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LA PALABRA DE DIOS
ARCHIVO #30
PROVERBIOS
LA PALABRA DE DIOS
PROVERBIOS
El libro de los PROVERBIOS reúne varias colecciones de refranes,
comparaciones, máximas, enigmas y alegorías, puestas en su
mayoría bajo la autoridad de "Salomón, hijo de David, rey de
Israel" (1. 1). Tal atribución se debe a que la tradición israelita
consideraba a aquel célebre rey como el sabio por excelencia.
Según el primer libro de los Reyes, él "pronunció tres mil
máximas" (1 Rey. 5. 12) y su sabiduría "superaba la de todos
los orientales y toda la sabiduría de Egipto" ( 1 Rey. 5. 10).
Consta de 31 capítulos.
ELOGIO Y RECOMENDACIÓN DE LA SABIDURÍA
A mediados del siglo V a. C., un escriba de Jerusalén recopiló
varias colecciones de antiguos proverbios y compuso a
manera de prólogo una larga exhortación.
El maestro se dirige a sus discípulos como un padre a
sus hijos y los exhorta a "prestar oído a la Sabiduría" (2. 2),
para adquirir el "temor del Señor" y encontrar la
"ciencia de Dios" (2. 5).
Con especial insistencia, previene a los jóvenes contra el
adulterio, que es una manera de quebrantar la Alianza con el
Señor (2, 16-19; 5, 3-20; 6, 24–7, 27).
Su enseñanza es una síntesis de toda la doctrina de los sabios,
enriquecida con aportes originales, en los que se percibe la
influencia de la Ley y los Profetas.
En el dilema que él propone a sus discípulos, se escucha el
eco de la última alocución de Moisés a Israel: "Hoy pongo
delante de ti la vida y la felicidad, la muerte y la desdicha…
Elige la vida, y vivirás" (Deut. 30, 15.19).
Otras veces, es la Sabiduría personificada la que "hace oír su
voz" (1, 20; 8. 1) para ponderar su inapreciable valor y llamar a
todos a seguir sus enseñanzas. Ella fue creada antes que todas
las cosas, y estaba al lado de Dios "cuando El no había hecho
aún la tierra ni los espacios ni los primeros elementos del mundo"
(8. 26). Ya entonces "su delicia era estar con los hijos de los
hombres" (8. 31), a fin de mostrarles el camino de la vida.
Este célebre poema concluye con una invitación a participar
del banquete preparado por la Sabiduría para saciar a todos
con sus bienes (Cf. 9. 1-6).
Dentro de esta amplia gama de géneros literarios, la expresión más
frecuente y característica es el aforismo o dicho breve y agudo, que
encierra una verdad útil para la vida.
En algunos pasajes del libro de los Proverbios, como en otros
Libros sapienciales del Antiguo Testamento, se perciben notables
influencias de la antigua sabiduría egipcia y oriental, e incluso se
encuentran en él varias sentencias de dos sabios extranjeros
(30. 1-14; 31. 1-9).
Esto pone de manifiesto el aprecio que tenia Israel por aquella
sabiduría ancestral y su capacidad para asimilarla creativamente,
haciéndola compatible con las exigencias de su propia fe.
La visión teológica expresada en el Libro es relativamente sencilla.
El Señor es el Creador del mundo y todo lo ha hecho con sabiduría.
Las huellas de esa sabiduría divina han quedado grabadas en cada una
de sus obras. Por lo tanto, aquel que ponga todo su empeño en abrir
los ojos a la realidad que lo rodea, encontrará el camino que lo lleva
a la vida y lo libra de la muerte. Lo importante es buscar el orden
establecido por Dios en el mundo y vivir en conformidad con él. Pero
la adquisición de la sabiduría presupone ciertas condiciones morales.
Una actitud específicamente sapiencial es prestar atención a las
advertencias y exhortaciones de los sabios, que son los portadores de
una experiencia acumulada a través de los siglos. El ideal de estos
sabios es descubrir y enseñar el arte de vivir bien. Lo que más les
preocupa es guiar al individuo hacia la felicidad y el éxito en esta vida.
Ningún aspecto de la actividad humana es indigno de su atención.
De ahí que las personas de toda condición social encuentren en los
Proverbios consejos adecuados a su edad o profesión: reyes, jueces y
comerciantes, hombres y mujeres, pobres y ricos, jóvenes y ancianos.
Con frecuencia se alude a las relaciones entre padres e hijos,
entre marido y mujer, entre patrones y servidores. Su reflexión
se extiende al ámbito religioso, moral, político y social, con el
fin de encontrar para cada circunstancia una norma práctica
fundada en la sabiduría.
Este libro se abre y se cierra con una alusión al "temor del Señor"
( I . 7; 31. 30), entendido como una actitud a la vez filial y reverencial
con respecto a Dios, que no sólo es el Creador del mundo sino
también el Dios de la Promesa y de la Alianza. El "temor de Dios",
es el principio y la coronación de la sabiduría por la que debe
regirse toda la conducta humana.
Un aspecto desconcertante es el énfasis puesto en el
propio interés y en el éxito personal como motivaciones
del comportamiento moral. Estas motivaciones, lo mismo
que la idea de una retribución meramente terrena de las
acciones humanas, han quedado superadas por el
Evangelio.
