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GRANDES EVENTOS HISTÓRICOS
DE LA CONSTRUCCIÓN EUROPEA
DOCUMENTO FUERA DE SERIE
VOLUMEN I / GRECIA CLÁSICA Y CONTEMPORÁNEA
FAMOSAS BATALLAS QUE MARCARON AL MUNDO: LA BATAILLA DE PLATEA
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Autor: Dr. Ángel ANGELIDIS
Doctor Ingeniero Agrónomo y Doctor en Ciencias Económicas
Consejero al Parlamento Europeo
Encargado de cuestiones agroalimentarias y forestales
De izquierda a derecha: Βυζάντιοv, Αυτοκρατορικός Θυρεός κατά τήν περίοδον των Παλαιολόγων (Escudo del Imperio Bizantino, Dinastía de
Paleólogos); Escudo del Patriarcado Ortodoxo de Constantinopla; Águila bicéfala rusa imperial y contemporánea; Escudo del Alcázar de Toledo
P R O Y EC T O D E T EX T O T E R M I N A D O EN M A Y O D E 2 0 1 1 , B A S Á N D O S E EN C O N T EN I D O E
I M Á G EN ES R EC O P I L A D O S D E L A W EB Y A L G U N A S O T R A S FU EN T ES ES C R I T A S . T O DO
EL L O H A S I D O A D A P T A D O, C O M P L ET A D O Y C O L O C A D O D E B U EN A F E Y N O S E
I N T EN T A VI O L A R L A P R OP I ED A D I N T EL EC T U A L D E N I N G U N A D E L A S FU EN T ES .
Original: español
"Defended siempre Grecia, porque a ellos les debemos nuestras luces, nuestras
ciencias y todas nuestras virtudes",
François Voltaire (1694 - 1778)
Editor: PARLAMENTO EUROPEO
Dirección General "Políticas Internas de la Unión"
Dirección B "Políticas Estructurales y de Cohesión"
El Consejero encargado de cuestiones agroalimentarias y forestales
TÉL. : (00352) 4300.24113
FAX : (00352) 4300.29031
E-MAIL: [email protected]
ANGELIDIS.ANGEL@GMAIL:COM
WWW.ANGELIDIS.EU
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necesariamente la posición oficial del Parlamento Europeo.
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haya recibido un ejemplar de dicha publicación.
Impreso en Luxemburgo.
FAMOSAS BATALLAS QUE MARCARON AL MUNDO: LA BATAILLA DE PLATEA
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GRANDES BATALLAS QUE MARCARON LA HISTORIA
LA BATAILLA DE PLATEA
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Imagen N° 1:
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La Batalla de Platea (Μάχη Πλαταιών) tuvo lugar el 27 de agosto de 479 a. C. al enfrentarse los ejércitos persas y
griegos durante ocho días en las orillas del río Asopo en los alrededores de Platea y en las faldas del monte Citerón. Esta
batalla pertenece a lo que se conoce como la Segunda Guerra Médica entre persas y griegos. Tras la batalla de Salamina,
Jerjes ordena a su flota dirigirse al Asia Menor y él emprende el regreso con su ejército dejando una fuerza de ocupación
en Tesalia almando del general Mardonio y otra en Tracia y Macedonia al mando del general Artabaces. A comienzos
del verano del año 479 a. C., Mardonio se dirigió a Atenas y volvió a ofrecer una oferta de paz y alianza con Persia. Ante
la negativa ateniense, Mardonio prendió fuego a la ciudad y se retiró a Beocia con el propósito de atraer a los griegos al
terreno más favorable para los movimientos de su caballería. El ejército al mando del general Mardonio estaba
conformado por alrededor de 120.000 hombres en su mayoría persas. El ejército al mando del general Pausanias sumaba
40.000 hoplitas y algunas tropas ligeras. Había contingentes de 19 ciudades-estado griegas siendo los de Atenas y Esparta
los más numerosos. El ejército aliado había acampado en las laderas del monte Citerón, desde donde se podía observar el
campamento persa rodeado de una empalizada junto al río Asopo. Aunque la posición griega no era apropiada para el
empleo de la caballería, Mardonio decidió atacar antes que los griegos continuaran sumando refuerzos y para ello envió
toda su caballería, al mando del general Masistio, en contra de las fuerzas griegas, acción que resultó desastrosa para los
persas y en la cual perdió la vida el general Masistio. La victoria obtenida contra la caballería persa y la carencia de un
suministro adecuado de agua incitaron a Pausanias a abandonar su posición defensiva en la montaña y trasladar su
ejército a la llanura de Platea, entre dicha ciudad y el río Asopo. Los espartanos se ubicaron en el ala derecha, los
atenienses en el ala izquierda y el resto de los aliados en el centro. Cuando Mardonio descubrió el cambio de posición del
ejército griego, se apresuró a sacar su ejército hacia la llanura formando una línea paralela a la de los griegos. El ala
izquierda conformada por los persas, enfrentaba a los espartanos, los aliados asiáticos en el centro y los beocios y otros
griegos en el ala derecha enfrentaban a los atenienses. Según Heródoto, los dos ejércitos permanecieron enfrentándose
durante ocho días, sin efectuar ningún movimiento. Al octavo día, Mardonio envió a la caballería a destruir los pasos por
donde llegaba el aprovisionamiento a las tropas griegas. La posición griega se hizo crítica después del ataque por la
caballería persa de a sus líneas de abastecimiento, por lo que en la mañana del segundo día decidieron replegarse en la
noche a una mejor posición hasta el monte Citerón. En la mañana del 27 de agosto, Mardonio, al ver el nuevo
movimiento griego dejó a su ala derecha que combatiera contra los atenienses y él, con el grueso de la infantería, se lanzó
en un desordenado avance contra el ala derecha griega conformada por los espartanos. En este combate, la falange griega
