Download UD 9. Hume, el empirista radical

Document related concepts

David Hume wikipedia , lookup

Empirismo wikipedia , lookup

Tenedor de Hume wikipedia , lookup

Investigación sobre el entendimiento humano wikipedia , lookup

Racionalismo wikipedia , lookup

Transcript
Apuntes de Hª de la Filosofía
Guillermo García Domingo
U. D. 9. Hume, el empirista radical.
“Quienes han manejado la ciencia han sido bien hombres de experimento u
hombres de dogmas. Los hombres de experimento parecen hormigas que se limitan a
recolectar y utilizar; los raciocinadores parecen arañas que hilan sus telas utilizando
su propia sustancia. Mas la abeja toma el camino de en medio: recoge su material de
entre las flores del jardín y del campo, pero lo transforma y digiere mediante una
capacidad propia. No muy diferente es la verdadera empresa de la filosofía, porque
esta no depende sólo o principalmente de la capacidad de la mente, ni tampoco toma
material que recoge de la historia natural y de los experimentos mecánicos y lo
almacena entero en la memoria, tal y como lo encuentra; sino que lo almacena en el
conocimiento una vez alterado y digerido. Por tanto, de una alianza más pura e íntima
entre dichas dos facultades, la experimental y la racional (de forma nunca antes
lograda), cabe esperar mucho”.
“Primer libro de aforismos”, Francis Bacon (1620)
El autor de este ingenioso texto es F. Bacon, a quién se considera fundador del
empirismo británico; sin embargo, nadie fue tan lejos en su apuesta por el empirismo
como David Hume (1711-1776).
Su vida que comienza en 1711 contiene tantos lugares, ocupaciones, encuentros
y desencuentros, libros y opúsculos que es difícil resumirla. El libro que siempre deseó
escribir fue el Tratado de la naturaleza humana pero el que todo el mundo quiso leer
fue su Historia de Inglaterra en varios tomos lo que no le disgustó porque le otorgó
celebridad y dinero. Era escocés pero vivió buena parte de su vida en Francia y en otros
países. Conoció por tanto a los ilustrados franceses; hasta se trajo a su tierra inglesa a
Rousseau que pasaba por momentos difíciles y con el que acabó discutiendo. La
universidad a la que quiso pertenecer le desdeñó, no le importó, ejerció de diplomático.
No es extraño que muriese feliz y exhausto en 1776 en la ciudad que le vio nacer:
86
Apuntes de Hª de la Filosofía
Guillermo García Domingo
Edimburgo. Él mismo declaró que la mayor fuente de satisfacción y alegría de su vida
fue la lectura.
Retrato realizado en 1766 por Allan Ramsay, en la Galería Nacional de Escocia
A Descartes le decepcionaron el mundo y los libros, por eso “tejió su propia tela
de araña” a partir del primer principio de la filosofía que no encontró muy lejos, ¡estaba
dentro de sí mismo! Hume, en cambio, vió mundo y leyó mucho, porque era un
convencido empirista como Locke o el obispo Berkeley. Fue un empirista moderno.
Mientras Hume andaba de aquí para allá, James Cook, explorador y comandante
de la marina real inglesa, había llegado a Australia, a Nueva Zelanda y Tahití, así
supimos de la existencia de “las antípodas”. En “las antípodas”, como Cook, estaban los
empiristas respecto a Descartes y los racionalistas. La única fuente de nuestros
conocimientos son los sentidos y las impresiones que dejan en ellos los estímulos de la
realidad circundante.
Pero es moderno porque como sospecha del realismo ingenuo, cuestiona y
después analiza psicológicamente (como nadie lo ha hecho antes según el profesor
Manuel García Morente) el conocimiento humano tal y como hacen todos los filósofos
desde Descartes en adelante. Y la conclusión a la que llegó es que la existencia de todos
los objetos de la metafísica de los que tenemos ideas pero no impresiones es tan dudosa
como la existencia del monstruo del lago Ness. Bye, bye metafísica y así hasta hoy.
