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Cristianos Escuchando Música Secular; Una Segunda Opinión al Respecto
Luego de publicarse los resultados de una encuesta realizada por un sitio Web
respecto a la pregunta "¿Te parece bien que los cristianos escuchen música
secular?" le preguntaron su opinión personal a Marco Barrientos ... y esta es una
réplica escrita por otro músico y compositor que opina algo bastante diferente.
Por Blake Simpson
Leí con muchísimo interés las observaciones de Marco Barrientos
sobre la música secular [publicadas en otro sitio Web]. Antes que decir
cualquier cosa, quisiera decir que tengo una admiración profunda por
Marco, uno de los salmistas más ungidos, más eruditos y más
compasivos en toda Latinoamérica.
Si me atrevo desafiar algunas de sus observaciones, quisiera que todo el
mundo entienda que lo hago con altísimo respeto y amor. He tenido el
honor de trabajar con Marco en su ministerio musical, y fue una
experiencia totalmente agradable, y me quedé edificado y bendecido por
la experiencia. Espero tener otra oportunidad de tocar y ministrar con él
en el futuro.
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Ghetto de la Fe
Antes de comenzar, me importa afirmar algo clave que dijo Marco en su artículo: "Antes
que nada, debemos considerar, que la actitud es más importante que la acción. En otras
palabras, el porqué lo hacemos es mucho mas importante de lo que hacemos en si." Así
Marco aclara que no hay decimosegundo mandamiento sobre qué uno debe y no debe
escuchar.
Sin embargo, el rumbo general de su artículo rápidamente conduce hacia un mundo en el
cual la única música de importancia es la de la Iglesia cristiana. Te toca a ti decidir cuál
de estas opciones es la verdad.
Un anécdota que compartió Marco un día durante un congreso me sorprendió: Él dijo que
el nunca se involucró en la música hasta después de su conversión. Así su trayectoria
musical es primordialmente cristiana desde el principio.
En los casos de varios otros salmistas (por ejemplo, Juan Carlos Alvarado, Juan
Salinas, Jaime Murrell, Torre Fuerte, Ron Kenoly), ellos llegaron a los pies del Señor
ya con una experiencia musical formada, por lo menos parcialmente, fuera de la iglesia
evangélica. Así fue mi experiencia, habiendo sido músico profesional por varios años
antes de mi conversión.
Siendo un misionero norteamericano en Venezuela, he tenido la oportunidad de observar
este debate desde ambos lados. Les puedo decir con total confianza que típicamente, el
evangélico norteamericano estará más dispuesto a escuchar cualquier tipo de música sin
preocuparse mucho por el hecho de que sea cristiana o no.
Diversos artistas tales como Amy Grant, U2, Michael W. Smith, Jaci Velásquez, Jars
of Clay, King's X, P.O.D., y aun Alice Cooper [quien ya se confiesa Cristiano] han
logrado oscurecer la percibida frontera entre "sagrado" y "secular."
Por otro lado, el evangélico latino -- bueno, dejemos que hablen las estadísticas de la
encuesta: 61% respondieron que no, el cristiano no debe escuchar la música secular; 32%
dijeron que sí, está bien; con 7% no decididos. Hay que preguntarnos a nosotros mismos
si el evangélico latino será por eso más pío y santo que su equivalente norteamericano, o
si será un asunto cultural.
En mi organización, Juventud Con Una Misión (JuCUM), declaramos en nuestros
Valores Fundamentales que "no reconocemos una dicotomía entre lo espiritual y lo
secular." Esto no es decir que no hay bien ni mal, sino que toda la creación es de Dios,
que Satanás no posee la creatividad, y que ser una madre o un carpintero lleva el mismo
valor que ser pastor o misionero.
No comemos comida "secular," no usamos ropa "secular," y no vivimos en casas
"seculares." Dice Salmo 24:1, "De JEHOVÁ es la tierra y su plenitud; El mundo, y los
que en él habitan." No es decir que toda cosa es santa, sino que Dios es el creador de
todo, incluso de la creatividad, de las culturas, y de nuestras mentes.
Les quisiera animar a todos, a utilizar las mentes que Él nos dio; pero si no tienen ganas
de analizar y pensar, lo mejor sería dejar de leer este artículo, porque estoy por volverme
analítico.
Si comenzamos a dividir la música en categorías de "sagrado" y "secular," muy pronto
vamos a encontrar dificultades. ¿Deben mis hijos cantar "Los Pollitos" o "Arroz con
Leche"? (No mencionan a Dios.) ¿Debo escuchar la Noventa Sinfonía de Beethoven?
(Beethoven no fue un cristiano.) ¿Debo escuchar "La Cantata del Café" de J.S. Bach
(Bach fue cristiano, pero la composición no lleva mensaje espiritual.)
¿Qué si escucho el Jazz? (Usualmente no hay letra, pero el mismo artista podría ser o
evangélico o drogadicto.) ¿Estaré en pecado si monto la buseta [subo al colectivo] y allí
se escucha un Vallenato, o una Cumbia, o un Merengue, y no me tapo los oídos para no
contaminarme? Cuando veo las noticias por televisión, ¿debo yo bajar el volumen
durante el tema introductorio? ¿Puedo cantar el himno nacional de mi país si no
menciona a Dios?
