) “Volverá el Señor, Rey del universo, y ``separará a unos de otros''” I. LA PALABRA DE DIOS * Ez 34,11s.15-17: “A vosotras, ovejas mías, os voy a juzgar” * Sal 22,1-2a.2b-3.5s.: “El Señor es mi pastor, nada me falta” * 1Co 15,20-26a.28: “Devolverá el Reino de Dios Padre para que Dios sea todo en todo” * Mt 25,31-46: “Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * En este Domingo, el anuncio evangélico tiene dos perspectivas destacadas: la contemplación de Cristo Rey y el retorno del Señor con el juicio final, que prolonga los Domingos anteriores. * La contemplación de Cristo Rey coloca en primer plano la persona de Cristo, por la acumulación de títulos cristológicos en esta perícopa: Hijo del hombre, Pastor, Rey, Hijo del Padre, Hermano de los hombres, Señor, Juez de todas las vidas humanas. * El retorno del Señor coloca en primer plano, en el juicio final, la caridad con los más necesitados. Se completan las parábolas anteriores: En la vigilancia y el quehacer cristiano, la caridad ocupa el centro. Y la caridad ha de completarse con la vigilancia y el quehacer cristianos. III. SITUACIÓN HUMANA * Nos cuesta trabajo reconocer a Cristo como rey, porque la comprensión que de sí mismo tiene como siervo no se corresponde con nuestras ideas e imágenes del poder, de la primacía y del dominio. * Muchos de nuestros contemporáneos no pasan del Cristo de las narraciones evangélicas al Rey del universo. Es un mal síntoma de la dificultad en transcender al hombre admirado, Jesús de Nazaret. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ En Cristo Rey: “... La Ascensión de Cristo al cielo significa su participación en el poder y en la autoridad de Dios mismo... Cristo es el Señor del cosmos... y de la historia... Como Señor, Cristo es también Cabeza de su Cuerpo... la Iglesia” (668-669). _ En el juicio de Dios: “... Entonces, se pondrán a luz la conducta de cada uno... y el secreto de los corazones... Jesús dirá en el último día: ``Cuanto hicisteis a uno de estos... a mí me lo hicisteis'' (Mt 25,40)” (678). * La respuesta _ A Cristo Rey la adoración: “Es la primera actitud del hombre que se reconoce criatura... el silencio respetuoso en presencia de Dios ``siempre mayor''...” (2628). _ Ante el juicio de Dios: “S. Juan Crisóstomo lo recuerda ... ``No hacer participar a los pobres de los propios bienes es robarles''...” (2446). _ “Desde el comienzo de la historia cristiana, la afirmación del señorío de Jesús sobre el mundo y sobre la historia significa también reconocer que el hombre no debe someter su libertad personal, de modo absoluto, a ningún poder terrenal sino sólo a Dios Padre y al Señor Jesucristo: César no es el ``Señor''. ``La Iglesia cree... que la clave, el centro y el fin de toda historia humana se encuentra en su Señor y Maestro''” (450). * El testimonio cristiano _ Sobre la solemnidad de Cristo Rey: “La Iglesia manifiesta... la realeza de Cristo sobre toda la creación y, en particular, sobre las sociedades humanas (León XIII, enc. ``Inmortale Dei'')” (2105). _ Sobre el juicio: “Cuando damos a los pobres las cosas indispensables, no les hacemos liberalidades personales, sino que les devolvemos lo que es suyo... es cumplir un deber de justicia (S. Gregorio Magno, past., 3, 21)” (2469). En el anuncio evangélico del juicio final, se destacan: la realeza de Cristo y el amor a los necesitados. La primera pide adoración, “silencio respetuoso [de todo el ser] ante el Dios ``siempre mayor''”. El segundo, renuncia al ansia de poseer que ha de redundar en la comunicación de bienes. ESQUEMA DE LAS SOLEMNIDADES (inicio) Solemnidad Lecturas Catecismo de la Iglesia Católica ADVIENTO INMACULADA CONCEPCIÓN !Salve! Llena de gracia, el Señor está contigo Gn 3,9-15.20: “Establezco hostilidades entre tí y la mujer” Ef 1,3-6.11-12: “Dios nos eligió en la persona de Cristo” Lc 1,26-38: “Alégrate, llena de gracia” La Inmaculada Concepción: 490-493 Anunciación: 494 Lucha contra el pecado: 40 CUARESMA SAN JOSÉ He aquí al siervo bueno y fiel 2S 7,4-5a.12-14a.16: “El Señor Dios le dará el trono de David, su padre” Rm 4,13.16-18.22: “Creyó contra toda esperanza” Mt 1,16.18-21.24a: “José hizo lo que le había mandado el Señor” José y el nacimiento de Jesús: 437 La Concepción Virginal de Jesús: 496 Sumisión a María y José: 532 TIEMPO PASCUAL SANTÍSIMA TRINIDAD Padre, Hijo y Espíritu Santo: Dios trino, Dios amor Ex 34,4b-6.8-9: “Señor, Dios compasivo y misericordioso” 2Co 3,11-13: “La gracia de Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo” Jn 3,16-18: “Dios mandó a su Hijo al mundo” En el nombre del Padre...: 232-237 Revelación del Dios trino: 238-248 CORPUS CHRISTI Un solo cuerpo porque c¦+ome¦+mos del mismo pan Deut 8,2-3.14b-16a: “Te alimentó con el maná” 1Co 10,16-17: “El pan es uno y