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Punto 3: Dorsales oceánicas
El fondo de los océanos se forma en las dorsales, a partir de los
cuales se genera continuamente litosfera oceánica a ambos lado de
la dorsal, por lo que también se denomina bordes constructivos o
convergentes, pues las dos nuevas placas se desplazan en
sentidos contrarios.
Las dorsales oceánicas son hendiduras en la litosfera oceánica con
vulcanismo submarino que no cesan de emitir magma procedente
de la fusión parcial de zonas superficiales del manto. Cuando el
magma se enfría y solidifica, forma rocas de composición basáltica.
En el proceso de apertura de un océano se distinguen cuatro
etapas:
1. Inicio de la dorsal: etapa de abombamiento. Las corrientes
ascendentes de una pluma de magma, procedentes del manto
profundo, chocan con la litosfera continental, que se abomba y
forma de domo térmico.
2. Dorsales jóvenes: etapa del rift. En el domo térmico, la
litosfera se estira y adelgaza, hasta que se fractura y da lugar
a un punto triple. Este sistema de fracturación de la litosfera
abombada se combine de tres grandes fallas radiales, que
pueden evolucionar hasta la formación de valles de
hundimiento, denominados rift. Un rift es una depresión o fosa
tectónica que se forma por el hundimiento de los bloques
centrales generados por el sistema de fallas escalonadas
situadas a ambos lados del valle de hundimiento, que le dan a
este valle el aspecto de una enorme escalinata.
3. Dorsales de mediana edad: etapa del mar Rojo. Una dorsal
oceánica llega a formarse cuando se unen los rift asociados a
dos o más puntos calientes, cuya actividad llega a completar
la fracturación de la litosfera continental. Llega un momento
en el que el continuo hundimiento del rift provoca la
inundación del valle por las aguas marinas y da lugar a la
formación de un estrecho mar, como el mar Rojo.
4. Dorsal madura: etapa atlántica. Si la actividad de la dorsal
continúa, se generará nueva litosfera oceánica y el estrecho
mar evolucionará hasta convertirse en un gran océano como
el Atlántico, que separara dos bloques continentales
fracturados.
En las zonas próximas a las dorsales oceánicas el agua se filtra y se
convierte en vapor de agua. En su trayectoria ascendente disuelve los
minerales que encuentra, hasta que escapa por las fisuras del fondo
oceánico y origina fuentes hidrotermales o fumarolas, que son el origen
de yacimientos minerales y también fuente de vida de los ecosistemas
marinos asociados.