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Mega Sistema Solar: ¿Qué es el Mega Sistema Solar?: Es un parque temático que se extiende por toda la provincia de San Luis con la mayor representación realizada hasta el presente de nuestro Sistema Solar. El SOL, será un edificio esférico de 60 metros de diámetro, ubicado cerca de la ciudad de La Punta, en las sierras centrales. La medida del diámetro solar define la escala para la representación de los demás objetos del sistema y sus órbitas. Las dimensiones reales de los principales objetos de nuestro sistema planetario así como el tamaño de sus órbitas se muestran en la tabla siguiente, al igual que el diámetro del objeto y el radio de su órbita en la escala elegida para esta mega representación: Diámetro Diámetro Radio de la Orbita Radio de la Orbita real en (m) real en (km) en (km) Sol 1.391.900 60 Mercurio 4.866 0,21 57.950.000 2,50 Venus 12.106 0,52 108.110.000 4,66 Tierra 12.742 0,55 149.570.000 6,45 Marte 6.760 0,29 227.840.000 9,82 Júpiter 139.516 6,01 778.140.000 33,54 Saturno 116.438 5,02 1.427.000.000 61,51 Urano 46.490 2,00 2.870.300.000 123,73 Neptuno 45.432 1,96 4.499.000.000 193,94 Plutón 2.274 0,10 5.913.000.000 254,89 Objeto * La última columna indica el radio de la órbita o sea la separación entre el Sol y el planeta. Este parque temático tendrá dos visiones de los objetos del sistema planetario: una artística y otra científica. Artistas plásticos realizaron y realizarán obras aportando su visiones sobre los objetos del sistema planetario. El emplazamiento de cada una de estas obras se realiza sobre la orbita correspondiente al objeto representado y lo más cerca posible de alguna localidad de la provincia. El artista elige los materiales para la construcción de su obra tratando de asegurar su inalterabilidad, y los habitantes de la localidad mas cercana se comprometen al 1 cuidado de la misma, acompañando a artistas y científicos en la realización de este parque. La siguiente tabla muestra la ubicación, el cuerpo celeste elegido y el autor del primer concurso artístico para la representación de objetos del sistema solar: Localidad El Trapiche Cuerpo Celeste Asteroide Eleodoro Lobos La Punta (PALP) Merlo Naschel Júpiter Venus Nueva Galia Tilisarao Planeta enano Cometa Villa Reynols Alto Pencoso Cometa Saturno Balde Júpiter CortaderasVilla Elena Juana Koslay Cometa La Punta Potrerillos Mercurio Cometa Potrero de los Funes Quines Tierra Urano Cometas Marte Urano Título de la Obra Asimetría espacial Ojo al piojo Venus telúrica Autor Uraño Danza geométrica I Dinámica orbital Admirando un cometa Ovillo Cósmico Satur Roberto Tessi Bettina Tarquini Corazón de Zeus Cometingón Bettina Tarquini Roberto Tessi Luciano Tessi Bettina Tarquini Mirta Ochoa – Federico Castagno Roberto Tessi Juan Torres Alberto Eduardo Camps Bettina Tarquini Luciano Tessi Rojo y violento Miguel Ángel Guardia Atracción Bettina Tarquini Plazoleta del Juan Gilberto cometa Escudero Gaia y Sélene Bettina Tarquini Colisión horizontal Bettina Tarquini 2 Renca Cometa San Francisco Saturno Villa del Urano Carmen Villa Mercedes Cometa MMVII-VG Titán…El magnífico Sin titulo Madeja floral María Claudia Soule Fara Bettina Tarquini Isabel Ezcurra Luciano Tessi En el mes de marzo de 2008, se llamó a inscripción a dos concursos: el Segundo Concurso Artístico para terminar la representación en los diferentes pueblos y otro para la construcción de la representación científica. Esta última con el asesoramiento del Complejo Astronómico El Leoncito, www.casleo.gov.ar, tiene la intención de que cada objeto represente lo más fielmente posible la información (datos, fotos, etc.) que se dispone de nuestro sistema solar a través de la investigación científica y la exploración espacial. El concurso para la construcción científica del Sistema Solar fue declarado desierto. El llamado a los artistas tuvo un éxito notable reflejado en la gran cantidad de obras presentadas. Este parque temático es la contribución del Gobierno de la Provincia a los festejos del año internacional de la astronomía http://www.astronomia2009.org.ar/. Desde San Luis celebramos los avances fundamentales iniciados por Galileo Galilei hace casi 400 años al usar el telescopio por vez primera en 1609 para observaciones astronómicas; y la contribución de la astronomía a las ciencias y a las artes, en la búsqueda de las respuestas a algunos de los interrogantes de la humanidad. Todas las obras artísticas del parque temático Megasistema Solar, estarán terminadas antes del 31/12/2008. En este sitio encontrará información científica del sistema solar, información sobre los artistas que construyeron las obras, e información turística de las localidades donde están emplazadas. En la tabla siguiente se indican los sitios de emplazamiento, las obras representadas y los artistas autores de las mismas del segundo llamado . Localidad Nogolí Cuerpo Celeste Titulo de la Obra Autor Júpiter Vientos Edgrado Javier Jupiterianos Saboredo 3 San Luis y La Marte Punta Unión Plutón Fraga (R 7) Saturno La Calera (R Saturno 147) La Toma Saturno Marte Guerrero Maria Claudia Soule Fara La Danza de Luis Marcelo Plutón y Caronte Bonfanti El Señor de Maria Claudia los Anillos Soule Fara Bucco Gustavo Hall Sin Titulo La Punta Tierra Simbiosis La Tranca Urano G-Sidius Concaran (R Urano 148) Justo Daract Urano Urano Urano Natalia Sarjanovich Maria Claudia Soule Fara Maria Claudia Soule Fara Ariel A. Zavala Luis Marcelo Bonfanti Sol: El Sol es la estrella central de nuestro Sistema Planetario alrededor de la cual todos los cuerpos de este sistema orbitan. Es el objeto más importante en nuestro sistema solar y el más grande ya que contiene aproximadamente el 98% de la masa total del Sistema Solar. Toda la energía que mantiene la vida en nuestro planeta Tierra proviene de su radiación electromagnética. Debido a su cercanía a la Tierra, se encuentra a 150.000.000 de km aproximadamente, y como es una estrella típica, el Sol es la estrella más estudiada y, de los datos obtenidos de su atmósfera, podemos analizar y comprender en parte los fenómenos estelares. No se ha estudiado ninguna otra estrella con tanto detalle. La estrella más cercana al Sol, Próxima Centauro, está a unos 4,22 años luz, o sea que la luz de esa estrella tarda 4,22 años en llegarnos, mientras que la del Sol sólo tarda unos 8 minutos en llegar a la Tierra. Desde los principios de la Humanidad, el hombre consideró al Sol como un objeto muy importante en su vida cotidiana. Muchas culturas antiguas adoraron al Sol y muchas más reconocieron su importancia en el ciclo de la vida. Observando su 4 posición a lo