Document related concepts
no text concepts found
Transcript
SAN BERNARDO ABAD, Protector de la unidad y la paz en las familias. Del ayuno de Cuaresma en Sermones del tiempo. La plenitud de la gracia, la abundancia de la misericordia, la fuente de la piedad divina están en Jesús. El Padre ungió al Hijo llenándolo más copiosamente de entrañas de misericordia. Para convertirnos debemos volvernos hacia el niño, para aprender de él, que es manso y humilde de corazón. Debemos humillarnos para llegar a Dios. Debemos cuidarnos de que nuestros gestos exteriores sean vacíos, que no se correspondan con el interior de nuestro corazón. Quizás nos siga faltando más conversión. Nuestro corazón debe disponerse. Estar dispuesto para lo adverso, dispuesto para lo próspero, dispuesto para lo bajo, dispuesto para lo alto, dispuesto para todo lo que Dios nos quiera mandar. Que se rasguen nuestros corazones, como nos pide el Señor, para convertirnos a Él y no nos quede adentro el veneno del pecado. Para que, rasgado nuestro corazón, no cerremos al necesitado las entrañas de misericordia; a fin de que nosotros consigamos misericordia de nuestro Señor. Ayunemos con devoción, nos dice San Bernardo, porque Dios ama al que da con alegría. Ayunen los ojos de miradas curiosas. Ayunen los oídos de chismes y rumores. Ayune la lengua de palabras vanas, inútiles, de mentiras y murmuraciones. Ayunen las manos de gestos violentos y de indiferencia. Ayune el alma de vicios y pecados y de la propia voluntad. Hay que obrar el bien delante de Dios y de los hombres. Sólo un corazón que se dejó transformar por la misericordia y fue fortalecido por la gracia, es capaz de lograrlo. Para reflexionar: ¿Tengo el deseo profundo de seguir convirtiéndome al Señor en esta Cuaresma? ¿Tengo un corazón dispuesto para ser rasgado o tengo miedo de que suceda? ¿Por qué? ¿De qué gestos o actitudes tengo que ayunar en esta Cuaresma? Pidamos a nuestro Santo Patrono que interceda por cada uno de nosotros para que, viviendo con confianza y humildad esta Cuaresma, el Señor fortalezca nuestros corazones.