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5. Vulnerabilidad externa y política macroeconómica Vanessa Botero Vega, Angela Hincapié López, Daniela Castillo Rey y Luis Daniel Vargas Suárez. 11°A En este capítulo se habla de la volatilidad de flujos capitales, la cual es la tercera etapa de la globalización, esto en américa latina ha producido una inestabilidad del sistema económico. I. Composición de financiamiento externo y la vulnerabilidad Durante 1970 los países trataron de solucionar sus crisis obteniendo créditos en bancos internacionales, lo cual fue una solución fue una solución a corto plazo que creo quina estabilidad temporánea; pero un problema a largo plazo pues la deuda externa de los países a largo plazo aumento. En la década de los 90 la economía se basó en un ciclo inestable con altibajos en su oferta y demanda. 1. Anatomía de los flujos de capital en los noventa. Durante los noventa la economía obtuvo una mejora, pues empresas internacionales y nacionales aumentaron la capacidad productiva de los países, los flujos netos de la banca comercial y los bonos creados para solucionar la crisis no fueron beneficiosos pues eran recursos inestables, mientras que el financiamiento oficial y el apoyo del Fondo Monetario Internacional eliminaron el ciclo inestable que vivía la economía latinoamericana, poniendo mayor estabilidad. 2. Financiamiento externo y ciclo. El financiamiento externo contribuyo para que los países tuvieran vulnerabilidad externa, lo cual significaba una dependencia de los mercados internacionales. “Tres crisis en menos de una década”: Han existido tres crisis mayores en las economías de los países latinoamericanos. La primera fue la crisis de 1995, la segunda la crisis de 1998-1999 y por último la crisis actual. Las tres crisis fueron de origen externo, las dos primeras tuvieron una transmisión financiera, mientras que la última tiene una transmisión comercial, lo cual crea una desaceleración o contracción de los volúmenes exportados y una baja en los precios de las materias primas, esta crisis es de carácter global, por lo cual las medidas económicas nacionales no son de ayuda. Las razones de la inestabilidad económica por inversión extranjera en los países latinoamericanos y del Caribe son: Magnitud del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos Dependencia de flujos de financiamiento. Solidez de los sistemas financieros nacionales y su capacidad para resistir fluctuaciones de las tasas de intereses y los tipos de cambio. Los países ya han creado algunas metas para no tener vulnerabilidad externa y no caer en posibles crisis, los requerimientos de liquidez de corto plazo para estos son: Reducción de la relación deuda externa de corto plazo/reservas internacionales. Fortalecimiento de la regulación y supervisión prudencial de los sistemas financieros nacionales. Tener un déficit en la cuenta corriente significa que un país está en probabilidad de tener una dependencia de financiamiento externa y esto justamente es lo que se debe evitar. II. Globalización e inestabilidad macroeconómica 1. El comportamiento pro-cíclico asociado al acelerador financiero A finales de 1980 e inicios de los 90 el ingreso neto de capitales externos dio un giro favorable, el crédito interno aumento en un 22% del PIB a un 30% en 1993. La abundancia de capitales internacionales en 1996 y 1997 dio origen a un nuevo ciclo de auge financiero interno, alza de bolsa de valores y revolución real, estos efectos fueron insostenibles. La inestabilidad de los flujos de capital privado afecto la capacidad de reacción de la economía real ante de la crisis debido a que los instrumentos de proyección comercial y de promoción de exportaciones perdieron importancia. En periodos de crisis varios gobiernos de la región han debido intervenir en los sistemas financieros internacionales, recurriendo a la función de prestamista de última instancia del banco central por lo cual el sector público terminó asumiendo parte de los riesgos en que incurrieron los agentes privados que se endeudan rápidamente los periodos de auge. Debido a la importancia estratégica asignada al ancla cambiaria en los programas de estabilización de precio, algunos países de américa latina apelaron varias modalidades de control asimétrico de la cuenta de capitales tratando de evitar una exagerada apreciación cambiaria y reducir la inestabilidad de movimiento de los capitales financieros de carácter especulativo. Esta política conservará una cierta autonomía en el manejo de la política monetaria y un efecto positivo en cuanto a la composición de flujos capitales. 2. El comportamiento pro-cíclico de las finanzas públicas En 1990 en los programas macroeconómicos se otorgó mayor importancia a la protección de las conquistas que se lograros durante la crisis de la deuda en términos del déficit fiscal. Por medio de la reactivación del conocimiento económico y el diseño de mejores sistemas tributarios permitió una notable recuperación de los ingresos fiscales. La recuperación de los ingresos fiscales facilito la elevación del gasto público al 20.7% del PIB y además una recuperación del gasto social a un 13%. El comportamiento pro-cíclico de las finanzas públicas ha tenido a acentuarse por medio de algunas políticas monetarias vigentes. 