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La Biblia
"Escudriñad las Escrituras porque a vosotros os parece que en ellas tenéis vida eterna y ellas
son las que dan testimonio de mí".Juan 5,39.
Parroquia San Pablo de la Cruz Catequesis de Confirmación
Canon Palestinense
De Wikipedia, la enciclopedia libre
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La mayor parte de la Biblia judía o Tanaj, se escribió en hebreo, excepto algunas páginas, que
se escribieron en arameo. La lista (o canon) de libros bíblicos hebreos inspirados quedó
establecida definitivamente en el siglo II, por el consenso de un grupo de sabios rabinos que
habían conseguido escapar del asedio de Jerusalén en el año 70 y que habían fundado una
escuela en Yamnia. Estos libros se denominan protocanónicos y son los siguientes:
1. La ley.
2. Los profetas.
3. Los escritos.
Este canon significó el rechazo de algunos libros, denominados deuterocanónicos, que un
grupo de maestros judíos había incluido en el Canon de Alejandría o Biblia de los Setenta en el
siglo II a. C.
El hebreo sólo se escribe con consonantes. El lector añade las vocales según el contexto en que
se encuentre la palabra leída. En el siglo VII, unos maestros judíos, llamados masoretas,
añadieron las vocales con un sistema de puntos situados debajo o encima de las consonantes.
Este texto ha recibido el nombre de texto masorético.
Existen miles de libros que los hombres han escrito acerca de Dios a lo largo de la historia. De
éstos, algunos son famosos como el Popol-Vuh de los mayas o el Ramayana y el Mahabaratha
de los brahamanes. Cuando murió Jesucristo, sus seguidores escribieron cientos de libros
acerca de su vida. Algunos eran fidedignos y otros inventaban cosas sólo para ganar adeptos.
Estos últimos le atribuían a Jesús niño actos extraordinarios como dar vida a sus juguetes de
madera, hablar con los animales y otro hechos similares. Estos libros los conocemos como los
evangelios apócrifos.www.wikipedia.org
http://es.wikipedia.org/wiki/Canon_Palestinense
DESARROLLO DEL CANON DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS
Parroquia San Pablo de la Cruz Catequesis de Confirmación
Durante el transcurso de los siglos se desarrollaron varios cánones o listas de libros sagrados.
Veamos las razones.
Por el año 605 a.C., el Pueblo de Israel sufrió una dispersión o, como se le conoce
Bíblicamente, una "diáspora". El rey Nabucodonosor conquistó a Jerusalén y llevó a los
israelitas cautivos a Babilonia, comenzando la "Cautividad de Babilónica" (cf. 2 Reyes 24,12 y 2
Reyes 25,1).
Pero no todos los israelitas fueron llevado cautivos, un "resto" quedó en Israel: (2 Reyes 25,12;
2 Reyes 25,22; Jeremías 40,11; Ezequiel 33,27). También un número de Israelitas no fueron
cautivos a Babilonia sino que fueron a Egipto: (2 Reyes 25,26; Jeremías 42,14; Jeremías 43,7.
El rey Ciro de Persia conquistó a Babilonia (2 Crónicas 36,20; 2 Crónicas 36,23) y dio la libertad
a los israelitas de regresar a Israel, terminando así su esclavitud. Algunos regresaron a
Palestina (Esdras 1,5; 7,28 y Nehemías 2,11) pero otros se fueron en vez a Egipto,
estableciéndose, en su mayoría, en la ciudad de Alejandría (fundada por Alejandro Magno en
el 322 a.C, contaba con la biblioteca mas importante del mundo en esa época). En esta gran
ciudad convivían griegos, judíos y egipcios. Así que los judíos estaban disgregados aun después
del fin del cautiverio, unos en Palestina y otros en la diáspora, sobre todo en Alejandría. En el
tiempo de Jesús habían mas judíos en Alejandría que en la misma Palestina (1 Macabeos 1,1).
Mientras la primera semejanza de un canon hebreo se empieza a formar, la lengua hebrea
comienza a morir y desapareció completamente para el año 135 a.C. Por esta razón Jesús y sus
contemporáneos en Palestina hablaban arameo, un dialecto del hebreo.
La Traducción de los Setenta (Septuagésima)
Como en la mayor parte del mundo civilizado, la lengua principal de Alejandría en el siglo III
a.C. era el griego. Había por eso gran necesidad de una traducción griega de las Sagradas
Escrituras.
La historia relata que Demetrio de Faleron, el bibliotecario de Plotomeo II (285-246 a.C.),
quería unas copias de la Ley Judía para la Biblioteca de Alejandría.
La traducción se realizó a inicios del siglo tercero a.C. y se llamó la Traducción de los Setenta
(por el número de traductores que trabajaron en la obra).