nosotros formamos un solo cuerpo” Jn 6,51-59: “Mi carne es verdadera comida...” La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida de la Iglesia: 1324-1327 Los signos del pan y del vino: 1333-1336 TIEMPO ORDINARIO SAN PEDRO Y SAN PABLO Apóstoles de Cristo, columnas de la Iglesia, testigos de la fe Hch 12,1-11: “El Señor me ha librado de las manos de Herodes” 2Tm 4,6-8.17-18: “Me aguarda la corona merecida” Mt 16,13-19: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” Pedro, piedra de la Iglesia: 881 El Papa, principio de unidad: 882 El Papa, Maestro Infalible: 891 SANTIAGO APÓSTOL Servidor de la Palabra, testigo del Reino Hch 4,33.5.12.27b-33: “Hizo decapitar a Santiago” 2Co 4,7-15: “Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús” Mt 20,20-28: “Mi cáliz lo beberé” La predicación apostólica: 75. 76 La Iglesia es apostólica: 857-860 ASUNCIÓN DE LA VIRGEN (Vigilia) Elevada al cielo, reinas con Cristo 1Co 15,3-4.15-16;16,1-2: “Metieron el Arca de Dios en la tienda” 1Co 15,54-57: “Nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo” Lc 11,27-28: “!Dichoso el vientre que te llevó!” Nuestra Madre por la gracia: 967-968 ASUNCIÓN DE LA VIRGEN (Solemnidad) Te llamarán bienaventurada todas las generaciones Apoc 11,19a; 12,1-6a.10b: “Una Mujer vestida del sol” 1Co 15,20-26: “Primero Cristo, luego todos los cristianos” Lc 1,39-56: “El Poderoso ha hecho obras grandes por mí” María, imagen de la Iglesia: 972 Esperanza en los cielos nuevos: 1042-1043 TODOS LOS SANTOS Bienaventurado quien sigue al Señor Ap 7,2-4.9-14: “Vi una muchedumbre que nadie podía contar” 1Jn 3,1-3: “Veremos a Dios tal cual es” Mt 5,1-12a: “Vuestra recompensa será grande en el cielo” La Iglesia es santa: 823-825 La comunión de los santos: 946-947 La santidad cristiana: 2013 LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA (inicio) (8 de Diciembre) “Salve, llena de gracia, el Señor está contigo” I. LA PALABRA DE DIOS * Gn 3,9-15.20: “Establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre su estirpe y la tuya” * Sal 97,1.2-3ab.3c-4: “Cantad al Señor una cántico nuevo, porque ha hecho maravillas” * Ef 1,3-6.11-12: “Dios nos eligió en la persona de Cristo antes de crear el mundo” * Lc 1,26-38: “Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El relato de la Anunciación a María pertenece al género “midráshico”, ya que S. Lucas confronta los textos antiguos con la propia venida de Cristo. Y vemos cómo la Virgen es la nueva Hija de Sión a la que Yavé renueva con su amor, según Sofonías; es la llena de gracia (Isaías); el resto que regresa de la cautividad y sobre el que ha brillado la luz divina (Isaías); el templo que rebosa de la gloria de Dios, según Ageo... * Sin dejar de pensar en el Adviento, marco en el que se celebra esta gran festividad, hacemos notar que en María tiene lugar el gran encuentro de Dios con la humanidad. * Aunque la humanidad cometa el primer pecado, Dios no se olvida de su misericordia. Pero ya se plantea entonces una batalla contra el mal, en la que a María le tocan las primicias de la victoria. Por eso, el misterio de la Inmaculada nos anuncia que hay un plan de regeneración total, que ha comenzado en María. III. SITUACIÓN HUMANA * El hombre sabe de su propia grandeza. Pero, siendo consciente de lo que vale, no lo es tanto de sus limitaciones y le cuesta mucho reconocerlas. Y aunque sepa que es el autor de sus propios éxitos, no es tan consciente de sus fracasos. Y suele buscar un culpable. Y casi siempre acaba echando las culpas a quien le ha hecho grande. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ La Iglesia confiesa el dogma de la Inmaculada Concepción: “... La Bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha del pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano (Pío IX)” (491; cf 490. 492. 493). _ La Anunciación: “Hágase en mí....”: 494. * La respuesta _ Ella es nuestra Madre en el orden de la gracia: “Por su total adhesión a la voluntad del Padre, a la obra redentora de su Hijo, a toda moción del Espíritu Santo, la Virgen María es para la Iglesia el modelo de la fe y de la caridad. Por eso es ``miembro muy eminente y del todo singular de la Iglesia'', incluso constituye la figura (``typus'') de la Iglesia (LG 63)” (967; cf 968. 969. 