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NOTA DE PRENSA
LA FUNDACIÓN BBVA PUBLICA EL ESTUDIO “CAPITALIZACIÓN Y
CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA (1970-1997). UNA
PERSPECTIVA INTERNACIONAL COMPARADA”
Según la investigación, España mantiene un atraso en términos de renta per
cápita de entre 15 y 20 años respecto a los países europeos más avanzados
29 de marzo de 2001.- La Fundación BBVA acaba de presentar el libro Capitalización y
crecimiento de la economía española (1970-1997). Una perspectiva internacional comparada, un
riguroso estudio orientado a analizar la evolución de la economía española en
comparación con la de los países más avanzados, en particular con los de la Unión
Europea, EE.UU. y Japón. El trabajo ha sido elaborado con la colaboración del Instituto
Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y ha sido dirigido por los profesores
de la Universidad de Valencia, Matilde Mas y Francisco Pérez.
En el Informe, la convergencia ha sido contemplada como una variante del problema más
general de la desigualdad y se ha considerado desde múltiples perspectivas: para los
principales agregados macroeconómicos, para las características productivas de los
sectores, comparando las grandes áreas económicas entre sí (Europa, Estados Unidos y
Japón), y, sobre todo, analizando la posición relativa de España respecto a la Unión
Europea.
La convergencia, tal y como se desprende del estudio, se observa más claramente entre las
características productivas de las economías consideradas que en sus rentas per cápita. En
este sentido, la convergencia sólo fue generalizada durante la edad de oro del crecimiento
que transcurrió desde mediados de los años cincuenta hasta la crisis del petróleo. En
cambio, en el último cuarto de siglo la convergencia ha sido la excepción (Japón) y no la
regla.
Principales características de los países estudiados
Uno de los rasgos principales que caracteriza la evolución económica de todos los países
estudiados es la importante mejora de los niveles de renta en el periodo considerado, a
pesar de no haber convergido. Esta valoración se aplica claramente al caso español, en el
que el acceso a una larga experiencia de crecimiento continuo es consecuencia de su
integración en los mercados internacionales y su incorporación a un modelo de desarrollo
basado en una continua acumulación de capital y en el aprendizaje de las tecnologías que
lo acompañan. La Unión Económica y Monetaria ofrece una nueva plataforma para
aprovechar las oportunidades de crecimiento regular y mejorar la eficiencia macro y
microeconómica.
El cambio de la economía española desde 1955.
Actualmente la economía española presenta retrasos de entre 15 y 20 años con respecto a
los países europeos más avanzados y Japón, y de 30 años con respecto a EE.UU. Aunque
desde el año 1955 España ha multiplicado por cinco sus niveles de renta per cápita, y por
ocho su producción, no consigue reducir de manera significativa las diferencias con las
principales economías, porque éstas también crecen continuamente. Al principio del
periodo analizado, mientras para un grupo selecto de países desarrollados crecer a buen
ritmo había sido lo habitual durante los últimos 150 años, para España era una experiencia
circunscrita a poco más de una década. Por esa razón, a pesar de la fuerte tasa de
crecimiento española en los sesenta, nuestro país se situaba en 1970 en un nivel de renta
per cápita que sólo representaba el 60% de la media de los países desarrollados.
La economía española es una de las que se ha incorporado a partir de los años cincuenta
al grupo de países que circulan por la autopista del crecimiento sostenido y en las que se
han convertido en excepcionales los años que presentan tasas de variación de la
producción negativas. Gracias a eso, la economía española ha logrado en los últimos
cincuenta años mejoras del bienestar material incomparables con las conseguidas en toda
su historia anterior: los niveles de consumo, las características educativas de la población,
los servicios sanitarios, la salud y la esperanza de vida, las infraestructuras y equipamientos
sociales, etc.
La economía japonesa superó a la de la UE a principios de los noventa
La situación de Japón a comienzos de los años 70 era casi tan atrasada como la española,
y sin embargo, en las décadas posteriores no sólo ha superado en algunos aspectos a
Europa sino que prácticamente ha logrado cerrar la brecha con la economía líder, la de los
Estados Unidos. En consecuencia, durante las últimas décadas se ha producido el
acercamiento entre Estados Unidos y Japón, interrumpido por el estancamiento de Japón
en los últimos años. La Unión Europea, que crece en promedio a ritmos más pausados,
ha mantenido en cambio su avance hasta la actualidad.
Los directores del estudio señalan que una de las principales razones de las dificultades
para reducir distancias de los países europeos se encuentra en las menores tasas de
ocupación, sensiblemente inferiores a las de las otras dos áreas contempladas. En sentido
contrario, Estados Unidos se ha destacado por su capacidad de generar empleo. En la
década de los noventa está volviendo a demostrar una mayor pujanza en la contribución
de este factor, mientras Japón mantiene constante su capacidad de emplear sus recursos
humanos.
Simultáneamente, todas las grandes áreas económicas siguen intensificando sin cesar sus
dotaciones de capital. Estas economías, cada vez más capitalizadas, son muy semejantes
actualmente en intensidad en el uso de capital (relación capital/producto) y cada vez más
parecidas en el grado de mecanización (relación capital/trabajo). Todo ello, unido a su
capacidad de acceder a la tecnología en condiciones relativamente parecidas, explica la
creciente similitud en las características de sus sistemas productivos, muy superior a la que
observa en sus rentas per cápita, que convergen sólo lentamente y no de manera continua.
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