Pero hay otras riquezas de los Proverbios que
mantienen plena vigencia. El amor a la sabiduría, la
preocupación por encontrarla y llevarla a la práctica en
circunstancias concretas de la vida, la fe en la justicia de
Dios y en el gobierno divino del mundo son valores
permanentes, asumidos por el Cristianismo.
De hecho, el Nuevo Testamento contiene numerosas
citas del libro de los Proverbios: entre ellas, merece
destacarse la que se refiere a la actitud paternal con que
Dios corrige a sus hijos. (Cf. Heb. l2. 5-6).
Cap. 1
TÍTULO Y FINALIDAD
DE LA OBRA
Proverbios de Salomón, hijo de
David, rey de Israel, para conocer
la sabiduría y la instrucción, para
entender las palabras profundas,
para obtener una instrucción
esmerada, justicia, equidad y
rectitud, para dar perspicacia a
los incautos, y al joven, ciencia
y reflexión; para entender los
proverbios y las sentencias
agudas, las palabras de los
sabios y sus enigmas. Que
escuche el sabio, y acrecentará
su saber, y el inteligente adquirirá
el arte de dirigir. El temor del
Señor es el comienzo de la
sabiduría, los necios desprecian
la sabiduría y la instrucción. 1, 1-7
ADVERTENCIA PRELIMINAR.
Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre
y no rechaces la enseñanza de tu madre, 1, 8
CONTRA LAS MALAS
COMPAÑIAS.
Hijo mío, no los acompañes por
el camino, retira tus pies de sus
senderos, porque sus pies corren
hacia el mal y se apresuran para
derramar sangre. 1, 15-16
LLAMADO Y AMENAZAS DE LA SABIDURIA
Porque a los ingenuos los mata su propio extravío y la desidia
pierde a los necios, pero el que me escucha vivirá seguro y
estará tranquilo, sin temer ningún mal. 1, 32-33
Cap.2
LA PROTECCION QUE DA LA SABIDURIA.
Hijo mío, si recibes mis palabras y guardas contigo mis
mandamientos, prestando oído a la sabiduría e inclinando tu
corazón al entendimiento; si llamas a la inteligencia y elevas tu voz
hacia el entendimiento, si la buscas como si fuera plata y la exploras
como un tesoro, entonces comprenderás el temor del Señor y
encontrarás la ciencia de Dios. 2, 1-5
Porque el Señor da la sabiduría,
de su boca proceden la ciencia y la
inteligencia. Él reserva su auxilio para
los hombres rectos, es un escudo para
los que caminan con integridad; El
protege los senderos de la equidad y
cuida el camino de sus fieles. Entonces
comprenderás la justicia y la equidad,
la rectitud y todas las sendas del bien.
2, 6-9
Cap. 3
LA SABIDURIA Y EL TEMOR DEL SEÑOR.
Confía en el Señor de todo corazón y no te apoyes en tu propia
inteligencia; reconócelo a El en todos tus caminos y El allanará tus
senderos. No desprecies, hijo mío, la corrección del Señor, ni te
disgustes cuando El te reprende, porque el Señor reprende a los
que ama como un padre a su hijo muy querido. 3, 5-6.11-12
VALOR Y FRUTOS DE LA SABIDURIA.
Sus caminos son caminos deliciosos y
todos sus senderos son apacibles. Es un
árbol de vida para los que se aferran a ella
y los que la retienen son felices. 3, 17-18
LA SEGURIDAD QUE DA LA SABIDURIA.
Conserva, hijo mío, la prudencia y la reflexión; que ellas
no se aparten de tus ojos. Ellas serán vida para tu alma
y gracia para tu cuello. Entonces irás seguro por el
camino y tu pie no tropezará. 3, 21-23
LA AYUDA AL PROJIMO.
No niegues un beneficio al que lo necesite, siempre que esté en tus
manos hacerlo. No digas a tu prójimo: "Vuelve después, mañana te
daré", si tienes con qué ayudarlo. 3, 27-28
LA SUERTE FINAL DE LOS IMPIOS.
La maldición del Señor está en la casa del malvado, pero
El bendice la morada de los justos. Él se burla de los
insolentes y concede su favor a los humildes.
3, 33-34
Cap. 4
LA SABIDURIA, GLORIA DEL QUE LA POSEE.
No la abandones, y ella te protegerá, ámala, y ella te cuidará.
El comienzo de la sabiduría es tratar de adquirirla; con todo
lo que poseas, adquiere la inteligencia. 4, 6-7
LA SABIDURIA, GUIA EN EL CAMINO.
La senda de los justos es como la luz
del alba, que va en aumento hasta
que es pleno día. Pero el camino
de los malos es como una densa
oscuridad: ellos no saben dónde
van a tropezar. 4, 18-19
LA SABIDURIA, FUENTE DE VIDA.
Hijo mío, presta atención a lo que te digo, inclina tu oído a mis
palabras. Que ellas no se aparten de tus ojos, guárdalas bien
dentro de tu corazón, porque son vida para los que las
encuentran y salud para todo ser viviente. 4, 20-22
Cap. 5
LOS FALSOS ENCANTOS DE LA MUJER ADULTERA.