largo del año, se determinaron los solsticios y equinoccios y esto les permitía iniciar los períodos de siembre y cosecha. Además, temieron cuando, debido a los eclipses dejaban de observarlo por unos momentos. Pero, en cuanto al punto de vista del estudio del Sol como un cuerpo celeste, se tiene conocimiento que recién en el año 200 AC, los astrónomos chinos observaron las manchas sobre su superficie a simple vista. Pero este hecho fue considerado en esa época como un evento singular. Pasaron muchos siglos, y, con la aparición del telescopio se comenzó una observación más científica ya que Galileo Galilei en 1611 utilizó este instrumento para observar las manchas de un modo más sistemático. Este hecho marcó el comienzo del estudio del Sol y ya se lo consideró un cuerpo dinámico, en evolución, y sus propiedades y variaciones pudieron ser, por tanto, comprendidas científicamente. En 1666, Isaac Newton, científico inglés, observó el espectro del Sol, o sea que vió como se descomponía la luz que nos llegaba de él en los colores que conocemos como los del arco iris. Pero, recién en 1814, con la invención del espectroscopio por Joseph von Fraunhofer, físico alemán, se observaron diferentes líneas espectrales producto de los diferentes elementos que componen la parte visible del Sol, la fotosfera. La precisión de su trabajo determinó el inicio del estudio más detallado desde el punto de vista teórico de la atmósfera solar. Se observó que los mismos elementos presentes en la Tierra eran observados en el Sol y, si el Sol era una estrella y estudiando su radiación (luz) detalladamente se podía determinar los elementos químicos presentes en su atmósfera, lo mismo ocurriría si se estudiase la radiación emitida por otras estrellas. Y así ocurrió. Ello determinó el inicio de la Astrofísica. Gracias a los nuevos instrumentos diseñados para observar al Sol como así también a las observaciones con satélites dedicados, fue posible mejorar nuestros conocimientos, de la física solar en modo significativo. Entre estos instrumentos se encuentran: el espectroheliógrafo, que mide el espectro de los rasgos solares individuales; el coronógrafo, que permite el estudio de la corona solar sin eclipses, y el magnetógrafo, que mide la fuerza del campo magnético de la superficie solar. El desarrollo de cohetes y satélites 5 ha permitido a los científicos observar la radiación en longitudes de onda no transmitidas a través de la atmósfera de la Tierra como ser la radiación ultravioleta extrema y a los rayos X. Los instrumentos especiales han Revolucionado el estudio de la atmósfera exterior al Sol. También el uso de instrumentos especiales fue posible observar al Sol en longitudes de onda largas como ser adiofrecuencias, ondas submilimétricas y milimétricas. Todas estas investigaciones permiten en la actualidad logar un mayor entendimiento de los procesos que se desarrollan en el Sol y que, en algunos casos, son perjudiciales para los habitantes de la Tierra, como en el caso de las grandes tormentas magnéticas que causan apagones o perturbaciones en las comunicaciones. Mercurio: Es el planeta del Sistema Solar más próximo al Sol, y el más pequeño de los planetas. Forma parte de los denominados planetas interiores o rocosos. Mercurio no tiene satélites. Se conocía muy poco sobre su superficie hasta que fue enviada la sonda planetaria Mariner 10, y se hicieron observaciones con radares y radiotelescopios. Antiguamente se pensaba que Mercurio siempre presentaba la misma cara al Sol, situación similar al caso de la Luna con la Tierra; o sea, su periodo de rotación era igual a su periodo de traslación (88 días). Sin embargo, en 1965 se enviaron pulsos de radar hacia Mercurio, con lo cual quedó definitivamente demostrado que su periodo de rotación era de 58,7 días, lo cual es 2/3 de su periodo de traslación. Esto no es coincidencia, y es una situación denominada resonancia de giro-orbital. Al ser un planeta cuya órbita es interior a la de la Tierra, Mercurio periódicamente pasa delante del Sol, fenómeno que se denomina tránsito. Observaciones de la órbita de Mercurio a través de muchos años demostraron que su perihelio gira 43" de arco más por siglo de lo predicho por la mecánica clásica de Newton. Esta discrepancia llevó a un astrónomo Francés muy importante, Urbain Le Verrier a pensar que existía un planeta aún más cerca del Sol, al cual llamaron Planeta Vulcano, que perturbaba la órbita de Mercurio. Ahora se sabe que Vulcano no existe; la explicación correcta del comportamiento del perihelio de Mercurio se encuentra en la Teoría General de la Relatividad. 6 Venus: Es el segundo planeta del Sistema Solar, a una distancia media de 108 millones de km del Sol, en una órbita casi circular e inclinada algo más de 3º respecto del plano orbital terrestre. Es el más semejante a La Tierra por su tamaño, masa, densidad y volumen. Los dos se formaron en la misma época, a partir de la misma nebulosa. Sin embargo, es diferente de la Tierra. No tiene océanos y su densa atmósfera, compuesta en un 96% de dióxido de carbono, provoca un efecto invernadero que eleva la temperatura hasta los 480 ºC. Su atmósfera está compuesta mayormente de dióxido de carbono (96%), nitrógeno (3% aprox.) además de oxígeno, vapor de agua, monóxido de carbono, cloruro y fluoruro de hidrógeno, entre otros elementos. A Venus es posible observarlo como un objeto muy brillante en la mañana antes de la salida del Sol (el llamado Lucero del Alba) o al atardecer luego de la puesta del Sol (el llamado Lucero de la Tarde), esto se debe a que es un planeta que cuya órbita se encuentra ubicada entre el Sol y la Tierra. Por ello, los primeros astrónomos pensaban que Venus eran dos cuerpos diferentes. Venus gira sobre su eje muy lentamente y en sentido contrario al de los otros planetas, como consecuencia de poseer una inclinación en su eje de 177º respecto del plano de su órbita. Por ello, en Venus el Sol sale por el oeste y se pone por el este, al revés de lo que ocurre en La Tierra. Además, el día en Venus dura más que el año: el movimiento de rotación es extremadamente lento, empleando 243 días terrestres en completar un giro sobre su propio eje mientras que para completar una órbita en torno al Sol sólo requiere unos 225 días. La superficie de Venus es relativamente joven, entre 300 y 500 millones de años. Tiene amplísimas llanuras, atravesadas por enormes ríos de lava, y algunas montañas. Venus tiene muchos volcanes. Más del 85% del planeta está cubierto por roca de origen volcánico. La lava ha creado surcos, algunos muy largos. Algunos de hasta 7.000 km. Debido a la intensa actividad volcánica