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ENCUENTROS CON CRISTO
3º de Educación Primaria
Objetivo: Entender y sentir que estamos hechos para amar, que amar sea su ideal y
quieran lograrlo al máximo. Presentar a San Ignacio como alguien que fue grande en
el amor a Dios y al prójimo.
Mensaje a transmitir: Dios, que es amor, nos ha hecho a su imagen y semejanza para
amar. Este amor debe ir encontrando canales para concretizarse a nivel de 8 años en
actitudes y acciones de la vida diaria: respeto, compartir, hacer feliz, no pelear,
perdonar, obedecer, ayudar y defender, etc. Todos los cristianos podemos avanzar en
el camino del amor siguiendo el ejemplo de otros que nos han precedido, como
Ignacio de Loyola.
Modo de hacerlo: Tenemos este día de convivencia en la sierra, a una hora del
Colegio en autobús. Nos acompañan el tutor y varios padres, entre cinco y ocho
generalmente.
Al llegar a la casa tenemos un rato de oración, damos gracias por el día que
vamos a tener y recordamos lo que vimos en los Encuentros de años anteriores.
Hablamos de las diferencias entre el amor y el egoísmo. Estamos llamados a tener un
corazón de “alpinista”, a amar, a tener ideales, aspiraciones y metas. Comentamos la
diferencia entre un alpinista y un vagabundo. El vagabundo no tiene rumbo, no tiene
ilusiones en su vida. Nosotros queremos esforzarnos por conseguir ideales que
merezcan la pena.
Dividimos a los niños en cinco grupos y cada grupo lo lleva uno o dos padres.
Los grupos son los mismos que tenemos para las catequesis de Primera Comunión. Y
sus catequistas, si han venido al Encuentro, están con ellos. En 3º sí están las madres
con sus propios hijos en los grupos. Cada niño ha traído de casa una carta que le han
escrito sus padres y que les hemos pedido que hicieran cuando les enviamos la
circular de los Encuentros (anunciando el día, pidiendo su autorización, explicándoles
el horario, etc.). En el grupo leen la carta personalmente. Si hay algún niño que no ha
traído carta, él mismo escribe a sus padres cuánto les quiere y las ilusiones que tiene
para su vida. Lo fundamental que les pedimos a los padres es que les digan que les
quieren mucho, que el amor es lo más importante en la vida de las personas y que
amando seremos felices. En grupo grande se leen y comentan varias cartas.
Después de leer las cartas tenemos un descanso y volvemos a reunirnos todos
para contarles la vida de alguien que tuvo un corazón de alpinista: Iñigo de Loyola.
Mientras se narra su vida se les van enseñando unos dibujos que acompañan a la
historia. [ver esta historia y dibujos más abajo, págs. 2 a 22]
Volvemos a los grupos pequeños y colorean un dibujo con un niño con un
corazón muy grande y un letrero que dice: “Dios me quiere” [dibujo en pág 23].
Mientras, el catequista habla con ellos sobre la manera de concretar esas
características del amor en nuestra vida ordinaria. Y por la cara de atrás del dibujo,
contestan en unas líneas a la carta de sus padres.
Salimos al campo, regresamos a comer a la casa y volvemos al Colegio. En la
capilla resumimos el día junto a los padres que han venido a recogerles, damos
gracias y pedimos a Jesús que nos ayude a ser “Hombres y mujeres para los demás”.