970). _ El culto a la Santísima Virgen: 971. _ Lucha contra el pecado... un duro combate: 40. * El testimonio cristiano _ “Ella, en efecto, como dice San Ireneo, ``por su obediencia fue causa de la salvación propia y la del todo género humano''. Por eso, no pocos Padres antiguos, en su predicación, coincidieron con él en afirmar ``el nudo de la desobediencia de Eva lo desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen Eva por su falta de fe lo desató la Virgen María por su fe''. Comparándola con Eva, llaman a María ``Madre de los vivientes'' y afirman con mayor frecuencia: ``la muerte vino por Eva, la vida por María'' (LG 56)” (494). La Iglesia contempla y celebra gozosa a la Virgen Inmaculada porque ve en ella la imagen que Jesucristo quiere de ella misma: limpia, pura, sin mancha ni arruga, preparada para el Esposo que llega. SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA (inicio) (19 de Marzo) “He aquí al siervo fiel y prudente a quien el Señor puso al frente de su familia” I. LA PALABRA DE DIOS * 2S 7,4-5a.12-14a.16: “El Señor Dios le dará el trono de David, su padre” * Sal 88,2-3.4-5.27.29: “Su linaje será perpetuo” * Rom 4,13.16-18.22: “Apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza” * Mt 1,16.18-21.24a: “José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * La primera Lectura está elegida en función del Evangelio. Mateo concede un especial relieve a San José en su relato de infancia, a diferencia de Lucas que se fija más en la figura de María. Ello es debido a la intencionalidad de Mateo de entroncar, por medio de José, a Jesús con David y su linaje. * José es modelo de creyente. Como María, también “guardaba todo en su corazón”. La decisión de seguir los caminos de Dios, tan escasamente aclarados, como en el caso de Abraham, realza el mérito de quien siempre había confiado en el Señor y muestra lo singular de su vocación. Inscribiremos a San José en la nómina de los grandes convocados a quienes no se dan demasiadas explicaciones acerca de su misión y tarea. III. SITUACIÓN HUMANA * Un curioso contraste suele sucedernos a nosotros mismos o en nuestro entorno. Cuando nos encontramos con una persona de la que podemos decir que es sencilla y buena, se nos llena el corazón de satisfacción y la admiramos. Y nos resulta atrayente. Sin embargo, y aquí viene la paradoja, no solemos imitar a quien tanto nos ha asombrado. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ José en el Nacimiento de Jesús: “... José fue llamado por Dios para ``tomar consigo a María su esposa'' encinta ``del que fue engendraado en ella por el Espíritu Santo'', para que Jesús, ``llamado Cristo'' nazca de la esposa de José en la descendencia mesiánica de David” (437). _ La concepción virginal: 496. 532. 534. * La respuesta _ La obediencia de la fe: “El Antiguo Testamento es rico en testimonios acerca de esta fe. La carta a los Hebreos proclama el elogio de la fe ejemplar de los antiguos, por la cual ``fueron alabados''. Sin embargo, Dios tenía ya dispuesto algo mejor: la gracia de creer en su Hijo Jesús, ``el que inicia y consuma la fe''” (147; cf 1655). _ San José, abogado de la buena muerte: 1014. 1020. * El testimonio cristiano _ La obra divina sobrepasa toda comprensión humana y reclama la obediencia: “Los relatos evangélicos presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humana: ``Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo'', dice el ángel a José a propósito de María, su desposada. La Iglesia ve en ello el cumplimiento de la promesa divina hecha por el profeta Isaías: ``He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un Hijo'' (Is 7,14 según la traducción griega de Mt 1,23)” (497). El Bautista dijo que “convenía que él menguase para Cristo creciera”. Ni José ni María han dicho eso; pero con sus silencios y plena aceptación de los proyectos de Dios, han sido más elocuentes. SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD (inicio) “Dios es amor infinito en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo” I. LA PALABRA DE DIOS * Ex 34,4b-6.8-9: “Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso” * Sal Dn 3,52.53.54.55.56: “A ti gloria y alabanza por los siglos” * 2Co 13,11-13: “La gracia de Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo” * Jn 3,16-18: “Dios mandó a su Hijo al mundo, para que se salve por Él” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * A pesar de la infidelidad del pueblo (rotura de las tablas) el pacto continúa. Y todo por la bondad de Yavé, “compasivo y misericordioso, lento a la ira, rico en piedad y leal”. Ante Cristo no hay más que dos vías: o rechazo o aceptación; o fe y vida eterna, o condenación. Él ha venido “para que tengan vida y la tengan sobreabundante”. * El mismo Dios del Sinaí es el que se ha manifestado en Jesucristo. Acaso nos dé un poco de miedo, el primero por lejano y distante, y el otro por demasiado encarnado. Pero esa es precisamente la acción de Espíritu en nosotros. El cristiano, por la acción del Espíritu, reconoce al Dios del Sinaí como el de Jesucristo. * El Dios del Sinaí se hace descubrir en la historia de un pueblo. Cristo se hace historia en nuestro mundo para salvarlo; el Espíritu, en la etapa de la Iglesia, hace que reconozcamos en Él hoy la salvación en Jesús: “para que el mundo se salve por él”. III. SITUACIÓN HUMANA * Si nosotros tuvíeramos ante Dios la misma actitud que el viejo pueblo, tendraíamos aún más miedo de Dios. Por que su misterio es mayor y su majestad soberana. Pero, al contrario, predomina el Dios-Amor. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ El fin último de toda la economía divina es la entrada de las criaturas en la unidad perfecta de la Bienaventurada Trinidad: “Los cristianos son bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Antes responden ``Creo'' a la triple pregunta que les pide confesar su fe en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo: ``La fe de todos los cristianos se cimenta en la Trinidad'' (S. Cesáreo de Arlés, symb.)” (232; cf 233-237). * La respuesta _ El nombre del Señor es santo: “El cristiano comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la cruz, ``en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén''. El bautizado consagra la jornada a la gloria de Dios e invoca la gracia del Señor que le permite actuar en el Espíritu como hijo del Padre” (2517). * El testimonio cristiano _ “Dios mío, Trinidad, te adoro, ayúdame a olvidarme enteramente de mi mismo para establecerme en tí, inmóvil y apacible como si mi alma estuviera ya en la eternidad; que nada pueda turbar mi paz, ni hacerme salir de tí, mi inmutable, sino de cada minuto me lleve más lejos en la profundidad de tu misterio. Pacifica mi alma. Haz de ella tu cielo, tu morada amada y el lugar de tu reposo. Que yo no te deje jamás solo en ella, sino que yo esté allí enteramente, totalmente despierta en mi fe, en adoración, entregada sin reservas a tu acción creadora (Oración de la Beata Isabel de la Trinidad)” (260). Ante la grandeza del Misterio Trinitario sólo caben la adoración humilde, la bendición del Santo Nombre de Dios, la acción de gracias, la permanente alabanza por sus obras y el reconocimiento porque Dios nos ama. SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI (inicio) “Formamos todos un solo cuerpo, porque comemos de un mismo pan” I. LA PALABRA DE DIOS * Deut 8,2-3.14b-16a.: “Te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres” * Sal 147,12-13.14-15.19-20: “Glorifica al Señor, Jerusalén” * 1Co 10,16-17: “El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo” * Jn 6,51-59: “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El recuerdo del Éxodo y de la estancia en el desierto marcaría el final de la etapa que había empezado en el monte Horeb y el comienzo de la que comenzaría en Moab. Había que recordar al pueblo la necesidad de ser fiel a la Palabra; así, la Palabra da la vida (Te alimentó con el maná....para enseñarte “que no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”) El maná sería el signo de la obediencia a la Palabra. * El Evangelio es un fragmento de la segunda parte del Discurso sobre el Pan de Vida. Todos coinciden en que tiene todo él una fuerte carga eucarística, pero con una notable diferencia: mientras en la primera parte, Jesús emplea un lenguaje más simbólico; en la segunda tiene un matiz más sacramental. III. SITUACIÓN HUMANA * El hombre de hoy, ahíto de muchas cosas, no suele sentir necesidad de nada, porque cree que tiene todo bien cubierto. Llena sus vacíos con aquello en que abunda. Pero sigue sintiendo hambre, porque no ha aplicado el remedio justo. No lo confiesa, pero en el fondo es hambre de plenitud. Y eso no se llena con lo que el hombre cree tener de sobra. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida eclesial: “``La Eucaristía es fuente y cima de toda la vida cristiana. Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales, y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua'' (PO 5)” (1324; cf 1325-1327). _ Nombres de este Sacramento: Eucaristía (1328); Banquete, Fracción del pan, Asamblea Eucarística (1329); Memorial de la Pasión, Santo Sacrificio, Santa y divina Liturgia (1330); Comunión (1331); Santa Misa (1332). _ Los signos del pan y del vino: 1333-1336. * La respuesta _ “Tomad y comed...”: La comunión: “El Señor nos dirige una invitación urgente a recibirle en el Sacramento de la Eucaristía. ``En verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su Sangre, no tendraéis vida en vosotros''” (1384; cf 13851390). _ Frutos de la Comunión: 1391-1401. * El testimonio cristiano _ “``La Eucaristía significa y realiza la comunión de vida con Dios y la unidad del pueblo de Dios por las que la Iglesia es ella misma. En ella se encuentra a la vez la cumbre de la acción, por la que, en Cristo, Dios santifica al mundo, y del culto que en el Espíritu Santo los hombres dan a Cristo por el Padre'' (CdR, inst. ``Eucharisticum mysterium'', 6.)” (1325; cf 1355). Se ha quedado, no porque necesite de nosotros, sino