Download Marzo 2015 - Parroquia San Bernardo Abad

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
SAN BERNARDO ABAD, Protector de la unidad y la
paz en las familias. Del ayuno de Cuaresma en
Sermones del tiempo.
La plenitud de la gracia, la abundancia de la misericordia, la
fuente de la piedad divina están en Jesús.
El Padre ungió al Hijo llenándolo más copiosamente de
entrañas de misericordia.
Para convertirnos debemos volvernos hacia el niño, para
aprender de él, que es manso y humilde de corazón. Debemos
humillarnos para llegar a Dios. Debemos cuidarnos de que
nuestros gestos exteriores sean vacíos, que no se
correspondan con el interior de nuestro corazón. Quizás nos
siga faltando más conversión.
Nuestro corazón debe disponerse. Estar dispuesto para lo
adverso, dispuesto para lo próspero, dispuesto para lo bajo,
dispuesto para lo alto, dispuesto para todo lo que Dios nos
quiera mandar.
Que se rasguen nuestros corazones, como nos pide el
Señor, para convertirnos a Él y no nos quede adentro el
veneno del pecado. Para que, rasgado nuestro corazón, no
cerremos al necesitado las entrañas de misericordia; a fin de
que nosotros consigamos misericordia de nuestro Señor.
Ayunemos con devoción, nos dice San Bernardo, porque
Dios ama al que da con alegría.
Ayunen los ojos de miradas curiosas.
Ayunen los oídos de chismes y rumores.
Ayune la lengua de palabras vanas, inútiles, de mentiras y
murmuraciones.
Ayunen las manos de gestos violentos y de indiferencia.
Ayune el alma de vicios y pecados y de la propia voluntad.
Hay que obrar el bien delante de Dios y de los hombres.
Sólo un corazón que se dejó transformar por la misericordia y
fue fortalecido por la gracia, es capaz de lograrlo.
 Para reflexionar:
¿Tengo el deseo profundo de seguir convirtiéndome al
Señor en esta Cuaresma?
¿Tengo un corazón dispuesto para ser rasgado o tengo
miedo de que suceda? ¿Por qué?
¿De qué gestos o actitudes tengo que ayunar en esta
Cuaresma?
Pidamos a nuestro Santo Patrono que interceda por cada uno de
nosotros para que, viviendo con confianza y humildad esta
Cuaresma, el Señor fortalezca nuestros corazones.