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FACULTAD DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS ESCUELA DE INGENIERIA COMERCIAL LA GRAN DEPRECIÓN DE 1929 EN ESTADOS UNIDOS CAMILA ACUÑA DANIEL MEZA IGNACIO MORALES CERIS UNDURRAGA TALLER DE ECONOMÍA EMPRESARIAL Javier Labbé SANTIAGO – CHILE 2010 Introducción La Economía al ser una ciencia social encargada de estudiar las relaciones sociales que tienen que ver con los procesos de producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios, para así satisfacer las necesidades humanas que se generan de modo individual o grupal, cuyo objetivo es estudiar la correcta distribución de estos recursos escasos para la satisfacción de necesidades. Aquí se genera una serie de situaciones, de donde se origina la crisis económica. ¿Qué es una Crisis? Una crisis es un cambio brusco o una modificación importante en el desarrollo de algún suceso importante, ésta puede ser de distintas índoles como: crisis de nervios, crisis de pánico, crisis social, entre otras. Dichas alteraciones pueden ser físicas o simbólicas. En el caso de la economía, la crisis se debe a una situación complicada o de escasez. De la economía nace lo que es la depresión económica, la cual es conocida como el período durante el cual un país industrializado presenta una producción y unas ventas reducidas, y al mismo tiempo altas tasas de desempleo y de quiebras empresariales. Al estudiar a grandes rasgos la historia económica, se encuentra un hecho que marcó a todo el mundo, esto es “La Gran Depresión de1929” que se originó en Estados Unidos después de la primera guerra mundial, 1914-1917, donde se produjeron una serie de problemas económicos a nivel internacional. Fue la crisis más grande que ha ocurrido, de mayor tiempo, mayor profundidad y la que ha afectado a más países en el siglo XX. Estados Unidos vencedor de la guerra del 1914, se enriqueció de una manera impresionante y de esta misma forma, la producción agrícola e industrial alcanzaba gran desarrollo que incluso podía sobrepasar en gran medida la población que necesitaba estos servicios, o posibilidades de consumo, lo que trajo consigo la limitación de la producción provocando un circulo vicioso; una baja en el consumo lo que empezó a crear un baja de personal en muchas empresas hasta desaparecer algunas. Esto que provocó que miles de personas sin trabajo hicieran grandes filas para conseguir un empleo, ni ellos ni su familia tenían algo con que alimentarse, esto es conocido como la “Gran Depresión”. El estudio a continuación, contiene brevemente el desarrollo de este suceso histórico, causas y consecuencias. Orígenes Esta depresión se originó en Estados Unidos a partir de la caída de la bolsa de comercio el 29 de Octubre de 1929, fecha que fue conocida como “Martes Negro”, pero antes de este “Martes Negro”, se originó el “Jueves Negro” en la bolsa de Nueva York. Percibiendo que la situación económica no estaba tan bien como parecía, desde septiembre había comenzado a disminuir la compra de acciones, por lo que los precios empezaron a bajar. Ese día de octubre, tratando de recuperar al menos parte de lo invertido, la gente empezó a vender de manera masiva y desesperada sus acciones, provocando una brusca caída de los precios. La bolsa quebró, y como resultado muchas personas y empresas quedaron en la ruina. Al poco tiempo, la crisis se extendió a todo Estados Unidos: la producción bajó a la mitad y la renta nacional descendió en la misma proporción entre 1929 y 1932. La peor consecuencia fue la desocupación, que en 1932 afectaba a 16 millones de estadounidenses. Antecedentes de la Crisis LA GRAN DEPRESION DE LOS AÑOS 30 1. Los efectos de la Primera Guerra Mundial Esta guerra arrasó buena parte de Europa: diez millones de muertos, regiones enteras devastadas (la Europa balcánica, Polonia oriental, Rusia Blanca, el nordeste de Francia, Bélgica) y la red de comunicaciones casi totalmente destruida en las zonas de combates. También tuvo unas consecuencias económicas profundas y duraderas, al poner fin al orden económico internacional, existente desde la segunda mitad del siglo XIX. Desde el punto de vista financiero, el conflicto bélico conllevó un gasto público descomunal financiado por deuda pública tanto interna como externa que supuso la multiplicación por seis de la deuda ya existente, también se valieron de la creación de dinero lo que supuso una fuerte presión inflacionista. En el transcurso de la guerra, diversas naciones no participantes en el conflicto, como Estados Unidos y Japón, se apoderaron de algunos mercados internacionales, tradicionalmente dominados por los europeos, que en ese momento centraban sus esfuerzos industriales en la producción militar. En el sector agrícola la demanda exterior de productos alimenticios de los países participantes creció durante la guerra, lo que estimuló la producción agrícola de los países neutrales, que al acabar la guerra y volver a la situación anterior vieron como contaban con una oferta excesiva de productos agrícolas que forzó una bajada de los precios en este sector. La guerra también estableció un nuevo mapa político de Europa con nuevas fronteras que trastocó la estructura económica y comercial del continente al romper mercados y perder eficiencia económica, exigiendo nuevas inversiones. 