Porque los labios de la mujer ajena destilan miel y su paladar es
más suave que el aceite, pero al final, ella es amarga como el
ajenjo, cortante como una espada de doble filo. 5, 3-4
LOS PELIGROS DEL ADULTERIO.
Aleja de ella tu camino y no te acerques a la entrada de su casa,
no sea que entregues a otros tu honor y tus años, a un hombre cruel;
que gente extraña se sacie con tu fuerza y tus trabajos vayan a parar
a casa ajena, y que al fin tengas que gemir, cuando estén consumidos
tu cuerpo y tu carne. 5, 8-11
LA FIDELIDAD CONYUGAL.
Bebe el agua de tu cisterna
y la que fluye de tu propio
pozo. Que tus fuentes no se
dispersen hacia afuera ni
tus corrientes de agua, por
las calles. Que ellas sean
para ti solo y que no haya
extraños junto a ti. ¡Bendita
sea tu fuente, y encuentra
tu alegría en la mujer de tu
juventud, cierva amable,
graciosa gacela! Que en
todo tiempo te embriaguen
sus amores y estés siempre
prendado de su afecto.
5, 15-19
Cap. 6
PELIGROS DE LAS FIANZAS.
Hijo mío, si te has hecho garante de tu prójimo y has estrechado
tu mano en favor de otro, si te has enredado con tus palabras te
has dejado atrapar por tu propia boca, líbrate como una gacela
de la red y como un pájaro de la mano del cazador. 6, 1-2.5
CONTRA LA PEREZA.
Fíjate en la hormiga, perezoso,
observa sus costumbres y
aprende a ser sabio: ella, que
no tiene jefe ni capataz ni dueño,
se provee de alimento en verano
y junta su comida durante la
cosecha. 6, 6-8
CONTRA LOS MALVADOS Y SIMULADORES.
En su corazón depravado maquina el mal, siempre está sembrando
discordias. Por eso, llegará su ruina de repente, será destrozado
de improviso y sin remedio. 6, 14-15
LAS SIETE COSAS ABOMINABLES.
Hay seis cosas que detesta el Señor, y siete que son para El una
abominación: los ojos altaneros, la lengua mentirosa y las manos
que derraman sangre inocente; el corazón que trama proyectos
malignos, los pies rápidos para correr hacia el mal, el falso testigo
que profiere mentiras, y el que siembra discordias entre hermanos.
6, 16-19
CONTRA EL ADULTERIO.
¿Puede un hombre ponerse
fuego en el pecho sin que
se inflame su ropa? ¿Se
puede caminar sobre brasas
sin quemarse los pies? Eso
le pasa al que se acuesta
con la mujer de su prójimo:
el que la toque no quedará
impune. 6, 27-29
Cap. 7
CONTRA LAS SEDUCCIONES DE LA MUJER ADÚLTERA.
Observa mis preceptos, y vivirás, guarda mi enseñanza como la
pupila de tus ojos. Átalos a tus dedos, escríbelos sobre la tabla de
tu corazón. Di a la Sabiduría: "Tú eres mi hermana", y llama "Amiga“
a la Inteligencia, para preservarte de la mujer ajena, de la extraña
que se vale de palabras seductoras. Así lo persuade con su gran
desenvoltura, lo arrastra con sus labios seductores. En seguida,
él la sigue, como un buey que es llevado al matadero, como un
ciervo que cae en el lazo, hasta que una flecha le atraviesa el
hígado, como un pájaro que se precipita en la trampa, sin
advertir que está en juego su vida. 7, 2-5. 21-23
Cap. 8
EL LLAMADO DE LA SABIDURIA.
Todas mis palabras son conformes a la
justicia, no hay en ellas nada retorcido
o sinuoso; todas son exactas para el
que sabe entender y rectas para los que
han hallado la ciencia. Adquieran mi
instrucción, no la plata, y la ciencia más
que el oro acrisolado. Porque la Sabiduría
vale más que las perlas, y nada apetecible
se le puede igualar". 8, 8-11
LOS TESOROS DE LA SABIDURIA.
Yo, la Sabiduría, habito con la prudencia y poseo la ciencia
de la reflexión. El temor del Señor es detestar el mal: yo detesto
la soberbia, el orgullo, la mala conducta y la boca perversa.
A mí me pertenecen el consejo y la habilidad, yo soy la
inteligencia, mío es el poder. 8, 12-14
LA SABIDURIA EN LA CREACION.
El Señor me creó como primicia de sus caminos, antes de
sus obras, desde siempre. Yo fui formada desde la eternidad,
desde el comienzo, antes de los orígenes de la tierra. 8, 22-23
FELICIDAD DEL QUE ENCUENTRA LA SABIDURIA.
Y ahora, hijos, escúchenme: ¡felices los que observan mis caminos!
Escuchen la instrucción y sean sabios: ¡no la descuiden! 8, 32-33
Cap. 9
EL BANQUETE DE LA SABIDURIA.
"Vengan, coman de mi pan, y beban del vino
que yo mezclé. Abandonen la ingenuidad,
y vivirán, y sigan derecho por el camino
de la inteligencia". 9, 5-6
LA CORRECCION DE LOS SABIOS Y DE LOS NECIOS.