la superficie venusina ha sido modificada y regenerada de tal forma que la mayor parte de ella tiene una antigüedad de entre 300 y 500 millones de años por lo 7 que, en términos geológicos, es una superficie joven. En Venus también hay cráteres de los impactos de los meteoritos. Sólo de los grandes, porque los pequeños se deshacen en la espesa atmósfera. Los astrónomos se refieren a Venus como el planeta hermano de la Tierra. El diámetro de Venus (unos 12.104km) es ligeramente menor que el terrestre (12.756km), tienen masas semejantes, por lo que sus densidades también lo son (Tierra 5,5 g/cm³ y Venus 5,2 g/cm). Ambos se formaron más o menos al mismo tiempo y se condesaron a partir de la misma nebulosa. Sin embargo, durante los últimos años los investigadores han encontrado que el parecido termina aquí. Venus es muy diferente de la Tierra. No tiene océanos y está rodeado por una densa atmósfera compuesta principalmente por dióxido de carbono con casi nada de vapor de agua. Por su densidad, el interior de Venus debe ser muy parecido al de la Tierra. Tierra: La Tierra, el tercer planeta desde el Sol y quinto en cuanto a tamaño de los ocho planetas principales. La distancia media de la Tierra al Sol es de 149.503.000 km. Es el único planeta conocido que tiene vida, aunque algunos de los otros planetas tienen atmósferas y contienen agua. La Tierra no es una esfera perfecta, sino que tiene una forma especial que se denomina “geoide”, con un diámetro mayor en el Ecuador que en los Polos. La Tierra gira sobre su eje una vez cada 23 horas, 56 minutos y 4,1 segundos. Por la forma de la Tierra, un punto del ecuador gira a razón de un poco más de 1.600 km/h y un punto de la Tierra a 45° de altitud N, gira a unos 1.073 km/h. Se puede considerar que la Tierra se divide en cinco partes: la primera, la atmósfera, es gaseosa; la segunda, la hidrosfera, es líquida; la tercera, cuarta y quinta, la litosfera, el manto y el núcleo son sólidas. La atmósfera es la cubierta gaseosa que rodea el cuerpo sólido del planeta. Aunque tiene un grosor de más de 1.100 km, aproximadamente la mitad de su masa se concentra en los 5,6 km más bajos. La litosfera, compuesta sobre todo por la fría, rígida y rocosa corteza terrestre, se extiende a profundidades de 100 km. La hidrosfera es la capa de agua que, en forma de océanos, cubre el 70,8% de la superficie de la Tierra. El manto y el núcleo son el pesado interior de la Tierra y constituyen la mayor parte de su masa. 8 La datación radiométrica ha permitido a los científicos calcular la edad de la Tierra en 4.650 millones de años. Aunque las piedras más antiguas de la Tierra datadas de esta forma, no tienen más de 4.000 millones de años, los meteoritos, que se corresponden geológicamente con el núcleo de la Tierra, dan fechas de unos 4.500 millones de años, y la cristalización del núcleo y de los cuerpos precursores de los meteoritos, se cree que ha ocurrido al mismo tiempo, unos 150 millones de años después de formarse la Tierra y el Sistema Solar. El fenómeno del magnetismo terrestre es el resultado del hecho de que toda la Tierra se comporta como un enorme imán. El físico y filósofo natural inglés William Gilbert fue el primero que señaló esta similitud en 1600, aunque los efectos del magnetismo terrestre se habían utilizado mucho antes en las brújulas primitivas. Los polos magnéticos de la Tierra no coinciden con los polos geográficos de su eje. El polo norte magnético se sitúa hoy cerca de la costa oeste de la isla Bathurst en los Territorios del Noroeste en Canadá, casi a 1.290 km al noroeste de la bahía de Hudson. El polo sur magnético se sitúa hoy en el extremo del continente antártico en Tierra Adelia, a unos 1.930 km al noreste de Little America (Pequeña América). Las posiciones de los polos magnéticos no son constantes y muestran notables cambios de año en año. Las variaciones en el campo magnético de la Tierra incluyen una variación secular, el cambio en la dirección del campo provocado por el desplazamiento de los polos. Esta es una variación periódica que se repite después de 960 años. También existe una variación anual más pequeña, al igual que se da una variación diurna, o diaria, que sólo es detectable con instrumentos especiales. Recientes estudios de magnetismo remanente (residual) en rocas y de las anomalías magnéticas de la cuenca de los océanos han demostrado que el campo magnético de la Tierra ha invertido su polaridad por lo menos 170 veces en los pasados 100 millones de años. El conocimiento de estas modificaciones, datables a partir de los isótopos radiactivos de las rocas, ha tenido gran influencia en las teorías de la deriva continental y la extensión de las cuencas oceánicas. 9 Marte: Marte es el cuarto planeta del Sistema Solar. Es el llamado "Planeta Rojo". Forma parte de los llamados planetas telúricos (de naturaleza rocosa, como la Tierra) y es el primero de los planetas exteriores a la órbita terrestre. Es, posiblemente, el más parecido a la Tierra. Tycho Brahe midió con gran precisión el movimiento de Marte en el cielo. Los datos sobre el movimiento retrógrado aparente (lazos) permitieron a Kepler hallar la naturaleza elíptica de su órbita y determinar las leyes del movimiento planetario conocidas como leyes de Kepler. Forma parte de los planetas superiores, o exteriores, llamados así porque nunca pasan entre el Sol y la Tierra ni jamás se les ve en creciente ni en cuarto. Sus fases están poco marcadas, hecho que es fácil de demostrar geométricamente. Considerando el triángulo Sol-Tierra-Marte, el ángulo de fase es el que forman el Sol y la Tierra vistos desde Marte. Alcanza su valor máximo en las cuadraturas cuando el triángulo STM es rectángulo en la Tierra. Para Marte, este ángulo de fase no es nunca mayor de 42º, y su aspecto de disco giboso es análogo al que presenta la Luna 3,5 días antes o después de la Luna llena. Esta fase, visible con un telescopio de aficionado, no logró ser vista por Galileo, quien sólo supuso su existencia. Tiene una forma ligeramente elipsoidal, con un diámetro ecuatorial de 6.794 km y el polar de 6.750 km. Medidas micrométricas muy precisas han dado un achatamiento de 0,01, tres veces mayor que el de la Tierra. A causa de este achatamiento, el eje de rotación está afectado por una lenta precesión debida a la atracción del Sol sobre el abultamiento ecuatorial del planeta. La precesión lunar, que en la Tierra es dos veces mayor que la solar, no tiene su equivalente en Marte. Con este diámetro, su volumen es de 15 centésimas el terrestre y su masa solamente de 11 centésimas. En consecuencia, la densidad es inferior a la de la Tierra: 