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DECALOGO DE VACACIONES
1.-
Preferiré el lugar más adecuado para mi descanso, este será adecuado a mis posibilidades económicas
y a mi cristianismo.
Que no sea ni la moda ni los esnobismos tus criterios de elección.
Que tu verano no sea una fiebre que marchite tu corazón. Las vacaciones son principalmente para el
descanso. ¡Cuidado con la economía¡ No tienes que gastar mas de lo que tienes solo porque otros lo
hacen.
2.-
Buscaré autentica amistad que ennoblece y eleva.
La amistad siempre es un premio a la nobleza del alma. Unas vacaciones en soledad pueden ser tristes
vacaciones. Una amistad auténtica, un grupo de amigos con quienes compartir, puede ser muchas
veces el descanso para la vacaciones.
Las vacaciones son también el momento propicio para cultivar la amistad, pero hay amistades que
rebajan porque envilecen.
Un noviazgo prematuro puede ser también una novela rosa, pero puede ser también un vino que
emborracha.
Nada mancha cuando se saben mirar las cosas con los ojos limpios.
3.-
Seré alegre y servicial. Fomentaré la alegría.
Esta actitud es esencial
en vacaciones, una actitud de alegría, de optimismo, de sentir el corazón
esponjado, sin estar a merced del tiempo.
La excesiva avidez de diversiones suele ser germen de tristeza, porque siempre queda el alma
sedienta de más, inconforme, insatisfecha.
Aprende a disfrutar cada momento y cada detalle, ten el alma sensible a las grandes maravillas que
esconden las pequeñas cosas.
Ten una actitud de servicio, porque siempre el servir da alegría. No hay mayor tristeza que sentirse
inútil.
4.-
Evitaré el ocio que atrofia y la diversión que desvitaliza.
El ocio es infecundo, esas cosas amodorradas, aplastadas por el bochorno, carcomen el alma como
la polilla lo hace con la madera. Hay diversiones que te roban vitalidad: largas horas tostándote al sol
mareados de ensueño, visitas repetidas a fiestas y “antros, lánguidos flirteos, deambular sin ruta con
los ojos extraviados y el corazón inquieto, largas conversaciones para criticar a los demás.
5.-
Organizaré mis días dentro de un horario racional.
También en las vacaciones, el tener un horario nos humaniza. Dejar todo a la improvisación es como
una veleta a merced de la dirección del viento, no se trata de un horario rígido ¡estamos de
vacaciones! las vacaciones deben romper la monotonía de unas horas fijas…pero tener cierto horario
ayuda.
6.-
No abandonaré mis prácticas esenciales de piedad.
¿Por qué habría de hacerlo?. Ser cristiano no es un abrigo de piel que se guarda en el verano. Eres
cristiano siempre, orgulloso de serlo y vivir como tal, en el bar, en la fiesta, con aquella niña (o) “que
se pasa de viva (o)”….un cristiano disfruta de unas vacaciones sin arrinconar a Dios, porque también
es cierto que Dios no veranea.
7.-
Evitaré el escándalo con mis actitudes y mi ritmo de vida.
Ten mucho cuidado con los lujos y los gastos superfluos, resulta ridículo y además escandalizarás a
mucha gente sencilla que te observa, pues la fastuosidad exaspera a los que sufren una miseria injusta
y son tan personas como tú.
Que tu presencia no recalque las tintas del terrible desequilibrio social que padecemos, causas más
escándalo con tu clasicismo injusto que con tu sensualismo.
8.-
Tendré cuidado de eliminar gastos superfluos.
El Evangelio habla de pobreza y el concilio ha insistido, recuerda amigo que hay millones que no
veranean y muchos que viven hambrientos de pan y justicia.
Evita todo gasto superfluo, es dinero que roba a los pobres.
9.-
Aprovecharé el tiempo con ciertas actividades complementarias.
Que no todo sea playa, monte, piscina y tenis….todo esto en exceso enajena. Algunos traen de las
vacaciones almas envejecidas pues perdieron su juventud en la arena.
Aprovecha tu tiempo con ciertas actividades que variaran según tus circunstancias, lectura de libros,
fotografías, colecciones, algo de estudio, idiomas, algo formativo, ya que esto es el complemento
esencial que te evitará muchos ratos de ocio.
10.-
No prolongaré las vacaciones indebidamente.
¡Vacaciones indefinidas! ¡Parásitos de la sociedad!, en el pecado llevan la penitencia: se aburren
soberanamente porque todo tiene límites en la vida y traspasarlos tiene un precio.
Hay tantas cosas que hacer en el mundo que perder unos meses, es síntoma de poca valía humana,
¡controla tus vacaciones!
Vacaciones indefinidas, es el pecado más grande de algunas personas adineradas que aunque tienen
una rica herencia, nada material les falta y si les sobra, carecen de las cualidades más ricas del
humano: el deseo de trabajar por mejorar el mundo en que vivimos.
Felices vacaciones para ti amigo, si vas con la ilusión abierta de descansar y reponer las fuerzas y
vuelves con la ilusión cumplida de unos días llenos de sol, de azul, de verde y de alegría. Felices las
almas que vuelven enriquecidas al contacto con nuevos ambientes y nuevas amistades.
¡Felices las almas que han descansado para emprender de nuevo la lucha por Dios y por los hombres!
¡FELICES VACACIONES!