2. Creación de dinero, inflación y caída de la demanda Para satisfacer la renacida demanda, mejoró el rendimiento de las fábricas, pero subieron los precios. En contrapartida, cuando había que pagar los productos adquiridos, el crédito era escaso. Incapaces de hacer frente a sus deudas los gobiernos multiplicaron las emisiones de billetes, lo que favoreció la inflación. Una Primera crisis grave sacudió a la economía mundial entre 1919 y 1923; fue muy notoria en Alemania; una segunda fase se produjo con la caída de la demanda a medida que caía el nivel de vida. Los productos no vendidos se acumulaban, las fábricas cerraban sus puertas y esto aumento el desempleo. 3. Surgimiento del capitalismo monopolista Los soberanos de las grandes empresas aprovecharon la inflación para comprar a bajos precios fábricas enteras. La concentración de la producción en pocas manos (monopolios) se aceleró y el trabajo en cadena con baja paga de salarios se convirtió en el gran negocio. 4. El crecimiento de Estados Unidos Tras el final de la primera guerra mundial, Estados Unidos experimentó un fuerte crecimiento económico, desplazando a Gran Bretaña del liderazgo económico mundial. Durante los años previos a la Gran depresión se incrementó en aquel país la producción y la demanda, con una profunda transformación productiva dominada por la innovación técnica. Del optimismo y de la bonanza económica también participó la Bolsa que vivió un prolongado incremento de las cotizaciones, que permitió la formación de una burbuja especulativa, financiada por el crédito. En 1929, desde antes del verano, varios indicadores económicos habían empezado descender de una manera poco brusca. Desarrollo de la Crisis La depresión económica es conocida como el período durante el cual un país industrializado presenta una producción y unas ventas reducidas, y al mismo tiempo altas tasas de desempleo y de quiebras empresariales. Una depresión es el punto más bajo de un ciclo económico. Casi todas las teorías económicas modernas consideran que las depresiones son el resultado de una caída de la demanda, junto a una disminución de la inversión y de los salarios, que reducen el nivel de consumo. Sin embargo, antes de esta crisis, Estados Unidos pasaba por una gran expansión, ya que vivía de las rentas de la primera guerra mundial: - Superioridad del dólar. - Enormes Exportaciones a América Latina y a una Europa que se encontraba en reconstrucción. - Incremento sustancial del crédito Nada hacía presagiar que alguna crisis se vendría por delante. La primera guerra mundial y sus consecuencias, convirtieron a Estados Unidos en la primera potencia económica mundial, debido a los gastos financieros de guerra y las necesidades de reconstrucción de Europa. Éstos provocan una demanda de préstamos y de productos provenientes de Estados Unidos. Lo cual crea una dependencia económica de Europa respecto de Estados Unidos. Esta prosperidad económica generaba una confianza alta en el sistema de gobierno y las personas sólo vivían el presente, sin pensar en el futuro; compraban a plazos, pedían préstamos al banco. Existía un endeudamiento tanto de consumidores como de productores, todo esto agraviado por la especulación bursátil. La Gran Depresión fue una grave crisis económica mundial que se prolongó durante la década anterior a la Segunda Guerra Mundial. Su duración depende de los países que se analicen, pero en la mayoría comenzó alrededor de 1929 y se extendió hasta finales de la década de los años treinta o principios de los cuarenta. La depresión se originó en los Estados Unidos, a partir de la caída de la bolsa del 29 de octubre de 1929 (conocido como Martes Negro), pero rápidamente se extendió a casi todos los países del mundo. El crack de 1929 El mercado bursátil, en el que se negociaban las acciones de las industrias, vivía bajo el signo de un optimismo excesivo. En la bolsa de Nueva York, el precio medio de los valores subió un 25 % en 1928 y un 35 % en los