3,94 en relación con el agua. Un cuerpo transportado a Marte pesaría 1/3 de su peso en la Tierra, debido a la poca fuerza gravitatoria. La atmósfera de Marte es mucho más delgada que la de la Tierra y las temperaturas extremas sobre la superficie van desde 110 grados bajo cero en los polos en invierno a 0 grado en verano en la cara que da al Sol. 10 Marte posee dos pequeños satélites, Phobos, de unos 13 km de largo en y Deimos, de unos 7 km de largo. Ambos orbitan al planeta a gran velocidad y muy cerca de él. Phobos gira alrededor de Marte en unas 7 hs y media y Deimos tarda unas 30 horas en girar alrededor del planeta. Júpiter: Júpiter es el quinto planeta del Sistema Solar. Forma parte de los denominados planetas exteriores o gaseosos. En la mitología griega y después en la romana fue reconocido como el señor del cielo y el más poderoso de los dioses del Olimpo: el griego Zeus y el romano Júpiter de quien tomo el nombre. Júpiter es un cuerpo masivo gaseoso, formado principalmente por hidrógeno y helio, carente de una superficie interior definida. Entre los detalles atmosféricos se destacan la Gran mancha roja, un enorme anticiclón situado en las latitudes tropicales del hemisferio sur, la estructura de nubes en bandas y zonas, y la fuerte dinámica de vientos zonales con velocidades de hasta 140 m/s (504 km/h). Júpiter es el más brillante y masivo de los planetas del Sistema Solar: su masa equivale a unas 2,47 veces la suma de las masas de todos los demás planetas juntos. Júpiter también posee la velocidad de rotación más rápida de los planetas del Sistema Solar: gira sobre su eje en poco menos de 10 horas. La atmósfera se encuentra dividida en regiones con fuertes vientos zonales con periodos de rotación que van desde las 9h 50m 30s en la zona ecuatorial a las 9h 55m 40s en el resto del planeta. En el exterior del planeta el hidrógeno y el helio se comprimen progresivamente. Más abajo se espera la existencia de un núcleo rocoso formado principalmente por materiales helados y más densos. Los principales satélites de Júpiter fueron descubiertos por Galileo Galilei el 7 de enero de 1610, razón por la que se les llama en ocasiones satélites galileanos. Reciben sus nombres de la mitología griega si bien en tiempos de Galileo se les denominaba por números romanos dependiendo de su orden de cercanía al planeta. Ellos son: Io, Europa, Ganímedes y Calisto. El descubrimiento de los satélites constituyó un punto de inflexión en la ya larga disputa entre los que sostenían la idea de un sistema geocéntrico, es decir, con la Tierra en el centro del universo, y la copernicana (o sistema heliocéntrico, es decir, con el 11 Sol en el centro del Universo), en la cual era mucho más fácil explicar el movimiento y la propia existencia de los satélites naturales de Júpiter. Ganímedes, con un diámetro de 5268 km, es el satélite más grande de todo el sistema solar. Además de los mencionados satélites galileanos, las distintas sondas espaciales enviadas a Júpiter y observaciones desde la Tierra han ampliado el número total de satélites de Júpiter hasta 63. Júpiter posee un tenue sistema de anillos que fue descubierto por la sonda Voyager 1 en marzo de 1979. El anillo principal tiene unos 6500 km de ancho, orbita el planeta a cerca de 1.000.000 km de distancia y tiene un espesor vertical inferior a la decena de kilómetros. Su espesor óptico es tan reducido que solamente ha podido ser observado por las sondas espaciales Voyager 1 y 2 y Galileo. En julio de 1994 el cometa Shoemaker-Levy 9 impactó contra la atmósfera de Júpiter. El cometa había sido disgregado por la acción de la gravedad de Júpiter en numerosos fragmentos en un paso anterior y cercano por el planeta. Saturno: Saturno es el sexto planeta del Sistema Solar, es el segundo en tamaño después de Júpiter y es el único con un sistema de anillos visible desde nuestro planeta. Su nombre proviene del dios romano Saturno. Forma parte de los denominados planetas exteriores o gaseosos, también llamados jovianos por su parecido a Júpiter. El aspecto más característico de Saturno son sus brillantes anillos. Antes de la invención del telescopio, Saturno era el más lejano de los planetas conocidos y, a simple vista, no parecía luminoso ni interesante. El primero en observar los anillos fue Galileo en 1610 pero la baja inclinación de los anillos y la baja resolución de su telescopio le hicieron pensar en un principio que se trataba de grandes lunas. Christian Huygens con mejores medios de observación pudo en 1659 observar con claridad los anillos. James Clerk Maxwell en 1859 demostró matemáticamente que los anillos no podían ser un único objeto sólido sino que debían ser la agrupación de millones de partículas de menor tamaño. A junio de 2007 tiene sesenta satélites reconocidos. Saturno es un planeta visiblemente achatado en los polos con un ecuador que sobresale formando la figura de un esferoide 12 oblatado. Los diámetros ecuatorial y polar son, respectivamente, 120536 y 108728 km. Este efecto es producido por la rápida rotación del planeta, su naturaleza fluida y su relativamente baja gravedad. Saturno posee una densidad específica de 690 kg/m³ siendo el único planeta del Sistema Solar con una densidad inferior a la del agua (1000 kg/m³). Si existiera un recipiente lleno de agua con las dimensiones suficientes para introducir a Saturno, este flotaría. El planeta está formado por un 90% de hidrógeno y un 5% de helio. El volumen del planeta es suficiente como para contener 740 veces la Tierra, pero su masa es sólo 95 veces la terrestre, debido a la ya mencionada densidad media relativa. El período de rotación de Saturno es incierto dado que no posee superficie y su atmósfera gira con un período distinto en cada latitud. Desde la época de los Voyager se consideraba que el período de rotación de Saturno, basándose en la periodicidad de señales de radio emitidas por él, era de 10 h 39 min 22,4 s (810,8°/día). Al igual que en Júpiter ocasionalmente se forman tormentas en la atmósfera de Saturno, algunas de las cuales han podido ser observadas desde la Tierra. Saturno gira alrededor del Sol a una distancia media de 1.418 millones de kilómetros en una órbita de excentricidad 0,056, que sitúa el afelio a 1.500 millones de km y el perihelio a 1240 millones de km. El período de traslación alrededor del Sol es de 29 años y 167 días, mientras que su período sinódico es de 378 días, de modo que, cada año la oposición se produce con casi dos semanas de retraso respecto al año anterior. El período de rotación sobre su eje es corto, de 10 horas, 14 minutos, con algunas variaciones entre el ecuador y los polos. Saturno tiene un gran número de satélites, el mayor de los cuales, Titán es la única luna del Sistema Solar con una atmósfera importante. Los satélites más grandes, conocidos antes del inicio de la investigación espacial son: Mimas, Encélado, Tetis, Dione, Rea, Titán, Hiperión, Jápeto y Febe. Tanto Encélado como Titán son especialmente interesantes para los científicos planetarios ya que en el primero se ha encontrado agua líquida a poca profundidad de su superficie a partir de la emisión de vapor de agua en geiseres y el segundo presenta una atmósfera rica en metano y similar a la de la primitiva Tierra. 