3. Débil proceso de inversión e insuficiente desarrollo financiero Debido a la inestabilidad del financiamiento externo se vio afectado el proceso de inversión por lo cual la tasa de inversión sigue siendo inferior a los niveles registrados anteriormente a la crisis de deuda, la baja del coeficiente del interés a comparación de los años 70 ha sido más acentuado en los países más grandes. El incremento en los años 90 se logró debido a un mayor financiamiento externo pero sin darse una expansión complementaria del ahorro nacional sobre todo al financiamiento interno o externo del pago. A pesar de los importantes cambios que han dado lugar a la liberación financiera y la entrega de importantes intermediarios financieros internacionales en los mercados regionales aún continúan algunos de los problemas más serios de los sistemas financieros nacionales. Aun es necesario continuar desarrollando esquemas apropiados de regulación y supervisión prudencial que garanticen buenos estatus de solvencia y liquidez de los intermediarios financieros, los vacíos que hay en este área y la volatilidad macroeconómica se ven reflejados en las crisis financieras que afectaron por lo menos trece países en los años 90. A su vez no han sido suficientes los cambios destinados a desarrollar instrumentos de ahorro y financiaciones de largo plazo. Aún permanece la preferencia de los sistemas bancarios por el financiamiento al corto plazo y los márgenes de intermediación continúen siendo superiores a los que se observan en países desarrollados, lo cual se refleja en costos financieros por elevados para el sistema empresarial nacional, lo que limita la inversión real y competitividad nacional. Estos factores han reflejado la búsqueda del financiamiento externo lo cual aumenta la vulnerabilidad asociada a los descalces de moneda. III. El ámbito nacional: enfrentar la globalización de la volatilidad financiera mediante políticas macroeconómicas anti-cíclicas Las autoridades deben hacer frente a los riesgos financieros, mediante la adopción de una visión más amplia de la estabilidad macroeconómica. Estos objetivos deben extenderse a objetivos reales para el desarrollo económico y su estabilidad. Si no se realiza esto, se seguirá viendo reflejada la volatilidad del financiamiento externo. Autoridades nacionales deben responder ante situaciones de euforia en los mercados, evitando situaciones de vulnerabilidad y manteniendo márgenes de política para hacer frente a las fases de sequía de los mercados financieros internacionales. La volatilidad de flujos financieros como la inestabilidad de los ritmos de crecimiento económico, se ven reflejados en la falta de motivación a la inversión productiva, afectando el crecimiento a largo plazo. La mejor y mayor estabilidad real de las economías en corto plazo y con un ritmo dinámico en largo plazo, son en buena medida objetivos complementarios. Estas autoridades nacionales cuentan con muy poca autonomía a la hora de realizar una política anti-cíclica, por esta razón para ampliar las posibilidades de los países en desarrollo deben adoptar una mejor arquitectura financiera internacional. 1. El manejo prudencial de los auges: aspectos fiscales, monetarios y regulatorios La estabilidad del crecimiento económico depende de la adopción de modalidades sostenibles que influyan en la política macroeconómica. Una visión a largo plazo de un diseño de la política donde se evite la acumulación de desequilibrios y se aproveche los momentos de gran bienestar económico, para cumular recursos con el fin de hacer frente a esta escasez. Para enfrentar la vulnerabilidad, se necesita responder a 3 desafíos: 1) Respetar una regla fiscal de largo plazo a lo largo del ciclo, para evitar los costos económicos y políticos de los ajustes abruptos. 2) Identificar con la debida anticipación el déficit estructural, a fin de evitar un endeudamiento público excesivo que represente una carga para las futuras generaciones. 3) Es preciso eliminar el sesgo en contra de los gastos de capital. Las medidas monetarias y cambiarias que se adopten deben estar destinadas a prevenir que los auges de financiamiento externo se traduzcan en aumentos excesivamente rápidos del crédito externo e interno y en apreciaciones insostenibles del tipo de cambio real. Estas intervenciones pueden tener efectos contraproducentes: 1) Pueden traducirse en tasas de interés elevadas que incentiven el ingreso de capitales y por ende se le haga presión a la apreciación cambiaria. 2) Si existen indicios de crisis esas tasas pueden acelerar el deterioro financiero. La eficacia de las políticas se nota cuando van acompañadas de regulaciones de la entrada de capitales, de un manejo activo de la regulación y la supervisión de los sistemas financieros y una política de pasivos, la cual serviría para la mejora de las deudas pública, privada, interna y externa. 