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Comenzando con el Torá, tradujeron todas las Sagradas Escrituras, es decir todo lo que es hoy
conocido por los cristianos como el Antiguo Testamento. Introdujeron también una nueva
organización e incluyeron Libros Sagrados que, por ser mas recientes, no estaban en los
antiguos cánones pero eran generalmente reconocidos como sagrados por los judíos.
Se trata de siete libros, escritos en griego, que son llamados hoy deuterocanónicos. Vemos
entonces que no hay un "silencio bíblico" (una ausencia de Revelación) en los siglos
precedentes al nacimiento de Jesús.
La mayoría de los judíos de aquel tiempo sabían que Dios continuaba revelándose. Aquella era
la última etapa de revelación antes de la venida del Mesías.
La Traducción de los Setenta contiene los textos originales de algunos de los deuterocanónicos
(Sabiduría y 2 Macabeos) y la base canónica de otros, ya sea en parte (Ester, Daniel y Sirácides
o Eclesiástico) o completamente (Tobías, Judit, Baruc y 1 Macabeos).
La Traducción de los Setenta es la que se usaba en tiempo de Jesucristo y los Apóstoles.
La versión alejandrina o de los setenta, con los siete libros deuterocanónicos, se propagó
mucho y era la generalmente usada por los judíos en la era Apostólica.
Por esta razón no es sorprendente que esta fuera la traducción utilizada por Cristo y los
escritores del Nuevo Testamento: 300 de las 350 referencias al Antiguo Testamento que se
hacen en el Nuevo Testamento son tomadas de la versión alejandrina.
Por eso no hay duda de que la Iglesia apostólica del primer siglo aceptó los libros
deuterocanónicos como parte de su canon (libros reconocidos como Palabra de Dios).
Por ejemplo, Orígenes, Padre de la Iglesia (+254), afirmó que los cristianos usaban estos libros
aunque algunos líderes judíos no los aceptaban oficialmente.
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Al final del primer siglo de la era cristiana, una escuela judía, quizás de rabinos, hicieron un
canon hebreo en la ciudad de Jamnia, en Palestina. Cerraron el canon con los profetas Esdras
(458 a.C.), Nehemías (445 a.C.), y Malaquías (433 a.C.). Este canon comprendía de 22 a 24
libros.
No rechazaron los libros deuterocanónicos definitivamente, pero no los incluyeron entre los
canónicos. El canon reconocido por los judíos no se fijó hasta más de cien años después. Aun
entonces, los libros "deuterocanónicos" siguieron siendo leídos y respetados por los judíos.
Mientras tanto los cristianos siguieron reconociendo la versión alejandrina que sí contenía los
“deuterocanónicos”.
Es así que surgieron los dos cánones del Antíguo Testamento.
Los dos cánones del Antiguo Testamento:
* El canon de Alejandría (la traducción de los Setenta al griego, hecha antes de Cristo y
aceptada por todos los cristianos y muchos judíos, que contiene los libros deuterocanónicos)
* El canon de Palestina (Jamnia, traducción hebrea hecha después de Cristo).
Los historiadores ponen como fecha en que se fijaron los cánones de las traducciones de
Alejandría y de Palestina para el siglo segundo de nuestra era.
El Obispo Melito de Sardis registró la primera lista conocida del canon alejandrino en el año
170 A.D. Contenía 45/46 libros (el libro de Lamentaciones se consideraba como parte de
Jeremías). El canon Palestino contenía solo 39 libros pues no tenía los 7 libros
Deuterocanónicos.
La Vulgata de San Jerónimo
La primera traducción de la Biblia del griego al latín fue hecha por San Jerónimo y se llamó la
"Vulgata" (año 383 AD). El latín era entonces el idioma común en el mundo Mediterráneo. San
Jerónimo basó su traducción en el texto hebreo del canon de Palestina, pero tradujo del canon
alejandrino los libros que no se encontraban en el canon Palestino. Por eso la Vulgata tiene
todos los 46 libros.
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La Iglesia establece el canon
La controversia sobre que libros son canónicos fue larga, extendiéndose hasta el siglo IV y aún
más tarde. Las polémicas con los herejes, particularmente los seguidores de Marción, que
rechazaban libros generalmente reconocidos por los Padres, hizo que la Iglesia definiera con
autoridad la lista de los libros sagrados (el canon).
Los concilios de la Iglesia -el Concilio de Hipona, en el año 393 A.D. y el Concilio de Cartago, en
el año 397 y 419 A.D.- ambos en el norte de África, confirmaron el canon Alejandrino o de los
Setenta (con 46 libros para el Antiguo Testamento) y también fijaron el canon del Nuevo
Testamento con 27 libros.
