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LA CONCEPCIÓN DE UNA VISIÓN
Nehemías 1:1-4
Introducción
“Sin visión el pueblo perece”. Estas palabras han llegado a ser una suerte de refrán
evangélico; son tomadas de una versión en inglés de Prov 29:18, que dice, “Where
there is no vision, the people perish” (“Donde no hay visión, el pueblo perece”).
Lamentablemente, esta no es una buena traducción del texto original. La RVA
traduce, “Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena”, que da otro sentido a la
palabra, “perece”. Mientras que la RV traduce, “Sin profecía el pueblo se
desenfrena”, que da otro sentido a la palabra, “visión”.
Veamos los términos en el idioma original. En primer lugar, el verbo ‘perece’. La
palabra en hebreo es ‘para’ (“perece”). Esta palabra significa, ‘desatar’ o ‘soltar’.
Cuando se usa en el sentido moral, indica una persona que se desenfrena en su
comportamiento (ver Sal 2:1-3). Este parece ser el sentido en que se usa en Prov
29:18. Cuando una nación vive así, está rumbo a la destrucción.
¿Qué lleva a un pueblo a vivir así? Salomón escribe, “Cuando no hay ‘visión’”. La
palabra en hebreo es ‘kjason’, que significa ‘algo que se ve’, ‘un sueño’, ‘una visión’.
En el AT, esta palabra se usa para describir una visión profética (Is 1:1; Abd 1:1).
En Nahum 1:1, el profeta presenta su libro en la siguiente manera:
“Profecía (hebreo, ‘massa’) sobre Nínive.
Libro de la visión (hebreo, ‘kjason’) de Nahum de Elcos”.
Claramente, los términos ‘profecía’ y ‘visión’ se usan como sinónimos en este texto.
Lo interesante es notar que la palabra ‘massa’ significa ‘carga’. Esta palabra se usa
literalmente en Ex 23:5. Pero en los libros proféticos, ‘massa’ significa la ‘carga’
interna que siente un profeta cuando recibe la palabra de Dios (Is 13:1; 15:1; 17:1;
etc.).
Nehemías no fue un profeta; no recibió una ‘carga’ verbal, o una ‘visión’ profética de
la palabra de Dios. Pero si tuvo una ‘carga’ ministerial. Y esa ‘carga’ estaba
vinculada con una visión que tuvo, de parte de Dios, para la obra.
La Iglesia necesita ‘profetas’; personas que reciben una ‘visión’ verbal. También
necesita líderes ‘visionarios’; personas que reciben una ‘carga’ ministerial de parte de
Dios. Fue la ‘carga’ que Nehemías recibió, que lo llevó a ser un líder visionario.
¿Qué fue lo que Nehemías vio?
-
Vio a la distancia la necesidad externa/física/material de Jerusalén, y
sintió una carga por hacer algo al respecto (Neh 1-2).
-
Vio de cerca la necesidad externa/física/material de Jerusalén, y
estableció una estrategia para hacer algo al respecto (Neh 3-4).
1
-
Vio la amenaza de los enemigos, y obró para proteger al pueblo (Neh 6:1 –
7:4).
-
Vio la necesidad interna/espiritual de los judíos, y procuró hacer algo al
respecto (Neh 5, 10, 13).
Pero, ¿de dónde viene esa ‘carga’ que da lugar a una ‘visión’? Tomemos el caso de
Nehemías como un ejemplo. ¿Qué podemos aprender de su experiencia?
1. LA CARGA NACE EN UN CORAZÓN QUE AMA EL REINO DE DIOS
Lo primero que nos impacta de Nehemías es el contexto en que vivía.
siguientes detalles que nos ofrece este libro:
Notemos los
-
Nehemías era copero del rey (Neh 1:11). Éste no era un trabajo muy
arduo (físicamente), pero exigía mucha responsabilidad. ¡La vida del rey
estaba en sus manos!