porque nosotros le necesitamos a Él; se nos da como alimento, porque pereceríamos de “hambre” en nuestro peregrinaje; se nos ha entregado en sacrificio, porque la perpetuación del Sacrificio del Calvario actualiza la Redención. SANTOS PEDRO Y PABLO, APÓSTOLES (inicio) (29 de Junio) “Pedro fue el primero en confesar la fe; Pablo, el maestro insigne que la interpretó” I. LA PALABRA DE DIOS * Hch 12,1-11: “Ahora me doy cuenta de que el Señor me ha librado de las manos de Herodes”. * Sal 18,2-3.4-4: “El Señor me libró de todas mis ansias.” * 2Tm 4,6-8.17-18: “Ahora me aguarda la corona merecida” * Mt 16,13-19: “Tú eres Pedro, y te daré las llaves del Reino de los Cielos”. II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * S. Lucas busca deliberadamente una relación entre la prisión y liberación de Pedro y las que se dan en otros momentos de la Historia de la Salvación. * La misma experiencia parece hacer notar San Pablo, al sentir que Dios le ayuda y que le llevará al cielo. Ha ido dejándose ganar por Cristo. Ha sabido adaptar perfectamente el mensaje cristiano a las diversas culturas y se siente satisfecho por haberlo anunciado a los gentiles. * Jesús: Siempre pensó en la Iglesia y la quiso bajo Pedro y sus sucesores. Cristo ha dejado en la Iglesia otro signo de su presencia: la Roca, fundamento de la unidad, aglutinante de cuantos creemos en Jesús, garantía de nuestra fe. Aunque, eso sí, como Cristo, será piedra “probada”, “rechazada por los arquitectos”, pero “piedra angular”. III. SITUACIÓN HUMANA * En nuestra sociedad proliferan grupos que aceptan plenamente la doctrina pontificia y para quienes la figura del Papa suscita entusiasmos. Sus innumerables viajes y las multitudinarias adhesiones en ellos recibidas así lo avalan. Pero hay también quienes lo rechazan y combaten su pensamiento ¿Será que es por sí mismo piedra de escándalo? De algo estamos todos muy ciertos: El Papa a nadie deja indiferente. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Pedro, piedra de la Iglesia: “El Señor hizo de Simón, al que dio el nombre de Pedro, y solamente a él, la piedra de su Iglesia. Le entregó las llaves de ella; lo instituyó Pastor de todo el rebaño. Está claro que también el Colegio de los apóstoles, unido a su Cabeza, recibió la función de atar y desatar dada a Pedro. Este oficio pastoral de Pedro y de los demás apóstoles pertenece a los cimientos de la Iglesia. Se continúa por los obispos bajo el primado del Papa” (881). _ El Papa, principio de unidad: 882. _ El Papa, Pastor y Maestro infalible: 891. * La respuesta _ Vivir en comunión con la Iglesia: “Están plenamente incorporados a la sociedad que es la Iglesia aquellos que, teniendo el Espíritu de Cristo, aceptan integramente su constitución y todos los medios de salvación establecidos en ella y están unidos, dentro de su estructura visible, a Cristo, que la dirige por medio del Sumo Pontífice y de los obispos.....” (837; cf 20342040). * El testimonio cristiano _ “...El que no cree en la unidad de la Iglesia, ¿puede tener fe? El que se opone y resiste a la Iglesia, el que abandona la cátedra de Pedro, sobre la que aquella está fundada, ¿puede pensar que se halla dentro de la Iglesia? También el bienaventurado Pablo enseña lo mismo y pone de manifiesto el misterio de la unidad, cuando dice: ``Sólo hay un cuerpo y un espíritu, como también una sola esperanza a la que habéis sido llamados: un solo Señor, una sola fe, un solo Bautismo'' (Ef 4,4-6)” (San Cipriano, De unitate Ecclesiae). A esta Piedra-Palabra de Salvación (Cristo-Pedro-Apóstoles) hemos de acercarnos todos (cf 1P 2,4), apoyándonos en el sí de nuestra fe, arraigados y edificados en la fe (cf Col 2,7) para ser “piedras vivas” (1P 2,5) para ser pueblo del Señor. SOLEMNIDAD DE SANTIAGO APÓSTOL (inicio) (25 de Julio) “Llamado a ser grande en el Reino de Dios, fue el gran servidor de la Palabra” I. LA PALABRA DE DIOS * Hch 4,33.5.12.27b-33;12,1b: “Hizo decapitar a Santiago” * Sal 66,2-3.5.7-8: “Oh Dios que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben” * 2Co 4,7-15: “Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús” * Mt 20,20-28: “Mi cáliz lo beberé” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * En el relato de Mateo pueden descubrirse dos secciones: el Reino futuro sería el motivo principal de la primera; la comunidad cristiana presente y actual, el de la segunda. Pero lo que verdaderamente destaca es lo que Jesús dice. El es el protagonista. No podemos descartar el carácter mesiánico de la petición de la madre. Ella parece afirmar que ha llegado el momento de la instauración del reino de Israel en Jesús. Otra cosa es el elemento corrector que el propio Jesús introduce. Y más claramente aún, al subrayar el carácter escatológico de participación de