87
Apuntes de Hª de la Filosofía
Guillermo García Domingo
Ruinas del Castillo de Urquart a la orilla del lago Ness
9.1. La tabla rasa…
En contra de lo que defienden los racionalistas, según Hume y todos los
empiristas que le precedieron, el entendimiento humano es una tabla rasa (una tabla
sin inscribir como las que utilizaban los romanos) dispuesta a llenarse de las
impresiones que dejan los objetos del exterior en nosotros. Nacemos en blanco sin que
haya ninguna idea innata en nosotros. Todo lo que sabemos proviene de la información
que recogen nuestros sentidos.
En nuestra mente hay dos clases de percepciones (perceptions):
a) las impresiones, que son las huellas que deja en nuestros sentidos el mundo
exterior. Son vivaces y llenas de intensidad mientras que…
b) las ideas tienen su origen en las impresiones que mis sentidos recibieron, han
perdido la intensidad que adorna a las impresiones y son unas copias o
representaciones cada vez más débiles de las citadas impresiones.
88
Apuntes de Hª de la Filosofía
Guillermo García Domingo
Las impresiones provienen directamente del mundo, en cambio, las ideas son las
impresiones que se niegan a desvanecerse pero tienen una relación indirecta con el
mundo que pasa a través de las impresiones de las que proceden.
Las ideas pueden ser simples (cuando son una representación de una impresión
simple) o complejas cuando la facultad de la imaginación asocia varias ideas conforme
a tres leyes de asociación: la de semejanza, la de contigüidad espacial o temporal y la
de causalidad.
En la sección cuarta de la Investigación sobre el conocimiento humano Hume
establece que el conocimiento humano puede enunciar dos clases de proposiciones (se
parecen a las verdades de razón y verdades de hecho de Leibniz):
a) las relaciones de ideas (relations of ideas) son proposiciones evidentes
(analíticas las denominó Newton) o se deducen de proposiciones evidentes, de modo
que lo contrario de lo que enuncian es imposible. 2+3=5 es una proposición de esta
clase como los axiomas de las matemáticas o los silogismos de la lógica. Y son
verdaderas al margen de los hechos, aunque, a cambio, no aportan nuevos
conocimientos sobre el mundo.
b) Las cuestiones de hecho (matters of facts) son proposiciones que no son
evidentes en sí mismas porque dependen de las impresiones que obtenemos del mundo
(son las proposiciones sintéticas) y por eso nos ofrecen información nueva sobre el
mundo circundante. Son estas proposiciones como la que dice que ahora es de día las
que Hume no tendrá otro remedio que examinar…
9.2. La bola de demolición… (Crítica a la idea de causa):
Hume llegó más lejos que Locke y el obispo Berkeley (empiristas que le
precedieron) y demolió sin piedad las ruinas que quedaban de la metafísica escolástica y
aristotélica. Después de Hume no quedará en pie ni la idea de sustancia, ni la idea del
89
Apuntes de Hª de la Filosofía
Guillermo García Domingo
mundo, ni la idea de Dios; precisamente porque son ideas que no se refieren a impresión
alguna. Sólo podemos tener un conocimiento seguro de aquello de lo que tenemos
impresión (este es el criterio de demarcación de lo que es ciencia y lo que no lo es que
van a adoptar los empiristas del s. XX). No es de extrañar que Kant dijera que Hume le
despertó de su “sueño dogmático”.
Pero la bola de demolición de la que se sirvió fue la idea de causa (como
conexión necesaria entre las ideas de causa y efecto).
Cuando pongo a calentar un cazo con leche en el fuego para mi pequeña hija
confío en que el fuego caliente el cazo (y también la leche). Hume va a probar después
de un minucioso análisis (que está recogido en el texto de Hume de la PAU de Madrid)
que no podemos estar seguro de que así ocurra necesariamente, sólo podemos creerlo,
nada más.
