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LECCIÓN INAUGURAL “Primera Lección y la más significativa del Año” La LECCIÓN INAUGURAL es la primera lección del año académico en la Universidad, es un espacio de orientación para el año que se inicia. Es un espacio de reflexión para ubicar el “aquí y ahora” de la UPB. “LA UNIVERSIDAD ESCUELA DE DISCÍPULOS”: LECTIO INAUGURALIS 2006 Introducción “Gran Canciller” es un título de compromiso. Comprendo que debo tener claro para mí y hacerlo muy claro a todos Ustedes, miembros de esta gran familia universitaria, lo que pretende ser el servicio de esta Institución de Iglesia. Situado frente a Ustedes vuelvo a recordar las palabras del Santo Padre Juan Pablo II que muchos han podido leer en una pequeña estampa que se ha distribuido el año pasado. “La Universidad debe servir al país en el esfuerzo común por construir una sociedad nueva, libre, responsable, consciente del propio patrimonio cultural, justa, fraterna, participativa, donde el hombre, integralmente considerado, sea siempre la medida del progreso…Permitidme que dedique un saludo de elogio a la benemérita Universidad Pontificia Bolivariana de esta ciudad de Medellín, ella goza de un sólido prestigio en Colombia por sus iniciativas culturales al servicio de la región de Antioquia y de todo el país… Mis fervientes votos para que, como vanguardia de la Iglesia particular de Medellín, pueda alcanzar las metas que he propuesto”1 Estamos llegando al septuagésimo aniversario de la Fundación de la Universidad. El Año pasado, cuando recordamos sesenta años de nuestra condición de Universidad Pontificia, celebramos el Congreso de Universidades Católicas. Todavía estamos saboreando todo lo que recibimos en estos encuentros con el Señor Cardenal, Zenon Grocholewski, Prefecto de la Congregación de la Educación Católica, con Monseñor Guy – Réal Thivierge, Secretario General de la FIUC y todos los visitantes de las Diversas Universidades Católicas de Colombia. Seguimos trabajando los ECOS DEL ENCUENTRO NACIONAL DE UNIVERSIDADES CATÓLICAS, y procuramos continuar nuestros compromisos “desde el pensar como nueva posición en el mundo para los nuevos tiempos; desde el servir como decisión del obrar por lo más humano, y desde el educar como rasgo futuro más importante para una auténtica preservación de nuestra condición humano – trascendental”.2. Nos han quedado unos retos a los que debemos responder. 1 JUAN PABLO II, Discurso a los intelectuales y al mundo universitario, Medellín, Seminario, 05 .07.1986, en MENSAJES DE S.S. JUAN PABLO II A LOS COLOMBIANOS, ns. 610 y 624 2 En nuestra REVISTA, Volumen 49, No. 149 recogemos las exposiciones más importantes del encuentro a las cuales se han añadido algunos trabajos que consideramos centrales en el momento histórico de nuestra Universidad. Será particularmente importante que nos detengamos en el artículo preparado por el Padre Jorge Iván Ramírez Aguirre y que la Revista considera como propuesta “Declaración de Medellín” El pasado 21 de noviembre de 2005 realizamos nuestro encuentro de Seccionales de la UPB en la Ciudad de Montería. Recordamos así los 10 años de vida de esa comunidad universitaria. Pensamos entonces que, atentos al gran movimiento de la Iglesia en nuestra América Latina, sería muy conveniente situar a toda la Universidad en la tónica de preparación para la V Conferencia. Por eso escogimos el tema del discipulado para la Lección Inaugural de este año 2006: LA UNIVERSIDAD, ESCUELA DE DISCÍPULOS. Nuestra exposición hoy trata en primer lugar de ubicarnos en el contexto de esta V Conferencia General y, en segundo lugar, procura dar algunas grandes orientaciones para que en este año caminemos hacia el discipulado. 1.- LA PREPARACIÓN DE LA V LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE. CONFERENCIA DEL EPISCOPADO 1.1 EL CONTEXTO A toda la Iglesia Católica que está en América Latina se le presenta ahora un nuevo reto. La preparación de la QUINTA CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINAMERICANO Y DEL CARIBE. El inicio del itinerario de su preparación había recibido ya la aprobación del Papa Juan Pablo II. El Papa Benedicto XVI fijó el tema y convocó la reunión para el mes de mayo de 2007 en Aparecida – Brasil. ¿Cómo prepararnos para esta V Conferencia? Quienes hemos seguido atentamente el itinerario de esta nuestra Iglesia extendida por el Continente recordamos lo que significó, tres años después de la culminación del Concilio Vaticano II, la celebración de la SEGUNDA CONFERENCIA GENERAL, entre el 26 de agosto y el siete de septiembre de 1968 con el tema LA IGLESIA EN LA ACTUAL TRANSFORMACIÓN DE AMÉRICA LATINA A LA LUZ DEL CONCILIO. Todavía necesitamos revisar algunos de los compromisos de aquella época para continuar encontrando respuestas adecuadas a las situaciones sociales, políticas, culturales y pastorales de acuerdo con orientaciones ya recibidas entonces. Iniciamos un nuevo milenio. Se trata de que todos los católicos de este rincón del planeta, que somos ciertamente la gran mayoría de los católicos del mundo, nos preguntemos cuál es nuestra responsabilidad frente a este Continente y frente al mundo entero cuando estamos ante un gran proceso de cambios de todo género, en un contexto de descristianización y de pérdida de valores fundamentales para la vida de las familias, las sociedades, el Continente. Se trata de despertar una acción evangelizadora muy fuerte, una verdadera misión en la que todos nos sintamos muy comprometidos. 