13 Los anillos de Saturno se extienden en el plano ecuatorial del planeta desde los 6630 km a los 120700 km por encima del ecuador de Saturno y están compuestos de partículas con abundante agua helada. El tamaño de cada una de las partículas varía desde partículas microscópicas de polvo hasta rocas de unos pocos metros de tamaño. Saturno se observa a simple vista en el cielo nocturno como un punto luminoso brillante y amarillento cuyo brillo varía normalmente entre la magnitud +1 y 0, toma aproximadamente 29 años y medio en realizar una traslación completa en su órbita con respecto a las estrellas de fondo pertenecientes al zodiaco. Con apoyo óptico, como con grandes binoculares o un telescopio, se necesita un aumento de, al menos, 20x para que la mayoría de las personas puedan distinguir claramente los anillos de Saturno. Visto desde la Tierra, Saturno aparece como un objeto amarillento, uno de los más brillantes enel cielo nocturno. Numerosas misiones espaciales observaron a Saturno y sus satélites desde cortas distancias enviando gran cantidad de datos importantes y continuan haciéndolo. Saturno es un planeta fácil de observar, pues es visible en el cielo la mayor parte del tiempo y sus anillos pueden observarse con cualquier telescopio de aficionado. Se observa mejor cuando el planeta está cerca o en oposición, es decir, la posición de un planeta cuando está a una elongación de 180°, por lo que aparece opuesto al Sol en el cielo. Urano: En 1.871, William Herschel (músico y astrónomo aficionado) trabajando en la búsqueda de estrellas dobles, a través de su telescopio de 120cm, observó por vez primera a Urano tomándolo por un cometa. Al año siguiente, Lexelle y Barnaba Oriani demostraron que poseía una órbita casi circular sugiriendo que el cuerpo observado debía ser un planeta. Este hecho fue confirmado por el mismo Herschel, que dedicó el planeta al rey Jorge III de Inglaterra llamándolo estrella de Jorge aunque, posteriormente fue rebautizado con el nombre de la divinidad griega Urano, padre de Saturno y abuelo de los dioses del Olimpo. La distancia a la Tierra varía entre 2.735 y 3.004 millones de kilómetros y su período de revolución alrededor del Sol es de 83,75 años y rota sobre su eje en 17 hs 18 ms. La masa es de 14,54 masas terrestres y su radio ecuatorial es de unos 4 radios terrestres. 14 Urano tiene su eje de rotación inclinado de tal manera que casi coincide con el plano de la eclíptica (plano de la órbita de la Tierra), razón por la cual lo convierte un una característica única entre los planetas del Sistema Solar. Por este motivo, si en un momento dado, desde la Tierra, sólo se está viendo el polo sur de Urano, después de 42 años se verá solamente el polo norte del planeta. La estructura interna de Urano es similar, a grandes rasgos, a la de Júpiter y Saturno. Su densidad es comparable a la del primero, pero su masa muy inferior ha impedido que se forme hidrógeno metálico líquido en su interior. Analizando la influencia gravitatoria de Urano en el movimiento de sus lunas se determinó que el mismo posee un núcleo rocoso del tamaño de la Tierra. Químicamente se encuentra formado por hidrógeno molecular, helio, metano y otros hidrocarburos. Se encuentra presente una débil estructura de bandas con nubes sólo un poco más luminosas que el fondo. Por debajo de las nubes visibles se encuentra una atmósfera más masiva, con enormes cantidades de agua, amoníaco y sulfuro de hidrógeno. Urano posee anillos al igual que Saturno, Júpiter y Neptuno. Son anillos muy oscuros, del estilo de los de Júpiter, pero compuesto por partículas de polvo fino, como en Saturno, cuyos tamaños varían desde dimensiones microscópicas hasta algunos metros. El descubrimiento de los anillos de Urano se remonta al año 1.977 por el observatorio aerotransportado Kuiper de la NASA y fue de forma casual. En el año 1.787, Herschel descubrió dos de las lunas de Urano y las llamó Titania y Oberón. Ariel y Umbriel se hallaron en 1.851; en 1.948 se descubrió Miranda. Estas cinco lunas son las que se descubrieron con telescopios ubicados en la Tierra. Diez lunas más pudieron ser detectadas en 1.986 durante el encuentro de la sonda Voyager 2 con Urano. Estas últimas tienen diámetros comprendidos entre 40 y 80km. Con la puesta en servicio del telescopio espacial Hubble, se logró ampliar el número de lunas hasta un total de 27 lunas conocidas. Los nombres de los satélites de Urano se toman de los personajes de obras pertenecientes a William Shakespeare y Alexander Pope.Todas las lunas orbitan en torno al plano ecuatorial de Urano y tienen una velocidad de rotación igual a la 15 de traslación, razón por la cual siempre presentan una misma cara en dirección a Urano. Neptuno: Neptuno es el octavo y último planeta del Sistema Solar. Forma parte de los llamados “planetas exteriores” o “gigantes gaseoseos”. El descubrimiento de Neptuno tuvo la particularidad que se hizo primero sobre papel antes que con el telescopio. Ya a comienzos del siglo XIX se habían detectado diferencias entre los cálculos orbitales realizados para predecir la posición que debería tener Urano en cierto momento y su posición observada en el cielo. Se pensó que probablemente esta diferencia se debida a un cuerpo situado más allá de la órbita de Urano y que tenía una masa considerable como para producir una atracción gravitatoria suficiente que perturbara la órbita de Urano. Si la hipótesis era cierta, tal cuerpo debería ser un planeta. En 1842 la Academia de Ciencias de Göttingen ofreció un premio a quien encontrara la solución del problema del movimiento de Urano. Por esta razón y usando la hipótesis planetaria, Adams en Cambridge y Le Verrier en París calcularon casi de manera simultánea la posición de un planeta ubicado más allá de la órbita de Urano. En 1846, Galle apuntó un telescopio a un lugar de la constelación de Acuario donde los cálculos de Le Verrier habían predicho que debería encontrase este cuerpo nunca antes observado. El resultado de la observación fue el