-
Nehemías pasaba sus días en la presencia del rey (Neh 2:1), así que
nunca estaba aburrido. Siempre había gente interesante en la corte,
asuntos interesantes que tratar, visitas interesantes para conocer, y
discusiones interesantes para escuchar.
-
Nehemías vivía en la capital del reino de Persia (Neh 1:1), así que
disfrutaba una vida cómoda, y de lujo. Susa era la ciudad donde el rey
Artajerjes pasaba el invierno.
Sin embargo, cuando llegaron algunas personas de Jerusalén (v.2), lo primero que
Nehemías preguntó fue, ‘¿Cómo está el remanente de judíos?’ ‘¿Cómo está la ciudad
de Jerusalén? Dejó las cosas de la corte, y los asuntos del reino de Persia, para
interesarse en las cosas de Dios y de Su pueblo.
¿Por qué? ¿Qué llevó a este hombre a poner a un lado su puesto de trabajo, los
lujos y la opulencia del palacio, las conversaciones interesantes y las intrigas
políticas en la corte, para preguntar acerca de la condición del pueblo de Dios, en la
ciudad de Jerusalén? Podemos mencionar a lo menos TRES razones:
i.
Nehemías no amaba al ‘mundo’, ni las cosas de este ‘mundo’.
Cuantas veces, es el amor al mundo que nos roba fruto espiritual (Mat
13:22). Tenemos que formar personas que no aman al ‘mundo’, ni las
cosas del ‘mundo’ (1 Juan 2:15). Pero, ¿cómo lo hacemos si nosotros
amamos al ‘mundo’?
No es nada fácil dar las espaldas al ‘mundo’ en la
época en la que vivimos.
EJEMPLO: Moisés (Heb 11:24-26)
Pero esto nunca ha sido fácil: el caso de Demas (2 Tim 4:10).
Es el amor al ‘mundo’ que nos roba la oportunidad de recibir una carga
por las cosas de Dios, y por lo tanto no nos permite ser líderes visionarios.
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ii.
El corazón de Nehemías latía por otras cosas; las cosas de Dios y
de Su reino. A Nehemías le preocupaba el testimonio de Dios en esta
tierra, el bienestar del pueblo de Dios, el cumplimiento de los propósitos
de Dios. Su corazón latía por estas cosas.
EJEMPLO: Timoteo (Fil 2:19-21)
¿Por qué era así Timoteo? Porque fue discipulado por Pablo (Fil 3:7-8).
iii.
Nehemías estaba dispuesto a
hacer algo a favor de Jerusalén.
‘visión’, y le ayudó a cumplir esa
dividido. Si tenemos un corazón
visión (ver 2 Tim 2:4).
dejar todo, por servir a Dios; por
Por eso Dios le confió una ‘carga’, una
visión. Tenía un corazón íntegro, no
dividido, entonces no seremos líderes de
Esto es algo que tenemos que pedir al Señor. David se lo pidió – ver Sal
86:11, donde la frase, “Afirma mi corazón…”, significa ‘Une mi corazón’.
El verbo es ‘jakjad’, que significa ‘ser uno’ o ‘unir’ (ver Gén 49:6, “se
junte”; literalmente, ‘ni se una’). El Señor nos advierte que no podemos
servir a dos amos (Mat 6:24); tenemos que escoger a uno de ellos.
Si algo en nuestras vidas llega a ser muy importante, el peligro que
corremos es que dejaremos de amar a Dios con todo el corazón, y
comenzaremos a perder la ‘carga’ por la obra; de este modo, dejaremos
de ser líderes visionarios. Cuando eso ocurre, la obra del Señor
languidece, y se detiene.
¿De dónde nació este gran amor que Nehemías tuvo por el reino de Dios?
Indudablemente fue el fruto de un gran amor por Dios mismo. Nehemías
evidentemente fue un hombre de Dios. Un hombre formado en la oración. Un
hombre que había estudiado profundamente las Escrituras, y había llegado a conocer
bien a Dios.
REFLEXIÓN: ¿Cómo está nuestro corazón?
¿Qué son las cosas que realmente nos interesan?