los dos discípulos en el cáliz del Señor. * Que Jesús responda a la pregunta de la madre con otra pregunta, tiene todo el aspecto de invitación a que opten de una vez. El acontecimiento de la Pascua de Cristo significado en el “beber el cáliz que yo he de beber”, es compromiso de amor, de entrega, de renuncia al egoísmo. III. SITUACIÓN HUMANA * Cuando la fe se aparta de la vida; estamos despojando a la fe de su capacidad para potenciar la misma vida humana. Sin la mirada de fe, la expresión “podemos”, sonaría en labios de Santiago y Juan a pretensión cargada de vanidad. El paso del tiempo y la luz que la fe proyectó sobre sus vidas les hizo sorprenderse de su propia “osadía”. Los discípulos llegaron a entender que algo mucho más importante que el poder, el prestigio, o cualquier valor incluso más importante que la vida misma, afloró en sus vidas por la fe en Jesucristo: el Reino de Dios. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ La predicación apostólica: “Cristo nuestro Señor, plenitud de la revelación, mandó a los apóstoles predicar a todos los hombres el Evangelio como fuente de toda verdad salvadora y de toda norma de conducta, comunicándoles así los bienes divinos: el Evangelio prometido por los profetas, que Él mismo cumplió y promulgó con su voz (DV 7)” (75; cf 76). _ La Iglesia es apostólica: 857. 858. 859. 860. * La respuesta _ El apostolado: 863. 864. 865. _ Participación de los laicos en la misión profética de Cristo: Aceptación del Magisterio por los fieles: 87. * El testimonio cristiano _ Vida moral y Magisterio de la Iglesia: “La Iglesia, columna y fundamento de la verdad recibió de los apótoles este solemne mandato de Cristo de anunciar la verdad que nos salva. ``Compete siempre y en todo lugar a la Iglesia proclamar los principios morales, incluso los referentes al orden social, así como dar su juicio sobre cualesquiera asuntos humanos, en la medida que lo exijan los derechos fundamentales de la persona humana o la salvación de las almas'' (CIC can.747,2)” (2032). _ Todos los hombres están invitados al Pueblo de Dios. Por eso este pueblo, uno y único, ha de extenderse por todo el mundo a través de todos los siglos, para que así se cumpla el designio de Dios, que en el principio creó una única naturaleza humana y decidió reunir a sus hijos dispersos...Este carácter de universalidad que distingue al Pueblo de Dios, es don del mismo Señor. Cuando la fe en Jesucristo, proclamada por el Apóstol Santiago, informa plenamente la vida, el creyente puede aparecer martirizado, pero no aplastado; apurado, pero no desesperado; acosado, pero no abandonado y llevaremos así en nuestro cuerpo la Muerte de Jesús. LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA A LOS CIELOS (inicio) Misa vespertina de la Vigilia (15 de Agosto) “Elevada al cielo por encima de los ángeles, triunfas, María, con Cristo para siempre” I. LA PALABRA DE DIOS * 1Cro 15,3-4.15-16; 16,1-2: “Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David le había preparado” * Sal 131,6-7.9-10.13-14: ”Levántate, Señor, ven a tu mansión; ven con el arca de tu poder” * 1Co 15,54-57: “Nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo” * Lc 11,27-28: “!Dichoso el vientre que te llevó!” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Dos veces se nos cuenta en la Biblia el traslado del Arca, una en Samuel y otra en el texto que hoy leemos. Se resalta el carácter procesional de la entronización del Arca. La Liturgia de esta tarde quiere que veamos en María la Nueva Arca de la Alianza, Trono de la Presencia definitiva de Dios con la humanidad. Con toda la importancia que se da al Arca como signo de Dios en medio de Israel, ahora aquella señal se nos antoja pálida y de anticipación esta señal nueva y definitiva: la Madre del “Dios-con-nosotros”. * La respuesta de Jesús (Evangelio) a la mujer que ha alabado tan generosamente a su madre quiere ir mucho más allá de lo puramente biológico. La mayor bienaventuranza de María está en su fidelidad, en su atención a la Palabra. El mismo se ha encargado de mostrarla a los hombres como modelo de creyente, de aceptación plena del plan de Dios sobre ella en favor de la humanidad. III. SITUACIÓN HUMANA * Cuando el hombre encuentra que hay personas concretas a quienes se pueden aplicar grandes principios, éstos dejan de ser utópicos. La alabanza de Jesús habráía quedado en el aire, como invitando a los oyentes a buscar quién encajaría con ella. Pero la Iglesia, sabe muy bien por quién iban dichas. Y no hay más que mirar, leer, contemplar cómo María escuchaba, cómo contemplaba, cómo guardaba todo en su corazón. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ Nuestra Madre en el orden de la gracia: “``Pero su papel (el de María) con relación a la Iglesia y a toda la humanidad va aún más lejos. Colaboró de manera totalmente singular a la obra del Salvador por su fe, esperanza y ardiente amor, para establecer la vida sobrenatural de los hombres. Por esta razón es nuestra Madre en el orden de la gracia'' (LG 61)” (968; cf 967). * La respuesta _ La Palabra de Dios, fuente de oración: “La Iglesia recomienda insistemente a todos sus fieles...la lectura asídua de la Escritura para que adquieran la ciencia suprema de Jesucristo...Recuerden que a la lectura de la Sagrada Escritura debe acompañar la oración para que se realice el diálogo de Dios con el hombre, pues a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos sus palabras (DV 25)” (2653; cf 2654). * El testimonio cristiano _ “Hoy descansa en el templo divino, no fabricado por mano alguna, la que fue también templo del Señor. Hoy el Edén recibe al paraíso del Nuevo Adán, donde fue otra vez plantado el árbol de la vida y remediada nuestra desnudez. Desde hoy la Virgen Inmaculada, que no tuvo jamás afectos terrenos, sino celestiales, ha dejado de habitar en la tierra y como cielo animado es colocada en las mansiones celestiales” (San Juan Damasceno, Homilía 2 de la Asunción). _ “(La Iglesia)...es igualmente virgen, que guarda pura e integramente la fe prometida al Esposo, y a imitación de la Madre de su Señor, por la virtud del Espíritu Santo, conserva virginalmente una fe íntegra, una esperanza sólida y una caridad sincera” (LG 64). “(María), concebida sin pecado, no fue contaminada por la corrupción del sepulcro; pues, siendo intacta en su virginidad, fue constituida tálamo precioso del cual salió Cristo, luz de las gentes y Esposo de la Iglesia” (Prefacio de la Misa núm 35 del Misal de la Virgen). LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA (inicio) (Misa del día) “Reina asumpta al cielo: hoy te felicitan todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por ti” I. LA PALABRA DE DIOS * Ap 11,19a; 12,1-6a.10ab: “Una Mujer vestida del sol, la luna por pedestal” * Sal 44,10bc.11-12 ab.16: “De pie a tu derecha está la Reina enjoyada con oro”. * 1Co 15, 20-26: “Primero, Cristo como principio; después, todos los cristianos” * Lc 1,39-56: “El Poderoso ha hecho obras grandes por mí; enaltece a los humildes” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * El libro del Apocalipsis recoge y desvela una larga tradición que arranca de Gn 3. Se habla de una victoria. Las coincidencias son demasiadas como para pasarlas por alto: algunos han querido ver en “las alas de águila grande” que “le fueron dadas a la Mujer”, una alusión a la Asunción de la Virgen. Aunque estas palabras no están incluídas en la lectura, las mencionamos por la relación con la fiesta. La alabanza que brota de María, bendiciendo a Dios con el canto del “Magníficat”, revela la inmensa gratitud de quien se siente objeto de la infinita benevolencia de Dios. La Iglesia quiere hacer suyas las alabanzas de María porque se sabe peregrina hacia el mismo cielo que Ella en cuerpo y alma ocupa. Mirando a María, encuentra su destino último. “Ha sido llevada al cielo la Virgen, Madre de Dios; ella es figura y primicia de la Iglesia que un día será glorificada” (Prefacio). III. SITUACIÓN HUMANA * La antropología cristiana proyecta sobre el hombre necesariamente ese mundo de las realidades últimas que hace que no se agote aquí en este mundo nuestra capacidad humana, María Asumpta en cuerpo y alma al cielo tiene mucho que decir al hombre de hoy. Porque en María alcanza la humanidad el grado sumo de perfección. Porque la victoria de Cristo Resucitado, no se refiere sólo al espíritu. No hay dimensión de la realidad humana fuera del alcance de la Resurrección. La carne misma llega a la gloria de Dios. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ María, icono escatológico de la Iglesia: “Después de haber hablado de la Iglesia, de su misión y de su destino, no se puede concluir mejor que volviendo la mirada a María para contemplar en ella lo que es la Iglesia en su Misterio, en su ``peregrinación de la fe'', y lo que será al final de su marcha, donde le espera, ``para la gloria de Santísima e indivisible Trinidad'', ``en comunión con todos los santos'', aquella a quien la Iglesia venera como la Madre de su Señor y como su propia Madre: ``Entre tanto la Madre de Jesús, glorificada ya en los cielos en cuerpo y alma, es la imagen y el comienzo de la Iglesia que llegará a su plenitud en el siglo futuro. También en este mundo, hasta que llegue el día del Señor, brilla ante el Pueblo de Dios en marcha, como señal de esperanza cierta y de consuelo'' (LG 68)” (972). _ La Maternidad divina en la Asunción: (966). * La respuesta _ La esperanza de los cielos nuevos y la tierra nueva: “``La Iglesia... sólo llegará a su perfección en la gloria del cielo... cuando llegue el tiempo de la restauración universal y cuando, con la humanidad, también el universo entero, que está íntimamente unido al hombre y que alcanza su meta a través del hombre, quede perfectamente renovado en Cristo'' (LG 48)” (1042; cf 1043). _ Creo en la Resurrección de la carne: 988. 