La carta del Papa S. Inocencio I en el 405, también oficialmente lista estos libros. Finalmente, el
concilio de Florencia (1442) definitivamente estableció la lista oficial de 46 libros del A.T. y los
27 del N.T.
El canon del Nuevo Testamento se definió en el siglo IV tras un largo y difícil proceso de
discernimiento. El mismo nombre de "Nuevo Testamento" no se usó hasta el siglo II.
Entre los criterios para aceptar o no los libros fue que tuviese como autor a un Apóstol; su uso,
especialmente en la liturgia en las Iglesias Apostólicas y la conformidad con la fe de la Iglesia.
Fue bajo estos criterios que algunos evangelios atribuidos a los Apóstoles (ej. Ev de Tomás, Ev.
de Pedro) fueron rechazados.
El evangelio de San Juan y el Apocalipsis se consideraron por largo tiempo como dudosos por
el atractivo que tenían con grupos sectarios y milenaristas.
Así fueron reunidos y preservados por la Iglesia los libros que conforman la Biblia: 72/73 en
total.
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Todos los católicos aceptaron el canon de la Biblia fijado por los Concilios mencionados y,
como este canon no fue causa de seria controversia hasta el siglo XVI, no se necesitó definir el
canon de la Biblia como una verdad infalible.
A la Biblia Protestante le faltan libros
En el 1534, Martín Lutero tradujo la Biblia al alemán y agrupó los siete libros deuterocanónicos
bajo el título de "apócrifos", señalando: "estos son libros que no se tienen por iguales a las
Sagradas Escrituras y sin embargo son útiles y buenos para leer."
Sucede que esto libros contenían demasiadas verdades que entraban en conflicto con sus tesis
equivocadas. Por ejemplo: “Es bueno y santo orar por los muertos, para que puedan quedar
libres de sus pecados” (2 Mac. 12, 46).
Es así como los protestantes llegaron a considerar a los deuterocanónicos como libros no
aceptados en el canon, o sea como libros apócrifos.
La historia demuestra que no es verdad lo que dijo Lutero:
Siempre los cristianos habían reconocido esos libros como parte de la Biblia. Los concilios del
siglo IV y posteriores habían confirmado la creencia cristiana. La opinión de Lutero era más
bien la de los judíos que seguían la traducción de Jamnia.
Lamentablemente Lutero propagó sus errores junto con su rebelión. Es por eso que sus
seguidores, los protestantes, carecen de los libros deuterocanónicos de la Biblia.
Todas las Biblias de cualquier denominación protestantes, siguiendo a Lutero, carecen de estos
libros del Antiguo Testamento (si los tienen los colocan como Apéndice):
* Tobías
* Judit
* Ester (protocanónico con partes deuterocanónicas)
* Daniel (protocanónico con partes deuterocanónicas)
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* I Macabeos
* II Macabeos
* Sabiduría
* Eclesiástico (también llamado "Sirac")
* Baruc
Lutero no sólo eliminó libros del Antiguo Testamento sino que hizo cambios en el Nuevo
Testamento.
"Él [Martín Lutero] había declarado que la persona no se justifica por la fe obrando en el amor,
sino sólo por la fe. Llegó incluso a añadir la palabra "solamente" después de la palabra
"justificado" en su traducción alemana de Romanos 3, 28, y llamó a la Carta de Santiago
"epístola falsificada" porque Santiago dice explícitamente: "Veis que por las obras se justifica el
hombre y no sólo por la fe". -Scott y Kimberly HAHN, "Roma dulce hogar", ed. Rialp, Madrid,
2000, página 57. (Scott Hahn fue ministro protestante, presbiteriano antes de su conversión)
Además, se tomó la libertad de separar los libros del Nuevo Testamento de la siguiente
manera:
* Libros sobre la obra de Dios para la salvación:
Juan, Romanos, Gálatas, Efesios, I Pedro y I Juan.
* Otros libros canónicos:
Mateo, Marcos, Lucas, Hechos,
el resto de las cartas de Pablo, II Pedro y II de Juan.
* Los libros no canónicos:
Hebreos, Santiago, Judas, Apocalipsis
y libros del Antiguo Testamento.
Gracias a Dios, los protestantes tienen los mismos libros que los católicos en el Nuevo
Testamento porque no aceptaron los cambios de Lutero para esta parte del canon.
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Los protestantes y evangélicos se encuentran en una posición contradictoria: Reconocen el
canon establecido por los Concilios del siglo IV para el Nuevo Testamento (los 27 libros que
ellos tienen) pero no reconocen esa misma autoridad para el canon del AT.
Es interesante notar que la Biblia Gutenberg, la primera Biblia impresa, es la Biblia latina
(Vulgata), por lo tanto, contenía los 46 libros del canon alejandrino. (Esta fue impresa en 1455,
62 años antes de que Martín Lutero cambiara el canon. Esta es otra postura contradictoria por
parte de protestantes y evangélicos con relación a la Biblia).
