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MADRE ASUNTA - EJEMPLO DE CONFIANZA EN DIOS1
La confianza es fruto de la fe. Sólo puede confiar realmente aquel que cree. Quien
confía también sabe aguardar, sabe esperar, sabe reconocer la presencia de Dios en todos
los hechos, aunque estos sean los más adversos.
En el recorrer de la existencia misionera de Madre Asunta, nos encontramos con la
evidencia de esta confianza que le transmitía fuerzas y animo para aceptar y superar, con
gallardía, todas las dificultades. Y su vida fue muy abnegada y llena de pruebas. Asunta
supo leer y aceptar en los acontecimientos la voluntad de Dios, que le impedía realizar el
deseo de consagrarse al Señor a través de la vida religiosa contemplativa. Aguardar
confiando en el tiempo de Dios. Al comienzo de su misión, con los huérfanos migrantes, su
hermano, Pe. José Marquetti la incentiva mas, es llamado a la Eternidad. Es Asunta que
reconforta y anima a su madre y a sus compañeras, entregada totalmente a la voluntad de
Dios.
La nueva congregación es duramente probada durante su crecimiento en varias
circunstancias. Es Asunta el timón firme en la fe y en la confianza en Aquel que calma el
mar y aplaca las tempestades. Su confianza se expresa en frases como: “Vamos,
coloquémonos en las manos de Dios y cumplamos su voluntad. Pensará Él por nosotros.
Nosotros debemos obedecer”. Su confianza no se pierde nunca. No marca el tiempo al
Señor para resolver los problemas por más dolorosos que sean. Aunque la solución lleve
años, ella confía y espera. Aguarda con el corazón en paz, con la certeza de que El se hará
presente en el momento que le complazca según su destino divino. Es unir su voluntad
humana al deseo del Padre celestial, abandonándose en sus manos. Son muchos los
testimonios de esta actitud de confianza en el Corazón Divino e inseparable Compañero de
su vida y misión, de acuerdo con lo decían las Constituciones en las cuales plasmó y formó
su espíritu y corazón.
Fue este espíritu de fe que le permitió animar a sus compañeras en los trágicos y
dolorosos acontecimientos sufridos por ser una Congregación sin experiencia, que amaba
más que a sí misma: “Tenga coraje (...), pues tenemos pruebas de que nuestra Congregación
es obra de Dios, porque no nos faltan cruces”.
Es otra vez esta fe llena de la confianza en Dios que la hace prever tiempos de
gracia, de unidad, de paz, de bendiciones, de protección divina, colaborando todas para el
mismo fin, para el mismo objetivo; “...sonríeme una gran esperanza: la cooperación leal,
dispuesta y generosa de todas mis buenas co-hermanas..” Eso dará un bien mayor a los
hermanos migrantes, los menores, los más necesitados de atención y cariño maternales,
porque la unión de todas con Dios y por Dios entre nosotras aumenta la fe y la confianza en
Aquel que “puede realizar mucho más de lo que le pedimos o imaginamos” (Ef 3,20)
A ella se le puede aplicar la recomendación del apóstol Pedro: “Pongan en las
manos de Dios cualquier preocupación, pues es El quien cuida de ustedes” (Ped.5,7).
Madre Asunta, encarnó esta enseñanza, viviéndola como “virtud”, esto es muy fuerte e
impregnado en su ser, que la sustentaba y daba coraje: “...toda mi confianza la deposité en
su dulcísimo Corazón”.
Esta es la lección heredada por nuestra co-fundadora. Ella es ejemplo a ser seguido
para recorrer, en verdad, en la fe, en la confianza y en la esperanza, el camino del
seguimiento de Cristo encarnado, migrante, despojado de su divinidad, totalmente
entregado a realizar la voluntad de Aquel que le envió, su Padre celestial.
Con Madre Asunta, aprendemos que las dificultades, los problemas, las crisis vistas
y aceptadas a través del lente de la providencia divina, que dirige y conduce nuestra
historia, se transforma en caudal de crecimiento en la fe, la confianza y en el abandono
perfecto en la Voluntad de Dios Padre, en el modelo perfecto: Jesucristo: “Porque yo he
bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.”(Jn
6,38)
Día de Madre Asunta Marchetti – 01 de julio de 2003.
Centro Scalabriniano de Estúdios Migratórios - CSEM
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Este articulo es una producción de la Hna. Zélia C. Ornaghi mscs – CEMIC, en un plan de acción integrado
entre el Csem y Hermanas colaboradoras, según el Proyecto “contenidos para reflexión” del Csem