1.2.- EL TEMA DE LA V CONFERENCIA. La formulación final del tema fue revisada por el Papa Benedicto XVI en el pasado mes de julio. Es la siguiente. DISCÍPULOS Y MISIONEROS DE JESUCRISTO PARA QUE NUESTROS PUEBLO EN ÉL TENGAN VIDA. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14,6). Comentemos el enunciado. DISCÍPULOS Y MISIONEROS DE JESUCRISTO…Después del Año de la Eucaristía comprendemos que lo importante para nosotros es llegar al encuentro con Cristo vivo. El discípulo es el que ESCUCHA a Jesucristo: lo ha conocido en la lectura y meditación de la Palabra. Por un proceso de catequesis y de recepción de los Sacramentos de la Iniciación Cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía), se hace miembro de la Iglesia Católica. Cada uno de nosotros debe llegar a una relación muy personal con Jesucristo. El Discípulo PERMANECE en Jesucristo y Jesucristo en él; es toda la riqueza de la enseñanza de San Juan. Por otra parte, quien tiene esta actitud de unión a Jesucristo, siente la necesidad de vivir el mandato del mismo Jesús: “vayan por todo el mundo”. El verdadero discípulo es realmente misionero. PARA QUE NUESTROS PUEBLOS EN ÉL TENGAN VIDA…El discípulo de Jesucristo ha entendido que la acción de Jesucristo es darnos vida: “Yo he venido para que ustedes tengan vida y vida abundante” (Jn 10,10). El discípulo recibe al Señor Jesucristo que ha dicho “Yo soy el pan vivo que da la vida” (Jn 6,35). A partir de la experiencia de cercanía con Jesucristo, especialmente en la Sagrada Eucaristía, el discípulo se compromete a trabajar por una “cultura de la vida”, defiende la vida, respeta la vida, apoya todo lo que puede ayudar a que los demás puedan llevar una vida digna. “YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA” (Jn 14,6).-Jesucristo mismo se define con estas tres palabras. Es la vía que hemos de seguir para que lleguemos a dar razón a nuestra existencia. Es la verdad que nos hace libres. La vida que nos comunica el sentido para nuestra propia vida. 1. 3.- EL DOCUMENTO DE PARTICIPACION Esta V Conferencia ha de ser considerada como un acontecimiento histórico que nos interpela a todos. Se nos llama a participar. Para lograrlo se han preparado dos ayudas. El Documento de participación que tiene una introducción y 5 capítulos. Las fichas de trabajo (ficha 0 introductoria y 18 fichas más) Este es el contenido del Documento de Participación 1.3.1.- EL ANHELO DE FELICIDAD, DE VERDAD, DE FRATERNIDAD Y DE PAZ. Nos remontamos a los anhelos más profundos de nuestra existencia: verdad, amor, justicia, paz. Se va reflejando nuestra sed de Dios y la vocación de cielo. Dios toma la iniciativa, se nos revela en la historia, ilumina estos anhelos, les da cumplimiento aún después del pecado y de los pecados. Con Cristo llegamos a ser personas plenas, en comunidad. 1.3.2.- DESDE LA LLEGADA DEL EVANGELIO A AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE VIVIMOS NUESTRA FE CON GRATITUD. La Buena Noticia ha llegado con un mensaje de esperanza a nuestras tierras.3 1.3.3 - DISCÍPULOS Y MISIONEROS DE JESUCRISTO. Este es el Capítulo Central Está aquí el gran contenido doctrinal que trataremos de analizar y aplicar hoy a la Universidad Por el encuentro con Jesucristo vivo somos discípulos y misioneros suyos. El Señor llega a cada uno de nosotros, lo escuchamos, aceptamos su vida, asumimos las exigencias de su Evangelio. 3 Este es un tema muy trajinado en diversos contextos y con diversas tendencias en nuestro País y en todo el Continente. Se puede analizar muy ampliamente en: PONTIFICIA COMISSIO PRO AMERICA LATINA, HISTORIA DE LA EVANGELIZACIÓN DE AMÉRICA, Simposio Internacional ACTAS, Ciudad del Vaticano ACTAS, 11 – 14 de mayo de 1992. Somos discípulos en comunión eclesial. Somos discípulos para la misión: enviados a hacer discípulos de entre todos los pueblos 1.3.4.- AL INICIO DEL TERCER MILENIO Vivimos en los dolores de parto de una nueva época. La globalización es un desafío para la Iglesia. Las esperanzas y tristezas de nuestros pueblos nos interpelan: como resultados de la globalización y del influjo de los medios de comunicación nos han llegado los resultados de la increencia y la secularización; se nota la persistencia de la pobreza; se vive el reclamo de la integración de los pueblos originarios (comunidades indígenas y afroamericanas). Se han de mirar los cambios en la educación, la misma concepción de la participación política, de la noción de democracia, de la concepción cristiana de la autoridad, la corrupción, la violencia. Los católicos y la Iglesia también ante otros desafíos: la fe, al agnosticismo, la búsqueda de Dios. Una fuerte agresividad contra la Iglesia. La atención a los desplazados. El descenso alarmante del número de católicos. 