descubrimiento de un nuevo planeta, Neptuno. Más tarde se advirtió que Galileo había observado a Neptuno en 1611 pero lo había confundido con una estrella. Cabe destacar que la temperatura alcanzada en las capas de la atmósfera se encuentra entre los –220°C y los –240°C. Al igual que en Urano, la coloración azulada Neptuno se debe a la presencia de metano en su atmósfera. También el hidrógeno y el helio existen en su atmósfera. En 1989, la sonda Voyager 2 observó bandas que se forman a causa de la rotación diferencial de la atmósfera ya que las regiones ecuatoriales giran más rápido que las polares. Neptuno posee anillos al igual que Saturno, Júpiter y Urano. En la década de 1980 se realizaron observaciones de ocultaciones de estrellas por Neptuno, revelando resultados 16 similares a los obtenidos en 1977 con Urano en cuanto a la presencia de anillos. Con la llegada de la Voyager 2 a Neptuno, pudo confirmarse la existencia de un sistema de anillos. Ellos son muy oscuros (al estilo de los de Júpiter) pero compuesto por partículas de polvo fino, como pasa en Saturno cuyos tamaños varían desde dimensiones microscópicas hasta algunos metros. Tan solo semanas después del descubrimiento de Neptuno en 1846, se descubrió el primer satélite del planeta al que se le llamó Tritón. Su nombre deriva de la mitología griega y representa al hijo de Poseidón (Neptuno para los romanos). Es el satélite más grande de Neptuno y posee una tenue atmósfera compuesta por nitrógeno y metano con una temperatura en su superficie que ronda los –235°C. Geológicamente activo, la superficie de Tritón presenta diversas características tales como cañones, cráteres, largas fisuras, picos con lagos de hielo y amoníaco. El rasgo mas inesperado fue la actividad volcánica observada en forma de géiseres que emiten chorros de gas nitrógeno, y compuestos oscuros de carbono que son insertados decenas de kilómetros por encima de una tenue atmósfera. El siguiente satélite recién fue observado en 1949 y los restantes lo fueron por las naves espaciales que se acercaron al planeta. El número de satélites de Neptuno conocido hasta el año 2007 es de 12. Planetas Enanos: Planeta Enano es el nuevo término creado por la Unión Astronómica Internacional (UAI), para definir una nueva clase de cuerpos celestes, diferente a la de “Planeta” (o la de planeta clásico) y de la de cuerpo menor del sistema solar. Fue introducido en la resolución de la UAI del 24 de agosto de 2006, sobre la definición de planeta para el cuerpo del sistema solar. Según cual un planeta enano es aquel cuerpo celeste que: · Está en órbita alrededor del sol · Tiene suficiente masa para su propia gravedad haya superado la fuerza de cuerpo rígido, de manera que adquiera un equilibrio hidrostático (forma casi esférica) · No es un satélite de un planeta ni otro cuerpo estelar · No ha limpiado la vecindad de su orbita 17 Según estas características, la diferencias entre planetas enanos y planetas clásicos, es que los primeros no han limpiado la vecindad de sus orbitas, esta característica sugiere un origen distinto para los dos tipos de planetas. Las consecuencias más inmediatas de esta nueva definición, fueron la perdida de Plutón del status de planeta clásico y su renombramiento como (134340) Plutón, y el aumento de categoría de Ceres, antes considerado un asteroide y de Eris, conocido anteriormente como Xena (de manera informal) o como su denominación provisional 2003 UB. La Unión Astronómica Internacional, ha identificado oficialmente tres cuerpos celestes que recibieron inmediatamente la clasificación de "planetas enanos", Plutón, Ceres y Eris. La ubicación de estos planetas enanos es diferente, mientras que Ceres se encuentra en el Cinturón de Asteroides, Plutón yace en el Cinturón de Kuiper y Eris se encuetra en la zona más alejada del Sistema Solar. Plutón posee tres satélites conocidos, Eris uno y Ceres ninguno. El estatus de Caronte (Charon), actualmente visto como satélite de Plutón, se torna incierto. Esto es porque no hay una definición clara de qué constituye un sistema de satélites y qué un sistema binario, porque Caronte es mucho más grande que otros satélites comparados con sus respectivas "parejas", y porque Plutón y Caronte orbitan alrededor de un punto en el espacio situado entre ambos sin que ese punto se encuentre dentro de Plutón, con lo que el sistema podría ser designado en el futuro como sistema binario o sistema de planetas dobles, convirtiendo también a Caronte en un planeta enano. Además, en torno a este sistema doble orbitan sus otros dos satélites conocidos. En los próximos años el número de estos objetos se incrementará a medida que se vayan haciendo observaciones más precisas de los llamados transneptunianos, o sea, aquellos cuerpos ubicados más allá de la órbita de Neptuno. La Luna: La Luna es el satélite natural de la Tierra (el término luna también se aplica algunas veces a los satélites de otros planetas del Sistema Solar). El diámetro de la Luna es de unos 3.476 km (aproximadamente una cuarta parte del de la Tierra) y su volumen es una quincuagésima parte del de la Tierra. La masa de la Tierra es 81 veces mayor que la de la Luna. Por tanto, la densidad media de la Luna es de sólo las tres quintas partes de la 18 densidad de la Tierra, y la gravedad en la superficie es un sexto de la de la Tierra. La Luna orbita la Tierra a una distancia media de 384.403 km y a una velocidad media de 3.700 km/h. Completa su vuelta alrededor de la Tierra, siguiendo una órbita elíptica, en 27 días, 7 horas, 43 minutos y 11,5 segundos según el tiempo dado por las estrellas. Para cambiar de una fase a otra similar, o mes lunar, la Luna necesita 29 días, 12 horas, 44 minutos y 2,8 segundos. Como tarda en dar una vuelta sobre su eje el mismo tiempo que en dar una vuelta alrededor de la Tierra, en realidad, siempre es la misma cara de la Luna la que se ve desde la Tierra. Aunque aparece brillante a simple vista, sólo refleja en el espacio alrededor del 7% de la luz que recibe del Sol. Este poder de reflexión, o albedo, es similar al del polvo de carbón. Un observador sólo puede ver en cada momento determinado un 50% de la superficie total de la Luna. Sin embargo, de vez en cuando se puede ver un 9% adicional alrededor del borde aparente debido al balanceo relativo de la Luna llamado libración. Esto sucede a causa de las ligeras diferencias en el ángulo de visión desde la Tierra de las diferentes posiciones relativas de la Luna a lo largo de su órbita elíptica inclinada. La Luna muestra fases cambiantes a medida que se mueve en su órbita alrededor de la Tierra. La mitad de la Luna está siempre bajo