¿Amamos primero el reino de Dios? Mat 6:33
2. LA CARGA AUMENTA CUANDO VEMOS LA NECESIDAD
Es obvio que antes de hacer la pregunta, Nehemías ya sentía una carga por la ciudad
de Jerusalén, y por la condición en la que estaban los judíos en esa ciudad. Pero la
respuesta que recibió aumentó su ‘carga’.
Las visitas le informaron de ciertos detalles preocupantes:
-
“El remanente…están en gran mal y afrenta” (v.3a)
“el muro de Jerusalén derribado” (v.3b)
“sus puertas quemadas a fuego” (v.3c)
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No tendremos una ‘carga’ por la obra hasta que veamos bien la necesidad del mundo
que nos rodea, y de la Iglesia de Cristo. Permítanme señalar ciertas de estas
necesidades:
a. La Necesidad del Mundo que nos Rodea
i.
ii.
iii.
Hay tanta gente que aun no conoce al Señor…
Sus vidas están llenas de problemas, dificultades, dolor, etc., y no
saben qué hacer. No tienen esperanza…
La sociedad se va corrompiendo más y más…
b. La Condición de la Iglesia
i.
ii.
iii.
Está tan débil…
Está tan distraída…
Está tan contaminada por el pecado…
Le falta más de la gloria de Dios (Is 62:1-7)
c. Las Necesidades de las Misiones
i.
ii.
iii.
iv.
v.
vi.
Lugares aun no alcanzados en nuestro país…
Lugares abandonados en nuestro país…
Lugares no alcanzados en el mundo…
Los países musulmanes…
El desafío de la India y de la China…
La tragedia en Europa…
Lo que tenemos que hacer es mirar a estas cosas. Seguir el ejemplo de Nehemías.
Levantar nuestra mirada de lo que estamos haciendo, de nuestros propios
ministerios, etc., y preguntarnos qué está pasando en el mundo, qué está pasando
en la Iglesia. Y a la par que hacemos eso, Dios nos irá dando una ‘carga’, que
resultará en una visión renovada del ministerio.
3. LA CARGA SE EXPRESA CON UN QUEBRANTO PROFUNDO
¿Cuál fue la reacción de Nehemías cuando escuchó este informe acerca de la
condición en la cual estaba la ciudad de Jerusalén? Lo vemos en el v.4.
Experimentó un profundo quebranto emocional y espiritual. Analicemos su reacción,
para ver qué podemos aprender de ello:
i.
ii.
iii.
iv.
v.
Se sentó – el informe le quitó las fuerzas; no pudo seguir de pie. Nos
hace recordar Sal 137:1.
Lloró – una expresión de profunda tristeza.
Hizo duelo por algunos días – lo que sintió no fue algo pasajero.
Ayunó – una expresión de profunda preocupación.
Oró – una expresión de impotencia, y de dependencia de Dios.
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¿Por qué reaccionó así? Porque amaba a Dios con todo su corazón, y amaba la
ciudad de Jerusalén. Nehemías tenía un corazón que latía por el bienestar de
Jerusalén (Sal 84:5). Conocía bien el Sal 48. El informe que recibió acerca de
Jerusalén casi anuló lo que el salmista escribió en este salmo.
Fue durante estos días de ayuno y oración que Nehemías comenzó a sentir una
‘carga’ por Jerusalén, y esa ‘carga’ fue la preparación de Nehemías, para recibir la
visión que Dios le iba a dar.
Conclusión
Hoy hay muchos líderes visionarios, pero la visión que tienen no siempre es la
correcta; no siempre es la visión de Dios. Si esa visión no nació en una manera
similar a la de Nehemías, habría que dudar que fuera una visión dada por Dios. No
nos conformemos con tener una ‘visión’ humana, que muchas veces está ‘adulterada’
con actitudes egoístas y vanagloriosas; busquemos una visión que viene del trono de
Dios, y que nace de una profunda ‘carga’ que Dios pone en nuestros corazones.
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