1.3. 5.- PARA QUE NUESTROS PUEBLOS EN ÉL TENGAN VIDA El Dios que nos ha escogido es el Dios de la vida. La Iglesia comprende que su misión se prolonga en la historia la misión misma de Jesucristo quien ha venido para que tengamos “vida abundante” (cfr Jn 10,10). Haciendo a Juan Pablo II y a Benedicto XVI vamos señalando que la vida nueva empieza aquí y ahora; como Iglesia somos testigos de esta corriente de vida que empieza ya, que está en nosotros, que llevaremos a todo el Continente en la GRAN MISIÓN. Vienen luego tres ANEXOS Anexo 1. Evoquemos a discípulos y misioneros santos. Evoca la figura de 15 santos, trece de ellos de nuestra América Latina y dos europeos: Tomas Moro y Gianna Beretta. Anexo 2 Contenidos y métodos de la misión. Se describen ocho elementos que se han de tener en cuenta en una “visita misionera” Anexo 3. ¿Cómo ser discípulo de Cristo hoy? Se indican siete pasos para llegar a ser un discípulo muy activo en el momento presente. 2. LA FORMACIÓN DEL DISCÍPULO EN LA UNIVERSIDAD Tratamos de comprender que estamos frente a un momento privilegiado para realizar algunos de los propósitos que formulamos el año pasado como resultado de nuestro encuentro de universidades católicas. Al señalar los presupuestos que pueden sustentar un pensamiento universitario de raigambre católica, empezamos por señalar la constante pregunta “por su esencia católica”. Esta pregunta “conduce en todas sus formas al hombre, concebido como integrado en cuerpo, alma y espíritu, razón y fundamento de de la tarea educativa; a su dimensión indivisible, superando las divisiones que conducen a la violencia de sus derechos y deberes; a su dignidad y a su libertad; de ahí la importancia de hacer constantemente la pregunta como acción universitaria. Los principios que consolidan la identidad de la universidad católica piden una vuelta a la verdad objetiva sobre lo humano, sobre su educación y su formación, sobre sus dimensiones integradas que lo hacen persona y sobre su vida y su bienestar. Identidad para servir, educar y transformarse.”4 Sintetizamos todo esto en nuestro propósito de “formar discípulos”. Para lograr esta meta la UPB ha madurado ya una MISIÓN y VISIÓN que vamos asumiendo de manera cada vez más responsable. La misma estructura de la Universidad se ha organizado con una Vice Rectoría de Pastoral que tiene aquí su campo bien definido. Inserta en la Iglesia Local y en la sociedad concreta, van apareciendo los retos y posibilidades que nos servirán para alcanzar la meta propuesta: “formar discípulos”. De manera sintética vamos a trabajar señalando cinco pasos para la realización de esta meta. Están indicados con cinco infinitivos. 2.1 ENCONTRAR Cuando vamos caminando al ritmo de la liturgia dominical, recorremos los mismos pasos que da el Señor Jesús para constituir el primer grupo de sus discípulos. Por este tiempo de comienzos de año abundan en la misma liturgia los relatos de llamamiento5. Comentando un texto muy conocido del Evangelio de San Juan (cf. Juan 1,35-44) subraya el Papa Benedicto XVI “nos encontramos con dos palabras particularmente significativas: «buscar», «encontrar». Podemos extraer de este pasaje evangélico… estos dos verbos y sacar una indicación fundamental para el año nuevo, un tiempo en el que queremos renovar nuestro camino espiritual con Jesús, con la alegría de buscarlo y encontrarlo incesantemente… Buscar y encontrar a Cristo, manantial inagotable de verdad y de vida: la palabra de Dios nos invita a retomar, al inicio de un nuevo año este camino de fe que nunca acaba. «Maestro, ¿dónde vives?», preguntamos también nosotros a Cristo y Él nos responde: «Venid y lo veréis». Para el creyente, se trata siempre de una incesante búsqueda y de un nuevo descubrimiento, pues Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre, pero nosotros, el mundo, la historia, no somos nunca los mismos, y Él nos sale al paso para darnos su comunión y su plenitud de vida”6. Es particularmente importante que, en el ambiente de la Universidad, hagamos un análisis, de lo que bien podemos llamar “categoría del encuentro”, con todas sus exigencias de orden psicológico, cultural y espiritual. Al fin y al cabo nuestra existencia se inicia, nace y se desarrolla en un contexto muy concreto de encuentro. Vale la pena retomar todo el contenido de IGLESIA IN AMERICA para recordar los planteamientos que nos hace sobre el “encuentro con Cristo vivo”. El Documento nos permite un repaso de los caminos siempre válidos para el encuentro con Cristo en la Sagrada Biblia, en los Sacramentos sobre todo en la Eucaristía, en el ambiente de oración, contando con María como guía hacia Jesús. Luego nos ayuda a analizar la situación contemporánea y señala algunos elementos que favorecen este encuentro. A manera de ejemplos nos señala: la identidad cristiana RAMÍREZ – AGUIRRE, J.I., Ecos del encuentro nacional de universidades católicas, REVISTA, Universidad Pontificia Bolivariana, Vol.49, No.149, página, 138 -139 5 A manera de ejemplo miremos los textos que nos entregó la Iglesia al celebrar los primeros Domingos del tiempo Ordinario 1 Samuel 3, 3-19; Jonás 3, 1-10; Deuteronomio 18,15-20; Marcos 1,14-20; Juan 1,35 -51. De este tiempo decía el Papa en el Angelus del pasado 15 de enero. “La belleza de este tiempo consiste en el hecho de que nos invita a vivir nuestra vida ordinaria como un camino de santidad, es decir, de fe y de amistad con Jesús, continuamente descubierto y redescubierto como Maestro y Señor, Camino, Verdad, y Vida del hombre” 6 BENEDICTO XVI, ANGELUS, Domingo 15 de enero de 2006. 