primeros meses de 1929. Algunas acciones habían experimentado alzas vertiginosas (en 1929, las de General Motors valían cincuenta veces más de su valor inicial). El mercado en cuanto al alza, engendró una especulación que aumentó desmesuradamente el volumen de las transacciones bursátiles: en marzo de 1928 se negociaban al día medio millón de acciones y, en junio de 1929, se alcanzaban los cinco millones. A principios de octubre de 1929, en Wall Street, ciertos indicios comenzaron a inquietar a los corredores de la gran bolsa de valores neoyorquina. Los precios al por mayor del hierro, del acero y del cobre, así como los beneficios de la industria del automóvil, bajaban. El jueves 24 de octubre de 1929, conocido como el “jueves negro", se inicia la crisis económica mundial con el crack financiero de Wall Street. Presagiando la tormenta, algunos especuladores astutos trataron de vender sus títulos mientras las cotizaciones aún iban en alza. El movimiento ya estaba en marcha, y las ventas se multiplicaron. Entonces los grandes bancos decidieron comprar para detener la baja, pero no pudieron hacer frente a los 16 millones de acciones volcadas sobre el mercado el martes 29 de octubre. El desconcierto fue general, casi trece millones de títulos fueron puestos a la venta a cualquier precio, la caída de las cotizaciones se aceleró; el 13 de noviembre, las acciones industriales habían bajado de 469 puntos a 220. Esta crisis sólo era la expresión de una situación económica muy grave, ya que desde 1928 las compras habían disminuido y los mercados se hallaban saturados. Este imprevisible descenso de las actividades industriales fue la causa de la caída de la bolsa. La quiebra del sistema bancario La inexistencia en Estados Unidos, de un sector bancario fuerte de ámbito nacional y la quiebra inicial de algunos bancos hizo que la crisis bancaria se extendiera por todo el país, multiplicando los efectos de la crisis. La Reserva Federal era la única que podía haber evitado una caída en cadena de los bancos, mediante concesión de liquidez de forma masiva a los bancos, pero los gestores de la Reserva Federal, muy al contrario redujeron la oferta monetaria y subieron los tipos de interés, provocando una oleada masiva de quiebras bancarias. Esta reducción de la oferta monetaria también provocó el inicio de un proceso deflacionista y la reducción drástica del consumo y el comienzo de una intensa depresión. Consecuencias de la Crisis Los bancos restringieron el crédito, y se exigió a los industriales y los agricultores que pagaran sus deudas. Se multiplicaron las quiebras: en Estados Unidos, hubo más de 28.000 quiebras comerciales e industriales en 1931 y 5.000 bancarias en tres años. El crack de 1929 inició la espantosa crisis conocida como "gran depresión". Como nadie podía comprar, se produjo una baja general de los precios, y los productos se acumularon en las fábricas; consecuentemente, como los dueños no vendían, los salarios bajaron, la producción se redujo y el paro aumentó, con lo que aún se podía comprar menos. La producción industrial del mundo se redujo en un 38 % entre 1929 y 1932, y el volumen del comercio internacional descendió en un tercio. Era un círculo vicioso. Al bajar el nivel de vida de los asalariados, descendieron bruscamente las ventas de los agricultores. El desempleo alcanzó proporciones nunca vistas: diez millones de parados censados oficialmente en el mundo en 1929. Cuarenta millones en 1932. En Estados Unidos, el 25% de la población laboral estaba en paro. Según por la naturaleza de las consecuencias éstas se clasifican de la siguiente manera: • Político: En el orden internacional se vuelven a los nacionalismos (como e nazismo alemán) y proteccionismos. Se pierde la idea de ayuda internacional y predomina la actitud de recelo e insolidaridad entre los estados. Aquí comienza, en gran medida, el camino hacia la guerra. En lo que se refiere al interior de los estados se abandonan los presupuestos liberales y se establecen modelos que buscan la intervención del Estado (como única salida) y se refuerzan los gobiernos autoritarios. • Demográficos: Se produce una detención y regresión del crecimiento de la población. En países totalitarios, temerosos de la repercusión que un descenso de la natalidad puede tener en su potencial militar, estimulan los nacimientos. • Ideológicas: El empobrecimiento es general, con lo que el incremento de los movimientos obreros y sindicatos es significativo. En Europa, sobre todo en Francia y Alemania, hay un gran malestar social. A pesar de las fuertes protestas obreras no hay acciones revolucionarias. La conflictividad social se pone