2. El régimen cambiario Cada país debe determinar su capacidad de flexibilidad cambiaria, esta depende de sus objetivos y sus posibilidades. Actualmente el principal problema que se plantea en los regímenes cambiarios de los países en desarrollo es su capacidad para manejar choques comerciales y fluctuaciones de la cuenta de capitales. La volatilidad de flujos capitales tiende a conferirle una inestabilidad a la actividad interna de países que adoptan este tipo de regímenes. La gran virtud de los regímenes intermedios es su posibilidad de conciliar flexibilidad y estabilidad, por ejemplo: sistemas de devaluación gradual. Este grado de flexibilidad deseable dependerá básicamente del tamaño de las economías y del grado de apertura de la cuenta de capitales. 3. Mecanismos de “autoseguro” Otra forma de favorecer la estabilidad es: mantener un nivel adecuado de recursos líquidos que permita hacer frente a choques externos adversos transitorios e impedir los ataques especulativos en contra de la moneda nacional. 4. La regulación y supervisión prudencial de los sistemas financieros La inestabilidad de los sistemas financieros nacionales se ha hecho presente como factor detonante de las crisis y fluctuaciones externas hacia el resto de la economía. La globalización ha dejado claro la relación entre los riesgos sistemáticos de los distintos países, lo que ha llevado a la comunidad financiera internacional a fomentar la adopción de sistemas de regulación adecuados. Para el fortalecimiento de la estabilidad de los sistemas financieros nacionales es necesario avanzar en cinco aspectos importantes: 1. Mejorar la regulación y supervisión de los riesgos de crédito, de monedas y de plazo de la banca comercial. 2. Mejorar la normativa sobre conglomerados financieros. 3. Imponer límites a la concentración del sistema bancario. 4. Establecer mejores criterios respecto de la presencia instituciones financieras extranjeras que no cuentan con una supervisión confiable y una regulación consolidada de conglomerados en el país donde está radicada su casa matriz. 5. Perfeccionar las normas sobre la banca estatal de primer piso. 5. El desarrollo financiero nacional Un desarrollo estable y profundo de los sistemas financieros nacionales tiene efectos positivos para el ahorro y el financiamiento de la inversión, y reduce la vulnerabilidad de las economías ante los ciclos de financiamiento externo. Toda política que se adopte con este propósito debe permitir, asimismo, la superación de las fallas de mercado, y de la inexistencia de mercados o de determinados segmentos o componentes. La liquidez de un instrumento se relaciona directamente con la amplitud de sus mercado, es decir, con la presencia de múltiples agentes capaces de absorber las fluctuaciones de la oferta y la demanda de títulos sin variaciones excesivas en sus precios y, por lo tanto, capaces de estabilizar los mercados. Esto subraya la importancia de apoyar el desarrollo de mercados secundarias de deuda que cumplen un papel de estabilización. Para perfeccionar las políticas de cobranza, puede organizarse como una banca comercial de primer piso, sujeta a la regulación y supervisión propias por la banca privada, para lo cual debe ampliar la transparencia de sus operaciones comerciales. También puede organizarse como una banca de segundo piso y abordar las dificultades de focalización, perfeccionando las bases de licitación de recursos financieros. IV. El ámbito internacional: fortalecimiento de la gobernabilidad de la globalización financiera. El logro de una mayor estabilidad financiera y macroeconómica internacional es el suministro de un bien público global, la cual ofrezca oportunidades positivas para todos los países participantes en los mercados mundiales. Un rasgo específico que tienen las economías en desarrollo es la no utilización de sus monedas como medio de cambio, este rasgo se entiende como una asimetría, la cual es desfavorable para enfrentar la inestabilidad que tiene la globalización financiera. La superación de los problemas que trae la crisis requiere una buena formulación de las políticas nacionales como una institucionalidad internacional. Se necesita el desarrollo de una institucionalidad financiera internacional y nacional que prevenga la acumulación de riesgos financieros excesivos, también para fortalecer la capacidad de respuesta oportuna frente a las crisis, solucionar problemas de sobreendeudamiento y valorar el papel de las instituciones regionales y subregionales. 