989. 990. 991. * El testimonio cristiano _ “Si Cristo Nuestro Señor, Justo Juez, reparte los premios, según el apóstol, con arreglo a las obras de cada uno, justo es que María, su Madre, por lo incomparable de su obra recibiera un don inefable, premio y gloria que excede a toda comparación. Tal fue su entrada corporal en el cielo, en donde se colocó a la diestra de Dios in vestito deaurato, circumdata varietate” (San Ildefonso, Sermo 2 de Assumptione B.M.) “Con razón no quisiste, Señor, que conociera la corrupción del sepulcro la mujer que, por obra del Espíritu Santo, concibió en su seno al autor de la vida, Jesucristo, Hijo tuyo y Señor Nuestro” (Prefacio). TODOS LOS SANTOS (inicio) (1 de Noviembre) “A todo el que tiene esperanza le llamará bienaventurado porque Él es ``bienaventurado''” I. LA PALABRA DE DIOS * Ap 7,2-4.9-14: “Vi una muchedumbre inmensa que nadie podía contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas”. * Sal 23,1-2, 3-4ab.5-6: “Éstos son los que buscan al Señor” * 1Jn 3,1-3: “Veremos a Dios tal cual es” * Mt 5,1-12a.: “Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo” II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO * Presentar al Imperio Romano como algo perecedero o caedizo es un objetivo de este párrafo del Apocalipsis. Eso quiere significar “Abrir los sellos”. El creyente tiene que sacudir los miedos que podían invadirle ante las persecuciones o males que amenazaban por todas partes. Jugar con el número que significaba la plenitud, es otro modo de infundir optimismo. No es que la comunidad primitiva cifrara su esperanza en una salvación puramente intrahistórica. Pero tampoco descartaban el presente como la gran ocasión de la misión evangelizadora, contra la que el Imperio desplegaba sus fuerzas. * Las Bienaventuranzas terminan como empiezan: aludiendo al Reino de los Cielos. Es precisamente desde el Reino desde donde puede entenderse lo de “dichoso”, “bienaventurado”. * Solamente mirando a Jesús hallamos al “Bienaventurado por excelencia”. ¿No será una forma de llamamiento para que veamos posible lo que en apariencia podía sonar solamente a utópico? III. SITUACIÓN HUMANA * Jesús no solamente tomó partido por aquellos a quienes llama “dichosos”. Es que Él fue el Primero. Y afirma que en ellos ya se está realizando el Reino. Cuando el hombre no encuentra tal verdad es que le falta capacidad para “ver” que el Reino de Dios está ahí, en quienes “viven” así. Y no es que no ocurra; es que no lo vemos. Jesús no es neutral ante la historia de los hombres. IV. LA FE DE LA IGLESIA * La fe _ La Iglesia es santa: “``La fe confiesa que la Iglesia...no puede dejar de ser santa. En efecto, Cristo el Hijo de Dios, a quien con el Padre y con el Espíritu Santo se proclama `el solo Santo' amó a su Iglesia como a su Esposa. Él se entregó por ella ... y la llenó del don del Espíritu Santo para gloria de Dios''. La Iglesia es, pues, el Pueblo santo de Dios y sus miembros son llamados santos” (823; cf 824, 825). _ La comunión de los santos: 946. 947. * La respuesta _ La santidad cristiana: “``Todos los fieles de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de vida cristiana y a la perfección de la caridad'' (LG 40). Todos son llamados a la santidad. ``Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto''. Para alcanzar esta perfección, los creyentes han de emplear sus fuerzas, según la medida del don de Cristo, para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio del prójimo. Lo harán siguiendo las huellas de Cristo, haciéndose conformes a su imagen, y siendo obedientes en todo a la voluntad del Padre. De esta manera, la santidad del Pueblo de Dios producirá frutos abundantes, como lo muestra claramente en la historia de la Iglesia la vida de los santos (LG 40)” (2013; cf 2011. 2016). * El testimonio cristiano _ “... Ocurre lo mismo que si, refiriéndonos a los miembros corporales dijéramos: Bienaventurados los que tienen pies, porque andarán;... los que tienen manos, porque trabajarán; ... los que tienen ojos, porque verán. Del mismo modo, al referirse a los miembros espirituales, nos enseña lo que pertenece a cada uno de ellos. La humildad es a propósito para conseguir el Reino de los cielos; la mansedumbre, para poseer la tierra... y el corazón limpio para ver a Dios” (San Agustín, Sermón 53, S. Monte) ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón. Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación.