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LA ALEGRÍA DEL
EVANGELIO
ES PARA TODOS
Palabras
Claves
Gozo
FRASE CLAVE
El Evangelio, donde deslumbra gloriosa la Cruz
de Cristo, invita a la alegría. (…)
Nuestra alegría cristiana bebe de la fuente de su
corazón rebosante. Él promete a los discípulos:
“Estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en
alegría” (Jn 16,20), e insiste: “Volveré a verlos
y se alegrará su corazón, y nadie les podrá
quitar esa alegría” (Jn 16,22).
Lectura del texto:
Jn 16,17-22
La comunidad Joánica está conformada por personas de varias
culturas, por lo que vive momentos de confusión e incertidumbre
frente a un evento novedoso: la Resurrección.
Ellos, animados por la manera de convivir de la comunidad
cristiana, se integran a ella, pero se confunden al momento de
vivir la alegría del Resucitado.
El regalo precioso de Dios, hecho hombre para estar entre
nosotros, es un momento único que el Hijo nos regala para
mostrarnos el camino de la felicidad. En adelante es nuestra
misión es cultivar esa felicidad para nuestros hermanos y con
nosotros.
Dios no deja a su Iglesia en la desesperanza o tristeza.
Jesús es la Buena Noticia que cambia la tristeza, duda y
desesperanza por alegría, júbilo y gozo: “La alegría es como el
sol: ilumina a quien la posee y reanima a cuantos reciben sus
rayos” (S. Pablo de la Cruz).
Juan: la comunidad perseguida y agobiada debe mantenerse
firme en la esperanza; no debe temer, pues su llanto se
transformará en gozo.
• Es tiempo de que nuestra comunidad conozca y
acepte la realidad que vive, sin ocultar las cosas
negativas que nos hacen sentir incómodos, nos
alejan y separan.
• La Iglesia nos pide, a través del Papa Francisco,
que desenmascaremos a los ídolos de hoy:
“La adoración del antiguo becerro de oro
(Ex 32,1-35) ha encontrado una versión nueva y
despiadada en el fetichismo del dinero y en la
dictadura de la economía sin un rostro y sin un
objetivo verdaderamente humano” (EG, 55).
• Es necesario humanizarnos para descubrir en
nuestra vida al Resucitado y gozar de su amor
personal y comunitario.
• (…) Necesitamos familias y comunidades sólidas
que partan de la experiencia del Resucitado para
vivir la esperanza, es decir el auténtico gozo de
ser discípulos de Jesucristo. Él es nuestra
alegría, a Él le debemos amor y alabanza.
Para vivir la verdadera alegría:
“darnos por entero al hermano,
en nombre de Jesús”.
Para todos
Nos ayuda
a enfrentar
las
realidades
actuales
Jesús don
del Padre
Para ser
compartida