No reprendas a un insolente, no sea que te odie; reprende a un
sabio, y te amará. Da al sabio y se hará más sabio aún, instruye
al justo y ganará en saber. El comienzo de la sabiduría es el
temor del Señor, y la ciencia del santo es la inteligencia. 9, 8-10
LA INVITACION DE LA NECEDAD.
La señora Necedad es turbulenta, es estúpida y no sabe nada.
"El que sea incauto, que venga aquí". Y al falto de entendimiento,
le dice: "¡Las aguas robadas son dulces y el pan quitado a
escondidas, delicioso!". 9, 13.16-17
PRIMERA COLECCIÓN DE
PROVERBIOS SALOMÓNICOS.
Caps. 10-22
En esta segunda sección se han reunido, sin ningún
orden lógico, 375 máximas breves relacionadas con
los temas más diversos. Cada sentencia consta de
dos miembros paralelos, que se contraponen o se
complementan recíprocamente. Muchos de estos
proverbios no expresan un ideal de vida, sino que
ponen de manifiesto objetivamente la suerte que
espera a las personas de toda condición, sexo
y edad, según se comporten necia o sabiamente.
Una parte de esta colección se remonta a la época
de Salomón, pero fue enriquecida durante el período
monárquico posterior, como lo muestran las repetidas
alusiones a la figura del rey
(16, 10-15; 19, 12; 20, 2; 21, 1).
Cap. 10 PROVERBIOS DE SALOMON.
Un hijo sabio es la alegría de su padre,
pero un hijo necio es la aflicción de su madre.
El Señor no deja que el justo sufra hambre,
pero rechaza la avidez de los malvados.
El odio provoca altercados,
pero el amor cubre todas las faltas.
El que respeta la instrucción camina hacia
la vida, pero el que rechaza la reprensión
se extravía.
Donde abundan las palabras nunca falta
el pecado, el que refrena sus labios es
un hombre precavido.
La bendición del Señor es la que enriquece,
y nada le añade nuestro esfuerzo.
Al malvado le sucederá lo que teme,
y a los justos se les dará lo que desean.
Pasa la tormenta, y ya no existe el malvado,
pero el justo tiene cimientos eternos.
El camino del Señor es refugio para el hombre
íntegro, y ruina para los que hacen el mal.
10, 1.3.12.17.19.22.24-25.29
Cap. 11
El Señor aborrece las balanzas falseadas,
pero le agradan las pesas exactas.
La justicia del hombre íntegro allana su
camino, pero el malvado cae por su maldad.
El que desprecia a su prójimo es un insensato,
y el hombre inteligente sabe callar.
El chismoso revela los secretos, pero
el hombre fiel guarda la debida reserva.
Así como la justicia conduce a la vida, el
que va detrás del mal camina hacia la muerte.
Uno da generosamente y acrecienta su
haber, otro ahorra más de la cuenta y
acaba en la indigencia.
El hombre generoso prosperará,
y al que da de beber le saciarán la sed.
El que busca ardientemente el bien se gana el
favor, pero al que busca el mal, el mal lo alcanzará.
El que confía en su riqueza se marchita,
pero los justos crecerán como el follaje.
El fruto de la justicia es árbol de vida,
y el sabio cautiva los corazones.
11, 1.5.12.13.19.24.25.27.28.30
Cap. 12
Nadie se afianza por medio de la maldad,
pero la raíz de los justos será inconmovible.
Una mujer perfecta es la corona de su marido,
la desvergonzada es como caries en sus huesos.
Más vale hombre sencillo que se basta a sí
mismo, que jactancioso al que le falta el pan.
El que cultiva su tierra se saciará de pan,
pero el que persigue quimeras es un insensato.
Al necio le parece que su camino es recto,
pero el sabio escucha un consejo.
El necio manifiesta en seguida su disgusto,
pero el hombre prudente disimula una afrenta.
El hombre prudente disimula lo que sabe,
pero el corazón de los necios
proclama su insensatez.
La inquietud deprime el corazón del hombre,
pero una buena palabra lo reconforta.
En el sendero de la justicia está la vida,
y el camino que ella sigue no lleva a la muerte.
12, 3.4.9.11.15.16.23.25.28
Cap. 13
Un hijo sabio ama la corrección, pero el
insolente no escucha el reproche.
El perezoso codicia y su deseo es vano,
pero el deseo de los laboriosos
será colmado.
La luz de los justos resplandece,
pero la lámpara de los malvados
se extingue.
El fatuo provoca discordias con su
presunción, y la sabiduría está con
los que se dejan aconsejar.
La esperanza diferida enferma el corazón,
el deseo colmado es un árbol de vida.
El que desprecia la palabra se perderá,
pero el que respeta los mandamientos
será recompensado.
El hombre prudente sabe bien lo que hace,
pero el necio va ostentando su insensatez.
Acude a los sabios, y te harás sabio, pero el
que frecuenta a los necios se echa a perder.
El que mezquina la vara odia a su hijo,
el que lo ama se esmera por corregirlo.
13, 1.3.4.9.10.12.13.16.20.24
Cap. 14
El que camina con rectitud teme al Señor,
el que va por caminos tortuosos lo desprecia.
De la boca del necio brota el orgullo,
los labios de los sabios son su defensa.
La casa de los malvados será destruida,
pero la carpa de los rectos florecerá.