De verdad, la historia de la iglesia cristiana está llena de controversia sobre la música (les
recomiendo el libro Debate de la Música Cristiana Contemporánea por Steve Miller y
Wisón Torres, Jr. [Editorial Unilit] para obtener una idea equilibrada de la trayectoria
musical de la Iglesia cristiana.)
Resulta que lo aceptado hoy casi sin excepción fue condenado en el pasado. Himnos,
instrumentos, ritmos, armonías, estilos, y aun intervalos musicales, todos pasaron etapas
de rechazo antes de ser aceptados (gradualmente) por la iglesia.
Lo aceptado hoy en la iglesia latina (Marcos Witt, Steve Green) hubiese sido criticado
fuertemente hace treinta años en muchas iglesias norteamericanas por el uso de la batería,
la guitarra eléctrica, los sintetizadores y los "ritmos salvajes." La verdad, es que nosotros
los salmistas norteamericanos luchamos durante muchos años para que fuera aceptada
nuestra lengua materna musical, el "Pop" contemporáneo.
No luchábamos para ser controversiales, sino es que Dios estaba produciendo algo nuevo,
pero la tradición es muy resistente a los cambios. Igualmente, yo anticipo que pasarán
varios años antes de que sea muy aceptada la música Latina en la iglesia latina.
Ya llegamos a una dificultad que pocos de Uds. esperaban: Supuestamente estamos
discutiendo si la música que escucha el cristiano debe ser "cristiana," pero el argumento
resulta más complicado, como ya veremos.
¿De dónde provienen los estilos y ritmos que caracterizan la música cristiana?
¿Serán inventos cristianos? ¿O hemos fusilado (un venezolanismo que significa copiar)
de los inconversos? ¿Cuántas generaciones de influencia musical se necesitan hasta que
se vaya la influencia "mundana"? Si paramos ya de fusilar, ¿podremos mantenernos
relevantes?
Tomaré la libertad de nombrar algunos ejemplos musicales conocidos entre cristianos
latinos, simplemente para demostrar que si tratamos de divorciarnos completamente de
cualquier estilo musical no lanzado por sellos cristianos, por artistas cristianos, nos
encontraremos en un lío. Voy a comenzar con "Poderoso," por Marcos Witt. Esta
canción lleva un estilo conocido como "Hard Rock" (rock duro) o aun "Heavy Metal."
El ritmo que toca Randall González en la batería es fuerte y pesado, y cuadra
perfectamente con la declaración de la letra. El ostinato, tocado por guitarra distorsionada
y bajo eléctrico, utiliza la escala pentatónica de "Blues." Me pregunto, ¿inventó Marcos
Witt este estilo? ¿Le habrá llegado en un sueño?
Yo les sugiero que Marcos, aunque no escucha Led Zeppelin, de cierta manera ha
asimilado este estilo de música, que tiene sus raíces en los "blues" de los negros
norteamericanos, y los ritmos agregados por los rockeros británicos de los años 60 y 70.
Vale, puede ser que Randall y Marcos aprendieron este estilo de otros cristianos (tal vez
de Petra), ¿pero dónde lo aprendieron estos otros cristianos? ¿De aún otros cristianos?
Eventualmente llegaremos a unos cristianos que se atrevieron a escuchar esta música
"diabólica," y quienes "contaminaron" a sus hermanos en Cristo con el fruto de su
"desobediencia." Mi pregunta pues es: ¿A qué punto se santificó el hecho de haber sido
influido estilísticamente por la música no cristiana?
Igualmente, la cuestión se aplica a los estilos latinos. Juan Salinas compuso la canción
quizás más conocida de Marco Barrientos, "Será Llena la Tierra." Dicha canción
comienza con un montuno bien cubano en piano, combinado con un ritmo del Rock
Latino. Podría ser un producto de la experiencia musical de Juan antes de su conversión.
Así podríamos decir que: "sí, ¡se permite que la música secular sea de influencia, provisto
que la escuchamos antes de llegar a ser cristianos!" (Durante una correspondencia que
tuvimos, el Sr. Salinas me afirmó que, aunque hoy en día no le llama la atención la
música secular, sin embargo no hay nada nuevo bajo el sol.)
Mientras tanto, cuando Marcos Witt canta el corito "Aleluya," el ritmo es lo del Songo,
desarrollado por el gran baterista cubano Changuito en los años 70 con el grupo Los
Van Van. Puede ser que el mismo Randall Gonzáles lo fusiló de otro cristiano (¿Alex
Acuña?), pero eventualmente vamos a llegar a la Habana, donde el ritmo ciertamente no
fue invento evangélico.
En su artículo, Barrientos sugiere tres motivos por los cuales se escucha la música no
cristiana: (a) Porque me hace sentir bien, (b) Porque mis amigos la escuchan, y quiero
estar como ellos, y (c) Para rebelarme contra los deseos de mis padres. No niego que
estos tres factores pueden ser razones para escuchar cualquier música, pero el hecho de
tratar de categorizar los motivos de escuchar cualquiera música así, de esa manera, nos
podría poner en el peligro de juzgar a otros cuyas razones pueden estar más allá de estos
tres.