Entonces, ¿por qué esperamos que ocurra? Se basa en una inferencia causal,
hasta ahora, en el pasado, siempre ha ocurrido que cuando acerco la leche a algo
caliente, la leche se calienta. Hemos inferido por la experiencia pasada que hay una
conexión necesaria entre la impresión del fuego y la impresión de la leche, y en el
futuro debe ocurrir lo mismo necesariamente. Ahora bien, si esta afirmación: hay una
conexión necesaria entre el fuego y la leche caliente, es una proposición de hechos debe
corresponder a una impresión pero ¿hay alguna impresión de esta conexión necesaria
entre el fuego y la leche?
No
hay
tal
impresión.
Nuestra
imaginación
ha
asociado
las
dos
impresiones/ideas que se suceden en el tiempo por la fuerza de la costumbre; hasta
ahora en el pasado el fuego y la leche caliente se han presentado una detrás de la otra,
esto ha consolidado el hábito de asociar ambas ideas y ha promovido la creencia
(belief) de que así ocurrirá en el futuro, lo que garantiza la seguridad y la regularidad de
nuestras vidas. De modo que la confianza en que todo ocurra como hasta ahora no se
basa en una inferencia racional sino en la creencia (que es un sentimiento).
Quizá Hume lo explique aún mejor:
90
Apuntes de Hª de la Filosofía
Guillermo García Domingo
“Cuando miramos los objetos externos en nuestro entorno y examinamos la
acción de las causas, nunca somos capaces de descubrir de una sola vez poder o
conexión necesaria algunos, ninguna cualidad que ligue el efecto y la causa y haga a
uno consecuencia indefectible de la otra. Sólo encontramos que, de hecho, el uno sigue
realmente a la otra. Al impulso de una bola de billar acompaña el movimiento de la
segunda. Eso es todo lo que aparece a los sentidos internos. La mente no tiene
sentimiento o impresión interna alguna de esta sucesión de objetos. Por consiguiente,
en cualquier caso determinado de causa y efecto, no hay nada que pueda sugerir la
idea de poder o conexión necesaria… Parece entonces que esta idea de conexión
necesaria entre sucesos surge del acaecimiento de varios casos similares de constante
conjunción de dichos sucesos. Esta idea no puede ser sugerida por uno solo de estos
casos examinados desde todas las posiciones y perspectivas posibles. Pero en una serie
de casos no hay nada distinto de cualquiera de los casos individuales que se suponen
exactamente iguales, salvo que, tras la repetición de casos similares, la mente es
conducida por hábito a tener la expectativa, al aparecer un suceso, de su acompañante
usual, y a creer que existirá.”
Investigación sobre el conocimiento humano de David Hume
9.3. Adiós a la metafísica… (Crítica a la idea del mundo exterior y la idea de
yo)
Ninguna de las tres sustancias (de Descartes) va a quedar en pie por culpa de la
bola de demolición de la idea de causa que hemos explicado en el apartado de arriba.
Ahora nos vamos a ocupar del examen que el filósofo escocés realiza de la idea de
sustancia corpórea o externa y la idea de yo (la sustancia pensante cartesiana).
Las impresiones se presentan en nosotros después de que algo del mundo
exterior haya excitado nuestros sentidos o esto sospechamos al menos, ya que sólo
tenemos constancia de que hay una representación (una impresión) todavía intensa pero
que se irá debilitando de un objeto que está fuera de nosotros. De manera injustificada
inferimos que un objeto del mundo es la causa de la impresión que hay en nuestros
91
Apuntes de Hª de la Filosofía
Guillermo García Domingo
sentidos porque “confundimos percepciones y objetos, y atribuimos una existencia
distinta y continua a las cosas que vemos y sentimos”. Como ya dijimos no hay una
impresión de la conexión causal entre el objeto y la representación que nos hacemos de
él, simplemente se presentan una detrás de otro. De modo que sólo podemos creer que
el mundo (como sustancia corpórea) existe fuera de nosotros, aunque no tenemos
ninguna prueba racional de ello.
Este fenomenismo defiende que sólo existen los fenómenos, las representaciones
que nos hacemos del mundo, y no es tan seguro que exista el mundo al que se refieren.