Posición de la Iglesia Anglicana
Según los 39 Artículos de Religión (1563) de la Iglesia de Inglaterra, los libros deuterocanónicos
pueden ser leídos para "ejemplo de vida e instrucción de costumbres", pero no deben ser
usados para "establecer ninguna doctrina" (Artículo VI).
Consecuentemente, la Biblia, versión King James (1611) imprimió estos libros entre el N.T. y el
A.T. Pero Juan Lightfoot (1643) criticó este orden alegando que los "malditos apócrifos"
pudiesen ser así vistos como un puente entre el A.T. y el N.T.
La Confesión de Westminster (1647) decidió que estos libros, "al no ser de inspiración divina,
no son parte del canon de las Escrituras y, por lo tanto, no son de ninguna autoridad de la
Iglesia de Dios ni deben ser en ninguna forma aprobados o utilizados mas que otros escritos
humanos."
Clarificación Católica del Canon
La Iglesia Católica, fiel a la encomienda del Señor de enseñar la verdad y refutar los errores,
definió solemnemente, en el Concilio de Trento, en el año 1563, el canon del Antiguo
Testamento con 46 libros siguiendo la traducción griega que siempre habían utilizado los
cristianos desde el tiempo apostólico.
Confirmó así la fe cristiana de siempre y dijo que los libros deuterocanónicos deben ser
tratados "con igual devoción y reverencia".
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El Catecismo de la Iglesia Católica reafirma la lista completa de los Libros Sagrados, incluyendo
los deuterocanónicos.
Esta enseñanza del Concilio de Trento fue ratificada por el Concilio Vaticano I y por el Concilio
Vaticano II (Constitución Dogmática Dei Verbum sobre la Sagrada Escritura).
La Biblia es un regalo del Señor presentado como obra terminada a través de un largo proceso
culminado por el Espíritu Santo en la Iglesia Católica por cuya autoridad se establece el canon
definitivo.
DESARROLLO DEL CANON ha sido tomado de corazones.org Copyright © 1999 SCTJM
Los agregados en este tipo y color de letra han sido incluidos por www.buenanueva.net para
ampliar algún concepto.
La Iglesia, con el poder que ha recibido por la Tradición apostólica, recopiló todos estos libros,
los analizó y, con la luz del Espíritu Santo, seleccionó y aprobó solamente 73 de ellos como la
misma Palabra de Dios. Estos 73 libros se reunieron posteriormente en uno solo, llamado
Biblia o Canon de las Escrituras.
La Biblia es la Palabra de Dios, escrita por el mismo Dios a través de la pluma de los
hagiógrafos.
Por ser el Espíritu Santo el que iluminó a la Iglesia al hacer la selección, podemos estar seguros
de que en este conjunto de libros está escrita la Verdad de manera fiel y sin error.
1. Hay muchas Biblias distintas. ¿Cuál es la buena?
Encontramos en las librerías decenas de títulos distintos: La Biblia de los mormones, La Biblia
del pueblo, La Biblia de los gedeones, La Biblia latinoamericana, La Biblia de los Testigos de
Jehová, La Biblia de Jerusalén y muchas más.
Esto se debe a dos motivos:
• Personas de buena voluntad, que acordes con lo dictado por la Iglesia, han hecho
traducciones y adaptaciones a los diferentes lenguajes, para hacer más accesible la Palabra de
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Dios a todos los hombres.
• Sectas y religiones que han suprimido o retocado lo que no les gustaba, o que han
adulterado el mensaje de Dios, al modificar las palabras originalmente escritas por los
hagiógrafos.
Para sabe si una Biblia es la original
Por todo lo anterior, al comprar una Biblia, es importante revisar que sea la original. ¿Cómo?
1. Verificando que incluya los 73 libros que aparecen en la siguiente tabla: 46 del Antiguo
Testamento y 27 del Nuevo Testamento.
2. Verificando en la contraportada que la Biblia esté aprobada por alguna autoridad de la
Iglesia Católica. Esta aprobación aparece con las palabras en latín ‘imprimatur” y “nihil obstat”,
que significan: “se puede imprimir” y “nada obstaculiza su impresión”.
3. Asesorándote con algún sacerdote de confianza.
2. División general
La Biblia se divide, ante todo, en dos grandes partes:
• Antiguo Testamento
• Nuevo Testamento, ambos relacionados entre sí.
La palabra latina testamentum -de donde viene la palabra española testamento- fue empleada
al principio de la era cristiana, para traducir la voz griega: diatheké, que literalmente
significaba disposición, contrato.