demostró, una vez más, la fortaleza de su constitución. El encontronazo que se produjo a continuación fue brutal, con
miles de soldados griegos topando violentamente contra la barrera de escudos persas. Al instante por toda la línea de
combate - de casi un kilómetro - se formó un confuso tumulto en el que los asaltantes, ahora los griegos, avanzaban
rompiendo, arrancando, o haciendo saltar en pedazos los grandes escudos con que los lanceros persas trataban de
entorpecer su progresión. Los infantes persas se encontraban en una neta inferioridad de condiciones al luchar,
prácticamente desprotegidos, contra unos griegos que portaban un imponente armamento defensivo: corazas, grebas,
cascos y escudos de bronce. Una mezcla de caos y temor envolvió las líneas persas. La caballería persa, engullida entre
las densas y nerviosas formaciones de infantería, quedo en ese instante totalmente anulada como fuerza táctica. Mardonio,
junto con su guardia montada de 1.000 jinetes pesados, fue muerto y desde ese mismo instante los persas cedieron y al
poco tiempo retrocedieron en fuga. Por su parte los atenienses vencieron a los beocios, aliados de los persas. Después de
la batalla los griegos saquearon al campamento persa entregando el botín al oráculo de Delfos. Los persas abandonaron
Tebas y al poco tiempo regresaron al Asia Menor. Con esta batalla se terminó la Segunda Guerra Médica.
Pausanias había conseguido una victoria que cambiaría el curso de la historia. En la fase decisiva de la batalla, Mardonio
cometió el error de parar las cargas sucesivas de su caballería ligera que le daba una cierta ventaja sobre el terreno abierto
y lanzar al combate a sus formaciones de infantería. Posiblemente tenía la impresión de que había llevado a los griegos al
borde del colapso. Siendo un general experimentado, Mardonio cometió un error de cálculo más que una irreflexiva
jugada, la que condujo al persa a un movimiento que a la postre le costaría la batalla y, por ende, la vida misma.
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Imagen N° 2: Soldados persas (ilustración artística)
Gráfico N° 1: La batalla de Platea, movimientos previos a la batalla
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Imágenes N° 3 - 5: Hoplitas espartanos (ilustración artística)
Gráficos N° 2 § 3: La batalla de Platea2,
Izquierda: movimientos iniciales
Derecha: contraataque griego y movimientos finales
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En la llanura de Platea se congregó el mayor ejército de hoplitas jamás reunidos hasta entonces. Los griegos,
sabiéndose superiores en campo abierto, lograron provocar una batalla tras cambiar de posición hasta dos veces.
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Imágenes N° 6 § 7: La batalla de Platea – caballería griega (ilustración artística)
Imágenes N° 8 § 9: La batalla de Platea 3 – caballería persa (ilustración artística)
Las victorias de la Salamina y de Platea unieron a los helenos, desarrollando un cierto sentimiento de patria y de que
todo lo que no era heleno era bárbaro. La pérdida de prestigio no sólo contuvo la expansión del Imperio persa, sino que lo
llevó a su ruina. La defensa griega ante los persas fue un hito en la historia europea. De haber sido derrotada, el ejército
persa hubiera seguido su avance sin obstáculos, extendiendo su imperio hacia la Europa continental. Probablemente
habrían quedado sepultados tanto el Mundo Clásico Heleno, como el Imperio Romano. Dado que la Europa moderna
surgió de la antigua Grecia y Roma, de haber triunfado los persas en las Guerras Médicas, probablemente hoy se llamaría
“Asia Occidental”, con una población mayoritariamente musulmana. El historiador y geógrafo griego Heródoto de
Halicarnaso (490 a.C.-425 a.C.) dio una connotación ideológica a la guerra contra los persas. Para él se trató de una
“guerra de sistemas”. Por un lado se encontraban los helenos que representaban la libertad y la democracia. Por otro lado
se encontraban los persas, a quienes Heródoto atribuyó despotismo y tiranía. Con ello dividió el entonces mundo
conocido en opuestos: Europa contra Asia y “libertad contra cautiverio”.
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Imágenes N° 10 - 12: Darío y Jerjes (ilustración artística)
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Imágenes N° 13 § 14: La batalla de Platea (ilustración artística)
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Imágenes N° 15 § 16: La batalla de Platea (ilustración artística)
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Imágenes N° 17 - 19: Los inmortales 4 (ilustración artística)
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Heródoto nos menciona en las “Guerras Médicas”, que los Inmortales eran una tropa de infantería pesada, cuyo capitán
de la guardia era un tal Hidarnes, el cual asumió su jefatura durante las “Guerras Médicas”; mantenía siempre la cantidad
de 10.000 hombres, cada miembro muerto, herido o gravemente enfermo era sustituido inmediatamente por otro, razón
por la cual en apariencia nunca morían. El cuerpo de los Inmortales sólo aceptaba a miembros de raza persa o medos,
candidatos que pertenecían a la nobleza persa, ya que su casta, (cuyo poder era considerable) solo admitía que un cuerpo
tan cercano al rey como era este, solo estuviera conformado por integrantes de dicha condición social. Fue con Ciro II el
Grande cuando se creó dicha unidad militar.
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