4 de nuestras comunidades, los frutos de santidad que ofrecen nuestras tierras, la piedad popular, la presencia de la Iglesia en la educación y en la acción social. Estudia después los desafíos que se presentan y a los cuales se ha de responder desde la persona adorable de Jesucristo. Citemos, en primer lugar, todo el amplio tema de los derechos humanos que exige una formación de los laicos para responder desde la fe a las diversas problemáticas. Pensemos en toda la realidad de la de la globalización con sus fuertes influjos culturales, políticos, religiosos y económicos; se nos está exigiendo un constante estudio con sentido crítico. Algo que nos toca muy de cerca en Medellín es el tema de la urbanización creciente que al mismo tiempo que ofrece comodidad y seguridad a muchos, cultiva el anonimato y el aislamiento. En fin mencionemos temas cruciales como la corrupción, el comercio de drogas y de armas y la misma situación ecológica.7 ¿Cuáles son las ocasiones que ofrece la Universidad para que todos nos situemos en actitud de búsqueda y encuentro? Me parece muy importante subrayar todo el esfuerzo que se ha hecho por entregar a todos los alumnos de los pregratos unos elementos de Cristología; pretendemos enfocar la cristología desde el sentido de la vida que busca toda la comunidad Universitaria. Tenemos muy claras dos afirmaciones del Concilio Vaticano II: “el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado”8 Dice además: “El que sigue a Cristo, Hombre perfecto, se perfecciona cada vez más en su propia dignidad de hombre”.9 Tomemos plena conciencia de la urgencia de interrogantes que nos hacemos a nivel personal. ¿Qué buscas cuando ingresas a la Universidad? ¿Qué buscas hoy? ¿Qué has encontrado? ¿A quién has encontrado? 2. 2 ESCUCHAR Conocemos la oración de Salomón cuando empieza su misión como rey de Israel, el pueblo escogido. “Tu siervo está en medio del pueblo que has elegido, pueblo numeroso que no se puede contar ni numerar por su muchedumbre. Concede, pues, a tu siervo, un corazón que escuche para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal…” (1 Reyes 3, 8-9) Escuchar para aprender a gobernar: he aquí una buena resolución para un discípulo que siente cómo su educación universitaria le ha de dar un liderazgo en la comunidad. Recordemos la visión que tenemos en la Universidad. Aquí en la UPB buscamos una “excelencia educativa en la formación integral de las personas, con liderazgo ético, científico, empresarial y social al servicio del país” Escuchar ¿qué y a quién? Cómo puede servirnos en la Universidad poner en práctica esa “filosofía del rostro” que nos enseñó Juan Pablo II y que el mismo había tomado de Manuel Levinas: “La mirada del otro me hace responsable”. He de aprender a “escuchar la mirada” del pobre, del ignorante, del necesitado, pero también he de aprender a escuchar al Maestro, al dirigente, al santo. Hemos de aprender a “escuchar” la realidad. En varias oportunidades hemos recordado la sentencia de Aristóteles: “empezamos a filosofar cuando aprendemos a admirar”. Hemos subrayado tantas veces lo que es muy de la enseñanza de Juan Pablo II: “empezamos a creer cuando aprendemos a admirar”. 7 Ver JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Postsinodal ECCLESIA IN AMERICA, México 22 de enero de 1999, Capítulos 1 y 2 ; Ns. 8 – 25. 8 CONCILIO VATICANO II, GAUDIUM ET SPES, n. 22 9 CONCILIO VATICANO II, GAUDIUM ET SPES, n. 41 No podemos ser discípulos si no tenemos tiempo para escuchar. Ascendiendo en nuestras consideraciones es necesario afirmar que el discípulo sabe orar. Orar es escuchar a este misterioso interlocutor presente, pero oculto y como silencioso. Recordamos que, según la enseñanza de San Juan, Él nos ha amado primero y nosotros hemos creído en el amor (1 Juan 4, 7 -10). No podemos ser discípulos si no tenemos condiciones para escuchar. Recuerdo un comercial que pasó por nuestra televisión hace tiempos. Eran un cúmulo de ruidos y sonaba una frase: “si aún escucha, evite el ruido”. ¿Suena fuera de lugar si hablo del silencio a un grupo de universitarios alegres y “bullangueros”? Hace mucho tiempo conocí al gerente de un banco extranjero que me mostró, cómo en el fondo de su oficina le habían construido un pequeño recinto aislado para que pudiera “oxigenarse”. Para ser discípulo es preciso aprender a oxigenarse. Recuerdo una catequesis del Papa Pablo VI en 1975, cuando hablaba de la oración como de una oxigenación del alma. Un antiguo arzobispo de París, el Cardenal Marty, hablaba de la oración como “la respiración de la Iglesia”. 2.3 CONVERTIRSE Así testimonia San Marcos el comienzo de la predicación de Jesús. “Después que Juan fue entregado marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: ´El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva´”(Marcos 1, 14 -15). A partir del texto de Marcos, concientes del cumplimiento de la voluntad del Padre en Cristo Jesús, hemos de afirmar: estamos en el último período de la historia, estos son tiempos de gracia, la obra de Dios está ya realizada. Hoy lo hemos de afirmar con motivos nuevos: ya la obra de Cristo se ha cumplido, la Pascua se ha realizado. Cristo, “el mismo, ayer, hoy y siempre” (Hebreos 13,8) está vivo en medio de nosotros. Es la hora de la salvación, es la hora de la situación nueva. “Convertirse” es cambiar de camino, convertirse es, en el lenguaje de la Biblia, renovar el corazón: el centro de nuestras decisiones. Convertirse es cambiar nuestra manera de pensar, para que cambie nuestra manera de vivir10 Aquí está el gran desafío para nuestro ambiente universitario. Vamos a andar “en contravía” de la escala de valores de nuestra sociedad consumista y capitalista. Podríamos citar aquí los mensajes de Juan Pablo II, sobre todo en las Jornadas de la Juventud, con esa nota tan especial de su enseñanza a los jóvenes: clara, evangélica, exigente. Recuerdo cuando en el Monte de las Bienaventuranzas, mostraba él mismo el alcance de la enseñanza de Jesús: “Jesús mismo es las bienaventuranzas” En el mismo sentido ha hablado el Papa Benedicto XVI. “Mi venerado predecesor, el Papa Juan Pablo II, ha beatificado y canonizado a un gran número de personas… En estas figuras ha querido demostrarnos cómo se consigue ser cristianos; cómo se logra llevar una vida del modo justo: a vivir a la manera de Dios… Los santos,…, son los verdaderos reformadores. Ahora quisiera expresarlo de manera más radical aún; sólo de los santos, sólo de Dios, proviene la verdadera revolución, el cambio decisivo del mundo. En el siglo pasado hemos vivido revoluciones cuyo programa común fue no esperar nada de Dios, sino tomar totalmente en las propias manos la causa del mundo para transformar sus condiciones. Y hemos visto que, de este modo, un punto de vista “Cambia tu manera de pensar, para que cambie tu manera de vivir” Romanos 12,2. Versión Dios llega al hombre 10 humano y parcial se tomó como criterio absoluto de orientación. La absolutización de lo que no es absoluto, sino relativo, se llama totalitarismo. No libera al hombre, sino que lo priva de su dignidad y lo esclaviza. No son las ideologías las que salvan al mundo, sino sólo dirigir la mirada al Dios viviente, que es nuestro creador, el garante de nuestra libertad, el garante de lo que es bueno y auténtico. La revolución verdadera consiste únicamente en mirar a Dios, que es la medida de lo que es justo y, al mismo tiempo, es el amor eterno. Y ¿qué puede salvarnos si no es el amor?”11 El joven ha de entender bien que se trata de lograr una unión vital con Jesús para permanecer con Él y lograr dar frutos abundantes (Cf. Juan 15, 1-17). Se trata de aceptar la dinámica de Jesús; como el grano de trigo que cae en tierra y muere para dar fruto; pues “el que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo la guardará para una vida eterna” (Cf. Juan 12, 24 – 25). Este año 2006 es el ciclo Litúrgico en el cual leemos el Evangelio de San Marcos Entre las ayudas que hemos recibido está un folleto para la SEMANA BÍBLICA ARQUIDIOCESANA: “El discipulado en el Evangelio de Marcos”. La síntesis está en el subtítulo: “el discípulo de Jesús llamado a asumir la cruz y entregar su vida por la salvación”. Es el compromiso de una vida personal que se organiza y de una existencia que se sitúa en relación con los demás con la dinámica de los diez mandamientos. 2.4 CONGREGARSE El discípulo de Jesucristo comprende que llega a la unión vital con Cristo y con los hermanos. El pasaje de la vid y los sarmientos, muestra cómo, los discípulos de Cristo Jesús, nacen unidos a la misma fuente de vida, crecen unidos, se alimentan juntos y dan fruto todos unidos. Así comprendemos que los discípulos del Señor llegamos a ser Iglesia cuando hemos recibido y vivimos los sacramentos de la INICIACIÓN CRISTIANA: el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía. Es muy importante comprender y vivir las dos expresiones tradicionales que bien recoge el Papa Juan Pablo II en su Encíclica ECCLESIA DE EUCHARISTIA: La Eucaristía hace la Iglesia y la Iglesia hace la Eucaristía. El discípulo se une con otros hermanos, realiza la COMUNIÓN. Recordemos que comunión es una síntesis de dos palabras: común – unión; algunos colocan una etimología muy significativa: commune onus (un peso, una carga que se comparte) A muchos de nosotros nos es familiar un texto de Juan Pablo II cuando en la Carta, con la ha querido introducirnos en el nuevo milenio, nos habla de la Iglesia “casa y escuela de comunión” y nos indica, además, cómo es necesario empezar por una “espiritualidad de comunión”, para construir la Iglesia.12 Llegamos a la experiencia de Iglesia “casa y escuela de comunión” construida desde una auténtica espiritualidad de comunión. Es verdad, se empieza a aprender y experimentar la comunidad en la propia familia. Es muy importante examinar la experiencia de familia que tiene cada uno de los miembros de la gran comunidad universitaria. Además, es fundamental que se haga un buen planteamiento de la pastoral familiar en la línea de la exhortación Familiaris 11 BENEDICTO XVI, Mensaje en Marienfeld en la Vigilia con los Jóvenes, XX Jornada Mundial de la Juventud, Colonia, 2005. 