Creemos que existe, la costumbre nos ha inducido a creer en semejante ilusión o ficción.
La sustancia pensante de Descartes o la autoconciencia que tenemos de nosotros
mismos es una idea que también suspenderá el examen al que le someterá Hume:
“El yo o persona no es ninguna impresión sino aquello a que se supone que
nuestras ideas o impresiones se refieren. Si alguna impresión originara la idea de yo,
tal impresión debería permanecer invariable a través del curso total de nuestra vida, ya
que se supone que el yo existe de este modo. Sin embargo, no hay impresiones
constantes e invariables. Dolor y placer, tristeza y alegría, pasiones y sensaciones
suceden unas a otras y nunca existen todas al mismo tiempo”
Tratado acerca de la naturaleza humana Sección I, 4, 6
No tenemos impresión alguna del yo, sólo disponemos de unas impresiones que
se suceden a lo largo de la vida; con estas impresiones individuales (atomizadas)
hacemos un “haz de percepciones” que denominamos “yo”.
9.4. Ni siquiera Dios… (Crítica a la idea de Dios)
La bola de demolición sigue funcionando. Tampoco queda en pie la idea de
Dios. En los Diálogos sobre la religión natural rechaza el argumento deductivo de
92
Apuntes de Hª de la Filosofía
Guillermo García Domingo
Anselmo de Canterbury puesto que la existencia de Dios es una cuestión de hecho no
puede ser una proposición analítica como las de las relaciones de ideas.
Respecto a las pruebas a posteriori (para demostrar la existencia de Dios) es de
sobra conocido que la idea de causa o el principio de causalidad (el principio de razón
suficiente según Leibniz) es la condición necesaria para admitir las pruebas a posteriori
para demostrar la existencia de Dios. A partir de los efectos que comprobamos en la
creación inferimos (por un proceso inductivo) después de desestimar una cadena infinita
de causas la existencia de una causa incausada. Como la idea de causa no se
corresponde a impresión alguna la fuerza demostrativa de estas pruebas se esfuma
absolutamente.
Los ilustrados franceses (con los que Hume tuvo contacto) no se atrevieron a ser
ateos, rechazaron, eso sí, las religiones reveladas que según ellos no eran más que
manifestaciones supersticiosas y adoptaron la religión natural o el deísmo que afirma
que el orden del universo requiere de un relojero que lo ponga en marcha aunque
después se desentienda de su suerte. Hume que no encuentra justificación racional de la
existencia de Dios no puede por menos que admitir su escepticismo religioso o
agnosticismo. Según su Historia natural de la Religión hay factores psicológicos que
explican la inclinación de los seres humanos a creer y tener esperanza en el más allá por
el miedo a lo desconocido y a la muerte como su propia y definitiva extinción.
9.5. El escepticismo: ¿un lugar de descanso o un lugar para residir y
habitar?
La distinción del título la establece Kant, que prefiere el escepticismo (la
doctrina que defiende que no es posible el conocimiento) como un lugar en el que
reposar para coger fuerzas después de la lucha contra el dogmatismo racionalista (Ruhe
platz) como si se tratase de una reconfortante taberna. Sin embargo el escepticismo
radical de Hume (sólo conocemos la representación de las cosas, nada más que los
fenómenos) bien parece un lugar para residir y quedarse para siempre (Wohnplatz).
Después Hume lo atenúa gracias a la fuerza de la costumbre que nos permite seguir
93
Apuntes de Hª de la Filosofía
Guillermo García Domingo
viviendo y creyendo en el mundo. Ahora bien, los libros de metafísica y de teología que
se refieren a objetos de los que no tenemos impresión alguna merecen ser lanzados a las
llamas:
“Si procediéramos a revisar las bibliotecas convencidos de estos principios
¡qué estragos no haríamos! Si cogemos cualquier volumen de teología o metafísica
escolástica, por ejemplo, preguntémonos: ¿contiene algún razonamiento abstracto
sobre la cantidad o el número? No. ¿Contiene algún razonamiento experimental acerca
de cuestiones de hecho o existencia? No. Tírese entonces a las llamas, pues no puede
contener más que sofistería e ilusión”.