1. Creación de un marco institucional que favorezca la estabilidad financiera. La estabilidad financiera internacional demanda estándares mínimos sobre: la regulación y supervisión de los sistemas financieros y el suministro de la información necesaria para que autoridades y mercados financieros funcionen apropiadamente. Dada la globalización de los mercados, estos requieren avanzar hacia una mayor coordinación y mayor comunicación entre entidades supervisoras de distintos países. La regulación y la supervisión deben estar centradas en impedir problemas sistemáticos, previniendo que los agente financieros tomen riesgos enormes. Esto se puede manejar así: se debe avanzar hacia una supervisión consolidada de los conglomerados, mediante la extensión de la regulación de agentes financieros no bancarios, como los fondos mutuos. También es necesario crear medidas eficaces para prevenir y castigar el lavado de dinero y otros delitos financieros, siguiendo sugerencias de la ONU. Las iniciativas para uniformar la calidad, cantidad y transparencia de la información financiera y contable se orientan a mejorar la eficiencia de los mercados y la estabilidad de flujos de capital. Una de ellas se da por parte de Fondo Monetario, otra se trata de los estándares internacionales de contabilidad e información que se han venido analizando. El abastecimiento de información transparente contribuye a perfeccionar el funcionamiento de los mercados. Es necesario adoptar reglas que lleven a instituciones a calificar riesgos soberanos de acuerdo con parámetros estrictos, de público conocimiento. 2. Financiamiento de emergencia. El sistema financiero internacional no dispone de instrumentos apropiados para enfrentar las crisis, entre otros la función de los mecanismos preventivos de intervención de entidades financieras en dificultades. El propósito de mecanismos como es el de “prestamistas de última instancia”, es preservar la integridad del sistema de pagos y evitar las pérdidas económicas y sociales. También son mecanismos preventivos, como evitar expectativas desestabilizadoras que den lugar a crisis sistemáticas. Se podría transformar al Fondo en el “prestamista internacional de última instancia”, el cual se requiere para los mercados financieros, para esto los recursos del fondo se deben ampliar. 3. La solución a los problemas de sobreendeudamiento. Si no existe un prestamista de última instancia, los países afectados por una crisis deben ajustar sus economías o suspender el servicio de la deuda y las salidas de capitales. Para evitar los costos de estas medidas unilaterales es necesario diseñar reglas ordenadas de carácter multilateral para este tipo de problemas. La primera herramienta a la que deben recurrir los países con fundamentos macroeconómicos, pero con problemas de liquidez, es al financiamiento de emergencia, el apoyo externo es esencial. Otro mecanismo es el de la presión de las autoridades regulatorias de los países industrializados sobre los bancos comerciales para que remuevan las líneas de crédito a los países afectados. La renegociación de los compromisos externos debe ser un complementario del financiamiento de emergencia. Los contratos de deuda deben contener cláusulas de acción colectiva, como bonos soberanos o bonos emitidos por instituciones privadas. En dichas clausulas se debe incluir reglas que garanticen la aplicación de ciertos acuerdos a todas las obligaciones; además debe ser universal. Las suspensiones de pago deben ser decretadas por el país deudor y deberían complementarse con restricciones a las salidas de capital de cartera para evitar las negociaciones prolongadas, una buena opción sería diseñar mecanismos de mediación. El financiamiento otorgado a los países durante la crisis debe tener prioridad en toda reestructuración. Durante los periodos posteriores a la culminación exitosa de la reestructuración de la deuda, los países no tendrán acceso a los mercados privados de capitales. Los bancos multilaterales tendrán que desempeñar un papel primordial durante este periodo. 4. El papel de la banca de desarrollo multilateral. Los bancos de desarrollo multilaterales (Banco Mundial), regionales (BID) y subregionales (CAF) han desempeñado un papel decisivo en la provisión de recursos de crédito a los países que no tienen acceso a esos mercados. La banca multilateral de desarrollo proporciona financiamiento en forma contra cíclica y sanando los efectos de los choques externos. El financiamiento multilateral da muchas ventajas en cuanto a las condiciones, ya que son plazos más largos y tasas de interés menores. Los bancos multilaterales también pueden desempeñar un papel importante en la creación de mercados financieros en los países en desarrollo. También dan asistencia técnica y son sitio de encuentro con los países miembros. 5. El papel de las instituciones regionales. Latinoamérica y el Caribe cuentan con una red regional más completa de bancos multilaterales. Cuenta con algunos de los procesos de integración más avanzados. Se ha dado la cooperación macroeconómica. Un área complementaria seria el establecimiento de mecanismos de coordinación de las políticas de regulación y supervisión prudencial de los sistemas financieros. Es importante que las instituciones regionales sean capaces de proveer financiamiento de balanza de pagos, como el fondo latinoamericano de reservas, el cual ha facilitado recursos a sus 5 países miembros. Los fondos regionales podrían ser reconocidos por el Fondo Monetario como parte integral de un sistema mundial de apoyo a los países que pasan por una crisis de balanza de pagos. Podrían ser autorizados para recibir créditos del Fondo.