Hay caminos que parecen rectos,
pero al final son caminos de muerte.
El sabio teme el mal y se aparta de él,
el necio es temerario y se siente seguro.
El iracundo comete locuras,
el hombre reflexivo sabe aguantar.
El que desprecia a su prójimo peca,
pero ¡feliz el que se apiada de los humildes!
El temor del Señor es un refugio seguro,
que sirve de defensa para los hijos.
El que tarda en enojarse muestra gran inteligencia,
el iracundo pone de manifiesto su necedad.
Un corazón apacible es la vida del cuerpo,
pero la envidia corroe los huesos.
14, 2.3.11.12.16.17.21.26.29.30
Cap. 15
Una respuesta suave aplaca la ira,
una palabra hiriente exacerba el furor.
En casa del justo hay mucha riqueza,
en las ganancias del malo hay turbación.
El Señor abomina la conducta del malvado,
pero ama al que va tras la justicia.
Un corazón contento alegra el semblante,
un corazón afligido abate el espíritu.
Más vale poco con temor del Señor,
que un gran tesoro con inquietud.
El Señor derriba la casa de los soberbios,
pero mantiene en pie los linderos de la viuda.
Las malas intenciones son abominables para
el Señor, pero le agradan las palabras puras.
El que obtiene ganancias deshonestas
perturba su casa, el que detesta
el soborno vivirá.
El que rechaza la corrección se desprecia
a sí mismo, el que escucha una reprensión
adquiere sensatez.
El temor del Señor es escuela de
sabiduría, y la humildad precede a la gloria.
15, 1.6.9.13.16.18.25.26.27.32.33
Cap. 16
Encomienda tus obras al Señor,
y se realizarán tus proyectos.
Cuando el Señor se complace en la
conducta de un hombre, lo reconcilia
hasta con sus mismos enemigos.
Más vale poco con justicia que
abundantes ganancias con injusticia.
Adquirir sabiduría vale más que el oro fino,
adquirir inteligencia es preferible a la plata.
La senda de los hombres rectos es
apartarse del mal, el que vigila su
camino preserva su vida.
Antes de la catástrofe está el orgullo,
y antes de la caída, el espíritu altanero.
El que está atento a la Palabra encontrará la
dicha, y ¡feliz el que confía en el Señor!
El que sabe discernir tiene fama
de inteligente, y las palabras dulces
son más persuasivas.
Las palabras amables son un panal de miel,
dulce al paladar y saludable para el cuerpo.
16, 3.7.8.16.17.18.20.21.24
Cap. 17
Mejor un mendrugo seco con tranquilidad que
una casa llena de banquetes
con discordia.
Hay un crisol para la plata y un horno
para el oro, pero el que prueba
los corazones es el Señor.
El que disimula una ofensa cultiva
la amistad, volver sobre la cosa
separa del amigo.
Si alguien devuelve mal por bien,
la desdicha no se apartará de su casa.
Iniciar un altercado es abrir una compuerta:
retírate antes que estalle la disputa.
El amigo ama en cualquier ocasión, y un
hermano nace para compartir la adversidad.
El malvado acepta regalos bajo cuerda
para torcer los senderos de la justicia.
Delante del hombre inteligente
está la sabiduría, pero el necio
mira a cualquier parte.
El que mide sus palabras es un hombre
que sabe, y el que mantiene su sangre
fría es inteligente.
17, 1.3.6.9.13.14.17.23.24.27
Cap. 18
El insensato no desea comprender,
sino revelar sus propias opiniones.
La boca del insensato es su ruina y
sus labios, una trampa para su vida.
El nombre del Señor es una torre
fortificada: el justo corre hacia
ella y se pone a salvo.
La fortuna del rico es su plaza fuerte,
se la imagina como un muro inexpugnable.
El que responde antes de escuchar
muestra su necedad y se atrae el oprobio.
El espíritu de un hombre lo sostiene en
su enfermedad, pero ¿quién levantará
a un espíritu abatido?
Un corazón inteligente adquiere
conocimiento, y el oído de los
sabios busca la ciencia.
Hay compañeros que llevan a la ruina
y hay amigos más apegados que un
hermano.
18, 2.7.10.11.13.14.15.24
Cap. 19
La necedad del hombre pervierte
su camino, y luego su corazón
se irrita contra el Señor.
El testigo falso no quedará impune
y el que profiere mentiras no escapará.
El buen juicio de un hombre aplaca su ira,
y su gloria es pasar por alto una ofensa.
Casa y fortuna son herencia de
los padres, pero una mujer prudente
es un don del Señor.
El que se apiada del pobre presta al Señor,
y él le devolverá el bien que hizo.
Escucha el consejo y acepta la
corrección, y al fin llegarás a ser sabio.
Hay muchos proyectos en el corazón
del hombre, pero sólo se realiza el
designio del Señor.
Lo que se espera de un hombre es
la fidelidad y más vale ser pobre
que mentiroso.
El que maltrata a su padre y echa
a su madre es un hijo que causa
vergüenza y deshonor.
19, 3.5.11.14.17.20.21.22.24.26.
Cap. 20
El vino es excitante y la bebida turbulenta:
el que se embriaga no se hará sabio.
Es un honor para el hombre
evitarlas disputas, pero el necio
provoca su estallido.
¿Quién puede decir: "Purifiqué mi corazón,
estoy limpio de mi pecado"?
Por su manera de obrar, el niño ya da a
conocer si su conducta será pura y recta.
No ames el sueño, para no empobrecerte,
abre bien los ojos y te saciarás de pan.
El calumniador descubre los secretos, no
tengas nada que ver con un charlatán.
Al que maldice a su padre y a su madre se le
apagará la lámpara en plena oscuridad.
No digas: "Voy a pagar mal con mal", espera
en el Señor y El te salvará.
La gloria de los jóvenes es su vigor,
y el esplendor de los ancianos,
los cabellos blancos.
20, 1.3.9.11.13.19.20.22.29.
Cap. 21
Al hombre le parece que todo
su camino es recto, pero el Señor
pesa los corazones.
Practicar la justicia y el derecho agrada
al Señor más que los sacrificios.
Los ojos altaneros, el corazón
arrogante, la luz de los malvados:
todo eso es pecado.
Más vale habitar en un rincón
del techo que compartir la casa
con una mujer pendenciera.
El que cierra los oídos al clamor del
débil llamará y no se le responderá.
El que va tras la justicia y la fidelidad
encontrará vida, justicia y honor.
El que guarda su boca y su lengua
guarda su vida de las angustias.
El deseo mata al perezoso, porque
sus manos se niegan a trabajar.
El malvado ambiciona todo el día,
pero el justo da sin rehusar jamás.
21, 2.3.4.9.13.21.23.25.26.
Cap. 22
Vale más el buen nombre que las
muchas riquezas, y ser estimado vale
más que la plata y el oro.
Premio de la humildad son el temor del
Señor, la riqueza, el honor y la vida.
Inicia al niño en el camino que
debe seguir, y ni siquiera en su
vejez se apartará de él.
El rico domina a los pobres y
el deudor es esclavo del acreedor.
El que siembra injusticia cosechará
desgracias y la vara de su furor
lo aniquilará.
El hombre generoso será bendecido,
porque comparte su pan con el pobre.
Los ojos del Señor vigilan la ciencia,
y El confunde las palabras del traidor.
Fosa profunda es la boca de las mujeres
ajenas: el que irrita al Señor caerá en ella.
La necedad está adherida al corazón
del joven: la vara de la corrección
la alejará de él.
22, 1.4.6.7.8.9.12.14.15
SENTENCIAS DE LOS SABIOS
Caps. 22-24
Esta nueva colección de proverbios difiere notablemente
de la anterior. En vez de sentencias aisladas, contiene
una serie de estrofas de varios versos cada una.
El lenguaje adquiere un tono más personal, y los
proverbios están redactados en forma de exhortación.
Además, la presente sección ofrece muchas analogías
con la "Instrucción de Amenemope", obra de un sabio
egipcio que escribió probablemente entre los siglos VIII y
VII a. C. El autor de los capítulos siguientes tomó aquella
obra como modelo, pero no se limitó a copiarla, sino que
la reelaboró a la luz de la tradición israelita. Al final de esta
sección, hay otra breve colección de proverbios
de carácter bastante heterogéneo, que también son
presentados como "palabras de los sabios" (24. 23).
Inclina tu oído, escucha mis palabras, y presta
atención a mi experiencia: será una delicia
conservarlas dentro de ti y tenerlas siempre a
punto sobre tus labios.
22, 17-18
Para que pongas tu confianza en el Señor, hoy te
voy a instruir también a ti. ¿Acaso no te he
escrito treinta discursos, que contienen consejos
e instrucciones, para hacerte conocer con
exactitud las palabras verdaderas, y así puedas
responder fielmente al que te envía?
22, 19-21
No robes al débil porque es débil, ni atropelles al
pobre en la puerta de la ciudad, porque el Señor
defenderá su causa, y a los que lo despojan, los
despojará de la vida.
22, 22-23
No te juntes con un hombre irascible ni vayas
con un hombre iracundo, no sea que aprendas
sus costumbres y te pongas una trampa a ti
mismo.
22, 24-25
Cap. 23
No hables a los oídos de un insensato, porque despreciará
el buen sentido de tus palabras. No desplaces los linderos
antiguos, ni te metas en los campos de los huérfanos, porque
su Vengador es poderoso y defenderá su causa contra ti.
23, 9-11
Hijo mío, si tu corazón es sabio, también se alegrará mi
corazón: mis entrañas se regocijarán, cuando tus labios
hablen con rectitud. Que tu corazón no envidie a los
pecadores, sino que siempre tema al Señor. Así, ciertamente,
tendrás un porvenir y tu esperanza no quedará defraudada.