Investigación sobre el conocimiento humano de David Hume.
Quizá el cuadro más conocido de Escocia: El reverendo Robert Walter patinando en el lago
Duddingston de Sir Henry Raeburn, 1790, en la Galería Nacional de Escocia. Después de Hume
andamos o patinamos sobre hielo, no hay nada seguro bajo nuestros pies.
94
Apuntes de Hª de la Filosofía
Guillermo García Domingo
9.6. El emotivismo moral de Hume (su teoría ética):
Los juicios morales sobre la bondad o maldad de una acción no son ni cuestiones
de hecho como las impresiones de nuestros sentidos ni relaciones de ideas como las
proposiciones de la geometría o la aritmética, son juicios de valores que hacemos en
función del sentimiento que semejantes acciones provocan en cada uno de nosotros. La
ética que Hume adopta es emotivista como la de F. Hutcheson (1694-1746) porque
defiende que no hay ninguna razón para preferir una acción a otra excepto el
sentimiento de aprobación o rechazo que provoca en nosotros:
“…toma una acción cualquiera considerada como viciosa, un asesinato
voluntario, por ejemplo. Examínalo desde todos los puntos de vista y mira a ver si
puedes encontrar un hecho, una existencia real que corresponda a lo que denominas
vicio. En cualquier modo que lo tomes encontrarás solamente ciertas pasiones, motivos,
voliciones y pensamientos: no hay ningún hecho más en este caso. Mientras dirijas tu
atención al objeto, el vicio no aparecerá en ninguna parte. No lo encontrarás nunca
hasta que dirijas tu reflexión hacia tu propio corazón y encuentres un sentimiento de
reprobación, que brota en ti mismo, respecto de tal acción. He aquí un hecho, pero que
es objeto del sentimiento, no de la razón. Está en ti mismo, no en el objeto”.
Tratado acerca de la naturaleza humana de David Hume
Esta confusión es debida a que con frecuencia las teorías éticas han pretendido
deducir lo que debíamos hacer a partir del conocimiento del orden natural del universo y
de la propia naturaleza humana. Esta es la falacia naturalista (una falacia es un
argumento que parece correcto pero en realidad no lo es) según la cual lo que el ser
humanos debe ser y hacer se deduce de lo que el ser humano es.
Algo es malo o bueno en función del sentimiento de reprobación o aceptación
respectivamente que provoca en nosotros, gracias a la simpatía (“propensión que
tenemos a captar mediante la comunicación con los otros sus pasiones y sentimientos”)
que es una propensión universal y desinteresada que nos permite ponernos en el lugar
95
Apuntes de Hª de la Filosofía
Guillermo García Domingo
de los otros y así rechazar el crimen o aprobar la generosidad por ejemplo (y este es un
sentimiento universal que todos los seres humanos comparten).
Atrévete a saber
La tabla rasa de Steven Pinker
Este famoso divulgador científico es uno de los mayores enemigos de
la idea de la “tabla rasa” que defiende que no hay ideas innatas, ni hay una
naturaleza humana prefijada. Podéis conocer sus argumentos en este vídeo de
TED. ¡Merece la pena!...
http://www.youtube.com/watch?v=L39sDqqGDSI&list=FL_aQy7zEzun5Q54
s1xZs_Gw&index=1&feature=plpp_video
96
Apuntes de Hª de la Filosofía
Guillermo García Domingo
Atrévete a saber
¿Por qué soy agnóstico?
Bertrand Russell
Hume influyó enormemente en las corrientes empiristas y positivistas
del siglo XX. Bertrand Russell, filósofo y matemático, es uno de los
pensadores empiristas que puede considerarse heredero de Hume. En este
vídeo/entrevista, Bertrand Russell defiende por qué es agnóstico (la misma
conclusión a la que Hume llegó)…
http://www.youtube.com/watch?v=qL67yi28D3s&list=FL_aQy7zEzun5Q
54s1xZs_Gw&index=7&feature=plpp_video
97