de manifiesto en marchas, batallas contra el sistema, etc. Separación definitiva de socialismo y comunismo, los socialistas tratan con el estado, colaboran. • Intelectuales: Crisis de conciencia. Se desarrolla la “Generación Perdida” de escritores. Son realistas y muy negativos. Tuvieron una gran repercusión en la sociedad. Sin embargo, hay algunos sectores que se benefician, el descenso de precios aumenta la capacidad adquisitiva de aquellos que mantienen sus ingresos. El principal pensador económico es J. M. Keynes, que critica las teorías neoclásicas, el Liberalismo Económico tradicional (del siglo XIX); pretende una teoría nueva intervencionista donde el Estado tiene el papel de estabilizador, es decir, debe minimizar los efectos negativos de la crisis. Keynes opinaba que el nivel de empleo no depende sólo del salario, sino también de otras variables como la capacidad de consumo, aumento de demanda, etc. Soluciones a la Crisis En Estados Unidos: el presidente Roosevelt, elegido en 1932, puso en práctica el New Deal (Nuevo Trato). El Estado llevó a cabo una política inflacionista para aliviar las deudas; desvaluó el dólar en un 59 % para favorecer las exportaciones, millones de parados fueron empleados en un vasto plan de obras públicas y en la ordenación de vastas regiones; se fundaron instituciones de crédito agrícola que otorgaban préstamos a bajo interés, y se oficializó la ayuda a los parados. Estas medidas permitieron una recuperación de la actividad económica, pero resultaron insuficientes. Hubo que esperar hasta 1939 para que la recuperación fuera evidente. Las tensiones internacionales favorecieron el desarrollo de la industria de armamentos. El New Deal, a pesar de su éxito a medias, había enterrado al capitalismo liberal: el Estado había pasado a ser árbitro y organizaba la economía. Pero no todos los Estados optaron por reorganizar el capitalismo. Producto de la reactivación económica causada por el plan del presidente Roosevelt fue reelegido tres veces: 1936, 1940 y 1944. En Alemania: dada la coyuntura de 1929, la retirada de los inversores internaciones condujo al pánico financiero y a la adopción de medidas como aumento de impuestos y recortes severos de presupuestos por parte del canciller Heinrich Brüning. El efecto de las mismas, además de la no mencionada reducción por decreto de todos los salarios, fue el opuesto al deseado, provocando niveles históricos de desempleo y un descontento generalizado con la acción del Gobierno. Una vez más, la reducción de los salarios destruye el consumo, y esto acaba con las empresas que, dejando de pagar a sus empleados completan el círculo vicioso de la depresión. La Depresión en Latinoamérica Con la Gran depresión, se habla del antes y el después de la crisis. Mientras el antes estaba marcado por el predominio de las economías exportadoras, el después se instalaría bajo el signo de la industrialización y de la expansión del mercado interno. La contracción en las importaciones, especialmente en lo referente a artículos de consumo, obligó a recuperar una receta utilizada en numerosos países durante la Primera Guerra Mundial, de modo que las industrias y los talleres locales comenzaron a producir aquellos productos manufacturados que hasta entonces se importaban. Gracias al impulso recibido en las décadas de 1930 y de 1940, la industrialización avanzó sensiblemente en la producción de bienes de consumo. Sin embargo, en la medida en que se fue profundizando en la industrialización sustitutiva la dependencia de las importaciones extranjeras no cesó, sino que se modificó. Si antes se importaban los artículos listos para consumir, con la industrialización hubo que importar materias primas, insumos y maquinaria con los que poder fabricar lo que antes se compraba fuera. Esta situación, sumada a la disminución casi generalizada en las exportaciones tradicionales, fue la causa de constantes crisis en la balanza de pagos. Pese a las enormes expectativas depositadas al respecto, la industrialización no terminó ni con las desigualdades ni con los desequilibrios existentes en América Latina. Muy por el contrario, tendió a profundizar muchos de los problemas vigentes. Por un lado, todo crecimiento es causa de nuevos desequilibrios. Por el otro, y en contra de lo que se argumentaba, en la medida en que la industrialización iba a descansar sobre la autarquía y el proteccionismo, el exceso de subsidios al sector terciario iba a dificultar cualquier posibilidad de lograr un crecimiento armónico. En muchos países latinoamericanos, como Argentina, Brasil o México, el sector industrial fue el que más creció y aportó al PIB durante