12 JUAN PABLO II, Carta Apostólica NOVO MILLENNIO INEUNTE, 6 de enero de 2001, n. 43 Consortio y de la Carta del Papa Juan Pablo II a las familias (2 de febrero de 1994). Es muy importante que a todos los universitarios les queden muy claras las nociones sobre el matrimonio cristiano y la defensa de la familia como santuario de la vida, Iglesia doméstica, promotora del desarrollo. La Universidad, nacida del corazón de la Iglesia, es comunidad. Quienes la constituyen alimentan un fuerte sentido de pertenencia a ella; esta es la razón de las actividades que ya hemos realizado y que hemos de continuar para sentir que constituimos una sola gran familia. En la Iglesia COMUNIÓN es fundamental que vayamos cultivando una “espiritualidad de comunión” que nos lleve a vivir como HERMANOS ENTRE HERMANOS. Toda la actitud de respeto de las demás personas, de la acogida, del perdón, de la capacidad de reconciliación, se vuelven verdadera norma de vida. En el mejor sentido de la palabra, se espera de cada uno de nosotros que seamos “expertos en humanidad”, como afirmó el Papa Pablo VI cuando se presentó ante la Asamblea de las Naciones Unidas el 4 de octubre de 1965: “Es como ´experto en humanidad´ como aportamos a esta organización el sufragio de nuestros últimos predecesores, de todo el episcopado católico y el nuestro, convencidos como estamos de que esta organización representa el camino obligado de la civilización moderna y de la paz mundial” Recordemos que hemos entendido nuestra “Misión” como la “reafirmación de los valores desde un humanismo cristiano para el bien de la sociedad. Con todas las ambigüedades que vienen sembrando en nuestro ambiente muchas sectas, iglesias y movimientos que causan un gran mal en nuestros ambientes, es necesario hacer énfasis en nuestro sentido de pertenencia a esta Iglesia que preside el Santo Padre, el Papa Benedicto XVI. Cuando el año pasado recordamos 60 años de nuestra condición de Universidad Pontificia, hicimos mucho énfasis en esta exigencia de fidelidad al Magisterio del Santo Padre y en la conciencia de comunión con el Papa. 2.5 TESTIMONIAR Cada discípulo – hermano, siente la responsabilidad de los otros discípulos y hermanos y con ellos comparte la búsqueda del Señor y el afán por hacerlo conocer en el ambiente donde se encuentran situados. Todos sienten también la responsabilidad de llevar a Jesús aún más allá de las propias fronteras. La condición de discípulo, es la condición de aquel que ha aceptado al Señor y le ofrece la “obediencia de la fe” de la que habla San Pablo en la Carta a los Romanos. Queda claro lo que ha afirmado el Papa Juan Pablo II en su Encíclica sobre la responsabilidad misionera de la Iglesia “La fe se fortalece dándola”13 “La comunión y la misión están profundamente unidas entre sí, se compenetran y se implican mutuamente, hasta el punto que la comunión representa a la vez la fuente y el fruto de la misión: la comunión es misionera y la misión es para la comunión”14 El discípulo que tiene conciencia de pertenencia a la comunidad universitaria, comprende bien que es allí donde empieza a testimoniar su condición de discípulo; ese discípulo comprende y vive, con alegría y esperanza, lo que ya tenemos escrito: “La Universidad Pontificia Bolivariana tiene por misión la formación integral de las personas que la constituyen, mediante la evangelización de la cultura, en la búsqueda constante de la verdad, con procesos de docencia, investigación y proyección social y la reafirmación de los valores desde el humanismo cristiano para el bien de la sociedad”. 13 14 JUAN PABLO II, Encíclica REDEMTORIS MISSIO ,n.2 CHRISTIFIDELES LAICI, n. 32 Así damos testimonio de nuestra condición de discípulos, así nos hacemos misioneros: con procesos muy concretos con los cuales todos estamos comprometidos; ninguno se puede considerar ajeno a ellos. Estoy hablando a docentes, alumnos, administrativos: la misión de la UPB depende de todos y de las tres actividades señaladas. Me parece leer cuatro frentes igualmente importantes: La formación integral. El Señor Rector ha comentado ampliamente este tema en al año anterior en Medellín y en cada una de las seccionales. El discípulo fiel mirará su propia realidad para comprender la exigencia de esta formación de acuerdo con la concepción que ha logrado alcanzar de su propia persona, tal como se puede conocer en la Sagrada Biblia y en las enseñanzas de la Iglesia. Siguiendo las indicaciones claras del Papa Juan Pablo II a los obispos, el Gran Canciller siente la urgencia de encontrar una pastoral y pedagogía de la santidad15 que ha de ser puesta en marcha en toda la Arqidiócesis y muy especialmente en la Universidad. No estamos formando personas mediocres, profesionales y cristianos “a medias”; queremos mostrar a todos el camino de la santidad. La evangelización de la cultura. Este es otro tema que hemos elaborado ampliamente teniendo muy presente la reflexión que se nos ha entregado en la misma enseñanza de la Iglesia. “La cultura es expresión cualificada del hombre y de sus vicisitudes históricas, tanto a nivel individual como colectivo. En efecto la inteligencia y la voluntad le mueven incesantemente a cultivar los bienes y los valores de la naturaleza plasmando en unas síntesis culturales cada vez más altas y sistemáticas los conocimientos fundamentales que se refieren a todos los aspectos de la vida”16. Se trata de que el evangelio penetre en la cultura; se trata de cambiar nuestra manera de vivir y de convivir. El Documento arriba citado señala unos criterios para este camino hacia el diálogo entre las culturas; se trata de respetar unos valores: el valor de la solidaridad, el valor de la paz, el valor de la vida, el valor de la educación; el perdón y la reconciliación.17 La búsqueda constante de la verdad. Siguiendo a Juan Pablo II y a Benedicto XVI nos atrevemos a invitar a toda la comunidad universitaria para que se propongan VIVIR EN LA VERDAD. Hemos repetido en múltiples ocasiones que el único enemigo que tiene la paz en Colombia es la mentira. En muchas oportunidades hablamos del recordado Papa Juan Pablo insistiendo en lo que él mismo llamó la DIACONÍA DE LA VERDAD. Conocemos, además la claridad de afirmaciones del Papa Benedicto XVI. Ya, como Cardenal, había hablado a los seminaristas de “La Pasión por la verdad” como nota característica del Seminario. Se había referido a “la educación para la verdad”. “Muchas veces, la verdad le resulta incómoda al hombre, pero es la guía más poderosa para el desprendimiento, para la verdadera libertad”. “Yo no dudo en afirmar que la gran enfermedad de nuestro tiempo es su déficit de verdad.”18 Vale la pena, en este contexto de VERDAD leer el mensaje para la Jornada de la paz el pasado 1 de enero: “En la verdad, la paz”. Luego en el mensaje al Cuerpo Diplomático recibido en audiencia, como siempre al comienzo del año, el Papa les resumió unos enunciados muy comprometedores: “Primero: el 15 Cfr JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica post sinodal PASTORES GREGIS, n.41 JUAN PABLO II, Diálogo entre las culturas para una civilización del amor y la paz, Mensaje para la Jornada de la Juventud del 1 de enero de 2001, n.4. Pudiéramos citar Documento de SANTO DOMINGO, ns 228 – 286. 17 Cf. JUAN PABLO II, Diálogo entre las culturas… ns. 16 – 21 18 Ver el texto en RATZINGER, Al servicio del Evangelio, Meditaciones sobre el sacerdocio de la Iglesia, Medellín, 2003, p.215 – 244; (Especialmente 225 -226) 16 compromiso por la verdad es el alma de la justicia. El segundo enunciado que quisiera proponer es: el compromiso por la verdad da fundamento y vigor al derecho a la libertad. Tercer enunciado: el compromiso por la verdad abre el camino al perdón y a la reconciliación. Último enunciado: el compromiso por la paz abre camino a nuevas esperanzas”.19 Reafirmación de valores desde el humanismo cristiano.- Empezando la Cuaresma de 1979 el Papa nos entregó esta Encíclica en la que nos habla del Señor Jesucristo Nuestro Redentor. Es como la síntesis de lo que repetimos en el Credo: “por nosotros los hombres y por nuestra salvación”: se encarnó, padeció, murió, resucitó…Con esa obra suya el Señor Jesucristo se une a cada hombre de tal manera que se debe afirmar : “El hombre en la plena verdad de su existencia, de su ser personal y a la vez de su ser comunitario y social – en el ámbito de la propia familia, en el ámbito de la sociedad y de contextos tan diversos, en el ámbito de la propia nación, o pueblo ( y posiblemente sólo aún del clan o tribu), en el ámbito de toda la humanidad – este hombre es el primer camino que la Iglesia debe recorrer en el cumplimiento de su misión, él es el camino primero y fundamental de la Iglesia, camino trazado por Cristo mismo, vía que inmutablemente conduce a través del misterio de la Encarnación y de la Redención”20 Aparece entonces una tarea muy importante para todos en la Iglesia: tomar “este hombre” en sus circunstancias concretas, en su “miedo”21, para llevarlo a Cristo Rey a fin de que pueda vivir en unas condiciones muy especiales. “El sentido esencial de esta ´realeza´ y de este ´dominio´ del hombre sobre el mundo visible, asignado a él como cometido por el mismo Creador, consiste en la prioridad de la ética sobre la técnica, en el primado de la persona sobre las cosas, en la superioridad del espíritu sobre la materia.”22 A esta meta se llega por el camino de la solidaridad, del respeto de los derechos del hombre. Así se edifica la paz que “se reduce al respeto de los derechos inviolables del hombre - ´opus iustitiae pax´- mientras la guerra nace de la violación de estos derechos y lleva consigo aún más graves violaciones de los mismos”.23 CONCLUSIÓN “En esto conocerán todos que sois discípulos míos; si os tenéis amor los unos a los otros” (Juan, 13, 35) LA ENCÍCLICA “DEUS CARITAS EST”, 25 de diciembre de 2005. Al