Escucha, hijo mío, y te harás sabio, y enderezarás tu corazón
por el buen camino. 23, 15-19
Escucha a tu padre, que te engendró, y no desprecies a tu
madre cuando sea vieja. Adquiere la verdad y no la vendas, lo
mismo que la sabiduría, la instrucción y la inteligencia. El
padre de un justo se llena de gozo, el que tiene un hijo sabio
se alegra por él: ¡que se alegren tu padre y tu madre y se
llene de gozo la que te hizo nacer! 23, 22-25
Para los que se la pasan bebiendo y van en busca de vino
aromatizado. No mires el vino: ¡qué rojo es! ¡Cómo centellea
en la copa! ¡Cómo fluye suavemente! Pero al fin muerde
como una serpiente y pica como una víbora. Tus ojos verán
cosas extrañas, tu corazón hablará sin ton ni son; 23, 30-33
Cap. 24
Con la sabiduría se construye una casa y con la
inteligencia se mantiene firme; con la ciencia se llenan
las despensas de todos los bienes preciosos
y agradables. Más vale un sabio que un hombre fuerte y
un hombre instruido que uno muy vigoroso, porque la
guerra se gana con estrategia y la victoria, con el
número de consejeros. La sabiduría es demasiado
elevada para el necio: en la puerta de la ciudad,
él no abre la boca. 24, 3-7
Libra a los que son arrastrados a la muerte, salva a los
que van con pasos vacilantes al suplicio. Si dices:
"¡Este no es asunto mío!", ¿no lo tendrá en cuenta el
que pesa los corazones? Aquel que te observa lo sabrá
y retribuirá a cada uno según sus obras. 24, 11-12
Si cae tu enemigo, no te alegres, y si tropieza, no te
regocijes, no sea que el Señor lo vea y lo tome a mal, y
aparte de él su indignación. 24, 17-18
También estas son palabras de los sabios. No está bien
hacer acepción de personas en el juicio. Al que dice a
un culpable: "Tú eres inocente", lo maldicen los
pueblos y lo execran las naciones; a quienes lo
condenan todo les va bien y serán bendecidos
con la felicidad. 24, 24-25
SEGUNDA COLECCION DE
PROVERBIOS SALOMONICOS
Esta colección fue reunida por los escribas de la corte de
Ezequías, rey de Judá, que reinó entre los años 716 y 687
a. C. Después de la destrucción de Samaría, este rey
promovió una profunda reforma religiosa y se preocupó
por conservar los libros y tradiciones sagradas de los
dos reinos, el de Israel y el de Judá. Entre la actividad
literaria realizada en esa época, está la de los escribas
de la corte real, que coleccionaron estas sentencias
transmitidas de generación en generación por la
tradición oral o escrita. Por su forma literaria, dichas
sentencias se asemejan bastante a las de la primera
colección salomónica si bien son mucho más frecuentes
los proverbios que constan de varios versos, dando así
lugar a hermosas comparaciones. También son más
numerosos los consejos de carácter religioso y moral.
Cap. 25
No te des importancia en la presencia del rey ni te pongas en el lugar
de los grandes: más vale que te digan: "Sube aquí", que verte
humillado ante un noble. 25, 6-7
Manzanas de oro con
filigranas de plata es
la palabra dicha
oportunamente. Anillo
de oro y collar de oro
fino es el sabio que
reprende al que sabe
escuchar. 25, 11-12
No es bueno comer mucha
miel ni buscar excesivos honores.
Ciudad desmantelada y sin muralla
es el hombre que no domina su
genio. 25, 27-28
Nubes y viento, pero
sin lluvia, es el que se
jacta de dar y no da
nada. 25, 14
Si tu enemigo tiene
hambre, dale de comer;
si tiene sed, dale de
beber: así acumulas
carbones encendidos
sobre su cabeza y el
Señor te recompensará.
25, 21-22
Cap. 26
Como el perro
vuelve sobre su
vómito, así el
insensato reincide
en su necedad.
26, 11
Sin leña se apaga el
fuego, y si no hay
un detractor se
apacigua la pelea.
Carbón para las
brasas y leña para
el fuego es el
pendenciero para
atizar una disputa.
26, 20-21
¿Has visto a un hombre que se
tiene por sabio? Se puede esperar
más de un necio que de él. 26, 12
El que cava una
fosa caerá en ella,
al que hace rodar
una piedra, se le
vuelve encima.
26, 27
No respondas al
insensato según su
necedad, no sea
que también tú te
asemejes a él; 26, 4
El que odia finge con sus labios, pero
alberga engaño en su interior: si adopta un
tono amable, no te fíes, porque hay siete
abominaciones en su corazón; 26, 24-25
Cap. 27
No te gloríes del día de mañana, porque no sabes lo que
depara cada día. Que te alabe otro, no tu boca, que sea
un extraño, no tus propios labios. 27, 1-2
Más vale una
reprensión abierta
que un cariño
disimulado. Leal
es la herida que
inflige el amigo,
engañosos
los besos del
enemigo. 25, 5-6
El que cuida una higuera
comerá de su fruto y el
que respeta a su patrón
recibirá honores. 27, 18
El aceite perfumado
alegra el corazón, y
la dulzura de un
amigo, más que el
propio consejo. No
abandones a tu
amigo ni al amigo
de tu padre, ni
acudas a tu
hermano en el día
de tu infortunio:
más vale vecino
cerca que hermano
lejos. 27, 9-10
Cap. 28
Los malvados no entienden lo que es recto, los que buscan al Señor lo
entienden todo. Más vale un pobre que camina con integridad que un rico
de caminos tortuosos. El que observa la Ley es un hombre inteligente, el
que frecuenta a los libertinos deshonra a su padre. 28, 5-7
Cuando triunfan los
justos, hay gran fiesta;
cuando se imponen los
malvados, todos se
esconden. El que
encubre sus delitos
no prosperará, pero
el que los confiesa y
abandona, obtendrá
misericordia.