la luz del Sol, de la misma forma que en la mitad de la Tierra es de día mientras que en la otra mitad es de noche. Las fases de la Luna dependen de su posición con respecto al Sol en un instante dado. En la fase llamada Luna nueva, la cara que la Luna presenta a la Tierra está completamente en sombra. proximadamente una semana más tarde la Luna entra en su primer cuarto, mostrando la mitad del globo iluminado; siete días después la Luna muestra toda su superficie iluminada, será la Luna llena; otra semana más tarde, el último cuarto, la Luna vuelve a mostrar medio globo iluminado. El ciclo completo se repite cada mes lunar. Es Luna llena cuando está más lejos del Sol que la Tierra; es Luna nueva cuando está más cerca. La Luna está en cuarto menguante en su paso de Luna llena a nueva y en cuarto creciente en su paso de Luna nueva a Luna llena. Las temperaturas de su superficie son extremas, van desde un máximo de 127 °C al 19 mediodía lunar hasta un mínimo de –173 °C justo antes del amanecer lunar. Varias fueron las teorías desarrolladas a través de los tiempos para explicar el origen de la Luna, pero en 1975, se propuso una nueva que presupone que al principio de su historia, hace unos 4.000 millones de años, la Tierra fue golpeada por un enorme cuerpo llamado planetésimo. El impacto catastrófico expulsó partes de la Tierra y de este cuerpo, situándolas en la órbita terrestre, donde los detritos del impacto se reunieron formando la Luna. Esta hipótesis, después de numerosas investigaciones con las rocas lunares durante las décadas de 1970 y 1980, se convirtió en la teoría más aceptada sobre el origen de la Luna. En el año 2001, un equipo de investigadores estadounidenses utilizó un complejo y más avanzado programa informático que reproducía prácticamente todos los elementos presentes en el impacto. El resultado de esta última investigación, con nuevos datos sobre el movimiento, tamaño y composición de los cuerpos implicados en el choque, reafirma la teoría del impacto planetesimal. A partir del siglo XIX, las exploraciones visuales con telescopios de gran potencia han permitido obtener un conocimiento muy amplio del lado visible de la Luna. El lado no visible se mostró al mundo por primera vez en octubre de 1959 con las fotografías tomadas por la nave espacial soviética Luna 3, que mostraron que el lado oculto es similar al visible, excepto en que los grandes mares lunares están ausentes. Los alunizajes con éxito de las sondas no tripuladas de la serie estadounidense Surveyor y de la soviética Luna en la década de 1960 y, finalmente, los alunizajes tripulados del programa estadounidense Apolo, hicieron realidad las mediciones directas de las propiedades físicas y químicas de la Luna. Los astronautas de las misiones Apolo recogieron rocas, sacaron miles de fotografías y colocaron una serie de instrumentos que enviaron información a la Tierra por telemetría de radio. Mediante rayos láser se midió la distancia exacta entre la Tierra y la Luna. Tras analizar las rocas se ha sabido que la Luna tiene 4.600 millones de años, más o menos los mismos que la Tierra y que el resto del Sistema Solar. Las rocas de los mares lunares se formaron 20 cuando la roca derretida se solidificó hace entre 3.160 y 3.960 millones de años, y se parecen a los basaltos terrestres, un tipo de roca volcánica muy frecuente, pero con algunas diferencias importantes. Los sismómetros situados en la superficie han registrado, también, señales que muestran impactos de meteoritos, en una proporción de 70 a 150 por año, con masas desde 100 g hasta 1.000 kg. Por tanto, la Luna sigue siendo bombardeada por meteoritos (aunque no con tanta frecuencia como en el pasado), lo que puede resultar problemático para las futuras bases permanentes. La superficie está cubierta por una capa de grava, que puede tener una profundidad de varios kilómetros en los mares y una profundidad todavía desconocida en las regiones elevadas. Se cree que esta grava se ha formado por los impactos de meteoritos. La atmósfera es tan tenue que no se puede reproducir ni en las mejores cámaras de vacío situadas en la Tierra. A finales de 1996 un grupo de científicos estadounidenses anunció la posible existencia de hielo (probablemente agua helada) en la cara oscura. El descubrimiento se basó en las señales de radar enviadas en 1994 por la sonda Clementine a la superficie. El 5 de marzo de 1998 la NASA anunció que los datos obtenidos por la sonda Lunar Prospector —lanzada dos meses antes— parecían confirmar la existencia de agua helada en el satélite. En julio de 1999 se provocó la destrucción de la sonda contra un cráter de la superficie lunar con el fin de poder comprobar esta hipótesis. Dos meses y medio más tarde, tras un intenso análisis de los datos obtenidos a partir del impacto, la NASA reconoció no haber encontrado rastros de agua en el satélite, aunque no descartó totalmente la teoría sobre la posible existencia de agua en la Luna. Asteroide: Los asteroides son objetos rocosos y metálicos que orbitan alrededor del Solpero que son demasiado pequeños para ser considerados como planetas. Se conocen como planetas menores, y giran en órbitas elípticas, sobre todo entre las órbitas de Marte y Júpites. El tamaño de los asteroides varía desde cerca de los 1000 kilómetros, hasta el tamaño de un guijarro. Dieciséis asteroides tienen un diámetro igual o superior a los 240 kilómetros. Se han encontrando desde el interior de la órbita de la Tierra hasta más allá de la órbita de Saturno. La mayoría, sin embargo, están contenidos dentro del cinturón principal que existe 21 entre las órbitas de Marte y Júpiter. Algunos tienen órbitas que atraviesan la trayectoria de la Tierra e, incluso, algunos han chocado con nuestro planeta en tiempos pasados. Uno de los ejemplos mejor conservados es el Cráter Barringer cerca de Winslow, Arizona. Los asteroides están constituidos por el material que sobró durante la formación del sistema solar. Muchos de nuestros conocimientos sobre los asteroides proceden del estudio de los trozos de residuos espaciales que caen sobre la superficie de la Tierra. Los asteroides que siguen una trayectoria que los lleva a chocar con la Tierra reciben el nombre de meteoroides. Cuando un meteoroide choca con nuestra atmósfera a gran velocidad, la fricción hace que este trozo de material espacial se incinere produciendo un chorro de luz conocido como meteoro. Si el meteoroide no se consume por completo, lo que queda choca con la superfice de la Tierra y se denomina meteorito. De todos los meteoritos examinados, el 92,6% está compuesto por silicatos (piedras), y el 5,7% está