A su vez, los traductores griegos, llamados los Setenta, la usaron para traducir la expresión
hebrea berit = pacto de soberanía, por medio de la cual designaban los hebreos la Alianza del
Sinaí. Lo importante es que el término Testamento ha quedado para designar, hasta nuestros
días, la división de las Escrituras.
3. División numérica de la Biblia
Dos grandes religiones se rigen por las enseñanzas de la Biblia: la judía y la cristiana, la cual
está integrada por católicos, ortodoxos y diferentes denominaciones.
Los judíos sólo aceptan, como es claro, lo que nosotros llamamos Antiguo Testamento y lo
dividen en tres grandes partes: "La Ley, los Profetas y otros escritos sagrados". Está compuesta
por 39 libros.
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Para los católicos, la Biblia –Antiguo y Nuevo Testamento– está formada por 73 libros: 46 del
Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento. Los protestantes de las principales
denominaciones, sólo aceptan una lista bíblica de 66 libros: 39 del Antiguo Testamento y 27
del Nuevo.
Como se ve, la diferencia entre católicos y protestantes se encuentra, no en el canon o lista de
los libros del Nuevo Testamento, sino del Antiguo.
Antes se manejaba la hipótesis de que en el judaísmo había dos cánones, el largo (o
alejandrino) y el corto (o palestinense). De acuerdo a esto, la Iglesia había seguido el canon
largo o alejandrino, mientras que los judíos a partir del siglo I ó II después de Cristo, se habrían
quedado con el canon corto o palestinense.
Hoy en día esta hipótesis es rechazada por las siguientes razones:
a) Por un lado, la traducción de la Biblia hebrea al griego no fue una obra unitaria en su
finalidad o proyecto, ni fue traducida simultáneamente.
b) Por otro lado, conocemos la mayor parte de la Biblia de los Setenta a través de códices
cristianos del siglo IV y V después de Cristo. Por lo tanto, ellos reflejarían, en todo caso, el uso
cristiano de este tiempo. Y aún allí mismo, podemos comprobar la variabilidad que existía en
algunos puntos.
c)Además, entre los judíos de Palestina no había una uniformidad en lo que respecta al canon;
por esto, tampoco podremos hablar de un canon palestinense.
Por todos estos motivos, no podemos conocer las fronteras exactas de los libros reconocidos
por los judíos de Alejandría.
Seguramente, además de los libros que habían surgido en Palestina, tenían libros propios
compuestos en Alejandría, en lengua griega, como por ejemplo el de la Sabiduría.
La Iglesia católica, lo mismo que la ortodoxa, a partir del Concilio de Hipona en el año 383
después de Cristo, admitió como inspirados no sólo los protocanónicos (o aceptados primero,
por eso se llaman de la primera ley) sino los deuterocanónicos (o de la segunda ley), lista que
fue confirmada solemnemente por el Concilio de Trento, en 1546.
Hemos de mencionar, como argumento irrefutable para afirmar que la Biblia consta de 73
libros y no de 66, lo siguiente:
• La primera comunidad cristiana (Comunidad de los Apóstoles y discípulos del Señor) usó esta
traducción de la Biblia griega de los Setenta, es decir el Antiguo Testamento con 46 libros.
• Jesucristo, al señalarle a san Pedro: "Te daré las llaves del Reino de Dios; así, lo que ates en la
tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo" (Mt
16, 19), nos obliga a hacer y a aceptar lo que los primeros cristianos creían, hacían o usaban
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(sea de palabra o de viva voz).
• Los argumentos que los judíos usaron para no aceptar los libros deuterocanónicos como
parte del canon del Antiguo Testamento aceptado por ellos, no gozan de la autoridad divina,
en virtud, de que en ese momento (año 100 después de Cristo), la Comunidad cristiana ya
existía y gozaba de plena autoridad en la materia.
Como vemos, la Iglesia tiene la razón al afirmar que la Biblia consta de 73 libros y no de 66
como dicen las sectas.
No hay que olvidar que la Biblia es la Palabra de Dios puesta por escrito en un momento
privilegiado de la Tradición, por lo tanto nada puede añadirse, ni nada puede quitarse "La
economía cristiana, por ser la alianza nueva y definitiva, nunca pasará; ni hay que esperar otra
revelación pública antes de la gloriosa manifestación de Jesucristo nuestro Señor" (La Divina
Revelación, # 4).
Por otro lado, siendo sinceros y honestos descubriremos que: la única institución, la única
Iglesia que transmitió por más de 1500 años la Palabra de Dios al mundo entero, es la Iglesia
Católica: en sus monasterios, los monjes copiaban fielmente a mano el texto sagrado, la Iglesia
en su Liturgia, en sus celebraciones la veneraba de manera especialísima, la vida de la Iglesia
gira en torno a Cristo y éste contenido en la Biblia.