28, 12-13
El que cultiva su suelo
se saciará de pan, el
que persigue quimeras
se hartará de pobreza.
El hombre sincero
será colmado de
bendiciones, el que
quiere hacerse rico de
golpe no quedará
impune. 28, 19-20
Si uno aparta su oído para no oír la Ley, hasta su plegaria es una
abominación. El que extravía a los rectos por el mal camino caerá
él mismo en su propia fosa, pero los hombres íntegros heredarán
la felicidad. 28, 9-10
Cap. 29
El insensato da libre
curso a su mal humor,
pero el sabio lo refrena
y apacigua. 29, 11
El orgullo lleva
al hombre a la
humillación, el de
espíritu humilde
alcanzará honores.
29, 23
El miedo tiende al hombre
una trampa, pero el que
confía en el Señor se pone
a salvo. 29, 25
Cuando se multiplican los malvados,
aumentan los crímenes, pero los justos
verán su caída. Corrige a tu hijo, y él
te dará tranquilidad y colmará tu alma
de delicias. 29, 16-17
La vara y la
reprensión dan
sabiduría, pero
el joven consentido
avergüenza a su
madre. 29, 15
Muchos buscan el
favor del que
gobierna, pero el
derecho de cada uno
viene del Señor. 29, 26
OTRAS COLECCIONES DE PROVERBIOS
El libro de los Proverbios incluye en su parte final dos series de
sentencias, tomadas de la tradición sapiencial del Antiguo Oriente.
La primera es atribuida a Agur y la segunda a Lemuel, dos
personajes probablemente imaginarios, pertenencientes a una
tribu del norte de Arabia. También figuran en esta parte varios
proverbios "numéricos", que llaman la atención sobre las
maravillas de la naturaleza y las costumbres de los animales.
Cap. 30
Palabras de Agur, hijo de Iaqué, de Masá.
Oráculo de este gran hombre: ¡Me he fatigado, Dios, me he fatigado,
Dios, y estoy exhausto! Sí, soy demasiado torpe para ser un hombre
y no tengo la inteligencia de un ser humano; nunca aprendí la
sabiduría, ¡y qué puedo saber de la ciencia del Santo! ¿Quién subió
a los cielos y descendió? ¿Quién recogió el viento en sus puños?
¿Quién contuvo las aguas en su manto? ¿Quién estableció los
confines de la tierra? ¿Cuál es su Nombre y el Nombre de su hijo,
si es que lo sabes? Toda palabra de Dios es acrisolada, Dios es
un escudo para el que se refugia en El. 30, 1-5
PROVERBIOS NUMERICOS
Hay cuatro seres, lo más pequeños de la
tierra, que son sabios entre los sabios:
las hormigas, pueblo sin fuerza, que
aseguran sus provisiones en verano;
los damanes, pueblo sin poder, que
instalan sus casas en la roca; las
langostas, que no tienen rey, pero
avanzan todas en escuadrones; la
lagartija, que puedes agarrar con la
mano, pero habita en los palacios
de los reyes. 30, 24-28
Cap. 31
SENTENCIAS DE LEMUEL
Palabras de Lemuel, rey de Masá,
que le inculcó su madre: ¡No, hijo
mío! ¡No, hijo de mis entrañas! ¡No,
hijo de mis votos! No entregues tu
vigor a las mujeres, ni tu vida a las
que corrompen a los reyes. No es
propio de los reyes, Lemuel, no es
propio de los reyes beber vino, ni
de los príncipes desear bebidas
fuertes, no sea que por beber se
olviden de los decretos y traicionen
la causa de los desvalidos. 31, 1-5
POEMA ALFABÉTICO: ELOGIO DE LA BUENA AMA DE CASA
Un famoso poema alfabético sirve de broche de oro a este Libro
sapiencial. En él se describe y enaltece a la mujer ideal, en su
condición de esposa, de madre y de ama de casa hábil y previsora.
Por encima de todas sus cualidades sobresale el "temor del Señor"
(v. 30), que es "el comienzo de la sabiduría" (1. 7; 9. 10).
Alef
Una buena ama de casa, ¿quién la encontrará? Es mucho más
valiosa que las perlas.
Bet
El corazón de su marido confía en ella y no le faltará compensación.
Guímel Ella le hace el bien, y nunca el mal, todos los días de su vida.
Dálet Se procura la lana y el lino, y trabaja de buena gana con sus manos.
He
Es como los barcos mercantes: trae sus provisiones desde lejos.
Vau
Se levanta cuando aún es de noche, distribuye la comida a su familia
y las tareas a sus servidoras.
Zain
Tiene en vista un campo, y lo adquiere, con el fruto de sus manos
planta una viña.
Jet
Ciñe vigorosamente su cintura y fortalece sus brazos para el trabajo.
Tet
Ve con agrado que sus negocios prosperan, su lámpara no se
apaga por la noche.
Iod
Aplica sus manos a la rueca y sus dedos manejan el huso.
Caf
Abre su mano al desvalido y tiende sus brazos al indigente. 31, 10-20
Puedes solicitar el envío de esta serie de archivos,
o bien ser removido de la lista de envíos, a:
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ESTE ES EL MENSAJE #30