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Camilla Urbaniak
2016-8-94-VI-240
Bacterias beneficiosas podrían proteger contra el
cáncer de mama
Un hallazgo sugiere que el consumo de probióticos ayudaría a tratar y prevenir
esta enfermedad
Un estudio realizado en Canadá con más de 80 mujeres ha revelado que las
mamas de mujeres con cáncer tienen abundancia de un tipo de bacterias,
mientras que las de mujeres sanas presentan abundancia de otras. El
descubrimiento apunta a que el consumo de probióticos podría proteger
contra esta enfermedad.
En las pacientes con cáncer de mama, hay bacterias que potencian esta
enfermedad; mientras que en los pechos de mujeres sanas hay más bacterias
beneficiosas, apunta una investigación publicada en la revista de la Sociedad
Americana de Microbiología Applied and Environmental Microbiology.
El hallazgo podría conducir en última instancia al uso de probióticos para proteger
a las mujeres contra el cáncer de mama, afirman los autores del estudio, Gregor
Reid y sus colaboradores del Lawson Health Research Institute de Canadá.
Para la investigación, se recogieron tejidos de las mamas de 58 mujeres que
fueron sometidas a mastectomías por tumores benignos (13 de ellas) o
cancerosos (45 mujeres); así como de 23 mujeres sanas que habían sido
sometidas
a
reducciones
o
mejoras de
mamas.
Utilizando las técnicas de secuenciación de ADN, los científicos identificaron a
partir de las muestras tomadas las bacterias presentes en los tejidos, y además
cultivaron estos últimos para confirmar que dichas bacterias estaban vivas.
Resultados
obtenidos
Se comprobó así que los pechos de las mujeres con cáncer de mama tenían
niveles elevados de dos bacterias: laEscherichia coli y Staphylococcus
epidermidis.
Ya se sabía, por trabajos realizados con células humanas en cultivo (del tipo
conocido como células HeLa), que estas dos bacterias inducen roturas de cadena
doble en el ADN (ambas cadenas de la doble hélice del ADN quedan rotas), un
daño que, según los científicos “es el tipo de daño más perjudicial para el ADN”,
pues puede
provocar
problemas
en
el
genoma.
Además, cuando estas roturas se producen, se pone en marcha un mecanismo de
reparación de la doble cadena que es altamente propenso a errores; y estos
errores
pueden
conducir
al
desarrollo
del
cáncer.
Por el contrario, otras dos bacterias, el Lactobacillus y el Streptococcus,
consideradas como promotoras de la salud, fueron más prevalentes en los senos
sanos que en los cancerosos. Ya era conocido que estas bacterias tienen
propiedades
anticancerígenas. Por
ejemplo,
el
Streptococcus
thermophilus produce antioxidantes que neutralizan las especies reactivas de
oxígeno que pueden causar daños en el ADN, y en consecuencia, cáncer.
El
porqué
de
este
estudio
La motivación para la presente investigación fue el conocimiento de que el cáncer
de
mama
disminuye
con
la
lactancia
materna,
explica
Reid.
"Puesto que la leche humana contiene bacterias beneficiosas, nos preguntamos si
estas podrían estar jugando un papel en la reducción del riesgo de cáncer. O si
otros tipos de bacterias podrían influir en la formación del cáncer en la glándula
mamaria, en mujeres que nunca habían dado de mamar. Para explorar estas
cuestiones, en primer lugar necesitábamos mostrar qué bacterias estaban
realmente
presentes
en
el
tejido
mamario".
Pero la lactancia podría no ser necesaria para mejorar la flora bacteriana de los
senos, señalan los investigadores. "Colegas de España han demostrado que
los lactobacilos probióticos ingeridos por las mujeres pueden llegar a la glándula
mamaria",
afirma
Reid.
“Esto, combinado con nuestro trabajo, plantea la cuestión de si las mujeres, en
especial aquellas con riesgo de cáncer de mama, deberían tomar lactobacilos
probióticos para aumentar la proporción de bacterias beneficiosas en sus senos.
Hasta la fecha, los investigadores no han siquiera considerado estas cuestiones, y
de hecho algunos se han resistido a que exista alguna relación entre las bacterias
y el cáncer de mama o la salud", sigue diciendo el científico.
Además de luchar contra el cáncer directamente, tal vez sería posible aumentar la
abundancia de bacterias beneficiosas con probióticos. Los antibióticos dirigidos a
bacterias que impulsan el cáncer podrían ser otra opción para el control del cáncer
de
mama,
señala
Reid.
En cualquier caso, algo mantiene a las bacterias bajo control en los senos, igual
que sucede en el resto del cuerpo. "¿Qué pasaría si ese „algo‟ fueran otras
bacterias, en colaboración con el sistema inmune del huésped? No hemos
respondido a esta pregunta, pero corresponde a los expertos en el campo el
considerar esa posibilidad”, concluye el equipo canadiense.
Fuente:
Camilla Urbaniak, Gregory B. Gloor, Muriel Brackstone, Leslie Scott, Mark
Tangney, and Gregor Reid. The microbiota of breast tissue and its association
with
tumours. Applied
and
Environmental
Microbiology (2016).
DOI: 10.1128/AEM.01235-16.