¿Cómo aceptar la Biblia y no aceptar a la Iglesia que ha sido fiel custodio y madre para que
nada de lo que hay en ella se pierda?
¿Con qué autoridad puede alguien quitar o añadir algo a la Palabra de Dios, si la Iglesia Católica
fundada por Jesucristo, haciendo uso de su autoridad divina ha declarado que nada puede
añadirse ni nada puede quitarse:
"Ante todo, tened presente que ninguna predicción de la Escritura está a merced de
interpretaciones personales; Porque ninguna predicción antigua aconteció por designio
humano; hombres como eran, hablaron de parte de Dios movidos por el Espíritu Santo" (2 P 1,
20-21)?.
Los libros que no aceptan las sectas y los Nuevos Movimientos pseudo-religiosos son los
siguientes: Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc y 1 – 2 de Macabeos.
Usando una fórmula fácil de aprender, podemos citar estos libros de la siguiente manera:
"ToJuSaEBa Mabis".
3. División temática
Teniendo en cuenta los distintos temas que nos ofrece la Biblia, podemos dividirlos en varios
grupos:
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Antiguo Testamento
En tiempo de Cristo –y aún ahora-, los judíos clasificaban las Escrituras en tres partes:
• la Ley,
• los Profetas
• otros Escritos.
La Ley y los Profetas eran los más importantes. El mismo Cristo los cita, por ejemplo, en Mt 7,
12. Los escritos se empleaban en las asambleas. El Eclesiástico los cita en el prefacio de su
libro.
Hoy dividimos las Escrituras, así:
Los libros que componen la Biblia
Antiguo Testamento
El Antiguo Testamento comienza con un conjunto de cinco libros, a los cuales los traductores
griegos dieron el nombre de Pentateuco (penta = cinco; teuco = instrumentos, de donde
provino luego la expresión "estuches" para los rollos de papiro y finalmente "libros"). Los
judíos llaman a estos cinco libros la Torah o la Ley y los cinco libros eran cada uno un "quinto"
de la Ley.
Estos cinco libros son :
Pentateuco
• Éxodo
• Génesis
• Levítico
• Números
• Deuteronomio
Libros sapienciales
• Salmos
• Job
• Proverbios
• Eclesiastés
• Cantar de los Cantares
• Sabiduría
• Sirácide (Eclesiástico)
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Libros históricos
• Josué
• Rut
• I Samuel
• II Samuel
• I Reyes
• II Reyes
• I Crónicas
• II Crónicas
• Esdras
• Nehemías
• Tobías
• Judit
• Ester
• I Macabeos
• II Macabeos
Los judíos llaman "profetas anteriores" a Josué, Jueces, Samuel y Reyes ya que en ellos se
encuentra la historia de los grandes profetas: Elías, Eliseo y aún Samuel.
A los que nosotros llamamos profetas, los judíos los llaman profetas posteriores.
Digamos también que para la Biblia griega, los libros de Samuel y Reyes formaban una sola
unidad y los llamaban libros de los Reyes. Del mismo modo, los libros I y II de Crónicas,
formaban uno solo con Esdras y Nehemías, por considerarse como obra del mismo autor.
La Biblia griega y la Vulgata de san Jerónimo llaman a Crónicas con el nombre de
Paralipómenos.
Libros proféticos
• Isaías
• Jeremías*
• Lamentaciones
• Baruc
• Ezequiel
• Daniel
• Oseas
• Joel
• Amós
• Abdías
• Jonás
• Miqueas
• Nahum
• Habacuc
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• Sofonías
• Ageo
• Sofonías
• Zacarías
• Malaquías
En algunas ediciones de la Biblia, los libros de Jeremías y Lamentaciones vienen unidos como
un solo libro.
Nuevo Testamento
Evangelios
• Mateo
• Marcos
• Lucas
• Juan
Hechos de los apóstoles
Pertenecen a este grupo 21 Epístolas o Cartas:
Cartas del Nuevo Testamento
• Romanos
• I Corintios
• II Corintios
• Gálatas
• Efesios
• Filipenses
• Colosenses
• I Tesalonicenses
• II Tesalonicenses
• I Timoteo
• II Timoteo
• Tito
• Filemón
• Hebreos
Cartas Católicas
• Santiago
• I Pedro
• II Pedro
• I Juan
• II Juan
• III Juan
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• Judas
• Apocalipsis
4. Unidad de ambos Testamentos
El Antiguo y Nuevo Testamento se complementan mutuamente. Su interrelación es tan
completa, que el primero explica el segundo y viceversa.
Sólo a la luz del Antiguo Testamento se alcanza a comprender el primero; y sólo a la luz del
Nuevo Testamento, nos damos cuenta de lo que el Antiguo quiso decir.