la década de 1930. La caída de la demanda derrumbó los precios de los productos de exportación y la interrupción en la llegada de dinero fresco provocó la suspensión de muchos proyectos en marcha, especialmente la construcción de obras públicas, ante la falta de financiación externa. La única excepción fue Argentina, que decidió seguir pagando a fin de mantener el crédito internacional. Todo lo dicho redundó en una menor recaudación de impuestos aduaneros, que hasta entonces eran la principal fuente de ingresos públicos en la mayoría de los países latinoamericanos. La crisis en chile Los efectos de esta crisis fueron mundiales, aunque no automáticos, se fueron dando como un efecto dominó. La depresión también llegó a Chile a partir de 1930, y fue tan fuerte que al año siguiente se llegó a la paralización de las actividades productivas. Más del sesenta por ciento de los trabajadores de la minería estaba cesante, gran fuente de abastecimiento del país. Al mismo tiempo, en la práctica se frenaron las exportaciones chilenas. El gran afectado fue el salitre, cuyo consumo disminuyó significativamente debido a la crisis y a la competencia del salitre sintético. La doble dependencia que la economía chilena tenía del mercado mundial, los préstamos foráneos y la venta del salitre, causó que nuestro país se viera fuertemente remecido por la crisis de 1929, puesto que el brusco descenso de la demanda salitre generó una escasez de fondos que impidió a Hacienda pagar las cuotas relativas a los empréstitos1 comprometidos en el extranjero. 1 Empréstito es una fuente de financiación ajena dividida en partes alícuotas llamadas obligaciones. Los empréstitos de obligaciones se solicitan debido a que las grandes empresas y entes públicos necesitan capitales de cuantía muy elevada, con lo que no les resulta fácil encontrar entidades financieras dispuestas a conceder préstamos de tales cuantías. La caída en la venta de salitre dejó tras de sí a miles de trabajadores cesantes, los que se vieron obligados a abandonar las oficinas del norte y a retornar a la zona central en busca de mejores perspectivas. Una de las medidas del ministro de Hacienda de Ibáñez, Pablo Ramírez, fue la creación de la COSACH (Corporación de Salitres de Chile), una empresa financiada y gerenciada por el Estado con el fin de agrupara a los productores de nitrato para elevar la producción y elevar los precios. Sin embargo, las disposiciones de Ibáñez chocaron con la severa crisis y fracasaron rotundamente. En el año 1931 la crisis en Chile alcanzó ribetes trágicos: la falta de liquidez impedía el abastecimiento de los productos de consumo básico en los mercados externos, lo que aumentó los niveles de tensión entre los distintos grupos sociales. El fuerte descenso del poder adquisitivo de los chilenos y la cesantía, que aumentaba exponencialmente, obligaron al gobierno de Ibáñez a suspender el pago de la deuda externa. Conclusiones y Recomendaciones Conclusiones El capitalismo lleva inherente las crisis, ya que es un ciclo económico. Se rompe una industria para que nazca otra. Es por esta razón que los gobiernos juegan un papel muy importante en la economía, toman las decisiones que creen más convenientes para poder superar una crisis. Se concluye, a modo de aprendizaje que, La Gran Depresión de los años 30 fue un periodo de declive económico en las naciones industrializadas afectando las finanzas a nivel internacional. La Bolsa de Valores de Nueva York cayó en su punto más crítico y tan solo en un día se extendió a casi todos los países del mundo, lo que nos indica la importancia y el alto nivel de globalización que se tiene, provocando severas bajas, pérdidas, angustias, los ricos se volvían pobres por segundos y los pobres se volvían todavía más pobres; estos sucesos lograron salir a flote con cambio en la presidencia norteamericana, en buenas inversiones, en una baja en los impuestos, etc.; y llevó al establecimiento de reformas financieras y nuevas regulaciones que se convirtieron en un punto de referencia y que la crisis de 1929 fue, probablemente, la mayor crisis económica a la que se ha enfrentado el sistema capitalista. Recomendaciones Ante las depresiones económicas es recomendable tomar en cuenta las siguientes medidas: - Evitar las devaluaciones excesivas de las monedas. - Evitar la imposición de barreras al comercio para no perjudicar la nación misma y las demás. - Evitar las excesivas deudas externas por la poca capacidad de pago en la que caen los países al momento de una crisis. - Acudir al tipo de política fiscal expansiva para así aumentar el gasto público, aumentar la inversión pública y la producción.