compuesto por hierro y níquel; el resto es una mezcla de los tres materiales. Los meteoritos rocosos son los más difíciles de identificar ya que se parecen mucho a las rocas terrestres. Los asteroides de mayor tamaño y más representativos son: Palas y Vesta, con diámetros de unos 450 kilómetros. La masa total de todos los asteroides del Sistema Solar es mucho menor que la masa de la Luna. Los cuerpos más grandes son más o menos esféricos, pero los que tienen diámetros menores de 160 kilómetros suelen presentar formas alargadas e irregulares. La mayoría de los asteroides, sin tener en cuenta su tamaño, tardan de 5 a 20 horas en completar un giro sobre su eje. Algunos asteroides tienen compañeros. Algunos de los asteroides que se acercan a la Tierra son objetivos relativamente fáciles para las misiones espaciales. En 1991, la sonda espacial de la NASA Galileo, en su viaje a Júpiter, captó el primer plano de un asteroide y se observaron gran cantidad de cráteres en su superficie. Debido a que los asteroides son materiales procedentes de nuestro Sistema Solar muy joven, los científicos están interesados en su composición. Las naves espaciales que han navegado a través del cinturón de asteroides han observado que éste está bastante 22 vacío y que los asteroides están separados por distancias muy grandes. Antes de 1991, la única información obtenida sobre los asteroides era a través de las observaciones realizadas desde la superficie terrestre a partir de ese año, comenzaron misiones espaciales dirigidas a estudiar esos objetos. En la actualidad, se monitorean constantemente las órbitas de aquellos asteroides que son considerados como "peligrosos" por su acercamiento con la Tierra y posible choque con ella, son los llamados "NEAR Earth Objects" o sea, Objetos Cercanos a la Tierra. Cometa: Los cometas son cuerpos celestes de formas irregulares, frágiles y pequeños, compuestos por una mezcla de granos no volátiles y gases congelados (tienen un aspecto nebuloso). Tienen órbitas muy elípticas que los lleva muy cerca del Sol y los devuelve al espacio profundo, frecuentemente más allá de la órbita de Plutón. Se caracterizan por una cola larga y luminosa, aunque esto sólo se produce cuando el cometa se encuentra en las cercanías del Sol. Generalmente es visible un pequeño núcleo brillante (menos de 10 kilómetros de diámetro) en el centro de la cabellera. La cabellera y el núcleo juntos constituyen la cabeza del cometa. A medida que los cometas se aproximan al Sol, la alta temperatura solar provoca la sublimación de los hielos, desarrollando colas enormes de material luminoso que se extienden por millones de kilómetros desde la cabeza, alejándose del Sol. La cola también se vuelve brillante en las proximidades del Sol y puede extenderse decenas o centenares de millones de kilómetros en el espacio. La cola siempre se extiende en sentido opuesto al Sol, incluso cuando el cometa se aleja del astro central. A medida que un cometa se aleja del Sol pierde menos gas y polvo, y la cola desaparece. Algunos cometas con órbitas pequeñas tienen colas tan cortas que son casi invisibles. La mayor o menor visibilidad de los cometas depende de la longitud de la cola y de su cercanía al Sol y a la Tierra. Menos de la mitad de las colas de los 1.400 cometas registrados eran visibles a simple vista, y menos del 10% resultaron llamativas. La presión de la radiación solar y los vientos solares aceleran los materiales alejándolos de la cabeza del cometa a diferentes velocidades de acuerdo con el tamaño y masa de los 23 materiales. Cada vez que un cometa visita al Sol, pierde parte de sus volátiles. Eventualmente, se convierte en otra masa rocosa en el Sistema Solar. Por esta razón, se dice que los cometas tienen una vida corta, en una escala de tiempo cosmológica. Muchos científicos creen que algunos asteroides son núcleos de cometas extinguidos, cometas que han perdido todos su volátiles. Las apariciones de grandes cometas se consideraron fenómenos atmosféricos hasta 1577, cuando el astrónomo danés Tycho Brahe demostró que eran cuerpos celestes. En el siglo XVII el científico inglés Isaac Newton demostró que los movimientos de los cometas están sujetos a las mismas leyes que controlan los de los planetas. Comparando los elementos orbitales de algunos de los primeros cometas, el astrónomo británico Edmund Halley mostró que el cometa observado en 1682 era idéntico a los dos que habían aparecido en 1531 y en 1607, y predijo con éxito la reaparición del cometa en 1759. Las primeras apariciones de este cometa, el cometa Halley, se han identificado ahora a partir de registros fechados en el año 240 a.C., y es probable que el brillante cometa observado en el año 466 a.C. fuera también este mismo. El cometa Halley pasó por última vez alrededor del Sol a principios de 1986. Los cometas describen órbitas elípticas, y se han calculado los períodos (el tiempo que tarda un cometa en dar una vuelta alrededor del Sol) de unos 200 cometas. Los períodos varían desde 3,3 años para el cometa Encke a 2.000 años para el cometa Donati de 1858. Hay una estrecha relación entre las órbitas de los cometas y las de las lluvias de meteoros. El astrónomo italiano Giovanni Virginio Schiaparelli demostró que la lluvia de meteoros Perseidas, que aparece en agosto, se mueve en la misma órbita que el Cometa III de 1862. De la misma forma la lluvia de meteoros Leónidas, que aparece en noviembre, estaba en la misma órbita que el Cometa I de 1866. Se ha sabido de otras lluvias diferentes relacionadas con las órbitas de los cometas y se supone que son restos diseminados por un cometa a lo largo de su órbita. En algún momento se creyó que los cometas procedían del espacio interestelar. Aunque no se ha aceptado del todo ninguna 24 teoría detallada de su origen, muchos astrónomos creen que los cometas se originaron en los primeros días del sistema solar en su parte exterior, más fría, a partir de la materia planetaria residual. Las personas supersticiosas han considerado durante mucho tiempo que los cometas presagiaban calamidades o acontecimientos importantes. La aparición de un cometa ha despertado incluso el temor de una colisión entre el cometa y la Tierra. Nuestro planeta, de hecho, ha pasado a través de colas de cometas ocasionales sin que esto haya producido efectos de consideración. La caída del núcleo de un cometa en una gran ciudad probablemente la destruiría, pero la posibilidad de que esto ocurra es muy pequeña. Sin embargo, algunos científicos sugieren que ha habido colisiones en el pasado que incluso pueden haber tenido un efecto climático en la extinción de los dinosaurios. 25