Con razón, Cristo les decía a sus oyentes: "Investigad las Escrituras y así comprobarán que
Moisés habla de mí" (Jn 5, 39-45). Y san Lucas, relatando el encuentro de Jesús con los
discípulos de Emaús, dice que Jesús "empezando por Moisés y continuando por todos los
profetas, les explicó todo lo que había sobre Él en las Escrituras" (Lc 24, 25-27). De igual
manera, san Mateo en sus tres primeros capítulos.
5. Textos originales y copias
No existen los textos bíblicos autógrafos, escritos por la propia mano del autor del libro de los
Jueces, o de la Sabiduría, o de Marcos, o de Filemón, etc. Esto no debe asustarnos, ya que
tampoco se conservan los originales de las grandes obras literarias y filosóficas de la
antigüedad (éstas últimas obras tienen pocos testimonios textuales, y a veces con diferencias
de unos diez siglos o más entre el original y las primeras copias).
Cuando en ocasiones se habla de "originales", se refiere a las lenguas en que originalmente
fueron escritos. Por ejemplo, se dice: la traducción de esta Biblia se hizo de los originales, es
decir, de las lenguas originales, hebreo, arameo y griego, según el caso.
6. Copias manuscritas
Material
En la antigüedad, para escribir algunas cosas se usaban las tablillas de arcilla, las ostraka o
pedazos de cerámica rota, las piedras, los cilindros y las estelas.
Para copiar un libro de la Biblia o toda ella, este material no se utilizaba, pues sólo podía
aprovecharse para textos breves. El material empleado para la copia de la Biblia fue de dos
tipos: el papiro y el pergamino.
El papiro (usado en Egipto desde el año 3,000 antes de Cristo). Es una planta acuática –caña o
junco- que se da sobre todo en el Delta del Nilo. Se abría primero el tallo de la planta y luego
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se prensaba; las láminas así obtenidas se entrecruzaban, se aplastaban y se secaban. Era el
material más común, pero a la vez el más frágil. Por lo regular se escribía sólo por la parte
interior. Se han conservado muchos papiros de Egipto gracias a su clima seco.
Constituyen el testimonio más antiguo en el ámbito de manuscritos bíblicos. El pergamino se
forma con la piel de ciertos animales (ovejas, corderos), preparada con una técnica especial
perfeccionada en Pérgamo, al norte de Éfeso, hacia el año 100 después de Cristo. Parece que
fue muy difundido por los persas.
En el Nuevo Testamento tenemos un testimonio de su uso en 2 Tim 4, 13: "Cuando vengas,
tráeme el abrigo que dejé en Tróada, en casa de Carpo, y los libros, en especial, los
pergaminos".
Del siglo IV después de Cristo en adelante fue muy común. Es un material mucho más
resistente, pero, a la vez, más caro. Por eso, algunos manuscritos en pergamino fueron
raspados por completo para que pudieran ser utilizados de nuevo.
Formato
El rollo es una larga tira de papiro o piel, reforzada en las extremidades con dos varas que
servían para enrollarla (Cfr. Lc 4, 16-20; Jr 36). Aún en nuestros tiempos, los judíos utilizan los
rollos. El códice o libro ordinario (más común en pergaminos) fue empleado por los cristianos
desde el siglo II; pero por los judíos, más tarde, parece que a partir del siglo VII. Los códices
griegos se distinguen en unciales o mayúsculos y minúsculos.
Los primeros son de letras mayúsculas continuas, más difíciles de leer por no haber separación
entre las palabras; estuvieron en boga hasta el siglo X u XI; hay un poco más de 250 de ellos.
Los segundos son de letras minúsculas, más fáciles de leer porque se da la separación entre las
palabras. Empiezan a utilizarse a partir del siglo IX después de Cristo y se multiplican desde el
siglo XI; son alrededor de 2 mil 600.
7. Lenguas en que se escribió la Biblia
Para la composición de la Biblia se emplearon tres lenguas: la hebrea, la aramea y la griega.
• En hebreo se escribió casi todo el Antiguo Testamento. Era la lengua propia del Pueblo de
Israel. Su origen es bastante oscuro. Parece que comenzaron a hablarla los cananeos y después
la adoptaron los israelitas a partir de su estancia en Canaán.
• En Arameo, lengua más antigua que el hebreo, se escribieron pocas cosas. Se pueden citar
algunos capítulos de Esdras, Jeremías, Daniel y Mateo. El arameo comenzó a introducirse en
Israel hacia los siglos IV y III antes de Cristo y tomó tanto fuerza, que llegó a suplantar a la
lengua hebrea. Incluso Jesús hablaba con el pueblo en uno de los dialectos arameos.