presentar su propia Encíclica dijo el Santo Padre. “Una primera lectura de la encíclica podría suscitar quizá la impresión de que está quebrada en dos partes, que no tienen mucha relación entre sí: una primera parte, teórica, que habla de la esencia del amor, y una segunda parte que trata de la caridad eclesial, de las organizaciones caritativas. Sin embargo, lo que a mí me interesaba era precisamente la unidad de los dos temas que, sólo pueden comprenderse adecuadamente si se ven como una sola cosa. Ante todo, era necesario afrontar la esencia del amor como se nos presenta a la luz del testimonio bíblico. Partiendo de la imagen cristiana de Dios, era necesario mostrar que el hombre está creado para amar y que este amor, que en un primer momento se manifiesta sobre todo como «eros» entre el hombre y la mujer, tiene que transformarse interiormente 19 Ver ZENITH 09 de enero de 2006. JUAN PABLO II, Encíclica REDEMPTOR HOMINIS, n.14 21 Cf. REDEMPTOR HOMNIS, n.15 22 REDEMPTOR HOMINIS, n.16 23 REDEMPTOR HOMINIS, n.17 20 después en «ágape», en don de sí al otro para responder precisamente a la auténtica naturaleza del «eros». Con este fundamento, había que aclarar después que la esencia del amor de Dios y del prójimo descrito en la Biblia es el centro de la existencia cristiana, es el fruto de la fe. A continuación, era necesario subrayar en una segunda parte que el acto totalmente personal del «ágape» no puede quedarse en algo meramente individual, sino que por el contrario tiene que convertirse también en un acto esencial de la Iglesia como comunidad: es decir, se necesita también una forma institucional que se expresa en la acción comunitaria de la Iglesia. La organización eclesial de la caridad no es una forma de asistencia social que se sobrepone por casualidad a la realidad de la Iglesia, una iniciativa que también otros podrían tomar. Por el contrario, forma parte de la naturaleza de la Iglesia. Así como al «Logos» divino le corresponde el anuncio humano, la palabra de la fe, así también al «Ágape», que es Dios, le tiene que corresponder el «ágape» de la Iglesia, su actividad caritativa. Esta actividad, además de su primer significado sumamente concreto de ayuda al prójimo, comunica también a los demás el amor de Dios, que nosotros mismos hemos recibido. En cierto sentido, tiene que hacer visible al Dios vivo. Dios y Cristo en la organización caritativa no tienen que ser palabras raras; en realidad, indican el manantial originario de la caridad eclesial. La fuerza de la «Caritas» depende de la fuerza de la fe de todos sus miembros y colaboradores” 24. En la última parte de la Encíclica, el Papa indica “El perfil específico de la actividad caritativa de la Iglesia”. Primero indica que, según el modelo diseñado por el Señor en la parábola del Buen Samaritano, “la caridad cristiana es ante todo y simplemente la respuesta a una necesidad inmediata en una determinada situación.”Además “ha de ser independiente de partidos e ideologías”; “no ha de ser un medio en función de lo que hoy se considera proselitismo”25 24 El COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA. Hemos de estudiar el "COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA” Basta mirar la Introducción y la Conclusión para entender por dónde se quiere enfocar la reflexión- , Introducción: "Un humanismo integral y solidario", vienen luego tres partes y una conclusión titulada "Por una civilización del amor". Podrá ayudarnos el libro de Monseñor Darío Múnera: DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA EN DIÁLOGO CON LA HISTORIA. Hoy se ve, más que urgente identificar nuestras acciones de caridad cuando estamos junto de tantas ofertas de acciones en beneficio de los pobres y necesitados. El Concilio tiene un párrafo magistral en el que plantea las cinco notas que debe tener este ejercicio de la caridad. Estas son sus palabras: “para que este ejercicio de la caridad sea verdaderamente irreprochable y aparezca como tal, es necesario ver en el prójimo la imagen de Dios, según la cual ha sido creado, y a Cristo Señor a quien en realidad se ofrece lo que al necesitado se da; respetar con máxima delicadeza la libertad y la dignidad de la persona que recibe el auxilio; no manchar la pureza de intención con cualquier interés de la propia utilidad o con el afán de dominar; cumplir antes que nada las exigencias de la justicia, para no dar como ayuda de caridad lo que ya se debe por razón de justicia; suprimir las causas, y no sólo los efectos de los males, y organizar los auxilios de tal forma que quienes los reciben se vayan liberando BENEDICTO XVI, Discurso que dirigió a los participantes en el encuentro promovido por el Consejo Pontificio «Cor Unum» sobre el tema «…pero la mayor de todas ellas es la caridad» (1 Corintios 13, 13). lunes 23 enero 2006 (ZENIT.org). 25 BENEDICTO XVI, Encíclica DEUS CARITAS EST, n.31 progresivamente de la dependencia externa y se vayan bastando por sí mismos”26. Alberto Giraldo Jaramillo Arzobispo de Medellín Gran Canciller de la UPB Medellín, 1 de febrero de 2006. 26 CONCILIO VATICANO II, Decreto APOSTOLICAM ACTUOSITATEM 8