• En griego fueron escritos algunos libros del Antiguo Testamento, como el de la Sabiduría, 2
Macabeos y todos los del Nuevo Testamento menos el Evangelio de san Mateo. Este griego no
era un griego clásico, como era por ejemplo el de Demóstenes, sino un griego popular, vulgar y
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corriente, llamado Koiné = común, que usaba el hombre de la calle. Se generalizó después de
la conquista en Grecia por Alejandro Magno.
Antiguo Testamento
• Daniel: hebreo, con fragmentos arameos y griegos
• Esdras: hebreo, con inserción de algunos documentos en arameo
• Ester: hebreo, con fragmentos griegos
• 1 Macabeos: hebreo. 2 Macabeos: griego
• Tobías y Judit: hebreo o arameo
• Sabiduría: griego
• Todos los demás libros: hebreo
Nuevo Testamento
• San Mateo: arameo
• Todos los demás libros: griego
8.Versiones de la Biblia
Hay que decir que, con el correr de los tiempos, se han hecho innumerables versiones de la
Biblia. Entre las más antiguas –que son las que interesan más- hay dos muy importantes: la de
los "Setenta" y la Vulgata.
La versión de los Setenta. Según una tradición, fue realizada por 70 sabios de Israel. Su
elaboración, entre los siglos III y I antes de nuestra era, estuvo destinada a los judíos de la
Diáspora o de la dispersión, es decir, para el culto de las comunidades judías que vivían en el
mundo grecorromano, especialmente de Alejandría y que ya habían olvidado la lengua hebrea,
o quizá mejor, con el fin de que pudieran propagarla en la griega. En cualquier caso, esta
traducción fue importante para los judíos que hablaban el griego y que más tarde se extendió
por los países mediterráneos, preparando así el ambiente para el Evangelio.
La versión de la Vulgata. Esta versión fue hecha en latín por san Jerónimo en el siglo IV en
Belén. Partió de una necesidad, como la de los Setenta. Durante los dos primeros siglos se
utilizaba en la Iglesia el griego popular, que era el que se hablaba en el imperio romano. Pero
en el siglo III, se fue imponiendo el latín en Occidente. Por esa razón la tradujo san Jerónimo al
latín. De ella se han sacado muchas ediciones hasta nuestros días, desde que el Concilio de
Trento la reconoció solemnemente como la versión oficial latina sin negar por eso, el valor de
otras versiones. (http://www.es.catholic.net/)
Como está dividida la Biblia.
Antiguo Testamento
1.- Génesis
2.- Éxodo
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25.- Eclesiastés
Nuevo Testamento
4.- Números
26.- Cantar de los
Cantares
47.- Evangelio según San
Mateo
5.- Deuteronomio
27.- Sabiduría
48.- Evangelio según San
Marcos
6.- Josué
28.- Eclesiástico
7.- Jueces
29.- Isaías
8.- Rut
30.- Jeremías
9.- Libro Primero de
Samuel
31.- Lamentaciones
3.- Levítico
32.- Baruc
10.- Libro Segundo de
Samuel
11.- Libro Primero de los
Reyes
33.- Ezequiel
13.- Libro Primero de las
Crónicas
50.- Evangelio según San
Juan
51.- Hechos de los
Apóstoles
52.- Epístola a los
Romanos
34.- Daniel
35.- Oseas
12.- Libro Segundo de los
Reyes
49.- Evangelio según San
Lucas
36.- Joel
53.- Primera Epístola a los
Corintios
54.- Segunda Epístola a
los Corintios
37.- Amós
55.- Epístola a los Gálatas
38.- Abdías
14.- Libro Segundo de las
Crónicas
39.- Jonás
15.- Esdras
40.- Miqueas
16.- Nehemías
41.- Nahúm
17.- Tobías
42.- Habacuc
18.- Judit
43.- Sofonías
19.- Ester
44.- Ageo
20.- Macabeos
45.- Zacarías
21.- II Macabeos
46.- Malaquías
22.- Job
56.- Epístola a los Efesios
57.- Epístola a los
Filipenses
58.- Epístola a los
Colosenses
59.- Primera Epístola a los
Tesalonicenses
60.- Segunda Epístola a
los Tesalonicenses
61.- Primera Epístola a
Timoteo
62.- Segunda Epístola a
Timoteo
23.- Los Salmos
63.- Epístola a Tito
24.- Proverbios
64.- Epístola a Filemón
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65.- Epístola a los Hebreos
66.- Epístola a Santiago
67.- Primera Epístola de
San Pedro
68.- Segunda Epístola de
San Pedro
69.- Primera Epístola de
San Juan
70.- Segunda Epístola de
San Juan
71.- Tercera Epístola de
San Juan
72.- Epístola de San Judas
73.- Apocalipsis
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